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SER FAMILIA: EL GRAN SUEÑO DE DIOS

Nuestro Dios es Dios Familia, Dios Amor, Dios


Trinidad:
Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo. No un Dios
solitario, sino Comunidad, Familia. Su corazón es un caudal
de AMOR y COMUNIÓN que desborda, se dona y se
comunica.
De tal palo, tal astilla, somos su comunidad:
 Para compartir su Amor, Dios decide libremente
regalarnos la vida.
 Nos crea varón y mujer, iguales en dignidad, diversos y
complementarios
 Nos crea parecidos a Él, a su imagen y semejanza
 Dios modela nuestro cuerpo y, besándonos, nos dona su
Espíritu.
 Somos barro y espíritu de Dios, cuerpo, alma y espíritu
 Somos su obra sagrada, creados artesanalmente, no en
serie, sino en serio.
Nuestro Dios es padre y madre, causa de nuestra
hermandad:
Dios nos ha creado para que seamos felices y hagamos
felices a los demás.
Fuimos hechos para amar y ser amados: he aquí
nuestra felicidad
No es bueno que el hombre esté solo. Varón y mujer:
ambos se necesitan:
-para ser familia y hacer presente
al Dios Familia
-para aportar cada uno lo que le
falta al otro
-para acompañarse y caminar juntos en esta vida
-para colaborar con Dios en la transmisión de la vida
Por eso es lindo encontrarnos, compartir y festejar:
 Todo se lo debemos a nuestra familia. Allí aprendemos a
querer, respetar, compartir y a ser honrados; allí
descubrimos a Dios: cercano y presente en la vida familiar.
Donde hay amor, ahí está Dios: el amor procede de Dios, el
que ama ha conocido a Dios, porque Dios es amor: 1 Jn 4,7-
8
 Jesús, el Hijo de Dios, quiso nacer, criarse y vivir 30
años en una familia. El amor de María y de José, a pesar de
las carencias, educaron el corazón de Jesús. Tal es así que,
su primer milagro lo realizó en una boda en Caná, a pedido
de su Madre, donde el vino nuevo prolongó la alegría y la
fiesta.
. SANTUARIO VIRGEN DE HUACHANA-DIÓCESIS DE
AÑATUYA
EL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
Todos podemos ser santos:
+ Todos tenemos una vocación, un llamado de Dios,
una misión. Dios llama a todos a ser santos viviendo
el amor en nuestra vida cotidiana
+ Por el Bautismo iniciamos este camino, lo alimentamos en la Eucaristía,
lo fortalecemos en la Confirmación y lo sanamos en la Confesión.
+ En el Matrimonio Dios bendice nuestra misión de esposos y padres
En el sacramento del Matrimonio, Dios bendice a los esposos para
que sean felices como familia en el amor fiel, generoso y fecundo
 No es fácil amar. El pecado nos inclina sobre
nosotros y nos vuelve egoístas, orgullosos, agresivos,
indiferentes. Necesitamos de Dios para cuidar este
amor y alimentarlo cada día para que no se apague.
 El amor quiere durar para siempre. No es un
sentimiento fugaz y pasajero, que busca su propio
bien (tú eres mío). El amor maduro, en cambio, sale para entregarse y
ofrendar la propia vida (yo soy tuyo)
 Dios los llama a ser una sola carne y corazón, guardando su tiempo,
intimidad y cuerpo sólo para el otro.
Los hijos son el fruto del amor de los padres:
 El amor no queda encerrado en la pareja, sino que se hace fecundo,
se multiplica dando vida a los hijos. Ellos son un don y no una carga.
Dios les confía a los padres la vida de sus hijos. Ellos nos son sus dueños.
 El amor se hace responsable de la vida engendrada, se hace cargo
en el cuidado, el cobijo y el amor. El padre y la madre son muy
necesarios para su crianza. Ella aportará la ternura, la comprensión, el
cobijo. El padre dará seguridad, pondrá límites, lo afirmará en su
identidad.
 No basta con el sustento material. El hijo necesita algo
más valioso: que le dediquen atención y tiempo. De no ser
así, sentirá que no es amado, que no es valioso, ni bueno, ni
bello. Todo lo que reciba (amor o rechazo) en sus primeros
años, lo marcará para siempre. Ello nos compromete al
cariño, respeto y cuidado, expresándole muchas veces que
lo queremos, que estamos felices de que esté con nosotros,
que es único y muy valioso, que nos llena de orgullo
ser sus padres.
LA CELEBRACIÓN DEL MATRIMONIO
Por el Matrimonio los esposos se hacen
signos visibles del amor fiel de Dios a su
pueblo, de la entrega generosa de Jesús por
su Iglesia:
El casamiento hace público el amor de
los esposos
Su amor fiel es de gran aliento para la comunidad
Cada gesto de amor esponsal es testimonio vivo y
predicación silenciosa mucho más fuerte que mil palabras
 Los esposos son los ministros de este sacramento, los protagonistas.
 Hacen público su consentimiento matrimonial con estas palabras:
Yo te recibo a ti como esposo/a y prometo serte fiel tanto en la
prosperidad como en la adversidad, en la salud como en la
enfermedad, amándote y respetándote durante toda mi vida.
 El sacerdote es sólo un testigo que bendice a los esposos diciendo:
El Señor confirme el consentimiento que han manifestado delante de la
Iglesia y realice en ustedes lo que su bendición les promete:
QUE EL HOMBRE NO SEPARE LO QUE DIOS HA UNIDO.
 El anillo es un signo de esta alianza eterna que se
acaba de sellar. Ellos cuentan con la fidelidad de Dios que
los bendice cada día para cumplir fielmente con su compromiso. Se lo
entregan diciendo Recibe esta alianza como signo de mi amor y
fidelidad
Oración – Canción de la familia
Que ninguna familia comience en cualquier de repente; y que ninguna familia se acabe
por falta de amor. La pareja sea el uno en el otro de cuerpo y de mente; y que nada en el
mundo separe un hogar soñador. Que ninguna familia se albergue debajo del puente; y
que nadie interfiera en la vida y en la paz de los dos. Y que nadie los haga vivir sin
ningún horizonte, y que puedan vivir sin temer lo que venga después.
La familia comience sabiendo por qué y dónde va. Y que el hombre retrate la gracia de
ser un papá; la mujer sea cielo y ternura y afecto y calor, y los hijos conozcan la fuerza
que tiene el amor. Bendecí Señor las familias, amén. Bendecí oh Señor la mía también
Que marido y mujer tengan fuerza de amar sin medida; y que nadie se vaya a dormir
sin buscar el perdón. Que en la cuna los niños aprendan el don de la vida; la familia
celebre el milagro del beso y del pan.
Que marido y mujer de rodillas contemplen sus hijos; y que por ellos encuentren la
fuerza de continuar. Y que en su firmamento la estrella que tenga más brillo, pueda ser la
esperanza de paz y certeza de amar.
VIVIENDO EL AMOR COTIDIANO EN FAMILIA
El amor es paciente, es servicial; el amor no
tiene envidia, no hace alarde, no se
envanece, no procede con bajeza, no busca
su propio interés, no se irrita, no tiene en
cuenta el mal recibido, no se alegra de la
injusticia, sino que se regocija con la verdad.
El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo
espera, todo lo soporta. El amor no pasará jamás: 1Cor 13,4-
8
Algunas sugerencias para cuidar el
amor…
 No olviden lo que lucharon para tener lo que tienen y ser lo
que son.
 No olviden el primer amor, celebren los aniversarios,
mirando fotos y recuerdos, agradeciendo a Dios por este
camino andado juntos, por esta historia sagrada.
 Recen juntos como matrimonio y familia, aprovechando ese
rato para dar gracias por tenerse el uno al otro, para pedir
perdón por los errores o heridas que hemos ocasionado, para
pedir fuerza y ofrecer lo que nos cuesta y lo que se nos hace
difícil
 Tómense tiempo para dialogar y encontrarse como pareja.
Que los hijos, el trabajo y otras excusas no les impida este
momento único. Tengan detalles cotidianos, díganse cosas bellas.
No se encierren en sus ideas, compréndanse, escúchense, dense
tiempo.
 Pidan perdón y no guarden rencor. No se vayan a dormir
enojados. Dialoguen serenamente, sin herirse con palabras
duras o irónicas. No se pasen facturas viejas. No hagan sufrir a
los hijos con sus conflictos, ni los tomen como trofeos.
 Dedíquenle tiempo y atención a sus hijos. No busquen
reemplazar esto con cosas materiales, no vale la pena. Tengan
momentos en familia para estar juntos, escucharse, reír,
celebrar, compartir diálogos profundos. Apaguen a tiempo el
teléfono, la tele, la computadora, que muchas veces nos aíslan
y separan.
 Celebren cada año el aniversario de casamiento, fortalezcan
su amor con la Palabra de Dios, la Eucaristía, la Reconciliación
y el servicio en su comunidad.
Oración a la Sagrada Familia (Papa Francisco)
Jesús, María y José en ustedes contemplamos el esplendor del
verdadero amor y confiados, nos dirigimos. Santa Familia de
Nazaret, haz también de nuestras familias lugar de comunión y
cenáculo de oración, auténticas escuelas del Evangelio y pequeñas
iglesias domésticas. Santa Familia de Nazaret, que nunca más haya
en las familias episodios de violencia, de cerrazón y división; que
quien haya sido herido o escandalizado sea pronto consolado y
curado. Santa Familia de Nazaret, haz tomar conciencia a todos del
carácter sagrado e inviolable de la familia, de su belleza en el
proyecto de Dios. Jesús, María y José, escuchen, acojan nuestra
súplica. Amén.

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