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La arquitectura
del siglo XX en Quito
Jorge Benavides Solís

La arquitectura
del siglo XX en Quito

BIBLIOTECA DE LA REVISTA CULTURA XVI


BANCO CENTRAL DEL ECUADOR
BANCO CEN1RAL DEL ECUADOR
Doctor Augusto d e la Torre, Gerente General
Economista Franklin Proaño P., Subgerente General
Ingeniera Constan za Cald erón, Subgerente Ejecutiva

SUBDIRECCION DE PROGRAMAS CULTURALES


Arquitecto Juan Fernando Pérez Arteta, Subdirector- Quito
INDICE
PROGRAMA EDITORIAL
Docto r Irving Iván Zapa ter, Coordinador

Introducción ..... ...... ............. .. ........ ............... ............ ...... .. .. . 9


La arquitectura moderna en Quito
Antecedentes generales ...................... .. ............... ...... ...... . 11
Antecedentes locales ......... ......... ........................... ........ .. . 17
Primeras expresiones de nuestra modernidad
en arquitectura ..... .. ....... ................ ...... ............. ............... 23
Arquitectura: La continuidad cultural en peligro ............... .. 41
Orígenes de la arquitectura moderna en Quito .... .. .............. .. 49
Insurgencia de la arquitectura moderna en Quito ................ . 67
Consolidación de la arquitectura moderna en Quito ..... .. .... .. 81
EDICIONES DEL BANCO CENTRAL DEL ECUADOR. QUITO. 1995 La expansión de l a arquiteclura moderna en Quito .............. . 99
Apartad o postal N° 17-21-366, Quito, Ecuad or Nuestra arquitectura, nuestra realidad .... ..... .. ...................... .. 11 3
Cinco arquitectos en actividad ... ...................................... ..... 125
Biblioteca de la Revista Cultura
Dirigida por Irving Iván Zapa ter Bibliografía ....... ....... .. .... ................ ............... .. ........ .... .. .... .. . 16 1
Vo lumen XVI LA arquitectura del siglo XX en Quito de Jorge Benavides Solís

© Banco Central d el Ecuad or


Derechos reservados conforme a la ley
ISBN: 9978-72-129-0 (Biblioteca d e la Revista Cultura)
ISBN: 9978-72-261-0 ( LA arquitectura del siglo XX en Quito)
Primera edición de 2.000 ejemplares.

Diseño de la cubierta: Jaime Calderón


Ilustración d e la cubierta: Fotografía de Quito, del barrio d e la Mariscal hacia el norte, 1993.
F? tografía d e la cu~ierta y ~e las pág inas interiores: Patricio Estévez Trejo
T1pograf!a: Expres1ón Gráf1ca Cia. Ltd a., en tipo Times.
Impresión: Editorial Fraga Cia. Ltda., Quito.
INTRODUCCION

La realidad nacional es cada vez más compleja. Sin embar-


go, los análisis realizados y los instrumentos empleados para ello,
no se han desarrollado en fiel correspondencia.
Para ser analizada, la realidad nacional se ha reiteradamente
fragmentado, fraccionado reiterdamente y, lo que es peor, se la ha
visto entre el dogma de la derecha y el esquematismo de la izquier-
da convencional.
La indispensable especialización en determinado grado de
desarrollo del capitalismo, entre nosotros se ha puesto en vigencia
de manera indiscriminada, pese a que no hay espacio para ejercerla
debido a la urgencia de las necesidades y a los limitados recursos
físicos y económicos de que dispone nuestro desequilibrado desa-
rrollo. El profesional, en nuestro medio, no llega con frecuencia a
especializarse como resultado de un proceso acumulativo de inves-
tigación y aprendizaje, sino por renuncia simple al conocimiento
de aquello no específico. Fuera de las leyes mercantiles, ¿qué sen-
tido tiene la presencia de numerosos médicos especializados en ci-
rugía plástica en una de nuestras ciudades, donde la mortalidad in-
fantil, por causas perfectamente controlables, es alarmante? De
igual forma, ¿qué sentido tendría la presencia de arquitectos espe-
cializados en construcción con tecnología de punta (Pirámide del
Louvre, Arco de la Defensa) donde es prioritaria la construcción

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con caña guadua y tierra?
La especialización como expresión moderna del positivismo
solamente ha contribuido a fraccionar la percepción de los pro-
ductos de la vida, es decir, de la realidad y, así como la vida no ad-
mite fragmentación, tampoco lo permite su apreciación y análisis.
En nuestros países, debemos tender a convertirnos en espe- LA ARQUITECTURA MODERNA EN QUITO
cialistas en todo, no en un solo aspecto. Las urgentes demandas de
transformación lo recomiendan y el nivel de desarrollo lo hace ne-
cesario.
La penetración económica extranjera introduce la dependen-
cia económica; pero ésta no interviene en su ámbito exclusivo
(económico), sino también en el de los procesos de la identidad
cultural y en el específico de ésta.
Pero, así como se gesta la dependencia económica, también Antecedentes generales
la penetración cultural posibilita la dependencia cultural, expresada
en la adopción de comportamientos, modas y también en la acep- La arquitectura aparece cuando el hombre se hace sedenta-
tación indiscriminada, acrítica, de formas de pensar, de analizar, de rio. En nuestro país, su testimonio material proviene de hace más
enfrentar la realidad. Por ello, con frecuencia, el pensamiento ter- de seis mil añosl, sin embargo, los esfuerzos por comprender su
mina reducido a consigna y la reflexión es incapaz de escapar al origen y evolución han sido escasos, sobre todo en referencia a la
dogma, indispensable para la religión pero sin cabida en la ciencia transformación sufrida en este último siglo.
(incluida la social). Bajo la óptica de disciplinas generales, no dentro de los al-
El análisis de la arquitectura del siglo XX en Quito no ha cances de la historia de la arquitectura, se han realizado varios estu-
querido fragmentar la realidad nacional, por ello no está dirigido a dios descriptivos del período colonial; pero sin haber analizado el
los especialistas. Aspira a estar al alcance de todos. Se ha realiza- rico testimonio material existente de manera analítica, crítica.
do por la inexistencia de intentos similares. Para desbaratar la in- Este trabajo trata de rescatar las razones, las causas que expli-
sistente permanencia de dogmas y tópicos que no permiten recu- carían la expresión formal de la arquitectura moderna en el Ecua-
perar la razón de nuestro ser americano actual. No quiere conver- dor, particularme nte en Quito, a través del estudio de los ejemplos
tirse en la última palabra sino en la primera que sirva para desatar más representativos de principios de siglo y de la obra· de algunos
una prolongada reflexión sin condicionamientos ni complejos cul- arquitectos que actualmente ejercen stl profesión. Desde luego,
turales. una lectura e interpretación de la arquitectura y del urbani smo de
Quito, relacionados con su entorno natural y su sociedad; con las

En Zumpa, la actual Santa Elena, 7000 anos antes de Cristo, en el pcrfodo de transición de la
trashumancia al sedentarismo pleno, aparecen vestigios de la colocación de postes que co nforma-
ban una especie de corral o refugio. En Real Alto, existen restos de una aldea de ciento cincuen-
ta casas en pleno sedentarismo agrfcola, hace 5500 anos.

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formas de producir bienes e ideas tomando en cuenta los instru- como enseñara el cubismo, en la propuesta elaborada por Braquc y
mentos empleados para ello. Pero, para cumplir con el objetivo Picasso. Este último en 1907, presentó "les demoiselles d' Avig-
propuesto, es importante delimitar el alcance de lo "moderno". non" y con ello logró la "primera acción de ruptura en la historia
La Historia Universal identifica la época moderna a partir del del arte moderno", en la que "el espacio ya no es el factor común
Renacimiento; incluso llega a precisar una serie de hechos y acon- que armoniza en el infinito todos los elementos del cuadro sino
tecimientos que marcan un cambio radical: la caída de Constanti- que será un elemento como todos los demás, que se deforma y se
nopla, los grandes descubrimientos geográficos, la crisis de la insti- descompone como las mismas figuras" (Argan, 1975; p. 51 0), y el
tucionalidad de la iglesia católica, la utilización de la imprenta, del tiempo ya no servirá para lograr la secuencialidad en el cuadro si-
papel, de la brújula, de la pólvora, y el surgimiento de expresiones no la simultaneidad.
artísticas apartadas definitivamente de los nueve siglos de tradición A principios de este siglo, se rompió la continuidad que en
medieval. En suma, el aparecimiento de un nuevo sistema de pro- arquitectura se había dado a raíz del Renacimiento. En el siglo XV,
ducción por el cual el hombre quedará cosificado, convertido en la razón nuevamente recuperó la iniciativa sobre el desarrollo. El
mercancía: el capitalismo. hombre fue preocupación fundamental y referencia de todas las
Este marco histórico corresponde a diferentes etapas de evo- cosas. La religión también se humanizará en tanto Dios ya no es el
lución del capitalismo, por ejemplo, a la revolución francesa (bur- juez impertérrito que aterra, sino la expresión condescendiente que
guesía) pero, ·sobre todo, a la revolución industrial. Lo moderno participa del dolor del hombre. La iglesia sufrió su primer cisma,
adquiere diversos alcances aunque, como se ve, siempre enmarca- el poder civil se hizo ostensible de manera independiente.
dos en importantes transformaciones. Había comenzado una nueva forma de apoderarse de la na-
A fines del siglo pasado en Europa, lo moderno en pintura turaleza y de distribuir los excedentes que produce el trabajo. El
significó el abandono de las preocupaciones ch~~ icas en favor de campesinado adquirió la aristocracia del dinero y la burguesía mer-
innovadoras propuestas, concentradas más en el proceso antes que cantil estatus en las ciudades.
en los resultados finales, subjetivamente determinados por el arte Este sistema de producción hará posible la conservación de
tradicional. la propiedad privada de los objetos (naturaleza, instru mentos) y
La ciencia había estudiado el color como luz, por lo cual, quedará en condiciones de adquirir, como cualquier mercancía, la
gracias a la relación de ésta con el paisaje, se convirtió en preocu- fuerza de trabajo (de los hombres), a fi n de apoderarse de sus be-
pación estética de los impresionistas: según sea la hora, los obje- neficios. Todo se mercantiliza y, en tanto, el hombre se aliena por
tos son apreciados de distinta manera, con diferente luz y, én con- el trabajo.
secuencia, con distinto color, tal como lo demostró Monet en 1894, Los asentamientos humanos ya no serán el producto consen-
al pintar la Catedral de Rouen. Además, dirán los artistas impresio- sual de la vida diaria, sino una respuesta racionalizada, idealizada
nistas: Para representar los objetos, que en realidad nunca están en cómo ha de ponerse el territorio en fi el co ncordancia con. el sis-
delimitados por una línea -razón para renunciar al dibujo- no se tema social imperante. Durante este período, surgirán nuevamente
deben mezclar los colores en la paleta, sino en la pupila y en la las utopías, como las de Moro y Campanella. También surgirá la
mente del espectador. figura del arquitecto desligado de los estrictos condicionamientos
El tiempo y el espacio se convirtieron en categorías que apa- corporativo-constructivos. En capacidad de reclamar autonornfa
recerán como constantes dentro de las preocupaciones del arte, tal para su trabajo y una concepción integral, gráfica, geométrica. pr~

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vía a la realización material, es decir, de proyectar y controlar el el fin de ponerlos como referencia del orden frente a las demandas
proceso de construcción, gracias a la prevención, a la anticipación, de una sociedad que ya cuenta co n Cortes de gobierno; burocracia
a la nueva organización para el trabajo, gracias además a que en la en expansión, empresas, y que requiere de expresiones civiles os-
base de toda ciencia y de todo arte están las matemáticas y con tentosas en las ciudades.
ellas, la posibilidad de racionalizar y cuantificar todo, incluso los Pero, pese a la reflexión intelectual, todos los resultados con-
materiales y los instrumentos, como la perspectiva (geometrización seguidos se quedan en la piel, en la expresión formal externa, sin
del fenómeno óptico), las proporciones (expresión matemática de comprometer de ninguna manera los el ementos y componentes
la belleza) y hasta la misma composición musical (relaciones entre esenciales de la arquitectura. Como dice Gregotti , "se desarrolla
diferentes longitudes de onda de las notas) que, por extensión, una manualística distinta a la tratadística y esta última adquiere ca-
también servirán para buscar la armonía arquitectónica, como ya lo racterísticas teóricas y morales" (Gregotti, 1972; p. 72). La arqui-
advirtió Alberti. tectura, pues, queda así reducida a la nomenclatura de estilos que,
El espacio arquitectónico, en consecuencia. también será incluso anacrónicamente - porque ni siquiera se di spone de ma-
mensurable, controlable, tal como resumirá Scamozzi en una de las nu ales-, nuestros arquitectos insisten en usarla para referirse a los
mejores conceptualizaciones de la época sobre arquitectura, ·¡a cual edificios de Quito.
"se sirve en abstracto del número, de la forma, de la grandeza y de Durante el siglo XIX, las preocupaciones urbanas se traduje-
la materia por el camino de la especulación, y se sirve incluso de ron en casuística reglamentada y no en estudio integral como suge-
las proporciones y de las correspondencias del mismo modo que el riría Engels. Las preocupaciones de la arquitectura se reduj~ron al
matemático" (Bachwam, 1969; p. 33). estudio de las relaciones cada vez más fuertes entre demanda y
El Renacimiento, como se ve, pone las bases fundamentales, oferta, por lo cual surgieron nuevas tipologías: terminales de tren,
imprescindibles de toda la concepción moderna de la arquitectura salones de exposición, mercados, teatros, edificios públicos y pri va-
Yde la ciudad. En realidad, hasta el siglo XX solamente se produ- dos de las grandes corporaciones.
jeron variaciones en extensión, profundi zación o recreación de Eran las consecuencias de la revolución industrial que, al co-
cuanto se dijo en el Renacimiento, con el fin de adaptar la arqui- menzar el siglo XX, también ex igiría, en consecuenci a, nuevas acti -
tectura a los cambios permanentes de la sociedad aun dentro del tudes. Por primera ocasión, emergerá la preocupación por definir
mismo capitalismo. una di sciplina urbana que sea un instrumento para resolver los
Mientras al Renacimiento le preocupa la corrección y la re- problemas y no solamente una posibilidad de ejercitar las abstrac-
presentación como es la naturaleza, el manierismo tratará de repre- ciones geométricas, como había sido durante el Renacimiento y co-
sentar según la naturaleza, es decir, proporcionar una versión per- mo, pese a todo, insisti eron en hacerlo los sociali stas utópicos,
sonal. Al barroco, en cambio, le preocupará enriquecer el espacio, quienes añadieron a la abstracción gráfica, la abstracción social.
gracias al tratamiento de los límites materiales de la arquitectura Pero, innegablemente, la revolución industrial signifi có un
(muros y paramentos) y de la luz. Además, la integración al len- gran salto, aun dentro del capitalismo como sistema de producción,
guaje urbano de aquella resonancia externa de la arquitectura, co- aunque junto con las máquinas aparecieran los hombres proletari-
mo podemos observar en la Roma de Sixto V. zados, es decir, los obreros sobreexplotados que, en co ndiciones ín-
El neoclasicismo será la vuelta a las rafees primeras, hacia las fimas, invadían las ciudades, las cuales nunca antes habían sufrido
fuentes clásicas, hacia la recuperación de signos y simbologías con tan fu erte presión para su crecimiento.

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La concepción de la arquitectura cambió como nunca antes. entre producto y sociedad, una mayor opción de que el trabajo sea
Tomando el Renacimiento como el origen más remoto de la liberador y no alienante como hasta ahora.
modernidad en arquitectura, podemos reconocer su concepción de
integralidad humarústica; pero, conforme pasaba el tiempo, se fu e Está claro que no significa que los dos ámbitos son indepen-
fragmentando, en tanto jerarquizaba el tratamiento aislado .de uno dientes. No, simplemente que se llegan a manifestar con cierta au-
de sus componentes: la estética, la decoración, Üts nuevas tipolo- tonomía, aunque los dos se gesten al interior de una globalidad so-
gías, la utilización de diferentes materiales de construcción, la Hi s- cial concreta.
toria. Pues bien, desde el punto de vista de la evolución soci.al Y
A fines del siglo XIX, también como actitud de modernidad, económica, el Ecuador puede decirse que ingresó a la modernidad
se pretendió identificar una nueva integralidad; pero; lastimosa- - la nuestra-, condicionada por la externa, a fines del siglo pasado.
mente, el fac tor social de la arquitectura solamente sirvió de pro- No con la independencia de España, sino como consecuencia de
clama, mas no de refl exión, por lo cual, en estricto sentido, lo mo- ésta. Basta pensar en la conformación de un Estado Nacional, en
derno en arquitectura, en los países industriali zados, es una aspira- el acceso al comercio mundial de la burguesía nacional sin la ínter-
ción inconclusa y, entre nosotros, está aún por conformar sus ba- mediación española, en las formas hacendatari as de producción e
ses. incluso en la organización de los primeros bancos.
En síntesis, la arquit ectura, en tanto construcción, está ligada En suma, la forma de producir, de comercializar (distribuir)
de manera directa con los fac tores productivos de la sociedad, no y acumular excedentes de diferente manera a la colonial, q~e ?ien
solamente con los técnicos como creía en 1898 Choisy o con la 0 mal se había prolongado hasta los primeros años de la repubhca.
Sociología como exageradamente, por culpa de Castells, ha procla- Cronológicamente, la desincronía entre la modernidad euro-
mado la Facultad de Arquitectura en Quito. Como arte, en cambio, pea y la de nuestro país, en todas sus expresiones, es o~via, . pero se
tiene que ver directamente con las ideas, es decir, con la superes- explica debido a la presencia de dos constantes: al mter~ or, u~a
tructura; pero ésta tiene un alto grado de autonomía con respecto a lenta evolución económico-social (vigencia de la explotación pn-
la infraestructura, por lo cual, más de una vez, se ha renunciado a mitiva del trabajo) y hacia el exterior, una grosera dependen.cia.
analizar la arquitectura y el urbanismo con una óptica integral, Veamos también el comportamiento de estas constantes en el s1glo
preocupada de ver cómo se explicita esa relación. XX, para comprender mejor la arquitectura moderna en Quito.
No basta constatar que a la revolución liberal, en el Ecuador,
le falta la correspondencia de una revolución -al menos transfor-
mación estéti ca- o que los productos artísticos - incluida la arqui- Antecedentes loca les
tectura- de la revolución bolchevique, en Rusia, no han superado a
aquell os capit alistas. Es indispensable identificar primero cuáles Los gobiernos de García Moreno (1862 - 65; 1869 - 75)
son las forma s como se expresan las relaciones entre producción cristalizaron en forma coherente las aspiraciones de la burguesía de
de bienes (i nfraestructura) y producción de ideas (superestructura) la sierra e incluso de la oligarquía costeña, que habían deseado aco-
pero además, cuáles son los cauces que ofrecen mayor posibilidad modar de una vez por todas el aparato de gobierno republicano
para cristalizar una correspondencia mejor entre ell as, pues, en el para canalizar de mejor manera sus beneficios tradicionales.
fondo, logra rl o significaría una mayor posibilidad de coherencia Esta es la razón que explica la realización de una especie de
inventario de recursos naturales2 y de una mayor dedicación a la
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conformación de un país unit ario, con un gobierno centralizado y representante de los terratenientes cultos y, por otro, el 'liberalismo,
fu erte; pero, a la vez, con mayores posibilidades de ser gobernado como manifestación de los nuevos fenómenos que emergían en la
con sentido moderno, si disponía de un mejor sistema viaP y de costa a raíz de la conformación de las grandes haciendas cacaotc-
formas más eficientes para explotar Jos recursos naturales4. ras, y que llegaría al poder gracias a la revolución de los montone-
Desde luego, para realizar todo ello, García Moreno (hijo de ros en 1895.
un español venido al Ecuador en el siglo XVIII y una connotada El liberalismo transformó el gobierno teocrático en uno lai-
cri olla guayaquileña, y casado con Rosa Ascásubi, de antigua fami- co donde Iglesia y Estado actuaban de manera separada. Junto
lia quiteña y quince años mayor que él), trajo técnicos, artesanos y con ello, incrementó la educación, la impl antación de hospitales, el
profesionales europeos. Creó la Escuela Politécnica Nacional, en crecimiento del aparato estatal. Esta política facilitó la reinversión
la cual enseñaron catorce jesuitas que habían sido expulsados de la de los excedentes de exportación en las haciendas cacaoteras pero
Alemania de llismark. Fundó el Observatorio Nacional, el Conser- también· en las ciudades. El auge cacao tero permitió a la vez la
vatorio, la Escuela de Artes y Oficios, para cuya subdirección con- consolidación de un nuevo estrato social: el agroexportador que
trató al hermano norteamericano Co nald, quien llegó acompañado fue, durante las dos primeras décadas de este siglo, dueño del Ban-
de algunos artesanos. Tambi én hizo venir como profesores de Me- co Comercial y Agrícola, en cuya dirección jugó un papel protagó-
dicina a Domec de Montpellier, Garyland y Sion. Asimismo creó nico Urbina Jado, hijo de un Presidente de la República de fines
la Escuela de Bellas Artes, bajo la dirección del pintor ecuatoriano del siglo pasado.
especializado en Roma, Lui s Cadena. La aparente contradicción de intereses desatada en la revolu-
La omnímoda presencia de García Moreno en el gobierno, ción liberal entre los terratenientes serranos -desde la Co lonia en el
si n embargo, provocó reacciones contrarias dentro de las cuales se gobierno- y los agroexportadores de la costa, fue superada a los
generarían, por un lado, el "progresismo" , como una opción natu- pocos años de dicha revolución, a través de las típicas alianzas fa-
ral de modernización, auspici ada por Antonio Flores, en calidad de miliares, que se prolongan hasta nuestros días, como un comporta-
miento consuetudinario para conservar el poder, y también a través
2 En ese afán, Garcfa Moreno acompana a los científicos en la expedición al cráter del Pichincha.
de las constantes concili aciones económicas entre grupos aparente-
Tamb1én en el deseo de exportar (y lo logra con éxito inusitado) algunos productos autóctonos, mente antagónicos.
como fue el cundurango: una hierba medici nal que envfa el presidente a una autoridad alemana,
a qu1en logra salvarla de una enfermedad que no habfa cedido a la medicina convencional. Este
La nueva situación, si n embargo, no logró evitar la enorme
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hecho narra Gómez Jurado, y podrfa alimentar una obra literaria notable. crisis cuya pri mera instancia fuerte se manifestó en novi embre de
En 186 1. el Ministro del Interior, Rafael Carvajal, expresaba en su informe: "... yo creo deciros
tod~. lo que hay que hacer en fa vor de nuestro progreso industrial con una sola palabra: Cami- 1922 y posteriormente en julio de 1925.
nos_. Por eso, Garcfa Moreno obtcnfa del Congreso los medios para abrir carreteras o vras ferro- He aquí el ámbit o hi stórico en el cual se pueden identificar
VI.arlas, Y ante todo: para el mae~tro Sebastián Wiesse. En 1864, la parte de la lfnea de la capital a
R1obamba fue termmada. Al nusmo 11empo pone en marcha un camino de Quito a la costa, por el los antecedentes más lejanos de la arquitectura moderna o al me-
norte ... En cuant_o al tren ... solamente se habfan abierto 25 km. en 1875 , a partir del gran puer- nos el estímul o más fresco y renovado que recibió la arquit ectura
to, Y grac1as al d1nero (200.000 pesos) suplido por los propietarios de las plantaciones ... " Dé-
4
melas y Sainl Geours, 1988; p. 180-181. tradicional de Quito.
Por ejemplo, la mo~ernización de las haciendas cacaoteras. A él "le corresponde la creación de las
p~1meras precond!cJO~es.para un desarrollo capitalista, la iniciativa, aunque leve, de industrializa-
Fue García Moreno quien hizo posible un nuevo impu lso en
CIÓn e~ Gu.~yaqull, P1chmcha e lmbabura. Origina un modelo económico que regirá los 65 anos todos los componentes téc nicos de la ingeniería y de la arqu itec tu-
postenores .. Favorece el.desarrollo de la agricultura, alienta el comercio y promueve el descubri-
miento de m mas Y su explotación. Reduce el gasto público y sobre todo militar, el cual descien- ra. En perso na lo demostró a raíz del terremoto de lbarra en 1868,
de hasta apenas el 17%. En cambio, aquel destinado a la educación asciende del 7 al 14%.
(Hurtado 1979. Ortfz 198 1, Démelas 1988).
cuando era Jefe Político y Militar de la Provincia, desde donde en-

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vió a Quito, para que aprendieran topografía con el ingeniero fran- culto y actualizado del que ofrecía la tradición local.
cés Adolfo Gehin, a César y Luis Felipe Lara, Adolfo y Carlos Basta apreciar la obra de Menten, Dressel, Reed, Schm~d t : pa-
Monge, Alejandro Pérez, Moisés Almeida y Miguel Herrería (Gó- nóptico, Observatorio Astronómico, casa de García Moreno, Escue-
mez Jurado, 1962; p. 412). Seguramente ellos ejecutaron la plani- la de Artes y Oficios (hasta hace poco Colegio Central Técnico),
ficación del ingeniero civil Arturo Rogers, quien "trazó las calles casa del General Veintimilla.
dándoles la anchura de doce metros en lugar de ocho que antes te- Durante el período liberal aparecieron por una parte nuevas
nían. Este ensanche se verificó ocupando el terreno de un solo demandas y por otra emergieron muchas que debían ser satisfechas
costado, de suerte que sus propietarios se vieron privados del área por la arquitectura y el urbanismo, partiendo de una nueva actitud
precisa para levantar sus habitaciones" (Gómez Jurado, 1970 :VII del gobierno. Esto es lo que sucedió a raíz del decreto de agosto
p. 64). de 1913, del Congreso Nacional, por el cual "se faculta a todo ciu-
En Quito refaccionó la azotea del Palacio Presidencial y dadano para que pueda adquirir una casa en cualquier capital pro-
"embelleció su frontispicio con tres airosos tímpanos. Construyó vincial que por su vetustez, mala construcción o por otra circuns-
encima de la quebrada de Jerusalem el Túnel de la Paz, gracias al tancia fuere atentatoria al ornato o inseguridad. Para tal efecto, de-
proyecto del ingeniero Gohin, quien también dirigió el nivela- berá dirigirse al Cabildo de la respectiva ciudad solicitando la ex-
miento de las calles. Muchas de éstas forzosamente acababan en propiación del predio. La persona que obtuviera la expro ~iac~ón,
pleno Quito al topar con abruptos altozanos. El remedio consistió deberá levantar el nuevo edificio en el plazo que el ConceJO fiJare
en abrir camino a fuerza de barra y pala, formando taludes hasta siempre que no exceda de un año" (El Comercio).
que la calle pudiese proseguir con un desnivel moderado y pasa- La arquitectura de estos primeros años de siglo en Quito, aún
ble. Además, por primera vez, se igualó y empedró el piso de las en manos de extranjeros, no rompió la coherencia esencial del
calles; desaparecieron baches y hasta los fangales de invierno. contexto morfológico sino en casos aislados. La obra de Russo es
Montal vo llegó a decir que la ciudad se había transformado en positiva por ejemplo, al levantar la casa de la familia Gangotena en
'concha de nácar'. Los trabajos eran controlados personalmente la Plaza de San Francisco, en 1912, o aquella diagonal a la Compa-
por el Presidente, quien, para imponer el aseo público, multó a Jos .ñía. Volumétricamente diferentes pero como las tres decenas que
que ori naban en las calles y a los propietarios de las c.asas que no hizo en el centro histórico, con suficientes características para mi-
tenían limpio su frente" (Gómez Jurado, 1957,III-p 383). "Tam- metizarse, no para oponerses.
bién construyó el puente llamado de los gallinazos sobre el Ma-
chángara, y hasta en la iglesia de la Compai'Ha, un obscuro depósito 5 Russo fue profesor de la Uni versidad Central, funcionario del gobierno, peque!lo ind~strial de. la
de trastos transformó en una regia capilla para el culto de la Beata construcción, agricultor y arquitecto constructor, as[ como proyectista d~ mucha dmam1a. Grac1as
a una motocicleta que tenia, supervisaba al mismo tiempo las construcc1one~ de la Magdalena. la
Mariana de Jesús, gracias a la dirección del Ingeniero inglés Mis- Loma y la 12 de Octubre. Posefa una buena biblioteca y por los pocos d1bu¡os que se conser·
ter Reed" (Gómez Jurado, 1959, IV-p. 309). van en poder de su familia, tenia toda la formación Hpica europea. Su fábnca de matenales de
construcción también tuvo éxito. . . . .
En suma, García Moreno dio lugar al lineamiento de un len- Su actividad en Quito comenzó muy joven, después de haber trabajado con el e¡érc1t0 llahano
cuand o recién graduado. Sus obras permiten apreciar un importante proceso de evoluc16n, que
guaje técnico y formal distinto al de la Colonia, que, desde luego, llega a adoptar comportamientos modernos, "en términos cron?lógicos". Cu ~ndo a nadie le preo-
utilizó el mismo ropaje clásico; pero no solamente en el ámbito re- cupaba la utilización de los materiales de construcción. por e¡ emplo el ladr.lllO. él de mostró que
era posible conseguir una expresión diferente, como fue para la época la antigua nunciatura. Clo-
ligioso, como era costumbre, sino también en el civil. Un lenguaje ro que , para ello, él tuvo que ocuparse de controlar el proceso de elaboración de los materiales Y
directamente comprometido con la Europa decimonónica, más participar con sus manos en la constr ucción, ensenando a los alban1les qmtenos Y aprovechando
s u proverbial habilidad. (1988: entrevista con el senor F. Russo V.).

20 21
La arquitectura de Quito comienza a hacerse moderna -para
nom tros- tanto por el contexto, ideología liberal, como por la no-
vedad en la forma de utili zar el cansado y anticuado lenguaje for-
mal, ecléctico, europeo, es decir, por la quiteñización del mismo,
mas no por la coherencia entre contexto -si se qui ere, moderno- y PRIMERAS EXPRESIONES DE NUESTRA
la forma, anlicuada. Bien cabría decir: Jo que para Europa, en esa MODERNIDAD EN ARQUITECTURA
época, era caduco, decadente (eclecticismo, historicismo), para no-
sotros adquiere una vigencia de modernidad indudable. En otras
palabras, los antecedentes de la arquitectura moderna en el Ecua-
dor es tán desligados de aquell os del movimiento moderno euro-
peo. No se expresa como allá con ruptura$, negaciones o rechazos
(Loos, 1972, le Corbusier, 1957), sino como simpl e incorporación
de nuevos comportamientos, de adaptaciones innovadas.
Desde luego, si lo caduco de Europa entre nosotros tiene un Debido a la revolución liberal , Quito estuvo en condi ciones
componente innovador, es indispensable explicarnos el perfil de de iniciar un proceso de dinamización como nunca antes había te-
nuestra propia modernidad bajo una ópt ica y conceptuali zación· nido. El gobierno incentivó la participación civil, por lo cual la
americanas, sin el temor de quedar cro nológicamente desubicados evolución urbana ya no se debió principalmente a los intereses de
con respecto a Europa y, por consiguiente, aparentemente menos riqueza y expansión de la Iglesia.
valorados. El aumento de las exportaciones dio una mayor capacidad
de compra y, en consecuencia, el comercio aumentó considerable-
mente. Las casas familiares y solariegas de Quito comenzaron a
transformarse: las ventanas de la planta baja, ampliándose, se con-
virtieron en puertas de acceso para nuevos almacenes. Así mismo,
se iniciaron numerosas construcciones bajo la responsabilidad de
profesionales extranjeros y nacionales pero con criterio netamente
comercial y utilitario, como se aprecia en el Pasaje Royal, hecho
para oficinas y almacenes; ya no para vivienda. "... con mucha
razón ha dicho alguien al admirar edificación tan hermosa como la
universidad, el Pasaje Royal y muchas de las elegantes casas que, a
manera de palacios modernos, decoran con su bella apariencia las
principales calles de Quito, con tales construcciones y con los sun-
tuosos. alumbrados y adornos que gasta en sus festividades públicas
causa la impresión de un dandy muy elegante vestido de frac Y
corbata blanca pero calzado con humildes y viejas alpargatas. Es
verdad. Solo la paciencia de los quiteños que se aguantan un tran-

22 23
vía que pasa cada hora, un acueducto que sumini stra agua cuando ciudad: inauguración de la vía férrea que unía la costa con la sierra
a bien tiene y un servicio de carros de aseo tan problemático como y facilitaba enormemente el despl azamiento de mercaderías y per-
los premios de la lotería puede soportar con todas sus calles y ave- sonas; la inauguración de los servicios indispensables: agua pota-
nidas un empedrado primitivo tan rudo e insufrible como el que ble, energía eléctrica y alcantarillado; el inicio de la canalización
aquí gozamos" (El Comercio: 1919). de las más grandes quebradas, debido a la iniciativa del doctor
En 1895 se había producido, pues, una gran transformación Francisco Andrade Marín6, a la época Comisario de Higiene: la de
política. En los años siguientes, la dinamia económica resultante Jerusalem (la avenida 24 de Mayo) y la de la Marín; la modifica-
beneficiará a los sectores tradicionales y no a los "montoneros de ción de las rasantes de algunas calles con pendientes pronunciadas,
Al faro". como aquella del "Mesón", para facilitar el ingreso desde el sur,
Las inversiones del Estado jugaron un papel importante. Se porque la calle Loja era la única vía de acceso y ya no prestaba las
destinaron mayores recursos incluso a pretexto de las conmemora- facilidades suficientes; el cambio del empedrado por el adoquina-
ciones centenarias para iniciar obras de gran trascendencia: 1809, do de las principales calles del centro; la iniciación de las obras pa-
el grito de la libertad; 1820, el grito de Guayaquil; 1820 la inde- ra el tranvía que llegó a unir la estación del tren con la avenida Co-
pendencia de Colombia; 1822, la batalla de Pichincha; 1534, la lón (1908).
fundación española de Quito. Para participar en este auge de construcciones, a los profe-
Quito, segú n el boletín de la Oficina Internacional de Repú- sionales extranjeros traídos por García Moreno comenzaron a su-
blicas Americanas editado en Washington, y que recogía los datos marse otros. En 1896, provenientes de Duenos Aires, llegaron los
de un poco conocido censo nacional realizado en 1908, alcanzaba italianos Lorenzo Durini y sus hijos Pedro y Francisco Durini Cá-
a 50.841 habitantes, en una extensión aproximada de doscientas ceres. Para conformar la planta de profesores de la Escuela Nacio-
hectáreas. Estos datos se complementaban con aquellos obtenidos nal de Bellas Artes, los italianos Valente y Radiconccinl y el portu-
por el comisario municipal de sanidad, durante la visita anual que gués Pereira. Para participar en la construcción del sistema de
acostumbraba: ciento noventa y seis manzanas, ochenta y ocho ca- agua potable, contratado por la casa Menesmen, después de haber-
sas muy asoleadas, mil trescientos ochenta aseadas, cuatrocientas se sometido a un concurso entre cuarenta profesionales y haberlo
sesenta y cuatro desaseadas , setenta y cinco inmundas, sumaban un ganado, llegó en 1909 Augusto Ridder. En 1912, después de ha-
total de mil ochocientas ci ncuenta y ocho casas entre Chimbacalle ber construido el muelle en el lago Titicaca, vinieron los hermanos
y San Bias. Russo. Antonino se quedó en Quito y casó con doña Concepción
Tomando en cuenta un dato recogido por el Departamento Villacís. Pablo, su hermano, ejerció la profesión en Guayaquil.
de Planificación del Municipio referido a 1906, la ci udad, en dos A los extranj eros no mbrados se sumaron algunos ecuatoria-
años, había aumentado solamente dos mil habitantes pero, en cam- nos. Unos, salidos de la Escuela Politécnica Nacional, y otros, de la
bio, treinta hectáreas, lo cual advierte matemáticamente que fue la Escuela de 13ellas Artes. Entre los formados en Europa destacan
época cuando se comenzaron a organizar las primeras "ciudade-
las": al sur, el Aguarico, y al norte, la denominada "Larrea" 6 Hombre muy dinámico y polémico, según lo apreciaban en la é poca. Esto decfa la prensa. con
(1908). respecto a su actividad: "Muy acert~da la idea del Dr. Francisco Andrade Marfn. que perSISte en
la idea de extinguir la bayeta usada en el vestuario de las mujeres del pueblo . En Bohvta se oca·
Paralelamente, durante la primera década de este siglo, se ba de dictar y se llevará a su estricto cumplimiento una ordenanza mediante la cual se prohfb1> a
reali zaron obras de mucha importancia para el crecimiento de la los indfgenas el continuar vistiéndose de esa manera exótica. Algo igual sugieren podrfa hacerse
en esta ciudad para eliminar la antihigiénica bayeta". (El Com ercio).

24 25
Pedro y Luis Aulestia, hij os del conocido arquitecto, de fines del En 1908, Lorenzo Durini intervino como arquitecto munici-
siglo pasado, muerto en 1882, don Mariano Aulestia, quien había pal, y en 1909, en la construcción del monumento a la Libertad, el
sido discípulo de Juan Pablo Sanz - proyectista de la casa presiden- arreglo del parque de la Independencia y la colocación de las res-
cial de las calles Mejía y Guayaquil. Mariano Aulestia·, entre 1850 pectivas verjas&.
y 1875, había realizado también las siguientes obras: el puente so- Posteriormente, Francisco Durini hará los siguientes proyec-
bre el Machángara, la basílica de las Lajas (sur de Colombia), el tos y construcciones: Casa Pardo, Hoteles Europa y Froment, Pasa-
cimborio de la iglesia de La Merced, la torre de La Compañía y la je Royal (1915) , Círculo Militar (1926), junto con Riddef9, antiguo
media naranja de San Agustín, tal como indica José Gabriel Nava- Banco Central (1924), Caja de Pensiones y Banco de Préstamos
rro. (derrocado) en 1926, también muchas villas: Helvetia (Cordero,
También Espinosa Acevedo se había ed ucado en Europa. entre Páez y 10 de Agosto), Miranda (Avenida Colón), Villa Tries-
Entre los egresados de la Politécnica, destacaron: Gualberto Pérez, te, Villa Najas (actual Ministerio de RR.EE.)
Lino Flor y Sánchez. Su arquitectura no tiene absolutamente ninguna referencia a
El 22 de julio de 1905, Durini e hijos firmaron un co ntrato? la experiencia nacional. Es una traslación carente de análi sis del
para realizar el proyecto y la construcción del Palacio Legislativo, lenguaje emblemático formal que había aprendido en Italia y que
en 550.000 sucres, junto al Pa lacio Municipal. No llegó a levan- puso al servicio de los inversionistas que comenzaban a vislumbrar
tarse. la posibilidad de aprovecharse de la arquitectura y de la construc-
ción como un nuevo canal de alta rentabilidad. A este traslado
7 El contrato es sumamente meticuloso y contiene referencias formales y técnicas que ameritan con·
irreflexivo y a esos intereses de los inversionistas se debe la impos-
signarse: "... la fachada será de estilo clásico, y su cuerpo central estará formado de un tfmpano tación, en pleno centro de la ciudad, de una estructura comercial
sostenido por cuatro columnas, sobre el cual descansará un grupo alegórico de piedra artificial,
que significa 'EL PROGRESO DEL ECUADOR MEDIANTE LA FUERZA DE LAS IDEAS Y LE-
(en la colonia todas estuvieron aunque sea indirectamente tambi én
YES DE SUS CIUDADANOS QUE SE REUNEN POR MANDATO DEL PUEBLO EN ESTEPA- con la producción), como el Pasaje Royal.
LACIO'. Representa el progreso la figura central sostenida por el CONDOR DE LOS ANDES,
que simboliza el Ecuador. La de la derecha del progreso, la IDEA, la de su izquierda, la FUER- La revolución liberal había cambiado también la perspectiva
ZA. En los cuerpos inmediatos a la derecha habrá el busto del libertador Simón Bolfvar y a la iz- de la políti ca exterior. Peralta se di stinguió como ideólogo de ese
quierda el de Sucre. Siguen a uno y otro lado pórticos, los cuales enlazarán los cuerpos esquine-
ros al central.
Mezcla que se usará para paredes y pilastras: 1 de cal. 2 de arena, 1 de arcilla. Los cimiemos se- "El monumento comenzó a construirse en 1906, según contrato suscrito en 1904, aunque la pri-
rán construidos de piedra, 'piedra de medio cemento y cemento entero' y con una mezcla com- mera piedra se la puso en 1898. Su costo fue de 8. 7SO cóndores.
puesta de 1 parte de cal, 2 de arena y 2 de arcilla (chocoto). Las columnas del corredor serán de Participaron las siguientes personas: Diseno: Juan Bautista Minghetti. Ejecución de esculturas
hierro fundido, de diámetro de 1S cm. en la parte más gruesa. Estas mismas columnas servirán de de bronce: Adriano Froli Carra. Realización de modelos de yeso: talleres Verdi, Génova, Italia.
tubos de desague para las aguas de la azotea del segundo piso. Todas las oficinas numeradas del Elaboración de ornamentos de bronce: Giovani Corsani.. Constructor: Francisco Durini. Fun-
1 al 17 del piso principal serán empapeladas con papel tapiz de buena calidad. Los cielos de to- dición de bronce: Pictro Luppi. Fundición del hierro: Lazini Gius. Escultor de mármol: Pietro
do el segundo piso se construirán de madera de 13 mm. de espesor, tablillas machimbradas, con Capurro. (Nancy Puente de Salas. 1989).
una cara bien cepillada y clavadas en las madres ciegas de las tijeras de cubierta. Si en algo se ha destacado siempre el Ecuador ha sido•en la imaginerfa, en la escultura sobre todo
El material de la cubierta será de planchas de hierro galvanizado. acanalado, de fabricación ingle- colonial. La tradición se mantiene con fuerza. Resulta contradictorio constatar cómo los artistas
sa, de siete planchas por quintal y aproximadamente de 6 pies de largo por 2 de ancho", etc. nacionales con frecuencia son desplazados por aquellos de otras nacionalidades.
(B oletfn de Gobierno 1906). 9 El contrato para el proyecto y la construcción se firmó en 1917 con Durini y Ridder. La puerta
La sola lectura de este documento nos permitiría reconstruir las circunstancias culturales. polfticas de entrada fue obra del obrero mecánico Julio Carrión. El cóndor y las letras de bronce del por-
y, sobre todo, de avance de la arquitectura y de la construcción. tón del edificio hicieron Sc$-undo Ortiz y Manuel Ayala. Todas las piedras del edificio elaboró
Sin duda, los contenidos de referencia a la formalidad arquitectónica tuvieron participación direc- Pedro Cóndor. La puerta del sal(w..principal fue disenada y trabajada por Joseph Drier de Alema-
ta de Durini. Se ve que su concepción sobre la arquitectura está directamente comprometida con nia.
la tradición, con lo emblemático, con lo simbólico, con lo subjetivo. Seguramente esto le condi· El parquet para el salón principal se adquirió en la casa italiana Fratelli Zari de Milán y fu e coloca-
cionará durante toda su actividad, pues observando sus obras no existe ni el más leve cambio o do por Francisco Ruía. El decorado se realizó con material Sticolini disenado y vendido por la
deseo de adecuación a las circunstancias nacionales. casa alemana Lenmamm (E/ Comercio, 1986. F. Grijalva).

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cambio Y Al:aro, el reco~ocido general del ejército nicaragüense y ser inaugurado durante las fi estas centenarias. Debido a la silua-
cubano, el eJecutor. Deb1do a esta actitud abierta al mundo se re- ción económica catastrófica del municipio, el n aneo Pichincha,
solvió reali zar una feria internacional, en la cual el Ecuador podía fundado en 1906, para hacerle ese préstamo, le pidió el aval de
darse a conocer, exponer la nueva imagen nacional, su puj ante eco- uno de sus concejales. La construcción estuvo a punto de no reali -
nomía Y su avance cultural junto al mayor número de países a los zarse; pero fi nalmente se inauguró junto con el monumento dedi -
que. s~ les extendió una cordial invitación para participar con ex- cado a los héroes del 10 de Agosto, concebido por el italiano
posJCJOnes en pabellones independientes o en los salones del gran Minghetti, en medio de conciertos de bandas y con la plaza por
palacio. primera vez iluminada con electricidad. Pereira también construyó
Durante la promoción de la feria , se advirtió que la empresa la villa de Modesto Larrea Jijón, en la cual , hasta mediados de este
era mayor que las posibilidades pero ya no era posible retroceder: siglo, funcionó la embajada estadouni dense ( 10 de Agosto y Río-
con un mes de retraso se abrió al público la comentada exposición. frío).
El proyecto y la construcción del edifici o se encargó a· Raúl María La intervenció n del Banco Pichincha nos advierte del atracti-
Pereira, "soltero, mayor de edad y natural de Portugal" que a la vo que se vislumbró con la participació n en los procesos de cons-
vez hacía de director de la Escuela de Bell as Artes. Los pianos fu e- trucción y del fraccionamiento fundiario. En efecto, pocos años
r?n aprobados después de un "detenido examen" por el Ministe- después, ese n aneo será uno de los primeros en urbani zar los terre-
n~ de Instrucción Públi ca y su construcción se inició sobre una nos de su propiedad y de aquellos encargados a su departamento
ex1stente. Duró un año y contó con la participación de seiscientos de mandato.
trabajadores. Radiconccini, otro de los profesores de Bellas Artes, hizo
. Cuando la exposición terminó, después de la protesta de los también de arquitecto y nos dejó algunos testi monios importantes:
estudiantes universi tarios de agro nomía y arquitectura porque no el Palacio Samaniego (actual cine Capitol, reformado por Russo),
les habían permitido participar, se propuso que ese edificio alber- el Pasaje Baca (1913 - 14), en la Espejo entre Venezuela y Guaya-
gue a la u~i versidad, pues el antiguo seminario de los jesuitas ame- quil , y la casa de Jorge Cordovez, conocida como la Rotonda! l .
nazaba ruma desde hace tiempo. En cuanto a los arquitectos nacionales, cabe destacar a Gual-
A. R. M. Pereira se debe también el proyecto del Palacio berto Pérez. Egresado de la Politécnica Nacional, pronto se invo-
Municipal de Latacunga (19 10) y aquel que en Quito derrocó el lucró con Schmidt, su profesor, para levantar la estructura del mer-
doct,or ~uli o Moreno Espinosa durante su alcaldía (1959 _ 6 1). cado de Santa Clara. Por primera vez se utilizaba una estructura
Hab1a SidO producto de un concurso convocado por el Municipio metálica totalmente importada. Luego, en la casa de Mateus Gar-
en 1908 10 Ylu ~go con.tratado para su construcción (restauración) a cía e Ignacio Heredia (derrocada en el Girón). También en la casa
un costo de qmnce m1l sucres, con el fin de que tambi én pudiese y en el chalet de Jacinto Jijón, la Circasia na. Con seguridad tam-
bién habrá participado en la construcción del Sanatorio Rocafucr-
1o El concurso convocado por el M unicipio d~cía así· " Por orde 11 d ·1 e · ó te, proyecto de Schmidt, levantado al pie de la coli na de la Basíl ica
. . e once¡o con v case a un con-
~~rso para la formac1ón de los planos del edificio municipal. El Concejo adjudicará un premio de del Voto Nacional y sobre el que se diría en 1908: "El espléndido
O sucres al autor del plano que reuna las mejores condiciones de arte y belleza, y que el costo
de la e¡ec.ucJón no .exceda en ningún caso de 120.000 sucrcs ... Distribución del edificio: salón
de. recepciOnes ofJCJales, salón para recepciones ordinarias. Despac ho para el Presidente del Con-
ce¡ o, para el Jefe. PolítiCO con sus respectivas oficinas de Registro Civil. Los lados de la planta 11 Este senor fue Presideme de la Junta del Centenario de la Batalla de Pichincha y fue acusudo por
ba¡a que den hac1a la Plaza de la Independencia y a la calle Bolivia (hoy Espejo) servirán de al- Jacinto Jij ón de oponerse al mejo ramiento de la entrada sur de la ciudad. porque era un "nego-
macenes". (D1C1embre de 1907). ' ' ciante de casas )' terrenos en el norte de la ciudad" (El Comercio. 1922).

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edificio del sanatorio será indudable mente una de las mejores Otro de los arquitectos de amplia carrera profesional, no solo
obras públicas de Sudamérica que viene construyéndose desde ha- en Quito sino en todo el país, e ntre principios de siglo y la década
ce algunos años , con un costo estimado en un mill ón de sucres". de los años cuare nta, fue Augusto Ridder. Murió en 1953. A él se
El había planificado y levantado también el teatro Sucre. deben importantes proyec tos: Palacio de la Gobernación en Gua-
A principios de siglo, Gualberto Pérez tambié n hi zo la quinta yaquil ( 1926), el Palacio de Correos ( 1924 ), el Hospital Eugenio
presidencial que estaba ubicada e n donde hoy es la embajada esta- Espejol3 inaugurado en 1933, la derrocada Clínica Ayora, el chalet
dounidense (Patria y 12 de Octubre) y la casa de la esquina de Bri- derrocado de Vásconez García en la calle Vargas, el diseño del par-
ceño y Colombia, que en determinado momento funcionó como que de El Ejido (1934) y la Villa Eatsman (6 de Diciembre y Vein-
Ministerio de Fomento y fue pre mio ornato en 193 1. A él se debe timilla).
uno de los planos de Quito levantados co n mucha precisión y me- A fines de los años veinte trabajó e n la Dirección General de
ticulosidad. Obras Públicas, dentro de la "sección edificaciones", e hizo: la ca-
Pero no solamente se destacó como proyectista y constructor sa de la Gobe rnación de Azogues, la plaza del mercado cubierto de
sino como hombre inquieto: gracias a é l ahora conocemos la se- Cuenca, los colegios Olmedo en Portoviejo y Valdivieso en Loja,
lección de los ejemplos más representati vos -no constan todos, des- los hospitales de Dabahoyo, Latacunga, Machachi, Tulcán. Las es-
de luego- de la arquitectura de Quito hasta 19 19, que realízara la cuelas fiscales de Chone, Jipijapa, Morán Valverde de Bahía, 10 de
Asociación de Arquitectos del Ecuador a propósito de la invitación Agosto de Otavalo. En Quito, los edificios de El Comercio ( 1922)
que recibiera del Uruguay para participar e n el Primer Co ngreso y de las oficinas municipales de la Montúfar y Espejo (1920).
Panamerica no de Arquitectos (Mo ntevideo, 1920). (G . Pérez, Su arquitectura tiene una indudable preocupación por el ra-
1927) . cional funcio namiento de cua ntos locales hizo. Ta mbién se preo-
Aque lla selección había sido realizada por Espinosa Aceve- cupó de adaptar sus conocimientos e uropeos a las técni cas tradi-
do, Donoso y Ridder. Había actuado como secretario de dicha Co- cionales en funci ón inclusive del condicionamie nto climático, sin
misión Jorge Jarrín. Pérez, en el artículo indicado, transcribió con descuidarse de la óptima utilización de los escasos recursos econó-
leves cambios dicho informel2. micos. Pero, no por ello rehuyó afron tar problemas complejos co-

12 "El 9 de noviembre . la Asociación de Arquitectos del Ecuador resolvió enviar ... ade más de los
l!abajos manuales de los socios. las fotografías de los siguientes edificios: EPOCA COLONIAL.
Edificios particulares: Casa de Jacinto Jijón, Hoteles Europa y Froment.
Edificios públicos: Fachada de la iglesia de la Companía; fachada y puerta de Camuna de San
1911 a nuestros d(as. Edificios públicos: San Roque. Uni versidad Central. Edificios particula-
Francisco. La Catedral por la plaza. detalle de la puerta occidelllal. Palacio de gobierno (frente),
res: Pasaje Royal, Pasaje Daca, Casa de J.J . Chiriboga C .• Casas. Calisto, Pardo y la Rotan~?·
Clausl!o de la Merced, capilla mayor. Edificios particulares: portada de la Casa de la lnouisición,
Palacio Samaniego, llcrcdia, E. Gangotena, M. Dueno. Romo Lerou~ y Mausol~o de la _Fanuha
Portada de la Casa de Salas. Portada de Santa Elena.
Gangotena. Chalets: M. Larrea. Gabriel Daca, Circasiana, Cumandá, Drauer. Quonta Pres1denc.al
REPUD LICA 1830 - 1860: Edificios públicos: Palacio Arzobispal (fa.:hada). Palacio de J usticia
(fachada). Edificios particulares: Casa del Danco Pichincha. Casa de la familia León (la Merced). y la Granada". . . .
Se 1ranscribe este informe firmado por Jorge Jarrfn Córdova. por cuanto proporciOna 111formac oón
Casa de Rafael Vásconez G.
concreta sobre la arquitectura del Quito de principios de siglo.
1860- 1875: Edificios públicos: Observatorio astronómico. Penitenciaría. Escuela de Artes y
Pérez, el 26 de febrero de 1928. publica en El Comercio un artfculo en el cual complementa el
Oficios. Edificios particulares: Casa de García Moreno. Casa de la familia Ordol1cs, Hotel París.
informe de Jarrín con los nombres de los .autores de todas las construcciones.
1876- 1883. Edificios públicos: T eatro Sucrc. fachada de la Alameda.
Este mismo trabajo aparece publicado en 1927 en la rev ista de la Sociedad Jurídico-Literaria 122.
Edificios particulares: familia Palacios. Antonio León, Casa de la Vda. de M. Larrea, fachada de la
con el título de "Historia de la Arquitectura Ecuatoriana". En 1987. el Banco Central reproduce
casa J. M. Lasso, Casa de Carlos J. Matcus y G.
dicha publicación en el tomo 31 de la Diblioteca Dásica del Pensamiento ~cuatorian_o . • .
1884- 1895: Edificios públicos: Estatua de Sucre. Dasílica Nacional. Edificios particulares. Ca-
En 1912, luego de adquirir los lotes, se inició la construcción del Hosp1tal Eugemo Espc¡o con
sa de Victoria Villavicencio de GuarU.ras. 13
planos de F. Schmidt; pero no se logró mayor progreso, por lo cual, en 191 4, se resolvió contra-
1896- 1911. Edificios públicos: Plaza del Mercado. monumento de los próceres. Sanatorio
tar nuevamente con planos previos de Guillermo Shaeter y A. Ridder.
Roca fuerte .

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mo supuso el cambio de diseño y la construcción en hormigón ar- López (Bolívar y Venezuela). Una evolución de contenido ..de for-
mado del cine Bolívar: treinta metros de luz sin columnas interme- ma y de concepción constructiva como ést.a, es una evolución que
diasl4. Su lenguaje formal, si bien no puede prescindir de las refe- testimonia más factores positivos que negauvos.
rencias clásicas, adoptó muchas simplificaciones cercanas a la mo- En anteriores páginas se mencionó que Mariano .Aulestia d.e-
dulación constructiva, sin llegar a estereotiparse, aunque por sus 'ó dos hijos que siguieron sus pasos. Fueron a estudwr en .Italia.
condiciones de trabajo y las exigencias tipológicas (hospitales, es- iuis se graduó en Thrín, Pedro lo hizo en Mil án, donde trabaJÓ con
cuelas, fábricas), estuvo muy próximo a ello. Basta apreciar el pri- el arquitecto Scannavini y realizó, entre otros, el proyecto par~ la
mer colegio alemán (hoy Borja, en la 9 de Octubre),y la fábrica iglesia parroquial de Seregno. Volvió en 19.08 y, a los pocos d1as,
Ales en Manta. comenzó a sacar anuncios en la prensa, de 1gual forma que acos-
Quizá por esa disciplina alemana tan caracterizada, se le atri- tumbraba Durini, para ofrecer sus servicios profesionales. Su
buyó haber simpatizado mucho con Hitler, aunque nunca se intere- aporte como constructor fue muy i.mp.ortante. Su o?~a co~o pro-
só en volver a su país. Por ello, pese a su afable carácter, aunque yectista se puede apreciar por las s1gUJentes construcciOnes. Cole-
introvertido y enamorado del Ecuador, al terminar la segunda gue- gio 24 de Mayo (1 922), Casa Municipal de Otavalo ( 1924), casa
rra mundial, con todos sus paisanos fue llevado a Estados Unidos. del doctor Romo Leroux en San mas (1 9 19), Escuela 10 de Agos~
Su apresamiento se realizó por una delegación estadounidense to (calle Borrero y Loja), escuela de la Plaza Princip.al en. Macha~hl
que actuó aquí como en su propia casa. Después de un año y me- (1924 ), entre otras, pues trabajó también para la D1rece1ón NacJO-
dio volvió y se nacionalizó. nal de Obras Públicas y para el Municipio.
Russo Hermanos, especialmente Antonino, merece un libro La epidermis de Quito se remozó a partir d~ e~te s.iglo. Tan~­
aparte, por la magnitud, la variedad y la evolución que se aprecia bién su volumetría, en forma tímida, debido a las hnutacJOnes técru-
en su obra, lastimosamente desconocida y nada estudiada. Este ar- cas comenzó a cambiar la altura de las edifi caciones.
quitecto tiene treinta y cuatro construcciones solamente en el cen- ' A principios de este siglo (1 915) se decidió derrocar.. fina~ ­
tro histórico de Quito. Al norte, otro tanto, entre las cuales desta- mente, el antiguo y estrecho -se decía- edificio. de la Uruversl-
can varios premi os ornato: antigua nunciatura (1946), casa derro- dad Central, donde se educaban cuatrocientos tre1nta Y. ?o.s estu-
cada de la avenida. 12 de Octubre (1948) , etc. Su enorme sensibi- diantes. El proyecto y la construcción para el nuevo ,ed1flc~o. se le
lidad y versatilidad permiten identificar un largo proceso evolutivo encargó al ingeniero Espinosa Acevedo, que ya hab1a ~aruc1pado
que se inicia con la casa de la familia Gangotena con un amplio en la erección de otras obras representativas como, por eJem~lo, en
patio bajo el esquema colonial; luego pasa por la casa diagonal a la "residencia del Presidente", ubicada en la parte posten or del
La Compañía, donde el patio queda reducido a pozo de luz, por la Palacio de Gobierno y luego en el proyecto para el Colegio Bolívar
Casa Pardo, ya sin patio. Continúa en la antigua nunciatura -casa de Ambato.
compacta a la manera impuesta por Vinci- y termina con la anti- Para 19 19, el ambiente profesional se descnvol vía dentro de
gua Clínica del Seguro (Manabí y n enalcázar) y la antigua Casa pará metros mejor delimitados. Con un se ntido e1~ inent.e1~ent e
moderno, ya se anunciaba que "la ofi ci na del Ingemero CIVIl. En-
14 Los planos del Teatro Bolfvar fueron concebidos por "los célebres arquitectos e ingenieros nor- rique Alvarez y el Arquitecto Donoso nos encargamos de l~ dne~-.
teamericanos Hoffman-Henon especialistas en estas obras como lo prueban los disenos de los tea-
tros en Filadelfia. Pittsburg, Baltimore, Washington, Atlanta City. La ejecuciÓn ha estado a car-
ción técnica y construcció n de toda clase de obras relacwnad<lS
go de A. Ridde r. Es el teatro más grande y moderno de la costa occidental de Sudamérica". (EL con nues tras profesiones .. . construimos residencias pagaderas u
Comercio, 1933).

32 \1
largos pl azos con intereses y amortizaciones estric!amente banca- dela con elegantes chalets y ll amada a espléndido porvenir. .. En
ri os" (El Comercio, 19 19) 1 5. Ta mbién se anunciaba que se había estos asuntos hay que tener en cuenta primero que el Concejo no
"conforn_wdo una nueva ofi cina téc nica: Mull er, Noroña y Mal- solicita donación alguna de esta clase y en algunos casos se presen-
donado, mcorporados en la Uni versidad Central "1 6 tan uno o más particulares al Concejo para decirle: estamos cons-
Había razón para afirmar que "está a la vis;a de todos que truyendo tal o cual barrio o ciudadela como aquí se llama: le ob-
nuestra capital se extiende de una manera asombrosa con la forma- sequiamos al Concejo estas y las otras calles, plazas, avenidas, etc.
ci~n de nuev_os ba~rios que poco despu és serán fl orecientes parro- pero exigimos a cambio que la Corporación las canalice, pavimen-
quiaS por la mtens1dad de la población. Al Concejo le correspon- te, provea de luz eléctrica, agua potable, etc. para mejor se cumpla
de, co n facultad privática, intervenir directamente en la formación el aforismo de antes."
de los pl anos de los nuevos barrios para que se consulten en ellos "Hay que tener en cuenta lo siguiente: primero, que el Con-
las reglas técnicas en cuanto a delineación de calles, pl azas, canales cejo no solicita donación alguna de esta clase y en casos de verda-
Y desagües sin los que no cabe higiene en las poblaciones". Por- dera utilidad pública haría la correspondiente expropiación. Se-
que ... "aparte de la fi ebre tifoidea, del ti fus exantemáti co, de la gundo, que se trata de negocios de particulares cuya mayor conve-
fi ebre electoral y otras fi ebres, se nota ahora con caracteres bi en niencia está precisamente en abrir calles, plazas y avenidas para
defi nidos la fiebre de las construccio nes con qu e ha in vadido tam- que suba el valor de la propiedad. Tercero, que cualquier compra-
bién la población desde hace algún tiempo... Así va el progreso ur- dor de lotes ex ige en primer término entrada para su propiedad
?ano, haciéndose notabl e y tant o que no hay memori a de que otro por lo cual, de hecho quedan del dominio públi co las calles traza-
1gual superara en tiempos antiguos pues, de ac uerdo con el parecer das y, cuarto, el Concejo ti ene la obligación de velar porque el pro-
de las pocas personas que han llegado a los ochenta años de edad greso urbano ha de hacerlo sin mayor sacrificio cuando se lo per-
el Quito de hace veinte años (1 900) , era el mi smo de hace ci ncuen~ mitan sus rentas. Porque ocurre una cosa curiosa: hay personas
ta pero, en dos décadas, está ahora inconocible como ellos dicen que le piden al Concejo agua potable, luz, canalización·y pavimen-
ha cambiado de fi sonomía, la modernización le ha in vadido por to~ tación para las calles que van a formar a cambio de la cesión de
dos lados y lo que antes fue suburbio, hoy es una moderna ciuda- esas mismas calles y si el Concejo necesita una faja de terreno para
ensanchar una avenida y dar mayor viabilidad esas mismas calles
15 El B anco Pichi ncha. en 1908. a dos anos de fundado. hace sus primeros préstamos para cons-
quieren cobrarles a precio subido el valor de esa faj a que por otra
trucctón. parte solo a ellos les interesa. Ya es tiempo de que el Concejo se
En 1914: por otra parte. se anunciaba por l a p rensa: ""Col oco sus di neros en condic iones vema-
preocupe de expedi r una ordenanza al respecto" (El Comercio,
!C:~··· str vo de tnlermcd tano y corredor de negoci os... corno compra y venta de haci endas y ca-
19 19).
He aquf las P~~eba_s de qu~ El Com~rcio_impulsó la construcción y de ésta se aprovecharon lo s
nuevos mecantsmos bancan os para dutamtzar sus gan anci a~ . A principios de 1920 se podía leer en la prensa que "se ven-
El anuncio de Do~toso confirma el lraslado de excedentes económi cos al sector de la construc- den lotes en la nueva ciudad ... con acceso a la avenida Colón". El
ctón, cuyo _crec muento deternuna, como es lógtco, la expansi ón y l a modernización de la ciudad.
Basta conf•rmar que el fndtce de crecimielllo territorial es superior al que demanda el creci miento nuevo estilo empresari al de fraccionamiento y expansión urbanos,
pobl ac10nal .
Entre 1906 Y 1914: la población de Quito aumentó en dos mil habitantes; en cambio. su superfi -
como se ve, continuó hacia el norte. En 19 18 se habfa llegado has-
Ci e aumentó en qu uuentas hectáreas. es decir. más del doble de lo que la ci udad habfa cr ec ido ta los límites mismos de la ciudad aún de algu na manera compac ta
desde su funda ctón.
16 El i ngeniero Noro_na fu e el autor del ""plan t~c nico·• de las obras realizadas en 1922, para conme-
debido a la iniciati va de una empresa organizada espl!cíl1camentc
mor~r el cen tenan o de la Batalla d e Pichi ncha. Junto con él trabajó wmbién otro ingeniero ex- para confo rmar el "Barrio América"l 7.
lran¡ero de apelhdo ltosentol (El Com ercio. 1922).

34 35
Por el centenario del primer grito de la Independencia, en Jardín que valdrán mañana diez cuando hoy los adquiere usted por
1909 se había realizado la feria internacional. Por el centenario de uno, debido a su excepcional ubicación en el sitio de mayor realce
la Batalla de Pichincha se organi zó una exposición nacional, junto en el crecimiento de Quito . Por su elegancia, dado que no habien-
con ello, se inauguraron una serie de obras muy impo'rtantes: al- do hoy ni una sola construcción en pie, toda el área de Garden
cantarill ado y relleno de la quebrada de Jerusalem, pavimento de City siempre serán solicitadas y deseadas. Convierta usted sus aho-
las calles, construcción de escuelas. El Comité conformado con es- rros en tierras que so n el único valor que no desmerece. En breves
te motivo, trabajó durante tres años y desde luego creó mucha ex- días más empezará la venta de lotes" (El Comercio, 1922).
pectativa. La ciudad, nacida en la Colonia, daba sus últimos respi- En esta época, tal como se aprecia en el plano de Quito reali-
ros antes de ingresar plenamente al mundo mercantil bajo la "ini- zado por el gobierno y en el anuncio transcrito, en la actual " Ma-
ciativa privada", pero con la intermediación de la iniciativa públi- riscal" no existían construcciones densamente ubicadas por lo cual
ca.
en el crecimiento urbano se interesaron nuevamente los bancos.
El 2 de mayo de 1922, Víctor Emilio Estrada, a nombre de Para aumentar la eficiencia en la venta de lotes en el norte,
una compañía conformada para la urbanización de la Ciudadela por primera ocasión se introducirá en la ciudad y se pondrá a dis-
Mariscal Sucre, in vitaba "a los empresarios de obras de pavimenta- posición de la burguesía quiteña, un nombre, un comportamiento y
ción y desagüe a presentar sus propuestas para urbanizar el terreno una forma de celebrar una fiesta, ya no al estilo español de la colo-
que fue de la Anglo French Syndicate en El Ejido y que hoy per- nia, sino a la manera gringa. Se promueve y difunde el "party
tenece a la Compañía Mejoras Urbanas", y concluía: "en breves garden" precisamente en la ll amada "ciudad jardín" del norte.
días más empezará la venta de lotes" (El Comercio, 1922). Con el pueblerino gusto en plena vigencia es lógico pensar que la
En efecto, el domingo 7 de mayo de 1922, en la mi ta.d de la arquitectura también tendrá, al fi nal, esas pretensiones.
primera página de El Comercio se daban ocho razones para com- Sorprende que en la década de los años ochenta nuevamente
prar los lotes en la ciudadela Mariscal Sucre: por su confort, por aparezca una iniciativa similar, bajo responsabilidad de una empre-
su accesibilidad, por sus facilidades, por su higiene, por el porvenir, sa de preparación de alimentos, que logra promocionar el "hallo-
"pues no hay un solo metro de terreno en la capi tal cuya expecta- ween" y automáticamente distorsionar el comportamiento cultural
tiva de valorización sea más grande que los lotes de la ciudadela auténtico sobre todo de la pequeña y alta burguesía.
Así se estimulaba la demanda para devorar -no racionalizar
17 He aquf el anuncio de la prensa con respecto al barrio América;
su uso- el suelo urbano en beneficio monetario de los latifundistas
"Quito Moderno. Sabe usted que la ciudadela América es la única que puede ofrecerle 207 lotes
en plena ciudad de Quito a diez y. siete minutos de la plaza grande; en terreno firme y adecuado (terratenientes) urbanos, con el aprovechamiento del capital banca-
para construcc•ones, ligeramente lllCllllado y por consiguiente de fácil desague, con doce aveni-
das todas perfectamente trazadas, y de doce metros de ancho y con una canalización en todo el
rio, la intermediació n profesional instrumentalizada y la actitud de
frente que COSTO 45.000 SUCRES A LA MUNICIPALIDAD y la primera y única donada por simple espectador tomada por el Municipio, que, solamente en
personas particulares desde el tiempo de la Colonia. que tiene un frente a la gran avenida Vargas
de más de 400 metros de largo en donde desembocan cuatro espléndidas calles a dos y medio mi- 1924, logra dictar una ordenanza de construccio nes para "orientar
nutos d~l tranvfa que pasa por la avenida 18 de septiembre. Todo ésto es verdad, pero usted de- al comportamiento de los ciudadanos frente al crecimiento de la
be cerciOrarse dándose un paseo a conocer estos preciosos lotes. Allf encontrará a toda hora un
empleado que le atenderá cortesmente, indicándole los planos e informándole respecto a dimen- ci udad", en la cual, desde fines del siglo pasado, ya se habían co-
SIOnes, áreas, localización de las calles, avenidas, plaza, nombre de Jos duenos de los lotes ya
vendidos, etc. menzado a levantar muchos edifi cios de "estilo moderno, entre los
Para pormenores referentes a precios, condiciones de pago, etc., dirfjase a sus propietarios senores cuales algunos rompen la uniformidad con terceros y cuartos pi -
Dame! Cadena Arteaga y C.A. Alvarez en sus respectivos almacenes de "Ven~gas y Cadena" y
"Enrique Alvarez Hnos." (El Comercio, 1919). sos. Cosa inexplicable por cierto en donde son tan frecuentes los

36
37
r
tembl ores" (Olano 191 5; p. 134) . El primer intento para racionali zar el proceso de elaboración
En 1926, bajo la "iniciati va pri vada", se comenzaron las ur- y el empleo de los materiales de construcción y~ lo ha~ía hccl~o,
banizaciones de La Floresta y Las Mercedes, prácticamente conti- desde luego García Moreno, pues fue él_quien traJ? a van os artes ~­
guas. La prolongación de la ciudad hacia el norte continu aba tre- nos extranjeros para organizar una fábnca de ladnllos, o~ra de cla-
mendamente estimulada por la apertura de vías y también por la vos y finalmente para que enseñasen los adelantos téc rucos en la
prolongación del tranvía, que desde 1913 servía solamente al cen- Escuela de Artes y Oficios. .
tro. Este jugó un papel importante pues cambió la dimensión de la como se puede apreciar, para entender la connota~1ón de lo
ciudad. Ya no se la apreciaba en cuadras caminadas, como antaño, moderno entre nosotros, no basta remitirse a l~s formalidades re-
sino en tiempo de desplazami ento empleado en el tranvía. sultantes sino también a los detalles, que detenmnan una lenta ev~­
Lastimosamente, el gran esfu erzo muni cipal invertido en lución en la forma de entender y de hacer, más allá de los condi-
adecuar vías, no fue aprovechado por toda la comunidad sino prin- cionamientos que determina el proceso europeo.
cipalmente - como ahora- en favor de los propietarios de los terre-
nos aledaños a las vías, que eran automáti camente fraccionados pa-
ra aumentar y hacer más rápida la rentabilidad.
Paralelamente, la arquitectura, tradicionalmente hecha como
una suma de esfuerzos artesanales, comenzó a incorporar instan-
cias industriales, sobre todo, con la incorporación de maquinari a
para la realización de los trabajos de carpintería: "por fin en Qu i-
to un torno automático para hacer barandas ochavadas", decía una
publicidad de la época.
También el uso del cemento Cóndor' s nacional fue cada vez
frecuente y asequible a un amplio número de profesionales, qui e-
nes pronto se familiarizaron con las ventajas del hormigón arma-
do.

18 Cronológicamellle, l a i ncorporación del uso del cemento a la construcción podemos si lllet izarla
as!:
1902: se registra l a marca de cemento ··corona", a favor de la Porlland Cement Fabrik de Alema-
nia.
1903: Funciona en Guayaqui l la fábrica ' 'La V iclOria". q ue elabora mosaicos. yeso. cal. ladri llos.
y util i za cememu para los lUbos de dl'Saguc y bluques de cemento para muros. Su propietari o era
Emi l io Estrada. el mismo que parti cipa en la cspcculn.:ión del suelo en Quito.
1908: Rodrlgu,•z hermanos importan cemento romano para In venta. La aduana permite la impor-
tación l ibre para cal hidr ául ica y cemento romano para los trabajos de albm1ilerla. Di spone que se
pague un centavo por kilo de ~a ldosa para pavimentar, cal para al bani lerfa. h ierro en vari llas. már-
mol y vi dri os.
1910: Se conceden privilegios para importar maqu inar ia para hacer cclllCillo a los senor,·s Carlos
Pérc z Q ui no nes y Alej andro Cárdenas.
1924: Se comienza a fabricar el cemento "Condor".
1925: Se instala la fábrica Cemento Nac ional en Guayaquil. cuyo propietario es Rodríguez Oo-
nín.

'W
38
ARQUITECTURA:
LA CONTINUIDAD CULTURAL EN PELIGRO

A la década de los años veinte, el país ingresó con una deuda


estatal superior al patrimonio del banco privado acreedor: Comer-
cial y Agrícola, pues todavía no existía un Banco del Estadol9.
Con las exportaciones de cacao condicionando por entero la
vida del país y, sobre todo, los niveles de explotación, los obreros
trabajaban sin ninguna reglamentación ni límite de horario; no so-
lamente en las haciendas, donde era tradicional, sino en las ciuda-
des. Un expresivo ejemplo fue la empresa de tranvías y coches pú-
blicos de Guayaquil. La población llegó a desesperarse y, no pu-
diendo conseguir sus reivindicaciones lógicas por la vía pacífica, se
vio impelida a reclamar sus derechos a través de una multitudinaria
manifestación que fue repelida inmisericordemente por el ejército
y la policía, lo cual causó la muerte de miles de personas, que fue-
ron tiradas al río, el 15 de noviembre de 1922.

19 A la sombra de las exportaciones, so\)re todo de cacao, surgen los bancos privados del siglo po·
sado: Luzárraga y Dcscucnto ·Circulación, 1859; Danco del Ecuador, 1868; Danco de Quito,
1869; de Crédito Hipotecario, 1880; de la Unión, 1884; Comercial Agr[cola. 1884; ·Pichinchn,
1906; el Danco Central-del Estado- , recién organizado en 1928. (Carbo, 1978; p. 31 ss.)
Con respecto a la deuda, P. Mart[nez (1988:22) resume as[:
Ano excedente de emisión deuda de gobierno
1914 5 .989.817 6.247.045
19 18 7 .527 .912 8 .347 . 196
1922 9. 543.843 11.218.259
Esle hecho lu vo profundas repercusiones y pronto se expre- La situació n política, las instancias de gobierno y, sobre tOdo,
sarfa n ele alguna manera en el levantamiento de los capitanes, de las relaciones sociales de producción co ndicionan fuertemente la
j ulio de 1925. producción arquitectónica y la co ntinuidad cultural: Lastimo-
h1 · entonces cuando el Estado advirtió la necesidad de re- samente en este período los obreros de la construcción no llegaron
nlozurs •• tle reorganizar su aparato administrativo y de control. A a conformar su organización propia y, por lo tanto , no tuvieron
los poros uf\os, esta idea se convirtió en una respuesta lógica, con- oportunidad de incidir en las innovaciones impostergables que de-
dlrlo nn<ln por la crisis de la economía internacional, cuyo deterioro bieron hacerse dentro del proceso de producción arquitectónica.
llt•t·<~ " tocar fondo en 1929. Por otra parte, la situación mundi al Pese a que ya la CEDOC se había conformado en 1938, los
1 an1 h l~ n eslaba cambiando, pues ya en esta década Mussolini había albañiles y peonesn serán, como siempre, simples constructores de
11 '1 udo ni poder. volúmenes y formas extrañas a su cultura, a su origen, a su expe-
Precisamente, debido al gobierno italiano del "Tercer Impe- riencia diaria de vida. Aprenderán a hacer -ejecutar- sin entender;
rio", vino a nuestro continente y a Quito, Sartoris2o, destacado his- en cambio, los profesionales al menos lograrán adoptar para su be-
lorludor del arte, con el fin de recoger materiales y dar conferen- neficio nuevas formas de contratar co n sus clientes; por eso, uno
~· l lls que respalden las ambi ciones del "pu eblo escogido". Sus de aquellos, merecedor del premio ornato de 1926 por el Pasaje
uplnlo ncs dieron origen a un tópico pernicioso, repetido ha sta Tobar23, ya anunciaba: "quiere construir su casa sin fastidios y
lluy: lu casa y la ciudad colonial americanas no son sino la pro- económi camente, el Arquitecto Donoso ... se encargará de cons-
Ion¡ ttt'lón o la equivalencia de la experiencia romana imperi al. truirle ya sea por contrato o por administración medi ante el pago
l ü~ los años treinta, la inestabili dad de los gobiernos2r provo- de un módico tanto por ciento".
n~ 1nn11>r6n la experiencia fronteriza con el Perú en 1~41 y poste- Tal como ahora: he aquí un mecanismo inusual dentro de la
r l wnl ~o: nt c desembocó en el estallido popul ar del 28 de mayo de costumbre -tradición- ecuatoriana. Económicamente moderno,
19'111, ocas ión en la cual una notable corriente marxista pudo acce- de influencia capitalista indudable.
<il'' ni gobierno del país, pero no ocurrió porque se confundió por La epidermis de Quito fu e cambiando notablemente en las
lus ·onccsiones coyunturales que pri vilegió. dos primeras décadas de este siglo. En forma control ada, también

) 11
Sunods, en 192~, "al venir desde Argentina tocando las costas del Pacffico en Chile, en el PerO,
vlnjnndo p~r el 111tenor del PerO, de Bolivia y del Ecuador hasta llegar a Quito deja un extenso e 22 En 1892 se constituye en Quito la Sociedad Artística e Industrial de Pichincha, con "el selecto
hllcrrsnntc 1nforme d1ctado de memoria sobre la nave Italia". concurso de artesanos, artistas e industriales" (Y caza, 1984; p. 78).
( 'un r,cspecto a 1~ arquitectura dice: "En América Latina se la puede dividir en cinco fases: En 1916, en Guayaquil , se forma la Sociedad de Carpinteros de River~. . . .
1 • 1 erfodo otahanozante: San Francisco y Santo Domingo de Quito y los edificios civiles del En enero de 1918, se nombra la directiva del gremio de albaniles: presodente, Luos Topán; vocepre·
Cuzco. sidente G. Tipanluisa; tesorero, Luis Tipán; Primer colector, Rafael Anagua; Segun.do colector,
2 · Pcrfodo herreriano: San Francisco de Quito y sus copias sucesivas en San Agustfn y en la J.M. Quishpe; Vocales: Chiluisa, Ahuache, Anagua, Quishpe, lnasueta, Ato, Aoalu•sa, Cóndor,
capolla de El Sagrario. Tipanluisa. (E/ Comerc io). . . .
1· Pcrfodo decorativo neo-flamenco: interior de San Francisco de Quito y del claustro de la Es interesantfsima la fonética que nos remite a los orfgenes de quoenes conforman el grenuo. llocn
Merced del Cuzco. podemos decir que fueron ellos los herederos y continuadores de quienes en verdad construye-
4 · Perfodo de_las_decoraciones talladas en madera, altares monumentales, púlpitos 0 nichos con ron y siguen construyendo Quito. No para ellos, lastimosamente.
elementos ondoos y asoátocos. Fachadas del Cuzco y de Lima del estilo churrigueresco y p'n· 1
En 1938, se conforma la primera central obrera, auspiciada por la Iglesia; esto es, la CEDOC.
loresco. El 4 de julio de 1944, se conforma la CfE. . .. . . . . ,
~.', il:vasión del andaluz del siglo XV!I en.las iglesias y palacios de toda América. En 1989, los albaniles, peones y trabajadores de la construcc1ón en e¡ercocoo libre (desocupa-
l l l.nlrc 1925 Y 1948 se suceden veonte y s oete gobiernos, esto es, un gobierno cada diez meses. ción involuntaria) se concentran por miles a principios de semana para vender su fuera~ de lroba·
1)<)1 lota! , solo tres provoenen de elecciones direclas, por cierto fraudulentas" (Hurtado· 1979· jo. Aíin no tienen una organización que los defienda ni legislación especffica que los ampare.
l ll). • ' ' p.
23 Mal ejemplo tomado de Durini.

43
su volumetría y, más específicamente, su altura, debido a las limita- gas y América y, sobre todo, hacia el denominado "Quito del pro-
ciones de los materiales disponibles, de las técnicas constructivas, venir", que a partir del centenario de la batalla de Piclúncha, co-
de los procesos de construcción. Por ello se puede decir que, en menzó a llamarse "ciudadela Mariscal Sucre".
principio, Quito creció preferentemente en altura, pero muy pronto Por este centenario, se realizó una gran exposición nacional.
tuvo que hacerlo en extensión. Primero , comenzaron a levantarse Se la ubicó en el actual Eugenio Espejo (en ese entonces todavía en
las denominadas "villas" (como en tiempo romano) en la perife- co nstrucción), en La Alameda y en el sitio conocido como el
ri a inmediata a la ciudad, es decir, junto a su límite exterior aún no "Panteón de los Protestantes" (1 2 de Octubre y Tarqui) . Entre
densificado. Las villas así ubicadas cumplían una función comple- muchos salones y objetos de exlúbición, también destacó uno de-
mentaria a la de residencia permanente, es decir, eran ocupadas casi dicado al arte. Ahí se premiaron a los mejores artistas expositores:
exclusivamente los fines de semana o en ocasiones especiales. No medalla de oro a Luis Mideros en escultura, medalla de plata en
se implantaron en medio de otras casas como en el centro históri- pintura a Víctor Mideros y medall a de pl ata a Luis Aulestia en ar-
co, sino en terrenos grandes y con posibilidades de extensión, co- quitectura por "sus planos de un monumento en la cima de la li-
mo identifica Benévolo2 4 en el paisaje de transición entre lo urba- bertad" (El Comercio , 1922).
no y lo rural. Por esta razón, de igual manera se levantaron cons- Al finalizar los años veinte, el límite de la ciudad avanzó has-
trucciones de dos pisos, como se acostumbraba en el centro de la ta la avenida Colón e inmediatamente hasta la Orellana. Fue el pe-
ciudad, pero sin patio: 1O de Agosto, entre Riofrío y lluenos Aires, ríodo en el cu al las famili as pudientes habían decidido salir del
actu al escuela Brasil, al sur, o se construyeron con características centro para vivir en vill as o chalets del norte: industriales como
propias pero importadas: villa Alhambra (1927), en la 6 de Di- González Arti gas, Pinto, Jijón, Larrea; banqueros como Albornoz,
ciembre y Roca; vill a Vásconez García, en la Vargas, y cerca de la Eli zalde; ex-presidentes de la república como Córdova, Borrero;
Alameda (castillo encantado); Vill as Ga ngotena y Heredi a, en el comerciantes como Durini, Miranda, Gallo, Brauer; periodistas
Girón. como Mantilla. Todos contribuyeron a co nformar un entorno di-
Sin embargo , estas construcciones de lenguaje completamen- ferente, "afuereño", extranjero, coincidencialmente muy similar al
te extranjero y, dentro de estos parámetros, con ll amativas reminis- que también se estaba levantando en una parte de Buenos Aires Y
cencias de art nouveau criollo, como aquella de la 1O de Agosto, y en otra de Lima.
otras tendencias europeas. A la época, quedaban impl antadas en En nuenos Aires no sorprendía que fu era así. Eran construc-
form a di spersa aunque definiti vamente, generando tensiones de ciones hechas por europeos para europeos emigrados a América.
crecimiento hacia el norte: avenida Colombia (nomrnada así en En Quito quizá se explique porque era la época en que las revistas
homenaje al centenario de la Independencia), El Ejido, calles Var- de arquitectura llegaban principalmente de nuenos Aires, ciudad
sin pasado indio y, por lo tanto , producto de un transplante euro-
24 Benévolo, en su confere ncia dictada en Salerno en 1972. propone la caracterización de cuatro eta·
peo, quiérase o no, residual.
pas que generalmente atraviesan las ciudades europeas a partir del siglo XIX: liberal, posliberal, En Quito, en cambio, los profesionales extranjeros, mi mados
posliberal corregida y moderna. Esta última se conforma a partir de la segunda guerra mundial.
Guardando la diferencia cronológica obvia e1nre los dos conti nentes, el proceso de evolución es
por la burguesía del gobierno2s, se daban el lujo de imponer for-
coincidente. Para Quito serfa asf:
Ciudad liberal: 1900 . 20
Pos liberal: 1929 • 40
Posliberal corregida: a pan ir de 1940 25 Durini y Vinci fueron condecorados por el gobierno nacional con la "Orden Nacional .al Mérito",
Moderna: a partir de 1980 cosa que por motivos equivalentes nunca ha sucedido con arquitectos o artesanos naciOnales.

44 45
malidades volumétricas, decorativas y del gusto, con tal exceso que substancial: eclecticismo habitual, en la práctica puramente visual,
rompieron la continuidad cultural en la arquitectura que se había gracias a la que, de todas maneras, han logrado congraciarse co n el
iniciado con la llegada de los españoles y el surgimiento de una entorno, ahora casi si n rechazo.
nueva sociedad, ya no puramente india ni española, racialmente Obras que aisladamente pueden tener valores recuperabl es
mestiza, porque no hay razas puras, pero con factores claros de di- igual que Jos edificios actuales; pero no en medio del contexto o
ferenciación cultural26. en referencia a las pre-existencias históricas urbano-arquitectóni -
Entre 1925 y 1945, la arquitectura de Quito había recibido cas.
un nuevo aporte europeo, como respuesta a las demandas de los te- Frente a los criterios y esquemas extranjeros que imponía la
rratenientes urbanos y a la burocracia que emergían. Por primera moda, los arquitectos ecuatorianos de ese tiempo: Aulestia, Sán-
vez se pudo ver en la ciudad una nueva concepción y por lo tanto chez, Espinosa, Pasquel, quedaron, no por su voluntad, en una po-
una nueva tipología de vivienda, completamente diferente a la que sición intermedia: presionados para adoptar el lenguaje formal
había evolucionado a partir de la caída del Tahuantinsuyo. Ya no acaramelado y al mismo tiempo condicionados por los r~qu eri ­
se trataba de una evolución. Era la imposición de los chalets o de mientos de su propia cultura, de sus raíces, de su experiencia vital.
las villas implantadas en medio de un lote, de "una o dos plantas, De esta situación emergerán algunas reali zaciones importantes.
sin ningún elemento espacial exterior central que se parezca al pa- Por ejemplo, el edificio de la Universidad Central, inaugurado en
tio. Por el contrario, con la volumetría maciza, compacta" (llena- 1918, dentro de la manzana de los jesuitas, en el cual se conserva la
vides Solis, 1989- 1; p. 26). concepción espacial evolucionada desde la colonia, a través de los
Aquel criterio primó en el norte, pero también dejó su huella patios hacia el interior, pero incorporando en el exterior una serie
en el centro. Por primera vez tambi én se introdujeron fachadas de de nuevos comportamientos que permiten emplear los materiales y,
piedra en la arquitectura civil e institucional , sin mayor relación sobre todo , la decoración de moda, no de manera tradi cional.
con el entorno mediato o inmediato. Junto a la humilde y austera También la casa de la calle Esmeraldas y Montúfar, hecha por Sán-
expresión volumétrica de la arquitectura de tierra predominante, se chez en 1920, en la cual se conserva el patio, pero reinterpretado
puso a un rimbombante y, sobre todo, emblemático lenguaj e direc- con una epidermis, aunque de yeso, llena de cavilaciones, alterando
tamente dirigido a satisfacer las demandas e intereses del poder. la dureza de las esquinas con di agonales que dan un diferente sig-
Obsérvese, si no, el antiguo Banco Central, en principio y por nificado y apreciación al espacio central.
pocos años Banco Pichincha, el derrocado Banco de Préstamos, el
Círculo Militar, el derrocado Pasaje Royal, el Palacio de Correos, el
Pasaje Baca y hasta el Colegio Mejía, realizado en 1924 con un
proyecto del alemán Spahr. Todos estos ejemplos son una especie
de "sinfonías de piedra", cuyo valor es meramente formal , no

26 En la ponencia oficial del Ecuador ante la RAGA. Benavides Solís enumera sesenta factores de di·
ferenciación (identidad) cultural entre Europa y Am~r ica, que incluyen al sistema del pensamiento,
el comportamiento, la producción, la gastronomía, etc.
27 Como un segmento social importante, la burocracia se conforma a raíz de la Revolución Liberal:
pero aparece ~e manera notable desde finales de los anos veinte, como consecuencia de la organi·
zactón de vanas Importantes ent idades administrativas del gobierno.

46 47
ORIGENES DE LA ARQUITECTURA
MODERNA EN QUITO

La arquitectura y el crecimiento de la ciudad están directa-


mente relacionados con la economía. A través del tiempo, los ca-
nales de dependencia simplemente cambian o se modifican pero
no desaparecen.
Sí en la primera década del siglo, el sistema agroexportador
logró una acumulación suficiente incluso para interesarse por la
inversión en otros sectores de la economía como la construcción;
en los años veinte, en cambio, ya se ve comprometido en actualizar
sus mecanismos de acumulación para hacer posible su participa-
ción en el sistema económico internacional; pero trasladando el
mayor esfuerzo y sacrificio a Jos trabajadores, "a través de meca-
nismos cambiarías monetarios y de regulación y contención de las
remuneraciones". Debido a ello, se produjo la protesta popular
del año veinte y dos y luego el movimiento de los capitanes de
1925, cuyo gobierno "perseguía la igualdad de todos y una pro-
tección del hombre proletario". Pero terminó simplemente prohi-
biendo la entrada a los descalzos en Jos edificios públicos y los
mercados; estableció la ley seca, la persecución a las mujeres de vi-
da licenciosa, prohibió la pelea de gallos y, por último, suprimió la
Facultad de Derecho de Guayaquil.
Una vez aplacada la insurgencia popular, se iniciaron las
pugnas interburguesas (terratenientes-agroexportadores-importa-

49
dores-comerciantes). "Nada raro resulta constatar que los gobier- mo una respuesta a las demandas del gusto o de la cultura de los
nos que más tiempo lograron mantenerse en el poder fueron preci- tiempos. Más todavía si se piensa en los fines utilit arios de la ar-
samente aquellos que actuaron en períodos en los cuales se produ- quitectura, en el tipo de demand as de la vida diaria relacionadas
jo una recuperación del valor de las exportaciones o cuando pu- co n nuevas formas de vivir o ligadas al menos a un nu evo sentido
dieron transferir hacia el Estado, parte de los excedentes generados de arreglo interior, de amoblamiento.
por el comercio ex terior" (Moneada, 1983; p. 37). Dajo esta perspect iva, ni siqui era haciendo un gran esfuerzo
Pero también la arquitectura, en términos tradicionales, siem- podría emparentarse la arquitectura de moda y el arte vigentes en
pre estu vo directamente relacionada con las bellas artes. En reali- Quito antes de la década del cuarenta, con aquellos contemporá-
dad, así fue desde su origen hasta fi nes del siglo pasado y más es- neos europeos. Este desfasamiento no se justifica por la dificu ltad
pecíficamente hasta antes del Dauhaus; por lo tanto, ese era el com- de las comunicaciones, pues peores circunstancias existieron en
ponente primordial en la formaci ón de los arq uitectos europeos y tiempo de la Coloni a; sin embargo, se ha comprobado que no por
de los ecuat orianos que fueron a educarse allá. ello las ideas fueron retrasadas. Dastaría remitirse al pensamiento
Ya a principios de siglo se había producido la escisión defini- de Espejo: cargado de anticipaciones (¿Premoniciones?) frente a
tiva entre la concepción histórico-estética y aquella moderna más la revolución francesa.
comprometida con los nuevos postulados estéticos, científicos y so- Tampoco se justificaría por el aislamiento o falta de relación
ciales.
de los artistas con el ambiente internacional, porque muchos de
La teoría de la relatividad fue publicada entre 1905-06. Pi- ellos viajaron a Europa y mal podían ignorar cuanto all á bullía.
casso y Draque definieron el cubismo entre 1907 y 1914. En No se quiere decir que las excepciones no ex istieron. Las
19 17, ya comenzaron a difundirse los postulados del movimiento hubo, y se demuestran en coincidencias de actitudes personales o
moderno de la arquitectu ra, pues ésta había negado rotundamente de escasas proclamas teóricas, gracias a lo cual, poco a poco, se
su compromi so con todos los postul ados evolucionistas compro- abandonará, en primera instancia, el sentido decorativo -al menos
metidos con el arte clásico. Quienes hi cieron más explícita esta re- en arquitectura- y, posteriormente, se afirmará en su relación con
lación arte nuevo-arquitectura fu eron: Le Corbusier (como pintor, los productos industriales para, finalmente, llegar a la esquemati za-
sobre todo), Van Doesburg, Mondrian, Kandinsky, Moholy Nagy, ción actual: ahistórica, abstracta, vacía, impuesta.
Klee.
Con estas consideraciones previas, volvamos a la ciudad, a su
Sin embargo, la práctica estética en el Ecuador, en la misma arquitectura: En 1932, con planos de Alzuro Espinosa, el mismo
época que sucedía aquell o en Europa, vivía en un ambiente en que profesional que había sido contratado por la empresa prod uctora
el academi cismo decimonónico se había prolongado hasta quedar de cementos "Có ndor"29 para que difunda en todo el país las venta-
sofocado y que "el romanticismo, el moderni smo y el realismo
con cierto sentido social se practicara a iniciati va personal de (al-
gunos de) los artistas" (MonteJone, 1985; p. 173)28, antes que co- Castelo, 1988: p. 9) .
"La generación que impondría la comemporancidad en el arte ecuatoroano son gentes nacodas a
.

partir de 1905".
28 Con más propiedad y de manera precisa. con respecto al arte se han hecho las siguientes aprecia-
Los adelantados son tres: León, Egas y Moscoso". (Rodrfguez Castelo. 1988: p. 9)
coones: 29 La Cemento Nacional se vio favorecida por la expansión de las co nstrucciones a partir de 1925.
es decir, desde que comenzó a fabricarse aquf el cemento, aumentando su producción e~ 193_6 a
"Hasta 1935 las artes se hallaban erráticas por senderos que recordaban las poslrimerfas del siglo trescientos setenta y cinco mil quintales. A pesar de la utilización al máximo de la capacoda<l !liS-
XIX". (Kigman, Cit. de Rodríguez Castclo, 19~8: p. 7)
talada se importaba cemento. En 1942, cinco mil doscientos 1rei nta quintales para satisfacer la de-
"De la aparición de P. Dar arranca entre nosolros la pintura moderna". (Diez. Cit. de Rodríguez manda". (INIASEC. 1984: p. 52,53).

50
51
jas de dicho producto nacional, la fábrica de tejidos "La Interna- Quito del porvenir"3 I, y por ello había merecido la condecoración
cional" prometió "levantar veinte casas para sus obreros". al mérito del gobierno nacional. Fue él quien impuso en forma
Simultáneamente, por un lado una acaudal ada fa mili a inau- abierta un tipo de arquitectura para vi vienda descomprometida con
guraba el cine Bolívar con diseño de Hoffman-Henon en 1933, por la historia local y, por el contrario, fuertemente emparentada con
otro lograba un éxito inusitado en la vent a de lotes entre la Colón los postulados decadentes: neogóticos, neorománicos, neomudeja-
Y la avenida Orell ana, pues "en tres meses se había vendido un res, eclécticos, que desde luego dio lugar a sugerentes comentarios
área igual a la entregada en cuatro años anteriores". Quizá por por la prensa: "En los últimos tiempos nos hemos entregado co n
ese fenómeno, el Muni cipio se vio obligado a derogar las ordenan- frenesí incontenible a edificar en todos los estilos y con todos los
zas de construcción de 1924 y 1930, para aprobar una diferente caprichos, como si la arquitectura fu era una ciencia dedicada sola-
dirigida en forma especial a "los propietari os y empresarios d~ mente a reproducir fantasías" (El Comerci o, 1935). También oca-
nuevos barri os" (El Comercio). sionó comentari os de los turi stas extranjeros: "Teni endo a la vi sta
Nótese cómo en esa época, tanto el sector pri vádo como el estos ejemplos prácticos, retinados y antiguos (del centro), entriste-
público - es lo interesante- integran a su lenguaje toda una con- ce doblemente pasar a los barrios modernos, a los suburbios ele-
cepción económi ca que se había puesto en prácti ca ya desde hace gantes para contemplar la obra maestra realizada. Un arquitecto
algunos años en la ciudad. Se avaliza la actividad empresarial en que ha sido seguramente un excelente pastelero que ha llegado a
la fragmentación de la tierra urbana, es decir, la especulación del po nerse de moda, le han dejado suelto por aquí y le han permitido
suelo. que haga una calle (hoy Roca) en la que ha tenido el acierto de
La ciu dad dej1í de ser como antaño, un simple centro de resi- reunir todo aquello que es más horrible y espantoso (Behelmans,
dencia, para convertirse en una especie de espacio de lucha de in- 194 1; p. 40)
contenibles intereses económicos. En la arquitectura no estará au- En suma, mientras los sectores no implicados directamente:
sente este fenómeno, por el contrario, en ella se materi alizarán ·las extranjeros y prensa, decían lo suyo, aquellos sectores de terrate-
relaciones económicas y sociales vigentes. nientes urb anos que gobernaban la ciudad o que demandaban de
Al cumplirse los cuatrocientos años de la fundación española una expresión arquitectónica singul ar, durante años sucesivos otor-
de Quito, cuando los ciento cu arenta y cinco mil habitantes todavía garon el premio ornato a es as extrañas construcciones. ¿Cuáles
cabían en las no vecientas hectáreas que conformaban la ciudad, fueron las razones que explicarían este comportamiento frente al
con una densidad de ciento sesenta y un personas por hectáreaJo, pasado y a la moda de la burguesía quiteña de esos años cuando
se aprobaron finalmente los pl anos para levantar la "Ciudadela justamente José Gabriel Navarro era Ministro de Relaciones Exte-
Cristóbal Colón", con dieciséis manzanas y ciento cincuenta y tres riores?
En actitud concili adora y seguranfente para aplacar los efec-
lot~s. ~n esta em presa también participó, ya con mucha mayor ex-
pen encia, el señor Alv arez, que en 1919 había promocionado y tos del voraz comportamiento de los empresarios, el Municipio,
conform ado el barrio América. presidido por uno de los más ilustres representantes de la derecha
Hasta entonces, el arquitecto mexicano Rubén Vinci , por su económica y política del país, Jacinto Jij ón, en 1934, decid ió co ns-
apellido, de origen italiano, había logrado "levantar 12 casas en el
La calle referi da es la General Roca, en donde Vinci tiene varias casas que son f~cillllcntc i~cnllfi·
30 Es una densidad mu y baja. Para tener una refcre!lcia concreta, obsérvese el barrio actual Jipijapa. 31 cables. Algunas. desde luego han hecho sitio para los edificios <1llos de horo111g6u.
Su dens1dad es de unos cuatrocientos habitantes por hectárea.

53
52
truir setenta casas baratas para obreros en la Villa Encantada. supresión del "concertaje"33, ya no tenían la plena calidad de sier-
Fue una decisión pionera. Al año, la mayoría de las vi vien- vos indispensables para vivir en las solariegas y enorm~s casas co-
das estuvieron acabadas. Hecho inusual, pues el tiempo ya parece loniales.
haber sido considerado como un importante y caro componente Debido a las características del fenóm eno poblacional, al
de costos, tal como los capitalistas modernos lo consideran. Sin aparecimiento de un sector social asalariado del gobierno en pleno
embargo, la rapidez de la construcción no obedeció, como podría auge y, con los mecanismos de especulación del suelo renovados,
suponerse, a la introducción de maquinaria o innovaciones técni- las instituciones del gobierno se iniciaron en la construcción de vi-
cas, sino simpl emente a los rígidos controles ejercidos sobre el pro- viendas.
ceso de construcción y, dentro de éste, por el sobre-trabajo (sobre En los años treinta, la Caja de Pensiones y la del Seguro to-
tiempo, sobre-explotación) exigido a los peo nes y albañiles. maron iniciati vas similares a las del Municipio: trescientas casas en
la ciudadela Alpahuasi, dedicadas a los obreros, y en el norte de la
Esta realización se convirtió en un ejemplo de gran trascen- ciudad trescientas veinte, dedicadas a los afiliados a la Caja de Pen-
dencia. En teoría lo había planteado n elisario Quevedo, un intelec- siones y con estilos perfectamente diferenciables. Un "sector in-
tual latacungueño, en 192 1, cuando donó los terrenos de su pro- glés" diri gido por el ingeniero Luis Egüez en la calle Rodríguez, y
piedad ubicados en Quito para que en ellos se levantasen casas pa- otro, "tipo renacentista", dirigido por el arquitecto J. M. Aulestia,
ra obreros32. Co ntrariando su voluntad, el Estado hizo un barrio en la Pinto y Amazonas. Estos esfuerzos fi nancieros fueron tam-
que lleva su nombre, pero benefició a un sector social diferente al bién cultural mente hechos para satisfacer las demandas del gusto
deseado. por la moda tendientes a marcar aún más la segregación espacial
En la práctica, la preocupación por la vivienda, s.in embargo, iniciada años atrás en Quito.
no obedeció al hacinamiento de la población, sino a la presión de Los materiales de construcción predominantes utilizados
los sectores sociales altos e incluso medios, interesados en seguir hasta la tercera década de este siglo fueron los mismos de siempre:
disfrutando, como antaño, de las casas unifamili ares pero "moder- piedra, adobe, madera, cal, arena. En menor proporción el ladrillo,
nas". Por eso, a partir de los primeros años de este siglo, la densi- el yeso y los materiales de import ación co mo el hierro, el cemento,
dad de Quito, que desde la fundación española se había mantenido las baldosas, el papel tapiz. Solamente .cuando en 1926 se comen-
estable o en leve aumento, comenzó a descender (hasta ahora) en zó a fabricar cemento nacional se hizo más frecuente el empleo del
forma permanente; es decir, la ciu dad comenzó a expandirse, no hormigón armado. Hasta los años cuarenta, una gran cantidad de
por necesidad de la pobl ación sino del creci miento empresarial , residencias cargadas de decoración, hecha con yeso y ladrillo, es-
motivado para sati sfacer las demandas nuevas de la burguesía, a su condían muros de tierra. Aquellos de ladril lo se harán más fre-
vez, deseosa de "huir del centro de la ciudad", para vivir lejos de cuentes en las residencias, a fines de los años cuarent a y cincuent a.
los migrantes pobres en permanente aumento y que, gracias a la Se expli ca porque pronto pasaron a conformar el sistema técnico

33 "Bautizamos con este nombre, concertaje. el acto atroz. diariamente ejecutado ante un tribunal y
32 Bclisario Quevedo vivió en1re 1883 y 1921. Roig lo ubica como intelectual en el período del con intervención de la ley , mediante el cual queda sellado un hombre con marca de eterna csclavl·
pensamiento liberal consolidado. Sobre el puede consullarse: Roig. Andrés. Esquemas para tud, barbaridad que nadie siquiera advierte''
ww 1/istoria de la Filosofía Ecuatoriana y Ensayo>· sociol6gicos políticos y morales de B. Servidumbre por deudas atribuidas por los patrones al trabajador. las cuales se transmiten de 1>n
Queved o. Banco Cen tral, 198 1. dres a hijos.

54
-
aporte de los obreros es indudablemente de valor técnico y sobre
de construcción, determinado por el empleo del hormigón arma- todo cultural , sin proponérselo a la manera de un intelectual o ar-
do.
Sin duda, la disponibilidad de los materiales hace posi ble la tista.
En 1937, con la llegada al poder del General Enríquez Gall o,
identificación para el uso de los sistemas técnicos de construcción algunas proclamas socialistas se convirtiero n en leyes por causas
Y hasta del mismo proceso de construcción. Si los muros son de propias de Macondo, en el buen sentido de la alusión. Por ej~n~­
ti.err~ (adobe, adobón, tapiales), el sistema técnico no puede pres-
plo, el Código de Trabaj o -cuando el número ~e obreros er~ ~~uu­
cutdtr de la argamasa de arcilla (chocoto), del uso del dintel, la viga mo y algunos países industrializados no lo teman-, y la postb!ltdad
o la solera de madera. El empleo del arco permite utilizar un siste- de expropiación pública de terrenos para dedicarlos a solucionar.la
ma técnico de construcción para librar grandes luces (arquitectura vivienda popular. Lastimosamente este dictador dimitió voluntana-
romana); cuando estas no son requeridas, el empleo del arco es li- mente, pese a que "las exportaciones se habían elevado de un ?ro-
mitado. El uso del hormigón armado genera todo un sistema de medio de seis millones de dólares entre 193 1 y 1936 a once nullo-
co n~tru cci ón diferente al tradicional. En lugar de empatar, de mi- nes en 1937 y, en este año y el siguiente, los índi ces de precios in-
mett zarse con las tecnologías populares, las condiciona y cuando ternos se mantuvieran casi estables" (Cueva, 1974; p. 40).
n.o las ext.ingue, .las distorsiona. Debido a este fenómeno, la expre- En estas circunstancias nacionales, cabe pensar en la existen-
stón arqUttectómca de los pueblitos de la sierra está perdiendo su cia de capitales disponibles para la construcción y el crecimiento
lógica, su encanto visual y su identidad cultural. de la urbanización en las grandes ciudades; más todavía, porque el
Los arquitectos ecuatorianos, por tradición, estaban familia- uso del cemento nacional se hizo intensivo y el del hormigón ar-
ri zados en esa época con la tecnología de tierra;, en cambio, como
incluso sucede ahora, los extranjeros, sobre todo los europeos, des- mado, familiar.
En efecto , la construcción au mentó: entre 1928 y 1940 se
de hace más de doscientos años no han tenido la más mínima noti- construyeron en Quito tres mil ciento cuarenta y seis casas, muchas
cia sobre aquella, por lo que, al iniciar su ejercicio profesional en de las cuales, por supuesto, no tuvieron las condiciones higiénicas
nuestro país, les queda dos alternativas: o confiarse -someterse- al deseadas. El gráfico de la página siguiente sintetiza de mejor ma-
conocimiento popular de los albañiles sobre la tecnología local 0
imponer aquella que les es familiar. Durini, en las residencias de la nera esta situación.
La construcción del "primer rascacielo pretencioso y escue-
Colón, se sometió; en las del centro l1istórico, impuso, y se equivo- to" de Quito, con proyecto traído de Estados Unidos, fue obra de
có. Russo estuvo siempre atento para integrar. Ridder, para inno- Eduardo Mena realizada en 1938 para el Danco La Previsora Yex-
var. presa la circunstancia de crecimiento y desarrollo que enfrent aba
Claro que el empleo de uno u otro sistema téc ni co de co ns-
trucción. y de su proceso dependen del destino funcional otorgado Quito.
Al año siguiente, debido a la presión pública y a un ped ido
a la arquitectura; aquella institucional (perteneciente al Estado, ubi- expreso, .el Municipio decidió contratar a "un urbani sta ext~a t.ljero,
cada en el ámbito del poder) absorbió mejor los conocimientos de sea en Estados Unidos o en Montevideo". (Resolución muntctpal) .
los arquitectos extranjeros que la arquitectura residencial. En ésta, Después de cinco meses, en sesión especial, se recibió al ar-
los albañiles fueron los protagonistas del fundamento arquitectóni- quitecto Armando Acosta, Decano de la Facullad de Montcvidc.o
co y los profesionales ex tranjeros, quienes hici eron el tratami ento quien, después de transmitir sus primeras impresiones sobre la st-
de las formas. En unas y otras construcciones, sin embargo, el
57
56
r6s del público en un problema diferente: la escasez de pL:rso nas
versadas en l a teoría y en l a práctica de l a Arquit ectura. Los inge-
niero s ci viles tenían conocimientos sobre l a técnica constructi va.
pero i gnoraban muchos prob lemas artísticos. Los llamados arqui-
tectos, discípulos de Radiconccirú, eran propiamente decoradores y
dibujantes , por lo cual, cada vez se hizo más patente la necesidad
415 416 de constituir un verdadero Instituto o Escuel a de Arquitectura" (C.
4(¡j
~ Maldonado, 1970; p. 86).
e:
o 354
·e:; En 1942, después de haber terminado su gira de fin de estu-
s 300
(.)
2 8 )08
V) 250
dios, llegó Jones Odriozola desde M ontevideo, con el fin de reali-
e:
o
(.)
zar el primer Plan Regulador de la ciudad. Para entonces ya se ha-
o 200 200 bía conformado l a Sociedad Ecuatoriana de Arquitectos del Ecua-
z dor. Sus primeros dirigentes fueron: Armando Acosta, José Ga-
80
100 114 briel Navarro, Antonino Russo, José Benitez - por mucho tiempo
'14 funcionario municipal- R. Polit Moreno -concej al -, Miguel An-
drade Marín y Luis Egüez (proyectista de una parte d~ l a "ciuda-
o 00 0\ o N r- 00 0\ o'<!' Años dela" Simón Bolívar). En realidad, l a mayoría eran ingenieros de-
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dicados a la construcción. Russo era la excepción y Navarro fue
un abogado y diplomático dedicado a los estudios históricos, se-
gún Maldonado, gracias a la enorme influencia causada por Sarto-
ri s cuando estuvo en Quito.
tuació~ Y el crecimiento de Quito. dictó tres co nferencias públicas: En 1939, el Municipio había decidido construir trescientas
Urbam smo ~ Arte; l a enseñanza de la Arquitectura y del Urbanis- casas en el Sur, en el barrio Santa Anita, para dedicarlas a sus em-
mo y el InstJtuto de Urbanismo de M ontevideo. pleados; también, comprar la hacienda "Carolina" del Norte, con
. La trasce ndenc~a fue indudable y empataba con l os plantea- el fin de "realizar un vasto plan de urbanización y abrir una gran
nllentos de José Ga.bnel Navarro en relación con l as opci ones futu- avenida" (El Comercio, 1939).
ras de. nuestra arquitectura ya en crisis. Debía ser producto de una
Eran los años de convulsi ón en Europa: el nazismo y el fas-
r~flex1ón sobre el testi monio co lonial , bajo responsabi lidad profe-
cismo estaban en el poder y la guerra en España se había inici ado
SIOnal universitaria.
co n su apoyo. Muchos judíos salieron de Europa y, posteriormen-
La~ investigaciones de Navarro habían estado "afectadas de
te, los intel ectu al es y artistas más connotados de España llegaron a
u~1a adnmaci ón romántica y nostálgica por el pasado col onial, te-
nuestro continente, sobre todo a Buenos Aires y México.
~H endo c?m~ meta su restauración o mantenimiento. Por esta ra-
z~n, e.! d1 se n~ Y l a construcción en estilo co lorúal o neocoloni al no
Preci sa mente huyendo de l a persecuci ón nazi , camino a la
~ro~l uJeron runguna obra importante; pero, curi osamente, las dis-
Argentina, se quedó en Quito Carl os Kl1on, arquitecto checoeslova-
cuSIOnes sobre el Arte Colonial y su imitación provocaron el inte- co formado bajo l os tradicionales parámetros de la Escuel a de Oc-

58 59
nemos una nueva ciudad anárquica, sin plan, sin annonía y sin
llas Artes, por lo cual, al poco tiempo, se integró como profesor
belleza y lo que es peor, sin higiene y aseo".
aquí.
A los pocos meses comenzó a ejercer su profesión junto con "El propietario hizo un negocio y quedó para el ~oncejo la tarea
su hermano quien, al con o tiempo, se fu e a Nueva York. Hizo al- de arreglar esos fangales y esos campos, de pavunentar esas ca-
gunas propuestas de trascendencia social, entre las cuales destacan: lles, de poner aceras, de canalizar, de proveer de agua ~~?I~ Y
un estadio en el barrio La Yicentina y, sobre todo, la implantación luz eléctrica. En una palabra, de urbanizar lo que la zn¡cwt¡va
del centro del gobierno nacional a lo largo de la avenida 24 de privada, guiada sólo por el negocio, había querido trans.f?rmar en
Mayo, que los profesionales ecuatorianos: Atahualpa Rui z, J.I3. Vi- la ciudad. Algunos propietarios cedían sin costo las faJaS estre-
llacreces y el doctor Guerrero Martínez, habían defendido por la chas para las calles. En otros casos, el Concejo tenía q~e princi-
piar por expropiarlas. Aún hoy, en 1939, tenemos :unosas de-
prensa se lo ubiqu e entre San I3las y la Alameda.
.mandas de ricos propietarios que luego de haber vendtdo ~os l~~es
Se pe nsaba e n trasladar el centro de gobierno porque la ciu-
a los ciudadanos pretendían todavía vender las calles a la cmdad .
dad había crecido. El proceso de especu lación del suelo había
conmocionado a la ciudad. Llegó a interesar a todos los terrate- "·Cómo es que no hubo quien ponga fin a este caos urbano y,
nientes urbanos propietarios de las haciendas periféricas de Quito: iJ ó .
previendo el futuro de la ciudad en su bienestar e~on mtco, en su
Miratlores, Vill a Flora, Iñaquito, La Carolina, etc. Moti vó al siste- aspecto y en su higiene, piense en hacer para la cmdad lo que los
ma de transporte que, desde 19 14, a más del tranvía, solamente particulares hacían para ellos?"
mantuvo dos líneas. Propició el aparecimiento de un grupo de in-
termediarios del fraccionamiento urbano que, incru stados en la es- "Porque el remedio era y es al1ora, el muni~ipalizar los. terrenos
fera del gobierno municipal, inte ntaron inclusive implicar al mis- disponibles de urbanización, urbanizarlos ractonal y técmcamente
y luego ofrecerlos a la población... sistet~a qu~ por otro lad?, .no
mo Municipio en este proceso de enriquecimiento desho nesto, tal
constituye ninguna intervención para QUitO, smo que es la umca
como se desprende de las palabras de Carlos Andrade Marín, al fonna como han podido progresar, higienizarse, embellecerse to-
momento de e ntregar la administración del Cabildo de 1939 y que, das las ciudades en crecimiento en el mundo entero ..."
debido a su importancia, vale transcribirlo in-extenso:
"En Quito, en urbrulización que hoy constituye la ciencia y el ar- "Por una refonna de la ley de 1937 se logró que los propietarios
te fundamenLales de una ciudad, el cuadro no puede ser más desas- hicierru1 por su cuenta ciertas obras locales de urbanización, ~o­
troso. Desde 1916, a consecuencia de la anuencia crunpesina y mo: canalización, red de agua potable y rasantes. Esta medtda
los demás factores de crecimiento, Quito vio improvisarse sin aunque a destiempo, si bien aliviaba en algo la situación munici-
que las leyes u ordenru1zas los 01ienten racionalmente, los llruna- pal, dejaba sin embargo intocado el fundrunental pr?blema de la
dos banios nuevos y las flamruues ciudadelas en cuya formación planificación de la nueva ciudad, que.seguía extendténdose en la
vieron ya los propietarios de los terrenos escogidos, la más pin- misma forma desordenada ..."
güe e>.plotaci6n a expensas de la ciudad''.
"El 4 de agosto de 1938 se consiguió que se dictara una l ey que
"En lugru·es inaccesibles a la urbrulización, en las colinas y mon- autoriza al Concejo ser el único w·brulizador de la ciudad, falcultad
tículos así como en los valles y llanuras, cada propietario trazó que constituye la base de todo el plru1 que se está .n ~vando a ca-
en sus terreno.s calles, mienu·as más esu·echas, más productivas, bo ... (pues) el beneficio de la ciudad de haber adqUlndo alrede~or
y comenzó la venta de lotes con fantásticas utilidades. Y hoy te- de dos millones y medio de meu·os cuadrados para su extens1ón

61
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ex tranjero, incluso en su versión más retardataria. Quizá ello ex-
futura, a ochenta centavos el melro cuadrado, es incalculable y se plique también en parte el nulo dinamismo impreso sobre las de-
apreciará más con el lranscurso del tiempo".
más artes que se asfixiaban por falta de nuevas demandas: "Du-
El esfuerzo municipal fue enorme y, gracias al impulso de rante todo el período ... analizando, la pintura ecuatoriana pasa p.or
algunos concejales sociali stas, bien intencionado, pues se pretendía alto las escuelas innovadoras de la plástica: cubismo, suprematts-
detener con una franja de propiedad municipal la injustificada ex- mo, constructivismo, dadaísmo, surrealismo, neoplasticismo. Ape-
pansión de la ciudad hacia el norte y con la fuerza de la ley la po- nas comenzaba la huella de Picasso por lo que, en algunos de sus
sibilidad de recuperar en favor de la ciudad, la inici ativa sobre su períodos tuvo de expresionista. Esto ocasiona un gran retraso e1~ la
expansión y planit1cación. La extensión adquirida bien podía en- experimentación plástica y brotes de novedades que en perspecll va
tenderse como el fondo nada desdeñable para un banco de tierras histórica resultan anacronismos".
(doscientas ci ncuenta hectáreas, la cuarta parte de la ciudad de en- "Este rezago no puede explicarse a satisfacción como con-
tonces). secuencia del aislamiento del país si no más bien por el subdesarro-
Por otra parte, el mu nicipio po1úa a disposición de la ciuda- llo de sus clases dominantes ... " (Mo nteforte, 1985 ; p. 192).
darúa una referencia real sobre los precios de la tierra, pues éstos La arquitectura, en medio de estas circu nstancias, había per-
siempre tendían a irse, sin ningún control, a las nubes. En la ciuda- dido su autonomía y al mismo tiempo su relación con las Bellas
dela Colón, por ejemplo, en 1937, se había vendido a doce y quin- Artes o co n la tradicio nal forma de implicarla dentro del campo de
ce sucres el metro cuadrado34. preocupación estética. Ni siquiera mereció la ~reocu pación .de los
La crítica situación general denunciada por el propio Muni- artistas. Comenzó a convertirse en un simple mstrumento Idóneo
cipio encontró una salida elegante: el 9 de diciembre de 1942, el para el ejercicio funcional a la rentabilidad empresari al. Se llegó a
arquitecto Jones Odriozola, uruguayo contratado por el Co ncejo despojar incluso de las formalidades referenciales a toda noción
exporúa en el Paraninfo de la Universidad Central, el Plan Regula- local, antigua. Decidió internacionalizarse de la peor ma~era:
dor, con el fin de que "los entendidos en la materia se sirvan emitir "Las paredes lisas (del centro históric?) n~ pueden c~mpetir en
formalmente sus opiniones", tomando en cuenta que entre otros fealdad con las novísimas secciones residenciales de Qu itO. En un
planteamientos fundamentales se proponía ubi car el centro repre- trapezoide limitado por el parque de Mayo y las avenidas 18 de
sentativo de gobierno en la Plaza de la Independencia; el Poder Septiembre, Co lón y 12 de Octubre, está el mayor conjunto. de
Legislativo, el Judicial y los mini sterios en San Dlas; el centro de monstruosidades arquitectónicas que hasta ahora se haya rcun1d0
transportes en la Marín; los centros de educación superior confor- en un espacio tan pequeño. Es penoso para la vista tanto mal g~J s­
mando un eje transversal, en Miraflores y el Girón, y el centro re- to concentrado ... El moti vo que predomi na en las casas es la las-
creacional y deporti vo en La Carolina. tuosidad. Aun cuando la construcción deba limitarse a un terreno
A la época, la burguesía tradicional continuaba con sus pri- de sesenta pies cuadrados tiene que sobrepasar en magni ficen<.:ia a
meros esfu erzos para moderni zarse, es decir, para racionalizar los todas las casas del barrio. Como el castillo de la esquina tiene cua-
mecanismos de enriquecimiento tanto a ni vel privado co mo institu- tro torres con almenajes y techos de azulejos, la casa de la mitad de
cional; pero, culturalmente, después de haber cortado la continui- la cuadra, comprimida entre dos creaciones modernis t ~s llc acero Y
dad cultural en arqu itectura, se había declarado dependiente de lo planchas de cristal, debe tener cinco torres co n almenaJeS más alt os
y techos cónicos de azulejos naranjas, con una puerta de entrada
34 Durante los primer os seis meses de 1937, el dólar se habfa mantenido en 10.50 sucres por dólar.

63
62
de cuatro toneladas que se abre sobre ruedas. Hasta las casitas util izando procesos técnicos mejorados, pero recurriendo a la orga-
construidas en serie por la Caja del Seguro se han contagiado con nización convencional del trabajo; desearon prolongar quizá artifi-
la t.ebre de grandeza y en sus modestos muros revocados hay con- ciosamente la relación de la arquitectura con las bellas artes.
trafuertes góti cos de piedra sin pu lir. No puede echarse la culpa de El trabajo de Russo -ya co mpro metido con la realidad na-
este estado de cosas al arquitecto, un tal Vinci, que firma la mayoría cional- así lo confirma, incluso en la ex-nunciatura, en la cual po-
de estos horrores: no habría tenido la oportunidad de empezar si demos apreciar la calidad de la ejecución de los muros de ladrillo,
no se le hubiera pagado su trabajo". calidad y expresión logradas cuando el material disponible en el
"El arte y la arquitectura coloniales de Ecuador no solo eran mercado, de ninguna manera lo permitía si no se llegaba a supervi-
imponentes por sí mismas sino que, como todo buen arte, poseían sar el proceso de elaboración del material primero y, después, si no
ciertos valores universales: principi os de simplicidad, economía de se capacitaba la mano de obra. Russo supervisó la producción del
expresión, de composición, funcionalismo que en la mayor parte material y enseñó a los obreros. Trabajó con ellos. ¿Acaso no se
del mundo son las piedras fundamentales del buen gusto, puesto adelantó a las preocupaciones que, por influencia de Dieste, trae-
que estas cualidades se encuentran en el arte colonial y hasta en la rían a Quito los hermanos Banderas Vela sólo a partir de los años
vivienda de los ecuatorianos pobres, son malas para la 'gente de- sesenta?
cente'... Hace tiempo los fabricantes ingleses de papel para pare- Aulestia, Pasquel, Sá nchez, aun con todo su ropaje clásico,
d~s descubrieron que si cometían algún error e imprimían algunos
contribuyeron positivamente a mantener la co ntinuidad y la cohe-
ctentos de rollos con un dibuj o fundamentalmente malo que no rencia del mensaje urbano y arquitectónico del centro de la ciu-
comprarían en Inglaterra ni en sus mercados usuales, se vendían fá- dad: a la unidad conseguida por repetición - inocua- de elementos
cilmente en Quito, donde tenían el gran mérito de ser importados y en las fachadas, la enriquecieron co n una variedad respetuosa, no
el mérito secundario de no tener nada que ver con los buenos prin- extraña y, a la vez, distinta. Así lograron dar coherencia al mensaje
cipios de decoración de paredes ejemplifi cadas por los grandes y formal, vol umétrico, estético.
bellos monumentos de Quito" (A. Franklin, 1984, 194 1; p. 154 ). Cuando la ciudad comenzó a extenderse hacia el norte, la
Las opiniones transcritas pertenecen a un doctor en Filosofía iniciativa arquitectónica ya no fue so lamente de los profesionales
de Harvard qu e viajó en la década del treinta a Quito. Es coinci- ecuatori anos o de los extranj eros venidos a principios de siglo, sino
dente con las críticas de la prensa nacional de aquell a época y des- también de los europeos, mejicanos y uruguayos, venidos en los
taca sobre todo el comportamiento fatuo, vacío, de la burguesía años treint a y cuarenta. El aporte ecuatori ano cambia y se rejuve-
que, al hui r del centro de la ciudad se alejó del buen gusto por la nece constantemente, po r ejemplo, en 1934, el ingeniero Pedro
decoración, por el arreglo de los int eriores, por la sobri a utilización Pinto Guzmán se hará merecedor a un premio ornato; pero, claro,
de los materiales. con un tipo de arquitectura que había impuesto Vinci: despersona-
Todo fue rápido pero no inmediato. Los arquitectos nacio- lizada, híbrida, neomudéjar. Los ingenieros, con las posibilidades
nales qui zá por su consciente ancestral o por carencia de una acti- que brindaba el hormigó n armado, demostraron inmediatamente
tud innovadora -acaso por desconocimiento- , en ningú n momento su interés por implicar a la arquitectura con las estrictas demandas
renunciaron a dar continuidad a nuestra tradición arquitectónica. de la construcción pero ubicada dentro de la concepción condicio-
Incluso, como recomendaba Navarro, se esforzaron por dar nuevos nada por el proceso industrial y no como simple práctica profesio-
aires a lo coloni al, mantu vieron fidelidad a la tradición artesanal nal mejorada; con el tiempo, esa amplia posibilidad técnica quedó

65
64
reducida a las posibi lidades concretas de la realidad: carencia de
mano de obra especializada, inex istencia de materiales en el merca-
do, reducidos capitales de las empresas.
. Dentro de esta circunstancia, el ingeniero Eduardo Mena, ve-
mdo de Estados Unidos, conforma su compañía de construcciones INSURGENCIA DE LA ARQUITECTURA
para construir la Previsora, asociarse con la compañía Atlas y final- MODERNA EN QUITO
mente, a partir de los años cuarenta, hacer una gran cantidad de
obras, sobre todo institucionales, en Quito.

Durante largo tiempo, en forma lenta, el país comenzó a mo-


dernizar su aparato político y administrativo. A partir de ello, la
economía hizo esfuerzos por responder a las instancias (exigen-
cias) internacionales, pero no sobre la base de los beneficios pro-
venientes del exterior, pues nunca han llegado, si no del sacrificio
interno y, como siempre, de los sectores más pobres.
La crisis ocasionada por la modernización se reflejó en la
crisis de la ciudad y a su vez en la crisis de la práctica y la forma-
ción de profesionales de la arquitectura y del urba nismo. Junto al
problema económico surgió aquel de responsabilidad académica,
frente al cual la uni versidad se vio comprometida.
El rector, Julio Enrique Paredes, aprovechando la presencia
del arquitecto Jones Odriozola en esta ciudad, le solicitó el asesora-
mi ento para organizar una Escuela de Arquitectura en la Unjversi-
dad Central.
Antes de haber presentado el informe, Jones tu vo que dejar
el país, pero como ventajosamente había llegado Gatto Sobra! para
continuar el estudi o del Plan Regu lador, fue él qu ien, al mi smo
tiempo que termi nó el Plan de Urbanismo, di señó el pénsum para
la Escuela de Arqui tectura con la ayuda del arquitecto Altamirano,
otro uruguayo venido a Quito para estudiar la arquitec tura co lo-
nial. Así, la escuela comenzó a funcionar en el año esco lar
1946-47.

66
Fue fácil trasplantar el modelo de la Facu ltad de Arquitect u- mandas de los amplios sectores popul ares sino de las capas medias
ra de Montevideo que, a fines del siglo pasado, se había organizado y empresariales, por ello, su organización en departamentos de for-
bajo la influencia parisina de la Escuela de Dellas Artes; pero que, ma similar a la Bauhaus, privilegiaba el diseño, la experiencia esté-
en la década de los años trei nta, ya había recibido la inlluencia di- tica, el dominio de las categorías formales comprometidas con la
recta del movim iento moderno de la arquitectura e incluso de los industria. La técnica fue considerada un instrumento complemen-
postulados de la llauhaus y la había consolidado cuando Le Cor- tario de los propósitos formales, bajo un control racional y preme-
busier en 1929 visitó Río de Janeiro y lluenos Aires. ditada concepción. La cultura general cumplió un papel aún más
El trasplante se hizo si n meditar en nuestra realidad , en la de- secundario tal como se puede comprobar a través de la observa-
cantación cultural del país iniciada en el siglo XV I, en los condi- ción del programa de estudios aprobado por el Consejo Universita-
cionamientos de la tradición, en la identifi cación de las demandas rio el 7 de octubre de 1946:
tanto de los sectores empresariales como de aquellos populares mi- Primer año:
grantes (barrios obreros). Matemáticas Teoría de la arquitectura
Estática gráfica Acuarela
La sati sfacción de las demandas empresariales generó un Croquis
nuevo tipo de dependencia: la interior de parte de los sectores po- Modelado
pulares hacia la adopción pasiva de los modelos y gustos adopta- Geometría descriptiva (s)
Perspectiva y sombr3s (s)
dos e impuestos por la burguesía y por el nuevo prol'<;sional, for-
mado pretenciosamente bajo cánones europeos en nues tro país. Segundo año:
Teoría de la arquitectura
El tiempo no permitió corregir las deficiencias o equívocos, Mecánica aplicada
Proyectos
Ensayo de materiales
por el contrario,y acaso se agudizaron más con la incorporación de Construcción Composició n decorativa I (s)
"tres profesionales formados en el exterior: el ingeniero Giovanni Topografía (s)
Rotta - au tor del edificio de la Caja de Pensiones en la calle Flo- Tercer año:
res-, venido de Italia, el arqu itecto Sixto Durán Dallén, graduado Mecánica Historia del arte
Construcción Composición decorativa II
en la Universidad de Columbia, en Nueva York, y el ingeniero Leo- Higiene e instalaciones Proyectos
poldo Moreno Loor, especiali zado e n Lo ndres" (Ma ldonado,
1976; p. 102). Cuarto año:
Arquitectura legal
En los años siguientes se incorporaron como profesores don Mecánica
Práctica profesion3l Historia del arte
Sergio Guarderas (dibujo), don Antonio Jaén Morente distinguido Urbanismo (s)
int electual repu blicano español (arte); el arquitecto Jaime Dávalos Quinto añ,o:
también graduado en Columbia; el ingeniero Wilson Garcés, espe- Teoría y filosofía del arte
Urbanismo
cializado en el Instituto Tecnológico de Illinois (premi ado en el Economía política y sociología
Proyectos
concurso para el proyecto de la Escuela Espejo). Composición y decoración III (34b)
En 1951, cuando Sixto Durán Ballén dirigfa la escuela) seco-
menzaron a hacer los primeros planteam ientos para convertirla en
facu ltad, lo cual se produjo finalmente en 1959.
La facult ad, como queda dicho, no surgió debido a las de-
(34b) indica que las materias eran semestrales. Todas las dtm:ls eran anuales.

68 69
En la formación del arquitecto ecuatoriano, las preocupacio- mente se hará presente la inestabilidad conceptu al de sustentación
nes, los planteamientos y las cavilaciones de Navarro y de los neo- en la formación del arquitecto.
coloniali stas incentivados por las teorías del español Lamperez, del Desde 1977, se comenzó a intuir que un arquitecto no puede
uruguayo Acosta y del argentino Buschiazzo, no merecieron la formarse con un solo manual bajo el brazo co mo único texto de
menor importancia. No se hizo una evaluación sobre nuestra secu- co nsulta. En los años cincuenta, "Saber ver la Arquitectura", de
lar experiencia, forjada en la conformación del centro histórico, ni Zevi, en los años sesenta, "Teoría de la arquitectura", de Tedeschi,
tampoco se tomó la gran tradición construc tiva (tecnologías popu- en los años setenta, "Sociología urbana", de Castells.
lares de madera y tierra). En suma, para determinar el camino que Esto dio como resultado que en los años cincuenta, la creati-
debía recorrer un estudiante de arquitectura, primaron las directri- vidad intrascendente haya aniquilado la refl exión inteligente; que
ces proveni entes de la experiencia europea bajo la intermediación en los años sesenta, el racionalismo primitivo haya ahogado a la
uruguaya . crítica y que, por fin, en los años setenta, el dogmatismo haya pul-
Pero resulta que Europa ha marcado su propio proceso de verizado a la opción socialista.
evolución y transformación, sobre todo a partir del Renacimiento, La evolución no fue casual. Obedeció y co nfirmó aquello
sin valorar en su justa medida los aportes provenientes de otras re- de que "la universidad es el espejo o al menos, el reflejo de la so-
giones, y Uruguay no ha tenido las mismas raíces americanas como ciedad" ecuatoriana; pues ésta, entre los años cuarenta y ochenta,
nosotros. Su relación con Europa ha sido más fluida que con el definió perfectamente su evolución dependiente: banano, Alianza
centro y norte del continente, al menos hasta hace dos décadas. para el Progreso, petróleo.
Era lógico y fác il , por lo tanto, organizar una facultad en Montevi- En suma, la Facultad de Arquitectura ha formado tres tipos
deo bajo la influencia parisina, del Dauhaus y de la industria. Re- de profesio nales con igual título. Aquellos de las primeras promo-
sultaba anacrónico en ca mbio organizar una fac ultad en Quito, de ciones, pocos, sensibilizados para enfrentar los problemas del arte
manera simil ar, porque aquí existe un sustrato cu ltural muy anti- y de la arqu itectura como una opción singular (individualista) de
guo, una experiencia constructiva amplia y en suma, a partir de la bondadosa (paternali sta) generosidad.
llegada de los españoles, una reali dad diferente, nueva, distinta a la Aquell os de pro mociones intermedias, "genios incompren-
española, diferente a la india: nueva. didos" de concepciones subj etivas, puritanas, productos de una
La formación de profesionales arquitectos salidos de la uni- etapa de transición y, los últimos, rebeldes, aún anónimos, sin espa-
versidad, como se ve, es reciente. So lamente en 1959 comenzó a cio en el cual expresar su individualismo .
funcionar como facultad y co n una población total de doscientos La referencia no alude a las personas, a los profesionales, si-
sesenta y dos alumnos. El curso más numeroso fue el preparatorio no a los productos que han salido de la facultad y que han contri-
y el más reducido, el último año, es decir, qu into, con solo doce es- buido a dar continuidad al proceso de especulación edilicia, a de-
tudiantes. teriorar las ciudades por imposic ión de moldes y comportamientos
Estos antecedente~ explican el porqué la facultad siempre extraños al medio, a entorpecer la co ntinuidad cultural de la cual
dio una formación fuertemente cargada de gustos, preferencias y somos poseedores y a mantener la ac rit icidad para favorecer la
apetencias elitistas, incluso en los años más dinámicos, 70-76, en apología generalizada y grat uita. (J. Denavides Solís, 1983; p. 36, 37).
los que la "sociologización" del arqu itecto no era sino un mea En la formación del profesional, a partir de la reforma uni-
cul pa de su experiencia anterior. Pasada esa experiencia, nueva- versitaria ( 1970), se incorporaron materias de carácter socia l. Esta

70 71
fue la base para que en la facultad se conformara un nuevo depar- esa edad ya tuvo oportunidad de desempeñarse co mo jefe del Plan
tamento:el de Ciencias Sociales. La reforma dio como resultado Regulador, director de la Escuela de Arquitectura de la Universidad
una masificación indiscriminada, debido al ingreso y egreso libres Central y jefe de una Oficina Técnica particular que compartió co n
de estudiantes y profesores. La idea fu e dar posibilidades a los hi- otros profesionales y que pronto comenzó a tener mucho éxito.
jos de los obreros y campesinos para que gocen de iguales alterna- No tardó en ambientarse en esta ciudad, ya entonces de con-
tivas de trabajo que los grupos tradicionales. La realidad fue di s- trastes: por un extremo pobre, obrera, y por el otro, con una dina-
tintaJs.
mi a capitalista ávida de aumentar sus beneficios, de crecer. Por
Contrari amente a lo esperado, a partir de ese momento la ello seguramente puso mucho énfasis en su trabajo de planifica-
uni versidad perdió terreno en la opinión pú blica y en la vida na- ción urbana, junto con al gunos profesionales ecuatorianos jóvenes
cional; en lugar de proletarizarse o democratizarse, se burocratizó. como Wilson Garcés y Leopoldo Moreno Loor. A él se debe la
Perdió la posibilidad de superarse cualitativamente para salvar su determinación para ubicar los centros de educación superior: al
prestigio. En añadidura, cada día hizo más compleja su adminis- Este, la Uni versidad Católica y la Politéc nica; al Oeste la Universi-
tración hasta finalmente perder el control. Ahora ni siquiera entre dad Central.
estudiantes se reconocen, mucho menos entre profesores. Desde sus primeros años de ejercicio profesional en nuestro
De este ambiente están saliendo los profesionales y sali eron país, construyó residencias. Entre 1943 y 1954, al menos cinco
(bajo los matices descritos) aquellos que ya han dejado su huella por año. En la década de los cincuenta, proyectó, sobre todo, edi-
en la ciudad. Otros, por ser formados en el extranjero, han logra- ficios institucionales.
do conformar un testi monio de influ encias diferente sobre el cual En las pri meras residencias, no impuso su criterio. Se adaptó
también vale la pena meditar. a la costumbre local, constructiva y formal. Las hizo en el Sur, sin E
El período de insurge ncia de la arquit ectura moderna en ninguna pretensión. Poco a poco fue conociendo la capacidad
Quito comenzó con Jones: dinámico, ági l, siempre dispuesto a en- manual de los artesanos, y cuando quiso aplicar los principios del
frentar la polémica que sus planteami entos provocaban. Debido a purismo moderno, fue tarde, pues ya había sido tentado a incorpo-
su inquieto espíritu viajero, enfermó de la vista y tu vo que abando- rar esa habilidad a la expresión arquitectó nica. Simplificó los vo-
nar el país. Gatto continuó trabajando hasta la entrega del Pl an Re- lúmenes, racionalizó el esquema funcional y eliminó la decoración
gulador en 1944. Después, ejerció con éxi to su profesión en for- exterior tal como correspondía a un arquitecto for ma?o en la fa-
ma particu lar y plasmó muchos de los planteamientos del movi- cultad de mayor influencia europea. Sabía que la calidad de la ar-
miento moderno de la arquitec tura. quitectura estaba en directa proporción a la calidad del espacio in-
Cuando vino desde Uru guay tenía treint a y tres años. El terior y éste era producto de la co mbinación de elementos materia-
cambio seguramente le fue notable; pero su forzada co ndición de les, pero también de la luz y de las percepciones sicológicas.
pionero le abría ampl ias perspecti vas. Más todavía. porque desde Para los años cuarenta, la construcció n en hormigón armado
ya era familiar, pero no depurada, por lo cual no había como exte-
riorizar sus cualidades y calidades, desde sus primeras obras hasta
35 Según las estadísticas publicadas por la universidad. el porccnwje de estudiantes hijos de obre·
ros y artesanos era el siguiente:
las últimas, pues revalorizó la tradición y la calidad artesanal. En
1968 1969 7.2% lugar de la decoración emblemática, enriqueció el exterior con los
69 70 7.2
71 72 8. 7
trabajos de piedra de varios elementos: columnas, marcos para

72 73
puertas y ventanas, antepechos, muros, escaleras. Tambi én moder- delimitados, distintos a los de la ingeniería.
ni zó los trabajos en madera, sin perder la posibilidad del aporte lo- Es que con Gatto Sobra! sucede un fenómeno simil ar al qu~
cal, por ejemplo, en la ventanería y, sobre todo, en las puertas del sucedió con Russo. Los dos son extranjeros pero aportan de ma-
rectorado de la Universidad Central. nera positiva incluso con su ejemplo. Los dos llegan, se sensibili -
Los muros adquirieron expresión de un nuevo revestimiento, zan frente a la realidad nacional a la cual adecúan sus concepcio-
tanto por su textura como por la inclusión de mica en el enlucido , nes y finalmente integran a su arquitectura la expresión local y de-
con el fin de procurar efectos visuales modernos. jan así de ser y sentirse extranjeros.
Con similar honestidad profesional utilizó las cubiertas tradi- Gatto Sobra! no impone, da ejemplo. No traslada irreflexi-
cionales de madera y teja, así como, cuando fue posible, las de hor- vamente sus enseñanzas y concepciones. Sugiere una alternativa.
migón armado, las cuales, de paso sea dicho, las prefirió porque le Claro que sus propuestas no siempre hacen posible una defensa,
ayudaban a acentuar en la hori zo ntalidad de su arquitectura tal co- como cuando interviene en el centro histórico (Colegio La Provi-
mo lo habían sugerido Wright y Le Corbusier. dencia, cines Alhambra y Hollywood), pero son indud ables sus
A partir de los años cincuenta se comprometi ó en proyectos aportes en los demás proyectos que superan el medio centenar36 .
de mayor alcance. Planificó el campus uni versitario de Portoviejo
Como consecuencia de la persecución nazi, en los años cua-
y en la Universidad de Quito proyectó los edificios de la adminis-
renta ll egaron también otros arquitectos: Khon, Edwanik, Adler,
tración, Juri sprudencia, Odontol ogía, Economía y la residencia
universitaria. En concursos nacionales logró el derecho para pla- Klein, Glass, Rotta.
KI1on no trae mayores innovaciones pero asume con decoro
nificar la escuela Sucre, el colegio 24 de Mayo, en Quito; el Muni- su trabajo. Max Erespenger, formado en Finlandia, no logra con-
cipio y la Casa de la Cultura, en Cuenca, y el Teatro Municipal, en validar su título, a los pocos años sale del país pero deja un notable
San Gabriel.
ejemplo de arquitectura moderna en el Colegio San Francisco de
En los edificios escolares sobresale una extraordinaria flui-
dez funcional y una conjunción con los postul ados tanto de la Sales.
Edwanik estuvo asociado con Mena Atlas; pero, mientras los
Dauhaus como de las nuevas corrientes pedagógicas, sin descuidar
profesionales ecuatorianos de ésta defendían una cierta preocupa-
las reminiscencias locales, como sucede con la insinuación de ese
ción de estilo ("estilo californiano"), él ni siquiera tomó en cuenta
gran patio central en la Facultad de Juri sprudencia.
la realidad telúrica de Quilo. Vivió y murió aquí como austríaco.
Pero, además de arquitecto, también fue urbanista. El inició
la práctica profesional del arquitecto ecuatoriano en los campos de Desde que llegaron los españoles, los artesanos ecuatorianos
la planificación, sin descuidarse de dar a co nocer los avances con- han dejado el testimonio de su gran habilidad , su capacidad ex-
temporáneos del urbani smo. Fue fiel a los principios del movi- traordinaria de aprendizaje. Sin embargo, los arquitectos moder-
mi ento de arquitectura moderna, entre los cuales estaba precisa- nos no han tomado en cuenta esas particularidades, pues los han
mente la preocupación por la ciudad, por el diseño urbano. desplazado y han incentivado la pérdida de los antiguos oficios.
Realizó, entre otros, los· planes urbanos para Latacunga, Sal- Klein trab ajó intensamente en la década de los cuarenta. lli-
cedo, Cuenca, Manta, San Lorenzo, Loja, San Gabriel. zo la casa muni cipal de Machachi (1 944), puentes y varias casas de
Sin su aporte no sería posible advertir la presencia de la ar-
qui tectura como una profesión autónoma, con perfiles claramente
36 Archivo personal . J. Denavides Solfs.

74 75
hacienda, según testimonio de su albañil mayor: Miguel Caizalui- "Nos preocupaba mucho que las casas recibieran el sol de lu
sa, que vive en Machachi. mañana; pero además llegamos a convencernos de que, como el
Glass dejó una obra numerosa, mesurada, técnicamente nota- sol en esta latitud cae verticalmente, las ventanas servían solamente
ble, que no cedió ante ninguno de los dos extremos: tradicionalis- para disfrutar del paisaje y que, por lo tanto, era indispensable con-
ta o moderno. Con un perfil muy personal, hizo de la arquitectura cebir un espacio central asoleado, iluminado, que también cumpla
una opción constructiva tanto como formal; pero las dos, simplifi- el papel de regulador de la temperatura interior"37 ¿Inconsciente
cadas, racionalizadas. remirúscencia del patio?
Adler, junto a Klein, construyó el Colegio Manuela Cañiza- La formalidad que habían predeterminado con el estilo cali-
res en 1946, y logró que éste se convirtiera en referencia impres- forniano, demandó del aporte de numerosos artesanos especializa-
cindible de la época como ejemplo importante de arquitectura. dos. Arteta destaca sobre todo a un picapedrero, un verdadero es-
Simultáneamente a la actividad de los extranjeros, un grupo cultor: "Espín... aunque chispín ... labraba las chimeneas, las por-
de ecuatorianos formados fu era del movimiento moderno destaca- tadas de piedra, con una habilidad increíble". Artesanos de la for-
ban: Eduardo Mena, Federico Arteta, Miguel Andrade Marín, Pe- ja que, en un taller especialmente montado para ello, hacían verjas
dro Pinto, Alfonso Calderón Moreno , Leopoldo Moreno Loor. para los cerramientos y para el interior de las casas: puertas, venta-
Eduardo Mena y Federico Arteta, a través de la construcción, nas, pasamanería.
en tanto honesta operación financi era, estuvieron relacionados con Mientras Mena Atlas hace referencia a artesanos como Espín,
la arquitectura. Al primero se debe el edifici o de la Previsora del otros profesionales admiraban el trabajo en madera del maestro
centro, que tanta polémica levantara, pero que no dejó de deslum- Guamán: "extraordinario para un cielo raso de madera y para los
brar, porque en 1938 esa altura de un edificio resultaba inconcebi- recubrimientos de paredes, pasamanerías, puertas y otros trabajos
ble, sin antecedentes. Y lo era: no hubo ninguna experiencia pre- en madera. Un artesano de alta calidad."38
via parecida en el país. Rompió con la volumetrfa del centro pero
Más allá de la solicitación económica, los profesionales ecua-
también con la monotonía y aletargamiento del ambiente profesio-
torianos -todavía no arquitectos salidos de la facultad- hicieron
nal. A poco de terminar esta experiencia se asoció con Federico
posible que la tradición cultural del artesano continúe. A la vez
Arteta y formó la compañía Mena Atlas.
que les dieron oportunidad, aprovecharon sus cualidades. Esta ac-
Como era de esperar, tuvieron un éxito inusitado debido al
titud es muy importante cuando los profesionales formados en Es-
auge de la construcción: "En determinado momento llegamos a
tados Unidos -sin tradición artesanal- comenzaron a practicar su
tener cinco mil obreros y cincuenta casas en construcción perma-
nente. Pero no reducidas como las de ahora sino verdaderas casas profesión sin aquellas preocupaciones.
de muchas piezas o cuartos, como se decía entonces", recuerda Fe- Lo negativo era, en cambio, que la situación de principios de
derico Arteta y añade: "Nuestro primer socio fue Edwanik, luego siglo no había cambiado para los artesanos y la actitud frente a lo
tuvimos muchos colaboradores entre arquitectos e ingenieros; pero importado tampoco: las propuestas formales originadas en otros
de todos se destacó el señor Modesto Luque, persona sin forma-
ción académica, pero que llegó a tener una sensibilidad extraordi- 37 Entrevista personal a F. Arieta: 12 de abril de 1989. . .
Desde la llegada de los espanoles al Ecuador, la calidad del trabajo artesanal ha s1~o olio groc ms .o
naria. Con él logramos hacer el que llamaríamos "estilo califor- 38
la habilidad y capacidad de aprendÍÍ.~je extraordinarios. Sin embargo. los profcs•onalcs, a p~ rt~r
niano". de los anos sesenta, poco a poco han desplazado al artesano en favor de la 111dustnn que n1 SI ·
quiera es lal.

76 77
países se las aplicaba aquí sin ninguna reflexión y además con bas- saron una reacción negativa. Calderón Moreno fue un buen repre-
tante retraso. sentante de esa corriente, dignificó el espacio exterior, lo hizo más
El estilo californiano tiene un ropaje clásico: órdenes, tímpa- coherente. Claro que lleno de referencias reiterativas, pero testi -
nos, peristilos, cornisas y frisos; pero que, entre nosotros, no nos moniales de la calidad comprobada de los artesanos qi.liteños. Al
remiten a la prolongada y honda tradición europea, sino lamenta- interior jerarquizó la percepción, los espacios, con alturas dobles y
blemente a la realidad estadounidense del tiempo de Jefferson. Re- escaleras ceremoniosas, rimbombantes pero inusuales dentro de la
ferencias clásicas intermediadas por los norteamericanos, las cuales tradición local, es decir, de alguna manera, innovadoras.
confirman la actitud mental dependiente e inculta de la burguesía Wilfrido Moreno Loor, nacido en Portoviejo, también se ha-
nacional, manifestada en forma clara décadas atrás, y que formaba bía formado en la Facultad de Ingeniería con dedicación a la Ar-
a sus cuadros técnicos precisamente en Estados Unidos. quitectura. Graduado en 1945, después de haber colaborado co-
Alfonso Calderón Moreno se hizo ingeniero en el tiempo en mo dibujante en el Plan Regulador, a órdenes de Jones y Gatto, via-
que todavía no existía una escuela de arquitectura y solamente en el jó a Londres para seguir un curso de urbanismo. Era la época de
último año de la carrera se podía optar por la especialización. Na- posguerra y, por lo tanto, los esfuerzos de estudio y observación se
cido en Salcedo de una familia humilde, pronto se destacó por su concentraban en esa enorme tarea de reconstrucción antes que en
personalidad, que le condujo al éxito profesional y luego a la polí- los planteamientos teóricos o de la Carta de Atenas.
tica, como afiliado al partido socialista. Hizo arquitectura desde Al regresar se hizo responsable de la Oficina del Plan Regu-
los años treinta. Proyectaba, dibujaba y construía. Cuando en la lador y fue cuando llegó a darse cuenta de que "los intereses por
década de los años cuarenta su act ividad aumentó, pidió la colabo- la especulación del suelo podían mucho más que la intención de
ración de algunos estudiantes de arquitectura. Hizo muchas obras, controlar racional, patrióticamente el desarrollo de la ciudad". 4 0
entre las que cabe menci onar las residencias de Galo y Leonidas Junto con Garcés y Durán Ballén, participó en la Junta de
Plaza, el Pasaje Drouet Pérez, la Plaza Washington (premio ornato), Reconstrucción del 1\Jngurahua, de la cual saliero n los nuevos
6 de Diciembre y Baquedano, 6 de Diciembre y Orellana, Embaja- pueblos planificados en la zona del desastre causado por el terre-
da de Francia, Casa de la Cultura (1946), etc. 39 moto de agosto de 1949.
No rompe, no quiere romper con la tradición. La remoza. Su inquietud lo llevó a participar en concursos de arquitectu-
Trata de encontrar un sitio digno dentro de la evolución de la ar- ra. Ganó el segundo premio para el Palacio Municipal de Quito,
quitectura nacional. No se deja tentar -quizá no podía compren- cuando Muñoz Mariño ganó el primero, que ventajosamente no se
der- por el movimiento moderno. Brinda alternativas fundamen- levantó. También en grupo con Durán Ballén y Gatto participó en
tadas en la corriente neohispanicista difundida por Guido, Bus- la planificación del conjunto de edificios para el Seguro Social, del
chiazzo, Navarro y Velarde. cual solamente se construyó la Caja del Seguro.
Dejó una obra de suficiente ·personalidad como para ser re- Pero su obra más importante hasta 1954 es el edificio para la
conocida sin esfuerzo. Los volúmenes de pastelería que habían te- editorial La Unión en Santa Prisca: "Me propuse quitar la pesadez
nido tanto éxito en los años treinta, a los diez años de hechos cau- del hormigón armado con la ligereza del vidrio en la fachada tra-
tando, además, de encontrar un módulo constructivo adecuado".
39 A más de las indicadas, es autor de las que se ubican o se denominan asr: "El Patio", casa de Ma-
nuel Jijón (interior), esquina de Aldás y Portugal. Club Pichincha, Casa Singer (El Ejido), esqui-
na de 6 de Diciembre y Baquedano, esquina de Asunción y Larrea. JO de Agosto y Mercadillo. 40 Entrevista personal realizada el 6 de abril de 1989.

78 79
"Lograr que se acepte la idea de la planificación en esos
años resultaba muy duro, difícil, polémico. Ventajosamente el dia-
rio EL Comercio auspició nuestros planteamientos. Quienes lo ha-
cíamos, no defendíamos lo nuevo por el hecho de serlo sino como
proceso obvio, porqu e todas las cosas en lu gar de involucionar,
evolucionan. Yo siempre valoré, sin embargo, el sentido innato pa-
ra la construcción, para la estabilidad que han tenido nuestros alba-
ñ.il es. Por este compromi so y convicción, contradiciendo a los
"expertos" extranjeros, hice la primera laguna de ox idación en
Portoviejo. Preferí la participación de la gente en lugar de los trac-
tores para hacer la construcción de aquell a laguna. Era, además,
un problema de economía que debía resolverse a favor de la gente,
no de los empresarios. Se levantaron muchas protestas pero, al fi -
nal, se sintió la ventaja de la circulación del dinero en beneficio de
la zona, debido a la participación de los trabajadores en mayor nú-
mero al previ sto por los expertos que recomendaba n reemplazarlos
con las máquinas" .

80
Antiguo Palacio de las Exposiciones, Quito, 1910

Quebrada de Jerusalem, luego rellenada para dar paso a la avenida 24 de ~1ayo


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Pasaje Royal, Quito
Antiguo edificio del Banco Central del Ecuador, Quilo, 1929
1

Plaza de la Independencia., Quilo, 1930

Antiguo edificio del colegio 24 Mayo, Quilo


Edificio del anti guo Hotel Metropolitano, luego ocupado por la r:unclación
Pérez Paliares, Quito
/

Edificio del Colegio Nacional Mejía, Quito

Edificio del Banco La Previsora en el centro de la ciudad de Quito


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Edificio del Cuerpo de Bomberos, Quito

Edificio de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Quilo


Escuela Municipal Espejo, Quito. En primer plano el busto de Eugenio
Espejo de Luis Midcros

Residencia del Embajador de la República Argentina en el Ecuador. Quito


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Hotel Quito

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Edificio de la Embajada de los Estados Unidos de América en QuilO


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Edificio del Centro Internacional de Estudios Superiores de Periodismo para
América Latina (CIESPAL), Quilo

Templo de la Dolorosa del Colegio San Gabriel, QuilO

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Edificio de la Corporación Financiera Nacional, QuiLo


Edificio del Hote·1 Alameda R e,.1¡, Quito
CONSOLIDACION DE LA
ARQUITECTURA MODERNA EN QUITO

La arquitectura actual , incluida aquell a cubicul ar reconocida


como moderna, se ori gina en Quito, en un contexto social caracte-
rizado por la ingerencia de la iniciati va terrateniente rural en las
ciudades pero, al mismo tiempo, por la presencia de un amplio sec-
tor empobrecido, tal como deja entrever el doctor Pablo Arturo
Suárez, en los resultados de su investi gación sobre la vivienda en
1942:
"56% de las famil ias viven en 1 sola pieza
16.25% " " " " 2 piez.:'ls
7.94 % " " " " 3 "
5.41 % " " " " 5 "
14.4 % " " " " más de 5 piezas.

De tal manera que la densidad viene a ser de 4 personas por


habitación entre las clases populares, que constituye el 51 %, y la
capacidad de sus habitaciones de treinta metros cúbicos" (Dcnítei'.
Vinueza, 1950; p. 263).
La demanda a la cual respo ndió la arquitectura moderna es-
tuvo directamente comprometida con la especul ación del suelo,
con la construcció n en cuanto canal de mayor y más rápido enri -
quecimiento -no de innovación- y con la dependencia cultural
histórica, como lo reconocen Hurtado y Cueva en sus respectivos
libros.

81
No con aquella continuidad cultural que ha fundamentado la en los orígenes del movimiento moderno son: "la renovación del
identidad del país. No con los requerimientos mayoritarios de la gusto, la revolución técnica, los ismos de la visión figurativa y el
sociedad. No con la potencialidad artesanal. Tampoco con las in- impulso social" (Zevi, 1950).
novaciones científicas y técnicas apropiables. En cuanto a los resultados del movimiento moderno, Argan,
En Europa fue distinto. La arquitectura moderna aun bajo en cambio, refiriéndose especialmente al racionalismo dirá:
el discurso y la postura retórica de negación del aporte de la histo- "La arquitectura moderna se ha desarrollado en todo el mun-
ria, es decir, de todo el pasado arquitectónico, no prescindió de él. do según algunos principios generales: 1, la prioridad de la plani-
Al final, lo releyó. Lo interpretó de diferente manera. Incluso la ficación urbanística sobre la proycctación arquitectónica. 2, la má-
reflexión histórica le sirvió para fundamentar lo nuevo. Po e eso Le xima economía en el empleo del suelo y de la construcción. 3, la
Corbusier vio que sus nuevos volúmenes puros no eran sino la per- rigurosa 'racionalidad' de las formas arquitectónicas. 4, el recurso
manencia ele aquellos clásicos de la pirámide de Cayo, del Panteón sistemático ele la tecnología industrial a la estandarización, a la prc-
y del Coliseo, y que sus colores primarios no eran sino la reminis- fabricación en serie. .'í, la concepción de la arquitectura y de la
cencia de aquellos utilizados en el Partenón y casualmente vigentes producción industrial calificada como factores condicilmantcs del
en manos de la pintura contemporánea (Mondrian). progreso social". (De Fusco, 1974; p. 83).
Allá la arquitectura moderna respondió a un compromiso En Ecuador, en Quilo, nada de aquello sucedió. Tampoco
cultural, pues no podía permanecer ausente ele los nuevos puntos ha sucedido. La arquitectura, sin razón alguna, primero se interna-
de vista directamente emparentados con el avance de la ciencia. cionalizó a la criolla y luego se transnacionalizó; a la liar del capi-
Desprendida ele la decoración, no por capricl1o o ignorancia sino tal, en correspondencia al estímulo proveniente de los estratos so-
por carencia de lo artesanal frente a la agresiva oferta industrial. ciales que siempre han estado en el poder, con el fin ele que la de-
Incluso, aunque después haya servido indiscriminadamente a pendencia aumente en el ámbito cultural; pero como siempre, ca-
todos los sectores sociales, la arquitectura moderna también surgió muflada, con aparentes "buenas intenciones", como parte del pro-
ele la reflexión sobre las condiciones de vida en la que vivían los greso.
obreros y sobre las posibilidades que podían aprovecharse ele la in- Lo admirable es que aquí los arquitectos, los artistas se han
dustria para elevar esas condiciones. entregado a la corriente extranjcrizante, sin haber aprovechado la
Uno de los primeros historiadores en estudiar el movimiento posibilidad de ejercer la libertad a través del ane, de proponer o
de la arquitectura moderna fue Gideon. El ha puesto, dice De Fus- superponer la realidad creativa a la realidad impositiva, opresora,
ca, el acento en tres factores típicos: el desarrollo tecnológico, la sino, por el contrario, de haber convertido al arte en un simple ins-
instancia de "moralidad" y la aportación de las artes visuales. trumento de la burguesía nacional inculta, provinciana, o en una
Cuando este movimiento reaccionó en contra del eclecticismo his- forma elemental de satisfacer demandas caducas con apariencia re-
toricista, redujo su quehacer, no al léxico ni a la sintaxis de épocas novadora.
precedentes sino a los arquetipos geométricos y a las funciones Cuando se organizó la Facultad de Arquitectura en la Uni-
primarias siempre; no obstante, con la intención o con la presun- versidad Central, de donde iban a salir los futuros arquitectos
ción de referirse a una auténtica y "sincera" esencia de la arqui- "modernos", no se reflexionó (¿aún no era tiempo?) en los mati-
tectura. ces de las diferentes realidades que se estaban intercomunicando,
Zevi, por su parte, dice que los fenómenos llásicos que están implicándose bajo un objetivo común.

82 83
Europa, sobre todo, a partir del Renacimiento, !la marcado su dudable insurgencia antes que de dominio. Este habría tenido qm~
proceso de evolución y transformación de manera autónoma, sin demostrarse simplemente como una copia inexpresiva, mednica.
valorar los aportes de otras regiones del planeta. Aquellos recibi- En cambio, crea una sintaxis estética que perdura en C1 ticmpn y
dos de los árabes a través de España, apenas los enumera, los men- hace posible una coherencia y unidad indudables pese a que los
ciona. Aquellos recibidos de nuestra América, nunca los mencio- artesanos se suceden y los ejecutores cambian. Integra significa-
na. dos formales diferentes a los originales. Incorpora una nueva for-
Uruguay no !1a tenido una identidad cultural de profundas ma del uso de los materiales (pan de oro).
raíces americanas como nosotros. Su relación con Europa ha sido En suma, el arte no es sino una opción del ejercicio de la li-
siempre fluida y fresca. Era lógico entonces que allá se organizara bertad -como todo arte verdadero- y de las aspiraciones humanas.
una Facullad de Arquitectura lJajo los lineamientos de la I3auhaus Detrás del lenguaje formal, de las exterioridades de la arqui-
y de la industria. tectura, están siempre los procesos de producción de los materiales,
No era igual organizar aquí un centro de formación para ar- Jos sistemas técnicos de construcción, las innovaciones tecnológi-
quitectos pues el sustrato cultural y la experiencia constructiva a cas, las relaciones sociales con los obreros, la relación con el entor-
partir de la llegada de los españoles fue nueva, diferente. Distinta a no, con el paisaje, con la ciudad. Desde luego, más allá de tal o
la española, diferente a la india: nueva. cual expresión formal, en la arquitectura y el urbanismo está pre-
Fue a partir del encuentro entre lo americano y lo español sente la sociedad o, al revés: la sociedad materializa su testimonio
cuando se constató la habilidad de nuestros artesanos y a!IJañiles. a través de la arquitectura.
Ningún lenguaje los dejó inertes. Ninguna técnica los sorprendió. Desde la llegada de los csp•ríioles 11asta fines del siglo XIX la
No se declararon pasivos. Asimilaron en su beneficio técnicas y sociedad fue una. No en el sentido de clases sociales sino de capa-
lenguajes formales distintos. Habían estado acostumbrados a ese cidad de permanencia, de inmovilidad. Evolucionó sin sufrir nin-
proceso de asimilación de conocimientos y experiencias, pues la guna alteración fundamental. Ni siquiera la independencia consi-
sociedad prel1ispánica había logrado definir una actitud hacia una guió cambiar la situación. Simplemente aclaró los espacios dentro
conducta comunitaria, gregaria, colectiva antes que indivi(lual y de los cuales la clase dominante podía seguir disfrutando de los be-
excluyente. De participación, no de exclusión. Todos estaban en neficios.
capacidad de trabajar, tenían predisposición para ello, tanto en el Bien se podría decir que la primera transformación impor··
campo de la producción como de los servicios y de la construc- tante, antes que la Independencia, fue la Revolución Liberal reali-
ción. ¿Acaso hasta ahora los indios no tienen este comportamiento zada por los montoneros, los montuvios, los campesinos, funda··
cuando abandonan sus tierras para construir rascacielos aun sin sa- mentalmente de la costa pero fuertemente respaldados por los
ber leer y escribir? "pupos", cercanos colaboradores de Aifaro.
Pero quienes ven solamente expresión de habilidad de los in- La anterior constatación histórica se la puede confirmar con
dios en la imaginería y la decoración arquitectónica, se equivocan la observación de la forma como ha evolucionado la arquitL~ctura y,
de igual manera que quienes ven ese arte como la expresión del sobre todo, la ciudad.
dominio español. El arte y la arquitectura coloniales, gracias a los La casa colonial del primer siglo, con amplios patios y sul"i
indios, tienen componentes de inconformidad, de alteración del or- ciente huerta (Sucre y Guayaquil), conforme pasa el tiempo se
den establecido, de subversión. Ese ane tiene una expresión de in- fragmenta, se hace más estrecha (Marqués de Macnza), y en ella SL~

84
id¡.tucu nplicando los conocimientos adquiridos en los primeros si- empresa cultural o benéfica. Tampoco un ejercicio de ailstracciún
gh>s: IHJ<:vos sistemas de construcción, el arco, la bóveda, la cúpu- intelectual. Fue la puesta en práctica de un principio que tenía que
ln. Nuevos materiales de construcción: tejas, ladrillos. Innovacio- aplicarse sucesivamente, sin límites y sin consideraciones topogr{tlí·
nes frescas: tapiales, adobes, madera desbastada. Se trabajaba con cas: el cruce de dos calles que irá conformando la retícula ~man·
mayor destreza con los instrumentos y herramientas nunca antes zanas- dentro de la cual también persistirá el principio que incluso
conocidos ni intuidos por los indios: sierras, formones, cepillos, comprometerá el diseño arquitectónico. ¿Acaso el patio no es a la
escuadras, niveles, picos, palas, barras. casa lo que la plaza -manzana vacía- a la ciudad?
El esquema funcional y de distribución espacial se mantuvo Pues bien, estos principios no solamente se prolongaron y se
constante. El lenguaje formal mantuvo correspondencia con las mantuvieron vigentes durante varios siglos, sino que, pese a la evo-
posibilidades concretas de los materiales empleados. Enriquecido lución social, se han mostrado altamente eficientes hasta principios
pero no envanecido. del siglo XX, durante el que continúa aplicándose el principio geo-
Al fundar la ciudad en América, los españoles no habían he- métrico para el trazado de vías (Ilenavides Solís, 1979, 1988,
cho una gran teoría sino una gran síntesis. Identificaron tres prin- 1989).
cipios esenciales: urgencia, pragmaticidad y simplicidad. Cambia la forma de vida, el comportamiento social se hace
más complejo. La arquitectura también cambia, evoluciona, selle-
Urgencia, porque en función de la llegada al sitio donde se
na de matices e incorpora variantes de eficiencia: el gran patio con
encontraban las riquezas obtenían sus beneficios; por ello se fun~
cuatro galerías pierde una de ellas. Después pierde todas. Luego
daron dos y tres veces las mismas ciudades o se perfeccionaba su
ese espacio cubicular se reduce. Se convierte en un simple "pozo
fundación en diferentes instancias de hecho y de derecho, tal como
de luz" y finalmente se lo elimina.
sucedió con Quito, Portoviejo, Guayaquil, I3uenos Aires.
Hasta aquí la evolución, la adaptación, la flexibilidad del es-
Pragmaticidad, porque las ciudades se fundaban tomando en quema distributivo de la arquitectura que la hace pervivir. Luego
cuenta claros intereses por dominar: los centros político-adminis- vendrán las casas compactas, sin un elemento generador de espa-
trativos existentes, centros de producción minera, centros de desa- cios ni organizador de funciones; pero, claro, esto sucede por la
rrollo social y puertos para mantener la relación con España. práctica profesional extranjera a partir de la segunda década de es-
Simplicidad, porque la fundación de ciudacles no era una te siglo.
Como se ha demostrado, la arquitectura mantiene la fonnali-
dad, pero solo para esconder las modernas -por nuevas- formas
Calle Manl.ana Lo le Patio
de comportamiento capitalista, determinadas sobre todo porque el
suelo adquiere la categoría de mercancía muy apetecida. Pero ade-
más porque también en ello se involucra a los materiales de cons-
trucción, a las relaciones de trabajo que convierten finalmente a la
ciudad en un espacio, en un territorio de lucha de intereses, de có-
modo lugar para que el capitalismo madure sobre las cenizas de la
Principios básicos: División interna de !a División intema imaginación, a partir de la reclusión de la arquitectura en el ámbito
cn1cc de línea Cruces succsi vos manzana en lotes del lote- patio
de la simple construcción.

86 87
Algunas experiencias formales de extranjeros a principios de modernizado, al inicio de su trans nacionalizació n.
siglo se han mimetizado y han dado lugar a que el proceso de con- Los primeros ejemplos de arquitectura cubicular (vulgar-
tinuidad cultural no se interrumpa. Bien o mal, prolongan nuestra mente identificada como moderna), exenta de decoración y si n
realidad ciertamente inju sta, poco dinámica, provinciana pero ningún parentesco con todo el testimonio de siglos anteriores, se
nuestra. levantará en la década de los años cuarenta, a manera de insurgen-
Es que con la arquitectura no se puede lograr las transforma- cia. Luego en los años cincuenta y sesenta, ya consolidada. para
ciones sociales indi spensables. No es su competencia. Sin .embar- luego finalm ente llegar a expandirse bajo responsabilidad del nue-
go, tampoco puede renunciar a dar testimonio de una circunstancia vo producto profesional que egresó de la uni versidad a raíz del in-
social y económica determinada y dicotómica: go bierno-poder; greso y el egreso libres.
reinvindicación; libertad-opresión. Rota la continuidad con el contexto -entorno- de la arqui-
El momento en que la arquitectura se co nvierte en punta de tectura, se procuró crear una base teórica extraña. Si se aprecia el
lanza para facilitar o auspiciar la penetración cultural extranjera, la programa de estudios, los arquitectos de las primeras promociones
ebullición del capitalismo, la basura estética para reempl azar de un recibieron mucho estímulo para preocuparse del arte. (Viteri, Mal-
tajo los productos de nuestra propia experiencia, se hace indispen- donado y otros, abandonaron la arquitectura). También para in-
sable un autoanálisis, porque se co nvierte en un sutil instrumento formarse de cuanto sucedía dentro de la arquitec tura moderna. no
de dominación, de esterilización nacional no siquiera para rescatar más, se creía que bastaba inventar una nueva cátedra: teoría de la
o proporcionar espacios para la inventi va (l ibertad) y la innova- arquitectura en lugar de Historia. Pero lásti ma que esa teoría sola-
ción, si no para realizar simples ejercicios repetitivos, viejos, con mente hubiese cubierto el ámbito de lo moderno, y ni siquiera con
aparente racionalidad pero carentes de reflexión, de meditación. perfiles propios si no dependientes de los enunci ados de los maes-
La adopción de productos arquitec tónicos alejados de nues- tros de la arquitectura moderna, es decir, sin categorías propias de
tra experiencia, entre nosotros ni siquiera ha significado renuncia análisis y estudio.
consciente a nuestro pasado, a nuestra tradición, simplemente han Tal como había proclamado la I3auhaus, la historia de la ar-
sido producto de la ignorancia o del entreguismo mecanicista para quitectura no constó en el primer plan de estudios. Aquella la eli-
transplantar modelos formales y comportamientos: minó porque los nexos y el peso de la tradició n clásica imponían.
"En cuanto a la arquitectura sigloveintina lo mejor sería tal Era la única manera de termi nar co n el historicismo. Se creyó que
vez guardar un sil encio expresivo. ¿Q ué decir por ejemplo de la la historia había servido solamente para reforzar esa relación con el
origi nal idad? (y sí la hay para desgracia nuestra) ... ¿y qué de esos lenguaje clásico que precisamente debía ser rota.
barrios caleidoscopios como la "Mari scal" de Quito? Esta arqui- Entonces fue cuando en Europa se propuso leer de diferente
tectura no refl eja otra cosa que el alma res 1111lli11s de nuestra bur- manera la arquitectura del pasado. I3aj o la óptica de los nuevos
guesía: allí ha levantado su tienda extravagante el pri mer venido" planteamientos estéticos provenientes de los ismos artísticos y de
(A. Cueva, 1967; p. 88). las hasta entonces desconocidas. posibilidades de la técnica, de la
La arquitec tura expulsada de su ámbito especílko podía ser industriá. Por esto, los arqui tectos se ven implicados como nunca
con facilidad instrumentalizada por los profesionales salidos de la antes con el diseño industrial, los automóviles, las vajill as.
universidad más antigua del país; pero, a la vez, estos arquitectos Entre nosotros debió, por el contrario, pro fundizarse en el
también podían ser instrumentalizados por el capitali smo crecido, estudio de nuestras raíces. No de sus formas sino de sus causas.

88 89
li"·"··atar al menos los primeros trazos generales que en el futuro contrariamente a cuanto ha sucedido con el arte, en arquitecturas~.·
]ll:rmitirán conformar una presencia cultural y arquitectónica autó- quiere poner vigentes a raja tabla. He aquí parte de las causas '1""
ll<Hna, es decir, sin dependencias serviles y acríticas. explicarían a la arquitectura moderna en Quito.
Lastimosamente, ni siquiera hasta la fecha se ha comprendi- El compacto esquema funcional de la arquitectura de la Ma·
do aquello. La arquitectura sigue reducida a una ecuación simplis- riscal, fue cuestionatlo por los arquitectos universitarios o al menos
ta, vacía, esquemática: "la arquitectura para ser buena debe ser fue ignorado como alternativa; sin embargo, se lo enriqueció con
funcional". La arquitectura está alimentada actualmente por prin- la utilización de los graneles ventanales (otro dogma) de la estruc-
cipios dogmáticos, contrarios al arte, comprometidos directamente tura de hormigón armado, con novedosos usos de la piedra, bajo el
con el "taylorismo" industrial. ejemplo ele la arquitectura de los grandes maestros: Le Corbusier,
Se hace una apología del funcionalismo sin fines claros. Se Mies, Gropius, Wright. La infiuencia de Gropius es reconocible en
lo convierte en una "sublimación ele los fines" y, cuando la arqui- la obra de Gano Sobra!. La de Le Corbusier en aquella ele Barra-
tectura se somete al imperio ele la runcionaliclacl químicamente pu- gán. La de Wrigl1t tiene reminiscencias lejanísimas en la de Oleas y
ra, la exigencia estética se torna inevitablemente irracional. En la de Mies está minimizada en la expresión formal de la obra de
efecto, este pronóstico se confirma continuamente. "Cuanto más Patino.
indiscriminadamente se impone la racionalidad respecto del fin en Esta preocupación dio lugar a la utilización de una serie de
la configuración del entorno, tanto menor es la demora ele la re- recursos reiterados: los muros corridos (contínuos), las ventanas en
gresión hacia el mal gusto" (Lorcnzer, 1968; p. S 1). esquina, las pérgolas, los "espejos de agua" (en la práctica basure-
13asta comparar lo acumulado durante cuatro siglos en el ros), las ventanas "corridas" para favorecer la integración interior-
centro histórico de Quito con aquello acumulado en ·los últimos exterior y en primera instancia, las cubiertas planas con anchas
treinta años en la avenida Amazonas. franjas horizontales.
En el primero existe la decantación de un mensaje coherente Estos artificios lograron prefabricar un producto de fácil
de la arquitectura, tanto en ese componente de responsabilidad in- consumo visual, de novedosa presentación, de gran acogida entre
dividual ele los autores como de la trascendencia en la ciudad. La la pequeña burguesía joven. Pero, precisamente por haberse con-
unidad en el primero es indudable. En la "moderna" avenida en vertido en un objeto de consumo, se hizo perecedero, de moda.
cambio es reconocible de inmediato el caos volumétrico, el mal Con todas las condiciones para cansar pronto a la vista.
gusto y la gran cantidad de basura estética.
Por todo ello, la arquitectura actual (¿moderna?) en Quito,
A principios de los aüos cincuenta, ya se conoció en Quito el
libro de Zevi "Saber ver la Arquitectura". Se convirtió en una es- comprometida más bien con la construcción que con las instancias
estéticas o los materiales propios de la arquitectura, se hizo prototf
pecie ele manual ele consulta permanente e inspiración. Su conte-
pica, repetitiva, de época, tal cual sucede con la moda en el vestir o
nido didáctico se fundamentó en Jos postulados de Gideon: el
protagonista de la arquitectura es el espacio. De aquí surgió el pri- el gusto por los modelos de electrodomésticos.
mer dogma: el espacio. El segundo dogma: el funcionalismo, en Debería comprenderse que los objetos descchabil:s snn Iujn
cambio, será transmitido sobre el tablero de dibujo, fundamentado ele la sociedad consumista, en grado al cual no hemos llegado ni
en aquello de que "la forma determina la función". Otra serie de llegaremos y que, además, de ninguna manera puede confundirse
dogmas de fe se esconden en las categorías estéticas clásicas que, con los objetos arquitectónicos llamados a durar, a resistir, a intc-

90 lJI
grarse al testimonio material de la sociedad en su verdadero nivel años cincuenta se repetirá esa experiencia arquitectónica, pl~ro m:rs
de desarrollo. bien limitada. No así en los años setenta, a partir de los cuales, gra
En treinta años, Quito, la ciudad que a pesar de los arquitec- cias al petróleo, prácticamente se construyeron todos los "rascacic·
tos ha conservado su centro histórico, sella convertido en muestra- los" existentes.
rio de originalidades vanas y de capriclws irracionales: cubiertas He aquí una nueva tipología que exigía un mínimo de conti-
similares a las que se ven en los países en donde cae nieve, ventanas nuidad en la experiencia, una distinta forma de plantearse el pro-
con todas las geometrías imaginables, edificios con volumetrías de blema del diseño, de la composición, de la estructura, de la relación
electrodomésticos, arcos que contradicen su razón estructural, án- con el entorno. Algunas experiencias han salido bien libradas. La
gulos y geometrías incoherentes. mayoría no. Se limitan a superponer en serie o a b manera ele
Entre nosotros, lejos de adoptar mecánjcamcntc las preocu- "legos" las eficientes soluciones aptas para una sola planta y lk-
paciones y soluciones europeas, se deben profundizar las rellcxio- gan incluso a la ilusa e ingenua construcción de balcones hasta en
nes que nos permitan rescatar al menos los principios 0 compo- la decimoquinta planta. Es decir, adoptando la formalidad vaciada,
nentes que han comprobado su validez a través del tiempo. Por huyendo de la confrontación nueva, de la reflexión. O reduciendo
ejemplo, el patio. No solamente como rica posibilidad espacial y todo el problema del diseño a la simple alternativa de diferenciar
distributiva sino como principio de Jlexibiliclad y de permanencia los antepechos o las divisiones de los vidrios. Edificios de antepe-
frente al cambiante mundo de las demandas funcionales. chos, de volúmenes cortados por gusto con los diferentes ángulos
¿Acaso debido a esa flexibilidad, el centro histórico no ha de la escuadra.
permanecido inalterado y su arquitectura, más allá del cambio de Por todo ello es imprescindwte rescatar lo rescatable: desta-
demandas o necesidades, no lla conservado su estructura física fun- car la arquitectura de algunos profesionales que ofrecen una sinta-
damental? xis comprensible, un lenguaje articulado, más allá del compromisn
Tampoco se ha recuperado, peor enriquecido, la relación de o relación con la sociedad, pero apoyada por una sensibilidad in-
la arquitectura con el arte, con la posibilidad de integrar la decora- tuitiva o racional.
ción artesanal como manifestación característica de nuestra reali- Mientras la arquitectura cubicular se originó en un contextn
dad social y tradición cultural. de ingerencia privada, durante el período de consolidación de la
Pero así como la arquitectura colonial pudo servir como re- arquitectura moderna, la presencia del Estado en la ciudad se hizo
Jlexión actualizada y no se le ha dado importancia, tampoco se le notable, a partir de que Quito fue nominada como sede de la Un··
ha dado al urbanismo colonial, a su ciudad no india ni española: décima Conferencia lnteramericana, hasta cuando, en 1970, se pro-
nueva, que ha permanecido y crecido gracias a la vigencia de los dujo un cambio radical en la universidad, debido al ingreso libre y
mismos principios que la originaron y que le permitieron mante- a la consecuente masificación.
ner, hasta ahora, mejores condiciones para la convivencia ciudada- En la década del cincuenta, el Estado llizo fuertes y numeru·
na Y mayores posibilidades para el crecimiento controlado que la sas inversiones en construcción: Caja del Seguro, Residencia U ni
nueva ciudad: caótica, peligrosa, violenta, estimuladora del indivi- versitaria, Universidad Católica, Banco Central, Hotel Quito. !'ala
dualismo y el anonimato, despilfarradora de suelo. cios Legislativo y de Justicia, etc. En los años siguientes se levanta·
La primera construcción en altura realizada en Quito obede- rá el Hospital del Seguro, la Cruz Roja (proyecto de los lwrmanos
ció a la extravaganc:ia de un banco. Solamente a mediados de los Lcdesma) y el Banco de Pr6stamos.

92 l))
Al finalizar este período se realizó el primer plan de preser- miento de la jardinería. Al hacer el Banco de Préstamos, en d e en
vación monumental de Quito auspiciado por la OEA. En él se in- tro, deja un tufo a electrodoméstico, incompatible con el cntmno
tegró la tesis de grado 4 1 de Benavides Solís. Este y otros arquitec- pero, a cambio, años después dejará un extraordinario ejemplo de
tos recién graduados completaron su formación en Europa (Pérez arquitectura en el centro: el Banco Popular.
Arieta, Peñaherrera). Lo trascendental de este plan fue la presión Su arquitectura se caracteriza por su sensible racionalidad ck
que generó para detener la agresión al centro histórico, la cual ha- los espacios interiores: amplios, iluminados, ininterrumpidos, qu~
bía obtenido carta blanca con Jones y luego con el Plan de Patiño se manifiestan hacia el exterior bajo una geometría clara, coheren-
(Benavides Solís, 1978). Con él se detuvieron definitivamente las te. En todos sus trabajos impone un sello personal de fácil recono-
experiencias negativas que significaron el cine Atahualpa, la casa cimiento. En realidad, su forma de planificar -!lasta el último lie-
López, el cine Hollywood, la casa Braucr, el Guerrero Mora, el co- talle-, al tiempo que innovación en nuestro medio fue un aporte
legio La Providencia, el cinc Alllambra, etc. profesional muy positivo. .
Dentro de este período también hicieron su obra algunos ar- En pleno éxito profesional se dejó atrapar por la lrteratura.
quitectos que volvieron de graduarse en Uruguay, México y Brasil. Hizo poesía todas las mai\anas para devolverla al viento de la tarde.
Diego !'once se destacará entre quienes vuelven del Brasil bajo la Dejó en cambio su primera novela, sin pretensiones mayores, pero
in11ucncia de Niemeyer, Costa, los hermanos Roberto y las pro- con un compromiso estético nacional. Cuando todavía tenía mu-
puestas de Brasilia. cho que ofrecer al arte y a sus amigos, murió trágicamente.
Del Uruguay vuelve Alfredo León, autor del proyecto para A este período de consolidación de la arquitectura moderna
el Palacio de Justicia y algunas residencias bien concebidas pero en Quito pertenecen todos los profesionales egresados !lasta 1969,
mejor construidas. También vuelven de allá los hermanos Bande- es decir, formados hasta el tiempo en que la facultad cambió racli-
ras Vela. calmente su filosofía. En esencia, se formaron no solamente moti-
De México vuelve Ramiro Pércz, nieto e hijo de banqueros. vados sino absorbidos por cuanto se había difundido -sin ponerlo
Irrumpió en el ambiente profesional bajo cánones muy personales. en duda- de la arquitectura moderna: rechazo al pasado y en con-
En México había asimilado a Ramírez Vásquez, Lasso y, sobre to- secuencia a la Historia; apología al producto industrial aun a costa
do, Barragán. Aprendió de ellos a concebir la arquitectura como de no disponerlo; reducción de la planificación urt1ana a la aplica-
el resultado también de muchos detalles bien trabajados no sola- ción de los principios de la carta de Atenas; utilización de los ma-
mente al interior sino tambi6n al exterior. Le hace la casa a unge- teriales de construcción que resallan sus cualidades "naturales"
neral de aviación bajo condiciones óptimas, con una inversión no (brutalismo, expresionismo); volúmenes perfectamente caracteriza··
limitada. Se convertirá en modelo por imitar en cuanto al trata- dos por las funciones albergadas (la función hace la forma), Y por
último, repertorio proveniente de los grandes maestros de la arqui
tectura moderna: Wrigllt, Le Corbusier, Mies, Drauer, Niemcycr,
41 "Centro de Arte y Artcsnnía Popular", Cll el O.lll\'t'I)[O de San Diego, El phln tuvo fundnmenlo
en los lineamiento de l<lS Normas de Quito (!967), rcdactndas por un Congreso Internacional dl'- Neutra.
Patrimonio Cultural en rckH:ión COll l'i turismo. En la facultad, los principios de esos grandes maestros i'ul'
Se determinó un itinerario turístico moHumcmal de cu:u·ctll:! cuadnls, que pa~aba por los principa·
les monumentos. ron transmitidos de manera familiar por personas que se~ ll:rllf:tn
J.F. Pércz A. y Dcnavidcs Solís, dclltro de t.•sc plau, rcnliz;¡ron el <llltcproyccto parn un hotel mo· formado bajo la experiencia sensorial directa, freutc a lus ''jemplos
numcntal en elllospicio San L'iz;:~ro.
El plan se hizo COJI ayuda de la OEA, debido a que, cttton.:cs, su Sccrl'lario General fue Galo notables d¿ arquitectura o por las escasas revistas que llcgallan al
Plaza.

94
pafs, pues la di sponibilidad de bibliografía era casi ine.xistente. tado aporte en la cátedra: informativo, moti vador, refl exivo. Lasti -
En el Ecuador, esas experiencias directas para los alumnos se mosamente su obra no guarda esa altura: edificio del Co nsejo Pro-
col'virtieron en referencias teóricas si n ningún antecedente, fuera vincial de Riobamba, teatro Prometeo de Quito; en cambi o como
de contexto. Esta intermediación para transmitir los principios de acuarelista ocupa uno de los puestos más altos entre los artistas
la arquitectura moderna dio lu gar a una primera e ingenua simpli- ecuatorianos.
ficación: despreocupación de la sedimentación cultural nacional y También son parte de esta generación los hermanos Oleas;
adopción indiscriminada de formalidades y comportamientos ex- sobre todo, Lui s. La demanda que provocó su "estilo" de arqui-
traños al medio. tectura permitió que su taller se constituyera en un amplio espacio
Quienes no se sintieron satisfechos, salieron al extranjero pa- de tefl exión y colaboració n. Por él pasaron la mayoría de los po-
ra constatar por si mi smos aquello que se les enseñaba. Fue enton- cos estudiantes de los años sesenta y bien o mal dejaron la huella
ces cuando "los estudi antes llegaron a saber más que los profeso- de sus inquietudes: Moreira, Solís, Yélez, Garcés, Wappenstein, Es-
res" (Barragá n: 1989), y, en consecuencia, dieron una interpreta- pinosa.
ción individual y casera a un fenómeno de tanta trascendencia. Sus colaboradores rescatan de Oleas una gran sensibilidad Y
Esta quizá fu e la segunda instancia de intermediación (interpreta- un estilo muy personal de concebir y hacer arquitectura: la obse-
ción) insalvable, incluso porque a la época en la ciudad ex istían sión por el tratamiento del espacio interior.
menos de seis librerías, con poquísimos libros de arquitectura y ur- Tal fue la cantidad de construcciones hechas por Oleas que
banismo en sus estantes.42 seguramente no le dejaron la posibilidad de autoevaluarse. Su ar-
A estas promoci ones de arquitectos pertenece, entre otros, quitectura facilitó la aceptación del público de una nueva propues-
Oswaldo de la Torre. Con observaciones en Estados Unidos y una ta y, por Jo tanto, la consolidación de la arquitectura moderna me-
seria di sciplina en el trabaj o profesional, hizo los siguientes edifi- jor lograda: volumetría co herente, buen uso de los terminados,
cios: Registro de la Propiedad, Juzgados de Tránsito, Facultad de adecuada funcionalidad. En suma, cualidades de fácil asimilación
Ingeniería de la Politécnica Nacional y un conjunto habilacional en aunque de poca profundid ad4 3. El logró demostrar en la práctica
el centro: meditando, sin pretensiones, correcto. que los arquitectos con cierta, quizá mínima coherencia en su tra-
Los hermanos Patiiío tuvieron un relati vo éxito profesional, bajo y buenas relaciones públicas, podían tener éxito: En pocas
pero su obra no fue de trascendencia . Los hermanos Ledesma co- palabras, sin pretenderlo, se convirtió en un modelo referencial.
laboraron algún tiempo con Mena Atlas; quizá sus mejores obras Entre 1952 y 1970, los arquitectos de Quito llegaron a su-
son la Cruz Roja y el Colegio Sa n Gabriel. mar medio millar. En términos cuantitati vos ese fue el impacto
Mario Arias fue el mejor egresado de su notable promoción. que sufrió la ciudad. Su fi sonomía cambió radicalmente y, co mo
No logró amalgamar su vuelo formal con la seriedad de la arqui- dice Banderas, si no hubiese sido por la topografía y esa e norme
tectura. Muñoz Mariño, si bien form ado en México, tu vo un inusi- panorámica protectora, la presencia de los errores arquitectónicos
sería insoportable.
42 Las librerías exislcnles en Quilo en las cuales podían encontrarse pocos libros sobre arquitectura
eran: Científica. Universitaria. Su Librería y Espanola. En los anos selellla apareció "Una peque·
na librería". 43 En general, los arqu itectos ecuatorianos no han dejado un testimonio de su prcocupnclón o fun·
damemaciones teóricas. Si tales existen. simplcmellle han lran, milido a 1rnvés de In c~l<drn. de
Hasta fint•s de los anos scst'nl;l, 1;1 bit>liolc.:a de la facullad. excl uyendo n•vislas viejas, folletos y
documentos institucionales, disponía de no m:\s de lrcsc icmos libros. una manera muy limitada.

97
96
Pasado el período de consolid· .. 6 b·. , . . .
ese medio millar de arquitectos la s·~c~ .~.', a¡o Ia paruCipaCión ele
rioro . . . . , 1 uaclun sutnó un mayor clete-
a partlf del egreso de centen·tres ele 't. . . .
sionales se han f .d , ' .· <~qultectos. Estos pro fe-
. . orma o en el anommato, sin la tradicional ,
m.caCJón con los profesores; embobccidos por las reinvindi~~~;u­
LA EXPANSION DE LA
nes mmedwtlstas, ni siquiera académicas sino politlc¡ueras y ·1· o-
su_ t;abaJo profesional deja mucho que desear pu. " , . ' e mo, ARQUITECTURA MODERNA EN QUITO
~:lmmo sustrato cultural así como de una su11ci,ent~:o~~~~~c~~ ~~~~i~l

si en v~~~~d~~~~~:~~cl~e~:~sq~~ ~o~~~~~ 1~ d~~ada


ele de los setenta,
mente se ha hecho arquitectura y e¡ ye y clrcce la cmdad, escasa-
, u1encs a hacen con c1· ·d d
~~t:;l; :;gc~st~;e¿ue ele las últimas promociones sino de al::~ll~s A partir de la explotación petrolera y el consecuente aumen-
~i siquiera merece un comentario aquella travesura in enu· to de circulante monetario, muchos fenómenos relacionados con la
que algunos Jóvenes han comenzado a call·¡·l·c·tl· d•" g .a arquitectura y el urbanismo sufrieron un crecimiento y agudiza-
mo" E 1 ' e posmoderms- ción considerables. En los años sesenta, se comenzaron a confor-
. ,n e contexto de este análisis 11'st) ·. • . . .- .
dente (Benavides Solís, 1987). 1 e neo, rcsultaua Jntrascen-
mar las condiciones para el cambio paulatino de una economía
agroexportadora de responsabilidad oligárquica a otra que, conso-
lidada la burguesía urbana industrial y financiera, comenzaría a
participar en la administración de los excedentes monetarios en
forma directa, incrustándose en el gobierno y en sus propias org a-
nizacioncs de presión como son las cámaras de la producción y los
partidos políticos.
En 1972 tomó el poder una dictadura militar anunciando la
ejecución ele un plan de gobierno para que "la sociedad ecuatoria-
na económicamente subdesarrollada, socialmente injusta y política·
mente dependiente" cambie de rumbo.
La subjetiva voluntad de transformación se vio estimulada
por la amplia posibilidad financkra del país. En efecto, las ex por·
tacioncs que en 1970 habían sido apenas de ciento noventa mill<l·
nes de dólares, en 1977 ascendieron a mil trescientos y d presu·
puesto, de los cinco mil millones ascendió a más de veinte y siete
mil millones de sucres. El producto interno que en 1972 llahfa
crecido a un 8%, al año siguiente llegó al 18%. La L'conomfa se
petrolarizó y comenzó a depender en un 70% ele aquel producto.
98
99
. Para.d~jicamente, para no frenar el crecimiento de disponibi- población en un millón doscientos mil habitantes, con una exten-
lidad de divisas de los primeros años de expl otación petrolera, en sión de dieciséis mil hectáreas. En 1990 se anticipa superar el mi-
cuanto éstas ya no lo hi cieron posible, se comenzó el endeuda- llón y medio de habitantes y acercarse a las veinte mil hectáreas de
miento externo "agresivo" y se lo continúa a pesar de su pública extensión.
Y. repetida co~dena. Es ta deuda, al momento del ascenso al go- Este patológico crecimiento fue responsabilidad de.los espe-
bierno de DorJa, alcanzó a once mil millones de dólares, y hasta culadores y cayó en las garras de los "agentes económicos Y fi-
1991 se anticipa, con sentido au stero, que subirá a catorce mil mi- nancieros" comprometidos con la edilicia. La economía así lo de-
llones. terminó:
Pa~alelam ente a la deuda, pese al aumento vertiginoso de las "El carácter más bien aparente y deformado de la moderni-
exportaciones, el déficit del presupuesto fiscal se hizo crónico. zación capitalista del Ecuador en la época del boom petrolero se
Entre 1970 y 1975 , según Osvaldo Hurtado, llegó a treinta y seis refleja también en sectores como los de la construcción, el comer-
millones de dólares. cio y las finanzas".
Por estas y otras paradoj as económicas, la sociedad se "hizo "Entre 1972 y 1974, el sector de construcciones creció a un
más compleja, conflic ti va y difícil de gobernar", pues habían ritmo del 11.9% anual , coeficiente originado en una auténtica fie-
e~nergido nuevas fracciones de clase, tanto al interior de la burgue- bre de construcciones especialmente en las principales urbes. El
sia como al otro extremo , en el proletariado o llamado pueblo. auge de las construcciones en la coyuntura analizada tendría, or~­
La di stribución territorial de la población cambió: aparecie- gen en la acelerada urbanización, el incremento ?el gasto publ~­
ron asentami entos humanos en el área de explotación del petróleo co ... y una persistente inflación (que vuelve especialmente atra~!I ­
Yen otras zonas productivas44 . El deterioro del campo se agudizó. vas a las inversiones inmobiliarias). Aparte del interés especulativo
La población urbana, que a nivel nacional, en 1950, había si- de los inversionistas privados, la actividad constructora se ha veni-
do de apenas el 28%, en 1962 pasó al 36% y en 1974 subió al do caracterizando por incorporar estacionalmente a importantes
41 %, y finalmente en 1982 al 49%, se espera que en el próximo contingentes de mano de obra desplazada de la agricultura Y la
censo de 1990 supere el 52 %. Todo esto, pese a que el crecimien- creciente presencia de capitales foráneos" (Báez, 1979; p. 70; De-
to vegetativo declinó del 3 al 2.7 %; mientras la tasa de crecimiento navides Solís, 1983).
urbano, entre 1974 y 1982, se mantuvo en cerca del 5% (F. Ca- La migración fue incentiva da y creció tanto como el ~et e-
rrión, Larrea et. alt., 1986). rioro del campo. Los campesinos vinieron a conformar los cmtu-
Este fue el horizonte nacional. En referencia a Quito fue rones de miseria, mientras los terratenientes agrícolas, en lugar de
peor.. La po~laci ón, que en 1974 fue de quini entos noventa y nue- invertir en sus haciendas, transfirieron sus capitales a las inmobili a-
ve mil ochocientos veinte y ocho habitantes, tuvo una tasa anual de rias muchas veces entregadas a extranjeros.
cr~cimient~ del 4. 78 y llegó en 1982 a ochocientos sesenta y seis ' "Entre 1978 y 198 1, solamente siete compañías extranjeras
mil cuatrocientos setenta y dos habitantes. La extensión de la ciu- de construcción edilicia, de entre más de cuarenta activas, co nstru-
dad en cambio, durante los mismos años, pasó de ocho mil nove- yeron en Quito, novent a y ocho mil seisc ientos ses~nta Y ~ei s me-
cientos ochenta y dos hectáreas a trece mil. En 1988 se estimó la tros cuadrados; vale decir, doscientos noventa y c1nco mil nove-
cientos noventa y ocho metros cúbicos sobre una extensión de tre-
44 En cs.la década: apar~c ierou ciudadc.s y hasta provincias nuevas: Napo. Lago Agrio. Nueva Loja, ce hectáreas. Es decir, levantaron una ciudad de di ez mil hab it an-
El Tnunfo, La f roucal, ele., con fndoces de crecimienlo anual superior al 6%.

101
100
Como se puede apreciar, el crecimiento de Quito y sus parli
~e: :~~a~p~~~~a~~~~:~~~;~ it;~;;a~.t~~~;~logía Y sin capacitar mano culares consecuencias se inscriben en un proceso patológico de
imposible control que incluso ha obligado a cambiar los objetivns,
deman~lar;, ~sas construccimies estuvieron dirigidas a satisfacer la los alcances y métodos de la planificación urbana, lastimosamente
a e os estratos mediOs: tecnócratas, burócratas, e ueña
más preocupada por la adopción de experiencias de otros países
bur;uesía vemda de provincia, comerciantes y "nuevos ri!s9.. sin
antes que en el logro de resultados sobre la base de realidades
em argo, la demanda insatisfecha era mucho mayor y provení~ de
los estratos populares que se asentaron en la periferia de la ciudad nuestras.
La poblaCión periférica de Quito en 1962 apenas lle aba ~1
Para Jones Odriozola y la Facultad de Arquitectura, la plani-
a
210. Aunque porcentualmente era baja, ya equivalía a unagci , ficación urbana hizo preponderante el diseño del crecimiento físi-
como co, lo cual resultó medianamente útil para la administración de la
So/< Cayambe
. o San Gabriel • En 1974 ese . porcentaJe . aumentó udad
al
3l. o, e~utvalente a dieciséis mil ciento veintiuna personas En ciudad, pero extremadamente orientador para los "empresarios ur-
988, se ha estimado que solamente la población periférica . banos", porque podían adelantarse a ubicar sus rentables inversio-
trema pobreza es de doscientas setenta y ocho mil uinien en ex: nes. Como experiencia académica, esa forma de planificar requi-
venta y tres personas, es decir, el 23 48o/c0 del t0 t 1 dq . tas no rió de pocas horas de instrucción y fue de fácil comprensión para
de Quito. · a e la poblactón los futuros arquitectos, que complementaban esquemáticamente su
. Fenómeno nuevo, agudo. Dentro del actual sistema información con Jos principios de la Carta de Atenas. Al poco
nuco, matemáticamente irresolubl"v. Segu'tilos fen 6 menos que
econó- tiempo, esta concepción teórica y práctica profesional, frente a los
~~~c~n :1 p:r~:
.

aparecimiento de los barrios donde está la población hechos, se hizo insuficiente, obsoleta.
. nca en Q~tto, Vera ha identificado los siguientes tipos· 1 . La facultad se sociologizó. Fue propicio porque el número
ctón pa~lattna; 2, ocupaciones inducidas; 3, incorporac.ió~ ~~u~~: de estudiantes había aumentado de seiscientos a cuatro mil entre
rras agncolas a urbanas; 4, incorporación de antiguas poblac· 1967 y 1972; habían vuelto algunos profesores después de hacer
rurales y 5, de planificación escasa. IOnes estudios de posgrado bajo la influencia de Miguel Castells.
a los ~:~~/u parte, !3enavides Salís en 1988 resume y cuantifica así El "Comité del Pueblo" era el fiel representante de la de-
periféricos~s populares dentro de los cuales están los marginales y manda ante sus necesidades de vivienda. Wilson Herdoíza ha sido
el mentalizador de una actitud de respuesta que la lla llevado a las
Población según clases de barrios últimas consecuencias, con la simpatía de un partido político muy
cuestionado pero eficiente. Desde ese entonces conformó el Taller
Ptl'sonas %
de Investigaciones Sociales Diseño y Construcción (TYSDIC) qu<:
Populru·es integrados a lo urbrulO 53.3 funciona como facultad paralela a la existente.
Populaes ' ·r" · 353.824
) ~ _e, ~~~ -~r~cos co~l expectativas de cambio 11.422 1.7 Su aporte en el campo metodológico es de indudable tras-
i)opulru_c~ per~_ter~·c,os u?rcados dentro de la cola de agua 19.422 2.9
cendencia en nuestro medio, tan poco proclive a la invcstigaciún.
opulrues pe11féllcos sm expectativas de cmnbio 278.593 42.1
Su aporte académico, integral, sin embargo, discutible. En <:seta ..
Total de bmTios popuhu·es en Quilo 663.263 !QQ44b ller se han formado buenos políticos pero no técnicos que hayan
logrado conformar un testimonio válido, alternativo, ni en el ámlli ..
44b Beuavides Solís, 1988 _ 1; p. 87

liL\
102
lo de los sectores populares ni de aquellos empresariales. continental para identificar ames que las uniformidades, las di le·
Esta experiencia, dentro de nuestra América tue tardía, quizá rencias, pues son éstas las que permitirán conformar una tcorfa "
porque los otros países, por su propia evolución, tuvieron grandes una utopía, como se ha mencionado, en la cual quepa una cn~dad
ciudades con población "marginada" muchos años antes. En que respete el pasado histórico, que construya desde hoy t~n srs,l~·
Quito, hasta antes del período petrolero, no existían estructuras físi- ma socialmente equilibrado. Que penmta una vrda drgna, .JUst,r,
cas precarias en magnitud y ubicación notables. Las versiones y creativa. Que respete la naturaleza. Una ciudad que exprese d cJe ..
especulaciones gráficas sobre los principios de la Cana de Atenas, recho a la ciudad. Una ciudad democrática ... participadora, plam-
a nivel profesional, habían bastado para enfrentar los problemas. ficadora, descentralizadora, eficiente, honesta ... (dentro de la cual)
A partir de 1972 en cambio, sin tiempo para la renexión, la participación sea un derecho y una responsabilidad de todos"
peor para la conformación de nuevos fundamentos teóricos de la (Carrión, 1988; p. 185). . .
planificación urbana, los arquitectos se vieron implicados en activi- Los enunciados generales han sido puestos en consrderacrón,
dades nuevas. Mientras al interior de la facullad, el TYSDIC trata- la posibilidad de utilizar nuevos instrumentos analíticos se ha he-
ba de encarar el problema, fuera de universidad se conformó un cho frecuente. Sin embargo y aun dentro de todo este movmHcn-
centro que ahora tiene tradición sobre todo en el estudio social de to el factor cultural no está precisado. Quito debería ser analizada
las ciudades. CIUDAD (1977), sin proclamarlo, comenzó a enten- n; solo en relación al continente sino más específicamente tambrén
der de dif'crcnte manera el crccimicmo de las ciudades. Ya no co- a las ciudades andinas en las cuales, el paisaje humano, el compor-
mo un problema de diseño. Tampoco de estructura física solamen- tamiento frente al tiempo y al espacio han prolongado prácticas
te. Era la consecuencia de la inter-relación de factores económi- milenarias diferentes, como lo insinúa Sánchez Parga Y lo demu?s-
cos, sociales y humanos. Pero, sobre todo, un problema que reque- tra, con resultados extraordinarios, Ramón, en su libro sobre Ca-
ría de respuestas técnicas concretas, sin olvidar las implicaciones yambe. Junto con ello deberá reconocerse que aún no podemos
políticas. entender a Quito fuera del mundo de las grandes y lacerames con-
Uno de sus principales investigadores ahora dirige el Depar- tradicciones a las cuales hay que atacar. En suma, procurar una
tamento de Planificación del Municipio. Fernando Carrión no ha utopía no solamente de la razón (teoría) sino como parte de la vrda
recogido los objetivos históricos ni los proccdimiemos de actua- (confrontación vivencia] diaria). .
ción de anteriores administraciones. Ha propuesto una serie de En el ámbito privado, la planificación urbana fue esumulada
enunciados teóricos (1988) generales para entender, administrar y por el FONAPRE (Fondo Nacional de !'reinversión), creado pm: ;a
controlar tanto la expansión como el desarrollo de la ciudad lati- dictadura de 1972; también por el ente nacional de plamfrcacron
noamericana, que ha llegado a la situación actual debido a las exi- CONADE. Se la ha ejercitado con una alta distorsión burocráuca
gencias impuestas y a las limitaciones de los planteamientos teóri- -aunque sin pertenecer a ese sector- porque se ha limitado a
cos: "Ciudad segregada social, étnica y especialmente anlidemo- cumplir las demandas de los "Términos de Referencia": sistema-
crática y pluricullural, cuyo proceso excluye del beneficio de la tización generalizada de los aspectos por estudiarse Y de las nor.···
urbanización a miles de habitantes, y lo que es más grave, (que se) mas por cumplirse. Los resultados de trascendencia social han sr··
agudiza a niveles superiores: territorial, económico - social, cullu- do mínimos. Aquellos que alimentarían a una posible teoría,. lllC··
ral, político". xistentes. Algunos arquitectos se implicaron en esta acl~ vrda;l.
"Quilo lw comenzado a ser estudiada dentro del fenómeno Destaca Juan Espinosa, especializado en Lima, por su partrcrpacron

104 105
directa en la elaboración de muchos planes de "ordenamiento ur- sibilidad real para valorar los conocimientos, la capacidad prok
bano" (llcnavides Salís, 1986). sional en desmedro del clicntelismo político o el enlace familiar.
La expansión urbana, sin ser causa sino resultante de la es- Eso no sucede, el factor determinante para la consecución de ohjc··
tructura económica del país, conformó una gran cantidad de pro- tivos no depende de la competencia, de las calidades y cualidacks
bl~mas: demanda de servicios indispensables: agua potable, alcan- como en el capitalismo. Depende de las relaciones de amistad, de
tarillado, electricidad, equipamiento, transpone, alojamiento. Para familia; como en el ayllu. La sociedad ecuatoriana tiene una raí;.
cuantificarlos, hay que remitirse a la situación que atravk;an los indígena profunda, que durante cuatrocientos cincuenta anos ila
barrios populares y que consta en las páginas anteriores. querido ser extirpada; pero que, por el contrario se ha infiltrado
La participación de los arquitectos en la solución de :os pro- hasta en los resquicios más controlados e íntimos y que, en cleter-
blemas que provienen de los estratos económicamente más bajos minado momento, será la única que permitirá vislumbrar solucio-
ha estado Intermediada por el Estado, es decir, muy condicionada nes adecuadas para superar la situación vigente: injusta, discrimi-
electoralmente. Más allá de este condicionamiento, en Quilo no nadora, dependiente y, en ciertos sectores, con efectos serios por la
han aparecido experiencias notables -como en Bogotá 0 Lima- erosión cultural (aculturación).
de programas de "ayuda mutua" o "autoconstrucción" con fuer- Tampoco la arquitectura encontrará alternativas válidas fuera
te preocupación técnica. Cuanto se puede apreciar es el resultado del ámbito de influencia de la cultura indígena, pues la arquitectura
de la motivación y esfuerzo popular comunitarios. no es solamente un problema técnico o económico. Lastimosa-
En realidad, es admirable y al mismo tiempo contradictorio mente la penetración cultural es sutil, antigua y muchas veces no
q~e, partiendo del aumento de demanda de vivienda y planifica- cuantificable. De consecuencias a largo plazo, por lo tanto, con
Ción urbana debido al crecimiento de Quilo, los tres mil doscientos efectos materializablcs en las ciudades. A pretexto de moderniza-
a:quitectos (1988) inscritos en el Colegio Profesional, no hayan ción, entendida ésta como un conjunto de efectos cuyas causas se
visto aumcmadas sus posibilidades de trabajo. Estos se encuentran han gestado en otras sociedades, debido a razones completamente
subocupados o desempleados en su profesión y se hallan desarro- diferentes a las nuestras, Quilo desgraciadamente no ha escapado a
llando las actividades más disimiles, que van desde la atención en estos hechos.
farmacias, agencias de viajes, restaurantes, hasta la dirección del El centro histórico ya no es parte de la ciudad que condicio-
cuerpo de bomberos. Está claro, por otra parte, que la universidad na su crecimiento sino sus propias limitacioncs 45 . A pretexto de su
no los ha formado de acuerdo a la realidad social concreta en la congestión, se propone la descentralización administrativa, pero no
cual saldrían a trabajar sino según una concepción traclicional de la aquella comercial o de la vivienda saturada (hacinamiento). He
enseñanza. Seguramente no existe suficiente distancia histórica aquí otro problema antes inexistente en la ciudad, el cual deberá
para l1acer un juicio definitivo del aporte de los arquitectos que sa- ser pensado seria y profundamente: la restauración y la defensa de
lieron de la tacultad durante este período que se está comentando:
45 El plan de Joncs trató de ensanchar las calics del centro histórico. El plan de Patií'lo (1967) trat(J
expansión de la arquitectura moderna en Quito. de t-'n~anchar la~ ca llo.:'s del anillo inmc<li;:~to al ce litro histórico.
La expansión lla dado pocas posibilidades de mejorar la cali- En 1967 se realizó un plan de pn:servación monumental, que quedó en proyecto.
En 1979, PNUD/UNESCO npoyó el plan de rl'habílitación de vivienda en el centro histórico, b;1
dad del diseño, de la planificación, de la construcción o al menos jo la responsabilidad de Jorge Bcn:lVidts Solís; en éL por primera vez se delimiÜI justific:u!.tmcnll'
el centro histórico, que abarca desde el panecillo hasta el Ejido. Sin mencionar al autür dl'l plan,
del comportamiento. Esta sociedad dependiente además es contra- el Municipio lo integró a su Plan Quito.
dictoria, paradójica. Si fuera capitalista fuera competitiva, con po- Actualmente (1989), se está rc:.llizando el Plan Mal•stro parad centro histórico, con apoyo dl·l go
bierno espaflol. Su primer dingnóstico se ha ofrecido para el prim~:r trimestre de !990.

106 107
tos t:entros históricos hasta el momento convertidos en espacios de no, porque lejos de tener cualidades notables, solamente sirvieron
simple apli cación de principios internacionales, que a manera de para dar cumpli miento a una formalidad en estos últimos años, ca-
dogmas burocráticos han castrado la imaginación y el compromiso rente de confiabilidad o frente a la cual, justificadamente se Llene
co n la Historia. indiferencia. Sin embargo, a manera de curiosidad vale la pena
Pero, paralelamente a estas circunstancias de amplio ámbito, mencionar a algunos arquitectos que han merecido el premio a
¿cuáles fueron o son las características de la arquitectura de Quito partir de los años en que la escuela de arquitectura comenzó a fun-
durante este período que empieza en 1970 y aún no termina? cionar47. Entre 1945 y 1955 podemos constatar que la mayoría
La arquitectura de los últimos veinte años en Quito solamen- absoluta de profesionales premiados fu eron extranjeros.
te ha logrado agigantar los problemas. No a reso lverlos. Quizá a Colón y 1O de Agosto res. part.
47 1946 C. Khon checoeslovaco
atenuarlos o contenerlos temporalmente. Antes que al ámbito del 1947 G. Rotta italiano Flores Caja de P.
Veintimilla Cuerpo bomb.
arte, la arquitectura se ha ido adecuando al de la construcción, del 1947 A. Calderón M. ecuatoriano
Cine Pichincha
1948 ? ? Benalcázar
capital, de la superficialidad. Por ello se puede apreciar la caduci- 1949 A. Russo italiano América 1
res. part.
dad de los referentes (modelos); la superficialidad irretl exiva de las 1950 Jones-Gano uruguayos El Batán
res. part.
1951 C. Khon checoeslovaco Mariscal
Robles y Plaza res. part.
nuevas expresiones formal es (posmodernistas, cuando éstas ya han 1952 Sal37.ai'·Gano ecuat.-uruguayo
?
perdido vigencia); la reiteración de las formas, de los volúmenes , 1953 ? 1 1
Venezuela y Mejía Seguros
1954 E. Geinsboulgher suizo
12 de Octubre res. part.
de las decoraciones preconcebidas o de revista. los fundamentos 1955 O. Glass austríaco
10 de Agosto Superin. Ban.
teóricos disecados, cuando no esquemáticos y, los procesos de 1956 M. Luque ecuatoriano
Garcfa Moreno Pasaje Amador
1956 G. Rotta italiano
10 de Agosto Edif. GUitig
proyección absurdamente hermanados con las ciencias sociales an- 1957 Ing. Sevilla ecuatoriano
Cotocollao Hospital P.A.
1957 Durán Balito ecuatoriano
Quito Tenuis
tes que con los requerimientos específicos o del arte. Arquitectura 1958 Jaime Dávalos ecuatoriano La Y
Edif. Brouer
Mejía
de estos últimos veinte años en la cual no se prolonga la vida sino 1958 Durán Balito (?) ecuatoriano Venezuela Cine Atahualpa
F. Economía
se materializan las ambiciones del capital y las singularidades de 1959 Gano Sobra! uruguayo Univers. Central
Col . San Gabriel
1959 Ledesma Hnos. ecuatorianos América
los individuos (arquitectos). En la que no se aprecia la preocupa- 1960 A. León grad. en Uruguay Alanl<!da P. Legisla!.
ción por fortalecer la identidad cultural o por recuperar al menos 1960 Gano uruguayo 10 de Agosto Caja del S.
uruguayo Dat6n Col. 24 de Mayo
Gano
ese proceso de continu idad y en la que, por el contrario, permane- Gano uruguayo Bat6n Igl. La Paz
ecuatoriano Batán res. propia
ce el impulso por transnacionalizarse, lo que equivale a decir, des- L. Oleas
1961 ? norteamericano 12 de Octubre Hotel Quito
personalizarse en condiciones de inferioridad frente a los países in- 1961 V.Kiim norteamericano 12de Octubre Embajada USA
Guayaquil C6m. Comercio
dustrializados, que si n mayor dificullad ya han comenzado a cons- 1961 J. Dávalos ecuat. (USA)
10de Agosto Casa Baca
1961 O. Edwanicl: austríaco
6de Diciembre res part.
truir sus "edificios pensantes", gracias a la tecnología de punta a 1961 L. Oleas ecuatoriano
Whymper res. part.
la cual no accederemos. 1961 A. Patino ecuatoriano
La Loma Col. l'dez. M(ldrld
1962 J. Dávalos ecuat. (USA)
res.part.
Para confrontar los criterios aquí vertidos, a más de la obser- 1962 León Hnos. ecuat. (Urug.Ecua.) Vbzandes
Laderas Batán res. part.
1962 O. Glass austríaco
vación libre y directa, ha sido útil estudiar las obras que han mere- 1963 J. Gortaire ecuatoriano Alameda edif. oficino
Cllnica Crntrnl
1963 V. Flores ecuatoriano Riofrío
cido los premios ornato que el Municipio desde 1915 entrega Bolivia y Diag. Univ. res. rnrt.
1963 Mena Atlas ecuatoriano
anualmente46. Un número considerable se ha mencionado. Otras 1963 G. Guayasamín ecuatoriano B at~n res. port .
res. port.
B at~n
1963 Ledesma Hnos. ecuatorianos
Poi. Justoclu
46 La Ordenanza que crea el premio ornato ~s de mayo de 1915. En 1941 se la modifica, para otor- 1964 A. León ecuat.(Urug.) Alameda
El Ejido Onn . rrcv.
gar el premio también al arquitecto, autor del plano de la obra seleccionada. 1964 J. Dávalos ccuat. (USA)
La Gasea res. port.
Actualmente, también se incluye al constructor y se lo entrega por categorías. 1964 Barragán ecuatoriano

108 109
Luego, los arquitectos ecuatorianos graduados en el extran- con respecto a los ecuatorianos. Ello explica que el positivo <tpone
jero compartieron con los extranjeros. Solamente a partir de Jos de los extranjeros obedezca al simple impulso emotivo o a las con-
años sesenta, la mayoría resultará graduada en Quito. diciones de beneficencia en que los recibimos y no a un real inte-
Llama la atención que, a pesar de que Jos arquitectos ecuato- rés nacional por calificar y aprovechar de la mejor manera ese
rianos conformaron su colegio de defensa profesional en 1962, aporte, como intuitivamente hicieron los albañiles indios cuando
hasta ahora no hayan logrado reglamentar ni controlar las acti vida- llegaron los españoles en el siglo XVI.
des de los arquitectos extranjeros (Larrain, chileno, premio ornato Los premios ornato permiten observar la prolongada dedica-
de 1978), al menos de la misma forma que ejercen en otros países ción de Jos arquitectos ecuatorianos al diseño de residencias parti-
culares para la media y alta burguesía, por falta de alternativas. So-
lamente a partir de Jos años setenta tuvieron que diversificarse ha-
1964 L. Oleas ecuatoriano 6 de Diciembre res. part.
cia todas las nuevas tipologías funcionales que demandaba el creci-
!964 O. Munoz Marino ecuat. (Méx.) La Floresta res. part.
1965 J. Jaramillo ecuatoriano La Recoleta res. pan. miento deJa economía edilicia y del mercado. El lastre de esa pri-
1965 C. Velasco ecuatoriano El Batán res. part.
1965 A. León ccuato. (Un1g.) El Batán res. part.
mera experiencia aún se manifiesta de manera incongruente en
1965 Barragán ecuatoriano Gui.'ipulo res. part. muchas construcciones en altura y de funciones más amplias.
1965 R. Pércz M. ecua t. (México) Venezuela Banco Prést.
1965 A. Chiriboga ecuat. (Bra~il) El Ejido Contraloría Vale la pena pensar en que, paralelamente a la construcción
1966 O. Wappeustein ecuatoriano Colón res. part. de la ciudad institucionalizada, se levantaba aquella de la periferia,
A partir de este ano aparecen premiados (medalla de oro) o mencionados (diploma), los siguientes en magnitud de población y de inversión, mucho mayor. Sin em-
arquitectos en diferentes anos, que no han sido mcnciouados anteriormente:
Grupo seis;
bargo, no mereció ni ha mereciclo el estímulo de los profesionales
Carvajal, Galo; ni de las instituciones. Para aquella arquitectura, para aquel com-
Samaniego, Rodrigo;
Chávez, Wi!son;
portamiento, aún no existen Jos premios ni las menciones de honor
Salís, Mario; como ya se lo ha hecho en ell'erú, en México y 13ogotá.
Piste!, Walter (Hospital del Seguro 1968);
Rauprik, Herbert (Laboratorios LIFE 1968); He aquí una paradoja más: en la misma ciudad coexisten va-
Oleas, Luis; rias realidades diferentes o varias expresiones de una sola realidad
Zambra no, Mario:
Ord6ilez, Eudoro·, injusta, que debe terminar para dar paso a una posiblidad real de
Peilaherrera, Andrés; enriquecer la tradición cultural y mejorar las condiciones de vida.
Fabara, Nicanor;
Arias, Mario; La arquitectura y el urbanismo pueden convertirse en factores de
Cartagena, Manuel;
Tcrán, Guillermo; estimulante dinamización.
Vélcz, Rafael;
De la Torre, Galo;
Jácome, Ramiro;
Moreira, Rubén;
Bravo, Maree! o;
Pon ce, Diego;
Najas, Fernando;
Mora, Renán;
Callejas, Alfredo;
Larrain, Sergio (chileno 1978);
Rendón, Rodolfo;
Carrión, llenry.
La información lll'ga hasta 1982.

110 111
NUESTRA ARQUITECTURA,
NUESTRA REALIDAD

Con la llegada de los españoles se conforma una nueva reali-


dad. No mestiza, nueva. Sus características todavía están en pleno
proceso de confor mación, de decantación y sedimentación. La
di stancia histórica -apenas cinco siglos- bajo el punto de vista
de la identidad cullural, de caracterización de la personalidad his-
tórica, es corta. Los sentimientos contrapuestos que surgen alrede-
dor de la conquista, la coloni zación y luego la Independencia, aún
no permiten una objetividad serena: aquella que se impone frente
a los hechos temporalmente lejanos.
Antes que una realidad ya decantada, nuestro continente es
un proceso y, como todo proceso, a veces paradójico desde su ini-
cio: la realeza inca, a los pocos años de la conquista, solicitaba
merced de tierras a los españoles cuando ellos, los indios, habían si-
do los absolutos poseedores de todos los recursos naturales exis-
tentes. Proceso de lúcidas propuestas: Espejo, anticipándose a las
proclamas de la revolución francesa;, Juan de Yelasco, a la moder-
na antropología y a las ciencias naturales. Proceso de injusticias
extremas: la situación en la que viven todavía los indios. Proceso
dinámico de logros anti cipados: la transformación cubana co ns-
truyendo el sociali smo sobre una teoría europea pero con matices
y características americanas.
Proceso que, como paradójica realidad, tam bi ~ n está marca-
do, contaminado por una dependencia económica y cu lt ural 1ncó-

11 3
moda, expli cable pero no justi ficable. o el deseo de involucrarlo en el ámbito de sus propios intereses,
La dependencia económica se ha estudiado y comentado para así l ograr que el arte sea un instrumento del poder o una ex
con fre~uencia como un predetermini smo histórico o como parte presi ón inocua al ej ercicio de dicho poder.
del cammo que debe seguir l a evolución haci a mej ores situaciones. Pero ningún condicionamiento ha podido con el verdadero
La economía pertenece al mundo de la producci ón de los bienes arte. Este se hace intemporal en cuanto se convierte en refercnt:ia
de objetos tangibles y a la forma de di stribu irlos. imprescindible (clásicos) y, al mismo ti empo, estrictamente temp~­
Pero el hombre no obedece solament e a una instancia eco- ral en cuanto representa un momento determinado de l a globali-
nómi ca de producción de obj etos material es sino también a la ins- dad social (sociedad). Aquí radica su verdadero valor.
tancia de la cul tura. Al mundo del arte, de l as ideas. La arquitectura, para ser tal debe superponerse a la dualid ad
La dependencia en relación de los objetos puede explicarse de sus dos extremos o componentes: construcción (bienes mate-
Y hasta justificarse -un considerable sector social es su expresión- rial es) y arte.
por su propi o desarrollo, porque el dinero, dicen, es un factor im- Durante el sigl o XX, la arquitectura de Quito ha tenido un
prescindible de la producción. proceso concreto que ha obedecido al mundo de l a eco nomía, pero
. . La d.ependencia cultural, en cambio, no se explica ni peor se que l astimosamente se ha ido desprendiendo poco a poco del arte.
JUStifica; sm embargo, aparece como un denominador común, co- Incluso la técnica ha sido solamente un instrumento de poca evolu-
mo una constante a l o largo de todo el proceso históri co nacional, ción, de cambios insignificantes. Por otro lado, l a correspondencia
excepto entre l os auténticos indios. Aparece de cuerpo entero, al entre arquitectura y sociedad ha sido fragmentaria, por cuanto solo
menos en cuanto a la arqui tectura y el urbani smo, durante el pre- un segmento allo de la pirámide social ha tenido que ver con el
sente siglo. producto arquitectónico formal , académico, instituciona.lizado.
La arquitectura, como pocas di sciplinas, tiene que ver con Por ello, bien hace Julio Pazos - uno de los meJores poetas
ese mun.do de l os objetos -producción de objetos materiales-; pe- contemporáneos- cuando se refiere a otro componente del arte, ~~
ro tamb1én con aquel de las ideas - producción de bi enes intangi- hablar de " l as literaturas" del Ecuador (Pazos, 198 1; p. 133). SI-
bles- , del arte. La arquitectura no puede prescindir de la econo- guiendo Jos mismos lineamientos, bien podemos hablar entonces
mía, es cierto , pero tampoco de la estética. Tiene que ver con el di- de " las arquitecturas" de Quilo. Mejor todavía si tomamos en
nero Y con la belleza. Según el marxismo ésta tiene rel ación direc- cuenta que el producto material de más de la mitad de la ciudad
ta con aquella, y es cierto. Pero esa relación no es au tomática me- actual ha sido levantado en poquísimo <iempo (veinte años) por los
cánica, de efectos simultáneos y paralelos. El arte tiene un c~nsi­ pobres venidos del campo y fuera de l a institucionalidad (barrios
derable y ampli o grado de autonomía definido por sus propias l e- periféri cos).
yes, su comportamiento propi o. El arte si ntetiza , indiferentemente Una de esas arquitecturas ha sido estudiada. No por ello se
l a.integralidad social tanto del pasado como del futuro próximos~ niega o se desconoce la exi stencia de l as otras: vernácula, popul ar,
l~Janos . E~ reali dad, define el único ámbi to en el cual es posible regional. En aquella estudiada, sorprende la presencia -si no es de-
eJercer la libertad, incluso entendida como parte de una conducta pendencia- del factor extranjero (en cuanto no responde a nuestra
colect~va . Precisamente por esta característica, el arte y, en conse- experiencia vital concreta). A principios de si gl o quizá podfa ex-
cuencia, el mundo de las ideas, con frecuencia está en contradic- plicar se parcialmente por la inexistencia de profesi onales. ec uato-
ción con el Estado. Por l o tanto, ha merecido o l a atenta represión rianos formados en Quito. Durante la primera mit ad del Siglo, esa

11 5
114
~xp li l:ac i ó n resultaba cada vez más insuficiente. Es absurda ahora, !izados, y que es fácilmente detectable cuando vemos a los co r~ m:s
cua ndo la proporción es la de un arquitecto por cada trescientos tomar Coca Co la o a Jos Hu aorani mirar la hora en un reloJ d~
ci ncu~ nt a habitantes. cuarzo. La dependencia también se produce por una actilud gcn~­
Se podría objetar que la argumentación está mal for mul ada. ralizada de pasividad o entreguismo. Pasividad, cuando no se ha
La presencia ex tranj era se explica y justi fi ca por el aporte técnico tomado conciencia de la identidad cultural como base de nuestra
que deja. Y en parte es verdad, pero no preponderante. Por el personalidad individual y coh.!ctiva. Entregu ismo, por parte de los
contrario, se nota que los profesionales extranjeros al llegar al país, sectores que renuncian a su identidad para romper con su pasado
en lugar de enseñar, tienen que aprender las técnicas y procesos lo- indio o negro, aun a sabiendas que toda la nobleza serrana es no-
cales de construcción, pues son los únicos posibles de aplicar, tanto ble por india y no por española y que toda la aristo~rática bu~gue­
por el grado de complejidad de la demanda como por las dispo ni- sía costeña tiene un compo nente racial negro muy tmportantc (Ju-
b~lidades técnicas existentes en la ciudad. Basta comprobar, por rado, 1982, 1988).
eJemplo, como Durini, al firmar el contrato para la construcción Lo indio y lo negro son fac tores que forman parte del mu~-
del Palacio Legislativo, que no llegó a ejecutarse, identifica un ar- do de los dominados y, por lo tant o, toda la adjetivación peyorati-
gamaza típicamente quiteña, desconocida en Italia, no usada: cho- va, despreciativa, con la cual se comunica la socieda.d: hace refer~n­
coto, arena y cal. Allá se utilizó el cemento desde hace dos mil cia a ellos, si n atribuirles ningún valor histórico postllvo. Es l~gt co
años y, por el grado de industri alización, Jos sistemas técnicos de entender ento nces que los est ratos sociales dominantes o qUtenes
construcción habían adelantado mu cho. El aporte se hace positivo han empezado el proceso de integrarse en él, renieguen de su an-
en cuanto, en lugar de imponer, los arquitectos extranjeros valoran cestro, de su raíz cultural auténtica - india y negra- Y. absorban a
las técnicas locales y contribuyen a mejorarlas. cambio, con facilidad, todo cuanto sea o parezca extranJero , pues a
Cosa similar ocurre en el ámbito de las formas; más todavía esta categoría se le adjudica un carácter mesiánico (Jos primeros_es-
tomando en cuenta el centro histórico, es decir, la pre-existencia pañoles), bueno, positivo (la ayuda "desinteresada" de los patses
formal y vol umétrica, la singularidad del emplazamiento topográ- industrializados, su tecnología, sus objetos). .
fico de la ciudad, gracias al cual la arquitectura de Qu ito no sola- El entreguismo es más proclive a la ruptura, a la pulvenza-
mente tiene cuatro fachadas sino cinco: los techos, que desde to- ción del proceso de continuidad, de coherencia. Es una actitud,
dos los sitios altos pueden verse, tal como se aprecia una fachada consciente, subconsciente o una resultante de inter-relaciones múl -
desde la calle. tiples de intereses.
La integración técnica y estética con la arquitectura de Quito, El arte, los artistas, los técnicos e intelectuales, en cuanto g~s-
que lograron algunos profesionales ex tranjeros: Russo, Ridder, tores de ideas y bienes intangibles o no utilitarios, no están exentos
Gatto, desde luego es paralela a la integración cultural y social. de posibles implicaciones co n los procesos de dependencia cultu·
Llegan a compenetrarse con la realidad nacional y pierden así su ral. Cuentan con mayores posibilidades e instrumentos para .totnar
actitud avasall adora, colonizadora. En la medida en que esto suce- una postura frente a ello. Su papel de innovadores, de trans.lonna
de, el produ cto arqu itectónico no se nota impuesto o extraño sino dores, de dinamizadores además, no tolera justificativos de lalla ll~
con cali dades para integrarse. contempora neidad, sea en relación con el mundo externo ~~xlr an
Pero la dependencia cultural no se produce solamente por la jero) o co n el interno (nacional), pues mucho se ha rcp~ttllo qu ~
penetración activa o suti l a la cual nos someten los países industria- nuestros productos artísticos también han dependido d~ las p6sl mas

1 16 11 7
co rnunlcaciones, inexistentes, más todavía antes de 1906, cuando se Los artistas plásticos y los arquitectos, dentro de este contcx
ubre el canal de Panamá. to de la realidad nacional, más bien aparecen como simples instru
Al repetido argumento le co ntradice la Historia . Las escasas mentos predispuestos a satisfacer las demandas de la burguesía aris-
y pésimas comunicaciones no fueron obstáculo para que Juan de tocratizante, indiferente co n su identidad cultural, provinciana,
Yelasco no hubiese concebido la primera historia con conciencia acomplejada cuando cree que no dispone de suficientes elementos
de nacionalidad (Reino de Quito), y con criterios de extraordinaria de valor para cotejarlos con lo europeo, lo industrializado. Instru-
actualidad. O que no se hubiese tenido bibliotecas de primer or- mentos que facilitan la penetración cultural - dependencia- extran-
den en Quito. jera, en tanto, por diversos medios y apariencias, sirve para que se
. . Desd_e este punto de vista sorprende qu e los pintores de prin- mantenga una actitud pasiva frente al presente y al futuro.
CipiOs de siglo en Quito, algunos incluso después de haber estado Esta posición es también una constante generalizada aunque,
en Europa, no hayan asimilado, no se hayan inquietado por los como sucede en todo, con excepciones. Mientras algunos profe-
planteamientos que desde finales del siglo pasado y principios de sionales extranjeros dan su aporte dentro de los límites posibles en
este ya se hicieron y plasmaron (Kinman, Diez, cit. de Rodríguez cuanto a su integración con la realidad local; otros, cuando ya la
Castelo, 1988). Si en verdad, por ejemplo, carecíamos de buenos sociedad ha monetarizado la economía, es decir, a partir de la ex-
laboratorios de física, no por ello podíamos permanecer indiferen- plotac ión del petróleo, actúan como parte de un proceso desperso-
tes a las preocupaciones por la luz que tuvieron los impresionistas nalizado, transnacional. Así sucede a partir de los años setenta.
ni por el tiempo que planteaban los futuristas, menos todavía a las Por su parte, los profesionales ecuatorianos, a principios de
teorías que Einstein comenzaba a difundir. El artista es una especie siglo, tímidamente lograron salvar la continuidad y coherencia d~l
de antena receptora y reproductora de todo cuanto sucede en la proceso de gestación de una arquitectura propia. Que sea la cont i-
sociedad. nuidad formal , técnica y social de cuanto se logró en el siglo XV I:
Para qué comentar siquiera de cuanto atraso hubo en la mú- la innovación europea, gracias a la ejecución indígena. La conse-
sica. Sólo en 1989 se rescata la figura de Salgado (Opus, 1989). cución de productos arquitectónicos y urbanos con suficiente fle-
Pero él solamente se anticipó a sus cont emporáneos y al desarrollo xibilidad implícita, maleable, resistente a los cambios de uso, con
(posible) de la música nacional a partir de 1930, es decir, cuando principios que se mantuvieron vigentes hasta el siglo XIX y que
había logrado conmoverse frente a los nuevos objetivos y experi- solamente se truncaron debido a la presencia de los aportes nuevos,
mentaciones de la música que le permitiría compo ner su "pasillo modernos, mejor se diría, extraños, traídos desde el extranjero. Más
futurista".
Solamente la poesía parece escapar de esta situaci ón. Ya en en tierras americanas. Donde se impone con decisión también se intensifica la corriente modcrnis
18?6, a l~s pocos años de haber surgido el modernismo, en Guaya- ta"'. . .
y o1ra cita del mismo autor : '"El modernismo no es sino el conjunto de formas htcranas que tm
quil se editaba la revista América Modemisw y se reconociá en ella ducen las diferentes maneras de la incorporación de América Latina a la modernidad... "
"explícitamente la dependencia de la literatura respecto a la trans- La revista América M odemista publicó su primer número en 1896 en Guayaqu1l. En la pruncru
quincena de 1898 se establ ece como pri oridad la de "conocer ... la marcha (de la) m_odern~ gc ncrn
formación que el liberalismo impone a Jos países hispanoamerica- ción literaria de América". Quince anos m:ls tarde. los redactores de El Telégraf o Lrtemrro l~nbl1111
de "encauzar el criterio del público en las mod~rnas tendencias literari as". En 1915 J.C . l~nduru
nos" (Hande lsma n, 198 1; p. 24)48. escribió en Vida fmelectual: "Todo l o que no solo hoy sino con el perpetuo devc111r del IIIIIIHIO
ha significado un impulso hacia lo nuevo. se puede calificar de modernismo !lo nuevo!:· Y e~~
1920 en Nu evos Perfiles de Loja se habla del modernismo como una "escuela revolu c10nnrln
48 La cira ~s de Ang~l Rama. qui~n ··continúa y ad,·i~rte: m:ls que la acción de un dogmatismo de ti·
que tiene como finalidad la de "expresar l o mod~rno". (Jiandclsman. 198 1; p. 33).
po polfllCO debe apuntarse a la mayor o menor posi~ilidad de éxito del sistema económico l iberal

1 1i)
118
todavía, a partir de tlnes de los alios cuarenta, cuando ya se co- las pandillas juveniles, como única alternativa de sollrevivencia
nucnzan,a levantar en serie cajones pequclios de cemento y vidrio frente al abandono que soportan los veinte mil nilios que actual-
s~n nu~gun fundam~nto cultural en la tradición o en la lógica so- mente viven en las calles de Quito y que, de aquí a diez o quince
Cial. Esa es la arquHectura moderna en el Ecuador: comenzó fun- aiios, corren el peligro de hacer una presencia similar en la ciudad
damentándose en la esquematización de los principios del movi- a la de los gamincs y la violencia, por ejemplo, de 13ogotá.
miento internacional moderno, ha ido por inercia sin ningún cues- La arquitectura actual en el Ecuador tendrá que cambiar im··
tionamiento ni actitud crítica y, finalmente, si continúa por esa ruta postergablemente de dirección. Las demandas no provendrán ma-
pronto se encontrará en un callejón sin salida. Divorciada de los yoritariamente de la población acomodada, sino de los grupos or-
más actuales planteamientos del ámbito internacional y alejada de ganizados que viven (vivirán) en los barrios periféricos.
la realidad nuestra, subdesarrollada, rica en recursos naturales y La tecnología empleada en los países industrializados para
humanos (gente joven), con un futuro mucho más amplio que en conseguir sus mejores ejemplos arquitectónicos, acordes con su
otras partes del mundo. grado de industrialización, de su economía y de su posición domi-
Realidad social que se l1a impuesto a los discursos teóricos, a nantes es y será de punta. 13asta pensar que la estructura del Cen-
las propuestas de gobierno, a la lógica monetarista. Realidad que a tro Pompidou se !lizo ~n una J'ábrica a~ronáutica y qu~. para lograr
nrvel contrnentalha dado lugar a la urbanización, no como Europa el efecto transparente no deteriorable de la pirámide del Louvre, la
(consecuencia de la industrialización del siglo pasado), sino debido industria del vidrio, tan prestigiosa y antigua de Francia, tuvo que
al mantenimiento precario y posterior deterioro ele las estructuras hacer investigaciones, pruebas especiales y, por último, dedicarse a
del campo. Crecimiento de los asentamientos humanos bajo un fabricar de manera exclusiva los elementos necesarios para esa ar-
proceso acelerado, no institucionalizado, bajo patrones de distribu- quitectura.
ción territorial aptos para la subsistencia y la defensa antes quepa- Nuestro mejor soporte tendremos que buscarlo en la Histo-
ra el voraz consumismo y la agresión. ria, en la cultura. No para repetir experiencias sino para identificar
. En Quito, realidad acelerada a partir de 1964, es decir, a par- caminos y enriquecer opciones. En otros países similares al Ecua-
trr de la retorma agraria impuesta por los Estados Unidos, idcntil'i- c!or, desde hace más de tres décadas, ya s~ lla comenzado con esta
cada como ciudad periférica, marginal, ilegal, y que en tan corto tarea. Venezuela con la experiencia del grupo de Fruto Vivas y sus
trcmpo ha llegado a ocupar una tercera parte de la extensión de to- "árboles para vivir", en los cuales el lucro empresarial no calle
da la ciudad. Una realidad que se ha conformado fuera de las le- (Vivas, 19F), arquitectura producida por clllombre, sin la int,:rmc·
yes convencionales de la economía, al interior de los sectores socia- di ación de la empresa; Colombia, con la ayuda de su grupo Gavio~
les entre los cuales el ahorro en dinero no es posible y el consumo ta; México, con sus investigaciones de "tecnología apropiaille"·''J
de energía humana es superior al normal. Una realidad sin embar- Competir con la arquitectura convencional o incrustarse en
go que se impone a los ojos con su cruda dimensión, porque ahí un proceso con las características gcnerac!as en los países industria
los pobladores tienen lazos de solidaridad, de defensa, y sobre vi ven !izados, será dirícil para los arquilcctos ecuatorianos en e:! Fcu:rllor.
pese a la marginación de la cual son objeto por parte del Estado,
generando sus propios valores éticos, a veces violentos, frente a 49 Ern~slo Al va /vbrtíncz, prüf<:sor de b Unh·l·rsitkld dl' ,\-Jéxi~-,,, -:r,.,. qm.• l'll ··uant.1 a la k>~nolug¡,¡
otros estratos sociales, pero de comprensiva protección en rct'crcn- que les couvi<.'nc a lltii'Slros püís<:s se han (k\do muchos calilicativus in;uk<'ll;lll"•;·. a¡uo¡n:HLt, lhl
conveHcion;tL popular, <llll'rHillÍVil. Cr'''' qu,• ¡,,
111f1.~ ;uli..'..:u:tdo ,.s nil'nl!ll<a¡l.t ,.,,lll" t<'<Hulu¡•,l<l
cia a su propio grupo. Realidad de la cualllan comenzado a surgir r~propi:.ll'k. pues wdu ..:~wn1o se;¡ tk f:'tl:il asinlil:t..:ión par;lht so,·i•:ilold _d,• un lul',:ll <!o'klilllll•ldo ,.,,
lo idólll'O. (Eillfl'I'ISl:l j)I'I"SOI\<11, i3il'lli11 Ól' ArqUÍlt.\::ltir<l di' ()u\1\l, I'Ji:íl)

120
121
Intentarlo sería aceptar las enormes distancias que nos han separa- su uso aun con d sacrificio de su industrialización. Procurando
do y que cada vez son mayores en condiciones francamente des- llegar a una producción intensiva de vivienda sin penlcr las carac·
ventajosas. Además tenemos nuestros límites: carecemos de una tcrísticas rcgionalcs 50 .
tradición teórica con proyección nacional e internacionaL Las tec- En Quito, en los barrios periféricos, será indispcnsa~JIC recu-
nologías que recibimos de los países industrializados, allá son ya perar, por una elemental lógica de tecnología y de econonua, elus,o
obsoletas en el momento en que nos llegan. Los recursos moneta- de la tierra: el adobe, la tapia, esto es, recuperar la memorw lusto-
rios fuera del control de las transnacionales serán cada vez más es- rica y tecnológica, porque el centro histórico, durante cuatrocien ..
casos. La economía mundial cambiará en función de los países in- tos años, se hizo con tierra e incluso sus mejores monumentos -de
dustrializados del área capitalista y de la socialista. tierra- no ¡1an sido mayormente afectados por los terremotos.
El glasnot y la perestroika en Rusia, el mercado común so- Desde el punto de vista técnico, en caso de terremotos, más peligro
cialista en transacciones con el transnacional capitalista, Europa corren los rascacielos de la avenida González Suárez (talla geoló-
unida en 1992, la hegemonía económica del Japón, que ha logrado gica) que las casitas de tierra del centro.. . .
desplazar de muchos primeros puestos a Estados Unidos; la indus- Todo ello habrá que tomar en cuenta, no para segUlr hacten-
trialización acelerada de Corea, Singapur, Hong Kong, la enorme do las cosas como antes si no para recuperar la tradición. Tradición
potencialidad de la China y la India, dejan por exclusión a todo un que no es costumbre o rutina sino una amplia, generosa Y demo-
mundo subdesarrollado que deberá conformar su destino con sen- crática forma de enriquecer el pasado con los aportes actuales de
tido renovado pero, a la vez, propio. Nuestros países, ricos en re- innovación, de transformación, de cambio pero de continuidad.
cursos naturales, pero absurdamente pobres en recursos moneta- Tradición como parte de un proceso a largo plazo que logrará nw-
rios, tendrán que definir su propio horizonte de supervivencia no nil'estarse en pknitud integral, como ya nos anticipa la literatura de
en el futuro de la máquina sino del hombre. Para ello mucho ayu- García Márquez, Rulfo u Onetti, como ha logrado la l1istoria huma-
dará estudiar y reflexionar en el comportamiento de la sociedad na de este continente escrita por Galeano.
indígena que, a los quinientos años de explotación, en lo funda- El arte, la literatura ya han hecho posible la conformación de
mental no ha perdido su identidad. la personalidad del continente en el mundo de la fantástica reah-
No hay otra alternativa: recuperar la dignidad social, afian- dad. Es un reto para la arquitectura y otras diSCtpltnas a!tnes bus-
zar la soberanía y, sobre todo, dar continuidad (recuperar) a nues- car un territorio en el cual se realicen y surjan nuevas utopías para
tra identidad culturaL No es un propósito lírico. Llegaría a consti- la vida, no para la teoría.
tuir una fundamentación para la acción incluso en arquitectura. Se
convertiría en propuesta opera ti va: frente a los problemas de inun-
dación en Ballahoyo, no será nec..:sario contar con la ayuda y gran
experiencia holandesa sino con aquella de quienes vi ven en las ca-
sas flotantes del mismo río Babalwyo o de los indios que viven en
la desembocadura del Orinoco, porque éstos han logrado dominar
las leyes naturales. Para resolver la numerosa demanda de vivienda Muchos ¡-quitectos a111eric:li!OS est:'itt tral,ajandu solwe estas nw_tiva~ion•·~: P<'IO \;lstimo•,;\1\H'IIl!'
50 3
fuera de tos canaks dL' los gobiernos y, ¡wr lo \aHIO, sus expCfll'JI(:ws Y pl.ln\\',\1\lH'Illo.~ uu ~ ~
01

popular, habrá que recuperar la tecnología milenaria de la caña ¡ suficientemente couocidos y aCl'plllllos. Pero tambiL11l de la otra parll", 1k ;n¡udl,l\ V"1 '"s '! ~'·
0
1

1
est<'in pcrnl<li!Cil1Cilll'iltc en los forus ittlcruacilll\aki;, se advidh: lt~uaks pt<Jp():,¡to:.: /vi A. Ru, • •
guadua: mejorándola, racionalizándola, procurando democratizar
Jorg_e Glousba, etc.

12 .l
122
CINCO ARQUITECTOS EN ACTIVIDAD

Se hace Historia todos los días, pero no es posible llevar una


contabilidad histórica diaria. Para re11exionar bajo la perspectiva
histórica, se requiere su11ciente distancia temporal. Cuando ésta no
existe, el ámbito del periodismo es el único posible, por preponde-
rante.
El periodismo recoge de manera inmediata los testimonios
(los materiales) que en el futuro recuperará la Historia para anali-
zarlos en medio de un contexto mucho más amplio e integral.
El componente esencial -no único- de la ciudad física es la
arquitectura. Como la vida, la arquitectura y la ciudad se están ha-
ciendo constantemente; pero, conforme pasan los días, para la vida
de un hombre el !'in está más próximo; en cambio, para la ciudad
el futuro es cada vez más amplio.
En el fondo, la ciudad no se hace para quienes la construyL'n
sino para quienes la usarán en futuras generaciones. Hoy vivimos
en ciudades que fueron levantadas en años anterion:s, lutce siglos.
La capacidad de pervivcncia es propia de las ciudades. en
tanto aun muertas (abandonadas, despobladas) siguen transmitien-
do un mensaje histórico valioso, imprescindible.
El análisis c!el proceso arquitectónico de Quito, desde l'inaiL~S
del siglo pasado, ha sido posible bajo la óptica y con la ayuda <le la
Historia. Sin embargo, el análisis de lo succtlitlo en los últimos

12)
di·cz· ano~ ~orre el peligro de cargarse de subjelivaciones o juicios terior ecuatoriano. Político, empresario, buen fotógrafo aliciona
de v.tiOI rncompatrbles con los resuiiados de la observación directa do, extraordinario conocedor de la música y el primer arquitecto
hlita distancia temporal. La objetividad resuiiaba entonces má~ moderno del país.
posrble desde la óptica del periodismo. procurando que sea el tesli: Habla con naturalidad. Sin pretensiones de encontrar ncce
monro de los protagonistas el que oriente mejor y quizá demuestre sariamente un reconocimiento a su trabajo. Cuenta como un llc~
las l11pó1esrs planteadas ameriormeme. cho anecdótico el que alguien haya quitado una placa, deüicalla a
. Los diez úiiimos aiíos de arquitectura, sin embargo, no se ex- él, del puente metálico construido en su época de ministro para li-
plican srn el proceso anterior. Por ello, se hizo conveniente remi- berar al centro de Ambato de un torturoso trayecto del tren. Tam .
tirs~ a los. anos en que se formó la Escuela de Arquitectura, para bién del asalto que sufrió su oficina. No para robarle, sino para
toma!los como punto de partida del protagonismo de algunos ar- buscar algo que pueüa manchar su pasado. Pero no. Basta oírlo:
qmtectos que actualmente están activos y que han enriquecido de a Sixto Durán Ballén le hace falla la malicia para ser político. En
alguna manera el ambiente arquitectónico y profesional. Se han cambio, le sobran capacidades para ejecutivo. Le importa, sobre
tomado en cuenta la promoción, el tipo de formación recibida y la todo, hacer. No perder tiempo. Hacer. No buscar las posibiliüa-
preponderanCia en el ejercicio profesional que ha dejado huellas des de beneficios personales. Hacer. Hacer, dice, en beneficio de
en la crudad. · todos.
,• Se realizaron las entrevistas con un formulario previamente "Cuando fui niño -dice-, mi padre tenía una casa con un
elaborado, pero hecho conocer en el instante del diálogo. La co- amplio jardín en El Ejido. Un buen día levanté un gran complejo
lumna vertebral de las entrevistas, cuya duración en ningún caso de puentes, caminos y casas, de aquellos que los niños hacen para
fue menor a dos horas, estuvo constituida por los siguientes aspec- jugar. Siempre me gustó hacer cosas con las manos. Por eso estu-
tos. dié arquitectura en Columbia, University. Contrariamente a cuanto
m~tivos para hab:r estudiado arquitectura, se dice, esa universidad no era conservadora. Traía a Mies como
nwtodos de enscnanza-aprendizaje vigentes en su centro de profesor invitado y entre los de planta tenía a Hitchcock, Ruskin y
estudiOS, otros que, a la época, tenían mucho prestigio en Estados Unidos.
aspectos preponderantes de formación, La arquitectura moderna entendí siempre como una conse ..
forma de conceptualizar y hacer arquitectura, cuencia lógica del funcionalismo, de la necesidad de racionalizar
características de sus primeras obras, todo con el fin de hacerlo más cómodo pero también más eficien-
la posible teoría sobre su obra te. La función hace la forma.
las obras más representativas ~e su autoría, Al graüuarme. fui a trabajar en Venezuela, con una empresa
problemas de la planificación, del urbanismo, de la ciudad, de norteamericana. Teníamos mucho trabajo. Estuve dos años, pero
la SOCiedad; y, quería volver al Ecuador. Había estado auseme ocho años. Cuan-
opción para nuestra arquitectura actual. do llegué, coincidencialmcnte. el arquitecto Gallo había logrado
organizar la Escuela de Arquitectura en la Universidad Central y
me invitó a que me incorpore como profesor de proyectos de se-
Sixto Durán Ballén
gundo curso. El era de tercero.
Quito era una ciudad pequeña. La Mariscal, en 1947, se es
Sixto Durán Ballén es hijo de un funcionario del servicio ex-

126 121
taba todavía conformando. Años atrás, se había hecho el barrio Si- sirvieran a la reconstrucción. Vino una misión de la OFA, <k la
món Bolívar. A su autor, ingeniero Egüez, cariñosamente le decían cual hizo parte Gabriel Ospina y que luego se quedaría como re·
"el pulga". Seguramente por ello, a la calle Rodríguez se comen- presentante de esa institución en el Ecuador. Tamb.rén estuv~> aquí
zó a identificarla como 'el pulgucro'. '1 ingeniero W. Cronwell, quien al ternunar su m>s>ón pasó ,1 ocu··
e ' l •' 1
Algunos arquitectos extranjeros tenían mucha actividad. par un puesto internacional. Este ingeniero, un bue,n dr~, ~~l, ~ro a
Glass, Khon, Edwanik, Rotta. También los nacionales como Calde- país con becas para estudiar en el extranJero. Yelllte para ese .rí\o Y
rón Moreno, que había logrado definir un estilo 'neocolonial'. veinte que consiguió después, correspondientes al año antenor.
Por haber estudiado en Nueva York, yo vine con algunos li- Para optar por ellas, se disponía de poquísi.mo tiempo. Los tonnu-.
bros, que se convirtieron en fuente de consulta. Es verdad, no ha- !arios debían estar respaldados por una olrcrna de gobrerno y, pm
bía mucha bibliografía para consultar sobre arquitectura. último, se d¡;bía acompañar un certificado de salud. Tal fue la ur-
Al poco tiempo de haber llegado, con otros profesionales gencia con la que se hicieron los trámites que Galo Plaza fnmó,to-
conformé la compañía ARQUIN (Arquitectos-ingenieros asocia- dos los formularios y el Ministro de Salud los cer(Ifrcados mcdr-
dos). Ser el primer arquitecto ecuatoriano formado dentro de la cos. También se firmó uno en blanco para mí, con el fin de darme
influencia del movimiento moderno fue ventajoso. Te'níamos mu- tiempo a meditar.
cho trabajo, no solamente en Quito sino en todo el país. A raíz del Yo tenía mucho trabajo y me resistía a irme con la beca; pen\
terremoto de Ambato, se conformó la Junta de Reconstrucción de al final, fui a Londres, donde estudié planificación urbana. A nu
Tungurahua. Con Moreno Loor y Wilson Garcés, planificamos en regreso, retomé mi profesión; pero, al poc~ tic.mp~, ftii, n?m~ra~o
toda la zona afectada más de veinte pueblos y dos planes para que Ministro de Obras Públicas, por el doctor Camrlo 1 once Ennquez.
se reubiquen las poblaciones de Píllaro y Pelileo, pues los especia- Lo acompañé todo su período. Faltando un mes, me reti,ré, par:a
listas (geólogos) habían advertido el peligro. Gracias a la colabo- estar en capacidad de ser senador funcional por la educacron partr-
ración de la gente, se pudo plasmar uno, otro quedó incompleto y cular. Durante este tiempo, no me separé de la cátedra ni de la
en otro, la propuesta quedó truncada: Mocha. El trazado de las Central ni de la Católica. Tan grata fue esa experiencia que cuan-
calles de esos planes y su concepción misma, antes que a los prin- do me llamaba el Congreso, las dos barras se disputaban para de-
cipios de la Carta ele Atenas, obedecieron, por las actividades de la mostrar cual intervenía más activamente. ,
zona, a los enunciados de la ciudad jardín: distinta al damero. En 1956, el país se preparaba para la realización de la Unde-
Con calles perfectamente diferenciadas, tanto para el peatón como cima Conferencia lntcramericana. Hacía falta todo. Los gobrcrnos
para el vehículo. Más, sobre todos los principios, nos preocupaba históricamente habían comenzado muchas obras sin contar con los
realizar la mínima inversión en movimiento de tierras. Las calles recursos. Las carreteras avanzaban tramos de trescientos a mil rm~·
siguieron las cotas topográficas, por eso resultaron curvas. Decidí concentrar los esfuerzos y recursos en seis .carreteras
t ro.
S
Todavía no contábamos con el aporte de otras profesiones en de penetración al oriente, por ejemplo. Los resultados lucron no
la planificación territorial. Predominaba la idea de los arquitectos; tables. .
pero, sin duda, se alimentaba del estudio y la observación de la rea- No teníamos un buen puerto para el comercio internacronal.
lidad productiva y social. Se discutía mucho solJre todo en referencia a la ullicaci(lll de ',"¡ud
Como consecuencia del terremoto, el Ecuador recibió mucha de Guayaquil. Aproveché de los préstamos rnternacronaks. s,• 111
ayuda internacional y tambi6n el ofrecimiento para préstamos que cieron Jos estudios y pese a la gran oposición de la <~ntonccs na

129
128
riente revista Vistazo, se hizo el puerto nuevo en un brazo de la ría. ria, pero lo que se hizo no fue por capricho. Habfa urgencia de
Tc1mbién hicimos los puertos de Manta y Puerto Ilolívar. El draga- realizar las obras: túneles, mercados, pavimentación, agua potallk,
do para el de Ilahía y los estudios para los de Esmeraldas y San alcantarillado, pasos a desnivel.
Lorenzo. Esmeraldas, años después, fue ejecutado con aquellos es- No creo que se sacrificó la eficiencia por un exceso 1Ic plani
tudios.
ficación; pero tampoco se hizo una planificación que haya supera,
Los aeropuertos de Guayaquil y Quito, fundamentados do la urgencia de realizar las obras. No llegamos a los extremos.
cuando yo había estado en la Junta de Reconstrucción, también se Cuando el Ministerio de Obras Públicas había decidido la contrata-
construyeron. Me n~f1ero a las terminales, que son similares y pro- ción de los estudios para el ensanche de la Panamericana en su en-
yecto de un arquitecto norteamericano.
trada a Quito, acudí a él para demostrar que lo prioritario era un
Como la única y más rápida vía de comunicación con el Plan de Tránsito para la ciudad. Fue así como una firma italiana
Oriente era la aérea, logramos hacer dieciocho pistas de aterrizaje. llegó a la conclusión de que no se trataba solamente de desconges-
Tambión logré que se conforme el Instituto Nacional de la Vivi~n­ tionar el centro de la ciudad sino de dar fluidez a la circulación
da, adscrito al Ministerio de Previsión Social, porque allí existían norte sur. Así se fundamentó el anillo vial periférico constituido
disponibilidades.
por la nueva vía oriental y la occidental. La primera, es cierto, se la
Como parte de la preparaci1ln de la Conferencia lnteramcri- contrató por tramos. El alcalde que me sucedió cambió completa-
cana, hicimos muchas obras: el Palacio Legislativo, con proyecto mente el trazado y quizá por ello la finalización de la vfa se ha pos-
de Allredo León; la reconstrucción del Palacio de Gobierno; las tergado indefinidamente. En cuanto a la occidental, los resultados
residencias universitarias de la Central y la Católica; y, el hotel Qui- fueron otros. Surgió sobre las preocupaciones planteadas hace
to, con un proyecto norteamericano y bajo la responsabilidad fi- muchos anos: la prolongación de la calle Imbabura, por un túnel
nanciera del Seguro, pues era la única forma de llacerlll. También que salga a la Universidad Central. Después de un análisis deteni-
nos pwocupamos de las telecomunicaciones. Inauguramos el pri- do, se decidió por el trazado actual y, por lo tanto, por la construc-
mer srstema de d1scado directo entre Cuenca y Azogues. ción de los túneles de San Juan, San Roque y San Diego. Las en-
Sí, con toda la experiencia que adquirí podía haber impulsa- tradas al centro vi que tenían que complementarse con locales de
do la creación de un centro nacional de plani!'icación. Mi idea fue aparcamiento. Fue así como se construyó la primera parte de Fl
incluirlo en el ámbito de la vivienda. Sin embargo, todas las obras Tejar. La segunda ya no fue posible hacerla, debido a que lns ven,
se ejecutaron con estudios y planilkación. dedores ambulantes se habían apoderado del parque y mi suc,~sur
Cuando llegué a la Alcaldía de Quito en 1970, la ciudad tenía en la Alcaldía había legalizado con escritura pública la posesión.
un retraso de décadas en sus servicios básicos. Soportaba de cua- La terminal de buses sufrió atraso por la ruptura del all'anta·
tro a cinco lloras de racionamiento de agua. El pavimento de las ri!lado mayor, que lastimosamente no había sido posible estudiar
calles era pésimo. El tránsito S'-' embotellaba de manera insoporta- antes de empezar la construcción.
ble. No existía una buena y amplia red de alcantarillado. Partien- Los túneles hicieron firmas de Italia, Perú y Ecuador. l.a ter·
do d<ó esta realidad, solicitó el asesoramiento internacional. Se con- minal, debido al financiamiento, estudió una firma israelita,
formó un plan dentro del cual se del'inió el Quito metropolitano; Durante los ocho años que yo trabajé en el BID, no sol amen,
base sobre la cual se haría el Plan Quito vigente. te cumplí misiones de análisis sino también de asistencia tl:,·nka.
Quizá no se recogió la suricicntc información complementa- Por ello puedo darme cuenta de que los conceptos Sl)lm: el prollle

130
1:\ 1
m a d~ la vivienda básicamente son iguales. No llan variado. Quizá el Club Pichincha, lo hacían tanto liberales como conservadon·s.
la diferencia se produce a partir del lacio en el cual se ubique para Mientras estos madrugaban a misa, los liberales oían sin ser vistos.
alrontarlo: la teoría o la práctica. Cuando el doctor Ponce Enríquez volvió al país, dio conl'ercncias
En el BID yo hablaba de la necesidad de usar la mayor ima- sobre el socialcristianismo. Fui entonces uno de los primeros ad
ginación posible para crear los medios más baratos y lograr Jo más herentes y me presenté como suplente en la lista de concejales de
con lo menos. Fue esa mi motivación al auspiciar el concurso en- Quito. Luego fui candidato a diputado en tercer lugar. Mi gran
tre los estudiantes de arquitectura de Quito en los años sesenta. salto en la política se dio cuando el doctor Ponce me invitó a cola··
Cuando estuve en la JNV, logré la posibilidad de obtener borar como Ministro de Obras Públicas. Pero quien realmente me
préstamos y beneficios para investigar en nuevos sistemas, para hizo figura nacional fue el doctor Araujo Hidalgo. El me interpe-
profundizar en nuevas alternativas que nos ayuden a enfrentar de ló, pero parece que, por informaciones distorsionadas, había creído
mejor manera el problema de la vivienda. Acudí en todo el país a que yo no iría al Congreso y, por lo tanto, tampoco asistió el día de
los colegios profesionales. No hubo respuesta. La gran mayoría la interpelación. Yo fui y, al no encontrar a mi interpelante, exigí
de profesionales no tiene el concepto de que en su profesión llay que se me llame otro día, sea por iniciativa del doctor Araujo o por
algo más que la posibilidad de producir réditos, sino también de responsabilidad de cualquier otro diputado. Así sucedió. Cuando
servir a la sociedad. volví al Congreso, todo el país estaba pendiente de la interpelación.
Por este canal esperaba obtener buenos resultados. Sin em- Yo no me considero un político típico: calculista, maniobre-
bargo, los contratistas que aprovecharon de los préstamos fueron ro. Para mi la política la he considerado como la aplicación de mi
escasos. En Quito no llubo. En Guayaquil, algunos. También en profesión al servicio de la sociedad. No he sacado absolutamente
Baños, Baballoyo y Loja. Al interior de la JNV, no era posible ha- ningún beneficio personal de orden material. Eso sí, muchas satis-
cer investigación. Toda inversión debía ser recuperable. Por ello facciones espirituales. Cuando estuve en el Municipio, creo que
pensé en el Ministerio de Vivienda; pero, por informaciones para- predominó en mí el planificador, el técnico. Quizá no gané las
lelas, me cli cuenta de que no tendría auspicio en el Congreso y no elecciones presidenciales precisamente porque nunca aproveché
insistí. electoralmente mi trabajo. Nunca inauguré obras ni puse placas.
En suma, yo siento un poco de frustración, porque mi paso Me ha interesado que las cosas se hagan por beneficio social, no
por la JNV no mereció el auspicio de los colegas profesionales. por figurar personalmente.
Ventajosamente, el plan de vivienda se cumplió más allá de la críti- Tratando de ser objetivo, creo que mi mayor logro pro!'esio··
ca. Ahí está y no creo que pueda ser superado fácilmente. nallla sido haber contribuido en la cátedra a la formación eJe otros
Entré en la política deliberadamente. Había sentido ese estí- profesionales. Me siento satisfecho de que la suerte me integrara a
mulo al realizar las encuestas socio-económicas para el Plan de Re- la cátedra con un sueldo de ochocientos sucres mensuales, muy .iD
construcción de Tungurahua. Me eH cuenta de que mi labor como ven. Fui profesor durante trece años y gracias a ello también, en
profesional exclusivamente no era suficiente. Tuve la inquietud de mi taller, dieron los primeros pasos estudiantes que ahora son <lis
servir a la sociedad. Traté de ingresar al partido liberal del cual mi tinguidos profesionales: De la Torre, Barragán, Oleas, León, <)tw~
padre había sido militante. No era lo que yo buscaba. Después me vedo y muchos más. Creo que de alguna manera contrihuf a su
interesé por el conservadorismo, pero me pareció que era Jo mis- formación, a su autosuperación, pues siempre creí que no es m:cc·
mo. A la hora ele jugar 'tresillo' Uuego muy popular entonces) en sario imponer soluciones personales a propuestas de otras ll<'rson:ts

132 !U
sino estimularlas, criticarles para que encuentren su propia alterna- ción comenzó cuando en la universidad compartía con un cstu
tiva. Este ha sido mi mayor logro personal. diante dominicano de ingeniería, quien improvisaba de manera ex~
En cuanto a obras, debo remitirme a la primera que hice en traordinaria el piano. Me decía que tocara dos o tres teclas y, sobre
el país después de haber triundado en un concurso: el hospital pa- ese sonido, construía las más extraordinarias melodías, desde el otro
ra LEA (Pablo Arturo Suárez). También el dispensario de LEA en extremo del piano. Fue cuando me nació el interés por tocar saxo.
la calle Sodiro. Hice muchas casas, entre otras, aquella que se Me compré una embonadura (boquilla) y alquilaba el instrumento
transformó para el Tribunal Supremo Electoral; en la calle Calama en la universidad. Lastimosamente me faltó tiempo y, a cambio,
y 6 de Diciembre, la de la familia Alvarcz Barba (1953); de Jaime comencé a coleccionar discos.
Guardcras (1956); del señor Gustavo Diez; de la familia Guerrero. Cuando llegué a Venezuela, tenía una buena colección lle
Edificios en el centro como: Brauer, Guerrero Mora, cinc Atahual- aquellos discos de setenta y ocho revoluciones. Tanto me insistie-
pa. En el norte: Madrid y Toledo; 6 de Diciembre y Patria; el edi- ron mis amigos que, al dejar Venezuela, les vendí. Tuve suerte. Al
ficio en donde yo vivo de la calle Coruña; el hospital de LEA en poco tiempo comenzó a salir el long play.
Riobamba. urbanizaciones en Quito como San Ignacio, El Batán; Comencé a conformar mi segunda colección. Vivía en una
en Loja: San Pedro. Esta me gusta mucho por su integración ple- casa que pronto resultó estrecha y, por lo tanto, también tuve que
na con la topografía. venderla. Al poco tiempo comenzó a salir el disco estéreo.
Mi mayor preocupación siempre fue el funcionalismo. Esté- Ahora tengo una colección de unos tres mil discos y, para
ticamente quizá no logré lo mejor, acaso por la limitación de los que no se quede obsoleta, he comenzado a comprar discos com-
materiales. O quizá porque, frecuentemente, por la política, he te- pactos.
nido que alejarme temporalmente de la profesión. Ahora a los 68 Mi autor preferido es Mozart. También Beethoven. Desde
años ya no tengo la excelente letra de la época de estudiante, gra- luego Bach. Si a la música le añadimos una nueva dimensión, se
cias a la que me gané la vida, cambiando las etiquetas de todo el la- hace arquitectura. Como dice Goethe: la arquitectura es música
boratorio de química de la universidad. petrificada".
Después de mi primera campaña presidencial, cumplí algu-
nas misiones de asistencia técnica en varios países americanos y
europeos. Entre ellas, precisamente para hacer pasos a desnivel.
Mil ton Barragán
Por ejemplo, en Bogotá.
No sé por qué Milton Barragán: arquitecto, artista y político
Cuando estuve en la universidad, mi mayor interés radicaba da la impresión de que existe una barrera entre su mundo íntimo y
en el urbanismo. Mi interés complementario fue la arquitectura de
el mundo de los demás. Habla con fría objetividad, sin la vehe-
hospitales, con cuyo tema me gradué. Por eso creo que el urbanis-
mencia del artista. Prefiere la profundización de las ideas antes
mo y la planificación me han dado mayores satisfacciones.
que su enriquecimiento bajo un horizonte amplio. A veces, para
Pero claro que tengo otras aficiones. Por ejemplo, el ciclis-
expresarse, prefiere ahorrar palabras en bene11cio de una claridad
mo. Desde luego, mi primera bicicleta, por la escasez de recursos
escueta.
económicos de mi familia, solo pude tenerla ya de universitario, no
de niño. Seguro de sí mismo, sabe cuanto 11izo, qué es lo que está ha~
ciendo y cuál será la dimensión de su mundo inmediato cuando
Desde luego, también me gusta mucho la música. Esta afi-
dedique -así lo espera- su tiempo estrictamente a la escultura. Pe~

134 ll'\
ro no por eso se mantiene al margen de las cosas. Por el contrario, que no tienen libertad para innovar o investigar debido alas limita-
no tiene ambages para comprometerse en cuanto cree que es nece- ciones económicas, pues soy poco inclinado a la mveS11gac1ón de
sario hacer por la sociedad. Programa el tiempo por lo cual me sistemas estructurales economizantcs.
advierte: tenemos una hora para la entrevista. Las obras más importantes tienen la secuencia de mi expe-
"Creo que hubo un momento crucial en el que tuve que de- riencia. Piénsese que hasta los años cincuenta, la arquitectura tenía
cidirme entre ingeniería y arquitectura. En esto influyeron tam- un papel secundario, no protagónico para llenar. las demandas de
bién los compañeros que ya habían iniciado la carrera, pues tuve la una sociedad rural. Pero, a partir de que la situac1ón se 1nv1crte, las
oportunidad de saber qué se 11acía en la facultad. Me di cuenta necesidades se multiplican y se comienzan a realizar grandes inver-
que tenía afinidad conmigo, pues desde niño trabajé con las ma- siones en las ciudades dirigidas a la vivienda, al equipamiento. Es
nos: modelaba y dibujaba. cuando la arquitectura se vuelve protagónica y de mucha impor-
Mi promoción fue de un grupo perteneciente a diversos cur- tancia.
sos, pero muy homogéneo. Teníamos mucho contacto en cuanto a Mi primera etapa profesional estú relacionada con la planifi-
información, confrontación, crítica de los mayores !lacia los más cación de residencias particulares, en las que logré algunos resulta-
jóvenes. Eso fue determinante y era posible porque no éramos dos muy interesantes, que sirvieron de pauta o modelo. Deben ser
más de ciento cincuenta estudiantes. Todos muy inquietos, algu- unas doscientas, entre las cuales están la de Jorge Reyes, la de Mu-
nos con la experiencia de haber viajado al extranjero y haber ob- !ler y, por supuesto, mi casa, junto con otras realizadas en Quito y
servado la arquitectura que se hacía en diversos países. Leíamos re- otros sitios del país.
vistas, libros, etc. y nos manteníamos al día de todo cuanto ocurría En una segunda etapa, ya pudimos planificar con más llol-
en el mundo. Cosa que se ha perdido mucho en la actualidad. gura edificios y conjuntos de vivienda: Conjunto Mira!lores, Ban-
Había gran comunicación entre profesores y estudiantes; pe- co Holandés Unido, Edificio Artigas, el Ministerio de Relaciones
ro, creo que nosotros los superábamos porque éramos quienes Exteriores, etc. Sin ser especialista, como una virtualidad del ar-
planteábamos las inquietudes y los temas más interesantes ele dis- quitecto, me he movido con facilidad en diversos temas.
cusión. Superábamos a los profesores en información e inquietu- Mi trabajo no puede deslindarse de mi hacer como escultor,
des sobre el devenir ele la arquitectura. porque en mi ~reación artística creo que existe una preocupación
Fundamentalmente, nos transmitían los conocimientos del muy grande por el espacio, la luz, la materia. Esto me ha llevado,
funcionalismo, las interrelaciones de espacios y la programación por ejemplo, en arquitectura, a ser uno de los pdmeros en apl!car
de actividades, antes que un equilibrio entre el funcionalismo y la las tendencias brutalistas en el uso de los matenales. FU! uno de
plástica. los primeros, por los años cincuenta, en hacer paredes de ladrillos
Mis mayores logros tienen que ver con alardes estructurales. sin reboque. Hice algunas innovaciones en cuanto a romper ese
Me siento mejor investigando, forzando mis conocimientos para modelo que se popularizó mucho entre los de mi generación que
dar solución de tipo estructural escultórica y al mismo tiempo fun- eran los cajones, las cubiertas planas, es decir, el estereotipo de di-
cional. Por ejemplo, en CIESPAL o el ATRlUM, el monumento a seño. Yo ·volví por los fueros de las cubiertas inclinadas, en una
la Libertad o el templo de La Dolorosa, donde planteo desafíos es- geografía y en un clima que requiere de éstas. Volví al uso dd ak-
tructurales poco desarrollados en nuestro medio. En este campo ro, de la Hoja, del tejuelo, como material de textura sobre la losa de
me siento mejor. En cambio me siento limitado en los proyectos hormigón. Colaboré en el afán de romper esa tcmkncia que nos

136 137
i.~npnnía el facilismo de componer cubos, rectángulos, cajones, que quitectura, pues, cuando comencé a hacer escultura, no encn11t1 aliH
lmalmcnte comenzaron a ser rechazados y dieron lugar a una ar- una respuesta tan rápida a mis creaciones como hallfa lograd" ya
quitcnura un poco más preocupada por asuntos pragmáticos y con la arquitectura. Entonces, me resultaba difícil rom1wr co11 rni
tambrén de belleza, que en cierto momento se los quiso ligar a as- profesión para dedicarme a la escultura. Pero, gradualmente ""'
pectos de tradición histórica. Pero mis preocupaciones no estaban voy acercando más y más al momento en que me dedique sula
implicadas en ninguna reminiscencia histórica, sino en las posibili- mente a la escultura, especialmente porque, a medida que tra11scu·
dades expresivas de todos los materiales de la arquitectura. Al he- rre el tiempo y si uno, como yo, no tiene la tendencia a dejarse i111~
cho de encontrar en cada material, en cada superficie, un desafío poner criterios de los clientes, cada vez se siente más aislado de la
para innovar.
arquitectura.
Otra innovación que hice con gran éxito y veo que todavía se Si en una misma persona se unen muchos intereses de tipn
usa, fue el aprovechamiento de los puntales usados de encofrado humarusta, cobijados por una misma filosofía, es natural que el ar-
que, cortados en pedazos de diez centímetros, sirvieron para recu- tista y el arquitecto tengan una gran preocupación social y, dado
brir el piso. Se lograba utilizar un material de desecho y lograr que la política en nuestro medio ha corrido vicisitudes muy gran-
buenas calidades en los acabados. Es que tenía preocupación de des, especialmente en el siglo XX, en el cual, la respuesta de los
buscar nuevas formas de expresión del material, por ejemplo, mu- grupos políticos más bien ha sido mediocre; entonces, al ser reque~
chas veces utilicé el ladrillo como mosaico en los muros, para crear rido a participar en política, consideraba yo que no era lícito criti-
así patrones de dibujo. car sin comprometerse; más todavía porque, como planificador, te~
No me limitaba ni la técnica ni la mano de obra. Me gustaba nía más perspectiva para colaborar a que cambie la situación exis~
mucho. Me di el lujo de hacer las únicas bóvedas catalanas en ten te.
Quito, es decir, sin encofrado, con un fraguado rápido. Para ello La tendencia de la arquitectura en Quito va marcada por las
tuve que estar muy atento frente a las limitaciones técnicas. Hubo tendencias que le dicta la economía, por ejemplo, hasta media(Jos
que enseñarles a los obreros, que respondieron con gran solvencia. de los años sesenta, la arquitectura 11orcciente de la ciudad era re-
También usé este criterio para la construcción de aljibes (cisternas) sidencial. Sólo después adquiere altura, un mayor uso del suelo y
con ladrillo Y bajo el principio estructural de las bóvedas catalanas. la demanda de propiedad horizontal. Construcción en altura no
Tenía la preocupación latente de llegar a fondo con la materia que solamente por razones de mayor economía, sino por las limitacio~
estaba trabajando. No hice la bóveda de cañón por imerés plástico nes geográficas de la ciudad, sus pocas disponibilidades de cspacin,
-habría sido fácil construirla-, me iba a la esencia, de dónde salie- sobre todo en sentido transversal. Esta característica longitudiual
ron, cómo funcionaba. El por qué de las cosas. Por ejemplo, sabía de la ciudad agrava además la movilización de la gente, y si se aila-
que una vez terminadas las bóvedas catalanas se las recubrirfa con de al deficiente servicio de transporte colectivo, la situación se hace
tierra para hacer jardines. Llegué a hacerlo. Estructuralmente res- grave.
pondieron, pero hubo que corregir para evitar las filtraciones. En No sé si el producto profesional que sale de la facultad <.'stt''
suma, no era la preocupación plástica solamente, sino la del cons- consciente y dispuesto a aceptar el reto de hacer arquit<~ctura o no.
tructor, del arquitecto en todo el sentido de la palabra. Pero incluso esta predisposición se hace intrascendente, en cnanto
Sin embargo, creo que me siento mejor haciendo escultura. a que los únicos capaces de contratar los grantl<:s wmplcjns, sea
Creo -digo- porque hasta aquí he dedicado más tiempo a la ar- para vivienda o cualquier otra función, serán lns gran<.ks consor

138
1:l'!
cios a los cuales les tiene sin ninguna preocupación la arquitectura. rádicos resultados que se pueden aceptar en determinados edifi-
Añádase a esto la sobreproducción de arquitectos, al igual cios c¡ue nos hacen tener esperanza todavía en un diseño bueno.
, ,, N
que de otros profesionales. Entonces ocurre que ese nuevo profe- Pero, al mismo tiempo, "una golondrina no !lace verano . ues-
sional sale y se convierte en un frustrado, porque no se le da la tra arquitectura requiere de un esfuerzo concertado, un cambio de
oportunidad de participar y de que haga. Cuando eso sucede, se le mentalidad universitaria, de la facultacl, y un cambio de actitud del
imponen normas y condiciones que prácticamente lo castran y le arquitecto, porque éste no termina ck llaccrsc cuando obtiene su tí-
impiden la oportunidad de sentar una opinión sobre cuál debe ser tulo sino que, por el contrario, a partir ck ese momento deberá lor-
el resultado en el plano del diseño. marse, y deberá empezar una vicia de, confrontación y superaCión
Es posible que la arquitectura llegue a tener la opción de ex- permanentes. Lastimosamente, en un alto porcentaje entre los pro-
presar nuestra identidad, pero se requerirá de un milagro. Lamen- fesionales, no se da".
tablemente la arquitectura no puede ser sino el resultado de un me-
dio geográfico, económico, político y social. Cuando varíen estos
Hermanos Banderas Vela
factores, ya no habrá posibilidad de una sola expresión. Por eso, Son dos hermanos, pero la arquilecwra c.s una. Por eso,
en el Brasil, se dio una expresión regional de país. No sé si para cuando hablan, pierde importancia quien lu llan~. Sus personali-
bien o para mal, ese país es identificado a través de la arquitectura dades se complementan en la práctica y, en la arquitectura, cunnu-
de Brasilia. En un momento se creyó en las grandes posibilidades yen en experiencias, objetivos y aspiracinnes comunes.
expresionistas de la arquitectura brasileña y, efectivamente, respon- Son Diego y Fausto Banderas. Su l'orntac:ión la empezaron
día a determinados criterios de tropicalismo de clima, de fantasía, en Quito; pero ya para el tercer año de facultad, a fines de los aíios
que son contextuales a la forma de ser del latinoamericano tropi- cincuenta, estuvieron en Montevideo, gracias a una lleca. Recuer-
cal. Esto también se da en cierta medida en la arquitectura que se dan que en Quito, aparte ele dos arquitectos, lus demás prufesorcs
hace en Colombia o México. Pero, realmente se requiere de un eran ingenieros y artistas. "Nueslra primera impresión fue positi-
gran esfuerzo profesional. va. Estabamos seguros de recibir una formación infinitamenll! me-
Yo no veo que se esté dando tal esfuerzo en nuestro país, ni a jor. Estuvimos en el taller dirigido por i\ltamirano y Serralta.
nivel formativo -mucllo menos allí- de las universidades y peor en Ambos colaboradores de Le Corllusier y, cunHl l<>s utrns talleres,
el ámbito profesional colegiado, que también es responsable y está inspirados en diferentes maestros d~ la arqui!t:ctura, racionalistas
obligado a buscar un mejoramiento profesional y no solamente ortodoxos.
económico. He constatado que en los últimos años han estado más Gropius era el catecismu cid equilibrio dnctrinal del bien ha-
preocupados por el estómago que por el cerebro, a pesar de que se cer de la coherencia entre el pruductu final y la fonnaciún acad6-
podían aprovechar eventos importantes que los llevan contradicto- mi~a. Sus libros, al igual que los ele sus C<Hnp:ukros, fundanwnta-
riamente a un nivel sumamente bajo, como sucedhl con la última ban el aprendizaje de la teoría. Munford eclwha las bases de _aquel
bienal, que tenía un tema apasionante: el urbanismo del siglo XXI. de la historia. Había que hacer lecturas ubligadas con el lin de
Los resultados se quedaron truncos, no se publicó nada, no se hi- motivar las rellexiones.
cieron trascendentes al público las conclusiones. La teoría apuntalaba al disefío. l.a historia, aunque estaba
Temo que en nuestro medio, la profesión y los profesionales aislada, proporcionaba los instrumentos conceptuales más impor-
de la arquitectura están en retirada, a pesar de los aislados y espo- tantes.

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Ya de profesionales, mirando hacia atrás, no sabemos cuáles timamente, por las dificultades económicas para que los usuarios
lücron nuestras aspiraciones. Nuestras primeras obras (Edificio de accedan a nuestra arquitectura, nos hemos convertido en una espe-
Santiago y Versalles) fueron de encargo. Los objetivos simple- cie de organizadores sociales, sobre todo de la clase media, precisa-
mente fueron llevar a la práctica lo que habíamos aprendido en la mente para hacerles al menos un 50% más barata nuestra arquitec-
facultad: los principios de la técnica y del diseño. tura. Esta actividad nos ha dado tantas satisfacciones como aque-
Al principio, sentimos la posibilidad de hacer cosas. Luego llas surgidas por nuestra formación técnica, desde que hicimos la
sentimos el desafío reiterado, la posibilidad de llevar a cabo pro- primera parrillera en Mar del Plata. Al hacer las cosas, asumimos
yectos que han ido evolucionando, a partir del descubrimiento de la responsabilidad con conciencia. Tenemos la capacidad de hacer
las virtualidades esenciales de la arquitectura: espacio y relaciones para ser.
funcionales. De los maestros de la arquitectura moderna, creemos que
Ahora vemos que no hemos llegado a nada. Simplemente perduran sus principios en las obras de sus discípulos, o en las opi-
hemos transitado. niones de aquellos que identifican lo que les faltó hacer o que de-
Para conceptualizar nuestra arquitectura, hay fundamentos bieron incluir en su obra. Incluso los modernos tardíos o post-mo-
de diferente naturaleza que se interaccionan: una preocupación dernos, han tomado como apoyo esa doctrina para fundamentar su
social hacia el grupo comunitario para el cual hemos trabajado y la alternativa. La aplicación de sus principios ha tenido limitaciones.
preocupación J'ísica, técnica. El respeto por la función. La res- Las mismas que en otros medios, pues, en arquitectura, las cosas no
puesta formal como consecuencia voluntaria, creativa, con capaci- son trasladables. Lo rescatable y trasladable es la comprensión y la
dad de opción por la forma, por el volumen. Todos los arquitectos aplicación de esa teoría, de esos principios, de esa doctrina.
manejan en esencia estos principios, pero creemos que la diferen- Lastimosamente, en Quito, eso no siempre es posible apre-
cia radica en el énfasis dosificado que se pone. Nosotros tendemos ciar. Existe en abundancia la transposición de la arquitectura de
al equilibrio. Buscamos una especie de respeto y acondiciona- los maestros, con consecuencias desastrosas, con numerosos dispa-
miento sin sacrificios de los componentes básicos del diseño al rates, como no sucede, por ejemplo, en Bogotá, donde se puede
programa, a la función. Si algo hemos sacrificado, ha sido la plás- apreciar por igual las buenas obras de arquitectura.
tica en favor de la función. Es que en Quito, los arquitectos tenemos un compromiso
Hemos hecho una arquitectura que no procura demostrar complejo por resolver, debido a la orfandad de una teoría, de una
ninguna teoría personal, guardando las distancias, como lo hizo, conceptualización de lo que debe ser la arquitectura contcmpnrá-
por ejemplo, Le Corbusicr. Nuestra arquitectura tendrá que irse nea entre nosotros. Esa formulación teórica debería darse de tal
explicando sola, sin dar botes al ritmo de la moda. manera que, si está suficientemente fundamentada, sea posible po
Desde luego, si algo puede notarse es una renuncia al folklo- nerla en práctica y sea comprensible para las dos generaciones de
rismo, una búsqueda ajustada a los requerimientos del medio; ho- profesionales que ahora hacemos arquitectura contcmporám~:l.
nesto uso de los materiales, ajustada utilización de las posibilidades Es indispensable identificar cuál sería la dosis adecuada de
manuales de los ejecutores y de la tecnología disponible en ese componentes para obtener un resultado armónico, equilibrado con
momento.
el entorno físico de una ciudad como Quito, 'Jl'" nu puede dar lu
Hemos tenido una preocupación importante por el usuario, gar a una arquitectura para ciudad plana y que, por otra parte. 1m
en el sentido de darle un albergue adecuado a sus ae ti vidades. U!- puede ignorar la memoria colectiva ya materializada y de n1uclu1

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14:\
valor. Hay que tomar en cuenta que los materiales de la arquitec- La arquitectura en Estados Unidos es fundumc•II HIIIIl' llll' 1111
tura en Quito son diversos: la luz es única, la topografía es impre- catálogo. La unidad se la consigue gracias a la nwdlo<;lldud. 1'1' 11 1
sionante; el paisaje, singular. no a la ridiculez, como aquí.
A la facultad le ha faltado cumplir ese papel de galvanizador En Europa, no toda la gente que sale de la facult ad tlcrw 111
de ideas y gestor de mentes. Es ella quien debe formar profesio- mediatamente el derecho de abrirse su "bolichito" y empeznr 11
nales con ideas coherentes, y no con adocenamiento a ciertas ideas trabajar como cualquier mecánico, carpintero o zapatero, sin que
que dejan salir a los profesionales como salen los panes o las sal- rer menospreciar estas dignas ocupaciones sino en aras de reflexio-
chichas de una procesadora. nar en la trascendencia, en la perdurabilidad que pueden adquirir
Porque si se analiza la edili cia de esta ciudad, no se puede los errores. He aquí otra causa del caos edilicio de Quito.
entender que un edificio difiera tanto del que está al frente. Si La arquitectura es arte, por ello tiene un componente estético
acaso algún día llegara un marciano, se sorprendería, no alcanzaría que se manifiesta en diferentes grados. A veces, convirtiéndose en
a comprender por qué ese contraste absurdo. Si la arquitectura es el referente obligado de todos los demás factores. Este no es el ca-
respuesta a iguales factores, no se explica có mo puede existir tanta so de nuestra arquitectura. Sin embargo, ésta, sin estética, pierde
diversidad contrapuesta, carente de unidad, de coherencia. significado. La arquitectura tiene que relacionarse con el arte, ya
Ventajosamente, debido a la generosa topografía de Quito, que éste es una compresa de alivio que el ser humano necesita para
los errores se disimulan muy bien. La ciudad es bonita, no gracias seguir viviendo, enfrenta ndo a la vida y a la muerte todos los
a los arquitectos sino a pesar de ellos. días".
Sí. Con ojo crítico, Quito es una feria en la que hay de todo.
No solamente bueno, regular o malo sino cosas incomprensibles, Ovidio Wappenstein
incoherentes, que no responden aparentemente a una forma hono-
rable, honesta de ver y hacer arquitectura. Serio pero cordial. Austero y a la vez franco en su conversa-
. Y no es que los principios de la arquitectura moderna hayan ción. Como en tiempos clásicos - antiguos y modernos-, vive in-
sido distorsionados de tal manera que puedan explicar este caos. merso en la arquitectura tratando de comprenderla con la óptica
La arquitectura moderna ha logrado unidad porque el elemento que proporcio na la fil osofía, desde luego bajo el condicionamiento
funcional determina una unidad formal que es perfectamente posi- moderno. Frente a la primera pregu nta, se sorprende, pero pronto
ble conseguirla, incluso valiéndose del axioma de Gropius: la uni- habla con satisfacción y tranquil idad.
dad dentro de la variedad.
"A este país me trajo mi famili a, ya de cuatro anos. Nacf en
En Quito, el abanico de la variedad es una exacerbación del Madrid, porque mis padres habfan salido del sur de Checoes lova-
individualismo, debido a la falta de rigor en la base, en la forma- quia, debido a la persecución nazi. Sin embargo, las circunstancias
ción del profesional, liberado, ya desde estudiante, a dar rienda de mi nacimiento y el posible triunfo de Franco, a mi padre, de
suelta a sus caprichos intimistas. tendencia izquierdista, no le simpatizaro n. Fue asf como llegamos
Es de la facultad de donde salen los profesionales como de al Ecuador, gracias tambi6n a un hecho que va le la pena destacar:
incubadora, mal formados, a hacer locuras. Si a ello añadimos el mientras todos los países reglamentaro n el ingreso de judfos, el
deficiente sistema administrativo de control urbano y edilicio, el Ecuador nunca lo hi zo.
panorama es deprimente. Era la época en la que el espacio urbano era elemental, por

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lo cual pronto Kohn y Glass comenzarán a ejercer su profesión. Cuando ingresé a la Escuela de Arquit ectura, la infl uencia
' arios Kohn es uno de varios hermanos que salieron de Praga. El más importante provenía del movimiento llamado moderno, a tra-
mayor se había formado en la escuela de Praga, muy relacionada vés de tres profesores graduados en el extranjero: Gatt o, Durán
con el llauhaus. Hizo allá obras muy importantes. En Quito estu- Ballén y Dávalos. Se proporcionaba una percepción de que lo
vo solamente tres años, después de lo cual fue a Nueva York, donde moderno era lo mejor y hacia all á se debía ir. Un rec hazo notorio
hizo arquitectura. Carlos, el hermano menor, había egresado de la al pasado, al extremo de que, en algunas clases de urbani smo. co n
escuela de Bellas Artes, pero siempre col aboró con su hermano. frecuencia trabajábamos sobre la hipótesis de hacer tabla rasa del
Ese fue su aval para haber dejado una importante colaboración en centro histórico, para empezar de cero y co n espfritu moderno la
Quito: mu chas residencias, incluida la suya, que me parece un organización de la nueva ciudad. En ese ambiente nos fo rmamos.
ejemplo válido; el diseño interior del cine universitario, cuando se Esa era la terminología predominante. No existía un análisis histó-
inauguró. El Banco de Préstamos en Guayaquil. Estuvo pocos rico , un compromiso con el pasado. Sin embargo, cabe destacar
años como profesor de la universidad, seguramente debido a su di- mucho la actitud que se nos inculcaba: amor e inter6s por la ar-
fícil carácter. quitectura. Aprendimos a vivir, a pensar y hasta a comer inmersos
Siempre me interesé por el arte. Incluso interrumpí mis estu- en la arquitectura.
dios en la facultad para ir durante un año a Estados Unidos estric- Con criterios bastante válidos, pero con poquísima relación
tamente a dibujar. Al volver terminé la carrera y desde entonces con el pasado, más que historia se nos daba teoría. La historia su-
no me he descuidado de la arquitectura, sobre todo en cuanto su puso un esfu erzo personal no contro lado y permanente para sal var
relación con la fil osofía. Creo incl uso que las nuevas tendencias las defi ciencias de la facultad.
llevan implícitas una preocupación equivalente con la mía, y hasta Eramos pocos es tudi antes. Pero desde aquell a época
que no se encuentre una opción en alguna corriente filosófica, -fines de los cincuenta- , ya comenzó a conformarse una demanda
creo que se insistirá en la búsqueda en medio de la crisis. específica de arquitectura ; por lo cual, la profesión adquirió status.
No pretendo agotar el asunto. Simplemente trato de explicar Buenos ejemplos que reflejaban esas circunstancias fueron las ofi-
al gunas inquietudes, pues toda actividad hum ana tiene un conteni- cinas que confo rm aron nuestros profesores y por las c4ales prácti-
do filosófi co y, mientras más conscientes seamos de ello, tendre- camente pasamos todos los estudiantes, si n pretenderlo; asf nos per-
mos más opción para desarrollarnos y más posibilidad para preo- mitían complement ar nuestra formació n de una manera positiva.
cuparnos desde nuestra intimidad hasta la dimensión del mundo, práctica.
más allá de todo provincianismo. Creo que el oficio propiamente dicho lo aprendí en las ot'id-
Desde niño tuve facilidad para dibujar, quizá eso explica mi nas de Alfredo León, graduado en el Uruguay, y de Lui s Ol eas.
preferencia por la arquitectura . También es posible que se haya Una vez graduado, me fui a Holanda y Londres donde, durant e un
debido a una espec ie de influencia subconsciente, por las amistades año, estudié y trabajé.
que frecuentaba mi padre cuando ll egó al Ecuador. Recuerdo que, La parte más importante de mi arquitectura está rei<H.:ionmln
cuando el profesor español Jaen Morente, ex ili ado republi cano, es- con mi preocupación por la funció n de la forma . ll e sido mu y
tuvo avanzado en años, mi padre le ayudaba a transcribir sus artí- cuidadoso en la obra y en el tablero de dibujo de esa part ~ fundo-
culos. El tuvo, pues, acceso a cieno ambiente de intelectuales y ar- na!, ya·sea para el caso de una vivienda o para un ed ificio comple-
tistas emigrados. jo. Esta preocupación se manifiesta espontáneamente lla<.:ia el ex-

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1
lcrim, sin mayores complicaciones, pero con el deseo explícito de En el fondo, es la continuación del movimiento moderno
que lcnga mucha expresión: hormigones vistos, materiales predo- que reflexiona sot1re Jos errores cometidos. Abriéndonos rc!'lexi-
minantemente con texturas, }uego de llenos y vacíos, y profundi- vamente a recibir las influencias externas, es lógico que tratemos
dad lograda a base de la luz, tan característica de Quito. de nutrirnos de nuestra propia realidad también, sobre todo para
No creo mucho en los ismos, pero si hubiera que darle una reflexionar sobre las grandes incógnitas: qué somos los ecuatoria-
ubicación a mi obra, se tendría que ligarla con todos Jos postulados nos, de dónde venimos, qué haremos en el roturo. Existe la necesi-
del Bauhaus y sus manifestaciones posteriores, sobre todo el bruta- dad de tomar conciencia sobre nuestra identidad.
lismo, en cuanto fue una posibilidad de expresar Jos materiales, de Nuestro éxito dependerá del equilibrio que logremos entre la
conseguir carácter gracias a su empleo "natural", tal como Jo pro- influencia externa e interna. Sin embargo, esto es muy dirícil. En-
clamaba Brauer y lo ha modelado Tange, cuyas obras también me contrar un punto ele equilibrio nos tomará mucho tiernpo, porque
han interesado parlicularmcntc. Del primero me interesó el trata- además estará condicionado por la situación polílica !ll'l país: ¿ha-
miento de la luz con elementos prefabricados que, lamentablemen- brá espacio político para poder desarrollar l'ilosót'icamente la bús-
te, nunca pude realizarlos, por la carencia de posibilidades cons- queda de identidad nacional, la recuperación de elementos y com-
tructivas. Quizá por ello, de esas preocupaciones solamente adop- portamientos culturales?
tamos el encofrado, como alternativa de textura. Porque parece que en general a los gobiernos ks inleresa
Los postulados de la arquitectura moderna en el Ecuador más simplemente la economía. No la cultura. Por lu tanlo, las pos-
creo que siguen vigentes; pero, como las distancias en cuanto a co- turas meramente cconomicistas seguirán teniendo pr<:krencia fren-
municaciones con el resto del mundo son cada vez más cortas, la te a aquellas que son proclives al análisis tnuclw más global riel
influencia del extranjero nos va a llegar más pronto. Este hecho hombre, de la cultura. Sin embargo, algo se hace. Por ejemplo, la
nos debería hacer reflexionar en nuestra ortodoxia arquitectónica. búsqueda y recuperación del pasado, que entre nosotros est:i ad-
No dudo que algunas de esas influencias serán interesantes, pero quiriendo cuerpo, es válida, siempre y cuando en el ccnlro ldstóri··
previamente deberemos pensar en la producción que estamos ha- co se encuentren nuevos usos posibles y no la simple upción de
ciendo y los resultados obtenidos. Es decir, tendremos que hacer hacerlo musco. Del centro histórico se deben rcscalar los concep-
un análisis a fondo. tos y no las simples formalidades con futuro tmf.<tico. I<ecuperar
E! movimiento postmodcrnista creo que ha tenido el mérito la tradición, diferenciando como Jo hace ·nrnge, rkl costumbrismo;
de sacudir a mucha gente y obligarla precisamente a reflexionar en éste pertenece al pasado. La tradición, no. Se la hace~ todos los
cuanto está realizando y se está levantando en el extranjero, con el días, se enriquece con nuevas tradiciones que inlervil:nen en d con··
fin dese!eccionar aquello que puede ser aplicable e int~resante pa- texto de la anterior. Es a través de la tradici(rn, como flujo perma-
ra el Ecuador. Pero también ha influido en forma negativa. Se ¡0 nente, como las nuevas formas de vida pueden expres:.rr"~ perma-
ha convertido en una copia sin ningún análisis, de un aspecto me- nentemente. Debemos revisar nuestras concepciones de tradiciün.
ramente formal. La adopción del colorcito rosado y gris, y punto. Del centro histórico también podemos tomar clenrentos en
Esta influencia sin tamizar, esta copia irresponsable es preocupante. referencia al manejo del espacio urbano, de la pmporción humana,
Y no es que esté abogando por la adopción correcta del postmo- que ha sido tan distorsionada pese a sus procl:unas, por la arquilce-
dernismo, porque creo que en· otras partes inclusive ya ha sido su- tura moderna. La escala humana siempre nus preocupó, desde
perado. Ahora ya se habla del dcsconstructivismo. luego, pero parece que se nos escapó de las manus. Se puede re-

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cuperar d uso idóneo de los materiales adecuados a nuestra idio- Jos años treinta. Ahora está convertido en un verdadero caos mor-
sincracia, al entorno inmediato, a la situación climática, porque he- fológico, de tránsito y de comunicación. A conformar ese caos,
mos abusado indudablemente del vidrio a pretexto de ser moder- involuntariamente también ayudó el edi11cio premiado por la mu-
nos y hemos creado elementos nocivos tanto funcional como esté- nicipalidad hecho por Vélez -dice él mismo-. Pero más allá de los
ticamente. propósitos, están los hechos y a ellos hay que remitirse con el fin
Hay que profundizar en el conocimiento del lleno y del va- de rescatar lo posiUvo de la experiencia.
cío, como referencia imprescindible del pasado, pero no para cal- La entrevista comenzó con toda puntualidad en medio de un
carlo. De igual manera, debemos rescatar los valores de la arqui- ambiente cordial aunque cargado de curiosidad. El había estado
tectura vernácula con todas sus variadas características regionales. trabajando desde las primeras horas de la mañana. No tiene otro
Aprender de los anónimos arquitectos del pueblo, con el fin de eli- remedio -me dije- pues debe repartir su tiempo entre su intensa
minar las referencias peyorativas hacia lo nuestro. actividad profesional y aquella representativa en Fundación Natu-
Si bien en términos generales los principios de la arquitectu- ra. Precisamente por ello estaba preparando viaje a Inglaterra.
ra moderna han resultado positivos, en Quito no han tenido un cla- Sin petulancias, con una expresión de muciHlS amigos en su
ro análisis de su ubicación en medio de esta ciudad. Se ha hecho rostro y con alegría por empezar la semana de uua manera distinta,
arquitectura sin preocupaciones urbanísticas, sin pensar en la afec- conversamos sometidos a un cuestionario previamente preparado.
tación del entorno, del paisaje. En sí, cada obra puede tener valor, "Mi padre fue ingeniero, y como yo había respirado ese am-
pero lo pierde porque no tiene relación con lo que está cerca, por biente desde niño, fui a parar en la Facultad de Ingeniería. Allí es-
lo cual casi se queda fuera de contexto. Quizá esto se ha hecho tuve un trimestre del primer año. Mi ingreso a la i'acultad de Ar-
debido a que no hay conciencia clara sobre lo que es la arquitectu- quitectura fue el producto de una casualidad: un día acompaílé a
ra moderna. Se ha abusado del monumentalismo dando lugar a un amigo a realizar sus trámites administrativus y, al ingresar, me di
espacios hostiles e iniJóspitos para el usuario común. Esto hay que cuenta de que existían pocos estucliantes, que había uu lindo am-
reconsiderar. No debemos justificarnos con haber hecho arquitec- biente de trabajo, pues se trabajaba los fines ck semana en los es-
tura de buena re si observamos que se ha quedado fuera de la rea- quicios, hasta en los corredores y que por lo tanto se notaba una
lidad. gran camaradería. Fue entonces cuando me di cuenta de que en
Es responsabilidad de todos: de los arquitectos, para encon- verdad no me interesaban las fórmulas y las cosas acalladas, com-
trar nuevos caminos coherentes con nuestra realidad; de los usua- pletamente predeterminadas, sino aquellas que requerían de un
rios, para adquirir conciencia sobre la trascendencia de la arquitec- componente personal, de creatividad.
tura en medio de la cual viven; del Estado, para que realmente ha- Cuando ingresé y a lo largo ele la carrera, tuve un grupu de
ga una reforma educa ti va a rondo, dentro de la cual se contemplen profesores que estaban muy familiari;.ados con la problemática de
estos aspectos. Solamente así podremos avisorar un futuro positi- la tecnología y sobre todo del espacio. Filos cntoiH.'Cs n<ls dieron
vo". oportunidad de entender qué era la arquitectura y por qué~ quería-
mos ser arquitectos. Luis Oleas, Oswaldo de la '1\lrrc, Barragán,
Rafael Vélez Calisto
Wappenstein, Patiño, canalizaron e incentivar<Jn nuc~stras inquietu-
Hace doce años, la zona en donde Rafael Yélez tiene la ofici- des en un medio abierto, que brindaba la upnrtunidad de recibir e
na era tranquila. Hacía parte de un conjunto urbano coherente de intercambiar las experiencias entre estudiantes de t<Jdos los afios.

!50 15 1
En la parte conceptual tuvimos un poquito de deficiencia. cientos años anteriores de vida urbana de Quito. Este es un hecho.
Hacían falta materias que nos dieran la idea del país, del mundo, Si refleja la coherencia o la incoherencia, no es de decirlo anticipa-
con el fin de ir despertando el compromiso con la sociedad en la damente, sino de hacer un paréntesis, para meditar sobre cuánto se
cual nos íbamos a insertar. Seguramente por ello creo que la facul- ha hecho hasta el momento y cuál es su trascendencia.
tad en los años setenta se transformó; pero lamentablemente yén- Lamentablemente, tampoco hemos tenido crítico-s sino sola-
dose al otro extremo: en lugar de valorizar el diseño, se lo poster- mente cronistas de la arquitectura, pues también aquellos pudieron
gó, se lo descuidó, con el fin de dar cabida a la investigación so- haber aportado de manera positiva en la evaluación de la actual si-
cial. Y claro, ningún extremo es bueno. Lo recomendable es bus- tuación. Por ello se hace indispensable conscienlizar que la arqui-
car el equilibrio entre los requerimientos propios del diseño y la tectura y los arquitectos también somos parte protagónica de la
necesidad de conocer nuestra sociedad. cultura de nuestro país. Debemos hacerlo porque los arquitectos
A parte de mi profesión, me preocupa la problemática socio- hemos perdido el espacio dentro del cual en cambio se mueven
lógica más que cualquier otro campo del conocimiento. Lastimo- otros profesionales, los artistas e incluso los políticos.
samente, los arquitectos no hemos tenido oportunidad de incidir El trabajo que se hace en la facultad, sobre las mesas de tra-
seriamente en la sociedad, pues el trabajo en gran medida ha pro- bajo, sobre el terreno, como aporte profesional y aquél que apare-
venido de las empresas privadas y no del Estado como también se- ce como producto de la autogestión, es muy importante para la
ría lógico. Por ello no hemos tenido posibilidad de hacer arquitec- cultura de nuestro país. Es un material que bien podría constituirse
tura "masiva": centros de salud, hospitales, museos, centros audio- en una muestra nacional representativa, frente a la cual sería posi-
visuales, etc., sino solamente arquitectura individual y con frecuen- ble construir nuestra imagen integral. No solamente de los arqui-
cia suntuaria. tectos académicos sino de esos anónimos constructores de Chorde-
Precisamente, por mi interés en la problemática social, ahora leg, ele la costa o del oriente. Porque debemos ser conscientes: las
estoy en el campo de la defensa del medio ambiente, en el cual !le transformaciones territoriales, físicas tienen tanta trascendencia que
palpado la indiferencia ele los gobiernos y, al mismo tiempo, la in- incluso si el proceso histórico de nuestro país llegase a desembocar
mensa dinamia que tienen los grupos sociales, que, en afán de bus- en una transformación radical de todas las estructuras, la única que
car refugio, han comprometido los bosques de Quito. Y conste, no no cambiaría, que permanecería, sería aquella estructura física.
tengo ningún interés en la política partidista. Sí tengo en cambio ¿Cómo no comprender entonces cuan grande es nuestra responsa-
en la arquitectura, pues ésta siempre tuvo un componente muy des- bilidad?
tacado en la culiura, a tal punto que la dimensión y la imagen de Sin embargo, y al mismo tiempo, creo que debemos detener
muchos países no solamente se la da por la música, la literatura 0 la nuestra frenética carrera de construcción, hecha con la finalidad de
plástica, sino también por la arquitectura y por el urbanismo. La- aumentar cantidades, para evaluar cuál es la calidad conseguida Y
mentablemente, en nuestro país, no se ha valorado la magnitud y los valores aprovechables. Entonces sí podríamos reclamar ya es
trascendencia de esto tal como yo lo comprendo, debido a dos hora- nuestro dcrccl1o a constar al menos en un inventario intcma
causas: o porque la calidad de lo realizado no ameri!e, lo cual im- cional de arquitectura, pues hasta la fecha nunca nos ilan incluido.
plica un análisis serio, inexistente, o porque simplemente a natlie le y conste que el año pasado la Asociación de Arquitectos Anwrica-
preocupa pese a que el fenómeno es tan grande que ha ocupado nos (USA) ilizo una publicación dedicada a la arquitectura de
en treinta años una extensión mayor a la ocupada en los cuatro- nuestros países, en la cual el Ecuador tampoco constaba.

!52 1S .1
Es hora de preocuparnos no solamente de lo que hemos he- rior experiencia. En ella se levantó una arquitecwra importante.
cho sino de lo que vamos a realizar en beneficio del entorno, para En veinte años ha sido intervenida. altermla inmisericordemente. Y
mejorar las condiciones de habitabilidad de nuestra gente. ¿En en levantar esa arquitectura no solamente participaron arquitectos
qué hemos contribuido para mejorar la construcción de vivienda extranjeros sino también profesionales ecuatorianos y algunas per-
de interés social? ¿Se han rescatado los sistemas tradicionales de sonas incluso sin título, como era el caso del señor Luque, dibujan-
construcción? ¿Se ha incentivado la autogestión, se ha orientado te de Mena Atlas que levantó no menos de cuarenta casas en este
positivamente ese esfuerzo? O es que el arquitecto simplemente ha sector.
trabajado sobre el tablero, dentro de los límites con que se nos ha El ochenta por ciento de estas construcciones prolongaban la
hecho el encargo. tradición constructiva artesanal: paredes portantes, logros espacia-
Samper hace veinte años dirigió en 13ogotá un proyecto au- les controlados pero generosos, dominio en el trabajo con la made-
togestionario de construcción de viviendas. No hizo ni planos ni ra, tanto en la estructura (techos, cubiertas) como en la decoración
proyectos. Simplemente se dedicó a coordinar, a potencializar la interior. Aprovechamiento de los zócalos no solo como cimenta-
capacidad de la gente, a canalizarla a través de una norma general ción sino como elemento importante de racllada. En la Mariscal se
de lógica y de técnica. El resullado fue más que satisfactorio. Ha- levanta esa arquitectura, que es el último vestigio de la integración
bía logrado demostrar que, en el fondo, todos somos arquitectos. verdadera entre la construcción y la anesanfa y que en los anos se--
Quienes salimos de la universidad simplemente más capacitados, tenta se intentó resucitar, pero ya sin ninguna rdaci(Hl l(rgica, por
especializados. En nuestro medio nos hace falta pensar en que el cuanto solamente se logró mezclar una artesanía verdadera con una
arquitecto puede ser el gran organizador, incluso de las invasiones, artesanía, si cabe el término, industrial: ensambles aseguradDs con
pero no concebidas en términos políticos sino estrictamente técni- pernos de fábrica, formalidades vaciadas de su sentido constructi-
cos. Yo siempre he reconocido y he proclamado que la capacidad vo, etc.
de autogestión que tienen los invasores, no tiene ninguna otra or- No cabe preguntar para quién se llil.ll esa arquitectura de la
ganización ni siquiera del Estado. He aquí otro recurso -la orga- Mariscal, sino quienes la hicieron: arquitectos y artesanos.
nización autogestionaria-, que debe hacer meditar al arquitecto, Este importante testimonio, sin embargo, se destruyó en la
pues está en capacidad de evitar los errores del principio antes de época petrolera. No se tuvo la sensibilidad de defenderlo como un
consolidarse, porque la construcción en estos sectores surge como conjunto sino cuando más como suma de casos aisladm".
precaria, pero adquiere al poco tiempo el carácter de permanente. Hablaba con tanta emoción conw si lwllkse tardado mucllo
Quito tiene una topografía generosa, gracias a la cual hemos esta oportunidad. La ciudad estalla frente a nosotros, ase.mejándu-
podido disimular, minimizar los grandes errores, mas, no podemos se a un inmenso cuerpo femenino, rccoslado a lo largo del valle
seguir alJusando de ello. Debemos rellexionar: el centro histórico que se conforma entre el Pichincha y el ltcllimllfa.
alberga esa arquitectura que pudo mantener un equilibrio entre lo Después de esta introducción, podíamos llalllar sobre su
construido y no construido. Esa experiencia se continuó incluso obra: Todavía es embrionaria -·<.lijo pese al eenlcnar de obras im-
hasta el barrio América. Este, en quince años, ha sido alterado ra- portantes al menos por la magnitud.
dicalmente. "Es embrionaria como para hablar de su pe:rsonalización.
También relacionada con El Ejido surgió la Mariscal, con Tiene influencias quizá excesivas de aruc~ra y escasas de aquí, por-
una disciplina en la trama urbana que también prolongaba la ante- que el conocimiento de nuestra realidad l1a sido posible solamente

154 155
con un gran esfuerzo personal, pues no existen trabajos teóricos ni nos de la influencia estrictamente visual de la información liviana
publicaciones. Observar la arquitectura vernácula, la nuestra, en la de las revistas y, por el contrario, predisponernos a pensar en un
costa, en la sierra, en el oriente, para comprenderla e ir recreando fundamento conceptual válido y positivo. Esto precisamente creo
los conceptos. Por ejemplo, cuando analicé la arquitectura repu- que de alguna manera lo he logrado. Mi obra no es el resultado
blicana de Quito, comprendí que lo importante era el anonimato, el de una actitud novelera o de último momento. No. Es una se-
ritmo, el tratamiento del interior, el manejo ¡Jc la luz y del espacio. cuencia que parte de los normales errores de inicio para llegar a
Mi obra, digo, no puede desprenderse de las influencias ex- realizaciones sensatas, con el desarrollo de conceptos nuevos en el
ternas. De Mies, el espacio. De Le Corbusier, el manejo de los ma- sentido de conciencia urbana, de manejo de espacios, de la proble-
teriales. De Wright, su arquitectura orgánica. Esta influencia co- mática social, aunque hayamos estado diseñando, muy a gustu, ar-
menzó a cuajarse en la facultad cuando hacíamos maquetas sobre quitectura suntuaria.
sus obras más destacadas. Posteriormente he asimilado a Khan, La expresión formal de nuestra obra, porque somos un equi-
Erikson, Pei y otros. Creo que al momento estoy viviendo un pe- po, tiene un fundamento que surge de la reflexión en nuestra ar-
ríodo de muchas influencias que luego se irán depurando, hasta quitectura: tendencia a usar preponderantemente el lleno antes
encontrar la dimensión de mi propia personalidad. que el vano, con el fin de ser, a nuestra manera, más expresivos,
Pero no quiero desconocer las influencias de algunos profe- más consistentes, porque también este concepto fundamentó nues-
sionales con quienes empecé mi profesión. De Luis Oleas, por su tra arquitectura.
admirable comprensión y manejo del espacio, más allá de su len- Esta, si no lo tuvo como concepto, lo plasmó como resultante
guaje formal acertado o no. De Wappenstein, por su sobrio trata- de las limitaciones técnicas, de los materiales, de la construcción.
miento del hormigón. Porque también las influencias y experien- Hacia afuera dosificaba la comunicación del interior, pero éste lo
cias de nuestro medio son importantes. Ni siquiera por mis viajes abría generosamente. Basta ver los patios del centro histórico.
y conocimiento de la arquitectura de muchos países he per¡lido la Esto hemos tratado de integrar a nuestro trabajo, como pre-
conciencia de que las cosas no se pueden transplantar mecánica- misas de diseño. Lo fácil habría sido entregarse a la arquitectura
mente. ¿Cómo trasladar la arquitectura de alta tecnología que aho- de vidrio. No lo hemos hecho porque no representaría la realillad
ra se está haciendo en la Gran Dretaña, si en nuestro país apenas se de nuestro país. En muchos edificios hemos logrado que la estruc-
están refinando los procesos constructivos? tura sea la protagonista del lenguaje formal: una reminiscencia de
Para que mi obra llegue a tener una expresión personal, pa- los muros soportantes, de la gran pared de la casa colonial o repu-
sará mucho tiempo. Incluso eso me cuestiono porque ya no vivi- blicana. Aquí, los otros elementos se hacen complementarios. No
mos la época del arquitecto "prima dona", sino del profesional protagonistas. Es que el paisaje de Quito te provoca la sensación
coordinador de un equipo, informado de cuanto sucede y se hace de solidez, de textura. ¿Por qué, entonces, no íbamos también a
en el mundo y, desde luego, sensible ante cuanto pasa en nuestro producirlo con nuestra arquitectura? Fue precisamente pensando
país. en el paisaje como abandonamos el cubo, pues ni el paisaje, ni la
Más que identif'icar inJ'luencias, identificar una expresión naturaleza, ni la misma vida responden a las controladas leyes del
propia, que no se limite a asimilar las formalidades sino que en paralelepípedo.
forma consciente haga una evaluación de lo que se ha hecho en el Quizá por todo esto, no me siento bien cuando se trata de
país a lo largo de su historia. Sería la única alternativa para librar- ubicarme dentro de un determinado ismo: racionalismo-dcscon-

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t ruct i vismo, modernismo-post modernismo, racionalismo-organicis- -se dijo- de que "se llaga un edificio que no sea un cajón más".
""'· Encasillamos dentro de un ismo llatlría equivalido a limitar- Quizá desde el punto de vista de la eficiencia era mejor levantar un
nos a nosotros mismos. Aspiro que esta ubicación la identifiquen cajón de vidrio y hormigón. Pero es que nosotros nos habíamos
quienes estudien u observen mi obra. propuesto otra cosa: plasmar nuestras inquietudes espaciales y de
En los veinte y dos años de práctica profesional formal, cada comunicación entre seres humanos que durante largo tiempo tra-
ano he tenido que ir superando el desconocimiento tecnológico bajan en el mismo sitio y dentro del mismo edificio y que, por lo
con el cual salí de la facultad. He consolidado mi criterio sobre lo tanto, deben disponer de un ambiente ameno, acogedor e incluso
que es arquitectura. Esto sobre la tlase de dos procesos: el de la con la posibilidad de integrar -interiorizar-· el paisaje gracias a la
información escrita y hablada y al hecho de viajar y observar inexistencia de cortinas.
cuanto se hace. No para compararme sino para analizar, criticar, Este es el últlmo hito para reconstruir nuestro proceso. Los
reflexionar. anteriores, representados por los edificios del Banco Popular, del
La resultante final es que he dado mucha importancia al ma- Azuay y del hotel Alameda Real, en cuanto a edificios.
nejo del espacio exterior, a la conformación urbana. Quizá a ello En realidad, el hotel fue la culminaci6n de tndo uu proceso
se deba el deseo de preferir, si fuera el caso, un proyecto de remo- de búsqueda. Tiene muchos defectos pero tamhi('lr muclras reali-
delación urbana integral que otro edificio. zaciones importantes. Con él logramos romper la nrorwtonía del
No hemos llecllo arquitectura de oropel, de impacto de ma- bloque, enriquecerlo casi con un lenguaje escultural, Clln una gran
teriales, llama ti va, sino consciente. Consciente de que nuestra eco- significación técnica y estructural.
nomía es de tercer mundo y, por lo tanto, que los edificios deben En arquitectura residencial -hemos hcclw poco , calle dcsta··
emplear la menor calllidad de recursos para obtener resultados óp- carel conjunto de viviendas "Jardín del Sur", donde, gracias a una
timos en todo sentido. Eso creo que logramos al hacer el edificio encuesta de confort, constatamos que las doscientas diez personas
para una de las transnacionales más grandes del mundo en nuestro viven contentas dentro de una superficie de sesenta metn>s cuadra-
país: la IBM. Estuvimos covencidos desde el principio de que la dos por familia. Creo que conceptualmente tuvimos bit<l. La ra-
sofisticada oferta de servicios de la informática podía albergarse en zón de ser de la arquitectura, su esencia, es el espacio Cll función
un edificio modesto, sin la exacerbación del material; pues habría de las necesidades del hombre. Es que así con><l no podemos ver
resultado ofensivo, contrario a nuestra realidad si nos comportába- las cosas tapándonos los ojos, tampoco podríamos apreciar la ar-
mos de diferente manera. quitectura sin apreciar el espacio".
Creo que este edificio se ha convertido en un hito dentro de
mi vida profesional: en un terreno amplio y sin mayores deman-
das, tuvimos libertad creativa absoluta. El proyecto fue cuestiona-
do por los arquitectos asesores norteamericanos de la IDM, porque
creían que las formas curvas resultaban más costosas y daban pro-
blemas para la ubicación de los muebles; además que, dada la pro-
porci<Ín y el tamaño del edificio, no se justificaba la presencia de
un atrio. Afortunadamente se llegó a comprender el proyecto gra-
cias a las características morfológicas de nuestra ciudad. Ya es hora

l<íS !59
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¡..'AMILIA TOLEDO-RIDDER
MORENO LOOR, Wilfrido Colección inicialmente consagrada a conmemorar la primera década de la
PAZOS, Julio Revista Cultura, se la ha ampliado de su límite inicial de doce volúmenes,
PUGA, Luis dada su gran acogida por parte del público lector. Incorporará temas sobre
RUSSO Y., Fernando las más variadas expresiones de la cultura nacional confiados a los más
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YELEZ, Rafael
WAPPENSTEIN, ()vidio Colección dirigida por Irving Iván Zapater

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Fernando Chaves
El hombre ecuatoriano y su cultura
11
Carlos Paladines
Sentido y trayectoria del pensamiento ecuatoriano
III
Nelson Estupifüín Bass
Desde un balcón volado
IV
Raúl Andradc
Claraboya
V
Alberto Rengifo
La narrativa de Alfredo Pareja Diezcanseco
VI
Galo René Pérez
Un escritor entre la gloria y las borrascas
(Vida de Juan Montalvo)

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Jaime Chaves Granja
Periodismo, pensamiento y libertad
VIII
Francisco Granizo Ribaclcncira
Muerte y caza de la madre
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IX
Augusto Sacoto Arias
Obras completas
X
Francisco Tobar García
Ebrio de eternidad
XI
Fileteo Samaniego
Los testimonios
XII
Francisco Miranda Ribadeneira
Pablo Muñoz Vega
Un humanismo eclesial para el hombre de hoy

XIII
María Jaramillo de Lubensky
Ecuatorianismos en la Literatura
XIV
Raúl Andrade
Viñetas del Mentidero
XV
HugoAlemán
Presencia del Pasado
XVI
Jorge Benavides Solís
La arquitectura del siglo XX en Quito

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