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“Doríforo” (Policleto)
Es una escultura griega del periodo clásico (siglo V a.C.) realizada hacia el año
440 a.C.. La obra original se ha perdido, como la mayoría de esculturas de
dicho periodo, y sólo nos quedan copias de ella, unas setenta, bien de la
escultura entera o bien de la cabeza, realizadas en época romana. El material
original de fabricación fue el bronce pero las copias se elaboraron casi siempre
en mármol. Se trata de una escultura exenta o de bulto redondo (es decir, una
escultura independiente y no adosada, que puede observarse desde todos los
ángulos). El hecho de que se realizaran tantas reproducciones del Doríforo ya
en la Antigüedad da una idea de la importancia que tuvo la escultura en su
tiempo. Del conjunto de copias que nos han llegado, la que por consenso se
considera más fiel al original y que mejor representa el estilo de Policleto es la
que se halló en la ciudad de Pompeya, realizada en el siglo I d.C., de 2’12
metros de altura y que actualmente se halla expuesta en el Museo
Arqueológico Nacional de Nápoles.
Tema
Por otro lado, ya desde época romana se consideraba que la obra podía no
referirse a nadie en concreto y ser una representación del ideal de armonía y
proporción que estableció Policleto para las esculturas, es decir, una
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ejemplificación de la regla, una plasmación práctica de los principios teóricos,
del canon que ha de regir en toda obra escultórica para representar la belleza
del cuerpo humano. De hecho, el otro nombre con el que también se conoce
esta obra es precisamente el de Canon.
Composición
La figura está erguida, con el peso del cuerpo descansando sobre la pierna
derecha que aparece tensa y recta, y con el pie firmemente apoyado en el
suelo; la izquierda se halla liberada de todo peso, ligeramente flexionada y
echada hacia atrás, rozando el suelo con los dedos del pie. Como resultado de
ello la cadera no permanece horizontal sino que está más elevada en el lado de
la tensión, el derecho, como sucede también con la línea de los hombros, que
presenta una inclinación inversa a la de la cadera (el hombro izquierdo está
algo más alto que el derecho). Los brazos también juegan con el equilibrio
tensión-relajación (el derecho pegado al cuerpo, libre y relajado; el izquierdo
flexionado y sosteniendo un objeto). La armonía es así perfecta; el equilibrio de
pesos establece una estructura en X: distensión en brazo izquierdo y pierna
derecha, relajación en brazo derecho y pierna izquierda. La línea que va del
inicio del esternón al ombligo, dada la inclinación de la cadera y de los
hombros, no es recta sino que baja describiendo una ligera curva hasta la
pelvis. La cabeza se gira y ladea suavemente hacia la derecha acentuando la
sensación de movimiento y de rompimiento de la frontalidad. El conjunto se
percibe como recorrido desde la cabeza hasta los pies por una suave curva en
forma de “S”. En definitiva, la figura aparece en un momento de reposo pero en
situación de movimiento, manteniendo un equilibrio dinámico en la posición de
brazos y piernas.
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partes del tronco (cadera, hombros, torso), la sensación de movilidad que
otorga la pierna exonerada flexionada y la otra rígida aguantando el peso,
constituyen todo ello el principio del contrapposto que ya empezó a entreverse
en las esculturas del periodo de transición severo (de finales del siglo VI a
mediados del V a.C.). Por otro lado, otra característica de esta obra es la
aplicación del principio de diartrosis: el tronco y las extremidades aparecen
claramente delimitados y diferenciados, los pectorales y el pliegue inguinal
están bien marcados y la cintura, inexistente en los kouroi, juega un papel de
ensamblaje entre el tronco y las piernas. El equilibrio entre los efectos de carga
y descarga del peso del cuerpo otorga a la escultura un dinamismo que es
consecuencia de la tensión y la placidez.
Obra
La escultura del Doríforo original estaba hecha en bronce (Policleto fue el gran
broncista del periodo clásico) utilizando la técnica conocida como de la “cera
perdida” o “vaciado de cera”. Este método tenía variantes en función de si la
escultura se iba a construir de una pieza o ensamblando diferentes partes, pero
el sistema habitual era el siguiente: primero se modelaba la figura en arcilla; la
superficie se cubría completamente de cera dura, trabajando en ella todos los
detalles y acabados finales que debía tener la escultura. El conjunto se cubría
nuevamente con una capa de arcilla, y se aseguraba la inmovilidad de las
diferentes capas mediante clavijas insertadas entre la figura interior de arcilla y
la capa exterior. Se disponían orificios para poder derretir la capa intermedia de
cera y sustituirla por bronce fundido. Entonces se rompía el recubrimiento
exterior de arcilla y el interior, si era posible, se desmantelaba. Una vez
eliminada la capa exterior de arcilla, se pulía y rascaba la superficie del bronce,
se reparaban defectos o imperfecciones y se eliminaban los desperfectos
causados por las clavijas de fijación.
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dientes (incrustaciones de cobre o plata). Por otro lado, el tono del metal
broncíneo podía variar entre el rojo y el cobrizo, en función de la proporción de
cobre y estaño utilizada para la aleación de bronce.
El Doríforo supuso una ruptura con las rígidas normas arcaicas de los kouroi.
Es clara la evolución con respecto a la unidimensionalidad de aquellas obras,
su pose estática, su falta de naturalidad en los rasgos faciales y su tosquedad
en la definición. En la transición que supuso el estilo severo estos rasgos ya se
vieron suavizados, como se aprecia por ejemplo en el Kourós de Aristodikos,
hacia el 500 a.C., en el que la definición de la musculatura y el rostro ya es más
elaborada y la escultura no se percibe tanto como un bloque de piedra. La
posición de las piernas aún recuerda a la de los kouroi pero los brazos han
ganado distancia e independencia con respecto al cuerpo. El Efebo del escultor
Kritios, hacia el 480 a.C., es el testimonio más antiguo del contrapposto, y nos
muestra un paso más hacia el grado de perfección alcanzado en el Doríforo.
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Kourós de Aristodikos. 500 a.C. Efebo, de Kritios. 480 a.C.
Fuente:http://www.fortunecity.es/imaginapo Fuente:http://observarte.zip.net/images/
der/artes/154/GE25Kouros_Aristodikos_50 kritios.jpg
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Hermes y Dionisos, de Praxíteles. 340 a.C. Augusto de Prima Porta, siglo I d.C.
Fuente:http://thales.cica.es/rd/Recursos/rd9 Fuente: http://2.bp.blogspot.com/_NNyAF7Y-
8/HisArtLit/01/hermes.jpg HaU/TMxrDcjOv4I/AAAAAAAABjU/BEOoeITOweQ/
s1600/augusto-de-prima-porta.jpg
En época romana, como se ha dicho, el Doríforo fue copiado muchas veces y
los artistas lo utilizaron como punto de referencia para sus trabajos. Muestra
palpable de ello son las esculturas del emperador Octavio Augusto, claramente
inspiradas en la obra de Policleto.
Simbolismo
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proporciones ideales del cuerpo humano, ya que en ella residía la belleza. En
la línea del racionalismo que imperó en la segunda mitad del siglo V a.C., en el
que se enmarca por citar algún caso la tradición pitagórica, que pretendía
explicar el mundo en base a una armonía numérica (así por ejemplo, la música
quedaría entendida como una relación de proporcionalidad en la longitud de las
diferentes cuerdas de una lira), Policleto escribió un tratado titulado Canon, del
que no se conservan más que contadas referencias a través de fuentes
secundarias, en el cual exponía que la belleza se obtiene a través de la
simetría y la armonía, que la perfección se alcanza mediante una serie de
medidas precisas, que la belleza del conjunto deviene de la armonía entre
todas sus partes, de las relaciones de simetría y proporción que guardan cada
una respecto de las demás. El Doríforo sería la plasmación práctica de esos
principios teóricos, principios que nos son desconocidos salvo los que pueden
deducirse del propio análisis de la escultura. En un texto del famoso físico
griego Galeno, del siglo II d.C., se dice que “es muy apreciada una estatua,
llamada Canon de Policleto, y tiene este nombre por el hecho de poseer una
perfecta simetría entre todos los miembros de su cuerpo”. Otra referencia del
mismo Galeno dice que “Crisipo considera, en cambio, que la belleza no
consiste en la simetría de los elementos, sino en la de las partes. El dedo en
relación con el dedo, y todos los dedos en relación con el metacarpo y el carpo
y éstos con respecto al antebrazo y el antebrazo respecto al brazo, y todo en
relación al todo, según lo que está escrito, precisamente, en el Canon de
Policleto. En efecto, él nos instruyó a todos con aquel escrito sobre la simetría
del cuerpo y consolidó su razonamiento con la obra, al crear una estatua según
los dictámenes de su teoría, y la llamó Canon, como su mismo tratado”. Puede
inferirse entonces que cada elemento de la escultura tomado en sí mismo no
“contiene” per se una parte de la belleza total sino que esta surge precisamente
de la perfecta conjunción y proporcionalidad de todos ellos, de la relación de
cada uno con respecto a los demás. Así, la cabeza se relaciona con el resto del
cuerpo porque este mide exactamente siete veces su longitud. Otras
mediciones revelan por ejemplo que la distancia de la frente al mentón es la
misma que hay de oreja a oreja ambas incluidas, o que la anchura entre los
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extremos de los globos oculares corresponde a la altura entre el párpado
superior y el labio inferior; también en el torso se pueden observar relaciones
proporcionales de este tipo. Numerosos analistas han tratado de hallar la clave
de ese sistema de proporciones, la unidad modular en base a la que se articula
la escultura; unos lo han visto en la medida de la falangeta del dedo meñique,
otros en la aplicación de una medida de longitud argiva de la época de Policleto
(el llamado pie fidónico, de algo más de 32 cm. de largo).
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Apoxyomenos, de Lisipo. Copia en mármol del original en bronce (330 a.C. aprox.)
Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/4/4d/Apoxyomenos_Pio-
Clementino_Inv1185.jpg
Autor
Policleto nació en la polis de Argos (en Sición según otros) en el siglo V a.C.
pero se ignora el año, y se mantuvo como escultor en activo aproximadamente
entre el 460 y el 410 a.C., en la época del paso del estilo severo al clásico de la
escultura griega. Apenas se sabe nada sobre su vida. Probablemente fue
discípulo del escultor Ageladas, representante de la afamada escuela
escultórica argiva. Con posterioridad pasó una temporada en Atenas (quizá
entre el 440 y el 430 a.C.), donde entró en contacto con escultores como Mirón
o Fidias, a los que influyó su concepción canónica basada en la
proporcionalidad y la armonía. Tuvo numerosos discípulos, que siguieron su
estilo con mayor o menor rigor.
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adjudica; el llamado Efebo de Westmacott (quizá también anterior al Doríforo);
un Hermes; un Heracles; una Hera dedicada al Heraion (templo de Hera) de
Argos; una Amazona herida (escultura que, según la tradición, fue la ganadora
en una competición escultórica entre Policleto, Fidias, Cresilas y Fradmon; y el
Diadumenos, la última de las obras atribuibles a Policleto, que gozó de gran
fama al igual que el Doríforo.
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