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Leyendo algunas de las obras del filósofo Byung Chul Han encontramos que este
autor ,que se puede afirmar es participe del pensamiento crítico, tiene como uno de
sus fundamentos teóricos la concepción posmarxista, aquella que considera que
la obra de Marx ha sido superada por la realidad social y que por tanto muchos de
sus componentes teóricos deben ser dejados de lado o reinterpretados para
ajustarlos a la nueva sociedad capitalista caracterizada por la globalización
neoliberal y la revolución digital. En este sentido su concepción de explotación sin
dominación política o económica, su idea de fin de la lucha de clases por la
desintegración de estas formas organizativas y su transformación en simple
aglomeración de individuos sin coherencia o proyecto común - el enjambre digital-,
al igual que la nueva alienación de que hoy somos víctimas, son reflexiones que
conviene observar con detenimiento para saber si realmente el marxismo hoy no
tendría mucho que decirnos sobre la forma en que se organiza nuestra sociedad. El
presente artículo pretende entonces analizar estas ideas ya que nos subyace la
duda de si realmente la concepción posmarxista de Chul Han puede ser tomada
como referente para interpretar nuestra realidad latinoamericana.
Ahora bien, iniciaremos con la idea de que hoy es posible una explotación sin
dominación política o económica, idea ligada al fin de las clases sociales y el
surgimiento de una sociedad atomizada -el enjambre-. Para desarrollar esta idea
Han parte de la Critica a la concepción de multitud de Hardt y Negri - que la
conciben como “composición de todos aquellos que trabajan bajo el dominio del
capital y , en consecuencia ,potencialmente como la clase que se resiste al dominio
del capital” (Chul Han, 2014,p. 31) -.Para él esta aglomeración de individuos no es
una clase potencialmente revolucionaria , pues no es una clase social explotada ya
que para Han simplemente en el capitalismo actual se han disuelto las clases
sociales - explotados (proletarios) y explotadores(burgueses ) -puesto que “hoy
cada uno se explota a sí mismo y se figura que vive en libertad. El actual sujeto del
rendimiento es actor y victima a la vez .En el capitalismo actual es posible una
explotación sin dominación” (2014, p. 31).Esta idea la redondea Han cuando afirma
que en nuestros días la libertad de hacer de nuestra vida un proyecto nos coacciona,
nos obliga a optimizarnos constantemente y autoexplotarnos. (2014,p. 76).
Vemos entonces que para Han la explotación social hoy no es ejecutada o
adelantada por alguna clase social sobre otra, no hay un grupo social que coaccione
a otro gracias a su control del aparato productivo y estatal, sino que en la actualidad
nos explotamos a nosotros mismos porque queremos rendir y optimizarnos
constantemente. Esta autoexplotación es lo que Han denomina imperativo de
rendimiento.
Analizando el anterior argumento podemos afirmar que esta Hipótesis es discutible
ya que realmente no es posible imaginarse una explotación sin dominación. De
hecho ya el mismo Han al describir el cambio del paradigma de dominación
biopolítico al psicopolítico – caracterizado por el control del pensamiento y
conductas humanas gracias al establecimiento de modelos de conducta basados
en los datos que dejamos en la red (2014,p. 108) – describe a este último como
totalitario porque permite programación y control psicopolíticos de las masas. Ahora
bien, si realmente existe un nuevo sistema de control surge la pregunta ¿Quién
estará detrás de este nuevo sistema de dominación?, después de todo no se puede
concebir un nuevo sistema de dominación, sin reflexionar sobre los sujetos y
agentes concretos que se benefician con su fomento y ejecución.
Al respecto, y para hacernos una idea clara sobre quiénes son los principales
beneficiados del actual sistema capitalista, no podemos dejar de señalar que según
los estudios más avanzados sobre el asunto de la distribución de la riqueza (los
adelantados por Thomas Piketty):
La reflexión anterior también nos lleva a pensar que si existen clases o grupos
dominantes deben existir clases sociales subalternas dominadas y explotadas, las
cuales están lejos de ser correctamente descritas por medio del concepto multitud.
La concepción de multitud – que critica Han por etérea y que lo conduce a sus
errores teóricos sobre la situación de las clases sociales - surgió en el contexto de
una Europa que tuvo éxito en domesticar el conflicto social – la lucha de clases -
gracias al Estado de Bienestar. Una Europa que asimiló la ideología neoliberal y
que vio desaparecer muchos de los antiguos puestos de trabajo industriales por la
desindustrialización de la economía y el surgimiento de nuevos trabajos en la
economía de servicios y digital. En este contexto el proletariado clásico y su
combatividad se esfumaron y algunos intelectuales consideraron necesario llenar
el escenario con un nuevo actor social para la transformación social .Al respecto
Hardt Y Negri hablaron de la multitud como nueva clase social potencialmente
revolucionaria del imperio global. Sin embargo - como apunta Atilio Boron - el
mismo Hardt reconoce que este es un concepto poético que apunta a una realidad
pero no la describe del todo, lo cual la hace sociológicamente vacía, ya que en la
multitud se subsumirían una gran cantidad de singularidades que tienen en común
el hecho de que nutren y desarrollan sus proyectos constitutivos y que buscan la
liberación del trabajo vivo. Descripción muy gaseosa que borra de un plumazo a
los agentes reales de la sociedad - campesinos, asalariados, desempleados,
terratenientes, especuladores financieros, trabajadores cuenta propia,
industriales,..etc. - : las clase sociales, y que omite sus contradicciones (Boron,
2002, p. 118) que sabemos surgen de la explotación en la actividad productiva
debido a la posesión desigual de los medios de producción y el control de los
capitalistas sobre el proceso productivo.
Para culminar , otro punto a analizar sobre los aspectos posmarxistas en la obra de
Han es su idea de que ha desaparecido la alienación en sentido marxista, la cual
se caracterizaba por el hecho de que el trabajador se relacionaba con el producto
de su trabajo y con la actividad productiva como si estos le fueran extraños, se le
impusieran y lo desrrealizaran o empobrecieran en vez de realizarlo y ayudarlo a
humanizar –situación que desde el análisis marxista es resultado de la propiedad
privada de los medios de producción -.Según Han “vivimos en una época
posmarxista” (Chul Han,2017,p.64).La explotación, el explotador, desaparecen
puesto que ahora el individuo es quien se explota así mismo : “ la autorrealización
y autooptimización”, la libertad, son elementos fundamentales en que se apoya la
explotación en el neoliberalismo. Los sujetos de rendimiento se explotan ellos
mismos. (2017,p. 64).Pero hay más, como la libertad nos esclaviza y no existe
explotador, la revolución se vuelve imposible y carece de sentido.
En nuestra época según Han surge un nuevo tipo de alienación ya no producida por
la explotación en el mundo del trabajo, sino por la autoexplotación - auto alienación
-de los individuos que consideran constantemente que deben ser más funcionales
y que deben optimizarse constantemente (2017,p. 65).Estos individuos se matan
trabajando y de esta forma se sienten realizados, así aparece el proceso bornout,
o síndrome del trabajador quemado.
Como vemos la concepción de Han de la nueva alienación aporta una mirada fresca
–Pero no revolucionaria en el sentido de que sea capaz de reemplazar la
concepción de alienación marxista -sobre este tema en una sociedad cada vez más
desindustrializada y en la cual los servicios y las tecnologías digitales son
hegemónicos dentro de los procesos productivos. Un sistema capitalista neoliberal
que ha reforzado la opresión hasta el punto en el cual los trabajadores mismos se
autoexplotan, figurándose que se están realizando, es un gran logro para las clases
dominantes. Sin embargo esta nueva concepción no significa que se haya superado
realmente la situación básica que genera la alienación, a saber, la falta de control
sobre el proceso productivo. De hecho lo que esta revela es que la rapidez y
deslocalización de este proceso ha obligado a los trabajadores a adaptarse al nuevo
modelo de explotación, aunque no sean conscientes de esta situación. El meollo del
asunto sigue siendo cómo controlamos el proceso productivo y evitamos que este y
sus mercancías nos controle a nosotros.
De otro lado, tomando en cuenta algunas críticas sobre la idea de una nueva forma
de alienación que reemplaza a la concepción marxista, es necesario plantear que
las características de la alienación actual, la cual se camufla bajo una falsa
libertad de los trabajadores y sujetos en general, que conlleva a que se
autoexploten y que amen las cadenas, es una tendencia de largo plazo del
capitalismo contemporáneo previamente analizada por algunos integrantes de la
escuela crítica a mediados del siglo XX. En este sentido encontramos que Erich
Fromm escribió su obra clásica “el miedo a la libertad” sobre la base de la
identificación de una tendencia alienante descubierta en la Alemania nazi de la
primera mitad del siglo XX. Esta tendencia era la siguiente:
Boron Atilio. (2002). Imperio e imperialismo, una lectura crítica de un libro de Michel
Hardt y Antonio Negri .La Habana: Fondo editorial casa de las Américas.
Chul Han Byung. (2017).La expulsión de lo distinto. Barcelona: Herder editorial.
_____________. (2014).En el Enjambre. Barcelona: Herder editorial.
Fromm Erich.(2008). El miedo a la libertad. Barcelona: Paidós.
Marcuse Herbert. (1981).El hombre unidimensional. Barcelona: Editorial Ariel.
Piketty Thomas. (2014). El capital en el siglo XXI. Bogotá: Fondo de cultura
económica.