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9 Movimientos sociales y democracia

Los Movimientos Sociales En 1988, el .gobiE:)rno de la ciudad de Port o Alegre, una metrópolis
brasileña de 1.360.000 habitantes, lanzó un · proyecto part icipativo de
toma de decisiones .'sobre el presupuesto municipal con la intención
DoNATELLA DELLA PoRTA Y MARIO D1ANI de fortalecer la participación a través de la creación de un espacio
público para la expresión de las demandas de ·los ciudadanos (Gret
Traducción, presentación de la edición española y Sintomer 2002: 26) .. El presupuesto participativo ha si do perc ibido
y epílogo a cargo de Eduardo Romanos · como la innovación latinoamericana más significativa a la hora de
aumentar .la participación .ciudadana y la responsabilidad de los go-
biernos locales: un experi mento en el que las asambleas ci udadanas
de cada: distrito municipal determinan las priori dades de uso. de una
parte de las. rentas públicas de la ciudad (Souza 2000). Es un siste-
ma de gobernanza donde los "ciudadanos normales y corrientes" toman
decisiones vinculantes sobre diferentes áreas de la acci ón municipal
de gobierno, sobre todo las relacionadas con nuevas inversiones de
· capital (Baiocchi 2002). Todos los años, de marzo a junio, se suceden
una ser ie de interacciones entre los ciudadanos y la admini stración.
Grandes~ asambleas municipales y Ótras descentralizadas por ba-
rrios discuten y votan las prioridades del gasto, eligiendo delegados
para el Consejo del Presupuesto Participat ivo y otros com ités t emá-
ticos. Cada uno de estos comités elige luego representantes para el
Consejo del Presupuesto Participativo, en el que también intervienen
los sindicatos, las asociaciones de vecinos y el gobierno. En ju lio y
agosto, expertos municipales y delegados de las asambleas co laboran
para convertir las demandas en proyect os. De septiembre a diciembre
·los delegados se reúnen y preparan una Propuesta Genera l sobre el .·
Presupue.sto y un borrador del Plan de Inversión que será di scutido
con el Ayuntam iento y finalmente aprobado (Allegretti 2003: 11 6-17).
El procedimiento decisorio presupone tanto democracia directa como
delegada, con delegación por mandato en los foros vecinales. La elec-
ción de los delegados estimula la participación, siendo su número pro-
porcional al de la gente que toma parte en las asambleas (un de legado
por cada diez participantes). También exi ste una delegación de poder
hacia las instituciones representativas, tanto hacia el ayuntamiento
como hacia los comités te máticos del presupuesto participativo (de
transporte, seguridad social, cultura, educación y ocio, desarrol lo eco- ·
nómico y desarrollo urbano).
;;::~~i~Yi(~·~·J.:~~.-~ ... A través de un proceso de prueba y error; el presupuesto parti-
.-,:.~

Colección DEBATE SOCIAL cipati vo ha ido adquiriendo ..una compleja estructura con dos metas
diferentes pero complementarias: ,may'o r igualdad socia l, pero tam-
bién mayor participació n.. la- iniciativa se centra eo la reducc i,ó n de

. EDITORIAL COMPLUTENSE CIS


Centio de Investigaciones Sociológicas
. 285 DONATELLA DELLA PORT.t>;Y MARIO DIANI
las desigualdades sociales, con una asignación de recursos que tie- socialista que persigue la consolidación de una amplia base de apo-
ne en cuenta tanto las prioridades establecidas por. los ciudadanos yo desde la que abordar e! proceso de democratización del país y su
como los niveles relativos de necesidades materiales de los diferen- extremada pobreza. Más importante aún, Porto Alegre cuenta con una
tes barrios. La calculada temporalidad del proceso intenta reducir larga tradición de asociacionismo, especialmente ·a nivel comunita-
las conocidas limitaciones del asambleísmo, especialmente en tér- rio. Las asociaciones vecinales que sobrevivieron al autoritarismo de
minos de bloqueo de decisiones, sin renunciar a las ventajas de la · épocas pasadas representan un ejemplo de democracia participativa
democracia directa, especialmente en ' términos de dar más poder a en el Sur global éon raíces todavía más profundas que las de los mo-
los ciudadanos. delos occidentales de democracia representativa (Sen 2003). Aunque
Aunque no haya conseguido arrastrar al conjunto de la población, algunas de estas asociaciones formaban parte de redes clientelares,
los experimentos han alcanzado cierto éxito en cuanto a la participa- que negociaban los votos con los poderosos patronos, una tradición
ción. De hecho, el número de participantes en el desarrollo del pre- de protesta ha sobrevivido de forma paralela a la clientelar. A finales
supuesto participativo subió de menos de 1.000 personas en 1990 a de la década de 1980, una ola de ocupaciones de edificios públicos for-
más de 30.000 en 2002 (Allegretti 1994: 204). Además, ha permitido que taleció las redes asociativas (Allegretti 2003: 107). A diferencia del an-
grupos antes excluidos decidan sobre las prioridades de inversión en terior "tutelaje", en el que las asociaciones vecinales vacilaban entre
sus comunidades y monitoricen las respuestas dadas por el gobierno la aquiescencia y el conflicto con el gobierno municipal, las reformas
(Souza 2000). Aunque la educación y la clase social son factores im- participativas actuales han promovido, según el criterio de diversos
portantes a )a hora de alcanzar posiciones de liderazgo, como la de observadores, la creación de nuevas instituciones en la sociedad ci-
delegados, los grupos más pobres están sobrerrepresentados en las vil, una mayor interconectividad entre las organizaciones locales y una
asambleas de base. La participación se ve favorecida, por encima de "escalada" de activismo que supera el contorno de los barrios para
todo, por la pertenencia previa a asociaciones y organizaciones de . ocuparse en temas relacidnados con la ciudad (Baiocchi 2002).
movimientos sociales. En los distritos, la participación es proporcio- El presupuesto participativo representa una forma de dar poder
nal al nivel de vida asociativa (Baiocchi 2001); la participación indivi- (empowerment) a la p_a rticipación individual, pero también una arena
dual aumenta con la pertenencia a asociaciones (aunque el número para el desarrollo de los movimientos sociales. No es casualidad que
de participantes sin afiliación creció de un cuarto en 1995 a menos Porto Alegre haya desempeñado un papel central en el movimiento
de un tercio en 2002) (Allegrétti 2003: 206). Para minimizar las des- por una justicia global, acogiendo sus primeras asambleas transna-
igualdades provocadas por las diferencias en habilidades oratorias, cionales. Los Foros Sociales Mundiales (FSM) celebrados allí supo- .
el escenarjo elegido desanima el "discurso culto" que privilegia a los nen el experimento con "otra democracia", e~ta vez, interna a los mo-
más educados, por ejemplo, permitiendo únicamente intervenciones vimientos. La participación creció también en este terreno, de 16.400
muy cortas (Baiocchi 2001). En las reuniones, la autoridad no procede participantes en el primer foro de enero de 2001 a 52.000 en 2002 y alre-
de la educación o la clase social sino que implica otras formas de dedor de 100.000 en 2003. A través de miles de seminarios y reuniones
estatus social, como el respeto dentro de la comunidad, a menudo se plantearon propuestas más o menos realistas y originales para una
vinculado con la pertenencia a diversos grupos locales o el liderazgo
ejercido en ellos (Baiocchi 2002). En términos de efectos concretos,
merece la pena señalar que Porto Alegre parece haber avanzado en
justicia social. Es la sexta ciudad de las 5.507 en todo Brasil con me-
i globalización desde abajo: se debatieron políticas y una política alter-
nativas, y se testaron algunas de ellas (incluido el "presupuesto par-
ticipativo" esponsorizado de forma activa por la Carta de las Nuevas
Municipalidades creada en el segundo FSM). Desde 2002, la experien-
nos exclusión social y la séptima en calidad de vida (Allegretti 2003: cia de los Foros Sociales como lugar de reunión y debate se ha ex-
74-5). Naciones Unidas ha reconocido el presupuesto participativo tendido a nivel local y macro-regional. En otoño de ese mismo año
como una de las cuarenta "mejores prácticas" del mundo (Allegretti Florencia acogió el primer Foro Social Europeo con tres días de semi-
2003: 173). ·narios a los que asistieron 60.000 participantes. Modelos alternativos
Varias condiciones han hecho posible el experimento de Porto de desarrollo -hacia "sociedades sostenibles"- han sido discutidos
Alegre. La primera es la nueva constitución brasileña de 1988 que des- durante el mismo periodo e-n el Foro Social Africano de Bamako, el
centralizó la recaudación de impuestos locales y, con ello, ha aporta- Foro Social de Oriente Medio de Beirut, la versión pan-amazónica de
do los recursos necesarios para la financiación del presupuesto par- Belem y el Foro Social Asiático de Hyderabad, en la India. Un segun-
ticipativo. Los nuevos estatutos municipales, redactados de acuerdo do Foro Social Europeo tuvo lugar en París en noviembre de 2003 y
con la nueva constitución, abrieron una ventana de oportunidad a la Londres acogió el tercero en octubre de 2004.
participación a nivel local (Allegretti 2003: 110). Además, Porto Al.egre
lleva tiempo gobernada por el Partido de los Trabajadores, un partido

286 LOS MOVIMIEN TOS SOCIALES 287 DONATE LLA DELLA PORTA Y MARIO DI ANI
En lo que sigue utilizaremo~ los experimentos democráticos de Porto Alegre recursos materiales que aseguran la supervivencia organizativa conduce inexo-
para ilustrar el potencial y las limitaciones de la investigación sobre los resultados rablemente hacia las elites, que se muestran felices de ofrecerlos precisamente
de los movimientos sociales; un análisis que es parte integral del estudio de los porque saben que servirán para reducir el potencial de la amenaza al orden social
movimientos sociales como agentes d~ cambió social. Movimientos diferentes han que representan sus miembros, entonces más débiles. Sin embargo, se ha subra-
triunfado de manera diferente, y la discusión sobre qué determina los resultados yado que ningún elemento estratégico puede evaluarse .por separado y sin tener
obtenidos ha ocupado un lugar central en el debate acerca de los movimientos en cuenta las condiciones en las que operan los movimientos sociales (Burstein et
sociales. Algunas de sus características se han citado a menudo como especial- al. 1995) y la presencia de aliados u oponentes en el poder (Cress y Snow 2000).
mente influyentes en este sentido. En general, la investigación se ha centrado en De hecho, la identificación de una "estrategia hacia el éxito" representa una
cuestiones como: ¿son los movimientos que abogan por un cambio radical más ardua tarea tanto para los activistas como para los investigadores. El Foro Social
exitosos que los que proponen un cambio moderado, o viceversa?; ¿funciona la Mundial de Porto Alegre es un ejemplo de debate sobre la articulación de deman-
violencia?; la organización centralizada y burocratizada, ¿ayuda o limita a los das generales por "otro mundo posible" en propuestas de reformas específicas,
movimientos sociales? y sobre el grado de compromiso aceptable. La gama de modelos organiza tivos
En primer lugar consideraremos las dificultades que afrorltan los movimien- adoptados (y defendidos) abarca desde asociaciones fuertemente estructuradas
tos (y los analistas) en la identificación de estrategias exitosas (9.1). Después trata- (co~o ATTAC) a grupos de afinidad informales, pasando por diversos· casos de
remos los cambios en las políticas (9.2) y en la política (9.3). La sección 9.4 tendrá alianzas transnacionales (como Via Campesina, una red de grupos de protesta de
en cuenta los intentos específicos de (algunos) movimientos sociales por cambiar campesinos procedentes de cincuenta países). El movimiento se caracteriza por
el concepto ele democracia y discutirá las interacciones entre la teoría normativa el uso de estrategias no-violentas, pero el recurso a formas específicas de protesta
de democracia y la protesta. Finalmente, las interacciones reales entre los movi- como desmantelar restaurantes de McDoriald's, la gestión de las tierras ocupa-
mientos sociales y los grandes procesos de democratización se discutirán en la das por Sem Terra y la democracia local practicada por los Zapatistas en Sierra
sección 9.5. Lacandona son cuestiones muy discutidas. Los' mismos procedimientos de toma
de decisiones del FSM han sido criticados, acusados de primar la efeCtividad
9.1. LAS ESTRATEGIAS DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES sobre la igual~ad y la transparencia.
Y SUS EFECTOS La atribución del mérito de un éxito importante se topa igualmente con una
serie de obstáculos (Tarrow 1994; Rucht 1992; Giugni 1997; Diani 1997; McVeigh,
En uno de los primeros y más influyentes trabajos sobre los efectos de las estrate- Welch y Bjarnason 2003). Uno de los problemas principales es bien conocido por
gias adoptadas por los movimientos sociales, William Gamson (1990) vio en una los científicos sociales: el hecho de que un conjunto de variables se relacionen
e,strategia minimalista ("pensar pequeño"), la acción directa y una organización unas con otras de manera tan estrecha que haga imposible discernir la causa
¿entralizada y burocrática los factores que contribuían al éxito. No obstante, a.1- del efecto. Por ejemplo, la urbanización y la industrialización han facilitado la
gunos investigadores de la acción colectiva han mostrado discrepancias. Como ya organización al intensificar los contactos físicos . Han debilitado determinadas
se ha señalado respecto a las formas de acción, la violencia parece ser una elección fuentes de socialización y solidaridad y favorecido otras (para una visión general,
estratégica prometedora en determinados momentos históricos . Por otro lado, el véase Sztompka 1993; también el capítulo 2), El acceso a una mejor educación
propio Gamson (1990) admitió que unos objetivos amplios refuerzan la solidá- aumenta la conciencia sobre los motivos de las reivindicaciones y hace que la
ridad interna y favorecen la creación de alianzas . .Por último, se ha señalado que defensa que uno hace de. sus intereses par~zca legítima. Un sístema de comuni-
cuando las organizaciones se burocratizan -también las de los movimientos caciones cada vez más efectivo difunde la información sobre movilizaciones de
sociales- el .deseo de supervivencia organizativa tiende a prevalecer por encima masas a todo el mundo. Los movimientos nacen en el curso de estas transforma-
de las metas colectivas. Según Francis.Fox Piven y Richard Cloward (1977: xxi- ciones y contribuyen a su desarrollo. Ejemplos de globalización socioeconómica,
xxii), el esfuerzo invertido en la construcción de organizaciones no es sólo fútil cultural y política son al mismo tiempo el producto de reacciones a movimientos
sino también dañino: "procurando hacer lo que no pueden, los organizadores anteriores y la a,daptación a la presión eje~cida por otros contemporáneos, que
fracasan en hacer lo que pueden. Durante los breves periodos en los que la in- aportan recursos y restricc;:iones a la protesta.
dignación prende en la gente, preparados para desafiar a las autoridades a las En tercer lugar, la presencia de múltiples actores dificulta todavía más el he-
que normalmente se someten [... ] por lo general, los que se autoproclaman líde- cho de atribuir el éxito o el fracaso a una estrategia en particular (Diani 1997).
res desaprovechan el momentum de la protesta del pueblo." La búsqueda de los Los movimientos sociales so~ actores complejos compuestos de muchas organi-

288 LOS MOVIMIENTOS SOCIALES 289 DONATELLA DELLA PORTA Y MARIO DIANI
zaci~ne.s siguien~o estrategias profundamente diferentes. Por ejemplo, algunos a menudo el éxito en la primera fase de la movilización, lo que por otra parte
mo~1m1entos reo entes se conducen m ediante campañas en las que diversas or- desencadena intereses contrapuestos y, con frecuencia, una reacción en la opinión
gam.zac1ones aportan el repertorio en el que son más hábiles: ONG ecologistas pública. Así, aunque muchas de las cuestiones planteadas por los movim ientos
pres10nand0 m ed iante lobbying a OGI, sindicatos llamando a la huelga contra sociales (la paz, la defensa de la naturaleza, las m ejoras en el sistema educativo,
los acuerdos de libre comercjo, los campesinos brasileños Sem Terra ocupando la igualdad) cuenten con un amplio consenso, la movilización puede derivar en
tierras sm usar y los hackers saturando páginas web de corporaciones. En este la polari zación de la opinión pública. Normalmente se produce un aumento del
sentido resulta difícil discernir la contribución específica de cada grupo al resul- apoyo al movimien to, pero muy a m enudo también de la oposición al mismo.
tado final. . Además, como se señaló en el capítulo anterior, el. éxito de un movimiento en
. Más importante aún: los movimientos nunca son los únicos actores que inter- determinadas reivindicaciones conlleva con· frecuencia la creación .de contra-
v1e~:n en una cuestión determinada. Lo hacen más bien en alianza con los partidos movimientos. Por ejemplo, el desarrollo del neoliberalismo se ha explicado, en
pohticos y, a menudo, también con las agencias públicas. Por ejemplo, las políticas cuanto ideología de la clase capitalista, como reacción a las victorias alcanzadas
adoptadas por otros actores. políticos y sociales son importantes a la·hora de expli- por el movimiento obrero en términos de derechos sociales (Sklair 1995).
car.el.desarrollo de la experiencia participativa en Porto Alegre, donde el partido Los problemas arriba perfilados dificultan la evaluación de la efectividad de
socialista en el 'g obierno invirtió una serie de recursos simbólicos y m ateriales e~ las estrategias de los movimientos sociales, especialmente si comparamos mo-
el proyecto. Por lo tanto, "el resultado de la negociación no es el resultado de las vimientos y países diferentes. Como es natural, también se da el problema de
características de una de las partes sino más bien de la función de los recursos relati- ~tribuir resultados particulares a actores m ás institucionalizados, como los par-

v~s de cada uno, sus relaciones con terceros y otros faetores del entorno" (Burstein, tidos políticos o los g~upos de presión. 1 A ello se suman factores específicos de
Emwohner Y Hollander 1995: 280). Como se dijo en el capítulo 8, los resultados los movimientos sociales, como su distancia respecto a las palancas ·de poder, la
obten'.dos por los movimientos sociales (o su falta de resultados) suelen explicarse definición heterogénea de sus objetivos y su inestabilidad organizativa. Por todo
a p~rt!r de las condiciones ambientales, en especial la apertura del sistema de opor- lo cual; en lo que sigue, trataremos no tanto de identificar estrategias exitosas
tumdades políticas y la disponibilidad de alia9os. Aun así, es difícil identificar qué como de considerar algunas de las consecuencias de la interacción entre los mo-
actores de los much.os involucrados en un área política son responsables de una u vimientos sociales y su entorno.
otra reacción. Si, como se ha sugerido más arriba, los ciclos de protesta se caracteri-
zan por un gran número de interacciones, los resultados serán el efecto de ese vasto 9.2. CAMBIOS EN LAS POLÍTICAS PÚBLICAS
c,o~glom~rado. J?e este modo, siempre resulta difícil saber si una determinada po-
,_ Una primera áreá en la que medir los efectos producidos por los movimientos
ht1ca hubiera salido adelante con otros actores institucionales.
En cuarto lugar, las dificultades planteadas por una pluralidad de actores se sociales es la de las políticas reales, como bien ilustra el ejemplo que abre este
suman a las de reconstruir las dinámicas cáusales que subyacen a determinadas de- capítulo. Los movimientos sociales se forman normalmente para expresar la in-
cisiones públicas. Por un lado, los acontecimientos se entrelazan de tal m anera que satisfacción con una política en una determinada área. Los grupos ecologistas
es difícil decir qué vino primero, sobre todo en momentos de mucha movilización. han pedido la intervención para pro.teger el m ed ioambiente, los pacifistas se han
Por el otro, los movimientos 'sociales demandan cambios a largo plazo pero el ciclo opuesto a la cultura de la guerra, los estudiantes han criticado el autoritarismo y
de protesta anima reformas "incrementales" inmediatas. Cuando los movimien- la selectividad del sistema educativo, el. movimiento feminista ha combatido la
tos sociales colocan determinadas cuestiones en la agenda política es algo que "no discriminación de las mujeres y los foros sociales mundiales han criticado la glo-
ocurre directamente, ni siquiera de forma lineal. D e hecho, como sus ideas se vul- balización neoliberal. Aunque se suele diferenciar entre movimientos políticos y
garizan y domestic_an, los [que ,f ueron movimientos] madrugadores en el ciclo de culturales .'.._los primeros ti enen una lógica más instrumental; los segundos, m ás
protesta desaparecen a menudo de la escena. Una parte de su mensaje se destila en simbólica- todos tienden a colocar reiv indicaciones en el s i~ tem a político.
marcos comunes de cultura pública o privada, y el resto se pierde" (Tarrow 1994: Una demanda particular se transforma frecuentemente en no-negociable,
185). D ar pasos hacia adelante y haeia atrás es propio de esta evolución: momentos sentand o con ello las bases para la identidad del movimiento. Por ejemplo, en
en los que las políticas públicas se aproximan a las reivindicaciones planteadas por muchos países, el m ovimiento feminista se ha construido alrededor del derech9
los movimientos sociales y otros en los que la situáción se deterior; .
Un problema adicional es el derivad.o de la disyuntiva de juzgar los resul- 1. Los mismos problemas observad os aquí en el caso de los movimientos sociales se
tados de la protesta a corto o largo plazo. Los movimientos sociales alcanzan plantean al hablar de l "éxito " alcanzado por un. sindicato o un partido social ista en el
gobierno.

290 LOS MOVIMIENTOS SOCIALES 291 DONATELLA DELLA PORTA Y MARIO DIANI
no~negociable de las mujeres a "elegir" en lo referente al parto. La paralización de
proceso de toma de decisiones: el surgimiento .de nuevas cuestiones, la r edacción
la m~ta~ación de _misiles nucleares de la OTAN desempeñó un papel similar en el
y aplicación de nuevas leyes, y el análisis de los efectos de las políticas públicas en
mov1m1ento paofista: En el primer caso la movilización fue proactiva, persiguien-
el alivio de las condiciones de los movilizados. D entro del sistema político se pue-
do algo nuevo: el derecho al aborto libre; en el segundo fue reactiva, buscando el
den distinguir cinco niveles de receptividad de las reivindicaciones colectivas:
bloqueo de una decisión (la instalación de misiles Cruise) que ya había sido toma-
da. ATTAC, una de las orga'nizaciones fundacionales del FSM de Porto Alegre
surgió alrededor de reivindicaciones por un impuesto a las transacciones transna~
La noción de "receptividad de acceso" indica hasta qué punto las autorida-
des están dispuestas a escuchar las preocupaciones del grupo[... ] Si la rei-
cionales. Presente también en Porto Alegre, la campaña para la condonación de la
vindicación[...] se convierte en un tema a tratar y se incluye en la agenda del
deuda pedía la anulación total de la deuda externa de los países pobres. En todos
sistema político, asistimos a un segundo tipo de receptividad que podemos
los casos se pidieron cambios considerables en políticas públicas. Lo característico
denominar "receptividad de agenda" [... ] Si la propuesta [...] se convierte
de esto_s objetivos no-negociables es su papel en la definición que los movimien-
en ley se alcanza un tercer tipo de receptividad; la noción de "receptividad
tos sociales dan de sí mismos y del mundo exterior (Pizzorno 1978). Demandas
política" indica el g rado en que los que están en el sistema político adoptan
con un valor simbólico muy alto, como la Enmienda de l'gualdad de Derechos
una legislación o política congruente con las reivindicaciones manifestadas
en el caso del movimiento feminista norteamericano, mantienen su centralidad
por los grupos de protesta [...] Si se toman medidas para asegurar que la
'.ncluso cu~ndo su efectividad potencial es cuestionable (Mansbridge 1986). La
legislación se aplique adecuadamente, entonces se alcanza un cuarto tipo:
1mportanc1a de estos objetivos no-negociable se confirma por el hecho de que,
la "receptividad de rendimiento" [...] Únicamente en los casos en los que
aunque los act1v1stas se abran a la negociación de otras demandas, las victorias
se mitiga la queja subyacente se alcanza un quinto tipo de receptividad: la
parciales_ en este tipo cuestiones, como el derecho de una mujer a interrumpir
"receptividad de impacto" (Schumaker 1975: 494-5).
voluntanamente el embarazo, se consideren derrotas. La campaña Jubilee 2000
se ha visto como un "éxito relativo, estratégicamente desafiante y políticamente
La investigación en los movimientos sociales se ha centrado en la producción
com~lejo" que. ha:"presionado eficazmente a los gobiernos acreedores para hacer
de leyes. Como una reciente revisión de la literatura ha señalado, la m ayoría de
mov1m1entos s1gmficativos hacia la cancelación de deudas impagables en el Tercer
los "estucfios se centra en la receptividad política, algunos menos en la de acceso y
Mundo" y "centrado el escrutinio público' sobre la política macroeconómica oficial
muy pocos en las de agenda política, rendimiento, impacto en políticas o cambio
en una manera sin precedentes" (Collins, Gariyo y Burdon 2001: 135). Sin embar-
estructural" (Burstein et al. 1995: 285). Una vez identificadas una serie de áreas
go, muchos de los activistas involucrados han mostrado su insatisfacción con las
donde intervienen los movimientos, análisis cuantitativos y cualitativos han tra-
respuestas que las instituciones han dado a sus demandas.
tado de medir la respuesta dadá por los parlamentos y los gobiernos. Volviendo
Las demandas no-negociables son muy importantes en la construcción de
al ejemplo del movimiento por los derechos humanos, se han redactado normas
las identidades colectivas, pero los movimientos sociales raramente se limitan
transnacionales para la protección de los pueblos indígenas, contra la tortura y
a ellas. En el caso del movimiento por una justicia global, la m eta general de
la libertad democrática (Risse y Sikkink 1999). Dichas normas empujan hacia la
"construir otro mundo posible" se ha articulado en peticiones específicas que
democratización, dando a los movimientos nacionales dentro de países autorita-
van desde la oposición a la privatización de servicios y bienes públicos (i.e., la
rios resonancia en los foros supranacionales (Keck y Sikkink 1998).
c~mpaña para un acceso gratuito al agua) hasta los derechos de los gobiernos na-
Por lo tanto, parece acertado empezar el análisis de los efectos concretos de
c10nales para organizar la producción a bajo coste de los medicamentos en casos
los movimientos sociales atendiendo a la producción de legislación, lo que, en
de emergencia; de fa oposición a proyectos específicos de construcción de presas
cualquier caso, no es suficien te. Como se ha señalado a la hora de discutir los
a una reforma democrática de las Naciones Unidas. Mediante la cooperación en
movimientos sociales y la estructura de oportunidades políticas, estados diferen-
campañas globales de protesta, las asociaciones ecologistas recalcan la falta de
tes tienen capacidades diferentes para implementar la legislación, y es precisa-
sostenibilidad medioambiental del capitalismo neoliberal, los sindicatos lo hacen
mente m ediante dicha implementación como se obtienen ganancias concretas.
con las consecuencias negativas del libre comercio sobre los dérechos laborales
Incluso las normas transnacionales más relevantes recogidas en acuerdos interna-
Ylos niveles de empleo, y los gr~pos feministas insisten en el sufrimiento de las
cionales necesitan leyes nacionales para promulgarse a nivel nacional. Como apun-
mujeres derivado de los recortes del estado de bienestar.
tan los acuerdos sobre la proliferación armamen tística y las minas terrestres, o el
Desde el punto de vista de las políticas públicas, los cambios impulsados por
Acuerdo de Kyoto para el control del cambio climático, las superpotencias (y an-
los movimientos sociales pueden evaluarse atendiendo a las distintas fases del
tes que nadie, Estados Unidos) rehúsan ·a menudo la firma o la implementación

292 LOS MOVIMIENTOS SOCIALES


293 DONATELLA DELLA PORTA Y MARIO OIANI
bajadores a nivel mundial" (80%) y se mostraba incondicionalmente en contra
ele los acue.rclos inte ~nacionales. Así, para evaluar los resultados producidos por
ele la guerra (74%) y a favor ele introducir la Tasa Tobin (64%) y ele la libertad
los mov1m1entos sociales resulta igualmente necesario. analizar cómo las leyes 0
ele movimientos de los emigrantes (55%). En conjunto, el 19% ele los consul tados
los acuerdos que éstos contribuyen a promulgar se aplican realmente.
elijo que el movimiento "no-global" era "muy positivo" y el 50,9% que era "bas-
El cambio real, es decir, los efectos producidos por la legislación, resulta toda-
tante positivo". Sólo el 16,1 % lo ve~a bastante o muy negativo (para más detalles,
vía m ás difícil ele juzgar. Las leye~ que buscan satisfacer algunas de las dem andas
véase Porta, Andretta, Mosca y Reiter 2005: cap. 7).
ele los movimientos sociales pueden ver limitado su efecto, o incluso ser contra-
Es útil, por tanto, contemplar el impacto del movimiento sobre la sensibili-
p.roclucentes, independientem ente ele lo bien implementadas que estén . El expe-
zación, i.e., la "posibilidad de que un movimiento provoque la sensibilización de
rm~ento ele P orto Alegre, que premiaba a los distritos m ás participativos, corrió
algunos actores sociales de la arena política o la arena pública hacia las metas del
el nesgo ele producir desequilibrios en el gasto. Con el presupuesto participativo,
movimiento" (Kriesi et al. 1995: 211). Además, los movimientos sociales son más
la inversión inicial en la construcción ele carreteras pa ra mejorar las condiciones
conscientes de la necesidad de apoyo público que otros actores mejor provisiona-
ele. las áreas m ás pobres y m arginales tuvo efectos colaterales negativos en tér-
dos. Dado que la protesta es una movilización de corto recorrido, los movimien-
mm~s ele sostenibilidacl medioambienta.l (Allegretti 2003: 226) .. Sólo con el pasó
tos sociales n_o pueden contentarse con unas reformas legislativas que siempre
del tiempo se desarrolló plenamente un programa ele urbaniza~ión basado en la
pueden ser revocadas m ás tarde. Deben asegurarse que el apoyo a su causa sea
creación ele espacios abiertos que facilitaran la sociabilidad (ibíd.: 281).
tan amplio como para desanimar tocio intento ele volver a trás .
Hablar ele normas implica tener en cuenta que, además de los cambios es-
Hay que añadir que los movimientos sociales no sólo intentan cambiar la
.tructurales en el estado ele las categorías o los grupos sociales movilizados en la
opinión pública. También buscan conseguir apoyos entre los responsables de
acción colectiva, la transformación cultural es un elemento adicional importante
implementar las políticas públicas, cambiando los valores de las elites políticas
a la hora ele alcanzar y consolidar los logros. Si bien es cierto que tocios los mo-
y del público en general. f1.ungue la m ovilización de masas puede convencer
vimientos tienden a reivindicar un. cambio legisl~tivo, esto no quiere decir que
temporalmente a los partidos políticos para que apoyen la aprobación ele una de-
sea su único, ni siguiera su principal objetivo. De hecho, los movimientos portan
terminada ley, ésta debe también implementarse. También aquí los movimientos
mensajes simbólicos (Gamson 2004: 247): tratan ele influir en el público difun -
sociales no cuentan siempre con los medios suficientes para acceder a las áreas
diendo su propia concepción del mundo y luchan por ver reconocidas nuevas
menos visibles de la implementación de políticas y, por lo tanto, sus posibilida-
identidades. Los efectos ele los movimientos sociales también se conect~n con
des de éxito dependen ele su capacidad de influencia sobre las agencias públicas
cambios culturales difusos: la elaboración de "nuevos códigos" (Melucci 1982,
responsables de implementar aquellas leyes que les preocupan. Por ejemplo, vía
1984a). Por regla general, las nuevas ideas surgen dentro ele comunidades críticas
contactos directos o vía brokers, los expertos cercanos a los movimientos han siclo
y se difunden luego vía los movimientos sociales. Como observó Rochan (1998:
capaces de infiltrarse en la comunidad internacional de apoyo, colaborando en
179), "la tarea de convertir el problema crónico descrito por la comunidad crítica
la difusión del disenso relacionado con estrategias neoliberales dentro de Ja elite
en un problema grave que atraiga la atenciórr ele los medios de comunicación es .
política y no-política. A m ediados de la década ele 1990, líderes de muchos países
competencia ele los movimientos sociales y políticos."
occidentales se apartaron del liberalismo puro ele los años de T hatcher y Reagan.
La capacidad de los movimientos sociales para realizar sus bbjetivos gene-
En la arena internacional, y a veces desde sitios inesperados, se oyen opiniones
rales se ha considerado siempre baja. Sin embargo, se ha visto que son eficaces
llamando la atención sobre temas relacionados con los servicios sociales y la cles-
a la hora ele trasladar nuevas cuestiones al debate público, es decir, en la temati-
regulación del mercado (O' Brian, Goetz, Scholte y William s 2000: 9).
zación. Por ejemplo, después ele Seattle, el movimiento por una justicia global
parecía haber alcanzado el éxito al colocar en la agencia pública los temas de las
9.3. MOVIMIENTOS SOCIALES Y CAMBIOS PROCESALES
desigualdades sociales y la opacidad en la toma transnacional ele decisiones. En
junio ele 2001, poco antes de la cumbre del G8 en Génova, una encuesta nacional
Los m ovimientos sociales no se limitan a intervenir en políticas individuales. A
m enudo influyen en la m anera en la q ue funciona el ~istema político en su con-
(realizada por el CIRM) reveló que un elevado 45% ele los italianos simpatizaba
con los argumentos del movimiento, mientras que un 28% no lo hada y un 27%
junto: sus procedimientos institucionales y formales, el reclutamiento de elites
no tenía opinión al respecto (La R epubblica l 7/06/2001). Una encuesta posterior
y la configuración informal del poder (Kitschelt 1986; Rucht 1992). Los movi-
del Simulation lntelligence Research mostraba cóm o una gran mayoría de los
mientos piden, y a m enudo consigu~n, la descentralización del poder político, la
ciudadanos italianos estaba a favor ele cancelar la deuda del Tercer Mundo (81 %)
consulta a ciudadanos interesados en decisiones particulares, o recursos de apela-
y de establecer "la igualdad en las condiciones económicas y laborales de los tra-

295 DONATELLA DELLA PORTA Y MARIO DIA N I


294 LOS MOVIMIENTOS SOCIA LES
ción contra las decisiones de la administración pública. Interactúan cada vez más cada vez más importante para la expresión directa ae1 cmaauauu cu111cmc, ._,_
con la administración pública presentándose como instituciones de "dem~cracia pecialmente en temas no directamente relacionados con las líneas de fractura
desde abajo" (Roth 1994): piden que se les permita testificar frente a las institu- .social (social cleavages) sobre las cuales se han formado los partidos políticos. Las
ciones representativas y el poder judicial, ser escuchados en calidad de cóntra- campañas de referéndum brindan una oportunidad a los movimientos sociales
expertos y recibir reconocimie~to legal e incentivos materiales. para publicitar las cuestiones que les preocupan y la esperanza de ser capaces de
La protesta, que representa una pequeña parte de la acti~idad general de puentear los obstáculos representados por gobiernos hostiles a sus demandas.
~os movimientos sociales, tiene si~ duda un valor importante pero a menudo Los movimientos sociales contribuyen también a la creación de nuevas are-
ineficaz, a no ser que se acompañe_ de actividades de lobby más tradicionales. nas para el desarrollo de políticas públicas .. Estos nuevos espacios para la toma
Aunque los contactos con ministros y la burocracia pública puedan no verse en de decisiones varían en términos de apertura, duración y grado de poder. Sin
sí mismos como especialmente efectivos a la hora de influir en las políticas, se embargo, tienen dos cosas en común: una legitimidad que no se fundamenta
consideran útiles a la hora de reunir información y contestar la influencia de en los principios de la democracia representativa y una visibilidad mayor que
los grupos de presión. Por ejemplo, el movimiento ecologista ha sido capaz de las esferas institucionales de toma de decisiones. Podemos identificar algunas de
responder a los anti-ecologistas mediante alianzas dentro d¿ la burocracia de la estas nuevas arenas.
Comisión Europea (Ruzza 2004). Como veremos más adelante, los movimientos Las comisiones de expertos se crean a menudo en torno a cuestiones plan-.
sociales aumentan las posibilidades de acceso al sistema político a través tanto de teadas en las protestas; pudiendo los representantes de los movimientos sociales
canales ad hoc con relación a determin'adas cuestiones como de instituciones que i
1 participar en aquellas en calidad de observadores. La "Comisión Presidencial
se mantienen abiertas a toda clase de actores no-institucionales. J sobre Disturbios en los Campus" dirigida por William Scranton en Estados
A finales del Novecientos, los movimientos sociales fueron capaces de intro- j Unidos ~n 1970 es un buen ejemplo. Otros son la comisión liderada por Lord
ducir cambios en la dirección de un mayor control de las instituciones- públicas Scarman sobre los disturbios en Reino Unido en la década de 1980 y la comisión
por parte de la base. En muchos países europeos, la descentralización adminis- de investigación sobre "Protesta Juvenil en el Estado Democrático" de Alemania
trativa ha tenido lugar a partir de la década de 1970 con la creación de nuevos ca- (Willelms et al. 1993). Después de Seattle se crearon comisiones de expertos in- .
nales de acceso a quienes t~man las decisiones. Diversas formas de participación
J
dependien~es para investigar los efectos sociales de la globalización (como la
en el proceso de toma de decisiones se han probado dentro de las organizaciones 1 Comisión Parlamentaria alemana) y el comportamiento de la policía en las pro-
de los movimientos sociales. Si los partidos políticos de masas son un "contagio testas transnacionales (véase la Comisión Municipal sobre los hechos de Seattle).
desde la izquierda" y la democracia mediática de masas un "contagio desde la Todas ellas comparten el reconocimiento de que los problemas a tratar son de
derecha'', los nuevos movimientos sociales han sido bendecidos como un "con- ..
~ alguna forma problemas extraordinarios que requieren soluciones extraordina-
tagio desde abajo" (Rohrschneider 1993a). Los movimientos sociales han ttaído rias. Aunque dichas comisiones de expertos disfruten, por lo general, de un man-
una pluralización de las formas en las que se adoptan las decisione.s polític_as, 1 dato limitado y únicamente poder consultivo, dialogan con la opinión pública a
e_m pujada por la insatisfacción cíclica en relación con la democracia representa- través del contacto con la prensa y la publicación de sus informes.
tiva, centralizada y burocratizada (véase más abajo). En este <Sentido, los movi- Se han abierto otros canales para la creación de instituciones consultivas en
mientos sociales han producido un cambio en la cultura política, en el conjunto cuestiones relacionadas con las reivindicaciones de los movimientos sociales. En
de normas y esquemas de referencia que definen los temas y los medios de acción muchos países existen hoy en día ministerios del estado, agencias de gobiernos
políticamente legítimos. Los repertorios de acción colectiva, en su día condena-
1 locales y otros cuerpos similares dedicados a temas relacionados con la mujer o
d_os con sim.pleza como problemas de orden público, se han ido aceptando poco el ecologismo, como también sucede en las OGI. Dichas instituciones, que sue-
a poco (della Porta 1998b).
En muchos países, la democracia directa actúa como un canal de acceso su- j len crearse para permanecer en el tiempo, disponen de un presupuesto propio y
tienen el poder de implementar políticas. La presión ejercida por la movilización
plementario a los abiertos dentro de la democracia representativa. Por ejemplo, ha creado cierta burocracia regulatoria que ve a los activistas como potenciales
en temas como el divorcio, el aborto o la discriminación de génew; el movimien-
l aliados (Amenta 1998). Los activistas han sido cooptados dentro de determinados
j
to de mujeres fue, en muchos casos, capaz de conseguir directamente el apoyo de cuerpos públicos en calidad de miembros de su equipo (o viceversa). Se han gene-
la gente, bien mediante legislación promovida a nivel popular, bien mediante re- rado nuevas oportunidades para una "cooperación conflictiva" dentro de agencias
feréndums para la derogación de leyes existentes, bien con la implementación de reguladoras que han sido creadas para implementar unos objetivos que también
acuerdos transnacionales. Los referéndums se han convertido en un instrumento son apoyados por los activistas de los movimientos (Giugni y Passy 1998: 85). El

296 LOS MOVIMIENTOS SOCIALES 297 DONAT ELLA DELLA PORTA Y MARIO DI ANI
persona1ae1a aamm1strac1ón púbhca que trabap en estas instituciones actúa de
mediador de las reivindicaciones de los movimientos a través de canales tanto
formale~ c?mo informales y, con frecuencia, se alía con los representantes de
l En particular, los activistas de los movimientos sociales mantienen contac~
tos directos con quienes toman las decisiones al formar parte de comunidades
los ~ov1m1entos para aumentar la cantidad de recursos disponibles en las áreas epistémicas compuestas por representantes de gobiernos, partidos y grupos de
polit1cas sobre las que ejercen su autoridad. Tienden a mantener un contacto interés de diferente tipo e ideología. Las ONG críticas con la globalización neoli-
frecuente con los representantes de los movimientos sociales involucrados en sus beral han recurrido a la presión tanto nacional como internacional, adquiriendo
áreas, en ~uchos casos con los movimientos desempeñando el papel de asesores y cultivando una pericia específica en la materia. Desde los grupos de derechos
y, en ocas10nes, desarrollan intereses comunes. La colaboración adopta diversas humanos hasta los· ecologistas, las redes de apoyo a una causa (advocacy networks)
f?r~as: desde la asesoría hasta la entrada en comités, o la delegación de poder formadas por activistas, burócratas de organizaciones internacionales y políti-
(zbz'd.: 86). cos de muchos países han obtenido beneficios sustanciales en áreas dispares, por
Las negociaciones informales han permitido que algunas organizaciones ejemplo, la prohibición de minas anti-persona, la descontaminación de desechos
gubernamentales internacionales coopten a asociaciones de los movimientos radioactiv9s y el establecimiento de tribunales internacionales para las violacio-
sociales, que acceden a colaborar a través de canales discretDs. De este modo, nes de los derechos humanos (Khagram, Riker y Sikkink 2002; Klotz 1995; Risse
las ONG han entrado a formar parte de la gobernanza mundial en calidad de y Sikkink 1999; Thomas 2001). Algunas ONG han destacado no sólo por crecer
actores, en ocasiones con papeles importantes, reconociéndose su participación en tamaño sino también por consolidar su influencia en diversas fases del proceso.
en el desarrollo e implementación de norma:s internacionales, como las de dere- de diseño de las políticas internacionales (Sikkink y Smith 2002; Boli 1999). Sus
chos humanos (Pagnucco 1996: 14). Como ha sido señalado recientemente "las activos incluyen una creciente credibilidad en la opinión pública, con la conse-
i~stit_uciones públicas internacionales están cambiando en respuesta a la pr~sión cuente disponibilidad de financiación privada,2 y su enraizamiento a nivel local.
e¡erc1da P?r los movimientos sociales, las ONG y los actores económicos, pero di- Su conocimiento específico en la materia, combinado con contactos útiles en la
cho cambio varía en función de la cultura institucional, la estructura el rol de la prensa, hacen que muchas ONG parezcan fuentes especialmente dignas de con-
1
ca~eza ejecutiva y la vulnerabilida~ respecto a la presió~ de la socied~d civil" (O' fianza. Gracias a que cuentan con personal profesional a su disposición, son ca-
Bnen, Goetz, Scholte y Williams 2000: 6). En fecha tan temprana como 1948 se paces de mantener un nivel justo de actividad incluso en los periodos e.n los que
creó en el seno de Naciones Unidas la Conferencia no-gubernamental de ONG
con grado de asesores (CONGOS), que en la década de 1990 alcanzó los 1.500 j el nivel de fa movilización de protesta es relativamente bajo. Su independencia
de los gobiernos, combinada con una reputación construida a partir de un sólido
trabajo a nivel local, permiten que algunas ONG desempeñen un papel impor-
miembros (Rucht 1996: 33). En la Unión Europea, se han mantenido intercam-
bios informales de información con diversos tipos de asociaciones, sobre todo por tante en la mediación de conflictos inter-étnicos (Friberg y Hettne 1998). Por
~.

parte del Parlamento, pero también de otros cuerpos (e.g., Marks y McAdam último, extienden el pluralismo dentro de las instituciones internacionales repre-
1999; Mazey y Richardson 1993; della Porta 2004b; Ruzza 2004; Lahusen 2004). sentando a grupos que de otra forma quedarían excluidos (Riddel-Dixon 1995)
A los movimientos sociales se les ha reconocido una contribución procesual in~ y colocando el foco de atención en los procesos transnacionales, contribuyendo a
cluso en el seno del Banco Mundial, en el sentido de haber pr.opiciado una ma- que el proceso de gobernanza sea más transparente (Schmidt y Take 1997).
yor _p~rticipación y el reclutamiento de cierta cantidad de personal progresista
{ Más importante aun, las llamadas arenas deliberativas han alcanzado un de-
(Chmboga 2001: 81). Además de un relativo reconocimiento institucional, las sarrollado significativo en las últimas dos décadas, especialmente a nivel local.
ONG especializadas en labores de asistencia han recibido fondos para progra- Dichas arenas se basan en el principio de participación de los "ciudadanos nor-
1 males y corrientes" en las arenas públicas de debate, autorizados para ello gracias
mas de desarrollo que ellas mismas han presentado o para unirse a proyectos pre-
se~t~dos por gobiernos nacionales o internacionales (O'Brien, Goetz Scholte y a la información y las reglas de la comunicación de calidad. En Europa, hay
Wrlhams 2000: 120). Muchas han participado en la gestión de fondos destinados 1 varios ejemplos: Jurados Ciudadanos en Reino Unido y España, Plannunzelle
a emergencias y la ayuda humanitaria, que constituyen más de las mitad de los en Alemania, Consensus Conference en Dinamarca, Conferencias de citoyens en
proyectos del Banco Mundial (Brecher, Costello y Smith 2000: 114).:Más impor- Francia, además de Agenda 21 y diversos experimentos de planificación ur-
tante aún, los movimientos sociales han participado en la construcción de institu- banística estratégica. Al nivel supranacional, las ONG han sido recon,ocidas
ciones de alcance internacional (en concreto, en derechos humanos y protección
med10amb1ental), haciendo uso .de un "poder suave" en forma de conocimiento 1 2. Sólo un ejemplo, en el año 2000, Amnistía Internacional -que a menudo se suma a
e información (Smith 2004: 317). 1 las protestas antiglobalización- püdo contar con el apoyo, financiación incluida, de más

298 LOS MOVIMI EN TOS SOCIALES


l
j
de un mi llón de miembros organizados en seccíones nacionales de 56 países (Schneicler
2000; Anheier yThemudo 2002: 193).

299 DONAT ELLA DELLA PORTA Y MARIO DIAN I


como .socios inforrr:ales en la consulta. de decisiones políticas y la participación T su sede en Europa y América del Norte) (Sikkink 2002) y las asociaciones más
en, la implementación de políticas. Entre otros casos, el Libro Blanco sobre la importantes se organizan jerárquicamente y no trabajan de forma muy trans-
Gobernanza ~uropea (2001) reconoce el principio de participación a través de parente (Schi:nidt y' Take 1997; Sikkink 2002). Las organi'zaciones interguber-
la consulta abierta a los ciudadanos y sus asociaciones como uno de los pilares namentales prefieren por lo tanto tratar con las ONG más grandes y pesadas y
fund.arr:entales de la gobernan~a en la Unión Europea. Actores vinculados a los menos monitorizadas por la base (Chandhoke 2002; Guiraudon 2001). Aunque
~ov1m1entos sociales han intervenido en el desarrollo de algunos de estos expe- algunas ONG fueron las primeras en movilizarse contra las instituciones finan-
nmentos, a veces como críticos, otras como opositores.externos. · cieras internacionales (en concreto el Banco Mundial, el FMI y la OMC), las
Además del presupuesto participativo, diversos experimentos se han presen- protestas proliferaron por el escepticismo respecto a la eficacia de las actividades
tado como parte de un modelo de democracia deliberativa con poder de decisión de lobby y la percepción de que el enfoque reformista de las grandes ONG había
(e.m powered deliberative democracy) centrado en la participación, la calidad del fallado (Brand y Wissen 2002). Con los recortes en el gasto público, las ONG
discurso Y el poder de los ciudadanos (Fung y Wright .2001). Los ejemplos in- corren el riesgo de ser explotadas para suplantar un servicio público cada vez
clu!en a los conse¡os de gobernanza vecinal de los barrios pobres en el centro de más mermado (Chandhoke 2002: 43). Además, puede suceder que expertos ma-
Chicago. para el co~trol policial y las escuelas públicas, los e~fuerzos conjui:-tos nipulados con habilidad legitimen las soluciones más favorables a los gobiernos
~e trab~¡adores Y directores de empresas para gestionar los mercados laborales como las "científicamente más apropiadas". Los referéndums tratan limitadas
m~ustnales, el desarrollo interesado de acuerdos de gobernanza ecosistémica cuestiones y movilizan a la opinión pública a muy corto plazo. Con ellos también
ba¡o la Ley norteamericana de Especies en Peligro, y la gobernanza de aldeas de se corre el riesgo de. que las decisiones se adopten por una "mayoría silenciosa"
Beng~!ª Occidental en la India. El objetivo central de estos experimentos es la desinteresada (y desinformada) respecto a los temas y problemas planteados por
soluc10n d~ pr~blemas específicos a través del compromiso de la población afec- los movimientos sociales y, por consiguiente, fácilmente influenciable por aque-
tada, que implica la creación de nuevas instituciones y la descentralización de llos con mejores recursos para la manipulación del consenso. Algunos trabajos
la to~a de decisi~n~s, pero también la coordinación con las instituciones repre- concluyen que la participación ciudadana en la elaboración de políticas aumenta
sentat.1va~. Los, ob¡et1vos de las nuevas instituciones incluyen soluciones efectivas la eficiencia, mientras que otros expresan sus dudas respecto~ su capacidad para
Y eqmtat1vas a los problemas, además de una participación amplia, profunda y resolver el problema de los oportunistas lfree-riders) y para producir decisiones
durade~:· En concreto, se ha creído que el presupuesto participativo contribuye a óptim;:is o facilitar la consecución del bien común (Renn et al. 1996; Petts 1997;
la creac1on de un contexto positivo para el asociacionismo, fomenta el acti~ismo Hajer y Kesselring 1999; Grant, Peri y Knoepfel 1999).
conecta a organizaciones en red y trabaja en pos de una orientación municipai Los modelos participativos de democracia son, además, difíciles de imple-
(Baiocchi 2002). . mentar. Los niveles de participación efectiva, pluralidad y eficacia de las nuevas
i. Pero, ¿qué ofrecen exactamente las nuevas arenas a los movimientos sociales? arenas creadas para la toma de decisiones varían según los casos pero no dejan de
Según. algunos autor:s, estos canales de acceso generan más riesgos que ventaja;. ser insatisfactorios. Por lo que respecta a su pluralismo, y dado que los recursos
En pnmer lugar, se mduce a los movimientos a aceotar el trasb.-ln ílf'l rnnAirtn para la movilización colectiva se distribuyen de forma desigual entre los gru-
de la :a!le: ar.enas ~enos afines, donde los recursos 'que me·~~~~le~-s;b~a-~:~~·~~ pos sociales, las áreas y grupos más pobres corren el riesgo de quedar excluidos
la penc1a. te~mca o científica, son especialmente importantes. La organización de de las nuevas instituciones . A menudo, su capacidad efectiva para la toma de
una com1s10n puede no ser otra cosa que un gesto simbólico de la elite hacia las decisiones es mínima: por diversas razones, los nuevos canales de participación
bases y. una forma de retrasar una decisión hasta que soplen vientos más favora- se limitan, por lo general, a la consulta de los ciudadanos. Si una participación
~les ~L1psky 1965). De hecho, la creación de nuevos procedimientos y arenas ins- cada vez mayor permite una mayor visibilidad -y responsabilidad- del proce-
tituc~o~ales puede contemplarse como un medio para cooptar a las. elites de los so de elaboración de las políticas, el proceso paralelo (y más efectivo) de toma de
mov1m1entos Ydesmovilizar a sus bases (si son lo suficientemente ingenuos como decisiones parece puentear las arenas públicas.
para no darse cuenta del engaño) (Piven y Cloward 1977: 53). La desconfianza en Por otro lado, los movimientos sociales han sacado con frecuencia benefi-
la independencia real de las ONG queda reflejada en la proliferacion de acróni- éio (en parte gracias a las alianzas con expertos y policy-makers) del traslado de
mos como CONGOS (si~las en inglés de ONG Organizadas por el Gobierno), la toma de decisiones a comisiones ad hoc, sin duda más abiertas al escrutinio
B<?~GOS (ONG Orgamzadas por los Negocios) y GRINGOS (ONG Dirigidas/ público que las arenas normales de implementación de las políticas. Nuevas
In1c1adas por el Gobierno). Las ONG se implantan predominantemente en el cuestiones se han incorporado a la agenda pública gracias al trabajo de dichas
Norte del planeta (dos tercios de las registradas en las Naciones Unidas tienen comisiones: "Las comisiones formaron parte del proceso por el cual se definieron

300 LOS MOVIMIEN TOS SOC IA LES 301 DONATELLA DE.LLA PORTA Y MARIO DIANI
ius pruu1em~s y se cerro Ja agenaa L···J :::>u propia creacrón md1ca que Ja praxis
normal del sistema d e toma de decisiones políticas era insuficiente y que, por tan-
to, se precisaban expertos de las instituciones científicas" (Willelms et al. 1993).
Aunque los movimientos sociales no siempre han estado en el lado vencedor
¡¡ representantes que sólo pueden ser controlados en el momento de las elecciones
y luego tienen plena autoridad para decidir en el tiempo que media hpsta las si-
guientes. Además, los movimientos sociales, como portadores de una concepción
de los referéndums, han contribuido a colocar nuevos temas en la agenda pú- neo-comunitarista de democracia, critican el modelo democrático "organizado"
blica Y a fomentar la simpatía del público hacia nuevos actores. La habilidad basado en la mediación de los partidos políticos de masas y en la estructuración
para transformar las reglas del.juego político es una precondición para influir de intereses "fuertes". Buscan trasladar la toma de decisiones hacia emplaza-
en las políticas públicas. En otras palabras, las victorias procesales preceden (al mientos más transparentes y controlables. En su concepción de la democracia, la
menos en parte) y son indispensables para alcanzar el éxito a un nivel más pro- propia población (que se interesa de manera natural en la política) debe asumir
fundo (Rochon y Mazmanian 1993). Ampliar la participación de los ciudadanos la responsabilidad directa de la intervención en el proceso de toma de decisiones
en el ?iseño de las políticas -en forma de auditorías, jurados populares, etc.- políticas.
contnbuye a menudo a resolver los problemas planteados por la oposición local Sin lugar a dudas, la idea de democracia desarrollada por los movimientos
al uso .no deseado de la tierra (LULU, siglas del inglés locally ur.wanted land use) sociales desde los años sesenta del siglo pasadb bebe de fuentes parcialmente di-
(Bobb10 YZeppetella 1999; Sintomer 2001). Como se ha mencionado más arriba ferentes de las de la democracia representativa. Según el modelo de democracia
el énfasis ?articipativo en la buena gobernanza y la confianza en la educación po~ representativa, los ciudadanos eligen a sus representantes y ejercen e.l control
pular (Ba10cch1 2001) parecen haber producido resultados positivos con respecto mediante la amenaza de no ser re-elegidos en los siguientes comicios. La demo-
al poder atribuido a los ciudadanos y la mejora de su calidad de vida. cracia directa defendida por los movimientos sociales rechaza el principio de de-
legación, un instrumento de poder oligárquico, y propone que los representantes
9.4. LOS MOVIMIENTOS SOCIALES Y LA TEORÍA DEMOCRÁTICA puedan ser destituidos en todo momento. En la democracia representativa, la
delegación es, ad~más, general, con representantes que deciden sobre un con-
· Dej,and_o a _l!n lado los res~ltado~ obtenidos en reivindicaciones particulares, de- junto de materias en nombre de los ciudadanos, mientras que en un sistema de
bena anad1rse que la proliferación de nuevas arenas políticas ha contribuido a democracia directa la delegación se refiere únicamente a cuestiones particulares.
la re~liz.ación de lo que se _h a considerado uno de los objetivos principales; si.no Mientras qw~ la primera prevé la creación de un cuerpo especializado de repre_:--
el pnncrpal, de muchos movimientos sociales (aunque no de todos· véase más sentantes, la segunda apuesta por la renovación continua. La primera se basa en
abajo): el desarrollo de un nuevo concepto de democracia. De hecho,'se ha dicho la igualdad formal (una persona, un voto); la segunda es participativa y en ella se
que los movimientos sociales no se limitan al desarrollo de canales especiales de reconoce el derecho a decidir únicamente a los que demuestran su compromiso a
acceso para su propio disfrute sino que, de forma más o menos explícita, plantean la causa pública. Mientras que la democracia representativa suele ser burocrática,
una crítica sustancial a la política convencional, trasladando con ello el foco de con la toma de decisiones concentrada en el escalafón más alto, la democracia
s~s esfuerzos ?e .la polític~ a la meta-política (Offe 1985). Desde este punto de · directa aboga por la descentralización y una toma de decisiones lo más cerca
v1sta, los mov1m1entos sociales afirn1an la legitimidad (aunque no la primacía) posible de la vida de la gente.
de alternativas a la democracia parlamentaria, criticando tanto '1a democracia El movimiento por una justicia global critica el funcionamiento de las demo-
liberal como la "democracia organizada" de los partidos políticos: "Los intereses cracias avanzadas, en particular, el funcionamiento oligárquico de los partidos
Y la lucha de los movimientos sociales libertarios de izquierdas invocan así un políticos, las implicaciones excluyentes de la ley de la mayoría, la monopoliza-
antiguo elemento de la teoría democrática que clama por una organización del ción de las esferas públicas de comunicación y la exclusión de la práctica de-
proceso colectivo de toma de decisiones que se ha descrito de diferentes maneras mocrática de grupos y temas marginados. Los procesos de toma de decisiones
como clásica, populista, comunitarjsta, fuerte, de base o democracia directa en públicas son poco transparentes y apenas se publicitan; la extrema simplificación
contra de una práctica democrática propia de las democracias contemporáneas de los mensajes políticos inducida por el formato de los medios de comunicación
etiquetada de realista, liberal, elitista, republicana o democracia representativa" de masas es asimismo criticada debido a sus implicaciones para la conciencia
(Kitschelt 1993: 15). política de la ciudadanía. Sin embargo, las organizaciones de los movimientos no
1?e acuerdo con esta interpretación, los movimientos sociales reivindican que aspiran, por lo general, a la abolición de los partidos políticos ni persiguen fundar
un sistema de democracia direct;i. es un sistema más cercano a los intereses de otros nuevos. Piden la democratización de la vieja política, las instituciones, los
la población que la democracia liberal basada e~ la delegación de poder a unos partidos y sindicatos, y proponen ·la co.nstitución de esferas públicas alternativas
y abiertas donde poder desarrollar, analizar y comparar posiciones diferentes

302 LOS MOVIMIENTOS SOCIALES


303 DONAT ELLA DELLA PORTA Y MARIO DIANI
sobre una ba'se ética manifiesta (c~mo la justicia social, en el caso del presupuesto transformar las preferencias individuales y alcanzar decisiones orientadas al bien
participativo de Porto Alegre). Un req uisito mínimo para el desarrollo de este público (della Porta 2005d). Algunas de las dimensiones de esta definición (como
tipo de esfera pública es un sistema mediatico que sea competitivo de un modo la inclusividad, la igualdad y la visibilidad) resuenan en las incluidas en los mo-
efectivo y pluralista. En este sentido, los movimientos sociales son también una delos participativos que he~os descrito como típicos de los nuevos movimientos
respuesta a problemas emergentes del sistema de representación de intereses, sociales, mientras que otras (sobre todo, la atención a la calidad de la comunica-
"compensando" la tendencia de los partidos políticos a favo recer los intereses · ción) han surgido como preocupaciones emergentes.
que merecen la pena en términos electorales y la inclinación de los grupos de En primer lugar, y como es tradición en los movimientos, la democracia par-
interés a favorecer los estratos sociales mejor dotados en términos de recursos, ticipativa con poder de decisión es inclusiva: requiere que todos los ciudadanos
marginando al resto (véase cap. 8). interesados en las decisiones que se van a adoptar se incluyan en el proceso y pue-
El principio de la democracia participativa con poder de decisión arriba men- dan expresar su vo~. Esto significa que el proceso deliberativo tiene lugar bajo
cionada vincula la concepción tradicional de democracia participativa y directa una pluralidad de valores con personas que mantienen perspectivas diferentes
con el interés emergente de -los teóricos políticos en la democracia deliberativa sobre problemas comunes. Tomando el presupuesto participativo como ejemplo,
y, en particular, en la calidad de la comunicación. 3 Las teoría's deliberativas han las asambleas se celebran en todos los distritos y se abren a todos los ciudadanos,
surgido y se han desarrollado a partir de la preocupación por el funcion amiento y la elección de tiempo y lugar busca facilitar la participación de todos aquellos
de las instituciones representativas. Sin embargo, los investigadores de esta forma interesados en el proceso (incluso se organizan guarderías para que las madres y
de democracia no se ponen de acuerdo en el locus de la discusión deliberativa: al~ los padres puedan participar).
gunos se preocupan por el desarrollo de las instituciones liberales, otros por el de Además, todos los participantes son iguales: la deliberación tiene lugar entre
esferas públicas alternativas libres de la intervención estatal (della Porta 2005b). ciudadanos libres e iguales ·(en cuanto "deliberación libre ent-re iguales'', Cohen
El análisis de la calidad comunicativa de la democracia es de suma importancia 1989: 20). De hecho, "todos.los ciudadanos deben poder desarrollar las capacida-
en el trabajo de Jürgen H abermas (1996), quien ha postulado un doble proceso, des que les dan acceso efectivo a la esfera pública" y "una vez en público, deben
con una deliberación "informal" fuera de las instituciones que iuego, en forma tener el suficiente respeto y reconocimiento como para ser capaces de influir fa-
de opinión pública, afectaría a la deliberación institucional. Según otros autores, vorablem efl.te en l ~s decisiones que les afectan" (Bohman 1997: 523-4). La de-
las deliberaciones se sitúan sobre todo en los grupos de voluntarios (Cohen 1989). liberación debe excluir el poder que deriva de la coerción pero también el que
John Dryzek (2000), fuerte defensor de la segunda posición y experto en la polí- lo hace de un ajuste desigual de los participantes en cuanto representantes de
tica de los movimientos, ha señalado a los movimientos sociales como los mejor organizaciones de diferente tamaño e influencia. En este sentido, la democra-
posicionados para construir espacios deliberativos que puedan mantener una cia deliberativa se opone a las jerarquías y acentúa la participación directa de la
mirada crítica sobre las instituciones públicas. Jane Mansbridge (1996) afirmó base. En el presupuesto participativo, reglas como un tiempo limitado para cada
asimismo que la deliberación debería tener lugar en distintos enclaves al margen intervención o la presencia de facilitadores se diseñan para dotar a todos los ciu-
del poder institucional, incluyendo el ejercido por los propios movimientos. Si dadanos de !as mismas oportunidades de participación.
los movimientos sociales alimentan las actitudes comprometidas y críticas hacia El concepto de transparencia encuentra resonancia en la democracia directa
las instituciones públicas, la democracia participativa necesita de ciudadanos "in- y participativa. En la definición de Joshua Cohen, una democracia deliberativa
sertos" en redes asociativas capaces de dotar de habilidades democráticas a sus es "una asociación cuyos asuntos se gobiernan por la deliberación pública de sus
miembros (Offe 1997: 102-3). Como muestra el experimento de Porto Alegre, las miembros" (1989: 17, la cursiva es nuestra). En la teoría de la democracia delibe-
prácticas deliberativas han atraído un interés más o menos explícito en el seno de rativa, los debates públicos se esfuerzan en "reemplazar el lenguaje del interés por
los m ovimientos por una globalización desde abajo. el de la razón" (Elster 1998: 111): tener que justificar una posición ante el público
En un intento por resumir definiciones dispares y no siempre coherentes, fuerza a buscar justificaciones vinculadas con valores y principios comunes.
sugeriremos que la democracia participativa se dota de poder de decisión cuan- Lo novedoso de la concepción de democracia deliberativa y de las prácticas
do, bajo unas condiciones de igualdad, inclusividad y tran~parenc;a, un proceso de algunos de los movimientos contemporáneos es el énfasis puesto en la (trans)
com unicativo basado en la razón (la fuerza de un buen argumento) es capaz de fo rmación de preferencias orientadas a la definición del bien público. De he-
cho, "la democracia deliberativa requiere la transformación de las preferencias
3. De igual modo, conceptos como democracia asoc iat iva (Hirst 1994) o democracia rad i- en interacción" (Dryzek 2000: ?9). Se trata de "un proceso a través del cual. las
ca l (Mouffe 1996) subrayan la necesidad de comp lementar la democracia representativa preferencias iniciales se transforman para tomar en consideración los puntos de
con modelos alternativos de democracia. ·

304 LOS MOVIMIEN TOS SOCIALES


305 DONATELLA DELLA PORTA Y MAR IO DIANI
Como ilustran los e¡emplos de los .t•oros ::iooales 1Vlund1a1es y del presupuesr~ .
vista de los otros" (Miller 1993: 75). En este sentido, la democracia deliberati- participativo de Porto f\legre, los movimientos experimentan con modelo~ ~art1-
. va se diferencia del concepto de democracia como agteg~ción de preferencias
(generadas externamente). Algunas reflexiones sobre la democracia participativa
1 cipativos y discursivos de aemocracia en el proceso interno de t~m~ de dec1s1~nes
y en su interacción con las instituciones políticas. Los mov1m1entos socia.les
han incluido también a las prácticas de consenso: las decisiones deben aprobarse han intentado -con éxito dispar- desarrollar una estructura orgamzat1va
por todos los panicipantes (d,e forma unánime), en contraste con la democracia a nivel interno basada en la participación (más que en la delegación), la cons-
mayoritaria donde las decisiones se legitiman por votación. La delibei:ación (o trucción de consensos (más que en las mayorías) y las redes horizontales (más
incluso la misma comunicación) se fundamenta en la creencia de que, sin tener que en las jerarquías centralizadas): La búsqueda de"un ~od.elo particip~tivo de
que renunciar a mi perspectiva, puedo aprender si estoy atento a lo que dicen los democracia interna es todavía más importante en el mov1m1ento global que se
demás (Young 1996). ha movilizado de forma transnacional en torno a la gobernanza del proceso de
No obstante, el consenso sólo es posible en presencia de valores compartidos y liberalización del mercado pidiendo una "globalización desde abajo".
de un compromiso común con la construcción de un bien público (como el valor La democracia interna supone asimismo un desafío para los movimientos
común de la justicia social.en el presupuesto participativo) ..En un modelo deli- sociales al plantear el siempre intenso dilema entre la participación y la represen-
berativo de democracia, "el debate político se organiza alr~dedor de conceptos tación fortaleciendo el compromiso de los activistas sin abandonar a los nuevos
alternativos del bien público" y, sobre todo, "se sirve de las identidades y de los miembros la construcción de identidad y la eficacia. Las organizaciones de los
intereses de los ciudadanos en formas que contribuyen a la construcción pública movimien,tos sociales, tradicionalmente pobres en lo que a recursos materiales
del bien público" (Cohen 1989: 18-9). Un emplazamiento deliberativo facilita la se refiere, dependen forzosamente del trabajo voluntario de sus miembros.' des-
búsqueda de un fin o un bien .común (Elster 1998). plegando con ello una "lógica de la pertenencia". Se.adop.tan.modelos .p artlopa-
La democracia deliberativa acentúa especialmente la razón: la·gente se con- tivos para mejorar hi' distribución de los incentivos 1dent1tanos. Por e¡e~pl.o,.la
vence por la fuerza del mejor argumento. La deliberación se basa en flujos ho- asamblea representa la oportunidad ideal para un espacio abierto y (en pnnc1p10)
rizontales de comunicación, múltiples productores de contenido, amplias opor- igualitario mientras que los pequeños grupos "de afinidad" estimulan la solida-
tunidades de interactividad, la confrontación sobre la base de la argumentación ridad entre iguales. Como ocurre con otras formas de democracia "aplicada", el
racional y una actitud hacia la escucha recíproca (Habermas 1981, 1996). En este funcionar'niento práctico de estas estructuras organizativas dista mucho de ser
sentido, la democracia deliberativa es discursiva. No obstante, según Young,.el perfecto. Pequeñas minorías tienden a dominar las asambleas. des.estructuradas
discurso no excluye la protesta: "los procesos de participación democrática res- manipulando estratégicamente las debilidades de la democ~ac'.a directa. Los r~­
ponsable y comprometida incluyen las manifestaciones callejeras y las sentadas, cursos "discursivos" no se distribuyen ni mucho menos eqmtativamente: los mas
los trabajos musicales y los dibujos, tanto como los discursos parlamentarios y las comprometidos -o mejor organizados- controlan el escenario y los vínculos
cartas al director" (2003: 119). de solidaridad tienden a excluir a los recién llegados. Los modelos consensuales
De hecho, se ha contemplado a la democracia participativa ·con poder de de- desarrollados para combatir la "tiranía" de las minorías organizadas tienen sus
cisión como una alternativa a la imposición de las decisiones públicas de arriba a propios problemas, principalmente vinculados a procesos decisorios extremada-
abajo, percibida de modo creciente como un proceso falto de l'egitimidad y, ade- mente largos (y a veces "bloqueados"). . .
más, de difícil manejo, dada la cada vez mayor complejidad de los problemas y Cuando la protesta se desinfla (y con ella la militancia), las orgamzac10nes de
la cada vez mayor habilidad de los actores no-institucionales para hacer oír su los movimientos tienden a sobrevivir institucionalizando su estructura: buscan
voz. Los procesos deliberativos deberían permitir dotarse de mejor información dinero construyendo una afiliación masiva de carnet, vendiendo 'p roductos al
y desembocar en decisiones más eficientes, además de promover una participa- público simpatizante o buscando la. financiación pública, sobre todo en. la ec~no­
ción y una confianza en las instituciones que los modelos representativos son mía del sector terciario. Las organizaciones -como se ha señalado en mvest1ga-
cada día menos capaces de proporcionar. De hecho, los investigadores destacan ciones recientes- tienden, por tanto, a convertirse cada vez más en grupos de
un "efecto moralista de la discusión pública" (Miller 1993: 83) que "anima a la presión con personal profesional remunerado, e~presas co~erciales ¡:entradas
gente no sólo a expresar opiniones políticas (a través de encue~tas o referén- en la eficacia del mercado y asociaciones voluntanas de serv1c1os a menudo con-
dum) sino a formarlas a través del debate público" (ibíd.: 89). La deliberación, tratadas por las instituciones públicas (della Porta 2003b). Estos cambios. han sido
en cuanto forma "desapasionada, razonada y lógica" de comunicación, promete frecuentemente interpretados como la institucionalización de las orgarnzac1ones
aumentar la confianza de los ciudadanos en las instituciones políticas (Dryzek de los movimientos, proceso que se aco.mpaña de una moderación ideológica,
2000: 64).

307 DONATELLA DELLA PORTA Y MARIO DIAN I


306 LOS MOVIMIENTOS SOCIALES
una identidad especializada y la extinción de la protesta disruptiva. Esta evolu- 9.5. MOVIMIENTOS SOCIALESY DEMOCRATIZACIÓN
ción produce efectos muy serios: a pesar de que aumenta la eficacia, la burocrati-
zación desanima la participación desde abajo, y las interacciones con el estado y Por lo tanto ·podemos decir que los movimientos sociales han contribuido a la
las instituciones públicas plantean dudas acerca de la "representatividad" de los eyoluc!ón d~ fa democracia? Charles Tilly (2004a: 125) subrayó la existencia de
nuevos lobbys.
En lo tocante a la crítica de los movimientos sociales respecto a la democracia una amplia correspondencia entre democratización y movimiento~ so~i~­
existente, la búsqueda de alternativas no puede darse por concluida. No todos los les. Los movimientos sociales nacieron con el proceso de democrat1zac1on
estudiosos de las organizaeiones de los movimientos están de acuerdo con que parcial que llevó a los súbditos británicos y los colonos norteamerica.nos
se haya superado el riesgo de producir oligarquías y liderazgos carismáticos, los a plantar cara a sus soberanos durante el siglo xvm. A lo largo del s1gl~
mismos problemas que constituyen el centro de su crítica a la política tradicional. XIX Jos movimientos sociales florecieron y prosperaron, por lo general, alla
El modelo de democracia directa maximiza la responsabilidad, pero es débil en do~de se estaban dando más pasos en pos de la democratización, y retroce-
lo que respecta a la representación y la eficiencia (Kitschelt 1993). Los proble- dieron en aquellos lugares en los que los regímenes autoritarios r~cortaban
. mas de eficiencia influyen en el éxito de las organizaciones; los de representación los derechos democráticos. Este patrón se m antuvo durante los siglos xx y
afectan a la legitimidad de las nuevas formas de democracia. El rechazo de los xxi: el mapa de los movimientos sociales consolidados se solapa en muchos
movimientos sociales a aceptar los principios de la democracia representativa casós con el de las instituciones democráticas.
puede minar su imagen de actor'es democráticos, sobre todo cuando empiezan a
adquirir funciones oficiales y semioficiales en el seno de instituciones representa- Si el proceso de democratización promueve la democracia mediante la ex-
tivas, bajo la forma de partidos o de grupos de interés público. Los foros sociales, tensión de los derechos ciudadanos y la responsabilidad pública de las clases do-
que aglutinan a actores heterogéneos, prestan una atención especial a la calidad minantes, la mayoría de los movimientos sociales (aunque no todos) .ª,poyan la
de la comunicación interna, aunque con resultados dispares. democracia. Los movimientos sociales contribuyen a la democrattzac10n con la
A pesar de estas limitaciones hay que reconocer gue los movimientos sociales presión ejercida hacia la ampliación del sufragio o el reconocimiento de los de-
han contribuido a la apertura de nuevos ca.nales de acceso al sistema político, y rechos asocia~tivos : "Los avances en la democratización d e los procesos estatales
con ello a la identificación, si no a la solución, de un buen número de problemas son quizá los' avances más importantes donde los movimientos sociales pueden
de la democracia representativa. En un plano más general, investigaciones re- tener influencia y obtener los mayores impactos sistémicos" (Amenta ~ Caren
cientes han destacado el papel que los movimientos sociales pueden desempeñar 2004: 265). Sin embargo, no siempre es así: algunos m ovimientos -por eiemplo,
a ia hora de abordar dos retos de la gobernanza democrática. En el lado de los Jos fascistas y neo-fascistas- rechazan la democracia y otros -caso de algunos
inputs, las democracias contemporáneas se enfrentan al problema de la reducción movimientos de la Nueva Izquierda en Latinoamérica- tuvieron el efecto no
!:,
de la participación política, al menos en sus formas convencionales. La limitada querido de retroc~so en derechos democráticos (Tilly 2003a). La política de la
t' capacidad de los partidos políticos para construir puentes entre la sociedad y el identidad (identity politics) ha terminado a menudo, como en el caso de los con-
esta~:lo redunda en el problema, y la mercantilización de los med_íos de comuni- flictos étnicos, en guerras de religión y violencia racial (Eder 2003). . .
cación de masas disminuye su capacidad para funcionar como arenas para el de- Dos concepciones diferentes del papel desempeñado por l~s movimientos soo,a-
bate de las decisiones públicas. Por otro lado, la eficacia de las democracias para les en el proceso de democratización han sido subrayadas (T1lly 19_93-4: 1). Seg~n
producir outputs justos y efectivos está en peligro~ en parte por los riesgos cre- un "enfoque populista de la democracia" que enfatiza la parti~ipa~1ó~ desde aba10
cientes asociados a las sociedades complejas (y globales). Los dos problemas están "los movimientos sociales contribuyen a la creación del espac10 publico --escena-
relacionados ya que la débil aptitud de los actores institucionales para intervenir rios sociales que, separados de las instituciones gubernativas y de las organizacio-
en la formación de identidades colectiv.as reduce su capacidad para satisfacer las nes dedicadas a la producción y la reproducción, acogen la deliberación indirecta
demandas (cada vez más fragmentadas). Como han subrayado Fung y Wright en torno a los asuntos públicos-y, en oca·siones, a transferencias de poder entre los
(2001), se necesitan "estrategias democráticas transformadoras" para combatir la estados. El espacio público y las transferencias de poder promueven supuestamente
creciente incompetencia de la democracia liberal en la consecución de sus objeti- la democracia, al menos bajo algunas condiciones." Frente al enfoque "p~pulista"
vos con respecto a la participación política, el consenso a través del diálogo y las se erige uno "elitista" según el cual la democratización debe ha~ers~ de amba aba10
políticas públicas dirigidas a facilitar una sociedad donde todos los ciudadanos se y la movilización excesiva conduce a nuevas forn:as de autonta:1smo,, ya que las
beneficien de la riqueza del país. elites tienen miedo de que los cambios sean demasiados, y demasiado rap1dos.

308 LOS MOVIMIEN TOS SOCIALES 309 DONATELLA DELLA PORTA Y MARIO DIANI
politics) están cada día más estigmatizadas como no-civ ilizadas entre la opm1ón
Podemos estar de acuerdo en que los rpovimientos sociales contribuyen a la de- pública; y perseguidas por la policía. . .
mocratización sólo en determinadas condiciones. En realidad, sólo los movimientos _] En un tono más optimista queremos subrayar el cambio sufndo por una con-
que demandan explícitamente una m ayor igualdad y la protección de las minorías dición considerada !imitadora del potencial de los movimientos sociales, al me-
1
promueven el desarrollo democrático. D e hecho, si nos atenemos al proceso de de- nos en lo tocante a la acción instrumental: las estructuras organizativas débiles.
mocratización podemos observar que la movilización colectiva ha contribuido con D e hech; 1 la movilización parece ser un recurso que se reabastece con el uso. Los
frecuencia a crear las condiciones para la desestabilización de regímenes autorita- análisis de la evolución de los movimientos libertarios de izquierdas han llegado
rios, pero también puede llevar a la intensificación de la represión o al colapso de a la conclusión de que movimientos diferentes evolucion aron en una dirección
regímenes democráticos débiles, especialmente cuando los movimientos sociales no similar desde la formación de una identidad colectiva hasta su utilización en el
comulgan con concepciones democráticas. El movimiento obrero, el estudiantil y el sistem~ político (véase por ejemplo della Porta 1996a). Nuevas o~ganizaciones
étnico propiciaron una crisis en el régim en franquista en los años sesenta y setenta, surgieron durante el proceso y sobrevivieron en ocasiones al dechv.~ de la n:o-
¡;.; mientras que el movimiento obrero, el movimiento campesino y los contra-movi- vilizaciém. Mientras que grupos de interés público explotan la ocaswn ofrecida
i. mientos fascistas contribuyeron.al fracaso del proceso de de"inocratización italiano por la creación de nuevos canales de acceso, pequeños ~úcleos contracu!turales se
en los años veinte y treinta del siglo xx (Tarrow 1995). ' mantienen vivos y reelaboran los valores del movimiento dentro de una est~uctu­
Sin embargo, los movimientos sociales suelen movilizarse abiertamente a fa- ra de redes. Este proceso tiene efectos importantes en los movimientos SOC!ales ..
vor de la democracia. L os movimientos forman alianzas transnacionales para La mayoría de los movimientos sociales sobreviven al declive de la movi -
derrocar regímenes autoritarios. En Latinoamérica y Europa del Este pidieron lización oscilando entre periodos de visibilidad y latencia (Melucci 1989: 70-3)
.la democratización, aunque baj o formas dispares, provocando d colapso final en el seno de una familia m ás amplia formada también por las. infraestructuras
de gobiernos autoritarios n eo-fascistas y socialistas. Investigaciones en distintas organizativas y por. <ti potencial de movilización que los pro?ios movimie~tos
regiones han señalado cómo entre los primeros pasos hacia la democratización se ayudan a increm entar. La "fuerza" de las identidades colectivas puede vanar:
incluyen la desmovili zación de la sociedad civil y, tras la apertura de las oportu- algunas son más potentes (el movimiento de mujeres) y otras ~á: débiles (el ~o­
nidades institucionales, una institucionalización ulterior de los actores políticos. vimiento juv~ il), algunas son relativamente visibles.(el mov1m1ento ec~l~g1sta)
En procesos recientes de democratizaóón, el acceso a fondos públicos y pri.vados y otras menos (el movimiento pacifista), algunas so.n m ás políticas (mov1m1entos
en el seno del tercer sector c~ntribuyó a una pronta institucionalización de las federalistas) y otras más culturales (punks y skinheads). Rara ve.z ocurre que un
organizaciones del.os movimientos (Flam 2001). Sin embargo, éste no parece ser movimiento desaparezca sin dejar traza cultural u organizativa alguna. Los mo-
el único destino de los movimientos en las fases de consolidación democrática vimientos tienden más bien a reproducirse en una especie de círculos virtuosos (o
(Hipsher 1998). Una tradición de movilización y el hecho de contar con mo- viciosos). Como ya se ha dicho, durante el ciclo de protesta, los movimientos m a-
vimientos independientes de los partidos políticos pueden facilitar el manteni- drugadores sirven de ejemplo para la activación de otros movimientos, ya sean
miento de niveles elevados·de protesta, como en los casos del movimiento de los . en apoyo, imitación u oposición. Algunos movimientos se separan de otro: en la
chabolistas en Chile (Hipsher 1998), el movimiento urbano en Brasil (Sandoval búsqueda de obj etivos relacionados pero m ás específicos en u~ ~fecto desptllover;
1998) o los movimientos ecologistas en Europa del Este (Flam 200 1). otros surgen de rupturas internas en calidad de spin-off (Whitu~r 2004: 5~4).
Aunque con rupturas e irregularidades, la democracia ha provocado menores Los recursos de los movimientos sociales aumentan en el tiempo y estos se
desigualdades y protegido frente a las intervenciones arbitrarias del poder (Tilly institucionalizan, construyen redes subculturales, crean canales de acceso a los
2004a: 127). ¿Podemos decir que, peleando por la democracia, los movimientos policy-makers y forman alianzas. La continuidad organizativa supone que las ex-
sociales han conseguido cambiar radicalmente la distribución del poder en la periencias de los movimientos "madrugadores" se convierten en recursos Ycons-.
sociedad ? Muchas señ ales nos disuaden de un optimismo que podría resultar treñimientos para los que vienen detrás (Tarrow 1994; McAdam 1995). Procesos
excesivo. La protesta se mueve en ciclos, y lo ganado en el cénit de la m oviliza- de imitación y diferenciación, de repetición for zosa y aprendizaj e, ocurren si-
ción se pierde en los periodos de laten cia. El movimiento obrero contribuyó a multáneamente. Los activistas heredan estructuras y modelos de sus predeceso-
la conquista de muchos derechos políticos y sociales pero el giro neoliberal de res. Sin emba rgo, aprenden al mismo tiempo de sus errores y buscan dar un paso
finales del siglo xx ha cuestionado el estado de bienestar, que pa'r ecía un objet!vo más allá. Cuanto mayor sea el éxito alcanzado por los madrugadores Y mayor
institucionalizado en los años setenta. Las desigualdades sociales están de nuevo la participación de ex-activistas en las movili zaciones siguientes, mayor será la
en aumento. Si bien se ve que la protesta va entrando cada vez más dentro de la continuidad con el pasado. ·
"política normal", algunas fo rmas de la política del enfrentamiento (contentious

311 DONATt:LLA DELLA PORTA Y MARIO DIANI


310 LOS MOVIMI ENTOS SOCIALES
La tendencia hacia la institucion ali zación de los movimientos sociales y su
difusión como forma de organización y mediación de intereses puede expl icarse
por la difusión, con cada ola de movili zación, de las capacidades necesa rias para la
acción colectiva. D e hecho, la movilización se ve facilitada por redes de activistas
dispuestos a movilizarse alrededor de nuevas cuestiones que son, naturalmente,
"compatibles" con sus identidade's originales. Adem ás, los logros sustantivos al-
canzados por un movimiento pueden tener efectos benefi ciosos sobre las reivin-
dicacion es de otros mientras que su éxito puede animar a otras movilizaciones.
Por lo tanto, se puede concluir que la importancia de los movimientos sociales
tiende a crecer en la m ed ida que aumentan los recursos (técnicos y estructurales)
disponibles para la acción colectiva, lo que por otra parte contribuye sin duda a
la difusión de una concepción participativa de la·democracia.

9.6. RESUMEN

. La movili zación de los movimientos sociales se ha visto acompañada de cambios


en diversas áreas. E n lo tocante a las políticas públicas, una gran cantidad de
leyes se han aprobado en cuestiones suscitadas durante las campañas de protesta.
Cualquier evaluación de la importancia de los cambios introducidos por estas
leyes requiere un análisis de su implementación, de la transformación en el sis-
tema de valores y de la conducta tanto de los ciudadanos de a pie como de las
elites. Los cambios en las políticas públicas y la opinión pública se acompañan
de otros cambios procesales y de' la creación de. nuevas arenas para la toma de
decisiones que ya no se legitiman por el ll}Odelo de democracia representativa.
Comisiones ad hoc, nuevos ministerios y comités municipales constituyen canales
de acceso al procesó de toma de decisiones frecuentados por las organizaciones
de los movimientos sociales. El presupuesto participativo de Porto Alegre abrió
la veda para otros experimentos participativos caracterizados por el énfasis en
la participación, la buena comunicación y el poder deciso rio. E l énfasis en la ·
participación por encima de la representación enriquece el conc,epto de demo-
c~acia. D e hecho, últimamente, los mov imientos sociales han prestado atención,
con resultados dispares, a la participación inclusiva y equitativa, la construcción
del consenso y una buena comunicación.
Aunque la diversidad de obí etivos, estrategias y actores involucrados en el
1
f. proceso dificulte a los nuevos actores colectivos la identificación de estrategias
exitosas puede decirse que, en las últimas décadas, en las democracias liberales,
la estructura de poder parece haberse transformado en la dirección de un mayor
reconocimien.to de nuevos actores. Los movimientos sociales ayudan 'a la demo-
cratización de los regímenes autoritarios, pero, además, contribuyen al empleo
de enfoques más participativos en las democracias representativas .

312 LOS MOVIMI ENTOS SOCIALES

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