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Jiménez, C., Álvarez, B., Gil, J. A., Murga, M. A., Téllez, J. A. (2006).

Educación, diversidad de los más capaces y


estereotipos de género. RELIEVE, v. 12, n. 2, p. 261-287. www.uv.es/RELIEVE/v12n2/RELIEVEv12n2_5.htm

Revista ELectrónica de Investigación


y EValuación Educativa

EDUCACIÓN, DIVERSIDAD DE LOS MÁS CAPACES Y


ESTEREOTIPOS DE GÉNERO
[Education, diversity of the most able students and gender stereotypes]

por

Carmen Jiménez (mjimenez@edu.uned.es)


Article record Beatriz Álvarez (balvarez@edu.uned.es) Ficha del artículo
About authors Juan Antonio Gil (jgil@edu.uned.es) Sobre los autores
HTML format María de los Ángeles Murga (mmurga@edu.uned.es) Formato HTML
José Antonio Téllez (jatellez@edu.uned.es)

Abstract Resumen
This work analyses data from two consecutive studies car-
La colaboración analiza datos de dos estudios consecuti-
ried on the same sample during the academic courses:
vos sobre la misma muestra realizados durante los cursos
2000-01 and 2003-04, and its objective is to know the per-
2000-01 y 2003-04, y su objetivo es conocer las percep-
ceptions, beliefs, attitudes and values of this sample about
ciones, actitudes y valores de dicha muestra sobre la situa-
the situation of the more able students from the gender's
ción de los alumnos y alumnas más capaces desde la pers-
perspective . The sample was chosen through the criterion
pectiva del género. La muestra ha sido elegida por haber
of being students that have earned the Baccalaureate Ex-
obtenido Premio Extraordinario de Bachillerato, y se han
traordinary Award. These valuations were gathered by
recogido dichas valoraciones mediante la discusión libre
means of free discussion in small groups. In the first study
en pequeños grupos. En el primer estudio se han recogido
we also gathered their parents’ opinions, together with the
también las opiniones de sus padres y las de un grupo de
ones from a group of their baccalaureate teachers. The
sus profesores de bachillerato. Se concluye que la escuela
main conclusion drawn is that school does not attend to
no atiende a estos alumnos sino que se limita a repetir,
these kinds of students, but on the contrary, it keeps on
repetir y repetir, y que pese al avance producido hacia la
repeating and repeating, and despite of the advance to-
igualdad de los géneros, perviven estereotipos, prejuicios
wards the equality of gender, stereotypes and prejudices
y actitudes que discriminan doblemente a la mujer capaz.
that double discriminates most capable women still pre-
El avance ha sido mayor entre la población más joven y
vail. The advancement has been greater among the
más ilustrada y en los ámbitos más cultos y abiertos como
younger and more cultivated population as well as in the
la universidad y las ciudades, pero aún en ellos, persisten
most educated and open contexts like university and cities,
reductos machistas soterrados bajo lo “políticamente co-
but even in in this population and under the "politically
rrecto”.
correct”, we still find buried redoubts of machismo.

Keywords Descriptores
Attention to the diversity; education, high ability and gen- Atención a la diversidad; educación, alta capacidad y gé-
der; students’ stereotypes and attitudes, parents and teach- nero; estereotipos y actitudes de alumnos, padres y profe-
ers and gender; education and equality and gender; gender sores y género; educación e igualdad y género; estereoti-
stereotypes in the more able students. pos de género en los alumnos más capaces.

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portancia cuando se toma conciencia de que


1. INTRODUCCIÓN
la diversidad es una característica definitoria
La presente colaboración analiza datos de de las sociedades contemporáneas, y que es
dos estudios consecutivos realizados sobre de importancia radical el estudio sobre sus
los mismos alumnos en el marco de una línea orígenes, su modelado social y sus conse-
de investigación sobre Educación, alta capa- cuencias (Henin-Stout y Brown-Cheatham,
cidad y género. Su objetivo es conocer las 1999). Nacemos diferentes y nos hacemos y
percepciones, creencias, actitudes y valores nos hacen ser diferentes.
de una muestra de alumnos con rendimiento
En las ciencias sociales, la diferencia se ha
excelente, sobre la situación de los alumnos
percibido como problemática, déficit o des-
y alumnas más capaces dentro de la escuela,
ventaja y se ha actuado con políticas com-
haciendo especial incidencia en la perspecti-
pensatorias y adaptativas tomando como
va del género. La muestra ha sido elegida por
norma al grupo social dominante, o los varo-
haber obtenido Premio Extraordinario de
nes de la clase media en sentido amplio, pues
Bachillerato (PEB), y en esta colaboración
vivimos en una sociedad y cultura patriarcal
se analizan las valoraciones de los partici-
(Kincheloe y Steinberg, 1999). Sin embargo,
pantes mediante la discusión libre en peque-
hay que pasar a percibir la diferencia de gé-
ños grupos, valoraciones recogidas en los
nero, de capacidad, de cultura, de etnia, co-
cursos académicos 2000-01 y 2003-04, res-
mo lo natural en el hombre, en sus grupos y
pectivamente. Además de las opiniones de
en la evolución humana; tomar conciencia de
los alumnos, en el primer estudio se han re-
que son variaciones naturales poco comunes,
cogido también las de sus padres y las de un
habituales o frecuentes, y superar un pasado
pequeño grupo de sus profesores de bachille-
de exclusión que ha negado y niega la dife-
rato.
rencia, como si la naturaleza creara aberra-
Procederemos del siguiente modo. En pri- ciones cada vez que un individuo diferente
mer lugar esbozamos el estado de la cuestión aparece en el horizonte social (Tistone, Flo-
respecto al desarrollo evolutivo y su configu- ria y Rose, 2003). La variabilidad es propia
ración por género en los grupos con capaci- de la especie y su carácter genético es con-
dad intelectual; en segundo lugar exponemos formado y reinterpretado desde la construc-
la metodología y resultados obtenidos del ción social (Sleeter, 2003). El nuevo referen-
análisis racional de las respuestas dadas en te es que la diversidad humana enriquece y
los grupos de discusión, terminando con la requiere una educación de calidad similar
discusión y conclusiones que de ellas emer- para todos (Jiménez Fernández, 2004).
gen. La hipótesis de partida es que la escuela
2.1. Educación, alta capacidad y género
apenas si atiende la diversidad de los más
capaces y que dentro y fuera de sus muros la En las últimas décadas en los países des-
igualdad y equidad entre los géneros sigue arrollados ha tenido lugar un importante
siendo una utopía pese al avance general avance hacia la igualdad de los géneros en
producido, hipótesis que se confirma. los ámbitos educativos y sociales, pero aún
queda camino por recorrer. La interpretación
2. ESTADO DE LA CUESTIÓN dada a las diferencias de género y de capaci-
dad es esencial para decidir sobre los mode-
Atención a la diversidad, necesidades edu- los de intervención educativa y social. La
cativas especiales, escuela y sociedad inclu- revisión de estudios sobre los superdotados
sivas, equidad y excelencia en educación, el pone en evidencia el papel determinante de
dilema y desafío de la diferencia y termino- la educación en la realización de la capaci-
logías afines, forman parte del universo inte- dad. Y viceversa. La ausencia de oportuni-
lectual de las últimas décadas, y cobran im- dades y desafíos educativos adecuados, lleva

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al encubrimiento de la capacidad que no se den sutil y persistentemente de elecciones


desarrolla aunque se posea (Kerr, 1991). poco seguras. Con las hijas, el principal obje-
tivo paterno es proteger su futuro de mujer
Los estudios sobre los chicos y chicas más desvalida y, en consecuencia, apoyan su
capaces muestran algunas diferencias, que educación pero aceptan en ellas opciones
parecen estar en plena ebullición. Las muje- académicas y profesionales de alto, medio y
res evidencian más precozmente la capaci- bajo nivel, aunque las madres parecen impul-
dad; desarrollan intereses mixtos o masculi- sar silenciosamente las altas aspiraciones de
nos y femeninos; hasta la adolescencia des- las hijas capaces, tanto las madres profesio-
tacan en capacidad verbal; obtienen rendi- nales como aquellas que viven la madurez
mientos escolares similares o algo superiores desde el silencio y la desvalorización públi-
a los de los varones; muestran (¿mostraban?) cas impuestos al trabajo femenino en la vida
escaso interés en participar en programas privada (Jiménez, Aguado, Álvarez, Gil y
específicos para los más capaces por temor a Jiménez, 2002; Jiménez, Álvarez, Gil, Murga
ser socialmente rechazadas y son menos ele- y Téllez, 2005; Kerr, 2000).
gidas para participar en ellos (Daignault,
Cheryl Pohman y McCabe, 1999); elijen El rendimiento escolar femenino evolucio-
estudios de todo tipo, aunque predominen na positivamente en todos los niveles del
discretamente las Humanidades y Ciencias sistema educativo, tendiendo a superar al
Sociales. En la adolescencia sufren el dilema varón. En el caso español, desde comienzos
feminidad-capacidad, atenuado en los con- de siglo la matrícula en la universidad tiene
textos donde ha avanzado la visibilidad so- mayoría femenina en los estudios de Huma-
cial y profesional de la mujer (Kerr, 2000), y nidades, Ciencias Sociales, Ciencias de la
padecen síndromes como miedo al número y Salud y Ciencias Experimentales, en el últi-
miedo al éxito o temor a sobresalir en cam- mo caso con alguna excepción como físicas
pos tradicionalmente reservados al varón (CIDE/Instituto de la Mujer, 2001). Su avan-
(Noble, 1987; Landau, 2003). El síndrome ce ha sido menor en los estudios técnicos,
del impostor es frecuente en las mujeres pro- aunque aumenta su presencia sin prisa pero
fesionales que alcanzan éxitos elevados en sin pausa. Representan aproximadamente el
campos tradicionalmente masculinos, y se 30 por ciento de la matrícula en las universi-
refleja en la aparición de un sentimiento de dades politécnicas con variaciones que osci-
autoestima extremadamente bajo que lleva a lan entre el 40 por ciento en arquitectura y en
la mujer de éxito a minusvalorar sus mereci- torno al 8 por ciento en ingeniería civil, fe-
dos logros atribuyéndolos a terceros, y a cul- nómeno similar al ocurrido en países como
pabilizarse de los problemas que puedan Estados Unidos (Lubinski, Benbow y More-
acaecer en su vida privada (Clance, 1985). lock, 2000). Cuanto más elevado es el nivel
educativo, caso del doctorado, o más larga es
El desarrollo evolutivo de los varones ca- la carrera, caso de las licenciaturas de doble
paces sigue, al alza, el patrón convencional ciclo, mayor es el número de mujeres, muje-
masculino. Destacan en capacidad matemáti- res que repiten menos curso que los hombres
ca y espacial, en intereses científicos, les (CIDE/Instituto de la Mujer, 2001; Jiménez
gusta participar en programas adecuados a su Fernández, 2004).
capacidad, y optan mayoritariamente por
estudios científicos y técnicos. Por otra parte, En nuestro país el 67 por ciento de los jue-
los padres esperan de ellos realizaciones ces son mujeres y se constata que en el acce-
acordes con el estereotipo del hombre capaz, so a la función pública de alto nivel, la mujer
equivalente a estudios con prestigio social y encuentra uno de los terrenos más equitati-
reconocimiento económico, y tempranamen- vos para competir con el varón en función de
te les orientan en dicha dirección y les disua- la capacidad y el mérito respectivo; fuera de

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la Administración no encuentran fácilmente destaque el varón es la norma, lo correcto;


la equidad debida (Martín Serrano, 2004). En que destaque la mujer es la excepción que se
el ámbito de la universidad sólo el 13 por admite en determinadas circunstancias o sig-
ciento de los cátedras están ocupadas por nifica el castigo social para el varón y para la
mujeres, mujeres que han de mostrar con mujer, desde prismas diferenciados.
nitidez su valía y revalidarla día a día (Gar-
cía de Cortazar y García de León, 1997). Las ingenieras aparecen como mujeres
Como señalan algunos titulares periodísticos asertivas, luchadoras, que aman su trabajo y
“las mujeres no encuentran sitio en la prime- disfrutan haciéndolo bien, conscientes de que
ra fila universitaria”, o lo encuentran con valen igual que sus compañeros, consciencia
mayor dificultad que los varones. Esta última que adquieren tempranamente pues están
situación afecta al conjunto de los países acostumbradas a trabajar duro y con éxito y a
desarrollados y ha llevado a la Función Pú- despertar cierta admiración social por la op-
blica Francesa a elaborar un interesante dos- ción elegida. Son moderadamente críticas
sier sobre la paridad de género (Service Pu- con las discriminaciones que sufren las mu-
blic, 2005), pues en Francia, desde hace una jeres y no quieren trato de privilegio sino ser
larga década hay más mujeres que hombres una profesional más que como tal debe ver
en la Administración pero como en España, reconocido y apoyado su trabajo. Son cons-
están infrarrepresentadas en la función públi- cientes de que primero tienen que demostrar
ca directiva. que valen, para seguir demostrando que va-
len y hacen tanto como sus compañeros, con
Otras profesionales con prestigio como las cuyas relaciones profesionales disfrutan. Al
ingenieras, encuentran algunas dificultades ser minoría, mujeres y en un ámbito mascu-
específicas debido a su condición de fémi- linizado, están prácticamente fuera de las
nas. Un estudio sobre 56 ingenieras (López líneas de promoción y de los puestos de alta
Sáez, 2003) señala, entre otros, que durante dirección. De hecho, los compañeros las ex-
los estudios se han sentido presionadas para cluyen de los circuitos informales donde se
rendir, pues no se acepta igual que una chica cuecen los posibles ascensos, y son objeto de
pueda tardar siete o más años en una carrera las iras varoniles si estos intuyen que la em-
de seis que cuando es varón el estudiante; en presa cuenta con ellas para un puesto de ran-
el primer caso el comentario es “que hubiera go superior.
elegido una carrera más fácil”, comentario
que en el caso del chico toma el formato de 2.2. Educación, género y característi-
“pobrecito, ha elegido una carrera muy du- cas de personalidad
ra”. Durante la carrera tienen pocos referen- No resulta fácil percibir las desiguales
tes femeninos y creen que los demás las per- condiciones existentes para el logro y reco-
ciben como menos femeninas que la pobla- nocimiento del rendimiento excelente en
ción general, extremo que rechazan. De cada uno de los géneros. Acostumbrados a
hecho, el 93 por ciento de las casadas se ha concebir y percibir el mundo desde la pers-
casado con otro ingeniero, endogamia que pectiva pública del varón, el mundo que
podría tener una explicación parcial en el existe más allá y más acá de dicha perspecti-
prolongado tiempo de convivencia, y a que va es como si no existiera y careciera de va-
entre ellos se perciben mutuamente como los lor. Y no es así (Kincheloe y Steinberg,
iguales que realmente son. En otros contex- 1999). Existe otro mundo, el femenino, en
tos aún bastante amplios, la broma fácil buena parte construido socialmente como el
amenaza al varón que se casa con una mujer masculino, y que es igualmente importante
estereotipadamente definida como poco fe- para el ser y el estar de la especie humana,
menina y que profesionalmente puede valer mundo que requiere una revalorización so-
y destacar tanto o más que el varón. Que cial que reequilibre su intrínseco valor.

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Los asuntos y cambios complejos llevan su control más externo que los varones, caracte-
tiempo aunque no siempre se arreglan con el rísticas que aparecen también entre las más
tiempo. En España hasta hace un siglo las capaces cuando se comparan con sus iguales
chicas necesitaban un permiso especial para del otro género.
poder cursar los estudios de bachillerato,
requisito imprescindible para ingresar en la Jones y Smark (1995) señalan que en Re-
Universidad cuyo acceso general estuvo ve- ino Unido y a la edad de 16 años, la partici-
tado a la mujer hasta 1910, año en que se pación de chicas y chicos en programas de
promulgaría la igualdad de derechos de am- matemáticas era llamativamente despropor-
bos géneros en el acceso a todos los estudios. cionada. Sin embargo, ha habido un reajuste
Pero el reconocimiento legal no significó en la interpretación de este dato. Hace unos
igualdad real. Sin necesidad de documentar años ese decía que las chicas estaban fraca-
los prejuicios, sesgos y desigualdades exis- sando en las matemáticas cuando la realidad
tentes, podemos señalar que un importante era que no las elegían; a finales de los noven-
grupo de los profesionales que seguimos en ta se ha pasado a señalar que las chicas están
activo hemos conocido en carne propia cómo eligiendo fuera de las matemáticas porque
se diferenciaba la educación de chicos y chi- son campos que les atraen más (Lubinski,
cas en la enseñanza primaria, en el bachille- Benbow y Sander, 1993; Lubinski, Benbow
rato y en las Escuelas Normales de Maestros. y Morelock, 2000), aunque paso a paso van
En éstas se suprimían de los exámenes de las avanzando en los diferentes tipos de estu-
chicas las materias científicas; en la ense- dios. El avance parece haber ido desde los
ñanza primaria y en bachillerato el currículo estudios tradicionalmente femeninos o
femenino se diferenciaba en la misma línea y humanidades, a los más novedosos y menos
existían tempranamente materias típicamente marcados por ello por el estereotipo del gé-
femeninas como labores y hogar (Flecha, nero como económicas y empresariales, para
1996). llegar finalmente a los típicamente masculi-
nos o ciencias y estudios técnicos.
Más allá del derribo de las barreras legales,
interesa constatar como pervive el reconoci- Esta interpretación más ajustada apunta a
miento discriminado de la singularidad de los intereses y valores. Jones y Smark se
cada género, entre otras razones por el peso centran en las actitudes y revisan varias in-
de las tradiciones, instituciones, sesgos y vestigaciones para concluir que la confianza
estereotipos existentes, peso y sesgos que no es un factor clave que subyace a esta dife-
se hacen evidentes de forma rápida y lineal, rencia entre los géneros. Que se trata de una
y cuando se vuelven evidentes, tardan en ser conducta compleja, una actitud que puede y
corregidos. debe ser modificada. Las chicas como grupo
se muestran más inseguras, con más pobre
Como recogemos en otro trabajo (Jiménez autoconcepto, lo que exige una reflexión
Fernández, 2004), de un conjunto de estudios rigurosa para dar una educación no sexista ni
se desprende que a pesar de su capacidad discriminatoria de la capacidad superior. El
objetiva, las chicas dotadas tienden a tener grupo de las niñas y mujeres con capacidad
menor confianza en sí mismas y minusvalo- pagan un alto precio por el hecho de serlo
ran sus logros más que los chicos. Por ejem- pues, dado el peso de los estereotipos, a me-
plo, no dan importancia mayor a aprobar nudo se sienten atrapadas entre exigencias
bien los cursos, a ser admitidas en determi- contradictorias.
nado tipo de estudios o a conseguir una beca
o premio. En los estudios diferenciales clási- Por ejemplo, el chico inquisitivo, la mente
cos las mujeres son descritas como más de- ávida, la argumentación a las explicaciones
pendiente, con menor autoconcepto y con un del profesor, pueden servir para catalogar al

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alumno como precoz y brillante; esa misma quier ser humano. Los chicos capaces tien-
conducta en una niña puede resultar molesta den a plantearse metas elevadas y exigentes,
y percibirse como agresiva y poco femenina. pero con distinta visión y en campos limita-
Los estereotipos penetran los muros sociales dos. En cambio, las chicas brillantes tienen el
de forma sutil o descarada y saltarse ciertas riesgo de querer ser perfectas en todo lo que
normas del aula como esperar el turno para hacen e invierten una considerable energía
preguntar o contestar, es una conducta muy en intentar destacar como estudiante, como
probable en los chicos capaces y que se amiga, como mujer, como hija, como inves-
acepta mal en las chicas (Landau, 2003). La tigadora, como atleta, en lugar de fijarse ob-
falta de confianza, los sentimientos de culpa- jetivos razonables para sí mismas. El sutil
bilidad, pueden tener diversas manifestacio- sistema de premios y castigos imperante en
nes según el género. el entorno, las crisis de confianza que pueden
sobrevenirle, la falta de experiencia y la ne-
Horner (1972) acuñó el concepto de miedo cesidad de responder bien a las demandas,
al éxito, factor que afecta a una parte de las les lleva a esforzarse por tener éxito en nive-
niñas y mujeres brillantes, pues temen ser les cada vez más altos, y cuando los logran,
demasiado competentes en su trabajo y como puede sobrevenir el síndrome del impostor
consecuencia, merecer el rechazo de sus (Clance, 1985).
compañeros y no resultar atractivas para sus
parejas. Puede llevar a una pérdida de con- Muchas mujeres capacitadas tienden a con-
fianza en la propia capacidad, con efectos siderar la mediocridad en cualquier terreno
devastadores si ocurre en los años de las op- como un desvalor propio, y el rechazo de una
ciones académicas que marcarán el futuro de oportunidad como una pérdida de posibilida-
su trayectoria académica y profesional. des, un fracaso en último término. Asimismo
experimentan un profundo sentido de inade-
Este tipo de factores pueden ser controla- cuación que suele manifestarse con una men-
bles al estar relacionados con la expectativa talidad de "impostora", expresada por una
de éxito, la confianza en la propia capacidad ansiedad permanente de que la propia facha-
y el valor incentivo de la tarea, característi- da de la competencia sea descubierta tenien-
cas ligadas al rendimiento de las mujeres do como resultado la humillación y el fraca-
brillantes. De hecho, en los ámbitos más evo- so. Reacción al éxito que afecta en menor
lucionados en donde la visibilidad profesio- grado al grupo de los hombres brillantes, que
nal de la mujer es mayor en los diferentes tiende a atribuir sus logros a la capacidad y
órdenes de la vida, y donde además se perci- al esfuerzo y, secundariamente, a factores
be su presencia con relativa normalidad, el externos. Se trata de una conducta aprendida,
miedo al éxito y el temor a las matemáticas alimentada por los otros significativos en sus
desaparece entre las jóvenes, para permane- vidas, y puede aparecer también entre las
cer activo en los medios más cerrados y me- mujeres que han sido capaces de abrirse paso
nos cultivados (Alfeld y Corine, 1999; Ben- en profesiones no excesivamente cualifica-
bow, 1992; Jiménez, Álvarez, Gil, Murga y das, pero significativas en su medio por ser
Téllez, 2005). propias del varón y significar un logro social
(Elejabeita Tavera, 2003).
Otras características como el perfeccionis-
mo y el síndrome del impostor parecen afec- Finalmente señalar que se apunta a que en
tar particularmente a la población femenina la adolescencia y juventud la población fe-
más capaz. El perfeccionismo puede definir- menina, debido a su socialización diferen-
se como el establecimiento de metas muy cial, tiende a planificar y prever menos su
altas en los diferentes campos de la vida, lo futuro, pues incluso las chicas brillantes po-
que a la larga resulta insostenible para cual- drían adolecer de un visión realista de lo que

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es el futuro de la mujer adulta, de las imposi- ejemplo, algunas chicas con buen rendimien-
ciones que plantean las realidades económi- to no ven mayor dificultad para un futuro
cas, familiares y sociales de la vida, e ignorar profesional que sueñan brillante, en la inte-
el hecho de que un buen número de ellas rrupción de los estudios y de la carrera pro-
tendrán que autogobernarse y autofinanciarse fesional durante unos cuantos años, y en
o hacer lo propio con otros miembros de su términos crudos no es así. La situación no
familia. Quizá sea este un terreno en el que parece haber mejorado en el siglo XXI, es-
el revisionismo es mayor y en el que el peso pecialmente en el caso de la empresa priva-
de los estereotipos y mensajes ambivalentes da.
están en plena ebullición y en plena confu-
sión. El hecho de que siempre haya sido el Hay una característica que algunos han de-
varón el responsable de la familia, es un dato nominado estilo de vida (Lubinski, Benbow
que sigue vivo en determinados contextos, al y Sanders, 1993) y que lo destacan respecto
tiempo que los importantes cambios ocurri- de los intereses y valores pues podría ser el
dos sobre la igualdad de los sexos da pié a pivote sobre el que se organiza la estructura
pensar y postular otro tipo de responsabili- personal, vocacional y social de los géneros.
dad. Y lo hacen desde la reconceptualización del
programa SMPY (Study of Matematically
Debido a estos y otros factores, muchas Precocius Youth) por entender que las elec-
chicas crecen confiadas en que llegará al- ciones sobre el estilo de vida podrían ser el
guien que se ocupará de ellas, sin pararse a aspecto más crítico para comprender las dife-
pensar en las implicaciones profesionales de rencias de género, pese a que apenas si están
sus opciones curriculares, por lo que algunos documentadas pues no son típicamente eva-
autores denominan esta característica como luadas en los cuestionarios estandarizados de
síndrome de cenicienta. Por su parte, los intereses y valores. Probablemente ejercen
varones brillantes crecen con mayor con- un fuerte efecto en las diferencias de género,
ciencia de que tienen que planificar una ca- aún en disciplinas en las cuales chicos y chi-
rrera profesional para toda la vida, y hacen cas son proporcionalmente comparables en
elecciones más sólidas, de mayor alcance y términos de sus expedientes académicos. Se
más apropiadas, entre otras razones porque el refieren a si proyectan trabajar a tiempo
contexto familiar les impele a ello desde completo cuando sean adultos y a como con-
edades tempranas, si bien en el caso de los ceptualizan éticamente el mundo cada uno de
estudiantes con rendimiento elevado y buena los géneros.
capacidad, los padres apoyarían a la par las
altas aspiraciones académicas de hijos e hijas En las tres primeras cohortes del SMPY (el
(Jiménez, Álvarez, Aguado, Gil y Jiménez, programa nació en 1971 y sigue vivo) más
2001), y ellas mismas parecen haber desarro- del 95 por ciento de los chicos planificaba
llado una clara conciencia de la propia auto- hacer una carrera superior y dedicarse a su
nomía personal y señalan que es discrimina- trabajo a tiempo completo, mientras que me-
ción no ser igualmente exigentes con el ren- nos de la cuarta parte de ellos esperaba que
dimiento y las opciones curriculares de hijos hiciera lo mismo su futura esposa, y más de
e hijas, extremo este en el que coinciden los la mitad esperaba que ésta dejase de trabajar
varones (Jiménez, Álvarez, Gil, Murga y cuando tuviera hijos. Por su parte, no todas
Téllez, 2004, 2005). las chicas con talento matemático planifica-
ban realizar estudios superiores; aproxima-
Esta falta de planificación y realismo tiene damente la mitad de las que pensaban hacer-
que ver asimismo con su visión de los estu- lo esperaban dedicarse a su profesión ininte-
dios universitarios y postuniversitarios, la rrumpidamente aunque veían en los hijos un
profesión, el matrimonio y los hijos. Por problema, y el 50 por ciento restante se dis-

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tribuía en partes casi iguales entre dedicarse dad de la mujer; de democratización de la


al trabajo a tiempo parcial y abandonar este vida doméstica y de compromiso y pacto
cuando tuvieran hijos, porcentaje que ha social entre hombre y mujeres en los distin-
permanecido estable a lo largo de dos déca- tos órdenes de la vida. Un ejemplo vale más
das. Son las alumnas que piensan dedicarse a que mil palabras, y los chicos y chicas que
tiempo completo a su profesión las más par- consideramos perciben con nitidez los dobles
tidarias de la aceleración de los estudios y de lenguajes, las contradicciones y ellos y ellas
cursar una carrera superior (Fox y Zimmer- dudan sobre sus opciones personales más
man, 1988; Webb, Lubinski y Benbow, profundas.
2003).
En una publicación anterior (Jiménez, Ál-
Pese a los cambios producidos en los últi- varez, Gil, Murga y Téllez, 2005) expone-
mos años no hay que hipersimplicar la situa- mos la situación y evolución de la muestra
ción. Si las chicas estudiadas en los años que ahora consideramos en las dimensiones
setenta narran frustraciones tempranas a la intelectiva, aptitudinal y de personalidad
hora de obtener juguetes de construcción o desde la perspectiva del género, medidas
de química o de explorar el entorno libre- estas dimensiones a través de tests tipifica-
mente, y al mismo tiempo han experimenta- dos y de cuestionrios ad hoc. Simplemente
do una fuerte ayuda y altas expectativas de apuntar que el único ámbito donde existen
sus progenitores, los chicos y chicas actuales algunas diferencias significativas, es preci-
encuentran una sociedad más abierta e igua- samente en el mundo de los intereses, valo-
litaria pero también conflictos sin resolver res y prioridades; por lo demás, chicos y
que se han agudizado, aunque se expresen de chicas aparecen como personas seguras,
forma sutil y ambigua. El importante avance asertivas, con ambición y expectativas, com-
de la mujer como trabajadora, el descenso de prometidas con su tiempo y con un discurso
los índices de natalidad, la resistencia a de- de igualdad y equidad entre los géneros, que
mocratizar los distintos órdenes de la vida y encierra avances y contradicciones, como
la constatación de que las altas profesionales esperamos mostrar.
suelen darse con más frecuencia entre las
solteras y las separadas, crean conflictos en 3. MÉTODO
los hombres, en las mujeres y en sus entor-
nos y son percibidos por los hijos. Pasamos a presentar el análisis de las res-
puestas dadas por alumnos, padres y profeso-
Actualmente la legislación trata de facilitar res a los temas planteados en los grupos de
la conciliación de la vida familiar y profesio- discusión en el primer estudio, y que giran en
nal en varones y mujeres, y es esta nueva torno a cómo se contemplan los alumnos más
mentalidad la que presenta los alumnos PEB capaces desde el sistema educativo y a cómo
como veremos a continuación. Mentalidad perciben la igualdad de los géneros en distin-
de cambio en determinados aspectos, que se tos ámbitos vitales. Los datos del segundo
constata asimismo en las opiniones expresa- estudio se refieren sólo a los alumnos y a sus
das por varones y mujeres de primero de opiniones y valoraciones de la igualdad y la
carrera y con rendimiento excelente (Jimé- equidad entre los géneros en los diversos
nez, Álvarez, Gil, Murga y Téllez, 2006). órdenes de la vida.

No obstante, no es indistinto que desde los 3.1. Población y muestra


ámbitos más reflexivos en los últimos años Queremos destacar de entrada que se trata
se prefiera hablar de estudios sobre el género de una población singular o la de los alum-
en lugar de estudios sobre la mujer; de igual- nos que han obtenido Premio Extraordinario
dad de hombres y mujeres en lugar de igual- de Bachillerato (PEB) en la Comunidad de

Revista ELectrónica de Investigación y EValuación Educativa [ www.uv.es/RELIEVE ] pag. 268

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