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Nuestro Padre Celestial no nos puso en la tierra para que fracasáramos, sino
para triunfar gloriosamente. Puede parecer paradójico, pero por ese mismo
motivo a veces puede ser muy difícil reconocer la respuesta a las oraciones.
Algunos enfrentan la vida contando sólo con su propia experiencia y capacidad;
otros buscan la inspiración divina por medio de la oración a fin de saber que
hacer.
Estamos aquí en la tierra para ganar una experiencia que de otro modo no
obtendríamos. Se nos da la oportunidad de progresar, desarrollarnos y adquirir
madurez espiritual; para hacerlo, debemos aprender a aplicar la verdad. La
forma en que enfrentemos los problemas y dificultades y los resolvamos es
crucial para nuestra felicidad.
Para comprender mejor la oración, he escuchado consejos al respecto, he
meditado en las Escrituras y estudiado la vida de los profetas y de otras
personas. Pero lo que me ha sido mas útil es imaginar a un niño que se acerca
confiado a un Padre amoroso, bondadoso, sabio y comprensivo que desea que
tengamos éxito.
A veces, como niños, nos portamos mal, somos imprudentes, y pensamos que
no podemos acercarnos al Padre con un problema.
“Recuerda que sin fe no puedes hacer nada; por tanto, pide con fe. No juegues
con estas cosas; no pidas lo que no debes.
“. . .y según tu fe te será hecho.” (D. y C. 8:10,11, cursiva agregada.)
Pedir con fe significa pedir con confianza en nuestro santo Padre.
” . . . bendito eres por lo que has hecho; porque me has consultado, y he aquí,
cuantas veces lo has hecho, has recibido instrucción de mi Espíritu. De lo
contrario, no habrías llegado al lugar donde ahora estas.
“. . .y si [está bien], haré que tu pecho arda dentro de ti; por tanto, sentirás que
esta bien.
“Mas si no estuviere bien, no sentirás tal cosa, sino que te sobrevendrá un
estupor de pensamiento. . . ” (D. y C. 9:8-9; cursiva agregada.)
Es vital reconocer que el Señor también tiene una tercera forma de responder a
la oración: la de reservarse la respuesta en el momento de la oración. ¿Y por que
lo hace?
Cuando contesta “Sí’ es para darnos confianza; cuando contesta “No” es para
evitarnos un error.
Los esfuerzos de Nefi por obtener las planchas de bronce nos indican como
funcionan esos principios.
Nefi estaba dispuesto a intentarlo una y otra vez, con todo su esfuerzo; expresó
fe en que recibiría la ayuda; rehusó dejarse desanimar. Pero recibió la guía
porque se puso en acción, tuvo confianza en el Señor, fue obediente y empleó
bien su albedrío; así fue inspirado, paso a paso, hasta el éxito y, según las
palabras de su madre, se le dio “poder para llevar a cabo lo que el Señor . . .
[había] mandado . . . ” (1 Nefi 5:8; cursiva agregada.)
Nefi entendía que se le exigía confiar en Dios, tener fe y actuar para poder
recibir la ayuda paso a paso. No protestó ni pidió explicaciones. Pero, y fijaos
particularmente en esto, no esperó la ayuda pasivamente. ¡Hizo algo! Siguiendo
la ley espiritual fue inspirado y recibió el poder para actuar.
¿Por que son los más pobres los que parecen saber mejor cómo agradecer al
Señor? En las montañas de Guatemala, los miembros apenas tienen con que
vivir. Ir al templo les exige un gran sacrificio; les lleva un año prepararse para
una visita. Trabajan duramente, se sacrifican para ahorrar dinero y comida,
hilan, tiñen y tejen ropa nueva. Después, recorren una larga distancia descalzos
para salir de las montañas; cruzan el lago Isabel y viajan en ómnibus con escasa
comida.
Cansados y fatigados llegan al templo. Una vez que han llegado, se lavan hasta
brillar, se visten con sus prendas nuevas y entran en la Casa del Señor.
Con inocencia, ella se arrodilló a la entrada del cuarto. Sin notar a los que la
rodeaban, inclinó la cabeza, sollozó y durante veinte minutos voleó su corazón a
su Padre Celestial. Al fin, con el vestido empapado en lagrimas, levantó la
cabeza. La mentora, mujer de perceptiva sensibilidad, le preguntó: “¿Puedo
ayudarle?” Ella le respondió: “¿Me ayudará? Tengo este problema: He tratado
de decirle a mi Padre Celestial la gratitud que siento por todas sus bendiciones,
pero me parece que no he podido comunicarme con Él. ¿Me ayudara a darle las
gracias?”
Cuando busquéis Su ayuda, aseguraos de tener una vida limpia, de que vuestros
motivos sean dignos y de que estéis dispuestos a hacer lo que El os diga; porque
Él contestará vuestras oraciones. Él es vuestro amado Padre; sois su hijo amado.
El os ama con amor perfecto y quiere ayudaros. En el nombre de Jesucristo.
Amen.