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Cas. Nº. 3045-2000-Arequipa, El Peruano, 31-07-2002. p. 9101
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Cas. N°. 554-2000-Lima, El Peruano, 17-09-2000.p .6277
claramente diferenciados, los que constituyen filtros para que se presente una relación jurídica
procesal válida. El primero de ellos se presenta en la calificación de la demanda, momento en
que el juez debe verificar se cumplan con las exigencias de ley para admitirla; el segundo
momento se encuentra dado por la etapa del saneamiento, en el que ya sea por existir
cuestionamientos de parte como por advertirlo de oficio puede decretar la existencia de un
defecto que invalida la relación procesal, con las consecuencias que decreta el artículo 465° del
Código Procesal Civil (de aplicación supletoria); y, un tercer momento que es en la emisión de
la sentencia, en el cual ya contando con los medios probatorios que han ofrecido las partes
advierte que existe un defecto que conlleve a la invalidez de la relación jurídico procesal.
4.2. En ese mismo contexto, se sabe que la existencia de una relación jurídico procesal valida
solo se producirá cuando en el proceso se haya verificado que se han cumplido con las
condiciones de la acción y los presupuestos procesales. El primer aspecto constituido por los
elementos indispensables que van a permitir al juez expedir un pronunciamiento valido sobre el
fondo de la controversia, lo conforman el interés para obrar y la legitimidad para obrar; mientras
que el segundo aspecto lo constituyen aquellos requisitos indispensables que deben existir al
presentarse la demanda, a fin que la pretensión demandada sea atendida por el juez y éste inicie
el proceso (competencia del juez, capacidad procesal y requisitos de forma de la demanda). Y es
básicamente la competencia del juez la que debe ser materia de análisis en la presente,
atendiendo a la naturaleza de la pretensión contenida en la demanda.
QUINTO.- DE LA COMPETENCIA
5.1. Según resolución expedida por el Tribunal Constitucional en el Expediente N° 0266-2002-
AA/TC “El derecho al juez natural está reconocido en el artículo 139 inciso 3) de la
Constitución, según el cual, “Ninguna persona puede ser desviada de la jurisdiccional
predeterminada por la ley (…). La disposición exige que la competencia del juez llamado a
conocer el proceso (…) deba ser determinada a partir de las reglas pre establecidas en base a
distintas consideraciones (materia, territorio, grado, etc.), de forma que quede garantizada su
independencia e imparcialidad. Constituye, a la vez que un derecho subjetivo, parte del modelo
constitucional del proceso recogido en la carta fundamental, cuyas garantías mínimas siempre
deben ser respetadas para que el proceso pueda tener calidad de debido”.
5.2. En ese sentido, la función jurisdiccional es ejercida en forma exclusiva por el Poder
Judicial, denominada poder-deber del Estado. Es poder, ya que mediante aquel ejerce su función
coercitiva; y, es deber, porque permite ejercer el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva a
cada ciudadano.
5.3. La competencia es la aptitud que tiene un órgano jurisdiccional para ejercer válidamente
dicha función jurisdiccional en un determinado ámbito; dicho en otras palabras, constituye la
división de dicha jurisdicción, que si bien es atribución de todos los órganos jurisdiccionales, no
todos pueden conocer la totalidad de las pretensiones, fijándose para lo cual diversos criterios de
competencia, siendo una de ellos la competencia por razón de territorio.
7.2. Y es que, si bien la competencia por regla general no puede modificarse ni renunciarse
porque es imperativa, de tal forma que la vulneración de sus reglas se sanciona con nulidad
absoluta, sin embargo por excepción la competencia por territorio cuando es facultativa, se
confía a la autonomía de la voluntad privada, que puede ser materia de renuncia o modificación;
y que conforme al artículo 26° del Código Procesal Civil anteriormente citado, esta se encuentra
sujeta a convalidación en caso no se haya aplicado las reglas generales de la competencia, o no
se haya aplicado las reglas de la competencia territorial convencional.
7.3. Así tenemos que, la prórroga tácita que regula el artículo 26 anteriormente acotado, se
estructura cuando el demandante vulnera la norma de competencia y el opositor o demandado se
somete a esta vulneración sin impugnar; actitud pasiva por parte del demandado que pudiendo
impugnar el defecto de la competencia no lo hace y lo prorroga.
7.4. Por otro lado, es necesario traer a colación, lo señalado en el artículo 35° del Código
Procesal Civil, que señala “La incompetencia por razón de materia, cuantía, grado, turno y
territorio, esta última cuando es improrrogable, se declarará de oficio al calificar la demanda
o excepcionalmente en cualquier estado y grado del proceso, sin perjuicio de que pueda ser
invocada como excepción.”(Énfasis agregado)
8.2. Que, ante tal petitorio, mediante resolución uno de fecha once de noviembre del año dos mil
dieciséis, el Juez de primera instancia declara la incompetencia de su juzgado para tramitar el
presente proceso principalmente bajo el argumento que: a) queda claro que las partes han
hecho uso de la Prórroga convencional de la competencia territorial, prevista en el artículo 25
del Código Procesal Civil que prevé: “Las partes pueden convenir por escrito someterse a la
competencia territorial de una Juez distinto al que corresponde, salvo que la ley la declare
improrrogable”; b) por lo expuesto teniendo todos los órganos jurisdiccionales asignada cierta
competencia definida a fin de brindar un mejor servicio de justicia que se encuentre
eficazmente organizado, en el que los Jueces ejerzan sus funciones dentro de un límite
determinado, se hace evidente que este Órgano Jurisdiccional no es el competente para
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Prórroga convencional de la competencia territorial.-
Artículo 25.- Las partes pueden convenir por escrito someterse a la competencia territorial de un Juez
distinto al que corresponde, salvo que la ley la declare improrrogable.
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Prórroga tácita de la competencia territorial.-
Artículo 26.- Se produce la prórroga tácita de la competencia para el demandante por el hecho de
interponer la demanda y para el demandado por comparecer al proceso sin hacer reserva o dejar
transcurrir el plazo sin cuestionar la competencia.
conocer la demanda presentada, lo cual es así por acuerdo expreso de las partes, por tanto, no
pueden, ahora, desconocer los acuerdos a los que arribaron en su momento; c) por lo que
corresponde aplicar lo previsto en los artículos 35 y 36 del Código Procesal Civil.
8.3. De lo precedente advertimos en primer lugar, que no existe prohibición legal para que se
aplique el artículo 26° del Código Procesal Civil, tanto a la competencia territorial pre
establecida por territorio, así como la señalada de manera convencional -ésta última señalada en
el artículo 25° del Código Procesal Civil-; en tal sentido si bien las partes acordaron someterse a
una jurisdicción distinta a la que conforme a las reglas generales de la competencia, esta
situación no impide conforme al artículo 26° del Código Procesal Civil, que dicha competencia
convencional también pueda ser prorrogada si es que el demandado no cuestiona la misma.
8.4. Asimismo debemos precisar que la competencia territorial frente a la que nos encontramos
en prorrogable, -pues no existe mandato legal que le otorgue carácter de improrrogable-,
advirtiéndose de ésta manera que no puede aplicarse lo dispuesto en el artículo 35 del Código
Procesal Civil, con respecto a la declaratoria de Oficio de Incompetencia, pues dicha
declaratoria sólo corresponde a la competencia improrrogable como expresamente lo señala el
citado artículo5 .
8.5. En ese entender, se advierte que si bien existe una nulidad relativa con respecto a la
interposición de la demanda fuera de la jurisdicción que las partes han acordado, conforme lo
expuesto; reiteramos que conforme al artículo 26° del cuerpo legal citado, esta competencia
puede ser materia de convalidación.
8.6. En tal sentido, el Tercer Juzgado Civil de Ica si se encuentra habilitado para conocer el
presente proceso, quedando su jurisdicción convalidada en caso no sea materia de
cuestionamiento por parte de la emplazada, sin perjuicio que el A quo verifique el cumplimiento
de los requisitos de admisibilidad y procedibilidad fijados en los artículos 424° y 425° del
Código Procesal Civil, en concordancia con lo señalado en los artículos 426° y 427° del mismo
cuerpo legal.
8.7. En conclusión, se verifica que la A quo, ha aplicado incorrectamente el artículo 35° y 36°, e
inaplicado lo dispuesto en el artículo 26°, ambos del Código Procesal Civil, por tal motivo la
resolución materia de grado, debe ser declarada nula, debiendo el juez de primera instancia
calificar la demanda teniendo presente los fundamentos expuestos en la presente resolución.
S.S.
GUTIERREZ REMON
DEL CARPIO MUÑOZ
RIEGA RONDON.
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El artículo 35° prescribe que La incompetencia por razón de materia, cuantía, grado, turno y territorio,
esta última cuando es improrrogable, se declarará de oficio al calificar la demanda o
excepcionalmente en cualquier estado y grado del proceso, sin perjuicio de que pueda ser invocada como
excepción; entendiéndose contrario sensu que con respecto a la competencia territorial prorrogable, ésta
no puede ser declarada de Oficio.