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Por lo demás, la distinción entre uso y mención es análoga a la distinción

matemática entre número y numeral. Un número es un objeto matemático que


representa una magnitud. El numeral, en cambio, es el nombre del número, que a veces,
las más, es expresado con una grafía arábica, otras (las menos) con una latina.

Haciendo uso de la distinción introducida, deberíamos proceder así: 3 es un


número y III es un número. Pero sería incorrecto decir: 3 es un numeral o III es un
numeral. De conformidad con nuestras convenciones lo correcto sería decir: “3” es un
numeral y “III” es un numeral.

1. ALGUNAS CUESTIONES SOBRE VALIDEZ, DEDUCCIÓN E INDUCCIÓN

La validez argumental, como hemos visto, no tiene que ver con la verdad o
falsedad de los enunciados, sino con la forma: es válido en caso de que sea incompatible
la verdad de las premisas con la falsedad de la conclusión. Y puede ser perfectamente
válido, como veremos, teniendo premisas verdaderas y falsas y teniendo conclusión
verdadera y falsa. Cuando un argumento es válido en este sentido, diremos que es un
ARGUMENTO DEDUCTIVAMENTE VÁLIDO.

Sin embargo, la argumentación deductiva no es la única forma de argumentar. De


hecho, en ocasiones usamos argumentos que, no siendo deductivamente válidos, son
empero convincentes. No tienen la fuerza de los argumentos deductivos cierto, pero no
por ello dejan de ser comunes. Ss trata de la ARGUMENTACIÓN INDUCTIVA.

Sean los siguientes enunciados:

- En Julio de 2000 la temperatura media de la provincia de Segovia superó los 10ºc.

- En Julio de 2001 la temperatura media de la provincia de Segovia superó los 10ºc.

- En Julio de 2002 la temperatura media de la provincia de Segovia superó los 10ºc.

- En Julio de 2003 la temperatura media de la provincia de Segovia superó los 10ºc.

- En Julio de 2004 la temperatura media de la provincia de Segovia superó los 10ºc.

luego,
- En Julio la temperatura media de la Prov. de Segovia siempre supera los 10ºc.

Estamos ante lo que comúnmente se denomina un ARGUMENTO INDUCTIVO, pues,


trata de extraer, desde casos particulares verificados, una conclusión de carácter
general. Por eso, cuanto mayor sea el registro (de temperatura, en este caso), mayor será
la fortaleza (psicológica, al menos) del argumento y nuestra tendencia a admitirlo.
Ahora bien, también es cierto que, por más que sean las premisas que añadamos, por
más que sea la fortaleza que alcance, por mayor que sea nuestro grado de
convencimiento, sea como sea, el argumento en ningún caso se convertirá en
deductivo.

De otro modo: sea cual sea el apoyo empírico con el que contemos, lo cierto es
que la verdad de las premisas no garantiza, en ningún caso, la verdad de la
conclusión. O de otro modo más: la verdad de las premisas es compatible con la
falsedad de la conclusión. Bastaría para ello con que en julio de 2005 hubiera medias
de temperatura inferiores a 10ºC, lo que es del todo lógicamente posible. Un solo
contraejemplo echa por tierra toda la acumulación de evidencia empírica previa.

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