«Nuestra especie podría desaparecer sin [guerras] matanzas: absteniéndose, inteligentemente, de procrear» (A. J. U.) Por Adriana HERAS
(En el diario Frontera, Mérida, Venezuela, 04
de Julio de 1993) A ellos lo que les importa es alcanzar el bienestar. Huir de los problemas sociales y morales (normales) que los agobian. Es por eso que los habitantes de Ecuanil sólo sueñan con traspasar la meseta para experimentar una existencia más sana. Pero […] todo los que intentan realizar esta proeza con asesinados por los dionisianos, cuya única religión es el Mal, con fines supremos y filosóficos. Los habitantes de Dionisia no son lo que parecen, esconden los secretos de las aberraciones y el crimen, algo que ignoran en Ecuanil. A JIMÉNEZ URE se le ocurre ésta y otras historias de «horror» donde se hacen presentes el sadismo, el asesinato, el incesto y todas las bajezas que el ser humano es capaz de aflorar. En Dionisia, su más reciente novela, muestra un pueblo normal y mundano: que podría ser Venezuela, Nicaragua, Argentina o Brasil y donde todos viven con sus rutinas a cuestas, deseosos de superar las crisis, así, en plural. Luxfero, Inquisiciones, Acertijos, Maleficio, Suicidios y Cuentos Abominables son algunos de sus libros […] ¿Quién, entre ustedes, quiere convertirse en uno de sus personajes?
ORO PARECE, PLATA NO ES
Que no los engañe el largo de su cabellera ni lo que hemos dicho acerca de su obra. Nuestro entrevistado no es la reproducción viviente de los cuentos de Edgar Allan Poe, ni mucho menos. Por eso, para demostrarlo, nuestra primera pregunta fue: -¿Quién es Alberto JIMÉNEZ URE? (a lo cual él respondió rápidamente) -«He procurado llevar una vida absolutamente convencional, siempre me defino como una persona conservadora y he tratado ser responsable en cuanto a las cosas que implican mi familia. Jamás he sido bohemio, ni siquiera me identifico con intelectuales o escritores que pretenden proyectarse como personas licenciosas y lunáticas» JIMÉNEZ URE confiesa que los escritores que considera próximos a él son serios, llevan una vida ordenada, convencional, absolutamente apegada a las leyes de la república, a normas para la convivencia pacífica. Jamás ha creído en quienes pierden el tiempo en inacabables parrandas, querellas políticas inútiles y urdir trampas para lesionar a sus fortuitos enemigos. -¿Qué opinas de las personas que hacen comentarios adversos a tu literatura? -«Es predecible se susciten reproches alrededor de mi obra porque la mayoría de ellos desconoce mi vida privada. Jamás escribo para complacer a nadie, ni ascetas o adeptos a la vida mundana» -¿Para agradar a quién, entonces? -«Cuando escribo no hago sino formular cuanto dicta mi conciencia o psiquis alrededor de acaecimientos sociales en el mundo. Escribo lo que pienso, todo cuanto percibo y procesa mi mente: formulo mis pesadillas, inquietudes, reflexiones en torno a hechos horribles o hermosos que nos mantienen atentos, bajo zozobra, en equilibrio o alertas, pero siempre lo hago de manera concienzuda, nunca inconscientemente. Mis textos pasan por un riguroso proceso» -¿Por qué esa corriente literaria? ¿Es tu forma de sacar a flote los aspectos ocultos de las personas? -«Estoy motivado y me divierto haciéndolo. Para mí practicar la escritura es muy placentero, cuando trabajo en ello me río de todo lo que sucede a mis personajes, gozo profundamente convirtiendo en reales a seres en apariencia ficticios y que sólo podrían vivir en un lugar absurdo e inconcebible, en un libro, en una narración fantástica. Los críticos me han definido como un escritor del horror, pero también propenso a lo macabro y filosófico» -¿Cómo defines a tus personajes? -«Admito que sólo es posible que los personajes que describo en mis cuentos o novelas puedan vivir en un libro, aun cuando en la realidad que experimentamos muchos semejen a ellos» Alberto nos cuenta que desde pequeño divertía a sus compañeros de estudio con ocurrencias y escritos. Decidió continuar, pero no para llamar la atención, sino convertirse en un escritor. -¿No es tu literatura un afán por salir de los esquemas o generar polémicas? -«Me ocurrió lo que a otros con [por ejemplo] vocación religiosa: desde sus días de infante, ellos fueron proclives a convertirse en sacerdotes y yo escritor. No pudimos evitarlo. El estilo o argumentos que en algún instante elegí tienen orígenes remotos» -¿Tuvieron que ver tu infancia y el ambiente donde creciste? -«Mi infancia transcurrió sustancialmente apacible, sin penurias o incidentes traumáticos que preludiasen lo que serían mis tramas escriturales» -¿Cómo te haces amigo de acentos, preposiciones, puntos? -«Forma parte del proceso por el cual pasamos desde pequeños: nuestras inclinaciones hacia una específica actividad intelectual. Escribí mi primera novela breve cuando tenía 11 años [Combustión] Perdí la mayoría de aquellos textos a causa de mudanzas y otros incidentes, pero algunos fueron destruidos por mi madre a la cual preocupaban los argumentos de mis historias» -La intención primera fue hacerles ver a nuestros lectores que no eres un «aberrado», pues, tu imagen no se corresponde con lo que escribes […] -«Se rompe totalmente el estereotipo y eso puede comprobarlo cualquier persona que tenga acceso a mi vida privada» -¿Son egoístas los escritores venezolanos? -«En el Ámbito de la Literatura suceden cosas similares al Mundo de la Política: están emparentados. Los políticos procuran conformar mafias, y los hacedores de cultura [en general] también»
RAMÓN J. VELÁSQUEZ
NO QUERÍA SER PRESIDENTE
En los tiempos cuando comenzó aparecer el nombre de Alberto JIMÉNEZ URE en las páginas de El Nacional, hubo un padrino principal: Ramón J. VELÁSQUEZ, actual Presidente de la República y ex Director del citado diario. Sirva, pues, una anécdota contaba por nuestro entrevistado: -«En una ocasión dijo que no le gustaba la idea de ser postulado como independiente para la Presidencia de la República. Esa propuesta se la hicimos en la sede de El Nacional varios escritores y periodistas que platicábamos con él en la Sala de Redacción» JIMÉNEZ URE comenzó como escritor en el diario El Impulso de Barquisimeto, luego se convirtió en colaborador de los periódicos colombianos Vanguardia Liberal [Bucaramanga] y El Tiempo [Bogotá] Más tarde, fue columnista en Últimas Noticias [Caracas, por petición de Ramón HERNÁNDEZ] y de El Universal [Caracas] por invitación de Sofía ÍMBER. Monte Ávila Editores le publicó un libro el Año 1982 [Inmaculado] y la Universidad de Los Andes, institución para la cual trabaja como «Asistente Literario» adscrito a la Oficina de Prensa, la mayoría de sus creaciones. Dejemos que sea Alberto quien hable de su novela Dionisia, cuya trama describí al comienzo de la entrevista: -«Mi planteamiento en Dionisia rechaza la posibilidad que la Humanidad pueda mejorar algún día. Pienso que quienes experimentamos este mundo no tenemos salvación de ninguna clase: el destino del Hombre tiene que ser su extinción. Sostengo y deseo que los habitantes del Planeta Tierra desaparezcamos, ello por cuanto no hay posibilidad de unir a los seres humanos a favor del Bien Colectivo. Nuestra especie podría extinguirse sin necesidad de emprender [guerras] matanzas: absteniéndose, inteligentemente, de procrear»