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JUCIO MORAL

Es una facultad del alma que permite diferenciar entre el bien y el mal. Cuando se
pone en palabras, el juicio es una opinión o un dictamen.
La moral, por otra parte, está asociada las costumbres, valores, creencias y
normas de una persona o de un grupo social. La moral funciona como una guía
para actuar ya que distingue entre lo correcto y lo incorrecto.
Se conoce como juicio moral, por lo tanto, al acto mental que establece si una
cierta conducta o situación tiene contenido ético o, por el contrario, carece de
estos principios. El juicio moral se realiza a partir del sentido moral de cada
persona y responde a una serie de normas y reglas que se adquieren a lo largo de
la vida.

Formalmente se denomina como juicio moral a aquel acto mental que afirma o
niega el valor moral ante una situación determinada o un comportamiento del que
somos testigos, es decir, el juicio moral que se da como resultado se pronunciará
específicamente sobre la presencia o ausencia de ética en un hecho o actitud.
Los juicios morales son posibles gracias al sentido moral que cada ser humano
posee. Este sentido moral es el resultado de los esquemas, normas y reglas que
hemos ido adquiriendo y aprendiendo a lo largo de nuestra vida. A través de
nuestro juicio moral podremos establecer si una acción carece de principios éticos
o contraría a los mismos.
Juicio moral es un acto mental que permite diferenciar entre lo correcto o
incorrecto. Es una valoración que la persona realiza frente a una acción juzgando
si es buena o mala.
El juicio es la facultad de entendimiento que permite discernir y juzgar mientras
que la moral es relativa a las conductas de las personas desde el punto de vista
de la bondad o maldad, es por ello que el juicio moral es la aptitud de cada
persona para afirmar o negar el valor moral de una situación determinada.
El interés por el comportamiento ético y el desarrollo moral de las personas se
manifiesta de manera creciente en diversos ámbitos de la esfera social. Entre
ellos, se ha resaltado con mucha frecuencia el carácter moral de la educación y la
necesidad de que las instituciones escolares promuevan más eficazmente la
educación moral o la formación de determinados valores en los alumnos de todos
los niveles educativos. En general, en la acción educativa se ha puesto mayor
atención al desarrollo moral y a la formación de valores de los estudiantes.
La conciencia moral, corno juez de nuestros actos, sólo puede darse cuando éstos
son actos humanos voluntarios, o sea los actos en los que ha intervenido la
libertad de acción. No puede haber un juicio de conciencia cuando los actos
efectuados han sido obligados por una autoridad o por una acción coercitiva de
agentes extraños a nosotros mismos. Se podría poner con ejemplo la acción de un
soldado en tiempo de guerra En la actividad profesional a veces se toman
decisiones por obligación o por seguir esquemas o sistemas preestablecidos, que
muy poca libertad de acción dejan al sujeto, en estos casos la conciencia moral
quedara un tanto suprimida.
Ahora bien, como resultado del juicio de valor que efectúa la conciencia moral
sobre los actos del propio individuo, se conduce lo siguiente:
*A un sentimiento de culpa
*A un remordimiento
*A un arrepentimiento.
En este campo intervienen una serie de elementos a los cuales se les ha dado en
llamar PUENTES DE LA MORALIDAD, que constituyen la conformidad o
disconformidad con la recta razón que dirige al acto humano.
Continuamente emitimos juicios sobre el comportamiento y los actos de los
demás. Con frecuencia, nos convertimos en jueces de los demás, y nos
pronunciamos sobre la honestidad o la deshonestidad del comportamiento ajeno.
En otras ocasiones intentamos dar razones que convenzan a las personas que
nos rodean de que nuestros actos han tenido que realizarse así y no de otra
manera.
Se puede afirmar que los juicios morales son posibles por el Sentido Moral. Es el
conjunto de esquemas, normas y reglas que hemos adquirido a través de nuestra
educación, familia y medio ambiente, y que mantenemos en el momento de emitir
un juicio moral, si revisamos nuestra propia historia individual, podremos recordar,
con facilidad, lo que a lo largo de ella se nos ha trasmitido, un conjunto de reglas o
normas morales, pautas de conducta. ¿Pero quién nos las ha trasmitido?. En
primer lugar, nuestra familia, luego, las instituciones educativas en las que hemos
estado, también la propia sociedad en la que vivimos y de la que dependemos.
Se nos ha dicho continuamente lo que es bueno y lo que es malo, o, lo que,
nuestros educadores consideraban bueno o malo, ante este aprendizaje y, ante
esas normas de conducta hemos podido tener tres actitudes:
**Rechazo
**Indiferencia
**Aceptación.
Rechazo, cuando la norma o normas que se nos han trasmitido no nos han
convencido y, tras un razonamiento y una crítica, hemos decidido olvidarlas,
rechazo también, cuando por cansancio o saturación hemos, sin más, prescindido
de ellas. Rechazo, también, cuando las hemos sustituido por otras.
Indiferencia, cuando la norma o regla no nos dice nada, y volvemos la espalda a
su contenido. No es un rechazo efectivo, pero tampoco una aceptación
consciente.
Aceptación, cuando esa norma o normas, constituyen lo que podríamos llamar
nuestro equipaje moral. El conjunto de reglas que hemos mantenido, conservado,
con las que crecemos, caminamos por la vida y que constituyen lo que en un
principio hemos llamado sentido moral
El juicio moral es el acto mental que afirma o niega el valor moral frente a una
situación o comportamiento. Por medio del juicio moral se pretende la búsqueda
de la verdad.
El desarrollo del juicio moral supone un apoyo educativo explícito, en mi opinión
personal de acuerdo a todo el entorno al que hayamos sido expuestos desde
nuestro nacimiento hará una base en nuestro juicio moral nosotros decidimos las
actitudes a tomar de acuerdo a lo que nosotros pensamos lo que es bueno y lo
que es malo, a hacer un análisis detallado de nuestro entorno y ciertas
circunstancias y eso nos conlleva a adoptar tres tipos de actitudes: Rechazo,
indiferencia y aceptación.
Bueno una vez que nosotros hemos adoptado una actitud, nuestra conciencia se
pronuncia sobre la base de esos actos y tenemos consigo tres consecuencia a
nuestros actos: Un sentimiento de culpa, un remordimiento, un arrepentimiento.

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