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TEXTO: Col 3:15 Que gobierne en sus corazones la paz de Cristo, a la cual fueron llamados en
un solo cuerpo. Y sean agradecidos. Col 3:16 Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda
su riqueza: instrúyanse y aconséjense unos a otros con toda sabiduría; canten salmos, himnos y
canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón. Col 3:17 Y todo lo que hagan, de palabra
o de obra, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él.
Psa 95:2 Lleguemos ante él con acción de gracias, aclamémoslo con cánticos. Psa 95:3 Porque
el SEÑOR es el gran Dios, el gran Rey sobre todos los dioses.
INTRODUCCION
Cuando recuerdas lo que era tu vida sin él y cómo desde que él te rescató, no sólo tu
entorno, sino también tu interior cambió y se transformó, pasando de estar tu alma
en muerte a una vida eterna; reconocerás que tu agradecimiento a él debiera ser
constante.
Pero el Ser humano es muy ingrato ejemplo : Una mujer andaba muy apurada por
todos sus quehaceres, tenía una cita médica, a la que estaba llegando tarde y no
encontraba un buen lugar para estacionarse, por lo que angustiada, levantó su oración
al cielo: “Señor, por favor, hazme el milagro de proveer para mi, un lugar para
estacionarme…” No acababa de pronunciar aquello, cuando un auto empezó a salir,
dejando el mejor lugar libre, ante lo cual, ella se apuro a agregar… “¡Olvídalo Señor,
ya encontré uno!”.
Si hay un pecado que prevalece mas hoy día, es la ingratitud. Dios hace tanto por nosotros cada
instante de nuestras vidas, y sin embargo, rara vez le damos gracias o el crédito que se merece
por Sus bendiciones. Martín Lutero dijo esta frase: Tengo tres perros peligrosos: la
ingratitud, la soberbia y la envidia, cuando muerden dejan una herida profunda.
Miguel de cervantes dijo: La ingratitud es hija de la soberbia.
José Luis Coll dijo: Cualquier tipo de maldad es el trueno; la ingratitud es el rayo. El
trueno asusta pero el rayo mata.
Séneca dijo: Ingrato es el que niega el beneficio recibido; ingrato es el que lo disimula,
más ingrato es quien no lo devuelve, y mucho más ingrato es quien se olvida de él.
Es el deseo de Dios que seamos agradecidos. Hay muchas personas que no expresan gratitud.
Si alguien hace algo por ellos, no lo agradecen, creen que se merecen no sólo eso, sino más y
es una forma de expresar orgullo. Celebremos esta época con agradecimiento a Dios, a nuestra
familia, amigos,
Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en
Cristo Jesús.
Nuestra gratitud a Dios debe ser constante , y no depende las circunstancias, tal
como dice el salmo 34 bendeciré a Jehová en todo tiempo y su alabanza este
continuo en mi boca.
La Gratitud es la actitud constante que Dios espera por ser su hijo , ya los hijos
de Dios son Agradecidos llega el final de año es tiempo de Recordar lo que ha
pasado en nuestras vidas y el resultado de esta reflexión agradezcamos a Dios.
Que no se nos olvide de donde nos sacó el Señor, que no se nos olvide la provisión
de Dios en nuestros momentos de necesidad, que nunca se nos olvide la sanidad que
hizo en nuestra vida, que no se nos olvide la sanidad que hizo en nuestros hijos.
No permitamos que nuestro corazón se vuelva indiferente para Dios cuando las cosas
estén mejor en nuestra vida, Y aunque se nos predique, aunque nuestros familiares
nos lo digan, la decisión está en nosotros.
Deu 6:12 cuídate de no olvidarte del SEÑOR, que te sacó de Egipto, la tierra donde
viviste en esclavitud.
Que no nos pase este año lo que a muchos cristianos les pasa, es decir comenzamos
el año con todo el ánimo, comenzamos el año con grandes planes de servirle a Dios,
comenzamos el año con grandes propósitos de ser hombres y mujeres de oración, de
lectura Bíblica, constantes en congregarnos.
Pero lamentablemente cuando el año va avanzando y las cosas se van complicando
con los compromisos de trabajo y de estudio poco a poco vamos perdiendo la
emoción y dejamos de lado nuestros compromisos con el Señor.
Pero este año PROPONGANOS, ser diferentes, este año podemos ser cristianos
comprometidos con nuestro Dios no solo por emoción.
Cuantas promesas vamos año con año arrastrando sin cumplirlas, y quizás pensamos
que Dios ya se olvidó de lo que le prometimos, pero no es así, el está esperando que
cumplamos lo que le prometimos.
Cuantas veces este año en momentos de angustia dijimos al Señor: Te prometo!!
Pero ¿ya cumpliste? Te recuerdas lo que le prometiste a Dios cuando tenías una
necesidad ? Te recuerdas lo que le prometiste a Dios cuando estabas sin trabajo?
Tenemos que cumplir los votos y promesas que hicimos cuando estábamos en
angustia (Salmo 66:13-14)
Antes de comprometernos o hacer un voto de consagración tenemos que reflexionar
si podremos cumplir (Proverbios 20:25) Trampa es consagrar algo sin pensarlo y
más tarde reconsiderar lo prometido.
Aprovechando al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos.
A cada uno de nosotros a partir del primero de enero del 2018 nos harán un depósito
de 365 dias 8,760 horas equivalente a 525,600 minutos, ¿Qué haremos con todo
ese tiempo?
Podemos desperdiciarlo en cosas que no traen ningún provecho o podemos invertirlo
en cosas que darán frutos de bendición para nuestra vida y Ministerio a la Iglesia y
la vida de los Hermanos esto es su Decision.
¿Cuánto tiempo este año piensa que le dedico a cosas que no producen nada como
las redes sociales, la telenovela, a platicas sin ninguna edificación, etc?
Tenemos que aprovechar el tiempo en cosas de valor: Nuestra relación con Dios,
Nuestro Servicio a Dios , Nuestra familia, Trabajo y negocios, Estudios, Diversión
y salud mental.
Tenemos que redimir el tiempo (Colosenses 4:5) redimir es en griego exagorazo
que puede traducirse como “comprando la oportunidad” es decir que nosotros
debemos aprovechar las oportunidades de la vida que Dios nos da, que muchas veces
por estar perdiendo el tiempo en cosas que no edifican no las aprovechamos.
Col 4:5 Compórtense sabiamente con los que no creen en Cristo,[r] aprovechando
al máximo cada momento oportuno.
Col
A todos nos llegan oportunidades en la vida pero tenemos que aprovecharlas
(Eclesiaste 9:11) Me fijé que en esta vida la carrera no la ganan los más veloces,
ni ganan la batalla los más valientes; que tampoco los sabios tienen qué comer,
ni los inteligentes abundan en dinero, ni los instruidos gozan de simpatía, sino
que a todos les llegan buenos y malos tiempos.
Concluyo esta Noche con las palabras del Celebre Predicador Sporgeon:
Deseo, hermanos y hermanas míos, que durante este año que viene podamos vivir
más cerca de Cristo de lo que hayan vivido antes y Estemos convencidos de ello: en
este año debemos pensar mucho en Cristo y menos en nosotros mismos, en nuestras
aflicciones, y en las dudas y temores que nos asedian. Comiencen a hacerlo en este
día, y que Dios les ayude. No permitan que pase ningún día por sobre sus cabezas,
sin una visita al huerto de Getsemaní y la cruz del Calvario.
Oh, Espíritu del Dios vivo, abra el entendimiento para recibirle, y el corazón para
obedecerle, y que en este año 2018 muchas almas se arrojen sobre Cristo. Mi
bendición, "¡Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en
Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione,
afirme, fortalezca y establezca!"
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Cuando recuerdas lo que era tu vida sin él y cómo desde que él te rescató, no sólo tu
entorno, sino también tu interior cambió y se transformó, pasando de estar tu alma en
muerte a una vida eterna; reconocerás que tu agradecimiento a él debiera ser
constante.
Para los que quieren dejar atrás el pasado y mirar hacia adelante
Isaías 43: 18,19: No recordéis las cosas anteriores ni consideréis las cosas del
pasado.
He aquí, hago algo nuevo, ahora acontece; ¿no lo percibís? Aun en los desiertos
haré camino y ríos en el yermo."
Eclesiastés 3: 1-8: "Hay un tiempo señalado para todo, y hay un tiempo para
cada suceso bajo el cielo: tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y
tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de
derribar, y tiempo de edificar, tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de
lamentarse, y tiempo de bailar…"
Para los que quieren renovar su relación con Dios y empezar de nuevo
2 Corintios 5:17: "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las
cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas."
Hebreos 5: 13, 14: "Porque todo el que toma sólo leche, no está acostumbrado a
la palabra de justicia, porque es niño.
Pero el alimento sólido es para los adultos, los cuales por la práctica tienen los
sentidos ejercitados para discernir el bien y el mal."
Apocalipsis 3: 11,12: "Vengo pronto; retén firme lo que tienes, para que nadie
tome tu corona. Al vencedor le haré una columna en el templo de mi Dios, y
nunca más saldrá de allí; escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de
la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, que desciende del cielo de mi Dios, y mi
nombre nuevo."
Para los que buscan mejorar sus relación con los demás
1 Juan 3:16-18: "En esto conocemos el amor: en que Él puso su vida por
nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.
Pero el que tiene bienes de este mundo, y ve a su hermano en necesidad y cierra
su corazón contra él, ¿cómo puede morar el amor de Dios en él?
Proverbios 16:1, 3: "Del hombre son los propósitos del corazón, mas del Señor
es la respuesta de la lengua." "Encomienda tus obras al Señor, y tus propósitos se
afianzarán. "
Y para terminar…
Para los que quieren dejar atrás el pasado y mirar hacia adelante
Isaías 43: 18,19: No recordéis las cosas anteriores ni consideréis las cosas del
pasado.
He aquí, hago algo nuevo, ahora acontece; ¿no lo percibís? Aun en los desiertos
haré camino y ríos en el yermo."
Eclesiastés 3: 1-8: "Hay un tiempo señalado para todo, y hay un tiempo para
cada suceso bajo el cielo: tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y
tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de
derribar, y tiempo de edificar, tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de
lamentarse, y tiempo de bailar…"
Para los que quieren renovar su relación con Dios y empezar de nuevo
2 Corintios 5:17: "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las
cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas."
Pero el alimento sólido es para los adultos, los cuales por la práctica tienen los
sentidos ejercitados para discernir el bien y el mal."
Apocalipsis 3: 11,12: "Vengo pronto; retén firme lo que tienes, para que nadie
tome tu corona. Al vencedor le haré una columna en el templo de mi Dios, y
nunca más saldrá de allí; escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de
la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, que desciende del cielo de mi Dios, y mi
nombre nuevo."
Para los que buscan mejorar sus relación con los demás
1 Juan 3:16-18: "En esto conocemos el amor: en que Él puso su vida por
nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.
Pero el que tiene bienes de este mundo, y ve a su hermano en necesidad y cierra
su corazón contra él, ¿cómo puede morar el amor de Dios en él?
Proverbios 16:1, 3: "Del hombre son los propósitos del corazón, mas del Señor
es la respuesta de la lengua." "Encomienda tus obras al Señor, y tus propósitos se
afianzarán. "
Y para terminar…
Salmos 20: 1-4: "Que el Señor te responda en el día de la angustia. Que el
nombre del Dios de Jacob te ponga en alto. Que desde el santuario te envíe
ayuda, y desde Sion te sostenga. Que se acuerde de todas tus ofrendas, y halle
aceptable tu holocausto. Que te conceda el deseo de tu corazón, y cumpla todos
tus anhelos."
Deseo, hermanos y hermanas míos, que durante este año que viene podamos
vivir más cerca de Cristo de lo que hayan vivido antes y Estémos convencidos
de ello: en este año debemos pensar mucho en Cristo y menos en nosotros
mismos, en nuestras aflicciones, y en las dudas y temores que nos asedian.
Comiencen a hacerlo en este día, y que Dios les ayude. No permitan que pase
ningún día por sobre sus cabezas, sin una visita al huerto de Getsemaní y la cruz
del Calvario.
Oh, Espíritu del Dios vivo, abra el entendimiento para recibirle, y el corazón
para obedecerle, y que en este año 2018 muchas almas se arrojen sobre
Cristo. Mi bendición ,: "¡Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria
eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él
mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca!"
NO. 292
Un sermón predicado la mañana del Domingo 1 de
Enero, 1860,
El ministro de Cristo debe ejercer dos oficios para el pueblo a su cargo. Debe
hablarles por Dios, y hablar a Dios por ellos. El pastor no ha cumplido todavía
con toda su sagrada comisión cuando ha declarado todo el consejo de Dios. Sólo
ha completado una mitad. La otra parte la debe desempeñar en secreto, cuando
cargue en su pecho, como el sacerdote en tiempos antiguos lo hacía, las
necesidades, los pecados, las pruebas y las súplicas de su pueblo delante de
Dios. El deber diario del pastor cristiano consiste por un lado en orar por su
pueblo, y por otro en exhortar, instruir y consolar a ese pueblo.
Esta mañana he tomado este texto como una bendición de año nuevo. Ustedes
saben que un ministro de la Iglesia de Inglaterra siempre me proporciona el
lema para el nuevo año. Él ora mucho antes de seleccionar el texto, y yo sé que
hoy, está ofreciendo esta precisa oración por todos ustedes. Él constantemente
me favorece con un lema, y siempre considero mi deber predicar sobre él, y
desear que mi pueblo lo recuerde a lo largo de todo el año para que le sirva de
báculo de apoyo en el tiempo de su tribulación, como un delicioso manjar, como
una oblea con miel, como un trozo del alimento de un ángel, que pueda poner
sobre su lengua y llevarlo hasta que finalice el año, para luego recomenzar con
otro dulce texto. ¿Qué mayor bendición podría haber elegido mi anciano amigo,
de pie hoy en su púlpito, levantando manos santas para predicar al pueblo en
una tranquila iglesia aldeana? ¿Qué mayor bendición podría implorar él para
los miles de Israel, que esta bendición que en su nombre pronuncio sobre
ustedes en este día: "Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna
en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os
perfeccione, afirme, fortalezca y establezca."
Al predicar sobre este texto, tendré que comentar: primero, lo que el apóstol
pide al cielo; y luego, en segundo lugar, por qué espera recibirlo. La razón de
su esperanza de recibir lo que pide, está contenida en el título que utiliza para
dirigirse al Señor su Dios: "MAS EL DIOS DE TODA GRACIA, que nos llamó a
su gloria eterna en Jesucristo."
Pero supongan que la voz del pecado nos espantara antes de que el sueño
concluyera, y como cuando uno se despierta, despreciáramos la imagen que
comenzó a formarse en nuestras mentes, ¿qué sería de nosotros entonces?
Remordimientos eternos, una multiplicación del tormento eterno sería el
resultado de haber comenzado a ser cristianos, si no alcanzáramos la
perfección. Si pudiese existir tal cosa como un hombre en quien se comenzó la
obra de la santificación, pero en quien Dios el Espíritu cesara de obrar; si
pudiera haber un ser tan infeliz como para ser llamado por la gracia para ser
abandonado antes de ser perfeccionado, no habría entre los condenados en el
infierno un desventurado más infeliz. No sería una bendición que Dios
comenzara a bendecir si no llevara a la perfección. Sería la más grande
maldición que el odio Omnipotente mismo podría pronunciar: darle a un
hombre la gracia, pero que esa gracia no lo condujera hasta el fin, y no lo pusiera
con seguridad en el cielo.
Yo debo confesar que preferiría soportar los tormentos de ese terrible arcángel,
Satanás, por toda la eternidad, que tener que sufrir como uno a quien Dios una
vez amó, pero a quien después desechó. Pero eso no sucederá nunca. A quien
una vez eligió, Él no lo rechazará. Sabemos que donde Él ha comenzado la buena
obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo. Grandiosa es la oración,
entonces, en la que el apóstol pide que seamos perfeccionados. ¿Qué sería de un
cristiano si no fuese perfeccionado? ¿Nunca han visto un lienzo sobre el que la
mano del pintor haya bosquejado con atrevido pincel alguna maravillosa escena
de grandeza? Ven donde el vivo color ha sido pintado con una habilidad casi
sobrehumana. Pero el artista cayó muerto repentinamente, y la mano que
dibujó milagros de arte quedó paralizada y el pincel cayó. ¿Acaso no es fuente
de lamentos en el mundo que alguna vez se haya comenzado una pintura que
no pudo ser terminada nunca? ¿No han visto el humano rostro divino en un
relieve cincelado en mármol? Han visto la exquisita habilidad del escultor, y se
han tenido que decir a ustedes mismos: "¡Esto será una cosa maravillosa! ¡Qué
muestra sin par de habilidad humana!" Pero, ¡ay!, nunca fue completada, no se
pudo terminar. ¿Y podrían imaginarse, cualquiera de ustedes, que Dios
comenzara a esculpir un ser perfecto y que no lo terminara? ¿Piensan que la
mano de la sabiduría divina bosquejaría al cristiano sin completar sus detalles?
¿Acaso Dios nos ha tomado de la cantera como una piedra sin labrar, y ha
comenzado a esculpir en nosotros, y a mostrar Su arte divino, Su maravillosa
sabiduría y gracia, para luego echarnos fuera? ¿Acaso fallará Dios? ¿Dejará,
acaso, que Sus obras sean imperfectas? Lectores, señalen si pueden, algún
mundo que Dios haya abandonado sin poder terminar. ¿Hay alguna partícula
en Su creación en la que Dios haya comenzado a construir algo, pero que haya
sido incapaz de concluirlo? ¿Acaso dejó incompleto a algún ángel? ¿Hay, acaso,
una sola criatura de la que no se pueda decir: "¿Es muy buena?"
Y ¿se dirá de la criatura formada dos veces: del elegido de Dios, del comprado
con sangre, se dirá: "El Espíritu comenzó a obrar en el corazón de este hombre,
pero el hombre fue más poderoso que el Espíritu, y el pecado venció a la gracia;
Dios tuvo que huir y Satanás triunfó, y el hombre nunca fue perfeccionado?"
"Oh, queridos hermanos míos, la oración será oída. Después que hayan
padecido un poco de tiempo, Dios los perfeccionará, si Él ha comenzado la
buena obra en ustedes.
Pero, amados, debe ser después que hayan padecido un poco de tiempo. No
podrán ser perfeccionados, excepto por el fuego. No hay otra forma de quitarles
su escoria y sus impurezas sino por medio de las llamas del horno de la aflicción.
Hijos de Dios, su insensatez está tan ligada a sus corazones, que nada sino la
vara puede extirparla. Es a través de los moretones de sus heridas que su
corazón es mejorado. Deben pasar por la tribulación, para que por medio del
Espíritu, pueda funcionar como fuego refinador para ustedes; para que una vez
purificados, santos, acrisolados, y lavados, comparezcan delante del rostro de
Dios, exentos de toda imperfección, y libres de toda corrupción interna.
Oh, que Dios les otorgue esta rica bendición, para que no sean como el humo de
una chimenea, que es rápidamente dispersado por el viento: que su bondad no
sea como la nube mañanera, ni como el rocío temprano que se evapora; sino
que sean afirmados, y que cada bien que tengan sea un bien permanente. Que
su carácter no sea como las letras escritas sobre arena, sino una inscripción en
la roca. Que su fe no sea como "la urdimbre sin marco de una visión," sino que
esté construida con material de piedra que aguantará ese horrible incendio que
consumirá la madera, el heno, y la hojarasca del hipócrita. Que estemos
cimentado y arraigados en el amor. Que sus convicciones sean profundas. Que
su amor sea real. Que sus deseos sean sinceros. Que su vida entera esté
establecida, fijada y afirmada, para que todas las ráfagas del infierno y todas las
tormentas de la tierra sean incapaces de conmoverlos.
Ustedes saben que consideramos que algunos cristianos están muy afirmados
desde hace tiempo. Me temo, en verdad, que hay muchos que son viejos, pero
que no han sido afirmados. Una cosa es tener el cabello blanco por los años,
pero otra cosa muy diferente es que obtengamos sabiduría. Hay algunos que no
se vuelven más sabios a pesar de toda su experiencia. Aunque sus dedos estén
bien cubiertos por la experiencia, no han aprendido en esa escuela. Sé que hay
muchos viejos cristianos que pueden decir de sí mismos, y decirlo también con
mucha tristeza, que quisieran volver a tener sus oportunidades, para poder
aprender más, y poder estar más afirmados. Les hemos oído cantar:
Sin embargo, yo oro porque la bendición del apóstol sea derramada en nosotros,
independientemente de que seamos jóvenes o viejos, pero especialmente en
aquellos que han conocido por largo tiempo a su Señor y Salvador. Ustedes no
deben estar sujetos ahora a esas dudas que vejan a los bebés en la gracia. No se
les debe estar enseñando siempre los primeros rudimentos: deben proseguir a
algo más elevado. Se están acercando al cielo; oh, ¿a qué se debe que no han
llegado todavía a la tierra de Beula, a esa tierra que fluye leche y miel?
Ciertamente sus titubeos no combinan con los cabellos grises. Da la impresión
que fueron blanqueados con la luz del sol del cielo. ¿Cómo es posible que sus
ojos no despidan algo de esa luz? Nosotros que somos jóvenes buscamos un
ejemplo en ustedes, que son cristianos bien afirmados; y si los vemos dudar, y
los oímos hablando con un labio tembloroso, entonces nos abatimos en grado
sumo. Oramos por nosotros y por ustedes, para que esta bendición se cumpla
en ustedes, para que puedan ser afirmados. Para que no se ejerciten más en la
duda. Para que conozcan su interés en Cristo. Para que se sientan seguros en Él.
Para que descansando en la roca de las edades puedan saber que no perecerán
mientras estén fijados allí. De hecho oramos por todos, independientemente de
su edad, porque nuestra esperanza esté fijada únicamente en la sangre y la
justicia de Jesús, y que esté tan firmemente arraigada, que no sea sacudida
jamás, sino que seamos como el monte de Sion, inconmovible, y que permanece
para siempre.
Los cristianos de esta época son seres muy débiles. Es algo muy notable que la
gran mayoría de los hijos nace ahora débil. Ustedes me piden las evidencias de
esto. Puedo suministrarlas de inmediato. Ustedes saben que en la Liturgia de la
Iglesia de Inglaterra se instruye y se ordena que todos los hijos sean sumergidos
en el bautismo, excepto quienes tengan una débil condición certificada. Ahora,
sería poco caritativo imaginar que las personas sean culpables de falsedad
cuando cumplen lo que consideran una ordenanza sagrada; y, por tanto, como
casi todos los hijos son ahora rociados y no sumergidos, yo supongo que todos
nacen débiles. No voy a decir si eso explica el hecho que todos los cristianos
sean tan débiles, pero es muy cierto que no tenemos muchos gigantes cristianos
en nuestros días. Por aquí y por allá oímos de alguien al que sólo le hace falta
obrar milagros en estos tiempos modernos, y nos quedamos atónitos. ¡Oh, que
ustedes tuvieran fe como estos hombres! No creo que haya más piedad ahora
de la que solía haber en los días de los puritanos. Creo que hay muchos más
hombres piadosos; pero mientras la cantidad se ha multiplicado, me temo que
la calidad ha sido depreciada. En aquellos días el arroyo de la gracia era en
verdad muy profundo. Algunos de aquellos viejos puritanos, (cuando leemos
sobre su devoción, y sobre las horas que pasaron en oración), parecían tener
tanta gracia como cualquier centena de nosotros. El arroyo era muy profundo.
Pero ahora las márgenes han perdido su forma, y grandes praderas han sido
inundadas por el agua. Hasta allí vamos bien. Pero aunque la superficie se ha
expandido, me temo que la profundidad ha disminuido espantosamente. Y esta
puede ser la explicación: que debido a que nuestra piedad se ha vuelto más
superficial, nuestra fortaleza se ha debilitado. ¡Oh, que Dios los fortalezca este
año!
Ahora, yo ruego que sean librados de esto, si es esa su debilidad, y que puedan
ser establecidos. Que la intolerancia sea arrojada lejos de nosotros. Sin
embargo, yo quisiera que el cristiano supiera lo que considera que es verdad y
luego lo sostenga. Tomen su tiempo para sopesar la controversia, pero una vez
que hayan decidido, que no sean convencidos con facilidad. Sea Dios veraz,
aunque todo hombre sea mentiroso; y sostengan que lo que sea acorde con la
Palabra de Dios un día, no puede ser contrario a ella otro día; que lo que fue
cierto en la época de Lutero y en la época de Calvino debe ser cierto ahora; que
las falsedades pueden variar, pues tienen una forma proteica; pero la verdad es
una, e indivisible, y por siempre la misma. Que otros piensen lo que quieran.
Concedan la mayor laxitud a los demás, pero ustedes no se permitan ninguna.
Permanezcan firmes e inconmovibles según se les ha enseñado, y siempre
busquen el espíritu del apóstol Pablo, "Si alguno os predica diferente evangelio
del que habéis recibido, sea anatema." Sin embargo, como quiero que estén
firmes en su doctrina, mi oración es que estén especialmente establecidos en su
fe. Ustedes creen en Jesucristo el Hijo de Dios, y descansan en Él. Pero algunas
veces vacilan; entonces pierden su gozo y consuelo. Yo ruego porque su fe esté
tan establecida, que nunca duden en cuanto a ustedes si Cristo es suyo o no,
sino que digan confiadamente: "Yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es
poderoso para guardar mi depósito." Oro para que estén establecidos en
sus metas y propósitos.
Hay muchas personas cristianas que tienen una idea muy buena en sus cabezas,
pero nunca la implementan, porque le preguntan al amigo cuál es su opinión.
"No es gran cosa," responde. Por supuesto que no. ¿Quién ha tenido en alta
opinión las ideas de otros? Y de inmediato, la persona que la concibió renuncia
a ella, y la obra nunca se completa. Cuántos hombres en sus ministerios han
comenzado a predicar el Evangelio, y han permitido que algún miembro de la
iglesia, posiblemente algún diácono, le jale de la oreja llevándole un poco por
esa dirección. Más tarde, algún otro hermano ha considerado conveniente
jalarlo en dirección contraria. El hombre ha perdido su brío. Nunca se ha
establecido en cuanto a lo que debe hacer; y ahora se convierte en un simple
lacayo, esperando la opinión de cada quien, deseoso de adoptar lo que otros
conciban que es lo correcto.
Ahora, les ruego que estén establecidos en sus metas. Vean cuál es el nicho que
Dios quiere que ocupen. Párense allí, y no se salgan a pesar de todas las burlas
que les lluevan. Si creen que Dios les ha llamado a una obra, háganla. Si los
hombres les ayudan, denles las gracias. Si no les ayudan, díganles que se
aparten de su camino o serán atropellados. Que nada los intimide. Quien quiera
servir a su Dios debe estar preparado algunas veces a servirle solo. No siempre
pelearemos en medio de las filas. Hay momentos en los que el David del Señor
debe pelear con Goliat a solas, y debe tomar consigo tres piedras del riachuelo
en medio de la risa de sus hermanos, y sin embargo con sus armas él está
confiado en la victoria por la fe en Dios. No permitan que los saquen de la obra
en la que Dios los ha puesto. No se cansen de obrar el bien, pues a su debido
tiempo, cosecharán si no desmayan. Estén establecidos. Oh, que Dios derrame
esta rica bendición en ustedes.
II. Ahora, les pido su atención por unos momentos más, para observar LAS
RAZONES POR LAS QUE EL APÓSTOL ESPERABA QUE ESTA ORACIÓN
FUERA ESCUCHADA. Él pedía que fueran perfeccionados, afirmados,
fortalecidos y establecidos. Incredulidad le susurró a Pedro al oído: "Pedro,
pides demasiado. Siempre fuiste testarudo. Tú dijiste: 'Manda que yo vaya a ti
sobre las aguas.' Ciertamente este es otro ejemplo de tu presunción. Si tú
hubieras dicho: 'Señor, santifícame,' ¿no hubiera sido una oración suficiente?
¿No has pedido demasiado?" "No," dice Pedro; y le responde a Incredulidad:
"estoy seguro que recibiré lo que he pedido; pues en primer lugar se lo estoy
pidiendo al Dios de toda gracia: el Dios de toda gracia." No solamente el Dios
de las pequeñas gracias recibidas, sino el Dios de la grandiosa gracia ilimitada
que está almacenada para nosotros en la promesa, pero que todavía no hemos
recibido en nuestra experiencia. "El Dios de toda gracia;" de la gracia que
revive, que convence, que perdona, que cree, el Dios de la gracia que consuela,
apoya, y sostiene. Ciertamente, cuando venimos a Él, no podemos venir
pidiendo demasiado. Si Él es el Dios, no de una gracia, ni de dos gracias, sino
de todas las gracias; si en Él está almacenado un suministro infinito, ilimitado,
inacabable, ¿cómo podríamos pedir demasiado, aunque pidamos que lleguemos
a ser perfectos?
Creyente, cuando estés de rodillas, recuerda que vas hacia un Rey. Que tus
peticiones sean grandes. Imita el ejemplo de un cortesano de Alejandro, que
cuando se le dijo que podía recibir lo que pidiera como recompensa por su valor,
pidió una suma de dinero tan grande que el tesorero de Alejandro rehusó
entregársela sin hablar primero con el monarca. Cuando vio al monarca, este
sonrió y le dijo: "En verdad es demasiado eso que pide, pero no es demasiado
para que Alejandro se lo conceda. Lo admiro por su fe en mí; entrégale todo lo
que pida." ¿Me atreveré a pedir que mi temperamento airado me sea quitado,
que mi terquedad sea extirpada, y mis imperfecciones sean cubiertas? ¿Puedo
pedir ser semejante a Adán en el huerto, no, más aún, tan puro y perfecto como
Dios mismo? ¿Puedo pedir que un día camine por las calles de oro, y "ceñido
con las vestiduras de mi Salvador, santo como el santo," estar en el pleno brillo
de la gloria de Dios, y clamar: "Quién acusará a los escogidos de Dios?" Sí, puedo
solicitarlo, y lo tendré, pues Él es el Dios de toda gracia.
Miren de nuevo el texto, y vean otra razón por la que Pedro sabía que su oración
sería escuchada: "Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó." Incredulidad
podría haberle dicho a Pedro: "Ah, Pedro, es verdad que Dios es el Dios de toda
gracia, pero Él es una fuente cerrada, como aguas selladas." "Ah," dice Pedro,
"ven acá, Satanás; no saboreas las cosas de Dios. No es una fuente sellada de
toda gracia, pues ha comenzado a fluir." "Mas el Dios de toda gracia, que nos
llamó." El llamamiento es la primera gota de misericordia que ha caído en los
labios sedientos del moribundo. El llamamiento es el primer eslabón de oro de
la cadena sin fin de eternas misericordias. No el primero en orden de tiempo
con Dios, sino el primero en orden de tiempo con nosotros. Lo primero que
conocemos de Cristo en Su misericordia, es que Él clama: "Venid a mí todos los
que estáis trabajados y cargados," y que por medio de Su dulce Espíritu se dirige
a nosotros, de tal forma que obedecemos al llamado y venimos a Él.
Pero creo que hay una razón todavía más poderosa: "Mas el Dios de toda gracia,
que nos llamó a su gloria eterna." Querido lector, ¿te ha llamado Dios? ¿Sabes
para qué te ha llamado? Primero te llamó a la casa de la convicción, donde te
hizo sentir tu pecado. Luego te llamó a la cima del Calvario, donde viste
realmente tu pecado expiado y tu perdón sellado con la sangre preciosa. Y ahora
Él te llama. Y, ¿adónde te llama? Oigo una voz hoy: la incredulidad me dice que
hay una voz que me está llamando a las ondas del Jordán. ¡Oh, incredulidad! Es
verdad que mi alma tiene que vadear a través de las ondas tormentosas de ese
mar. Pero la voz proviene de las profundidades de la tumba, proviene de la
gloria eterna. Allí donde Jehová se sienta resplandeciente en Su trono, rodeado
de querubines y serafines, desde esa brillantez que los ángeles no se atreven a
mirar, escucho una voz: "Ven a Mí, pecador lavado con la sangre, ven a Mi gloria
eterna." ¡Oh, cielos!, ¿no es este un maravilloso llamado? Ser llamado a la gloria,
llamado a las calles brillantes y las puertas de perla, ser llamado a oír las arpas
y los himnos de felicidad eterna, y mejor todavía, ser llamado al pecho de Jesús,
llamado a ver el rostro de Su Padre, llamado, no a la gloria eterna, sino a Su
gloria eterna, llamado a esa misma gloria y honor con los que Dios se rodea para
siempre.
Y ahora, amados, ¿es demasiado grande cualquier oración después de esto?
Dios me ha llamado al cielo, y ¿hay algo en la tierra que Él me niegue? Si Él me
ha llamado para morar en el cielo, ¿acaso no es necesaria la perfección para mí?
Por lo mismo, ¿no puedo pedirla? Si Él me ha llamado a la gloria, ¿no es
necesario que yo sea fortalecido para combatir en mi camino hacia allá? ¿Acaso
no puedo pedir ser fortalecido? Es más, si hay en la tierra una misericordia
demasiado grande para que piense en ella, demasiado grande para que la
conciba, demasiado pesada para que mi lengua la lleve delante del trono en
oración, Él hará por mí muchísimo más abundantemente de lo que yo pueda
pedir, o que pueda imaginar jamás. Sé que lo hará, pues me ha llamado a Su
gloria eterna.
Ahora, pecador, aparta tus manos de tu propia justicia. Abandona toda idea de
volverte mejor por medio de tu propia fortaleza. Abandónate a la promesa. Di:
Que tu año esté lleno de significado y propósito, y la felicidad, seguro vendrá a continuación.