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Daniela Accatino*
R ESUMEN
Este trabajo se ocupa de la recepción en la teoría del derecho de la distinción entre contexto
de descubrimiento y contexto de justificación, como un esquema conceptual útil para reflexio-
nar en torno al razonamiento jurídico. Su objetivo central es el de poner en discusión una
tesis que suele afirmarse cuando se utiliza esa distinción y que alude a la confusión entre
ambos contextos en que habrían incurrido los planteamientos del realismo norteamericano.
La crítica de esa tesis le permite a la autora, además, explorar la pregunta por la conexión
entre ambos contextos y su relación con la comprensión de la exigencia de fundamentación de
las decisiones judiciales.
E
l recurso a la distinción entre contexto recho que han pretendido oponer una réplica
de descubrimiento y contexto de justifi- a las corrosivas tesis del realismo norteame-
cación, que había sido incorporada al ricano y recuperar algún espacio para la ima-
lenguaje de la filosofía de la ciencia en los gen del silogismo judicial. En este trabajo me
años treinta,1 se volvió usual, partir de la dé- propongo discutir uno de los tópicos que sue-
cada de los sesenta, entre los teóricos del de- le ir ligado a la aplicación de esa distinción al
razonamiento judicial: el tópico de la confu-
sión entre ambos contextos en que habrían
* Licenciada en Derecho U. de Chile. Abo- incurrido los planteamientos realistas. Para
gada. Profesora de Introducción al Derecho y Filo- ello comenzaré por recordar las tesis centra-
sofía del Derecho Facultad de Ciencias Jurídicas y les del realismo norteamericano, especialmen-
Sociales U. Austral de Chile. te las que integran su crítica a la teoría silo-
1 La primera formulación explícita de la dis-
gística de la decisión judicial (1), para luego
tinción se debe a H. Reichenbach (1938: 6-7), quien describir brevemente el contenido de la dis-
la utiliza para diferenciar la tarea de la sicología tinción entre contexto de descubrimiento y
de la tarea específica de la epistemología. Una dis- contexto de justificación cuando es aplicada
tinción homóloga habría sido anticipada por K.
a la decisión judicial (2), y concluir evaluan-
Popper (1934: 31-2) al diferenciar la “sicología del
conocimiento” de la “lógica del conocimiento”. (En
do la solidez del tópico de la confusión y tam-
el sistema de referencias bibliográficas utilizado en bién formulando algunas observaciones sobre
este trabajo se indica el autor, el año de la edición la posible conexión entre los dos contextos,
original y la página pertinente; para obtener datos una cuestión omitida en las referencias clási-
adicionales acerca de la obra aludida el lector pue- cas a la distinción y que en cambio los plan-
de remitirse a la bibliografía que hay al final del teamientos realistas tienen el mérito de haber
trabajo.) expuesto a discusión (3).
10 REVISTA DE DERECHO [VOLUMEN XIII
Una nota distintiva de la concepción silo- mente cognoscitivas a partir de una o varias
gística de la tarea judicial –que, como vere- disposiciones legales (o precedentes, en el
mos, tiene importantes consecuencias en rela- caso de los ordenamientos de common law)–
ción al tema de este trabajo– es la ambigüedad al subrayar su efecto ocultador de las razones
con que ella parece proponerse, indistintamen- efectivamente determinantes en las opciones
te, como una teoría descriptiva del razonamien- enfrentadas por el juez.
to del juez (‘el razonamiento judicial es una
actividad deductiva, puramente cognoscitiva’) 1.1.
y como una teoría prescriptiva o doctrina de la
decisión judicial, ligada a un cierto modelo de Partamos por considerar primero los ar-
la fundamentación o motivación de las senten- gumentos con que el realismo norteamerica-
cias (‘el razonamiento del juez debe consistir no sostuvo la inadecuación de la concepción
en un razonamiento de tipo silogístico y debe mecánica o silogística de la función judicial
ser reproducido fielmente en la sentencia, in- en cuanto teoría descriptiva del razonamiento
dicando en ella las normas jurídicas de las que decisorio del juez. La estrategia argumentativa
se sigue lógicamente la decisión’).5 del realismo se sirvió, según veremos, de dos
La crítica realista abarcó, en cualquier clases de argumentos: argumentos teóricos
caso, esas dos posibles dimensiones, negan- que miraban a relevar los múltiples espacios
do por una parte que la concepción silogística de indeterminación en la aplicación de las re-
pudiera constituir una correcta descripción de glas jurídicas que –al menos en “cualquier
la actividad decisoria del juez, dada la inevi- caso lo suficientemente dudoso para hacer
table presencia de espacios abiertos a la valo- plausible la litigación” (Llewellyn, 1931:
ración y la elección entre alternativas, y criti- 1239)– significaban para el juez la posibili-
cando por otra parte el estilo deductivo o dad de optar entre diversas soluciones admi-
cuasi-deductivo de fundamentación de las sibles, y, por otro lado, argumentos empíri-
decisiones judiciales –que solía mostrar la co-descriptivos, basados en el estudio, a través
decisión como la conclusión inevitable obte- de diversos métodos, de aquello que los jue-
nida mediante una serie de operaciones pura- ces hacen efectivamente al decidir un caso.
Los argumentos teóricos del realismo
contra la teoría silogística de la actividad ju-
quien da cuenta del paso del reconocimiento de la dicial apuntaban a mostrar cómo la indeter-
fisonomía probabilística del conocimiento de los minación del derecho (aspecto destacado por
hechos propio de la cultura jurídica ilustrada y, en la vertiente moderada del realismo o de los
general, de la epistemología empirista dominante
rule skeptics) o la de los hechos (aspecto que
en esa época, a la confianza de la ciencia y la praxis
procesal en la obtención de una certeza absoluta, destacaba la vertiente más radical, de los fact
característica de “la más tosca y minoritaria epis- skeptics) hacían que lo que esa teoría presen-
temología positivista”). taba como un dato preconstituido, que servía
5 A esta ambigüedad se ha referido reciente- de premisa a la tarea puramente mecánica del
mente Chiassoni (1999: 153ss.). Tal vez, y parafra- juez, resultara ser en verdad un producto cons-
seando a la autora que citaba en la nota anterior, truido por el juez a partir de sus valoraciones
también aquí podría hablarse de un desplazamien- y elecciones.6
to desde el modelo del silogismo judicial propio de
En cuanto a la indeterminación del de-
la Ilustración –representada por el ejemplo clásico
de Beccaria– concebido como doctrina normativa recho –y, por consiguiente, a la forma en que
y ligado a ciertas condiciones de posibilidad (como es construida la premisa mayor del supuesto
la formulación clara y precisa de leyes, la neta se- silogismo judicial–, los realistas prestaron
paración entre lo reglado y lo irrelevante jurídica-
mente y la interpretación judicial literal) y el tosco
6 La distinción de esos dos grupos o tenden-
modelo silogístico del formalismo decimonónico
concebido como descripción del razonamiento de- cias dentro del realismo norteamericano fue suge-
cisorio y ligado al olvido de las condiciones de rida por J. Frank (cfr. 1949: 73 y 1963: x y ss.), el
posibilidad indicadas por la concepción ilustrada. líder de los fact skeptics.
12 REVISTA DE DERECHO [VOLUMEN XIII
atención tanto la relación del juez con los pre- y otra que permitía aprovechar al máximo los
cedentes como con la legislación.7 En cuanto precedentes útiles.
a la primera, sostuvieron que tanto en la elec- También la interpretación de los statutes
ción de el o los precedentes aplicables como fue tomada en cuenta por los realistas ameri-
en la determinación de su ratio decidendi el canos en la discusión acerca de la indetermi-
juez se encontraba ante diversas alternativas nación del derecho. En un artículo dedicado
de solución posibles (cfr. Llewellyn, 1930a: al tema, Radin –otro realista de la corriente
caps. I-II y Twining, 1983: 232ss.). La inde- de los escépticos de las reglas– constata la
terminación en la elección del precedente se esencial vaguedad de las palabras que desig-
relacionaba con la necesidad de una previa nan clases de situaciones o eventos –como las
calificación de los hechos del caso sobre el que suelen ser utilizadas en las disposiciones
que se debiera decidir, en la que, dada la “fle- legales para definir los supuestos de hecho
xibilidad” de los hechos, es decir la posibili- regulados–, debida al carácter necesariamen-
dad de relatarlos de diversas maneras, más o te único de cualquier acontecimiento (1930:
menos generales, el juez podrá elegir usual- 868), y caracteriza a la interpretación de una
mente entre varias alternativas. Por otro lado, disposición legal, dirigida a establecer si la
en la extracción de la ratio decidendi y la for- situación determinada que constituye el caso
mulación de la regla jurídica, la falta de for- actualmente conocido por el juzgador puede
mas verbales fijas en la fundamentación de ser considerada como una especificación de
las sentencias facilitaba la obtención a partir la variable [determinable] más amplia descrita
de una decisión anterior de no sólo una sino por la ley, como una elección relativamente
varias normas más o menos amplias, que po- amplia entre un mínimo y un máximo de ex-
dían cubrir respectivamente una cantidad di- tensión de esa variable (1930: 879). Una ope-
ferente de supuestos de hecho. A estos facto- ración que desde el punto de vista lógico re-
res de indeterminación se agregaba otro de sulta meramente arbitraria y que los métodos
especial importancia: la vasta gama de técni- de interpretación tradicionales no logran
cas legítimas y a menudo contradictorias entre orientar unívocamente: más que servir de guía,
sí de que disponen los intérpretes –¡Llewellyn dice Radin, “la presencia de tantas ‘teorías’ y
(1960: 77) llegó a contar sesenta y cuatro!– ‘métodos’ de interpretación confusos, contra-
para “maniobrar” con los precedentes y que dictorios y sin sentido, crea en torno a los tri-
abren al juez diversas posibilidades, desde bunales una atmósfera turbia que no facilita
seguir el precedente, a revocarlo [overruling] el pensamiento claro” (1930: 882). Este últi-
o apartarse de él [distinguishing]. Fue a par- mo punto fue señalado también por Llewellyn
tir de la consideración de esta multiplicidad (1950: passim), quien enumeró más de seten-
de técnicas que el mismo autor (1930a: 73ss.) ta cánones interpretativos aceptados como
afirmó que en realidad no había una sola doc- reglas correctas acerca de cómo leer una ley
trina del stare decisis sino dos: una que per- y expuso gráficamente, a través de un cuadro
mitía liberarse de los precedentes indeseables dividido en dos columnas, su forma de fun-
cionar como “pares de opuestos” capaces de
justificar construcciones contradictorias de un
7 Es interesante notar que, como advierte B. mismo texto legal.
Leiter (1996: 262-3, 268-9), el realismo americano Pero no sólo la indeterminación del de-
no sólo no pretendió desarrollar una teoría concep- recho abría espacios de discreción al juez; los
tual del derecho que diera respuesta a la cuestión argumentos del realismo –y particularmente
de los criterios de identificación de las normas ju- de la vertiente de los ‘escépticos de los he-
rídicas, sino que, tratándose de asuntos conceptua- chos’– se refirieron también a la relación del
les –como sucede en la argumentación acerca de la juez con la prueba y a los momentos de elec-
indeterminación del ‘derecho’–, los realistas recu-
ción en la formulación de la premisa fáctica o
rrieron tácitamente a la teoría del positivismo jurí-
dico sobre los criterios de identificación de las nor-
premisa menor del silogismo judicial. Así, J.
mas jurídicas. Frank destacaba cómo, en los pleitos de pri-
2002] ACCATINO: NOTAS SOBRE LA APLICACIÓN DE LA DISTINCIÓN… 13
mera instancia, los hechos determinados ju- (1951: 57, 128), es “exquisitamente ‘no regu-
dicialmente corresponden a las creencias del lable’” (1951: 77) y queda entregada a la
juez o del pasado sobre ciertos hechos pasa- discrecionalidad virtualmente incontrolada
dos: una creencia que “es, a lo sumo, una con- del juez.
jetura fundada en una creencia –otra conjetu- Los argumentos teóricos que hemos exa-
ra– sobre el mayor grado de fe que merecen minado llevaban a los realistas a concluir que
unos testigos respecto de otros” (1951: 26). a partir de los materiales de derecho positivo
El núcleo de la argumentación de Frank se en- que el juez debía “aplicar” y de las formas
cuentra en esta distinción de dos niveles dife- aceptadas de argumentar en base a ellos era
rentes de inferencias comprendidas en la de- posible, en muchos casos, construir funda-
terminación de los hechos: el nivel de las mentaciones jurídicas plausibles para solucio-
inferencias “primarias” o “testimoniales” en nes contrapuestas. Ello significaba la decisión
que el tribunal debe decidir acerca de la cre- del juez no podía haber sido determinada sólo
dibilidad de los distintos testigos para dar por por el derecho positivo y que “en algún mo-
establecidos, a partir de esa creencia, los he- mento, de alguna manera, el juez ha sido im-
chos afirmados por los testigos a quienes cree pulsado a hacer su elección” (Radin, 1930:
(por ejemplo, que Ticio tuvo en sus manos, el 881). El paso siguiente que los realistas die-
día del homicidio de Cayo, el cuchillo con que ron fue el de preguntarse desde un punto de
éste fue asesinado); y luego el nivel de las vista descriptivo por las bases o razones de
inferencias “secundarias”o “derivadas” extraí- esa elección, investigando cuáles eran los fac-
das a partir de las inferencias primarias o de tores que efectivamente las determinaban,
la conjunción de éstas con otras inferencias para intentar formular ciertas “leyes acerca del
derivadas (así, por ejemplo, puede llegar a comportamiento judicial” (Moore y Hope,
darse por establecido que Ticio es el asesino 1929: 704). Sobre la base de esas investiga-
de Cayo) (1951: 45ss.). ciones empíricas, agregaron a los argumen-
Esa distinción de niveles permite a Frank tos teóricos en contra de la concepción
mostrar que en gran parte de los litigios el silogística del razonamiento decisorio también
establecimiento de los hechos depende en argumentos empírico-descriptivos.
definitiva de la decisión del juez o del jurado Aunque el proyecto de un estudio empí-
respecto de la credibilidad de quienes depo- rico del proceso interno que llevaba a los jue-
nen como testigos. Una decisión que: a) se ces a la decisión planteaba considerables di-
encuentra expuesta a diversos factores de in- ficultades metodológicas, que los realistas no
certidumbre, que excluyen cualquier seguri- siempre enfrentaron con rigor, 9 sus investiga-
dad acerca de la coincidencia entre la creen- ciones, basadas en algunos casos en su pro-
cia del tribunal sobre los hechos –es decir, los pia experiencia como jueces –como ocurría
hechos para efectos de la sentencia– y los con los self-reports del juez Hutcheson
acontecimientos reales pasados;8 y b) se en- (1929)–, otras veces en entrevistas (Frank,
cuentra influida por las peculiares actitudes y 1930: 104) y también en el estudio de casos
reacciones de cada juez o jurado particular resueltos judicialmente para establecer víncu-
los entre clases de soluciones y clases de si-
8 Estos factores de error son sintetizados por
Frank (1951: 27) de la siguiente manera: “1) el tes-
timonio es notoriamente falible: los testigos mien- 9 Considérense, por ejemplo, los siguientes
ten a veces y aun los testigos honestos yerran con comentarios de Twining acerca del rigor meto -
frecuencia, a) al observar los acontecimientos, b) dológico de los trabajos de Llewellyn: “En rela-
al recordar sus observaciones, c) al comunicar es- ción a la investigación sociojurídica Llewellyn fue
tos recuerdos a la sala del juzgado; 2) los jueces y más un ‘oficinista’ [staff officer] que un ‘soldado
los jurados son falibles al determinar (conjeturan- en terreno’ [foot soldier]”, “infringió la mayor par-
do) cuál (si alguno) de los testigos discrepantes ha te de las reglas del método empírico” y “escribía
relatado fielmente los hechos reales”. Para una ex- típicamente ‘desde su cabeza’ [from his head]”
posición más extensa cfr. Frank (1949: 17ss.). (1973: 193).
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miento retórico de una decisión determinada efectivas de decisión, los autores realistas va-
por otra clase de consideraciones resulta muy loraron críticamente ese estilo de justifica-
bien ilustrada en este texto de Frank: ción, señalando las consecuencias negativas
que para la práctica jurídica se derivaban del
El juez de primera instancia, sin embar- ocultamientos de las consideraciones efecti-
go, cuando da a publicidad una explica- vamente determinantes de las decisiones ju-
ción de su sentencia pretende seguir la diciales y recomendando una práctica de
teoría convencional y se torna analítico, fundamentación más transparente.
lógico. Él “disocia”, separa, los hechos Fue especialmente la vertiente de los ‘es-
que “determina” de la norma jurídica cépticos ante las reglas’ la que afirmó que una
que, según expresa, aplica a esos hechos. fundamentación explícita haría posible una
De esa manera busca justificar su sen- mayor certeza jurídica, en cuanto favorecería
tencia como un producto lógico. Pero la previsibilidad de futuras decisiones y per-
(como hemos sido informados por emi- mitiría la discusión razonable y la crítica ba-
nentes jueces de esta clase) un juez al sada en elementos objetivos. Se trataba, para
dar forma a su explicación con frecuen- juristas que asumían básicamente la perspec-
cia trabaja hacia atrás; comienza con la tiva del abogado, de reestablecer la identidad
decisión que (...) estima prudente o jus- entre aquello que constituye una buena razón
ta. Luego determina los hechos de tal para el objetivo de la persuasión y aquello que
modo que, subsumidos bajo una norma constituye una buena razón para el objetivo
jurídica aceptada, hacen aparecer esa de- de la justificación, de terminar con el baile de
cisión como lógica y jurídicamente fun- máscaras en que los jueces “declaran hacerse
dada (1951: 92). persuadir” por argumentos que proceden
silogísticamente a partir de una premisa ma-
Además de constatar la divergencia en- yor normativa, cuando la realidad en cambio
tre las razones declaradas en las fundamen- es que son persuadidos por argumentos rela-
taciones de estilo deductivo y las razones tivos a la deseabilidad de las consecuencias
de la decisión (cfr. Tarello, 1967: 156).
europeo por autores como Fuchs, Isay o Kan- Llewellyn (1960: 35ss.), por ejemplo,
torowicz. Muy elocuente es el siguiente texto de distinguió dos modelos o estilos de
este último autor (1906: 343): “La voluntad de lo- fundamentación de las decisiones judiciales,
grar una resolución de antemano fijada, dirige en el Formal Style, conforme al cual la funda-
realidad la elección de los textos legales en los cua-
mentación “sigue una forma deductiva con un
les aquella resolución estriba. Piénsese en el ejem-
plo clásico de Bártolo, el más famoso de todos los
aire o una expresión de inevitabilidad lineal”
juristas, del que la historia relata que primeramen- (38), y el Grand Style, caracterizado, entre
te dictaba la resolución y que luego hacía buscar a otros rasgos ditintivos, por la explicitación en
su amigo Tigrinio los pasajes aplicables en el Cor- la motivación de las directrices políticas
pus Iuris ‘puesto que él tenía poca memoria’. Bien [policies] y las otras consideraciones econó-
es verdad, que en todas partes se obscurece la rela- mico-sociales efectivamente influyentes en el
ción entre la voluntad y la razón, porque la última proceso de decisión judicial. Su crítica del
tiene el vehemente afán de invertir los hechos con
primero y su defensa del Grand Style se apo-
posterioridad, oscurecimiento que en el campo ju-
rídico sube de punto puesto que la voluntad jurídi-
yó en una argumentación que Twining (1973:
ca llega afortunadamente con gran frecuencia al 231) sintetiza de la siguiente manera: las
mismo resultado al que la razón interpretadora ha- fundamentaciones [opinions] formuladas se-
bría llegado aún sin aquella dirección voluntarista. gún este último estilo “proporcionan una base
Pero tan pronto como el jurista teórico o práctico más confiable para predecir decisiones futu-
se siente obligado a proponer a base de su texto ras que las motivaciones formuladas según el
legal un resultado que, en una cuestión importante, Formal Style, por dos razones: primero, por-
abofetee una poderosa convicción jurídica, se pone
que un mayor número de los factores que han
en evidencia cuál de ambas constituye a fin de cuen-
tas la verdadera fuerza motriz”.
influido en la decisión son sacados a la luz; y
2002] ACCATINO: NOTAS SOBRE LA APLICACIÓN DE LA DISTINCIÓN… 17
segundo porque el proceso de manejar cons- nerales en favor de una práctica judicial más
cientemente esos factores aumenta la proba- sincera, en que la discreción fuera conferida
bilidad de que ellos funcionen en forma regu- francamente por las normas jurídicas y ejer-
lar. En otras palabras, el uso consciente y cida francamente por los jueces, argumentan-
racional de esos factores resulta menos errá- do que “los métodos subrepticios no son ni
tico y arbitrario que cuando se pretende igno- saludables ni democráticos” (1951: 107; 1930:
rarlos”. 137-8).
A pesar de que Frank no tenía, según
hemos visto, la misma confianza en la posibi-
lidad de predecir la conducta de los tribuna- 2. LA RECEPCIÓN DE LA DISTINCIÓN ENTRE
les y veía en la certeza jurídica “una ilusión o CONTEXTO DE DESCUBRIMIENTO Y
un mito” y un infantil “sustituto parcial del CONTEXTO DE JUSTIFICACIÓN
Padre-como-Juez-Infalible” (1930: 13,19), es
interesante notar que él también defendió la Las réplicas a las tesis del realismo nor-
exigencia de una fundamentación explícita de teamericano no se hicieron esperar. Fue con
las decisiones judiciales, refiriéndola especial- ocasión de esa discusión que la distinción
mente a la fundamentación de la quaestio facti entre contextos de descubrimiento y de justi-
y recomendando –entre otras reformas a la ficación se incorporó al lenguaje de la teoría
organización judicial que sugiere (1951: 139)– del derecho. Uno de los primeros autores que
que se impusiera a los jueces (o a los jurados, se sirvió de ella –aunque utilizando una ter-
aunque otra de sus propuestas fue la de elimi- minología ligeramente diferente, pues habla
nar esta institución, salvo para los casos cri- de “procesos” y no de “contextos” de descu-
minales más graves) el deber de dar publici- brimiento y de justificación– fue Richard
dad a las creencias en que se hubieran basado Wasserstrom en su libro The judicial decision
al establecer los hechos. Para justificar esta (1961). El análisis que ofrece de los plantea-
defensa de una fundamentación fáctica ex- mientos realistas y sus puntos débiles repre-
plícita Frank aludió sobre todo a su impor- senta en forma ejemplar la línea argumentativa
tancia como instrumento para el autocontrol que veremos luego reiterada en los textos de
por parte del juez de su propio razonamiento: otros teóricos del derecho.
“creo que hará mucho bien exigir la publica- Tras recapitular los términos de la críti-
ción de los fundamentos, aunque no constitu- ca dirigida por los realistas americanos con-
ye una panacea, porque el mismo acto de es- tra la teoría deductiva de la decisión judicial,
cribir su versión de los hechos tiende a inducir Wasserstrom argumenta en que esa crítica atri-
al juez a escudriñar y criticar cuidadosamen- buye a la teoría deductiva dos tesis que mira
te sus motivaciones y a confrontar sus creen- como necesariamente conectadas: la tesis se-
cias con la prueba testimonial” (1951: 97).14 gún la cual la decisión judicial asume la for-
Además Frank se manifestó en términos ge- ma de un silogismo y la tesis según la cual las
reglas jurídicas que han de servir como pre-
14 Que la fundamentación explícita de los
hechos, aun siendo ventajosa y deseable, no cons- ‘fundamentos’ dados a publicidad informa debida-
tituyera para Frank una panacea se explica en con- mente o hace un ‘manipuleo’ con su creencia (es
sideración a dos límites a la posible transparencia decir, la distorsiona), pues ningún otro puede pro-
de la motivación que tenía presentes: por una bar la exactitud de una información sobre un ‘esta-
parte, la posibilidad de error o simulación del do mental’ íntimo” (1951: 60)– y, por otra parte, la
juez acerca de sus creencias –“[el juez] puede dificultad de traducir en palabras las impresiones o
(intencionalmente o no) informar en forma equi- intuiciones que para Frank tienen un peso decisivo
vocada lo que cree, a fin de dejar a un lado los pre- en el razonamiento del juez, esos “‘gestalts’ indi-
cedentes en favor de lo que estima justo, o muy viduales, no analizables, de los jueces o jurados
ocasionalmente en homenaje a otros motivos me- particulares cuando reaccionan ante testigos parti-
nos plausibles (introducidos por el soborno o las culares” que son “únicos, ‘privados’, no comuni-
‘influencias’). Nadie, salvo el juez, sabe si en los cables íntegramente a otras personas” (1951: 128).
18 REVISTA DE DERECHO [VOLUMEN XIII
misa mayor de ese silogismo constituyen da- se en relación a cualquier proceso decisorio:
tos preexistentes que el juez se limita a des- el proceso de descubrimiento, o la forma en
cubrir. Sin embargo, sostiene Wasserstrom, las que una decisión o conclusión es alcanzada,
críticas que apuntan contra la segunda de esas y el proceso de justificación, o la forma en
tesis no afectan necesariamente la validez de que una decisión o conclusión puede ser jus-
la primera, pues no existe una relación nece- tificada.
saria entre ese procedimiento para la obten-
ción de las premisas y el procedimiento que Situando el problema en el contexto más
utiliza los cánones de la lógica formal para amplio de los procesos de decisión en
evaluar la relación existente entre las premisas general, existen dos procedimientos di-
y la conclusión. Puede que la teoría deductiva ferentes que pueden ser seguidos antes
no dé cuenta adecuadamente del procedimien- de tomar o aceptar cualquier decisión.
to a través del cual los tribunales seleccionan Esto vale tanto para la ciencia y la ética,
las premisas de su decisión pero de ello no se así como para el derecho. La forma en
sigue su inadecuación en relación al segundo que estos procedimientos actúan puede
procedimiento: “Los tribunales pueden no ser indicada por referencia a dos tipos
haber usado el silogismo para decidir qué de preguntas que pueden hacerse en re-
premisas seleccionar; pero esto por sí solo no lación a cualquier decisión. Un tipo de
muestra que no hayan utilizado el silogismo pregunta concierne al modo en que una
como un medio para evaluar la validez de los decisión o una conclusión ha sido alcan-
argumentos que formularon” (1961: 23).15 zada; la otra indaga si una decisión o una
Para explicar mejor su defensa del silo- conclusión es justificable (1961: 25).
gismo frente a la crítica realista, Wasserstrom
se detiene a considerar la ambigüedad de la Esta distinción, continúa Wasserstrom, no
expresión “proceso de decisión judicial”, en habría sido tomado en cuenta usualmente al
cuanto puede denotar dos procedimientos di- hablar del razonamiento judicial. Esa inadver-
ferentes –“ninguno de los cuales ha sido has- tencia afectaría particularmente a la crítica
ta ahora cuidadosamente aislado o descrito” dirigida por el realismo contra la teoría deduc-
(1961: 25)– que en general pueden distinguir- tiva de la decisión judicial, reduciendo su al-
cance y su relevancia. Pues si bien los auto-
res realistas habrían formulado interrogantes
15 Otra inferencia incorrecta que Wasserstrom
pertinentes en relación al proceso de descu-
atribuye a los realistas es la de haber asumido que
brimiento, recalcando las insuficiencias de la
del limitado papel de la lógica en el proceso de
decisión judicial se seguiría el carácter necesaria- teoría deductiva y proponiendo descripciones
mente arbitrario de ese proceso –que resultaría en- alternativas, no habrían, en cambio, conside-
tonces basado sólo en los sentimientos, emociones rado adecuadamente las particularidades del
y preferencias personales no analizables del juez –, proceso de justificación:
incurriendo de ese modo en la “falacia irracio-
nalista” (1961: 24-5). Este argumento, que también Asimilando el proceso de descubrimien-
aparece con frecuencia en las réplicas al realismo to al proceso de decisión, afirmaron de
(vid. por ejemplo Redondo, 1996: 222), constituye
modo convincente que la fundamen-
un buen ejemplo de lo que Leiter (1996: 271) de-
nomina la gradual “Frankificación” del realismo, tación del juez no es, seguramente, un
es decir, del haber tomado las opiniones de parte relato fiel del proceso de decisión. Y
de los realistas –de la rama liderada por Frank y ciertamente, si el proceso de decisión
Hutcheson– como la posición de todos los realistas, fuera coextensivo con el proceso de des-
sin considerar los esfuerzos realizados por algunos cubrimiento, es probable que estuvieran
de ellos para mostrar el recurso regular por parte de en lo correcto. Sin embargo, creo que es
los jueces a consideraciones de policy o relativas a quimérico suponer que la mayor parte de
los efectos económico-sociales de sus decisiones y,
las decisiones judiciales pretendan des-
por lo tanto, la relevancia en el proceso decisorio
judicial de la racionalidad instrumental. cribir el proceso de descubrimiento. Se-
2002] ACCATINO: NOTAS SOBRE LA APLICACIÓN DE LA DISTINCIÓN… 19
esa tarea, así como la de reflexionar en torno esa pregunta abierta por el realismo norteame-
a la función y sentido de la exigencia jurídica ricano. 24
de fundamentación de las sentencias: ¿Cómo
se relacionan (y cómo deben relacionarse) en
la decisión judicial contexto de descubrimien- BIBLIOGRAFÍA
to y contexto de justificación? ¿Es deseable
que exista coincidencia entre los motivos ALEXY, R. (1978): Teoría de la argumenta-
causales de la decisión y las razones justifica- ción jurídica, trad. cast. de M. Atienza e
torias expuestas al público a través de la I. Espejo, CEC, Madrid, 1997.
fundamentación de la sentencia? A NDERSON , B. (1995): “The case for re-
Es perfectamente posible que se dé a esta investigating the ‘process of discovery’”,
pregunta una respuesta negativa –eso fue pre- Ratio Juris, 8, Nº 3, pp. 330-348.
cisamente lo que, según cuenta Twining ––––. (1996): “Discovery” in legal decision-
(1973: 228), le contestó un juez británico a making, Kluwer, Dordrecht-Boston-Lon-
Llewellyn cuando éste afirmaba la convenien- dres.
cia de que se explicitaran en las sentencias A TIENZA , M. (1993): Tras la justicia. Una
las consideraciones de policy que hubieran introducción al derecho y al razonamien-
influido efectivamente en la decisión: según to jurídico, Ariel, Barcelona, 2000.
el juez eso resultaba “un ingenuo y pernicio- BOBBIO, N. (1961): El positivismo jurídico,
sos sin sentido”, primero porque “es impor- trad. cast. R. de Asís y A. Greppi, Deba-
tante mantener al menos una fachada de se- te, Madrid, 1998.
paración de poderes” y, segundo, porque “la
principal fuente de la fortaleza de la actua-
ción de los tribunales superiores en Inglate-
rra descansa en la intimidad y la confianza que
simple deducción lógica a partir de reglas jurídicas,
subyace a las relaciones entre abogados y sin ninguna valoración por parte del juez, parece ser
magistrados, de manera que la comunicación un fenómeno universal”, se limita a señalar que no
se desarrolla en gran parte a través de suposi- parece haber ninguna razón para preocuparse por la
ciones tácitas y sutiles matices que son preci- presencia de este “ficcionalismo en la administra-
samente lo opuesto del enfoque trabajoso y ción de justicia, sea que el propio juez crea o no
carente de encanto que Llewellyn parecía de- que la fachada de argumentación expresa lo que
fender”.23 Que pueda responderse negativa- realmente motivó su decisión” y que, incluso, “sin
una investigación a fondo de sicología social, no
mente no le resta, con todo, interés teórico a
nos animamos siquiera a negar que es probable que
esa ficción tenga incluso efectos socialmente be-
tilo deductivo y permite entender afirmaciones neficiosos” (1953: 191).
24 Se trata, por lo demás, de una cuestión
como esta de Cohen según la cual “el lenguaje tra-
dicional de argumentación y fundamentación no relevante en el marco de al menos una importante
explica ni justifica las decisiones judiciales” (1935: corriente teórica contemporánea, la de los Critical
812, las cursivas han sido agregadas) o éstas de Legal Studies, según puede observarse en el siguien-
Llewellyn (1930: 1252-3) cuando dice que “sola- te fragmento, donde uno de sus integrantes, Duncan
mente consideraciones de políticas [questions of Kennedy, resume algunas de las tesis que defiende
policy] y el enfrentar consideraciones de políticas en su libro A critique of adjudication {fin de siècle}
puede justificar ‘interpretaciones’ (creaciones, de- (1997: 19): “Sostengo que la ideología influye en
sarrollo, diseño de conclusiones a partir) del cuer- la decisión judicial, tanto estructurando el discur-
po relevante de precedentes en un sentido o en otro” so jurídico como a través de la elección estratégica
y que la opción entre premisas igualmente dotadas en la interpretación. Sostengo que la negación de
de autoridad que compiten por ser aplicadas a un la presencia de ideología en la decisión judicial
caso “sólo puede ser justificada como una cuestión lleva a resultados políticos diferentes de aquellos
de políticas”. que tendrían lugar en una situación de transparen-
23 Una respuesta semejante, es la que parece cia. Y sugiero que sería en algún sentido ‘mejor’
proponer Alf Ross, quien tras constatar que “la pre- determinar nuestros destinos sin alienar nuestros
tensión de que la administración de justicia es una poderes”.
24 REVISTA DE DERECHO [VOLUMEN XIII
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