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Y se inicia un nuevo año lleno de grandes retos para los hombres y mujeres que
integramos la Fuerza del Común, es nuestra oportunidad de impedir que este proceso de
Paz sea una nueva frustración para el pueblo colombiano y por que no decirlo para la
comunidad internacional que nos ha acompañado y que ha puesto sus esperanzas en que
este sea un modelo a seguir para resolver los grandes conflictos que azotan al mundo.
Sin temor a equivocarme puedo asegurar que en este momento la consolidación de la Paz
en Colombia depende de nosotros. Se ha abierto la posibilidad de llegar al Congreso de la
Republica y a la misma presidencia a través de la vía electoral, con muchas limitaciones y
obstáculos. ¿Pero cuándo los obstáculos han sido un impedimento para los
revolucionarios amilanarse ante los retos.?
Claro está que lograrlo va a depender que cada unos de nosotros lo hagamos bien, que de
verdad nos convirtamos en UTC, UNIDADES TÁCTICAS DEL COMÚN, donde quiera que
resida o se encuentre uno o más militantes de FARC. Vamos a llenar a Colombia a lo largo
y ancho de UTCs, cuya primera tarea será instalar la CASA DE LOS COMUNES: centros de
difusión de nuestra plataforma, comandos de dirección y organización de la campaña,
centros de encuentro de los jóvenes, las mujeres, los artistas, es decir de las mujeres y
hombres del COMÚN.
No podemos negar que hay un sector, y hay que reiterarlo que es minoritario, de la clase
dirigente que quiere seguir con la práctica de asesinar y desaparecer cualquier opción
política que represente los interés del COMÚN. Es una realidad que no podemos
desconocer y por lo tanto hay que actuar en conformidad con ella para impedirles que
logren su objetivo. De ahí camaradas que no podemos dejar olvidar el “espíritu
conspirativo” aprendido durante tantos años de lucha y actuar con base en él, estás vez
no para actuar contra el Estado, si no, para impedir que nos aniquilen.
De ahí camaradas que es muy importante mantener la disciplina en todo sentido, en los
desplazamientos, asegurarnos muy bien a donde vayamos a llegar, no frecuentar sitios
riesgosos y si toca hacerlo tomar las medidas, mucho cuidado con lo que escribimos o
hablamos por teléfono, hay que mantener el principio de que si vamos para el norte
hacerle creer a los que nos quieren hacer desaparecer que vamos parea el sur, establecer
mecanismos distintos al teléfono para concertar citas o convocar reuniones y si toca
utilizarlos establecer de antemano unos códigos.
Ahora más que nunca se hace vigente el principio de la vigilancia revolucionaria, cualquier
detalle por mínimo que sea y de quien sea debe ser informado para lo cual hay que
nombrar los responsables que recojan esa información y la procesen. Y el otro principio a
retomar es el de la desconfianza constructiva, que esta bien explicado en la cartilla de
orden abierto. En nuestras manos está el impedir que los que no quieren la Paz en
Colombia logren su objetivo.
Decía Fidel Castro que la derrota no existe, que es un estado del alma. Y en el alma de un
verdadero revolucionario no existe espacio para que se anide la derrota.
Ni un minuto de descanso
Un abrazo de oso para todos y todas y para ellas les agrego un cariñoso beso.