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CLIMA Y AMBIENTE

ELEMENTOS Y FACTORES EN LA PRODUCCIÓN BOBINA

INTRODUCCIÓN

En su situación natural, cada especie ocupa un nicho ecológico razonablemente


definido donde los individuos toleran o se adaptan a la mayoría de las variaciones en el
ambiente físico. Por lo tanto, un animal adaptado es aquel que se encuentra en
perfecta armonía con su ambiente.

De todos los factores interrelacionados que conforman


el ambiente, probablemente el clima es el más importante, afectando no solo la
vegetación y fauna, sino también la densidad de la población humana, sus necesidades
y cultura.

En la selección de animales para nuevas zonas, el criterio de su adaptabilidad no


puede limitarse a sus reacciones fisiológicas con respecto al clima y medios locales,
pues no es menos importante que sean capaces de satisfacer las necesidades
económicas y sociales de la población.

La reacción de cualquier animal a un estímulo ambiental externo particular, está


íntimamente correlacionada con la eficiencia de producción del animal.

Como resultado de las diferencias en las características hereditarias, las distintas razas
y los varios biotipos dentro de una misma raza reaccionan en forma diferente a los
estímulos ambientales. Estas reacciones están relacionadas con características
anatomofisiológicas que se han desarrollado como resultado de la selección natural.

Si son trasladados desde su ambiente natural a un nuevo ambiente, ciertas razas y/o
biotipos dentro de una misma raza tienen más éxito que otros para adaptarse a las
nuevas condiciones quedando reflejado el grado de adaptación en la habilidad para
crecer, reproducirse regularmente y producir carne y/o leche.

El desplazamiento de la ganadería hacia zonas marginales pero potencialmente aptas


para la producción, especialmente de carne, requerirá fijar las áreas de productividad
animal para cada una de las razas bovinas y determinar las relaciones que existen
entre la producción y los elementos del clima.

CLIMA Y AMBIENTE

Después que en algunos países, durante el siglo pasado, se dispuso de observaciones


meteorológicas de varios años, el concepto de clima de un lugar alcanzó forma
concreta.

Las condiciones atmosféricas varían continuamente. En un plazo prolongado se hacen


cada vez más pequeñas estas variaciones, de forma que si comparamos un año con los
siguientes, encontraremos que la temperatura media del aire o la pluviosidad media
son bastantes similares. Esta pauta a largo plazo es el clima.

Por su parte, el ambiente también cambia continuamente. El ambiente está


caracterizado por la tasa con que cada uno de estos factores varían. Los organismos
vivientes responden no sólo a las condiciones cambiantes, sino también a la tasa de
cambio.
El ambiente puede ser definido como una determinada combinación temporaria de
ciertos factores meteorológicos. Ello incluye temperatura del aire, viento, radiación,
humedad relativa, presión atmosférica y precipitación.

Los elementos del clima son aquellas características que nos permiten evaluarlo,
definirlo y clasificarlo, mientras que sus factores son los hechos astronómicos,
geográficos y aún meteorológicos que determinan las particularidades de aquellos
elementos.

Entre los factores astronómicos del clima deben mencionarse los movimientos de la
tierra y la latitud del lugar; entre los geográficos, la continentalidad u oceanidad,
barreras orográficas, altitud, proximidad del mar, corrientes marinas, topografía, etc.,
y entre los meteorológicos, la distribución de los centros semipermanentes de presión
atmosférica, los vientos y las grandes perturbaciones atmosféricas.

Entre los elementos del clima que son de importancia directa en la adaptación animal
al calor y al frío se encuentran: temperatura ambiente, humedad atmosférica, radiación
solar y movimiento del aire. Existen también factores indirectos tales como
pluviosidad, luz, nubosidad y presión atmosférica.

El efecto es directo cuando los elementos del clima determinan el grado de confort en
el medio en que se encuentran
los animales y permiten así un buen aprovechamiento de la alimentación,
el crecimiento y la reproducción. Es indirecto cuando esos mismos elementos
climáticos determinan el nivel de producción de alimentos naturales que los deben
sustentar, y cuando favorecen o limitan sus enfermedades y parásitos.

Todo ello afecta la distribución y estratificación del ganado en el mundo, la densidad


de la población animal, el tamaño, la conformación, sus hábitos y la calidad y cantidad
de pastos.

TEMPERATURA AMBIENTE

Es el elemento más importante que limita el tipo de animal que puede criarse en una
región determinada.

El confort y normal funcionamiento de los procesos fisiológicos del animal dependen


del aire que rodea su cuerpo. El calor se pierde por mecanismos físicos desde la piel
caliente hacia el aire más fresco que la rodea. Si la temperatura del aire es superior al
rango de confort, disminuye la pérdida de calor y si aumenta por encima de la
temperatura de la piel, el calor fluirá en dirección inversa.

Cuando la temperatura del aire es baja, el calor procedente del cuerpo del animal fluirá
hacia el exterior hasta provocar falta de confort y reducir la eficiencia productiva. No
obstante, si el animal dispone de suficiente alimento, puede mantener su temperatura
corporal en magnitudes compatibles con la vida.

Las altas temperaturas son, per se, un grave problema para la producción animal.
Además del calor procedente de la atmósfera, el organismo animal puede calentarse o
enfriarse por la temperatura de los objetos que le rodean. En este sentido, la fuente
más importante de calor es el suelo. La velocidad, dirección y origen del viento, como
asimismo la altitud, también influyen sobre la temperatura prevalente.

HUMEDAD ATMOSFÉRICA

Cuando las temperaturas medias diarias caen fuera del rango confort, otros elementos
climáticos adquieren importancia para la homeostasis del animal.
La humedad del aire reduce notablemente la tasa de pérdida de calor del animal.
El enfriamiento por evaporación a través de la piel y del tracto respiratorio depende de
la humedad del aire. Si la humedad es baja (zonas cálidas y secas), la evaporación es
rápida. Por otro lado, si la humedad resulta elevada (zonas cálidas y húmedas), la
evaporación es lenta, reduciéndose la pérdida de calor y por consiguiente, alterando el
equilibrio térmico del animal.

Este elemento climático resulta muy importante en la producción ganadera, pues una
humedad elevada favorece la proliferación de endo y ectoparásitos y las condiciones
nutritivas pueden ser defectuosas al acentuar las deficiencias minerales del suelo y
reducir la calidad de los alimentos. Bajo condiciones de temperatura y humedad
elevadas los forrajes crecen aceleradamente y su bajo valor nutritivo se debe al alto
contenido de fibra cruda y lignina, su bajo tenor proteico, pocos hidratos de carbono
fácilmente disponibles y baja digestibilidad.

RADIACIÓN SOLAR

Sus efectos son de interés, dado que su intensidad es frecuentemente uno de los
principales factores limitantes de la distribución del ganado en las áreas subtropicales.

La radiación solar está íntimamente relacionada con la temperatura atmosférica y con


el grado de nubosidad y, por consiguiente, con las precipitaciones.

La radiación procedente del sol y de los objetos que rodean al animal, suele añadirse a
su carga de calor. Un animal que pastorea a campo abierto se ve expuesto a:

♦ Radiación solar directa (ondas visibles e infrarrojas cortas).

♦ Radiación solar reflejada en las nubes y otras partículas de la atmósfera.

♦ Radiación solar reflejada por el suelo y otros objetos que rodean al animal.

Del calor radiante total que recibe del sol, un 50 % procede de las dos primeras fuentes
y el resto de la tercera. La totalidad de la energía del espectro solar no aparece
distribuida uniformemente en toda la gama de longitudes de onda. La ultravioleta
aporta aproximadamente solo el 1 %, las radiaciones visibles contribuyen con el 40-45
% y las infrarrojas proporcionan el 50-60 % restante.

Una superficie clara refleja una proporción elevada de radiación visible, aunque muy
poco de la infrarroja de onda larga. Además, el calor absorbido por el cuerpo del
animal depende también de la postura, forma, tamaño, longitud de su pelo, el ángulo
del sol, entre otros.

MOVIMIENTO DEL AIRE

La velocidad del aire sobre la piel del animal influye en la tasa de pérdida de calor a
través de la superficie corporal. Este proceso es relativamente simple cuando la piel
aparare desnuda, aunque se complica con la presencia de pelo o lana.

Con temperaturas moderadas, las pérdidas de calor son proporcionales a la velocidad


del aire. El hecho contrario se produce cuando las temperaturas son elevadas (29° C o
superiores).

Si existe un gradiente entre la temperatura de la piel y la del ambiente, el movimiento


del aire permite la perdida de calor por convección. Si la temperatura del aire es
superior a la temperatura de la piel, el animal ganará calor del medio que lo rodea y
todo incremento en la velocidad del aire, solo servirá para aumentar esa ganancia.

El movimiento del aire favorece también las pérdidas de calor del animal cuando la piel
contiene humedad por el mecanismo de la evaporación.

PLUVIOSIDAD

La principal influencia de la lluvia sobre el ganado es indirecta a través de la


producción de forrajes y por su incidencia en la aparición de enfermedades y parásitos.

En zonas húmedas y cálidas con precipitaciones abundantes, el pH del suelo es


generalmente bajo, resultante de la lixiviación del calcio y fósforo. El valor nutritivo de
las pasturas es muy bajo a consecuencia de su crecimiento acelerado. Los animales de
estas áreas son generalmente de tamaño reducido debido a estas deficiencias.

Sin embargo, los efectos indirectos del clima son más evidentes en regiones
semiáridas, en donde la marcada estacionalidad de las lluvias trae aparejada una
escasez o falta total de alimentos en determinadas épocas, lo que detiene el
crecimiento de los animales con un atraso considerable de la madurez y una
modificación de la estructura corporal.

Asimismo, la lluvia ejerce efectos directos sobre el animal al favorecer la disipación de


calor mediante la evaporación. En un ambiente cálido, la humedad retenida en la
cobertura pilosa del animal disminuirá el estrés térmico al evaporarse.

LUZ

El mecanismo fotoperiódico controla el ciclo sexual en algunos animales domésticos.


Sin embargo, no tiene un efecto notable sobre el comportamiento reproductivo del
ganado mayor.

Indirectamente, la duración del fotoperíodo puede afectar a los animales al aumentar


los períodos de vigilia y la actividad metabólica, lo que modifica los niveles de
consumo de alimentos.

Los rayos de la luz estimulan la pituitaria y como consecuencia provocan una reacción
mediante la cual los animales mudan su pelo. A medida que los días se vuelven más
cortos y las noches mas largas, el ganado comienza a desarrollar el pelo más largo de
invierno. Por el contrario, cuando los días se alargan, los animales mudan su pelaje y el
mismo se vuelve más corto y suave. Si el vacuno de zonas templadas se traslada a los
trópicos, la escasa variación del fotoperíodo suele fracasar en la estimulación de la
muda del pelo, determinando una degeneración progresiva y eventualmente la muerte.

NUBOSIDAD

La extensión y persistencia de la nubosidad ejerce un efecto indirecto sobre el medio


ambiente del animal en los climas cálidos. Puede servir para calcular los niveles de
radiación solar y de humedad. Por consiguiente, señala indirectamente los períodos de
falta de confort de los animales.

PRESIÓN ATMOSFÉRICA

La modificación de la presión que tiene lugar entre las distintas alturas influye
directamente sobre los animales. A causa de la disminución de la presión, los
animales muestran dificultades en cubrir sus necesidades de oxígeno. Ante esta
situación, deben aumentar el índice de hemoglobina. Además, la adaptación del
organismo a la disminución de oxígeno se realiza también mediante un aumento de
las frecuencias cardiaca y respiratoria.

Aspectos físicos y biológicos

Factores abióticos

Entre los factores físicos figuran elementos del clima (como la insolación, la
temperatura y la lluvia), la composición del suelo y del agua, la altitud, la latitud y la
existencia de protección y sitios de cría. Como en estos factores no intervienen los
seres vivos, se los llama factores abióticos.

Muchas funciones vitales dependen de los factores abióticos. Si estos factores


coinciden con las condiciones óptimas para determinado ser vivo, éste despliega el
máximo de su actividad. Por el contrario, cuando estos factores no se adaptan a sus
requisitos, se producen efectos perjudiciales para su vida.

El clima

Nuestro planeta recibe casi toda su energía del sol. Como la Tierra gira alrededor de
un eje que está inclinado, se suceden períodos de luz (día) y oscuridad (noche), que
tienen distinta duración según la latitud y las estaciones.

La temperatura desciende a medida que nos alejamos del ecuador o cuando aumenta
la altitud. En el primer caso, porque al variar la latitud, varía la inclinación de los rayos
solares que generan calor. En el segundo caso, la densidad del aire disminuye
gradualmente al aumentar la altura, perdiendo la capacidad de retener el calor del sol.

También influyen en el clima los mares y océanos porque el agua y la tierra no


absorben, mantienen y liberan el calor que reciben con igual intensidad. Esta diferencia
-conjuntamente con el movimiento de rotación de la Tierra- produce los vientos y las
corrientes oceánicas. Y vientos y corrientes oceánicas, a su vez, repercuten en la
temperatura y las lluvias de determinada región.

Los factores climáticos mencionados -luz, temperatura, lluvias, vientos- intervienen en


los procesos de la vida.

La luz es esencial para la fotosíntesis. La duración de la luz diurna contribuye a


determinar los ciclos reproductivos de plantas y animales.

La temperatura tiene influencia en los procesos bioquímicos de los organismos vivos.


Algunos animales -como las aves y mamíferos- han desarrollado la capacidad de
mantener estable la temperatura corporal y esta capacidad les permite sobrevivir en
distintos climas. Otros -como los insectos, peces y reptiles- no tienen mecanismos para
regular su temperatura corporal y son más vulnerables a las oscilaciones externas.

La temperatura también interviene en la transpiración que se produce a través de los


poros situados en las hojas de las plantas y en la piel de los animales.

El agua que todos las vegetales y animales terrestres necesitan depende de las lluvias.
El agua es indispensable para la vida vegetal porque disuelve los nutrientes del suelo,
permitiendo que las raíces puedan absorberlos. Además, es utilizada en la fotosíntesis
que realizan las plantas que poseen clorofila. Asimismo, es la fuente del oxígeno
liberado en ese proceso. Y este oxígeno, a su vez, es indispensable para la respiración
de los animales.
El tipo, variedad y cantidad de vida vegetal y animal característicos de cada región
tienen relación con la lluvia caída y su distribución durante el año.

La lluvia es el principal agente de erosión del suelo no protegido. Indirectamente, la


erosión del terreno también influye en el clima, porque con la pérdida de suelo
disminuye la vegetación y aumentan las variaciones de temperatura.

Los vientos, según se originen en zonas húmedas o secas, pueden aportar humedad o
aumentar la sequedad del suelo. Asimismo, determinan cambios de temperatura y
algunos fenómenos atmosféricos, como huracanes y tornados.

También tienen un efecto mecánico que causa erosión del terreno y actúa sobre la
vegetación: arranca hojas y ramas secas y transporta polen y semillas. Los vientos
secos y cálidos aumentan la evaporación de la humedad que se produce por la
transpiración de las hojas.

El suelo

La composición (roca de origen, contenido de materia orgánica, presencia de


nutrientes), estructura y espesor del suelo determinan su capacidad de retener aire y
humedad y las posibilidades de vida de la vegetación.

La roca madre establece la composición original y tamaño de las partículas del suelo. A
la roca madre característica de una región, se suman otras partículas arrastradas por el
agua y el viento, y provenientes de la erosión de zonas distantes. En zonas de montaña
con volcanes en actividad, se depositan cenizas volcánicas sobre el suelo. Esta
composición influye en los nutrientes disponibles y puede transformarse: se enriquece
con la presencia de materia orgánica o empobrece con el deterioro de la calidad del
terreno por erosión, pérdida de nutrientes o contaminación.

El humus regula la capacidad de retención de agua y la aireación de los suelos


(recordemos que las plantas necesitan aire y agua en contacto con sus raíces).
Conserva la humedad en los suelos arenosos y facilita el drenaje de los suelos densos.
Asimismo, suministra el medio adecuado para los microorganismos que transforman la
materia orgánica.

Los microorganismos despedazadores (lombrices e insectos) y los que la descomponen


la materia orgánica (hongos y bacterias) liberan los nutrientes minerales para que sean
nuevamente utilizados.

La geografía

La altitud (altura sobre el nivel del mar) tiene influencia sobre la presión atmosférica y
la temperatura. En general, en regiones situadas en la misma latitud, cuando aumenta
la altura, disminuye la presión y temperatura.

La cantidad de lluvias y de luz solar que reciben las laderas de una montaña dependen
de su orientación. Los vientos húmedos que chocan contra una ladera ascienden, se
enfrían y descargan en ella la lluvia. Cuando continúan hacia la ladera opuesta, se han
transformado en vientos secos. En el hemisferio sur, las laderas orientadas hacia el
norte reciben mayor cantidad de radiación solar (insolación). En el hemisferio norte,
son las laderas orientadas al sur las que reciben más luz.

La mayor inclinación de una ladera aumenta la erosión por arrastre de la lluvia y


vientos. En las pendientes muy acentuadas, el bosque protege el terreno. En aquellas
de menor inclinación, dedicadas al cultivo, es necesario frenar la fuerza del agua y del
viento. Para lograrlo, se debe arar en curvas de nivel, plantar setos vivos, construir
barreras de piedra y zanjas de infiltración, cultivar en andenes y terrazas y otras
técnicas que se mencionan con más detalle en el capítulo relacionado con el suelo.

La cercanía de mares y océanos tiene un efecto moderador sobre los cambios de


temperatura, permitiendo el desarrollo de una mayor variedad de flora y fauna. Este
efecto se debe a que las grandes masas de agua absorben el calor del sol, lo
mantienen y liberan lentamente.

Factores bióticos

Las relaciones entre los seres vivos también condicionan las posibilidades de vida de
una determinada planta o animal. Son los factores bióticos, en los que se incluyen
animales, plantas y microorganismos. Puede tratarse de la presencia o ausencia de
representantes de su misma especie o de otras especies.

En las plantas, intervienen:

los microorganismos que enriquecen el suelo.

otras plantas que les brindan protección o compiten por la luz, agua y nutrientes.

los animales que las consumen y los que contribuyen a la polinización y a la


diseminación de las semillas.

En los animales influye:

la disponibilidad de alimento (existencia de plantas en el caso de los herbívoros y de


otros animales en el caso de los carnívoros y de los que se alimentan de insectos).

la presencia de otras especies que compiten por el alimento o los lugares de


protección y cría. Existen, además, relaciones depredador-presa, parásito-huésped,
comensalismo (cuando organismos de dos especies conviven sin perjudicarse) y
simbiosis (cuando la asociación es beneficiosa para ambos).

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