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Introducción
Saussure define a la semiología como la ciencia que estudia los signos dentro de la sociedad, dentro de ella se ubica la
lingüística. Esta última se ocupa del lenguaje y por eso puede ser considerada una ciencia autónoma. Para lograrlo,
necesita primeramente un objeto de estudio (Problema epistemológico). Estos objetos no existen de antemano en la
ciencia, sino que este son creados y definidos por el punto de vista del investigador. De esta manera, el objeto de
estudio surge como una construcción formal del investigador.
Según el punto de vista particular, el lenguaje será un objeto distinto. En él se separa habla y lengua (Esta es la
primera dicotomía). El lenguaje se caracteriza por ser heteróclito, es la capacidad de identificar. El habla es individual,
inclasificable por lo que no puede ser objeto de estudio. En cambio, la lengua se define como objeto de la lingüística
porque es un sistema de signos; es convencional y social. La lengua es forma y no sustancia. Se habla de sistema
porque está formado por una cantidad de unidades finitas contenidas en un en el (El sistema contiene y determina a los
signos).
El signo es una la unión de significado y significante. El primero tiene que ver con los sentidos e idea, son ideas
mentales que representan al objeto. El significante, por su parte, se relaciona con el sonido (Imagen acústica), obedece
a las formas.
La unidad del signo está determinada por su significado y significante y solo existe dentro del sistema que es lo que le
da valor. El signo es arbitrario, esto surge en la relación entre significado y significante. Es una convención. La
excepción podría hallarse en las onomatopeyas y las interjecciones que pueden tener alguna relación.
Es un estudio sincrónico porque toma a la lengua como sistema en el “estado de lengua”. En el análisis diacrónico se
podría analizar la relación de signos pero la variable temporal puede provocar alteraciones. La lengua cambia a lo
largo del tiempo, pero los periodos son largos, esto permite realizar ambos análisis.
La sociedad como ente abstracto impone la lengua.
Para Peirce, en cambio, no es la lengua el modelo de análisis, sino que es parte de un sistema mayor junto con el
razonamiento y el pensamiento. El lenguaje es resultado de un fenómeno anterior, en el que las cosas que se nombran
son signos que desencadenan mecanismos de razonamiento, algo esta en lugar de otra cosa, tiene un nombre el cual es
interpretado por un tercero.
También piensa la semiótica en otro lugar, la coloca cercana a la lógica dentro de su clasificación de ciencias.
Sobre la significación, Peirce tiene una visión pragmática en la que los signos determinan acciones y conductas, y
ellas son las que importan. El significado se extrae externamente del signo.
Capitulo 2
Peirce se interesa en la filosofía y dentro de ella en la lógica. Propone pensar una teoría lo suficientemente amplia que
explique la existencia del universo y la experiencia humana de estar en el universo. Refiere a los conceptos de
experiencia, realidad, lenguaje, pensamiento.
Pragmatismo
Ya en 1872, presento un pragmatismo donde el significado de las concepciones se refiere a la experiencia futura. El
conocimiento de la cosa que existe todo el tiempo, existe solo en virtud de que cuando una cierta ocasión llega, una
idea cierta aparecerá en la mente. “Para desarrollar el significado de un pensamiento tenemos que determinar
simplemente todos los hábitos que produce, una cosa significa los hábitos que comporta”. Los signos existen por los
efectos que provoquen.
Peirce entiende que si los signos existen por aquello que provocan, también existen los objetos. Nada existe si no
provoca efectos, y también hay una relación entre lo real y el lenguaje ya que este es lo que existe.
El mundo y las categorías de Peirce
Según Peirce el hombre conoce al mundo por la experiencia, y este proceso de conocer al mundo es análogo al
proceso de generación del universo. Cuando un ser humano adquiere experiencia del mundo, lo primero es la
potencialidad, luego la vivencia de ella (hay algo en el entorno que obliga a realizar una acción), y por ultimo surge el
habito.
De aquí surge una relación tríadica, que comienza con nada y explica como algo proviene de la nada. Esta relación se
divide en:
- Primeridad, aquí nos referimos a la pura potencialidad, y a partir del azar se permite la combinación de las
cualidades o potencialidades. Hay un “algo” que es la posibilidad de ser y de allí se sigue la primera forma del ser que
surge a partir del reconocimiento de una cualidad. Se infiere un vínculo entre cualidad y posibilidad que es
irrevocable. La vaga potencialidad de todo en general y nada en particular se vuelve definida y reducida a cualidades.
- Segundidad, es la combinación de las cualidades que provoca una reacción o esfuerzo, da forma a la primeridad,
determina su existencia. Los objetos se reconocen como tales, se imponen como existentes aislados, es decir
segundidades. Allí se pueden reconocer reacciones que vinculan a las cosas entre sí, que dan lugar a la existencia de
esta segundidad.
- Tercerdidad, relacionada a las leyes naturales, es decir leyes que al repetirse se vuelven habituales. En relación con el
hombre es la adquisición de hábitos y esta última tiene que ver con todas las acciones o sucesos que experimenta el
humano tan regularmente que ni lo piensa (Ejemplo: Respirar). La adquisición de hábitos menores permite seguir
adquiriendo conceptos y hábitos nuevos, más complejos. La terceridad, ocupa el lugar más complejo del
conocimiento.
Así se completa la relación tríadica, las cosas se identifican, comienzan a reconocerse y se les asignan regularidades.
Entre las potencialidades y los efectos se pueden detectar relaciones diádicas, pero para llegar al habito, la relación se
vuelve tríadica, surgen las generalizaciones y a partir de ellas una continuidad.
Mente y conciencia
La conciencian en sí misma es solo un sentimiento. Es una experiencia pura de primeridad; un sentimiento, aun sin
saber que es, un cambio en el entorno que nos exige una reacción. Es una experiencia interna en la que se percibe algo
pero no logra distinguirse que es.
Es una primeridad, expresada por una sensación interna.
La mente, en cambio, es la terceridad, una experiencia externa que responde al sentimiento percibido en el entorno. Al
llevarlo al exterior esta sensación percibida aparece en el terreno de los signos. Es la continuidad de la conciencia
Capitulo 3
La semiótica y la clasificación científica
Pierce define la semiótica como la doctrina formal de los signos. Una disciplina formal debe entenderse como aquella
que busca discernir las condiciones necesarias del objeto que estudia.
La semiótica se define como el estudio analítico de las condiciones esenciales de los signos. Su intención es discernir
cuales deber ser los caracteres de todos os signos y que debería ser lo definitorio de los signos en cada uno de los
casos.
Capitulo 4
Gramática Semiótica
Un signo debe cumplir algunas condiciones para ser considerado como tal. La base de la que parte en su doctrina
acerca de las categorías:
-“Algo tiene alguna cualidad”,
-“Algo está en relación con algún existente”,
-“Algo debe ser comprendido o incluso traducido por algo”.
Pierce dice que un signo es algo que está para alguien, por algo, en algún aspecto o disposición. Tienen la
característica de decir lo menos posible para poder construir sobre ella lo más posible y se puede graficar de la
siguiente forma:
El signo siempre presenta a su objeto como ese objeto en alguna forma o aspecto y también sirve para presentar el
objeto desde el punto de vista de un aspecto y parcialmente.
Estas cualidades del objeto en el signo don mostradas de una forma abstracta. El ground es una cualidad abstracta.
Pierce lo expresa de un modo más preciso: cuando prescinde de su objeto, el ground es una pura forma o idea.
El ground sirve como base sobre la cual el signo representa a su objeto, Pierce dice que es la razón que determina (al
signo) para representar a ese objeto para un sujeto. Ninguna relación puede tener lugar sin una cualidad o referencia
Al caracterizar al objeto, el signo posibilita que se conecte a él y al mismo tiempo muestra un cierto sentido o
connotación en relación con ese objeto.
Para que algo sea un signo debe representar un signo debe representar a su objeto, aunque la condición de que el signo
debe ser distinto de su objeto es arbitraria. En algunos casos hay una superposición entre el signo y su objeto.
La segunda característica formal de un signo es que representa a un objeto. Para Pierce el objeto de un signo puede
ser aproximadamente todo y lo que hace que algo se un objeto de un signo es el hecho de que está representado como
tal por el signo (objeto inmediato del signo) y sirve para ofrecer resistencia, brindar una restricción o actuar como un
determinante para el proceso semiótico que lo representa, en cuyo caso se llama “objeto dinámico”
Con relación al signo Pierce diferencia dos tipos de objeto: el objeto dinámico (exterior a la semiosis) y el objeto
inmediato (interior a la semiosis).
El objeto inmediato es el objeto visto desde el contexto del signo (su contenido representativo), mientras que el objeto
dinámico puede ser considerado como el dinamismo, es una mano invisible que guía el proceso semiótico a la
determinación final que concierne a cualquier información o significación que se refiere al objeto aun cuando eso
signifique la interpretación equivocada. Puede ser un dinamismo de diferentes tipos fenomenológicos: Es factible que
algo posible actúe como un objeto dinámico, como es probable que un existente actual pueda operar así o como una
ley general.
El objeto dinámico es el objeto de una realidad que posee una existencia independiente del proceso semiótico.
La división de los objetos permite ve el signo desde dos puntos de vista: el objeto desde la perspectiva de su
representación en el signo y el objeto entendido como determinante del signo, el así llamado “proceso de
determinación”. Se caracteriza la representación del signo como la conexión a un objeto, su relación, sin
intencionalidad. La conexión se establece no solo por medios físicos o causales sino también por similar dad y
convención.
El objeto “determina” al signo en cierto sentido, pero sin poner su marca en el.
Pierce desarrolla la naturaleza del signo representamen cuando describe el “percepto”.
El percepto es una presencia en la conciencia pero no supone un acto de conocimiento. Solo el juicio perceptivo es un
acto de conocimiento.
La determinación es un proceso de restricción iniciado por el objeto dinámico a partir de algún signo. Debe entenderse
como una coerción o como una imposición más que como un proceso causal.
La determinación del signo debería diferenciarse de la producción del signo. La producción del signo es el resultado
causal de la interacción entre un objeto dinámico y el signo a partir de cierta acción interpretativa del signo.
La determinación brinda la forma sobre el cual el signo hace descansar la representación del objeto dinámico. Para
Pierce el objeto dinámico es un fundamento determinante del signo y este fundamento brinda la posibilidad de
producción para la representación. Como sugiere el cuarto principio formal (el principio tríadico), el signo solo
representa a su objeto si hay una interpretante que correlaciona a ambos, y si esto se puede hacer a partir de que hay
un fundamento sobre el cual realizar esta correlación. Este grounding es el efecto del objeto dinámico, la
determinación por el objeto dinámico.
Cada signo debe ser capaz de determinar un interpretante. El interpretante puede entenderse en un sentido general
como la traducción del signo, su resultado significativo: “Un signo no es un signo a menos que puede traducirse en
otro signo en el que es más plenamente desarrollado”, “el significado es en su acepción ms primaria la aceptación de
la traducción de un signo a otro sistema de signos”
Es decir que el interpretante está determinado por el digno mediante algún traductor o una acción interpretativa del
signo. La traducción es un producto, el resultado de un proceso que tiene algún efecto sobre el traductor.
Hay diferentes divisiones que Pierce da del interpretante. Una es la de inmediato, dinámico y final.
Otra división importante es entre emocional, energético y lógico, este ultimo subdividido en primero, medio, tercero y
último. Otras divisiones incluyen intencional, efectual y comunicacional; destinado, efectivo y explicito.
La división más comprensiva de los interpretantes es la de inmediato, dinámico y final, mientras que la clasificación
de afectivo o emocional, energético y lógico podría pensarse como asuntos de interpretantes con relación a la acción
humana.
El interpretante inmediato será el “efecto total no analizado” que el signo designado intencionalmente produce o
puede naturalmente producir. Es también, el proceso que posibilita a la acción de interpretar un signo como
interpretable. Como un producto, debería incluir algún tipo de primeriedad, incluido el sentimiento, vagas
impresiones, cualidades, la idea de un esfuerzo o la idea de un tipo general. Su vecino es el interpretante emocional,
donde casi siempre hay un sentimiento que interpretamos como la prueba de que comprendemos el efecto propio del
signo.
El interpretante dinámico es el efecto directo o actual producido por un signo en una acción interpretativa, “es
cualquier interpretación que cualquier mente realiza de un signo”. Su producto pertenece a la categoría de la
seguridad, como las acciones, los hechos o las ideas producidas singularmente. El interpretante dinámico tiene una
modalidad activa y otra pasiva. El vecino es el energético, que consiste en el efecto de ejecución que cualquier signo
posee sobre una acción interpretativa. Así un signo puede provocar un pensamiento o causar que alguien se levante de
la silla. Una orden puede llevar directamente a una acción. Para Pierce el interpretante dinámico y el energético no
pueden ser quienes alberguen el significado del signo, solo determinan efectos singulares.
El interpretante final es el efecto de cualquier regla o ley que un signo tiene sobre la acción interpretativa.
Sus productos serán terceros, como las leyes, los hábitos, las disposiciones y las regularidades.
Existen dos sentidos diferentes de lo que Pierce llama “interpretante final”. En primer lugar, se trata de un hábito en el
sentido de una regla más que de un hábito mecánico. El hábito formado deliberadamente por un análisis de sí mismo
es la definición viva del interpretante final. En segundo lugar es el destinado a suscitar la unanimidad de los eruditos.
El vecino del intérprete final es el interpretante lógico. Puede comprenderse como el significado del signo, el “deber
ser” del signo. El interpretante final es el habito de interpretación o el habito de acción que la interpretación del signo
provoca: “Es el habito propio formado deliberadamente, es la definición viva, el interpretante lógico final y
verdadero”.
El intérprete final puede comprenderse también como el medio por el cual un signo se conecta o interrelación en un
sistema de signos. El interpretante final puede ser entendido como el estado de información que el signo brinda. El
estatuto de la información cambia en la medida en que el sistema se transforme. El interpretante final visto desde el
punto de vista de un proceso puede comprenderse como las reglas de tales traducciones, que para Pierce son los
variados tipos de inferencia o razonamiento: la abducción, la deducción y la inducción. Ellas proveen los medios por
los cuales los sistemas de signos crecen evolucionan y se desarrollan. Finalmente determina ciertos hábitos de
conducta para la acción interpretativa del signo incorporada al sistema de signos.
El interpretante final es una traducción del signo que prevee información por medio de reglas de inferencia que tienen
un cierto efecto en la acción de interpretación del signo.
La relación triática:
La cuarta condición formal, da cuenta de la semiosis. Pierce define a esta ultima como “un acto o influencia que es o
envuelve una cooperación de tres sujetos, tales como un signo, su objeto y su interpretación, esta relación de
influencia no es de ninguna manera indisoluble en actos entre pares”. La semiosis puede reducirse a ningún tipo de
relación diádica.
Tipos de signos
Pierce desarrolla cuatro diferentes tipologías: original, intermedia, expandida y final. La original tiene tres tipos de
representación:
-Aquellas cuya relación con sus objetos es una mera coincidencia en alguna cualidad. Son semejanzas.
-Aquellas cuya relación con sus objetos consiste en una correspondencia real. Se denominan índices.
-Aquellas cuya relación con sus objetos es una cualidad imputada, se llaman símbolos.
Los símbolos son luego divisiones de la siguiente manera:
1. Símbolos que solo determinan directamente sus fundamentos o cualidades imputadas y no son más que sumas
de señales o términos.
2. 2-Simbolos que también determinan independientemente sus objetos por medio de otro término y que
expresan su validez objetiva, y son susceptibles de verdad o falsedad, son las proposiciones.
3. -Símbolos que también determinan independientemente sus interpretantes y las mentes a las que apelan
estableciendo una proposición que esas mentes han de admitir. Son los argumentos.
Esto es articulado en forma más completa en la tipología intermedia. La clasificación intermedia trata de remas,
decisignos y argumentos. Los argumentos se subdividen en deducción, abducción e inducción en sí mismo. La
tipología intermedia también comprende una clasificación del signo por primera vez. Luego Pierce presenta una
versión expandida de la tipología, que no solo incluye las tres tricotomías anteriores, sino que incorpora la distinción
entre el objeto dinámico y el inmediato, y la división de interpretantes en inmediato, dinámico y final: la relación del
signo con el objeto inmediato, la relación del signo con el interpretante dinámico y la relación del signo con el
interpretante inmediato. La tipología final incorpora cuatro nuevas tricotomías y llega a un total de diez. La tipología
intermedia es considerada habitualmente, como la más fructífera.
Con la tipología intermedia, cada signo puede analizarse en tres aspectos, el signo qua signo, esto es, el signo en
relación con su ground; el signo en relación con su objeto, el signo en relación con su interpretante. Siguiendo la
lógica, el primer aspecto puede llamarse el carácter presentativo del signo, el segundo, carácter representativo y el
tercero, su carácter interpretativo.
Capitulo 5
La lógica crítica permite discernir “las condiciones formales acerca de la verdad de los símbolos”. Se refiere a
legisignos, símbolos, dicisignos y argumentos. Son los signos que informan, se relacionan con la verdad y la exactitud
que pueden determinar sus interpretantes finales.
La primera condición para la verdad es que el símbolo se corresponda con su objeto. La verdad remite a las
consecuencias inferenciales de una proposición o a los argumentos vinculados a esa proposición.
La inferencia puede ser: ampliativa (inducción y abducción), cuando alude a un proceso de descubrimiento que
aumenta la cantidad de información en el sistema de signos, o explicativa (deducción) cuando comprende inferencias
que muestran la conexión entre la información ya descubierta.
La constitución de los argumentos
Las partes del argumento son: el principio rector, las premisas, el vinculo y la conclusión. La premisa contribuye a la
determinación de la conclusión, para llegar a ella debe ser comprendida implícitamente con otra premisa. Esa relación
entre premisas es el vinculo. La conclusión es el interpretante del argumento. La inclusión es la idea de la
transferencia de los hechos de las premisas a la conclusión.
El más importante es el principio rector, que es la esencia o expresión de la inferencia. Si el principio rector tiene
validez, las premisas serán verdaderas y la conclusión, probablemente, también.
Deducción
Muestra una conexión necesaria entre las premisas y la conclusión, si las premisas son verdaderas la conclusión
también lo será. Es una forma de razonamiento necesario que comprende el estudio de diagramas en un sentido
amplio. Este procedimiento comprende la formulación de una hipótesis, la construcción de un diagrama y su
observación, y el enunciado de los resultados.
Este razonamiento puede ser corolario, si la conclusión está presente en el diagrama o teoremático, cuando en el
diagrama la conclusión no es transparente y para llegar a ella se debe experimentar sobre el diagrama.
La deducción no descubre nueva información, sino que torna explicito aquello que estaba implícito. Refiere también a
relación probables, de allí surgen la deducción estadística en la que el interpretante permite razonar a partir de ciertos
márgenes de frecuencia y deducción probable si el interpretante no habilita que su conclusión sea cierto, sino que en
razonamientos análogos se deberían producir conclusiones verdaderas partir de premisas verdaderas en la mayoría de
los casos, a largo plazo.
Inducción
Concluye una regla de la observación de un cierto caso. Puede ser cruda (consiste en negar que un tipo gral de sucesos
no ocurrirá a partir de un fundamento improbable), cuantitativa (comprende un argumento de una muestra fortuita), y
cualitativa (comprendida en la verificación de hipótesis)
Abducción
Supone la evolución. Busca desarrollar nuevas hipótesis para examinar por descubrimiento si son posibles para que
sean consideradas como sucesos para tomar en consideración a partir de datos existentes. Concierne a la plausibilidad
de la hipótesis, para ello debe haber una anomalía y una hipótesis para resolverla. La hipótesis debe dar cuenta de la
anomalía, pero también encajar en un tipo que es considerado como perteneciente a un marco explicatorio aceptable.
Otras formas de razonamiento
La analogía, es la inferencia de que una pequeña colección de objetos que coinciden en varios sentidos puede coincidir
en otros.
La metáfora, dos clases diferentes de cosas son la misma cosa por compartir alguna propiedad.
La extensión, descubrimiento de que un predicado se aplica a los sujetos a las cuales no estaba dirigido.
La restricción, permite decir que un predicado esta destinado a cierto grupo y no a otros.
La generalización, el descubrimiento de una descripción general aplicable a todos los casos a partir de la reflexión de
un numero de casos.
El proceso de razonamiento
La indagación es un proceso de desarrollo que se relaciona con las formas de razonamiento y que si procesa
continuamente conduce a la verdad del asunto investigado.
Capitulo 6
La retorica universal es la doctrina de las condiciones generales de la referencia de los símbolos y de otros signos
respecto de los interpretantes que la determinan. Puede pensarse como las condiciones formales que posibilitan
alcanzar la verdad. Será el estudio de la indagación, es decir como la verdad debe ser investigada. Es la relación entre
los signos y sus interpretantes, de allí surgen tres variables:
La relación del signo con el interpretante inmediato tiene como resultado el sentido, refiere a la inmediata
inteligibilidad del signo, el efecto primero que produce el signo en la mente sin reflexión acerca de él.
El significado es el resultado de la relación del signo con el interpretante dinámico, comprende la habilidad del signo
para determinar un interpretante que traslada la determinación dinámica del signo. Por ultimo, la relación con el
interpretante final determina la significación, concierne al desarrollo de los signos y los efectos significantes que tales
signos tienen sobre sus acciones interpretativas. Refiere también al establecimiento de los hábitos de estas acciones.
La indagación es un proceso, ya que provee medios a partir de los cuales los signos crecen y se desarrollan. Es
también un producto, ya que establece una verdadera creencia del conocimiento o del consenso; y es efecto porque da
lugar a una razonabilidad efectiva.
Las condiciones formales de la comunidad
La primera condición formal es que los miembros sean capaces de mediar o tengan capacidad de interpretar signos. En
segundo lugar, debe haber alguna relación entre los usuarios de los signos. La tercer condición esta relación debe
establecerse como “nuestra” en algun sentido, es decir, debe haber identificación entre los involucrados. Están
condiciones funcionan conjuntamente, cada una posibilita la siguiente.