You are on page 1of 7

Hay ciertas horas en

que no necesitamos
de un amor.
No necesitamos de
la pasión desmedida.
No queremos esas
caricias ni esos
besos...
Hay ciertas horas
en que sólo
queremos la mano
en el hombro, el
brazo apretado, o
soló el estar allí,
quieto, al lado...
sin nada para
decir...
Hay ciertas horas,
cuando sentimos
que estamos por
llorar, que
deseamos una
presencia amiga,
que nos oiga
paciente, que
juegue con uno, que
nos haga sonreir.
Alguien que ría de
nuestros chistes sin
gracia, que sienta que
nuestras tristezas son
las mayores del
mundo, que nos brinde
elogios sin fin ...
Y que, apesar de
todas esas mentiras
utiles, nos sea de una
sinceridad
incuestionable.
Que nos haga
callar la boca o
nos evite un gesto
impensado.
Alguien que pueda
decirnos: pienso
que estas
equivocado pero
estoy a tu lado.
O tan sólo alguien
que nos diga:
SOY TU AMIGO
Y ESTOY AQUÍ.

You might also like