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La estación meteorológica (I)

Una estación meteorológica es una instalación destinada a medir y registrar regularmente diversas variables
meteorológicas. Estos registros se utlizan posteriormente para la confección de los mapas, la realización
de las previsiones meteorológicas o para los estudios climatológicos.

El emplazamiento y la ubicación de una estación destinada a medir los diferentes parámetros


meteorológicos es lo más importante. Debiera escogerse un terreno natural de la comarca y no demasiado
inmediata a zonas edificadas o excesivamente cultivadas. Un observatorio urbano, en una ciudad o en
alguna de sus calles y plazas no será muy últil para los análisis sinópticos, pero sí lo será mucho para
aplicaciones de vigilancia ambiental, sobre todo en lo que concierne a contaminación atmosférica y de
influencia local en las variables meteorológicas.

De poder elegirse el terreno debiera hacerse la elección previendo una escasa modificación de sus
condiciones actuales en los siguientes diez años por lo menos. Convendrá que no haya árboles en el recinto
destinado a la instalación de los aparatos; las medidas ideales para la parcela serían de 6 metros de ancho
por 9 metros de largo, preferentemente con suelo de césped natural o, en su caso, del mismo terreno que
el entorno.

Imagen de la Estación Meteorológica de Ojáiz-Peñacastillo (Santander - Cantabria)


Como equipo instrumental esencial de una estación meteorológica conviene exigir al menos una unidad de
los siguientes elementos:

- Garita o caseta meteorológica con la suficiente ventilación (persianas dobles en tres de su lados y en la
base de la garita) y protegida de la radiación exterior.
- Juego de termómetro seco y húmedo y termómetros de máxima y mínima, asi como registradores en el
tiempo de la temperatura y humedad.
- Equipos para la medida de la precipitación: Pluviómetro y pluviógrafo.
- Anemómetro y veleta.
- Juego de termómetros para la medida de la temperatura a diferentes profundidades del suelo.
- Termómetro de mínima para la medida de la temperatura a 15 cm del suelo.
- Heliógrafo para el cómputo de las horas de sol.

En las estaciones más importantes son también recomedables:

- Radar meteorológico
- Radiómetro
- Medidores de base de las nubes más bajas (Nefobasímetro).

Es muy conveniente determinar las coordenadas geográficas de la estación teniendo como centro el pilar
donde se asienta el heliógrafo. Los GPS,s portátiles sirven muy bien para determinar la longitud, latitud y
altitud de la estación. Interesa también conocer con la ayuda de un buen mapa topográfico varios azimuts
(rumbos) a referencias fácilmente reconocibles que se encuentren a distancias variables con el fin de
determinar el grado de visibilidad horizontal.

LOS EQUIPOS DE LA ESTACIÓN


Dentro de la parcela y en sentido N - S de la misma se dispondrán la garita o garitas (a una distancia de al
menos 1,20 metros de la valla perimetral), el grupo pluviómetro/pluviógrafo rebasado el centro del terreno
(mitad meridional del mismo), el termómetro de mínima junto al suelo (o termómetro de radiación) sobre el
césped, a una altura de 15 cm, con su pantalla protectora; un pilar de mampostería o de otro elemento fijo
e inamovible donde instalar el heliógrafo. De no poder colocar la anemoveleta en alguna terraza, se
dispondrán los sensores correspondientes en un poste o torreta de 6 hasta 10 metros sobre el terreno, en
zona alejada lo más posible de setos o cercas, sin que a su vez perturbe a los otros equipos meteorológicos.

Plano de la estación meteorológica de Ojáiz-Peñacastillo


La garita meteorológica

Así son llamadas por los profesionales de la meteorología española los resguardos termométricos frente a
golpes de viento, a efectos de radiación, a goteos de lluvia o nevadas, etc., pero sobre todo garantizando
un buen contacto térmico con el aire ambiente.
Aspecto exterior de una garita meteorológica

La doble función protectora frente a la intemperie agresiva y, al tiempo, de buena inserción de equilibrio
térmico en el ambiente atmosférico, se consigue en casi todos los modelos por tejadillos y laterales a base
de lamas o persianas de lamas espaciadas, preferentemente de doble vertiente. En España se incorpora
adicionalmente una "chimenea" o caperuza favorecedora de tiro convectivo que ayuda a la ventilación
natural.

Las garitas se instalan sobre un suelo de hierba corta y deben estar pintadas de blanco para reflejar lo más
posible la radiación exterior. La pintura hidrófuga es ideal para no incorporar humedad al interior de la
misma. En caso de nevadas habrá que mantenerla libre de amontonamientos de nieve, así como su
entorno, y no sólo en los caminos de acceso.

La puerta de la garita va en el lado que mira al norte geográfico. La altura de la base superior en que se
colocan los soportes de los termómetros será tal que éstos queden a la altura de la vista de la persona;
normalmente dicha base tiene que estar a una altura de 1.20 metros desde el suelo. Con pilas o con
instalación eléctrica permanente (a ser posible luz fría, leds o neones) se garantiza la iluminación del interior;
así el observador puede desspreocuparse de tener que portar una linterna, ya que habrá de efectuar
algunas operaciones de reposición de índices de termómetros, dar cuerda a registradores con tambor de
relojería, además de anotar los datos de la observación.

Interior de una garita meteorológica

En el interior de la garita irán alojados los termómetros de máxima y mínima, el psicrómetro (termómetro
seco y húmedo), el registrador de la temperatura y humedad (higrotermógrafo) y el evaporímetro. También
pueden dejarse en el interior papel para anotar las observaciones y diversos utensilios como plumillas,
discos secantes o tinta especial, para realizar un mantenimiento mínimo de los equipos de medida y registro.
Juego de termómetros en el interior de la garita: En posición horizontal, el termómetro de máxima (superior) y el de mínima
(inferior); en vertical, el termómetro seco (izquierda) y el húmedo (derecha). Ambos termómetros forman el psicrómetro que se
utiliza entre otras cosas para determinar la humedad del aire.
Aparato registrador de la temperatura (plumilla superior) y la humedad (plumilla inferior). Se denomina higrotermógrafo.
Evaporímetro Piché que sirve para determinar la cantidad de agua que se evapora, graduado en milímetros, y cerrado en su parte inferior por
un disco de papel secante sujeto por un fleje metálico.

La estación meteorológica (II)


El interior de la garita meteorológica

Como habíamos comentado en la entrada anterior, la garita o caseta meteorológica es un abrigo o


protección para los equipos instalados en su interior. Recordemos que debe estar instalada sobre terreno
natural, generalmente de hierba corta o césped; la base inferior de la garita debe estar situada a 1.20 metros
de ése suelo; está diseñada de tal forma que facilite la libre circulación del aire en su interior y al mismo
tiempo que proteja los aparatos de cualquier tipo de radiación exterior. Para conseguir esto se contruyen
con paredes dobles constituídas por persianas simples, inclinadas a 45º con respecto a la horizontal. La
puerta debe estar siempre orientada al norte (en el hemisferio septentrional) y al sur en el hemisferio
meridional.

Dentro del abrigo meteorológico se colocan una serie de instrumentos destinados a medir y registrar
algunas de las variables más importantes en meteorología: Los termómetros de extremas (de máxima y de
mínima), el psicrómetro (termómetro seco y húmedo), el evaporímetro (para medir la evaporación del agua)
y el higrotermógrafo, que indica la variación temporal de la temperatura y la humedad en sendas gráficas.
Termómetros de máxima y mínima

Son un par de termómetros colocados 30 cm por encima de la base de la garita meteorológica. Se basan
en la propiedad física de la expansión de un líquido en un tubo de vidrio. El termómetro de máxima se
instala por encima del de mínima, con el bulbo del mercurio en posición ligeramente inferior que el otro
extremo del termómetro. El mercurio no puede ser empleado como líquido termométrico más que para
temperaturas superiores a los -36,0ºC, pues su punto de congelación está justamente por debajo de ésta
temperatura.

En el capilar por donde se expande el mercurio existe una estrangulación a la salida del depósito. Cuando
la temperatura desciende, después de haber alcanzado su valor máximo, el mercurio no puede bajar más
allá de la estrangulación, siempre que el termómetro esté casi horizontal (por eso se coloca un poco
inclinado). La temperatura máxima se lee en el extremo de la columna de mercurio más alejada del bulbo.

Detalle de la estrangulación del capilar del termómetro de máxima a la salida del depósitode mercurio.

En la foto anterior vemos que el mercurio se aproxima mínimamente a los 15,5º. La lectura real es de
15,4ºC.

Para las medidas con el termómetro de mínima se utiliza el alcohol (pues su punto de congelación es
mucho más bajo que el del mercurio) cuyo capilar contiene un índice de vidrio, de color oscuro, muy ligero.
Este índice se desplaza libremente en el líquido pero no emerge debido a la tensión superficial. Por lo tanto,
el termómetro debe colocarse en posición perfectamente horizontal. Cuando la temperatura desciende la
columna de alcohol se contrae y el índice es arrastrado hacia el depósito del instrumento. Cuando la
temperatura sube, la columna de alcohol se alarga pero no ejerce ninguna fuerza sobre el índice que
permanece estacionario.
Depósito de alcohol del termómetro de mínima

En la foto siguiente vemos cómo el índice ha quedado inmóvil mientras que la columna de alcohol, al subir
la temperatura, se aleja del mismo. La lectura de la temperatura está señalada por el extremo derecho de
ése índice.

En general ambos termómetros se leen dos veces al dia y tras cada anotación deben colocarse de tal
manera que permitan la siguiente lectura, tanto de la máxima como de la mínima. En el termómetro de
máxima es necesario hacer entrar de nuevo el mercurio dentro del depósito a través de la estrangulación
para formar una columnna continua. Para ello se coge el termómetro firmemente en la mano, con el depósito
hacia abajo y se le sacude vigorosamente realizando con el brazo una o dos oscliaciones rápida, muy
semejantes a las que se efectuán en los termómetros clínicos antes de medir la temperatura corporal. Para
poner "a cero" el termómetro de mínima sólo es necesario inclinarlo levemente, con el depósito hacia arriba,
de forma que el índice se deslice hasta que esté de nuevo en contacto con el alcohol. A estas operaciones
se las llama poner los termómetros en estación.

El psicrómetro

En este caso los dos termómetros están colocados verticalmente y el bulbo de uno de ellos está envuelto
en una gasa o mecha humedecida con agua destilada o agua de lluvia, de modo que siempre indicará una
temperatura menor. Al hacer la observación deben hacerse las lecturas de los dos termómetros lo más
simultáneamente que sea posible, pero antes hay que asegurarse de que el depósito húmedo recibe la
suficiente cantidad de agua.
El psicrómetro (los termómertros colocados en posición vertical) y el bulbo de uno de ellos envuelto en una gasa humedecida
con su correspondiente depósito de agua destilada.

La diferencia de temperaturas entre los dos termómetros se denomina diferencia psicrométrica . En base a
ella y con la ayuda de tablas de doble entrada puede calcularse la tensión del vapor (es decir, la presión
que ejerce sólo el vapor de agua en la atmósfera), la humedad relativa del aire y la temperatura del punto
de rocío. Las tablas reciben el nombre de Tablas psicormétricas. Tras la anotación de las temperaturas no
es necesario ponerlos en estación.

El higrotermógrafo

Es un equipo registrador que dibuja en dos gráficas diferentes la variación temporal de la temperatura y la
humedad del aire. El sensor de temperatura se basa en la dilatación y contracción de dos metales diferentes.
Las dos tiras metálicas están soldadas una encima de la otra y, en general, arrolladas en forma de espiral.
La tira metálica exterior se dilata mucho menos que la tira interior (normalmente de latón) de tal forma que,
cuando la temperatura aumenta, la espiral tiende a desenrrollarse. Este movimiento se amplifica por un
sistema de palancas simple al cual está unido un largo brazo que soporta una plumilla.
Detalle de las láminas bimetálicas del sensor de temperatura en el higrotermógrafo

Gráfica temporal de la temperatura


El sensor de humedad, dentro del mismo aparato, consta de un haz de cabellos humanos. Cuando éstos
no están impregandos de sustancias grasas, varían con la humedad relativa del aire. Las variaciones de
longitud de los cabellos son amplificadas por un sistema de palancas y registradas por medio de una pluma
sobre una banda especial colocada en un tambor que gira con movimiento uniforme.

Haz de cabellos del sensor de humedad en el higrotermógrafo


Tambor de relojería al que se le ha acoplado una banda especial de modo que en la parte superior queda registrada la
variación de temperatura y en la inferior, la de la humedad relativa.
El evaporímetro

Tambien llamado atmómetro, el de uso más corriente es el del tipo Piché. Está formado por un tubo de
vidrio graduado, abierto por uno de sus extremos en el cual se coloca un disco poroso después de haberlo
llenado de agua destilada, y luego se invierte.

El disco poroso permanece siempre mojado por el agua del tubo. La evaporación se mide leyendo la altura
del agua desaparecida del tubo graduado. El evaporímetro de Piché solo reacciona a la humedad relativa
y a las variaciones de velocidad del viento que atraviesa la garita. Pero no responde a las variaciones de la
radiación solar recibida por la superficie terrestre que la rodea..
Detalle del evaporímetro Piché

Disco poroso de papel secante sujeto al evaporímetro mediante un fleje metálico


Aunque el instrumento sea manejable y sencillo no permite obtener indicaciones que guarden estrecha
relación con la evaporación de las superficies naturales. Esto se debe a la forma de exposición del aparato,
pero también los depósitos de polvo y arena sobre la superficie evaporante pueden falsear seriamente las
lecturas.

La estación meteorológica (III)


Los equipos del recinto meteorológico

Pluviómetro y pluviógrafo

Son los equipos destinados a medir la precipitación, es decir, la cantidad de agua que en forma de lluvia,
nieve y granizo (también la niebla forma parte de la precipitación aunque sus registros sean la mayoría de
las veces inapreciable) recibe la superficie de la tierra en el lugar de la observación.

Para conseguir la posible exactitud y facilidad en los estudios climatológicos es importante que exista
uniformidad en la instalación de los aparatos, así como en los métodos de observación.

El pluviómetro que se utiliza en España como modelo oficial es el de Hellmann que está formado por un
tubo cilíndrico terminado en su parte superior por una boca circular de 200 centímetros cuadrados de
superficie (16 cm. de diámetro), perfectamente limitada por un anillo de bronce. El agua recogida en ésta
boca cae, a través de un embudo, a una vasija interior, la cual queda aislada del cilindro exterior por una
capa de aire que evita la evaporación del agua recogida.
Pluviómetro oficial Hellmann de la estación meteorológica de Ojáiz-Peñacastillo

El pluviómetro se cuelga por medio de aros y grapas en un poste, de modo que su boca quede horizontal
con respecto al suelo y a 1.50 metros de éste. Dicho poste no debe rebasar la altura de la boca para que
no salpique el agua de lluvia ni sirva de estorbo cuando haya viento. La instalación ha de hacerse en un
lugar donde pueda recibir el agua de la precipitación, aunque caiga con alguna inclinación, a una distancia
de edificios y árboles mayor que la altura de éstos obstáculos y sin que esté expuesto a ser batido por
vientos fuertes. El suelo conviene que esté cubierto de césped.

Para medir la precipitación se vierte el agua del depósito interior en una probeta graduada, cuidando de
que no se derrame nada; se coge ésta con dos dedos por cerca de la boca, de modo que quede vertical y
se ve a la altura a la que ha llegado el agua.

Vertido del agua recogida en la vasija interior del pluviómetro hacia la probeta
Debido a la capilaridad del agua, que tiende a ascender por los bordes de la probeta, hay que prestar
especial atención a la hora de efectuar la medida. Por ello se tomará la cantidad de agua que esté
perfectamente horizontal dentro de la probeta y no la que parece figurar en los bordes.
Media de la precipitación por medio de la probeta. Vemos como el agua parece elevarse por las paredes de la probeta, pero la medida real es
la parte horizontal del líquido. En este ejemplo la precipitación ha sido de 6,2 mm.
Hay que observar que estos mismos números indican los milímetros de altura que alcanzaría el agua de la
lluvia sobre un terreno completamente horizontal, impermeable y no sujeto a ningún tipo de procesos de
evaporación, puesto que un milímetro es la altura que corresponde a un litro de agua por metro cuadrado.

En el caso de que haya nieve en el colector se echa, por la boca del pluviómetro, una cantidad de agua
caliente (perfectamente medida con la probeta), necesaria para derretir la nieve; se mide después toda la
cantidad de agua del receptor y se descuenta la cantidad de agua caliente medida con anterioridad.

El pluviógrafo no es más que un pluviómetro registrador que permiten obtener un registro continuo de la
precipitación y que se utiliza para los siguientes fines:
- Determina las horas de comienzo y fin de la precipitación.
- Determina la intensidad de la lluvia en todo momento.

El pluviógrafo puede ser de diferentes tipos atendiendo al dispositivo o mecanismo que registra la cantidad
de agua caída. Entre ellos los hay de flotador, de balancín o de peso. En España se utiliza el tipo flotador
para los pluviógrafos manuales y el de balancín para los automáticos.

En el caso del pluviógrafo de tipo flotador, la lluvia cae dentro de un depósito que contiene un bombín hueco
y muy poco pesado; el movimiento vertical del flotador, a medida que sube el nivel del agua dentro del
depósito, se transmite mediante un mecanismo apropiado, a una plumilla que se desplaza sobre una banda
de papel especial.
Funcionamiento del pluviógrafo de flotador: El agua de la precipitación entra por la boca del aparato (de medidas iguales a las del
pluviómetro) y cae (1) a través de un conducto al interior del depósito (2). Al subir el nivel del agua dentro de éste acciona el flotador interior
que hace que suba la plumilla (3) a través de unas guías. La plumilla va dibujando en la banda del papel la altura que alcanza la precipitación (4).
Cuando el depósito se llena (que debe coincidir con una cantidad de 10 mm), el sistema se sifona (5) y el agua se vierte a un recipiente
totalizador; entonces la plumilla desciende hasta la parte inferior de la banda (señalada con 0 mm). Si continúa lloviendo el proceso se repite de
nuevo.
Para contabilizar la precipitación registrada en el pluviómetro se deben tener en cuenta sólo las curvas
ascendentes (que tendrán más o menos pendiente en función de la intensidad). El proceso de vaciado del
depósito viene señalado por una marca recta descendente. Las bandas del aparato vienen graduadas en
décimas de milímetro (hasta 10), en la escala de precipitación y en horas (escala de tiempo); dentro de
cada hora la división es de diez en diez minutos.

La medida oficial de la precipitación siempre será la del pluviómetro. Para que la cantidad recogida en éste
como la registrada por el pluviógrafo sean coincidentes es necesario recurrir a un coeficiente de
precipitación. La intensidad máxima de la lluvia se calcula buscando en la banda la cantidad mayor de agua
recogida en 10 minutos. Por medio de una regla de tres se obtiene la intensidad de la precipitación
expresada en milímetros/hora.
Banda del pluviógrafo en el que se muestra la cantidad de precipitación recogida. La mayor cantidad de precipitación en 10 minutos ocurrió entre las
21.45 y 21.50Z (76 décimas de mm). Esta cantidad, multiplicada por 6 y dividida entre 10 nos da una intensidad máxima de 45,6 mm/hora. Es decir,
si hubiese seguido lloviendo con lasmisma fuerza, cada hora se habrían recogido 45,6 mm.

Anotación de los registros de la banda del pluviógrafo.


Esta es una operación que hay que realizar con sumo cuidado y si bien es cierto que ya los programas informáticos ayudan a la corrección de las bandas,
el observador de turno debe conocer cómo analizarlas manualmente en previsión de que fallen los ordenadores.
Algunas de las normas que deben aplicarse en el análisis para posteriormente pasar los datos a los cuadernos de registro son:
- Las cantidades máximas en intervalos de 10, 20, 30 y 60 minutos, de 2, 6 y 12 horas y el total diario deben formar una sucesión monótona creciente
para cada día; es decir, cada término deberá ser mayor o igual que el anterior.

- La cantidad máxima en un intervalo de duración "T" (20 min., 60 min., 2 horas, 12 horas y total diario) no pueden superar al doble de la cantidad
máxima que figura en el intervalo de duración mitad de "T" (10 min., 30 min., 6 horas y 12 horas, respectivamente), para cada día.
- Las cantidades máximas en intervalos de 60 min, 2, 6 y 12 horas, no pueden ser menores que la máxima suma de las que figuran en las casillas
horarias de su izquierda agrupadas consecutivas con igual duración total; ni tampoco pueden superar a la máxima de éstas casillas horarias consecutivas
con duración de una hora más (2, 3 7 y 13 horas, respectivamente).

- La duración de la precipitación (en horas y minutos) no puede superar al número de horas que figuran con precipitación en las casillas horarias de su
izquierda.

- La cantidad máxima en 30 minutos no puede superar al triple de la máxima en 10 minutos.

- La cantidad máxima en 60 minutos no puede superar al triple de la máxima en 20 minutos, ni al séxtuplo de la máxima en 10 minutos.

- La cantidad máxima en 6 horas no puede superar al triple de la máxima en 2 horas, ni al séxtuplo de la máxima en 60 minutos.

- La cantidad máxima en 30 minutos no puede superar a la suma de las máximas en 10 y 20 minutos.

- La duración diaria (horas y minutos) no puede superar a la duración del intervalo en que la cantidad máxima sea igual al total diario.

Teniendo en cuenta estas reglas las anotaciones derivadas del análisis de las bandas se pasan a la hoja de repartición horaria de la precipitación e
intensidades máximas
La estación meteorológica (IV)
Los equipos del recinto meteorológico (cont).

El heliógrafo de Campbell-Stockes

El heliógrafo se utiliza para medir las horas de sol efectivas. El modelo más utilizado en España es el
Campbell-Stockes que está constituído por una esfera de vidrio de 96 mm de diámetro, montada
concéntricamente en el interior de un casquete esférico cuyo radio es tal quye los rayos solares forman un
foco muy intenso (como si se tratase de una lupa) sobre una banda de cartulina encajada en las ranuras
del casquete. Este lleva tres pares de ranuras paralelas en las cuales se pueden alojar tres clases de bandas
diferentes.

La bola de cristal reposa sobre un soporte cóncavo, hacia arriba, de forma esférica. Una arandela elástica
alcanza el borde de la bola y por medio de un tornillo y un disco mantiene oprimida a ésta contra el apoyo
inferior. Con ello se logra una fijación más que suficiente.
Vista general del heliógrafo de Campbell-Stockes. con la banda correspondiente al verano
Para su instalación hay que elegir un emplazamiento en el que los rayos del sol puedan llegar al aparato
sin impedimento durante todo el dia. En el caso de un recinto meteorológico, la zona donde debe instalarse
siempre será al sur; otro emplazamiento pueden ser, por ejemplo, en una azotea. Sin embargo, lo más
recomendable (según las normas de la OMM), es que el asentamiento del aparato sea firme, de manera
que no sea posible una alteración del mismo por influjo de la temperatura, viento o humedad ni por las
trepidaciones. Debe evitarse siempre la sustentación de madera y es recomendable la de piedra o
mampostería o, en último caso, la de metal. La bola de cristal del heliógrafo deberá a estar a una altura de
1,30 m., sobre terreno de césped o hierba corta.

El heliógrafo consta de dos bases siendo la inferior (o fundamental) la que se fijará permanentemente a la
obra de sustentación y que deberá nivelarse con un nivel de burbuja para que quede perfectamente
horizontal con respecto al suelo. La base por encima de la placa fundamental puede moverse con respecto
a ésta, de modo que el aparato pueda ajustarse por medio de las tuercas de fijación y al objeto de realizar
con más precisión la afinación de la alineacion Norte-Sur.

Para la correcta instalación del heliógrafo son necesarios los ajustes siguientes:

1.- La base debe estar exactamente horizontal.


2.- El casquete o soporte debe disponerse de modo que la línea media (en sentido longitudinal) de la banda
equinoccial se halle en el plano del ecuador celeste. Para ello existe una escala de latitudes marcada en la
montura del casquete que facilita éste ajuste; debe coincidir la latitud del lugar con la marca situada a tal
efecto.
3.- El plano vertical que pasa por el centro de la esfera y por la señal de mediodía marcada en el casquete,
debe coincidir con el plano meridiano geográfico.
Heliógrafo ajustado en sentido horizontal (latitud del lugar) y longitudinal (longitud del emplazamiento)
El proceso más delicado del ajuste del heliógrafo es el que hay que realizar para adecuarlo al plano del
meridiano. Es decir la linea N-S de la fotografia anterior debe coincidir exactamente con el meridiano del
lugar de la instalación. Para ello se siguen estos pasos:

A) A las 12 horas hay que sumarle una o dos horas según el adelanto de la hora oficial (una en horario de
invierno y dos en horario de verano).
B) Sumar o restar la longitud geográfica del lugar (expresada en tiempo, no en grados) para puntos situados
al Oeste/Este del meridiano de Greenwich.

La conversión de la longitud geográfica expresada en unidades angulares a unidades de tiempo (es decir
horas, minutos y segundos) es muy sencillo, teniendo en cuenta que:
1º, equivale a 4 minutos; 1', equivale a 4 segundos; y cada 15" equivalen a 1 segundo

C) Sumartle algebraicamente la ecuación del tiempo que ya vienen tabuladas en tablas especiales.
En el caso de que no figure el dia deseado será necesario interpolar.

Ejemplo de calibración:
OBSERVATORIO: Oviedo
LONGITUD: 5º 52' 24" W
FECHA: 13 de Febrero

Convertimos la longitud geográfica a unidades de tiempo:


5º = 5 x 4 minutos = 20 minutos
52' = 52 x 4 segundos = 208 segundos
24" = 24/15 = 2 segundos

Entonces, 5º 52' 24" es igual a: 20 m + 208 seg + 2 seg; ó igual a: 20 minutos, 210 segundos
Simplificando quedan: 23 minutos y 30 segundos
Como estamos al OESTE del meridiano de Greenwich, hay que sumar el resultado a la ecuación del tiempo.

Dicha ecuación, segun las tablas tabuladas vale 14 minutos y 18 segundos para el dia 13 de Febrero, y
habrá que sumar 1 hora de adelanto oficial por ser horario de invierno. Por lo tanto:

(12 horas + 1 hora) + (23 minutos 30 segundos) + (14 minutos 18 segundos) = 13 horas, 37 minutos y 48
segundos.
Esto quiere decir que el dia 13 de Febrero el sol pasa por el lugar del emplazamiento del heliógrafo a las
13 horas, 37 minutos y 48 segundos, leído en un reloj que marque la hora oficial y, en ése instante, la
sombra de cualquier obstáculo indicará exactamente el norte y sur geográficos.

D), Coger una banda adecuada a la época del año que corresponda y ajustar la marca impresa de las 12
horas con la señal grabada en el casquete del heliógrafo. El sol debe estar exactamente en ése punto.
Detalle del foco producido por la bola de cristal que va quemando la banda y dibujando la traza. La banda esta señalada en su mitad con el numero
12 y debajo de él la letra "S". A la hora de colocar la banda. está señal debe coincidir con la marca grabada en el casquete del aparato (una ranura
longitudinal que se ve debajo de la banda.).

Si todos los ajustes están bien hechos, las quemaduras producidas por el sol a través de la esfera deben
ser paralelas a la línea media de la banda. Un mal ajuste puede dar lugar a pérdidas considerables en el
registro de horas de insolación, en ciertas épocas del año, por salirse de la banda la traza o quemadura.
Una traza simétrica pero que no es paralela a la línea media de la banda, acusa falta de ajuste de latitud.
Una traza asimétrica se debe a un mal ajuste respecto al meridiano o a una nivelación defectuosa. Una
traza en posición correcta en los equinoccios pero que no es paralela a la línea media de la banda en otras
estaciones del año, indica un desplazamiento del centro de la esfera de vidrio sobre el plano del ecuador.
Y por último un centrado defectuoso da lugar a una traza muy ancha y mala definida en sus extremos.
Análisis de los registros

Como ya se había comentado existen tres tipos de bandas que se colocan en las ranuras de la parte
posterior del casquete metálico en función de la época del año. Son bandas impresas en cartón azul y
graduadas en horas y semihoras.

Los tres tipos de bandas de registro. El bolígrafo se ha fotografiado junto a ellas como referencia de su tamaño.
Banda curva corta o de invierno: Se coloca desde el 13 de octubre hasta el 28 ó 29 de Febrero en la
ranura superior.
Banda recta o equinoccial: Se coloca desde el 1 de marzo al 12 de abril y también desde el 1 de
septiembre al 12 de octubre, en la ranura intermedia.
Banda curva larga o de verano: Se coloca desde el 13 de abril hasta el 31 de agosto en la ranura inferior.

Para determinar la duración total de la insolación en un día se sigue este procedimiento:


a) En el caso de una traza limpiamente quemada, con los extremos redondeados, se rebaja la longitud del
surco, o traza total, en un valor igual a la mitad del radio de curvatura de cada extremo; en general ésta
rebaja corresponde a una reducción de 0,1 de hora de la longitud total del surco quemado.

b) En el caso de quemaduras circulares, la longitud media debe ser igual a la mitad del diámetro de la
quemadura. Si apareciesen varias trazas circulares en una misma banda, basta tener en cuenta, en general,
que 2 ó 3 trazas corresponden a 0,1 de hora de insolación; 4, 5 ó 6 trazas, a 0,2 horas de insolación, y así
sucesivamente por pasos de 0,1 hora.

c) Cuando la traza no es más que una quemadura estrecha o una simple mancha, haya que medir la longitud
total de la traza.

d) Cuando la anchura de una traza continua se reduce durante algún tiempo en un 1/3 por lo menos, hay
que restar de la longitud total 0,1 de hora por cada estrechamiento, pero la duración máxima así sustraída
no debe sobrepasar la mitad de la longitud total de la traza.

Actualmente existen plantillas impresas de metacrilato, cuyas marcas están divididas en décimas de
hora, que colocadas encima de la banda permiten leer con más facilidad el tiempo de insolación.

banda de invierno retirada del heliógrafo y plantilla para realizar el cómputo de las horas de sol.
En la fotografia superior tenemos una banda del heliógrafo que corresponde a la época de invierno, con
una traza perfectamente paralela a la línea media de la misma, lo que denota una buena instalación de
aparato en cuanto a la nivelación, latitud y longitud de su lugar de emplazamiento.

Se había comentado anteriormente que éstas bandas van divididas en horas y semihoras que se
corresponden con la hora solar y no con la hora oficial; pero esto no tiene ningúna importancia a la hora de
contabilizar el tiempo de insolación.

El sol comienza a quemar la banda un poco después de las 11:15Z y finaliza unos minutos antes de las
15:20Z. El trazo es uniforme, continuo y bien definido. De su análisis podemos deducir que hay tres horas
exactas (de 12 a 15), más las fracciones correspondientes que suman respectivamente 0,7 décimas de
hora (antes de las 12) y 0,3 décimas de hora despues de las 15. Entonces la suma total de las horas de sol
sería: 0,7 + 3 + 0,3 = 4 horas.

La estación meteorlógica (V)


Equipos automáticos

En muchos observatorios meteorológicos tanto los aparatos manuales (termómetros, higrotermógrafo,


heliógrafo,dispositivos empleados para medir la precipitación atmosférica, etc.), como los equipos
automáticos forman parte de la instalación de una estación. Los unos y los otros deben complementarse
entre sí, y en ambos casos es necesario un tiempo dedicado a su calibración, mantenimiento o revisión,
para que exista la máxima coherencia posible en los datos que aportan cada uno de ellos.

Una estación meteorológica automática es una versión autónoma y automatizada de la tradicional estación
meteorológica manual, preparada tanto para ahorrar la labor humana como para realizar mediciones en
áreas remotas o inhóspitas. El sistema automático puede aportar datos en tiempo real por medio de un
protocolo de comunicaciones o realizar una grabación de ellos para su posterior descarga o estudio.

Los diferentes sensores de medida están integrados en el equipo de modo que proporcionan datos de
temperatura, presión atmosférica, velocidad y dirección del viento, humedad relativa, etc. Los más
sofisticados pueden, asímismo, medir datos de insolación, radiación solar, indice UV, o la altura de la base
de las nubes gracias a un dispositivo especial llamado nefobasímetro (o ceilómetro), un aparato
imprescindible en los aeródromos.

La estación de Ojáiz-Peñacastillo dispone de un conjunto automático de sensores semiprofesional, que


recoge datos de las diferentes variables atmosféricas más importantes en meteorología. Los datos pueden
verse en tiempo real en el display de la estación automática y tambien consultarse a través de internet por
medio de dos sistemas de comunicaciones (FTP y APRS). Los registros recogidos por los sensores son
volcados a un datalogger (una especie de dispositivo de almacenamiento) el cual los graba en un periodo
de tiempo elegido por el responsable de la estación (normalmente cada cinco minutos). Un software
especial analiza los datos que proceden de los sensores exteriores y, en base a ellos, propociona listados,
gráficas o valores medios, necesarios para los estudios climatológicos.

Aparatos destinados a la medida de la precipitación atmosférica. En medio de ellos el pluviómetro automático y, bajo él, la pequeña garita
donde se alojan los sensores destinados a medir la temperatura y la humedad del aire.
El pluviómetro automático consta de un cilindro de 16 cms de diámetro, que sirve para recibir la
precipitación. A su vez ésta es enviada por medio de un embudo a un dispositivo de balancín con dos partes
cóncavas donde se va recogiendo. Cuando uno de estos recipientes se llena, cae por su propio peso y por
medio de un contacto electrónico envía una señal por cable a la consola de interior. El agua es evacuada
al exterior gracias a un orificio abierto en la base del pluviómetro. Al realizarse el volcado, queda preparado
el cuenco vacío y cuando se llena éste, el proceso vuelve a repetirse. En cada uno de estos depósitos se
sabe la cantidad de agua que cabe antes de vaciarse: Cada vuelco corresponde a 0,2 mm de lluvia.

Balancín del pluviómetro automático

Los sensores destinados a la medida de la temperatura y humedad van alojados en una garita especial
para que, al igual que los equipos manuales, no puedan recibir del exterior ningún tipo de radiación que
altere sus registros. Son elementos electrónicos basados en resistencias que envían la señal
correspondiente por medio de un cable a la consola de interior.
Sensores de temperatura y humedad de un equipo automático (cortesía de HawnuNa'ring, de Meteoclimatic)
Los captadores de la velocidad y dirección del viento están alojados en lo alto de una torre de 9,5 metros
de altura y constan del anemómetro y la veleta.

El anemómetro es el encargado de medir la velocidad del viento. Se trata de tres cazoletas semiesféricas
que giran por la fuerza del viento (tipo Robinson) y al que va adosado un eje que a su vez dispone de un
pequeño imán. Cuando éste pasa por encima de un relé reed, cierra un circuito y la señal así producida se
transmite por cable a la consola de interior, donde se muestra la velocidad del viento en las unidades
elegidas por el observador (kms/h, m/segundo o nudos).

La veleta indica la dirección de dónde proviene el viento. Gira sobre un eje al que va unido un disco
codificado que interrumpe o deja pasar libremente un haz de luz procedente de un pequeño led. En función
de la posición de éste disco con respecto al led se transmite una señal por cable a la consola interior que
muestra la dirección del viento en rumbos o grados sexagesimales.

Torreta en cuya parte superior están colocados los sensores de medida de la velocidad y dirección del viento.
Detale de los sensores de velocidad y dirección del viento
En muchos observatorios (por no decir en su totalidad) existe tambien un anemómetro especial destinado
a medir el recorrido del viento; es decir, la distancia que recorrería una burbuja de aire impulsada por la
velocidad de éste en un dia completo de 24 horas. El sistema de funcionamiento es igual que el anemómetro
dedicado a medir la velocidad, pero cada vez que se cierra el circuito electrónico, la señal que también es
transmitida por cable, hace saltar un contador numérico situado en el interior. El anemómetro de recorrido
puede funcionar con corriente continua, gracias a dos pilas de petaca de 4,5 V, o bien con corriente alterna.
Para elegir entre uno u otro método de alimentación, solo es necesario realizar unos pequeños ajustes en
la caja de interconexión que debe permanecer alejada de las inclemencias del tiempo (bien dentro de una
garita meteorológica o en el interior del observatorio).

Anemómetro de recorrido bajo los demás equipos de viento.


Contador del anemómetro de recorrido
La diferencia de lecturas en el contador, efectuadas a la misma hora, nos da el recorrido del viento en
hectómetros. El resultado debe convertirse a kilómetros y la nueva cifra dividida entre 24, nos da como
resultado la velocidad media del viento. Para abreviar se toman sólo 4 cifras, despreciando tanto la situada
en el extremo derecho, como las dos cifras de la izquierda.

Los sensores encargados de medir la radiación solar y el índice UV van alojados en la parte posterior y
superior del pluviómetro automático. Muestran los datos en valores de watios/metro cuadrado y un número
índice, respectivamente. Para su correcta instalación van provistos de una burbuja de agua con el fin de
alinearlos horizontalmente con un plano (el suelo).

Sensores de radiación: A la izquiera el de radiación solar global; a la derecha el de índice UV.


La medida de la insolación se hace a través de un sensor automático (independiente del heliógrafo, pero
con el que se comparan las medidas) , situado a media altura de la torre que aloja los sensores de viento.
La sombra producida por una especie de pequeño cilindro debido al movimiento del sol, va tapando una
serie de sensores distribuidos alrededor del vástago. Dicha sombra emite una señal eléctrica que es
captada por una pequeña pantala en el interior. TOdo el conjunto está protegido de la intemperie gracias a
una semiesfera de cristal de poco espesor
Medidor de insolación

Display del sensor de insolación. Arriba el dato diario y abajo el total acumulado mensual

Equipos manuales frente a equipos automáticos

Para que tanto de los instrumentos tradicionales como de los automáticos obtengamos las mismas medidas
es necesario un tiempo dedicado a su calibración, limpieza y revisión. Otra premisa importante es la correcta
instalación de unos y otros, en base a las normas establecidas por los organismos oficiales, lo que nos
evitará muchos problemas a la hora de analizar y comparar los datos propocionados.

Los componentes de los equipos manuales se basan en propiedades físicas como la de la dilatación de un
líquido en un tubo de vidrio (en el caso de los termómetros) o el aumento por efecto de la humedad de
ciertos elementos orgánicos. En el caso de los equipos electrónicos, son los condensadores, resistencias y
circuitos integrados los encargados de modificar las señales eléctricas que se traducen en las medidas
apropiadas, así como de los programas adecuados y bien configurados que analizan los resultados
obtenidos de dichos sensores.
A continuación se muestran una serie de fotografías que comparan los datos obtenidos de los equipos
manuales y electrónicos y en los que resulta sorprendente su gran similitud:

Banda semanal del higrotermógrafo. En la zona superior se halla la gráfica de temperatura y en la inferior la de la humedad relativa.

Gráfica semanal del software que trata los datos procedentes del equipo automático. En la parte de arriba, en rojo, los datos de temperatura; en
verde, los de humedad relativa. La aparente distorsión de las gráficas se debe a la diferente amplitud de la escala.
Banda semanal del un barógrafo Fischer. Comparada con la curva inferior de la imagen anterior se puede
deducir el perfecto ajuste entre el barógrafo tradicional y el automático.

La estación meteorológica (y VI)


Instrumentos de interior
Barómetro y barógrafo

Se define la presión atmosférica como la fuerza que ejerce la atmósfera, por razón de su peso, por unidad
de superficie. Por consiguiente es igual al peso de una columna vertical de aire de base igual a la unidad
de superficie que se extiende desde el suelo hasta el límite superior de la atmósfera.

En la proximidad de la superficie terrestre la presión atmosférica vale aproximadamente un bar, siendo:


1 bar = 105 newtons/metro cuadrado

Debido a las ligeras variaciones que se producen en el transcurso del día, se utiliza una unidad más
pequeña que es el milibar :

1 milibar = 10-3 bares

Muchos barómetros están graduados en milímetros o en pulgadas de mercurio. En condiciones normales


una columna de mercurio de 760 mm de altura verdadera ejerce una presión de 1013,250 milibares. Por lo
tanto pueden aplicarse los siguientes factores de conversión:

1 mb = 0,750062 mm de mercurio normal


1 mm de Hg (mercurio) = 1,333224 mb

Si se tiene en cuenta que una pulgada es igual a 25,4 mm, se obtienen los siguientes factores de conversión:

1 mb = 0,0295300 pulgadas de mercurio normal (in.Hg)n


1 (in.Hg)n = 33,8639 mb
1 (mmHg)n = 0,03937008 (in.Hg)n

El barómetro de mercurio fué inventado por Evangelista Torricelli en el siglo XVII. Está formado por un tubo
de vidrio de 850 mm de altura, cerrado por el extremo superior y abierto por el inferior. El tubo se llena de
mercurio, se invierte y se coloca el extremo abierto en un recipìente lleno del mismo líquido. Si entonces se
destapa, el mercurio desciende dejando en la parte superior un vacío ( denominado vacío de Torricelli), y
así el barómetro de mercurio indica la presión atmosférica por la altura de la columna de mercurio.

Depósito de mercurio de un barómetro de Torricelli


La altura de la columna de mercurio no depende solamente de la presión atmosférica, pues también varía
por la influencia de otros factores, especialmente la temperatura y la gravedad. Por lo tanto es necesario
especificar las condiciones normales en que deberá ser leído el barómetro para obtener las medidas
exactas de la presión.

El valor de 0,0ºC es la temperatura normal a la que hay que reducir las lecturas barométricas para referir
la densidad real del mercurio a la temperatura observada, a la densidad normal del mercurio a 0,0ºC. Para
ello se toma como densidad normal del mercurio a 0,0ºC el valor de 13595,1 kg/m 3

Las presiones calculadas teeniendo en cuenta el valor local de la aceleración de la gravedad deben
reducirse al valor normal de ésa aceleración. El valor de la aceleración normal se considera una constante
convencional que vale: gn= 9,80665 m / seg2

Por lo tanto, para que las lecturas barométricas hechas a diferentes horas y en distintos lugares puedan ser
comparables entre sí, hay que aplicar las siguientesw correcciones:

- Corrección instrumental (que ya viene especificada en el mismo barómetro)


- Corrección por variación de gravedad
- Corrección de temperatura

Es muy importante elegir cuidadosamente el lugar donde ha de instalarse el barómetro. Es particularmente


necesario que el instrumento esté instalado en un sitio bien iluminado de una habitación cuya temperatura
varíe poco o muy lentamente, que esté sólidamente colgado en posición vertical en una estancia orientada
al norte, que no existan trepidaciones fuertes y que esté libre de sufrir choques importantes.

La lectura de la presión atmosférica se hace en último lugar de todas las observaciones que se llevan a
cabo en una estación meteorológico y lo ideal es que coincida con la hora exacta de la observación. Para
su lectura lo primero que se toma es la temperatura del termómetro unido. Debe hacerse lo más
rápidamente posible para evitar que el termómetro suba debido a la presencia del observador.
Seguidamente se golpea suavemente el tubo de vidrio con el fin de estabilizar la superficie del mercurio.
Por último se acciona un tornillo especial que actúa sobre el nonio, de modo que la superficie convexa del
mercurio (que tiene esta forma debido a la capilaridad del elemento) quede enrasada con la parte inferior
del nonio. Si el enrase está correctamente realizado, se debe ver un pequeño triángulo iluminado por la luz
de fondo a cada lado del menisco.

Posición correcta del nonio para las lecturas en un barómetro

En la imagen anterior se muestra un ejemplo para la lectura correcta de la presión: Se lee primeramente el
valor de la graduación de la escala (en éste caso, en milibares) que coincide con la base de nonio. Dicha
lectura nos da un valor de 1010 mb. En la figura se ve que la graduación que se encuentra inmediatamente
debajo del cero del nonio es 1012 mb. Después hay que buscar cuál es la división del nonio que coincide
con un trazo de la graduación de la escala fija principal. En el caso anterior es el trazo del nonio marcado
con "7", lo que significa que la altura verdadera del barómetro es superior en 0,7 a los 1012 mb. Teniendo
en cuenta lo anterior, la lectura real del barómetro es de 1012,7 mb.
En las lecturas de los barómetros sin nonio hay que afinar bastante. Esto se consigue con la ayuda de una pequeña lupa para
determinar lo más aproximadamente posible las décimas.
El barógrafo es un instrumento que proporciona un registro continuo de la presión atmosférica. El elemento
sensible está constituído por una serie de cápsulas (llamadas de Vidi) en las que se ha hecho el vacío y
que se dilatan o contraen según que la presión atmosférica disminuya o aumente respectivamente. Las
paredes interiores de éstas cápsulas se mantienen separadas entre sí gracias a un resorte que evita su
aplastamiento cuando la presión es mayor. El movimiento resultante del conjunto de éstas cápsulas se
amplifica por un sistema de palancas que accionan la pluma la cual inscribe una curva sobre un papel
especial (barograma), arrollado a un cilindro con movimiento uniforme, accionado por un reloj.

Barógrafo en el que se distinguen las cápsulas de Vidi unidas por varios resortes al brazo que soporta la plumilla, que a su vez
dibuja la curva de la presión sobre una banda de papel.
Si el barógrafo está compensado correctamente en cuanto a temperatura y si no presenta defectos
mecánicos, la curva del diagrama indica la presión al nivel de estación. Por ello se recomienda efectuar la
regulación del instrumento teniendo como valor de referencia la lectura de un barómetro de mercurio
normal.

Su instalación requiere también de ciertas atenciones: Debe estar posado sobre una sólida repisa adosada
a una pared de una estancia orientada al norte (si es posible, al lado del barómetro para una mayor
comodidad a la hora de realizar las observaciones). Entre la repisa y la base del propio aparato, es
conveniente intercalar una superfice de fieltro o cualquier otro material que amortigüe las vibraciones.

Reducción de la presión a los niveles tipo

Con el fin de comparar lñas observaciones barométricas hechas en estaciones diferentes, es necesario que
las presiones estén reducidas al mismo nivel. En la mayoría de los países la presión atmosférica observada
se reduce al nivel medio del mar.
Para las estaciones que no se encuentren al nivel medio del mar, es necesario considerar una columna de
aire vertical ficticia, cuya sección es igual a la unidad de superficie (un metro) y que va del punto cero del
barómetro al nivel medio del mar. El aumento de presión resultante del paso de ésta columna de aire ficticia
depende de la altura de la columna, que es igual a la altitud de la cubeta del barómetro sobre el nivel medio
del mar; del valor medio de la aceleración de la gravedad en la columna y de la densidad del aire de ésa
misma columna, que depende a su vez de la temperatura media y del contenido de vapor de agua en el
aire de la misma.

Fórmula para el cálculo de la presión a nivel del mar, conociendo la presión a nivel de estación

QNH = 1013,25 [((0,0065/288,15) * H)


+ (QFE / 1013,25) ^1/5,256] ^5,256

De donde:

QNH: Valor de la presión a nivel del mar a calcular. QNH son las siglas de la presión atmosférica
transmitidas en los partes METAR de un aeródromo.
H: Altitud del observatorio con respecto al nivel del mar
QFE: Presión barométrica a nivel de estación
Detector de descargas eléctricas

Consta de una antena receptora que capta las señales electromagnéticas que se originan en una descarga
eléctrica, bien sea desde la nube al suelo o entre la misma o distintas nubes. La señal recogida viaja a
través de un cable hacia una tarjeta "pinchada" en uno de los slots libres del ordenador. Un software
específico analiza la señal y la dibuja en un mapa apropiado, señalando la distancia y el tipo de descarga:
Rayos nube-nube, positivos y negativos; o rayos nube-suelo, positivos y negativos.

El tubo más grueso pintado de blanco, aloja la antena del detector de descargas eléctricas
Para que la antena no esté expuesta a interferencias es necesario alejarla lo más posible de cualquier
estructura metálica. Una distancia de por lo menos un metro es suficiente para que capte bien las señales.
Pantalla del ordenador con el software del detector de descargas funcionando. Se aprecia el punto de estación (localizado por sus
coordenadas geográficas) y una serie de círculos concéntricos a su alrededor que indican la distancia en kilómetros.

Para que los detectores de descargas pueden ofrecer datos fiables en cuanto a dirección y distancia de los
núcleos de tormenta, es necesario realizar cálculos de triangulación con otros detectores situados a
distancia. Para ello se ha establecido una red de descargas de observadores aficionados bajo la supervisión
de Meteoclimatic, cuya web puede visitarse en:

http://www.meteoclimatic.com/?screen_width=1366

pulsando la pestaña "rayos".

Notarios del tiempo


Estar atentos a las condiciones tan variables del tiempo, anotar y dejar constancia de lo que ven y comunicar
las observaciones es, en resumen, el cometido de los observadores meteorológicos, funcionarios que
dependen de la Agencia Estatal de Meteorología.

En meteorología la observación es una labor primordial y metódica, quizá una de las más importantes, que
consiste en la evaluación de uno o más elementos meteorológicos (temperatura, viento, presión, tipos de
nubes, etc.) que describen el estado de la atmósfera por encima de la superficie terrestre. Un observador
es la persona autorizada oficialmente para registrar y transmitir estos datos meteorológicos. En todas las
observaciones están siempre presentes los elementos de aplicación en meteorología, sus leyes y las
normas específicas de la Organización Meteorológica MUndial (OMM).
La observación meteorológica consta de dos apartados principales: Uno de ellos, subjetivo, personal, fruto
de la experiencia y de los conocimientos del observador; otra instrumental, más técnica, que se realiza con
la ayuda de los equipos de medida y registro, y en donde deben incluirse todas las correcciones y cálculos
apropiados. Asi pues, el resultado de una observación está formado por la descripción e interpretación de
los agentes atmosféricos y por los valores numéricos de los parámetros leídos.

Sin embargo hay que distinguir entre varios tipos de observaciones. Así, las que se realizan con el objetivo
de facilitar información a los centros principales (Grupos de Previsión y Vigilancia, Centros Meteorológicos,
etc), que se denomina sinóptica. Estas se realizan durante las veinticuatro horas en los 365 días del año,
en períodos de tres horas, agrupadas en observaciones principales ( a las 00, 06, 12 y 18 horas según el
meridiano de Greenwich, o GMT) y las intermedias ( a 03, 09, 15 y 21 horas GMT). A pesar de ello estas
observaciones no son suficientes para el desarrollo de otros campos en los que la meteorologia también
está presente (aeronáutica, agrícola, marítima, climatológico o hidrológica); en cada una de ellas se recogen
datos específicos propios de cada rama y, en algunos casos pueden coincidir varios tipos de observaciones
distintas en una hora determinada (como en las observaciones sinópticas, climatológicas, agrícolas o
aeronáuticas).
Realizando una observación en la garita meteorológica

Un buen observador es el apoyo esencial para el meteorológo, que es quien interpreta los datos y, en base
a ellos, realiza y diseña los mapas del tiempo y efectúa las predicciones con la información que le llega de
los diferentes observatorios.
El trabajo del observador comienza en primer lugar con la comprobación de los sistemas de comunicación.
Su buen funcionamiento le permitirá transmitir las observaciones que realice y que éstas puedan ser
consultadas en cualquier parte del mundo de forma inmediata.

Una observación propiamente dicha comienza diez minutos antes de la hora establecida. En función de ésa
hora, es decir, si la observación a realizar es principal o intermedia, deberán incluirse más o menos variables
respectivamente. La temperatura, humedad del aire, velocidad y dirección del viento, estado del cielo,
visibilidad y nubosidad, etc, son siempre elementos esenciales de cualquier observación. A éstos se le
añaden, en función de la hora, otros parámetros como temperaturas extremas, precipitación, temperaturas
del subsuelo o recorrido del viento. Por norma general el último dato a recoger, justo a la hora en punto de
la observación, es el de la presión atmosférica.

Precipitación que cae sobre el mar desde el Observatorio Meteorológico de Igueldo (San Sebastián - Guipúzcoa)

Una vez recogidos los datos necesarios y tras haber realizado algunos cálculos y correcciones, las
observaciones se transcriben al cuaderno de observaciones. Después es necesario codificarlas según unas
normas internacionales para que puedan ser transmitidas por medio de una clave: El SYNOP.
Este código, formado por una serie de números distribuídos en grupos de cinco cifras, se hace de forma
automática. Pero el observador debe saber lo que va a transmitir; primero, para no dar lugar a errores de
cifrado y, en segundo lugar, para leer lo que otros observatorios han transmitido y en el caso de fallos del
programa debe saber confeccionar un SYNOP manualmente. Tras la comprobación, el parte es enviado al
Sistema de Conmutación de Mensajes (SCM) de AEMET, en Madrid. Pasados unos pocos minutos el
SYNOP ya puede ser visto y leído en cualquier observatorio del mundo.

La labor del observador no sólo se limita a registrar las variables atmosféricas. Entre otras cosas debe vigilar
el buen funcionamiento de los equipos, saber calibrar los aparatos, sustituir los elementos que presentan
algún tipo de problemas o que se deterioran y en general, hacerse cargo de un mínimo mantenimiento y
limpieza de los sensores.

Otros grupos de observadores son los destinados en los aeródromos, Las Oficinas Meteorológicas de
Aeropuerto (OMA,s) suministran a la aeronáutica una información vital para la seguridad de las maniobras
de las aeronaves (despegues o aterrizajes, desplazamientos en la plataforma, etc.) y la vigilancia
atmosférica del entorno del aeropuerto. Tan importante es su cometido que en función de las observaciones
recogidas, es posible que los aviones lleguen a despegar o a aterrizar o no puedan hacerlo.

Equipos automáticos en una oficina meteorológica de aeródromo (OMA). Noaín, Pamplona (Navarra)
Los partes meteorológicos para la aviación llevan otro formato distinto: La clave METAR. En ésta, junto a
otras variables, los valores de presión (QNH), visibilidad horizontal y altura de la capa de nubes son quizá
los más importantes. Tanto es así que cada media hora se cifra y transmite un parte aeronáutico que puede
ir acompañado (o no) de otros elementos importantes dependiendo de las condiciones
meteoroloógicas (SNOWTAN, WIND SHEAR ó NOSIG). Los pronósticos de aeródromo se denominan
TAF,s y pueden ser transmitidos como anexos en la emisión de un METAR.

En estos tiempos en los que la tecnología se ha abierto paso en muchos ámbitos de nuestra vida, las
máquinas intentan desplazar al hombre. A los observadores les ocurre lo mismo y en varios lugares han
sido sustituídos por equipos sofisticadísimos que miden y calculan muchas variables. Sin embargo cuando
estos sistemas fallan, los datos pueden llegar a perderse originando lagunas importantes. La observación
manual es más cara, pero tiene la contrapatida de ser muchísimo más fiable. Las máquinas deberían facilitar
el trabajo al hombre, nunca desplazarle; y los notarios del tiempo jamás deberían desaparecer de la
meteorología.
Observatorio Meteorológico y Marítimo de Igueldo (San Sebastián - Guipúzcoa)

MAPAS DEL TIEMPO ( I )


Los signos de los mapas.

Tal y como sucede en los mapas que todos conocemos (topográficos, de carreteras, turísticos, etc.) en los
que los accidentes geográficos, las poblaciones o cualquier otro punto de interés vienen señalados por una
serie de dibujos (signos convencionales), en los mapas del tiempo también ocurre lo mismo. Sin embargo
en éstos últimos, estas referencias reciben el nombre de configuraciones isobáricas .

Los campos de presión presentan series bastante complejas como resultado de la combinación de cierto
número de configuraciones simples que se presentan a menudo en los mapas a nivel del mar. Los
diagramas que vamos a ver a continuación son casos y ejemplos relativamente simétricos para simplificar
las figuras. A cada una de estas representaciones simples se les denomina a veces sistemas isobáricos y
todos ellos están asociados a ciertas características del tiempo.

Anticiclones y borrascas

Se denomina anticiclón a una región de presiones relativamente altas. La presión atmosférica máxima está
siempre situada en el centro, el cual está rodeado por uno o varias isobaras cerradas. En las zonas próximas
al centro del anticiclón el tiempo es generalmente bueno y los vientos allí son débiles. En el hemisferio
norte, la circulación del aire alrededor de las altas presiones tiene el mismo sentido que las agujas del reloj;
en el hemisferio sur, el sentido es inverso.

Anticiclón y borrasca. Las flechas indican la dirección del viento en el hemisferio norte
El viento no sigue exactamente la línea de las isobaras, sino que tiende a desplazarse hacia el exterior. Ello
se debe a la rotación de la tierra y esta característica recibe el nombre de Fuerza de Coriolis.
El máximo de estabilidad está situado cerca del centro del anticiclón. Si el aire es seco, el cielo puede estar
despejado; y si los vientos son débiles o están en calma, es posible la formación del rocío, o de la escarcha
en invierno. Cuando el aire es húmedo se forman nieblas y neblinas matinales; en ocasiones, con la
presencia de un anticiclón muy potente y estable, ocurre también el fenómeno de la inversión térmica.

La inversión térmica se produce cuando en una capa de aire la temperatura aumenta con la altura.
Normalmente, la temperatura de la atmósfera, en sus capas inferiores, disminuye con la altitud, pero cuando
se enfría la superficie terrestre se produce una perturbación en la distribución de temperaturas, invirtiéndose
el proceso. Con la inversión térmica suelen aparecer las nieblas de radiación, ya que hay mucha establidad
(propiciada por un anticiclón) y ausencia de cambios turbulentos (viento en calma).
Las condiciones son bien diferentes cuanto más nos alejemos del centro del anticiclón: El viento es más
fuerte y el aire menos estable. Entonces el tiempo depende fundamentalmente de las propiedades de la
superficie subyacente, que actúan sobre la humedad y la estabilidad del aire.

Se llama borrasca o depresión, a una zona en la que la presión es relativamente baja. El centro de la
borrasca es el punto en que la presión es mínima y está rodeado de una o varias isobaras cerradas. Cuanto
más nos alejemos del centro, mayor es la presión.

Existe un tipo especial de borrasca llamada "borrasca térmica", la cual se debe a un calentamiento intenso
del suelo continental. No están ligadas a frentes y, a menudo, este tipo de situaciones no representan más
que una circulación del aire, ya que la humedad del mismo es insuficiente para que lleguen a producirse
formaciones nubosas importantes.

Dorsal anticiclónica

Una cresta de altas presiones o dorsal es una extensión alargada de altas presiones que parten de un
anticiclón.

Se llama línea dorsal a la recta que une los puntos de las isobaras más alejadas del centro anticiclónico. A
lo largo de éste eje la presión es más alta que los puntos situados a uno y otro lado del mismo. El aire, en
las dorsales, es también muy estable y las características que predominan en los anticiclones se encuentran
también en las proximidades de las dorsales.

Vagüada

Una vagüada designa una configuración isobárica en la que, a partir de un centro depresionario (borrasca),
las isobaras están más alejadas de ése centro que en las demás direcciones. La línea que une los puntos
de las isobaras más alejadas del centro, se denomina eje de la vagüada.
Las vagüadas están ligadas frecuentemente a los frentes, aunque tambien se pueden observar vagüadas
sin ellos. En este caso se trata de regiones donde la presión es relativamente baja y en donde la
convergencia y ascendencia del aire provocan a menudo la formación de nubes y mal tiempo.

Collado

Un collado es la región que separa al mismo tiempo dos depresiones y dos anticiclones. El centro del
collado está situado en la intersección del eje de la vagüada y el eje de una dorsal. El viento es allí muy
débil y de dirección variable.

Las condiciones meteorológicas en un collado dependen sobre todo de las características de la masa de
aire que se encuentre en él. Frecuentemente la variación diurna de la temperatura ejerce en él una notable
influencia.

Baja secundaria

Otra configuración isobárica compleja resulta de la formación de otra depresión en la proximidad de una
depresión primaria preexistente, o de una combinación con ésta. Se la conoce con el nombre de depresión
secundaria y forma parte, por lo general, de la circulación establecida alrededor de la depresión principal,
pero luego puede llegar a desarrollarse y convertirse a su vez en una depresión principal.
El tiempo, generalmente, es muy similar al de la borrasca principal, pero pueden presentarse episodios de
fuertes aguaceros.

Frentes

Un frente es la zona de transición entre dos masas de aire. Uno de los factores que influyen en la densidad
del aire es su temperatura y las masas de aire separadas por un frente tienen, por lo general, temperaturas
diferentes.

Cuando un frente se desplaza hacia el aire caliente (el aire frio reemplaza al aire caliente) se
denomina Frente frío. En un mapa sinóptico se le representa por una línea con una especie de triángulos
pequeños cuya base es ésa línea y cuyos vértices señalan la dirección del movimiento (hacia dónde se
dirige)..

Cuando es el aire caliente el que se desplaza hacia el aire frio, la denominación de la figura isobárica
es Frente cálido y se representa por una línea de semicírculos que indican el sentido del movimiento.

De izquierda a derecha: Frente cálido, frente frio y frente estacionario. Las flechas indican el sentido del movimiento

Un frente que no se desplaza es un Frente estacionario. En este caso el viento sopla paralelamente a la
zona frontal y no hay vagüada a lo largo del frente, que es paralelo a las isobaras. Se dibuja con semicírculos
dirigidos hacia el aire frio y con triángulos hacia donde está el aire cálido. En la práctica éste tipo de frente
también se mueve, por lo que también se le llama cuasiestacionario.

En el transcurso de la evolución normal de una perturbación, el frente frío tiende a alcanzar al frente cálido.
Cuando ambos se juntan se forma una oclusión y el sector caliente es empujado cada vez a mayor altitud.
Un frente ocluído se representa por una línea en la que se alternan semicírculos y triángulos dirigidos en el
sentido del movimiento.

MAPAS DEL TIEMPO ( II )


Campos derivados de los modelos

Los modelos meteorológicos no sólo proporcionan salidas gráficas de las variables meteorológicas más
conocidas (como son los populares mapas de presión y frentes en superficie) que vemos a diario en la
televisión o en los medios gráficos, sino que, en realidad, el modelo es un complejo físico-matemático que
permite obtener en cada punto de rejilla del área geográfica abarcada, una serie de productos
meteorológicos llamados "campos derivados" que son muy importantes en la elaboración de la predicción
diaria.

Los campos derivados se obtienen a partir de otros campos que son la salida directa del modelo de
predicción. Para ello se utilizan macros informáticas que proporcionan una salida gráfica en forma de
mapas, para cada campo, que pueden superponerse unos a otros se así se considera conveniente.

A título informativo se indica que, por ejemplo, el campo de vorticidad es el que "da forma a las nubes",
aunque no sea capaz por sí mismo de originarlas. El campo de advección indica transporte, mediante el
viento, de una determinada propiedad de tipo meteorológico. En este caso "advección de vorticidad"
significa que existe un transporte de esta propiedad hacia una zona debido a la acción del viento.
Resumiendo: Para que se forme nubosidad no basta con la existencia de una capacidad para dar forma a
las nubes; también tiene que existir, en primer lugar, la humedad necesaria para que éstas existan.

Los niveles de los mapas

En las oficinas meteorológicas, en las que se elaboran las predicciones, se utilizan cada día muchos mapas
básicos. De entre todos ellos, los más utilizados son los que representan el estado de la atmósfera a
distintos niveles en la vertical. Por lo tanto, el análisis de la atmósfera se hace a través de las capas que
están representadas en esos mapas.

El de 850 hectopascales (en adelante hPa, para abreviar), se sitúa, apoximadamente, a 1500 metros de
altura; a 3000 metros de altura, el geopotencial es de 700 hPa.; el de 500 hPa., se sitúa a una altitud de
5500 metros y, por último, el de 300 hPa., a una altitud de 9000 metros. En estos mapas se representan
una líneas llamadas isohipsas, que indican a qué altura se encuentra la superficie de presión indicada. En
el mapa de 300 hPa., además de las isohipsas, se representa normalmente la posición de la corriente en
chorro. Hay otros mapas que se utilizan de forma menos general (pero que sí se usan en los sondeos)
cuyos niveles están a 1000, 925, 250, 200 y 100 hPa.

Los mapas más utilizados

En el mapa de 850 hPa. se representa la presión en milibares (mb) al nivel de la superficie terrestre. Suele
ir acompañado de unas líneas denominadas isotermas, las cuales unen los puntos del mapa que tienen la
misma temperatura. Este mapa indica la situación atmosférica a 1500 metros de altura. Se trata pues de un
nivel por encima del de la superficie y cercano a él; por lo tanto es un nivel muy similar a la presión que
habría en la superficie de la tierra. Resulta muy útil, entre otras cosas, para detectar zonas de advección
cálida o fría; es decir, zonas a las que está llegando aire más cálido o más frio, o también aire más húmedo.
Mapa de 850 hPa; a 1500 metros de altura
En el mapa de 700 hPa., se representa el estado de la atmósfera a una altitud aproximada de 3000 metros.
Se incluyen en él líneas de geopotencial y las zonas de humedad significativa, además de las isotermas a
ése nivel. Tienen utilidad, por ejemplo, para determinar el desplazamiento general de las tormentas y
también añade información sobre la posible severidad de los fenómenos tormentosos que están
relacionados, a menudo, con la existencia de una capa de aire seco a ése nivel.
Mapa a 3000 metros de altura, 700 hPa.
En la topografía de 500 Hpa (a unos 5500 metros de altura) se comprueba que el peso de la atmósfera por
encima de ése nivel es el mismo que el que hay por debajo. Las zonas de bajos geopotenciales
corresponden al equivalente de una zona de baja presión (borrasca) en superficie. Este nivel es esencial
para determinar las zonas de vagüadas y de dorsales. Ya sabemos que las zonas de vagüada se asocian
a lluvias, tormentas, depresiones aisladas (que es lo mismo que ciclogénesis, popularmente conocidas
como gotas frías), etc. En el caso de las dorsales el tiempo es seco y estable.

Mapa de 500 hPa (5500 metros de altura) Las líneas quebradas representan a dorsales anticiclónicas, mientras que las rectas representan a las
vaguadas.

El mapa de 300 hPa, a 9000 metros de altura se utiliza para posicionar la corriente en chorro, que está
señalada por flechas de trazo más grueso. Dicha corriente (en inglés Jet Stream) son rápidos y estrechos
flujos de aire. Las principales corrientes en chorro están localizadas cerca de la tropopausa; las mayores
son vientos occidentales, que van de oeste a este, y su camino tiene muchas veces una forma serpenteante.
Dichos flujos de aire tiene vida propia pues comienzan a fluir, se detienen, pueden dividirse en dos o más
partes, pueden combinarse en una sóla corriente o siguen varias direcciones incluyendo una dirección
opuesta a la mayoría de las corrientes. Las corrientes más fuertes son las polares, alrededor de 7 a 12 km
sobre el nivel del mar, y las corrientes subtropicales más altas y un tanto débiles se sitúan alrededor de 10
a 16 km. de altura.
Corrientes en chorro en un mapa de 300 hPa.
El nombre de corriente en chorro evoca la forma y la violencia de ese flujo de aire, estrecho respecto a su
longitud, que sopla de oeste a este a una altitud de 10 a 15 km, con velocidades que son corrientemente
de 250 km/h, frecuentemente de 300 a 350 km/h y excepcionalmente de más de 500 km/h. El chorro mide
de 5 a 7 km de alto y de 100 a 200 kilómetros de ancho. Su longitud se cifra en miles de kilómetros. En
invierno sopla sobre la zona comprendida entre las latitudes de 30 a 35º; en verano entre los paralelos 40
y 45º. El chorro será más rápido en tanto más lejos se halle del polo, lo que, por lo general,. ocurre durante
el invierno.

La observación, localización y estudio de este tipo de corrientes presentan un interés considerable para la
previsión del tiempo. También tiene importantes consecuencias prácticas para la navegación aérea: Los
aviones que vuelan en el seno de una corriente en chorro y en la misma dirección economizan combustible
al beneficiarse de la velocidad de la masa de aire. Los pilotos deben cerciorarse, por el contrario, antes de
emprender un vuelo, de que no encontrarán en su ruta un jet stream que sople en contra, pues además de
aumentar considerablemente el consumo de combustible podría tener graves consecuencias, como un
accidente, aunque hay que tener en cuenta que ello sería muy difícil ya que el efecto de la enorme velocidad
del viento se ve compensado en gran parte por lo tenue y poco denso del aire a gran altura. A mayor
velocidad, el jet stream tiene una trayectoria más lineal, y tiende a curvarse a bajas velocidades. Sucede
entonces que, si la curvatura es muy grande, se desgaja una parte de la corriente llamándose a este
fenómeno gota fría.

Vuelos de Tokyo a Los Angeles utilizando el Jet Stream (Fuente: Wikipedia).


MAPAS DEL TIEMPO ( y III )
Ploteo de los mapas meteorológicos

Los meteorólogos estudian entre otras cosas, los grandes anticiclones, las depresiones o borrascas y los
demás fenómenos que se producen sobre los continentes o los océanos del globo. Para analizar estos
fenómenos es necesario obtener y contrastar, a la vez, las observaciones procedentes de una gran parte
de observatorios de uno y otro hemisferio correspondiente a un importante espesor de la atmósfera. Los
meteorólogos actuales coinciden que es preciso reunir las observaciones de la atmósfera en su conjunto y
éste el el objetivo fundamental de la Vigilancia Meteorológica Mundial (VMO), un organismo que depende
directamente de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

Para interpretar los datos meteorológicos es necesario que los observadores de todas las partes del mundo
hagan sus observaciones a las mismas horas, perfectamente coordinados y siguiendo las mismas pautas
y procesos. Estos mensajes, que se emiten cifrados, se envían a los Centros de Predicción y Vigilancia y,
por último, se transcriben a los mapas sinópticos. Este último eslabón en la cadena de observaciones de
llama ploteo.

Ejemplo del ploteo de una estación una vez recibidos los datos de las observaciones efectuadas

Variables empleadas en el ploteo de las observaciones recibidas desde los observatorios


Los mapas sinópticos
Por definición, la meteorología sinóptica es una parte de esta ciencia que tiene por objeto la predicción del
tiempo. La definición hace referencia al método que se utiliza para la predicción, que consiste, en esencia,
en a partir de un estado inicial de la atmósfera (análisis) y de los estados anteriores a él, y a partir de ése
comienzo, intentar averiguar cuál será el estado futuro. El método sinóptico consiste en representar el
estado de la atmósfera utilizando para ello las observaciones que se realizan a determinadas horas en una
gran cantidad de puntos de observación (observatorios meteorológicos).

En el caso de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), parte de éstas observaciones se realizan


mediante una red de observatorios, estaciones automáticas, estaciones de radiosondeos, aeropuertos, así
como una red secundaria de colaboradores voluntarios. Así mismo tiene una gran importancia disponer de
otros sistemas de observación (llamados globales), que permitan seguir la evolución de la atmósfera desde
otro punto de vista. En concreto se trata de la utilización de los satélites meteorológicos, radares, red de
detección de rayos, etc; todos ellos fundamentales en la operatividad diaria de un servicio de predicción.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que en la atmósfera ocurren fenómenos que se desarrollan en
diferentes escalas, tanto espaciales como temporales. Para entrar en la definición y características de cada
escala meteorológica se puede comenzar con un ejemplo que observamos todos en la vida diaria: Las
variaciones de la velocidad y de la dirección del viento pueden ser muy locales y tener lugar en un espacio
de tiempo muy pequeño, con lo cual entrarían en la definición de lo que se conoce como microescala.
Algunos de los fenómenos meteorológicos pertenecientes a ésta escala pueden ser muy peligrosos como
los conocidos "downburst" (desplomes); una racha de viento violenta y descendente asociada muchas
veces a las tormentas y que puede resultar especialmente peligrosa para la navegación aérea. Otro de los
fenómenos que ocurren en la microescala son las temidas galernas, giro brusco y repentino del viento
asociado al paso de un frente frío, que tiene lugar en las costas cantábricas entre los meses de abril a
octubre.

Esquema de un desplome (downburst) que desciende de una nube de tormenta (Cumulonimbo)


Cuando los fenómenos atmosféricos abarcan más espacio geográfico y mayor cantidad de tiempo (por
ejemplo, el caso de las brisas tierra > mar, las brisas de montaña, tormentas o nieblas), entramos de lleno
en la definición de mesoscala.

La escala sinóptica describe los fenómenos que tienen lugar en escalas más amplias que las anteriores y
se considerarían como pertenecientes a la macroescala, con dimensiones entre 2000 y 10000 kilómetros y
con una duración temporal entre un día y un mes. En muchos casos también forma parte de la escala
sinóptica las borrascas, vagüadas, anticiclones y dorsales. Como ejemplo ilustrativo puede decirse que los
mapas del tiempo que aparecen en los medios de comunicación pertenecen a la escala sinóptica.
Galerna en el cantábrico. Cuadro de Fernando Pérez del Camino que representa una escena de la novela "Sotileza", del escritor
cántabro José María de Pereda.
Asimilación de datos. Análisis objetivo y subjetivo

Las observaciones recibidas no pueden introducirse directamente en los modelos numéricos, por lo que
deben ser filtradas antes a través de un esquema de asimilación.

Los mapas meteorológicos pueden ser de análisis o previstos. En los mapas de análisis se representa el
estado real de la atmósfera en un momento dado y se elaboran a partir de los datos aportados por los
observatorios. En el caso de los mapas previstos, como su propio nombre indica, representan la evolución
meteorológica prevista por un modelo numérico para un determinado plazo de predicción.

Mapa sinóptico de superficie que representa un anticiclón centrado en las costas del cantábrico. La potencia de él es suficiente
como para desviar los frentes asociados a la borrasca situada entre Suecia y Noruega.
Un análisis objetivo es aquél cuyo resultado no depende del criterio personal del predictor o analista. Se
realizan a partir de los datos emitidos por los observatorios, así como de otras fuentes: Satélites,
radiosondeos, etc.). El análisis subjetivo se realiza a través de los "mapas ploteados" (hasta la llegada de
los equipos informáticos se elaboraban a mano) y en los que cada tres horas se representan las variables
meteorológicas para que el analista-predictor dibuje el mapa de isobaras. Estos dos tipos de análisis (tanto
el objetivo como el subjetivo) se realizan para distintos niveles de la atmósfera. Esto significa que, además
del mapa de superficie (el más conocido por que aparece en los medios de comunicación), existen otros
mapas a diferentes alturas, que son fundamentales en el proceso de conocimiento de la atmósfera y, por lo
mismo, para la realización de cualquier predicción.
METEOROLOGIA MARINA ( I )
El viento y la mar

La similitud entre la circulación general de la atmósfera y la circulación en los océanos es muy notable. Esto
no es ninguna sorpresa, puesto que tanto los movimientos aéreos como los marinos tienen, básicamente,
las mismas causas. Se sabe de la existencia de grandes corrientes oceánicas que contribuyen a que se
realicen los intercambios térmicos entre el ecuador y los polos. Si examinamos un mapa de corrientes
marinas nos permitirá comprobar que la similitud va muy lejos. El sentido de rotación de la corriente del
Golfo, corresponde precisamente al sentido de rotación de los vientos que giran alrededor del Anticiclón de
las Azores. Las corrientes frías, como la del Labrador o la corriente de las Aleutianas, corresponden a
descensos de aire frio que proceden de los polos. En algunos lugares se establecen corrientes estacionales
al mismo ritmo que los monzones.

A estas corrientes llamadas de densidad, se suman las corrientes de deriva, causadas por el viento y que
obedecen a leyes que son realmente idénticas a las que rigen el propio viento. Sin entrar en demasiados
detalles, se puede afirmar que un viento que sople con gran regularidad termina por arrastrar el agua de la
superficie a una velocidad igual al 3% de la velocidad del viento.

Hay razones para interesarse por las grandes migraciones atmosféricas, ya que éstas nos siguen y
determinan nuestro tiempo cotidiano; pero como, por lo general, sólo nos movemos por una muy pequeña
parte del mar, el conocimiento de las corrientes generales no tiene una importancia inmediata para una
salida de navegación que haríamos -por ejemplo- mañana.

Las corrientes y las mareas son datos constantes: Es la vida secreta y profunda del mar. Pero ésta tiene
también una vida superficial, moldeada por el viento.

Lo que verdaderamente nos afecta es un aspecto particular entre la atmósfera y los océanos, y es el modo
en que el viento y el mar se encuentran en un punto determinado o en las proximidades de ése punto; y lo
que sucede en el límite de estos dos elementos, sobre todo cuando el viento es algo fuerte.
Cuando el viento sopla sobre el mar el calma, el rozamiento del aire forma pequeños rizos y pliegues en el
agua. Estos pueden ser muy fugaces. Pero si el viento insiste un poco, se forman ondas y olitas, y más
tarde olas, que se desplazan por el agua siguiendo la dirección del viento.

De una forma menos brusca, el viento tiene el mismo efecto sobre el mar que una piedra lanzada en un
charco; ésta origina una serie de ondas, y hay que señalar que son las ondas las que se mueven y no el
agua en sí misma. Las partículas líquidas se contentan con realizar, allí donde se encuentran, un
movimiento orbital al paso de cada onda; movimiento que podemos imaginar si observamos el modo en
que se balancea una botella al capricho de las olas. Cuando llega la ola, la botella sube por la pendiente y
se desplaza un poco hacia adelante; una vez pasada la cresta, baja y se mueve hacia atrás; pero en realidad
sigue en el mismo lugar en donde cayó al agua. Son las corrientes las que la obligan a desplazarse en
sentido horizontal, no las olas.
Mar en calma (o mar bella). Fotografía tomada desde el Observatorio Meteorológico de Igueldo (San Sebastián). Al fondo se
aprecia el cabo Machichaco.
Características de las olas

En principio, podemos definir una ola por sus dimensiones: Su altura, es decir, la distancia vertical que hay
entre lo alto de la cresta y el fondo de su seno; y su longitud, o la distancia que hay entre dos senos o dos
crestas (lo que se denomina longitud de onda). La relación entre la altura y la longitud determina
su combadura. Las olas son siempre mucho más largas que altas; su combadura resulta crítica cuando la
relación entre su altura y su longitud es de 1/7, aproximadamente. Si la altura sigue aumentado, la ola se
rompe, es decir, se convierte en rompiente; en éste caso sí que se produce un desplazamiento real del
agua en sentido horizontal.

Las olas también pueden definirse por la profundidad hasta la cual llega su movimiento. En teoría, este
movimiento se sigue percibiendo a una profundidad igual a media longitud de onda, pero en la práctica, a
una profundidad igual a una quinta parte de esta longitud, dicho movimiento se encuentra ya muy debilitado.

Por último, hay que señalar que las olas se desplazan (pero volvemos a repetir que sólo es su forma la que
se mueve) y que forman parte de una serie, con su ritmo particular, es decir, el intervalo de tiempo que
transcurre entre el paso de dos crestas por un punto determinado, así como por su velocidad, es decir, la
distancia recorrida por una ola en un período de tiempo concreto.

En alta mar existe una relación directa entre la longitud y las características de las olas. Esta longitud (L) es
igual al producto del periodo (T) por la velocidad (C); L=T*C, fórmula en la que no interviene ni la amplitud
de las olas, ni la profundidad del océano, y que podemos representar también del modo siguiente:

C=L/T ó T=L/C

Por el contrario, cerca de la costa, la influencia del fondo es muy importante. Cuando la profundidad del
agua es menor que la mitad de la longitud de una ola, la velocidad disminuye. El movimiento de las
partículas ya no es circular, sino que describe una elipse que se va aplanando paulatinamente hasta
convertirse en un movimiento de vaivén en las zonas con poca profundidad. La velocidad de las olas
depende únicamente de la profundidad que existe en un lugar determinado; en un mismo punto, todas las
olas se propagan a la misma velocidad, disminuyendo ésta al mismo tiempo que lo hacen los fondos. La
longitud de las olas también disminuye, y sólo permanece constante el periodo de la ola.

METEOROLOGIA MARINA ( 2 )
¿Cuántos tipos de mar podemos encontrarnos?

Son varios los tipos de mar que podemos apreciar y todos ellos dependen de la fuerza del viento, bien por
que éste actúe en una zona en concreto o bien por que su acción sobre la superficie del mar actúe sobre
una zona, aunque esté localizada a miles de kilómetros.

Mar u oleaje de fondo

Es el que llega consistente, propagado desde una zona generadora lejana en la que se está desarrollando
o se desarrolló una mar de viento, originada a su vez por una perturbación atmosférica importante.

Para explicar cómo se forma la mar de fondo podemos recurrir a un experimento muy sencillo: Cogemos
un trozo de cuerda suficientemente largo y atamos uno de sus extremos a un punto fijo mientras que el otro
cabo lo sostenemos con nuestra mano. Con ésta última, realizamos un movimiento vertical (de arriba a
abajo) y veremos que dicho movimiento se transmite a la cuerda en forma de una onda, la cual viaja a lo
largo de la cuerda hasta llegar al extremo atado en el punto fijo. En el caso de la mar de fondo, nuestra
mano sería el área generadora (la que provoca las olas); la cuerda libre, representaría a la alta mar y el
cabo de la cuerda atado fijamente a un punto, la costa a donde llegarían las olas tras su recorrido por el
mar abierto.
Este oleaje de fondo se califica como "mar vieja" o "tendida" cuando las ondulaciones son muy suaves y los
lomos (o crestas de las olas tienen una gran anchura. Es relativamente lenta pero muy majestuosa, sin ser
a primera vista llamativa hasta que no llega a la costa. La mar de fondo no levanta espuma en alta mar y
en ocasiones, si es muy suave, asciende con soltura por los acantilados sin que las olas apenas rompan
en espuma.

La mar vieja o tendida es una serie de ondas (olas) que provienen de zonas generadoras muy lejanas, las
cuales fueron ocupadas, posiblemente durante varios dias, por vastas y profundas borrascas.

Las olas que se forman de ésta manera pueden recorrer cientos e incluso miles de kilómetros,
manteniéndose durante más tiempo cuanto mayor sea su longitud. A veces, este tipo de oleaje anuncia el
mal tiempo, pues efectivamente las propias olas pueden llegar a desplazarse con mayor rapidez que el
viento que las ha generado, al actuar éste sobre las partículas líquidas cuyo movimiento orbital es menor
que la velocidad de la serie de ondas desencadenadas. Por éste motivo, un viento de 10 metros por segundo
puede mantener series de olas cuya velocidad sea de 24 metros/seg. y la velocidad del grupo de 12
metros/seg. Al cabo de un determinado número de horas, el adelanto del oleaje de fondo sobre el viento
puede ser considerable. Con mucha frecuencia el oleaje suele preceder a la perturbación que lo ha formado.
Por lo tanto, se debe estar sobreaviso cuando, de repente, con un tiempo tranquilo, vemos que empieza a
formarse resaca y es que la mar de fondo es totalmente independiente del viento reinante que sople en ése
momento.
Mar de fondo. Fotografías tomadas en los acantilados de la Isla de la VIrgen del Mar (Santander - Cantabria). Las olas, agrupadas en series de
ondas (o trenes de olas) no originan espuma en mar abierto, salvo cuando se acercan a la costa, a punto de chocar contra las rocas. Los penachos (o
rociones) son debidos a la velocidad de las olas y al viento reinante en ése momento.
Subtipos particulares del oleaje de fondo

Mar de leva
Surge en ciclones o en perturbaciones atmosféricas muy intensas pero de pequeño radio; es un tipo de mar
inducida en su momento por vientos muy poderosos y constantes. De la mar inicial sólo se propaga el oleaje
de mayor porte, es decir, el originado por los vientos más violentos. Se presenta en trenes de olas no
demasiado extensos en relación con la cresta de las olas; los tiempos de separación entre un tren de olas
y el siguiente pueden oscilar entre tres y cinco minutos.

Mar sorda
No está aún claro el origen de este tipo de mar. Es un oleaje con trenes de olas de muy pocas unidades; a
veces se reducen a dos o incluso una sola ola, resultando que la principal característica de este tipo de mar
son las dilatadas pausas entre los trenes de olas consecutivos, algunos de ellos de más de diez minutos.
Cuando hay mar sorda y a la vez mar de leva tendida, resulta muy peligrosa para quienes se encuentran
en plataformas o roquedos próximos al agua por lo sorpresiva y silenciosa que es su escalada en los
acantilados.

Mar de viento

Se emplea el término mar de viento para diferenciar los sistemas de olas que se forman en un lugar
determinado bajo la acción del viento que sopla en ése mismo instante. Si suponemos que el viento empieza
a soplar sobre el mar en calma exactamente en el lugar donde nos encontramos, la magnitud de las olas
que van a formarse depende de tres factores: La fuerza del viento, el tiempo que dura su acción y el fetch.

Se denomina fetch a la distancia sobre la cual el viento ejerce su acción sin encontrar ningún otro obstáculo
o sin cambiar de dirección.

Las olas que se forman empiezan a crecer. En el momento en que aparecen tienen una gran combadura,
pues su velocidad aún es pequeña en relación con la del viento. Si éste se mantiene, las olas se van
alargando poco a poco, con lo cual su altura, longitud, período y velocidad irán aumentando cada vez más
hasta llegar a alcanzar un punto máximo que dependerá de la fuerza del viento. Si éste continúa soplando
con la misma intensidad durante varios días, las características de las olas que ha generado no cambiarán.

Si el fetch es demasiado corto las olas no pueden alcanzar su mejor forma. Cuando las primeras olas que
aparecían en el lugar en que empezó a soplar el viento llegan al final del fetch (por ejemplo, a la costa) se
establece un equilibrio. En este caso otra vez, el intervalo de tiempo durante el cual el viento continúa
soplando ya no le afecta, siempre que mantenga la misma velocidad. Cuanto más corto sea el fetch, menos
posibilidades hay de que las olas tengan gran tamaño.
Mar de viento. Fotografía tomada en las cercanías de la Playa de las Higueras (Soto de la Marina - Cantabria). Se observa en alta mar que las olas se
rompen en las crestas originadas por el viento reinante, a diferencia del mar de fondo en que dicha espuma no aparece.
Por otra parte hay que señalar que el viento nunca es completamente regular, ni en fuerza ni en dirección,
aunque el aspecto de la mar de viento tampoco es siempre muy homogéneo pues aparecen olas más cortas
que otras y más o menos de través. Cuando el viento cambia claramente de dirección, aún no ha
desaparecido la primera serie de olas cuando ya aparece otra nueva que viene a sumarse a la anterior. En
ése momento se produce un choque entre olas de diferentes edades, entrecruzándose y presentando un
mar bastante desordenado. Esto mismo puede llegar a convertirse en un verdadero caos cuando a la mar
de viento se le suma la mar de fondo.
Mar de viento y mar de fondo mezcladas durante un gran temporal donde se aprecian trenes de olas en varias direcciones, configurando un mar
caótico. Fotografía tomada en la Playa de San Juan de la Canal (Soto de la Marina - Cantabria)
Las olas gruesas

La descripción del estado de la mar en la escala de Beaufort es inexacta en cuanto a la altura de las olas,
pues ésta no sólo depende de la fuerza instantánea del viento, sino también del tiempo que dura su
acción y del fetch. Con el fin de ir aclarando algunas cosas, diremos que un viento entre 20 y 25 nudos
(fuerza 5 ó 6) levanta en alta mar olas coronadas de espuma de 1,5 a 3,5 metros, según la duración del
viento. Un viento de fuerza 8 origina (siempre según la escala Beaufort), olas de "altura media". Estas
altura media representan 4 metros después de dos horas de viento y 6 metros si han transcurrido 4 horas,
aumentando lentamente después hasta llegar a los 7 metros. Lo que los boletines meteorológicos
marítimos denominan "mar gruesa" son olas de 6 a 9 metros como máximo.

Sin embargo desde la cubierta de un barco pequeño, resulta muy difícil calcular la altura real de las olas,
debido al ángulo bajo el cual vemos su cresta cuando dicho barco se encuentra en el seno de una ola y
no se puede ver el horizonte. Realmente el único punto de referencia verdadero es la altura de los ojos
del observador con relación a la superficie. Si al situarse el barco en el seno de una ola el observador
puede ver la cresta de la misma en el horizonte, podrá deducir que la altura de la ola es de
aproximadamente un metro si está sentado en la bañera; y 3 metros si está sentado sobre la cubierta de
un velero de tamaño medio. De todas formas la altura de las olas se calcula por acuerdo general y el valor
medio hallado es lo que se denomina "altura significativa".

Altura de las olas según la escala internacional (no es la escala de Beaufort)

Valoración Aspecto del mar Altura en metros


0 Calma 0
1 Rizada de 0 a 0,2
2 Buena de 0,2 a 0,5
3 Marejadilla de 0,5 a 1,2
4 Marejada de 1,2 a 2,5
5 Fuerte marejada de 2,5 a 4,0
6 Muy dura de 4,0 a 6,0
7 Gruesa de 6,0 a 9,0
8 Muy gruesa de 9,0 a 14,0
9 Arbolada o enorme más de 14 m

METEOROLOGIA MARINA ( y 3 )
La mar y los obstáculos

El estado de la mar, ya sea con mar de fondo o con mar de viento, puede variar considerablemente en
función de los obstáculos que ésta encuentre en su camino.

En primer lugar hay que recordar que la mar puede originar por sí misma sus propios obstáculos: Olas
cruzadas o viento en sentido contrario a la corriente que, en ausencia de otro tipo de influencia terrestre,
desorganizan las olas de superficie y la de la mar de fondo.

De igual modo, el estado de la mar puede variar según sea el perfil del fondo marino. En algunos lugares
donde los fondos ascienden bruscamente, las olas se encuentran repetinamente frenadas; en el caso de
que se encuentren con una corriente contraria su altura aumenta, lo que hace que se quiebren y se rompan.
Así se forman las características rompientes de los fondos altos o bajos (bajíos), muy conocidos por la mala
mar que se forman sobre ellos.

En Cantabria tenemos, entre otros muchos ejemplos, una de éstas súbitas elevaciones del fondo marino
que forma una especie de meseta rocosa. Se localiza a escasas millas de la Isla de la Virgen del Mar y con
ése mismo nombre se le conoce: Cabezo de la Virgen del Mar.

Carta náutica de la aproximación al puerto de Santander. El círculo rojo marca la situación del cabezo próximo a la Isla de la
Virgen del Mar.
Esquema de un "cabezo"

Las olas de mar de fondo pueden sufrir también grandes deformaciones al llegar a una isla o a una roca.
En esos casos podemos observar cómo se producen fenómenos de refracción o de difracción.
completamente idénticos a los que pueden experimentar las ondas acusticas y luminosas. El oleaje pasa a
cada lado de la isla y vuelve a formarse detrás de ella, y la interferencia de las dos series de olas originadas
de este modo frecuentemente hace que se forme una mar confusa, incluso a muy poca distancia de la orilla.

El extremo de una escollera con muros verticales origina una difracción del oleaje de fondo que gira
alegremente, mientras que en el plano de agua próximo al espigón se forma una mar picada. Sin embargo
la difracción va acompañada de una dispersión de la energía y por éste motivo la ola acaba por romperse.
Lo mismo sucede detrás de los cabos; si el cabo es un acantilado, la ola gira sobre su extremo igual que si
fuera en un rompeolas. Si el cabo está prolongogado por rocas más o menos sumergidas, la ola rompe y el
resguardo es bueno. Pero si los fondos forman una suave pendiente alrededor de la punta, no existirá
ningún resguargo.

En las proximidades de la costa, allí donde la subida de los fondos no es paulatina sino brusca, podemos
comprobar que las olas rompen siempre en el mismo sitio formando una barra. Delante de algunas costas
esta barra puede llegar a tener una gran longitud, estar muy localizada y formarse a la entrada de un estuario
donde la acumulación de los sedimentos aportados por los rios, origina una verdadera subida del fondo
marino que las olas no son capaces de cruzar sin romper.

En el caso de dos masas de agua en direcciones contrarias los sedimentos quedan depositados allí donde
se encuentran y chocan entre sí formando también una barra, pero mucho más elevada que en el supuesto
anterior. Dicha barrera recibe el nombre de "restinga" y dependiendo de las mareas puede quedar a cubierto
o verse en superficie. Muchas veces la restinga forma parte de un tómbolo que une, en bajamar, un islote
situado en mar abierto con la costa, como por ejemplo el Mont Sant Michel, en la costa de Saint Maló
(Francia). Pero no es necesario irnos tan lejos para ver un ejemplo de esto: El islote del Castro, frente a la
playa de Covachos (Soto de la Marina), es un buen ejemplo en Cantabria.
Playa de Covachos (Soto de la Marina). La restinga (o tómbolo) une a tierra, en bajamar, la Isla del castro con la costa
Cerca de la orilla, la influencia del fondo sobre el recorrido de las olas se traduce en una refracción del
oleaje de fondo, es decir, un cambio de dirección parecido a la desviación de los rayos ópticos al atravesar
medios de índices diferentes. La ola de fondo oblicua va girando de forma progresiva, y las crestas de las
olas se van haciendo cada vez más paralelas a la orilla. Para estudiar su recorrido se trazan líneas
perpendiculares a las crestas de las olas que se denominan ortogonales de olas de fondo. Para ello se
utilizan los modelos de las cuencas así como las fotografías aéreas.
Estas ortogonales aparecen muy juntas delante de las puntas, lo que indica una concentración de energía
en ésa zona. Por el contrario, en el fondo de las bahías donde el oleaje se debilita, éstas líneas aparecen
muy separadas y sirven para comprender la influencia del relieve marino sobre el estado de la mar.

Pero en fin, todas las olas acaban por morir. Cuando llegan a las aguas poco profundas, el movimiento de
las partículas adquiere una forma elíptica y se aplasta. Frenadas por el fondo, las olas disminuyen su
velocidad pero se hacen más altas; en el último momento todo transcurre como si el seno anterior de la
ola, al encontrarse en aguas menos profundas que el seno posterior, se desplazara con menos rapidez que
éste; y en ése momento es alcanzado por la cresta la cual rompe con gran estrépito.
Cuando la ola "siente" el fondo, el movimiento de las moléculas de agua adopta la forma de una elipse
Puesto que la profundidad de las olas está en función de su longitud, las olas más largas, es decir, las más
antigüas, perciben el fondo antes y pueden aumentar enormemente su altura antes de alcanzar la orilla;
son las olas más largas y lentas las que originan las resacas más fuertes. El espectáculo de dichas olas
que se elevan en vertical, a veces bajo un sol resplandeciente, y que adquieren nuevas formas a la hora de
romper, suele ser grandioso. En las costas de pendientes suaves van avanzando durante mucho tiempo
casi a punto de romper, aunque sólo lo hacen en las proximidades de la orilla.
Marea de temporal

Frecuentemente existe una ligera diferencia entre el nivel del mar previsto en los cálculos de mareas con
los datos que pueden leerse en los mareógrafos. La causa más habitual de ésta diferencia es la presión
barométrica. Una situación anticiclónica duradera produce una disminución de la cota (niveles de pleamar
y bajamar mas bajos que los previstos); mientras que una situación depresionaria persistente, ocasiona un
aumento de la cota que se traduce en unos niveles de pleamar y bajamar más elevados que los previstos.
La presión atmosférica, por lo general, sólo es responsable de pequeñas diferencias (inferiores a 0,30
metros) y a menudo pasan desapercibidas. Por el contrario, cuando el viento y la presión unen sus efectos,
se forma una onda solitaria llamada onda de temporal que acompaña a la depresión. Esta onda genera
aumentos de cota que sobrepasan con frecuencia el metro de altura. Si el fenómeno coindice con la pleamar
en mareas vivas, los resultados pueden llegar a ser catastróficos; el periodo más frecuente de aparición es
a finales del invierno, despues de los temporales más fuertes que han dejado sin apenas arena a las playas,
por lo que éstas se encuentran mucho más expuestas.

EL BRUJO DE LA METEOROLOGIA
Así es como denominaban los marinos de antaño al barómetro. Lleva en su rincón una vida silenciosa, con
altos y bajos que dan cuenta fielmente de las idas y venidas que tienen lugar en la atmósfera.
El valor de la presión que indica no tiene, en sí mismo, más que un significado limitado. Todo lo más,
podemos pensar que estamos en un régimen anticiclónico si la agua alcanza o sobrepasa los 1020
milibares, y que nos encontramos en una zona depresionaria cuando desciende por debajo de los 1010
milibares (una gran depresión puede tener hasta 960 mb en su centro). Pero también podemos
experimentar mal tiempo con presiones del orden de 1015 mb. En todo caso, es conveniente que el
barómetro esté calibrado, es decir, que indique la presión real. Este hecho es de una vital importancia para
la previsión de los fenómenos peligrosos. Pero ante todo, es realmente importante observar los movimientos
de la aguja que nos permiten conocer la variación o tendencia existente.

En lo que respecta al observador, ésta tendencia constituye igualmente la indicación fundamental. Es la


que puede anunciar de manera más exacta la evolución del tiempo. De un modo general, podemos decir
que un descenso de 2 ó 3 milibares en tres horas, tiene que hacernos considerar seriamente la posibilidad
de un empeoramiento del tiempo; un descenso de 3 ó 5 milibares, anuncia la llegada de una perturbación
importante; y si el descenso es superior a los 5 milibares, es que se está preparando algo fuera de lo común.

En estas afirmaciones existen algunos matices. La tendencia no constituye una indicación absoluta; la
violencia de una perturbación no es exactamente proporcional a la tendencia negativa que la ha anunciado;
incluso pueden producirse temporales con una tendencia positiva exclusivamente, dentro de un flujo de aire
frio del sector NW a NE, por ejemplo. Sin embargo y en la mayoría de las ocasiones, ésta tendencia
confirmada por la observación, resulta fundamental. Una tendencia negativa y la aparición de nubes del tipo
Cirros, suele indicar que el tiempo va a estropearse. A veces la tendencia es el único dato del que
disponemos, en particular en lo que respecta a la previsión de ciertos fenómenos peligrosos que escapan
a la red meteorológica.

Barómetro de mercurio en el que la altura alcanzada por este elemento dentro de un tubo de vidrio, indica la presión atmosférica
en cada momento.
Previsión del tiempo con la ayuda del barómetro

Con el más sencillo barómetro pueden hacerse predicciones muy aproximadas teniendo en cuenta unas
reglas formuladas por el meteorólgo español Sr. Sama y que son las siguientes:
1º: Si el tiempo es bueno y el barómetro señala aproximadamente el valor normal del lugar pero comienza
a descender moderadamente, puede suponerse que una borrasca está cruzando lejos del lugar de
observación.

2º: Si el descenso del barómetro es rápido (de 2 mb por hora), es muy posible que la perturbación
atmosférica pase cerca del observador o que sea de gran importancia.

3º: Si el descenso de la presión es aún más rápido que los indicados con anterioridad, la borrasca puede
tomar caracteres alarmantes o pasará muy cerca del punto de observación.

4º: Si el barómetro sube francamente a la misma velocidad con la que bajó, irá mejorando el tiempo hasta
ser bueno; pero si sube lentamente es posible que haya un retroceso al mal tiempo.

5º: Si estando el barómetro muy bajo sube bruscamente, la mejoría del tiempo que se produzca será poco
duradera.

6º: Si el barómetro está en su altura media y a partir de ahí sube bruscamente, es probable que se produzca
una bajada próxima y el tiempo será poco estable.

7º: Un ascenso persistente y lento por encima del valor normal de la estación denota buen tiempo, tan
duradero como otros tantos días en los que el barómetro ha tardado en subir hasta su nivel más alto.

Predicción del tiempo con el barómetro y el termómetro

Por otra parte, si además se dispone de un termómetro, con ambos instrumentos puede conocerse con más
precisión aún las tendencias del tiempo atmosférico. Para ello sólo hay que seguir las normas establecidas
por M. Gachons:

Hay que empezar por leer el barómetro y el termómetro a primera hora de la mañana (siempre a la misma
hora). Las lecturas, una en milibares o en milímetros de mercurio, y la otra en grados centígrados, se llevan
a una gráfica que puede hacerse con papel cuadriculado o milimetrado. En la mitad superior de la hoja se
representa cada día, con un punto, la lectura barométrica; y en la mitad inferior, la del termómetro. De este
modo se irán formando dos curvas: La de arriba referida a la presión, y otra, abajo, de la temperatura.
Ambas indicarán el pronóstico del tiempo (con mayor o menor exactitud), de acuerdo a éstas reglas:

1ª: Si las dos curvas se acercan o convergen lentamente, es indicio de que vendrá mal tiempo; si se separan
de la misma forma, el tiempo será bueno.

2ª: Si se acercan bruscamente señala la llegada de una borrasca importante. Si, por el contrario, se separan
de igual modo, el tiempo será poco estable.

3ª: Si las dos curvas se acercan con oscilaciones, es señal de un periodo prolongado de mal tiempo; pero
si se separan del mismo modo, el buen tiempo volverá poco a poco.

4ª: Si las dos líneas marchan paralelas, es señal de que el tiempo continuará como está.

EL ASPECTO DEL CIELO ( I )


El gran movimiento al que son sometidas las masas de aire favorece el nacimiento de grandes formaciones
nubosas. Pero en este caso aparece un hecho nuevo y es que estas formaciones nubosas no se mueven
por el cielo al capricho o al azar; su distribución en el espacio y su sucesión en el tiempo son tan
características, que constituyen un verdadero sistema nuboso, es decir, una agrupación ordenada que
comprende varias zonas diferentes entre sí y en las que el cielo presenta particularidades bien
diferenciadas.

Como vamos a ver a continuación, existen distintos sistemas nubosos. El que acompaña a una perturbación
del frente polar (cuyo nombre técnico es sistema nuboso depresionario móvil extratropical) es el más
característico de todos. Cada una de sus zonas corresponde a un "momento" concreto de la perturbación y
le da su nombre. De este modo un observador que esté situado en el eje de desplazamiento de la
perturbación verá pasar sucesivamente la cabeza, el cuerpo, el sector cálido, y la estela de dicho sistema
de nubes. Un observador situado un poco más al norte de la trayectoria sólo percibirá el margen frio; y en
el caso de se colocarse un poco más hacia el sur, verá el margen cálido y, de forma eventual, la zona de
unión, que es la que une dicha perturbación con la siguiente.

La constatación de un sistema nuboso de esta clase es de una importancia especial, pues al conocer los
diferentes aspectos que pueda presentar el cielo, podemos ver venir una perturbación, situarnos con
relación a ella y seguir las distintas etapas de su desarrollo. Por lo tanto basaremos nuestro análisis en la
descripción de las principales clases de cielo que caracterizan el citado desarrollo.

Cielos de perturbación

La noción de la clase de cielo no debe tormarse en un sentido demasiado absoluto, pues los sistemas
nubosos varían constantemente de una perturbación a otra según la edad de éstas y también según la
estación en la que se originan. Por este motivo, los sistemas verdaderamente típicos se manifiestan, la
mayoría de las veces, sólo en invierno. Durante el verano (una época que interesa de modo especial), los
sistemas que cruzan nuestro entorno están más bien debilitados, por lo que sus características son bastante
diferentes. Existen toda clase de variantes y algunas de ellas complican mucho las cosas a la hora de
realizar las predicciones.

Sistema nuboso dentro de una perturbación joven. Las partes de las que se componen están bien definidas y separadas .
En un sistema nuboso dentro de una perturbación ocluída, las diferentes secciones están más juntas entre sí.
La cabeza

La cabeza del sistema nuboso se caracteriza por un cielo de cirros (Ci) ordenados que invaden
progresivamente el cielo, acompañados o seguidos de un velo de cirroestratos (Cs), o de altoestratos (As)
poco densos. La presión baja lentamente y el viento presenta una tendencia a orientarse hacia el sur,
refrescando a medida que transcurren las horas.

La cabeza del sistema corresponde a la llegada del frente cálido (aire caliente y húmedo) en altura. Está
situada en primer lugar y a gran distancia de la parte central de la perturbación; el aire cálido se eleva
lentamente por encima del aire más frio y cuando llega a 6 ó 7 kms de altura, el vapor de agua que contiene
se transforma en cristales de hielo. Las primeras nubes que aparecen son cirros, del tipo uncinus (en forma
de comas o ganchos), o también del tipo fibratus (de aspecto deshilachado). Vienen de una zona muy
concreta del horizonte, normalmente del oeste o del suroeste, en donde presentan un aspecto muy denso.
Los cirros son la primera avanzadilla del sector cálido de una perturbación. Con la luz del atardecer presentan infinidad de
tonalidades.
A continuación de los cirros y procedentes de la misma zona que éstos, un velo de cirroestratos se va
extendiendo progesivamente hasta cubrir enseguida el cielo. Alrededor del sol o de la luna es fácil poder
ver un círculo iluminado que rodea éstos astros, según sea de día o de noche; son los halos (solar o lunar)
y se producen por la refracción de la luz que atraviesa los cristales de hielo de los que están constituídas
éstas nubes. Cuando se produce éste fenómeno alrededor del sol o de la luna, podemos saber exactamente
qué tipo de nubes los originan.
Halo solar completo producido por una capa de cirroestratos.
En realidad, la aparición de cirros y cirroestratos no puede aportar la certidumbre de que nos encontramos
en el inicio de una perturbación. Estos aparecen también en el sector frio en donde todo se organiza con
bastante rapidez. El hecho de que el barómetro comience a bajar y que el viento apunte en dirección sur,
tampoco es muy determinante. Pero si el techo de nubes continúa descendiendo progresivamente con el
paso de las horas, y después de los cirroestratos las nubes se espesan cada vez más ocultando el sol pero
permitiendo ver su contorno como si se viese a través de un cristal esmerilado (altoestratus traslúcidus), ya
tenemos la seguridad del avance del sector cálido de la borrasca. Este último tipo de nube presenta un color
ligeramente azulado, tornándose a gris claro a medida que aumenta de grosor y anuncia el final de la cabeza
y el comienzo del cuerpo de la perturbación.
A través de una capa de altoestratos puede verse un sol difuminado, sin que se aprecien bien sus cotornos.
El cuerpo

El cuerpo de un sistema se caracteriza por la aparición de una capa continua de altoestratos o de


nimboestratos, que frecuentemente se acompañan de nubes desgarradas que viajan por debajo de la capa
principal de nubes, empujadas por el viento (los fracto-estratos). La presión sigue bajando y alcanza el
punto más bajo con la llegada del frente cálido. Las lluvias continuas y persistentes es lo que caracteriza a
éste periodo y el viento, por lo general, ha rolado hacia el oeste ó noroeste con dirección constante.

La masa de aire caliente invade ahora los niveles inferiores del cielo. Esas nubes a las que nos habíamos
referido antes, de aspecto deshilachado, que corren velozmente empujadas por el viento (los diablillos), son
las que prededen la llegada de un enorme nimboestrato, la nube característica de la lluvia continua y que
da al cielo un color gris plomizo, sin apenas contornos. La visibilidad se reduce bastante debido a la
precipitación, mientras que el viento sigue soplando del NW.
Nimboestrato, nube de lluvia, bajo el cual aparecen los fracto estratos.
En este punto de la descripción es necesario distinguir entre perturbaciones de edades diferentes. En el
caso de una perturbación joven, después de un frente cálido sigue un sector cálido. Cuando éste acaba de
pasar entra en escena la segunda parte del cuerpo de la perturbación que corresponde al paso del frente
frio. Si se trata de una borrasca que ha evolucionado más, el frente frio sigue con mayor o menor rapidez
al frente cálido, sin que se observe ningún sector intermedio.

EL ASPECTO DEL CIELO ( y II )


El sector cálido

Dentro del sector cálido el techo de las nubes, por lo general, está siempre muy bajo y se encuentra cubierto
por una capa casi continua de estratocúmulos que a veces van acompañados de nieblas. Las
precipitaciones son débiles (habitualmente lloviznas) y la presión barométrica y el viento se mantienen más
o menos constantes hasta la llegada del frente frio.

Al paso de la masa de aire cálido, la lluvia tiende a interrumpirse y es sustituída por lloviznas. El techo de
las nubes, muy compacto, puede elevarse un poco y las nubes predominantes suelen ser los
extratocúmulos asociados a la turbulencia que provoca el rozamiento del aire al nivel del mar. Si nos
situamos ligeramente al sur de esta masa de aire, en la zona que une ésta perturbación con la siguiente y
que se denomina zona de unión, observamos que la visibilidad es mala, y el cielo está cubierto por
numerosos estratos, al menos durante el invierno..

Cuando se acerca el frente frio es muy común que el cielo vuelva a oscurecerse de nuevo. Es en éste
momento cuando nos encontramos con el cuerpo de la borrasca.

El frente frio está formado en sí mismo por una especie de barrera bastante sospechosa. El aire frio posterior
expele con violencia a la parte posterior de la masa de aire cálido. Al ser lanzado bruscamente hacia las
alturas se vuelve inestable y da como resultado la aparición de nubes del tipo cúmulos: Cúmulos congestus
o Cumulonimbos, a cuyo paso se registran chubascos intensos, fuertes aguaceros o incluso tormentas. A
la llegada del frente frio se puede comprobar cómo el viento rola ligeramente hacia el SW por breves
minutos, pasando de nuevo al NW racheado. Entre chubasco y chubasco se despeja e incluso sale el sol ,
pero hace más frio.

Los grandes cúmulos, como los congestus, son las nubes predominantes al paso del frente frio.
La estela

El cielo de estela es sin duda uno de los más bellos. Hace frio y desde el momento de su aparición el
termómetro acusa un notable descenso, mientras que el barómetro comienza a subir. Este aire frio que en
contacto con el océano es calentado por su base, se vuelve muy inestable. Por eso mismo el cielo se puebla
de grandes nubes del tipo cúmulos; a veces aparece una de las nubes más bellas de cuantas podamos
observar (y también la más peligrosa): el Cumulonimbo.

La estela de una perturbación puede llegar a ser muy grande y puede extenderse a lo largo de miles de
kilómetros mientras que su paso puede durar unas veinticuatro horas, o incluso más tiempo. Con frecuencia
podemos ver aparecer en el cielo los cirros que presagian a la borrasca siguiente. Cuando no hay una
perturbación próxima, el tiempo se va suavizando poco a poco y el viento vuelve a soplar del Norte,
desapareciendo las nubes gruesas. Pronto ya no quedará en el cielo más que algunos cúmulos de poco
desarrollo (los cúmulos humilis); en verano, éstas nubes pueden agruparse en forma de "filas" más o menos
ordenadas, que es lo que se denomina como calles de cúmulos.
El cumulonimbo forma parte de la estela de una perturbación. Es fácilmente identificable por la forma de "yunque" de su parte superior, formada por
cirros. De él se esperan chubascos y aguaceros más o menos intensos y, sobre todo, actividad eléctrica en forma de rayos y truenos.

METEOROLOGIA E HISTORIA
Hoc signo victor eris

Hace 1700 años, los cirroestratos (nubes que se localizan casi en el límite de la troposfera, constituídas por
diminutos cristales de hielo), cambiaron el curso de la historia de la humanidad, desencadenando una serie
de acontecimientos cuyo resultado fué que el cristianismo se convirtiera en la religión dominante en el
Imperio Romano.

El 28 de octubre del año 312, el emperador Flavio Varelio Constantino, también conocido como Constantino
I el Grande, venció a su rival y cuñado, el emperador Majencio en la batalla del puente Milvio, al norte de
Roma. Los dos emperadores competían por el control de las regiones occidentales del imperio. Con sólo
50000 hombres ante los 70000 de Majencio, Constantino salió victorioso y se convirtió en el emperador
más importante de la antigüedad tardía.

La victoria de Constantino en el puente Milvio fué sin duda un momento decisivo en la historia mundial y, si
hemos de creer a varios historiadores de la época, fué el resultado de una señal milagrosa en el cielo,
revelada a Constantino la víspera de la batalla.

Unos 25 años después del acontecimiento, el obispo Eusebio de Cesarea escribió un relato de la leyenda
que rodea ésa visión en La vida de Constantino. Afirmaba que, en su marcha hacia Roma el día antes de
la batalla, Constantino y su ejército divisaron una cruz luminosa en el cielo sobre la que se leía "hoc signo
victor eris" (por ésta señal resultarás victorioso).

Aquella noche (según el obispo Eusebio), Cristo se le apareció en sueños a Constantino "y le ordenó que
repodujera el símbolo que había visto en el cielo y que lo utilizara como salvaguarda en todos los combates
contra sus enemigos". Así, Constantino ordenó que se confeccionaran estandartes con la señal en ellos.
Su ejército marchó hacia la victoria bajo éste símbolo que se conoce con el nombre de labarum.
Halo solar, fotografiado en la estación de esquí de Baqueira Beret (Lérida). Uno parecido a éste podría haber sido visto por el
emperador Constantino.
Posteriormente aquella imagen apareció en numerosas monedas romanas asociadas con aquella decisiva
batalla y, con el advenimiento del cristianismo, la figura se erigió en el símbolo de dicha fé.
Nummus de bronce, conocido como "spes public", que representa el estandarte militar romano inspirado en la visión de Constantino,
en la parte superior de la moneda.
Los halos solares

Es un grupo de fenómenos ópticos (fotometeoros) que tienen forma de anillos, arcos, columnas de luz o
focos luminosos engendrados por la refracción o la reflexión de la luz a través de cristales de hielo en
suspensión en la atmósfera. Se forman con nubes del tipo cirroestratos, niebla helada, etc.

Los fenómenos de halo comprenden:

1) El halo pequeño
Es un anillo luminoso de 22 grados de radio, cuyo centro es el astro luminoso (el sol o la luna). Presenta
habitualmente una franja roja poco visible en el interior y en algunos casos muy raros una franja violeta en
el exterior. Se trata del fenómeno de halo más frecuente.

2) El gran halo
Anillo luminoso de 46 grados de radio. Este halo es siempre el menos luminoso y mucho menos frecuente
que el halo pequeño.

3) Columna luminosa blanca


Tiene la forma de una cola de luz, continua o no, que se puede observar en la vertical del sol o de la luna,
por encima o por debajo del astro.

4) Arco tangente superior


Al igual que el arco tangente inferior, son a veces visibles en el exterior del pequeño o del gran halo. Estos
arcos tocan al halo circular respectivamente en sus puntos mas alto y mas bajo. Son a menudo muy cortos
y pueden llegar a reducirse a tan sólo un foco luminoso.

5) Arcos circuncenitales
Puede haber dos: el superior y el inferior. El arco circuncenital superior es un arco de fuerte curvatura de
un círculo menor horizontal, situado cerca del cénit; presenta colores brillantes, con el rojo por la parte
exterior y el violeta por la interior. El arco circuncenital inferior, es un arco abierto ampliamente, de un círculo
horizontal de gran radio, situado cerca del horizonte.

6) El círculo parhélico.
Es un círculo blanco horizontal situado a la misma altura angular que el sol. En ciertos puntos del círculo
parhélico pueden aparecer focos luminosos (falsos soles), que se sitúan corrientemente un poco al exterior
del pequeño halo.

7) La imagen del sol


Aparece en la vertical y por debajo del sol en forma de una mancha blanca brillante. Es semejante a la
imagen del sol en una extensión de agua en calma.
8) Parhelios
Sobre el círculo horizontal y cerca de sus puntos de intersección con el halo ordinario, pueden llegar a verse
dos manchas brillantes, vivamente coloreadas, y cerca de sus puntos de intersección con el halo
extraordinario otros dos más débiles. Son los parhelios o falsos soles, principales y secundarios, por que
parecen efectivamente imágenes del sol. Cuando se trata de la luna se llaman paraselenes.

Esquema de las figuras que pueden producir los halos alrededor del astro luminoso. Ponemos su significado a continuación de la
imagen.

S: Sol
HH: Halor ordinario
H' H': Halo extraordinario
PP: Parhelios principales
P' P': Parhelios secundarios
ZZ: Arco circuncenital
TT: Arcos tangentes superiores
T' T': Arcos tangentes inferiores
T" T": Arcios tangentes infralaterales
T""" T""": Arcos tangentes supralaterales
CC: Círculo parhélico
LL: Columna de luz.

Las complicadas figuras que se han descrito no sueles observarse nunca completas, se observan sólo
fragmentos. Las partes más frecuentes son el halo ordinario y uno de los dos parhelios principales. Los
círculos tangentes es relativamente raro encontrarlos.

Relaciones entre los halos y la lluvia

Habíamos comentado que la aparición de los halos obedece a la refracción de la luz del sol o de la luna al
travesar las partículas de hielo de las que están formadas algunos tipos de nubes. Y la relación de éstas
nubes (cirros y cirroestratos) y el periodo de lluvia se atribuye a la presencia de nubes a diferentes alturas
por delante de un núcleo ciclónico.

Al avanzar la borrasca o perturbación las nubes se presentan en el siguiente orden: Cirros, cirroestratos,
altoestratos y, finalmente, nimboestratos (las nubes productoras de lluvia). Fijando la hora de la aparición
del halo puede calcularse de una manera aproximada la llegada de la lluvia ciclónica.

En España, de acuerdo con observaciones realizadas en distintas regiones, y sin pretender una exactitud
científica para cada comunidad o provincia, puede establecerse la siguiente tabla:

Estación Tiempo que media desde el halo hasta la aparición de la lluvia


Invierno 24 horas
Primavera 35 horas
Verano 37 horas
Otoño 42 horas

EL DESCUBRIMIENTO DEL PARARRAYOS


En el siglo XVIII las máquinas electrostáticas eran motivo de diversión, dado que permitían obtener chispas
a partir del rozamiento de un trapo sobre una rueda. Así el abad Nollet electrizó a toda una congregación
de Chartreux que se cogían de la mano formando una cadena; saltaron todos a la vez en el momento de
recibir la descarga eléctrica. El citado abad y otros físicos habían pensado con razón en la analogía entre
los rayos y las chispas eléctricas. En el año 1750, Franklin aportó pruebas suplementarias y dejó escrito el
concepto del pararrayos. El francés Dalibard pudo obtener chispas eléctricas de un mástil metálico, que no
estaba unido al suelo, el 10 de mayo de 1752: Fué la primera experiencia y el primer herido por una
descarga. Richmann tuvo menos suerte en San Petersburgo en 1753, pues se aproximó excesivamente al
mástil y murió fulminado por el rayo.

La inconsciencia fué aún más lejos con las cometas que Franklin, en Estados Unidos, elevó bajo los
cumulonimbos. Se logró obtener del extremo del hilo de cobre ligado a la cometa descargas de tres metros
de largo y 3 centímetros de ancho, con un ruido propio de un pistoletazo. El francés De Romas, lo consiguió
con el mínimo daño y fué solamente tirado al suelo por una descarga manifestando "movimientos
convulsivos".

En 1770 los pararrayos comenzaron a implementarse realmente, pero no fué tan simple. Algunos vecinos
querían destruirlos por miedo a que atrayesen los rayos sobre las poblaciones, mientras que otros, más
puritanos, afirmaban que era una blasfemia modificar la voluntad de Dios.

El principio del pararrayos

La eficacia de los pararrayos y la explicación del Fuego de San Telmo se encuentran en el famoso efecto
de las puntas, muy conocido entre los especialistas de electrostática. La parte más alta de un edificio está
al mismo potencial eléctrico (tensión) que el suelo; se dice que está unido a tierra. A modo de referencia se
le asigna un potencial cero. En situación de tormenta, el potencial eléctrico a 100 metros de altura es de,
por ejemplo, un millón de voltios. La superficie de potencial de 500000 voltios es intermedia. El campo
eléctrico es más fuerte allí donde las superficies equipotenciales están más apretadas, es decir, por encima
de la punta.
Por encima de la iglesia las superficies de potencial están muy apretadas y la capacidad aislante del aire se ve superada,
pudiéndose formar chispas sobre la punta del pararrayos. Dichas chispas, en circunstancias favorables, son las precursoras de la
descarga de un rayo.
En ésa zona el campo se multiplica por más de 1000. La capacidad aislante límite del aire se ve
comprometida y surgen chispas de las puntas de los objetos metálicos (pararrayos o mástiles en los
buques). Es el Fuego de San Telmo, precursor de la descarga del rayo, denominado así porque los marinos
se encomendaban a éste santo al ver aparecer sobre las puntas de los mástiles unas pequeñas llamas de
color azulado, junto a un sonido crepitante.

A través de las puntas de los pararrayos los electrones pueden trasladarse fácilmente; éste fenómeno es
conocido como "viento eléctrico". Dichas partículas van desde la carga negativa de la nube que está encima
y dejan las cargas positivas en la punta del pararrayos, las cuales adquieren tal fuerza y cohesión que
ionizan el aire que las rodea. A diferencia de las cargas de la punta, las del aire ionizado pueden ascender
hasta la nube, rechazadas por las cargas positivas que quedan detrás del pararrayos y atraídas por las
negativas situadas en la base del cumulonimbo. Por lo tanto, si el rayo se produjera en ése momento,
recorrería el camino más corto y fácil que es el que conduce al pararrayos. Como éste está conectado al
suelo, el rayo, al tocar la punta metálica, se descarga hacia tierra a través de un grueso cable sin causar
daños.

Otra característica del pararrayos estriba en la producción del viento eléctrico del que habíamos hablado
anteriormente. Los electrones que se desprenden del pararrayos ascienden hacia la nube formando dicho
fenómeno. Si logran alcanzar la nube, neutralizan su carga negativa y por lo tanto impiden que descienda
la chispa eléctrica.

La protección del pararrayos

A diferencia de lo que mucha gente cree, un pararrayos ofrece un campo limitado de seguridad, por lo tanto
no abarca grandes extensiones.

Un pararrayos clásico protege una zona comprendida en un espacio cónico cuyo vértice es la punta del
aparato. Los conos protegidos se clasifican en primero, segundo y tercer grado, según que el radio de
cobertura (radio de la base circular) sea igual a la altura, al doble de la altura o al cuádruple de la altura del
vértice sobre la base, respectivamente.

La protección de un pararrayos está ligada a la altura a la que esté instalado y al radio de la base, formando un cono
La detección de los rayos

Existen algunos métodos de detección de las descargas eléctricas, desde los más caseros hasta los más
sofisticados.

En los receptores de radio, sintonizados en una banda en la que no emita ninguna emisora, se escuchan
unos chasquidos característicos cada vez que salta una chispa. Las ondas largas permiten detectar una
tormenta a varios centenares de kilómetros de distancia.

Entre la chispa del rayo y el sonido del trueno existe un periodo de tiempo variable. Este depende de la
distancia a la que se ha producido la descarga, ya que la luz es mucho más veloz que el sonido. Una sencilla
operación permite calcular, aproximadamente, la distancia a la que se ha originado el rayo: Se multiplican
los segundos que median entre la chispa y el primer sonido del trueno por 340 (la velocidad del sonido); el
resultado es la distancia, en kilómetros, a la que se ha producido la descarga. Esta misma operación sirve
para saber qué distancia ha recorrido un rayo, si en vez de los segundos que transcurren entre el
avistamiento de la chispa y el primer sonido del trueno, contamos los segundos que pasan mientras estamos
oyendo el fragor del trueno. La misma multiplicación nos dará (también en kilómetros) la distancia a través
de la cual el rayo se ha propagado.

Los relámpagos de calor tienen lugar ente diferentes nubes o en la misma nube y se producen a niveles
mucho más altos que las descargas que llegan al suelo. De noche se les ve muy bien hasta una distancia
de 100 kilómetros; incluso pueden llegar a divisarse hasta los 200 kms. si el terreno es llano y despejado.

Otros tipos de detectores se basan en la captación de las ondas electromagnéticas que se producen en las
descargas y que son recibidas por una antena especial. Un software específico y el cálculo que se obtiene
con ciertos algoritmos muy complejos, permite localizar el área donde ha caído el rayo, su distancia con
respecto al detector que ha captado la señal, e incluso discriminar la señal para saber si se trata de rayos
positivos o negativos, o si la descarga se ha producido entre la nube y el suelo o en el interior de la nube.
El tubo más grueso situado a la izquierda de los sensores de viento, alberga la antena que capta las ondas electromagnéticas
causadas en las descargas elécticas. Estación meteorológica de Santander-Ojáiz (Peñacastillo-Cantabria)
Tras ser captada la señal por medio de la antena, ésta viaja a través de un cable hasta el ordenador. Allí un software específico
trata la señal por medio de complicados algoritmos y la traduce permitiendo conocer la distancia, la dirección y el tipo de descarga
que se ha producido. Estación meteorológica de Santander-Ojáiz (Peñacastillo-Cantabria)
Detector de descargas instalado en la Estación Meteorológica de Santander-Ojáiz, en tiempo real:

http://ojaizmeteo.net/storm/nexstorm.jpg

LAS TORMENTAS ( I )
¿Cómo se forma la nube de tormenta? El Cumulonimbo

Esta vez vamos a considerar que nos encontramos en un dia de verano. El calor y la humedad son muy
propios del clima de Cantabria gracias a la influencia marítima, sobre todo en la línea costera e incluso unos
kilómetros hacia el interior de la región.

Por la mañana el cielo está completamente limpio; se anuncia un hermoso día. El sol calienta el suelo y se
forman ascensos de aire caliente; son burbujas de aire que no podemos ver, pero ascienden por encima de
las zonas sobrecalentadas: arenales, campos, vertientes expuestas al sol…etc. Las aves rapaces y los
aviones sin motor, los vuelos de ala-delta o los parapentistas, aprovechan estas corrientes invisibles de aire
ascendente.

A mediodía este aire, al ascender, se va enfriando y acaba por condensar el vapor de agua. Una vez que
alcanza el nivel de condensación, se va formando una pequeña nube semejante a una col. Su base es
plana pero en la parte superior tiene un aspecto globulado, con muchas protuberancias de color muy blanco.
Después del mediodía, la nube continúa su crecimiento, dado que el aire en ascenso es más ligero (es
decir, más caliente) que las capas de la atmósfera que atraviesa. Para que se forme un cumulonimbo es
preciso que se den temperaturas muy bajas en altura.
Cuando el aire está muy frío en altura, el aire caliente en ascenso es mucho más ligero que el aire que
encuentra en su recorrido hacia arriba. Así pues, sube más rápido, como si la nube fuese “aspirada” hacia
arriba. Se precisa una gran diferencia de temperatura entre el nivel bajo y el superior: al menos unos 24ºC.
Esta circunstancia se presenta muchas veces en verano, cuando hace mucho calor y la humedad es
elevada; pero las tormentas son también posibles en cualquier otra estación, cuando el aire muy frío se
encuentra en las capas más altas de la atmósfera.

Fotografía de un cumulonimbo iluminado por el sol del amanecer. Fotografía tomada desde la Estación Meteorológica de Santander-Ojáiz.
La temperatura en el interior de un cúmulo o de un cumulonimbo decrece teóricamente seis grados en un
ascenso de mil metros. Un cumulonimbo normal, que se extienda al menos entre los 2000 y 5500 metros
de altura, tendrá (teóricamente) una diferencia de 21º entre estas dos alturas. En la práctica se precisa de
una diferencia un poco mayor para mantener ascensos potentes. El cumulonimbo necesita igualmente de
humedad para desarrollarse; esta condición no siempre se satisface, sobre todo en las regiones secas. Las
nubes de tormenta son, o bien aisladas (en verano) o más extensas (invierno), cuando se encuentra aire
muy frío en altura, formando un frente de tormentas.

Desarrollo de un cumulonimbo en fotos


(1): El aire caliente ya ha comenzado a condensarse y ha superado el nivel de condensación. En la parte
superior de la nube comienzan a aparecer zonas globulares, lo que indica que la nube seguirá creciendo
aún más, alimentada por el flujo de aire caliente que asciende por su base y por la humedad del aire:

En la primera fase de un cumulonimbo, comienzan a formarse en la parte superior unas grandes protuberancias.
(2): El empuje de las corrientes interiores lleva a la parte superior de la nube hasta el límite de la troposfera.
La parte superior de la nube está próxima a ésa capa y entonces comienza a expandirse hacia los lados:
Al llegar a la capa límite de la troposfera, la nube comienza a expandirse hacia los lados.
(3): Una vez alcanzada la estratosfera (entre los 10 y 11 kms de altura), la nube no puede crecer más debido
a que tras ése límite la temperatura del aire es mayor. Entonces la nube se expande hacia los lados,
adoptando la forma de un inmenso hongo. El tipo de nubes que corona la zona superior son generalmente
Cirros, constituídos por cristales de hielo. En ocasiones ésa zona más alta presenta formas estriadas debido
al viento reinante:
Cumulonimbo cuya parte superior ha llegado a la troposfera, a una altura entre diez y doce mil metros.
Al continuar la expansión de la zona superior de la nube, ésta se compone de cirros (nubes compuestas
por cristales de hielo) que forman el llamativo "yunque" del cumulonimbo. Esta característica hace que la
nube sea fácilmente reconocida.
Los cirros de la parte superior del yunque de cumulonimbo aparecen, en ocasiones, fuertemente estriados, debido a las intensas corrientes de aire
a ésas alturas.
(4): Tras el paso de la tormenta (truenos, descargas eléctricas y precipitaciónes en forma de chubascos
intensos), el aporte del calor al interior de la nube finaliza, con lo que comienza la fase de disipación al no
tener más energía. La nube principal se deshace en jirones (cúmulos más pequeños y estratocúmulos de
origen cumuliforme):
LAS TORMENTAS ( y II )
¿Por qué los cumulonimbos tienen una cima plana?

Por encima de los 10000 metros de altura la temperatura es ligeramente más elevada: El aire es demasiado
ligero para mezclarse con el aire más denso (y más frío) situado por debajo. Este nivel, conocido como
“tropopausa”, constituye pues un techo que impide el ascenso de las nubes por encima. Cuando la cima de
una nube de tormenta alcanza la tropopausa, las corrientes ascensionales que han hecho crecer a la nube,
se desvían lateralmente y forman ése sombrero plano característico, semejante a un yunque. Cuando
aparece esta zona en la parte superior de la nube, el cumulonimbo pasa a denominarse “incus”. Observado
a una cierta distancia hay ocasiones en que por encima de esta cima plana, el yunque, aparece una
pequeña prominencia redondeada, el "píleus". Esto es debido a la fuerza de las corrientes ascensionales
que son tan potentes que la nube llega a sobrepasar ligeramente la tropopausa.
Cumulonimbo desarrollado sobre el monte Andatza. Fotografía realizada desde el Observatorio Meteorológico de Igueldo (San Sebastián -
Guipúzcoa)
El cumulonimbo es una gigantesca máquina térmica que produce su propia energía mecánica, aunque
necesita la energía solar para ponerse en funcionamiento. Pero, en realidad, es la condensación en el
interior de la nube la que dispara todo el proceso. Esta condensación es la que produce y libera una gran
cantidad de calor. Un gran cumulonimbo absorbe 700.000 toneladas de aire cada segundo y condensa
alrededor de 7600 toneladas de vapor de agua. Esta condensación libera 19 millones de megawatios,
equivalente a cinco veces la potencia de todas las centrales eléctricas de la Tierra. Desde ese momento, el
cumulonimbo aspira todo el aire próximo en un radio de entre 10 a 20 kilómetros.

Conforme de desplaza, el cumulonimbo va absorbiendo todo el aire caliente situado por delante de él. Las
velocidades verticales dentro de la nube son muy grandes, del orden de 130 Kms/h. En ocasiones han sido
aspirados hasta pájaros hasta las alturas heladas de la nube y han vuelto a caer rígidos y helados, como si
hubiesen estado en un enorme congelador.

En la parte trasera de la nube el aire se enfría de forma notable por lo que este aire al ser más frío, también
es más pesado y por lo mismo, desciende. El cumulonimbo se desestructura cuando el descenso del aire
supera al ascenso.

Justo en la vertical de la nube y en el suelo, se producen fuertes rachas de viento, que se denomina “frente
de racha”. El frente de racha es un frente frío a muy pequeña escala que delimita la zona entre el aire
caliente (por delante de la nube) y el aire frío (que está detrás). La lluvia y los chubascos no tardarán en
aparecer.
Cuando en la parte superior del cumulonimbo comienza a aparecer el "yunque" (formado por cirros compuestos de pequeños cristales de hielo), la
nube toma la denominación de "cumulonimbus incus"
Si el sol está presente durante la caída de la lluvia se forma el arco iris que queda muy contrastado con la
oscuridad de la base del cumulonimbo. Es posible apreciar entonces, toda la gama de colores del espectro
y hay ocasiones en que se puede formar otro arco iris (arco doble) en el que los colores se distribuyen a la
inversa del arco iris principal.
Esate arco iris presenta un fuerte contraste respecto a las nubes oscuras situadas detrás de él. En la fotografía (realizada desde la estación de
Santander-Ojáiz), se aprecia bien casi toda la gama de colores en los que se descompone la luz al atravesar las gotas de lluvia.
El rayo y el trueno

Según la teoría clásica, las abundantes colisiones entre las partículas de hielo y agua subfundida (agua a
temperatura inferior a 0ºC, que no está helada), debidas a las fuertes corrientes de ascenso y descenso
que ocurren en el interior de un cumulonimbo, comportan la electrización de la nube y la separación de las
cargas: Las partículas más pesadas, cargadas negativamente, caen hacia la parte inferior de la nube; y las
más ligeras, las positivas, quedan en la parte alta. En consecuencia, la parte del suelo situada bajo la nube
se carga positivamente. La diferencia de potencial entre el suelo y la nube puede alcanzar hasta 100
millones de voltios, y las descargas eléctricas acaban siempre por producirse.

Los rayos en descenso, los más frecuentes, se producen en dos fases:

1ª) Un trazador corto desde la nube hasta el suelo. Esta pequeña descarga nace allá donde el campo
eléctrico es más intenso, en general de algún punto de la base de la nube. El trazador desciende por saltos
sucesivos más o menos imprevisibles de una cincuentena de metros. Al llegar a 200 ó 300 metros de altura,
otro trazador nace de la proximidad del suelo y empalma con el anterior.

2ª) El rayo sigue el trazador. El trazador ha creado un canal ionizado, que es el verdadero enlace eléctrico
entre la nube y el suelo. En este momento puede tener lugar la descarga principal: Se trata de una sucesión
de varias descargas intensas en forma de corrientes eléctricas pulsantes. Cada una de ella dura menos de
0,1 milisegundos, y el conjunto forma, contando las pausas intermedias, un rayo de 0,01 a 2 segundos. La
luz parpadeante del rayo es debida a esta sucesión de descargas.
Rayos descargando desde la nube hacia la tierra. Las ramificaciones de los rayos principales son descargas secundarias.
En el canal ionizado por el rayo, la temperatura originada por la descarga se halla entre los 20000 y
30000 grados centígrados. Ello provoca que el aire se dilate bruscamente, como ocurre en una explosión,
y produzca una onda acústica: El trueno.

Golpes de retroceso y piedras de rayo

Hay una clase de descarga eléctrica que puede causar la muerte aunque la persona o animal se encuentre
bastante alejado del punto de caída del rayo. Cuando la nube de tormenta se halla a cierta distancia de un
ser viviente, influye sobre la electricidad de su cuerpo, de manera que atrae hacia la parte superior la de
nombre o potencial contrario y rechaza hacia los pies la del mismo signo. Al llegar el momento crítico en la
nube y producirse la chispa de descarga, cesa la gran diferencia de potencial y, por tanto, la influencia
eléctrica de la nube sobre la persona o animal, que al reconstituir el estado neutro de su cuerpo, da lugar a
una pequeña descarga o rayo interno, que ocasiona la muerte. Este fenómeno se conoce como golpe de
choque o golpe de retroceso.

Cuando el rayo cae en las rocas de las montañas funde las sustancias silíceas que encuentra a su paso y
forma unos tubitos de pequeñas dimensiones denominados fulguritas. Antiguamente también se las
conocía como piedras de rayo y se les atribuían propiedades supersticiosas. Todavía hoy, mucha gente
mayor que vive en el campo, sigue teniendo el concepto de que ésas piedras están causadas por las
descargas eléctricas (por el rayo), cosa completamente errónea.

Daños causados por el rayo

Dado que no todas las descargas eléctricas tienen la misma potencia, los “caprichos” del rayo son realmente
extraordinarios. Alguna vez ha caído en una cama ocupada por dos pesonas y sólo ha muerto una de ellas;
o se ha abatido en el centro de un grupo de personas y nadie ha resultado dañado; otras veces ocurre todo
lo contrario.
Si se considera que la intensidad media durante cada descarga principal llega hasta 20000 amperios, no
debe extrañar que el rayo sea tan poderoso y atemorice tanto. Pero la cantidad real de electricidad
transferida a la tierra es muy pequeña puesto que esa enorme corriente eléctrica circula solamente durante
una fracción desegundo. Con todo, es sumamente peligrosa, ya que quema lo que toca. electrocuta a los
seres vivos y puede llegar a imantar las superficies metálicas.

El daño que causa el rayo se debe, en gran medida, al calor que produce. Muchas veces los árboles y los
edificios resultan perjudicados debido a que la onda repentina de calor provoca la vaporización del agua y
la acumulación de una presión suficiente como para hacer estallar la corteza de los árboles o hacer saltar
los ladrillos de una pared. Por otro lado, cada año, mueren fulminadas por el rayo cientos de personas en
todo el mundo.

Rayo impactando sobre un árbol. Fuente: Noticias de Aragón

LUKE HOWARD Y LAS NUBES ( I )


A pesar del interés de los sabios griegos en la antigüedad, hubo que esperar hasta el año 1802 para
disponer de una clasificación completa de las nubes. Fué la de François Lamarck la primera de las
relaciones de tipos de nubes que se hizo en la historia, que quedaban agrupadas en nubes opacas, en velo,
aborregadas, ampulosas, de tormenta, etc. Pero tuvo la torpeza de publicar al mismo tiempo un ensayo de
la influencia de la luna sobre el tiempo, con lo cual todo su trabajo fué rechazado. Tampoco tuvo éxito
Lamarck en su teoría sobre la evolución de las especies.
La corriente científica del siglo XVIII

A finales del siglo XVIII hubo un enorme interés por el entorno que rodeaba al hombre. En lo que se conoce
como "el siglo de las luces", durante el periodo de "La Ilustración", los temas referidos a las ciencias o a la
naturaleza experimentaron un impulso creciente. Fué la época de los grandes viajes de exploración y de
algunos de los últimos descubrimientos realizados por el hombre. En sus singladuras por los mares y tierras
desconocidos hasta entonces, los barcos cargaban con nuevas especies de animales y plantas. El objetivo
no era otro que el afán por clasificar y determinar los nuevos descubrimientos, esquematizar las nuevas
manifestaciones de la naturaleza y poner un poco de orden en los trabajos de estudio y clasificación de los
nuevos hallazgos, ya fueran seres vivos, plantas o minerales.

Una de los aspectos que había presentado mayores dificultades era el de catalogar los diferentes aspectos
que presentaban las nubes. Las innumerables formas, texturas y colores de éstas, eran parte de los
problemas a los que se enfrentaban los científicos de aquel tiempo que trataban por todos los medios de
arrojar un poco de luz sobre el tema.

Surgió en ése momento la figura de un botánico, el sueco Carl von Linné, quien propuso para la calsificación
de cualquier elemento una nomenclatura latina basada en dos nombres; el primero haría referencia al
género y el segundo a la especie. Por la misma época también aparece el francés Lamarck. Interesado en
la botánica y la meteorología, lo cierto es que sus tesis para inventariar los nuevos descubrimientos en
referencia a los animales y plantas, no tuvieron mucho éxito, siendo rechazadas por los sabios de la época.
En el tema que nos ocupa hoy, el de las nubes, su clasificación fué un completo fracaso pues carecia de
precisión, además de utilizar nombres en francés muy vinculados a las labores del campo. Y sin embargo
no todo fué en contra de Lamarck, pues aún hoy en día se sigue utilizando la escala de altitud a la que
aparecen algunos tipos de nubes.

La figura de Luke Howard

En noviembre de 1772 nace en la ciudad de Londres Luke Howard, primogénito de Elizabeth y Robert
Howard. Fué enviado a estudiar a una gran escuela primaria situada en Burford, cerca de Oxford y desde
muy niño se sintió atraído por la naturaleza y el clima. Su fascinación por las nubes surgió en 1783 debido
a los increíbles cielos que se presentaron en aquel año, fruto de las erupciones volcánicas que tuvieron
lugar en Islandia y Japón. Además de aquella capa de ceniza volcánica suspendida en la atmósfera, un
gran meteorito cruzó el cielo de la Europa Occidental en la noche del 18 de agosto de 1783. Howard, con
tan sólo 11 años pudo contemplarlo, y aquel espectáculo no hizo sino afianzar aún más su pasión por la
naturaleza.
Luke Howard, el "padrino de las nubes" (1772 - 1864)

Tras aparecer las tesis de clasificación de las nubes ideadas por Lamarck, en diciembre de 1802, Luke
Howard presentó a la Sociedad Askesiana, un club de debates londinense del que era miembro fundador,
un trabajo titulado "Sobre la Modificación de las Nubes". Proponía identificar varias categorías simples
dentro de la complejidad de sus formas . Su gran acierto fue darles nombres latinos, como lo había hecho
Linné con los reinos vegetal y animal. El latín era el idioma de los académicos, que trascendía fronteras
nacionales y barreras lingüísticas. Los nombres de Howard eran comprensibles para todas las culturas de
Occidente y algunas de Oriente, donde la Iglesia Católica había introducido el latín. Además, su sistema
era más simple y completo.

Luke Howard creía que todas las nubes pertenecían a tres grupos:

 Cumulus (cúmulo o montón en latín): Montones convexos o cónicos, incrementándose hacia


arriba desde una base horizontal.
 Stratus (estrato o capa en latín): Una capa horizontal ampliamente extendida, incrementándose
desde abajo.
 Cirrus (rizo o bucle en latín): Fibras paralelas y flexibles, que pueden extenderse en una o varias
direcciones.
Cúmulos, cirros y estratos fué la primera clasificación que Luke Howard hizo de los tipos de nubes

Para denotar una nube en el acto de condensarse en lluvia, granizo o nieve, añadió una cuarta categoría.

 Nimbus (lluvia en latín): Una nube de lluvia o sistema de nubes desde el cual está cayendo lluvia.

El nimboestrato es la nube asociada a la lluvia persistente

Las nubes también pueden alterar su forma y conjuntarse, en combinaciones como Cumulo-stratus, Cirro-
cumulus y Cirro-stratus. Posteriormente, algunas formas recibieron nombres para designar su "especie",
como: Cumulus congestus, Cirrus uncinus, Stratus nebulosus. El trabajo de Luke Howard impresionó a
aquellos interesados en el cielo y su sistema de clasificación fue aceptado rápidamente en Gran Bretaña y
otros países.

En reconocimiento a sus contribuciones a la meteorología, la Real Sociedad eligió como socio al


meteorólogo aficionado Luke Howard en 1821. Se unió a la Sociedad Meteorológica Británica en 1850.

Sin embargo la gran cuestión era saber si había el mismo tipo de nubes en el conjunto del planeta. Para
ello, el meteorólogo británico Abercromby realizó la vuelta al mundo en 1887, cincuenta años después de
que lo hiciese Darwin para los animales, y constató que las nubes eran las mismas en todo el mundo. La
clasificación realizada por Howard fué modificada ligeramente y se recomendó en la Conferencia
Internacional de Munich, en 1891. El primera Atlas Internacional de Nubes, colección de forografías y
descripciones de nubes, vio la luz en 1896. Y, a partir de ése momento sirvió como referencia para todos
los servicios meteorológicos.

LUKE HOWARD Y LAS NUBES ( y II )


Más cosas sobre las nubes

Las nubes están formadas por multitud de gotitas de agua y no son sino la manifestación de la presencia
del vapor de agua en la atmósfera. Estas gotas microscópicas son semejantes a las que se forman al
condensarse sobre una olla el vapor de agua en ebullición. Cada metro cúbico de nube contiene entre 10 y
1000 millones de gotitas. Su diámetro está comprendido, normalmente, entre 10 y 40 micrómetros (0,01 a
0,04 mm) y es mucho menor que el grosor de un cabello. Las gotas que forman la niebla y las nubes
conocidas como "stratus", son aún 10 veces más pequeñas.

¿Por qué las nubes no se caen?

Esta pregunta, probablemente, se la habrán planteado muchos niños a sus padres. Pero la cuestión es
bastante compleja, sobre todo si tenemos en cuenta que el cúmulo más humilde puede pesar tanto como
una locomotora.

La nube persiste en el cielo mientras que las condiciones de condensación del vapor sean favorables. Pero
las gotitas que la constituyen tiene una vida mucho más corta. Para un cúmulo o cumulonimbo, estas gotas
se forman en la base de la nube a causa de la corriente ascendente; suben durante algunos minutos y se
evaporan cuando sobrepasan el límite superior de la nube. Todo ello es posible por que las gotitas son muy
ligeras y las corrientes ascendentes compensan, con creces, la velocidad de caída. Las de un pequeño
cúmulo son del orden de 1 cm por segundo; del orden de 40 metros por hora.

En una niebla no hay ascensos, pero las gotas son tan pequeñas que caen a una velocidad de 1 mm por
segundo, unos 4 metros por hora y éste movimiento pasa totalmente desapercibido.

¿Por qué la base de las nubes es aplanada?

Cuando se observan las nubes a distancia se comprueba que, a menudo, poseen una base plana, sobre
todo las del tipo cúmulos de buen tiempo. Esta base es la materialización del nivel de condensación.
En ocasiones la base de las nubes, sobre todo las de los cúmulos, es completamente plana.

En el caso típico de los cúmulos que se forman por acción del calentamiento del suelo, la altura del nivel de
condensación depende, sobre todo, de la humedad del aire en los primeros quinientos metros de la
atmósfera. El aire, al elevarse, se enfría 1º por cada 100 metros, y su humedad aumenta automáticamente
entre un 4 y un 5% hasta llegar al 100% cuando alcanza el nivel de condensación.

Algunos días las corrientes ascendentes no son lo suficientemente fuertes para elevar al aire al nivel de
condensación. En estos casos, cuando la humedad es baja y la atmósfera se encuentra estable, los cúmulos
no llegan a formarse y el cielo permanece azul y despejado durante toda la jornada.

Muchas veces hemos querido que hubiese menos nubes de día para disfrutar más del sol, sobre todo en
verano. No obstante las estadísticas muestran que en los continentes sucede al contrario. En las regiones
españolas de la meseta, la nubosidad es un 30% mayor al mediodía que a la medianoche. Esta cifra no
está relacionada con el paso de las perturbaciones, ya que éstas pueden llegar el cualquier momento, ya
sea de día o de noche, sino con los tipos de nubes ligadas al ciclo diurno.

Los cúmulos diurnos se forman durante la mañana y desaparecen a últimas horas de la tarde. Las noches
son, por lo general, estrelladas; las mañanas empiezan soleadas, pero por las tardes aparecen más nubes;
algunas de ellas pueden crecer mucho (cuando se dan las condiciones de calor y humedad adecuados)
dando lugar a nubes tormentosas.

Las nieblas y los estratos son frecuentes en situaciones anticiclónicas de otoño e invierno. Se forman al
amanecer y se disipan a media mañana debido a que el sol comienza a calentar el suelo, con lo que el aire
empieza a ascender. El cielo entonces se torna más despejado durante la tarde y a primeras horas de la
noche que de madrugada.

¿Por qué algunas nubes parecen inmóviles a pesar del viento?

En muchas ocasiones observamos en el cielo nubes espectaculares que, a pesar del viento, permanecen
inmóviles. ¿Por qué?

Lo más probable es que se traten de altocúmulos lenticulares, que se producen por la ondulación del viento
en las proximidades del relieve. Estas nubes ondulatorias, de altitud media, parecen platillos volantes o a
veces una pila de platos invertidos. Se pueden observar en cualquier lugar cuando la atmósfera es estable
y sopla un viento fuerte por encima de una sierra o cordillera colocada perpendicularmente a la dirección
del viento. Son las famosas nubes del viento sur, o más técnicamente, del efecto Föehn.
Altocúmulo lenticular por encima de una cordillera. Puerto de La Bonaigua (Lérida)

El aire sufre un ascenso al remontar la montaña o la cordillera. A continuación desciende a sotavento y se


forma una ondulación. Es un fenómeno muy parecido a las ondas estacionarias que se originan en los
rápidos de los ríos. En cada ascendencia, el aire sube, se enfría y puede condensarse. Se forman por lo
tanto una serie de nubes paralelas entre sí y espaciadas entre 5 y 25 km, que es proporcional a la velocidad
del viento. Es decir, la nube se forma (a barlovento) y se deshace (a sotavento) casi al mismo tiempo y por
eso vemos que no cambia de lugar...o de aspecto.

LOS TIPOS DE NUBES ( I )


Las nubes no son un capricho de la naturaleza ni un adorno en el cielo. Es un fenómeno del que podemos
obtener información meteorológica muy últil, del tiempo que va a llegar en las próximas horas. Los pastores,
agricultores y marinos fueron quizás los primeros observadores de nubes y de sus análisis obtuvieron
muchos datos que relacionaban con el posible estado del tiempo para un futuro próximo. Comprendían que
la presencia o ausencia de nubes en un lugar eran las claves para determinar la evolución del tiempo. La
planificación de las cosechas de algunas tribus indígenas de Africa, América y Oceanía, se veía
condicionada por la observación de las nubes; hasta ése punto era importante la determinación de las nubes
que aparecían en el cielo para éstas gentes.

Las nubes no aparecen en un lugar de forma casual; están ahí por que las condiciones de la atmósfera así
lo determinan. Cuando se conocen las circunstancias, para lo que es necesario realizar muchas
observaciones, de por qué un tipo de nube aparece en un momento dado podemos saber cual será la
evolución del tiempo en las próximas horas. De ahí la importancia de la observación de la aparición y
desarrollo de los sistemas nubosos que, sin embargo, no es una tarea fácil pues las nubes están en un
proceso continuo de evolución, dando lugar a especies, variedades, rasgos suplementarios o nubes
accesorias.
Géneros, especies y variedades de nubes

Según el Atlas Internacional de Nubes de la Organizacón Meteorológica Mundial (OMM), se distinguen diez
géneros de nubes: Cirrus, cirrocúmulus, cirrostratus, altocumulus, altostratus, nimbostratus, stratocumulos,
stratus, cumulus y cumulonimbus. Estos diez grupos principales se excluyen mutuamente, pues una sola
nube sólo puede pertenecer a uno de los géneros mencionados.

Cada género de nubes se divide a su vez en especies. Esta nueva división se basa en algunas
peculiaridades que se observan en la forma de las nubes. A la vez, las nubes pueden mostrar unas
características muy especiales que determinan su variedad (por ejemplo, su transparencia). Sin embargo
los cumulonimbus, no presentan variedad alguna.

Aún así, la identificación de las nubes por su género, especie o variedad no es suficiente para poder
describirlas correctamente. Una nube puede presentar un rasgo suplementario o estar acompañada por
otras nubes más pequeñas (nubes accesorias). La otra clasificación, también muy importante, hace
referencia a la altitud a la que aparecen. De ahí que la atmósfera se halla dividido en tres zonas que, de
arriba a bajo, se nombran piso superior, piso intermedio y piso inferior; y las nubes que aparecen en cada
uno de ellos, nubes altas, nubes medias y nubes bajas.
Esquema de las zonas de la atmósfera donde aparecen los distintos tipos de nubes.

Estas divisiones no son siempre exactas: Algunas nubes pueden penetrar en el piso superior, mientras que
su base roza la zona inferior, como por ejemplo los nimbostratus. Otras sin embargo, como el gigantesco
cumulonimbus, ocupa las tres zonas: su parte superior llega muchas veces hasta el límite de la troposfera
(a una altura entre diez y trece mil metros), mientras que su base se sitúa a unos centenares de metros
sobre el suelo.

Nubes del piso superior (nubes altas)

Son los Cirrus, Cirrocúmulus y Cirrostratus.

Cirrus. Abreviatura: Ci

Definición de la OMM: Nubes separadas en forma de filamentos blancos y delicados, de un parecido a


plumas, colas de gato o el cabello de una persona. Se presentan en bancos o bandas estrechas de un brillo
sedoso.
Constitución: Están formadas por diminutos cristales de hielo que se forman a gran altura (entre 8 y 12 km),
donde la temperatura oscila entre -40º y -60º. Una masa de aire que posea un elevado contenido de vapor
de agua, si continúa enfriándose, producirá cristales de hielo en vez de gotitas de agua.

Especies: Fibratus, uncinus, spissatus y floccus.

Variedades: Intortus, radiatus, vertebratus y duplicatus.

Tipo de tiempo probable: Si se presentan aislados son síntoma de buen tiempo. Si avanzan organizados y
procedentes del oeste indican la aproximación de un frente cálido. Si se presentan organizados en bandas
paralelas, denotan la presencia de una fuerte corriente en chorro en altura.

Al atardecer los rayos del sol por debajo del horizonte hacen que, por refracción de la luz, los Ci adopten
colores amarillos y luego naranjas.

Banda de Ci al atardecer

Ci en bandas (fibratus), delatan la presencia de una corriente en chorro en altura. También se observan estelas de condensación.
Las estelas de condensación dejadas por los aviones tambien pueden considerarse nubes altas. Si éstas
se ensanchan y presentan deriva (debido a los vientos reinantes en las capas altas), indican la presencia
de humedad en altura, con lo que el tiempo puede cambiar a peor. Si se deshacen es señal de que, en
altura, el aire es seco, por lo que no es previsible la llegada de perturbaciones.

Estela de condensación que se ensancha debido a la presencia de fuertes vientos en altura

Cirrocúmulus. Abreviatura: Cc

Definición de la OMM: Banco, capa delgada o sábana de nubes blancas, sin sombras, compuestras por
elementos en forma de grumos, rizos, granos u ondulaciones, unidos o separados y distribuídos con mayor
o menor regularidad.

Constitución: Por cristales de hielo. Los Cc tienen un proceso de formación semejante a los Cirrus y
Cirrostratus.

Formación: A diferencia de los Ci y cirrostratus, los Cc delatan la presencia de cierta inestabilidad en el nivel
al que se encuentran, de ahí que presenten ése aspecto de diminutos cúmulos que es tan característico.
Los Cc son una de las formaciones mas bellas y espectaculares, pero también las más difíciles de observar.
Se encuentran a alturas próximas de 7 - 10 km.

Especies: stratiformis, lenticularis, castellanus y floccus.

Variedades: undulatus y lacunosus.

Tipo de tiempo probable: Sólo si aumentan considerablemente con el paso del tiempo, no suelen indicar
cambios en el tiempo. Muchas veces éstas nubes aparecen asociadas a corrientes en chorro a gran altura
(Jet Stream).
Cc al atardecer. Fuente: Las nubes, las maravillosas nubes Ed. MMAMRM.

Cc floccus. Fuente: MMAMRM

Cirrostratus. Abreviatura: Cs

Definición de la OMM: Velo nuboso, transparente y blanquecino, de aspecto fibroso o completamente liso
que cubre total o parcialmente el cielo y que produce generalmente el fenómeno de halo (solar o lunar).

Constitución: Formadas por finísimos cristales de hielo, a veces en más cantidad que los Ci y Cc.

Formación: Se forman cuando una masa de aire húmedo a gran escala se eleva a grandes alturas. Estas
nubes ocupan vastas extensiones del cielo a una altitud entre 7 y 10 km. Generalmente son las nubes
responsables del fenómeno de halos, iridiscencias o parhelios. Debido a su extremada finura, es dificil
discernir a veces si el cielo está despejado o cubierto.

Especies: fibratus y nebulosus

Variedades: duplicatus y undulatus

Tipo de tiempo probable: Suelen ser la vanguardia de un frente cálido y aumentan su espesor según éste
va avanzando. Su presencia denota un significativo cambio del tiempo.
Cs que forman un halo alrededor del sol. Fuente: MMAMRM

Cs mezclados con cirrus. La parte más espesa de la nube está en la parte inferior izquierda de la fotografia. Fuente: MMAMRM

LOS TIPOS DE NUBES ( II )


Nubes del piso medio (Nubes medias)

Son los Altocúmulus, Altostratus y Nimbostratus

Altocúmulus. Abreviatura: Ac.

Definición: Banco, capa delgada o capa de nubes grises y blancas, o al revés, que muestran sombras;
compuestas por losetas, masas redondeadas o rodillos, etc, que pueden ser a veces fibrosas o difusas,
pudiendo estar unidas entre sí.

Constitución: Normalmente por gotitas de agua , en ocasiones subfundida (agua por debajo de los 0º que
no llega a congelarse). Si la temperatura es muy baja (del orden de los -25ºC), pueden formarse cristales
de hielo.

Formación: Se originan cuando una masa de aire que está inmersa en un sistema frontal, o que le precede,
asciende hasta los niveles medios de la atmósfera y se condensa. Estas nubes se forman en masas de aire
inestables y de ahí su aspecto cumuliforme; indican muy bien dónde se encuentra el nivel de inestabilidad
en la capas medias atmosféricas. Forman parte tanto de lkos frentes fríos como de los frentes cálidos. En
éste caso pueden aparecer asociados con los Altostratus.

Especies: stratiformis, lenticularis, castellanus y floccus.

Variedades: translúcidus, perlúcidus, opacus, duplicatus, undulatus, radiatus y lacunosus.

Tipo de tiempo probable: Si se presentan aislados, son indicadores de buen tiempo. Si aumentan o vienen
mezclados con Altostratus, indican la proximidad de un frente o borrasca y en estos casos pueden llegar a
desprender precipitación, siempre muy débil y dispersa.

Altocúmulus lenticularis (abajo a la izquierda) y Altocúmulus floccus perlúcidus.

Altocúmulus mezclados con Altostratus


Altocumulus lenticularis duplicatus con inestabilidad Kelvin-Helmholtz. Cortesia de Meteopallars.

Altostratus. Abreviatura: As.

Definición: Lámina o capa de nubes grisácea o azulada, de aspecto estriado, fibroso o uniforme que cubre
parcial o totalmente el cielo. Tiene partes lo suficientemente delgadas como para dejar pasar la luz del sol,
el cual se ve a través de ellas como si se tratase de un cristal esmerilado (es decir, no se aprecian los
bordes del astro). A diferencia de los Cirrostratus, los Altostratus no producen halos.

Constitución: En los casos más generales, tienen una zona superior compuesta por cristales de hielo; una
parte media formada por cristales de hielo, copos de nieve y agua sobreenfriada; y una inferior en la que
predominan las gotitas de agua subfundidas.

Formación: Los altostratus suelen ser el grueso de un frente cálido que en su parte más activa va mezclado
con los Nimbostratus y forma una capa continua de pendiente suave; es la nube que ocupa mayores
extensiones en el cielo. Tambien es parte constituyente de la zona media y baja del yunque de un
cumulonimbo que está en fase de disipación.

Especies: No tiene debido a la unformidad de la capa de nubes.

Variedades: Translúcidus, opacus, duplicatus, undulatus y radiatus.

Tipo de tiempo probable: Cuando están asociados al paso de un frente cálido, dan lugar a lluvias o nevadas
débiles y continuas. La precipitación originada por los altostratus suele ser de menor intensidad que la
producida por los nimbostratus. En la secuencia lógica del paso de un frente cálido, aparecen por detrás de
los cirrostratrus y preceden a los nimbostratus, todo ello sin solución de continuidad.
El altostratus forma una capa continua en el cielo. A menudo deja pasar la luz del sol, como si éste se viera a través de un cristal esmerilado
(foto inferior)

Fuente: Las nubes, las maravillosas nubes. Ed. MMAMRM

Nimbostratus. Abreviatura: Ns

Definición: Capa de nubes de color gris plomizo, que se muestran velados debido a la precipitación que cae
de ellos. Su espesor es lo suficientemente grueso como para ocultar el sol por completo.

Constitución: Gotas de agua, gotas de agua sobreeenfriadas o subfundidas; tambien por cristales de hielo
o de nieve.

Formación: Se forma al ascender una masa de aire extensa y relativamente cálida por encima de una masa
de aire más fría. Es el núcleo principal de un frente cálido que aparece inmediatamente después de los
altostratus. En ocasiones también puede llegar a formar parte de la zona inferior de una nube de tormenta
(cumulonimbus) que se halle en fase de disipación. Es una nube muy difícil de distinguir, ya que no presenta
detalles característicos, ocupando todo el cielo con un velo gris oscuro muy uniforme, acompañado de
precipitaciones. Muchas veces su espesor es tan grande que puede llegar a ocupar la zona inferior del piso
alto y la superior del piso bajo de la atmósfera.

Especies: No tiene.

Variedades: No tiene.
Tipo de tiempo probable: Ocasiona lluvias o nevadas continuas de intensidad moderada. Nube asociada
preferentemente a los frentes cálidos y que después de los cumulonimbus es la nube que produce
precipitaciones más cuantiosas. A diferencia de aquéllos, la lluvia se reparte de una forma mucho más
homogénea y uniforme. Bajo la capa inferior de ésta nube se observan con frecuencia jirones de nubes
desgarradas, empujadas por el viento reinante: Son los fracto-cúmulus o diablillos.

El nimbostratus forma una capa continua y densa de color gris oscuro que ocupa toda la extensión del cielo.

Bajo la capa inferior es frecuente que aparezcan nubes desgarradas que viajan a gran velocidad empujadas por el viento.
Precipitación desprendiéndose de un nimbostratus.

LOS TIPOS DE NUBES ( III )


Nubes del piso inferior (Nubes bajas)

Son los Stratocumulus y los Stratus

Stratocumulus. Abreviatura: Sc
Definición: Banco, manto o capa de nubes grises y blanquecinas, o de ambos colores a la vez, que tienen
casi siempre sombras o partes oscuras, compuestas de losas, rodillos. De aspecto no fibroso (salvo en el
caso de "virgas") y las que sus elementos pueden estar soldados o no. Muchas veces se agrupan formando
calles de aire sin nubes entre los elementos principales.

Constitución: Gotitas de agua, acompañadas a veces por gotas de lluvia o nieve granulada; muy raramente
por cristales de hielo y copos de nieve.

Especies: Stratiformis, lenticularis y castellanus.

Variedades: Translúcidus, perlúcidus, opacus, duplicatus, undulatus, radiatus y lacunosus.

Tipo de tiempo probable: Se asocian al tiempo estable cuando, en verano, aparecen a media tarde ya que
son la consecuencia de la evolución de los cúmulos de buen tiempo (cúmulus húmilis y cúmulos mediocris).
Las burbujas de aire condensado que han formado los cúmulus suelen alcanzar, en su ascenso, una capa
de aire más fría; esto los hace frenarse y extenderse horizontalmente, originando entonces
los stratocúmulus cumulogénitus. También pueden aparecer asociados a frentes cálidos y fríos, mezclados
con los altostratus o los nimbostratus. Entonces son difíciles de distinguir debido a la falta de luz y a la
precipitación. En realidad estas nubes no son buenas indicadoras de cambio de tiempo.
Los stratocúmulus pueden formarse a partir de la evolución de los cumulus. En ésta fotografía las nubes son el resultado de la disipación de un
cumulonimbo.

Al amanecer o al atardecer, un poco antes de la salida o despues del ocaso del sol, los stratocúmulus presentan una coloración oscura debido a
la falta de luz.
El color rojo de estas nubes (y de otras también) se debe a la refracción de los rayos solares. Es lo que se conoce como "candilazo".

Stratus. Abreviatura: St.


Definición: Capa nubosa, generalmente de color gris, con base bastante uniforme, que puede dar lugar a
precipitaciones en forma de llovizna, prismas de hielo o cinarra. A veces la capa de nubes no es lo
suficientemente espesa para ocultar el sol por completo y entonces su contorno se distingue netamente.
Los stratus no producen fenómenos de halo, salvo a muy bajas temperaturas. En ocasiones pueden
aparecer en forma de jirones deshilachados por debajo de otras nubes: Son los fracto-stratus.

Constitución: Por gotitas de agua pequeñas. A muy bajas temperaturas, por debajo de los -20,0ºC pueden
llegar a formarse partículas de hielo pequeñas. Su base suele encontrarse entre los 0 y 300 metros de
altura.

Especies: Nebulosus y fractus

Variedades: translúcidus, opacus y undulatus.

Tipo de tiempo probable: Si producen nieblas suelen estar asociados a tiempo anticiclónico. Otras veces se
adhieren al fondo de los valles, cubriéndolos por completo y dejando las cumbres de las montañas
despejadas; los valles, vistos desde las alturas están inmersos en un "mar de nubes". Cuando aparecen
por debajo de los Altostrataus o de los Nimbostratus, se asocian a la presencia de un frente cálido. Pueden
aparecer también desgarrados por debajo de la base de los cumulonimbus, en medio de las tormentas y
los aguaceros, mostrando una coloración más clara que las oscuras bases de las nubes mayores,
moviéndose a gran velocidad por el empuje del viento.
Los Stratus son muchas veces, parte de las nieblas. En la fotografía la niebla que procede del mar (advección) rebasa los montes y se adentra
hacia tierra firme donde acaba por deshacerse debido a la mayor temperatura.

Cuando los Stratus cubren los valles, desde las alturas se les puede ver formando un mar de nubes. Cortesía de laukoak.blogspot.com.
Las nieblas, casi en contacto con el suelo, están formadas por Stratus cuyo grosor puede ser variable. Cuando el sol calienta el suelo, la niebla
tiende a deshacerse; así ocurre en las nieblas de radiación. Fuente: desconocido.

Nubes de desarrollo vertical

Anteriormente éstas nubes se clasificaban dentro de las nubes del piso inferior, pero sus especiales
características, tanto en formación como en desarrollo, merecieron agruparlas en otro apartado diferente.
Muchas veces el desarrollo de éstas nubes, como en el caso de los cumulonimbus, es tan grande que con
frecuencia ocupan los tres pisos en los que, por convenio internacional, se divide la atmósfera.

Son los Cúmulus y los Cumulonimbus

Cúmulus. Abreviatura: Cu

Definición: Nubes aisladas, generalmente densas y con contornos bien definidos, que se desarrollan
verticalmente en forma de protuberancias, cúpulas o torres y, cuya parte superior, de aspecto grumoso, se
asemeja a una coliflor. Las porciones de estas nubes iluminadas por el sol, son siempre blancas y muy
brillantes y su base relativamente oscura.

Constitución: Principalmente por gotitas de agua. Y por cristales de hielo en aquellas partes de la nube que
por su altitud, estén a temperaturas muy por debajo de los 0,0ºC. Pueden contener gotas de agua
subfundida que no se convierten en nieve o en hielo pero que se congelan al entrar en contacto con algún
objeto (engelamiento). Este fenómeno es especialmente peligroso si se forma en el borde de las alas de
los aviones.

Formación: Se desarrollan cuando se producen corrientes convectivas (ascenso del aire) que se originan
por el calentamiento desigual de la superficie terrestre. Este aire asciende por que está más caliente que el
aire que lo rodea y en su ascenso va perdiendo presión a la vez que se enfría hasta que se condensa dando
lugar a la nube. El crecimiento posterior varía en función de la inestabilidad del aire en ése momento. Los
cúmulus menos desarrollados se denominan húmilis; los intermedios, mediocris y los más
desarrollados congestus (ó torre-cúmulus, en aeronáutica).

Especies: fractus, húmilis, mediocris y congestus.

Variedades: Radiatus.

Tipo de tiempo probable: Los cúmulos de buen tiempo crecen en verano desde el mediodía hasta la puesta
del sol; entonces suelen disiparse, pero si existe algún grado de inestabilidad pueden seguir creciendo y
llegar hasta formarse un cúmulus congestus. Otrras veces se alinean en el cielo formando hileras, con todas
sus bases a un mismo nivel y repartidos irregularmente: Es lo que se denomina "calles de cúmulus",
generalmente asociados al buen tiempo.
Los cumulus de poco desarrollo reciben el nombre de húmilis y por lo general, están asociados al buen tiempo.

La inestabilidad que puede haber en un momento dado, hace que los cúmulus crezcan hacia arriba. En la fortografia (cortesía de Mauricio
Alvarez -Colombia-) se ve en primer plano un cúmulus mediocris y al fondo un cumulus congestus, o torre cúmulo.
A veces los cúmulus humilis se alinean en el cielo formando las "calles de cumulos" que por regla general, están asociados al tiempo
anticiclónico (cortesía de J. A, Quirantes, "Rayo"; Foro de Meteored (España).

Cumulonimbus. Abreviatura: Cb

Definición: Nube espectacular, muy densa y de gran desarrollo vertical, en forma de montaña o de torres
enormes. Parte de su cima superior es estriada, lisa o fibrosa y casi siempre aplastada. Esta parte se
extiende muchas veces horizontalmente formando un yunque o un vasto penacho. Por debajo de la nube,
muy oscura, aparecen nubes más bajas, desgarradas, entre las precipitaciones y los chubascos que origina.

Constitución: Generalmente por gotas de agua y cristales de hielo en su parte superior (en el yunque). En
su interior contiene también gotas de lluvia grandes, copos de nieve, hielo granulado, granizo y, en casos
de extrema inestabilidad, pedrisco de considerable tamaño.

Formación: El Cumulonimbus es el siguiente paso del desarrollo de un cúmulus congestus. Se origina sobre
todo en primavera y verano en situaciones de inestabilidad y, por lo general, después del mediodía. Tienen
un enorme desarrollo vertical, pues mientras su base se sitúa a unos pocos centenares de metros por
encima de la superficie terrestre, su cima puede alcanzar hasta los 14 kilómetros de altura (bajo condiciones
extremas puede llegar a los 20 km.). Suelen agruparse en cinco estructuras convectivas: Tormenta
unicelular, multicélula, línea de turbonada, supercélula ó sistema convectivo de mesoscala (SCM).

Tipo de tiempo probable: Producen casi siempre tormenta con precipitaciones en forma de aguaceros y
chubascos de lluvia, granizo o pedrisco; la nieve puede aparecer en el invierno. Van acompañados de
vientos racheados y de descargas eléctricas que se producen tanto entre otras nubes, como entre la nube
y la tierra. Los tornados y las trombas ( o mangas marinas), también son ocasionados por éstas nubes.
En la imagen que nos ofrece un cumulonimbus en la distancia, se puede apreciar la forma achatada de su parte superior, generalmente
constituída por cirrus y en donde predominan los cristales de hielo.

Bajo la base de la gran nube, es frecuente la aparición de jirones deshilachados de nubes más bajas, asociadas a los chubascos y aguaceros.
Si la inestabilidad es muy intensa, aparece una nube en forma de "rodillo" de forma arqueada. Precisamente por su aspecto, ésta característica
recibe el nombre de "arcus"

El cumulonimbus es, sin lugar a dudas, la nube más espectacular de todas las que podemos ver en la atmósfera

LOS TIPOS DE NUBES ( y IV )


Definiciones de las especies y variedades.

Para una correcta observación de las nubes no sólo hay que especificar su género; las distintas especies y
variedades que presentan son como sus "apellidos", es decir, las características personalísimas que la
distinguen de otras masas nubosas, las que diferencian unas de otras. Podríamos decir que, al igual que
ocurre con la clasificación de animales y plantas, la ennumeración del género, variedad y especie de una
nube, es como su "nombre científico" . DIchos términos se nombran en latín y son entendibles en
cualquiera de los idiomas del planeta.
Especies

Fibratus: Nubes separadas o velo de nubes delgado, en forma de filamentos rectilíneos o curvados más o
menos irregularmente, que no terminan en ganchos o en copos. Se aplica principalmente a los Cirrus y
Cirrostratus.

Uncinus: Cirrus a menudo en forma de coma, que termina en la parte de arriba en un gancho o copo cuya
parte superior no tiene la forma de una protuberancia redondeada.

Cirrus de la especie "uncinus" de cuyos pequeños copos se desprenden lasrgas colas parecidas a "comas"

Spissatus: Cirrus cuyo espesor óptico es suficiente para que aparezca de color grisáceo cuando se ve
mirando hacia el sol.

Castellanus: Nubes que presentan en su parte superior alguna protuberancia de tipo cumuliforme que dan
a las nubes un aspecto acastillado o almenado. Estas torrecillas, algunas de las cuales son más anchas
que altas, poseen una base común y parecen estar dispuestas en líneas. El término se aplica a los cirrus,
cirrocúmulus, altocumulus y stratocúmulus.

Floccus: Especie de nube en la que cada elemento está formado por un copo pequeño de aspecto
cumuliforme y cuya parte inferior está más o menos desgarrada y acompañada a menudo de virgas. El
término se aplica a los cirrus, cirrocúmulus, altocúmulus y stratocúmulus.
La especie "spissatus" presenta éste tipo de coloraciones a la salida o puesta del sol, debido a la refracción de la luz. En la mayoría de
las ocasiones su color es más bien grisáceo

Stratiformis: Nube extendida en una capa delgada, o en una capa horizontal, que presenta la apariencia de
los stratus de grandes dimensiones. Se aplica a los altocúmulus, stratocúmulus y, en ocasiones, a los
cirrocúmulus.

Nebulosus: Nube parecida a un velo o capa nebulosa que no muestra detalles nítidos. Los cirrostratus y los
stratus pueden presentarse con ésta especie.

La variedad "lacunosus" de estos altocúmulus, da al cielo un aspecto de "enlosado" o "empedrado". Tras su aparición es casi segura
la lluvia. Como asegura el refrán: Cielo empedrado, suelo mojado.

Lenticularis: Nubes con forma de lentes, almendras, lentejas, platos invertidos, etc. por lo común muy
alargadas y de contornos bien definidos. Aparecen frecuentemente en nubes de origen orográfico. Se aplica
a los cirrocúmulus, altocúmulus y stratocúmulus.
Fractus: Nubes en forma de jirones irregulares y con aspecto claramente desgarrado. El término se aplica
a los stratus y a los cúmulus.

La especie lenticularis dan a las nubes un aspecto de lentes, lentejas o platos hacia abajo. Muy frecuentes entre los altocúmulus son
originadas por el efecto föehn. Fotografía cortesía de METEORED (Terral)

Húmilis: Nubes del tipo cúmulus con escasa dimensión vertical.

Mediocris: Nubes cumuliformes de desarrollo vertical moderado, en cuyas cimas aparecen protuberancias
bastante pequeñas.

Congestus: Cúmulus que presentan protuberancias muy desarrolladas y que tienen una importante
dimensión vertical.

Calvus: Cumulonimbus cuya parte superior empieza a perder las protuberancias, pero en la que aún no se
distinguen los cirrus que constituyen el yunque.
En un cumulonimbus de la especie "calvus" aún no son visibles las nubes cirriformes que, en su zona superior, constituyen el "yunque"
característico.

Capillatus: Cumulonimbus en los que en su parte superior se aprecian nubes de tipo cirriforme, de estructura
fibrosa o estriada y que a menudo presenta la forma de un yunque.

Variedades

Intortus: Cirrus cuyos filamentos están curvados muy irregularmente y que con frecuencia aparecen
entremezclados o enmarañados.

Vertebratus: Nubes dispuestas de tal forma que sugieren el aspecto de vértebras, costillas o el esqueleto
de un pez.

Undulatus: Nubes en bancos, sábanas o capas que presentan ondulaciones. Se aplica a los cirrocúmulus,
cirrostratus, altocumulus, altostratus. stratocúmulus y stratus.

Radiatus: Nubes en anchas bandas paralelas que parecen converger en un punto del horizonte. Se aplica
a los cirrus, altocúmulus, altostratus, stratocumulus y cúmulus.

Lacunosus: Banco o capa de nubes a menudo bastante fina, salpicadas de claros circulares distribuídos
regularmente, de manera que sugieren una red o un panal. Pueden presentarse en los cirrocúmulus,
altocúmulus y muy rara vez en los stratocumulus.

Duplicatus: Banco o capa de nubes a diferentes niveles y superpuestas, a veces unidas parcialmente.
Aparecen en los cirrus, cirrostratus, altocumulus, altostratus y stratocumulus.

Translúcidus: Nubes en manto, de capa extensa, que son suficienbtemente transparentes como para dejar
entrever la posición del sol o la luna, pero sin poderlos apreciar nítidamente. Se aplica a los altocúmulus,
altostratus, stratocumulus y stratus.
Perlúcidus: Capa de nubes de gran extensión, con claros bien marcados entre sus elementos, pero a veces
muy pequeños. Entre los claros pueden verse el sol, la luna o las nubes situadas a niveles superiores.

Opacus: banco, capa o sábana de nubes de gran extensión que son lo suficientemente gruesas como para
ocultar completamente el sol o la luna. Pueden formarse en los altocúmulus, altostratus, stratocúmulus y
stratus.

Los altocúmulus opacus ocultan por completo el sol o la luna. Fotografía cortesía de J.A. Quirantes "Rayo". METEORED

Rasgos suplementarios y nubes anejas

Incus: Parte superior de un cumulonimbus, extendida en forma de un yunque, de aspecto fibroso o estriado.
El incus se forma en la zona superior del cumulonimbus; su forma es fibrosa o estriada.

Mamma: Protuberancias colgantes, como ubres, en la parte inferior de una nube.

Los mamma son grandes protuberancias que cuelgan de la parte inferior de las nubes, en forma de odres o ubres.

Virga: Son estelas de precipitación, verticales u oblicuas, unidas a la base de la nube pero que no llegan a
la superficie terrestre.

Praecipitatio: Precipitación (lluvia, llovizna, nieve, hielo granulado o graanizo) que cae de una nube y llega
a la superficie de la tierra. Normalmente aparece como una prolongación de la nube.

Arcus: Rodillo horizontal y denso, con bordes más o menos deshilachados, situado en la parte delantera e
inferior de una nube, en forma de arco muy oscuro y amenazador.
El arcus, de forma deshilachada y amenazante, aparece en forma de rodillo por delante y por debajo de algunos tipos de nubes.

Tuba: Nube en forma de columna que desciende de la base de la nube. Constituye la manifestación en
forma de nube de un vórtice más o menos intenso. Si contacta con el suelo o con la superficie del mar, se
forman los tornados o las trombas (mangas) marinas.

Una tuba comienza a desprenderse de la base de la nube. En tanto no toque el suelo o la superficie del mar tendrá la denominación
de "gancho". Si alcanza alguna de las dos superficies pasa a llamarse tornado (en tierra) o tromba marina (en el mar)

Píleus: Nube anexa de poca extensión horizontal, en forma de gorro o capuchón, situado más arriba de la
cima de una nube cumuliforme.

Velum: Nube anexa en forma de velo de gran extensión, que aparece ligeramente por encima o unida a la
parte superior de una o varias nubes de tipo cumuliforme.
La variedad praecipitatio es como una extensión de la nube, formada por la precipitación que se desprende de ella y que alcanza la
superficie terrestre

Pannus: Jirones deshilachados que a veces forman una capa continua por debajo de otra nube y con la
que, en ocasiones, están unidos.

ALGUNAS CUESTIONES SOBRE METEOROLOGIA


¿Cuándo se ve el arco iris?

Para ver un arco iris muy coloreado es necesario que haya un buen chubasco, estando el sol a media altura
en el cielo; si está demasiado alto el arco iris no se produce y si se encuentra en una posición cercana al
orto o al ocaso (cerca del horizonte) el sol aparece de color rojo y entonces no presenta sus colores azul y
violeta.

Observado desde un avión o desde una montaña, el arco iris puede formar un círculo completo. A veces,
alrededor del arco iris puede verse un arco secundario que es provocado por dos reflexiones en el interior
de las gotas de agua. Es mucho menos luminoso y los colores aparecen al revés del arco iris principal. La
luna también puede formar arco iris, pero son más difíciles de ver. Incluso en días en los que el cielo está
parcialmente cubierto y aunque aparentemente no llueva, puede aparecer un arco iris muy tenue. Es el
resultado de que la luz solar atraviesa una cortina de precipitación que no llega al suelo.
¿Por qué siete colores?

La luz del sol, a la que llamamos "blanca" está compuesta de una infinidad de colores. La refracción de ésta
luz, originada al atravesar una gota de agua, es ligeramente diferente según sea el color. Así el arco iris
presenta, teóricamente, no tan sólo siete colores, sino muchos más.
El arco iris se forma en la cortina de lluvia. Es preciso que el sol esté a la espalda del observador

Los rayos de luz reflejados en el fondo de la gota vuelven a emerger formando un ángulo con la dirección
del sol (entre 0 y 41º), según el lugar en que golpee la gota de agua. Una gran parte de ésta luz emerge
con un ángulo de 41º, formando el arco iris. El resto se refracta de manera difusa con un ángulo menor: Es
ésta luz la que ilumina la parte interior del arco, mientras que el cielo exterior al arco aparece oscuro.
El observador ve el color rojo en el límite superior del arco iris y el violeta en el borde inferior.

El fenómeno de la refracción de la luz fué descubierto por un árabe, Alhazen (965-1039). El estudio del arco
iris fué mejorado con las experiencias de Freiberg en 1304, ayudándose de recipientes esféricos llenos de
agua, semejantes a grandes gotas. Otros científicos trabajaron sobre el tema, en particular Descartes
(1637). Aún así es preciso esperar hasta el 1672 para que Newton explique la formación de colores en el
arco iris con la ayuda de prismas de vidrio. Al tiempo que demostró que la luz blanca es una mezcla de
diferentes colores, también experimentó al revés; es decir, si un disco con los siete colores del arco iris lo
giramos rápidamente, acabaremos por ver un disco blanco.

¿Por qué el cielo es azul?

El color del cielo proviene de la difusión de los rayos solares por las moléculas de aire. Cuando un fotón
(que es la unidad elemental de luz), alcanza una molécula de aire, es dispersado en otra dirección, a uno
de los lados o incluso hacia atrás. A este fenómeno se le llama difusión. La teoría demuestra que la difusión
por el aire es tanto más importante cuanto menor sea la longitud de onda; y, a su vez, que la difusión es
alrededor de 16 veces más eficaz para la luz azul que para la roja. Es por ello por lo que la parte azul del
espectro solar es dispersada por el aire de la atmósfera. Los rayos del sol que atraviesan la atmósfera
difunden lateralmente luz azul, lo que le da al cielo su color característico.
La luz del espectro solar es difundido por las moléculas del aire sin que los demás colores lo sean de forma significativa. La luz que
recibimos a través de los sentidos nos hace percibir el azul del cielo.

¿Por qué el sol aparece de color rojo en su ocaso?

Conforme el sol se acerca al horizonte, sus rayos hacen un trayecto cada vez más largo a través de la
atmósfera antes de alcanzar el suelo; por ello rayos del sol actúan sobre muchas más moléculas de aire.
Después de algunas decenas de kilómetros recorridos en la atmósfera, los rayos de luz que proceden del
sol han alcanzado tantas moléculas de aire que han perdido por completo sus radiaciones azules. Siguiendo
a éstas, son las longitudes de onda más largas las que se pierden progresivamente por difusión y absorción:
el verde y el amarillo. Al final, los rayos directos que provienen del sol no poseen más que el color rojo.
El razonamiento se revalida con la siguiente teoría: Con el sol en el cénit, el 96% de rojo y el 69% del azul
llegan al suelo. Cuando el sol está a 5º sobre el horizonte, todavía queda el 66% del rojo, pero sólo el 2%
del violeta y del azul. Los rayos de luz solar se convierten en anaranjados y rojos. Del mismo modo la luna
adquiere un color amarillento o rojizo cuando está baja, sobre el horizonte.

¿Cuáles son los tipos de espejismos?

Los rayos de luz son desviados al atravesar un medio diferente. Así, los rayos de sol que entran en el agua
del mar se hacen más verticales. Esta desviación sigue la ley de la refracción descubierta por Descartes;
cuando el rayo pasa a un medio de menor índice de refracción se desvía formando un ángulo más pequeño
respecto a la superficie de separación de los medios.

Si el ángulo del rayo incidente respecto a la superficie de separación es demasiado pequeño, el rayo de luz
no puede penetrar en el segundo plano y se refleja. Los nadadores que nadan bajo el agua saben que la
superficie, vista por debajo y a una cierta distancia, se comporta como un gran espejo horizontal. El aire
cálido que es menos denso que el templado, posee también un índice de refracción más pequeño. Así que
puede comportarse como un espejo, en el supuesto de que se mire de bastante lejos, con un ángulo
pequeño: Es el fenómeno del espejismo.

Los espejismos de calor son bien conocidos. Se observan por encima de la superficies sobrecalentadas por
el sol. El cielo se refleja sobre el suelo observado de lejos y lo hace aparecer brillante, como si la superficie
estuviese cubierta de agua. Este fenómeno es muy frecuente en los dias de mucho calor y sobre todo en
las carreteras, donde el asfalto da la sensación de estar mojado unos metros por delante del conductor que
va en su coche.

La capa de aire próxima al suelo está muy caliente. Visto de lejos, el suelo se comporta como un espejo

El espejismo de inversión térmica es el menos conocido. Se produce cuando hay una fuerte inversión de
temperatura, con el aire mucho más caliente en altura. Este espejismo se observa de igual modo a lo lejos,
si bien esta vez la imagen aparece en el cielo. Se puede ver así la forma invertida de montañas lejanas o
de barcos...Aunque parezca del todo asombroso, algunos marinos pueden llegar a ver, de noche, las luces
de un pueblo costero situado a millas de distancia. Este fenómeno tiene lugar en algunas situaciones
anticiclónicas del invierno y la capa de inversión debe presentar un aumento de temperatura de unos 10ºC
por cada 100 metros de altura.
Una fuerte inversión de temperatura en altura también crea el efecto del espejismo

¿Existe el rayo verde?

Sí. Y no sólo es el título de una novela del afamado Julio Verne, sino que es un fenómeno real que, aunque
difícil de presenciar, ocurre en la atmósfera.

Para poder observarlo es preciso situarse sobre un punto elevado y tener un horizonte muy despejado,
idealmente de cara al mar. En el momento en el que el disco solar se pone bajo el horizonte, hay que
observarlo con unos potentes prismáticos. Entonces es posible ver una pequeña cinta verde en su parte
superior; a veces es tan sólo una pequeña mancha verde.

Eso es el rayo verde. Su aparición es generalmente muy breve, de uno a dos segundos, aunque la
expedición Byrd, en la Antártida, lo pudo admirar durante 35 minutos, mientras el sol permanecía fijo en el
horizonte, al final de la noche polar.
La refracción de la atmósfera impone una curvatura más marcada al rayo verde que al rojo. El observador tiene la impresión de
que el rayo verde viene de más arriba.

Pero ¿de dónde procede éste famoso rayo verde? Recordemos que la luz solar está compuesta de una
variedad de colores como hemos visto al comentar el arco iris. Al ponerse el sol, éste se ve principalmente
rojo, pero también posee una porción muy pequeña del color verde. La refracción de la atmósfera curva los
rayos luminosos de forma diferente según sea su color, tal y como lo hace un prisma. Es el color verde el
que tiene el trayecto más curvado y es éste color el que se percibe sobre el borde superior del disco solar.
Fotografía del rayo verde. Cortesía: Blog Cuaderno de bitácora estelar

¿QUÉ ES "EL NIÑO"?


Los pescadores peruanos saben, desde hace siglos, que ciertos años el mar es mucho más cálido que
otros. En los años cálidos el ascenso del agua fría, rica en nutrientes, se inhibe y la pesca es ruinosa. El
nombre de "el Niño" (referido al Niño Jesús) viene del hecho de que el cambio de temperatura tiene lugar
alrededor de la fecha de Navidad. Estos episodios se producen, en promedio, una vez de cada cuatro años.

En situación normal, los alisios soplan con fuerza de este a oeste en el Pacífico ecuatorial, de Perú a
Indonesia. Las aguas cálidas superficiales son empujadas hacia el oeste de ésta cuenca oceánica,
provocando frente a las costas de Perú una succión de agua fría desde las profundidades y desde el sur.
La temperatura de la superficie del mar en ésta zona puede llegar hasta los 28 ó 30ºC. Entonces, la
evaporación en ésta zona es intensa y las lluvias abundantes. En una situación de "el Niño", los vientos
cálidos de baja altura se invierten y soplan parcialmente hacia el este. La zona de mar cálido y de
precipitaciones se desplaza entonces hacia Perú.
El Niño es el ejemplo típico de la complejidad del sistema acoplado océano/atmósfera: El viento influye en
la temperatura del mar y éste, asimismo, influye sobre la atmósfera al reducir la presión en las zonas cálidas.
Sólo los modelos informáticos que simulan simultáneamente la atmósfera y el océano pueden reproducir,
incluso predecir también, el fenómeno de "el Niño" con varios meses de antelación.
Estos modelos muestran que las anomalías de temperatura cruzan el Pacífico y, a continuación, "rebotan"
en las costas para propagarse en sentido inverso.

Este fenómeno se monitoriza permanentemente mediante un centenar de boyas ancladas que sondean el
océano hasta los 400 metros de profundidad, y por los satélites que observan el ascenso del nivel del mar
de las regiones cálidas. Los especialistas hablan también de la oscilación austral, porque la diferencia de
presión entre Tahití y Darwin (en Australia) fluctúa en fase con el Niño. Existen otras oscilaciones, pero no
tan marcadas: La oscilación del Atlántico Norte (NAO), entre Islandia y Portugal, se conoce en Europa por
su papel en la alternancia irregular de inviernos fríos e inviernos húmedos.

Las consecuencias de "El Niño"

El Niño afecta a las dos terceras partes de los mares tropicales cálidos que generan la mayor parte de la
evaporación de la Tierra. Los impactos climáticos y económicos son enormes, incluso en regiones más
alejadas. Algunos países como Ecuador, declaran el estado de emergencia antes de la aparición del
fenómeno. En el Pacífico el reparto de ciclones se ve alterado: Así, de los 18 ciclones que afectaron a la
Polinesia Francesa entre 1971 y 2000, catorce de ellos se produjeron en situación de "El Niño". El periodo
de "El Niño" entre 1973 y 1973 fué célebre por la drástica caída de las capturas de anchoa a lo largo del
Perú (de alrededor de un 50% menos). Desde entonces no ha sido posible reconstruir el stock.

El Niño del periodo 1983 - 1983, fué calificado como el "fenómeno del siglo". Inundaciones y sequías récord
causaron miles de víctimas mortales y centenares de miles de personas perdieron sus hogares. Los daños
causados en los Estados Unidos se evaluaron en dos mil millones de dólares, aunque ahorraron 500
millones de dólares en calefacción, puesto que tuvieron el invierno más templado en 25 años.

El archipiélago de las Galápagos recibió en seis semanas más lluvia que la que normalmente recibe en seis
años y en la Isla de la Natividad murieron de hambre o desaparecieron miles de aves en busca de alimento
dejando abandonados sus nidos. La población de pingüinos de las Galápagos pasó de 10.000 individuos a
menos de 500; mientras que las colonias de aves marinas de las islas subantárticas y del Atlántico quedaron
prácticamente desiertas.

Las zonas de acción se desplazan un poco en función de la estación. Globalmente, en un episodio de El Niño, se producen
inundaciones en el oeste de Chile y Perú; también en California y en el Cuerno de Africa. La sequía y muchas veces los incendios
asociados a ellas asolan el norte de Brasil y Australia, Bolivia, India, Indonesia y el sur de África. Las epidemias como la del cólera
pueden extenderse sobre Bangladesh. En cambio, no se detecta una influencia neta sobre el clima europeo.

Probablemente "El NIño" de los años 1997 - 1998 fué incluso más intenso. Además de las inundaciones
catastróficas en Ecuador, Perú y Colombia, la sequía provocó en Indonesia múltiples incendios que
cubrieron de humo una buena parte del sudeste asiático. El blanqueamiento del coral debido al
calentamiento del mar tuvo serias consecuencias, sobre todo en la zona suroeste del Océano Indico; en los
arrecifes de Mayotte se evaluó un 70% de mortalidad entre estos pólipos.

METEOROLOGIA Y NATURALEZA
Los animales y las plantas reaccionan a los cambios de tiempo. Las piñas y otros frutos similares se abren
cuando el tiempo es seco, de forma tan sensible como varía la longitud de los cabellos de un higrómetro.
Con el buen tiempo, las golondrinas y los vencejos vuelan a mayor altura para atrapar a los insectos
atrapados por las corrientes ascendentes de aire; en cambio vuelan casi a ras de tierra cuando el cielo está
cubierto o cuando preveen lluvia. Los caracoles salen cuando ha dejado de llover. A menudo los pájaros
cantan al cesar la lluvia para "anunciar el retorno del buen tiempo".

Los antigüos habitantes del campo confiaban en estos avisos naturales. Algunos jardineros afirmaban que
si el gato se pasa la para por detrás de la cabeza, es anuncio de lluvia en dos días. O también "asno que
salta y brama sin fin, lluvia segura para mañana". Todos los años, por septiembre, la gente puede comentar
que el próximo invierno será muy duro, si observan que ciertas aves migratorias ya han partido. De hecho,
el inicio de la migración no depende del tiempo que va a hacer, sino del tiempo que ya ha hecho y de la
madurez de las aves jóvenes de ése año. Se dice también que las capas de cebolla son más numerosas si
el invierno va a ser frío.

Todas estas creencias son infundadas y, sin embargo, la vida de los animales está estrechamente
relacionada con el tiempo. La búsqueda y disponibilidad de alimento, la reproducción y migración, son
jalones en el ciclo vital tanto de los animales como de las plantas, tremendamente influenciados por la
climatología.

Los animales, en su proceso de evolución, adquirieron una intuición especial por la que "conocen" los
rudimentos de la meteorología: Son capaces, como nuestros antepasados, de preveer la llega de la lluvia
cuando el viento sopla de una determinada dirección. Su percepción de la atmósfera es, sin duda, bastante
fina. Esto es lo que han probado numerosos estudios sobre el comportamiento de los animales y plantas
respecto al tiempo, entre los que se encuentra el del vencejo. Cuando llega el mal tiempo los vencejos no
tienen insectos para cazar; algunos quedan en letargo, si bien otros atraviesasn la zona de lluvia, durante
cientos de kilómetros para volver a encontrar el sol por detrás del frente y regresar tranquilamente a su nido
siguiendo el buen tiempo. Tan sólo los animales marinos pueden adoptar estrategias a más largo plazo,
debido a la persistencia de las anomalías de temperatura entre el océano y las corrientes marinas.

Las aves y el viento

El Albatros: Los marinos siempre han quedado impresionados por el dominio de vuelo de los albatros. A
pesar de su peso (unos 12 kg de media) y la envergadura de sus alas (unos 3,5 metros), los albatros
practican un tipo de vuelo único: El vuelo planeado dinámico, que aprovecha el aumento de la velocidad
del viento con la altura. Descienden a favor del viento, giran rasando las olas y remontan de cara al viento.
Equipando a algunos de estos individuos con balizas, se han podido medir sus increíbles marcas: Hasta
162 kms en dos horas; 636 kms, en 12 horas y 200 kms en 3 días...¡y todo ello sin dar un aletazo!
Recorrido en busca de alimento de los albatros grandes. Estas aves aprovechan las variaciones de la intensidad y dirección del
viento planeando siempre perperdicularmente a éste, es decir, sin dar un aletazo.

Cisnes: En cierta ocasión los pasajeros de un avión comercial se sorprendieron al encontrar cisnes en
migración entre Islandia e Irlanda a una altura de 8200 metros y con una temperatura de -48ºC. ¿Por qué
volaban tan alto? Simplemente los cisnes estaban aprovechando la corriente en chorro que pasaba a ésa
altura; de ésta manera pudieron hacer su migración a la velocidad de 240 km/hora.

Dendroica striata: Estos pequeños pajarillos (de unos 12 centímetros de largo) atraviesan 4000 kms de
océano en sus migraciones. Un esfuerzo de tres dias que les hace perder la mitad de su peso. Si por
cualquier razón el viaje se retrasa sólo algunas horas, la muerte es segura. Se ha descubierto que estos
pájaros siguen una estrategia meteorológica: Salen después de un frente frío y ajustan su altura en vuelo
de forma permanente entre los 1000 y 7000 metros, para beneficiarse de los vientos favorables. Esta técnica
alarga su recorrido, pero reduce la duración del vuelo.
Los pájaros que planean se desplazan de una a otra corriente ascensional.

Los animales y el frio.

Las especies nórdicas son más corpulentas, más bajas y macizas que sus parientes de las regiones más
cálidas (oso blanco, pingüino, lechuza blanca del ártico, etc.) La producción de calor interno es proporcional
al peso, mientras que el enfriamiento tan sólo es propocional a la superficie; de manera que un animal más
gordo será favorecido. Además puede que tenga una piel con pelos y una capa de grasa más espesa. Las
orejas son más pequeñas para limitar la pérdida del calor; las patas y los orificios nasales están a menudo
recubiertas de pelo o de plumas. Em conjunto, la mejora es enorme.

Los animales engordan en previsión de la llegada del frio. Una capa de grasa les da un mejor aislamiento
y reservas de alimento en caso de necesidad. Otros invernan en madrigueras o en cuevas, donde la
temperatura es relativamente suave y constante. Algunas especies pueden adquirir hipotermia regulada
algunos días de frio (vencejos, colibríes). Los pájaros pequeños suelen pasar las noches en las hojas de
las coníferas, donde la temperatura es de 5 a 10ºC más alta que en aire abierto. La flora y la fauna puede
aprovechar el manto aislante de la capa de nieve, pues la temperatura en ésa zona queda próxima a los
0ºC, mientras que en el exterior puede hacer mucho más frio.
Adaptación al frio del pingüino emperador

El calor y los animales y plantas.

Las plantas desarrollan numerosas raíces, ya sean superficiales para poder captar la más mínima lluvia o
agua de rocío, o muy profundas. Algunos árboles de 3 metros de alto pueden de esta forma, recuperar el
agua a más de 30 metros de profundidad. Las plantas con hojas gruesas o grasas, almacenan el agua en
sus tallos carnosos. Por último, la evaporación se reduce al límite: Las hojas son brillantes o pequeñas o
incluso se suprimen.

Los animales reducen al mínimo su deshidratación: Cuando tienen sed orinan menos o no lo hacen y sus
excrementos son secos. Algunos pueden dejar subir su temperatura interna varios grados para no tener
que refrescarse por el sudor o por el jadeo, lo que les haría perder agua. A veces excavan madrigueras o
se entierran en el suelo para pasar las horas más cálidas (zorro del desierto, roedores, serpientes, insectos,
etc.). Otros se aletargan durante la sequía.
Adaptación del camello al calor de las zonas desérticas

Las grandes orejas del zorro del desierto le permiten enfriarse cuando tiene mucho calor, debido a la emisión
de radiación infrarroja. Algunos lagartos se alejan lo máximo posible del suelo ardiente, caminando a
grandes saltos, o poniéndose sobre la punta de sus dedos. Cuando los animales de las zonas más frías
hacen sus reservas de grasas, las distribuyen sobre todo su cuerpo con el fin de mejorar su aislamiento. En
el caso del camello y del dromedario sucede lo contrario: La grasa está concentrada en sus jorobas.

LA CIRCULACION GENERAL DE LA ATMOSFERA Y LAS MASAS


DE AIRE ( I )
Para comprender el clima de un país determinado, definir sus características y explicar sus variaciones en
el espacio y en el tiempo, se necesita conocer cuáles son los factores climáticos que, aparte de la latitud,
lo gobiernan y en qué medida lo hace cada uno. Dichos factores pueden dividirse en fundamentales y
secundarios, comprendiendo los primeros aquéllos que actuando conjuntamente, definen las condiciones
generales de una zona terrestre de extensión relativamente amplia; mientras que los segundos son los
causantes de las características de los climas locales correspondientes a áreas restringidas o a lugares
específicos.

Los factores fundamentales son cuatro:

1. La situación de la región geográfica considerada en el seno de la circulación general atmosférica.


2. Su situación y configuracioón geográfica.

3. Los grandes accidentes geográficos de la región

4. La influencia de la temperatura sobre la superficie del mar en los casos en que la región esté rodeada,
al menos en gran parte, por mares y océanos.

Los factores complementarios son muy diversos, siendo los más importantes la altitud, la exposición a la
radiación solar y la naturaleza de la superficie local (vegetación natural, cultivos, lagos, embalses, ciudades,
etc).

Considerando los procesos térmicos que tienen lugar en la atmósfera, debidos a la energía que procede
del sol y que éste envía a la Tierra, y los efectos dinámicos consecuencia de estos mismos procesos, junto
al hecho de que la Tierra posee un movimiento de rotación sobre sí misma, alrededor de un eje imaginario,
y en el supuesto de que la superficie terrestre fuese homogénea, es posible establecer esquemas teóricos
de la circulación general de la atmósfera. El hecho más significativo que estos esquemas ponen en
evidencia, es la diferenciación de distintos sistemas de vientos en forma de cinturones circumpolares.

Esquema de la circulación general atmosférica sobre la superficie terrestre

El análisis de la imagen anterior muestra en ambos hemisferios tres cinturones de vientos bien
diferenciados: En el hemisferio norte, entre el ecuador y los 30º de latitud, el viento sopla del NE; son los
famosos vientos alisios. Entre los 30 y 60º de latitud, son vientos de componente SW; y finalmente, entre
los 60º y el Polo, aparecen nuevamente vientos del NE. En el hemisferio sur se presenta una distribución
similar en la que los vientos del NE son reemplazados por los del SE, y los del SW por los del NW.

Entre éstas zonas de vientos se definen en cada hemisferio, tres cinturones de vientos variables o calmas
caracterizados por la importancia que tienen los movimientos verticales del aire en su seno. Así la
convergencia de los vientos alisios del NE del hemisferio norte y los alisios del SE del hemsiferio sur,
corresponde a un cinturón ecuatorial dentro del cual las corrientes ascendentes dan lugar a la formación de
nubes con gran desarrollo vertical (cúmulos y cumulonimbos). En cambio, entre las zonas de los alisios y
la de los vientos oestes, las condiciones son opuestas a las anteriores, ya que a los cinturones subtropicales
centrados hacia los 30º de latitud corresponde el establecimiento de corrientes descendentes que impiden
la formación de sistemas nubosos. Esos cinturones quedan caracterizados por su clima árido.

La corriente en chorro (Jet Stream)

La corriente en chorro es una zona de vientos muy rápidos de poniente que se ondula alrededor de cada
hemisferio de forma más o menos continua en las latitudes medias. Se asemeja a un tubo aplastado de
varios cientos de kilómetros de ancho y de uno a dos kilómetros de espesor vertical. Se sitúa justo debajo
de la tropopausa y a una altura aproximada de unos 10 km. En su interior la velocidad del viento alcanza
con frecuencia valores de 200 a 300 kms/h, pudiendo sobrepasar los 500 kms/h. En verano es menos
marcada, pues el contraste de temperaturas es menor.

La corriente en chorro se debe al gradiente meridional de temperatura y a la rotación de la tierra. La


diferencia de temperatura entre el ecuador y los polos crea una circulación del aire entre estas zonas. Si la
Tierra no diese vueltas sobre sí misma, existiría sin duda la gran célula imaginada por Hadley en 1735 entre
el ecuador cálido y los polos fríos, que formaría un gran anillo alrededor de cada hemisferio. Pero la Tierra
gira ( a unos 1670 Kms/h hacia el Este) y ése anillo gira con ella. Al dirigirse hacia el polo el anillo ecuatorial
reduce su radio.

Origen de la corriente en chorro (Jet Stream)

Según la ley de conservación del movimiento cinético, la velocidad de rotación de un sólido sobre sí mismo
aumenta conforme éste reduce su radio, como una bailarina que gira más rápido al recoger los brazos sobre
su cuerpo. Nuestro anillo, al dirigirse al norte, va a girar más rápido. Al comienzo, el aumento de velocidad
no es muy grande, pero aumenta rápidamente a medida que sube en latitud. Se trata de valores teóricos;
las observaciones dan valores relativamente menores, incluso a gran altura, donde el efecto de frenado
sobre el viento debido al suelo es pequeño. Y la fuerza de origen térmico que desplazaba este aire hacia el
polo no es capaz de darle aún más energía. La célula ya no puede seguir más hacia el norte. En éste lugar,
el viento de poniente es muy rápido a gran altura: Es la corriente en chorro.

Fuerzas que actúan sobre las masas de aire

La experiencia del péndulo de Foucault, efectuada bajo la cúpula del Panteón de París, en 1851, es bien
conocida: El plano de oscilación del péndulo, en lugar de ser invariable como sucede, por ejemplo, con un
columpio, gira lentamenter alrededor de un eje vertical. Foucault había puesto en evidencia que el péndulo
estaba afectado por la rotación de la Tierra. Esa energía que desviaba el péndulo es la Fuerza de Coriolis.
Todo cuerpo situado sobre un sólido en rotación está sometido a dos fuerzas aparentes. La primera es la
fuerza centrífuga (es la que nos desplaza hacia afuera cuando un coche toma una curva). También es la
fuerza centrífuga debido a la rotación de la Tierra la que ha hecho que nuestro planeta esté abombado y no
sea una esfera perfecta. Esta fuerza no tiene por otra parte efectos sobre nuestros movimientos ni en los
de la atmósfera, ya que es una fuerza que queda integrada en el peso.
Demostración de la Fuerza de Coriolis

En contrapartida, la Fuerza de Coriolis desvía los cuerpos que se desplazan sobre la Tierra. La existencia
de ésta fuerza fué demostrada matemáticamente por el mismo Coriolis en 1853. Si desde el ecuador se
quisiera enviar un misil hacia el polo Norte se dará la orientación hacia el norte al lanzamisiles. Cuando el
misil esté en el aire entrará en movimiento; a su propia velocidad se le añade la de la rotación de la Tierra
hacia el Este. Al principio, la dirección es la deseada siguiendo un meridiano, pues la Tierra gira a la vez
que lo hace el misil. Cierto tiempo más tarde, el misil va a sobrevolar puntos del planeta con menor
velocidad. Ahora bien, la velocidad absoluta del misil hacia el Este es siempre la del inicio (1670 kms/h).
Así pues respecto a la Tierra, el misil va a ganar una velocidad hacia el Este respectivamente de 30, 100 y
220 kms/h. El misil aparecerá cada vez más desviado hacia el Este. Todo será como si una extraña fuerza
(la de Coriolis), lo hubiera desviado hacia la derecha.

Esta fuerza, debida a la rotación de la Tierra, se aplica a todos los cuerpos en movimiento, incluído el viento.
Aunque sea muy débil posee una importancia vital, de forma que es el motivo de la formación de los vórtices
en la atmósfera y en los océanos de nuestro planeta.
Podría pensarse que el aire aspirado por una borrasca debería dirigirse directamente hacia el centro de la
depresión. Esto, efectivamente, sucede a veces cerca del suelo, particularmente en las zonas con relieve.
Pero cuando no hay obtáculos al flujo, el viento se pone a girar alrededor de las borrascas, de la misma
manera que el agua gira en un lavabo que se vacía.

Nos encontramos en el hemisferio Norte; el viento que gira alrededor de una borrasca está sometido a dos
fuerzas que deben equilibrarse: La fuerza del gradiente de presión hacia el centro de la borrasca, y la fuerza
de Coriolis (las demás fuerzas, como la centrífuga son mucho más débiles). Como sabemos que la fuerza
de Coriolis actúa hacia la derecha de la trayectoria, la fuerza del gradiente de presión lo hace en sentido
contrario. Así pues la borrasca debe encontrarse hacia la izquierda de la trayectoria y el viento debe girar
alrededor de su centro en el sentido contrario a las agujas del reloj. Lo mismo, pero en sentido inverso,
ocurre en los anticiclones.

Se dice que el viento deja el mal tiempo a su izquierda. Esta vieja aseveración se desprende del sentido de
rotación del viento alrededor de las borrascas. Así pues, si nos situamos de espaldas al viento, el mal tiempo
está, teóricamente, a nuestra izquierda.

LA CIRCULACION GENERAL DE LA ATMOSFERA Y LAS MASAS


DE AIRE ( II )
Cuando el aire se estaciona varios días o semanas sobre una gran región uniforme tiende a adquirir
determinadas características que dependen de la superficie sobre la cual se asienta. Si el aire es más frío
que la superficie, se calienta a su contacto y el calor se transfiere hacia arriba a través de una capa de
varios kilómetros de espesor. Del mismo modo, el aire que se estaciona sobre el océano se vuelve
progresivamente más húmedo.

De éste modo, tanto la temperatura como la humedad del aire tienden a ponerse en equilibrio con las
peculiaridades de la superficie subyacente hasta un cierto punto que depende de diversos factores, de los
cuales el más importante es la duración del contacto.

Las masas de aire

Cuando el aire posee propiedades similares en una gran extensión se llama masa de aire. En cada nivel la
temperatura y la humedad tienen, aproximadamente, los mismos valores sobre grandes extensiones
horizontales.

Para que una masa de aire tome propiedades uniformes es necesario que se estacione durante un cierto
número de días sobre una gran región donde la superficie subyacente tenga también características
bastante uniformes. A esta región se la denomina región generadora de masa de aire.

Este aire estacionario se encuentra, en la mayoría de las veces, en los grandes anticiclones, fijos o
lentamente móviles donde, en la proximidad de su centro, el gradiente de presión es débil y el viento flojo o
nulo en una gran extensión.

Algunas veces en los esquemas simplificados de la circulación general atmosférica figura en cada
hemisferio un sólo frente: El frente polar, que da una vuelta a la Tierra en las latitudes medias. Puede
presentar meandros hacia los polos o hacia el ecuador, formando una serie de ondulaciones alrededor de
cada hemisferio.
El aire cálido del lado ecuatorial del frente polar se designa con el nombre de "masa de aire tropical" y puede
incluir aire de las regiones tropicales y subtropicales. Del lado polar del frente polar, el aire es frío y se
designa con la expresión "masa de aire polar". Es un aire que no proviene necesariamente de las regiones
polares; puede venir igualmente de regiones subtropicales.

Esta imagen simplificada no incluye más que dos masas de aire: Una tropical caliente y otra fria de aire
polar. Esto es casi exacto en la media y en la alta troposfera, pero en la zona inferior de la troposfera, la
realidad es muy distinta. Esta complejidad se debe a dos causas principales: La primera estriba en que la
circulación de las capas bajas en en sí misma mucho más compleja y en ella se forman masas de aire con
frentes aislados y, a menudo, efímeros. En segundo lugar, los continentes y los océanos comunican
propiedades diferentes al aire que tienen encima. Por lo tanto, resultan masas de aire distintas, de una
forma más marcada en las capas bajas que en los niveles altos.

Clasificación de las masas de aire

Una forma de clasificar las masas de aire es haciendo referencia a sus regiones generadoras. Pero el aire,
al desplazarse de unas regiones a otras cambia de propiedades y, por lo tanto, ésta designación en base a
su región generadora sólo se puede aplicar a la historia reciente de una masa de aire.

Para la baja troposfera se utiliza una clasificación general que se basa esencialmente en la latitud de la
región generadora. Por ello tenemos las siguientes divisiones:

1) aire ecuatorial

2) aire tropical

3) aire polar

4) aire ártico o antártico


Gráfico en el que se representan las masas de aire que afectan a la Peninsula Ibérica

Una clasificación secundaria toma en consideración las diferencias de humedad entre las masas de aire. El
aire de origen oceánico contiene mucho vapor de agua y se le denomina "masa de aire marítima". Una
masa de aire formada sobre un continente es relativamente más seca y se la designa con el nombre de
"masa de aire continental".

De esta forma podemos establecer una nueva relación entre las masas de aire:

1) Tropical -------> Caliente

2) Polar -----------> Frío

3) Marítimo -------> Húmedo

4) Continental --- >Seco


La clasificación más sencilla, que se basa en las regiones generadoras de las masas de aire, tiene
únicamente en cuenta la temperatura y la humedad. Las masas de aire tropicales (T) y polares (P), se
supone que son relativamente cálidas o frías respectivamente. Las masas de aire marítimo (m) están
consideradas como húmedas, y las masas de aire continentales (c), como secas.

Por lo tanto, pueden distinguirse cuatro tipos de masas de aire y para designarlas se usan éstos símbolos:

1) Tropical marítimo : Tm

2) Tropical continental: Tc

3) Polar marítimo: Pm

4) Polar continental Pc

Pero recordemos que cuando las masas de aire abandonan sus regiones de origen sufren modificaciones:
Por ejemplo, un aire frio que pase sobre una superficie más cálida, se calienta; inversamente, el aire cálido
pierde calor si atraviesa una superficie más fría. Además, cuando las masas de aire son más cálidas o más
frías que la superficie sobre la que pasan, se producen fenómenos muy marcados. esto nos lleva a una
nueva subdivisión de las masas de aire, para la que se utilizan los siguientes símbolos:

1) Aire más frio que la superficie por la que se desplaza: K

2) Aire más cálido que la superficie por la que se desplaza: W.

Por ejemplo: PmK, designa a una masa de aire Polar marítimo más fría que la superficie por la que se
desplaza; TcK, designa a una masa de aire Tropical continental cuyo aire es más frio que la superficie que
atraviesa.

Los símbolos "K" y "W" no se refieren a la temperatura real del aire, sino a la diferencia entre la temperatura
del aire y la de la superficie subyacente.

LA CIRCULACION GENERAL DE LA ATMOSFERA Y LAS MASAS


DE AIRE ( y III )
Masas de aire que afectan a la Península Ibérica

En el caso concreto de la Península Ibérica, las masas de aire más importantes y que con relativa frecuencia
la invaden son las que se muestran a continuación. Su nomenclatura corresponde a la norma internacional,
en la que las letras minúsculas indican su origen (m, marítima y c, continental) y las mayúsculas su carácter
térmico (T, cálida ó tropical y P y A frías o, respectivamente, polar y ártica).

Es costumbre adejtivar de "polar" a las masas frías y de "tropical" a las cálidas; de ahí deriva la selección
de las letras P y T para señalarlas. Dentro de las masas frias se suele hacer una distinción entre polares
(P) y árticas (A), cuando debieran ser éstas últimas las que merecieran el calificativo de polares por ser el
casquete polar ártico el lugar de su origen.
Trayectorias de las masas de aire que llegan a la Península

Las masas mP y mA apenas se distinguen en su origen de la cP, dada la misma naturaleza de los suelos
de su lugar de origen, pues al estar mayormente constituídos por zonas de hielo y nieve, hacen que la
distinción entre continental y marítima pierda significado. El carácter marítimo de las masas mP y mA lo
adquieren en su largo recorrido a través del océano antes de alcanzar nuestras latitudes.

La masa mP (marítima polar), aunque tiene su máxima frecuencia en invierno, puede realizar su visita el
cualquier época del año, pero entonces nos llega más templada por su largo recorrido sobre el océano y
resulta hasta extraño calificarla de "polar". Durante su recorrido y a medida que desciende en latitud, se va
calentado por su base y aumentado su nivel de vapor de agua. Cuando alcanza la Península se ha hecho
muy inestable y adquiere las condiciones propias para que en su seno se desarrollen fenómenos
convectivos, nubes cumuliformes, tormentas y chubascos.

La masa mA (marítima ártica), se presenta sólo en invierno y al principio de la primavera, con parecidas
características a la mP, pero es generalmente más fría y bastante menos húmeda. De ella se originan las
olas de frio de origen marítimo.
La masa cP (continental polar) es típicamente invernal y su origen está en el potente anticiclón ruso-
siberiano. Tiene mayor frecuencia entre el trimestre diciembre-febrero. Normalmente es muy fría y seca,
responsable, cuando alcanza su máxima intensidad, de las olas de frio de origen continental.
Ocasionalmente, cuando la masa de aire frio es de poco espesor, fluyen sobre ella vientos procedentes del
mediterráneo que, cargados de humedad, originan copiosas nevadas sobre la Peninsula.

Las olas de frio dejan precipitaciones de nieve en cotas muy bajas o incluso en la misma costa

La masa mT (marítima tropical) , aunque teniendo siempre su lugar de origen en el extenso Atlántico, las
coordenadas geográficas de su región fuente pueden variar mucho. Por ello esta masa se subdivide
atendiendo a la latitud de su origen, reservando la denominacion de "marítima tropical" para cuando los
vientos que acompañan su presencia tengan una componente del Sur; emplearemos entonces la de
"marítima subtropical" (mT sub), cuando tienen una componente del Norte o soplan claramente del oeste.

Dichas masas tienen en común su templanza y el elevado contenido de humedad, pero su estabilidad puede
variar mucho así como también el aspecto del cielo y demás características del tiempo que las acompaña.
Una situación de Poniente (mT-sub), origina en las distintas regiones peninsulares una clase de tiempo muy
distinto e incluso, en ciertas regiones, contrapuesto al producido por una situación del Suroeste (mT), debido
a que la compleja orografía peninsular hace que las condiciones de "exposición" a la masa invasora varíen
mucho en ciertas regiones, según sea la dirección de los vientos dominantes.

La masa cT (continental tropical) aunque puede presentarse en cualquier época del año, es en verano
cuando se manifiesta mejor definida por su características: Mayor sequedad, aire muy caliente y calima. En
cambio en el resto del año las masas de aire que irrumpen sobre la Península, procedentes del norte de
Africa, raramente han nacido en ése continente, donde procedentes del Atlántico, no han permanecido el
tiempo suficiente para adquirir el carácter de continental. Otra circunstancia que debe tenerse en cuenta es
el tiempo que la maasa de aire haya podido permanecer sobre el Mediterráneo antes de alcanzar la
Península, pues de ello depende en gran parte, el enriquecimiento en vapor de agua y la correspondiente
repercusión en el tiempo atmosférico que ocasione en la Península. Cuando el aporte de humedad es
importante, es lícito referirse a ella como "masa mediterránea", sobre todo en los casos en los que su
recorrido por el mar es largo.

EL VÓRTICE CIRCUMPOLAR
Un vórtice es un flujo turbulento en rotación espiral cuyas trayectorias de corriente son cerradas. Se puede
considerar como vórtice cualquier corriente en sentido circular o rotatorio que posee vorticidad. La vorticidad
se define como la circulación por unidad de área en un punto de flujo.

En la imagen siguiente se muestra el mapa de la topografía media anual de la superficie isobárica de 500
milibares sobre el hemisferio norte, en donde vemos cómo el vórtice circumpolar se manifiesta muy bien
definido. En invierno ésta circulación general del oeste es notablemente más intensa que durante el verano.
Además, en invierno, se extiende hasta latitudes tropicales, mientras que en verano sólo alcanza los 35º de
latitud. Este modelo de circulación se mantiene a altitudes superiores hasta cerca de la estratosfera, siendo
tanto más intenso cuanto mayor sea la altitud.
Altura media anual del nivel de 500 milibares. Las líneas de nivel (isohipsas) y los gradientes que aparecen en la superficie de 500
mb, tienen prácticamente el mismo significado que las isobaras y gradientes de presión a niveles comprendidos entre los 5000 y
6000 metros.

A altitudes comprendidas entre los 9000 y 15000 metros, es donde se observan las máximas velocidades
que en invierno llegan a ser del orden de 500 kms/hora en casos extremos. Estas máximas velocidades se
concentran en bandas estrechas, de algunos kilómetros de longitud, conocidas como "corrientes en chorro",
aunque se parezcan muy poco a lo que en realidad se entiende por "chorro", habida cuenta que la relación
entre su espesor y anchura es del orden de 1 a 100. La corriente en chorro suele distinguirse claramente
en los mapas a horas fijas en la topografía de superficie de 300 milibares, pero no así en los mapas
climatológicos de valores medios, pues sus situaciones y características son muy variables en el tiempo.

Variaciones del vórtice circumpolar

El vórtice circumpolar está sujeto a una variación cíclica pasando desde una situación parecida a la que
nos muestra la figura anterior, hasta otra en que estas ondulaciones se han desarrollado en grandes
meandros, hasta tal punto que la circulación a lo largo de los meridianos se hace predominante, siendo
frecuente que estos meandros terminen por cerrarse formando depresiones frías a bajas latitudes y
anticiclones calientes a latitudes más altas. Tales situaciones se mueven lentamente o permanecen
estacionarias; tardan algún tiempo en desaparecer a medida que se restablece la fase inicial de circulación
a lo largo de los paralelos, con lo cual se cierra el ciclo.

La duración completa del ciclo varía mucho de un caso a otro, siendo por lo general de 3 a 8 semanas. Los
estudios estadísticos llevados a efecto no han mostrado ninguna periodicidad regular en su secuencia, lo
que resta importancia a su consideración a la hora de predecir el tiempo.

El vórtice circumpolar experimenta una contracción y expansión estacionales en respuesta a la oscilación


cíclica anual, de forma que el eje de la corriente general del oeste, se desplaza unos cuantos grados hacia
al ecuador en invierno y hacia el polo en verano. Pero además de esta variación regular, también
experimenta otras contracciones y expansiones irregulares. Tanto es así que para cualquier mes del año
puede ocurrir que durante cierto período de tiempo el eje de la corriente se presente desplazado hacia el
norte o hacia el sur de su posición media.

El vórtice circumpolar y el clima de la Península

En la imagen siguiente se muestran los tres tipos más frecuentes de la variación del vórtice mediante la
línea de flujo correspondiente a la región de vientos máximos. La línea continua de trazo grueso
corresponde a la fase inicial del ciclo descrito anteriormente, y las otras a dos tipos distintos de la fase final
en las que las ondulaciones del flujo se han desarrollado en grandes meandros.

A la circulación correspondiente al primer tipo, con predominio de la componente oeste del viento, se le
suele denominar circulación zonal, mientras que las pertenecientes a los otros dos, se las llama circulación
meridiana, dado el predominio que en ambos casos tienen las componentes norte y sur respecto al viento.
Cuando tenemos una circulación zonal, los mapas sinópticos de superficie suelen mostrar una sucesión de
depresiones y anticiclones de rápida evolución en el lado sur del flujo. Si la localización de este flujo es
normal, las depresisones o borrascas sólo afectan al noroeste y norte de la Península. Pero cuando a causa
de la expansión del vórtice éste se situa en latitudes más meridionales, ocurre que al menos toda la vertiente
atlántica de la Península queda sujeta a la influencia de las borascas que llegan por el oeste, dando lugar
a largos periodos de lluvia. Si la contracción del vórtice va acompañada del desplazamiento de las borrascas
a latitudes superiores, lo que repercute en el tiempo es un predominio de situación anticiclónica.

En situaciones de circulación meridiana las condiciones del tiempo reinante sobre la Península son bien
distintas; prácticamente opuestas de tratarse de uno u otro de los tipos indicados en la imagen anterior. En
el caso de que sea el señalado por la línea continua de trazo fino, la presencia de aire polar a niveles altos
sobre el Mediterráneo, crea una situación de inestabilidad muy fuerte que juega un papel primordial en la
génesis de las perturbaciones más características de dicha región (DANA -Depresión Atmosférica a Niveles
Altos-, lo que popularmente se conoce como "gota fría").

Por el contrario, cuando el tipo es el indicado por la línea discontinua, el desplazamiento hacia latitudes más
altas del aire subtropical genera una gran estabilidad, siendo las condiciones propicias para el desarrollo
de extensos anticiclones estacionarios y la consecuencia de la persistencia del tiempo seco en la Península.

METEOROLOGIA Y SALUD
La influencia del viento en la sensación de frío

El viento refuerza la sensación de frío. Una temperatura de -10,0ºC sin viento, puede soportarse; la misma
temperatura con un viento de 90 kms/h es insoportable. Con motivo de una expedición a la Antártida en
1939, se introdujo una tabla que da la temperatura que siente la piel de la cara en función de la temperatura
del aire y el viento. En América del Norte, pruebas efectuadas en un túnel de viento dotado de un equipo
de refrigeración, en el año 2001, han permitido la introducción de un nuevo índice de enfriamiento por el
viento: el Wind Chill, que ya está siendo utilizado por algunos servicios meteorológicos. Así, en los boletines
de previsión del tiempo ya puede oírse en ocasiones éste nuevo índice, basado en la tabla siguiente:
En Canadá el 82% de la población utiliza éste índice para saber cómo vestirse para salir al exterior. Se dan
alertas en el caso de que dicho índice descienda por debajo de los -45ºC. En el ártico, más al norte, éste
umbral adquiere un valor de -55ºC; pero a pesar de ello cada año mueren varias decenas de canadienses
por exposición al frío y otros muchos se ven afectados por congelaciones o hipotermias.

El enfriamiento afecta en primer lugar a las extremidades: las manos y los piés; mientras que el resto del
cuerpo conserva su calor para las funciones vitales centrales. Las arterias y venas se contraen y la
circulación sanguínea se ralentiza o se para. Si el enfriamiento es intenso y prolongado puede producirse
la congelación. Durante la Primera Guerra Mundial, unos 100000 franceses sufrieron el llamado "pié de
trinchera": Sus piés estaban inutilizados e insensibilizados por una parálisis parcial. En la Segunda Guerra
Mundial hubo 110000 afectados por congelaciones entre los alemanes y 60000 entre los americanos. En la
guerra de Corea se contablizaron unos 15000 inválidos americanos debido a las congelaciones. Si la
circulación sanguínea se bloquea durante mucho tiempo aparece la necrosis y es necesario realizar
amputaciones.

En el caso de un enfriamiento tal que hace descender la temperatura interna se habla de hipotermia. La
persona afectada está en un estado de abatimiento completo: Amnesia por debajo de los 36ºC;
semiinconsciencia, por debajo de los 32ºC; inconsciencia a partir de los 30ºC; la muerte es segura a unos
20ºC. La hipotermia puede llegar si se está mal equipado; así les ocurrió a una decena de excursionistas
en la isla de Córcega, atrapados por el mal tiempo a finales de mayo, en 1980. Casi todos murieron de
hipotermia a las pocas horas. Sin embargo, no hacía mucho frío (entre 0º y 5ºC), estaban bien equipados
(anoraks), eran jóvenes y practicantes de deporte y seguían un camino balizado. Les bastaba una hora de
camino en descenso para alcanzar las suaves temperaturas del valle. Pero el temporal, la lluvia intensa y
la niebla les enfriaron con rapidez y les impidió tomar las decisiones necesarias para sobrevivir. Tan sólo
dos personas sobrevivieron. Aunque Córcega es una isla mediterránea, el clima es muy traidor, ya que al
inicio de Junio de 2002, otro excursionista murió de hipotermia a tan solo 1500 metros de altitud, en la
llanura de Coscione.

El hombre y su adaptación al frío

Algunas personas están mejor preparadas que otras para resistir el frío. La producción de calor interno es
proporcional al peso, mientras que la pérdida de calor es propocional a la superficie. El cuerpo ideal para
resistir al frío debe ser, por lo tanto, lo más pesado posible, de poca altura y además, grueso.Una capa de
grasa repartida uniformemente es un buen aislante, como un equipo natural de submarinista.

Los investigadores se han interesado en la adaptabilidad de los pueblos sometidos al frio: Esquimales,
lapones, alacalufs de la Tierra del Fuego, pescadores de perlas coreanas, aborígenes de Australia y
bosquimanos del Kalahari, expuestos a las noches frías del desierto. Se han dado cuenta de que todos
estos hombres han desarrollado tres estrategias a veces complementarias: Aumento de la producción de
calor interno por la quema de grasas, disminución de la temperatura de la piel por cese de la circulación
sanguínea superficial y descenso de la temperatura interna a 35ºC.

La exposición repetida al frio desarrolla la tolerancia; de ésta forma, los pescadores de las regiones frías
pueden aclimatarse parcialmente gracias a una mejor vasodilatación de las extremidades. El explorador
Jean Louis Etienne también se había adaptado en su expedición al polo Norte: A su vuelta su temperatura
corporal habia descendido a los 35ºC.

MODIFICAR EL TIEMPO
A lo largo de la historia los pueblos han recurrido a plegarias y ceremonias con la esperanza de alterar el
tiempo. Entre los ritos más conocidos destacan las danzas de la lluvia de los indios Hopi de norteamérica.

En el siglo XIX los alcaldes de la Borgoña (Francia) emprendieron acciones más directas. En un intento de
evitar que el granizo dañara los viñedos, lanzaron cohetes hacia las nubes de tormenta. Esta práctica, inútil,
continuó hasta bien entrado el siglo XX.

Demostrando una actitud mucho más práctica, los agricultores hace tiempo que plantan hileras de árboles
para cortar el viento y en épocas de sequía riegan sus cultivos con el agua de lluvia almacenada en aljibes,
balsas u otros depósitos apropiados.

Durante la Segunda Guerra Mundial se coordinaron esfuerzos para modificar el tiempo. Las Operaciones
de Investigación y Dispersión de la Niebla (FIDO) incluían la utilización de quemadores para disipar la niebla
de los campos de aviación basados en la combustión del petróleo. Este método permitió el aterrizaje de
unos 2500 aviones en días de niebla, lo que con toda probabilidad salvó la vida a miles de aviadores aliados.
A principios del siglo XX, Clement Wragge intentó utilizar cañones para provocar la lluvia y combatir la sequía en Australia. En la misma
época, en Francia se disparaban cañones hacia las nubes para evitar los daños del granizo sobre las cosechas.

La siembra de nubes en 1946 produjo un gran avance con respecto a la modificación del tiempo, cuando el
científico norteamericano Vincent Schaefer descubrió que sembrando las nubes con diminutos cristales de
hielo seco, se producían precipitaciones. El hielo seco tiene una temperatura muy baja (-78º C) y los
minúsculos cristales atraen rápidamente a las pequeñas gotas de agua, hasta que son lo bastante grandes
como para caer por su propio peso hacia la tierra en forma de lluvia o nieve. Por el contrario, sembrar hielo
seco en las tormentas maduras favorece la formación de gotas más pequeñas, reduciendo así la fuerza de
la lluvia.

Bernard Vonnegut, colega de Schaefer, descubrió posteriormente que los cristales de yoduro de plata
formaban excelentes núcleos de condensación, por lo que también podían emplearse para sembrar las
nubes. El yoduro de plata, mucho más barato que el hielo seco, suele utilizarse en las operaciones de
siembra actuales.
El primer intento serio de modificar los sistemas meteorológicos data de 1947. El proyecto "Cirrus" tenía por
objetivo amainar los vientos de los huracanes mediante la siembra de nubes. Por desgracia el primer
huracán que se sembró cambió de trayectoria inmediatamente y provocó graves daños en el estado de
Georgia.

En la década de los 50, a pesar de las objecciones, se realizaron operaciones de siembra comerciales en
distintos lugares del mundo para aumentar las precipitaciones en las épocas de sequía. Se plantearon dos
objecciones importantes: En primer lugar se consideraba peligroso alterar sistemas complejos que no se
conocían con precisión. En segundo lugar, se argumentó que las ventajas de la siembra eran
probablemente ilusorias, dado que no había forma de saber qué habría pasado si no se hubiese realizado
dicha siembra.

En la película El Farsante (protagonizada por Burt Lancaster) se relata la historia real de Charles Hatfield. En el año 1915 durante una época de
sequía en San Diego, acordó hacer llover por 10000 dólares. Sus intentos fueron seguidos por terribles inundaciones y se entablaron
numerosas demandas contra él.

La modificación meteorológica tuvo muy mala prensa durante los años setenta. En el año 1972, una fuerte
riada en Rapid City (Dakota del Sur), mató a más de 200 personas y se la relacionó con actividades de
siembra local de nubes. En la guerra del Vietnam, las sospechas de que Estados Unidos había utilizado la
siembra de nubes para inundar la cuenca del Ho Chi Min, hizo que una comisión del Senado investigase el
caso.

Durante ésta época creció la presión para que se realizaron pruebas estadísticas más rigurosas sobre la
siembra de nubes, pero los resultados de los experimentos no resultaron nada alentadores. Sólo un intento
de aumentar las precipitaciones en la cuenca del lago de Tiberíades consiguio resultados positivos. Las
precipitaciones aumentaron un 18% en los días de siembra y no parecieron reducirse en las zonas
adyacentes. Aparte de éste caso, se llegó a la conclusión, después de 50 años de trabajo sobre la siembra
de las nubes, que no se habían producido aumentos destacados de las precipitaciones.

La alteración de tormentas violentas tiene implicaciones legales y políticas importantes. El programa


estadounidense Stormfury, por ejemplo, estaba destinado a reducir la intensidad de los huracanes en el
Caribe durante los años sesenta y setenta. Sin embargo, gran parte de la lluvia que cae en el norte de
Méjico procede de los restos de éstas tormentas tropicales, y se afirmó que la siembra causó una grave
sequía en la zona en 1980. Así pues el proyecto se archivó.

Los experimentos de siembra de las nubes con hielo seco fueron realizados por Vincent Schaefer. Actualmente los generadores acoplados
en aviones arrojan cristales de yoduro de plata.

Actualmente se siguen poniendo en práctica técnicas de modificación meteorológica pero a escala limitada
y con muchos menos fondos gubernamentales que hace veinte o treinta años. La cuestión de si las técnicas
modernas son más eficaces sigue siendo el principal objeto de controversia.

EL DIAGRAMA DE STÜVE
Hay varios diagramas para representar el estado de la atmósfera. Los más utlizados son dos: El tefigrama
y el diagrama de Stüve. Este último es el que utiliza la Agencia Estatal de Meteorología. En él están
representadas una serie de líneas que se detallan a continuación:

Isotermas:
Son las líneas verticales continuas, rotuladas de 10º en 10º.

Isobaras:

Son las líneas horizontales continuas, que van rotuladas de 100 en 100 milibares (presión).

Adiabáticas secas:

Son líneas continuas inclinadas aproximadamente 45º sobre el eje de las abscisas. Están graduadas de
20º o el 10º de temperatura potencial, que es la temperatura que tendría una masa de aire se si lleva por la
adibática seca hasta 1000 milibares.

Adiabáticas saturadas:

Son líneas de trazos de mayor pendiente que las adiabáticas secas, que están graduadas de 20º en 20º de
temperatura equivalente potencial, que es la temperatura que adquiriría una masa de aire si todo su vapor
se condensase y se llevara adiabáticamente hasta 1000 milibares.

Curvas de igual razón de mezcla saturada:

Vienen en gramos de vapor de agua por kilogramo de aire seco y están rotuladas desde 2g/kg s 40 g/kg.
Se dibujan con puntos.
Diagrama termodinámico de Stüve

Entre otros usos, el diagrama de Stüve se utiliza para determinar la energía de la atmósfera y su estabilidad;
la formación de nubes convectivas o de desarrollo vertical, el paso de frentes y la aparición de engelamiento
y de turbulencias.

De la información suministrada por un radiosondeo trazaremos en el diagrama tres curvas:

T: Curva de estado que da la variación de la temperatura con la presión

Td: Curva del punto de rocío, que da la variacioón del punto de rocío o temperatura de saturación de la
presión.

P-H: Curva de Presión-Altura, que proporciona la altura que corresponde a cada nivel de presión. Se
considera en el eje de las abscisas las alturas haciendo coincidir, por ejemplo, la temperatura de 40º con el
0 de altura; 30º, con 1000 metros de altura; 20º con 2000 metros de altura, etc.
Si nos volvemos a la imagen anterior, la curva de estado es la señalada con las letras ABCDEFG; la curva
del punto de rocío (Td) es la (1) (2) (3), de trazos gruesos; la curva de Presión-Altura (P-H), es la que viene
rotulada de ésta forma.

La masa de aire en superficie tiene una temperatura de 19º C. Con esta temperatura necesita una razón de
mezcla de 14 g/kg para estar saturada, pero sólo tiene 12 g/kg. Si la masa puede ascender hasta el nivel C
en los 12 g/kg, se producirá la condensación. Este nivel C se llama nivel de condensación convectivo (NCC).

Para que la masa de aire puede empezar a subir es preciso que durante el dia la temperatura, que es de
19º C en "A", suba hasta 30º C (punto "R"), en que entonces la curva de estado tendrá la misma pendiente
que la adiabática seca RC. Esa temperatura crítica de 30º se llama temperatura de disparo, porque a
temperaturas superiores habrá inestabilidad.

Por tanto, para determinar el nivel de condensación trazamos en el punto (1) la curva de máxima proporción
de mezcla saturada (1) Cl y vemos dónde corta a la curva de estado (punto C), que corresponde a 1400
metros. A partir de ahí se formarán las nubes. La temperatura de disparo se obtiene a partir del nivel C,
bajando por la adiabática seca hasta el nivel del suelo.

El área ABCR, representa la energía de estabilidad.

La masa de aire a partir de C está saturada, y vemos que la curva de estado CDE representa la energía de
labilidad, y el punto E, situado a 3300 metros, representa el tope de las nubes bajas.

A partir del nivel E, la curva de estado EFG está a la derecha de la adiabática saturada; es decir, hay
estabilidad hasta el punto señalado con G, en que la curva de estado corta a la adiabática saturada y
constituye el segundo nivel de condensación a 4500 metros. A partir del nivel G, hay inestabilidad pero muy
poca humedad, según puede apreciarse en la curva (2) y (3); luego en caso de que se fome una segunda
capa de nubes ésta será de menor espesor.
Cálculo de niveles en el diagrama de Stüve: NCA: Nivel de condensación ascendente; NCC, Nivel de condensación convectivo; NLC:
Nivel de libre condensación y NE, nivel de equilibrio.

El nivel de condensación convectivo (NCC) queda determinado cuando la masa en contacto con el suelo
se calienta hasta alcanzar la temperatura de disparo. Entonces el aire se hace inestable y asciende hasta
alcanzar el NCC. No obstante, la masa también puede ascender aunque no se caliente ni sea inestable,
siempre que algún agente exterior la empuje hacia arriba, como por ejemplo si se ve obligada a ascender
a barlovento de una montaña o empujada por un frente. Al enfriarse en el ascenso, llegará a condensarse
a un cierto nivel que se denomina nivel de condensación ascendente (NCA).

Una vez alcanzado el NCA, la masa de aire condensada, sube por la adiabática saturada hasta llegar al nivel
de libre convección (NLC), a partir del cual la curva de estado queda a la izquierda de la adiabática y hay
inestabilidad hasta alcanzar el nivel de equilibrio (NE).

LA CORRIENTE EN CHORRO ( I )
Bombarderos que no avanzan
En algunos de los artículos de éste blog se ha nombrado en ocasiones el término "corriente en chorro", o
en su traducción al inglés, el "Jet Stream". Pero, ¿qué es en realidad este flujo que circula en las capas
altas de la atmósfera?.

Vamos a remontarnos a la segunda Guerra Mundial, cuando las superfortalezas volantes americanas iban
a bombardear el Japón, viajando hacia el oeste a través del Pacífico, a unos 11000 metros de altitud. En
varias ocasiones, los pilotos comprobaron con asombro que no avanzaban un palmo aún con los motores
puestos a toda potencia. Se trataba de unos fortísimos vientos contrarios (es decir, que soplaban desde el
oeste) que, con velocidad comparable a la de los propios aviones, impedían el avance.

El fenómeno era bastante sorprendente y, desde luego, imprevisto. Parecía como si en la atmósfera
superior existiesen rios aéreos que fluyeran de Poniente con una velocidad enorme, a través de regiones
relativamente encalmadas y sin que se observase nada a simple vista, pues el cielo estaba totalmente
despejado. Era algo que recordaba a la corriente marina conocida como la "Corriente del Golfo" o el "Gulf
Stream", pero en este caso, en el seno del aire. Dicha corriente fué bautizada con el nombre de "Jet Stream",
que más tarde se tradujo al castellano con el nombre de "corriente en chorro".

Para entonces los japoneses ya debían tener conocimientode su existencia. Lo prueba el hecho de que
lanzaban desde el Japón grandes globos con bombas incendiarias, que llevaban un dispositivo barométrico
para que navegasen entre 9000 y 11000 metros de altura y, arrastrados por ésa corriente, llegasen a
Norteamérica y provocasen incendios al caer. Sin embargo, la operación no tuvo demasiado éxito práctico;
pero es un claro indicio de que en el Japón ya se conocia (o al menos se sospechaba) que tal río aéreo de
Poniente fluía en la alta troposfera.

Terminada la guerra, se acometió una investigación en toda regla con un lujo de medios típicamente
americano. Se le llamó "Jet Stream Project", que condujo a la confirmación de lo que observaron desde las
superfortalezas y al estudio completo y exhaustivo del fenómeno y todas sus consecuencias.

Origen de la corriente en chorro

No se conoce con exactitud el origen de ésta corriente. Existen varias teorías que tratan de explicar su
existencia. Una de las más conocidas es la teoría de la confluencia de Namías y Clapp. Estos autores
consideran el término confluencia para significar el flujo de aire convergente hacia un eje y difluencia para
el flujo de aire que diverge desde el eje hacia afuera.

Para Namías y Clapp no hay duda de que el chorro se forma en una región de confluencia donde con
anterioridad ya existe un cierto gradiente de temperatura. El resultado de la confluencia es un aumento del
gradiente de temperatura. La separación de las isotermas (líneas que unen los puntos de igual temperatura)
disminuye y se crea de ésta forma un fuerte viento térmico. Normalmente, la circulación general de la
atmósfera es de tal naturaleza que tiene ya de por sí un movimiento hacia el Este en dirección a los vientos
térmicos.
Formación del chorro por confluencia

En consecuencia, independientemente del chorro, el viento aumenta con la altura. El aumento del viento
térmico trae consigo un aumento del viento superior y precisamente al nivel de la tropopausa, donde se
establece una fuerte cizalladura vertical. Es en la tropopausa, ya que más arriba el gradiente térmico esta
invertido. Se cumplen de este modo las condiciones requeridas para la formación del chorro e incluso de
explica su forma tubular elíptica.

Su estructura

La corriente en chorro se manifiesta con claridad en las topografias (mapas meteorológicos próximos a la
tropopausa), en especial en la de 300 milibares, que es la imagen que se adjunta.
La corriente en chorro viene señalada, en los mapas de 300 mb, con las líneas más gruesas, indicando la dirección del
movimiento.

Se representa por una flecha negra y gruesa que coincide con el eje de la corriente que, a su vez, es donde
se localiza el viento máximo. Su aspecto recuerda al de las corrientes marinas e incluso su similitud es
bastante estrecha, lo que ha permitido estudiar la corriente en chorro basándose en el conocimiento y
analogías con ellas.

Por lo general, la corriente en chorro circula de Oeste a Este y tiene un aspecto ondulado muy definido,
rodeando todo el hemisferio pero no de una manera continua, pues hay zonas en las que desaparece. La
intensidad de la corriente no es tampoco uniforme, existiendo máximos que se desplazan a lo largo del eje.
A veces, el chorro se bifurca en varios ramales y su energía se divide entre ellos.

Clasificación de las corrientes en chorro

En la atmósfera aparecen corrientes en chorro a diferente latitud y altura bien diferenciadas, cuyas
características se ajustan a la definición de la OMM (Organización Meteorológica Mundial) y, hasta la fecha,
pueden distinguirse las siguientes:

- Chorro polar
- Chorro subtropical

- Chorro ecuatorial

- Chorro ártico

El chorro polar fué la primera corriente que se descubrió y tomó ésta denominación debido a su estrecha
asociación con el frente polar de superficie. El eje del chorro es casi paralelo al frente (según la figura
siguiente) y pasa por las proximidades de los vértices de las ondas; un poco al Norte en las ondas jóvenes,
y al Sur, en las maduras y ocluídas. En estas últimas el eje del chorro es casi perpendicular a la oclusión.

El frente polar de superficie y el chorro polar

El primer esquema del chorro se debe a Palmen y Newton. Si consideramos un corte vertical de la corriente
en chorro típica, perpendicular al plano del papel y dirigida del lector hacia la figura, se observa, en primer
lugar, que el corazón del chorro coincide con una rotura completa de la tropopausa. Al norte del chorro
queda la tropopausa polar y al sur, la subtropical, estando la primera a un nivel sensiblemente inferior a la
segunda.
Corte a lo largo del meridiano 80º W. según Palmen y Newton. El chorro está dirigico contra el papel. Las líneas guesas representan la
zona frontal; las continuas, son isotacas en metros por segundo y las líneas de puntos, isotermas en grados centígrados.

El chorro tiene un aspecto tubular achatado, que no se pone de manifiesto en el esquema anterior debido
simplemente a la diferencia de escala de los ejes horizontales y verticales. La zona inclinada
correspondiente al frente polar, es la zona frontal. En general, aparece bastante bien definida, aunque a
veces es difusa hacia la troposfera media. En condiciones extremas, el viento en el eje del chorro alcanza
valores muy altos, habiéndose llegado a medir velocidades de casi 300 nudos.

LA CORRIENTE EN CHORRO ( II )
La zona inclinada correspondiente al frente polar es la zona frontal. Por lo general, aparece bastante bien
definida, aunque a veces se diluye hacia la troposfera media. El eje del chorro polar está situado en las
proximidades de 300 milibares, encima precisamente de la intersección de 500 milibares con la zona frontal
o un poco a la derecha (en el aire caliente) de dicha zona, y por debajo de la intersección de 200 milibares
con la tropopausa más alta. Se ha demostrado estadísticamente que la isoterma de -28º ó -29º en 500
milibares corresponde, en invierno, a la intersección de la zona frontal con 500 milibares. El eje del chorro,
en consecuencia, puede identificarse con la citada isoterma.

Los chorros polares más fuertes ocurren en las porciones orientales de Norteamérica y del continente
asiático. En invierno, el chorro aparece en latitudes bajas y llega hasta los 40º de latitud norte, con valores
máximos medios de 105 nudos. En el verano, por el contrario, se contrae hacia el norte coincidiendo con la
retirada del frente polar y se debilita presentado valores medios en el eje de unos 78 nudos a los 50º de
latitud norte.

Chorro subtropical

El chorro subtropical está constituído por una fuerte corriente de vientos del oeste, que alcanzan su máxima
intensidad en las proximidades de los 200 milibares, si bien, a veces, pueden estar más arriba, en la
topografía de los 150 milibares.En invierno, el chorro subtropical rodea el hemisferio en forma de una
corriente ondulada discontinua en las proximidades del paralelo 30º Norte.

En el análisis realizado por Krisnamurti correspondiente al 25 de febrero de 1956, se observa el chorro en


el norte de Africa, entrando desde el suroeste en el Mediterráneo oriental y desviándose hacia el Oriente
Medio, con un máximo de 150 nudos en ésta zona. Este ramal del chorro suele ser bastante estable y quizá
ello sea debido al fuerte contraste de temperaturas entre el Sáhara y el Mediterráneo. Otro máximo
importante de 150 nudos aparece sobre Norteamérica, y un tercero se divisa en la India, sobre el Himalaya,
el cual puede estar íntimamente relacionado con el monzón de invierno. También muestra el chorro
subtropical una gran intensidad sobre el mar de China. En el resto, las velocidades del chorro subtropical
son sensiblemente inferiores a las del chorro polar. Sobre los océanos la información es escasa y de dudoso
análisis.

Chorro subtropical e isotacas a 200 milibares, del 25 de Febrero de 1956.

Durante el verano, el chorro subtropical se desplaza hacia el norte y se debilita sensiblemente, situándose
en las proximidades de los 40º de latitud Norte y haciéndose difícil su diferenciación con el chorro polar.

En el hemisferio Sur, el chorro subtropical varía poco de altitud y está situado entre los 25º y 30º de latitud
sur durante el invierno y algo más alto en verano. Los máximos de viento aparecen en Australia, donde se
han encontrado valores medios de 100 nudos. En América del Sur hay otro máximo de 90 nudos, y en el
extremo meridional de Africa, otro de 80 nudos.

La estructura del chorro subtropical es similar a la del chorro polar. Existe una rotura en la tropopausa y
está situado a la derecha de ésa fractura. Su extensión vertical es casi igual a la horizontal. La cizalladura
vertical solamente es importante a gran altura, y la horizontal, a la izquierda del eje del chorro es superior a
la que hay a la derecha y mucho más variable que ésta última.

En la región troposférica, bajo el chorro subtropical, no hay frentes y por esto mismo, éste chorro no produce
ciclogénesis. Unicamente hay un proceso de inestabilización que da lugar a la formación de nubes de
desarrollo vertical.
Chorro subtropical (Jw) y chorro ecuatorial (Je) en verano. Las flechas indican la posición del eje.

Chorro ecuatorial

Lo constituye una corriente del Este, cuya velocidad máxima se encuentra en alturas de entre 100 y 150
milibares (entre los 14 y 17 kilómetros de altura). Está situado en las regiones tropicales entre los 20º de
latitud norte y los 15º de latitud sur, con su posición más septentrional en el mes de Julio, y la más meridional
en Enero. Aunque la corriente del Este rodea todo el hemisferio, sólo tiene característica de chorro en Africa
y en la región subcontinental de la India. El viento máximo en la costa occidental de Africa es de 70 nudos
y de unos 100 nudos en el caso de la India.

Es evidente la relación entre la posición del chorro ecuatorial y la del frente intertropical (FIT), así como de
la zona de convergencia intertropical (ZCIT) y el monzón de la India.

Las fuertes precipitaciones tormentosas al sur del FIT y las lluvias monzónicas de la India están, pues,
estrechamente asociadas a la posición del corro ecuatorial. Recordar que las lluvias no se producen en el
mismo FIT, sino más al sur, precisamente donde se localiza el chorro.

Chorro ártico

El chorro ártico es un chorro estratosférico que discurre a niveles superiores a los 20 kilómetros de altura
en latitudes próximas a 70º norte o sur. Constituye uno de los fenómenos más curiosos de la atmósfera,
pues mientras en invierno circula del oeste, con velocidades próximas a los 200 nudos, en verano su sentido
es el contrario (del este) y su velocidad mucho menos intensa. Durante las épocas de transición (de abril a
octubre), el chorro desaparece y es sustituído por débiles corrientes de componentes meridionales. Esta
total inversión de la corriente se debe a fenómenos de radiación y a balances de calor en las capas altas
de la atmósfera, todo ello estimulado por cantidades importantes de ozono en ésas regiones.

La cizalladura del viento es considerable y hay movimientos verticales que muestran que la estratosfera no
es una región estratificada, como parece indicar su nombre, sino que hay regiones dentro de ella
perfectamente inestables.

Por encima del chorro ártico puede haber otros máximos de viento. Con los medios de observación actuales
se han puesto de manifiesto otros chorros a altitudes superiores a los 60 kilómetros. Aún a pesar de las
altas velocidades del viento en los chorros estratosféricos, no se cree que ello sea suficiente como para
regular el mecanismo del chorro polar. Este último, a pesar de su menor velocidad, tiene mucha másenergía
cinética, debidosimplemente a la mayor densidad del aire.
LA CORRIENTE EN CHORRO ( y III )
Fenómenos relacionados con la corriente en chorro

Pueden considerarse los siguientes: Temperatura, viento, nubosidad y fenómenos eléctricos.

Temperatura.- En la figura siguiente se representa la variación de la temperatura con la distancia en los


niveles de 500 y 200 milibares y en ella se aprecia con mayor claridad la distribución del gradiente de
temperatura. En la figura que sigue a ésta primera, se muestra mediante un simple esquema lo dicho
anteriormente.

Temperaturas a 500 y 200 milibares


Regiones cálidas y frías a ambos lados del chorro

En el chorro subtropical, cuyo eje se encuentra por encima de los 200 milibares, todavía a éste nivel el
aire frío puede estar a la izquierda y el cálido a la derecha.

La distribución de la temperatura que acabamos de ver constituye un factor importante en el reconocimiento


del chorro. Conviene insistir en que el aire frio está a la izquierda del chorro y el cálido a la derecha
solamente debajo del chorro; por encima de él, las condiciones están invertidas.

Viento.- Como ya se ha repetido en varias ocasiones, el viento aumenta con la altura hasta llegar al eje del
chorro. A mayores niveles disminuye rápidamente. En el plano horizontal la disminución de la intensidad
del viento se da a ambos lados del eje.

En síntesis, la distribución de vientos y temperaturas puede representarse en una perspectiva esquemática


según la figura siguiente, en la cual las flechas representan la intensidad del viento en los diferentes
sectores. En ésa figura y para mayor claridad, se supone que el chorro se dirige desde el papel hacia el
lector.
Perspectiva del chorro (según Eichenberger)

Nubosidad.- La nubosidad en el chorro no constituye un elemento diferencial muy significativo. De algunos


estudios realizados, partiendo de la informacion suministrada por los aviones de reconocimiento y de las
fotografías de los satélites meteorológicos, se deduce que la probabilidad de que se formen nubes en las
proximidades del chorro es solamente del 50%.

Las nubes observadas principalmente son del tipo Cirrus, tanto a la derecha como a la izquierda de la
corriente, y casi siempre por debajo de la tropopausa. A la izquierda, son bancos de Cirrus que terminan
bruscamente en el eje del chorro. A la derecha, la nubosidad suele ser más abundante y está constituída
por largas bandas de cirrus entrecruzadas, de varios cientos de kilómetros. Estas bandas se encuentran
alejadas del eje a una distancia del orden de 400 kilómetros y su ondulación sigue la corriente principal.
Hacia afuera de estas bandas, siempre en el lado derecho, suelen observarse velos de cirroestratos.

Si la corriente en chorro tiene una fuerte componente normal a una cadena montañosa, se cumplen una de
las condiciones para la formación de ondas de montaña, y entonces las nubes lenticulares pueden alcanzar
la tropopausa y las proximidades del chorro. En niveles bajos, cerca de la zona frontal, se observan en
ocasiones nubes de ondas de gravedad, que permanecen perpendicualres al viento.

Las nubes asociadas al chorro se desplazan a gran velocidad y experimentan rápidos cambios en sus
formas y estructuras, excepto las lenticulares de la onda de montaña; éstas permanecen estacionarias a
sotavento de la cadena montañosa.
Resumiendo, la nubosidad asociada a la corriente en chorro está formada por las siguientes variedades:

- Bancos de Cirrus, a la izquierda de la corriente

- Bandas cruzadas de Cirris, a la derecha

- Nubes lenticulares de ondas de montaña

- Nubes de ondas de gravedad en los niveles bajos y perpendiculares al eje

- En el eje del chorro no existen nubes

Fenómenos eléctricos.- A lo largo del chorro la actividad eléctrica aumenta. Ello ha sido puesto de manifiesto
por las medidas efectuadas con "Sferics". Las perturbaciones electromagnéticas recogidas por dos antenas,
aparecen preferentemente localizadas en las proximidades del corazón del chorro. El aumento del potencial
eléctrico y la correspondiente separación de cargas no tiene, por el momento, una explicación conveniente,
pero se cree que el proceso es el mismo que el de los fenómenos eléctricos en las tormentas.

Aprovechamiento del chorro en aeronáutica

La situación de la corriente en chorro constituye un factor fundamental en la planificación del vuelo de las
aeronaves. El nivel óptimo y el camino mínimo dependen casi exclusivamente de la posición de los chorros
polar y subtropical.

El chorro puede reconocerse en vuelo con las observaciones de la nubosidad, temperatura y viento. Ya
hemos visto anteriormente las nubes típicas del chorro. Lo más característico con las bandas cruzadas de
Cirrus a la derecha de la corriente y su súbita desaparición en el corazón del chorro.

Si el avión vuela con viento en cola debajo del chorro, se obtendrán vientos más beneficiosos,
manteniéndose en el aire cálido a la derecha de la corriente, donde la velocidad del viento disminuye mucho
más lentamente hacia fuera del eje que en el lado izquierdo. Si la temperatura baja bruscamente, un
oportuno viraje a la derecha mantendrá al avión en las condiciones más favorables. Lo ideal sería situarse
en el corazón del chorro, pero esto resulta difícil, y lo mejor es mantenerse en la ancha avenida de vientos,
casi tan fuertes, del sector cálido.

Encima del chorro o a su nivel, las condiciones de temperatura están invertidas. En este caso, lo más
adecuando es volar a la izquierda del eje, donde la anchura de los vientos significativos es mayor. Si el
termómetro indica un descenso, se debe virar a la izquierda.
Mapa significativo para la navegación aérea, desde 10000 a 45000 pies. En él, aparte de otros símbolos, se representa la dirección y la fuerza del
chorro, expresada por unos pequeños triángulos rectos junto a unas rayitas. Los triángulos indican una velocidad del vientode 50 nudos y las
rayas (de la misma altura que los triángulos), 10 nudos más. Por debajo de las líneas gruesas que representan el chorro, se muestra el nivel del
vuelo al que se encuentra la corriente. También quedan reflejadas la nubosidad, el nivel de engelamiento y la turbulencia.

Combinando los valores de temperatura y viento, un piloto hábil puede conseguir en un vuelo transoceánico
mejorías notables del tiempo de vuelo y de combustible, además de evitar las turbulencia en aire claro
(TAC). Esto es particularmente importante en las regiones del mundo donde la informacion aerológica es
insuficiente para garantizar el plan de vuelo. Con excepción de las rutas del Atlántico comprendidas entre
los 35º Norte y 65º Norte, en el resto de los océanos la corriente en chorro puede pasar desapercibida a la
oficinas meteorológicas, y es en estas rutas donde cobra su verdadera importancia la medición hecha a
bordo para lozalizarlo y obrar en consecuencia.

¿ POR QUÉ LLUEVE ?


En la atmósfera siempre hay gran cantidad de pequeñas partículas o núcleos sobre los cuales las moléculas
del vapor de agua tienen a reunirse para transformarse en líquido, formando diminutas gotas de agua. Son
los llamados núcleos de condensación.

De éstos núcleos hay que destacar, en primer lugar, a los llamados higroscópicos, que tienen gran afinidad
por el agua. Entré estos, hay que señalar a las partículas de sal suspendidas en el aire, a causa del oleaje,
en las rompientes de las costas. El tamaño de estos núcleos de sal varía desde un diámetro de una
centésima de micrón, hasta diez micrones.

El hecho de que el vapor de agua se condense rápidamente sobre la sal no es una cosa extraordinaria. Son
se sobra conocidas las dificultades que se experimentan en un día húmedo de verano para verter la sal de
un salero doméstico. Las partículas de sal, al haber absorbido agua, se aglomeran y no pueden pasar a
través de los pequeños orificios, por mucho que se le sacuda. Una vez el núcleo de sal está humedecido,
se disuelve en el agua y sigue aumentando de tamaño.

Otros núcleos de condensación muy activos son las pequeñísimas gotas de ácido nítrico presentes en todo
momento en el aire terrestre y cuyo diámetro es inferior a una décima de micrón. El vapor de agua también
comienza a condensarse sobre ellas con una humedad relativa por debajo del ciento por ciento.

La aparición de gotitas de ácido nítrico en la atmósfera se debe a la combinación de nitrógeno, oxígeno y


vapor de agua a altas temperaturas. Estas condiciones se producen durante los incendios forestales y, muy
particularmente, durante las tormentas eléctricas. Las chimeneas de algunos hornos industriales también
contribuyen a la aparición del ácido nítrico en la atmósfera.

Una gran parte de los núcleos de condensación están formados por sustancias químicas como los sulfatos,
que se producen en el aire a causa de la combustión de productos ricos en azufre; por ejemplo, cuando se
quema carbón. En este caso, el humo que se desprende contiene anhídrido sulfuroso, formado por una
combinación de azufre y oxígeno. Más tarde, al entrar en contacto con el vapor de agua, se transforma en
ácido sulfúrido, proceso que es acelerado por la luz solar.

Otros núcleos de condensación proceden de las partículas de polen y polvo levantados de la superficie por
el viento. Los corpúsculos mayores vuelven a caer a la tierra por su propio peso, pero los más pequeños
flotan en el aire y pueden ser transportados a grandes altitudes y a través de largas distancias.

Las partículas de sal presentes en la atmósfera se originan a partir de los rociones que se generan a su vez por el choque de las
olas contra los acantilados.
Otra fuente de núcleos, aunque de menor importancia, proceden de las erupciones volcánicas, cuyas
partículas de ceniza más pequeñas quedan suspendidas en la atmósfera y son llevadas muy lejos del lugar
de origen por las corrientes de aire. Por otro lado, cuando los volcanes se encuentran cerca o en el interior
del mar (volcanes submarinos), la lava, al contacto con el agua hace que ésta última se evapore y así
muchas partículas de sal son inyectadas en el aire.

Grupos de núcleos de condensación

Los núcleos de condensación se clasifican en tres grupos según sea su tamaño. El primero está formado
por las partículas más pequeñas cuyos diámetros son inferiores a cuatro décimas de micrón; se encuentran
en concentraciones de 1000 a 5000 por centímetro cúbico de aire y reciben el nombre de núcleos de Aitken,
en honor al científico que en 1880 demostró su existencia.

El segundo grupo se denomina núcleos grandes y sus componente tienen diámetros comprendidos entre 4
décimas de micrón y 1 micrón. Existen concentraciones de unos pocos centenares por centímetro cúbico
y, en su mayoría, están compuestos por sulfatos.

En cuanto al tercer grupo (núcleos gigantes) son diámetros entre 1 y 10 micrones y con concentraciones
de una partícula por centímetro cúbico, como máximo. A éste grupo pertenecen las partículas de sal marina.

No cabe duda de que en las zonas industriales las concentraciones de núcleos es más elevada que las
cifras que se han indicado, pero afortunadamente, es su tamaño y constitución (no su número), lo que
determina si ha de condensarse sobre ellas el vapor de agua.

La condensación

Cuando una masa de aire alcanza el punto de rocío comienza la condensación del vapor de agua en la
atmósfera en forma de gotitas. La temperatura a partir de la cual comienza éste proceso se
denomina temperatura del punto de rocío, que a su vez depende del grado de humedad, de la presión
atmosférica y de la temperatura del aire.

Ya se ha comentado que la condensación es más fácil sobre núcleos grandes que tengan cierta afinidad
por el agua, como las partículas de sal. En estos casos, el vapor de agua comienza a condensarse con una
humedad relativa del 75%, que es un coeficiente bajo. Hasta que no se alcanza una humedad relativa del
100%, las gotitas de agua formadas por condensación alrededor de los núcleos, tienden a evaporarse. Por
encima de éste nivel, aumentan muy rápidamente de tamaño; se denomina "nivel crítico de
sobresaturación" al límite en que las gotas están a punto de crecer.

A medida que las gotas se van haciendo más grandes tienen a caer hacia la tierra por la fuerza de la
gravedad. Al principio, y debido a su pequeño tamaño (pues apenas tienen un diámetro de 2 décimas de
milímetro) las corrientes ascendentes del aire las llevan hacia arriba. Incluso en el caso de que logren caer,
se evaporan a causa de las capas de aire más calientes próximas al suelo terrestre.
Cuando las gotas de agua no llegan a la superficie terrestre o al mar debido a la evaporación que sufren al atravesar capas de aire
más cálidas, se producen las "virgas".

La única posibilidad de sobrevivir que tienen las gotitas primitivas es chocar unas con otras incrementando
así su volumen, hasta el punto que, debido al peso, ni las corrientes de aire ascendentes ni la evaporación
pueden detener su caída al suelo, sea en forma de lluvia, nieve o granizo, según determinen las
circunstancias atmosféricas.

Las nubes, en definitiva, son un conjunto o asociación grande o pequeño de esas gotitas de agua, aunque
también lo es de gotas de agua y de cristales de hielo a la vez. La masa que forman se distingue a simple
vista, suspendida en el aire, y es producto de un gran proceso de condensación como el que se ha descrito
anteriormente.

Como habíamos visto en uno de los capítulos de éste blog, estas masas se presentan con los más variados
colores, aspectos y dimensiones, según las altitudes a las que aparecen y las características particulares
de la condensación.

LA GALERNA ( I )
"Hay una palabra seria, con regusto de sal y de lágrimas; un galicismo hondo y temible, sonoro y lúgubre,
que va siempre enlazado al holocausto de las gentes pescadoras del Cantábrico: La galerna..."

Rafael González Echegaray


"Jesús y adentro". Cuadro de Pérez del Camino, en el que se representa la lucha de los pescadores contra la temible galerna del
Cantábrico.

En ésta ocasión voy a tratar de comentar la temida galerna cantábrica. En primer lugar, he realizado un
acopio de información entre varios autores; entre ellos las descripciones de Dª Carmen Gozalo de Andrés,
(Licenciada en Historia) y de las notas que en libro titulado "Meteorología de las Autonomías" publicaron en
su día los prestigiosos meteorólogos D. Lorenzo Garcia de Pedraza y D. Angel Reija Garrido. Así mismo,
existe una publicación de la serie "monografías" editada por la Agencia Estatal de Meteorología en la que
se describe y se estudia la galerna típica del Cantábrico.

¿Qué es una galerna?

Existe un cierto desacuerdo sobre el origen de la palabra "galerna". Para lo que algunos autores supone un
galicismo, para otros muchos proviene de la palabra inglesa "gale" (viento fuerte). Sin embargo, la definición
que da a ésta palabra el diccionario de la Real Academia de la Lengua es que se trata de una ráfaga súbita
y borrascosa que es propia de la costa septentrional española, y que suele soplar entre el oeste y nororeste.
La definición en sí no es muy precisa, pues en muchas ocasiones soplan vientos fuertes con éstas
direcciones sin que se llegue a desencadenar una galerna propiamente dicha.

Ahondando un poco más respecto a la terminología de éste fénomeno he encontrado una definición que
puede ser más aceptable: La galerna es un viento súbito, muy fuerte y racheado, acompañado o no de
precipitaciones, propio del mar Cantábrico, y que corta de manera brusca un tiempo apacible y
generalmente caluroso. En Francia se le llama "galerne".

La especial configuración de la cordillera Cantábrica, que discurre paralela al mar del mismo nombre, y
orientada de oeste a este, tiene gran repercursión al enfrentarse perpendicularmente a los vientos que
proceden de la mar. En la ladera de barlovento, aparece nubosidad de estancamiento y lluvias persistentes;
mientras que al otro lado de la cordillera, el aire baja reseco y recalentado debido al efecto Föehn que afecta
a la meseta castelllana. Por el contrario, cuando el viento sopla de componente S ó SE, las nubes quedan
atrapadas al sur de la cordillera, mientras que, perdida ya la humedad, el viento baja racheado hacia la
costa cantábrica y, como consecuencia de ello, desciende enormemente la humedad relativa y se
incrementa la temperatura; no es raro que en pleno mes de Diciembre, por efecto del viento sur, las
temperaturas en la costa cantábrica alcancen valores muy elevados.
La galerna es precisamente un cambio brusco del viento, que afecta a las costas de Asturias, Cantabria y
País Vasco. De un sur cálido y moderado, con cielo despejado, que viene de la tierra al mar, se pasa a un
noroeste turbulento, frio y racheado que acelera el avance de un frente frío, incrementándose, en la mar,
los efectos de mar de viento y mar de fondo. Dicho salto del viento tiene efecto de cizallla, interrumpiendo
y cortando el oleaje y modificando las condiciones meteorológicas a uno y otro lado del frente frío móvil. El
cambio es espectacular y muy rápido: En menos de diez minutos se pasa de un sur moderado y cálido, a
un noroeste frio y racheado, que rebota contra la ladera septentrional de la cordillera Cantábrica, con
velocidades cercanas o incluso superiores a los 100 kms/h.

La galerna es un fenómeno adverso muy localizado y, por lo tanto, difícil de predecir, pero con los modernos
medios actuales puede lanzarse un aviso con varias horas de antelación. Muchas veces se emite la alerta
correspondiente y, al final, no se trata de una galerna como tal, sino del paso de una línea de turbonada.
La época más frecuente para su aparición va desde el mes de Abril hasta Octubre, pero es en el mes de
Junio donde hay más probabilidades de que éste fenómeno se presente.

El área afectada comprende el litoral cantábrico y la vertiente norte de los Pirineos. No se trata de un espacio
fijo, ya que puede variar según sea la intensidad del fenómeno. Por lo general se pueden definir tres sub-
áreas, siendo la primera la comprendida entre Avilés (Asturias) y Cabo Mayor (Cantabria). Lo normal es
que en esta zona la galerna se encuentre en su fase de desarrollo, lo que se deduce por que el viento del
NW arrecia gradualmente y la temperatura comienza a descender muy pronunciadamente.

La segunda zona está comprendida entre Ontón (Cantabria) y la costa francesa. En ella la galerna presenta
su máxima intensidad, con giros muy violentos del viento, mientras que tanto la presión como la temperatura
experimentan bruscas variaciones . Por último, en el sector del País Vasco Francés, la galerna está en fase
de disipación.
Mapa con la zona general y las sub-zonas afectadas por las galernas.

Ya hemos comentado que se trata de un fenómeno muy local y que raramente se extiende más allá de los
60 km a partir de la costa hacia el mar, mientras que el interior puede verse afectado en unos 20 ó 30 km
tierra adentro. Un hecho destacado es la rapidez en su desplazamiento (normalmente viaja a una velocidad
entre 45 y 55 kms/hora) y su duración es de aproximadamente de 10 horas.
Gráfico horario del desplazamiento de una galerna típica

La Galerna del Sábado de Gloria (20 de Abril de 1878)

No cabe duda que ésta fué una de las galernas más trágicas en la costa cantábrica, y la más recordada
entre muchos autores literarios, entre ellos José María de Pereda, que en su novela "Sotileza" esbozó
aquella terrible tempestad que dejó viudas y huérfanos en muchos puertos cantábricos.

El relato de aquel suceso comienza así:

Salieron del puerto con buen tiempo, a las cinco de la mañana aproximadamente, veintitrés lanchas
mayores, siete barquías y una trainera, además de otras embarcaciones cuyo nombre y circunstancias se
ignoran. Algunos marineros sospechaban que el ventarrón de la víspera, al concluir la tarde, volvería a
reproducirse, más no intentaron dar fuerza a su opinión y ni siquiera mostrarse reacios para salir a la mar.

Reinaba una ligera brisa del nordeste, que continuó hasta las diez, hora en que se hallaban ya todas las
embarcaciones cogiendo sardina para la pesca. A ésta hora y mientras ventaba del Este, notaron los
pescadores que había Sur en tierra, lo cual se conocía por la arena que se levantaba en los arenales
inmediatos. Esto y algunos sospechosos nubarrones que se veían en lontananza o sobre ellos, hízoles
infundir sospechas de que el tiempo estaba revuelto, preparándose acaso un temporal. Pero ¿era prudente
en aquél instante acobardarse y volverse a casa? Prudente, sí, lo hubiera sido en alto grado, según hemos
visto a posteriori. Pero, si el tiempo se hubiese conservado bueno y hubiesen vuelto al hogar sin señal
alguna de haber pescado ¿qué se hubiese dicho de los prudentes? Se les hubiese motejado de cobardes.
Por eso prefirieron continuar la faena, esperando que sucediese -según la expresión de uno de aquellos
infelices- lo que Dios quisiera.

Los patrones empezaron a temer de veras momentos antes de que el huracán, que ya venían venir, se
declarara. Y cuando éste se pronunció contra las frágiles embarcaciones, encontró las lanchas sólo con la
"unción", o sea, la vela más pequeña que se usa para correr un tiempo cuando viene huracanado. ¡La
Unción...!, nombre al que, por otra parte, va unida una idea harto triste y que expresa también lo apurado
del caso.

Las doce aproximadamente eran cuando el temporal se desarrolló de una manera horrible, con viento del
noroeste. Entonces se dispuso el regreso a Santander, o la arribada a las más inmediatas ensenadas,
viéndose desde unas lanchas cómo sufrían las demás. ¡ Triste espectáculo !

La mayor parte de las embarcaciones se encontraban a unas cuatro leguas al oeste-noroeste del cabo
Mayor, hacia el frente de Suances, hallándose colocadas en los sitios que conocen los pescadores con las
denominaciones de "Punta de Santoña", "Miguelillo" y "La Garma".

Una vez en dispersión, cada cual debió tomar el rumbo que les pareció más conveniente, cabiendo la mejor
suerte a las lanchas que se separaron más de la costa. La mar mediana, pero arqueando bastante, y el
viento completamente huracanado, hicieron que en algunos momentos y en intervalos que duraron de siete
a ocho minutos, hubiera necesidad de arriar "la unción", que alguna lancha trajo hecha pedazos, viniendo
a palo seco.

Si el temporal hubiese ocurido de noche -nos decía uno de los que se hallaron más distantes en el sitio de
la catástrofe- Santander se hubiese quedado sin Cabildo, hubiésemos perecido allí todos.

Uno de los episodios más dramáticos fué el de la presencia de aquel sacerdote, en los acantilados de la
Isla de la VIrgen del Mar, próxima a Santander, que daba la absolución a los marineros que intentaban
asirse a lo que quedaba de sus embarcaciones, que se destrozaban contra los acantilados.

La primera lancha apareció por la Península de la Magdalena hacia las cinco de la tarde, pasando los
minutos que parecían siglos, venían otra y otra rebasando el Promontorio de San Martín, donde muchos
familiares ya oteaban la costa esperándoles.

Cuando llegaron a los muelles no puede describirse el dolor y la tristeza de esposas, madres y familiares
de los pescadores. Las noticias de los desaparecidos se iban conociendo poco a poco. Fueron muchas las
lanchas perdidas y se contaban por decenas los desaparecidos. Pescadores de otros puertos como Noja,
Colindres, Laredo, Santoña y Castro Urdiales, también sufrieron la terrible tragedia.

Las embarcaciones del Cabildo de Mareantes de Santander perdidas, fueron seis; las demás arribaron a
puerto con serias dificultades y algunas con fuertes averías.

El Domingo de Resurección se hizo el aterrador recuento. El número de ahogados fué: Santander, 52;
Colindres, 26, Laredo, 25; Castro Urdiales, 3 y Noja 1.

Otras provincias como Vizcaya y Guipúzcoa tambien sufrieron la misma desgracia. Ese día no se borrará
jamás de la historia de nuestra región.
LA GALERNA ( II )
Tipos de Galernas

Las galernas quedan clasificadas en dos tipos principales, atendiendo a los efectos que producen, a la
época del año en que aparecen, a su génesis u origen, asi como a su extensión, duración y zonas que
quedan afectadas a su paso. Las más comunes son dos: La galerna frontal y la galerna típica; pero existe
una tercera clasificación en la que se encuadra la galerna híbrida (mezcla de las dos anteriores), que aunque
es menos frecuente, suele presentarse si las condiciones meteorológicas son propicias.

Galerna frontal

Epoca del año: Desde abril a Octubre; más frecuentemente entre julio y agosto

Momento del dia: Puede presentarse a cualquier hora, pero el mayor riesgo se da si la situación coincide
con la tarde o la noche.

Génesis: Comienza a formarse en el Cantábrico occidental (incluso en Galicia) y se va agudizando cuanto


más hacia el Este.

Desplazamiento: De oeste a este y muy rápidamente.

Zonas afectadas: Fundamentalmente todo el Cantábrico.

Extensión: Desde 30 ó 40 millas tierra adentro, hasta 50 millas hacia el mar a partir de la franja litoral.

Duración: El viento va arreciando desde 2 ó 4 horas antes con rumbo del S ó SW. La galerna más dura es
la que tiene vientos del NW y por término medio su duración es entre 45 y 90 minutos. Posteriormente
empieza a amainar gradualmente y puede calmarse el viento en un plazo de 4 horas.

Aspecto: Puede parecerse a un frente mediterráneo. O un frente con vientos posteriores demasiado fuertes
para la situación sinóptica existente.

Galerna típica

Epoca del año: Desde Junio a Septiembre, pero casi siempre en los meses de Julio y Agosto.

Momento del día: Nunca antes del mediodía; muy raramente por la noche. Muy frecuentemente a primeras
horas de la tarde. En las galernas típicas severas el comienzo es entre las 15 y 18 horas UTC.

Génesis: Probablemente se genera en o antes de las primeras 20 millas marítimas. Como curiosidad
señalar que viene a coincidir con la frontera entre las aguas litorales y el talud continental.

Desplazamiento: Muy rápido, en dirección de Norte a Sur, o de Noroeste a Sudeste.

Zonas afectadas: Es muy local. Solo se observa entre Ontón (Cantabria) y Capbretón (unas 12 millas al
norte de Bayonne (Francia)). Afecta a puntos de la costa vasca, pero a veces ni a toda ella ni a todos los
puntos a la vez; o correlativamente, como si se generase más de una galerna.

Extensión: Es perceptible a 10 ó 15 millas mar adentro y hasta 10 millas en el interior.

Duración: Aparece bruscamente y es quizá la más peligrosa por su rápido desarrollo; dura entre 45 a 90
minutos y puede desaparecer tan rápidamente como se originó.
Antes de la aparición de la galerna es frecuente la presencia de estratos a baja altura sobre la superficie del mar. Foto tomada de Wikipedia en
la que aparecen éste tipo de nubes formando un arcus.

Galerna híbrida

Epoca del año: Desde Abril a Octubre, pero más frecuente en la primavera, como consecuencia de los
intercambios energéticos propios de la estación y debido a transitoriedad entre el invierno y el verano.

Momento del dia: A cualquier hora, pero su aparición es más difícil en las horas de la mañana en la costa
vasca.

Génesis: La evolución comienza en la zona márítima del Cabo Finisterre, un poco al norte; o en el Golfo de
Vizcaya.

Desplazamiento: De Oeste a Este, más lenta que los dos tipos anteriores.

Zonas afectadas: Galicia, todo el Cantábrico hasta el Golfo de Vizcaya; incluso la costa oeste francesa y
los Pirineos. Su desplazamiento es básicamente hacia el NE del Golfo de Vizcaya.

Extensión: Desde 50 millas tierra adentro, hasta 150 millas o más en el Golfo de Vizcaya.

Duración: Desde 4 ó 6 horas antes, los vientos del S y SW van arreciando hasta alcanzar fuerza moderada
o fuerte. Una vez que el viento ha rolado hacia el NW, entre 50 y 90 minutos, con rachas fuertes o incluso
temporal. A partir de las 4 ó 6 horas, el viento comienza a amainar, pero sin bajar de fuerza moderada.

Aspecto: Una depresión de pequeña extensión circulando con mucha rapidez en la circulación generada
por otra depresión más profunda en su borde meridional a nivel sinóptico. Es la más difícil de predecir, al
estar inmersa en otra borrasca de mayor extensión.
Bañistas huyendo de la playa ante la inminencia de una galerna. Fuente: Wikipedia
Comienzo de una galerna. Foto: Imanol Zuaznabar (Kobarón - VIzcaya)

LA GALERNA ( y III )
Características comunes a todos los episodios de galerna

En todos los fenómenos de galerna se dan una serie de circunstancias muy parecidas entre sí, aunque
dependiendo de la intensidad del fenómeno, éstas pueden ser más o menos acusadas. Estudiando las
gráficas de las estaciones meteorologícas automáticas (EMA,s), repartidas en varios puntos de la costa
cantábrica, podemos comprobar cómo el fenómeno , sobre todo en la fase de desarrollo y madurez, sigue
unas pautas semejantes que afectan al viento (el principal efecto consecuente de la galerna), a la
temperatura, la humedad y la presión atmosférica.

A continuación se muestran una serie de gráficos pertenecientes a la EMA de Santander en los que
podemos comprobar los efectos que causa el paso de una galerna sobre las variables ennumeradas
anteriormente.
Gráficos de la EMA de Santander.

En la gráfica superior izquierda vemos la evolución de la velocidad y dirección del viento así como la racha
máxima. Horas antes de la galerna el viento es de dirección SW, pasando al E ó NE en las horas siguientes.
El role del viento hacia el Oeste representa un salto brusco en muy poco tiempo, con el aumento de la
velocidad y de la racha máxima (la velocidad punta), que supera los 15 metros por segundo (unos 72
kms/hora).

El gráfico superior derecho refleja la variación que experimentan la temperatura y la humedad relativa. Antes
de la galerna la temperatura (bastante elevada) supera a la humedad relativa del aire. El punto en que
ambas curvas coinciden señala el comienzo de la galerna y, a partir de éste, los valores se invierten
notablemente, elevándose la humedad y descendiendo la temperatura, todo ello en un corto espacio de
tiempo.

La última gráfica representa los valores de dirección del viento y presión atmosférica. Podemos comprobar
cómo la presión va descendiendo lenta pero continuadamente, mientras que el viento sigue una dirección
más o menos variable. En el momento en que la presión inicia el ascenso, el viento cambia de dirección de
forma súbita; es el punto que indica la fase más problemática de la galerna.
Estudio de la galerna típica.

En la galerna típica la situación atmosférica en las capas altas (a 500 hPa; unos 5000 metros de altura)
presenta una circulación suave del SW, con un dorsal anticiclónico extendiéndose desde el sur peninsular
hasta las Islas Britanicas. En esta situación a gran altura lo más probable es que no exista coincidencia o
solape con la circulación subtropical polar. El mapa representativo es el siguiente:

La dorsal anticiclónica a 500 hPa se extiende desde el sur peninsular hasta las proximidades de las Islas Británicas

Los mapas de superfice pueden presentar un pantano barométrico, caracterizado por la escasa diferencia
de presión de un lugar a otro, o también, una ligera situación de viento sur:
En lo que respecta a las temperaturas, el ascenso es fuerte desde media mañana, oscilando estos valores
entre los 27º en Junio; los 30º, en los meses de Julio y Agosto y los 29º en Septiembre. Es importante estar
atentos a que la diferencia entre la temperatura del aire y la del agua no supere los 8,0º centígrados.
La humedad relativa es constante (más o menos sobre el 50%) durante varias horas. Lo normal es que
haya descendido a éstos valores al mismo tiempo que se eleva la temperatura. Por ello es importante
comprobar, sobre todo hacia el mediodía, las gráficas de estas dos variables en las EMA,s de Cabo Mayor,
Cabo Machichaco, Sondika y Lekeitio.

En la comprobación de los modelos de capas altas (los mapas de altura) hay que vigilar la aparición de una
advección cálida del sur, con una dorsal cálida a 850 hPa dentro del régimen anticiclónico que deberá
mantenerse durante toda la tarde. El mecanismo de disparo lo ejerce una pequeña onda o vórtice en niveles
altos (entre 200 ó 300 hPa), o incluso a niveles inferiores. En las imágenes de satélite puede indentificarse
como zonas oscuras, sobre todo en el canal de vapor de agua. Es importante localizar el momento del paso
de ésta pequeña onda sobre la zona donde el flujo pasa de ser ciclónico a anticiclónico, o ligeramente
corriente abajo, dentro de una circulación subtropical que discurre desde el Atlántico hacia Francia,
recorriendo todo el noroeste peninsular.

Con respecto al viento y debido al soleamiento existente se producen brisas costeras, pero el viento
sinóptico (el señalado en los mapas) inhibe su formación con lo que se crea una separación de masas de
aire en alta mar. Al final de la tarde éste equilibrio puede romperse.

Hay que tener en cuenta si en los días anteriores se han dado viento del NE, pues es probable la existencia
de afloramiento de aguas más frías en la superficie del mar (upwelling); es decir, una anomalía negativa
que favorece la aparición de la galerna. Si este afloramiento no se produce, la anomalía es negativa, con lo
que se inhibe la aparición del fenómeno.

Horas antes de la galerna, en el cielo puede aparecer una pared de bruma hacia unas 10 millas mar adentro.
Por ello se hace necesario consultar las observaciones en los faros de San Vicente de la Barquera, Cabo
Mayor y Castro Urdiales, asi como en la plataforma petrolífera de La Gaviota (frente a las costas de
Vizcaya). Pueden aparecer cúmulos en la vertical de Cabo Machichaco, que se deshacen y vuelven a
generase. Si a partir de entonces arrecia el viento de componente NE, la galerna es casi segura. Unos 20
ó 30 minutos antes de la galerna, comenzarán a penetrar estratos bajos desde el mar hacia tierra.

Estudio de la galerna frontal

La situación en altura viene condicionada por el solape de circulación subtropical polar. Las vaguadas son
relativamente extrechas y profundas, con un marcado flujo del S ó SW:
En superficie existe un anticiclón sobre el Mediterráneo y Europa Oriental; bajas presiones relativas sobre
la Península. El paso de una oclusión hará que la posible galerna sea aún más intensa y el frente frio tendrá
carácter de "katafrente".

La temperatura es anormalmente alta y el componente del viento acentúa esta elevación. La humedad
desciende hasta valores del 35% ó 45%.

En los mapas de altura se precisa buscar una advección cálida del sur; los chorros polar y subtropical. Es
importante detectar el punto de inflexión (ciclónico-anticiclónico) de la circulación subtropical. La galerna
está bajo ése punto de inflexión o ligeramente más abajo. El "gancho" (visible en los canales infrarrojo y de
vapor de agua), que recorre el litoral cantábrico, inmediato al frente frío, puede corresponder a la galerna.
Si se forma ciclogénesis puede generarse una galerna híbrida, potencialmente más peligrosa.
El viento previamente, está encalmado y el aspecto general del ambiente es bueno; 2 ó 4 horas antes,
arrecian los vientos de componente S ó SW, que repentinamente girarán al NW con rachas fuertes (entre 8
y 9 de la escala Beaufort). Hay que tener en cuenta si los dias antreriores se han dado vientos del NE (que
indican el final del episodio anticiclónico), pues es posible la aparición de aguas frias en superficie próximas
a la costa (upwelling). Esta anomalía negativa favorece la galerna.

La presión presenta valores próximos a los normales, con descenso moderado y constante.

Nubosidad escasa horas antes; posteriormente aumento de la nubosidad en cantidad y espesor (sobre
todos, nubes medias) con viento del sur. Cuando cambia el viento, aparecen estratos bajos (pero no
siempre), cúmulos y estratocúmulos. Probables cumulonimbos.

En las imáganes de satélite se aprecian estructuras cirrosas asociadas a la velocidad del viento. Hay que
vigilar el engrosamiento o abultamiento de las bandas nubosas más persistentes o la formación de estrías
transversales. Posiblemente aparezca una nueva banda de nubes frontal.

Estudio de la galerna híbrida

Los mapas de superficie presentan un frente alargado en el sentido de los paralelos. Se origina una
depresión secundaria en el Cantábrico, con una nueva onda frontal asociada, que puede tener estructura
de katafrente.
Temperatura anormalmente alta; el viento del sur propicia ésta elevación, al tiempo que hace descender la
humedad relativa. Posteriormente, el descenso y el aumento de estas dos variables es mucho más acusado
que en las galernas frontales. Respecto a la temperatura llega a descender hasta los 12 ó 14º, muy por
debajo de la temperatura del agua. La humedad desciende hasta valores de 35% ó 45%. Tras el giro del
viento sube hasta más del 90%. Por ello es recomendable comprobar los gráficos de las EMA,s de Figueras,
Cabo de Peñas. Gijón y Llanes.

En los mapas de altura es necesario buscar el máximo de viento en la rama descendente de la vagüada
polar ya que puede representar un desarrollo rápido de una borrasca secundaria. Vigilar las caídas de
presión en la zona y los vientos moderados o fuertes en la misma. La galerna se generará bastante por
delante del frente frío (50 a 100 millas) a partir del punto de inflexión de la circulación en altura, o un poco
corriente abajo.

Al final de la evolución, la depresión secundaria se convierte en un centro de presión.

LA TORMENTA DE FUJITA
En la década de los años 60 pudo observarse que en determinadas circunstancias extraordinarias había
tormentas que producían fenómenos meteorológicos de gran violencia que no se ajustaban al modelo
propuesto por Byers-Brahan. Es cierto que éste modelo sigue siendo válido en general, pero en ciertas
condiciones una tormenta se comporta de forma anómala y mucho más violentamente de lo esperado, con
una energía que parece la de un tornado aunque nada tiene que ver con éste fenómeno.

La estructura y circulación de éstas tormentas fué establecida por Fujita en 1974 tras detallados estudios
sobre cuantiosos daños en cultivos, arbolados, granjas y en accidentes de aviación sin explicación lógica
por métodos convencionales.

En el transcurso de una de éstas tormentas, Fujita supone que la célula descendente se origina en la capa
estratosférica más baja. El nivel del yunque típico del cumulonimbo es forzado hacia arriba por la corriente
ascendente que lo dispara, ahondándole bien dentro de la estratosfera. En este caso el cumulonimbo tiene
un gran desarrollo vertical, pues llega aproximadamente hasta los 16 kilómetros de altura. El viento, que en
estos niveles tiene un importante valor, se ve obligado a ascender rodeando ésa inmensa cúpula, pero
cuando ésta colapsa, se forma una violenta corriente descendente a la que Teixidor llama "reventón
descendente", el cual se desploma como una tremenda catarata volcada a velocidades del orden de 200
kms/hora hasta alcanzar el suelo.

Al estudiar más profundamente el fenómeno, Theodore Fujita comprobó que dentro de la amplia área de
ráfagas descendentes había como una estela descendente de enorme violencia a la que
llamó microrráfaga descendente. Estaba constituída por una estrecha zona de aire descendente que caia
a una velocidad próxima a los 2000 ó 3000 metros por minuto, con un diámetro de 1,5 a 3 km, trayectoria
de más de 5 km y variaciones de 50 nudos cada hora. Cerca del suelo, el viento llegaba a superar el
terrorífico valor de 150 nudos. Al analizar otras tormentas de características similares, se observó que las
microrráfagas son de corta vida, no sobrepasando los 5 ó 6 minutos, pudiendo venir, o no, acompañadas
de precipitación.
Esquema de una microrráfaga descendente

La microrráfaga descendente en el suelo no tiene nada que ver con un frente de racha. Éste es un fenómeno
de escala media (entre 10 y 100 km), al igual que las líneas de turbonada y los grandes cumulonimbos de
una tormenta, y en él, el flujo es horizontal y muy racheado viajando muchos kilómetros por delante de la
tormenta, con una vida que oscila desde los 30 minutos a varias horas, lo cual permite su localización con
cierta facilidad.

En cambio la microrráfaga es mucho más pequeña, siendo relativamente frecuentes las menores de 1000
metros y a veces todavía son más pequeñas. Se caracteriza por una rápida elevación y caída de la velocidad
del viento, pero sin rachas. Su vida es corta, como se ha dicho anteriormente, y puede desarrollarse tanto
delante como detrás de la tormenta.

Estructura de la microrráfaga descendente

Hoy en día y gracias a los estudios de Fujita y de otros investigadores, se conoce muy bien la estructura de
las microrráfagas. Cuando ésta, descendente, llega al suelo, se esparce horizontalmente, y por causas
extraordinrias muy complejas lo hace en la forma representada más arriba, formando dos bucles o vórtices
horizontales que se curvan alrededor del aire descendente. Los vórtices horizontales presentan una
estructura muy peculiar, pues al curvarse originan corrientes ascendentes que se extienden por encima de
los 1500 metros sobre el suelo.
Descenso de una microrráfaga (ó Downbusrt): Cortesía de Pablo Ruiz (Cumulonimbus): Foro: TiempoSevero.es

No siempre los vórtices son tan simétricos como los de la figura. A veces la microrráfaga no cae
verticalmente, sino que se inclina hacia adelante obligada por el viento horizontal y entonces, el vórtice
delantero se intensifica a costa del situado en la parte posterior. En cuanto a la precipitación, a pesar de la
violencia del fenómeno, en condiciones relativamente secas los chubascos pueden llegar a ser débiles e
incluso la lluvia puede llegar a evaporarse antes de llegar al suelo.
Microrráfaga llegando a la superficie. Cortesía de Pablo Ruiz (Cumulonimbus) Foro: TiempoSevero.es

LAS NIEBLAS
La niebla es una nube estratiforme en contacto con el suelo o a poca altura que envuelve al observador y
reduce la visibilidad a menos de mil metros. Si la niebla es más tenue y la visibilidad horizontal está
comprendida entre uno y dos kilómetros, el fenómeno se denomina neblina. En los mensajes
meteorológicos se indican también otras reducciones de la visibilidad superiores a los dos kilómetros que
apenas tienen interés agrícola, tales como el humo en las proximidades de las zonas industriales; la calima,
formada por diminutas partículas de polvo que hace desaparecer el azul del cielo dándole un aspecto turbio,
sucio y opalescente, y la bruma de las zonas costeras.

El proceso de formación de la niebla es muy simple pues se forma cuando el vapor de agua se condensa,
ya sea por enfriamiento o por aporte de humedad a la masa de aire. La disipación se verifica por un proceso
inverso, es decir, por calentamiento de la masa de aire o por que ésta pierde humedad.

En función del mecanismo que las origina, hay varios tipos de nieblas:

Niebla de radiación

En España se forma generalmente en invierno exclusivamente en tierra y nunca en el mar. En las noches
claras, la masa de aire en contacto con el suelo se enfría debido a la radiación nocturna; en cierto momento,
el vapor de agua se condensa y se hace visible en forma de niebla. En muchas ocasiones la niebla aparece
justamente cuando el sol se asoma por el horizonte produciendo un ligero calentamiento y algo de viento
que agite la mezcla para dar lugar a la condensación.
La niebla de radiación suele despejar en las primeras horas de la mañana o al mediodía, quedando el cielo
despejado. El momento en que la niebla va a levantar y disiparse depende de varios factores. Si el viento
aumenta y supera los 7 kms/h, comienza la desaparición del estrato en contacto con el suelo. Se han
calculado fórmulas empíricas para determinar la temperatura de disipación (T dis), y es muy conocida
la "fórmula de la monja" para el observatorio de Matacán (Salamanca):

T dis = T' (18,00Z) * 0,9 + 1,4

donde T' (18,00 Z), es la temperatura del punto de rocío a las 18:00 Z. Este tipo de fórmulas deben tomarse
con precauciones pues no siempre funcionan bien y es preciso determinarlas para cada lugar.

La niebla de radiación se forma con temperaturas superiores a los 0,0ºC, pues si desciende a valores
negativos lo que se forma es escarcha. No obstante, excepcionalmente, también pueden formarse nieblas
de radiación con temperaturas menores a 0,0ºC; entonces las gotitas de agua que constituyen la niebla
están sobreenfriadas o en estado de subfusión. Se trata entonces de niebla helada que puede durar varios
días sin levantar por la tarde y cuyo efecto más directo es la cencellada.

Las nieblas de radiación pueden afectar a extensos territorios del interior de la Península y hay que
esperarla cuando en invierno el anticiclón de las Azores penetra en España dando lugar a un fuerte
enfriamiento y a una gran estabilidad que son las condiciones ideales para que se produzca el fenómeno.

Niebla de advección

La niebla es un estrato en contacto con el suelo, por tanto las nieblas de advección se producen de la misma
forma que las nubes de advección. En España son frecuentes en invierno, cuando una masa de aire húmedo
marítimo tropical entra en la península por el Golfo de Cádiz, empujada por vientos del SW. Al extenderse
e invadir las dos mesetas que están muy frías, la masa húmeda se condensa y se forma la niebla de
advección. Así como en la niebla de radiación el viento está encalmado, en la advección sopla con cierta
intensidad, pero si sobrepasa los 30 kms/h la niebla levanta quedando un estrato a baja altura.

Este fenómeno también ocurre a lo largo de las costas. Cuando la masa de aire cálido y húmedo pasa por
encima de la superficie del mar (que se encuentra más fría), el vapor de agua contenido en el aire se
condensa haciéndose visible. La forma que adopta la niebla es la de una nube muy baja en contacto con el
suelo (o la superficie marina), que avanza empujada por el viento reinante que, a su vez, se desplaza desde
el mar al continente. Mientras que en la zona costera el sol queda oculto por la niebla, un par de kilómetros
tierra adentro el astro rey luce en todo su esplendor; si en las zonas próximas a la costa la temperatura
desciende varios grados (incluso hace frio), en el interior las temperaturas son agradables. La niebla no se
extiende mucho hacia el interior, ya que el calentamiento del suelo producido por el sol la disipa
inmediatamente.
NIebla de advección procedente del mar que avanza empujada por el viento hacia el interior, donde se disipa al encontrar una
capa de aire más cálida.

Niebla de evaporación

Se producen por evaporación de ríos, lagos o grandes pantanos, principalmente en invierno cuando el agua
está más caliente que el aire situado encima y se evapora formando la niebla. Son bastante frecuentes en
el Guadalquivir, donde antes de las 10:00 Z ya se han disipado.

Niebla de ladera

Se produce en invierno cuando una masa de aire húmedo y estable empujada por el viento asciende por la
ladera de barlovento de una montaña. En el ascenso, la temperatura disminuye y al alcanzar cierto nivel el
vapor de agua se condensa formando la aniebla. Por el contrario, en la ladera de sotavento, la masa
descendente se calienta y la niebla se disipa.

Niebla en las hondonadas del terreno

La brisa de montaña nocturna consiste en un suave viento descendente que deposita la masa de aire en
una hondonada del terreno. En invierno, al quedar estancada e inmóvil, ésta masa se enfría hasta alcanzar
la condensación y se origina la niebla. El fenómeno no sólo se produce con la brisa nocturna. La niebla está
muy influida por las ondulaciones del terreno, siendo mucho más frecuente en las áreas de menos altura.
También se la conoce como "niebla de valles".

Niebla frontal

Se forma delante del frente caliente de una borrasca frontal, cuando el agua caliente que cae de los
nimboestratos está a una temperatura más alta que el punto de rocío del aire. Entonces el agua se evapora
al atravesar el aire frío que está debajo, se enfría debido a la evaporación y se produce la niebla. Este
proceso se verifica por lo general en invierno, cuando los frentes cálidos son muy activos. La niebla suele
durar de una a tres horas; luego levanta, pero queda una nubosidad estratificada.

Niebla de humo

Se forma igual que la de radiación, es decir, por enfriamiento nocturno. Se presenta en todas las épocas
del año en las zonas industriales estimuladas por los humos de la combustión incompleta de hidrocarburos
(gasolina, gas-oil, etc). Su frecuencia ha ido aumentando considerablemente coincidiendo con el desarrollo
industrial. El famoso "cielo Velazqueño" de Madrid es ya un recuerdo para la historia, no sólo por la niebla
de humo, sino por la polución de todo tipo. Lo mismo sucede en otras ciudades como Barcelona, Bilbao,
Valencia o Sevilla. Para dar una idea de la importancia de estos minúsculos núcleos de condensación de
las grandes ciudades, Madrid tiene actualmente 38 días de niebla cada año, mientras que en Barajas, a
poca distancia, sólo registra 10 a pesar de la contaminación de los aviones. El caso de Valencia también
es muy notable pues de 5 dias de niebla anuales que tenía en los primeros 70 años del siglo pasado, tiene
en la actualidad 16 y además con tendencia a seguir aumentando. Esta niebla es el famoso "smog" inglés.

Nieblas en España

Las nieblas en España pueden ser de los tipos descritos anteriormente y se producen en cualquier época
del año según sea la región afectada. En la imagen siguiente se representan el número medio de días de
niebla, tanto en invierno como en verano. Hay que advertir que la orografía española es tan compleja que
las variaciones entre puntos próximos pueden ser considerables pues un pequeño desnivel del terreno
altera sensiblemente el valor de la medida.

Promedio de dias de niebla en España: A, en invierno; B, en verano


Las montañas, valles, ríos, costas y las zonas industriales condicionan de forma decisiva la formación de
las nieblas. Destaca, por ejemplo, la zona del Montseny (entre Barcelona y Gerona) con altitudes que
alcanzan casi los 3000 metros, donde la abundante nubosidad ocasiona niebla casi 200 días al año.
Navacerrada es otra estación que registra más de 80 días al año. En Sevilla, con el estímulo de la humedad
del río, se observan una media de 60 días de niebla al año. En Tablada (a poca distancia de Sevilla), la
media es de tan sólo 38 dias.

En el interior de la Península predominan las nieblas de radiación en invierno como consecuencia del duro
y frío clima continental de la estación, que si no son heladas, se disipan hacia el mediodía quedando tras
ellas un cielo limpio y despejado. También puede haber nieblas de advección cuando sopla el aire marítimo
tropical en invierno.

La influencia del mar se nota en las nieblas de verano especialmente frecuentes en la vertiente cantábrica,
Galicia y en la costa meridional. En el interior, el exceso de caldeamiento en verano, impide la formación
de éste tipo de nieblas.

Hay que señalar que la niebla en las zonas montañosas no puede considerarse como una niebla
propiamente dicha, pues se debe a la nubosidad cuyo nivel de condensación está a una altura menor que
los topes montañosos.

EL HUMO Y LAS CONDICIONES ATMOSFERICAS


Todos hemos visto en alguna ocasión cómo se elevan los penachos de humo que salen de las zonas
industriales, de las fábricas, centrales eléctricas o cualesquiera otras industrias que necesitan la combustión
de materiales para la elaboración de sus productos.

Estas columnas de humo, en función del viento y de las características que en un momento dado se dan
en la atmósfera, presentan una serie de variantes en cuanto a su distribución, forma o la altura que vayan
ganando. En función de la forma que adoptan los penachos de humo podemos saber qué condiciones
presenta la capa de aire más próxima a la tierra.

Las estelas de humo industriales tienen una gran importancia en varios campos: Tanto para la agricultura
en general como para evaluar el flujo de aire sobre un aerogenerador (tan de moda últimamente en la cima
de muchas elevaciones). De esta forma, se han establecido seis tipos característicos para dichas estelas,
las cuales se representan a continuación:
El tipo "A" se denomina Cirriforme. Es un flujo turbulento en forma de rizo. En este caso la atmósfera es
muy inestable y por la tarde es posible la formación de núcleos tormentosos, pero siempre que la atmósfera
esté lo suficientemente húmeda.

La imagen "B" se llama Coniforme (en forma de cono) y se presenta en situaciones meteorológicas de
moderada o débil inestabilidad.

En el caso de la figura "C", no existen corrientes verticales y el flujo es laminar. Se denomina "Liso".

En el dibujo "D", o Ascendente, la turbulencia sólo se desarrolla a cierta altura. Es un movimiento muy
característico a la hora de la puesta del sol.

En el caso "E", o Descendente, existe una gran estabilidad que hace descender el humo. Cuando la
atmósfera presenta ésta característica son muy apropiadas las labores de fumigación en los campos.

Por último en el caso de la figura "F",(Calma) en la que el humo de la chimenea sube verticalmente, se trata
de ausencia total de viento y las condiciones para la operación de los aerogeneradores son muy
desfavorables.

LA GLORIA MATUTINA

Algunas veces, cuando he estado hojeando libros sobre las clases de nubes, me he encontrado con una
muy especial. La foto aérea mostraba una nube baja, larga y lisa, con forma como de tubo, que se extendía
de una punta a otra del horizonte, muy parecida a un rodillo. El cielo, casualmente, estaba completamente
despejado por delante y por detrás de la nube. Esta se había formado sobre un paisaje dominado por la
selva y los ríos que corrían tortuosos por el terreno. Podría tratarse de una "nube ola". En realidad el pié de
foto explicaba que tenía un nombre propio: La gloria matutina.

La nube sólo se forma en una de las partes más remotas de Australia: la zona del golfo de Savannah, en el
norte de Queensland. Cuanto más leía sobre este tipo de nube, más me maravillaba: Me enteré de que la
Gloria matutina puede extenderse casi mil kilómetros y moverse a una velocidad cercana a los 60 kms/hora.
Más aún: Un pequeño grupo de pilotos recorre miles de millas a través de Australia con la esperanza de
encontrarla. Esperan durante los meses de primavera (entre septiembre y octubre), en el minúsculo
asentamiento de Burketown donde suele formarse la nube, con sólo una misión: Planear sobre la Gloria
matutina.
El doctor Doug Christie, de la Escuela de Investigación de Ciencias Terrestres de la Universidad Nacional
Australiana, es un experto en alteraciones de ondas atmosféricas de gran amplitud. En la década de los
setenta, ciertas lecturas captadas en el microbarógrafo del centro de investigación de la citada universidad
despertaron su interés. Determinó que la Gloria matutina era causada por ondas individuales de aire muy
intensas, que consiguió emplazar en el Golfo de Carpentaria, a 650 kilómetros al norte de Burketown.

Desde que visitó por primera vez ésta población en 1980, Christie ha realizado numerosos experimentos
en ésa región y ha dado con la explicación más aceptada para el fenómeno de la Gloria matutina. Según
él, la nube se forma en el centro de una enorme ola solitaria de aire, que parece originarse con frecuencia
sobre la península del Cabo York, en el extremo nordeste del Golfo de Carpentaria. Esta ola puede viajar
como una cresta independiente. Según Doug, es casi seguro que resulta de una colisión de corrientes
marinas de aire opuestas sobre el cabo York.
Las condiciones climáticas que hacen aparecer la Gloria matutina son una buena brisa marina soplando
todo el dia, la cual llevará consigo una buena porción de vapor de agua y creará una buena "guía de
onda". Significa algo así como alisar el aire a lo largo de la ruta por la que viaja la nube, para que sea
menos probable que la onda solitaria se quiebre y se disipe al aproximarse a la costa. Cuando todas éstas
condiciones coinciden con un sistema de altas presiones sobre la península del Cabo York, está casi
garantizado la aparición de la Gloria matutina.

EL RADAR METEOROLOGICO ( I )

Un radar meteorológico es un tipo de dispositivo utilizado en meteorología para localizar precipitaciones,


calcular sus trayectorias y estimar sus tipos (lluvia, nieve o granizo). Además los datos tridimensionales
pueden analizarse para extraer la estructura de las tormentas y su potencial de trayectoria y de daño. Por
último, los ecos de las precipitaciones y de atmósfera clara del radar meteorológico permiten estimar la
dirección y la velocidad del viento en las zonas bajas de la atmósfera.

Su utilización comenzó en la Segunda Guerra Mundial, cuando los operadores de radar notaban ruidos en
ecos de retorno debido a elementos meteorológicos. Después del conflicto los científicos militares volvían
a la vida civil o continuaban en las Fuerzas Armadas investigando el desarrollo de uso para aquellos ecos.

La red de radares de AEMET.


En la actualidad la Agencia Estatal de Meteorología dispone de 15 radares meteorológicos repartidos entre
la Península, Baleares y Canarias, que cubren todo el territorio nacional, tal y como podemos ver en la
imagen siguiente:
Modos de operación del radar

•La forma en que la antena se mueve, condiciona el modo de operación de un radar. La antena puede
moverse en azimut (dirección, medida en grados, en el sentido de las agujas del reloj, respecto al Norte),
en elevación y además puede emitir en dirección radial.
•La antena del radar funciona manteniendo fija una o dos coordenadas y variando las otras.
•Los radares del INM funcionan de manera que la antena realiza un barrido completo para un azimut
determinado y variando la elevación del haz en cada barrido: Modo de operación PPI (Plan Position
Indicator).
Otros modos de la forma que opera la antena son:
RHI
Range Heigh Indicator: La antena en este caso funciona fijanzo un azimut y haciendo un barrido en
elvación desde el límite inferior al superior.
HTI
Heigh Time Indicator: La antena fija la elevación y el azimut y emite ecos en la dirección radial.
RTI
Range Time Indicator: Es similar a la anterior, con la antena apuntando horizontalmente, de manera que
en la representación en vez de alturas aparecen distancias.
HARPI
Heigh Azimut Range Position Indicator: La antena realiza un barrido en azimut para cada elevación, pero
sólo toma datos a una distancia determinada. Al cambir la elevación, el barrido se realiza en una dirección
paralela a la anterior.

EL RADAR METEOROLOGICO ( II )

Dentro del RADOMO (la esfera situada en la parte superior) se sitúa la antena del radar, la cual gita 360º
variando la inclinación en cada vuelta, desde un ángulo inicial que puede variar entre 0,5 y 1º, hasta unos
25º de inclinación máxima en el último barrido de la antena; en total, 20 elevaciones. Cuanto más se aleja
el haz emitido desde el emplazamiento de radar, más se eleva, de manera que, en principio y, si la primera
elevación del barrido fuera de 0,5º a 200 kilómetros de distancia, el haz del radar llegaría hasta unos 4000
metros. De todas formas esto no deja de ser una idealización, por que hay algunos elementos que influyen
directamente en la inclinación del haz, como por ejemplo el índice de refracción de la masa de aire que
atraviesa el pulso de energía. A la izquierda y en la parte media se sitúa la antena de retransmisión de los
datos.

Radar meteorológico de Asturias


Cuando el radar funciona, el sistema transforma la energía eléctrica que recibe en energía
electromagnética, la cual se libera en forma de pequeños pulsos. Como lo que interesa es detectar
hidrometeoros, el sistema emite un haz con una longitud de onda que sólo éstas partículas sean capaces
de devolver, en parte, al sistema que, con la información recibida y mediante un proceso adecuado, las
trasnforme en datos últiles para el seguimiento meteorológico.

El radar puede trabajar en dos modos de operación: Normal y Doppler. En el primero de los casos, el radar
llega hasta los 240 km de radio, con una resolución de 2x2 kilómetros. En el modo Doppler el alcance
máximo es la mitad del alcance anterior, pero con una resolución de 1x1 kilómetro. Cuando el radar trabaja
en modo Doppler, puede medir desplazamientos del blanco meteorológico, basándose para ello en ése
efecto (alteración de la frecuencia -o la longitud de onda- prodicida por el movimiento relativo entre la fuente
emisora y el detector).
Productos de radar más utilizados

PPI (Plan Position Indicator)


Es uno de los productos más utilizados. Permite visualizar la áreas en donde se
está produciendo precipitación y, muchas veces, si ésta es intensa. Es el que
da los datos más cercanos al suelo y trabaja tanto en modo normal como
Doppler.

Radar PPI del País Vasco (Vizcaya)

CAPPI (Constat Altitude Plan Position Indicator)


Existen CAPPI,s a diferentes alturas. El CAPPI 0, se utilizaba para calcular el producto de acumulación. El
CAPPI 1, se utiliza para elaborar los productos de predicciones (Forecast). Cuando se visualizan las
imágenes de los distintos CAPPI,s aparece un círculo blanco (que no aparece en la imagen del PPI). Esto
significa que, fuera de ése círculo, los datos que aparecen no corresponden a la altura del CAPPI en
cuestión, sino que pertenecen a datos del PPI. En la práctica sólo se utiliza en modo normal, el cual
proporciona 12 CAPPI,s, que van desde el nivel del suelo hasta unos 16 kilómetros de altura.
ECHOTOP
Este producto indica la altura a la que se han podido detectar ecos con un valor superior a 12 decibelios.
Cuanto más alto sea el ECHOTOP significa que, en ése punto, la nube está muy desarrollada y tiene
partículas capaces de producir precipitación. Existe sólo en modo normal.

Radar ECHOTOP del País Vasco (Vizcaya)


PERFIL VERTICAL
Esta imagen es una de las más utilizadas en la vigilancia operativa, dando información sobre el desarrollo
que presenta un sistema, su contenido en partículas de precipitación, forma de los ecos (importante para
conocer el tipo de convección que está teniendo lugar). Sólo funciona en modo normal. Al igual que en el
caso de ECHOTOP, también es posible obtener un perfil vertical en modo Doppler, pero no se utiliza en
predicción operativa.
Perfil vertical del radar del País Vasco (VIzcaya)

ACUMULACION
Este producto representa la acumulación media por kilómetro cuadrado de cada cuenca en el periodo de
tiempo que se especifique: Cada hora, cada 24 horas, de 00Z a 00Z, ó de 07Z a 07Z. Este producdto es un
cálculo a partir del producto radar (del ENS, que es la estimación de reflectividad al nivel del suelo).
Básicamente es el PPI en modo normal, al que se le aplica una corrección basada en el perfil vertical de
reflectividad calculado cerca del radar. Es decir: No es un dato pluviométrico medido realmente con un
pluviómetro y da mejores resultados en áreas llanas y zonas próximas al radar.
Acumulación en el radar del País Vasco (Vizcaya)

El modo DOPPLER

En los radares actualmente operativos de AEMET, cuando el radar trabaja en modo Doppler, lo hace con
una resolución de 1 x 1 Km., y un radio de alcance de 120 kms, con ocho elevaciones que van desde un
ángulo de 0,5º a un máximo de 11º en la última elevación o "pasada". Aunque existen más productos, los
más utilizados son el PPI y el WINR (datos de viento).
Modo normal el PPI del radar de Asturias
Modo PPI en Doppler del radar de Asturias

Imágenes de viento (WINR) en modo Doppler

Las imágenes de viento en modo Doppler indican la velocidad y dirección del viento en la radial del radar.
Para su representación en imágen se considera que, los valores negativos de ésta componente radial de
viento indican acercamiento del blanco hacia el radar, representándolos con unos colores de la gama azul
al verde; los valores positivos de la componente radial indican alejamiento del blanco con respecto al radar
y son representados en la gama de colores marrón-naranja-amarillo.
Imagen en Doppler de viento en el radar de Asturias

VIL (vertical Integrated Liquid)


El VIL es un producto que mide en Kg/metro cuadrado los valores de la masa de agua líquida que contendría
una columna de un mero cuadrado de sección y 16 kms de altura. Para su cálculo el sistema radar realiza
la integracion CAPPI a CAPPI del contenido en agua líquida por unidad de volumen, calculada a partir de
la reflectividad de cada CAPPI. No tiene en cuenta el contenido en vapor de agua, pues éste no da
reflectividad en el radar. A distancias alejadas del radar (100 a 150 kms), no da valores fiables.
VIL en el radar del País Vasco (Vizcaya)
La densidad del VIL se define como el valor del VIL en un punto del Grid (malla), dividido por el valor del
ECHOTOP en ése punto de grid, y viene dado en gramos por metro cúbico. este producto se utiliza en la
aplicación YRADAR.
VIL y perfil vertical en un caso de convección severa en el radar del País Vasco (VIzcaya)

VAD: Velocity Azumut Display


Se trata de un sondeo de vientos realizados en un cilindro (imaginario) de unos 20 kms en torno al
emplazamiento del radar. Para ello el sistema calcula las características de viento horizontal partiendo de
los datos de viento radial obtenidos por el radar trabajando en modo Doppler. El VAD se realiza cada media
hora.
Imagen del perfil de viento ó VAD

La altura a la que aparecen datos va desde los 600 hasta los 3400 metros de altura. Se añade el ploteo de
viento a cada nivel asi como la altura del nivel.

Los valores de velocidad horizontal se interpretan con facilidad por que pueden compararse con los que
aparecen en el radiosondeo más próximo y en los modelos numéricos.
Perfil de viento (VAD)

V.VVER, indica la velocidad vertical del viento en m/segundo. No representa corrientes ascendentes sino
sólo valores promedio en el nivel considerado. DIVER, da valores positivos y negativos de la divergencia
de la velocidad horizontal, de manera que cuando el dato sea positivo habrá divergencia y si es negativo,
convergencia. La interpretación de los datos de ésta columna no debe hacerse a cada nivel, sino entre
nieveles. RMS es la desviación cuadrática media de la velocidad en cada nivel. Es un parámetro de control
de calidad de los datos VAD. Cuanto mayor es éste valor, peor es la calidad de los datos.
Composición del radar nacional (STAP)

La aplicacion YRADAR

Esta aplicación ha sido desarrollada por el STAP (Francisco Martín León), con el fin de realizar un análisis
de las estructuras y células convectivas mediante los datos de los radares regionales. En esencia consiste
en una combinación de datos radar y datos del modelo HIRLAM, que permite calificar, cuantificar y preveer
la situación actual y la evolución de las células tormentosas.

Se utiliza en la predicción operativa diaria de los GPV (Grupos de Predicción y Vigilancia).


Aplicación YRADAR

Fiabilidad de los productos radar

Hay que tener en cuenta que el haz del radar, en su desplazamiento, puede atravesar zonas de la atmósfera
con distinto nivel de refracción, lo cual tiene como resultado una inclinación del haz hacia arriba o hacia
abajo. Un caso muy típico es cuando existe una inversión térmica en la zona por donde atraviesa el haz de
ondas del radar. este hecho hace que el haz se incline hacia abajo respecto al índide de refracción normal
y por tanto chocará con obstáculos que se encuentren a mas baja altura.

El tamaño de las gotas de precipitación es determinante en la señal del radar. Si las gotas son pequeñas,
la imagen devuelta es menor que si se trata de gotas grandes, por lo cual, en el caso de una lluvia continua
o llovizna, el radar subestimará la cantidad de precipitación.

También hay casos de sobreestimación de la precipitación por ejemplo, cuando debajo de la capa de nubes
existe una zona cálida y seca, ya que la precipitación puede evaporarse en parte al atravesar ésa capa.
Otro caso de sobreestimación de la precipitación es lo que se conoce con el nombre de "banda brillante"
que consiste en la aparición en imagen de una banda donde la señal aumenta bruscamente (PPI en modo
Doppler), debido a que el haz ha detectado una zona en la que coexisten cristales de hielo fundido rodeados
de gotitas de agua. Esta señal aparece a unos 300 metros por debajo de la isoterma de 0ºC, lo cual, si se
identifica correctamente, puede servir para conocer la altura real de dicha isoterma.

Los ecos de tierra delimitan zona en las que el radar no da datos fiables. Un ejemplo práctico sería el del
efecto que los Picos de Europa tienen en las imagenes del radar de Asturias. Por ésta razón, el radar del
País Vasco "vería" mucho mejor, puesto que no tiene obstáculos orográficos tan altos en el camino del haz.

Efecto de los "lóbulos laterales"

Para comprender qué significan hay que tener en cuenta que cuando la antena emite un pulso de energía,
ésta energía no se emite en su totalidad en la dirección del eje de la antena, sino en todas direcciones, de
manera que, además de un lóbulo principal, que contiene casi toda la densidad de potencia, aparecen
también uno lóbulos laterales de mucha menos densidad de potencia. Estos lóbulos laterales también
pueden chocar con obstáculos en las proximidades del radar y dar ecos no deseados que tienen el aspecto
de ecos concéntricos con el radar y no corresponden a blancos meteorológicos.

Elfos y duendes...eléctricos
En los últimos veinte años ha salido a relucir que, en ocasiones, una familia de misteriosos fenómenos
eléctricos se forma en la atmósfera muy por encima de los sistemas tormentosos muy grandes. Como tantos
avances de la ciencia, el descubrimiento fué completamente accidental. En el año 1989, John R. Winckler,
un profesor de la Universiad de Minnessota estaba probando una cámara de baja iluminación muy sensible
para el lanzamiento de un cohete. Al ver la cinta, Winckler advirtió un fotograma que parecía haber captado
una gigantesca columna de luz elevándose sobre una nube de tormenta. Se la enseño a un colega, Walt
Lyons, que estaba desarrollando un sistema de detección de rayos en la universidad, y ambos llegaron a la
conclusión de que no se trataba de un fallo técnico. Parecía alguna clase de descarga eléctrica, hasta
entonces desconocida.

En los años siguientes, Lyons se convirtió en una autoridad mundial en la delicada tarea de filmar esos
fenómenos eléctricos desde una plataforma de observación en su casa de Colorado. Los científicos
estuvieron muchos años sin ponerse de acuerdo en cómo llamarlos, hasta que en 1994 el uso de un profesor
del término "duendes" fué aceptado, pues pareció apropiado para esos fenómenos mágicos, fugaces y
hermosos que se entendían tan poco. Aparecen tan sólo durante unas décimas de segundo, apenas lo
suficiente para poder captarlos a simple vista, y con frecuencia tienen la forma de gigantescas medudas
rojas con tonos azulados en sus filamentos.

Iniciándose a una altitud de unos 70 kilómetros, los duendes se elevan hasta 90 ó 95 kilómetros y
descienden hasta una altura de entre 25 y 20 kilómetros. Las fotografías sugieren que ni siquiera tocan las
nubes que están por debajo de ellos. Tienen lugar sobre enormes sistemas de tormenta y aparecen
inmediatamente después de una clase particular de rayo debajo de ellos. Conocidos como rayos nube-tierra
positivos, no son los más típicos si se tiene en cuenta que sólo suponen entre el cinco y el diez por ciento
de todos los relámpagos. Aunque las "medusas" son las más corrientes, los duendes asumen toda una
variedad de formas que les han granjeado nombres como "duendes brócoli", "duendes pulpo" o "duendes
Carmen Miranda".
Esquema de la formación de los "duendes"

Hasta el momento los científicos no han alcanzado un acuerdo respecto a que son exactamente, en especial
porque tienen lugar en la zona por encima de la troposfera y la estratosfera conocida como Mesosfera, una
zona que siempre se había creído eléctricamente inerte.

Tras el descubrimiento casual de Winckler, equipos de investigadores atmosféricos han peregrinado hasta
el centro de obsevación de Lyons, que se conoce como la "central de duendes". Con cámaras en tierra así
como con otras instaladas en aviones y en la lanzadera especial, los investigadores han identificado dos
formas más, al parecer relacionadas, de descargas eléctricas sobre nubes de tormenta. Se han bautizado
con nombres tan evocadores como "elfos" y "chorros azules".
Los elfos no son perceptibles a simple vista puesto que duran menos que una milésima de segundo, pero,
como los duendes, aparecen al mismo tiempo que los rayos nube-tierra positivos. De no tener una vida tan
breve, lo que hace que resulten casi invisibles, probablemente se verían también de color rojo. Adoptando
la forma de enormes "donuts" en expansión, los elfos nacen a una altura de entre 95 y 105 kilómetros en la
atmósfera y se extienden hasta alcanzar cientos de kilómetros de diámetro.

Los chorros azules son apenas visibles; se trata de eyecciones desde la cúpula de los cumulonimbos, a
velocidad de entre 80 y 160 kilómetros por segundo, alcanzado altitudes de 40 kilómetros antes de
desvanecerse. Como los elfos, resultan mucho menos frecuentes que los duendes. Aunque no parecen
relacionados de forma específica con los rayos nube-tierra, sí se generan sobre tormentas con índices de
rayos elevado.

CLIMATOTERAPIA
Desde los tiempos más remotos se han venido practicando los tratamientos en base al sol y al agua para
combatir algunas enfermedades. En el mundo clásico eran muy famosas éstas terapias y se sabía del
beneficio que producía para la salud la moderación de ciertas condiciones climáticas como la temperatura
del aire, el grado de humedad, la pureza del aire o la exposición a los rayos del sol. En la actualidad, la
combinación ideaal de estos elementos y su aprovechamiento para restablecer y mejorar la salud es lo que
se conoce con el nombre de Climatoterapia.

La climatoterapia es una disciplina de la hidrología médica (la que estudia las aguas minero-medicinales
como agente terapéutico y sus acciones sobre el organismo), que se encarga de establecer la relación que
existe entre el clima de una zona y el tratamiento de ciertas enfermedades. Se basa en el conocimiento de
los elementos que definen el clima de un determinado lugar, tales como la temperatura, la humedad, presión
atmosférica, precipitaciones, viento, la cantidad de radiación e incluso las cargas eléctricas. También
influyen la situación geográfica, la altitud, la latitud y la proximidad al mar. La terapia consiste en tratar de
curar las dolencias exponiendo al enfermo a las condiciones climáticas adecuadas para cada caso. Desde
el punto de vista preventivo, es una técnica ideal para el bienestar y nuestra salud.

En términos generales puede establecerse la siguiente clasificación según el grado de humedad en el


ambiente y la situación geográfica del lugar. En primer caso, se distinguen los climas secos de los húmedos
y, dentro de estos, sus variedades: frio, templado, cálido, con o sin exposición al sol; mientras que en el
segundo, se agruparían los climas de montaña, los de baja altitud y los marítimos. Si combinamos todos
estos grupos podemos obtener múltiples variaciones.

Las patalogías que más frecuentemente recurren a este tipo de cura suelen ser las de carácter crónico:
Asma, insuficiencias cardíacas y respiratorias, bronquitis, reumatismo; pero las posibilidades de una
curación total son más bien escasas, aunque el paciente consigue aliviar su estado casi nada más comenzar
con el tratamiento. Sin embargo, otros tipos de enfermedades pueden tener resultados mucho más eficaces
como la astenia, anemia, agotamiento físico y mental, raquitismo, afecciones óseas, tuberculosis, psoriasis,
etc.

Agotamiento físico y mental

Montaña húmedo

Una buena dieta que incluye agua fría y bebidas de frutas saladas, un descanso adecuado y la práctica de
ejercicio, permiten mantener el cuerpo en óptimas condiciones para resistir y vencer los efectos del
agotamiento. La mayoría de las veces el uso de medicamentos sólo conduce a un aumento del grado de
intoxicación.

Anemia

Montaña con exposición al sol

Tenemos anemia cuando el porcentaje de glóbulos rojos en la sangre o la concentración de hemoglobina


caen por debajo de lo normal. Al trasladarnos a la montaña estimulamos la producción de glóbulos rojos. A
los pacientes con anemia grave se les debe suministrar oxígeno.

El clima de montaña resulta beneficioso parala prevención y alivio de cierto tipo de enfermedades.
Asma

Clima cálido y húmedo a baja altitud.

Los pacientes con asma tienen los tubos aéreos con un estrechamiento variable, lo que hace tener una
respiración intermitentemente difícil. Entre los factores que desencadenan una crisis asmática están la
contaminación del aire, el polvo en suspensión, el humo, ejercicio físico y los cambios bruscos de las
condiciones meteorológicas (temperatura, humedad, presión, vientos fuertes, etc.) A estos enfermos no se
les debe llevar a zonas de gran altitud ni a lugares con ambiente frío.

Astenia

Clima fresco

La astenia es una sensación generalizada de cansancio, fatiga y debilidad psíquica y física, originada
frecuentemente por el estress o por depresiones moderadas o graves. Un lugar de clima cálido tiende a
debilitar las fuerzas del organismo. La astenia primaveral se atribuye al cambio climático estacional, aunque
no es relevante, y el cansancio es leve y dura poco tiempo.

Bronquitis crónica

Clima seco con exposición al sol y al calor

Cuando los bronquios están inflamados o infectados, entra y sale menos aire a los pulmones produciéndose
tos con expectoración. La bronquitis crónica empeora con un clima frío y húmedo o cuando amentan las
concentraciones de polvo y contaminantes en el aire. Por eso se recomienda ir a zonas donde el ambiente
sea seco y el aire esté limpio. Los programas de ejercicios físicos ayudan a evitar el deterioro y mejoran la
capacidad del paciente.

Insuficiencia cardíaca

Baja altitud y ambiente fresco

El corazón bombea la sangre y ésta llega a todo el cuerpo a través de las venas y los vasos capilares,
según lo requieran las necesidades metabólicas. Cuando las demandas sobre el corazón son superiores
en relación con el metabolismo se produce la insuficiencia cardíaca. El aire al nivel del mar, rico en oxígeno,
facilita la ventilación normal de los pulmones reduciendo el riesgo de dos síntomas: la disnea (falta de aire)
y la fatiga (disminución del gasto cardíaco). Los pacientes se sienten mejor en lugares frescos.
La estancia a la orilla del mar también es aconsejable en dolencias particulares.

Insuficiencia respiratoria

Baja altitud.

Una persona de 75 kg de peso necesita un aporte de 0,5 g. de oxígeno por minuto en condiciones de reposo
o baja actividad. Como la presión parcial de oxígeno es mayor a nivel del mar, todo paciente con
insuficiencia respiratoria experimentará una mejoría, pues el aire es rico en oxígeno, facilitando la
respiración.

Psoriasis

Clima cálido con exposición al sol y al agua del mar.

Las células cutáneas migran desde la base de la epidermis, donde nacen, hacia la superficie de la piel. Este
proceso, en una piel normal, tarda unos 25 dias en completarse. Pero en el caso de la psoriasis éste proceso
de acelera, de modo que el ciclo completo se completa en unos 4 ó 5 dias. La piel se inflama y entonces
constituye una barrera menos eficaz contra las infecciones que llegan del exterior. La exposición adecuada,
progresiva y vigilada a los rayos del sol, a nivel del mar o por debajo de éste, tienen unos inmejorables
efectos bactericidas y biológicos importantes.
El sol y el agua del mar constituyen los mejores remedios naturales para combatir o mitigar la psoriasis.

Raquitismo

Marítimo cálido con exposición al sol

La luz solar es necesaria para que el cuerpo humano sintetice la vitamina D; de esta forma, el cuerpo
absorbe el calcio y el fósforo. El recubrimiento excesivo del cuerpo con ropa o las exposiciones inadecuadas
al sol, originan la deficiencia de ésta vitamina. A nivel del mar el espesor de la atmósfera es mayor y filtra
más cantidad de radiación solar, por lo que la exposición a los rayos del sol, con las debidas precauciones,
puede prolongarse por más tiempo.

Tuberculosis pulmonar

Ambiente seco y ventilado con exposición al sol

A los pacientes con tuberculosis transmisible no se les debe enviar a la montaña. En cambio, cuando al
enfermo se le ubica en una habitación con buena ventilación, sin humedad y expuesta al sol, experimenta
una notable mejoría.

EL AIRE
El aire, la masa de gases que nos envuelve, está formado por una mezcla de ellos entre los cuales los más
importantes son el oxígeno y el nitrógeno. Contiene también cierta cantidad de agua que se encuentra en
estado gaseoso formando el vapor de agua, que es invisible; o también en forma líquida y sólida, como es
el caso de las nubes.

La cantidad de agua que contiene el aire es muy importante. La radiación solar al calentar los océanos y
las zonas húmedas de la Tierra, provoca de hecho una evaporación considerable. Se ha podido estimar
que el sol, en los días adecuados, evapora la cantidad equivalente a un vaso de agua por metro cuadrado
de océano. Por lo tanto hay miles de toneladas de agua que se encuentran en suspensión en el aire.

Por otra parte, el aire tiene un peso determinado y por eso el suelo sufre cierta presión por parte de la
atmósfera. La presión atmosférica en un lugar determinado del globo, es igual al peso de la columna de aire
que soporta dicho lugar. Como es lógico, ésta disminuye con la altitud, pero cada vez con menos rapidez a
medida que vamos ascendiendo pues en realidad el aire es compresible y se puede comprobar un cierto
apisonamiento en las capas inferiores. La presión y la altitud están, en cualquier caso, estrechamente
ligadas, hasta tal punto que el cálculo de la altitud se efectúa habitualmente a través de la medida de la
presión atmosférica (los altímetros de los aviones, o de otro tipo, no son más que barómetros, cuya escala
representa metros de altura en vez de milímetros de mercurio o milibares).

En meteorología hay que resaltar que la unidad de presión es el milibar, y que la presión media a una altitud
de cero metros, es decir, al nivel medio del mar, es de 1013,25 milibares.

Por último, todos sabemos que el aire posee una determinada temperatura y, en la troposfera, esta
temperatura disminuye con la altitud.

El gradiente térmico vertical que corresponde al índice de decrecimiento de la temperatura entre el suelo y
la tropopausa es, por término medio, de 6,0ºC por kilómetro.

En resumen, una partícula cualquiera de aire, inmóvil, situada en un punto determinado de la troposfera, se
encuentra definida por estos tres parámetros: presión, cantidad de agua que contiene y temperatura. Pero
una partícula de aire raras veces se encuentra inmóvil y en cuanto se desplaza sus características se
modifican. El aire en movimiento puede sufrir transformaciones tales que nos obliguen a hablar de diferentes
"estados". Es muy importante analizar con detalle estos estados, pues dependiendo de sus características
podremos diferenciar la masa de aire que circula por encima.

Estados del aire


Supongamos el caso de un viento que llega al pié de una montaña y que se ve obligado a elevarse para
franquearla. Este ejemplo es un poco especial, debido a que el movimiento del aire se ve empujado aquí
por el relieve (movimiento orográfico), mientras que los movimientos que se producen en la atmósfera libre
tienen otras causas. Pero de todas formas es un hecho revelador.

Subidos imaginariamente en una burbuja de aire, vamos a franquear cuatro veces la montaña, con cuatro
clases de aire diferentes:

Primer caso

El aire que llega al pié de la montaña contiene agua únicamente en forma de vapor y en una cantidad muy
pequeña. Vamos a suponer que su temperatura es de 17,0ºC.
El aire se eleva a lo largo de las pendientes. Como consecuencia de ello la presión que sufre va
disminuyendo; el aire está menos comprimido y por lo tanto se expande. Esta expansión origina su
enfriamiento cuya tasa es del orden de 1,0ºC por cada 100 metros. Si suponemos que la montaña tiene
2000 metros de altura, la temperatura del aire que llega hasta la cumbre es de -3,0ºC.

A continuación, el aire baja por el otro lado. La presión que sufre va en aumento y se origina un
recalentamiento que se efectúa al mismo ritmo que el enfriamiento anterior (1,0ºC por cada 100 metros). Al
llegar al pié de la montaña vuelve a adquirir sus temperatura inicial: 17,0ºC.

De esta primera escalada es necesario resaltar tres hechos:

1º. El aire se enfría al subir, pero vuelve a su temperatura inicial al final del descenso. Las transformaciones
que sufre se saldan con un balance nulo: ni pierde ni gana calor. Estas variaciones de temperatura del aire
en movimiento se realizan de forma adiabática, es decir, sin intercambio de calor con el entorno.

2º. El índice de variación con la temperatura del aire en movimiento es de 1,0ºC por cada 100 metros si
éste aire sólo contiene agua en forma de vapor. En este caso se denomina gradiente adiabático de aire no
saturado o, simplemente, gradiente adiabático seco.

3º. Podemos observar que el gradiente térmico vertical del aire en movimiento es claramente diferente del
gradiente vertical del aire inmóvil: 10,0ºC por kilómetro.

Segundo caso

El aire tiene la misma temperatura que el caso anterior (17,0ºC). Éste sigue siendo límpido, aunque en esta
ocasión contiene una mayor cantidad de vapor de agua. Al elevarse, se enfría. A una altitud determinada
(por ejemplo a 1000 metros, donde la temperatura del aire es de 7,0ºC), de repente sucede algo: Asistimos
a la aparición de una nube. ¿Por qué?

Porque el aire solamente puede contener una pequeña cantidad de vapor de agua y admite cada vez menos
a medida que va siendo más frio. La relación entre la cantidad de vapor que el aire contiene realmente y la
cantidad máxima que puede contener a una misma temperatura definen su humedad relativa, que se
expresa en tantos por cien. En nuestro ejemplo, la cantidad de vapor de agua que el aire aceptaba con
facilidad a 17,0ºC es en definitiva la máxima a 7,0ºC. Su humedad relativa en este caso es del 100%. Se
ha alcanzado la saturación. Si el aire sigue enfriándose, el vapor de agua sobrante se transforma en
pequeñas gotas microscópicas, suspendidas en el aire por efecto del viento. En este caso se produce
la condensación, que es el paso del estado gaseoso al líquido; es decir, una nube.

Hay que advertir que esta condensación, con frecuencia, tiene un ligero retraso; entonces el aire se
encuentra en estado de sobresaturación.
Al condensarse el vapor de agua del aire no por ello deja de ascender; pero a partir del momento en que
se produce la condensación, su temperatura disminuye con menor rapidez en función de la altitud. La
condensación libera calor (el mismo calor que había originado, hace poco, la evaporación del agua sobre
el océano; éste calor de denominacalor latente). Las variaciones de temperatura se producen de ahora en
adelante según un gradiente distinto que se denomina gradiente pseudoadiabático saturado y que
denominaremos en consecuencia gradiente adiabático saturado. Éste gradiente puede variar entre 0,5ºC
y 0,8ºC por cada 100 metros. Vamos a suponer que tiene un valor de 0,6ºC.

En la cumbre de la montaña, el aire es por lo tanto menos frío que en el primer caso: Su temperatura es de
1,0ºC. Al bajar se comprime y se calienta y desaparecen las gotitas de agua. A 1000 metros de altitud la
evaporación es total; el aire vueleve a ser límpido. En el resto de la bajada, la temperatura va aumentando
según el gradiente adiabático seco. Al pié de la montaña, la temperatura del aire es otra vez de 17,0ºC.

Tercer caso

El aire que llega al pié de la montaña tiene siemjpre la misma temperatura, pero esta vez contiene mucho
más vapor de agua que en el caso anterior. La condensación de ésta se produce con mucha más rapidez:
por ejemplo a 200 metros de altitud tiene una temperatura de 15,0ºC. En la cumbre, el aire está a 4,2ºC.

Pero en el transcurso de la ascensión se produce una nueva transformación: Ha habido precipitación, ha


llovido. A pesar de las apariencias la lluvia es un fenómenos enormemente complejo. Si ha llovido quiere
decir que el aire ha perdido una parte de su agua.

Cuando el aire desciende por la otra vertiente se calienta en función del gradiente adiabático saturado. Pero
contiene menos agua que antes, es decir, hay un menor número de gotitas de agua para evaporar. Después
de bajar 1000 metros, por ejemplo, y al ser la temperatura de 10,2ºC, la evaporación es total. El
calentamiento se efectúa más tarde según el gradiente adiabático seco, a razón de 1,0ºC por cada 100
metros. Al pié de la montaña la temperatura del aire es de 20,2ºC. En otras palabras, después de pasar
sobre la montaña el aire se vuelve más cálido que antes. El calor liberado por la condensación sólo se
reabsorbe en parte por la evaporación; el "excedente" contribuye a aumentar la temperatura del aire. Este
caso es conocido por los meteorlógos como Efecto Fóehn.
Cuarto caso

En los ejemplos anteriores el aire era cálido. Pero imaginemos ahora que es bastante más frio y el aire llega
al pié de la montaña con una temperatura de 6,0ºC.

La condensación se produce, por ejemplo, a 300 metros; el aire está entonces a una temperatura de 3,0ºC.
Su temperatura, disminuyendo a continuación según el gradiente adiabático saturado, es de 0,0ºC a 800
metros. Podría pensarse que las gotitas de agua que forman la nube van a transformase en hielo, pero esto
no ocurre siempre. Con frecuencia comprobamos que ésta transformación se efectúa de una forma muy
progresiva y sólo es completa cuando la temperatura alcanza los -40,0ºC. Cuando las gotas de agua
permanecen en estado líquido por debajo de los 0ºC, se dice que están en estado de sobrefusión.

Este estado es precario. Un automovilista que atraviese la montaña, cuando llega a una altitud en la que la
temperatura es inferior a 0ºC, puede observar que su parabrisas se cubre de escarcha. De hecho, basta un
simple choque (o la presencia de impurezas en el aire) para que las gotitas de agua derretidas se
transformen instantáneamente en hielo.

Para analizar todas las transformaciones del aire posibles, hay que señalar por último que cuando éste es
muy frio el vapor de agua que contiene se transforma directamente en hielo sin pasar antes por el estado
líquido. A éste fenómeno se le llama sublimación.

Las nubes formadas por cristales de hielo aparecen a gran altitud (por encima de los 6000 ó 7000 metros)
y son fácilmente reconocibles por su aspecto sedoso y su blancura resplandeciente. Son los cirros. Las
nubes que contienen gotas de agua son más grises y se encuentran a menor altitud, aunque se sabe que
también pueden aparecer a altitudes en las que la temperatura es bastante inferior a 0ºC.

CORRIENTES OCEANICAS
Bibliografía:
CLIMATOLOGIA. J. M. Cuadrat, Mª Fernanda Pita
Wikipedia

La atmósfera y los océanos son las dos grandes envolturas de la superficie terrestre, que por su gran
movilidad responden rápidamente a los desequilibrios energéticos de todo el sistema planetario,
transportando el calor desde las latitudes más bajas a las más altas.
Una corriente oceánica o corriente marina es un movimiento superficial de las aguas de los océanos y, en
menor grado, de los mares más extensos, propiciadas por multitud de causas, entre ellas, la rotación
terrestre, los vientos constantes, la posición de los continentes y la configuración de sus costas.

El cocepto de corrientes marinas queda supeditado sólo al movimiento de las aguas en la supercficie,
mientras que las corrientes submarinas, contrarias a las primeras, no son sino la compensación de las
corrientes superfciales. Si las aguas superficiales van de este a oeste en la zona intertropical, en el fondo
del occéano las aguas se desplazarán siguiendo también el movimiento de rotación, pero en sentido
contrario.

En realidad estas corrientes siguen con gran fidelidad a los grandes flujos aéreos (ya hemos comentado
que en ambos casos se trata de fluidos), con lo cual responden a mecanismos similares. Por un lado, los
grandes movimientos aéreos ejercen un efecto de arrastre sobre las aguas superficiales, conformando en
ellas corrientes paralelas a las corrientes aéreas.

Corrientes aéreas de la superficie terrestre

El resultado de todo ello es que en torno a los paralelos 20º, -30º de ambos hemisferios se generan grandes
"norias" oceánicas, con sentido de giro horario en el hemisferio norte y antihorario en el hemisferio sur, que
son las que van a dirigir el movimiento a gran escala de las aguas marinas.

Movimientos de las masas de agua


En el Atlántico Norte, la corriente cálida nor-ecuatorial es la que inicia el circuito prolongándose por la
Corriente de Florida, que se inflexiona al contacto con la costa americana y, más tarde, por la Corriente del
Golfo (Gulf Stream), que extiende sus ramales hasta la península escandinava, en paralelo con los vientos
del oeste dominantes en estas latitudes medias. En la costa nor-oriental americana el vacío dejado por la
Corriente del Golfo es rellenado por aguas frias procedentes del polo, que constituyen las Corrientes del
Labrador y de Groelandia.
En la costa occidental del norte de Africa se genera también un vacío que va a ser rellenado por las aguas
frías de la Corriente de Canarias, pero en este caso su procedencia no es polar, sino que éstas aguas
surgen de las profundidades oceánicas, lo cual determina sus bajas temperaturas. Este afloramiento de
aguas profundas a la superficie se conoce con el término de up weeling.

La corriente nor-ecuatorial de componente E > W (que concuerda con el predominio de los vientos del este
que se registran en latitudes bajas) va a ejercer un efecto de arrastre de las aguas superficiales desde las
costas africanas hacia el interior del Océano Atlántico. El vacío dejado por este arrastre en las costas de
Africa se rellena mediante el ascenso de aguas profundas. El Up Weeling es el responsable de las bajas
temperaturas que caracterizan a la Corriente de Canarias. En el Pacífico norte se registra un circuito similar,
siendo ahora las corrientes cálidas la nor-ecuatorial y el Kuro-Shivo, y las frías las corrientes del Oyu-Shivo
y la de California.

Corrientes oceánicas

La consecuencia de todo ello es la existencia en el Hemisferio Norte de una profunda disimetría entre las
costas occidentales y orientales de los continentes. Las costas occidentales están bañadas por corrientes
cálidas en sus latitudes altas y por corrientes frías en las bajas; en las costas orientales sucede lo contrario.

En el Hemisferio Sur, los océanos Atlántico y Pacífico, presentan circuitos similares a los del Hemisferio
Norte, pero el sentido de giro es contrario a las agujas del reloj (antihorario). Ello determina el predominio
de corrientes cálidas en las costas orientales (sur-ecuatorial en América y Corriente de las Agujas en Africa.
y de corrientes frías en las occidentales (las de Humboldt, en América y la de Bengela, en Africa), las cuales
tienen una procedencia polar, pero además se prolongan hasta latitudes muy bajas por fenómenos de up
weeling similares a los registrados en las costas de Canarias y California.
El trasvase de calor realizado por estas corrientes (en especial por los ramales más septentrionales de la
Corriente de Golfo y del Kuro-Shivo) resulta fundamental para el equilibrio térmico latitudinal del planeta,
ejerciendo además una influencia considerable en las temperaturas de las zonas afectadas.

Ultimamente se ha descubierto una gigantesca corriente submarina que enlaza los océanos Atlántico, Indico
y Pacífico. Este descubrimiento ha supuesto miles de informes sobre temperatura y salinidad de las aguas,
barcos de investigación, robots submarinos e imágenes de satélites, recogidos entre 1950 y 2002.

La nueva corriente se desplaza a una profundidad de entre 800 y 1000 metros, formando un cinturón
alrededor de la Antártida. Serviría de enlace entre las aguas meridionales de los océanos Indico, Pacífico y
Atlántico, recorriendo el sur de la Isla de Tasmania donde se formaría una especie de cuello de botella.

Este fujo de agua ha sido bautizado como el nombre de Corriente de Tasmania y pondría en contacto las
grandes corrientes de las cuencas oceánicas que se mueven en sentido contrario a las agujas del reloj.

La Corriente de Tasmania sería la principal masa de agua en movimiento del océano meridional que rodea
la Antártida. En tiempos recientes éste continente ha sido identificado como el principal pulmón de la Tierra
pues absorbería una tercera parte del dióxido de carbono recogido por los otros océanos

ESCALA DE DOUGLAS
La escala de Douglas nos indica el estado de la mar de acuerdo a la altura del oleaje:

Altura de Equivalencia
Grado Denominación Aspectos del mar
las olas Beaufort

0 CALMA 0 metros La mar está como un espejo. 0

1 RIZADA 0-0.2
Mar rizada con pequeñas crestas pero sin
espuma
1y2

2 MAREJADILLA 0.2-0.5
Pequeñas ondas cuyas crestas empiezan a
romper
3

3 MAREJADA 0.5-1.25
Olas pequeñas que rompen. Se forman
frecuentes borreguillos.
4

4 FUERTE
MAREJADA
1.25-2.5
Olas moderadas de forma alargada. Se forman
muchos borreguillos.
5

5 GRUESA 2.5-4
Se forman grandes olas con crestas de espuma
blanca por todas partes
6
La mar empieza a amontonarse y la espuma
6 MUY GRUESA 4-6 blanca de las crestas es impulsada por el
viento.
7

Olas altas. Densas bandas de espuma en la

7 ARBOLADA 6-9
dirección del viento y la mar empieza a
romper. El agua pulverizada dificulta la
8y9
visibilidad.

Olas muy altas con crestas largas y rompientes.


La espuma va en grandes masas en la dirección
8 MONTAÑOSA 9-14 del viento y la superficie del mar aparece casi 10 y 11
blanca. Las olas rompen brusca y pesadamente.
Escasa visibilidad.

El aire está lleno de espuma y agua


9 ENORME + de 14 pulverizada. La mar completamente blanca.
Visibilidad prácticamente nula.
12

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