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EL PARTIDO DE GOBIERNO

Hace cuatro años, tras la contundente victoria de la Nueva Mayoría en las urnas,
definimos que Renovación Nacional buscaría ser el protagonista del más
inmediato retorno de la centroderecha a La Moneda, a través de un proyecto
político convocante, abierto, con principios y valores comunes claros,
respetuoso de la diversidad y centrado en la clase media y sus aspiraciones.

Dijimos que nos impulsaría la vocación de mayoría, la búsqueda de acuerdos y


la aspiración de obtener el apoyo de millones de chilenos que nunca antes
habían depositado su confianza en nosotros, cerrándole la puerta
definitivamente a la perjudicial estrategia de la trinchera, que por décadas
protagonizó nuestro sector.

Como pocas veces en nuestra historia, en RN volvimos a sentirnos orgullosos


de ser un partido mestizo, como lo definió una crónica del Huffington Post en
su edición española, que es capaz de reconocer sus diversos orígenes, beber de
ellos, valorarlos y disponerse a avanzar en conjunto con la sociedad chilena
hacia sus desafíos presentes y futuros.

En estos años, esa fue la clave: supimos conectar e interpretar a la ciudadanía,


a la clase media. Lo hicimos en base a trabajo, a estar en la calle y guiarnos por
el sentido común a la hora de proponer estrategias y resolver dificultades.
Ahora, es el momento de cristalizar ese apoyo en políticas públicas concretas.

Ad portas de asumir nuevamente el Gobierno de la mano del Presidente


Sebastián Piñera, y con Chile Vamos -aquella coalición que imaginamos en
medio de una de las mayores crisis de la historia reciente de la derecha- como
una realidad, nuevamente es necesario fijar una hoja de ruta para RN, que nos
señale las claves que nos ayudarán no sólo a desarrollar un trabajo exitoso a la
cabeza del país en los próximos cuatro años, sino que además nos permita darle
una continuidad en futuras elecciones.

Debemos hacerlo no por un afán vacío de mantenernos en el poder a como dé


lugar, sino con la convicción profunda de que es el para qué lo más relevante.
Para RN, ese para qué está enraizado en nuestros principios y nuestra
permanente búsqueda de construir un país más libre, justo, próspero y solidario.

Por todo esto, como directiva de Renovación Nacional, queremos invitarlos al


análisis, presentándoles tres claves para conseguir nuestro objetivo.

I. El Mandato y la confianza de los chilenos.

Como partido, hemos recibido un categórico mandato ciudadano. El


contundente triunfo en las elecciones parlamentaria y de cores, junto al éxito
obtenido en las pasadas municipales, nos han convertido en el partido más
grande de Chile, entregándonos la enorme responsabilidad de cumplir con las
expectativas que la ciudadanía ha depositado en nuestras manos.

Además, la amplia victoria de nuestro Presidente electo, Sebastián Piñera, da


cuenta de un respaldo no sólo de chilenos que tradicionalmente se han
identificado con la centroderecha, sino también –tal como aspirábamos hace
algunos años- de compatriotas que tienen posiciones más al centro del escenario
político.

En ese sentido, esta victoria es diferente a la obtenida en 2009. En el triunfo de


la Coalición por el Cambio hubo un marcado componente de alternancia en el
poder y de la necesidad de abrir puertas y ventanas. Hoy, en cambio, una parte
importante del electorado de centro o independientes optaron por nuestra
propuesta programática, porque sus preferencias se vieron mejor representadas
por Sebastián Piñera y nuestra plataforma.

En definitiva, la ciudadanía nos apoyó porque nuestro proyecto político era


claro, honesto y contundente. Ese realineamiento electoral debe ser consolidado
con nuestra colaboración activa, en nuestro rol de partido de gobierno.

Ahora bien, las preferencias de los chilenos no están escritas en piedra.


Debemos trabajar duro para conservar y mantener esa adhesión obtenida en
diciembre. A diferencia de la Nueva Mayoría, que creyó que la victoria de
Michelle Bachelet en 2013 era una carta blanca para llevar la retroexcavadora
al corazón de La Moneda, nosotros creemos que este mandato ciudadano es
precisamente un llamado a construir puentes, acuerdos y consensos entre
chilenos que piensan distinto, pero que quieren lo mejor para nuestra patria.
Lo anterior plantea una enorme responsabilidad para nuestro partido y nuestros
parlamentarios. Debemos ser capaces de recoger ese mandato de manera amplia
y generosa, con respeto y tolerancia por la diversidad de las personas que nos
dieron su confianza. Y no hay dudas en que RN y sus parlamentarios están en
una posición privilegiada para representar fielmente esa aspiración de la
ciudadanía.

II. Articular acuerdos.

Renovar permanentemente la confianza de los chilenos en nuestro proyecto


impone a nuestros parlamentarios una enorme responsabilidad: contribuir al
éxito de nuestro gobierno de forma activa.

Como coalición, quedamos ad portas de una mayoría legislativa en la Cámara


de Diputados. En ese sentido, nuestros senadores y diputados deberán ser
capaces de dialogar y gestar acuerdos con legisladores de otras tiendas para
sacar adelante nuestra agenda parlamentaria. Pero además, deberán jugar un rol
político activo en sus respectivas comisiones y en cada una de las instancias en
que participen a partir de sus respectivas áreas de competencia.

A diferencia de los parlamentarios de la Nueva Mayoría, que permanentemente


se enteraban “por la prensa” de la agenda del gobierno, nosotros debemos ser
proactivos y asumir liderazgo en llevar adelante la agenda legislativa en
colaboración y coordinación con el gobierno.

III. La disciplina como punto de partida.

Un partido político exitoso debe ser capaz de actuar con unidad y cohesión en
las votaciones en sala. Esa es, sin duda, una de las tareas más complejas, básicas
y fundamentales para una bancada de legisladores… Pero no es suficiente.

La disciplina que esperamos tengan nuestros representantes en el futuro


gobierno supera la de la observancia de los acuerdos partidarios, porque los
compromete a jugarse por entero por la aprobación de esos proyectos en el
debate público y en la búsqueda de los respaldos necesarios, aún extra partido
o extra coalición, para el éxito legislativo de esas iniciativas.
No basta con marcar el botón verde, amarillo o rojo en las votaciones del
Congreso, como ha señalado el acuerdo colectivo. El compromiso debe ser aún
mayor.

Puertas afuera del Congreso, también debemos propiciar el diálogo con la


ciudadanía, con los trabajadores, con los pequeños empresarios, con las
organizaciones vecinales y con todos aquellos grupos de la sociedad civil que
busquen aportar para mejorar la calidad de vida de los chilenos, para hacer
realidad los Tiempos Mejores y devolverle la dignidad a muchas familias que
hoy sufren por la pobreza, el abandono, la falta de trabajo u oportunidades o la
inseguridad.

Existen experiencias recientes que muestran lo difícil que es gobernar en


minoría, como le ocurre a Pedro Pablo Kuczynski, en Perú. Pero de igual forma,
existen otros casos, como el del gobierno de Mauricio Macri, en Argentina, que
demuestra que es posible construir una plataforma política unida y cohesionada
que permite avanzar en reformas, a pesar de no contar con mayoría en la
asamblea.

Un partido de gobierno unido, cohesionado y activo es fundamental. A eso


aspiramos en Renovación Nacional.

EN SUMA, sin un partido de gobierno cohesionado y proactivo no lograremos


avanzar en la agenda legislativa que haga realidad los ´Tiempos Mejores´.

La posición electoral mayoritaria que cuenta RN hoy le otorga un papel


protagónico en lo que viene. Nuestro contingente parlamentario refleja muy
bien a ese Chile republicano y diverso, así como el sentido común que hoy
demanda el país, para conducir avances sustanciales que mejoren la calidad de
vida de sus ciudadanos.

Cristián Monckeberg Bruner


Presidente
Renovación Nacional
Enero de 2018

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