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Universidad de Sevilla

Máster en Estudios Avanzados en Cerebro y Conducta

Significación histórica del uso de Electroconvulsiones


como técnica terapéutica en la depresión severa,
efectos neurobiológicos.

Por:

Nathasha Michelle Cruz Valdivieso

Sevilla, enero de 2018


I. TÍTULO

Significación histórica del uso de electroconvulsiones como técnica terapéutica en la depresión

severa, efectos neurobiológicos.

II. RESUMEN

El presente estudio ahonda en la interpretación de la terapia electroconvulsiva como una

técnica terapéutica importante en el estudio de las neurociencias, haciendo un recorrido por el

origen, historia, evolución y aplicación de esta técnica y de los principales autores que han

contribuido tanto a su formación como al mejoramiento de la misma poniendo de manifiesto los

estudios más relevantes; se ha realizado un análisis histórico de su uso en la disminución de

los síntomas de depresión severa en donde ha sido mayormente utilizada, finalmente se

destacarán las principales evidencias de los efectos neurobiológicos, críticas y la controversia

que ha generado el electroshock durante los últimos 30 años por las secuelas y efectos

secundarios subyacentes como eje analítico a partir del cual se desarrollará este trabajo.

III. ANTECEDENTES Y DEFINICIÓN DEL PROBLEMA

La Terapia Electroconvulsiva o Electroshock entendida como la inducción intencional

de convulsiones controladas por medio de una corriente eléctrica que pasa a través del

cerebro a través electrodos colocados en el cuero cabelludo ha tenido un fuerte impacto en los

últimos 30 años a pesar de la evidencia de consecuencias nefastas. (Berrios 1997)

Uno de los pioneros fue Meduna, que en 1934 propuso inducir grandes convulsiones

epilépticas a través de sustancias químicas (Meduna 1937,1938). En 1935, Ugo Cerletti y Bini

pensaron en inducir convulsiones en sus pacientes con electroshocks en lugar de utilizar

metrazol y según Cerletti y Bini, los pacientes “mejoraban”.

Al menos durante los primeros 20 años, ECT no sustituyó a la terapia con metrazol y

ambos tratamientos se ofrecieron conjuntamente. Pero se pensó que la electricidad permitía

un mejor control sobre el tiempo y la duración de las convulsiones (Berrios 1997). Es así que

en la década de 1940, la inducción eléctrica de las convulsiones (ECT) suplantó los métodos

químicos y estaba bien establecida en todo el mundo como tratamiento principal de los

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enfermos mentales graves. En este mismo año el procedimiento fue introducido en Inglaterra y

los Estados Unidos. A principios de los años cuarenta los primeros ensayos clínicos mostraron

que la ECT era más eficaz en los trastornos afectivos, ésta época fue el período durante el

cual los investigadores buscan una nueva base científica para ECT. En Francia Lapipe y

Rondepierre (1941), llevaron a cabo mediciones de la resistencia del cráneo para lograr una

buena calibración de estímulo. Sin embargo durante este periodo empezaron a describirse

también los efectos no deseados aunque sin darles mucha importancia, Farel informó la

presencia de "amnesia retrógrada", en 1945 Baruk se basó en los efectos secundarios,

Delmas y Sivadon se manifestaron sobre el peligro de desencadenar ataques espontáneos y

sobre la extrema variabilidad de los resultados. En Alemania la ECT el director del Hospital

Eglfing-Haar clasificó y diferenció entre convulsiones, además describió esquemas para la

administración de un tratamiento Blockmethode, es decir, para convulsiones inducidas en días

sucesivos.

Los primeros trabajos británicos sobre ECT también se caracterizan por la

preocupación por sus indicaciones clínicas y los efectos secundarios. J.C. Batt (1943)

concluyó que aunque la mayoría de las depresiones “reaccionaron favorablemente a las

convulsiones inducidas eléctricamente, el 13 por ciento de todos los casos reincidieron.”

En 1950 cuando aparecieron los medicamentos antidepresivos, su eficacia se

comparó con la de ECT, aunque ambos resultaron eficaces, la facilidad de uso de los

medicamentos, llevó a los médicos a descartar la ECT. En los EE.UU. a principios de 1970, el

ECT fue reintroducido pero algunos movimientos sostenían que el ECT borraba todos los

recuerdos y dejaba a los pacientes como zombis; llegando incluso a afirmar que el proceso era

similar al de la lobotomía. Los pacientes perdían la memoria de los acontecimientos

personales ocurridos durante el período de la enfermedad y el período de tratamiento; la

confusión transitoria después de cada convulsión aumenta las preocupaciones del paciente y

la familia.

En los 70’s algunos ex pacientes exigieron la prohibición de uso de ECT, sus

demandas llevaron a la legislatura de California en 1974 a restringir severamente el uso de

ECT.

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La investigación durante más de dos décadas se ha centrado en las afirmaciones de

que ECT daña el cerebro y conduce a la pérdida permanente de la memoria, y no en

cuestiones clínicas o estudios de su mecanismo de acción. La mayoría de los estudios que

apoyaron esta técnica intentaron minimizar el impacto de la ECT en las funciones de memoria

y mantener la eficacia terapéutica. Los promotores de la ECT la defienden como una

intervención única con un impacto amplio y profundo en la función y el comportamiento del

cerebro, que seguramente merece más atención en la neurociencia. Sorprendentemente, los

informes recientes de las neurociencias han reportado que las convulsiones repetidas, de

hecho, crean nuevas neuronas y mejoran la gliosis, según Merkl se regulan los circuitos

cortico-límbicos de pacientes deprimidos que afectan la estructura y función regional del

cerebro. Un aumento significativo de las concentraciones de la corteza occipital-GABA

medidas después de un curso de tratamiento de ECT del trastorno depresivo (Sanacora et al.,

2003) ha apoyado esta hipótesis que supone que un aumento compensatorio en la función de

neurotransmisión inhibidora (es decir, GABA) en el circuito cerebral era responsable de las

propiedades antidepresivas y anticonvulsivas de ECT (Merkl 2009).

Aunque aún hay una clara y precisa dificultad en la investigación de los efectos

neurobiológicos inducidos por ECT, la dificultad no radica en demostrar tales cambios, sino en

diferenciar cuáles de los cambios pueden estar relacionados con los importantes efectos

antidepresivos y amnésicos. La controversia sobre esta técnica se mantiene por la serie de

evidencia que se ha recabado sobre los efectos adversos de la terapia como en un estudio

realizado por Tsourtos (2007) en el cual se demostró que la ECT temporalmente ralentiza la

velocidad de procesamiento de la información en pacientes con Depresión mayor.

En la actualidad la ECT sigue siendo usada en psiquiatría para tratar trastornos

mentales graves, sin embargo aún prevalece el desconocimiento y la estigmatización del

procedimiento, los adeptos defienden su eficacia, sin embargo aún queda mucho por ahondar

en esta técnica antes de prescribirla y aplicarla, como constatar las diferencias en la práctica

de la ECT, realizar una nueva valoración de la ECT para los pacientes. Los últimos estudios

sobre la ECT describen como debe ser la colocación de los electrodos para evitar

consecuencias contraproducentes, el programa de tratamiento y la dosis de estímulo que

juega un papel en el desarrollo del deterioro cognitivo, lo que es más importante en el grado y

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la persistencia de la amnesia retrógrada. Generalmente se acepta que la colocación bilateral

de los electrodos produce efectos adversos amnésicos mayores y más persistentes que la

colocación unilateral. (Keller et al, 2010).

IV. METODOLOGÍA

Se realizaró una búsqueda bibliográfica de forma aleatoria de los principales estudios

de la terapia electroconvulsiva, en cuanto a sus origenes, historia y aplicación en trastornos

afectivos como la depresión. Se consultaron bases de datos biográficos internacionales: como

MEDline a través de pubmed (hasta el 2010) mediante la estrategia [electroconvulsive AND

depression; electroconvulsive therapy; history of electroshock] en texto libre aplicando límites

de búsqueda como año de publicación, solo humanos como sujetos, estudios clínicos y casos

reportados. En PubMed resultaron 224 artículos originales.

Se hizo una selección de los estudios relevantes en la que se incluyeron todos

los estudios históricos en inglés, en los que se presenta información actualizada del estudio

de la ECT, así como sus efectos cognitivos y neurobiológicos. Quedaron excluidos los

estudios realizados en modelos animales y en otras enfermedades diferentes a la

depresión. Los criterios de inclusión o exclusión se aplicaron a las referencias

encontradas mediante la lectura de los resúmenes y conclusiones.

V. FUENTES

Las fuentes primarias que se usarían para realizar la investigación de la Significación

histórica del uso de electroconvulsiones como técnica terapéutica en la depresión severa,

efectos neurobiológicos, serían:

Primarias:

- Electroconvulsive therapy. In: Helmchen H, Henn F, Lauter H, Sartorius N, eds. Contemporary

Psychiatry. Nobler M, Sackeim H.

- Mechanism underlying the therapeutic effects of electroconvulsive therapy (ECT) on

depression. Shihara K, Sasa M. 1999

- Memory functions six to nine months after electroconvulsive therapy, Squire LR, Chace PM,

1975.

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- Experimental studies of the therapeutic action of electroconvulsive therapy in endogenous

depression. The role of the electrical stimulation and of the seizure studied by variation of

stimulus intensity and modification by lidocaine of seizure discharge. Cronholm B, Ottosson JO.,

1996.

Secundarias:

- Electroconvulsive Therapy Performed Outside of Surgical Suites: A Review of the Clinical

Effectiveness, Safety, and Guidelines. Canadian Agency for Drugs and Technologies in Health.

-Memory and induced ECT convulsions. Dornbush RL. 1972

- The effect of electroconvulsive therapy on autobiographical memory: a systematic review.

Fraser LM1, O'Carroll RE, Ebmeier KP. 2008.

VI. REFERENCIAS

Berrios G.E. The scientific origins of electroconvulsive therapy: a conceptual history, History of

Psychiatry, Vol 8, Issue 29, pp. 105 – 119, 2016

Falconer, D., Cleland, J., Fielding, S., & Reid, I. (2010). Using the Cambridge

Neuropsychological Test Automated Battery (CANTAB) to assess the cognitive impact

of electroconvulsive therapy on visual and visuospatial memory. <i>Psychological

Medicine, Cambridge University Press, Vol 40, Issue 6 2010, pp. 1017-1025

Fink M. Convulsive therapy: a review of the first 55 years. J Affect Disord. 2001;63:1–15

KALINOWSKY, L. B. (1986), History of Convulsive Therapya. Annals of the New York Academy

of Sciences, 462: 1–4.

Kellner G, Kristen G. Tobias, BA, Wiegand J. Electrode Placement in Electroconvulsive Therapy

(ECT), Volume 26, Number 3, September 2010

Merkl A , Heuser I , Bajbouj M . Antidepressant electroconvulsive therapy: Mechanism of action,

recent advances and limitations. Exp Neurol 2009; 219: 20 – 26

Tsourtos G, Spong J, Stough C. The effects of electro-convulsive therapy on the speed of

information processing in major depression. 2007

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