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Síntesis temática
La sesión N° 7 del seminario epistemología de las ciencias sociales, inicia con una
contextualización hecha por el profesor Luis Fernando Marín Ardila, sobre los
debates epistemológicos más importantes del siglo XX, los cuales se enmarcan en
lo que se puede denominar el occidente europeo y se caracterizan por la
multiplicidad de perspectivas.
En este contexto se dan los debates entre positivismo y hermenéutica, así como la
crítica de Karl Popper a los neopositivistas, en donde manifiesta que no existe la
separación entre ciencia y doxa (interpretación). De esta manera, Popper resulta
uno de los autores más influyentes del siglo XX en cuanto a la crítica que hace al
método inductivista y la interpretación de la historia de la ciencia como una lógica
de ensayo-error.
De ahí que los postulados de Popper hayan inspirado a autores tales como:
Thomas Kuhn, a Imre Lakatos, Pierre Bourdieu y en alguna medida a Immanuel
Wallerstein, en la medida en que se plantea la dialéctica entre saber e ignorancia;
como una forma alejada de la ideología del progreso de la ciencia moderna; que
propone una mayor apertura hacia el saber-ignorancia, como un constate volver y
revisar los acumulados de conocimiento y las perspectivas con las cuales se
construyeron esos acumulados.
Desde lectura que los expositores hacen, podemos destacar que la epistemología
del sur surge como una necesidad para la época de transición que estamos
viviendo, en la que el pensamiento científico está experimentado un momento de
ambigüedad y complejidad. Por lo que se hace indispensable dar respuestas a
preguntas simples, elementales e inelegibles tales como las que se planteó
Rousseau en el siglo XVIII y con las cuales se fundamenta la ciencia moderna.
Desde este punto de vista, se hace en principio una caracterización del paradigma
dominante. El cual se constituyó como modelo totalitario de racionalidad científica
que se distingue de otras formas de conocimiento que no asumen el modelo
metodológico y el carácter epistemológico legitimado por la ciencia moderna. Los
principios de este paradigma se basan en la separación constante entre naturaleza
y ser humano, como factor de objetividad que aspira a la formulación de leyes
universales.
Esto ha traído como consecuencia que las ciencias sociales hayan surgido y
desarrollado bajo estas miradas mecanicistas, que se traducen en la física social de
Comte y la fenomenología determinista que mantiene la separación hombre-
naturaleza, en este sentido, desde Soussa, los expositores llaman la atención sobre
esta segunda perspectiva; en tanto mantiene aún los fundamentos deterministas de
la ciencia moderna y su afán de convertir el conocimiento en un elemento utilitario,
es por esta razón, que se evidencia un contexto de crisis paradigmática y por ende
un periodo de revolución científica inevitable. Aunque el paradigma dominante aún
se encuentra vigente, ha mostrado condiciones teóricas y sociales que han
provocado su crisis y la necesaria aparición de un paradigma emergente.
Por otro lado, para comprender estas discusiones sobre un paradigma emergente
se hace una discusión interesante, por parte de los expositores, sobre las
representaciones de la ciencia; hacen una descripción del concepto de ceguera
propuesta por Soussa, donde se cuestiona la dificultad de identificar la ceguera
propia, por tanto tomar conciencia de esta ceguera implica la proposición de una
alternativa epistemológica coherente y que posibilite la emancipación.