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Ocnos: Revista de Estudios sobre Lectura

ISSN: 1885-446X
cepli@uclm.es
Universidad de Castilla-La Mancha
España

Servén Díez, Carmen


Canon literario, educación y escritura femenina
Ocnos: Revista de Estudios sobre Lectura, núm. 4, 2008, pp. 7-19
Universidad de Castilla-La Mancha
Cuenca, España

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=259119718001

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SERVÉN DÍEZ, C ARMEN
“Canon literario, educación y escritura Canon literario, educación
femenina”, en Revista OCNOS nº 4,
2008, p. 7-20. ISSN 1885-446X.
y escritura femenina*

Carmen Servén Díez


Universidad Autónoma de Madrid

PALABRAS CLAVE: RESUMEN: ABSTRACT:


Género, materiales didácticos, La escasa presencia de mujeres en el canon The limited presence of women in the literary
educación literaria, crítica feminista literario habitualmente manejado se deriva de canon that is usually consulted derives from a
determinadas condiciones socio-históricas. La ense- variety of specific socio-historical conditions. The
ñanza de la Historia de la Literatura no consiste en teaching and learning of The History of Literature
repetir y transmitir una construcción heredada, sino does not only consist on the repetition and
KEYWORDS: en ajustar un repertorio de autores para inducir en transmission of an inherited construction, but
Gender, pedagogic materials, literary nuestros estudiantes la curiosidad lectora y propo- in adjusting a repertoire of authors that would
education, feminist critics nerles distintas versiones del mundo y de lo huma- contribute to awake in the students a curiosity
no. La especial posición de las mujeres escritoras en for reading, and, at the same time, that would
el pasado, su peculiar forma de intervención en el promote different versions of the world as well as
diálogo social y en el mundo artístico, forman parte of the human condition. The particular position of
de las experiencias creativas a lo largo de la historia women writers in the past, and their peculiar ways
y deben ser objeto de revisión en clase, si queremos of intervention, both into de social dialogue, and in
lograr una educación plural y una visión cabal de the artistic sphere, have shaped all sort of creative
los hechos literarios. Necesitamos materiales didác- experiences along History, and therefore, they
ticos adecuados a esta nueva perspectiva. must be revised and studied into the classroom.
Only by these means we would obtain both a plural
education, and, a fair vision of the literary facts. We
need new pedagogic materials.

La Literatura aparece como conjunto de su libro “¿Qué es la literatura y qué


textual difícilmente defi nible en una importa lo que sea?” (J. Culler 2000:
primera aproximación. “Literatura, 29); y Harold Bloom todavía es más
noción imprecisa”, titula Ricardo reacio a toda defi nición de la Litera-
Senabre el apartado correspondiente a tura, puesto que explica: “si no eres
la determinación ontológica de la lite- capaz de reconocerla cuando la lees,
ratura en un manual muy difundido nadie puede ayudarte a conocerla o a
y explica: “cualquier historia litera- amarla más” (Bloom 1995: 527).
ria al uso recoge obras dispares cuyo Desde luego, lo que en la actualidad
denominador común se nos antoja llamamos en Occidente “Literatura”
inexistente” (Senabre 1994: 149). Esta –usando un rótulo ambiguo y una
reticencia frente a la caracterización demarcación conceptual fluctuante–,
defi nitiva y simple de lo literario es se ha venido escribiendo y guardando
compartida por otros estudiosos: las a lo largo de más de veinticinco siglos,
defi niciones esencialistas han resul- pero el sentido actual de la palabra data
tado a la postre sujetas a la contingen- poco más o menos de 1800, puesto que
cia histórica, así que los investigado- anteriormente se aplicaba a escritos
res actualmente dedicados a la teoría de conocimiento erudito en general.
de la literatura procuran evitarlas y Como quiera que sea, hoy entendemos
*
Fecha de recepción: 10/12/2007 desplazar la cuestión. J. Culler incluso que son literarios un conjunto de tex-
Fecha de aceptación: 12/02/2008 se pregunta en uno de los apartados tos que han superado ciertos procesos
de selección: han sido difundidos y detentadores del gusto pero que ejercen
reseñados repetida y esforzadamente su trabajo sin baremos objetivos. nº 4. 2008
por destacados agentes culturales, y Como señala Wendell V. Harris ([1991]
llegan hasta el público avalados por los 1998: 37 y ss.), hay que descartar la
especialistas. O lo que es lo mismo: en la idea de que el canon literario responde
comunicación literaria, el principio de a criterios de evaluación objetivos y 8
cooperación entre emisor y receptor está atemporales. Toda valoración de un
“hiperprotegido” (Culler 2000: 38). texto literario es, en realidad, un juicio
Precisamente, la Filología nace para sobre lo bien que el texto en cuestión
proteger y perpetuar un conjunto de satisface las necesidades cambiantes de
obras consideradas nucleares en la cul- los individuos y las sociedades, explica
tura, obras de permanente interés que este investigador siguiendo a Bárbara
pueden o no coincidir con los títulos Herrnstein Smith. Y está comprobado
más leídos en un momento dado de la que “los profesores tienden a enseñar
historia. De ahí la noción de canon lite- lo que les han enseñado, lo que es fácil
rario, que ha adquirido hoy una impor- de encontrar editado, aquello sobre lo
tancia radical y una enorme difusión. que existen ensayos interesantes y sobre
El canon literario “es una lista o elenco lo que ellos mismos están escribiendo”
de obras consideradas valiosas y dignas (Harris [1991] 1998: 48).
por ello de ser estudiadas y comenta- En conclusión: varios factores inte-
das”, según define Sullá (1998: 11.). Ello ractúan para determinar cuánto interés
presupone que no todas las obras son puede suscitar un texto y por cuánto
bastante buenas para ser recordadas y tiempo; pero el recurso a un repertorio
serán relegadas al olvido; que el con- común de textos que todos consideramos
junto de obras dignas de memoria cons- importantes tiene una serie de ventajas:
tituye un espejo cultural e ideológico de nos provee de modelos, se identifica
la identidad propia (local, nacional u como herencia cultural colectiva y posi-
occidental); y que esa lista de textos es bilita la creación de marcos de referen-
el resultado de un proceso de selección cia comunes (Harris [1991]1998: 50-52).
en el que han intervenido instituciones El estudio institucional de la literatura a
públicas y minorías dirigentes cultura- la vista de un canon, si bien infunde la
les y políticas. sospecha de que los poderes fácticos han
El proceso de selección se nos apa- intervenido en la elaboración del reper-
rece hoy como actividad sujeta a las torio de textos estudiados, permite la
subjetividades de los distintos agentes existencia de una comunidad interpre-
culturales que intervienen en él, subje- tativa y por tanto de una cierta cohesión
tividades que se hallan condicionadas socio-cultural de la colectividad.
por las normas, criterios y cosmovisión Hasta hace muy poco, el canon tradi-
de un momento histórico concreto en cional así definido ha sido aceptado por
que esos agentes viven. El gusto de los parte de todos cuantos se acercaban a
lectores es veleidoso y se revela depen- la literatura; pero en los tiempos más
diente de las experiencias discentes de recientes, desde la segunda mitad del
esos lectores, de las ofertas de textos siglo XX, se ha modificado radicalmente
que resultan accesibles en cada época, la actitud pasiva de los receptores ante
de los juicios de los eruditos y críticos los grandes monumentos culturales, y la
que jamás son unánimes...etcétera. La práctica interpretativa, sobre todo en las
ausencia de unas marcas identificables universidades, ha desplegado toda una
y constantes en todo texto literario com- batería de preguntas sobre qué sea un
plica la selección, que es por tanto fruto texto literario, cómo leer y consecuen-
de unos evaluadores reconocidos como temente cómo contar la Historia de la
Literatura (Zavala 1999: 27-8). No sólo la naje femenino y las relaciones entre
crítica feminista, sino también los estu- los sexos de un modo que refleja y con-
nº 4. 2008
dios culturales nacidos en Norteamérica tribuye a la vez a la ideología sexista
y otras disciplinas, han contribuido (aspecto éste de las obras clásicas que
la tradición crítica mantuvo en silen-
a tratar de “descolonizar el canon del
9 patriarcado” (Zavala: ídem), de re-escri-
cio durante generaciones) (Robinson
1998: 117).
bir la Historia de la Literatura. Y, por último, conviene atender a
Las teorías contemporáneas han ayu- Jonathan Culler, que señala las muy
dado a desmitificar y desenmascarar importantes consecuencias que tiene la
los usos ideológicos subyacentes en los enseñanza de la literatura en la forma-
análisis tradicionales. Uno de sus obje- ción de la personalidad y avisa:
tivos es señalar la no-objetividad sobre Existen distintas maneras de con-
la que se funda el tradicional intento tar la crisis, pero todas cuentan casi
de identificar sólo ciertos textos, y sólo lo mismo: había una vez un canon de
ciertas interpretaciones autorizadas de grandes monumentos culturales, un
los mismos, como memoria del pasado y consenso sobre qué debía enseñarse
como vía de conservación de una identi- y un grupo de profesores dedicado a la
dad colectiva mantenida. Actualmente, transmisión de ese material y de ciertos
valores morales que se consideraban
desde la crítica literaria, procuramos
implícitos en los textos. Entonces, por
interrogar a un texto de forma menos alguna razón, quizá un rechazo general
“normalizada”; no se trata sólo de leer de la autoridad, un montón de teorías
un monumento, sino de preguntarse de moda o la ambición personal, que
por qué es canónico, qué formas de vida llevó a centrar el interés de algunos
y pensamiento proyecta, cómo y quién profesores en ocupaciones cada vez
los potencia y hacia dónde se prolongan más limitadas y especializadas, todo
o reproducen (Zavala: 29 y ss.). cambió, y si no se para a tiempo, si
A lo largo de las últimas décadas, no vuelven las aguas a su cauce, si no
diversos estudiosos han mostrado su eliminamos la podredumbre o hace-
mos algo como lo exige la metáfora del
insatisfacción con el repertorio habi-
declive, el resultado será la especia-
tualmente manejado de escritores lización esotérica de un profesorado
canónicos; por ejemplo, ciertos estu- atomizado, el caos en la universidad y
diosos afroamericanos insisten en la ignorancia y la imbecilidad moral de
evidenciar las ausencias que pueden los estudiantes (Culler 1998: 141).
atribuirse a cuestiones raciales en el Hoy el canon es, por tanto, objeto de
canon comúnmente manejado por sus debate. Puesto que la obra literaria es
compatriotas.Del mismo modo, la crí- creación verbal, el pensamiento que se
tica feminista procura poner el acento expresa es en ella inseparable del len-
en la desatención a las escritoras, imá- guaje que usa y que es portador de los
genes y sensibilidad femeninas; así, valores propios de la sociedad que lo
Lilian S. Robinson explica: genera. Así, la obra literaria presenta
Desde hace más de una década, las una función estética, una función gno-
estudiosas feministas han llamado la seológica –puesto que constituye una
atención sobre el abandono, en apa- forma de conocimiento y comprensión
riencia sistemático, de la experiencia
de la realidad– y una función axiológica
de las mujeres en el canon literario,
–porque nos trasmite un sistema de
abandono que se manifiesta en la lec-
tura distorsionada de las pocas escri- valores. De este modo, la literatura se
toras reconocidas y en la exclusión de ha convertido en transmisora de unos
las otras. Además, según el discurso, modelos de feminidad, de acuerdo
los autores mascu linos, predominan- con las pautas de la ideología de donde
tes en el canon, nos muestran al perso- emerge; y contribuye a la permanencia
de ciertos valores por medio de obras 48, 55 y 63). No es que la literatura pueda
maestras en virtud del poder educativo ser vehículo de valores, es que siempre nº 4. 2008
del arte (Calvo 1984: 12 y ss.). propone ciertos valores, cierta forma de
La Historia muestra que procedemos concebir y evaluar lo humano; la lectura
de una cultura sexista, de una cultura en literaria es una experiencia axiológica
que lo femenino se subordina a lo mas- y al profesor de Literatura corresponde 10
culino, porque se identifican respecti- orientar esa experiencia.
vamente con deficiencia y excelencia. La El profesor de Literatura en la Educa-
identidad personal está subordinada a ción Secundaria es un agente cultural
los imperativos de género, si entendemos de efecto decisivo en los gustos, aficio-
por “género” “el valor y la significación nes y conocimientos de gran parte de
atribuida al sexo por la sociedad” (Jagoe la población. Su labor está ligada a la
y Enríquez 1998: 16). Y hemos de anotar lectura y evaluación de los clásicos que
que es la cultura y no la naturaleza la que va a realizar a lo largo de toda su vida esa
configura los roles de hombres y muje- población, y debe propiciar la re-acti-
res, que son variables a lo largo de la vación de formas y contenidos de esos
Historia pese al determinismo biológico textos, la apropiación y asimilación de
que muchos han querido advertir en la esos mensajes, y la reinterpretación,
atribución de un destino exclusivamente personal y actualizada, de los mismos.
doméstico al género femenino. De esa forma, los nuevos españoles
Nuestro patrimonio cultural en asimilan y proyectan significados y
general y literario en particular, que valores sobre la generación siguiente.
llega hasta nosotros desde siglos remo- Y nótese que la permanente reflexión
tos, es portador de una determinada acerca de nuestro pasado cultural nos
concepción de lo humano, que incluye revela no sólo el imaginario social de
subrepresentaciones y estereotipos nuestros predecesores, sino además la
ligados a prejuicios de género. Preci- configuración del nuestro, de nuestra
samente, evidenciar los sesgos sexistas manera de soñar y nuestra posición
de nuestro pasado cultural, reflexio- frente a la realidad. Un texto no es sólo
nar sobre su efecto en las conciencias un objeto estético o un artefacto lin-
de los lectores, es imprescindible para güístico, sino también una muestra de
contribuir a erradicar esos prejuicios. los anhelos y las dificultades humanas.
Poner de manifiesto los parámetros En este sentido, a nosotros los profe-
sociales que sirven de contexto a la sores se nos hace evidente la necesidad
obra, no puede sino contribuir a la de re-descubrir la literatura en el siglo
mejor comprensión de la misma y a XXI desde una perspectiva acorde con
establecer con ella una relación serena nuestras coordenadas socio-culturales.
desde nuestras coordenadas actuales. No basta manejar los textos hispánicos
La Literatura es uno más entre los desde interpretaciones respaldadas
discursos sociales; y así, la lectura nos por la tradición académica, sino que es
configura como sujetos e individuos necesario re-estructurar permanen-
participantes de experiencias colectivas; temente las relaciones del individuo
pero es que además la lectura nos ayuda a lector no especializado con esos textos
construir el contenido de nuestras expe- que forman parte de su patrimonio cul-
riencias valorativas. Un texto literario es tural. Precisamente, de esa pretensión
un agente importante en la transmisión de reestructuración permanente parten
de la cultura; en definitiva, nos propone las distintas corrientes críticas femi-
imágenes, identidades e identificacio- nistas, que procuran poner el acento en
nes, mediante las cuales configuramos la consideración de la mujer como sujeto
nuestras vidas y actitudes (Zavala 1999: literario y no como mero objeto de repre-
sentación, visibilizar al sujeto femenino Los padres que quisieran gozar de
en la elaboración del canon y ofrecer una hijos sabios y que tengan habilidad
nº 4. 2008
perspectiva integradora de la mujer en el para letras han de procurar que naz-
estudio de la creatividad humana. can varones, porque las hembras, por
razón de la frialdad o humedad de
11 El canon literario español y la
su sexo, no pueden alcanzar ingenio
profundo. Sólo vemos que hablan
historia de las mujeres con alguna apariencia de habilidad
En lo que respecta a la literatura euro- en materias livianas o fáciles… Pero
pea, conviene recordar que en la Edad metidas en letras, no pueden apren-
Media tuvo gran importancia la trans- der más que un poco de latín, y esto
misión de saberes de forma oral, ya que por ser obra de memoria. De la cual
la mayor parte de la población era ágrafa. rudeza no tienen ellas la culpa; sino
Cuando en el siglo XV la palabra escrita, que la frialdad y humidad que las
hizo hembras, esas mismas calidades
y poco después impresa, se convierten en
hemos probado atrás que contradicen
cauces de comunicación importantes, se el ingenio y la habilidad.
transforman los mecanismos de emisión La mala reputación del intelecto feme-
y recepción. La sociedad tradicional, nino, justificada por distintos procedi-
hermética y fuertemente jerarquizada, mientos, se prolongará hasta principios
ve sus saberes expuestos y accesibles a del siglo XX; así por ejemplo, en el XIX,
la exégesis o a la crítica, con la consi- las teorías “científicas” contribuyeron
guiente renovación del orden simbó- a confirmar la inferioridad intelectual
lico y social. En este proceso, la mujer femenina: fueron muy difundidas y
común queda preferentemente relegada aceptadas las teorías de France Gall
a una cultura oral, fuera del control de (1758-1828), que ligaban la configura-
los saberes profundos en que se apoya el ción y volumen del cráneo con las facul-
sistema, y reducida a formas de expre- tades mentales, y por lo tanto asignaban
sión folklóricas y populares, exenta a la mujer menor capacidad cognitiva
de todo viso de autoridad. Triunfa que al varón.
socialmente el estereotipo de la mujer En consonancia con todo lo antedicho,
callada y sumisa (la mujer propugnada se marcaban, hasta la pasada centuria,
desde las páginas de La perfecta casada, fuertes diferencias en los roles asigna-
de Fray Luis de León, por ejemplo) y se dos social y culturalmente a cada sexo,
abomina en general de la mujer que es decir, la tradición construía estereo-
pretenda apropiarse de conocimientos tipos privativos de género: los hombres
y autoridad. Unos textos del poeta Car- se destinaban a la vida pública, a la
vajales y de Huarte de San Juan citados representación del núcleo familiar o
por Blas Sánchez Dueñas contribuirán colectivo en el exterior, y ostentaban la
a ilustrar lo que venimos explicando: autoridad máxima; las mujeres habían
el poeta Carvajales, en el Cancionero de de recluirse en el interior del hogar, cui-
Stúñiga (V. fol. 138 v.), recomendaba: dar a la familia y someterse sin discusión
Amad, amadores, mujer que non sabe, a la autoridad del padre de familia. De
a quien toda cosa paresca ser nueva,
ahí que a las mujeres se reservara una
que cuanto más sabe mujer menos vale,
según por exemplo lo hemos de Eva,
educación limitada casi exclusivamente
que luego, comiendo el fruto de vida, a la economía doméstica, que ellas se
rompiendo el velo de rica ignorancia, atrevieran casi exclusivamente a cultivar
supo su mal y su gloria perdida. géneros cuasi-privados, como las cartas
Guardaos de mujer que ha plática y o los diarios, y que sólo osaran difundir
sciencia. sus escritos previa autorización de algún
Por su parte, Huarte de San Juan varón, sea éste el propio confesor o bien
(1977: 331) proclamaba con ironía: un reconocido intelectual.
Pocas mujeres decimonónicas se lan- pletamente al margen de las condiciones
zaron a atacar frontalmente el estado socio-políticas y económicas que pro- nº 4. 2008
general de opinión, como Concepción mueven unas ciertas formas de vida y
Arenal, que en su libro La mujer del de percepción de la realidad. Los defen-
porvenir [1868] procuró desmontar los sores a ultranza del canon tradicional,
argumentos de Gall; la mayoría fueron como Bloom, procuran dejar sentado el 12
menos osadas y optaron por no romper hecho de que el canon ha de ser selectivo
con el discurso dominante en su época: por definición:
son las llamadas “escritoras virtuosas”, El canon occidental, a pesar del idea-
que usaron diversas tácticas para publi- lismo ilimitado de aquellos que que-
car sus escritos. Y alguna hubo que rrían abrirlo, existe precisamente con
el fin de imponer límites, de establecer
decidió, ya en el último tercio del siglo
un patrón de medida que no es en abso-
XIX, no sólo seguir su vocación literaria
luto político o moral (Bloom 1995: 45).
abiertamente, sino vivir de ella, aunque Todos los cánones, incluyendo los
tal cosa pareciera entonces un propósito contracánones tan de moda hay en día,
varonil: Emilia Pardo Bazán explica a son elitistas, y como ningún canon
Benito Pérez Galdós por carta, está nunca cerrado, la tan cacareada
… me he propuesto vivir exclusiva- ‘apertura del canon’ es una operación
mente del trabajo literario, sin recibir bastante redundante. Aunque los
nada de mis padres, puesto que si me cánones, al igual que todas las listas
emancipo en cierto modo de la tutela y catálogos, tienen tendencia a ser
paterna, debo justificar mi emancipa- inclusivos más que exclusivos, hemos
ción no siendo en nada dependiente; llegado al punto en que toda una vida
y este propósito, del todo varonil, de lectura y relectura apenas nos per-
reclama en mí fuerza y tranquilidad. Si mite recorrer todo el canon occidental
pensase en este dualismo mío interior, (Bloom 1995: 47-48).
no cumpliría mis compromisos edito- Ciertamente, bastante extenso es el
riales, porque dormiría mal, estaría canon occidental, y aún el español, para
rendida al día siguiente y adiós pro- colmar toda una vida de lecturas; pero mi
ducción y adiós 15 cuartillas diarias. propósito no es promover la ampliación
Lo dicho, esta especie de transposición
del canon hasta el punto de que éste se
del estado de mujer al de hombre es
cada día más acentuada en mí, y por
disuelva y se pierda. Más que ejecutar
eso no tengo tanta zozobra moral como operaciones de canonización o de amplia-
en otro caso tendría. De los dos órde- ción del canon –que considero por otra
nes de virtudes que se exigen al género parte sujeto a permanente revisión– lo
humano, elijo las del varón…y en paz que pretendo ahora es consignar que la
(cit. Simón Palmer 2001: 64-65). escasa presencia de mujeres en el canon
A lo largo de toda la Historia de la Lite- deriva de determinadas condiciones
ratura española, pocas mujeres escrito- socio-históricas y tiene como origen una
ras antes de 1940 tuvieron tanto arrojo. específica posición de la mujer frente a la
Aparte de que ellas no podían acudir creación literaria. El profesorado experto
solas a ateneos, universidades, tertulias no puede ignorar ni la una ni las otras.
de café o círculos culturales en general,
y comportarse como lo hacían los varo- La educación literaria integradora
nes. Hasta el siglo XX las mujeres tenían de la perspectiva de género
que recurrir a maniobras diversas para Frente a las notorias ausencias y los
recabar respaldo u opinión sobre un sesgos sexistas que caracterizan al canon
manuscrito propio, como ha mostrado tradicional, la crítica feminista ha pro-
Carmen Simón Palmer. curado cuestionar y completar el canon
Así, es difícil sostener hoy que las así como facilitar lecturas inéditas de los
valoraciones estéticas se producen com- textos. Lilian S. Robinson indicaba:
El desafío feminista, aunque per manecen en esa misma cultura
intrínsecamente polémico (y, en con independencia de cuá les sean los
nº 4. 2008
mi opinión, de modo estimulante), libros que decidamos hacerles leer.
no ha sido simplemente un ataque De vez en cuando podemos pensar
reiterado, sino una serie de alterna- en, por lo menos, algunos de nues-
13 tivas sugeridas a la militancia y a las
actitudes predominantemente mas-
tros estudiantes como tabulae rasae,
pero si eso fuera cierto nuestra labor
culinas del canon aceptado […] Una sería mucho más sencilla y, sin duda,
vez presentado este estado de cosas, diferente. Las humanidades en la
se abren dos caminos posibles para la universidad no pueden simplemente
crítica feminista: poner el acento en proporcionar una cultura, sino que
lecturas alternativas de la tradición, es necesario que lleven a cabo una
lecturas que reinterpreten el carác- crítica cultural (Culler 1998: 150).
ter, las motivaciones y las acciones Es decir: no podemos seguir compor-
que identifican y desafían la ideolo- tándonos como meros transmisores de
gía sexista; o concentrarse en con- cultura; de hecho, los estudiantes están
seguir la aceptación de la literatura inmersos en formas culturales proce-
escrita por mujeres en el canon. Las
dentes de los medios de comunicación
dos líneas de trabajo se cultivan en la
actua lidad, aunque, en la medida en de masas; y más que ofrecerles otras
que la crítica feminista se ha defi- muestras de cultura, hemos de ense-
nido a sí misma como un campo de ñarles a hacer una crítica cultural.
los estudios litera rios (por lo tanto, De acuerdo con esta premisa, las cla-
distinta de una aproximación o un ses de literatura deben evitar conver-
método), ha tendido a concentrarse tirse en un lento desgranar de nombres
en la escritura femenina (Robinson y textos heredados acompañados de
1998: 117-119). interpretaciones también heredadas:
Por tanto, la crítica especializada ha hemos de redescubrir autores y tex-
trabajado en varias líneas para pro- tos desde nuestra sensibilidad actual.
curar paliar los efectos de la ideología Lo que implica una renovación, entre
patriarcal tradicional en los estudios otros aspectos, en lo que se refiere a la
literarios. La necesidad de releer a los igualdad de género: se han de proyectar
clásicos desde las inquietudes y nece- sobre nuestras clases las aportaciones
sidades vivas de la sociedad actual, de la crítica feminista universitaria,
se ha hecho evidente también a otros que ha penetrado ya en la Enseñanza
teóricos de la Literatura interesados en Superior española. Esa renovación ha
la educación; J. Culler explicaba que la de abarcar al menos dos vertientes: se
misión de la enseñanza de las Huma- ha de actuar sobre el canon literario
nidades no es transmitir una serie de que aplicamos a la docencia y se ha de
textos y valores heredados, sino mos- procurar una reflexión sobre estereoti-
trarlos junto con un ofrecimiento de pos culturales de género vertidos en la
los hábitos del pensamiento crítico: no literatura.
se trata de inculcar lo sabido, sino de En lo que respecta a la primera ver-
ofrecer los medios que conocemos para tiente, recordemos que la historia de la
ir más lejos. De hecho, literatura es una construcción heredada
Una cultura común como la que que recoge los prejuicios sexistas de
tenemos estará basada, inevitable-
tiempos pasados. Si cada generación la
mente, en los medios de comunica-
ción, especialmente en las películas reescribe desde una perspectiva acorde
y la televisión. El punto que me inte- con su época, es necesario recuperar
resa destacar es que los estudiantes para la nuestra la experiencia creativa
ya se encuentran inmersos en una de las mujeres. Hemos de ajustar nues-
cultura cuando llegan a las univer- tro repertorio de textos leídos en clase
sidades, y que, hasta cierto punto, a las expectativas propias de una edu-
cación para la igualdad de género. Por la didáctica de la literatura consiste en
tanto, no nos resignaremos a una simple alimentar la curiosidad del lector, toda nº 4. 2008
mención accidental de las escritoras clase de curiosidades tangenciales, para
más relevantes en nuestra literatura empujarlo hacia diversos tipos de texto.
–desde Santa Teresa de Jesús a Emilia Precisamente, poner de manifiesto la
Pardo Bazán– sino que junto a ese escaso existencia de los elementos sexistas que 14
puñado de mujeres geniales procura- operan dentro y/o fuera de los textos
remos atender la disposición textual y contribuye a iluminar el sentido de esos
simbólica que se advierte en los textos textos, su oportunidad mayor o menor
de mujeres menos conocidas pero indu- al ser ofrecidos al público coetáneo, la
dablemente interesantes, mujeres que relación que establecen con las insti-
han optado por mantener cierta actitud, tuciones del entramado social pasado y
de forma permanente o no, frente a los presente… En suma: la posición de un
esquemas estructurales, frente a los texto frente a la condición social feme-
patrones socio-literarios imperantes. nina y los prejuicios de género es por
Hay que dar cuenta de sus opciones muchas razones pertinente.
creativas, de sus orígenes y sus efectos, Además el texto literario que pre-
si queremos ofrecer una perspectiva tendemos enseñar es, por definición,
plural sobre la experiencia artística. En un enunciado vivo. Y las palabras de
este sentido, conviene consultar fuentes Mijail Bajtin (1991: 94) al respecto no
críticas y editoriales que puedan ayu- dejan lugar a dudas: es portavoz de una
darnos a ofrecer una perspectiva más conciencia ideológico-social en diálogo
abarcadora y fiel a nuestros estudiantes. con otras:
Un enunciado vivo, aparecido cons-
En lo relativo a la segunda vertiente,
cientemente en un momento histórico
no se ha de olvidar cuál es el objetivo de determinado, en un medio social
nuestras enseñanzas a los niños y ado- determinado, no puede dejar de tocar
lescentes. Si el fin de la enseñanza de la miles de hilos dialógicos vivos, tejidos
literatura en ámbitos no especializados alrededor del objeto de ese enunciado
es, como quiere Miguel Ángel Garrido, por la conciencia ideológico-social;
la inducción a la curiosidad lectora, no no puede dejar de participar activa-
podemos olvidar que “una verdadera mente en el diálogo social. Porque
tal enunciado surge del diálogo como
clase de literatura debería ser un her-
su réplica y continuación, y no puede
videro de cuestiones lingüísticas, fi lo- abordar el objeto proviniendo de nin-
sóficas, históricas, geográficas, éticas guna otra parte.
y religiosas” (Garrido 2000: 377). El De forma que, para captar la com-
profesor no puede limitarse a mantener plejidad semántica de los textos, es
una actitud funcionarial de reproduc- necesario ofrecer alguna referencia al
ción de fórmulas y críticas aprendidas diálogo social en el que emergen, lo que
en torno a los textos; su misión como exige, entre otros requisitos, prestar
mediador es descubrir al estudiante atención también a la existencia de las
el placer de la literatura y la función diferencias de género y a sus efectos en
axiológica de ésta. La polémica sobre el cuadro general. Las clases de Litera-
la condición social de la mujer, sobre tura han de dar cuenta del problemático
su identidad peculiar, sobre los rasgos papel que la tradición ha asignado a las
y capacidades que le son inherentes, mujeres en tanto que sujetos y obje-
forma parte de las cuestiones que inte- tos literarios. Cada texto trae el eco de
resan a todo aprendiz de humanidades, otras voces que recupera o con las que
a todo aprendiz de lector. La cuestión se enfrenta; pues bien, muchas veces
es tangencial, como tantas otras, en la hallaremos que precisamente la con-
didáctica de la literatura; pero es que frontación con un texto femenino, sea
éste último reconocido como canónico o tas coordenadas sociotemporales. El
nº 4. 2008 no, contribuirá a arrojar nueva luz sobre enfrentamiento exclusivamente for-
las palabras y posiciones ideológico- mal con los monumentos culturales, y
sociales que estamos estudiando: hasta la exigencia de respeto ciego para los
el siglo XIX al menos, la mujer es un out- mismos, hoy se muestran fórmulas
15 sider en lo que a ejercicio de las letras incapaces de encauzar las inquietudes
respecta, y su posición por consiguiente mayoritarias de los adolescentes hacia
aporta un ángulo específico y altamente su progreso cognitivo. La Literatura se
interesante al hecho literario. Por otra ha de presentar ligada a la vida, como
parte, dar cumplida cuenta del diálogo un instrumento de vida; el éxtasis ante
textual a nuestros estudiantes implica las formas en un arte que entrevera
explicar en qué forma participaron las tan inextricablemente lenguaje, pen-
mujeres en el mismo, qué imagen asig- samiento y realidad, corresponde sólo
naban los textos a las mujeres, cómo se a lectores excepcionales o a un estadio
forjan y mantienen los estereotipos de superior de madurez y conocimiento.
género, por qué perduran… En lo que respecta al área de Lengua
La pretensión de considerar el y Literatura los profesores intentamos
canon ajeno a toda contaminación avanzar en la animación a la lectura y
ideológica y suponerlo fundado exclu- en la educación literaria. Procuramos
sivamente en criterios estéticos puros dedicarnos no a una repetición ado-
(Bloom 1995: 32) no puede sostenerse, cenada de fórmulas y datos, sino a una
mal que les pese a sus más acérrimos verdadera introducción al placer de la
defensores. Admito, desde luego, que lectura, a adiestrar a los alumnos en
ese canon tiene que ser selectivo y una instrumentalización de la misma
que no puede resistir inclusiones tan como fuente de saber, y a facilitar
numerosas que acabe disolviéndose una contextualización cuidadosa de
en la nada: resulta más nítido cuanto los documentos literarios. Pues bien:
más restringido. Lo que sugiero, sim- los confl ictos que plantea la creati-
plemente, es que se ha de evitar que vidad literaria desde la perspectiva
el estudiante termine su educación femenina –confl ictos mencionados
Secundaria pensando que a lo largo en los textos de diversas escritoras– ,
de la Historia las mujeres fueron el peso de las prescripciones sociales
siempre ágrafas, iletradas o incapa- a la hora de fijar la intervención cul-
ces para la literatura por naturaleza. tural de las mujeres en cada periodo
No se trata de reemplazar a Cervan- histórico –prescripciones que son un
tes por Pilar Sinués y a Lope de Vega secreto a voces, comentado en escritos
por Ana Caro. Se trata de ofrecer una de diverso carácter– y la reticencia de
mejor comprensión del hecho litera- las autoridades críticas y de los deten-
rio, una fiel aproximación histórica a tadores del gusto frente a la mujer que
la literatura en los cursos de la ESO y escribe a lo largo de ciertas etapas,
de Bachillerato que deban ceñirse al han de formar parte de nuestras cla-
punto de vista historiográfico en sus ses. Los textos literarios no sólo sirven
programas, y un acercamiento teórico para mostrar tal o cual uso correcto de
actualizado cuando se haya de prepa- los adjetivos o de los verbos; son docu-
rar a los alumnos en la comprensión mentos humanos vivos y como tales
de la actividad literaria. No pretendo deben ser presentados.
lastrar el aprendizaje con más datos, No se trata de cargar con más nom-
sino presentar la literatura como bres propios –nombres de mujer– la
arte vivo, cuya institucionalización memoria de los estudiantes; se trata
se vincula indefectiblemente a cier- de integrar en las clases lo relativo a
la participación femenina en la cons- Necesidad de materiales
trucción del imaginario cultural, sus didácticos de apoyo nº 4. 2008
formas de intervención, sus dificul- Por lo tanto, pese a que el currículo
tades específicas como género, sus explícito no parece exigirlo puesto que se
resultados. El contexto, las inquietu- limita a la mención de unos pocos nom-
des y la poética de cualquier periodo bres de autoridades literarias masculi- 16
no pueden ser ofrecidos al alumno nas y se concentra en pedir el reconoci-
sin contar en absoluto con la mitad miento de las principales características
del género humano que habita ese estilísticas de cada periodo, el profesor
momento histórico. Es indefectible de literatura debe reclamar y reunir una
que semejante bloqueo de los datos serie de materiales textuales y teóricos
concernientes a la realidad cultu- que doten de sentido a sus clases, que
ral desemboque en la perplejidad o las liguen a la formación personal y a la
los malos entendidos por parte del educación en valores de sus estudiantes.
alumno: ¿las mujeres son por natura- Entre esos materiales que ha de allegar,
leza incapaces en el terreno literario? un lugar destacado corresponde a los
¿ellas vivían absolutamente al margen relativos a estudios históricos y litera-
de las inquietudes literarias? rios atentos a la perspectiva de género.
Lo que propongo es un estudio con- Hoy existen magníficos repertorios
textualizado de autores y contenidos, de escritoras y de textos femeninos
unas explicaciones en clase sobre la correspondientes a periodos históricos
forja del canon y las limitaciones inhe- concretos, y conjuntos panorámicos
rentes a ese proceso, y la aportación que consignan las aportaciones de las
por parte del docente de una serie de mujeres a lo largo de toda la Historia
datos históricos que contribuirán a de España. Me refiero, por ejemplo, al
esclarecer frente a los estudiantes la manual de escritoras del siglo XIX de
intervención de las mujeres en el hecho María del Carmen Simón Palmer, o al
literario, sus formas de participación, catálogo de dramaturgas de la Litera-
la proyección de la realidad social sobre tura española dirigido por Juan Antonio
ellas y las limitaciones que acotan la Hormigón. Existen además completísi-
actividad femenina. mos catálogos de autoras españolas de
El alumno no debe terminar su Educa- todos los tiempos, como el preparado
ción Secundaria pensando que la Litera- por María del Carmen Simón Palmer
tura es cosa de hombres desde siempre y en microfichas. También contamos con
para siempre. Ni que la Literatura es un excelentes antologías de textos escritos
puñado de textos que sirven para despe- por mujeres en lengua española a lo
jar dudas lingüísticas y como modelos largo de la Historia, como la publicada
de construcción formal exclusivamente. por Ana Caballé en cuatro volúmenes.
Pese a las dificultades que entraña defi- Pero toda esta documentación resulta
nir lo literario, deben adquirir nociones más útil al profesor universitario que
sobre lo que en la literatura hay de ins- al de Instituto de Bachillerato, puesto
titucionalización, de repertorios azaro- que exige un nivel en los receptores
sos, subjetivos e interesados, de condi- que difícilmente se hará asequible al
cionamientos sociales en la dedicación alumno de Enseñanza Secundaria, aun-
escritora, de prescripciones de género que podrá llevarse directamente a clase
en la actividad literaria. Hacer visible y en la Enseñanza Superior. Así, conviene
comprensible la peculiar participación contar con materiales sensibles a las
de los sujetos femeninos en el hecho cuestiones de género, pero adaptados a
literario debe formar parte de nuestros los imperativos didácticos de los alum-
programas. nos de niveles inferiores o medios.
Se dirá que ya existen los libros de sus explicaciones (vid. Nieves Martín
nº 4. 2008 texto y que apenas se pueden abarcar Rogero, en ídem); la mujer aparece como
esos libros en el curso de literatura del referente conceptual en los distintos
nivel de que se trate. Es cierto; pero manuales, siempre y casi exclusivamente
quizá hay que pensar en un libro de como elemento marginal y supeditado a
17 texto cuyo uso sea menos doctrinal o las obras de los autores: bien porque se
memorístico y más consultivo, y, desde alude a ellas como objetos de represen-
luego, en un manual que se acuerde de tación en los poemas, las novelas o las
pensar en los estereotipos de género, y obras de teatro, bien porque se mencio-
en las mujeres como objetos y sujetos nan como esposas, o como musas, bien
literarios. Es necesario, por tanto, un porque se nombran como personajes
reajuste en la perspectiva de los libros de las distintas obras de los autores que
de texto. se estudian (v. Concepción Bados, en
De hecho, un equipo formado por pro- ídem). La mujer como agente cultural
fesores de la Universidad Autónoma de activo, las peculiares limitaciones que
Madrid y de la Universidad de Córdoba, la condición femenina determina en la
llevó a cabo recientemente un proyecto escritora, la actitud feminista o proto-
de investigación financiado por el Ins- feminista de las autoras…son invaria-
tituto de la Mujer del Ministerio de blemente olvidados. El equipo autor de
Asuntos Sociales y titulado Hacia una la investigación redactó, por tanto, un
enseñanza de la literatura integradora del puñado de recordatorios para los edito-
sujeto femenino: durante los dos últimos res y el profesorado en torno al tema que
años los miembros del equipo revisaron nos ocupa; actualmente está en prensa
los libros de texto de ESO y Bachillerato y se ofrecerá pronto a los profesionales
(de seis editoriales de amplia difusión), interesados.
sacaron conclusiones y redactaron Pocos documentos articulados y útiles
después una serie de recomendaciones para el profesor de Secundaria tene-
destinadas a profesores y editores de mos de momento en el terreno que nos
libros de Literatura para Enseñanza ocupa. Y entre ellos, es de destacar una
Secundaria. Pues bien: es curioso cons- pionera antología de textos de María
tatar que entre manuales analizados, los Ángeles Rodríguez Iglesias, pese a que
investigadores hallaron casi idéntica y no proporciona guías didácticas para
constante omisión de referencias a los abordar cada fragmento; el equipo antes
condicionamientos de género, las auto- aludido de investigadores de la Univer-
ras y las polémicas que podían explicar sidad Autónoma de Madrid ha publi-
la actual construcción cultural de lo cado1 recientemente un librito en que se
que llamamos Historia de la Literatura. recogen una serie de textos de todos los
Además, eminentes defensoras de la tiempos relativos a la mujer y acompa-
mujer, como doña Emilia Pardo Bazán, ñados tanto de una introducción como
son aludidas en los manuales como de unas sugerencias didácticas. Iglesias,
introductoras del Naturalismo, o por así como Servén y su equipo, son útiles
otros méritos, pero no en su calidad de en el aula. Y existe también un estudio-
adalides femeninos (vid. María Victo- repertorio de escritoras españolas fir-
1
Esta publicación es el documento ria Sotomayor en Memoria final de Hacia mado por Cristina Ruiz Guerrero, que
final resultado de un proyecto de una enseñanza de la literatura integradora sigue los pasos de Margarita Nelken y
investigación que previamente se llevó del sujeto femenino); los temas destina- Pilar Oñate; pero nótese que este pano-
a cabo y fue financiado por el Instituto dos a dar cuenta, no de un episodio de rama general de Ruiz Guerrero, expe-
de la Mujer. El título de ese proyecto
fue: “Transversalidad y Literatura en la
la Historia de la Literatura, sino de la rimentada profesora de instituto, es
ESO: selección de materiales didácticos índole del hecho literario, tampoco sue- un libro de apoyo para el docente más
sobre sexismo y violencia de género”. len emplear textos de mujer para apoyar que un documento destinado expresa-
mente al estudiante. Poco más hay que ciente de la necesidad de contar con tales
sea directamente útil para la clase de materiales. Sin embargo, el mercado nº 4. 2008
literatura en Educación Secundaria. editorial apenas ha comenzado a aten-
Sin embargo, los profesionales están der esta necesidad. Existen multitud de
alertas: en noviembre de 2007, la Socie- documentos superespecializados que
dad Española de Didáctica de la Lengua abordan cuestiones de crítica y teoría 18
y la Literatura ha celebrado un congreso de la literatura desde una perspectiva
sobre cuestiones de género en Baeza, bajo de género, y que se aplican con éxito a
los auspicios de la Universidad de Jaén. lo largo de los estudios universitarios.
En ese congreso se han contemplado Pero hasta los materiales destinados a
intervenciones relativas a cuatro núcleos los estudios y educación literaria de los
de contenido: “Lenguaje, sexismo y edu- adolescentes españoles, optan todavía
cación”, “Materiales curriculares para la por trabajar al margen de la perspectiva
igualdad”, “Crítica literaria e identidad de género.
femenina” y “La perspectiva de género En suma: los profesores son hoy
en la didáctica de la literatura”. Así, las conscientes de que están procurando
dos vertientes mencionadas más arriba una “educación para la igualdad”, que
– la atención a la mujer como sujeto o se dirigen a futuros ciudadanos y ciu-
agente literario, y el estudio de la mujer dadanas en pleno ejercicio de sus dere-
como objeto de representación en la chos; no se pretende incrementar la
Literatura– merecen en la actualidad bibliografía a consultar por el profesor
debates y trabajos de los profesores. ni la carga memorística del alumno; se
Como se ve, los especialistas caminan pretende lograr una familiaridad con
hacia una integración de las considera- nuestro patrimonio cultural literario
ciones de género en la didáctica de la len- desde las preguntas y perspectivas a
gua y la literatura. Y reclaman materia- que nos conduce nuestra vida actual.
les nuevos y adaptados a nuestro tiempo: Necesitamos contar con propuestas
repertorios de textos breves que mues- didácticas y con materiales de apoyo que
tren la evolución histórica de la ideología visibilicen la intervención femenina en
de sexo/género y su transmisión litera- el hecho literario, y que se dirijan tam-
ria; repertorios de textos de distintas bién a mostrar o discutir las capacidades
épocas que hacen el elogio/vituperio de y condiciones creativas de las mujeres a
la mujer; o que proponen/rechazan dis- lo largo de la historia, puesto que es una
tintos estereotipos femeninos; y textos perspectiva historicista la que prima en
que comuniquen la experiencia creativa los últimos cursos de la ESO y durante
de las mujeres. Pero además, se ha de el Bachillerato. La Historia de la Litera-
poner al servicio del profesor material tura no puede convertirse en un cadáver
adecuado para elaborar sus introduc- cristalizado de viejos considerandos;
ciones histórico-teóricas a los textos ha de ser un cuerpo vivo, en perpetuo
atendiendo a las cuestiones de género. Y movimiento, ceñido a la actualidad de
es imprescindible evidenciar recursos nuestro punto de vista.
y tópicos característicos en torno a la Sirva este trabajo como llamamiento
discriminación de género en distintas para modificar la perspectiva docente
etapas y conjuntos textuales. En este sobre la Literatura; no es sólo que
ámbito de estudios la aportación de la hemos de procurar una educación y
crítica feminista será de mucha ayuda. una competencia lectora para nuestros
A través de los cursos y seminarios estudiantes: es que la gran literatura
sobre enseñanza para la igualdad en que no es un cadáver exquisito, ni ha de ser
he participado, he podido percibir que ofrecida como tal; son textos vivos y hay
el profesorado es perfectamente cons- que mostrar cómo se mueven.
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nº 4. 2008
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