You are on page 1of 30

Calidad del Agua

Alicia Fernández Cirelli1, 2


1
Centro de Estudios Transdisciplinarios del Agua (Instituto UBA/INBA-
CONICET). Av. Chorroarín 280, CP1427 Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
Argentina.
2
CONICET.
afcirelli@fvet.uba.ar

El agua cubre más del 70 % de la superficie del planeta; se la encuentra en


océanos, lagos, ríos; en el aire, en el suelo. Es la fuente y el sustento de la
vida, contribuye a regular el clima del mundo y con su fuerza formidable
modela la Tierra. Posee propiedades únicas que la hacen esencial para la
vida. Es un material flexible; es un solvente extraordinario por la variedad
de sustancias que puede disolver; es un reactivo ideal en muchos procesos
metabólicos; tiene una gran capacidad calorífica y, por lo tanto, un cuerpo
de agua puede tener un efecto estabilizante sobre la temperatura de las
regiones geográficas cercanas. Tiene la propiedad de expandirse cuando
se congela, hecho que permite que el hielo flote. Los océanos dan cuenta
de ca. 97,5 % del agua del planeta. Únicamente un 2,5% es agua dulce.
Los glaciares, la nieve y el hielo de los cascos polares representan casi
el 80% del agua dulce, el agua subterránea 19% y el agua de superficie
accesible rápidamente sólo el 1%. Esta baja cantidad de agua de super-
ficie fácilmente accesible, se encuentra principalmente en lagos (52%) y
humedales (38%).

Los procesos químicos se encuentran por doquier en el mundo que nos


rodea y han tenido lugar en el planeta desde el inicio mismo de su existen-
cia. En tiempos recientes, el hombre y sus actividades se han convertido en
factores a tener en cuenta sobre el equilibrio natural del medio. El estudio
detallado de los procesos químicos involucrados es de vital importancia
para conocer el estado de integridad o de deterioro de los diferentes siste-
mas, realizar diagnósticos, prevenir daños y elaborar soluciones.

35
La Química Ambiental consiste en el estudio de: fuentes, reacciones, trans-
porte, efectos y destinos de las especies químicas en los tres medios: agua,
aire y suelo. Los problemas químicos ambientales suelen ser de naturaleza
compleja y el análisis químico requiere bajos límites de detección.

El estudio de las aguas o Hidrología se divide en dos ramas: la Limnolo-


gía, que estudia las características, físicas, químicas y biológicas del agua
dulce y la Oceanografía, que estudia los océanos y sus características físi-
cas y químicas.

Los cuerpos de agua presentan distintas especies químicas en solución.


Cuando una sustancia, que puede ser sólida, líquida o gaseosa, llamada
soluto se distribuye de forma homogénea en un líquido, se obtiene una
solución. Una medida de la cantidad de una determinada sustancia (ya
sea de origen natural o un contaminante) presente en aguas naturales es
la concentración. La concentración puede expresarse como porcentajes,
que pueden estar referidos a datos en peso o en volumen. Este tipo de in-
formación también puede darse como masa por unidad de volumen, como
por ejemplo, miligramos por litro (mg/L), que es la forma mas frecuente
de expresión cuando hablamos de concentraciones de diferentes solutos
en agua. Si consideramos que 1 L de agua pesa 1.000 g y que la masa de
soluto es despreciable, una concentración de 2 mg/L se convierte en 2
mg/1.000g, es decir 2 ppm o partes por millón:

Un caso particular de la expresión de concentración de una especie quí-


mica es la concentración de iones hidrógeno. De acuerdo con la defini-
ción de Lowry-Brönsted, un ácido es una sustancia que produce iones H+,
mientras que una base los acepta (o bien produce oxhidrilos). Dado que
las magnitudes de molaridad de protones ([H+]) se mueven en un amplio
rango de órdenes de magnitud, es más conveniente la utilización de un
parámetro más manejable, el pH, que se define como: pH = - log [H+]

36
Composición de las aguas naturales: iones mayoritarios, minoritarios
y trazas

La salinidad total de las aguas superficiales continentales está determina-


da normalmente por la presencia de los cationes sodio, calcio, magnesio
y potasio y de los aniones cloruros, sulfato y bicarbonato-carbonato. La
media mundial de salinidad de las aguas continentales es de alrededor de
120 mg/L pero varía de un continente a otro y se debe principalmente a
los procesos de meteorización de rocas de la cuenca de drenaje, a la pre-
cipitación atmosférica y al equilibrio precipitación-evaporación. A su vez,
la meteorización se produce mayormente como consecuencia de procesos
de disolución, hidrólisis, de óxido reducción y de formación de complejos
con sustancias inorgánicas u orgánicas.

Las relaciones de equivalentes entre los principales iones en el orden mun-


dial, tienden a ser, Ca2+ > Mg2+ > Na+ > K+ y HCO3- > SO42- > Cl-, aunque
en regiones costeras estas relaciones pueden variar significativamente.
Las concentraciones de K+ y Cl- son relativamente conservativas, es de-
cir sufren pequeñas variaciones inducidas por cambios ambientales o por
su utilización por seres vivos. En cambio, las concentraciones de HCO3-,
el SO42- y el Ca2+ dependen de procesos de precipitación-disolución, del
metabolismo microbiano y de cambios climáticos. Algunos elementos mi-
noritarios como el silicio, el nitrógeno, el fósforo, el hierro, tienen una
gran importancia desde el punto de vista biológico, aunque no influyen en
forma significativa en la salinidad de un cuerpo de agua. La rapidez de los
procesos biológicos, en contraste con los procesos físico-químicos, hace
que el tiempo de residencia de estos nutrientes en los cuerpos de agua sea
mucho menor que el de los iones responsables de la salinidad.

En general, un elemento es considerado minoritario en medios naturales


cuando su concentración está comprendida entre el 1 y el 0.01 %, de la
misma manera, se denomina traza al elemento cuya concentración es me-
nor del 0,01 %.

37
Calidad del agua para distintos usos

La disponibilidad de agua es de suma importancia para la vida y el des-


envolvimiento económico de cualquier región del mundo. Los recursos
disponibles deben repartirse entre numerosos usuarios además de tener en
cuenta las necesidades del medio ambiente. Durante muchos años, todos
los recursos eran considerados disponibles para cualquier uso antrópico,
sin tener en cuenta la calidad o las necesidades para los usos ambientales.
Cuando se considera la distribución del agua entre los distintos usuarios,

Ríos Ca Mg Na K Cl SO4 HCO3 STD


ppm ppm ppm ppm ppm ppm ppm ppm
Norte América
Mississippi 34.0 8.9 11.0 2.8 10.3 25.5 116.0 208.5
Mackensie 33.0 10.4 7.0 1.1 8.9 36.1 111.0 207.5
Columbia 19.0 5.1 6.2 1.6 3.5 17.1 76.0 128.5
Colorado 83.0 24.0 95.0 5.0 82.0 270.0 135.0 694.0
Grande 109.0 24.0 117.0 6.7 171.0 238.0 183.0 848.7
Europa
Danubio 49.0 9.0 9.0 1.0 19.5 24.0 190.0 301.5
Rhin(superior) 41.0 7.2 1.4 1.2 1.1 36.0 114.0 201.9
Sud América
Amazonas(inferior) 5.2 1.0 1.5 0.8 1.1 1.7 20.0 31.3
Orinoco 3.3 1.0 1.5 0.7 2.9 3.4 11.0 23.8
Paraná 5.4 2.4 5.5 1.8 5.9 3.2 31.0 55.2
África
Congo 2.4 1.3 1.7 1.1 2.9 3.0 11.0 23.4
Niger 4.1 2.6 3.5 2.4 1.3 1.0 36.0 50.9
Nilo 25.0 7.0 17.0 4.0 7.7 9.0 134.0 203.7
Asia
Yangtze 45.0 6.4 4.1 1.2 4.1 17.9 148.0 226.7
Mekong 14.2 3.2 3.6 2.0 5.3 3.8 58.0 90.1
Ganges 24.5 5.0 4.9 3.1 3.4 8.5 105.0 154.4
Promedio mundial 14.7 3.7 7.2 1.4 8.3 11.5 53.0 99.8

38
la agricultura aparece como el sector de mayor demanda. Las dos terceras
partes de los recursos hídricos se destinan al uso agrícola, con una deman-
da creciente para el turismo, usos urbanos e industriales, compitiendo por
un acceso a un recurso cada vez menos disponible.

Normalmente los recursos hídricos se obtienen de aguas superficiales o de


aguas subterráneas. El uso de unas u otras depende de muchos factores, ini-
cialmente de la disponibilidad de cada recurso. Normalmente las aguas su-
perficiales ofrecen cantidades mayores de agua a corto plazo, mientras que
las subterráneas son un recurso más constante, al menos a mediano plazo.

Existen variadas áreas en el mundo donde la demanda de agua supera la


oferta. En ellas se apela a los recursos no convencionales, como por ejem-
plo el agua de lluvia, usada como recurso desde la época bíblica. Otra
solución frecuente consiste en la desalinización del agua de mar o el tra-
tamiento del agua residual. Otras soluciones son las aguas de escorrentía
y el agua procedente del rocío o escarcha. Existe una relación estrecha
entre el uso de aguas residuales sin tratar y los problemas sanitarios. La
creciente competencia por el agua está llevando a un mejor uso de este
enorme recurso.

El agua es usada para muchas finalidades y en cada caso se requiere una


calidad particular, siendo importante no utilizar agua de calidad superior
para un uso que no lo requiera.

El aprovisionamiento de agua para uso doméstico es el más exigente, en


términos de calidad y seguridad del suministro. La calidad de agua tiene
consecuencias directas en salud humana, situación que se torna más grave
por la demanda creciente. El agua potable es necesaria para la vida, para la
salud y para una existencia productiva. La salud humana depende no sólo
de la cantidad de agua suministrada, sino principalmente de la calidad.
Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), casi la cuarta parte
de las camas disponibles en los hospitales del mundo están ocupadas por
enfermos cuyas dolencias se deben a la insalubridad del agua.

39
La Década Internacional del Agua Potable y Saneamiento de las Naciones
Unidas, en los años ochenta, fue proclamada por la Conferencia del Agua de
las Naciones Unidas (Mar del Plata, 1977). Se enfocó en el mejoramiento
de la salud pública mediante la ampliación de la cobertura de servicios,
bajo el lema: “agua y saneamiento para todos”. Si bien hubo grandes avan-
ces y las metas se reiteraron en 1990, aún quedan sectores sin acceso a agua
segura y la situación es aún más critica en lo referente a saneamiento.

La población mundial asciende a 7000 millones, de los cuales 1500 mi-


llones no beben agua potable y 2800 millones no tienen acceso a medios
de saneamiento.

La Asamblea General de las Naciones Unidas, en 2010, estableció el derecho


al agua potable y saneamiento como un derecho humano esencial para el pleno
disfrute de la vida y de todos los derechos humanos.

En las últimas tres décadas, se incrementó la preocupación por la pro-


ducción, uso y destino final de numerosos productos químicos empleados
en la industria, agricultura, ganadería, medicina, etc. Las investigaciones
realizadas han demostrado que estas sustancias pueden incorporarse en el
medio ambiente, dispersarse y persistir en extensiones mucho más grandes
que las esperadas. Algunas de ellas, como por ejemplo los agroquímicos y
en particular los plaguicidas, son esparcidos intencionalmente sobre vastas
regiones para proteger los distintos tipos de cultivos de plagas; otras, como
los subproductos industriales, son vertidas al agua o al aire de manera di-
recta o indirecta.

Los productos farmacéuticos y cosméticos, son elementos importantes


dentro de la vida moderna, y se emplean tanto en la medicina humana
como veterinaria. Estas sustancias, se incorporan a las aguas superficiales
a través de los residuos cloacales, que pueden estar o no tratados previa-
mente, en forma directa. La eficiencia del tratamiento de las aguas residua-
les, no permite eliminar totalmente este tipo de compuestos; por lo tanto,
pueden alcanzar las aguas superficiales con relativa facilidad.

40
Algunos de los potenciales problemas que puede provocar esta contamina-
ción, denominada silenciosa, son: procesos fisiológicos anormales, dismi-
nución de la capacidad de reproducción, aumentos de los casos de cáncer,
desarrollo de cepas bacterianas con extremada resistencia a los antibióti-
cos, potencial incremento de la toxicidad de los compuestos presentes en
el medio ambiente por efectos sinérgicos. Los efectos pueden acumularse
de manera lenta sin poder detectarse, de allí su denominación silenciosa,
hasta un determinado nivel donde los efectos se evidencian y producen
cambios irreversibles por efecto cascada.

El agua potable es normalmente garantizada por las autoridades, y su exis-


tencia es absolutamente esencial para asegurar la presencia de población en
un lugar determinado. Existen normativas de calidad que se deben cumplir
para el agua potable en todos los países y ésta no puede provenir de cualquier
fuente. La definición legal de agua potable consiste en proporcionar una lista
de compuestos y asociarlos con un nivel tolerable. Desde el punto de vista
práctico, la cantidad de sustancias seleccionadas debe ser limitada. En las le-
gislaciones de los diferentes países se consideran entre 80 y 130, a pesar de
que se sabe que el número de compuestos sintéticos que el hombre maneja es
mayor que 70000, y para muchos de ellos se desconoce el grado de toxicidad.
De esta manera, aún cuando un agua pueda cumplir con las normas de pota-
bilización no se puede asegurar que no exista algún otro contaminante. Cabe
mencionar, que los criterios de calidad para agua potable han sido desarrolla-
dos tomando en cuenta el empleo de agua de primer uso o sin contaminación
por tóxicos sintéticos.

Con el 15% del comercio mundial los productos agrícolas y comestibles son
uno de los vectores básicos del intercambio del agua. La disminución de la ca-
lidad del agua utilizada en agricultura está causando lentamente una disminu-
ción de la productividad de los sistemas agrícolas. Hay otras consideraciones
que derivan de la capacidad contaminante de la agricultura, como el exceso de
fertilización, del uso de plaguicidas y de una gestión deficiente de los residuos
ganaderos, biosólidos y otros residuos aplicados al suelo. El uso de agua en
ganadería como bebida animal debe cumplir normas de calidad para no poner

41
en riesgo la salud de los animales y ante el riesgo que ciertos elementos tóxi-
cos puedan ser transferidos a la cadena agroalimentaria.

Las industrias requieren en mayor o menor medida agua para sus procesos
y los vertidos son una fuente de contaminación, ya que se realizan muchas
veces sin tratamiento a las corrientes de agua, estuarios y mar. La industria
es también una fuente de fósforo y nitrógeno, pero en menor proporción
que las aguas residuales municipales y agrícolas. Las industrias alimenta-
rias y agroalimentarias, proveen grandes cantidades de materia orgánica
residual. El origen de la emisión de muchos microcontaminantes es indus-
trial. Las aguas de refrigeración de las industrias producen contaminación
térmica, ya que retornan al medio acuático a mayor temperatura en gran-
des cantidades, causando una disminución de la solubilidad del oxígeno.
La minería es una industria extractiva que requiere grandes volúmenes de
agua y que trae aparejados problemas de acidificación.

El uso del agua para fines recreacionales está siendo cada vez más im-
portante, ya que el aumento del nivel económico, permite a la comunidad
realizar más actividades de ocio. En el caso de las actividades que impli-
can contacto directo del hombre con el agua, su calidad es más importante
que su cantidad.

La generación de energía hidroeléctrica produce impactos sociales y ambien-


tales, considerando la reinstalación de la población que vive en las zonas que
se inundarán, la pérdida de tierras fértiles, los bosques, la destrucción del
paisaje causado por las instalaciones y el efecto sobre la flora y la fauna, en
general. También puede acarrear conflictos entre los distintos usuarios del
agua, por ejemplo entre generación de electricidad y uso agrícola. Las conse-
cuencias ecológicas son difíciles de prever y pueden ser muy complejas.

El agua envasada ha generado durante la última década una importante


industria, creando un negocio específico. La Unión Europea, por ejemplo,
define al agua mineral como agua subterránea, con una calidad de acuerdo
a las leyes y normas respectivas, sin necesidad de tratamiento.

42
Deterioro de la calidad del agua

El deterioro de la calidad del agua es un gran problema que va en aumento, y


es considerado uno de los principales problemas ambientales. Las principales
causas, tanto para el agua dulce como la salada, son los vertidos incontrolados
de las aguas residuales urbanas e industriales, muchas veces sin tratamiento,
asícomo las prácticas agrícolas deficientes. La contaminación atmosférica,
la acumulación de sustancias químicas en suelos y sedimentos, el exceso de
bombeo de aguas subterráneas, la minería y otras industrias de extracción, la
destrucción de zonas pantanosas, también contribuyen a su deterioro.

Los principales efectos que produce el agua contaminada en el medio am-


biente son: contaminación microbiológica del agua, con la transmisión
hídrica de enfermedades; pérdida de los ecosistemas acuáticos; riesgo de
infecciones crónicas en el hombre, asociadas a la contaminación química;
pérdida de la capacidad productiva en suelos regados, a causa de procesos
de salinización: pérdida de la reserva de proteínas de los peces; pérdida de
suelos por erosión.

Se puede considerar que casi todos los usos pueden contaminar el recur-
so y convertirlo en no disponible para otros usos, siendo indispensable
un tratamiento.

Hay que considerar que no todos los problemas de calidad de agua son úni-
camente consecuencia del impacto del hombre. Las características geoquí-
micas naturales pueden aportar cantidades elevadas de hierro reducido,
fluor, arsénico y sales a las aguas subterráneas, reduciendo su uso como
agua de bebida. Las erupciones volcánicas y sus consiguientes torrentes
de lava, las inundaciones y sequías pueden provocar un deterioro local y
regional del ambiente acuático. No obstante, cualquiera de estos eventos,
impacta menos que cualquier actividad desarrollada por el hombre.

Los principales contaminantes son: amplia gama de compuestos orgáni-


cos e inorgánicos procedentes de fuentes puntuales urbanas, industriales,

43
mineras, áreas militares, vertederos de escombros (basureros) y de pro-
cesos de acidificación. En el caso de las aguas subterráneas, cabe men-
cionar también lixiviación de nitratos y plaguicidas, sales originadas por
intrusiones de origen marino; sales procedentes del uso de aguas salinas
para regar; y para aguas superficiales: compuestos orgánicos e inorgánicos
procedentes de áreas de ganadería; nutrientes de origen difuso, en áreas
agrícolas y urbanas; contaminantes derivados de problemas de eutrofiza-
ción; filtraciones de embalses. En todos los casos el exceso de captación
contribuye a incrementar los efectos de la contaminación.

Es posible establecer una diferencia entre la contaminación de origen pun-


tual y la de origen difuso o no puntual, en función de la forma de llegada a
la fuente de agua. La contaminación de origen puntual es fácil de detectar
y es posible limitarla. En cambio, no es posible afirmar lo mismo sobre
la contaminación de origen no puntual, que proviene en gran parte de la
agricultura y de los habitantes rurales. Los contaminantes agrícolas, con
los sedimentos provenientes del suelo erosionado, el fósforo adsorbido a
las partículas del suelo, las bacterias en suspensión, los nitratos disueltos y
otros minerales y los plaguicidas en suspensión o soluciones no se pueden
asociar fácilmente con una fuente u origen concreto.

Tanto en un caso como en el otro, lo que se produce es una degradación


del recurso. Normalmente se intenta primero solucionar el problema de
las fuentes puntuales, para después establecer una estrategia de limitación
de las fuentes no puntuales. El manejo de las fuentes de contaminación
puntuales se soluciona con medidas estructurales, donde la limitante nor-
malmente es económica. En el caso de las fuentes no puntuales, deben
aplicarse medidas no estructurales de difusión y concientización.

Indicadores de calidad

El concepto de calidad de agua es complejo y difícil de definir. Hay dos


aspectos que son intrínsecos al agua: ¿qué contiene? ¿en qué cantidad?

44
El tercer aspecto es extrínseco: cada uso del agua requiere una calidad
determinada.

Un indicador es la manifestación o traducción de una cualidad o propie-


dad del objeto de la evaluación. Nuestro objeto de evaluación es la calidad
del agua. Utilizaremos parámetros físicos, químicos y biológicos como
indicadores de la calidad.

Entre los indicadores físicos describiremos: turbidez; sólidos en suspen-


sión; color; olor y sabor; temperatura y conductividad.

La materia presente en el agua se puede encontrar disuelta, en suspensión


(particulada) o coloidal. La turbidez es un parámetro usado habitualmente
en aguas naturales como indicador de la presencia de sólidos, especial-
mente coloidales. Proviene de la erosión y transporte de materia coloidal
(arcilla, fragmentos de roca, sustancias del lecho, etc.) por parte de los ríos
en su recorrido, de los aportes de fibras vegetales y de los aportes de aguas
residuales domésticas o industriales que puedan recibir (ej: jabones). Se
mide la extensión con la que un rayo de luz es reflejada en su paso por
el agua con un ángulo de 90°. Esta reflexión se produce debido al efecto
Tyndall que caracteriza a los sistemas coloidales.

La presencia de color indica la existencia de sustancias extrañas. Parte


puede deberse a materia en suspensión y parte a la presencia de sustancias
disueltas. Fundamentalmente lo producen compuestos orgánicos de origen
natural (taninos, ácidos húmicos, etc.) o artificial aportados por vertidos de
industrias. Se determina por métodos espectrofotométricos, analizando el
color de la luz que atraviesa una muestra de agua previamente filtrada para
poder determinar el color verdadero.

Las aguas naturales pueden contener disueltos compuestos que les confie-
ren olor y sabor. Estos parámetros son muy sensibles a las apreciaciones
personales y es difícil sistematizar las medidas.

45
La temperatura afecta la mayoría de los procesos biológicos que tienen lu-
gar en los ecosistemas acuáticos. Afecta la solubilidad de los gases disuel-
tos en el agua. Las variaciones de temperatura del agua se producen debido
a las variaciones de la temperatura ambiente originadas en el ciclo natural
de las estaciones. El impacto antropogénico más importante es el uso del
agua como elemento refrigerante, especialmente en las centrales térmicas.

La conductividad es la capacidad que presenta el agua para conducir la


electricidad. Se debe a las sales que lleva disueltas. No es un parámetro
específico de una especie concreta sino que engloba al conjunto de iones.
La conductividad es afectada por el tipo de terreno que atraviesa el agua
y por la presencia o no de vertidos de aguas residuales ya que los iones
que contienen no son eliminados por los procesos de depuración. Este
parámetro sirve para determinar la existencia de algunos vertidos y la
posibilidad de reutilización del agua para regar. Las medidas se realizan
mediante un conductímetro.

Entre los indicadores químicos describiremos: pH, dureza, oxígeno disuel-


to, materia orgánica, nutrientes, plaguicidas y metales pesados.

La concentración de iones hidrógeno (pH=-log[H+]) interviene en los equi-


librios de diferentes sustancias químicas que pueden encontrarse en diferentes
formas de acuerdo a la acidez, por ejemplo en la solubilidad de los metales.
El intervalo de acidez idóneo para la vida es muy estrecho y crítico. El pH de
las aguas naturales se encuentra en un rango comprendido entre 6 y 9.

La dureza se define como la suma de todos los cationes multivalentes


presentes en el agua. Los más importantes son calcio y magnesio y suele
calcularse su valor como la suma de ellos.

Químicamente, el índice de dureza se define como: dureza = [Ca2+] +


[Mg2+]. La dureza se expresa, no en concentración molar de iones, sino
como la masa en miligramos (por litro) de carbonato de calcio que con-
tiene el mismo número de iones dipositivos (+2). Así por ejemplo, una

46
muestra de agua que contenga un total de 0.0010 moles de Ca2+ + Mg2+ por
litro, tendría un valor de la dureza de 100 miligramos de CaCO3, ya que la
masa molar del CaCO3 es 100 gramos y, por tanto, 0,0010 moles pesan 0,1
g o 100 mg. La manifestación más evidente de la dureza del agua es la pre-
cipitación de sales insolubles de los jabones. La aguas se clasifican como:
blandas: 0-60 mg/L CaCO3, moderadamente blandas: 60-120 mg/l CaCO3,
duras: > 120 mg/l CaCO3. La dureza se determina mediante una valoración
con EDTA. Si fuera necesario determinar calcio y magnesio individual-
mente se recomienda realizar las determinaciones por absorción atómica.

El oxígeno disuelto es uno de los indicadores más utilizados para el medio


fluvial ya que participa en un gran número de procesos que tienen lugar
en el medio acuático. Es aportado por intercambio con la atmósfera y por
la acción fotosintética de los productores primarios. Es consumido por los
microorganismos en los procesos de oxidación de la materia orgánica e
inorgánica y en los de respiración. Se determina por el método de Winkler
que involucra la precipitación del oxígeno como óxido de manganeso su
redisolución en medio ácido y la valoración mediante una yodometría.

De lejos, el más importante agente oxidante en las aguas naturales es el


oxígeno molecular disuelto, O2. En la reacción, cada uno de sus átomos de
oxígeno se reduce desde su estado de oxidación cero hasta el estado –2 en el
H2O o en el OH-. La hemireacción que tiene lugar en disolución ácida es:

O2 + 4 H+ + 4 e- 2 H 2O

mientras que la que ocurre en disolución básica es:

O2 + 2 H2O + 4e- 4OH-

La concentración de oxígeno disuelto en agua es pequeña a causa de su baja


solubilidad y, por tanto, es precaria desde el punto de vista ecológico. Para
la reacción:

O2 (g) O2 (ac)

47
la constante de equilibrio que debe considerarse es la constante de la Ley
de Henry, KH, que para el oxígeno a 25ºC es 1,3 x 10-3 mol L-1 atm-1:

KH = [O2 (ac)]/PO2 = 1,3 x 10-3 mol L-1 atm-1

Puesto que en el aire seco la presión parcial de oxígeno, PO2, es de 0,21


atm, se tiene que la solubilidad del O2 es 8,7 miligramos por litro de agua
(87 ppm). Debido a que las solubilidades de los gases aumentan al dismi-
nuir la temperatura, la cantidad de O2 que se disuelve a 0ºC (14,7 ppm) es
mayor que la cantidad que se disuelve a 35ºC (7,0 ppm).

Se define como materia orgánica a un conjunto de compuestos de com-


posición y estructura química bastante diferente, pero que presentan una
característica común: su capacidad para reaccionar con el oxígeno en un
proceso de oxidación. El oxígeno disuelto en agua oxida la materia orgá-
nica. Si se supone, por simplicidad, que ésta es un hidrato de carbono poli-
mérico (por ejemplo, los tejidos de las plantas), con una fórmula empírica
aproximada de CH2O, la reacción de oxidación puede formularse como:

CH2O(ac) + O2(ac) CO2 (g) + H2O (ac)

El oxígeno disuelto en agua también puede consumirse por la oxidación del


amoníaco (NH3) y del amonio (NH4+) disuelto, que son sustancias que, igual
que la materia orgánica, están presentes en agua como resultado de la activi-
dad biológica y por oxidación dan lugar a la formación de ion nitrato (NO3-).

La materia orgánica puede ser transportada a partir de las interacciones


con el cauce o generada en el seno de la propia masa de agua. Es un com-
ponente característico de los vertidos de aguas servidas y es un indicador
de contaminación doméstica.

La capacidad de la materia orgánica en una muestra de agua natural a


consumir oxígeno, se denomina demanda bioquímica de oxígeno (DBO).
Se evalúa experimentalmente, determinando la concentración de oxígeno

48
disuelto al comienzo y al final de un período de 5 días en el que una mues-
tra sellada de agua permanece en la oscuridad a una temperatura constante,
usualmente 20 ó 25ºC. Las reacciones de oxidación están catalizadas en
la muestra por la acción de microorganismos presentes en el agua natural.
La demanda de oxígeno determinada con este ensayo, a menudo designada
por DBO5, corresponde a un 80% de la que se determinaría si el experi-
mento hubiese ocurrido durante un tiempo más prolongado.

Puede realizarse una determinación más rápida de la demanda de oxígeno


evaluando la demanda química de oxígeno, DQO, de una muestra de agua.
El ion dicromato en lugar del O2, se utiliza para determinar los valores de
DQO. La hemireacción de reducción para el dicromato cuando oxida la
materia orgánica es

Cr2O7-2 + 14 H+ + 6 e- 2Cr3+ + 7 H2O


ion dicromato ion cromo III

En la práctica, se añade a la muestra un exceso de dicromato, y este exceso


se valora con un reductor, el Fe+2, hasta el punto final. El número de moles
de O2 que la muestra necesita para completar la oxidación corresponde a
un 6/4 (= 1,5) veces el número de moles de dicromato, ya que este último
acepta seis electrones por ion, mientras que el O2 acepta sólo cuatro.

La dificultad de la DQO como parámetro de medida de la demanda de


oxígeno es que la disolución ácida de dicromato es tan oxidante, que oxida
sustancias que en aguas naturales consumen oxígeno muy lentamente y,
por tanto, no representan una amenaza real a sus contenidos en oxígeno.
En otras palabras, el dicromato oxida sustancias que no serían oxidadas
por el O2 en la determinación de DBO.

No es raro que aguas contaminadas por sustancias orgánicas asociadas a


animales, a residuos de alimentos o a aguas residuales, tengan una deman-
da de oxígeno que exceda la solubilidad máxima de equilibrio del oxígeno
disuelto. En estas circunstancias, excepto que el agua esté continuamente
aireada, rápidamente el oxígeno disuelto se agota y los peces mueren.

49
Finalmente, hay otros dos parámetros utilizados para determinar la canti-
dad de sustancias orgánicas presentes en las aguas naturales. El carbono
orgánico total, COT, se utiliza para la materia orgánica disuelta y suspen-
dida en el agua; por ejemplo, para el agua subterránea este parámetro tiene
un valor de aproximadamente un miligramo por litro, es decir 1 ppm de
carbono. El parámetro carbono orgánico disuelto, COD, se utiliza para ca-
racterizar el material orgánico que está disuelto. Para aguas superficiales,
el COD es de unos 5 ppm en promedio, aunque en aguas pantanosas puede
alcanzar valores diez veces superiores, y para aguas residuales no tratadas,
los valores típicos de COD son de cientos de ppm.

Resumiendo, las determinaciones de materia orgánica se realizan por: a)


oxidación por parte de microorganismos, que se denomina demanda bio-
química de oxígeno (DBO); b) oxidación por medio de un oxidante quí-
mico estandarizado, que puede ser dicromato de potasio:, en cuyo caso
se denomina demanda química de oxígeno (DQO), o permanganato de
potasio:, en cuyo caso se denomina oxidabilidad; c) oxidación total de la
materia orgánica: Carbono orgánico total (COT).

La demanda bioquímica de oxígeno (DBO) es el más aproximado a los


procesos que tienen lugar en el medio acuático. Se asume que en la muestra
ya hay microorganismos que pueden facilitar la oxidación de la materia
orgánica por parte del oxígeno disuelto en el agua. La cantidad de oxígeno
consumido, que es lo que se mide y se informa en mg de oxígeno/L, depen-
de del tiempo. Por eso la determinación se realiza a los 5 días: DBO5. Es
necesaria una temperatura de referencia, que se fija en 20º. Como se mide
diferencia de oxígeno, la reacción se lleva a cabo en la oscuridad. El valor
de saturación de oxígeno a 20º es 9 mg/L. Esto hace necesario que se reali-
cen diluciones, lo que constituye una fuente de error en la determinación.

Este método presenta variabilidad intrínseca: es una reacción entre com-


puestos que no se sabe cuáles son con unos microorganismos no identifi-
cados. Se mide un parámetro global: diferentes concentraciones de com-
puestos pueden dar la misma DBO. En experiencias entre laboratorios,

50
los valores pueden oscilar entre un 112% de exceso y un 58% de defecto.
Para aguas naturales: DBO es del orden de 10 mg/L, para aguas residuales
urbanas tratadas: 500 mg/L, llegando en el caso de excretas de cerdos a
valores de 15000 mg/L.

Si bien es la medida más representativa de lo que acontece en el medio


natural, debe tenerse en cuenta que no es una medida inmediata (5 días) y
la materia orgánica no es el único consumidor de oxígeno. La oxidación de
amonio es significativa a partir de 7 días.

Los métodos de oxidación química incluyen la oxidación con dicromato


de potasio (DQO), o con permanganato de potasio (Oxidabilidad). El oxi-
dante químico reacciona con sustancias difíciles de biodegradar, por lo
que los valores de DQO son en general mayores, y la relación entre DBO y
DQO no es lineal. En general, la relación DQO/DBO para un agua residual
urbana es aproximadamente 2 y valores superiores indicarían la presencia
de aguas residuales industriales con productos químicos de difícil biode-
gradación. La DQO es de más fácil estandardización y reproducibilidad
y se realiza en un tiempo menor (2 h). Tiene menor sentido físico para
evaluar el impacto de agua residual en un medio receptor.

En las determinaciones de carbono orgánico total (COT) se oxida en forma


total la muestra y se determina el carbono como dióxido de carbono. El
proceso de oxidación se lleva a cabo por combustión catalítica, que permi-
te efectividad en la oxidación de compuestos más resistentes, como son las
proteínas o la materia particulada. Es el más utilizado en el tratamiento de
aguas. La cuantificación del dióxido de carbono generado se puede realizar
volumétricamente, por conductividad térmica o una sonda específica. Este
método es de más fácil automatización y aunque los equipos disponibles
son costosos, se requiere menor tiempo y permite el análisis simultáneo de
muchas muestras.

Con el término de nutrientes nos referimos fundamentalmente a los com-


puestos de nitrógeno y de fósforo. Estos compuestos acompañan a la ma-

51
teria orgánica en los efluentes domésticos, y pueden provenir también de
fertilizantes y de excretas ganaderas.

Existen varias formas ambientalmente importantes de nitrógeno, que difie-


ren en el grado de oxidación del átomo de nitrógeno. Las formas más re-
ducidas son el amoníaco, NH3 y su ácido conjugado, el ión amonio, NH4+.
La forma más oxidada es el ión nitrato, el cual existe en sales sólidas, en
disoluciones acuosas y en el ácido nítrico, HNO3. En disolución, los inter-
medios más importantes entre estos extremos son el ión nitrito, NO-2, y el
nitrógeno molecular, N2.

En el proceso de la nitrificación catalizado por microorganismos, el amoníaco


y el ión amonio se oxidan a nitrato, mientras que en el correspondiente proce-
so de desnitrificación, el nitrato y el nitrito se reducen a nitrógeno molecular.
(El óxido nitroso, N2O, es un subproducto minoritario en ambos casos). Los
dos procesos son importantes tanto en suelos como en aguas naturales. En
ambientes aeróbicos, como la superficie de lagos, el nitrógeno está en su es-
tado de oxidación más alto: en forma de nitrato, mientras que en ambientes
anaeróbicos, como el fondo de los lagos estratificados, existe en su estado más
reducido: en las formas amoníaco y de ión amonio. El ión nitrito existe en am-
bientes anaeróbicos como suelos anegados que no están demasiado reducidos
para convertir todo el nitrógeno a amoníaco. La mayoría de las plantas pueden
absorber nitrógeno sólo en la forma más oxidada, como nitrato, con lo que el
amoníaco o el ión amonio utilizados como fertilizantes deben, primero oxidar-
se por medio de microorganismos antes de ser útiles para la vida de las plantas.
Estos procesos de oxido-reducción entre las diferentes especies de nitrógeno,
catalizados por microorganismos se conoce como ciclo del nitrógeno.

Las determinaciones de Nitrógeno Total se realizan por el método de Kjel-


dahl. El nitrato puede determinarse espectrofotométricamente en aguas
subterráneas. Existen kits comerciales para la determinación de las dife-
rentes especies de nitrógeno. La cromatografía iónica es un método ade-
cuado y preciso para la determinación simultánea de las diferentes formas
iónicas. El procesamiento previo depende de la matriz ambiental.

52
Debido a su carga negativa el ion nitrato no es adsorbido por los coloides
del suelo y es altamente móvil. Por lo tanto, pasa a la zona no saturada y
de allí a aguas subterráneas.

El nitrato provoca metahemoglobinemia ya que puede reducirse a nitrito e


interferir con el transporte de oxígeno por la hemoglobina (enfermedad del
bebé azul, frecuentemente fatal para bebés menores de 6 meses).

El fósforo presenta un número menor de compuestos solubles que el ni-


trógeno. En los fertilizantes, se aplica normalmente como sales de calcio
o amonio. Es tomado por plantas o microorganismos como H2 PO4- o H
PO42-.

Reacciona con Al, Fe o Ca en los suelos para formar compuestos insolu-


bles. Queda normalmente retenido por los constituyentes del suelo, por lo
que a menos que los aportes sean excesivos no llega a las aguas subterrá-
neas. Puede afectar el agua subterránea en acuíferos someros en zonas de
suelos arenosos.

Las determinaciones de fósforo se realizan espectrofotométricamente. Se


determina P total (previa digestión) y P soluble.

Los aportes excesivos de nitrógeno y fósforo pueden ocasionar fenómenos


de eutrofización.

La urbanización y la explotación agropecuaria intensiva producen aportes


excesivos de nutrientes a cuerpos lénticos como lagos y embalses, promo-
viendo la proliferación algal y otros síntomas de eutrofización. Este proce-
so tiene un efecto adverso en la calidad de agua, ya que grandes cantidades
de plantas acuáticas causan disminución del oxígeno hipolimniótico, au-
mentando la turbidez, afectando la biodiversidad de peces, e interfiriendo
en los procesos de potabilización de agua. El fósforo es normalmente el
factor limitante para el crecimiento de algas y plantas en aguas superficia-
les, ya que una concentración de 10 ppb puede causar eutrofización.

53
Se denomina metales pesados a aquellos elementos químicos que poseen
un peso atómico comprendido entre 63.55 (Cu) y 200.59 (Hg), y que pre-
sentan un peso específico superior a 4 (g cm-3). Cabe destacar que en esta
categoría entran prácticamente todos los elementos metálicos de interés
económico, por tanto, de interés minero. Lo que hace tóxicos a los metales
pesados no son en general sus características esenciales, sino el tipo de
especie que forman en un determinado medio y las concentraciones en las
que pueden presentarse. Cabe recordar que de hecho los seres vivos ne-
cesitan (en pequeñas concentraciones) a muchos de estos elementos para
funcionar adecuadamente. Ejemplos de metales requeridos por el orga-
nismo incluyen el cobalto, cobre, hierro, hierro, manganeso, molibdeno,
vanadio, estroncio, y zinc. El caso del hierro es notable entre éstos, siendo
vital para la formación de hemoglobina.

Los metales pesados pueden encontrarse en aguas naturales, aunque sus


concentraciones, en ausencia de contaminación, son muy bajas. Los me-
tales pesados pueden encontrarse como coloides, sólidos en suspensión o
disueltos, presentando diferente grado de biodisponibilidad.

A su vez la química del sistema acuoso regula las tasas de adsorción-absor-


ción en el sistema agua-sedimento. La adsorción remueve el metal de la co-
lumna de agua; la desorción lo incorpora nuevamente a ésta. Los parámetros
que regulan el sistema son: la salinidad, el potencial redox (Eh), y el pH:

a) Un incremento de la salinidad conlleva una competencia, entre metales


pesados y los cationes mayoritarios (metales de los grupos I y II), por los
sitios de interacción con las arcillas, lo que se traduce en la expulsión de
los metales pesados, y su devolución a la columna de agua.

b) Un incremento del Eh genera la inestabilidad de los compuestos reduci-


dos, por ejemplo, sulfuros, poniendo el metal en solución.

c) Un decrecimiento del pH tiene dos efectos favorece la solubilidad de


los metales.

54
El desarrollo tecnológico, el consumo masivo e indiscriminado y la pro-
ducción de desechos principalmente urbanos, ha provocado la presencia
de muchos metales en cantidades importantes en el ambiente, provocando
numerosos efectos sobre la salud y el equilibrio de los ecosistemas. Los
metales son persistentes en el ambiente. Pueden cambiar de especie quí-
mica, o de matriz. Se incorporan con los alimentos o como partículas que
se respiran y se van acumulando en el organismo, hasta llegar a límites de
toxicidad. Si la incorporación es lenta se producen intoxicaciones cróni-
cas, que dañan los tejidos u órganos en los que se acumulan.

Un caso particular es el arsénico, que es un metaloide. Es un elemento


altamente tóxico y que es de origen natural en aguas subterráneas en nues-
tro país. La llanura chaco pampeana es una de las regiones más extensas
del mundo, que presenta aguas subterráneas con altos contenidos de este
elemento. El límite recomendado por la Organización Mundial de la Salud
para consumo humano es de 10 µ/L (10ppb).

Las bajas concentraciones a las que muchos de estos metales pesados o


metaloides pueden presentar toxicidad involucra la necesidad de utilizar
instrumentación compleja para obtener resultados confiables. Los métodos
más utilizados para determinar metales pesados son la espectrometría de
absorción atómica, la espectrometría de emisión de plasma (ICP) y el ICP
acoplado a un espectrómetro de masas, que es el método más sensible.

Cada elemento tiene una estructura atómica única con electrones en nive-
les energéticos bien definidos. El movimiento de los electrones entre estos
niveles, que requiere la absorción o emisión de energía también está bien
definido, estando aquí la clave de la espectroscopia de emisión. Si se ex-
citan los átomos en una muestra utilizando una fuente energética muy alta
–una llama, chispa o un plasma- muchos de los electrones de los átomos
se excitarán a niveles superiores. Casi inmediatamente, estos electrones en
estado excitado se relajarán retornando al estado fundamental, por medio
de la emisión de un fotón cuya energía corresponda a la diferencia entre
los niveles energéticos del estado excitado y del fundamental. La ener-

55
gía de promoción está bien definida, es decir, que sólo pueden absorberse
energías específicas para un átomo en particular, la energía liberada en esta
relajación –y el fotón que contiene esta energía- es muy específica. Puesto
que la energía del fotón está estrictamente relacionada con la longitud de
onda , una forma de detección de la luz emitida por una muestra después
de que los átomos de ésta se exciten de algún modo: esta luz es caracterís-
tica de los átomos excitados en la muestra.

En caso de ICP, la fuente de excitación es un plasma a temperatura muy


elevada. La luz de una muestra de átomos inyectados en el plasma es reco-
gida mediante lentes y espejos y focalizada sobre una rejilla de difracción.
Esta rejilla separa las longitudes de onda individuales (tal como lo hace
un prisma) y focaliza la luz en un tubo fotomultiplicador (TFM), el cual
convierte la luz en señales electrónicas. Las longitudes de onda de la luz
son específicas de los elementos en el plasma que emiten los fotones, y la
intensidad de la luz, medida por el TFM, da la concentración del elemento
presente en la muestra.

Los plaguicidas son sustancias químicas o mezclas de sustancias, desti-


nadas a matar, repeler, atraer, regular o interrumpir el crecimiento de seres
vivos considerados plagas.

Los plaguicidas no son necesariamente venenos, pero pueden ser tóxicos


para los humanos u otros animales. De acuerdo a la Convención de Esto-
colmo sobre Contaminantes orgánicos persistentes, 9 de los 12 más peli-
grosos y persistentes compuestos orgánicos son plaguicidas.

El término plaguicida está más ampliamente difundido que el nombre ge-


nérico exacto: biocida (literalmente: matador de la vida). El término pla-
guicida sugiere que las plagas pueden ser distinguidas de los organismos
no nocivos, que los plaguicidas no lo matarán, y que las plagas son total-
mente indeseables.

Los plaguicidas pueden clasificarse atendiendo a diversos aspectos.

56
Según el destino de su aplicación pueden considerarse: a) Plaguicidas de
uso fitosanitario destinados a su utilización en el ámbito de la sanidad ve-
getal o el control de vegetales; b) Plaguicidas de uso ganadero: destinados
a su utilización en el entorno de los animales o en actividades relaciona-
das con su explotación; c) Plaguicidas de uso en la industria alimentaria:
destinados a tratamientos de productos o dispositivos relacionados con
la industria alimentaria; d) Plaguicidas de uso ambiental: destinados al
saneamiento de locales o establecimientos públicos o privados; e) Pla-
guicidas de uso en higiene personal: preparados útiles para la aplicación
directa sobre el ser humano; f) Plaguicidas de uso doméstico: preparados
destinados para aplicación por personas no especialmente calificadas en
viviendas o locales habitados.

Según su acción específica pueden considerarse: insecticidas; acaricidas;


fungicidas; bactericidas, herbicidas, rodenticidas.

Según su constitución química, los plaguicidas pueden clasificarse en va-


rios grupos, los más importantes son: organoclorados, organofosforados,
carbamatos, triazinas, piretroides, derivados de urea. Algunos de estos
grupos engloban varias estructuras diferenciadas, por lo que, en caso de
interés, es posible efectuar una subdivisión de los mismos.

El uso de plaguicidas crea una serie de problemas para el medio ambiente.


Más del 98% de los insecticidas fumigados y del 95% de los herbicidas
llegan a un destino diferente del buscado, incluyendo especies vegetales y
animales, aire, agua, sedimentos de ríos y mares y alimentos. La deriva de
pesticidas ocurre cuando las partículas de pesticidas suspendidas en el aire
son llevadas por el viento a otras áreas, pudiendo llegar a contaminarlas.

Estos compuestos pueden ser tóxicos a muy bajas concentraciones. Por


otra parte, dada su estructura son en general poco solubles en agua y pro-
pensos a bioacumularse en biota. Para poder cuantificarlos a las bajas
concentraciones en que se encuentran en el ambiente se utilizan métodos
instrumentales, particularmente cromatográficos.

57
Entre los indicadores biológicos, podemos mencionar métodos microbio-
lógicos, ecológicos, fisiológicos y bioquímicos y ecotoxicológicos.

Cuando nos referimos a métodos microbiológicos, involucramos a bacte-


rias, parásitos, virus presentes en agua. La contaminación microbiologica
es un factor que no puede ponerse en riesgo en el caso del agua de consu-
mo humano por sus efectos extensos y agudos.

Las bacterias, como componentes de la cadena trófica, pueden usarse como


indicadores de la calidad de agua en general, pero su uso como indicadores
se centra en la determinación de la contaminación fecal. Debe seleccionar-
se un tipo de microorganismo que esté siempre presente en la materia fecal
que asegure que su ausencia represente la ausencia de otros microorganis-
mos presentes en la materia fecal. Los organismos seleccionados son las
bacterias coliformes, más específicamente la Escherichia coli.

Existe la tendencia de ir incorporando otros organismos cuya presencia


involucre la necesidad de tratamientos especiales.

Los métodos ecológicos se basan en el hecho de que cada organismo ocu-


pa de forma preferencial determinados hábitats que vienen definidos por
un conjunto de condiciones físicas, químicas y biológicas. La aplicación
de este criterio se basa en establecer índices que definan la calidad del agua
en función de las especies presentes, que se denominan índices bióticos.

Es necesario definir índices locales debido a la dificultad de hallar especies


que sean representativas en todo el mundo. Los índices bióticos se basan
en la presencia/ausencia de determinados grupos de organismos indicado-
res. Estos índices no indican cuál es la sustancia o sustancias que provocan
la alteración y/o contaminación, únicamente proporcionan información
sobre el estado general del ecosistema.

Los métodos fisiológicos se basan en la medida de la velocidad con que


los organismos presentes en una masa de agua son capaces de crecer, de-

58
gradar un sustrato o generar un producto. Los métodos bioquímicos se
usan como alternativa para efectuar el seguimiento de los microorganis-
mos de interés utilizando técnicas de biología molecular.

Los métodos ecotoxicológicos evalúan la calidad de un agua respecto a su


potencial tóxico. No interesa identificar unívocamente la composición del
agua, sino cuál será su impacto sobre un medio receptor. Se establecen dos
tipos de toxicidad: a) aguda: causada por exposición a una dosis elevada
del compuesto en un período breve de tiempo; b) crónica: causada por do-
sis muy bajas de compuesto tóxico en un período de tiempo relativamente
largo, provocando la muerte o alguna alteración a nivel biológico y/o fi-
siológico. Se han desarrollado diferentes protocolos en los que varían los
organismos utilizados como test.

Muestreo, Analisis, Interpretacion y Confiabilidad de los Datos Quimicos

Los contaminantes químicos son de variada naturaleza y estructura. Los


métodos para su determinación están debidamente estandardizados y las
metodologías existentes permiten su determinación a nivel de trazas. En
el caso de trazas inorgánicas, los métodos de determinación por absorción
atómica o espectrometría de emisión por inducción de plasma acoplado
(ICP de emisión) permiten la detección de partes por billón. En el caso de
trazas orgánicas, las cromatografías gas-líquido o líquida de alta resolución
alcanzan los mismos niveles de sensibilidad. En el caso de contaminantes
orgánicos persistentes, como por ejemplo los compuestos organoclorados
(bifenilos policlorados, plaguicidas) se usan detectores específicos de cap-
tura electrónica en los cromatógrafos gas-líquido. Estos compuestos de
variada estructura, son en general hidrofóbicos, por lo cual los niveles en
agua son muy bajos, concentrándose en sedimentos y biota.

La toma de muestras o muestreo debe ser estadísticamente representativa


del conjunto total que se quiere medir, para que los resultados que se ob-
tengan de su análisis permitan conclusiones objetivas y defendibles.

59
Para desarrollar un plan de muestreo debe decidirse cuándo y dónde deben ser
tomadas las muestras. El diseño del muestreo dependerá de los objetivos.

En muestreos bidimensionales, se debe determinar la posición (coordenadas


espaciales) y lo podemos hacer de varias maneras: a) muestreo al azar: la
zona a muestrear se divide en áreas mínimas representativas (p.ej. parcelas
de 1m² y se eligen n posiciones al azar; b) muestreo en transecta: se elige
la posición de partida y la longitud de la transecta y luego las muestras se
toman sobre ella, c) muestreo en dos etapas: se divide la zona de muestreo
en subunidades regulares, por pendiente, tipo de suelo u otra característica
física, y luego se toman muestras en cada subunidad; d) muestreo en grilla:
se toman muestras a intervalos regulares de espaciado fijo.

En el caso de muestreos tridimensionales, debe además tenerse en cuenta


la dimensión vertical, como es el caso para muestras en profundidad o en
la atmósfera.

La distribución temporal también ofrece variantes. Muchos fenómenos


tienen características cíclicas, las muestras afectadas por actividad bioló-
gica pueden exhibir grandes cambios en el tiempo.

El sistema de toma de muestra variará según el origen del agua. Por ejem-
plo, para el análisis físico-químico, en el caso de una cisterna o de un de-
pósito, la botella será sumergida a una cierta distancia del fondo (50 cm)
y de la superficie, bastante lejos de las orillas o de los bordes, así como
de los obstáculos naturales o artificales, evitando remover el fondo. En el
caso de un lago, de un río o de un cuerpo de agua natural, hay que escoger
varios puntos de toma, y en cada uno de ellos , tomar varias muestras a
diferentes profundidades. En el caso de una bomba, las tomas se harán
normalmente, al término de una prueba de bombeo ininterrumpida. En el
caso que el agua sea proveniente de un grifo será indispensable dejar co-
rrer el agua durante por lo menos 10 minutos y lavar el grifo con alcohol
antes de tomar la muestra. En cuanto al recipiente, se utilizan botelllas de
plástico, lavadas y enjuagadas tres veces con el agua de muestreo. El tapón

60
se ha de poner de tal forma que no quede ninguna burbuja de aire. En todos
los casos, la muestra debe ser representativa y homogénea. Las muestras
deberán conservarse en la heladera (4º C) hasta su envío al laboratorio.

Para análisis especiales, como por ejemplo de metales pesados o contami-


nantes orgánicos, deben consultarse los protocolos específicos.

Se denomina exactitud de un análisis químico a la diferencia entre el valor


de la magnitud obtenido en la determinación química y el valor verda-
dero, mientras que la precisión de una serie de mediciones de una mis-
ma magnitud describe la diferencia entre los valores individuales de cada
medición. En general, se distinguen 2 tipos de errores con respecto a los
análisis químicos: los errores en la precisión o errores estadísticos, que se
reflejan en fluctuaciones en los procedimientos analíticos y errores en la
exactitud, o errores sistemáticos que se deben a procedimientos erróneos
o a la presencia de interferencias durante los análisis. La precisión puede
ser calculada repitiendo los análisis de una misma muestra, la exactitud
sólo puede ser comprobada analizando muestras de patrones de referencia
o por comparación de los resultados de distintos laboratorios. Cuando las
concentraciones son muy bajas, los análisis por duplicado igual pueden
presentar variaciones cuando la sensibilidad del método es insuficiente.

Se acepta internacionalmente que la calidad de las mediciones químicas


y la comparabilidad de los resultados están basados en los siguientes as-
pectos: uso de métodos analíticos validados, equipos debidamente mante-
nidos y calibrados, uso de materiales de referencia para las calibraciones,
control de calidad interno efectivo, participación en esquemas de ensayos
interlaboratorios, auditorías independientes de los procedimientos, perso-
nal debidamente entrenado.

Estos aspectos son fundamentales pues para determinar la calidad del agua
debemos saber para cada uso, que contiene y en que cantidad, pues no
debe exceder un límite determinada para considerarla apta para ese uso es-
pecifico. Por lo tanto, debemos asegurar la representatividad del muestreo

61
y la calidad de las mediciones químicas para que los resultados obtenidos
nos permitan conclusiones válidas.

Referencias

• BAIRD, C. (2001), Química Ambiental, Editorial Reverté S.A., España,


622 pp.

• APHA (1998) American Public Health. Stándar Methods for the Exami-
nation of Water and Waster. Washington Dc, USA.

• DE HAAN H, DE BOER T, KRAMER H and VOERMAN. V. (1982).


Applicability of light absorbance as a measure of organic carbon in humic
lake water. Water Research, 16: 1047-1050.

• EPA´S (1996) Lawrence H. Keith Compilation of EPA´s Sampling and


Analysis Methods Washington Dc, USA.

• KRANTZBERG G, TANIK A, ANTUNES DO CARMO J, INDARTO A


y EKDA, A. (2010). Advances in Water Quality Control. Scientific Resea-
ch Publishing, USA.

• HANSHAW, B., BACK, W. y DEIKE, R. (1971). A geochemical hypothe-


sis for dolomitization by ground water. Economic Geology 66:710-724.

• HESSEN, D.O. y TRANVIK L. J., Eds., (1998), Aquatic humic substan-


ces, Springer, Alemania, 349 pp.

• ESCOBAR I. y SCHAFER, A. I. (2010). Sustainable Water for the Futu-


re: Water Recycling versus Desalination. Elsevier, 251pp.

• PAOLINI J.D. (2010). Ambiente y recursos Naturales del partido de Ba-

62
hía Blanca. Clima, Geomorfología, suelos y aguas (sudeste de la provincia
de Buenos Aires), Editorial de la Universidad Nacional del Sur, 132pp.

• PAOLINI J. D. y GONZÁLEZ URIARTE M. (2005). Geoambiente y


evaluación de las aguas freáticas del partido de Coronel Dorrego. Edito-
rial de la Universidad Nacional del Sur, 242p.

• KILHAM, P. (1990). Mechanisms controlling the chemical composition


of lakes and rivers: Data from Africa. Limnology and Oceanography, 35
(1) 80:83.

• FRIONI, L. (2011).Microbiología: básica, ambiental y agrícola. Orienta-


ción Grafica Editora, 768p.

• LIVINGSTONE D. (1963). Chemical composition of rivers and lakes.


US Geol Surv Prof Paper 440 G, pp.1-63.

• MANAHAN, S., (1991 a), Environmental Chemistry, Tomo I, Lewis Pu-


blishers, 5th ed., USA, 249 pp.

• MANAHAN, S., (1991 b), Environmental Chemistry, Tomo II, Lewis


Publishers, 5th ed., USA, 249 pp.

• SEOÁNEZ CALVO, M (1999) Aguas residuales tratamiento por hume-


dales artificiales .Fundamentos científicos. Tecnologías. Diseño. Edicio-
nes Mundi-Prensa.

• OTSUKI, A. y WETZEL, R. (1973). Interaction of yellow organic acids


with calcium carbonate in freswater. Limnology and Oceanography, 18:
490-493.

• PEPPER, I.L., GERBA, CH. P. y BRUSSEAU, M.L. (Eds). (1996). Po-


llution Science, Academic Press, UK, 397 pp.

63
• PLUMMER, L., BLAIR, F. y TRUESDELL, A. (1978). WATEQF A
computer program for calculating chemichal equilibrium of natural waters.
U.S. Geological Survey. Water Resources Investigations Report 76-13. 69
pp. Virginia. USA.

• REYNOLDS, R. (1978). Polyphenol inhibition of calcite precipitation in


Lake Powell. Limnology and Oceanography 23:588-597.

• SALGOT, M., SANCHEZ, X. y TORRENS, A. (Eds). (1999), Recursos


d´aigua, Fundación Agbar, España, 448 pp.

• SCHWARZENBACH, R.P., GSCHWEND, P.M. y IMBODEN, D. M.


(1993) Environmental Organic Chemistry, John Wiley & Sons, Inc., USA,
681 pp.

• STUMM, W. y MORGAN, J.J. (1995). Aquatic Chemistry, 3rd, ed., John


Wiley & Sons, Inc., USA, 1022 pp.

• SUESS, E. (1970). Interaction of organic compounds with calcium car-


bonate. Geochimica et Cosmochimica Acta 34:157-168.

• WETZEL R. (1983). Limnology, 2nd ed. Saunders, Philadelphia.

• WILSON A. (1959). Determination of fulvic acids in water. Journal of


Applied Chemistry, 9: 501-510.

• PERAL, X. D. J. (2006) Química ambiental de sistemas terrestres. Edi-


torial Reverté, S.A.

64

You might also like