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Demoler autopistas para recuperar ciudades

Por José Brakarz - 1 de mayo de 2014, 2:42 pm

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La demolición de la autopista Perimetral en Río, 20 de abril 2014. Foto de Ricardo


Moraes, Reuters

Esta semana la municipalidad de Río de Janeiro demolió una autopista aérea que
cruzaba el área del puerto. A pesar de que era una de las arterias principales de la
ciudad, sucumbió ante un proyecto de revitalización que busca devolver esta área a los
ciudadanos. Esta acción no es aislada. Demoler infraestructura para automóviles, que
fue construida en el pasado sin consideración con el paisaje urbano, es una tendencia
que gana adeptos en la medida en que alcaldes y residentes priorizan la calidad de vida
en sus ciudades.

Algunos ejemplos notables de esta cruzada por rescatar los espacios urbanos son:

1) SAN FRANCISCO

El terremoto de 1989 dañó la doble autopista aérea sobre el embarcadero (Embarcadero


Freeway) que recorría el borde costero. El debate sobre demolerla ya existía, pero el
cierre por los daños comprobó que sin ella el tráfico vehicular funcionaba
perfectamente. En 1991 fue demolida, y ahora existe en ese espacio un parque peatonal
entre el Ferry’s Building y el Fisherman’s Warf, una de las destinaciones preferidas para
turistas y residentes.
El Embarcadero de San Francisco en 1974. Foto “The Horror” de James Aaron Dillon.

El edificio del Ferry hoy. Foto de Eric Hunt.


San Francisco antes y después

2) SEÚL

El parque Cheonggyecheon en el centro de Seúl es otro ejemplo de restauración urbana


tras la demolición de una autopista. En el periodo de la post-guerra, el río
Cheonggyecheon fue cubierto primero con concreto y luego con una autopista aérea. En
2003 la ciudad decidió sacar la autopista y crear un espacio urbano en la ribera del río,
lo que a su vez produjo una revitalización del centro de la ciudad. Ha sido un rotundo
éxito por la atmósfera agradable y animada, el positivo impacto ambiental, y por el
aumento del valor de las propiedades aledañas. Con este proyecto, la ciudad ganó una
reputación de audacia en los proyectos urbanos y de determinación para enfrentar a los
grupos de interés que buscaban mantener el statu quo.

La ribera del río Cheonggyecheon hoy

La ribera del río es hoy un espacio de animación y confluencia. Foto de iweatherman


Seúl antes y después

Seúl antes y después

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha apoyado varios proyectos de


revitalización con énfasis en transformar el espacio urbano en áreas dinámicas, con
vida, donde los residentes puedan congregarse e interactuar. Los ejemplos incluyen el
proyecto “Orla Morena” en la ciudad de Campo Grande, Brasil; el proyecto de
revitalización del Centro Histórico de Quito, en Ecuador; y la Plaza Roosevelt en São
Paulo. Una característica común de estos proyectos es la reducción del flujo vehicular
para dar espacio a los peatones y los ciclistas. A pesar de las reacciones iniciales de
comerciantes y automovilistas, los problemas de tráfico han sido minimizados, ya sea
por desincentivar el flujo vehicular en zonas céntricas, o mejorando sustancialmente el
transporte público.

La tendencia es clara: el automóvil debe ceder espacio a los ciudadanos. Aunque las
autopistas parezcan imprescindibles para el tráfico vehicular, siempre hay alternativas
mejores al alcance de la mano. El ingrediente que falta para recuperar las ciudades es
clave: el coraje de alcaldes y autoridades.

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