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EL TRATAMIENTO ORTODÓNCICO
CON

ARCO RECTO
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EL TRATAMIENTO O RTO DÓ NCICO

ARCO RECTO
CON

JO R G E G R E G O R E T
Presidente de la Fundación GNATHOS
Director del curso de especialización en Ortodoncia de la
Universidad de Belgrano - Buenos Aires Argentina.
-

Ex-profesor de la Cátedra de Clínica Integral de la


Facultad de Odontología - U.N.R. - Argentina.
Profesor invitado en el M aster de Ortodoncia de la
Facultad de Odontología de la Universidad de Barcelona - España.

E L IS A T U B E R
Vicepresidente de la Fundación GNATHOS.
Co-directora del curso de especialización en Ortodoncia
de la Universidad de Belgrano - Buenos Aires - Argentina.
E x-docente de la Facultad de Odontología - U.N.R. Argentina.
-

L U IS H O R A C IO E S C O B A R P.
Director de GNATHOS, Centro de Estudios
de Ortodoncia - M adrid - España.
Docente del curso de especialización en Ortodoncia
d e la Universidad de Belgrano - Buenos Aires - Argentina.
Práctica privada M adrid - España.
-

edición cs
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N M E diciones, 2003
Gral. M artínez C am pos 20 - 2 " D
28010 - M adrid

ISBN : 84-607-9074-6

Libro protegido p o r la legislación relativa al “C opyright”.


Hstá prohibida su reproducción total o parcial m ediante
cualquier m étodo o m edio, incluida la fotocopia y la
grabación m agnética, sin el previo perm iso escrito del
editor.

Im preso en A rgentina / Printed in A rgentina


Borsellino Im presos S.R.L. - Av. O vidio L agos 3562, Rosario.
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PRÓLOGO

N uestro prim er libro, “O rtodoncia y Cirugía Vale aclarar que, si bien nosotros tenemos
Ortognática”, fue escrito con el propósito de crear preferencia por alguna prescripción, no creemos
una herram ienta de apoyo a quienes se inician en que la calidad de un tratam iento pase exclusiva­
la especialidad en dos tem as fundam entales como m ente por este aspecto. Ello im plicaría pensar que
el diagnóstico y la planificación del tratam iento, y es un sim ple aparato el que aporta la solución,
de sistem atizar los procedim ientos destinados a cuando en verdad es el ortodoncista, m ediante la
implementarlos. aplicación racional de conceptos clínicos y la co­
La necesidad de nuestros graduados de contar rrecta im plem entación de una técnica, el que co­
con una guía que desarrolle una secuencia ade­ rrige cada caso en particular.
cuada en la inagotable diversidad de m aloclu- Es innegable que algunas técnicas, com o la
siones desde el inicio hasta la finalización del tra­ que aquí describim os, responden con mayor exac­
tam iento, m otivan el nacim iento de éste, nuestro titud, rapidez y facilidad; cualidades estas que
segundo libro cuyo eje central es la aparatología perm iten alcanzar óptim os resultados reduciendo
preajustada am pliam ente conocida como Arco los tiem pos de tratam iento y de sillón, y evitando
Recto. una cantidad de m aniobras adicionales por parte
Son num erosas las técnicas de Arco Recto uti­ del operador.
lizadas en la actualidad. Las diferencias entre La bibliografía existente en relación a esta
unas y otras van desde lo sutil e im perceptible a lo m etodología es abundante y de excelente nivel,
considerablem ente notable. producto del trabajo de innum erables autores y
Sin ser los autores de la técnica cuyo m anejo escuelas que han reflejado sus ideas desde los
describimos, como clínicos la hem os utilizado albores de la ortodoncia.
con éxito durante m uchos años, basados siempre Dejam os expresam ente aclarado que todo el
en una planificación sustentada en el correcto desarrollo m ecánico condensado en estas páginas
diagnóstico. es el legado de todos los que nos precedieron, a
De todas las que conocem os es -a nuestro quienes m anifestam os nuestro m ás sincero reco­
juicio- la m ás com pleta, porque incorpora el con­ nocim iento.
cepto de integralidad del aparato estom atognático No obstante, decidim os no incluir biblio­
a los objetivos tradicionales del tratam iento grafía, dado que si intentáram os acotarla, induda­
ortodóncico, y con ello la oclusión funcional y su blem ente com eteríam os injustas exclusiones; y si
relación con la ATM, e introduce tam bién una pretendiéram os incluir a todas las obras, las refe­
nueva lógica en los conceptos de estabilidad pos­ rencias alcanzarían tal m agnitud que perderían su
tratamiento. finalidad.

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6 Prólogo www.FreeLibros.me

Si bien existe un gran caudal de información, ción, form a de instalación, activación, manejo,
la m ism a se encuentra dispersa en capítulos aisla­ control; así com o a sus indicaciones, dificultades
dos o forma parte de textos que tratan otros tem as, y precauciones.
de resúm enes de conferencias, trabajos clínicos o Incluim os un capítulo referido al tratam iento
diversas publicaciones. Esto induce a una lectura de las m aloclusiones en dentición tem poraria y
asistem ática y por lo tanto confusa, especialm ente m ixta en el cual describim os, en forma m uy resu­
a quienes no poseen una am plia experiencia clíni­ mida. la aparatología y los procedim ientos orto-
ca. dóncicos y ortopédicos destinados a interceptar el
Este es el m otivo que nos impulsa a editar un desarrollo de una anom alía, reducir sus conse­
libro referido fundam entalm ente a nuestra expe­ cuencias y aprovechar el periodo de crecim iento
riencia clínica y con el fin de aportar un recurso que perm ite m ejorar el terreno, para que en esta­
pedagógico enfocado a resolver la m encionada dios m as avanzados el tratam iento ofrezca m enos
falencia. El propósito fundam ental es enhebrar dificultades o pueda alcanzar m ás y m ejores obje­
todos los procedim ientos necesarios para cada tivos.
caso, articulados constantem ente al diagnóstico y Hem os destacado en el texto lo referente a la
la planificación. aparatología auxiliar utilizada en com binación
Sabemos que toda m ecánica ortodóncica está con la técnica de Arco Recto, la cual am plía nota­
basada en innum erables detalles y finas m anio­ blem ente su horizonte de posibilidades, facilita
bras, motivo por el cual juzgam os imprescindible innum erables m aniobras y posibilita otras que no
la ilustración con num erosas im ágenes. Para ello serían viables si sólo se utilizara la aparatología
se realizó una cuidadosa y exhaustiva com pagi­ preajustada.
nación de los gráficos con el texto. Este impor­ Por útim o, querem os expresar que nuestro
tante com plem ento facilita la com prensión del com prom iso con la transm isión y la enseñanza de
lector y le m uestra secucncialm ente el m odo de la ortodoncia se renueva en este libro, así com o el
ejecutar cada paso y sus efectos. deseo de que el mism o constituya una herram ien­
O bviam os los aspectos históricos de la ta útil para el ortodoncista que practique esta téc­
m etodología, las analogías y la confrontación con nica, facilite su labor y posibilite el logro de m ejo­
otros aparatos, los fundam entos y estudios críticos res objetivos.
sobre el tem a, para referirnos puntualm ente y con
un enfoque em inentem ente práctico a su descrip­ Los autores
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AG RADECIM I EN TOS:

Al D irector del D epartam ento de Inform ática G ráfica de la Fundación Gnathos, Lic. Victorio
Caruana y a sus colaboradores M anuel Rodriguez, Rom án Cottone y Rodolfo Rivas por el esfuerzo
puesto en transform ar las ideas en elocuentes gráficos.
A los D octores Gustavo Gregoret, Jorgelina Lcanza, A drián M ainieri y Patricio Soto Payva, por su
valioso apoyo y colaboración.
A Estrella Funes, por sus im pecables trabajos de laboratorio.
A Silvina del Alamo, por la cuidadosa revisión de los textos.
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Prólogo 9

ÍNDICE

Capítulo 1 U tilización de doble arco en la prim era


APARATOLOGíA PREAJUSTADA fase 87
Caninos retenidos 98
Introducción 13 - Técnicas quirúrgicas de abordaje 98
Consideraciones para la instalación de la - Procedim ientos para la tracción 100
aparatología 14
Las seis llaves de Andrew s 16 Capítulo 3
Objetivos funcionales oclusales 24 SEGUNDA FASE
Ubicación de brackets y tubos 26
- Ubicación m csiodistal 26 Introducción 107
- Posición vertical 27 Objetivos de la segunda fase 109
- Inclinación 35 M ovim ientos verticales 117
- Ajuste a la cara vestibular 36 Arco utilitario 119
Errores en el posicionam iento de la -C onstrucción 123
aparatología 36 - A rcos seccionales de estabilización 124
- Activación del arco utilitario 126
Capítulo 2 Curva reversa 136
PR IM ERA FASE - De sección redonda 138
- D e sección rectangular 139
Introducción a la secuencia m ecánica 53 M ovimientos sagitales 144
Las fases del tratam iento 53 Cierre de los espacios 144
Fuerzas utilizadas 53 Arco DK L 147
Primera fase 56 - Activación 151
M ovimientos dentarios en la prim era fase 60 -A n claje 152
- M ovim ientos dentarios en el sector Variantes de los m ovim ientos sagitales 168
anterior 60 - Arcada superior 168
- Anclaje recíproco 60 - Arcada inferior 178
- Alineam iento en casos sin extracciones 61 Activación unilateral del arco DKL 183
- Alineam iento en casos con extracciones 68 Control de las arcadas durante el cierre
- O portunidad de las extracciones 80 de espacios 184
- M ovim ientos dentarios en el sector Activaciones adicionales del DKL 185
posterior 84 Arco de protrusión 188
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10 índice

Capítulo 4 Rotador de m olares 282


TER C ER A FASE D isyuntor 283
FINALIZACIÓN Y CO N TEN C IÓ N - Disyuntor con bandas 286
- Disyuntor de adhesión directa 289
Introducción 195 M áscara de tracción posteroanterior 291
Procedim ientos clínicos auxiliares 196 Fuerza extraoral vertical 296
- En los m odelos m ontados en Pendulum de H ilgers 299
articulador 196 Arco lingual 304
- En la radiografía panorám ica 209 Botón de N ance 306
- En la telerradiografía 210 Aparatología para la elim inación de hábitos 308
M aniobras clínicas y m ecánicas que se - Para succión de dedos 308
realizan en la tercera fase 210 - Para interposición lingual 308
- A lineación y nivelamiento 210 - Com binadas 309
- Control del torque en la arcada inferior 214 Preparación del m odelo de trabajo 310
- M anejo de la arcada superior 215
- Control vertical posterior 215 Capítulo 6
- Elásticos interm axilares 220 PRETRATAM IENTO
Contención y estabilidad postratam iento 223
- Estabilidad dentaria 223 Introducción 315
- Estabilidad ortopédica 223 Pretratam iento en dentición m ixta 318
Tipos de contención 228 - Elim inación de hábitos 318
- Contención fija 228 - Corrección de la estructura
- Contención rem ovióle 231 dentocsqueletal 320
Posicionador clástico 231 - M aniobras destinadas a la correcta
Ajuste oclusal 236 erupción de los dientes perm anentes 322
- Efectos terapéuticos del ajuste oclusal 240 - Tratam iento de anom alías
ortodóncicas 326
Capítulo 5 Pretratam iento en dentición prim aria 328
APARATOLOGÍA AUXILIAR Casos clínicos de pretratam iento 329

Introducción 249 Capítulo 7


Barra palatina 251 CA SO S CLÍNICO S
Quad helix 267
Expansor palatino 274 Ejemplos de casos clínicos 345
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C A P ÍT U L O

1
APARATOLOGÍA
PREAJUSTADA

Introducción
Las seis llaves de Andrews
Los objetivos funcionales oclusales
Ubicación de brackets y tubos
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Aparatología preajustada

INTRODUCCIÓN

La m ecánica ortodóncica clásica estaba basa­ Andrews dan origen a la prim era aparatología
da en una aparatología que utilizaba arcos rectan­ preajustada disponible com ercialm ente.
gulares con brackets standard cuyos com ponentes En este sistem a todos los brackets tienen
(cuerpo, base, ranura) tenían una angulación de incorporado en su estructura el control tridim en­
90 grados entre sí. Por esta razón, no ejercían sional de la posición del diente con un objetivo
sobre los dientes ninguna acción de inclinación, fundam ental: reproducir la óptim a posición den­
torque ni rotación. Debido a estas características taria sin ajustes m anuales en los arcos, lo que da
se los denom ina brackets de 0o. origen a la Técnica de Arco Recto. El adve­
Era indispensable, entonces, la m anipulación nim iento de esta técnica ha m arcado una gran
precisa de los arcos por parte del ortodoncista diferencia con respecto al arco de canto standard,
para lograr m ovim ientos dentarios que perm itie­ m odificando lo que podría considerarse el aspec­
ran alcanzar posiciones correctas. Esta m anipu­ to m ás crítico de la m ecánica, que en las técnicas
lación implicaba torsiones en los tres sentidos del standard era el logro de la perfección en los doble­
espacio y estaba sujeta a la lógica im perfección de ces de los arcos en los tres sentidos del espacio.
las manos del operador. A raíz de estas lim ita­ Actualm ente, en las técnicas de arco recto, el
ciones num erosos casos eran m al tratados, otros aspecto crítico de la m ecánica pasa a ser la per­
terminaban con resultados pobres y otras veces, a fecta colocación de la aparatología para lograr una
pesar de su aceptable estética, las bocas tenían un óptim a expresión de la inform ación que contiene.
aspecto artificial. Indudablem ente este requerim iento plantea al
Desde los com ienzos de la ortodoncia, los m ás operador una m enor dificultad.
destacados m aestros tuvieron in m ente angular Si bien estos aparatos están preajustados o
brackets con la finalidad de provocar m ovim ien­ preprogram ados y contienen dentro de ellos la
tos sin recurrir a los ajustes m anuales. Estas ideas, inform ación para producir m ovim ientos dentarios
que comenzaron con Edw ard H. Angle, fueron predeterm inados en form a sim ultánea, desde el
desarrolladas posteriorm ente por otros ortodon- inicio del tratam iento deben tenerse en cuenta
cistas y paulatinam ente llevaron a incluir inclina­ cuidadosas consideraciones de principios m ecáni­
ciones y angulaciones (torque) en las ranuras. Ya cos básicos para realm ente obtener beneficios de
en la década del 70 los trabajos de Lawrence su utilización.

13
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14 Aparatologia preajustada

hacía midiendo la distancia desde el borde incisal


INSTALACIÓN DE LA APARA- u oclusal al centro del bracket o tubo. Se utilizaba
TOLOGÍA PREAJUSTADA una única medida y posteriormente con los doble­
ces de los arcos, se compensaban las posiciones

En el tratamiento ortodóncico con apara­ que no resultaban apropiadas.


tologia preajustada, la selección de posición y el Bajo los conceptos del Arco Recto, con la

cementado de brackcts y bandas es probablemente finalidad de evitar estos dobleces, algunos autores

la maniobra de mayor importancia. El prc-ajuste utilizaron un sistema de medidas similar pero

de cada uno de los tubos y brackcts Ies otorga la individualizado para cada diente. Se indicaba una

posibilidad del control tridimensional de cada medida de 3.5 mm para el incisivo central y el la­

pieza dentaria. Por lo tanto, para que la informa­ teral, y al canino se le asignaban 4.5 mm. para

ción contenida en su estructura logre su óptima lograr la diferencia entre los bordes incisales de

expresión, es necesario seleccionar en cada una de los incisivos y la cúspide del canino. La crítica a

ellas el lugar apropiado para el cementado. este sistema radica en que se dan medidas uni­
Se han descripto diversos procedimientos para formes para todos los individuos y no se tienen en

su colocación. Como ninguno de ellos se adapta a cuenta las variaciones en las longitudes corona­

todos los casos, es posible que quien no tenga una rias. Dependiendo de esto, los brackets quedarán

sólida experiencia clínica pueda cometer algunos más hacia incisal u oclusal y existirán, por lo

errores. tanto, diferencias en la posición dentaria que se

Un el arco de canto standard, esta ubicación se obtiene en lo que respecta a torque y posición

Fig. 1.1: A) Una misma pieza dentaria, por ejemplo, un incisivo central superior, pero de diferente tamaño.
En am bos se adhiere el bracket utilizando com o referencia una misma distancia desde el borde incisal.
Las ranuras presentan diferente torque al apoyar el bracket en superficies de diferente inclinación.
B) Con la expresión del torque. se observa la m ayor inclinación que logra la pieza dentaria que presenta un
mayor tamaño.
www.FreeLibros.me Aparatología preajustada 15

vestíbulo-palatina, debido al diferente radio de


curvatura que presentan las caras vestibulares a
diferentes alturas (Fig. 1.1).
Andrew s utilizó el centro de la corona clínica
de cada diente para la colocación de brackets y
tubos. Esto es muy apropiado, ya que la inform a­
ción de la aparatología se basa en m ediciones que
fueron realizadas en ese sitio y por lo tanto se
logrará una óptim a expresión de la misma (Fig.
1 .2 ).

En m uchos casos resulta difícil determ inar el


centro de la corona clínica debido a que la irregu­
laridad de los bordes gingivales puede inducir a
error. Fig. 1.2: Andrews preconiza el centro de la corona
clínica como referencia para la instalación de la
También provoca problem as la existencia de aparatología.
dientes grandes o pequeños respecto a los restan­
tes de la arcada. Esto obliga a colocar algunos
brackets fuera de ese punto ideal para lograr el
correcto alineam iento tridem ensional que resulta
fundam ental para alcanzar objetivos funcionales y

Fig. 1.3 A : Ante la presencia de un incisivo lateral Fig. 1.3 B: Con una diferente ubicación de los
pequeño, la referencia del centro de la corona clíni- brackets se buscará nivelar los bordes incisales
ca para la ubicación del bracket provocará al final para lograr una mejor guía incisiva,
del tratamiento una falta de nivelamiento de los bor­
des incisales.
16 Aparatología preajustada www.FreeLibros.me

estéticos (Fig. 1.3 A y B). 6. Plano oclusal (curva de Spce).


En este capítulo desarrollarem os un método
para la colocación de la aparatología que, a nues­ Es necesario antes de desarrollar las "Seis
tro criterio, es de gran utilidad y m inim iza la posi­ llaves de la oclusión norm al", hacer referencia a la
bilidad de errores. term inología que se m enciona en ellas:
Previo a esto, es necesario recordar el trabajo
de Andrew s titulado “ Seis llaves para la oclusión Plano de Andrews
norm al” , en el que describe los seis factores que
consideró com unes a ciento veinte oclusiones Es un plano que divide las coronas de los
norm ales no tratadas ortodóncicam ente. Estas dientes en oclusión normal a la altura de sus pun­
oclusiones perfectas desde el punto de vista tos EM , o en el caso de un diente aislado, separa
anatóm ico y funcional fueron la base para la pres­ la porción oclusal de la gingival a la altura de EM
cripción de la aparatología preajustada. (Fig. 1.4).
O tro aspecto que se hace im prescindible
explicar previam ente son los objetivos que debe­
mos alcanzar con el caso ortodóncicam ente trata­
do y que tienen una directa relación con la ubi­
cación de tubos y brackets, es decir, los objetivos
funcionales oclusalcs.

LAS SEIS LLAVES DE ANDREWS

En el trabajo titulado "Seis llaves para la


oclusión normal" A ndrew s describe los seis fac­
tores que consideró com unes a ciento veinte oclu­
siones norm ales no tratadas ortodóncicam ente.
Eran m odelos pertenecientes a pacientes con
oclusiones perfectas desde el punto de vista
anatóm ico y funcional que no podían ser m ejo­
radas con terapia orlodóncica.

Estas características com unes se refieren a:


1. Relación molar.
2. A ngulación o tip de la corona (mesiodistal).
3. Inclinación coronaria o torque (labiolin-
gual).
4. Rotaciones.
5. Espacios o diastem as.
Fig. 1.4: Plano de Andrews
www.FreeLibros.me Aparatología preajustada 17

Corona clínica
EMCC

Corona clínica de un diente es la cantidad de


corona visible intraoralm ente o en m odelos de
estudio. En las llaves de Andrews, este concepto
se aplica para la dentición m ixta tardía o la per­
m anente (es decir, cuando los dientes se encuen­
tran crupcionados en su totalidad) y donde el esta­
do gingival es saludable.
En caso de existir recesiones o hipertrofias
gingivales se deberá considerar, siguiendo el cri­
terio de Orban, que la longitud de la corona clíni­
ca es l ,8 m m m enos que la longitud de la corona
Fig. 1.5: Eje mayor de la corona clínica y punto EM
anatómica.

Eje mayor de la corona clínica (EMCC):


LLAVE 1: Relación molar
En todos los dientes, es la porción m ás prom i­
nente del lóbulo central de cada cara vestibular Andrews define la relación de Clase I m olar
con excepción de los m olares, en los que sigue el de la siguiente manera:
surco que separa las cúspides vestibulares.
Este eje puede ser determ inado apoyando de • La cúspide m esiovestibular del prim er m olar
lado la m ina de un lápiz desde gingival hasta superior ocluye en el surco entre las cúspides
incisal u oclusal, y se visualiza en cada corona vestibulares m esial y m edia del prim er m olar
como una línea recta. inferior.
Se define com o punto EM al punto m edio del
eje mayor de la corona clínica (Fig. 1.5). • La cúspide m esiopalatina del prim er m olar
superior asienta en la fosa central del prim er
m olar inferior.

• La corona del prim er m olar superior debe


tener una inclinación de m anera que la ver­
tiente distal del reborde m arginal distal ocluya
sobre la vertiente m esial del reborde marginal
m esial del segundo m olar inferior.
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El prim er punto de esta definición se ajusta a


la definición de Clase i de Angle.
Los dos restantes se refieren a dos aspectos
que no sólo definen una correcta relación entre
ellos, sino que adem ás posibilitan la interdigi-
tación norm al de los dientes ubicados hacia
m esial, hasta el canino (Fig. 1.6 D).
En la figura 1.6 A, B y C se observa que la
falta de una inclinación adecuada del m olar
provoca una alteración de la relación de Clase I
canina que será mayor cuanto m ás vertical sea la
posición del molar.

Fig. 1.6: La relación m olar descripta por Andrews


requiere que el molar superior presente un mayor
grado de inclinación (Fig. D)
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Aparatología preajustada 19

Fig. 1.7: Valor de inclinación mesiodistal de las coronas. Todos los valores son positivos al presentar la por­
ción gingival inclinada hacia distal.

LLAVE 2: Angulación mesiodistal de las


coronas (TIP)

La inclinación coronaria se m ide entre el eje


mayor de la corona clínica (EM CC) y una per­
pendicular al plano de A ndrew s que pasa por el
punto EM (punto m edio del eje mayor de la coro­
na clínica).

La porción gingival del eje mayor de la


corona clínica debe estar ubicada en una posi­
ción m ás distal que la porción oclusal.
En la figura 1.7 se observan los distintos gra­
dos de inclinación de las coronas dentarias.
Fig. 1.8: A) La inclinación coronaria adecuada
requiere un espacio mesiodistal mayor. B) Se
observa el canino en posición vertical.
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20 Aparatología preajustada

LLAVE 3: Inclinación labiolingual de las


coronas (torque)

El torque coronario está m edido en grados


entre una perpendicular al plano de Andrews que
pasa por el punto EM y una tangente a la cara
vestibular del diente que, pasando por el mismo
punto, tiene sus extrem os a igual distancia de la
porción incisal y gingival de la corona (Fig. 1.9).

La tangente que pasa por el centro del eje


m ayor de las coronas clínicas de los incisivos
Fig. 1.9 : Forma en que Andrews realizó la medición
centrales y laterales superiores tiene una incli­
del torque coronario.
nación desde gingival y palatino hacia incisal
y vestibular (torque positivo).

En los restantes dientes del m axilar supe­


rior y en todos los del m axilar inferior, la tan­
gente va desde vestibular y gingival hacia
incisal (u oclusal) y lingual. Esto es denom i­
nado torque negativo (Fig. 1.10).

Fig. 1.10: Valores de torque coronario para cada una de las piezas dentarias. Los incisivos centrales y late­
rales superiores son los únicos que poseen torque positivo.
www.FreeLibros.me Aparatología p reajustad a 21

El torque de las piezas dentarias tam bién


puede evaluarse teniendo en cuenta el eje mayor
del diente. Para un m ism o diente se observan va­
lores diferentes según cóm o se realice la m edi­
ción. Al analizar los valores de preajuste que pre­
senta una determ inada aparatología se debe tener
en cuenta a qué tipo de m edición se refieren los
valores dados para el torque (Fig. 1.11).
Un correcto torque del sector anterior resulta
indispensable para obtener la relación canina y
molar de Clase I (Fig. 1.12).

Fig. 1.11: Diferencias entre las mediciones de


torque coronario y de torque dentario en una misma
pieza dentaria.

Fig. 1.1 2: Influencia del torque en la relación intero-


clusal. A) Torque normal. B) Ante una falta de
torque en el sector anterior se pueden producir
diastemas. C) La falta de torque origina una relación
de Clase II.
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22 Aparatología preajustada

LLAVE 4: Rotaciones LLAVE 5: Espacios o diastemas

En una oclusión norm al no deben existir rota­ Los dientes están ubicados con sus puntos de
ciones dentarias. contacto perfectam ente relacionados, sin espacios
Los m olares y prem olares rotados ocupan más entre sí.
espacio del norm al en la arcada (Fig. 1.13 A). Esto requiere que no existan m alform aciones
Los incisivos rotados necesitan m enos espacio dentarias ni discrepancias en el ancho mesiodistal
que los correctam ente alineados (Fig. 1.13 B). de los dientes de am bos m axilares, es decir que no
Las rotaciones dentarias generan problem as esté alterado el índice de Bolton. Cuando esto
estéticos y funcionales. En el sector anterior afec­ ocurre, si se pretende m antener los puntos de con­
tan notoriam ente la estética, pero en el sector pos­ tacto, seguram ente se altera la relación inter­
terior son m ás im portantes los trastornos fun­ oclusal, es decir, la clase canina y la relación
cionales que ocasionan. Por ejem plo, una pieza molar, o el overjet y overbite.
posterior rotada varía la ubicación de sus cúspides
y altera la relación interoclusal con el antagonista,
dando lugar a contactos prem aturos c interferen­
cias. Las rotaciones de caninos afectan notoria­
m ente am bos aspectos, la estética y la función.

Fig. 1.13 A: Rotaciones dentarias en el sector pos­ Fig. 1.13 B: Rotaciones dentarias en el sector ante­
terior. rior.
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Aparatología preajustada 23

LLAVE 6: Curva de Spee

• La curva de Spee en la oclusión norm al debe


ser prácticam ente plana. En la m andíbula no
debe tener una profundidad mayor de 1,5 mm
(Fig. 1.14 A).

• Una curva de Spee profunda, producirá un


confinam iento de las raíces de los dientes del
m axilar superior. E sta situación provoca
alteraciones en el plano oclusal im pidiendo
una correcta intercuspidación, generando una
oclusión traum ática (Fig. 1.14 B).

• La curva de Spee invertida determ ina un


exceso de espacio en los dientes del m axilar
superior provocando alteraciones sim ilares a
las señaladas en el punto anterior y falta de
guía incisiva (Fig. 1.14 C).

Fig. 1.14: A) La curva plana favorece una óptima


relación intercuspal. B) Una curva profunda provo­
ca un espacio restringido para los dientes del maxi­
lar superior provocando alteración del plano de
oclusión. C) La curva invertida provoca alteraciones
del plano oclusal, falta de guía incisiva y mayor
espacio disponible en el maxilar superior.
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24 Aparatología preajustada

LOS OBJETIVOS FUNCIONALES


OCLUSALES

El esquem a oclusal ideal corresponde a las


características de la oclusión m utuam ente protegi­
da, es decir:

1- Contactos bilaterales sim ultáneos y estables


de los dientes posteriores en una oclusión de
posición de m áxim a intercuspidación (M IC)
coincidente con relación céntrica (RC)
2- En esta posición debe existir un espacio
libre de 0.012 m m entre los bordes incisales
de los incisivos y caninos inferiores y las caras
palatinas de los caninos e incisivos superiores
(acople incisivo).
3- Overbite de 3 a 4 m m y overjet de 2 a 3 mm,
m edido desde los bordes incisales de los inci­
sivos superiores hasta la cara vestibular de los
incisivos inferiores.
Tanto overbite com o overjet deben ser su fi­
cientes para asegurar una correcta funcionali­
dad de la guía anterior y canina, evitando los
contactos posteriores.
4- En las excursiones laterales, los caninos
deberán ocluir y el resto desocluir.
5- En protrusiva los incisivos deberán acoplar
y todos los posteriores discluir.
6- El plano oclusal debe tener sólo una ligera
curva de Spee.

En la figura 1.16 se ilustran los objetivos fun­


cionales en un paciente donde se realiza un con­
trol oclusal 4 años después de finalizado el
tratam iento ortodóncico. Fig. 1.15: Contactos bilaterales simultáneos en la
posición de cierre, sin contacto anterior.
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Aparatología preajustada 25

Fig. 1.16: En los movimientos excursivos, las piezas anteriores protegen a las posteriores (principio de la
oclusión mutuamente protegida). En la serie superior se observa el acople anterior, donde no existe contac­
to dentario de canino a canino. En la serie intermedia se efectiviza la guía anterior en el movimiento de pro­
trusión, evitando contacto de las piezas posteriores. En la serie inferior, las guías caninas derecha e izquier­
da en el movimiento de lateralidad cumplen la misma función.
26 Aparatología preajustada
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UBICACION DE BRACKETS Y TU­


BOS

D escribirem os en prim er lugar la colocación


en casos en que las piezas dentarias presentan
integridad anatóm ica, con curva de Spee que no
involucre los sectores posteriores a nivel del
segundo m olar. A nalizarem os los siguientes
aspectos (Fig 1.17):

A) Ubicación m csiodistal.
B) Posición vertical (“altura”).
Fig. 1.17: Aspectos para el estudio de la posición
C) Inclinación.
de brackets.
D) Ajuste a la cara vestibular.
A) Mesiodistal
B) Posición vertical
A) Ubicación mesiodistal C) Inclinación
D) Ajuste a la cara vestibular

El eje mayor de la corona clínica será la refe­


rencia para la colocación en el sentido m esiodis­
tal, que perm itirá expresar la inform ación de rota­
ción que tienen inscripta los diferentes brackets y
tubos (Fig. 1.18).

• En incisivos y premolares este plano verti­


cal divide la corona clínica en dos partes prác­
ticam ente iguales, una mesial y una distal.

• En los caninos se traza sobre la parte m ás


prom inente de la cara vestibular que coincide,
a nivel incisal, con la cúspide. Por consi­
guiente, se encuentra desplazado hacia mesial,
en la proxim idad de la unión del tercio mesial
con el tercio m edio de su cara vestibular. Por
eso los brackets de caninos tendrán una posi­
ción desplazada hacia mesial.
Fig. 1.18: El eje mayor de la corona clínica (EMCC)
F.l centro del bracket debe coincidir, en senti­ y su proyección por incisal u oclusal, y palatino,
do m esio-distal, con el eje mayor de la corona constituye la guía para la ubicación mesio-distal de
brackets y tubos.
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Aparatología preajustada 27

clínica. Es por ello que, en los incisivos y pre­


m olares, se ubican en el centro de la cara
vestibular, m ientras que en los caninos están
desplazados hacia mesial.

• E n los m olares el eje vertical nace en la


cúspide m esial, se traza perpendicular a la
cara oclusal del m olar y es la referencia para
la colocación de la entrada m esial del tubo.

Esta referencia es estrictam ente anatóm ica,


por lo tanto se abstrae de las inclinaciones y rota­
ciones presentes en la posición inicial.
Fig. 1.19: Centro del eje mayor de la corona clínica
en molares, caninos e incisivos.
B) Posición vertical

T radicionalm ente, la referencia horizontal los prem olares y éstos a su vez son m enores que
para la colocación de cada uno de los elem entos los incisivos y caninos. Pero existen tam bién
en sentido vertical, es el plano de A ndrew s, que variaciones individuales en la proporcionalidad
pasa por el centro del eje m ayor de la corona que se establece en los distintos sectores que
clínica de cada una de las piezas de la arcada (Fig. responden a características biotipológicas. Por
1.19). A ndrew s hacía coincidir el centro de todos ejem plo, la diferencia de altura entre las coronas
los brackets y tubos con este punto, pero este pro­ del sector posterior y anterior de la arcada suele
cedim iento ha sido m odificado parcialm ente, ser m ás m arcada en los dólicofaciales que en los
como verem os m ás adelante. braquifaciales (Fig. 1.20).

Desde un punto de vista práctico, creem os útil Esta situación hace necesario individualizar,
medir la distancia vertical entre el centro del en cada caso, la altura de las coronas clínicas para
bracket y el borde incisal, cúspide o cara oclusal, la colocación de cada uno de los brackets en sen­
para poder reproducir esta distancia en el o los tido vertical. Por esto, no se debe utilizar una
dientes hom ólogos y para hacer las variantes en m edida estándar en la selección de las alturas para
esta altura conducentes a lograr un aplanam iento la colocación de los brackets.
de la curva de Spee y una guía canina al final del Desde nuestra perspectiva, al tratam iento or-
tratamiento. todóncico lo consideram os una rehabilitación
La altura de las coronas clínicas desde la parte oclusal. Por ello, es m uy im portante el control
más distal de la arcada hacia la línea media tridim ensional de cada una de las piezas que con­
aumenta progresivam ente, esto es, la altura de las form an las arcadas.
coronas clínicas de los m olares es m enor que la de
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28 Aparatología preajustada

Fig. 1.20: Diferente proporcionalidad entre coronas dentarias posteriores y anteriores. A) relación equilibra­
da. B) dientes posteriores grandes en relación a los anteriores. C) dientes anteriores grandes en relación a
los posteriores.

Desde el punto de vista oclusal, le damos


especial im portancia al control del segmento pos­
terior y consideram os como una referencia de
altura, al prim er m olar superior e inferior.

R eferencia posterior

C ronológicam ente estas piezas son las prim e­


ras en alcanzar la total erupción en el segmento
posterior y representan la altura de las coronas
clínicas posteriores. Durante la dentición mixta
son las responsables de soportar la oclusión en
este segmento.
D efinido el prim er m olar com o m odelo de re­ Fig. 1.21: La referencia vertical del primer molar
superior se traslada al segundo premolar y segundo
ferencia, seleccionarem os el centro del eje verti­ molar.
cal que bisecta la cúspide mesio vestibular como
la altura adecuada para la colocación del tubo
vestibular (Fig. 1.21).
Podremos utilizar esta m ism a altura para la segundo prem olar se hace com o una m edida “pro­
colocación del bracket del segundo premolar. tectora” para esta pieza, en un intento de evitar
Este m étodo de selección de altura para el traum as oclusales durante el tratam iento.
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Aparatología preajustada 29

Las áreas radiculares del prim er m olar y el


segundo prem olar tienen entre sí diferencias sig­
nificativas. Dado el m ayor anclaje y las carac­
terísticas de la anatom ía radicular del prim er
molar, la ubicación del bracket del prem olar más
hacia gingival aum entando la distancia desde la
cúspide hasta el centro del bracket, provocará la
extrusión de este diente y quedará expuesto a un
traum a oclusal durante largo tiem po con el daño
periodontal y radicular consiguiente.
La indicación básica para la colocación de los
tubos en los segundos m olares es respetar la
m ism a altura e inclinación indicadas para el
prim er m olar (Fig. 1.21). Debe observarse que el Fig. 1.22: Ante la presencia de una curva de Spee
posterior muy aumentada, la colocación de bandas
segundo m olar presenta posiciones variables de y tubos según el criterio standard generará con la
acuerdo al grado de curva de Spee existente en el nivelación extrusiones de los molares, de mayor
magnitud en el segundo m olar superior y primer
sector posterior.
molar inferior.
La colocación del tubo en el centro de la coro­
na clínica y paralelo a la cara oclusal provocará en
todos los casos la nivelación posterior de esta
curva, que se hará inevitablem ente con extru­
siones dentarias. Estas extrusiones correspon­
derán en la arcada superior al segundo m olar y en
la inferior, al prim ero (Fig. 1.22).
Aún con curvas de Spee cuya forma y profun­
didad están dentro de parám etros norm ales, en
algunos pacientes de m usculatura débil y/o esca­
so overbite esta nivelación posterior no es conve­
niente porque agravará la situación existente.

Fig. 1.23: La colocación del tubo del segundo molar


presenta algunas variantes que tienen como objeti­
vo mantener la curva de Spee posterior.
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30 Aparatología preajustada

Fig. 1.24: A) Caso con escaso overbite, curva de


Spee posterior y falta de torque en el segundo
molar, que ocasiona contactos prematuros de las
cúspides palatinas. B) Instalación de la apara­
tología de manera standard (observar la similitud en
las posiciones de las bandas de los primeros y
segundos molares). C) El trabajo con el arco
vestibular no logrará mejorar el torque del molar y al
nivelar la curva de Spee posterior se producirá una
desfavorable apertura de la mordida.

En estos casos se aconseja realizar ciertas


variantes (Fig. 1.23):

• M olar superior: en estos casos el tubo del


segundo m olar superior debe ubicarse a una
distancia de la cara oclusal m enor que la uti­
lizada para el prim er m olar superior y sin
respetar el paralelism o entre tubo y cara
oclusal. El tubo deberá tener una posición más
baja en distal con el objeto de que el arco ves­
tibular no verticalice esta pieza evitando así la
extrusión de sus cúspides distales.

• M olar inferior: en esta arcada, el diente más


expuesto a la extrusión es el prim er molar.
Cuando el segundo m olar está m ás elevado
que el prim ero y con la inclinación dada por la
curva de Spee posterior, la colocación del tubo
a la m ism a distancia de la cara oclusal en los
dos m olares y respetando el paralelism o,
provocará una extrusión del prim ero. Para evi­
tar este inconveniente el tubo del segundo
m olar se colocará a una distancia levemente
m ayor y con inclinación, bajando el tubo por
distal, para que el trabajo del arco vestibular
no logre nivelar esta curva posterior.
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Aparatología preajustada 31

Fig. 1.25: A) Caso con escaso overbite, curva de


Spee posterior y falta de torque en el segundo
molar, que ocasiona contactos prematuros de las
cúspides palatinas. B) En el sector posterior, se
coloca el tubo inferior en la posición indicada para
mantener la curva, y el molar superior es embanda-
do para trabajar con barra palatina con torque ne­
gativo pero no se incluirá en el arco vestibular.
C) Las maniobras descriptas anteriormente evitan
extrusiones en el sector posterior y se logra eliminar
los contactos de las cúspides palatinas del segundo
molar. Como resultado el overbite mejora notable­
mente.

E n aquellos casos en que la curva de spee pos­


terior es m uy acentuada, se colocarán las bandas
para controlar transversalm cnte la posición de los
segundos m olares superiores, a través de apara­
tología auxiliar palatina (barra palatina, expansor
palatino y quad hélix) pero no se utilizará el tubo
vestibular para la colocación de arcos vestibulares
(Fig. 1.24 y 1.25).
\

E n la arcada inferior, en estos casos de curva


m uy m arcada, colocarem os bandas destinadas a la
instalación de arcos linguales para el control del
torque de estos m olares o bien será necesario
incluir algún doblez en el arco para com pensar
este desnivel entre am bos molares.
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32 Aparatología preajustada

los incisivos centrales y laterales afectando de


Referencia anterior m anera significativa la guía incisiva, que quedaría
soportada sólo p o r los incisivos centrales.
En el segmento anterior, el incisivo central es Uno de los objetivos fundam entales de nues­
la pieza de mayor altura clínica y será la referen­ tro tratam iento de ortodoncia es otorgarle fun­
cia para la selección de altura en la colocación de cionalidad a la oclusión obtenida. No hay duda de
la aparatología de canino a canino. que la calidad, así com o la cantidad de guía inci­
En este diente, Andrew s seleccionó el centro siva a obtener debe dirigir la colocación de la
del eje m ayor de la corona clínica para el cem en­ aparatología. Bajo este concepto proponem os la
tado del bracket, utilizando el mism o criterio para colocación del bracket del lateral a la m ism a dis­
el incisivo lateral. tancia que se eligió para la colocación del bracket
Esta últim a pieza es la que presenta mayores del incisivo central.
variaciones de tam año. Estas variaciones se obser­ Por ello ubicarem os el bracket del incisivo
van tanto en sentido m esiodistal com o en sentido central 0,5 m m m ás hacia incisal que el centro del
vertical y si utilizam os el m étodo pro-puesto por eje m ayor de la corona clínica, dicho de otra m a­
A ndrew s podem os establecer un im portante nera, la m itad de la altura de la corona clínica del
escalón vertical entre el central y el lateral, que incisivo, m enos 0,5 mm, será la m edida de la
quedaría relativam ente intruido. altura del bracket del incisivo central y del lateral,
Esta alteración en el alineam iento dentario teniendo presente que la m edida se tom a desde el
provoca un desnivel en las caras palatinas entre borde incisal al centro del bracket.

Fig. 1.26: A) La colocación del bracket en el centro de la corona clínica cuando los incisivos laterales son
pequeños y su efecto en la guía incisiva. B) Colocación que logra el nivelamiento de los bordes incisales y
su efecto en la guía incisiva.
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Aparatología preajustada 33

Fig. 1.27: En los caninos, la distancia entre el cen­ Fig. 1.28: La nivelación conseguida con estas indi­
tro del bracket y el borde incisal tiene entre 0,5 caciones tiene por objeto aplanar la curva de Spee
y 1 mm más que en los incisivos. y otorgar funcionalidad canina.

En los caninos, que al igual que los incisivos Por último, el bracket del prim er prem olar se
laterales son piezas sujetas a grandes variaciones cem entará en el centro de la corona clínica,
en el tamaño de las coronas clínicas, no podem os cuidando que la distancia del centro del bracket
utilizar su altura como referencia para la ubi­ hasta oclusal sea igual o mayor que en el segundo
cación vertical del bracket. premolar. El prim er prem olar es una pieza de
La funcionalidad de la guía canina está dada transición entre el sector anterior y posterior de la
por la relación de la cúspide del canino inferior arcada, y la altura de su bracket prom edia la dife­
con la cara palatina del canino superior y no por rencia entre la altura del canino y la del segundo
la altura de las cúspides, pero esta relación se premolar.
favorece cuando la cúspide de am bos caninos, Estas indicaciones para la selección de las
superior e inferior, está aproxim adam ente 0,5 mm alturas del cem entado de la aparatología son útiles
más hacia oclusal que el borde incisal de los inci­ tanto para la arcada superior como para la infe­
sivos (Fig. 1.27). rior.
Resumiendo, la distancia del centro de la
corona clínica del incisivo central a su borde
incisal, menos 0,5 mm, será la referencia para la
colocación del centro del bracket en el propio
incisivo central y tam bién en el incisivo lateral.
En el canino esta m ism a distancia se incre­
menta entre 0,5 y 1 m m , lo que le dará la m en­
cionada extrusión.
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V2 C C 6 1/2 C C 4 V2 C C I V2 C C 1 -0 5 m m

Fig. 1.29: G ráfico que resum e las indicaciones referidas a la posición vertical de brackets y tubos para la
arcada superior e inferior.

Fig. 1.30: Medición vertical con posicionador de Fig. 1.31: Medición vertical con estrella de Boone.
Alexander.
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Aparatología preajustada 35

C) Inclinación tiene señalado su eje, una guía práctica es la


observación del paralelism o entre las aletas del
En este sentido, igual que para el posi- bracket y el EM CC , de esta m anera se logrará la
cionamiento en sentido horizontal, se utiliza el correcta inclinación del diente.
eje mayor de la corona clínica (EM CC) como re­ En los m olares, los tubos deben ubicarse con
ferencia. una dirección paralela a la cara oclusal, para per­
El bracket debe tener su eje m ayor (vertical) m itir la expresión de la inform ación de incli­
coincidente con el EMCC. nación que éstos llevan incorporada.
Cuando el m odelo de bracket utilizado no

Fig. 1.32: A) Referencias para la colocación de la aparatología. B) Bandas con tubos y brackets correcta­
mente instalados. C) Aspecto de ambas arcadas con la expresión completa del preajuste de la aparatología.
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36 Aparatología preajustada

alteran dicha inform ación, potenciando, dism i­


D) Ajuste a Ia cara vestibular nuyendo o perdiendo el efecto de rotación que
debe transm itir a la pieza dentaria.
Las bases de los brackets tienen una curvatu­ Apiñam ientos persistentes podrían encontrar
ra que se adapta con bastante precisión a la con­ su explicación en este tipo de errores.
vexidad de las caras vestibulares. El efecto de los errores de colocación m esio­
El cem entado debe hacerse presionando fir­ distal es diferente según se trate de incisivos, que
m em ente el bracket para que el espesor del m ate­ tienen sus caras vestibulares prácticam ente
rial de adhesión sea m ínim o y hom ogéneo en toda planas, o de caninos y prem olares, que presentan
su superficie. una m arcada convexidad.
Cuando el error asienta sobre un incisivo, no
Errores en el posicionamiento de la apa­ se evidencia una rotación anorm al tan m arcada
ratología como la que se observa si ese m ism o error sucede
en un prem olar o canino, pero a nivel de los pun­
A) En sentido m esiodistal tos de contacto y en el alineam iento de las caras
vestibulares podrán detectarse los efectos de una
C om o se señaló anteriorm ente, el p o si­ ligera m ala rotación, que puede provocar contac­
cionam iento de la aparatología en sentido m esio­ tos prem aturos a nivel de la guía incisiva.
distal perm ite la expresión de su inform ación de Para analizar el efecto a nivel de los caninos se
rotación. E rrores en la colocación mesiodistal debe tener en cuenta que el punto de contacto dis­

Fig. 1.33: A) Mala ubicación mesiodistal de los brackets de caninos superiores (hacia mesial y hacia distal).
B) La rotación y los problemas a nivel de puntos de contacto se acentúan con la colocación muy distal del
bracket.
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Aparatología preajustada 37

tal del canino debe estar centrado en la cara efecto pantográfico, un desplazam iento mayor de
mesial del prim er premolar. la cúspide palatina, que es la cúspide fundam en­
En el canino, la referencia en sentido mesio- tal, pudiendo así crear contactos prem aturos fácil­
distal es la mayor em inencia de la cara vestibular. m ente (Fig. 1.34).
Esta em inencia está desplazada hacia mesial. La En los prem olares inferiores esta situación es
base del bracket está diseñada para aceptar esta m enos crítica. Por una parte, porque la proxim i­
mayor convexidad; cualquier error en sentido dad de la cúspide fundam ental con el bracket m i­
mesiodistal provocará una rotación que se eviden­ nim iza las consecuencias funcionales del error, y
ciará en mayor grado en el punto de contacto dis­ por la otra, porque su contorno suele ser bastante
tal, que se desplazará hacia vestibular o hacia lin­ redondeado y los errores de rotación tendrán con­
gual (Fig. 1.33). secuencias m enos severas en lo que se refiere al
Para com prender el efecto de los errores de espacio que ocupará el diente en la arcada (Llave
colocación m esiodistal del bracket en un prem olar 4 de Andrews, Fig. 1.35 A y B).
superior, se debe tener en cuenta la disposición de En los m olares superiores, la inform ación de
ambas cúspides: la vestibular y la palatina. rotación del tubo m olar es m uy m arcada,
El bracket colocado en la cara vestibular se pequeños errores de cem entado en sentido m esio­
halla más distante de la cúspide palatina. El cen­ distal provocarán alteraciones de la rotación y con
tro del bracket debe estar colocado sobre la bisec­ ello, m odificaciones de los puntos de contacto e
triz de ambas cúspides. Un error de posiciona- interferencias oclusales (Fig. 1.35 C y D).
miento en sentido m esiodistal provocará, por

Fig. 1.34: El error de posicionamiento mesiodistal en un premolar superior tendrá un efecto marcado sobre
la posición de la cúspide palatina. A) Bracket colocado hacia distal. B) Al expresarse la posición incorrecta
del bracket se produce una rotación de la pieza y el desplazamiento de su cúspide palatina hacia distal.
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38 Aparatología preajustada

Fig. 1.35: A y B) En la arcada inferior, el desplazamiento de la cúspide lingual provocada por una mala posi­
ción mesiodistal del bracket del premolar es de menor magnitud que en el superior debido a la anatomía de
c
la cara oclusal. y D) En los molares, la mala colocación mesiodistal de los tubos también afecta la rotación,
pero en menor magnitud que en las piezas anteriores.
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En los m olares inferiores la situación es Com o las guías para la selección de la altura
menos critica que en los m olares superiores son los bordes incisales o las cúspides vestibu­
debido a que la inform ación de rotación del tubo lares, debe tenerse en consideración que estas re­
molar es menor. ferencias suelen presentar abrasiones, fracturas o
restauraciones que pueden provocar confusiones.
B) En sentido vertical La alteración en la posición vertical de un
incisivo con respecto a sus dientes vecinos, no
La incorrecta colocación de la aparatología en sólo afectará la estética sino que producirá un
este sentido provoca una alteración en la posición desnivelam iento en las caras palatinas. Esto
vertical de la pieza afectada creando evidentes provocará una alteración en la guía incisiva
problemas estéticos, contactos prem aturos, y porque el ancho vestíbulo-palatino del diente
alteración de la inform ación de torque incorpora­ varía a diferentes alturas (Figs. 1.36 y 1.37).
da en la aparatología.

Fig. 1.36: Efectos de la colocación alta de un bracket de incisivo lateral para nivelar un borde fracturado. A)
En la nivelación. B) En el torque. C) y D) En la guía incisiva.
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40 Aparatología preajustada

Esta m ala colocación tam bién afecta el torque


de los incisivos. En este caso, la diferente incli­
nación de la cara vestibular creará problem as
estéticos, y la de la cara palatina alterará la guía
incisiva (Figs. 1.36 y 1.37).

Ante la presencia de piezas fracturadas par­


cialm ente, se hace necesario restaurar previa­
m ente los bordes incisales con m ateriales estéti­
a _ cos antes del cem entado de brackets para evitar

f estos errores de colocación.

Los errores verticales en los incisivos infe­


riores provocan un desnivelam iento de los bordes
incisales y una alteración de la calidad de la guía
incisiva.

B
En los caninos superiores, debido a sus carac­

f terísticas anatóm icas, los m ovim ientos de extru­


sión se transform an en severos contactos pre­
m aturos. La form a conoide de la corona clínica,
hace que un desplazam iento del bracket en senti­
do gingival provoque una extrusión y con ella, un
aum ento en el ancho vestíbulo palatino. Esta
podría ser causa de severo traum a oclusal, provo­
cando desplazam ientos del canino inferior, recidi­
vas postratam iento y recesiones gingivales.

Los caninos suelen presentar abrasión de la


cúspide y esto puede conducirnos a un error en la
selección vertical de la posición de cementado.
Fig. 1.37: A) Error en el posicionamiento vertical del Será necesario, por lo tanto, considerar esta
bracket del incisivo central superior derecho.
situación para la colocación del bracket, cem en­
B) Con los arcos redondos de la primera fase, se
expresa con un desnivelamiento de los bordes tándolo m ás cerca de la cúspide abrasionada para
incisales. C) En la segunda fase del tratamiento los evitar los problem as ya citados. Se debe elegir la
arcos rectangulares expresan el torque de la apara­
tología preajustada, y en el caso del bracket mal altura del bracket intentando reproducir la posi­
colocado, al estar más hacia gingival se modifica el ción que tendría éste en el caso que el canino estu­
torque que transmite al diente. En la vista oclusal se
observa la alteración que producirá ese diente más
viese íntegro. Sólo al final del tratam iento, en la
extruido en la guía incisiva.
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fase de asentam iento de la oclusión, se le hacen En los prem olares los desplazam ientos verti­
los ajustes de extrusión, desgastes de la cara cales de los brackets m odifican la inform ación del
palatina, etc., que perm itan el correcto contacto torque incluida en la aparatología (Fig. 1.40). La
con su antagonista y la finalización estética (Fig. cara vestibular de los prem olares presenta una
1.38 B). m arcada convexidad y el bracket está program a­
Por supuesto, en casos de pérdidas im por­ do para ser posicionado en la mayor eminencia. Si
tantes de m asa dentaria será necesaria la recons­ se coloca más hacia oclusal cam bia la orientación
trucción postratam iento (Fig. 1.38 C). de la ranura y la expresión del torque se hace posi­
Si el error en los caninos consistiera en una tiva, o menos negativa con la acción de los arcos
colocación m ás hacia incisal, el problem a que se rectangulares.
ocasionará será una guía canina insuficiente.

Fig. 1.38: A) Canino con cúspide abrasionada. B) Podrá ser extruido en la etapa final del tratamiento, con la
consiguiente remodelación de su borde incisal y por palatino para adecuar su estética y funcionalidad. C) La
reconstrución por adición es una alternativa cuando el desgaste es excesivo.
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42 Aparatologfa preajustada

Com o en los prem olares superiores el bracket cúspide palatina con un cam bio de orientación de
se ubica distante de la cúspide fundam ental, este la cara oclusal que facilita los contactos pre­
error vertical tiene consecuencias m agnificadas m aturos en el cierre m andibular e interferencias
a ese nivel, que se reflejan en un descenso de la en el lado de balance (Fig. 1.41 B).

Fig. 1.40: La colocación del bracket a diferente


altura en los premolares varía la inclinación de la
ranura y con ello el torque transmitido al diente.

Fig. 1.39: A) Bracket ubicado muy hacia gingival en


un premolar superior. B) Efecto con la nivelación de
la primera fase: se produce una extrusión de la
pieza que tiene el bracket mal posicionado. C)
Efecto que producen los arcos rectangulares
aumentando el torque negativo.
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Aparatología preajustada 43

Un bracket m ás hacia gingival extruirá el pre­ de los tubos afectan la inform ación del torque
molar generando un contacto prem aturo en cierre generando interferencias, que al estar localizadas
y aumentará el torque negativo, con el consi­ en el sector posterior, resultan m ás críticas.
guiente descenso de la cúspide vestibular y la Estas alteraciones pueden m anifestarse con
posibilidad de provocar una interferencia en el extrusiones, generando contactos prem aturos o
lado de trabajo (Figs. 1.39 y 1.41 A) severas interferencias del lado de trabajo (Figs.
En los m olares, los desplazam ientos verticales 1.43, 1 .4 4 , 1.45, 1.46 y 1.47).

Fig. 1.41: A) Bracket ubicado hacia gingival en un premolar superior. Se produce una extrusión de la pieza
y aumento del torque negativo. Esto tiende a provocar un contacto prematuro entre las cúspides vestibulares
superior e inferior. B) Bracket ubicado hacia oclusal en un premolar superior. Produce un torque positivo que
desciende la cúspide palatina, exponiéndola a contacos prematuros con la cúspide vestibular inferior.
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44 Aparatología preajustada

Fig. 1.42: Malposición de brackets en premolares inferiores. A) Un bracket hacia oclusal producirá un torque
positivo con posibilidad de interferencias de las cúspides vestibulares. B) Un bracket hacia gingival extruirá
el diente, aumentará el torque negativo y favorecerá contactos prematuros e interferencias de cúspides fun­
damentales.

Fig. 1.43: Correcta ubicación de tubos molares y la expresión del torque que éstos producen.
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Aparatología preajustada 45

Fig. 1.44: A) Una banda superior cementada hacia Fig. 1.45: A) Una banda superior cementada hacia
gingival por vestibular aumenta el torque negativo oclusal por vestibular confiere al tubo torque positi­
del tubo. B) Con la expresión del torque. C) En vo. B) Con la expresión del torque. C) En oclusión
oclusión con su antagonista. con su antagonista.
46 Aparatologfa preajustada
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Fig. 1.46: A) Una banda inferior cementada hacia Fig. 1.47: A) Una banda inferior cementada hacia
gingival por vestibular aumenta el torque negativo oclusal por vestibular confiere al tubo torque positi­
del tubo. B) Con la expresión del torque. C) en vo. B) Con la expresión del torque. C) En oclusión
oclusión con su antagonista. con su antagonista.
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Aparatologfa preajustada 47

C) Errores de inclinación

Cuando un bracket se ubica con una incli­


nación incorrecta, el error se hace evidente desde
la prim era fase del tratam iento, ya que antes de
finalizar el alineam iento se habrá expresado prác­
ticamente en su totalidad.
Este tipo de errores genera, en dientes ante­
A
riores, problem as estéticos y de puntos de contac­
to. Además un diente m ás inclinado requerirá un
mayor espacio en la arcada. A la inversa, una
pieza dentaria más vertical ocupa m enos espacio
(Fig. 1.48 A y B).
Los errores de inclinación en la colocación de
las bandas m olares son m uy frecuentes. Al ser
cementadas, pueden ser posicionadas involunta­
riamente m ás hacia gingival por m esial que por
distal. En ese caso el m olar adoptará una posición
inclinada hacia distal, extruyendo las cúspides
mesiales (Fig. 1.50).
Cuando, a la inversa, las bandas se llevan más
hacia gingival en la cara distal del molar, se
provocará una inclinación hacia m esial de la coro­
na, extruyendo las cúspides distales (Fig. 1.49). B
En ambas situaciones los m olares afectados
serán responsables de contactos prem aturos y de
interferencias en los m ovim ientos de protrusión.
A su vez, se producirán inclinaciones anorm ales
de las raíces, que quedarán expuestas a contactos
nocivos con las raíces de las piezas dentarias ady­
acentes.

Fig. 1.48: Errores de inclinación en el cementado


del bracket del incisivo lateral. A) Al inclinar más la
pieza dentaria, ésta ocupa un espacio mesiodistal
mayor. B) Cuando el error provoca una posición
más vertical del incisivo el espacio requerido es
menor.
Observar en ambas figuras las diferentes posi­
ciones de los ápices y la relación con las raíces
vecinas. A nivel coronario, también se alteran los
puntos de contactos de las caras proximales.
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48 Aparatología preajustada

Fig. 1.49: Banda superior mal cementada. La parte distal se presionó demasiado, resultando un tubo incli­
nado hacia distal y gingival. Con la expresión de los arcos que producirán el alineamiento, se extruye la
cúspide distal.

Fig. 1.50: Banda del primer molar inferior con insuficiente profundización por distal. El tubo resulta inclinado
hacia distal y oclusal, lo que extruye las cúspides mesiales con el alineamiento.
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Aparatología preajustada 49

D) Errores de ajuste palatino, el tubo quedará m ás hacia gingival y se


producirá un exceso de torque negativo y el
En los brackets, el error de ajuste se debe a la descenso de la cúspide vestibular.
deficiente presión en el m om ento del cementado. Si la inserción palatina es m ás hacia gingival
Esto provoca la presencia de diferentes espesores que la vestibular, el tubo quedará m ás hacia
de material adhesivo y puede alterarse la inform a­ oclusal, se expresará m enos el torque negativo y
ción de torque y/o rotación (Figs. 1.51, 1.52 y las cúspides palatinas quedarán m ás descendidas
1.53). que las vestibulares.
En las bandas, un tam año m ayor que el nece­ La m ism a interpretación debe hacerse para el
sario traerá problem as de adaptación y con ello se caso de la incorrecta colocación de las bandas
introducirán errores verticales, de inclinación y/o inferiores.
rotación.
Se explicó anteriorm ente el efecto de la inser­
ción de la banda m olar m ás hacia gingival por
mesial o por distal.
La inclinación de la banda m ás hacia gingival
por vestibular o por palatino produce alteraciones
en la información de torque. Si la banda se inser­
ta más hacia gingival por vestibular que por

A B

Fig. 1.51: La falta de ajuste distorsiona la informa­ Fig. 1.52: La falta de ajuste vertical en el incisivo
ción del bracket. hace que haya exceso de material de adhesión en
A) En sentido vertical, modificará el torque. la zona incisal del bracket. Esto varía la información
B) En sentido mesiodistal, generará rotaciones del torque transformándolo de positivo a negativo
anormales. en este caso.
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50 Aparatología preajustada

Fig. 1.53: Falta de ajuste en sentido mesiodistal. Se alterará la rotación de la pieza afectada ya desde la
expresión de los arcos de primera fase.
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C A P ÍT U L O

2
PRIMERA FASE

Introducción a la secuencia mecánica


Las fases del tratamiento
Fuerzas utilizadas
Primera fase
Alineamiento en casos con y sin extracciones
Utilización de doble arco en la primera fase
Caninos retenidos
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Primera Fase

INTRODUCCIÓN da y, en algunos casos, aparatología auxiliar como


quad helix, expansor palatino, barras palatinas o
En todo tratam iento de ortodoncia el operador rotadores de molares.
se enfrenta a la necesidad de m ovilizar dientes en
diferentes direcciones para alcanzar los objetivos Segunda fase: el objetivo en esta fase es el
del tratamiento planificado. Por esto, debe poseer m ovim iento de grupos dentarios en sentido verti­
una gama de recursos y, en cada situación, selec­ cal y/o sagital que se realiza con arcos rectangu­
cionar alguno de ellos para alcanzar un objetivo lares, incorporándose el control del torque radicu­
puntual dentro de la secuencia m ecánica. lar.
Una de las características de esta técnica es el
manejo de grupos dentarios para lograr los distin­ Tercera fase: consiste en el asentam iento de
tos movimientos deseados; m ovim ientos que se la oclusión y la finalización del caso.
realizan con arcos rectangulares para el control
tridimensional durante las diferentes m aniobras. Fuerzas utilizadas
Pero es im prescindible, para realizar estos m ovi­
mientos de grupo, que las arcadas tengan una El m ovim iento ortodóncico se produce como
preparación previa. respuesta a la fuerza aplicada a los dientes con
nuestra aparatología. E ste m ovim iento es la
respuesta fisiológica del tejido óseo de soporte,
LAS FASES DEL TRATAMIENTO que, m ediante un proceso de reabsorción en las
zonas de presión y de aposición en las zonas de
Con fines didácticos, dividirem os el m anejo tracción, rem odela su forma.
de la secuencia de arcos en tres fases diferentes.
En cada una de ellas deberán alcanzarse una serie Las células osteoclásticas y osteoblásticas son
de objetivos para poder acceder a la siguiente llevadas a su lugar de actividad por la sangre y
fase. esto es un factor clave para el m ovim iento den­
tario. Al depender del aporte sanguíneo, este
Primera fase: tiene com o objetivos el ali­ m ovim iento será mas eficiente si no sufre reduc­
neamiento y nivelación de las arcadas, la correc­ ciones o im pedim entos. Si esto sucedeiera, la
ción de las rotaciones y el inicio de la preparación actividad celular se verá lim itada y los dientes se
del anclaje. En esta fase se deben solucionar tam ­ moverán con mayor lentitud; o pueden incluso
bién los problem as transversales. Se realiza uti­ inmovilizarse si la isquem ia producida por las
lizando una secuencia de arcos de sección redon­ fuerzas es de gran m agnitud. Esto puede suceder

53
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54 Primera fase

cuando se aplican fuerzas intensas que im piden la tintos dientes sea variable porque depende de la
circulación capilar. superficie radicular involucrada y tam bién del
Varios investigadores (Storey, Smith, Brian m ovim iento deseado.
Lee, Ricketts, entre otros) evaluaron la fuerza Cuando un diente del sector anterior es m ovi­
óptim a necesaria para el m ovim iento de las piezas do en dirección anteroposterior, las superficies
m idiendo la “superficie expuesta de la raíz”, es enfrentadas al m ovim iento serán la vestibular o la
decir, la superficie de la raíz enfrentada al palatina; pero si este m ism o m ovim iento se rea­
movimiento. liza en los sectores posteriores, las caras radicu­
Brian Lee propuso 200 g/cm 2 com o la presión lares involucradas serán la m esial o la distal.
óptim a para lograr un m ovim iento eficiente. A la inversa, en el m ovim iento en sentido la­
Esto hace que la fuerza aplicada sobre los dis­ teral, las superficies expuestas serán la m esial o la

2M 1M 2PM 1PM C IL 1C

M ovim ientos
A n teropo ste riore s

1,00 1,20 0,55 0,75 0,75 0,40 0,50

M ovim ientos
Transversales

0,50 0,50 0,70 0,65 0,70

Intrusión - E xtrusión

0,70 0,80 0,30 0,30 0,45 0,30 0,40

Fig. 2.1: Superficies radiculares, en cm2, de cada una de las piezas dentarias de la arcada superior. Se
describen según el tipo de movimiento ortodóncico requerido.
www.FreeLibros.me Primera fase 55

distal en los dientes anteriores y la vestibular o la raíz de estas piezas tiene una superficie de 0,2
palatina en los posteriores. Para los m ovimientos cm 2.
de intrusión o extrusión se consideran las superfi­ Si analizam os los gráficos de superficie radi­
cies de la sección transversal de la raíz. cular (Figs. 2.1 y 2.2) podrem os planificar la
Ricketts sugiere que el rango de fuerzas ópti- fuerza necesaria en distintas situaciones del
2
mas está cercano a los 100 g/cm . Es decir, la tratam iento.
mitad de la propuesta por Brian Lee. Demostró Estos principios básicos deben tenerse en
clínicamente que la intrusión de los incisivos infe­ cuenta al diseñar una secuencia de arcos para que,
riores con arcos utilitarios se hacía con eficiencia a pesar de la variación en las características y sec­
aplicando fuerzas de 15 a 20 g p or diente, es decir, ciones utilizadas, todas ellas sum inistren fuerzas
100 g/cm2 dado que la sección transversal de la de rango óptimo.

2M 1M 2PM 1PM C IL IC

1,00 1,10 0,60 0,60 0,75 0,25 0,25

Movimientos
Anteroposteriores

0,95 1,05 0,60 0,60 0,70 0,50 0,50

Movimientos
Transversales

0,75 0,85 0,30 0,30 0,35 0,20 0,20


Intrusión - Extrusión

Fig. 2.2: Superficies radiculares, en cm2, de cada una de las piezas dentarias de la arcada inferior. Se
describen las caras de la raíz involucradas para cada tipo de movimiento ortodóncico.
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56 Primera fase

Así, en la etapa inicial de la corrección de un


apiñam iento, el arco sufre am plias deflexiones, A
por lo que deberán usarse arcos flexibles que ante
esas deflexiones respondan con una fuerza fisio­
lógicam ente aceptable. A m edida que el apiña­
m iento dism inuya, las deflexiones necesarias
serán de m enor m agnitud y se requerirán arcos
que tengan un nivel de carga mayor, no para que
sum inistren una presión mayor, sino para que a
m enores deflexiones produzcan la m ism a que
ejercían los arcos m as débiles al sufrir una de­
flexión mayor.

PRIMERA FASE

Objetivos: B

Alineam iento, nivelación, corrección de rota­


ciones, preparación del anclaje y solución de los
problem as transversales.

Alineam iento: significa colocar todos los


com ponentes de la aparatología, brackets y tubos
m olares, alineados en sentido vestibulolingual en
una form a de arco definida, elim inando las mal-
posiciones individuales (Fig. 2.3).

Nivelación: adem ás del alineam iento en sen­ Fig. 2.3: En la primera fase los movimientos se rea­
tido vestibulolingual, en esta fase se produce una lizan sin control radicular. A) Observamos incisivos
nivelación de todos los com ponentes de la apara­ central y lateral con falta de alineamiento sagital y
tología en sentido vertical. vertical. B) Los arcos de la primera fase logran ese
alineamiento, verticalizando al incisivo central y
Corrección de las rotaciones: Los dientes vestibularizando al incisivo lateral.
pueden estar rotados sobre su propio eje.
En el sector anterior, el apiñam iento dentario
im plica giroversiones. La corrección del apiña­
miento corregirá sim ultáneam ente las rotaciones
de las piezas involucradas.
www.FreeLibros.me Primera fase 57

+ 5' + 2'

Fig. 2.4: Preparación del anclaje en ambas arcadas mediante la utilización de tubos molares y brackets de
premolares que evitan la inclinación coronomesial de estas piezas. En los molares superiores a los tubos con
rotación distal, se le agrega además una barra palatina que potencia el efecto de rotación distal.

En el sector posterior las piezas rotadas ocu­ La preparación del anclaje es diferente en el
pan más espacio en la arcada que si estuvieran en m axilar y en la m andíbula. Los m olares supe­
una posición normal. En cam bio, en el sector riores aum entarán su estabilidad cuando se
anterior ocupan un espacio menor. encuentren en una posición de m oderada rotación
distal. En este sentido trabajarán los tubos de los
Preparación del anclaje: se entiende por m olares superiores, lo que puede ser potenciado
preparación del anclaje el aum ento de la resisten­ desde esta prim era fase con una barra palatina
cia de los sectores posteriores al movim iento activada con rotación distal. En cam bio los
hacia mesial, con el objeto de evitar o dism inuir m olares inferiores aum entan su estabilidad cuan­
su posible desplazam iento, lo que im plicaría una do se encuentran verticalizados. Utilizando tubos
pérdida de anclaje y con ello una dism inución en inferiores con una angulación negativa m ínima, se
la longitud de la arcada. evita el m ovim iento mesial del m olar en esta
prim era fase (Fig. 2.4).
58 Primera fase www.FreeLibros.me

En esta fase de alineación y nivelamiento, carga en form a progresiva; de esta m anera los
común para todos los casos de ortodoncia, se prim eros liberarán bajos niveles de carga y ac­
establecen nuevos puntos de contacto al solu­ tuarán inicialm ente en aquellas piezas con super­
cionarse la discrepancia dentaria, que se m ani­ ficies radiculares pequeñas (grupo incisivo),
festaba en form a de rotaciones, extrusiones, intru­ luego en aquellas cuyas raíces son m edianas
siones e inclinaciones tanto a nivel anterior como (caninos y prem olares), y por últim o en los seg­
posterior. m entos posteriores (molares), donde las superfi­
Todos estos objetivos se alcanzan m ediante la cies radiculares son m ayores (Fig. 2.5).
utilización de arcos de sección redonda de diver­
sas características y calibres que van desde .012” Se deben seleccionar los arcos de esta prim era
hasta .020” . Esta secuencia puede incluir arcos fase en función del problem a que presente la arca­
flexibles (coaxiales), super elásticos (NiTi) y rígi­ da. Por ejem plo, si existe un apiñam iento severo
dos (acero). de incisivos, rotaciones de prem olares, inclina­
ciones y rotaciones m olares, se deberá realizar
Debem os tener en cuenta que, como los arcos una secuencia am plia de arcos redondos para ali­
utilizados son continuos, se hace necesario en esta near y nivelar la arcada. En otro caso donde sólo
fase considerar las diferentes superficies radicu­ esté afectado el segm ento anterior, no será nece­
lares que conform an la arcada dentaria. Se debe sario prolongar una secuencia con arcos redondos
realizar una secuencia de arcos que aum ente su de mayor calibre, porque no habrá que realizar
trabajo de alineam iento y nivelación de los sec­
tores posteriores. En los casos sin alteraciones de
nivelación y alineam iento, la prim era fase será
m uy breve, es decir, la cantidad de arcos que se
utilizan y el tiem po que llevará alcanzar los obje­
tivos de la prim era fase, dependerá del grado de
m alposición dentaria y del recurso terapéutico
elegido (tratam iento con o sin extracciones).

Las fuerzas óptim as para provocar el m ovi­


m iento dentario se encuentran, a nuestro criterio,
en un rango de 100 a 200 g x cm 2.
Si consideram os que en la arcada dentaria
existen, con una relación de vecindad, piezas con
diferentes áreas radiculares, debem os suponer que
bajo una m ism a presión algunas de ellas podrán
ser estim uladas y otras no. O bien, una presión
Fig. 2.5 : Escala de superficies radiculares. podría ser ideal para alguna pieza y excesiva para
Según estos valores, las piezas dentarias de cada
arcada se dividen en tres grupos, señalados por las otra.
áreas coloreadas.
www.FreeLibros.me Primera fase 59

Cuando utilizam os un arco continuo estam os m anera, una secuencia correcta con arcos conti­
colocando en antagonism o piezas vecinas que nuos tendrá el m ism o efecto que el trabajo por
muchas veces tienen grandes diferencias entre sus sectores.
superficies radiculares. Un ejem plo de esto es el
canino inferior que tiene un área radicular tres
veces mayor que la del incisivo lateral, o la del
primer m olar que duplica el área radicular del
segundo premolar.

Conociendo la superficie radicular de cada


una de las piezas, podem os determ inar la fuerza
ideal para su m ovim iento (ver cuadro de áreas).
Se podría dividir una arcada dentaria según
estas superficies en tres partes: incisivos centrales
y laterales que constituyen el grupo de m enor área
radicular y por lo tanto el grupo que requiere
menor carga para realizar su movim iento; caninos
y premolares constituyen el grupo interm edio que
requiere una m agnitud de fuerza un poco mayor;
y por último, los m olares que al ser las piezas con
mayor superficie radicular, requieren una carga
aún mayor para ser estimuladas.

Se deberá prim ero estim ular aquellas áreas


radiculares m enores (incisivos) con arcos de baja
carga. Una vez conseguido su m ovim iento, colo­
caremos un arco con m ayor coeficiente
carga/deflexión, que perm anecerá m ás o menos
pasivo en aquellas piezas ya alineadas y estim ula­
rá aquellas áreas radiculares m edias (caninos y
premolares). Una vez alcanzado el objetivo de
alineamiento de los sectores laterales, trabajare­
mos con arcos cuya carga es más alta aún para
completar el trabajo en las áreas radiculares m a­
yores (molares).
Planteado así el proceso de m ovim iento den­ Fig. 2.6 : Al finalizar la primera fase, los brackets se
tario, se diseñará la secuencia de arcos aum entan­ encuentran alineados por el arco redondo, pero las
inclinaciones de los slots no coinciden.
do progresivamente el nivel de carga. De esta La nivelación de los slots se obtendrá con los arcos
rectangulares de la segunda y tercera fase.
60 Primera fase www.FreeLibros.me

la extrusión, puede suceder que otra vecina se

MOVIMIENTOS DENTARIOS EN LA m ueva en dirección a la intrusión, y m ientras una

PRIMERA FASE se inclina hacia vestibular, la otra lo hace hacia


lingual, arrastradas por la recuperación de la

En el sector anterior form a del arco.

Los m ovim ientos de esta prim era fase son de Anclaje recíproco
tipo individual y diferentes para cada una de las
piezas de la arcada. Son m ovim ientos sin control La solución de la discrepancia dentaria se

radicular donde se expresan inclinaciones en sen­ logra gracias al efecto del anclaje recíproco en el

tido mesio distal, vestíbulo palatino, m ovim ientos que cada pieza sirve de anclaje a su vecina, que

de intrusión, extrusión y rotaciones. será m ovilizada y a su vez servirá de anclaje a la


prim era (Fig. 2.7 A y B). Esto quiere decir que

Es im portante resaltar que estos m ovim ientos ambas piezas se m ueven utilizándose la una a la

dentarios requieren un estím ulo m enor que aque­ otra como elem ento de apoyo. En este juego de

llos con control radicular. En general son m ovi­ acción y reacción participan el arco, la m uscu­

m ientos que se producen rápidam ente y con latura perioral, la lengua y la propia oclusión del

fuerzas bajas. paciente.

En el inicio del tratam iento, la colocación de


un arco redondo superelástico provoca todos estos
m ovim ientos que perm itirán la recuperación pro­
gresiva de su form a original. Esto quiere decir
que, m ientras una pieza se m ueve en dirección a

Fig. 2.7 B: Vista lateral de los movimientos denta­


rios en un caso con extracción del primer premolar.
La inclinación del bracket del canino mejora la posi­
ción radicular en el descenso de este canino eleva­
do, pero tiene un efecto de inclinación mesial e
Fig. 2.7 A: Anclaje recíproco. intrusión a nivel del segundo premolar.
www.FreeLibros.me Primera fase 61

la m usculatura perioral en la arcada superior y de


Alineam iento en casos sin extracciones la propia oclusión en el caso de la arcada inferior.
Esto puede hacer que el m ovim iento resulte más
En aquellos casos en que se va a realizar una lento, siendo a veces necesaria la utilización de un
fase de alineam iento y nivelación sin el recurso de núm ero mayor de arcos de baja carga que en los
las extracciones debem os considerar que la expre­ casos con extracciones.
sión del anclaje recíproco se m anifestará como U na vez alcanzado el alineam iento dentario
protrusión (Figs. 2.8 y 2.9). anterior utilizarem os arcos con mayor fuerza, para
Este m ovim iento debe vencer la resistencia de realizar el trabajo en los sectores laterales.

Fig. 2.8: A) Primera fase en arcada inferior. Caso


sin extracciones. Los incisivos se encuentran por
detrás del plano A-Po, hay apiñamiento anterior y
giroversiones de premolares.

Fig. 2.8: B) Un arco de acero coaxial, con ligaduras


de aproxim ación en las piezas más alejadas,
comienza los movimientos dentarios en el sector
anterior.
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62 Primera fase

Fig. 2.8: C) Cuando se logra mejorar el apiñamien­


to anterior, se instala un arco superelástico que
comenzará a trabajar en los sectores laterales y
finalizará el alineamiento anterior.

Fig. 2.8: D) Final de la primera fase con un arco


redondo de acero. Nótese el movimiento de pro­
trusión resultante que se hace evidente respecto a
la línea A-Po.

Fig. 2.9: A) Arcada superior con discrepancia den­


taria negativa y posición retruida de los incisivos.
www.FreeLibros.me Primera fase 63

Fig. 2.9: B) En el inicio de la primera fase el arco


coaxial comienza el alineamiento por el anclaje
recíproco que se ejerce entre los incisivos.

Fig. 2.9: C) Con los incisivos ya algo alineados y


protruidos, se instala un arco superelástico que tra­
baja sobre las rotaciones de los sectores laterales.

Fig. 2.9: D) Final de la primera fase con un arco


redondo de acero. El alineamiento obtenido fue
posible por el movimiento de protrusión de los inci­
sivos.
64 Primera fase www.FreeLibros.me

Paciente de Clase I molar donde se planifica un


tratamiento sin extracciones debido a la posición
retruida de los incisivos superiores e inferiores. Hay
apiñamiento moderado en ambas arcadas. No se
observan anomalías de rotación molar.

Después de iniciar los movimientos dentarios con


un arco coaxial de acero se instalan en ambas
arcadas arcos de NiTi de .014” . Las fotografías co­
rresponden al momento de instalación de estos
arcos. La colocación de ligaduras elásticas en los
dientes más rotados disminuye la fuerza del arco
(observar incisivo lateral superior derecho e incisivo
central inferior izquierdo).
www.FreeLibros.me Primera fase 65
Q -P '
66 Primera fase www.FreeLibros.me

Un mes después se observa corrección parcial de


las rotaciones. Deberá trabajarse con mayor aproxi­
mación del arco al bracket. La nivelación del canino
superior derecho que se encontraba elevado al ini­
cio del tratam iento ha provocado una ligera
intrusión de los dientes vecinos.

Al finalizar la primera fase se encuentran bordes


incisales y cúspides vestibulares totalmente alinea­
dos, con una nivelación completa de los arcos que
ha corregido la pequeña mordida abierta lateral
originada por el canino elevado.
Se observa una m ayor inclinación vestibular de los
incisivos por la protrusión realizada.
www.FreeLibros.me Primera fase 67
68 Primera fase
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este caso se expresa en un grado menor.


A lineam iento en casos con extracciones En este punto es im portante considerar cuál es
la pieza elegida para la extracción: prim er o
En aquellos casos en que se ha optado por el segundo premolar. Esta decisión estará condi­
recurso de las extracciones, la solución de la dis­ cionada por las características del caso en cuanto
crepancia dentaria se obtiene por el desplaza­ a cantidad de pérdida de anclaje planificada. Si el
m iento de los dientes hacia el espacio de las estudio de la discrepancia determ ina que la solu­
piezas extraídas y en ocasiones tam bién por el ya ción de la m ism a im plica una m esialización
m encionado m ovim iento de protrusión, que en importante de los m olares, se opta por la extrac-

Fig. 2.10: A) Arcada dentaria superior en la cual,


por la magnitud de la discrepancia y la protrusión,
se realizarán las extracciones de los primeros pre­
molares.

Fig. 2.10: B) El tratamiento se inicia con las extrac­


ciones y la Instalación de un arco coaxial de acero,
con ligaduras de aproximación en aquellas piezas
más alejadas al arco. El anclaje recíproco en el sec­
tor anterior comenzará el distalamiento de los cani­
nos.
www.FreeLibros.me Primera fase 69

ción de los segundos prem olares. En estos casos protrusión tendrán los casos de extracciones de
el apiñamiento anterior genera una protrusión segundos prem olares (Figs. 2.12 y 2.13).
mayor que en los casos de extracción de prim eros Cuando se extrae el prim er prem olar, esto
premolares, porque el espacio está ubicado más supone la ruptura de los puntos de contactos por
hacia distal y se deben m ovilizar en ese sentido distal del canino, que se transform a ahora en el
más superficies radiculares, ya que el m ovim ien­ punto de m enor resistencia y el m ovim iento den­
to involucra no sólo los seis dientes anteriores tario se m anifiesta en mayor m agnitud hacia el
sino también al prim er premolar. Cuanto más espacio generado por la extracción (Figs. 2.10 y
anterior sea el apiñam iento, m ayor capacidad de 2 . 11) .

Fig. 2.10: C) El arco superelástico continúa el ali­


neamiento y el distalamiento de los caninos, y
comienza a trabajar sobre las rotaciones poste­
riores.

Fig. 2.10: D) Final de la primera fase con un arco


redondo de acero. Se ha ocupado el espacio de las
extracciones en un 50% aproximadamente, debido
a la solución del apiñamiento anterior. No se ha pro­
ducido ninguna mesialización del sector posterior.
70 Primera fase
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En casos de severos apiñam ientos dentarios posterior, ya que en este m om ento se utilizan
con extracciones de prim eros prem olares, la colo­ arco s extrem adam ente livianos que no son
cación de arcos flexibles y/o superelásticos redon­ capaces de estim ular el m ovim iento dentario de
dos provoca el efecto de anclaje recíproco, logran­ los m olares y adem ás, a diferencia de otras técni­
do el alineam iento de los incisivos p o r un cas, el segmento posterior no es utilizado como
desplazam iento hacia distal de los caninos. anclaje para lograr el distalam iento del canino.
Es im portante señalar que los caninos son lle­ Esta pieza está ubicada en la curva de la arca­
vados hacia distal por esta acción y reacción del da dentaria y en esta posición está som etida a
segm ento incisivo, sin participación del segmento diferentes presiones. En la arcada superior la

Fig. 2.11: A) Arcada superior con igual discrepancia


que la de la Fig. 2.10, pero en posición más retrui-
da. Se planifican las extracciones de los segundos
premolares.

Fig. 2.11: B) El tratamiento se inicia con las extrac­


ciones y la instalación de un arco multifibra de
acero, con ligaduras de aproximación en aquellas
piezas más alejadas al arco. El anclaje recíproco se
expresará primordialmente con protrusión de inci­
sivos.
www.FreeLibros.me Primera fase 71

actividad de la m usculatura de los labios y m eji­ Con el alineam iento se habrán establecido
llas ejerce un estím ulo constante que, asociado al nuevos puntos de contacto y será necesaria la
arco de la aparatología, perm ite que el canino se colocación de una ligadura m etálica continua de
desplace distalm ente incluso m as allá del ali­ canino a canino, para evitar la aparición de
neamiento dentario apareciendo diastem as en for­ diastem as en este grupo.
ma espontánea en el grupo anterior.
El canino inferior tam bién está afectado por
estos factores, a los que se añade la oclusión con
la arcada superior.

Fig. 2.11: C) El arco redondo de NiTi continúa el


alineamiento y comienza la corrección de las rota­
ciones.

Fig. 2.11: D) Final de la primera fase con un arco


redondo de acero. El alineamiento ha disminuido
levemente el espacio de las extracciones de los
segundos premolares y se ha generado protrusión
de los incisivos.
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72 Primera fase

Fig. 2.12 A: Arcada inferior con apiñamientos, en la Fig. 2.12 B: Comienza el tratamiento con las extrac­
que se planificaron las extracciones de los primeros ciones y la instalación de un arco coaxial.
premolares.

Fig. 2.12 C: Cuando se ha solucionado en parte el Fig. 2.12 D: Finalización de la primera fase con un
apiñamiento se instalan arcos superelásticos para arco redondo de acero. El anclaje recíproco distaló
finalizar el alineamiento y corregir las rotaciones los caninos consumiendo el espacio de las extrac­
posteriores. ciones en proporción igual a la magnitud del
apiñamiento existente al inicio del tratamiento.
www.FreeLibros.me Primera fase 73

Fig. 2.13 A: Arcada inferior con apiñamientos, en la Fig. 2.13 B: Comienza el tratamiento con las extrac­
que se opta por las extracciones de segundos pre­ ciones y la instalación de un arco coaxial.
molares.

Fig. 2.13 C: Cuando se ha solucionado en parte el Fig. 2.13 D: Finalización de la primera fase con un
apiñamiento se instalan arcos superelásticos para arco redondo de acero. El anclaje recíproco se
finalizar el alineamiento y corregir las rotaciones expresó con protrusión de los incisivos y con poca
posteriores. modificación del espacio de las extracciones.
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74 Primera fase

Paciente de Clase I con moderada rotación mesial


de los molares superiores, apiñamiento moderado
en ambas arcadas y falta de coordinación transver­
sal a nivel de molares. Se planifican extracciones de
los cuatro primeros premolares, que se realizan al
inicio del tratamiento.

Después de iniciar el tratamiento con arcos coaxia­


les, se instalan arcos de NiTi redondos. El
apiñamiento disminuye ocupando parte del espacio
de las extracciones.
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Primera fase 75
76 Primera fase www.FreeLibros.me

El aumento del calibre de los arcos finaliza la co­


rrección de pequeñas alteraciones de la rotación
dentaria y, al trabajar sobre los molares, permite la
rotación distal y corrige el problema transversal.

Al finalizar la primera fase, el espacio de las extrac­


ciones se reduce más del lado donde existía el
mayor apiñamiento. Al no existir protrusión no se
observan cambios en la inclinación de los incisivos.
La nivelación conseguida por el pasaje de arcos
corrige el exceso de overbite inicial.
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78 Primera fase www.FreeLibros.me

Paciente de Clase I m olar con m oderado


apiñamiento inferior y falta de coordinación trans­
versal. Se planifican extracciones de los cuatro
segundos premolares.

Al finalizar la primera fase el apiñamiento se solu­


ciona, fundamentalmente, por protrusión de los inci­
sivos, permaneciendo el espacio de las extrac­
ciones sin modificaciones.
La corrección transversal se realizó porque la
extracción del segundo premolar inferior derecho
permitió la alineación del primer molar inferior dere­
cho.
www.FreeLibros.me Primera fase 79
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80 Primera fase

Oportunidad de la extracciones i
A-Po
La selección y oportunidad de las extrac­
cy
ciones pueden ser determ inantes en la duración
del tratam iento .
f Y \
! \ )
(V)
A quellos casos en los que se opta por las
extracciones com o recurso terapéutico pueden
Qj
presentar situaciones totalm ente disím iles que van
desde la presencia de un severo apiñam iento a
nh
aquel con problem as de protrusión incisiva y buen
alineam iento. Pero para analizar la oportunidad de
las extracciones dividirem os estos casos en:
- Casos con apiñam iento, sea éste severo o
leve.
- Casos sin apiñam iento.

C a s o s c o n a p iñ a m ie n to

En presencia de apiñam iento dentario será


im prescindible realizar las extracciones al inicio
del tratam iento, de lo contrario, el anclaje recípro­
co que generará el propio apiñam iento se m ani­
festará en form a de protrusión o expansión ante­
rior de la arcada, que podría ser totalm ente
innecesaria. Si esto ocurriera, la recuperación de
la posición inicial del incisivo estaría obligando a Fig. 2.14: A) Arcada superior con desviación de
línea media hacia la izquierda. Se planificaron las
un m ovim iento de ida y vuelta que no sólo es des­
extracciones de los primeros premolares. B) Se
favorable para el periodonto, sino que exige un realiza en un primer momento la extracción del
m ayor tiem po de tratam iento. primer premolar derecho. C) El anclaje recíproco
provocará el alineamiento y la corrección de la línea
Es recom endable, en estos casos, realizar las media dentaria. Es momento de extraer el premolar
extracciones inm ediatam ente antes de la colo­ del lado izquierdo. D) Finalización de la primera
fase con el alineamiento completo y la línea media
cación de la aparatología o durante el prim er mes
centrada.
del tratamiento.
Consideram os im portante tam bién definir la
cronología de las extracciones en función del
control de las lincas m edias dentarias. Si se obser­
va un desvío de la línea m edia sería conveniente
www.FreeLibros.me Primera fase 81

realizar la extracción de un solo prem olar para


perm itir que la solución de la discrepancia se haga
hacia el espacio de la extracción y conseguir el
control de la línea m edia durante la fase de ali­
neam iento. U na vez lograda y sobrccorregida la
línea m edia, se realiza la extracción del lado
opuesto para continuar con el plan de tratam iento
(Fig. 2.14).
Cuando existe desvío de la linca m edia y se
realizan las dos extracciones sim ultáneam ente, se
consolida este desvío y deberem os desarrollar una
m ecánica específica para la recuperación de la
línea m edia en etapas posteriores del tratamiento.
Esto aum enta la dificultad y prolonga el tiempo
de trabajo.

C a s o s s in a p iñ a m ie n to

Al no existir discrepancia dentaria no existe


efecto de anclaje recíproco que desplace los
dientes. El alineam iento y la nivelación de la
aparatología provocará sólo pequeños m ovim ien­
tos dentarios que no justifican una extracción al
inicio del tratam iento. En estos casos es preferible
realizar las extracciones cuando ya estem os en
condiciones de ejecutar una m ecánica de cierre
con los arcos rectangulares, ya en la segunda fase.
Si bien la realización de las extracciones en el
inicio del tratam iento no produciría ningún efecto
negativo, la extracción tardía se justifica, por una
parte, por el efecto estético favorable que provoca
la presencia de los prem olares hasta avanzado el
tratam iento, y por otra, porque impide una corti-
calización que podría producirse al no haber
m ovim iento dentario en el sitio de la extracción
por un tiem po prolongado.
82 Primera fase
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Caso con desviación de la línea media dentaria infe­


rior donde se realizará un tratamiento con extrac­
ciones. Las flechas indican las extracciones que se
realizarán al inicio del tratamiento.

La extracción del primer premolar inferior izquierdo


permite que, al solucionarse el apiñamiento, se cen­
tre la línea media.
Las extracciones superiores se realizaron simultá­
neamente porque no era necesaria la corrección de
línea media en dicha arcada.
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Primera fase 83
84 Primera fase www.FreeLibros.me

M ovim ientos dentarios en el sector


posterior

Una vez finalizada la alineación del segmento


anterior se irá progresando en la secuencia, incor­
porando arcos redondos de mayor sección que
expresarán la inform ación de inclinación incorpo­
rada en la aparatología, es decir, que las raíces de
las piezas com ienzan a orientarse en sentido
m esiodistal.

Un los segm entos posteriores, para la rotación


de los m olares superiores y verticalización de los
m olares inferiores, serán necesarios arcos que
desarrollen una carga capaz de realizar m ovim ien­
tos en piezas dentarias con m ayor superficie
radicular. Estos arcos podrán ser colocados en
boca solam ente cuando no constituyan una agre­
sión para el segm ento anterior, que al estar ya
alineado y nivelado, recepcionará estos arcos en
forma casi totalm ente pasiva.

En un gran núm ero de casos se observa al ini­


cio del tratam iento una rotación mesial de los
m olares superiores. Debido a las características
anatóm icas radiculares de estos dientes, la raíz
palatina, que es la m ás volum inosa, actúa como
pivot p erm itiendo dicho m ovim iento. Esta
situación com enzará su corrección al final de esta
prim era fase cuando los arcos redondos de mayor
carga com iencen la rotación distal de los molares.
Esta anom alía de posición de los molares
m erece algunas aclaraciones:

1- Debido a esta rotación m esial, los tubos Fig. 2.15: Rotación mesial de los primeros molares.
vestibulares presentan una m arcada dirección Los primeros arcos, guiados por la inclinación del
tubo molar, provocarán la lingualización de los pre­
convergente hacia mesial. Com o consecuencia de molares con el consiguiente estrechamiento de la
arcada a ese nivel.
www.FreeLibros.me Primera fase 85

ello, la inserción de los arcos en estos tubos pre­


sionará hacia palatino el segm ento que se encuen­
tra por mesial de dichos tubos.
Com o los arcos iniciales de la prim era fase
tienen un nivel de carga que no actúa sobre los
m olares, la rotación mesial de éstos persiste, con
lo cual los prem olares tienden a lingualizarse.
Esto provoca el estrecham iento de la arcada supe­
rior a este nivel, pudiendo producirse una m ordi­
da cruzada de los prem olares (Fig. 2.15).

2- Por otra parte, esa dirección convergente de


los tubos aum enta la fricción del arco al punto de
que durante la solución de la discrepancia, éste no
puede deslizarse hacia distal. De esta m anera, el
apiñam iento anterior se resuelve con un com po­
nente de protrusión aun en los casos donde se han
realizado las extracciones de prim eros prem o­
lares. Esto es m ás significativo con los arcos
superelásticos. Por lo general, es un movimiento
no deseado en estos casos.

A nte la presencia de estas m arcadas rota­


ciones m esiales, está indicado el uso de barras
palatinas con activación de rotación distal desde
el com ienzo de la prim era fase (Fig. 2.16).
La barra, por su alto nivel de carga, actúa
desde el prim er m om ento sobre los m olares, co­
rrigiendo las rotaciones m esiales y evitando así
los inconvenientes antes m encionados.

E n la arcada inferior, en algunos casos se


observa una inclinación mesial de los sectores
posteriores debido a las características anatóm icas
radiculares de los m olares, que si bien lim itan el
m ovim iento de rotación m esial, perm iten una
inclinación en este sentido. Esta posición reduce Fig. 2.16: En caso de molares superiores rotados,
trabajar con barra palatina desde el comienzo de la
la longitud de la arcada y favorece la pérdida de primera fase evita los efectos negativos de la figura
2.15.
86 Primera fase
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anclaje. Uno de los objetivos terapéuticos a alcan­


zar en esta fase será la verticalización de los
m olares inferiores. Por esta razón, no utilizamos
la prescripción de Andrews, porque al tener una
inclinación mesial de 2 o en todo el segmento pos­
terior desde el prim er prem olar hasta el segundo
molar, puede no ser favorable para las condiciones
de anclaje requeridas. Recordem os que para la
arcada superior la prescripción de Andrews tiene
una inclinación m esial de 5o. Esto ocasionaría el
m ism o problem a que en la arcada inferior; por eso
elegimos tubos y brackcts de prem olares sin infor­
mación de inclinación mesial.

Indudablem ente, alcanzar los objetivos de


rotación distal de los m olares superiores así como
la verticalización de los m olares inferiores, exi­
girá una mayor secuencia de arcos porque deberán
utilizarse mayores calibres y cargas. A m bos efec­
tos constituyen una preparación del anclaje que
aum entará la resistencia de los sectores posteri­
ores frente a requerim ientos futuros.

Trabajo de primera fase con barra palatina, en una


arcada superior con molares rotados mesialmente.
www.FreeLibros.me Primera fase 87

La utilización del doble arco en la


primera fase

Esta com binación de un arco rígido con un


arco elástico se hace superponiendo al de acero
(que va en el fondo de la ranura) un arco elástico.
En ocasiones, cuando la discrepancia dentaria
es severa en sentido vertical, por ejem plo, caninos
o prem olares que se encuentran m uy distantes del
A
plano oclusal o en casos de dientes retenidos, su
alineación requiere la utilización de un doble
arco. Si se utiliza un solo arco superelástico, la
deform ación que sufre al ser insertado en los
brackets puede, por acción recíproca, provocar
m ovim ientos indeseados que afecten la nivelación
del resto de las piezas, ya que puede inclinar los
dientes vecinos en dirección hacia la pieza afecta­
da, provocar un m ovim iento de intrusión en el
sector y generar un descontrol en el nivelamiento
de la arcada (Fig. 2.17).
Para evitar estos m ovim ientos indeseados es
preferible alinear todas las piezas que están pró­
ximas al plano oclusal, luego estabilizarlos en esta
posición con un arco de acero redondo y com bi­
narlo con un arco redondo superelástico de .014”
que sería el encargado de traccionar las piezas que
están distantes del plano oclusal. Sólo cuando las
piezas traccionadas se encuentran próxim as al
plano se elim ina el arco de acero y se term ina la
nivelación con arcos superelásticos de mayor ca­
libre (Fig. 2.18).
Tam bién será conveniente en estos casos,
donde una pieza dentaria está distante de la línea
C
de la arcada, colocar resortes pasivos en los arcos
de la prim era fase para que la nivelación y el ali­ Fig. 2.17: Vista lateral de una arcada superior con
neam iento de las piezas vecinas no cierre m ás el canino elevado. Si se Intenta nivelar este diente con
un arco único se manifestarán movimientos inde­
espacio del diente a ubicar (Figs. 2.19 y 2.20). seados de intrusión e inclinación en los dientes
vecinos.
88 Primera fase www.FreeLibros.me

Fig. 2.18: A) Arcada con apiñamiento y canino ele­


vado en el que se planifica un tratamiento sin
extracciones.
B) Un resorte pasivo entre el incisivo lateral y el
primer premolar permitirá el alineamiento sin restar
espacio.
C y D) Trabajo con doble arco para la nivelación del
canino elevado.
E) Una vez nivelado el canino se podrá quitar el
doble arco.
www.FreeLibros.me Primera fase 89

Fig. 2.19: A) Arcada inferior con apiñamiento


severo en el sector incisivo.

Fig. 2.19: B) Al instalar la aparatología, no es posi­


ble adherir un bracket en el incisivo central que se
encuentra lingualizado.

Fig. 2.19: C) Cuando se soluciona el apiñamiento el


anclaje recíproco en los incisivos cierra el espacio
para el incisivo lingualizado, retruye el sector ante­
rior y presiona al incisivo alejándolo más de la arca­
da.
90 Primera fase
www.FreeLibros.me

Fig. 2.20: A) El mismo caso de la Fig. 2.19: arcada


inferior con apiñamiento severo de incisivos.
B) Al no poder instalar el bracket en el incisivo lin-
gualizado se coloca un resorte pasivo en el arco.
C) El alineamiento se expresa sin afectar el espacio
para el incisivo lingualizado, protruyendo el sector
anterior.

Fig. 2.20: D) Al Instalar arcos superelásticos, se


mantiene el resorte pasivo.
E) En los últimos arcos de primera fase el resorte de
presión está activado para abrir el espacio.

Fig. 2.20: F, G y H) Con el arco redondo de acero


se coloca simultáneamente un NiTi (doble arco)
para llevar el incisivo lingualizado a la arcada.
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Primera fase 91
92 Primera fase www.FreeLibros.me

Tratamiento de cuatro extracciones, se decide


extraer segundos premolares superiores y primeros
premolares inferiores debido a la tendencia a la
Clase III que muestra la oclusión de ambos lados.
Los caninos superiores, con falta de espacio, se
encuentran en retención submucosa por vestibular.

Se prepara la arcada superior con arcos de ali­


neación de NiTi para poder trabajar posteriormente
con doble arco.

Una vez realizadas las extracciones, se coloca un


arco estabilizador redondo de acero con puentes a
nivel de los caninos y un arco superpuesto de NiTi
.016” para traccionar los caninos.
www.FreeLibros.me Primera fase 93
94 Primera fase www.FreeLibros.me

Paciente de Clase I con incisivo lateral superior


izquierdo lingualizado, y taita de espacio para su
ubicación en la arcada. Se realizará un tratamiento
sin extracciones, generando una protrusión en
ambas arcadas que permitirá alinear el incisivo lin­
gualizado y solucionar el apiñamiento inferior.
Hay ausencia del primer molar inferior izquierdo,
pero se planifica no cerrar el espacio y reponer la
pieza con im plante después del tratam iento
ortodóncico para no comprometer la buena relación
lateral de Clase I.

Ya desde los primeros arcos se colocan resortes de


espiras abiertas pasivos de NiTi para mantener el
espacio del primer molar ausente y del incisivo la­
teral, evitando así que el alineamiento de los inci­
sivos centrales superiores cierre aún más ese
espacio.
www.FreeLibros.me Primera fase 95
96 Primera fase www.FreeLibros.me

Una vez alineada la arcada, se colocó un arco rec­


tangular y un resorte activado entre incisivo central
superior y canino superior izquierdos para abrir
espacios aumentando la protrusión. Luego se tra­
bajará con doble arco hasta alinear el incisivo late­
ral, requiriendo para su paso a vestibular un levante
de mordida.

Rotaciones dentarias en el sector posterior. Aquí va


información de referencia de las fotografías de la
derecha, como para ocupar espacios.
www.FreeLibros.me Primera fase 97
98 Primera fase www.FreeLibros.me

jable, una vez realizada la exposición se coloca


CANINOS RETENIDOS cem ento quirúrgico y al cabo de unos días, cuan­
do se ha com pletado la epitelización del corte, se
Consideram os pertinente incluir este tem a en adhiere al esm alte expuesto de la corona el adita­
la prim era fase del tratam iento porque se encuadra m ento destinado a insertar la ligadura de tracción.

dentro de sus objetivos: alineación, nivelamiento Cuando elegim os el m étodo inm ediato, una
y m ovim ientos individuales de los dientes. vez lograda la hem ostasia, se procede de la m ism a
No harem os m ención a la etiología ni a la m anera que en el m étodo anterior.
evaluación clínica y radiográfica, procedim ientos Es m uy im portante en cualquiera de los m éto­

fundam entales para la elaboración de un plan de dos de exposición, que la porción de esmalte
tratam iento adecuado al caso. N os lim itarem os coronario expuesta sea lo m ás pequeña posible
solamente al m anejo clínico y describirem os en (m enos de la m itad del tam año de la corona).
forma muy resum ida las técnicas quirúrgicas uti­ D ebem os tener presente que “el cam ino del

lizadas en distintos casos, la aparatología, las téc­ diente es el hueso”; una elim inación m uy amplia
nicas utilizadas y las secuencias de las m aniobras de éste puede dificultar y a veces im pedir el

mecánicas. m ovim iento de desinclusión.


N uestro punto de partida será el diente Al planificar el colgajo para la exposición es

retenido exactam ente localizado y su posición im portante tener en cuenta que el diente debe
correctam ente d efin id a en sentido vestíbulo- crupcionar a través de la encía adherida y no a

palatino o vestíbulo-lingual y en sentido vertical. través de la m ucosa alveolar. Si el diente crup-


ciona a través de ella, puede no adherirse a la
Técnicas quirúrgicas utilizadas para la corona dejando un borde gingival antiestético,
exposición pudiendo adem ás el diente quedar com prom etido
periodontalm ente.
Se utilizan dos procedim ientos para el aborda­ Cuando el diente retenido se encuentra en una

je de los caninos retenidos: posición vestibular se debe hacer un colgajo desde

• Tunelización la cresta alveolar y suturar a la región en que


Se realiza la elim inación de las capas mucosa queda expuesta la corona. Los dientes ubicados
y ósea que cubren al diente sólo con la intención por palatino no presentan este problem a y en estos
de descubrir una pequeña porción del esm alte del casos la form a del colgajo no tiene tanta im por­

diente retenido. En esta técnica la tracción del tancia.


diente es mediata.
• A cielo abierto
M ediante un colgajo se elim ina una pequeña
porción del hueso que recubre el esm alte del
diente retenido, se adhiere el elem ento de anclaje
y se hace tracción inmediata.
En el prim ero de ellos, que es el m ás aconse­
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Primera fase 99

Ante la presencia de un canino superior retenido por


palatino, se realiza un procedimiento quirúrgico de
abordaje “a cielo abierto”. El colgajo se extiende de
la zona interincisiva a molar.

Una vez rebatido el colgajo se sujeta con material


de sutura al m olar de la hemiarcada opuesta para
facilitar al operador el acceso a la zona del diente
retenido. Se debe liberar el hueso que cubre la por­
ción coronaria en una extensión muy pequeña.

Una vez realizada la hemostasia, se graba el


esmalte y se lo prepara para la adhesión del ele­
mento de tracción.

Se cementa el aditamento escogido al que se le ha


colocado previamente la ligadura de alambre. El
procedimiento finaliza suturando el colgajo en los
espacios interdentarios.
100 Primera fase www.FreeLibros.me

Procedimientos mecánicos que se uti­


lizarán para la tracción del diente
retenido

A n c la je
El método m ás utilizado consiste en adherir al
esmalte del canino algún tipo de anclaje com o el
botón o pequeños anillos soldados a bases m etáli­
cas para adherir con resinas compuestas. En la
mayoría de los casos, el brackct se coloca una vez
que el diente presente algún grado de extrusión.
Su adhesión debe realizarse buscando una orien­
tación que guíe al diente hacia una posición favo­
rable para su inserción en el arco vestibular.
En algunos casos de grandes rotaciones del
diente retenido esto no es posible, por lo que una
vez crupcionado se deberá reposicionar nueva­
mente el bracket.

L ig a d u ra
Para la tracción utilizam os ligadura de alam ­
bre de acero.
Esta ligadura será la interm ediaria entre el
anclaje adherido al diente y el elem ento clástico
generador de la fuerza de tracción.
Algunos clínicos utilizan ligaduras clásticas,
otros, cadenas de m ódulos elásticos. Nosotros
preferimos la ligadura de acero rígida de 0 ,1 0 ó
0,12 mm por su m ayor tolerancia tisular. Los elás-
tomeros acum ulan placa bacteriana y no son bien
tolerados por la mucosa.

Fig. 2.21: Caso que presentaba los dos caninos superiores retenidos.
• Del lado derecho la retención era palatina y se realizó la tracción en dos tiempos: primero hacia distal con
un módulo de muelle de espiras cerradas para desimpactarlo de la zona radicular del incisivo lateral. Una
vez que esto se ha logrado, se cementa un aditamento en la cara vestibular del canino para modificar la
dirección de la tracción favoreciendo un buen posicionamiento de la pieza en la arcada y se trabaja con trac­
ción a un doble arco vestibular.
• Del lado izquierdo la retención vestibular indicó tracción en sentido vertical, con doble arco.
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Primera fase 101

E le m e n to s e lá s tic o s

• Resorte espiral superelástico: un extrem o de


resorte está unido a la ligadura y por su inter­
m edio al anclaje del diente. El otro extrem o se
liga a un arco vestibular o palatino (Fig. 2.21).
Cuando se opta por este m étodo en el que la
fuerza de tracción está realizada por el resorte,
éste se debe ligar a un arco rígido palatino o
vestibular. Tiene la ventaja de no producir
m ovim ientos parásitos en los dientes vecinos
porque ellos estarán estabilizados por ese arco
rígido que puede tener un calibre de aproxi­
m adam ente .018” x .022” ó .019” x .025” .
El inconveniente que presenta es que su volu­
men puede ocasionar m olestias al paciente y
adem ás dificulta la higiene entre las espiras.
• Cantilever de alambre: m ediante la ligadura,
se une el anclaje adherido al diente al extremo
del cantilever, que puede estar posicionado
por vestibular o palatino según el caso.
Este procedim iento es eficaz para realizar la
desinclusión en sentido vertical (Figs. 2.23 y
2.24).
• Arco vestibular super elástico: la ligadura
une el anclaje del diente a un arco vestibular
superelástico redondo de calibre .014” ó
.016” .
Este procedim iento requiere consolidar pre­
viam ente la arcada. Es aconsejable que la
arcada tenga un grado de alineación y nive-
lam iento tal que le perm ita tener instalado un
arco redondo de acero de .018” ó .0 2 0 ”, o un
rectangular de .016” x .0 2 2 ”. Fig. 2.22: Retención de un canino en posición baja
Este arco, que llamam os estabilizador, m an­ vestibular que se tracciona con un arco superelásti­
co de .014” . Se estabiliza el resto de la arcada con
tiene las posiciones dentarias obtenidas hasta un arco rectangular de acero de .016” x .022” .
este momento.
Sobre él se superpone un arco redondo super-
102 Primera fase
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elástico de .014” ó .016” , destinado a recibir


la ligadura y realizar la tracción (Fig. 2.22).
Este m étodo perm ite distribuir la fuerza ge­
nerada por él, entre una mayor cantidad de
dientes gracias al arco estabilizador y con esto
evita efectos de inclinación en sentido
vestíbulo-palatino y/o m esiodistal en los
dientes vecinos.

Antes de iniciar las m aniobras m ecánicas con


Fig. 2.23: Cantilever en alambre .036” incorporado
cualquiera de los m étodos descriptos, debe te­
a una barra palatina que realiza tracción vertical en
nerse en cuenta que todo diente retenido requiere un primer tiempo de la desinclusión de un canino
desplazam iento en dos direcciones. U na vertical, ubicado por palatino.

destinada a llevarlo hasta el nivel del plano


oclusal, y otra de dirección vestibular o palatina,
según la posición de retención sea palatina o
vestibular respectivamente.
Algunas veces es necesario realizar estas dos
fuerzas, vertical y horizontal, con distintos tipos
de aparatos.
Esto sucede particularm ente en aquellos casos
en que la distancia desde el diente retenido al
plano oclusal es m uy grande.
Si se ligara el diente desde el inicio del tra­
tam iento, la fuerza tendría una dirección oblicua
desde palatino y arriba hacia vestibular y abajo en
casos de retención palatina, y desde vestibular y
arriba hacia palatino y abajo en los de retención Fig. 2.24: Esquema de trabajo de un cantilever.
vestibular.
En estos casos, la corona del retenido podrá
presionar las raíces de los dientes adyacentes
provocando absorciones radiculares. Estos efectos
negativos pueden llevar a la pérdida de la pieza
afectada por la presión. anclajes palatinos de las bandas m olares.
En estos casos, es muy útil la aplicación de Estos cantilevers se construyen con fuerza de
cantilevers que pueden instalarse en los tubos extrusión y sus efectos colaterales negativos se
auxiliares vestibulares de los prim eros m olares, m inim izan o anulan gracias a la acción del arco
soldarse en los arcos palatinos o insertarse en los estabilizador.
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Primera fase 103

En este caso el canino se ha descubierto por el pro­


cedimiento de tunelización.

La tracción hacia distal se hace con módulos elásti­


cos anclados al gancho del anclaje palatino de la
banda molar. Simultáneamente se coloca una barra
palatina con fuerza de rotación distal para aumentar
el anclaje.

En un segundo tiempo se cambia la dirección de la


tracción que ahora es hacia vestibular. El canino se
tracciona con ligadura de acero a un arco super-
elástico de .014”. Los restantes dientes de la arca­
da están estabilizados con un arco rectangular de
acero de .016” x .022 ” .

El canino correctamente poslcionado.


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CAPÍTULO

3
SEGUNDA FASE

Introducción
Objetivos de la segunda fase
Movimientos verticales
Arco utilitario
Curva reversa
Movimientos sagitales
Arco DKL
Variantes de movimientos sagitales
Arco de protrusión
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Segunda Fase

INTRODUCCIÓN

En el capítulo anterior hem os desarrollado la taciones que alinean y nivelan brackets y tubos,
prim era fase, en la que para alcanzar sus objetivos pero no las ranuras. Estos m ovim ientos dem andan
principales se han realizado m ovim ientos indivi­ un tipo de actividad periodontal que requiere fuer­
duales de los dientes: zas m enores.

• C orrección transversal U na vez cum plidos los objetivos de la prim era


• Control del anclaje fase, se pasa a esta segunda fase llam ada tam bién
• A lineación y nivelamiento fase de trabajo o de m ovim ientos grupales. En ella
se utilizan arcos rectangulares, y por esto los
Los m ovim ientos realizados en la prim era fase m ovim ientos serán con control radicular, es decir,
con la secuencia de arcos redondos, son básica­ m ovim ientos con control de torque (Figs. 3.1, 3.2
mente inclinaciones, extrusiones, intrusiones y ro­ y 3.3).

Primera Fase Segunda Fase

Fig. 3.1 : Movimientos dentarios de segunda fase: los arcos rectangulares permiten la expresión del torque
dentario. A) Al finalizar la primera fase, se han nivelado los brackets pero no las ranuras y no hay expresión
del torque. La segunda fase consigue la nivelación completa de las ranuras, y con ello las raíces realizan
movimientos de tipo vestibulolingual (torque). B) Detalle de la “nivelación de las ranuras” a mayor aumento.

107
108 Segunda fase www.FreeLibros.me
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Segunda fase 109

Fig. 3.3 : Nivelación gradual de la ranura de un bracket en el transcurso de la segunda fase.

Al igual que en la fase anterior, esta nivela­


Objetivos de la segunda fase ción debe hacerse en form a progresiva, teniendo
en cuenta que deberán ahora estim ularse otras
En la segunda fase, el prim er objetivo es lo­ zonas del periodonto y en un sentido diferente al
grar una nivelación de las ranuras que les perm ita de los arcos redondos. Se iniciará con arcos rec­
aceptar arcos de secciones rectangulares cada vez tangulares flexibles que nivelen en prim er térm i­
mayores, con los cuales se realizarán los m ovi­ no las ranuras a nivel de incisivos, luego una
m ientos de grupo que el caso requiera. secuencia de arcos más pesados que cum pla este
objetivo en los sectores laterales, y por último en
los posteriores.
Durante la nivelación de las ranuras debemos
conservar un ordenam iento para los m ovimientos
grupales:

Io- M ovim ientos verticales


• intrusión
• extrusión
Fig. 3.2: Trabajo del arco rectangular en la ranura 2o- M ovim ientos sagitales
del bracket. En A, B y C se grafican calibres cada • retrusión
vez mayores, observándose la paulatina horizonta-
lización de las ranuras; y en recuadro, el efecto • protrusión
sobre el torque de las piezas dentarias. • m esialización de sectores posteriores
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110 Segunda fase

Los objetivos que deberán obtenerse al íntim am ente relacionados entre sí. Por ejem plo,
finalizar esta fase son: cuando estam os realizando el cierre de los espa­
cios en un tratam iento donde se extrajeron cuatro
1) En casos de extracciones, el cierre com ple­ prem olares, si no logram os la coincidencia de las
to de los espacios. líneas m edias, tam poco obtendrem os las clases
2) Centrado de línea m edia dentaria superior e caninas ni m olares correctas y sim étricas. El cie­
inferior y coincidencia de ambas. rre de los espacios deberá hacerse m anejando la
3) Clase I canina corrección de la línea m edia si existiera alguna
4) Clase m olar I o II, según la planificación desviación, y llevando un control preciso no sólo
realizada para el caso. de ésta sino tam bién de las clases caninas y m o­
5) Correcta relación de overbite y overjet. lares (Fig. 3.4). Estos objetivos se van cum plien­
do sim ultáneam ente y el no hacerlo así, por lo
Estos objetivos se deberán tener presentes du­ general, dificulta una buena finalización del
rante el transcurso de toda la fase, ya que están tratam iento (Fig. 3.5). Sería imposible intentar co-

Fig. 3.4 : Cierre de los espacios en la segunda fase realizado con control de línea media, overjet y overbite,
logrando Clase I canina y molar.
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S e g u n d a fa s e 111

Fig. 3.5 : C ie r r e d e e s p a c io s e n la s e g u n d a f a s e : s e d e b e r á n c u m p lir s im u lt á n e a m e n t e lo s o b je t iv o s d e o v c r -


j e t c o r r e c to , c o in c id e n c ia d e lí n e a s m e d ia s , C la s e I c a n in a y C la s e m o la r I (s i e l c a s o e s d e c u a t r o e x t r a c ­
c io n e s ) o C la s e m o la r II ( c a s o d e d o s e x t r a c c io n e s s u p e r io r e s ) .
E l g r á f ic o m u e s t r a u n t r a t a m ie n t o d e c u a t r o e x t r a c c io n e s d o n d e e l c ie r r e d e lo s e s p a c io s s e h a c e s in c o n tr o l,
y n o s e o b t ie n e n lo s o b je t iv o s . A l n o c o in c id ir la s lí n e a s m e d ia s , la s c la s e s c a n in a s n o s o n s im é t r ic a s , c o m o
a s í t a m p o c o la s c la s e s m o la r e s . L a o c lu s ió n t ie n d e a u n a C la s e II d e u n la d o , y a u n a C la s e III d e l o tro .

r r e g ir la lín e a m e d i a c u a n d o y a s e h a n c e r r a d o el p r o b le m a a e x p e n s a s d e un c a m b io en la p o si­
to d o s lo s e s p a c io s . E s t a re la c ió n q u e e x is te e n tre c ió n m a n d ib u la r y n o s a le ja r e m o s a s í d e u n o de
c ie r re d e los e s p a c io s , lin c a m e d ia y c la s e s c a n i­ lo s o b je tiv o s b u s c a d o s p a r a la f in a liz a c ió n del
n a s y m o la r e s p u e d e e x te n d e r s e al o v eijet. tra ta m ie n to : u n a p o s ic ió n de m á x im a in te rc u s p i-
P o r e je m p lo , si u n c a s o d e e x tra c c io n e s y a h a d a c i ó n c o in c id e n te c o n la re la c ió n c é n tric a .
f in a liz a d o el c i e r r e d e lo s e s p a c io s y p r e s e n ta u n E n r e s u m e n , p o d e m o s d e c ir q u e e s to s o b je ­
o v e rje t a u m e n ta d o , s e g u r a m e n te te n d rá u n a C la s e tiv o s g u ia r á n to d o el tr a n s c u r s o d e la s e g u n d a fa se
II en lo s s e c to re s la te ra le s y e s to s p r o b le m a s y a n o y c o n ello s, s u m a d o s a la s á r e a s d e s u p e r p o s ic ió n ,
p o d r á n s e r c o r r e g id o s . P r o b a b le m e n te e l m o l a r p o d r e m o s d e f in i r y m o n i io r e a r las a c tiv a c io n e s
s u p e r io r h a p e r d id o m á s a n c la je d e l d e s e a d o , y se q u e r e a liz a r e m o s a lo s a r c o s u tiliz a d o s e n esta
s u e le r e c u r r ir e n e s to s c a s o s al u s o d e e lá s tic o s fase.
in te r m a x ila r e s d e C la s e II. E s to s lo g ra rá n c o r r e g ir
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112 S egunda fase

S e g u n d a fa s e , d e s d e el in ic io h a s ta o l fin a l, e n un
tra ta m ie n to d e c u a tro e x tra c c io n e s . El o b je tiv o s e rá
el c ie rre d e lo s e s p a c io s c o n c o n tro l d e la lín e a
m e d ia , C la s e I c a n in a y m o .a r d e a m b o s la d o s y c o ­
rre c to o v e rje t y o v e rb ite .
S e re a liz a rá n d ife re n te s m a n io b ra s e n lo s a rc o s
D K L , m a n e ja n d o el c ie rre c e lo s e s p a c io s e n fo rm a
d ife re n c ia l p a ra a ju s ta r la o c lu s ió n d e a c u e rd o c los
o b je tiv o s m e n c io n a d o s .
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Segunda fase 113
114 Segunda fase www.FreeLibros.me

ya sea de desgaste o adición en las caras proxi-


Consideración del índice de Bolton males de los dientes, para evitar los problem as en
la relación interm axilar que recién se evidencia­
Al finalizar esta segunda fase, los casos debe­ rían al finalizar esta segunda fase.
rán presentar un overbite y overjet norm al, y una Es m uy com ún la presencia de incisivos la­
Clase I canina. Esto sólo será factible en presen­ terales superiores pequeños, donde el índice de
cia de un índice de Bolton norm al, es decir, cuan­ Bolton m uestra un exceso de m aterial dentario
do los tam años m esiodistales de los seis dientes inferior con respecto al superior. En este caso, al
anteriores superiores son proporcionales a los finalizar la segunda fase, ya sin espacios en las
inferiores. arcadas y con una buena relación de overbite y
M erecen una consideración especial aquellos overjet, los caninos tendrán una relación de Clase
casos donde el índice de Bolton está alterado. De II (Fig. 3.7). Esto se debe evitar com pensando
esta m anera, si existe un exceso de m aterial den­ previam ente, con m ateriales restauradores estéti­
tario superior con respecto al inferior, podem os cos, los anchos m esiodistales de los laterales, o
tener un overjet aum entado y una buena relación bien m anteniendo diastem as por distal de estas
canina de Clase I o, si el overjet es norm al, obte­ piezas al finalizar la segunda fase, para establecer
ner una relación canina de Clase I I I (Fig. 3.6). Se una Clase I canina. De ser así, se dejará para la
deberá considerar con anterioridad esta discrepan­ finalización del tratam iento la restauración defi­
cia e im plem entar los m étodos com pensatorios, nitiva de los laterales.

Fig. 3.6 : Exceso dentario superior en relación al inferior y sus consecuencias: A) Clase III canina. B) Overjet
aumentado.
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Segunda fase 115

Fig. 3.7 : Déficit den ario superior en relación al inferior. Posibilidades en la relación entre ambas arcadas.
A) Diastemas anterio es, con Clase I canina.
B) Sin diastemas antefores, con Clase II canina.

Fig. 3.8: Déficit dentario superior en relación al inferior. Caso con incisivos laterales superiores pequeños.
Para no modificar la Clase I canina, se dejarán diastemas por distal. Una vez finalizado el tratamiento, se
realizan las reconstrucciones con resina.
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116 Segunda fase

haber corregido el overjet y observar que la


Control del torque en la segunda fase relación canina y m olar es de Clase II, que será
irrecuperable si ha finalizado el cierre com pleto
Un aspecto más que deberem os considerar en de los espacios en la arcada superior e inferior
el desarrollo de esta segunda fase es el logro del (Fig. 3.9). Cuando en la tercera fase se recurra a
torque adecuado en los incisivos durante el cierre arcos con mayor torque anterior, éstos inevitable­
de los espacios, para que los conceptos que rela­ m ente aum entarán el overjet si los caninos están
cionan overjet y clases caninas y m olares sean en Clase II. El uso sim ultáneo de elásticos inter­
cumplidos. Si en la retrusión se han verticalizado m axilares de Clase II puede m ejorar la clase ca­
excesivam ente los incisivos superiores, podrem os nina y evitar este aum ento del overjet, pero como

Fig. 3.9: A) Caso de dos extracciones superiores. B) Se realiza la retrusión anterior sin control del torque,
se corrige el overjet y el canino no consigue la Clase I. Hay espacios remanentes. C) Si ese espacio se cie­
rra sin mejorar el torque, migrando hacia mesial los sectores posteriores, consolidaremos la Clase II canina.
D) Si se corrige el torque, el canino logra la Clase I y en ese caso, esto es suficiente para cerrar el espacio.
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Segunda fase 117

dijim os anteriorm ente, será por efecto sobre la continuos, predom inan los efectos extrusivos de
posición mandibular. los sectores laterales y posteriores, con m ínim os
Es por ello de sum a im portancia el correcto efectos de intrusión anterior (Fig. 3.10). Estos
m anejo del torque en el cierre de los espacios. efectos se potencian en caso de utilizar curvas
reversas, con el agregado en general, de un efecto
protrusivo en los incisivos .
Para nivelar curvas en pacientes braquifacia-
MOVIMIENTOS VERTICALES les se pueden utilizar estos procedim ientos. No
obstante, en el caso de curvas m uy profundas no
Estos m ovim ientos deben hacerse previam en­ es aconsejable hacer la nivelación con arcos rec­
te a la corrección sagital, porque las alteraciones tos porque a pesar de que la m usculatura puede
en el plano vertical dificultarían o im pedirían los contrarrestar el m ovim iento de extrusión de los
m ovim ientos sagitales. Un ejem plo es el intento sectores laterales, estos arcos no lograrán en el
de retrusión de los incisivos superiores en presen­ sector incisivo el grado de intrusión que el caso
cia de sobrem ordida profunda. requiere.
En la nivelación de la curva de Spee con arcos Si, por la m agnitud de la sobrem ordida o por

Fig. 3.10: La nivelación de una curva de Spee suave con arcos continuos se conseguirá con extrusión de los
sectores laterales e intrusión leve de los incisivos.
118 Segunda fase
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Fig. 3.11: La nivelación de una curva de Spee con arcos utilitarios realiza la intrusión del sector anterior, esta­
bilizando los sectores laterales con arcos seccionales.

las características biotipológicas del paciente, la Por supuesto, todo lo dicho anteriorm ente es­
planificación del tratam iento exige la intrusión de tará siem pre sujeto a los objetivos de la planifi­
los sectores anteriores, recurrim os al arco utili­ cación; objetivos que podrán ser de índole cefalo-
tario en el com ienzo de esta segunda fase. Su uti­ m étrica o debidos a necesidades oclusales funcio­
lización alarga el tiem po de esta fase, pero se ju s ­ nales.
tifica am pliam ente por los resultados que se Ya hem os visto que las bandas de los prim eros
obtie-nen en el m anejo vertical del sector anterior m olares superiores e inferiores de la técnica que
sin com prom iso del sector posterior (Fig. 3.11), y utilizam os, poseen dos tubos auxiliares ubicados
son indicados prácticam ente com o rutina en la hacia gingival del tubo principal destinados a alo­
corrección de sobrem ordidas profundas en ja r los extremos posteriores del arco utilitario.
pacientes dó-licofaciales. En este capítulo describirem os el m anejo de
Por otra parte, durante el tratam iento debere­ este arco, al que consideram os por su precisión en
mos extrem ar las precauciones en las maniobras la m anipulación de los sectores anteriores, el indi­
m ecánicas, con la finalidad de tener un perfecto cado para realizar m ovim ientos de intrusión y
control de la plataform a oclusal en toda su exten­ extrusión.
sión.
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Segunda fase 119

Para el tratam iento de pequeños aum entos de efectos adversos que a su vez creaban otros. A
la sobrem ordida y con indicaciones más restringi­ fines de la década de 1950, Ricketts y otros inten­
das, utilizam os las curvas reversas inferiores y las taron contrarrestar los efectos secundarios m en­
acentuadas superiores. Su m anejo se describe cionados.
tam bién en este capítulo. No es propósito de este capítulo entrar en
detalles acerca de la evolución de los conceptos
m ecánicos que desem bocaron en la creación del
arco utilitario. Para ello rem itim os al lector a los
ARCO UTILITARIO trabajos de Ricketts o al libro “Técnica Biopro-
gresiva” , de Ricketts et al.
Las técnicas convencionales utilizaban para la Aquí desarrollarem os en form a resum ida el
nivelación de las curvas de Spee profundas, una concepto de tratam iento de la arcada con un crite­
secuencia de arcos redondos continuos. rio segmentario.
A lgunas veces, a estos arcos se les incorpora­ La idea se basa en el principio de que las
ban curvas de Spee invertidas con el objeto de arcadas dentarias están constituidas por distintos
potenciar su efecto. La respuesta habitual a este sectores, cada uno de los cuales tiene caracterís­
procedim iento consiste en la extrusión de los pre­ ticas propias en los aspectos anatóm icos, fun­
m olares inferiores, la verticalización de los m ola­ cionales y estéticos (Fig. 3.13).
res y la inclinación hacia adelante del grupo inci­
sivo (Fig. 3.12).
Con el propósito de evitar o m inim izar este
último efecto, a los arcos se les construía un loop
en om ega por m esial del tubo y se ligaban a él
traccionándolo hacia distal.
Este procedim iento no sólo no evitaba el
m ovim iento del grupo incisivo en sentido ante­
rior, sino que llevaba las raíces de estos dientes a
un íntimo contacto con la cortical lingual de la
sínfisis, con lo que se dificultaba o se hacía im po­
sible la intrusión. Adem ás provocaba un m ovi­
m iento hacia m esial de las raíces de los m olares
inferiores.
Para contrarrestar estos efectos se utilizaron
elásticos de Clase III que a su vez provocaban
extrusión de los m olares superiores y del grupo
incisivo inferior. Con el objeto de evitar esta res­
puesta, se indicaba FEO alta y así seguía toda una
Fig. 3.12 : Efectos de la nivelación de una curva de
cadena de m aniobras destinadas a reducir los Spee profunda con arcos redondos con curva inver­
tida.
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120 Segunda fase

El grupo incisivo, por ejem plo, está consti­


tuido por dientes unirradiculares cuyo borde inci­
sal los hace aptos para que en la m asticación rea­
licen la función de corte. Adem ás cum plen un
papel estético y fonético muy importante. Los
molares, en cambio, son m ultirradiculares, con su
cara oclusal destinada a una etapa de la m asti­
cación muy diferente a la del grupo incisivo y con
una im portancia estética nula en com paración con
Fig. 3.13: Sectores de la arcada dentaria inferior.
aquel.

A su vez, los caninos, con otra anatom ía y


función, tienen adem ás una posición intermedia
entre ambos grupos ubicándose en la curva de la
arcada. Todos estos sectores, adem ás, están curva de Spee invertida, no podrem os evitar la
implantados en zonas del m axilar y la mandíbula; extrusión de los sectores laterales, la inclinación
totalm ente diferentes en cuanto al volum en del hacia distal de los m olares y la protrusión de los
hueso trabecular y proxim idad del hueso cortical. incisivos. Estos m ovim ientos dentarios se hacen
Si a esto agregam os tam bién el diferente entorno con sum a facilidad, especialm ente en pacientes de
m uscular se com prende que, dadas las diferentes m usculatura débil. En un paciente dolicofacial,
ca-racterísticas de cada uno de ellos, el tratam ien­ estos efectos se m agnifican, por lo que se deberá
to segmentario, al individualizar la m ecánica apli­ optar por una m ecánica de nivelación de curva de
cada a cada sector, gana en eficacia. Spee que no com prom eta el plano oclusal en el
sector posterior para evitar una apertura de la
Recordem os que en la segunda fase, la correc­ m ordida y del eje facial, efectos negativos para
ción vertical debe hacerse antes de realizar los este biotipo.
cambios sagitales, esto debe ser así por una cues­
tión de factibilidad ya que si quisiéram os por Adem ás, en casos de sobrem ordidas m uy pro­
ejem plo, retruir incisivos superiores esta m anio­ fundas, no lograrem os la corrección total de la
bra se vería imposibilitada en caso de existir aún curva aún utilizando técnica de slot .0 2 2 ”que per­
una supraerupción de los incisivos inferiores. m ite trabajar en esta segunda fase con arcos de
acero de calibres hasta .021” x 028” . Con el fin de
En los casos de curva de Spee profunda con evitar estos inconvenientes que alargan notable­
sobrem ordida anterior, la planificación del trata­ m ente el tiempo de tratam iento utilizam os el arco
m iento puede exigir la intrusión de los sectores utilitario, que en realidad es un aparato multisec-
anteriores. Utilizando en la arcada inferior una cional ya que trabaja de m anera independiente y a
secuencia exclusivam ente con arcos continuos y la vez sim ultánea en los prim eros m olares y en el
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Segunda fase 121

t
\

Sector
/’
Escalón Sector
i t
Puente
t
Escalón
molar anterior incisivo lateral posterior

i
\

L "L T J
A
V Á\

\ i

y 1/ VJ Vj

Fig. 3.14: Esquema del arco utilitario superior e inferior.

sector incisivo, m ás el agregado de arcos sec­ deseados. Las superficies radiculares que se expo­
cionales. Este procedim iento es de gran efectivi­ nen a la activación de intrusión del arco utilitario
dad para la nivelación de curvas profundas son las que corresponden a un corte transversal de
lográndose la intrusión de los incisivos en perío­ las raíces de las piezas involucradas.
dos relativamente breves y sin respuestas negati­ Se confrontan así aproxim adam ente 0,40 cm 2
vas (extrusión) en los sectores laterales y posteri­ de superficie a nivel de los incisivos con 0,85 cm 2
ores. del prim er m olar (Fig. 3.15).
Al ser un arco que trabaja en tres sectores al Cuando se colocan arcos seccionales hasta
mismo tiempo, debem os tener en cuenta que segundo molar, se logra triplicar la superficie en
cualquier activación que se realice va a tener efec­ el sector posterior. Esto constituye un excelente
tos de acción-reacción, que deben ser neutraliza­ m étodo de estabilización de los sectores laterales
dos de m anera de lograr sólo los m ovim ientos (Fig. 3.16). A partir de esto, podem os intruir el
122 Segunda fase
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sector anterior sin respuestas negativas de los


molares, que sin este refuerzo de anclaje se incli­
narían hacia distal con la consiguiente alteración
del plano oclusal y la posible creación de un ful­
crum como consecuencia de la irrupción de las
cúspides m esiales en la plataform a oclusal (Fig.
3.22).
La firm e estabilización de los m olares evita
este efecto haciendo innecesarios los m ovim ien­
tos de ida y vuelta, reduciendo el tiem po del trata­
m iento y evitando problem as oclusales y contac­
tos prem aturos.

En la técnica bioprogresiva, el arco utilitario Fig. 3.15: Superficies radiculares enfrentadas al


movimiento de intrusión de incisivos con un arco
es el elem ento m ecánico fundam ental que, com bi­ utilitario.
nado con distintos tipos de aparatología, se em ­
plea en una gran variedad de casos.
En este capítulo considerarem os la construc­
ción, la form a de activación y las indicaciones de
este arco, no con el criterio bioprogresivo, sino
como un aparato auxiliar de la técnica de arco
recto destinado a la m anipulación de los sectores
anteriores, especialm ente en sentido vertical.
En la técnica que utilizam os, los tubos de los
prim eros m olares superiores e inferiores llevan un
m • • è # «
tubo auxiliar que en relación al tubo principal está
0,75 0,85 0,30 0,30 0,35 0,20 0,20
ubicado hacia gingival y vestibular, destinado a v
alojar los extrem os del arco utilitario. 2,55 0,40
Nos referirem os al arco utilitario utilizado en
la técnica de arco recto, que tiene características
Fig. 3.16: Cuando se instalan arcos seccionales se
diferentes al utilizado en la bioprogresiva: mejoran las condiciones de estabilidad en el sector
Se construye en calibre .016” x .022” ó .019” posterior.

x .019” debido a la m edida del slot utilizado


(.022”). Si se usara, como en la bioprogresiva,
alam bre .016” x .016” , se com portaría como un
alam bre redondo y no transm itiría torque en el
sector anterior.
www.FreeLibros.me Segunda fase 123

Construcción del arco utilitario superior


o inferior.

Se construye a partir de arcos preform ados.


Se mide el sector anterior tom ando como re­
ferencia las aletas distales de los brackets de los
incisivos laterales.
Se agregan 2 m m por lado y se hacen 2 m ar­
cas con lápiz (Fig. 3.18).
A partir de esas m arcas se hacen los escalones
mesiales que deberán tener una altura de 3 a 5 m m
Fig. 3.18
124 Segunda fase www.FreeLibros.me

utilizando un alicate de How. Este escalón mesial


debe form ar dos ángulos obtusos con el sector
incisivo y con el puente lateral. Su longitud debe
ser apropiada, sin excesos para que los puentes la­
terales no provoquen irritaciones en los tejidos
blandos, pero que eviten el contacto con los gan­
chos de caninos y prem olares (Fig. 3.19).
Se coloca el sector anterior dentro de los slots,
se hace una m arca en la entrada de los tubos
m olares y se construyen los escalones distales.
Fig. 3.19
Estos escalones form an ángulos de 90° con el
puente lateral y con el sector m olar (Fig. 3.20).
Se inserta el arco en los tubos m olares y se
corta en los extrem os 2 ó 3 m m por distal de los
tubos. Esto perm itirá hacer los dobleces distales
del arco cuando sea necesario (Fig. 3.21).

Arcos seccionales de estabilización

Como su nom bre lo indica, son sectores la­


Fig. 3.20
terales de arco que van desde los caninos hasta el
segundo molar.
No tienen ningún tipo de activación, son total­
m ente pasivos y pueden estar construidos en el
m ism o calibre que el arco utilitario o con un cali­
bre un poco mayor.
Consolidan los sectores laterales y brindan un
fuerte anclaje a los m olares, m inim izando los
m ovim ientos negativos en esta piezas (inclinación
distal y/o extrusión) que tiende a realizar el tip-
back del arco utilitario.
La técnica de arco recto que utilizam os, en la p¡g 3 21
cual se colocan bandas en segundos m olares con
tubos y brackets de slot .0 2 2 ” x .028” , perm ite a
los seccionales tener una m ayor longitud y un ca­
libre mayor que el del arco utilitario si fuera nece­
sario. Con ello se logra una m ayor estabilidad de
www.FreeLibros.me Segunda fase 125

los m olares que en la técnica bioprogresiva para la


cual fueron diseñados, porque en ella se emban-
daba sólo hasta los prim eros m olares y adm itía un
calibre m áxim o de .016” x .0 2 2 ” para estos arcos.

Construcción

U tilizando un sector lateral de arco preform a-


do de calibre .016” x .022” , .017” x .025” ó .018”
x .0 2 2 ” según la alineación y nivelamiento que
hayan alcanzado las ranuras, se confecciona un
loop en el extrem o mesial.
Ese loop se ubica por mesial del bracket del
canino y actúa com o traba antideslizante del sec­ Fig. 3.22: Un arco utilitario con activación de
intrusión tiene efecto extrusivo y de inclinación dis­
cional. Por distal del tubo del molar, se deja un tal a nivel del primer molar (expresión del tip-back).
sobrante de 2 m m destinado a un doblez , tam bién
para evitar desplazam ientos (Figs. 3.23 y 3.24).
Al instalarlo en los tubos m olares, este arco
seccional no deberá presentar ninguna activación
vertical ni lateral, es decir, debe insertarse cóm o­
damente en la ranura de los brackets sin que sufra
ninguna tensión. Esto es im portante porque los
seccionales, al ser de corta longitud, producen
fuerzas con alto nivel de carga aun con pequeñas
activaciones, provocando de esta m anera m ovi­
mientos parásitos indeseables.

Fig. 3.23: Arcos utilitarios y seccionales de estabi­ Fig. 3.24: Arcos utilitarios y seccionales de estabi­
lización superior e inferior. Vista frontal. lización superior e inferior. Vista lateral.
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126 Segunda fase

Activación del arco utilitario

Activación para intrusión

La intrusión del grupo incisivo requiere dife­


rentes activaciones en la arcada inferior y en la
superior.

Activación del arco utilitario inferior

• A los segmentos posteriores que se insertan


en los tubos m olares se les hace un tip-back de
45°. Esta es la activación de intrusión.
A diferencia de lo que se hace en la técnica
bioprogresiva, no se introduce toe-in ni torque
radiculovestibular, por una parte, debido a que
se está utilizando sim ultáneam ente un arco
seccional en el tubo principal y por lo tanto
responde al preajuste de la aparatología; y
adem ás a que no utilizarem os rutinariam ente
el concepto de anclaje cortical.
• Se introduce en el sector incisivo un torque
negativo de aproxim adam ente 10° a 15°. Este
torque tiene como finalidad, apartar los ápices
de la cortical y situarlos en la esponjosa con el
objeto de lograr la intrusión (Fig. 3.25).

Fig. 3.25: A) Arco utilitario inferior preparado con


tip-back y torque radiculovestibular. B) Colocado en
el tubo del primer molar, se observa su activación.
C) El torque negativo aleja el ápice de la cortical lin­
gual y posibilita la intrusión.
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Esta activación de torque radiculovestibular es


esencial para lograr la intrusión. Los efectos
de la falta de este torque negativo se pue-den
observar en la figura 3.26. El arco pierde su
capacidad de intrusión debido al contacto del
ápice con la cortical lingual, y sólo se expre­
sará una vestibularización de los incisivos,
resultando así inútil la utilización de este arco
para intruir.

Fig. 3.26: A) Arco utilitario inferior con tip-back y sin


preparación del torque anterior. B) Al instalar el arco
en los tubos molares se observa que la activación
de intrusión implica un torque positivo en el sector
anterior. C) Ese torque positivo vestibulariza al inci­
sivo y lleva la raíz a la zona de la cortical lingual,
impidiendo la intrusión.
128 Segunda fase
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• Se hace en el sector anterior una curva de


concavidad superior. Tiene como finalidad
evitar la excesiva aproxim ación de los ápices
durante el proceso de intrusión (Fig. 3.27). En
este m om ento adem ás se introduce una curva
que, observada desde oclusal, debe tener un
m enor radio que la descripta por los incisivos,
con el m ism o objeto que la anterior (Fig.
3.28).

Una vez realizadas estas m aniobras, se com ­


pleta el contorneado final del arco sobre una plan­
tilla.
La form a final de arco utilitario inferior debe
ser la siguiente:
Debe presentar dos radios de curvatura, uno
m enor en el sector anterior y uno mayor en el sec­
tor posterior (Fig. 3.28 A).
Los puentes laterales deben tener una incli­
nación hacia vestibular y estar bien contorneados
con el objeto de evitar que provoque daños en los
tejidos blandos. Cuando las em inencias caninas
son marcadas, se requiere un ligero sobrecon-
torneado a nivel de ellas.

Fig. 3.27: A) Con la activación de intrusión, se


derivan fuerzas en forma desigual a nivel de los
incisivos. B) Esto produce un efecto de “abani­
camiento” de estas piezas. C) Al contornear el sec­
tor anterior con una curva de concavidad superior
se neutraliza el efecto observado en B y se
mantiene el paralelismo radicular en la intrusión.
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Segunda fase 129

Fig. 3.28: A) Forma general del arco utilitario inferior, con dos radios de curvatura. B) La curva de menor
radio debe ser menor que la descripta por los incisivos.

Fig. 3.29: A y B) Con una única maniobra bimanual de “invertir el arco sobre sí mismo” se confiere al arco
utilitario inferior torque radiculovestibular y curvatura oclusal del sector anterior.
C) Después de esta maniobra habrá que quitar el torque en el sector posterior.
D) Arriba: arco utilitario inferior ya preparado. Abajo: arco sin preparación.
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Activación del arco utilitario superior

Debido a las diferencias anatóm icas del rebor­


de alveolar anterior del m axilar y de la disposi­
ción de las raíces de las piezas dentarias involu­
cradas, el arco utilitario superior tiene caracterís­
ticas propias:
La form a general respeta el esquem a del arco
preform ado con un solo radio de curvatura.
No es necesario realizar torque negativo ni
curvas de com pensación en el arco utilitario supe­
rior.
Sólo se realizará la activación de tip-back de
la m ism a form a que en el arco inferior y el con­
torneado de los puentes laterales para evitar daños
en los tejidos blandos.

Magnitud de ia activación

Fig. 3.30: Arco utilitario superior e inferior con acti­


L a fuerza óptim a se logra activando los vación de intrusión.
extremos de los m olares haciendo dos tip-back de
m anera que cuando el arco se inserte en los tubos
molares, su sector anterior se ubique hacia gingi­
val aproxim adam ente a 10 mm del slot en el arco
inferior, y a 16 ó 18 mm en el arco superior (Fig.
3.30).
En la técnica bioprogresiva, el arco utilitario
se activaba de modo que los sectores anteriores se
posicionaran en el fondo del vestíbulo, porque los
arcos utilizados eran de m enor calibre.
Con esta activación se generará al ligarlo a los
incisivos, una fuerza de aproxim adam ente 80 a
100 g en el inferior y 140 a 160 g en el superior
(Fig. 3.31). Estos valores responden a la apli­
cación de 100 g de fuerza por cada cm 2 de super­
ficie radicular considerando que la superficie que
se opone al movim iento dentario de intrusión es la Fig. 3.31: La fuerza óptima para lograr la intrusión
inferior es de 80 g.
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superficie transversal de la raíz de los incisivos. puente lateral, y se tensa hasta que el sector inci­
N o se aconsejan las activaciones intrabucales sivo del arco utilitario quede pasivo a nivel de la
porque no se puede controlar su m agnitud y ranura de los brackets anteriores. Después de ha­
adem ás provocan con frecuencia una protrusión ber ajustado las ligaduras de am bos caninos, se
de los incisivos. liga el sector anterior (Figs. 3.32 y 3.33 D y E).
En técnicas de aparatología preajustada no Esta activación individual de los caninos absorbe
realizam os en los arcos utilitarios otro tipo de la potencia de intrusión del arco utilitario, que no
activaciones. ejercerá ninguna acción m ecánica sobre el grupo
incisivo.
Efecto de la intrusión de incisivos: en ambas Una vez lograda la intrusión de los caninos se
arcadas la intrusión de estos grupos genera un elim inan los arcos seccionales, las ligaduras elás­
desnivel entre ellos y los caninos. Esto, por una ticas de los caninos y se coloca un arco supcrelás-
parte, perm ite evaluar el grado de intrusión rea­ tico de calibre .016” o mayor para renivelación,
lizado, y por otra, nos lleva a im plem entar m edi­ sin quitar el arco utilitario. Q ueda en el sector
das tendientes a la nivelación del resto de la arca­ anterior un doble arco. El objeto de ésto es lograr
da. la renivelación total de la arcada sin perder
intrusión anterior (Figs. 3.32 y 3.33 G y H).
Secuencia de intrusión en dentición per­ Una vez obtenida esta renivelación se quitarán
manente am bos arcos y se continuará con la secuencia de
arcos continuos, con otros arcos supcrclásticos
Intrusión de caninos rectangulares en busca del control del torque.

Una vez logrados los objetivos de intrusión en La incorporación del arco utilitario y la
el sector incisivo (Figs. 3.32 y 3.33 A y B), se secuencia de intrusión y renivelación de la arcada
realiza la intrusión de los caninos. El procedi­ es un procedim iento que, si bien no se realiza en
m iento es el siguiente: todos los casos, en aquellos en que este proce­
Se hace una m uesca en “V“ en ios puentes la­ dim iento ha sido necesario, lógicam ente ha sum a­
terales a la altura de los caninos. Estas m uescas no do un tiem po adicional a la segunda fase, pero con
deben generar ninguna activación. El arco utili­ un m ayor control oclusal de las arcadas.
tario sólo debe m antener activación de intrusión
por m edio de los tip-back.
Se cam bia el arco seccional para liberar al
canino del anclaje estabilizador posterior (Figs.
3.32 y 3.33 C).
Con el arco utilitario activado por el tip-back
de intrusión y fuera de las ranuras de los brackcts
de los incisivos, se coloca una ligadura elástica
desde el brackct del canino hasta la m uesca del
132 Segunda fase
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Fig. 3.32: S ecuencia de intrusión en dentición perm anente. A rcada superior.


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Segunda fase 133

Fig. 3.33: S ecuencia de intrusión en dentición perm anente. A rcada inferior.


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134 Segunda fase

Paciente en segunda fase de tratamiento, donde


está planificada una intrusión importante en los inci­
sivos superiores.

Arco utilitario de intrusión y seccionales de estabi­


lización en acero .016” x .022”.

Después de intruir los incisivos, comienza el traba­


jo en los sectores laterales intruyendo los caninos
con hilo elástico, dejando seccionales hasta el pri­
mer premolar.

Después de trabajar con doble arco y lograr la reni­


velación completa de la arcada, se instala un arco
único de .017” x .025” NiTi.
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Segunda fase 135
136 Segunda fase www.FreeLibros.me

m ovim ientos, como la pro inclinación de los inci­


CURVA REVERSA sivos, la verticalización de los sectores laterales
con la consiguiente extrusión de estos sectores y
La curva reversa o curva anti Spee es un arco por tanto, la aparición de severos contactos pre­
que ha sido am pliam ente utilizado en ortodoncia m aturos. Se com ercializan como “abridor de m or­
para aplanar la curva de Spee en pacientes con didas” y no como arcos de intrusión.
sobrem ordida profunda. Estos arcos se cons­ Por lo anteriorm ente expuesto no conside­
truían, originalm ente, con arcos de acero redon­ ram os a este arco como el m ás indicado para
dos o rectangulares y se m anipulaban con el problem as dentarios de orden vertical del sector
propósito de intruir el grupo incisivo (Fig. 3.34). anterior en la arcada inferior.
La presencia de una curva de Spee es fruto de
la extrusión del sector anterior, incisivo y canino.
En casos de Clase II los incisivos inferiores en su
fase de erupción no encuentran a su antagonista y
pueden erupcionar hasta llegar a contactar con la
m ucosa palatina, generando la llam ada curva de
Spee profunda.
Por la m ism a razón el sector anterosuperior se
elonga provocando las m ordidas cubiertas o sobre
mordidas.
La alteración, por lo tanto, está en el sector
anterior y no afecta al sector posterior. Es más, el
sector posterior no tiene ninguna responsabilidad
en la sobrem ordida. De aquí se deduce que la úni­
ca alteración a corregir es la sobreerupción de los
incisivos y caninos.
Para corregir la curva de Spee acentuada en la
arcada inferior, es necesario hacer un torque radi- *
culovestibular de los incisivos con el objeto de
colocar sus ápices dentro de la esponjosa y provo­
car su intrusión.
Con el desarrollo de las aleaciones, aparecie­
ron en el m ercado arcos súper elásticos con form a
de curvas reversa o anti Spee, pero estos arcos no %
tienen incorporado el torque radiculovestibular y
dada sus propiedades no es posible realizar sobre
ellos ningún tipo de m anipulación.
Fig. 3.34: Arcos de curva reversa inferior y curva
Estos arcos son capaces de realizar otros acentuada superior, en calibres redondo y rectan­
gular.
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Segunda fase 137

En la arcada superior y en com binación con


una barra palatina es posible trabajar con estos
arcos prefabricados y obtener un buen m ovim ien­
to de intrusión de los incisivos por las caracterís­
ticas anatóm icas del hueso alveolar m axilar, que
perm ite a los ápices de los incisivos superiores
m ovim ientos verticales con relativa facilidad (Fig.
3.35).
En la sección correspondiente hem os analiza­
do las ventajas del arco utilitario que es nuestro
aparato de elección para la corrección de las
anom alías dentarias verticales.
En nuestra práctica clínica a las curvas rever­
sas les damos un uso restringido aplicándolas para
la corrección de sobrem ordidas profundas en pa­
cientes braquifaciales con buena m usculatura y
com plem entadas con curva acentuada superior en
com binación con barra palatina. Fig. 3.35: Efecto a nivel de los incisivo de los arcos
Com o el m ercado ofrece una variedad de cur­ de curva reversa inferior y acentuada superior. Por
las características topográficas, es factible la
vas reversas preform adas, el clínico poco experi­
intrusión superior, pero en la arcada inferior se difi­
m entado puede orientarse erróneam ente a una uti­ culta por el contacto radicular con la cortical lingual.
lización relativamente rutinaria.
El propósito de esta sección es m ostrar las
dificultades que su uso puede entrañar.
Estos arcos se pueden adquirir preform ados,
en alam bres superelásticos o de acero, en dife­
rentes calibres y secciones (redondas y rectangu­
lares).
En sentido sagital tiene tres zonas claram ente Estos efectos varían según el arco sea de sec­
definidas: la zona anterior, que actúa sobre el ción redonda, de sección rectangular sin prepa­
grupo incisivo; el sector m edio, sobre los prem o­ ración de torque o de sección rectangular con pre­
lares; y el sector posterior, en los molares. paración de torque
Estos arcos superelásticos, utilizados para Si analizam os la acción m ecánica de estos
nivelación de la curva de Spee, generan varios arcos, vem os que en realidad se produce una nive­
efectos al m ism o tiempo: lación de la curva de Spee, pero generalm ente me­
• Inclinación e intrusión del sector anterior diante una serie de efectos indeseados y no por la
• Extrusión de los sectores laterales m anifestación pura de fuerzas verticales que ac­
• Inclinación distal de los m olares túen selectivamente en un sector.
138 Segunda fase www.FreeLibros.me

Arcos de curva reversa de sección re­


donda

En la introducción del tem a Arco Utilitario se


hizo referencia a la utilización y los efectos de
este tipo de arcos.
• La fuerza de “intrusión” en el sector incisivo
produce una inclinación hacia vestibular de
estas piezas, sin control radicular (proincli­
nación).
• En el sector lateral se produce una fuerza de
extrusión cuya m agnitud dependerá del tipo
de m usculatura del paciente. Se produce un
“enderezam iento” de las raíces de los prem o­
lares, pérdida del torque y, como resultado de
esto, la aparición de contactos prem aturos y
pérdida del anclaje en este sector.
• A nivel de m olares se m anifiesta inclinando
la corona de los m olares hacia distal y las
raíces hacia m esial. Al igual que en los pre­
m olares, se genera un “ enderezam iento” ,
expansión, pérdida del torque y pérdida del
anclaje.
• Este tipo de arco se indica en patrones
braquifaciales en los que se desea la proincli­
nación de los incisivos sin tem or a la pérdida
del anclaje.

Fig 3.36: Paciente que presenta una curva de Spee


profunda al llegar a las etapas finales de la segun­
da fase de tratamiento. Se instaló un arco de acero
.018” x .025” con curva reversa, templado.
En la foto inferior se registra el efecto de dicho arco.
Observar que la vestibularización de los incisivos ha
provocado diastemas.
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proinclinan de form a significativa.


Arcos de curva reversa de sección rec­ En los sectores laterales se expresa tam bién un
tangular sin preparación del torque torque positivo que se produce como consecuen­
cia de la instalación en la arcada del arco de curva
Cuando a un arco recto de sección rectangular reversa.
se le da la form a de curva reversa, en la zona ante­ Si bien este arco no tendrá ningún torque en el
rior adquiere un torque radiculolingual (Fig. sector posterior al ser construido, al llevar a la
3.37), este torque se expresa a lo largo de todo el ranura de los brackets de incisivos la sección ante­
arco afectando la inform ación de la aparatología rior del arco, ésta sufre un aplanam iento y trans­
en toda la arcada. m ite a los sectores laterales un efecto de torque
Su acción m ecánica es sem ejante al de sección positivo (Fig. 3.38).
redonda pero en el sector anterior, debido a los Las raíces se ubican en la esponjosa y pierden
cantos de la sección rectangular, provoca un tor­ estabilidad y anclaje. Los sectores posteriores
que radiculolingual que lleva sus ápices a contac­ sufren el efecto del torque positivo de la sección
tar con la cortical lingual y, anclándose en ella, se rectangular. Por esta razón en el sector posterior

Fig. 3.37: Curva reversa construida a partir de un


arco recto. Al darle una altura de curva de 5 mm en
la parte más elevada de la misma, se obtiene un
torque positivo en el sector anterior de aproximada­
mente 15°.
140 Segunda fase www.FreeLibros.me

Fig. 3.38: Instalación del arco de la Fig. 3.37 y sus efectos en la arcada dentaria inferior.
A) Al colocar el arco en los tubos molares, el sector anterior se ubica hacia gingival. Esto produce un efecto
de torque positivo.
B) Ese torque anterior inclinará los incisivos hacia vestibular anulando la posibildad de intrusión. En el sec­
tor posterior se expresará también un torque positivo, que ayuda a desestabilizar las piezas dentarias favore­
ciendo su extrusión e inclinación.

los efectos de inclinación distal y pérdida del Arcos de curva reversa de sección rec­
anclaje son mayores a los producidos por las cur­ tangular con preparación del torque
vas de sección redonda.
Para neutralizar la fuerza vertical de extrusión Si previam ente a la construcción de la curva
se requiere una m usculatura más fuerte que en el reversa se prepara el arco de acero con un torque
arco de curva reversa de sección redonda, pero la radiculovestibular, al hacer la curva en los sec­
resultante es un com ponente de extrusión de los tores laterales el sector anterior quedará plano, es
sectores laterales. decir, sin torque (Fig. 3.39).
Dados los efectos adversos descriptos, no a- Al posicionar el arco en boca este torque 0o se
consejam os el uso de estos arcos. m anifestará como torque radiculovestibular, colo-
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15(

Fig. 3.39: Arco de curva reversa rectangular con


preparación del torque. Inicialm ente se debe
preparar el arco con un torque negativo en toda su
extensión. Al curvar el arco, se anula ese torque en
el sector posterior, resultando de 0o. En el sector
posterior permanece el torque negativo.

cará los ápices en la esponjosa en el segmento (sin proinclinación) conservando el anclaje poste­
anterior y en contra de la cortical vestibular en el rior.
segmento posterior. Este efecto provoca, en los En cualquier caso, la cantidad de intrusión
sectores laterales, un aum ento del torque negativo obtenida por estos arcos es reducida en cantidad
a nivel de prem olares y m olares aum entando el de m ilím etros y sólo se aconseja utilizarlos en
anclaje de estas piezas que se oponen a la tenden­ pacientes que presenten una biotipología apropia­
cia a la extrusión que impone la form a del arco da para ello. *
(Fig. 3.40). En nuestra experiencia clínica y docente
Al ser anulada la fuerza de extrusión por el hem os observado que el uso del arco utilitario de
aum ento del anclaje del sector posterior, se poten­ Ricketts perm ite la solución de los problem as ver­
cia el efecto del arco en el sector anterior y se con­ ticales de las arcadas sin ningún tipo de indicación
sigue la intrusión de los incisivos. específica en lo que respecta a los dife-rentes
Se indica en pacientes braquifaciales o meso- biotipos y con m uy buenos resultados.
faciales con buen potencial de crecim iento en los
que deseam os una intrusión del grupo anterior
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142 Segunda fase

Fig. 3.40: Arco de curva reversa con preparación del torque. Al instalarlo en los tubos molares se observa
que el segmento anterior del arco se ubica hacia gingival sin presentar ningún torque. Cuando se instala en
los brackets resultará entonces un torque negativo que tiende a separar las raíces de los dientes anteriores
de la cortical lingual y permitir su intrusión.
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Segunda fase 143

Fig. 3.41: Trabajo de un arco de curva reversa inferior .018” x .025” en un caso ortodóncico donde después
del cierre de los espacios existía un aumento del overbite, y la exposición del incisivo superior era adecua­
da.
A la izquierda, fotografías con el arco recién instalado. Se observa el color dorado que corresponde al tem ­
plado del acero, que aumenta su rigidez y por lo tanto, su activación.
A la derecha, imágenes registradas dos meses después, cuando se ha conseguido la corrección suficiente,
manteniendo una adecuada guía anterior.
144 Segunda fase www.FreeLibros.me

MOVIMIENTOS SAGITALES Cierre de los espacios

Los m ovim ientos sagitales en la segunda fase La solución del problem a sagital de las
del tratam iento obedecen a dos fines diferentes: arcadas requiere un perfecto m anejo del cierre del
• El cierre de los espacios. espacio creado como consecuencia de las extrac­
• La creación de espacios. ciones realizadas. La m agnitud de estos espacios
dependerá de las características de la discrepancia
En este capítulo describirem os los arcos que dentaria que presentaba el caso inicialm ente y que
disponem os para ambas opciones, el DKL para la fue solucionada en el transcurso de la prim era
prim era y el arco de protrusión para la segunda. fase.

Retrusión con torque • Retrusión sin torque


Anclaje máximo • Anclaje moderado

• Retroinclinación incisiva • Retroinclinación incisiva


• Anclaje máximo • Anclaje moderado

Fig. 3.42: Diferentes áreas de superposición y su


interpretación.

Fig. 3.43: Objetivos gnatológicos del tratamiento


ortodóncico.
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Segunda fase 145

Pero el cierre de los espacios no es un objetivo en oclusión funcional, es decir, la consolidación de


sí m ism o, sino el m edio por el cual alcanzarem os una Clase I canina y una correcta relación de
los objetivos fundam entales de la segunda fase. overjet y overbitc. Por esto es necesaria una
Estos objetivos surgieron del análisis de las áreas m ecánica que perm ita retruir la parte anterior de
de superposición y del estudio gnatológico (Figs. la arcada o bien, y con la m ism a facilidad, mesia-
3.42 y 3.43). Los prim eros apuntan a los aspectos lizar los sectores posteriores.
cefalom étricos y estéticos; y los gnatológicos, a la

Fig. 3.44: Grupos dentarios al finalizar la primera fase, en casos con extracciones de primeros y de segun­
dos premolares.

Fig. 3.45: Diferentes alternativas para el cierre de


los espacios en una Clase I.
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146 Segunda fase

Al finalizar la prim era fase del tratam iento


con extracciones, las arcadas dentarias están divi­
didas en tres grupos, separados por los espacios
de extracción (Fig. 3.44):
• Uno anterior, de canino a canino.
• Dos posteriores, que incluyen prem olares y
molares.

En los casos de extracciones de segundos pre­


m olares, el prim er prem olar se incorpora al grupo
anterior, que queda constituido entonces por ocho
piezas dentarias, m ientras que en los sectores pos­
teriores se incluyen prim er y segundo molar.
Para cerrar esos espacios, estos grupos así
conform ados deberán ser m ovilizados en la direc­
ción que el caso requiera, basados en dos alterna­
tivas:
• Retrusión del sector anterior. Fig. 3.46: Diferentes alternativas para la retrusión
superior.
• M esialización de los sectores posteriores.

De acuerdo con la planificación se manejarán


estas alternativas de diversas m aneras, que van troducir en él, una serie de m odificaciones que le
desde lograr el cierre con un solo sentido de m o­ provocarán cam bios de form a o estructura y
vimiento, ya sea la retrusión anterior o la m esia­ realizar diferentes m odos de activación para
lización de los sectores posteriores; o la com bi­ alcanzar los objetivos del cierre de los espacios.
nación de am bas en distintas proporciones (Fig. Debido a esta versatilidad no puede ser con­
3.45). siderado com o un arco único, sino com o varios
Estos m ovim ientos, a su vez, tienen algunas arcos en uno, porque esas m odificaciones en su
variantes. La retrusión de los incisivos, por ejem ­ estructura, form a y activación producirán en el
plo, podrá hacerse según el caso, con mayor mo­ DKL com portam ientos m uy diferentes.
vimiento a nivel coronario que radicular o vice­ El clínico debe conocer con precisión los
versa (Fig. 3.46). detalles de su m anejo para obtener el máximo
En el sector posterior, algunos casos reque­ rendim iento de sus condiciones m ecánicas. Con
rirán m esializar el segundo prem olar y am bos m o­ esta finalidad, en este capítulo dedicarem os a
lares, y otros solam ente los m olares, cuando los dicho arco un tratam iento extenso.
dientes extraídos fueran los segundos prem olares.
Si bien utilizam os siem pre el m ism o arco, el
DKL, esta variedad de m ovim ientos requiere in-
www.FreeLibros.me Segunda fase 147

alam bre rectangular de acero. En nuestra práctica


ARCO DKL utilizam os el de .019” x .025” que es un calibre
adecuado a la técnica de slot .022” . A cada lado, a
El elem ento m ecánico m ás im portante en la la altura de los caninos, lleva dos ansas en forma
segunda fase es el arco DKL (Doublc Key Loops), de ojo de cerradura. Cuando este arco está insta­
utilizado desde hace ya varias décadas en orto- lado, estas ansas deben estar equidistantes por
doncia. m esial y distal del brackct de cada canino (Fig.
Es un arco de acero que tiene dos ansas de 3.47).
cada lado que, com o se dijo anteriorm ente, se uti­ El m ercado nos provee arcos DK L preform a­
liza para realizar m ovim ientos sagitales de los dos en varias dim ensiones, adecuados para los
sectores anteriores y/o posteriores, con el objeto diferentes tam años de arcada.
de cerrar los espacios creados por las extrac­ La escala de num eración es en m ilím etros y
ciones. m ide la distancia existente entre am bas ansas
Realiza una gran variedad de m ovim ientos m esiales con una diferencia de 2 mm entre cada
con muy buen control de los grupos dentarios una de las m edidas (Fig. 3.48).
involucrados. Estas ansas tienen entre sí una separación de 8
Si bien se puede confeccionar, se dispone de mm. Este espacio perm ite la inserción en la ranu­
arcos DK L preform ados en diferentes calibres de ra del canino de la porción de arco situada entre

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Fig. 3.47: Arco DKL. El correcto dimensionamiento en la arcada es igual en casos de extracciones de
primeros y segundos premolares.
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148 Segunda fase

ellas, dejando aproxim adam ente 2 m m a cada la­


do del brackct.
En algunos casos, dada la estandarización de V J
V
los tamaños, no es posible lograr la equidistancia
Medida en mm
entre brackcts y ansas. Se deberá entonces tener la
precaución de que el tam año elegido perm ita que Escala:

el loop mesial quede separado del bracket del


22 mm 36 mm
canino por no m enos de 2 mm, para que sea posi­ 24 mm 38 mm
26 mm 40 mm
ble su activación.
28 mm 42 mm
Debido a estas características, es indispensa­ 30 mm 44 mm
ble para el uso del DKL que el sector anterior de 32 mm 46 mm
34 mm
la arcada de canino a canino no presente dias-
temas.
A veces es necesario unir los 6 dientes ante­ Fig. 3.48: El arco DKL se dimensiona en mm,
tomando la distancia entre las ansas mesiales.
riores m ediante una ligadura continua rígida que Escala de los arcos preformados que se encuentran
conserve los puntos de contacto. Cuando se hayan en el mercado.

producido pequeños diastem as se deberá usar una


ligadura continua elástica para cerrarlos antes de
la instalación de este arco.
En este m om ento, la arcada dentaria está neta­
mente dividida en tres sectores: dos posteriores y
uno anterior, m ediando entre ellos los espacios de
las extracciones. Por lo general el grupo anterior y en determ inados casos serán asim étricos, es
está formado por incisivos y caninos c incluye a decir, se habrá realizado la extracción de un pri­
los prim eros prem olares en los casos de extrac­ m er prem olar en una hcniiarcada y un segundo
ciones de segundos prem olares. prem olar en la opuesta (Fig. 3.49).
Recordem os que la elección de las extrac­ Sin em bargo, hay que tener presente que esta
ciones se basa en facilitar los m ovim ientos del decisión de extracciones está condicionada tam ­
cierre de los espacios. Cuando se necesita un bién por otros factores, com o la integridad den­
mayor distalam iento de los caninos, por retrusión taria, salud periodontal, etc. Por ejem plo, en un
de todo el sector anterior o por solución de un caso donde se debe hacer una retrusión im por­
apiñam iento, se habrán extraído los prim eros pre­ tante, se indica la extracción del prim er premolar,
molares. pero si el segundo presenta un mal pronóstico de
Si por el contrario, predom ina la mesializa- perm anencia, se extraerá esta pieza. Habrá que
ción del m olar a los m ovim ientos del sector ante­ realizar previam ente a la instalación del DKL el
rior, se habrá optado por los segundos prem olares. distalam iento del prim er prem olar para que ocupe
Obedeciendo a esto, los espacios estarán ubi­ el lugar de segundo y el DKL pueda cum plir con
cados por distal del canino o del prim er prem olar su objetivo de rctruir el sector anterior.
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Fig. 3.49: Grupos dentarios consolidados al final de


la primera fase, previamente al cierre de los espa­
cios. A) Caso de extracciones de primeros premo­
lares. B) Arcada con extracciones de segundos pre­
molares. C) Extracciones asimétricas debido a dife­
rentes requerimientos en el anclaje posterior y al
desvío de la línea media.
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Es decir, al instalar el arco DKL los espacios sino tam bién el perfecto deslizam iento del arco en
serán únicos en cada hem iarcada y estarán ubica­ las ranuras. Este es un requisito indispensable
dos convenientem ente de acuerdo al tipo de m ovi­ para m antener un buen control de los m ovim ien­
miento dentario que hay que realizar. tos de los grupos dentarios involucrados.
A ntes de instalar los arcos, debem os tener
Por tratarse de un arco de gran calibre, las definida la dirección y m agnitud de los m ovi­
arcadas deberán estar perfectam ente preparadas m ientos requeridos por estos grupos: retrusión del
para que sea posible su instalación. La secuencia sector anterior, m esialización del sector posterior
de arcos previa no sólo deberá haber alineado las o una com binación de am bos m ovim ientos. De
piezas dentarias sino tam bién haber logrado la acuerdo a ellos, se realizarán no sólo las m odifi­
expresión de los torques de los brackets de cada caciones al arco, sino tam bién se seleccionará la
una de ellas. Esta secuencia previa con arcos rec­ form a m ás apropiada de activarlo para que este
tangulares debe llegar hasta un calibre igual al del cierre de espacios se realice en el sentido planifi­
DKL para perm itir no sólo una fácil inserción cado.

Fig. 3.50: Arcos DKL superior e inferior instalados en boca para realizar el cierre de espacios en un caso de
Clase I tratado con las cuatro extracciones de los primeros premolares.
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espirales que serán en ese caso los elem entos


Activación activos.
En el prim er caso, la activación consiste en
Como se trata de un arco que tiene incorpo­ abrirlas ya sea traccionando y doblando el arco
radas cuatro ansas de cierre, puede com portarse por distal de los m olares, o a través de una li­
como un m uelle o en algunos casos estas ansas se gadura m etálica que, sujetándose en el hook del
m antendrán pasivas y se utilizarán como elem en­ m olar llega hasta el ansa distal provocando su
to de anclaje para ligaduras elásticas o muelles apertura (Fig. 3.51 A y B).

Fig. 3.51: Distintas form as de trab ajo con el arco DKL A) A ctivación por tracción distal. B) A ctivación por li-
gadura. C) El arco D KL com o elem ento de anclaje de fuerzas de tracción.
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152 Segunda fase

Cuando se utiliza el DKL com o dispositivo de


anclaje, el elem ento activo se adiciona a él
(muelle, cadena elástica, etc.) (Fig. 3.51 C).
Habrá que definir cuál es el m ovimiento de­
seado: la retrusión del sector anterior, la mesiali-
zación de los sectores posteriores o ambos m ovi­
mientos. Esta diferenciación surge de las áreas de
superposición donde tam bién se expresarán otras
características de los m ovim ientos a realizar: tor-
que necesario en la retrusión, extrusión o intru­
sión de los incisivos, cantidad de pérdida de an­
claje, etc.
En principio, una activación del DKL pone en
antagonism o el sector anterior con los sectores
posteriores de la arcada y se m anifestará con mo­
vimientos dentarios en el sector que ofrezca m e­
nor anclaje.

ANCLAJE Fig. 3.52: Arco DKL. El dimensionamiento en la


arcada es igual en casos de extracciones de
prim eros prem olares y de segundos; y con
Es la resistencia al desplazam iento que ofre­ cualquier tipo de activación.

cen las piezas dentarias y depende de varios fac­


tores:
• tamaño y form a radicular ambas arcadas; y para evaluarlo deberem os, en
• características topográficas del hueso cir­ prim er térm ino, determ inar cuál es la superficie
cundante radicular enfrentada al m ovim iento dentario en
• características de la oclusión sentido sagital (Fig. 3.53):
• m usculatura del paciente.
1- Sector anterior superior o inferior: la retrusión
La im plantación de las piezas en el reborde de este sector involucra las superficies palatinas
alveolar es mayor en los pacientes con m usculatu­ de las raíces de incisivos centrales y laterales y la
ra fuerte que en aquellos que presentan una m us­ superficie distal de la raíz del canino.
culatura laxa. Por ello, los pacientes braquifa-
ciales tienen un anclaje natural mayor que los 2- Sector posterior superior o inferior: la superfi­
pacientes dólicofaciales. cie radicular expuesta al m ovim iento de m esia-
Para cualificar las características del anclaje lización es, en m olares y prem olares, la cara
por sectores debem os considerar por separado m esial de las raíces.
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Segunda fase 153

1,00 1,20 0,60 0,75 0,25 0,25

Fig. 3.53.: Esquemas que analizan las superficies radiculares expuestas al movimiento dentario en el cierre
de espacios de la arcada inferior. A la derecha: magnitud de superficies en cm2. A la izquierda: disposición
geométrica de las piezas en la arcada.

Si analizam os la suma de estas superficies vere­ inferior el que ofrece mayor resistencia al movi­
mos que en la arcada superior la del sector ante­ m iento mesial. A su vez las diferentes caracterís­
rior es de 1,60 cm 2 que se contrapone a una super­ ticas óseas y la topografía de la m andíbula y el
ficie posterior de 2,65 cm 2. m axilar acentúan estas diferencias.
En la arcada inferior las superficies suman La relación interincisiva hace que el movi­
1,20 cm 2 para el sector anterior y 2,70 cm 2 para el m iento de retrusión de los dientes anteriores se
posterior. Resulta evidente el predom inio del logre con una mayor facilidad en la arcada infe­
anclaje del sector posterior sobre el anterior, m a­ rior.
yor aún en la arcada inferior. Otro factor a tener en cuenta al analizar el
Si a esto se agrega la form a radicular de los anclaje está referido a la disposición geométrica
m olares verem os que es tam bién el sector póstero de las piezas en la arcada.
154 Segunda fase www.FreeLibros.me

Los posteriores forman una línea recta a lo


largo de la cual transcurre el arco, constituyendo
un conjunto de tres piezas (dos m olares y un pre­
molar) que opone resistencia al movimiento. En el
sector anterior, las piezas se disponen en una
sem icircunferencia, por ello ejercen una resisten­
cia individual y no en conjunto ante la activación
del DKL.
En resum en, podríam os decir que el anclaje
natural anterior es considerablem ente m enor que
el posterior en am bas arcadas, con valores m íni­
m os en el sector anteroinferior.
Dicho de otra m anera, al colocar en antago­
nismo los sectores posteriores con el anterior, es
esperable observar una mayor m ovilización del
sector anterior que del posterior.
En el pasado m uchos tratam ientos de ortodon-
cia fracasaban por una falta de control del anclaje
en el segmento posterior. A pesar de la gran dife­
rencia de anclaje de los sectores expuestos a la
actividad del arco DKL, en aquellos casos en que
la planificación nos indica un m áxim o anclaje de
los sectores posteriores, en la arcada superior será
Fig. 3.54: En los casos que se indica m áxim o a ncla ­
conveniente aum entarlo con el agregado de barras je en el m axilar superior se utilizan barras palatinas
palatinas (Fig. 3.54). en prim er y segundo molar, con activación de
rotación distal.

Consideraciones generales sobre acti­


vación del DKL
1) Utilización del arco como muelle:
El arco DKL puede ser utilizado para el cierre
de los espacios bajo dos conceptos m ecánica­ Se basa en que la apertura de las ansas induce
mente diferentes: una fuerza de cierre para recuperar su form a ini­
cial. Esta activación puede realizarse de dos ma­
1) Utilización del arco com o muelle. neras:
2) El arco como elem ento de anclaje para ele­ A) Activación p o r tracción distal del arco.
m entos auxiliares. B) Activación con ligadura de acero, o retroli-
gadura.
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Segunda fase 155

Fig. 3.55: Activación del arco DKL.

A) Arco DKL instalado en el maxilar superior.

B) La activación del arco produce una reabsorción


ósea inicial en la zona cérvico-palatina de los inci­
sivos y cérvico-distal de los caninos, modificando la
inclinación de los dientes anteriores.

C) Esta retroinclinación de los incisivos crea una


curvatura de concavidad oclusal en el arco. En un
segundo tiempo se inicia el trabajo de recuperación
de torque a nivel de los incisivos y de la inclinación
de los caninos.

D) Cuando se recupera el torque y la inclinación el


arco recupera su forma inicial.

E) En estas condiciones el arco podrá ser activado


nuevamente.
156 Segunda fase www.FreeLibros.me

tarse como un logro del m ovim iento dentario


A ) A c tiv a c ió n p o r tr a c c ió n d is ta l: deseado. El proceso de reabsorción y aposición
necesita que el estím ulo sobre el periodonto per­
Esta activación se realiza abriendo las ansas sista.
mediante la tracción del arco desde distal del Las zonas que prim ero absorben las fuerzas de
m olar provocando la apertura de las ansas en una activación del DKL son la región cérvico-palatina
magnitud que no supere el m ilím etro, y se com ­ o lingual de los alvéolos de los incisivos y la por­
pleta la m aniobra doblando el arco por distal del ción cérvico distal del alvéolo del canino; se pro­
tubo con la finalidad de m antener esa activación duce así ese prim er efecto de retroinclinación de
(Fig. 3.56). estos dientes.
La respuesta a la activación realizada, se m a­ En el canino, esta verticalización inclina aún
nifiesta en dos tiem pos (Fig. 3.55). En un prim er m ás la ranura de su bracket hacia mesial e incisal,
momento, a nivel de los incisivos y caninos se guiando el arco en esa dirección y potenciando así
produce una retroinclinación coronaria. En un el arqueam iento de la curva con intrusión del sec­
segundo tiempo, la sección del arco actuando en tor lateral de la arcada y la extrusión de los inci­
las ranuras logra la recuperación del torque de los sivos. Esto tiende a crear una m ordida abierta la­
incisivos y de la inclinación del canino. teral y una sobrem ordida del sector anterior.
Para que esta recuperación pueda llevarse a Por otra parte, debido a la m agnitud de su
cabo será necesario prolongar el tiem po entre las superficie radicular, será la pieza dentaria que
activaciones. más tiempo dem orará en recobrar su correcta
Los dientes som etidos a un tratam iento de inclinación.
ortodoncia presentan un ensancham iento p e­ Creem os que el período apropiado entre las
riodontal que puede absorber rápidam ente la ten­ activaciones debe oscilar entre 6 y 8 semanas. No
sión acumulada en las ansas. Esto provoca un obstante, antes de cada activación se aconseja
rápido cierre de las m ism as que no debe interpre­ observar clínicam ente para determ inar si es opor­

Fig. 3.56: Activación del arco DKL por tracción distal.


www.FreeLibros.me Segunda fase 157

tuno hacerla en ese m om ento. Las referencias a m olar (Fig. 3.57).


tener en cuenta son dos: que el arco no presente La diferencia fundam ental entre esta form a de
ningún tipo de curvatura de concavidad oclusal y activación y la que se realiza con tracción distal
que el canino haya recuperado su correcta incli­ consiste en la posición que asum e el sector ante­
nación. rior del arco (Fig. 3.58).
Cuando, transcurrido el tiempo indicado, se La tracción realizada por la ligadura en el
observe una m ínima curvatura o inclinación del ángulo distogingival del loop distal provoca una
canino hacia distal, el arco no deberá ser activado inclinación distal del mismo y con ello la incli­
nuevamente. Deberá esperarse hasta que ambas nación hacia gingival del sector anterior del DKL
situaciones se normalicen. con el consiguiente aumento del torque positivo.
Si las activaciones son más frecuentes no
darem os tiempo a que se realice la segunda fase Tiene varias ventajas:
de este m ovimiento de los dientes anteriores, es • M ejora la capacidad de recuperación del
decir, no se recuperará el torque de los incisivos ni torque de los incisivos superiores.
tam poco la correcta inclinación de los caninos. • Evita la extrusión del sector anterior.
• M oviliza el canino hacia distal m inim izando
B) Activación con ligaduras de acero: el efecto de retroinclinación coronaria.
• Reduce el efecto de intrusión en el sector la­
Otra form a de activar este arco es mediante teral y, asociado al m ovim iento intrusivo ante­
una ligadura m etálica que va desde el gancho del rior, m antiene nivelado el plano oclusal eli­
tubo vestibular del m olar hasta el ansa distal del m inando la necesidad de m ovim ientos de ida
DKL. y vuelta.
Se abren las ansas con una pinza de Weingardt Cuando es necesaria una retrusión de gran
y se consolida esta activación con la ligadura magnitud, la activación con retroligadura es la
m etálica. El arco DKL no se dobla por distal del más apropiada

Fig. 3.57: Activación del arco DKL con ligaduras de acero.


158 Segunda fase www.FreeLibros.me

Fig. 3.58: Activación del arco DKL con ligadura de


A acero.

A) La apertura de las ansas se consigue por la trac­


ción de la ligadura. El arco no se dobla por distal del
molar. La dirección de la tracción de la ligadura
modifica favorablemente el torque anterior del arco.

B) La retrusión tendrá un vector intrusivo y de


torque que tiende a lograr un movimiento en parale­
lo de los incisivos.

C) A medida que se produce la retrusión, el arco se


desliza hacia atrás.

D) Este tipo de activación reduce el efecto de


“arqueamiento” del DKL
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Segunda fase 159

2) El arco como elemento de anclaje


para instalación de módulos elásticos o
muelles espirales.

Se utiliza en casos especiales para favorecer la


m igración del sector posterior hacia mesial. El
arco en este caso debe perm anecer pasivo, con sus
ansas cerradas. Las distales serán utilizadas como
anclaje para los elem entos auxiliares, que tom arán
allí su punto de apoyo para aplicar las fuerzas a las
piezas dentarias del sector posterior que deseamos
m ovilizar (Figs. 3.59 y 3.60).

Fia. 3.60: Instalación de módulos elásticos en el


DKL.

Fig. 3.59: El DKL como dispositivo de anclaje para


módulos elásticos.

M odificaciones al arco DKL para retruir sin


torque

El m anejo del DKL tiene una variante cuando


el m ovim iento de retrusión se debe realizar sin
torque, m ovim iento planificado en escasas opor­
tunidades en el m axilar superior y, por el con­
trario, apto para la arcada inferior donde el m ovi­
m iento de retrusión del grupo anterior debe plan­ Fig. 3.61: La retrusión sin torque requiere eliminar
ificarse siem pre con una m ínim a o nula expresión los cantos en el sector anterior del arco.
160 Segunda fase
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del torque debido a las características anatóm icas

ñfl
del reborde alveolar inferior en dicho sector.
Para lograr esta retrusión sin torque se deberá
preparar el arco en el sector anterior desgastándo­
lo, con la finalidad de elim inar los cantos y con
ello la posibilidad de torquear las raíces (Fig.
3.61).
N o obstante, la form a y frecuencia de acti­
vación son iguales en am bos casos con el objeto
de evitar efectos secundarios de profundización
Fig. 3.62: Para retroinclinar incisivos superiores e
de la curva de Spee (Fig. 3.62). inferiores se trabaja con un arco desgastado en el
sector anterior para eliminar los cantos. La acti­
vación con ligadura procura no aumentar el over-
bite.
M od ifica cio n es al arco D K L para favorecer la
m igración m esial de los sectores p osteriores

En los casos donde la planificación indica que


los sectores posteriores deberán ser m esializados,
y especialm ente en aquellos donde no sea nece­
sario retruir los incisivos, el arco DKL no debe
expresar el torque negativo del sector posterior
porque aum entaría su anclaje.
Esto se logra m ediante el desgaste del arco por
distal de las ansas, con el objeto de elim inar los
cantos y reducir así la capacidad de expresión del
torque negativo de los tubos m olares y además,
reducir la fricción cuando se activa. Esta acti­
vación será realizada desde el prim er m olar (Fig.
3.63).
Otra m odificación que puede hacerse con la
misma finalidad que la anterior, es introducir un
torque positivo (alrededor de 15o) en los sectores
posteriores del arco. Esto lleva las raíces de los
m olares al hueso esponjoso, facilitando su m ovi­
lización hacia m esial, y está especialm ente indi­
cado para la arcada inferior (Figs. 3.64 y 3.65)
Cuando se debe realizar una m igración im por­ Fig. 3.63: Modificaciones al arco DKL en los casos
de anclaje mínimo. Un arco de mayor calibre (.021”
tante de los m olares inferiores es conveniente x .025”), eliminando los cantos en el sector poste­
rior facilita la migración mesial de los molares.
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Segunda fase 161

reforzar el anclaje de los incisivos inferiores. Se


puede utilizar un arco DKL de mayor calibre para
aum entar el torque anterior. Se elige entonces un
arco DKL .021” x .025”.
En este caso se realizará el desgaste de los
cantos en el sector posterior del arco; no es con­
veniente darle torque positivo posterior porque al
tener un calibre más alto aum enta la fricción y
dificultaría la m igración de los m olares hacia
mesial.

Errores más frecuentes en la mecánica


de retrusión

E rrores de a ctiva ció n

Los errores en la activación se producen siem ­


pre por exceso:
Se entiende por exceso de activación una
exagerada apertura de las ansas del arco o bien
una exagerada frecuencia de activación. Fig. 3.64: Modificaciones al arco DKL en los casos
A m bas provocan retroinclinaciones m uy m ar­ de anclaje mínimo. Un torque positivo en el sector
posterior disminuye el anclaje de los molares.
cadas del sector anterior que luego ofrecen una
mayor resistencia a la recuperación del torque.
Com o resultado de esto se produce un descon­
trol del m ovimiento dentario y la pérdida de los
objetivos del tratam iento. Los efectos adversos
son muy difíciles de solucionar y prolongan el
tiempo de tratam iento porque habrá que recupe­
rar la nivelación de los planos oclusales, y esto
m uchas veces se logra a expensas de abrir nueva­
mente espacios en la arcada.
La activación de un arco DKL provoca en un
prim er tiem po una inclinación distal de los cani­
nos y una retroinclinación de los incisivos, para en
un segundo tiem po recuperar la verticalidad de los
caninos y el torque de los incisivos.

Fig. 3.65: Torsión sobre el arco para introducir


torque radiculolingual inferior (torque positivo).
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162 Segunda fase

Fig. 3.66: El exceso de activación por una apertura


exagerada de las ansas o por una mayor frecuen­
cia, produce un efecto de retroinclinación de los
dientes anteriores con aumento de la sobremordida.
www.FreeLibros.me Segunda fase 163

Estos diferentes tipos de m ovim ientos realiza­ bos arcos, siem pre prim ero el arco inferior y
dos por el DKL requieren un tiem po prolongado luego el superior para m antener la relación ante­
para manifestarse. rior lograda.
El clínico debe tener precaución en la cantidad Cuando el clínico descuida esta relación ante­
de activación de las llaves del DKL, que debe ser rior y retruye los incisivos inferiores en exceso,
m uy m oderada para evitar una inclinación de la puede suceder que con la retrusión superior no
corona del canino hacia distal que afectaría a la alcance el objetivo de norm alizar el overjet y la
p arte anterior de la arcada provocando una Clase 1 canina.
extrusión de los incisivos (Fig. 3.66). Por esta razón, la secuencia para el cierre de
Por esta razón la activación no debe superar el los espacios en los casos de cuatro extracciones
m ilím etro en cada llave. será: realizar prim ero en form a coordinada la
Por otra parte, la activación dem asiado frecuente retrusión anterior y luego la m esialización de los
del arco DK L no perm ite que el canino recupere sectores posteriores en dos tiempos; prim ero en la
la inclinación norm al y dificulta la recuperación arcada inferior, hasta com pletarla, y por últim o en
del torque de los incisivos. Esta sobreactivación la superior (Fig. 3.67).
provoca un aum ento de la sobrem ordida por C on ello, se finaliza antes el cierre de los
extrusión de los incisivos. espacios en la arcada inferior, persistiendo espa­
El operador debe decidir el m om ento opor­ cios en la arcada superior que deberán cerrarse
tuno para hacer la activación, valorando el aspec­ m esia-lizando los m olares. Esta m aniobra se real­
to que presenta la arcada. Sólo podrá hacer una iza con facilidad y sin riesgos para la clase canina
nueva activación si observa una buena inclinación porque los incisivos superiores ya están consoli­
del canino y el arco no presenta ningún tipo de dados en su posición sagital por el entrecruza-
curva de concavidad oclusal. En condiciones nor­ m icnto vertical anterior.
males, la activación se efectúa cada seis u ocho A su vez, estos espacios superiores perm iten
semanas. rctruir los incisivos con el objeto de com pensar
cualquier desajuste a la relación anterior que se
E rro r en la sin c ro n iz a c ió n d e l cie rre de los haya provocado como consecuencia de la pérdida
espa cios de anclaje inferior, que con frecuencia expone los
incisivos inferiores a un m ovim iento de retrusión
Cuando se están retrayendo am bas arcadas, el (Fig. 3.67 E).
operador debe hacer esta m aniobra en form a coor­ Por estas diferencias de anclaje entre la arcada
dinada. superior e inferior en am bos sectores, es lógico
El prim er objetivo es alcanzar una relación de p en sar que si p retendiéram os realizar la
cntrecruzam iento norm al entre la arcada superior m igración m esial sim ultáneam ente en am bas
y la arcada inferior. Con esto se obtendrá tam bién arcadas, la com plicación m ás frecuente que obser­
la Clase I canina. En ocasiones este objetivo nos varíamos es obtener el cierre total de los espacios
obliga a trabajar sólo en la superior hasta alcan­ en una relación de Clase 11 y con aum ento del
zarlo y a partir de ese m om ento activarem os am ­ overjet (Fig. 3.69).
164 Segunda fase www.FreeLibros.me

Fig. 3.67: Sincronización en el cierre de los espacios en un caso de cuatro extracciones:

A) Al inicio del cierre hay un overjet aumentado y los caninos y molares están en leve Clase II.
El primer objetivo es la retrusión de los incisivos superiores y normalizar el overjet.
B) Una vez corregida la relación horizontal de los incisivos, se retruyen ambos sectores anteriores
simultáneamente.
C) El tercer paso es la mesialización de los molares inferiores para cerrar totalm ente los espacios en la arca­
da inferior.
D) Por último se mesializan los molares superiores y se consolida la Clase I molar.
E) Si al mesializar los molares inferiores (paso C) se retruyen levemente los incisivos inferiores, la perma­
nencia del espacio superior permitirá ajustar la clase canina y el overjet con una retrusión de los incisivos
superiores para finalizar luego de cerrar el espacio remanente con la mesialización del sector posterior.
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Segunda fase 165

Fig. 3.68: Mala sincronización en el cierre de los


espacios:

A) El mismo caso de la figura 3.67, de cuatro


extracciones, que al inicio del cierre de los espacios
presenta una relación de Clase II leve y overjet
aumentado.
B) Un cierre simétrico en ambas arcadas consoli­
dará una Clase II con overjet aumentado.

Fig. 3.69: Mala sincronización en el cierre de los


espacios:

A) Clase I con overjet aumentado. Comienza el tra­


bajo del DKL con retrusión superior.
B) Una vez corregido el overjet se retruyen ambos
sectores anteriores.
C) La mesialización molar superior e inferior se
hace simultáneamente.
D) Por razones de anclaje al realizar esta maniobra
se retruyen levemente los incisivos inferiores.
E) Al haber cerrado los espacios en la arcada supe­
rior también es imposible realizar una retrusión
compensatoria en esta arcada, y el caso finaliza con
una relación de Clase II y overjet aumentado.
166 Segunda fase www.FreeLibros.me

E rro r en el c o n tro l v e rtic a l a n te rio r

En ocasiones se puede intentar alterar el orden


de las m aniobras terapéuticas y pretender retruir
la arcada superior sin haber solucionado con
antelación algún problem a vertical del los inci­
sivos superiores o inferiores.
Al intentar la retrusión, los incisivos inferiores
entrarán en contacto con el cíngulum de los inci­
sivos superiores evitando el m ovim iento de
retrusión y aum entando el anclaje del segmento
anterior. Esta situación impide la colocación de
los caninos en Clase I y provoca la pérdida del
anclaje en la arcada superior (Fig. 3.70).

U tiliza ción de un DKL de d im e n sio n e s in c o ­


rrectas

La aparición de diastem as en el sector ante­


rior se produce por la utilización de arcos DK L de
m edidas incorrectas.
Si se utiliza un arco de mayor m edida que lo
apropiado, el ansa mesial se apoyará en el brack-
et del canino por mesial.
Al realizar la activación se abrirá sólo la llave
distal, pero la llave mesial, si bien no se abre,
recibirá la tensión de la activación y el brazo dis­
tal de la llave mesial presionará al bracket del
canino, que se distalará en form a aislada. Esto
producirá la aparición de diastem as en el sector
anterior (Fig. 3.71).

Fig. 3.70: A) Intento de retrusión de los incisivos


superiores en un caso sin nivelación del plano
oclusal inferior. B) La traba que ejercen los incisivos
inferiores imposibilita el movimiento. C) La acti­
vación se deriva a la pérdida del anclaje posterior.
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Segunda fase 167

Fig. 3.71: Mala elección del tamaño del DKL. Si es mayor que el adecuado las ansas mesiales contactan
con el bracket del canino y la activación del arco provocará su distalamiento, creando un diastema por mesial
de dicha pieza.
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168 Segunda fase

Variantes de los movimientos sagitales


• Retrusión sin torque
• Retrusión con torque
• Anclaje máximo
• Anclaje moderado
• Anclaje m ínimo

ARCADA SUPERIOR

Retrusión sin torque

Para realizar este movim iento de retroincli-


nación, el arco debe ser de sección redonda para Fig. 3.72: Movimiento de retrusión sin torque.

que pueda rotar libremente dentro de la ranura


(Fig. 3.72). Se prepara seleccionando el tamaño
correcto de DKL y con un disco abrasivo, con una
piedra para desgastar m etales o por m étodos elec­
trolíticos, se elim inan los cantos del sector com ­ Retrusión con torque
prendido entre am bas ansas mesiales.
Para lograr el control total de la arcada, los En aquellos casos en que está planificado
sectores posteriores se m antienen con su sección hacer una retrusión con torque, la acción de la
rectangular de .019” x .0 2 5 ”. sección rectangular del arco sobre la ranura del
Las activaciones se deben hacer con interva­ bracket es de gran importancia.
los de 45 a 60 días y la cantidad de activación es Si bien el calibre del arco puede ser conside­
de 1mm de apertura de las ansas. Com o en estos rado suficiente para ejercer un control de la posi­
casos no se da torque al sector anterior, se podría ción radicular, al ser activado se produce en un
pensar que las activaciones pueden realizarse con prim er m om ento una respuesta de verticalización
mayor frecuencia y magnitud; sin embargo debe­ de los incisivos. Bastará sólo una ligera presión en
rá tenerse la m ism a precaución señalada anterior­ la cara palatina del alvéolo a nivel cervical para
mente con la finalidad de perm itir la recuperación que los incisivos se verticalicen y con ello el arco
de la inclinación del canino y evitar así la exage­ tienda a flexionarse tornándose levem ente cónca­
rada extrusión de los incisivos y el arqueamiento vo en sentido oclusal.
del DKL. En este m om ento se estim ula el trabajo del
Otro recurso para evitar la extrusión del sector torque en la ranura de los incisivos y habrá que
incisivo que generalm ente acom paña al movi­ esperar que este torque se m anifieste a lo largo del
m iento de retrusión, es la activación del arco con alvéolo.
retroligadura.
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Segunda fase 169

Se recuperará así la nivelación del arco.


A partir de este m om ento estará en condi­
ciones de ser activado nuevamente. Para que este
m ovim iento se realice con éxito es sumam ente
im portante respetar períodos más prolongados
entre las sucesivas activaciones.
La form a m ás efectiva de evitar la flexión del B
arco y la pérdida del torque, es realizar las activa­
ciones desde el ansa distal con la retroligadura de
acero (Fig. 3.73 A). De esta form a podem os m an­
tener el torque de los incisivos aun realizando t
grandes retrusiones.
Si la planificación nos señala acentuar el
torque radiculopalatino, es aconsejable trabajar
con brackets que tengan un torque positivo mayor.
De todos m odos, la m anipulación sobre la sec­
ción anterior del arco para aum entar el torque po­
sitivo entre las ansas m esiales, no ofrece ninguna
dificultad y constituye otro recurso m ecánico para
optim izarlo (Fig. 3.73 B).
Fig. 3.73: Movimiento de retrusión con torque en la
Estos m ovim ientos de retrusión con torque
arcada superior.
sólo son posibles de realizar en la arcada superior, A) Activación del DKL con ligadura.
debido a que la conform ación anatóm ica del B) Aumento del torque del sector anterior del arco.

reborde alveolar perm ite este tipo de m ovim ien­


tos.

Anclaje máximo El anclaje posterior consistía en el prim er


m olar más un premolar.
Se considera anclaje m áxim o cuando el La técnica que utilizam os presenta caracterís­
movimiento de retrusión es: 3 a 1 ó 4 a 1 respec­ ticas m uy diferentes:
to de la mesialización posterior • Coloca bandas en prim eros y segundos
molares.
La ortodoncia tradicional dividía el sector • N o fracciona el sector anterior para la
anterior con el objetivo de facilitar su retrusión, retrusión.
dism inuyendo las exigencias sobre el anclaje de Considerando un caso de anclaje m áxim o, lo
los sectores posteriores. prim ero es favorable porque al activar el arco
Se distalaban en un prim er tiempo los caninos desde el segundo m olar se aumenta la superficie
y luego los cuatro incisivos. radicular del anclaje posterior; pero lo segundo no
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Anclaje Máximo Superior

Retroinclinación

Fig. 3.74
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Segunda fase 171

Anclaje Maximo Superior

Fig. 3.75

lo es, porque al realizar la retrusión del sector tienen una m enor im plantación radicular. Sin
anterior de canino a canino en un solo tiempo embargo la instalación de barra palatina en ambos
aum enta el anclaje anterior. m olares superiores refuerza suficientem ente el
H em os analizado los factores que intervienen anclaje para lograr la retrusión en bloque del sec­
en las características del anclaje en los diferentes tor anterior sin m igración m esial del sector poste­
sectores. En particular, en la arcada superior, si rior. Las barras deberán tener la activación de
bien la superficie radicular del sector posterior es rotación distal y torque descriptas en el capítulo
mayor que la del sector anterior, no lo es en la correspondiente (Fig. 3.75).
m ism a proporción que en la arcada inferior. La activación puede realizarse por tracción o
Por otra parte, la proxim idad de los m olares por retroligaduras pero siem pre desde el segundo
superiores con la cortical vestibular es m enor que m olar (Fig. 3.74).
en la zona de los m olares inferiores, y si a esto En aquellos pacientes que presentan una curva
sum am os que la relación interincisiva genera una de Spee posterior m uy m arcada y overbite dis­
mayor resistencia a la retrusión de los incisivos m inuido -donde com o hem os visto, no es posible
superiores, vemos que los riesgos de pérdida de incluir al segundo m olar en el arco vestibular
anclaje son mayores en el m axilar superior que en porque generaría una extrusión que pondría en
la m andíbula, y será mayor aún en pacientes de riesgo la relación vertical anterior- no podrá
m usculatura débil, de biotipo dolicofacial, que realizarse la activación del DKL desde el segundo
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172 Segunda fase

Anclaje
Máximo Superior
(activación desde primer molar)

A-Po

Fig. 3.76: Anclaje máximo en casos de curva de Spee posterior, donde el arco vestibular se trabaja hasta
primer molar.

molar. Será conveniente entonces trabajar con


barras palatinas en el prim ero y segundo m olar
ligadas entre sí a nivel de los anclajes palatinos
para que el segundo m olar participe activam ente
en el anclaje posterior, aunque la activación se
haga desde el prim er m olar (Fig. 3.76).
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Segunda fase 173

Fig. 3.77: Anclaje máximo superior en un caso de


dos extracciones superiores, con incisivos muy ver­
ticales. Se trabaja retruyendo con ligadura para
mejorar el torque anterior, desde el segundo molar
utilizando doble barra palatina.

Anclaje moderado sión deseada, y luego perder anclaje con la


m ism a m etodología aplicada en el anclaje mí­
Se considera anclaje moderado cuando el nimo (Figs. 3.78 y 3.79).
movim iento de retrusión es sim ilar al de mesia-
lización posterior. Considerando la relativa facilidad con que se
m esializan los sectores posteriores en el maxilar
La necesidad de m esialización parcial de los superior, resultará entonces la segunda opción la
sectores posteriores conjuntam ente con un m ovi­ que entrañe m enores riesgos. Habrá que tener en
miento de retrusión de los incisivos nos presenta cuenta cuando haya que perder anclaje si se ha
varias alternativas m ecánicas: establecido una correcta relación de overbite ante­
rior. En caso de overbite insuficiente no es acon­
1- Activación que incluya los dos m olares sejable utilizar elem entos de tracción anclados en
pero sin ningún refuerzo de anclaje. las ansas porque podrían derivar fuerzas a los
Esto perm itirá alguna m esialización de los incisivos, retruirlos m ás y crear una relación
sectores posteriores sim ultáneam ente con la borde a borde entre los incisivos. Se elige
retrusión. entonces la m ecánica de resortes de presión y
2- Trabajar el caso en condiciones, prim ero, tracción.
de m áxim o anclaje hasta com pletar la retru­
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174 Segunda fase

Anclaje Moderado Superior


(en dos tiempos)

1er. T iem po: Retrusión

A-Po

2do. Tiem po: Mesialización posterior con resortes


de presión

2do. T iem po: Mesialización posterior


por tracción

A-Po A-Po

Fig. 3.78
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Anclaje Moderado Superior

A-Po

Fig. 3.79
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176 Segunda fase

Anclaje Mínimo Superior

Con re so rte s de p re s ió n y tra c c ió n Con cadena e lástica

A-Po

Fig. 3.80
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Segunda fase 177

Anclaje mínimo cionar el m ódulo elástico, se genera una alta


carga sobre el molar, que sufrirá una incli­
Se considera anclaje mínimo cuando la nación hacia m esial. Com o este m ódulo se
mesialización posterior es 3 a I ó 4 a I respecto degrada con el transcurso de los días, la carga
a la retrusión. dism inuye y perm ite la recuperación de su
correcta inclinación.
En estos casos, generalm ente se ha optado por Aquí el arco DKL no trabaja com o m uelle, no
la extracción del segundo premolar. se abren las ansas, sino que éstas actúan como
Son casos que requieren m esializaciones de un poste para el anclaje de los m ódulos, y se
los sectores posteriores con poca o ninguna está utilizando un concepto de mecánica de
retrusión del sector anterior. deslizam iento del sector posterior para el
Podem os utilizar el arco D K L de varias for­ cierre del espacio.
mas: El segundo m olar acom paña al prim ero en su
m ovim iento mesial por efecto de las fibras
1- Activación distal desde el prim er molar. transeptales, pero a veces pueden crearse
Tiene por objeto dism inuir la resistencia del pequeños diastem as entre los m olares, que se
anclaje posterior. Para facilitar aún más la cerrarán m esializando el segundo m olar de la
m igración mesial puede recurrirse al desgaste m ism a form a que el primero.
de los sectores posteriores del arco con el Estos m ódulos elásticos deben ser reem plaza­
propósito de favorecer el deslizam iento. A dos cada tres sem anas para conseguir un buen
nuestro juicio, esta m aniobra puede facilitar cierre de los espacios. Cam biarlos con dema­
una inclinación mesial indeseada del m olar siada frecuencia provocaría un exceso de
que requerirá un trabajo adicional de recu­ inclinación del m olar que d ificu ltaría su
peración después de cerrados los espacios. desplazam iento mesial. A dem ás, com o en casi
Generalm ente el segundo m olar acom paña al todas las m aniobras ortodóncicas, el exceso en
prim ero en la m igración debido a la acción de la m agnitud y/o en la frecuencia de la activa­
las fib ra s transeptales; sin em bargo este ción puede provocar m ovim ientos parásitos e
m ovim iento es descontrolado y puede provo­ indeseados que entorpecen el objetivo de pér­
car una m alposición del segundo m olar . dida del anclaje.

2- U tiizar el DKL como dispositivo de ancla­ 3- M ovim iento individual de las piezas poste­
je para traccionar las piezas posteriores (Fig. riores m ediante m uelles de espiras abiertas
3.80 A). ubicados por distal del diente a m esializar
Con el arco instalado hasta el segundo molar, (Fig. 3.80 B).
se colocan m ódulos clásticos desde la segunda Con esta m ecánica se presiona en prim er lugar
ansa hasta el hook del prim er molar, ten- el segundo prem olar, si la extracción realizada
sionándolos pero sin que lleguen a producir fue la del prim ero,y luego el prim er molar.
una apertura de las ansas del DKL. Al trac­ Por últim o, se consolidará toda la arcada
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178 Segunda fase

desde un prim er m olar a su hom ólogo del lado anatom ía radicular confiere a los sectores poste­
opuesto con ligadura continua de acero, y se riores una estabilidad difícil de alterar. Por otra
traccionará el segundo m olar con m ódulos de parte, las características anatóm icas del reborde
resortes de espiras cerradas o cadena elástica. alveolar inferior, estrecho y con poco hueso
esponjoso marca la otra gran diferencia en el
ARCADA INFERIOR anclaje. Debido a su torque radiculovestibular, en
la arcada inferior las raíces de los m olares se
Retrusión encuentran en íntima relación con la cortical
vestibular, muy engrosada por la línea oblicua
Debido a la m orfología del reborde alveolar externa. Estas características configuran un ancla­
inferior, el m ovimiento de retrusión factible en je natural que es mayor aún en los pacientes
esta arcada es de rctroinclinación o retrusión sin braquifaciales.
torque. La utilización de arcos DKL de calibre .019”
Esta característica crea la necesidad de elim i­ x .025” perm ite m antener o aum entar el torque
nar los cantos del arco en la sección anterior de negativo y refuerza las condiciones de ese ancla­
los DKL, en los casos que requieran una retrusión je.
de cierta m agnitud. Para realizar pequeños movi­ Considerando estas características, es fácil
mientos no será necesaria esta m odificación com prender que la arcada inferior es m uy apta
Si se requiere un control vertical de los inci­ para el logro de un efectivo anclaje máximo.
sivos evitando su extrusión, se trabajará con retro- En los casos que tenem os planificado hacer
ligadura. Los casos que no necesiten este control una retrusión de incisivos con m áxim o anclaje
o en los que se deban realizar retrusiones de bastará con prolongar el DKL hasta el segundo
escasa m agnitud pueden trabajarse con tracción m olar para su activación y se alcanzará el objeti­
distal del arco. vo planificado (Fig. 3.81).

Anclaje Máximo

Al igual que en la arcada superior, los sec­


tores posteriores de la arcada inferior ofrecen un
anclaje mayor que el sector anterior cuando se
exponen a la activación de un arco DKL. Pero, en
la arcada inferior la diferencia del anclaje poste­
rior dada por las áreas radiculares expuestas al
movimiento en relación al anterior, es todavía
mayor que en la arcada superior. Los molares
inferiores poseen grandes raíces que se oponen al
movimiento, m ientras los incisivos tienen las
raíces más pequeñas de la boca. Esta diferencia de
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Segunda fase 179

Anclaje Máximo Inferior

A-Po

Fig. 3.81
180 Segunda fase
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Esta preparación del torque es especialm ente


Anclaje moderado im portante en el paciente braquifacial que presen­
ta naturalm ente un gran anclaje cortical.
En un caso de anclaje m oderado, deberíam os Debido a la precariedad de la estabilidad del
desarrollar una m ecánica de m áxim o anclaje, segmento anterior, no es conveniente utilizarlo
hasta alcanzar los objetivos deseados para el seg­ com o unidad de anclaje. Un procedim iento de
mento anterior (overjet) y luego cam biar el pro­ pérdida de anclaje posterior basado en este crite­
cedim iento a m ínim o anclaje. rio, consiste en la utilización de m uelles espirales
En realidad, el anclaje m oderado resulta una abiertos que se colocarán entre el tubo del prim er
com binación entre anclaje m áxim o y anclaje mí­ m olar y el bracket del segundo prem olar cuando
nimo. En la arcada dentaria inferior, debido a la estuviese presente, y posteriorm ente entre ambos
desproporción entre anclaje anterior y posterior, molares.
m anejar de esta m anera el anclaje moderado Sólo cuando el molar, debido a la acción de
obliga a extrem ar los cuidados para no producir este m uelle, form e parte del grupo dentario ante­
una excesiva retrusión de los dientes anteriores en rior, se utilizarán m ódulos elásticos para m esia­
el m om ento de perder anclaje, siendo aconsejable lizar el segundo, previa ligadura conjugada del
hacerlo entonces con m uelles de espiras abiertas segmento opuesto.
para ejercer presión por distal de las piezas a O tra form a de m anejar el caso de anclaje m í­
m esializar y evitar la utilización del frágil sector nimo inferior es utilizar el DKL com o dispositivo
anterior como punto de apoyo (Fig. 3.83). de anclaje para traccionar los sectores posteriores,
Creem os tam bién adecuado cerrar los espa­ como fue descripto en el m axilar superior. Dadas
cios estim ulando la m igración m esial de los las características topográficas de la m andíbula,
m olares desde un prim er m om ento, activando el es conveniente dar al sector posterior del arco, por
DKL desde el prim er molar, y después de lograr distal de las ansas, un leve torque positivo para
la retrusión deseada, utilizar los m ecanism os para alejar las raíces de la cortical vestibular y facilitar
la m esialización del molar. la m igración m esial de estas piezas.
Es conveniente tam bién aum entar la resisten­
Anclaje mínimo cia al desplazam iento del sector anterior. Esto se
podrá realizar utilizando un arco DKL de mayor
En los casos en que se planifica anclaje m íni­ calibre (.021” x .025”). En este caso se desgastan
mo generalm ente el diente extraído es el segundo los cantos del sector posterior del arco para dis­
premolar. En la arcada inferior, se hace necesaria m inuir el anclaje de los m olares y facilitar el
una preparación previa de los sectores posteriores m ovimiento mesial.
con el objeto de facilitar la pérdida de anclaje.
Esto consiste en trabajar previam ente a la
instalación del DKL con arcos con un leve torque
positivo en el sector posterior. Se llevan así las
raíces a la zona esponjosa.
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Segunda fase 181

Anclaje Moderado Inferior


(en dos tiempos)

2do. T iem po: Mesialización


posterior con resortes

1er. T iem po: Retrusión desde


primer molar

A-Po

A-Po

Fig. 3.82
182 Segunda fase
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Anclaje Mínimo Inferior

co n cadena e lástica

f \ i V
' ' ...... .
i . /

/ ///

A-Po A-Po

F ig . 3.83
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Segunda fase 183

es prioritario corregir en el prim er m om ento del


Activación unilateral del Arco DKL cierre de los espacios.
El arco debe estar instalado siguiendo las indi­
Existen alternativas clínicas en las cuales es caciones de rutina, pero se abrirán las ansas sólo
necesario realizar una m aniobra asim étrica de del lado donde se requiere su acción, con la acti­
cierre de espacios, y requieren por lo tanto la acti­ vación que sea conveniente. Del lado contralater­
vación unilateral del arco DKL. al, el arco deberá ajustarse por distal del tubo para
Esto sucede cuando el espacio se encuentra im pedir el desplazam iento del arco en las ranuras
sólo en una hem¡arcada, com o consecuencia de hacia el lado activado. Si esto sucediera, se pierde
una extracción unilateral o cuando, habiendo rea­ el efecto hasta que se produzca el contacto de
lizado dos extracciones, por asim etrías de la arca­ alguna de las ansas con un bracket. El arco que­
da nos encontram os al prom ediar la segunda fase dará descentrado, afectará la forma general de la
con espacio sólo en una hem iarcada. arcada y se derivarán fuerzas a determ inadas pie­
En otros casos, existiendo espacios bilatera­ zas por el contacto ansa-brackct. que provocarán
les, persiste una desviación de la línea m edia que m ovim ientos indeseados.

Fig. 3.84: Indicación de activación unilateral del DKL. Caso con extracciones bilaterales y con desviación de
línea media. Se activará del lado opuesto a la desviación hasta centrar la línea media. Una vez centrada, se
seguirá trabajando el cierre del espacio en forma simultánea.
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184 Segunda fase

Fig. 3.85: Paciente con extracción unilateral, cuando comienza el cierre de los espacios. Se realiza la acti­
vación del DKL sólo del lado de la extracción.

Control de las arcadas durante el cierre


de los espacios la hora de cerrar los espacios rem anentes es prior­
itaria la obtención de la Clase I canina.
El clínico debe m anipular las arcadas de En ocasiones, para lograr este objetivo, es
forma tal, que pueda conseguir lo m ás rápida­ necesario detener el trabajo en una de las arcadas.
mente la Clase I canina. Esto significa que puede Solo cuando los caninos están en Clase I y las
trabajar indistintam ente la arcada superior o la líneas m edias centradas, continuam os el cierre de
inferior en diferentes tiem pos m ecánicos, pero espacio de form a sim étrica y coordinada, tenien­
debe controlar el m ovim iento con la finalidad de do la precaución de no perder esta relación canina
obtener lo antes posible la relación canina. durante la m aniobra.
En cualquier caso, sea éste Clase I dentaria Una vez garantizada una correcta relación
con cuatro extracciones o en las Clases II con canina los objetivos oclusales funcionales estarán
extracciones superiores solam ente, la secuencia prácticam ente alcanzados.
m ecánica es independiente en cada arcada. No es Los gráficos referidos a la sincronización del
necesario que exista una correlación en las cierre de los espacios resultan útiles para ilustrar
secuencias de arcos superiores e inferiores. Pero a este tema, por lo que aconsejam os su revisión.
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Segunda fase 185

Activaciones adicionales para el control


de la nivelación de la arcada

Independientem ente de las activaciones desti­


nadas al cierre de los espacios, pueden realizarse
tam bién con este mismo arco, otras destinadas a
evitar la extrusión y verticalización del grupo
incisivo.
Con esta finalidad, se ligan entre sí las ansas
de ambos lados del arco. Esto produce un efecto
de intrusión y aum ento del torque positivo en el
grupo incisivo (Figs. 386 y 3.87).
Debe m antenerse la tracción del arco m edian­
Fig. 3.86: La ligadura de las ansas del DKL produce
te el doblez distal. Si se hiciera sólo el ligado de
un torque positivo en el segmento anterior del arco.
las ansas, sin el agregado de esta tracción distal, el
efecto obteni-do sería una proinclinación de los
incisivos y se abrirían diastem as por detrás de los
incisivos laterales.

Fig. 3.87: Activación del arco DKL superior para nivelar la arcada. Ligadura de las ansas.
186 Segunda fase www.FreeLibros.me

Cierre de los espa cios en un caso de tres


extracciones.

Del lado derecho se ha realizado la extracción del


primer premolar superior y se comienza la acti­
vación del DKL desde el segundo molar sin barras
palatinas.

Una vez que se obtuvo la Clase I canina, se deberá


preparar el arco con desgaste en el sector posterior
para favorecer la migración mesial de los sectores
posteriores.

Se trabaja activando las ansas con retroligadura.

Una vez cerrados totalmente los espacios se fina­


liza la segunda fase consolidando el cierre de los
espacios con una ligadura continua de segundo m o­
lar a segundo molar.
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Del lado izquierdo, se ha realizado la extracción del


primer premolar superior y segundo premolar infe­
rior. Se debe mantener la posición del incisivo infe­
rior, por lo que habrá que mesializar los molares
inferiores, y en la arcada superior, después de ajus­
tar la Clase I canina, perder anclaje.

En un primer momento se trabaja mesializando el


primer molar inferior con resortes entre primer y
segundo molar, activando el DKL superior desde
segundo molar.

Una vez cerrados los espacios inferiores se busca


ajustar la clase canina retruyendo el sector antero-
superior y por último se mesializan los molares
superiores.

Una vez cerrados totalmente los espacios se fina­


liza la segunda fase consolidando el cierre de los
espacios con una ligadura continua de segundo
molar a segundo molar.
188 Segunda fase
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ARCO DE PROTRUSIÓN

La observación de las áreas de superposición


nos indica algunas veces la necesidad de un
m ovimiento protrusivo en una o ambas arcadas
(Fig. 3.88).
Se debe analizar entonces qué tipo de m ecáni­
ca será necesario desarrollar para obtener dicho
movimiento. Según las características del caso, en
algunos de ellos se podrá realizar en la primera
fase y en otros, durante la segunda fase. A-Po
La protrusión en la prim era fase se produce en
los casos sin extracciones que presentan apiña­
miento anterior. La alineación de estos sectores
con arcos flexibles o superelásticos redondos,
produce espontáneam ente su protrusión por efec­
to del anclaje recíproco (Fig. 3.89).

A-Po

A-Po

Fig. 3.89: Protrusión que se realiza en la primera


Fig. 3.88: Áreas de superposición que indican pro­ fase por la solución de los apiñamientos en un caso
trusión de los incisivos sin extracciones.
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Segunda fase 189

En la segunda fase, cuando con los dientes


perfectam ente alineados se hace necesario el a-
vance de uno o ambos sectores anteriores, la pro­
trusión debe realizarse con arcos activos construi­
dos a tal fin.
En este capítulo, nos referirem os a los arcos
de protrusión utilizados en segunda fase, que tie­
nen las siguientes características:

A) Arco Utilitario para protrusión


Fig. 3.90: Arco utilitario con efecto de protrusión. La
marca para el escalón posterior se realizará por dis­
Se trata de un arco utilitario convencional tal de la entrada del tubo molar.

construido con una longitud mayor que la distan­


cia existente entre m esial del tubo del prim er
m olar de un lado y el de su hom ólogo del lado
opuesto, con el objeto de provocar en él una li­
gera deform ación cuando se lo coloca en el fondo
de la ranura de los brackets de los incisivos y con
ello generar una acción protrusiva (Figs. 3.90 y
3.91).
Com o este arco se construye en alam bre .016”
x .022”, tiene cierto grado de rigidez y puede
desarrollar un nivel de carga alto. Por ello su acti­
vación debe ser m uy controlada, el exceso de lon­
gitud debe provocar una separación del sector
anterior no mayor de 2 mm, m edidos desde el
fondo de la ranura de los brackets de incisivos
hasta el sector anterior del arco.

Fig. 3.91: Arco utilitario con activación de pro­


trusión.
A) Se dimensiona el arco con un exceso de longitud
de aproximadamente 2 mm.
B) Ligado en los incisivos.
C) La recuperación de la forma del arco protruye los
incisivos.
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190 Segunda fase

Fig. 3.92: Arco de protrusión. A) Presentado en la arcada sin activación, con los resortes pasivos.
B) Activación de los resortes. C) Prueba de la activación del arco. D) El arco instalado y ligado en el sector
anterior ejerce fuerza de protrusión.
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Segunda fase 191

B) Arco de protrusión M anteniendo el arco en esa posición con pre­


sión digital, se desliza el conjunto tope-resorte
El esquem a de la figura 3.92 m uestra la form a hacia distal hasta que el resorte contacte con el
del arco. El sector anterior es igual al del arco uti­ extremo m esial del tubo , m anteniendo su longi­
litario, los escalones anteriores son más altos y los tud exacta. Se hace una m arca con lápiz por
segm entos posteriores son rectos. m esial del tope con el propósito de controlar la
Estos extrem os se insertan en el tubo auxiliar cantidad de activación. Se desliza el tope hacia
(gingival) de las bandas superiores y/o inferiores. distal com prim iendo el resorte aproxim adam ente
La mayor altura de los escalones m esiales está 2 m m por lado y se ajusta.
destinada a evitar el contacto con las aletas gingi­ Este arco desarrolla una carga m enor que el
vales y los ganchos de los brackets de los dientes descripto anteriorm ente porque la fuerza está pro­
de los sectores laterales ducida por resortes NiTi de bajo nivel de fuerza.
Antes de su instalación, se colocan en el arco No obstante esto, no debe darse a los resortes una
un tope roscado y un resorte superelástico de cada activación mayor que la señalada, con la finalidad
lado, de m anera que el resorte quede apoyado en de tener un mayor control sobre la cantidad de
el tubo m olar y el tope roscado sin fijar. Se colo­ protrusión.
ca el arco en boca y se liga el arco en el sector
anterior.

Fig. 3.93: Arco de protrusíón superior. Como los


caninos están elevados, se modifica el sector late­
ral del arco para salvar los brackets realizando un
escalón poco marcado que no interfiera con la acti­
vidad del arco.
192 Segunda fase www.FreeLibros.me

Es aconsejable realizar este m ovim iento con m olar y canino, luego entre segundo y prim er pre­
un doble arco para m antener el control vertical del m olar y así sucesivamente.
segmento anterior, por ello se coloca un arco de Si, debido al calibre del arco redondo se pro­
acero redondo de 0.16” ó 0.18” com partiendo dujera alguna inclinación, esto no ocasiona nin­
ranura a nivel de incisivos y en el tubo principal gún problem a porque, por una parte, la inclina­
de los molares. ción que sufre el canino se produce en la dirección
Una vez protruidos los incisivos, se generan prevista en la aparatología preajustada, y por la
diastemas entre las piezas de la arcada y será otra, si se necesitara una corrección de dichas
necesario m esializar los sectores laterales (Fig. inclinaciones, las m aniobras m ecánicas desti­
3.94). nadas a corregirlas son sum am ente sim ples ya que
Se utiliza m ecánica de deslizam iento con al progresar en la secuencia de arcos se realizarán
resortes espirales com prim idos entre prim er pre­ en form a autom ática.

Fig. 3.94: Mesialización completa de una arcada. A) Protrusión de los incisivos. B, C, D y E) Trabajando con
resortes de presión, se mesializan caninos y premolares. Una vez migrado cada diente se consolida al sec­
tor anterior con ligadura de acero continua. F) Se cambian los arcos por un arco continuo para mesializar el
primer molar por presión. G y H) El segundo molar se trabaja con resortes de tracción.
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C A PÍT U LO

4
TERCERA FASE
FINALIZACIÓN Y CONTENCIÓN

Introducción
Procedimientos clínicos auxiliares
Maniobras clínicas y mecánicas que se realizan en la tercera fase
Contención y estabilidad postratamiento
Posicionador elástico
Ajuste oclusal
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Tercera fase
Finalización y contención

INTRODUCCIÓN m edidas prom edio sobre las cuales fue diseña­


da y program ada la aparatología de arco recto.

En esta últim a fase del tratam iento ortodónci- • Precisión en los controles y en las activa­

co se realizan m aniobras clínicas y m ecánicas que ciones de la aparatología durante el trata­

perm iten rectificar las posiciones dentarias indi­ miento.

viduales en los tres planos del espacio y optim izar Esta técnica ha reducido considerablem ente el

la relación interoclusal para el logro de los obje­ tiempo de intervención “artesanal” del orto-

tivos funcionales. doncista, pero no sucede lo mismo con el

Como hemos visto en los capítulos prece­ tiem po destinado a un estricto y preciso con­

dentes, en la prim era y segunda fase se realizaron trol clínico y visual que deberá realizarse en

m ovim ientos dentarios tridim ensionales de dife­ cada consulta y que tendrá como finalidad la

rente rango y dificultad. A esta situación se debe corrección perm anente de los errores que se

el hecho de que, al final de la segunda fase, los vayan observando desde el com ienzo del

objetivos alcanzados en un caso difieran de los tratam iento, evitando su acum ulación u otras

alcanzados en otro. veces su persistencia hasta estadios mas avan­

Esta disparidad que a veces puede ser consi­ zados del mism o.

derable, puede deberse a varios factores, entre los • Respuesta del paciente a la m ecánica.

que podem os señalar los siguientes: Ya nos hemos referido a las diferentes reac­
ciones al tratam iento en relación al biotipo

• M agnitud de los m ovim ientos realizados. facial.

Esto está en relación directa con las posi­ Por ejem plo, en los pacientes dolicofaciales

ciones originales de los dientes, o lo que es lo cuya m usculatura es m ás débil, se producen

m ism o, con la severidad de la anomalía. durante el tratam iento m ovim ientos parásitos

• Exactitud en la colocación de bandas y en una mayor proporción que en los braquifa-

brackets. ciales.
Si bien en este punto no pueden soslayarse la Los factores arriba m encionados tendrán una

habilidad y experiencia del profesional, deben relación directa con la mayor o m enor dificul­

considerarse las dificultades que presentan las tad de los procedim ientos a realizarse en esta

m alposiciones originales de los dientes y las tercera fase.

variaciones de form a y tam año de las piezas Resum iendo, cuanto m ás depurados sean los

dentarias del paciente, con respecto a las objetivos alcanzados en las fases anteriores,

195
196 Tercera fase
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menos com plejas serán las m aniobras requeridas Estos elem entos nos perm itirán estudiar dife­
en ésta. rentes aspectos del caso, com o verem os a conti­
Por estas razones creem os que es un error nuación:
asignar a la tercera fase plazos determ inados de 4,
5 ó 6 meses, porque el período necesario para su A) En los m odelos m ontados en a rtic u la d o r
finalización presentará variantes en cada caso.
Al obtener los m odelos con im presiones
Procedimientos clínicos auxiliares hechas en bocas que tienen la aparatología insta­
lada, se dificulta la apreciación de las caras
Cuando la observación clínica del caso nos vestibulares de los dientes, no así la de las caras
indica que la segunda fase está llegando a su fin, linguales, oclusales y bordes incisales.
deben realizarse los siguientes procedimientos: Las dos últim as constituyen una referencia
m uy im portante para m ejorar la finalización del
• M ontaje en articulador. caso que se realiza en esta fase.
• Radiografía panorám ica. Se deberán observar los m odelos separada­
• Telerradiografía y trazado cefalom étrico. mente y en oclusión en posición de RC, utilizan­

Fig. 4.1 : Paciente en el inicio de la tercera fase de


un tratamiento con cuatro extracciones. Se instaló
un arco trenzado rectangular en el maxilar superior,
con ligadura continua de molar a molar. La arcada
inferior se consolida con un arco de acero .019” x
.025” .
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do papel de articular de 8 m ieras para el registro los cuales se optó por una solución ortodóncica,
de los puntos de contacto. se puede presentar al alcanzar esta etapa, una falta
Este análisis oclusal estudia las posiciones de coordinación que podríam os calificar de “posi-
individuales de los dientes en relación a la cional” en sentido transversal. Es decir, existe un
oclusión obtenida y nos indicará las m aniobras leve desplazam iento de un arco con respecto al
clínicas a realizar en esta tercera fase, destinadas otro, con la consiguiente diferencia en el overjet
a optim izar ambos aspectos. de los caninos y en la relación interoclusal dere­
cha e izquierda, que requerirá un trabajo de tor­
1) Coordinación de los diám etros transversales ques diferenciales para lograr la m ejor oclusión
Indudablem ente, en la gran m ayoría de los posible y com pensar así la asim etría esqueletal
casos, este aspecto está o debería estar soluciona­ existente.
do al llegar la etapa de arcos rectangulares, por­
que todos los arcos superiores e inferiores utiliza­
dos desde el inicio del tratam iento son arcos coor­
dinados en form a y tamaño.
En casos con leve asim etría esqueletal, para
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198 Tercera fase

Fig. 4.2 : En la radiografía panorámica de control en la tercera fase se observan las inclinaciones radiculares
obtenidas con el tratamiento. En este caso de extracciones las raíces de las piezas adyacentes al espacio
cerrado tienen buen paralelismo. Se indicarán las extracciones de los terceros molares antes de la fina­
lización del tratamiento.
Comparando con la panorámica inicial, no se observan acortamientos radiculares, sólo algunos ápices li­
geramente redondeados en el sector anteroinferior.

Fig. 4.3: Montaje de los modelos en RC. Se obser­


van contactos posteriores que aumentan levemente
la dimensión vertical y el overjet.

Fig. 4.4 : La eliminación de los contactos por des­


gaste selectivo en los modelos permite visualizar la
relación interoclusal en RC. En la tercera fase se
trabajará con barras palatinas para eliminar esos
contactos y obtener la relación interoclusal que
observamos en el articulador.
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Tercera fase 199

Fig. 4.5 A: Telerradiografía lateral Fig. 4.5 B: Cefalometria para evaluar objetivos y
especialmente inclinaciones dentarias.
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200 Tercera fase

el posicionam iento de brackets y tubos (Figs. 4.6


2) Posición dentaria individual en cada una de A y 4.6 B).
las arcadas Coincidim os con los autores que sostienen
Al finalizar la segunda fase pueden encon­ que es prácticam ente imposible colocar los brack­
trarse una serie de situaciones que deben ser solu­ ets desde el inicio con la exactitud necesaria para
cionadas, por ejem plo, giroversiones, pequeños lograr un posicionam iento capaz de realizar un
diastemas, inclinaciones insuficientes o a veces m ovim iento correcto desde el principio al fin. Y la
exageradas con la consiguiente alteración del pa­ razón fundam ental para esta afirm ación, es que en
ralelismo radicular, de los espacios interproxim a- la mayoría de los casos, debem os adherir los
les, etc. Estas situaciones están relacionadas con brackets a dientes que se encuentran apiñados,
desnivelados, desalineados, inclinados, rotados,
insuficientem ente erupcionados, sobrecrupciona-
dos, y a veces con anom alías volum étricas con­
siderables.
Si bien estos errores se van m anifestando des­
de el principio del tratam iento y se aconseja co­
rregirlos durante la prim era fase, algunos menos
perceptibles persistirán hasta el com ienzo de la
tercera fase porque su solución durante la segun­
da dem andaría la interrupción de una secuencia
m ecánica planificada, con el consiguiente retraso
en el tiempo de tratam iento. Por lo tanto el prim er
paso de la tercera fase será el reposicionam iento
de los brackets y tubos.

Fig. 4.6 A: Cuando los dientes están correctamente


alineados, la línea que une las cúspides vestibu­
lares de todas las piezas posteriores se continúa en
la zona anterior por los bordes incisales y cúspides
de caninos, describiendo un arco continuo. Fig. 4.6 B: En esta arcada Inferior, se puede obser­
A su vez, los surcos principales describen una línea va r la rotación incorrecta de un p rim er prem olar por
contin ua anteroposterior. m ala ubicación m esiodistal del bracket.
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Tercera fase 201

3) Nivelación de los rebordes m arginales


Este aspecto está relacionado con el anterior,
es decir, con el posicionam iento individual de
cada diente y, por supuesto, con la colocación de
los brackets (Fig. 4.7).
Lo m encionam os separadam ente con el objeto
de enfatizar la necesidad de un estricto control del
caso en este punto, es decir, en la nivelación de los
rebordes m arginales, por la im plicancia que tiene
en el asentam iento de la oclusión.

Fig. 4.7 : Nivelación de los rebordes marginales.

A) Vista lateral de la superficie oclusal inferior con


los rebordes marginales nivelados.

B) Los problemas de intrusión/extrusión de piezas


individuales afectan esta nivelación. El segundo
premolar se encuentra extruido, y sus rebordes más
altos.

C) La inclinación inadecuada también crea desnive­


les en los rebordes marginales. En este caso una
exagerada inclinación mesial del segundo premolar,
desciende el reborde marginal mesial y eleva el dis- C
tal
202 Tercera fase
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Hemiarcada izquierda del modelo superior.


En la vista oclusal se evalúan las rotaciones y se
analiza la ubicación mesiodistal de brackets y
tubos.

Una visualización por palatino desde el sector ante­


rior permite observar que la altura de las cúspides
palatinas es armónica en todas las piezas.

Se observará también el nivelamiento de los rebor­


des marginales. En este caso es correcta.

El alineamiento de los surcos principales se com­


plementa con el de las cúspides vestibulares y
palatinas.
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Hemiarcada derecha del mismo modelo superior de


la página anterior.
La vista oclusal no evidencia problemas en la ubi­
cación mesiodistal de brackets y tubos.

La visualización desde el sector anterior por palati­


no muestra una mayor altura de la cúspide palatina
del segundo premolar, en contraste con una cúspi­
de palatina del primer premolar algo menor.

En esta fotografía se observa un importante escalón


entre el reborde marginal distal del primer premolar
y el mesial del segundo premolar.

Si bien no se evidencia falta de alineamiento en los


surcos principales, la cúspide palatina del segundo
premolar se encuentra desviada hacia vestibular
por la falta de torque negativo.
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204 Tercera fase

corrección de las líneas m edias, esta corrección se


4) Líneas medias hará básicam ente con desplazam iento m andibular
El control de la línea m edia dentaria deberá por la aplicación de fuerzas asim étricas utilizando
efectuarse en la segunda etapa puesto que, al estar elásticos interm axilares. Esto no es conveniente,
cerrados los espacios, no podría m odificarse salvo que exista algún desplazam iento funcional
durante la tercera. Si en esta fase es necesaria la de la m andíbula.

Paciente en tercera fase de tratamiento que pre­


senta una desviación de línea media de tipo fun­
cional debido a un contacto de cúspide mesio-
vestibular del primer molar superior con la vertiente
interna de la cúspide distovestibular del primer
molar inferior. Se observa un diferente overjet de
caninos, coincidiendo con la desviación mandibular.

Se coloca un expansor palatino para eliminar el


contacto y centrar la mandíbula. Como coadyu­
vantes se instalan elásticos intermaxilares para co­
rrección de línea media.

Al centrar la mandíbula coinciden las líneas medias


y el overjet de caninos es similar en ambos lados.
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Tercera fase 205
206 Tercera fase www.FreeLibros.me

5) Control del segm ento posterior


• Torque de los sectores posteriores.
• Inclinación de m olares y prem olares.

A pesar de que el torque está incluido en la


inform ación de tubos y brackets, en algunos
casos, debido probablem ente al nivel de carga
requerido y no alcanzado totalm ente por los arcos
vestibulares, las cúspides palatinas superiores
están descendidas y las linguales inferiores ele­
vadas. Esto genera puntos de contacto prem aturos
e interferencias.
Es fundam ental controlar el torque en los sec­
tores posteriores, con la finalidad de evitar estas
interferencias y favorecer el asentam iento de la
oclusión. Este control de los sectores posteriores
incide en la relación anterior, aum entando el over-
bite.
Algunas veces será necesario, en la arcada
superior, el trabajo con barras palatinas con
torque (Fig. 4.8), y en la inferior la introducción
de un torque negativo mayor en el sector posteri­
or del arco vestibular.
En cuanto a la inclinación de m olares y pre­
molares, fue desarrollada en el punto 2 y, como
B
vim os, está relacionada con el posicionam iento de r \\ / i
/ \ / I
la aparatología fija y la m ecánica llevada a cabo Ì V i l
\
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en el cierre de los espacios. L 7 ........... 's S- i \
(Dr
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6) Control del segm ento anterior
• Overbite y overjet
• Torque
• Inclinación e interdigitación
• Guía canina

Al igual que en el sector posterior, en la zona Fig. 4.8: A) Cúspides palatinas descendidas por
falta de torque en el segundo molar. Para su control
de incisivos y caninos podrem os encontrar alguna se instala una barra palatina con torque negativo.
B) Activación de torque en la barra palatina.
www.FreeLibros.me Tercera fase 207

deficiencia en la consolidación de los factores


arriba mencionados.
La insuficiente corrección de alguno de ellos,
tendrá consecuencias negativas en la función
oclusal y deberá ser com pletada en esta fase.

Control de los m ovim ientos funcionales

Una oclusión funcional m utuam ente protegida


es uno de los objetivos fundam entales del trata­
m iento ortodóncico y debe reunir los siguientes
requisitos:

1- Contactos bilaterales sim ultáneos y estables


de los dientes posteriores en una oclusión de
posición de m áxim a intercuspidación (MIC)
coincidente con relación céntrica (RC).
2- En esta posición debe existir un espacio
libre de 0.012 m m entre los bordes incisales
de los incisivos y caninos inferiores y las caras
palatinas de los caninos e incisivos superiores
(acople incisivo).
3- Overbite de 3 a 4 mm y overjet de 2 a 3 mm,
medido desde los bordes incisales de los inci­
sivos superiores hasta la cara vestibular de los
incisivos inferiores.
Tanto overbite com o overjet deben ser sufi­ Fig. 4.9 : Relación entre curva de Spee y guía ante­
cientes para asegurar una correcta funcionali­ rior. A) Cuando la curva de Spee se ha aplanado
convenientemente, hay menos posibilidades de
dad de la guía anterior y canina, evitando los contactos prematuros en protrusión. B) Aun en
contactos posteriores. presencia de una curva de Spee no muy marcada,
la falta de entrecruzamiento anterior aumenta las
4- En las excursiones laterales, los caninos posibilidades de contactos prematuros en las excur­
deberán ocluir y el resto desocluir. siones protrusivas.
5- En protrusiva, los incisivos deberán acoplar
y todos los posteriores desocluir.
6- El plano oclusal debe tener sólo una ligera
curva de Spee.
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208 Tercera fase

Fig. 4.10 A : Control oclusal en la tercera fase. Contactos posteriores en cierre céntrico. Fotos oclusales del
registro con papel de articular.

Fig. 4.10 B: Control oclusal en la tercera fase. Guía anterior. En la foto oclusal, el registro correspondiente
con papel de articular.

Fig. 4.10 C: Control oclusal en la tercera fase. Guía canina. En la foto oclusal, el registro correspondiente
con papel de articular.
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Tercera fase 209

En la tercera fase se hace el control clínico de


la función oclusal con papel de articular de 8
m ieras (Figs. 4.10 A, 4.10 B y 4.10 C).
Si en este análisis dinám ico observam os que
alguno de ellos no se cumple, se evidenciará el o
los errores com etidos que no pudieron ser detec­
tados en los controles anteriorm ente citados y este
será el m om ento de realizar las m aniobras desti­
nadas a lograrlos.

B) En la radiografía panorám ica

Esta radiografía perm ite evaluar el grado de


paralelism o radicular alcanzado hasta este m o­
m ento (Fig. 4.12).
La falta de paralelism o o la divergencia radi­
cular puede provocar una serie de trastornos, por
ejem plo, una mayor am plitud y cam bio en la
form a del espacio interproximal.
El ensancham iento de dicho espacio, que es
un triángulo cuya base es gingival y su vértice el
punto de contacto, provoca la aparición de zonas
retentivas que perm iten acum ulación de placa
bacteriana. Esto a su vez puede producir pérdida
de la cresta ósea poniendo en riesgo los tejidos
pcriodontales.
Por otra parte las raíces inclinadas reciben
fuerzas tangenciales, adversas para el sistema de
soporte del diente.
Estos espacios interdentarios, alterados en su
Fig. 4.11: Caso de cuatro extracciones.
form a y tam año, tienen tam bién consecuencias A) En la radiografía panorámica de control se
estéticas, especialm ente si están ubicados en el observa un espacio triangular entre el primer pre­
molar y el primer molar inferior por un deficiente
sector anterior y son percibidos por el paciente.
cierre del espacio.
Por ultim o, las raíces sin paralelism o generan B) En la tercera fase el mayor calibre de los arcos
consecuencias indeseables en relación a la estabil­ logrará la corrección de las inclinaciones radicu­
lares.
idad del caso y ocasionan m uchas veces la reaper­
tura parcial de los espacios cerrados después de
las extracciones.
210 Tercera fase www.FreeLibros.me

Fig. 4.12: La radiografía panorámica de control en la tercera fase del tratamiento permite evaluar las incli­
naciones radiculares de los dientes. En este caso de cuatro extracciones se observarán especialmente las
raíces de las piezas adyacentes al espacio cerrado.

La falta de paralelism o radicular con las con­ nitud de la influencia del tratam iento en la inhibi­
secuencias m encionadas, son generalm ente la ción o el estím ulo del crecim iento dentoalveolar
consecuencia de malas m aniobras en el cierre de en sentido vertical.
los espacios y la incorrecta posición de brackets y En una telerradiografía obtenida al inicio de la ter­
tubos (Fig. 4 .1 1). cera fase se puede evaluar la inclinación vestibu-
lolingual de los incisivos superiores e inferiores y
C) En la telerradiografía realizar ajustes en estos torques, especialm ente en
incisivos superiores si fuese necesario (Fig. 4.13).
La telerradiografía constituye un elem ento de
evaluación del tratam iento en lo referido a cam ­
bios esqueletales, dentarios y del perfil blando. En Maniobras clínicas y mecánicas que se
ella evaluamos los m ovim ientos realizados en los realizan en la tercera fase
grupos incisivos, torque de los superiores, incli­
nación de los inferiores, las nuevas angulaciones A lin e a ció n y nivela m iento
en relación con los planos habituales de referencia
e influencia de estas nuevas posiciones sobre las Ya fueron explicadas las causas que provocan
estructuras del perfil. una deficiencia en el alineam iento y nivelación al
También los cam bios en el plano oclusal del final de la segunda fase.
paciente, corrección de la curva de Spee y la m ag­ En prim er lugar, debem os analizar la arcada
www.FreeLibros.me Tercera fase 211

Fig. 4.13: Evaluación del torque de los incisivos superiores en la tercera fase. En cualquier biotipo su angu-
lación debe ser aproximadamente 5o menor que la del eje facial. A la izquierda, paciente braquifacial; a la
derecha, paciente dólico.

inferior e individualizar las piezas dentarias que


presenten alteraciones en su posición. Esta arcada
será utilizada para adaptar sobre ella la superior.
La solución de estas alteraciones individuales,
requiere recolocar algunos brackets o tubos, co­
rrigiendo su posición m esiodistal, la inclinación y
la posición vertical. A veces será necesario exage­
rar la inclinación del bracket para provocar una
sobrecorrección.
Estas situaciones nos ayudan a com prender la
necesidad de un estricto control clínico desde la
prim era fase.

Fig. 4.14: Incisivo lateral rotado por exceso de


material de adhesión en mesial del bracket. Esta
rotación crea inconvenientes en la guía anterior.
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212 Tercera fase

Cuando chequeam os la colocación de la apa- posición m esiodistal del bracket en dientes del
ratología es necesario que analicem os individual­ sector anterior, pueden utilizarse topes de rotación
m ente cada pieza dentaria en los tres sentidos del que completen el alineam iento sin recurrir a la
espacio. recolocación del mismo.
O bservando un diente anterior, desde vestibu­ La inclinación de una pieza dentaria no sólo
lar, controlam os su inclinación y su alineam iento tiene trascendencia por los contactos oclusales
vertical al m irar la disposición de los bordes inci- que provoca, sino por el espacio m esiodistal que
sales. La ubicación m esiodistal del bracket se ocupa el diente en la arcada (Fig. 4.15).
controla en una vista oclusal observando los bor­ En el sector posterior, la observación de los
des incisales y cúspides de caninos en el contorno rebordes m arginales de m olares y prem olares nos
de la arcada y los puntos de contacto de sus caras orienta sobre la colocación de brackets y tubos en
proxim ales (Fig. 4.14). sentido vertical e inclinación. Estos rebordes m ar­
En los casos de alteraciones m oderadas de la ginales deben ubicarse en un mismo plano.

Fig. 4.15: Una incorrecta posición de los brackets hace que los caninos se encuentren sumamente vertica-
lizados. La reubicación de dichos brackets se hace antes de finalizar el cierre de los espacios, porque una
mayor inclinación del canino necesitará mayor espacio en la arcada.
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La existencia de desniveles entre ellos nos


alerta sobre deficiencias en la posición de la
aparatología. La observación desde vestibular de
la pieza alterada determ inará si el error está en la
inclinación o en la altura, pudiendo a veces com ­
binarse estos errores. Una m alposición m esiodis-
tal en el sector posterior produce una giroversión
de la pieza dentaria que se evidencia por una falta
de alineam iento de los rebordes dentro de la
form a del arco, desplazam iento de puntos de con­
tacto y espacios interdentarios desiguales. En el
caso de los prem olares, una observación oclusal,
es probable que m uestre que el centro del bracket
no coincide con la proyección hacia vestibular de
la línea que une am bas cúspides.
Refiriéndonos a la función oclusal, se busca la
nivelación de los rebordes m arginales de m olares
y prem olares, con el objetivo de establecer una
oclusión “cúspide-reborde m arginal”, y en el sec­
tor anterior la nivelación de bordes incisales y
cúspides de caninos para obtener una relación
interincisiva estable y sin traum a oclusal y una
correcta interdigitación y función canina.
Estas observaciones se podrán hacer más
detalladam ente en el m odelo de estudio que sobre
el paciente en la clínica.

Fig. 4.16: Inclinación del primer molar superior.

A y B) En los casos que finalizan en Clase I, el


molar debe tener una inclinación mesial para lograr
que el reborde marginal distal contacte con el rebor­
de marginal mesial del segundo molar inferior (llave
1 de Andrews).

C y D) En los casos que finalizan en Clase II molar,


los requisitos oclusales determinan que su posición
sea más vertical.

En ambos casos, en la tercera fase, la ubicación de


la banda debe ser favorable para obtener una incli­
nación apropiada del molar.
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214 Tercera fase

Es aconsejable observar la radiografía C o n tro l del to rq u e en la arcada in fe rio r


panorám ica para visualizar m ejor los problem as
de inclinación que aparecen en el modelo. La utilización de brackets y tubos con ranura
En cuanto a los m olares, en algunas ocasiones de calibre .022” x .028” en esta técnica, hace posi­
las bandas deben ser recolocadas m odificándose ble la instalación de arcos superelásticos de .021 ”
su inclinación y/o la profundidad de su inserción, x .028” o arcos de acero de .021” x .025” .
en busca de un m ejor control oclusal del segm en­ Estos arcos representan los arcos full size para
to posterior (Fig. 4.16). la ranura de .022”, y en teoría serían los arcos que
Para el análisis de la arcada superior se uti­ perm iten la expresión total del torque incorporado
lizan los m ism os recursos que los aquí m enciona­ en la aparatología preajustada. Esta característica
dos para la arcada inferior. Es conveniente rea­ hace innecesaria la incorporación de torque al
lizar todos los cam bios de ubicación de la apara- arco en la mayoría de los casos. Sin embargo, a
tología en una m ism a sesión para no dilatar el veces las cúspides linguales inferiores tienden a
tiempo de tratamiento. estar elevadas. Por ello, en esta etapa de fin a­
lización es necesario en algunos casos introducir
A rcos u tilizad os un torque negativo adicional para aum entar el
nivel de carga y m ejorar el torque especialm ente
Una vez reposicionados los brackets y tubos, en la zona de molares.
se aconseja utilizar arcos superelásticos rectangu­ Com o este arco de acero representa “el control
lares del mayor calibre posible con la finalidad de del torque” su calibre estará directam ente vincula­
conservar el torque logrado hasta este momento do con el biotipo facial del paciente. Los
N o obstante, si algún diente requiere un pacientes braquifaciales y los m esofaciales nece­
m ovimiento un tanto amplio, será necesario usar sitarán mayor expresión del torque, y por ello,
arcos de calibres m enores para no aplicar una arcos de mayores calibres. En cambio, en los
fuerza excesiva. dolicofaciales no es necesario ese torque por lo
Los arcos deben ligarse con ligaduras m etáli­ que en ellos utilizarem os arcos de acero de m enor
cas con el objeto de que los brackets en sus nuevas calibre en busca de una m enor expresión del
posiciones puedan expresar com pletam ente la torque.
inform ación contenida en ellos. Resum iendo, la arcada inferior deberá ser
No deben utilizarse m ódulos elásticos porque consolidada con un arco de acero rectangular del
crean una unión laxa del arco con la ranura y, al mayor calibre posible para cada caso en particular.
degradarse con el ataque de la saliva, el arco no En aquellas arcadas que fueron tratadas con
realiza un trabajo adecuado. extracciones es conveniente, durante toda la ter­
cera fase, la utilización de una ligadura m etálica
continua de prim er m olar derecho a prim er m olar
izquierdo para que no se abran nuevamente los
diastem as cerrados durante la segunda fase.
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Manejo de la arcada su p e rio r trario, dificultarían el asentam iento oclusal.


También debem os considerar que los arcos
Todas y cada una de las m aniobras descriptas superelástieos por sus propias características,
para la arcada inferior son aplicables y válidas en resultan m ás livianos y por lo tanto m enos efi­
la arcada superior; sin em bargo en esta arcada las caces en la expresión del torque.
m aniobras están orientadas a transform ar a la Para controlar el aplanam iento de la curva de
arcada superior en un com plem ento de la arcada W ilson de una m anera m ás rápida y efectiva, es
inferior. aconsejable utilizar la barra palatina o el expansor
El torque de los incisivos superiores se plani­ palatino al cual se le deben quitar los brazos au­
fica con una inclinación 5 grados m enor que el eje xiliares.
facial, y en los casos braquifaciales puede llegar
al paralelism o. Los pacientes braquifaciales y los C o n tro l ve rtica l de la cú spide palatina de la
m csofaciales necesitan una m ayor expresión del arcada su p e rio r
torque en el sector anterior y requieren arcos de
mayores calibres. La dim ensión vertical está soportada por el
En los dólicos los incisivos tienen una posi­ contacto de las cúspides palatinas superiores con
ción m ás vertical al finalizar el tratam iento. Este la fosa de su antagonista inferior; el control verti­
menor torque se obtiene con arcos de calibres cal de estas cúspides tendrá una expresión directa
inferior. sobre la intercuspidación y m ejorará el overbite.
En la arcada superior, la expresión del torque Habitualm ente se corrige el entrecruzam iento
incorporado en la aparatología del segm ento pos­ anterior con la utilización en este sector de elásti­
terior, reduce la curva de W ilson. Este apla­ cos interm axilares verticales, olvidando que la
nam iento de la curva dism inuye la posibilidad de causa real de la falta de entrecruzam iento anterior
interferencias en el lado de balance y m ejora el es la presencia de contactos en la parle posterior.
control vertical de las cúspides palatinas supe­ En nuestra opinión, el uso de la aparatología
riores. Este efecto, que favorece el asentam iento auxiliar m encionada, que controla la posición ver­
de la oclusión se obtiene gracias a la utilización tical de las cúspides palatinas de los molares,
de arcos de gran calibre y de un coeficiente m ejora la estabilidad oclusal.
carga/deflexión m uy alto. A veces, estos arcos V éase m anejo de la barra palatina en el capí­
deben usarse durante periodos prolongados, tulo 5 en el apartado “Control vertical” y “Control
alargando esta tercera fase, lo cual no es bien to­ del torque” .
lerado por el paciente que, seguram ente, ha satis­
fecho sus objetivos m ucho tiem po atrás por haber
m ejorado notablem ente el aspecto estético de su
boca y pretende fin a liz a r cuanto antes su
tratam iento. Por otra parte en aquellos pacientes
con biotipología dolicofacial, su propio biotipo
contraindica el uso de arcos pesados, que al con­
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216 Tercera fase

Caso en el que se realizó sólo una extracción


(primer prem olar superior del lado derecho) y
comienza la terecera fase con falta de entrecruza-
miento. Analizando la oclusión se comprueban con­
tactos de cúspides palatinas de segundos molares,
por falta de torque.

Se instala una barra palatina baja con torque en el


segundo molar.

El torque del segundo molar mejora el overbite y


comienza a evidenciarse un leve problema trans­
versal en los primeros molares superiores.

Se instala un palatal expander para solucionar el


problema transversal.
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Tercera fase 217
218 Tercera fase www.FreeLibros.me

Después de la expansión mejora la relación trans­


versal posterior y ello incide en el cierre anterior.

Se continúa ejerciendo control vertical de los sec­


tores posteriores con barra baja en el segundo
molar y palatal expander en primer molar.

Finalización del tratam iento con aparatología fija.

Fotografías oclusales.
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Tercera fase 219
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220 Tercera fase

Elásticos intermaxilares consolidada con un arco de acero rectangular. En


cam bio, en la arcada superior, que se adaptará a la
Los elásticos son utilizados como un elem en­ inferior, debe colocarse un arco trenzado rectan­
to generador de fuerzas que, colocados en dife­ gular, de mayor o m enor calibre en función del
rentes direcciones, producen m ovim ientos denta­ grado de m ovimiento requerido por la arcada
rios. superior para asentar sobre la inferior.
Anteriorm ente eran m uy utilizados en sentido Com o estos elásticos generan principalm ente
sagital, para provocar desplazam ientos dentarios fuerzas verticales, en el sector posterior ayudan a
en un intento de lograr la Clase I canina: son los lograr una m ejor intercuspidación y, por ser apli­
llamados elásticos de Clase II o III. Cuando al cados por vestibular, tienden a m ejorar el torque
final de la segunda fase no se había logrado aún el negativo posterior. En el sector anterior extruyen
objetivo de Clase I canina y los espacios estaban los incisivos y son útiles en casos de escasa guía
cerrados, se recurría a los elásticos de Clase II anterior, cuando ya se agotaron los recursos de
para ajustarla. control vertical del sector posterior
Indudablem ente este ajuste se hacía m ediante Aquellos casos que fueron correctam ente m a­
un avance mandibular. nipulados durante las diferentes fases del trata­
El m anejo de estos elásticos y la búsqueda del m iento, o que por otras razones presentan una
objetivo de Clase I canina, llevó a una gran pro­ buena relación de entrecruzam iento vertical,
liferación de elásticos de diferentes calibres, requieren sólo pequeños m ovim ientos para el
tamaños y fuerzas. Esta abundancia es fácil de asentam iento oclusal. Estos casos podrán llegar a
com probar en cualquier catálogo de productos de una óptim a adaptación interoclusal con el uso de
ortodoncia. un arco trenzado superior próxim o al .019” x
En nuestra práctica clínica el uso de los elásti­ .025”.
cos interm axilares tiene una aplicación restringi­ En otras ocasiones, ya sea por las dificultades
da. propias del caso o bien por un error en la m ani­
En la tercera fase, los utilizam os para el asen­ pulación m ecánica, será necesaria la utilización
tam iento de la oclusión m ediante la aplicación de de un arco trenzado de m enor calibre que perm i­
fuerzas de dirección vertical, con un m ínim o de ta, por su mayor capacidad de deform ación, movi­
acción en sentido sagital (Fig. 4.17). Cualquier m ientos m ás amplios de las piezas de la arcada
vector de Clase II producido por estos elásticos superior y facilite su asentamiento.
puede ejercer un efecto indeseable sobre las
estructuras de las ATM al inducir un avance Resum iendo:
m andibular. Por otro lado, este avance m andibular • El arco de acero rectangular de la arcada
haría que el caso term inra con un deslizam iento inferior está directam ente relacionado con el
céntrico considerable y, com o verem os m ás ade­ biotipo facial del paciente. Cuanto más bra-
lante, esto no es aconsejable para la estabilidad quifacial sea el biotipo, mayor el calibre del
del caso. arco de acero inferior.
Se colocan una vez que la arcad a inferior está • El calibre del arco trenzado superior
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Tercera fase 221

Fig. 4.17: Distintas formas de utilización de elásticos intermaxilares en el asentamiento de la oclusión de los
sectores laterales. El vector de fuerzas debe ser fundamentalmente vertical.
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222 Tercera fase

depende del rango de los m ovim ientos nece­ gativos.


sarios en la arcada superior para consolidar Con este criterio, el uso de elásticos en esta
una correcta oclusión. Estos m ovim ientos se técnica es bastante restringido. No obstante, la
logran instalando los elásticos de m odo que sim plicidad de su m anejo y su efectividad para el
describan form as geométricas. asentam iento de la oclusión los convierte en un
elem ento auxiliar de gran utilidad.
La utilización de form as triangulares, trape­ El paciente debe ser instruido en la colocación
zoidales, rectangulares, o de letras com o V, N, U, de los elásticos según la form a que hayam os di­
son efectivas para alcanzar los objetivos. Es señado para él.
im portante buscar form as sencillas y sim étricas Para su uso nocturno aconsejam os aum entar
con el propósito de facilitar la m em orización por la fuerza aplicada. D urante la vigilia, los
parte del paciente, quien será el responsable de la m ovim ientos de apertura y cierre serán el m ecan­
colocación de los elásticos. ismo que aum enta su intensidad.
La utilización de un arco de acero rectangular La motivación del paciente es fundamental
inferior estabiliza esta arcada. Adem ás, si se para alcanzar el objetivo en un plazo breve. Hay
anclan los elásticos en varias piezas inferiores y se una relación directa entre el tiem po de utilización
oponen a una pieza superior, el m ovim iento se de los elásticos y el fin del asentam iento de la
m anifestará básicam ente en esta última. oclusión. Los elásticos deberán cam biarse cada 24
Los elásticos son clasificados por los fabri­ horas para que no pierdan efectividad ya que se
cantes según tam año y potencia. Para ello utilizan degradan al estar en contacto con el m edio bucal.
las pulgadas o los m ilím etros y las onzas o los Una vez alcanzado este objetivo estarem os en
gramos. condiciones de planificar el retiro de la apara-
Alcanzan la potencia para la que fueron di­ tología.
señados cuando su diám etro se extiende en una
m edida igual a tres veces su tam año original (Fig.
4.18).
Com o nosotros los utilizam os verticalm ente,
la elección de potencia y tam año resulta sum a­
mente simple.
Por otra parte estas fuerzas extrusivas se
expresan con facilidad y son de pequeña m agni­
tud.
El cálculo de la fuerza debe siem pre hacerse
en base a la superficie radicular expuesta al
m ovim iento de las piezas involucradas.
Si las fuerzas no llegaran al lím ite óptim o no
se producirá m ovim iento alguno y si las apli­
Fig. 4.18: Cuando el elástico se extiende tres veces
cam os en exceso podríam os producir efectos ne­
su tamaño, alcanza la fuerza indicada por el fabri­
cante.
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Tercera fase 223

CONTENCIÓN Y ESTABILIDAD etc., son características de una buena oclusión y


POSTRATAMIENTO de estabilidad dentaria; pero otra cosa es la esta­
bilidad oclusal desde un punto de vista dinámico,
La contención postratam iento ha sido siempre esto es, una oclusión que no altere la estabilidad
un tema extensam ente tratado en la bibliografía, a mandibular.
tal punto que existen libros dedicados exclusiva­ Para com prender el tem a de la contención
mente a la contención en ortodoncia y una gran debem os tener en claro el concepto de estabilidad.
variedad de m étodos y aparatos destinados a tal Autores como M e N cill, Me Horris, Echeverri
fin. G uzm án, M anns, O kesson, hablan de dos tipos de
Cuando consultam os la bibliografía que abor­ estabilidad:
da este tema, encontram os que existe una gran • Estabilidad dentaria
coincidencia entre los autores cuando relacionan • Estabilidad ortopédica mandibular.
la recidiva con los detalles de finalización del
caso, y tam bién acerca de las causas de dicha E stabilidad dentaria
recidiva.
El diente está estabilizado cuando m antiene su
Las m ás frecuentem ente descriptas son: posición en la arcada en ios tres planos del espa­
• Incorrecto cierre de los espacios. cio. Esto solo es posible cuando perm anecen los
• Insuficiente corrección de las rotaciones. puntos de contacto m esiales y distales que le
• Falta de paralelism o radicular. darán estabilidad en este sentido y cuando m an­
• Incorrecta m etodología de contención. tiene una relación con su antagonista a través de
• Influencia de los cam bios producidos por el contactos interoclusales que sostienen su posición
crecim iento. en sentido vertical y en sentido vestibulolingual o
• Persistencia de hábitos o de m ala función vestibulopalatino.
muscular.
• Discrepancias esqueletales lim itantes, que E stabilidad o rto p é d ica m andibular
no p erm iten una fin alizació n dentro de
parám etros clínicos y cefalom étricos que ase­ Es la estabilidad postural de la m andíbula con
guren la estabilidad. los cóndilos centrados en la cavidad glenoidea y
enfrentados a su pared anterior. Esta posición es
Sin duda alguna, cualquiera de ellos son fac­ inducida por la actividad sincrónica de la m uscu­
tores de recidivas, pero siem pre nos llam ó la aten­ latura elevadora y estabilizada m ediante los con­
ción el hecho de que la mayoría de las veces no se tactos d entarios b ilaterales y sim ultáneos.
m encionara la im portancia de la oclusión fun­ D efinida así, observam os que im plica la coinci­
cional en la estabilidad postratam icnto o en la dencia de la Relación Céntrica (RC) con la
recidiva de la anomalía. Posición de M áxim a Intercuspidación (MIC).
Lógicam ente, el perfecto cierre de los espa­ Estos dos conceptos, estabilidad dentaria y
cios, la correcta rotación, el paralelism o radicular, estabilidad ortopédica m andibular están estre-
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224 Tercera fase

Fig. 4.19: E s ta b ilid a d d e n ta ria y e s ta b ilid a d


o rto p é d ica de la m andíbula.
C u a n d o co ninciden la RC y M IC la m andíbula p re ­
se n ta un solo arco de cierre. La oclusión se e n c u e n ­
tra e stab iliza d a en una relación c ú s p id e -fo sa equili­
brada.

Fig. 4.20: Los co n ta cto s p re m a tu ro s que afecten las vertientes m e sia le s superiores y distales inferiores p ro ­
d u cen un d e s p la z a m ie n to m a n d ib u la r hacia adelante. La presión del g ru p o incisivo inferior sobre la cara
palatina del g ru p o a n te ro su p e rio r p ro d u cirá apiñ a m ie n to inferior o d ia ste m a s entre los incisivos superiores.
www.FreeLibros.me Tercera fase 225

r i
Fig. 4.21: Los contactos que involucran vertientes distales superiores y mesiales inferiores producen fuerzas
que solo pueden disiparse en sentido mesial en la arcada superior y son la causa de recidivas del sector
anterosuperior.

chám ente vinculados entre sí (Fig. 4.19). cierra en RC, por lo general se establecen contac­
Si para establecer contactos interoclusales tos en planos inclinados que provocarán vectores
sim ultáneos en todas las piezas dentarias fuera de deslizam iento en el cierre, que atentan contra
necesaria una posición m andibular no coincidente la estabilidad dentaria porque pueden producir
con RC, estarem os frente a una inestabilidad desplazam ientos dentarios en los sectores más
ortopédica que no sólo provocará alteraciones en lábiles. Frecuentem ente se expresan en un apiña­
la función m uscular del paciente sino que puede m iento anteroinferior, o en la vestíbulo versión de
afectar la estabilidad dentaria (Fig. 4.20). Ante la algún incisivo superior.
falta de coincidencia de RC y M IC, la m andíbula Por el contrario, si el tratam iento de ortodon-
presentará dos arcos de cierre, uno céntrico, cor­ cia ha alcanzado el objetivo de crear una oclusión
respondiente a RC; y otro excéntrico, que la lleva en la cual la M IC es coincidente con la posición
a la m ayor cantidad de puntos de contacto intero­ m andibular en RC, los m ovim ientos de cierre
clusales. En estos casos, cuando la m andíbula podrán lograrse describiendo un arco único y el
226 Tercera fase
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WTt'^Wi

Fig. 4.22: La inestabilidad ortopédica mandibular


como causa de recidiva en el sector anterior.
A) Incisivo lateral superior derecho vestibularizado.
B) Posición de máxima intercuspidación.
C) Relación céntrica.
D) Análisis oclusal de los modelos montados en RC:
se detectan contactos prematuros entre vertientes
mesiales de los primeros molares superiores y ver­
tientes distales de los primeros molares inferiores.
Estos contactos producen el avance de la mandíbu­
la, generando presión sobre los dientes anteriores y
desestabilizando la pieza sobre la que se producía
el primer contacto anterior.
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Tercera fase 227

caso estará en óptim as condiciones de estabilidad. En este punto, algunos autores caen en el
Para estudiar las condiciones de estabilidad extrem o de atribuir a una oclusión funcional en la
que presenta un caso al finalizar el tratam iento, es cual la RC coincida con la posición de máxima
imprescindible hacer un m ontaje en articulador intercuspidación, la propiedad de crear, por esta
que nos perm itirá visualizar fácilm ente la com ­ sola condición, una autocontención que evitará la
patibilidad entre M IC y la RC mandibular. recidiva.
Después de evaluar esta situación, se podrán Si bien esto es una condición sumamente
utilizar diferentes recursos para m ejorar dicha favorable para la estabilidad postratam iento, el
compatibilidad. problem a de la recidiva, como hemos dicho ante­
Si existiera una m oderada alteración oclusal riorm ente, es m ultifactorial.
que provocara alguna interferencia, se podrá uti­ Por ejem plo, la aparatología de arco recto fue
lizar un elem ento de contención elástica para co­ program ada sobre m odelos de pacientes normales
rregir las posiciones dentarias y m ejorar la esta­ no ortodóncicos, es decir sin discrepancias bása­
bilidad del caso. les y, en la práctica, los pacientes no siem pre tie­
Al finalizar el tratam iento y con el fin de opti­ nen sus bases óseas perfectam ente equilibradas.
mizar las condiciones de estabilidad, se hace La finalización del tratam iento en estos casos,
necesario el ajuste oclusal . adolecerá de ciertas insuficiencias que harán
Este ajuste oclusal requiere algunas veces des­ necesaria la colocación de retenedores fijos o
gastes selectivos y otras rem odelación oclusal. rem ovióles o cualquier otro que pueda ser eficaz
Si nuestro tratam iento crea una oclusión que para la contención del caso particular.
logre una m áxim a intercuspidación con la m an­ Además, una serie de factores, a veces impon­
díbula en relación céntrica y que los movimientos derables, pueden irrum pir en una boca tratada y, a
de cierre se realicen describiendo un arco único, pesar de los logros obtenidos en cuanto a la pre­
se evitarían m uchas recidivas. cisión de la relación interoclusal con la RC
En algunos casos los contactos prem aturos en m andibular, podrán provocar recidivas.
céntrica se establecen en vertientes que, por su di­ Creim os necesario, previo al desarrollo de
rección, no producen el desplazam iento de la este tema, hacer estas consideraciones, para que el
mandíbula. Pero las fuerzas que generan pueden lector com prenda que la contención no pasa por
disiparse en sentido mesial en la arcada superior y usar un variado arsenal aparatológico destinado a
provocan m ovim ientos en los dientes de dicha tal fin, sino por la aplicación de conceptos
arcada que suelen traer como consecuencias reci­ biológicos anatóm icos y funcionales básicos que
divas en el sector anterior (Fig. 4.21). nos lleven a realizar una contención racional y por
Indudablem ente la persistencia de puntos de ello m ism o, individualizada.
contacto interoclusales anorm ales producen
inestabilidad m andibular, provocan deslizam ien­
tos en el cierre y generan vectores de fuerza que
producen m ovim ientos dentarios y la consiguien­
te recidiva de los sectores m ás lábiles (Fig. 4.22).
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228 Tercera fase

Tipos de contención

Existen dos tipos de contención:


A) Contención fija
B) Contención removióle

A) C ontención fija

Los m ovim ientos dentarios de recidiva se


hacen evidentes en el grupo anteroinferior que es
el más vulnerable. Estas m aniobras de contención Fig. 4.23: Contención fija inferior preformada,
adherida a los caninos.
están destinadas a im pedir o m inim izar esta
situación.
En ocasiones puntuales este procedim iento se
realiza tam bién en el sector antero superior, pu-
diendo tam bién utilizarse en algún otro segmento
de la arcada.
Como el cambio de posición de los incisivos
es fácilm ente detectado por los pacientes, provoca
en ellos una sensación de m alestar que afecta la
confianza hacia el profesional. Por esta razón,
para algunos de ellos la contención fija form a
parte de la rutina de su m etodología terapéutica y
la aplican en todos los casos que inicialm ente pre­ Fig. 4.24: Contención fija inferior adherida a los seis
sentaban apiñam ientos en esos sectores. dientes anteriores.

Existen dos variedades de aditam entos para


contención fija:
• Prefabricados
• Adaptados sobre el paciente

Prefabricados:

De la variedad de m arcas y m odelos, algunos


tienen dos bases m etálicas soldadas a un sector de
arco de alam bre de .036”. Las bases se adhieren a
las caras linguales de los caninos, razón por la
cual los hay de diferentes longitudes (Fig. 4.23).
Fig. 4.25: Contención fija superior entre los inci­
Otros m odelos tienen varias bases para adherir
sivos centrales, consolidando el cierre de un
diastema.
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a los seis dientes del sector anterior (Fig. 4.24), o arco trenzado sobre la superficie de las caras lin­
en algunos de ellos (Fig. 4.25). El arco es inde­ guales de incisivos y caninos. Una vez preparado
pendiente y cada una do ellas tiene un anclaje des­ este segmento de arco, se trata térmicamente
tinado su inserción una vez que ha sido adaptado destemplándolo para evitar cualquier tipo de
y dimensionado. Tienen la ventaja de brindar movimiento dentario fruto de la manifestación de
mayor estabilidad que el anterior y no se requiere las tensiones que desarrollan los arcos aun cuan­
tener un stock de diferentes medidas. Además do sufren muy pequeñas deformaciones.
reducen la cantidad y los márgenes del composite Este procedimiento nos permitirá fijar la con­
utilizado en la adhesión, facilitando su higiene y tención el m ism o día que retiramos la apara­
disminuyendo los problemas pcriodontales secun­ tología.
darios a esta fertilización.
C em entado de la contención
Adaptados sobre el pud en te
Para cementar el arco de contención con com-
Consisten en un segmento de alambre, por lo posiic a las caras linguales de incisivos y caninos,
general trenzado y de mediano calibre, que se es necesario, en primer lugar, preparar la superfi­
adhiere a las caras palatinas de los dientes del seg­ cie de las piezas que van a ser fertilizadas (Fig.
mento anteroinferior de la arcada. 4.26). Se limpia y descalcifica la superficie con el
El procedimiento de colocación de esta con­ m ismo procedimiento que el que utilizamos para
tención es sumamente sencillo y breve. el cementado de brackets.
Para el manejo del material adhesivo deberán
Procedim iento seguirse las indicaciones especificadas por el fa­
bricante. La variedad es muy grande y el proce­
Una vez satisfechos los objetivos del dimiento de adhesión difiere de uno a otro.
tratamiento planificado se procede a la Utilizamos trozos de seda dental para, una vez
preparación de la contención, antes de la elimi­ posicionado el arco, traccionarlo hacia vestibular
nación de la aparatología. y mantenerlo en esa posición contra las caras lin­
Se elimina el arco vestibular y se hace una guales de los dientes del sector anterior.
impresión parcial del segmento anterior de la Este procedimiento es válido tanto para la ar­
arcada con alginato. No es necesario tomar la cada inferior como la superior.
impresión de toda la arcada porque esto dificulta
su arrastre debido al alto grado de retención que
ofrece la aparatología.
Es importante verificar que las caras linguales
del segmento anterior se reprodujeron perfecta­
mente y sin distorsión. Sobre esta impresión se
hace el modelo de trabajo.
En este modelo adaptamos un segmento de
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Fig. 4.26: Pasos para el cementado de una contención fija inferior de canino a canino.
A y B) Grabado del esmalte.
C) Se prepara la sujeción de la contención pasando tramos de hilo elástico por debajo de los puntos de con­
tacto.
D) Se coloca la contención y se rebaten los hilos para sujetarla firmemente.
E) Se cementa la barra con material de adhesión en cada uno de los dientes, en este caso fotopolimerizable.
F) Resultado final.
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B) C ontención rem ovióle

Existe una gran variedad de aparatos rem ovi­


óles inspirados en la función de contención.
Pueden tener diferentes form as, ser uni o bi-
maxilares, rígidos, elásticos com o el posicionador
y estar construidos en diferentes materiales.
Los hay de acrílico, com o las placas tipo
Michigan. Otros están construidos con placas de
acetato estam padas term om oldeables.
Fig. 4.27: Posicionador instalado en boca.
El clásico retenedor de Hawley y sus variantes
esta construido con acrílico y alam bre de acero.
El posicionador elástico es de silicona. m iñosas solo produce algunos m ovim ientos de
También existen retenedores com binados que muy pequeño rango.
se construyen con una capa de silicona que está en Es un elem ento de contención bim axilar de
contacto con los tejidos y recubierta por una placa uso nocturno que actúa independiente y sim ul­
de acetato rígido estampada. táneam ente en ambas arcadas.
Todos estos aparatos son de uso tem poral y es Está indicado como elem ento de contención y
el paciente el que adm inistra el tiem po de uso de estabilización en todos los casos con la sola
ellos. excepción de los pacientes respiradores bucales.

Funciones
POSICIONADOR ELÁSTICO
Por su elasticidad produce m ovim ientos que
Es un aparato de contención construido en si­ perm iten m ejorar las posiciones dentarias en cada
licona (Fig. 4.27). Esto le confiere cierto grado de una de las arcadas favoreciendo de esta m anera el
elasticidad y perm ite realizar con él pequeños asentam iento de la oclusión.
m ovim ientos dentarios en los tres planos del espa­ • Puede elim inar contactos prem aturos y dis­
cio, orientados al logro de una mayor precisión en m inuir consecuentem ente la discrepancia
las relaciones interoclusales. entre RC y MIC.
Su construcción esta basada en conceptos de • Permite orientar los m ovim ientos de recidi­
oclusión funcional y por ello es el elem ento de va.
contención más am bicioso en cuanto a sus obje­ • Puede m odificar la calidad y cantidad de las
tivos. guías incisiva y canina.
Logra estos m ovim ientos con mayor facilidad • Disminuye la m agnitud de los desgastes
a nivel de los incisivos. En las piezas de los seg­ selectivos finales.
m entos posteriores, debido a sus raíces m uy volu-
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232 Tercera fase

Construcción:

La construcción del posicionador requiere


varios pasos:
1) Obtención y m ontaje de los m odelos en eje
real de bisagra.
2) Duplicado de los m odelos originales y pre­
paración de los m odelos de trabajo o modelos
segmentados.
3) M ontaje de los m odelos de trabajo.
4) Set-up.
5) Confección del posicionador en silicona.

1) M ontaje

Se hacen m odelos finales de am bas arcadas.


Como es un aparato bim axilar deben hacerse
los registros axiográficos necesarios para su m on­
taje en eje real de bisagra con la finalidad de eva­
luar con exactitud la relación interoclusal en RC.
Luego se podrán considerar los posibles m ovi­
mientos dentarios individuales que serán necesa­
rios para el ajuste de la oclusión.
Con un papel de articular fino, se m arcan los
contactos y se observa la relación cúspide-fosa o
cúspide-vertiente establecida, y se evalúa la posi­
bilidad de mejorarla.
Una vez definidas las piezas que deberán ser
movilizadas, se abre el articulador 4 ó 5 mm, que
será el espacio que ocupa la silicona en el espacio
interoclusal. Fig. 4.31

Esta apertura del articulador es el factor que


hace im prescindible el m ontaje en eje real de bi­ y :.
sagra, porque de esta m anera evitam os varia­
ciones en la relación interoclusal entre el m ontaje
y la boca del paciente, que podrían llevar a un
cambio en la posición mandibular.
www.FreeLibros.me Tercera fase 233

2) Duplicado de los m odelos originales y


preparación de los m odelos de trabajo o seg­
m entados

Para obtener los m odelos de trabajo es nece­


sario duplicar con hidrocoloide los modelos ori­
ginales que están articulados (Fig. 4.28), conser­
vando la impresión para utilizarla en un segundo
tiempo, en el reposicionam iento de las piezas seg­
mentadas.
U na vez duplicados, se desgastan con la recor­
tadora desde su base hacia oclusal hasta transfor­
m arlos en reborde alveolar y dientes (Fig. 4.29).
Se separa cada una de las piezas de estos
m odelos haciendo un corte con un disco desde la
porción apical hasta el punto de contacto, el cual
no debe ser incluido en el corte (Fig. 4.30).
A continuación se fracturan los puntos de con­
tacto y se obtiene un conjunto de piezas con una
“raíz” de 10 m m aproxim adam ente. A cada una de
estas piezas se les contornea esta “raíz” con un
disco abrasivo y se les hace una ranura en el
“ápice” para aum entar la retención (Fig. 4.31).
Se reposiciona cada pieza en la im presión de
hidrocoloide verificando su pleno asentam iento
(Fig. 4.32).
Una vez que todas han sido colocadas, se
vierte sobre la im presión cera rosa fluida para
unirlas y transform arlas en un bloque (Fig. 4.33).
Esta cera invade la porción que corresponde al
reborde alveolar, ocupa el espacio entre las piezas
segm entadas y rellena dos tercios del espacio pre­
sente en la impresión.
Una vez que se ha enfriado, se com pleta el
vaciado con escayola (Fig. 4.34). Se obtiene así el
duplicado de los m odelos originales, que deberán
ser articulados en la m ism a relación que aquellos
(Fig. 4.35).
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234 Tercera fase

3) M ontaje de los m odelos de trabajo

Se retira del articulador el m odelo inferior


original.
Conservando la m ism a altura del pin incisal,
se reposiciona la cera de relación céntrica, se
coloca el nuevo m odelo inferior, controlando su
perfecto asentam iento y se hace su montaje.
A continuación se repite la m aniobra con el
m odelo superior segm entado, utilizando ahora
como referencia el m odelo inferior original y
m anteniendo siem pre la altura del pin incisal.
Se obtiene así el articulado de los modelos
segm entados en la m ism a relación que los m ode­
los originales (Fig. 4.36).

4) Set-up

El clínico deberá decidir los m ovim ientos que


serán necesarios para m ejorar la relación inter-
oclusal del paciente teniendo en consideración la
factibilidad de estos m ovim ientos, y con este cri­
terio realizará en ambos m odelos un set-up gna-
tológico.
Los m ovim ientos posibles con el posicionador
sólo serán de m uy pequeña m agnitud.
U tilizando com o referencia el m odelo inferior
original, se realizan los cam bios program ados en
el m odelo segm entado superior.
Los cam bios destinados a m ejorar la calidad y
cantidad de las guías incisiva y canina se logran
con relativa facilidad, debido a la eficacia del
aparato en estos sectores. Así, en los incisivos
podrem os program ar m ovim ientos en sentido
vestibulopalatino, vertical, y tam bién pequeñas
rotaciones.
El incisivo lateral requiere una especial aten-
www.FreeLibros.me Tercera fase 235

ción en su reposicionam iento final, con el objeti­


vo de que participe en la guía incisiva.
Com o esta pieza es una de las que sufre m a­
yores alteraciones en tam año y forma, en esta fase
se puede m ejorar su posición, com pensando las
deficiencias provocadas por sus variables carac­
terísticas anatóm icas y a veces tam bién por erro­
res en la ubicación de los brackets.
Los caninos, al igual que los incisivos, podrán
ser m odificados en sentido vestibulopalatino y
m oderadam ente en sentido vertical.
En los segm entos posteriores sólo es factible
m anipular las arcadas para crear pequeños
m ovim ientos en sentido vestibulopalatino o me-
siodistal.
En estos sectores el posicionador no tiene ca­
pacidad para generar m ovim ientos de tipo vertical
ni de rotación.
Todas las m aniobras con las piezas de la arca­
da superior deben hacerse tom ando en conside­
ración el m ovim iento posible en la arcada infe­
rior. M uchas veces se com plem entan m aniobras
de am bas arcadas para obtener un mismo objetivo. Ventajas
Una vez finalizado el set-up superior, se lo
utilizará com o referencia para realizar los Este aparato tiene varias ventajas:
m ovim ientos en el m odelo inferior (Figs. 4.37 y • Disminuye el período de contención con los
4.38). En esta arcada, se aplican las m ism as indi­ arcos.
caciones y límites que para la arcada superior. • M ejora el acabado del caso.
• M ejora el posicionam iento dentario en cada
5) C onfección del posicionador en silicona una de las arcadas.
• M ejora la relación interoclusal.
Una vez finalizado el set-up (Fig. 4.39). Con • Al elim inar contactos prem aturos, disminuye
am bos m odelos m ontados en el articulador, m e­ el deslizam iento céntrico.
diante el pin se aum enta la altura del espacio in- • Dism inuye la m agnitud de los desgastes
teroclusal, 4 o 5 m m . Se inyecta la silicona con­ selectivos finales.
form ándola com o se observa en las figuras 4.40 y
4.41. Luego se recorta y se hace el pulido final.
236 Tercera fase www.FreeLibros.me

dibular, m ientras en el sector anterior, caninos e


Desventajas incisivos contactan con m enor intensidad.
• Es im prescindible la colaboración del En los m ovim ientos de lateralidad y protru­
paciente. sión sólo debe existir contacto en el segm ento an­
• Su confección requiere un laboratorio espe­ terior, guía canina y guía incisiva.
cializado. El entrecruzam iento vertical anterior (over-
• No podrá ser utilizado en pacientes respi­ bite) debe ser com o m ínim o de 2 mm.
radores bucales. Antes del com ienzo de la tercera fase se debe­
rá realizar un m ontaje para estudiar la posibilidad
de cam bios en la colocación de brackets y bandas
AJUSTE OCLUSAL y/o la utilización de aparatología auxiliar destina­
da al control oclusal del sector posterior.
Uno de los objetivos del tratam iento de Adem ás, el uso de elásticos interm axilares
ortodoncia es la estabilidad oclusal en céntrica. ayuda a crear una relación interoclusal m ás ajus­
Esto es, que todas las piezas de la arcada contac­ tada y perm ite m ejorar el entrecruzam iento ante­
tan con su antagonista en el m ovim iento de cierre rior.
en relación céntrica. Después de im plem entar los recursos necesa­
No es posible lograr este contacto interm axi­ rios para lograr este “ajuste oclusal inicial” con la
lar con la utilización de la aparatología ortodónci- aparatología, y retirada ésta, con un nuevo m onta­
ca solam ente. je se evalúa la oclusión obtenida. Se program a la
E sta deberá posicionar las piezas y establecer construcción del posicionador elástico que será
una relación oclusal lo m ás arm ónica posible para utilizado com o elem ento de contención, com ple­
que una vez finalizado el tratam iento, los ajustes tando m ediante el set-up los detalles finos desti­
requeridos sean de m enor m agnitud. nados a ajustar aún m ás la oclusión del paciente.
Algunas veces no se alcanza este objetivo Se indica un uso nocturno de este aparato
debido a defectos en la colocación de la apara­ durante seis u ocho meses. Después de este perio­
tología, errores de posicionam iento de brackets y do de contención activa, el posicionador elástico
bandas, alteraciones de la anatom ía dentaria, habrá perdido su capacidad de m ovim iento den­
m odificaciones de las form as com o consecuencia tario com o consecuencia de la expresión de los
de desgastes y/o restauraciones, o por algunos m ovim ientos planificados en el set-up.
defectos en las m aniobras mecánicas. Realizarem os un nuevo m ontaje en articula-
Podem os asegurar que ni en el m ejor de los dor en eje real de bisagra para evaluar la relación
casos esta estabilidad oclusal se alcanzará sólo oclusal en relación céntrica. En la m ayoría de los
por m ovim ientos dentarios producidos por el casos se observará la presencia de sólo unos po­
tratam iento de ortodoncia. cos contactos interm axilares y por lo tanto la
En una. oclusión m utuam ente protegida los ausencia de estabilidad oclusal en céntrica.
segm entos posteriores deben contactar de m anera Esta es una de las razones que explica algunas
uniform e, bilateral y sim ultánea en el cierre m an­ de las recidivas de los casos tratados.
www.FreeLibros.me Tercera fase 237

%
’ V

Montaje en articulador de un caso que ha finalizado el tratamiento con aparatología fija, donde se observan
contactos prematuros en céntrica que producen una ligera laterodesviación y avance mandibular.

Trabajo de ajuste oclusal en modelos. El desgaste mejora la relación lateral y el overbite.

Vista que permite observar el asentamiento de la oclusión en los sectores laterales.


238 Tercera fase www.FreeLibros.me

Se evalúan los contactos prem aturos, la pre­ En este m odelo pintado y articulado harem os
sencia de interferencias en los m ovim ientos de un ejercicio de ajuste oclusal en busca de contac­
lateralidad y tam bién en el m ovim iento protrusi- tos interoclusales bilaterales sim ultáneos, desgas­
vo. tando los contactos prem aturos en prim er lugar y
Para poder realizar en los m odelos un ajuste luego elim inando las interferencias en lateralidad.
oclusal y con el fin de tener una perspectiva de la Con un papel de articular fino (8 m ieras) y
m agnitud de los desgastes, es preciso preparar los con el articulador bloqueado en RC se m arcan los
m odelos pintando los rebordes alveolares y todas contactos en cierre (contactos prem aturos). En
las piezas con pintura al agua, diluida. Esta pintu­ este m ovimiento se observa la presencia de uno o
ra no debe tener espesor sino provocar un con­ de un pequeño núm ero de contactos que deberán
traste con el color del yeso para individualizar las ser elim inados siguiendo algunas reglas.
zonas a desgastar.

A y B) Contactos oclusales en céntrica.


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Tercera fase 239

El sector anterior, antes y después del ajuste oclusal. Mejora el entrecruzamiento, disminuye el overjet de
incisivos y caninos y hay un ligero cambio en la posición transversal de la mandíbula que se evidencia en las
líneas medias.

Es deseable que estos ajustes oclusales se que prem olares y m olares contacten sim ultánea­
hagan dentro de la estructura del esm alte y que las mente, teniendo en consideración que en el seg­
m odificaciones en el esquem a oclusal sean m íni­ m ento anterior el contacto debe ser mínimo. Este
mas. contacto suave (acople) debe ser controlado con
Elim inarem os el o los contactos prem aturos papel Shimstock, que tiene un espesor de .0001”.
en RC buscando la profundización de las fosas y Una vez alcanzado el objetivo de contacto bi­
vertientes, y la nivelación de los rebordes m ar­ lateral sim ultáneo del sector posterior, se desblo­
ginales de las piezas posteriores en busca de quea el articulador y se detectan las interferencias
nuevos contactos. En función del asentam iento en lateralidad en el lado de trabajo y en el de ba­
oclusal obtenido durante la tercera fase y de la uti­ lance.
lización del posicionador elástico, estos desgastes Para identificar estas interferencias se utiliza
pueden ser de mayor o m enor magnitud. Si la pro­ otro color de papel de articular.
fundización de las fosas y la nivelación de los En los m ovim ientos de lateralidad la guía está
rebordes m arginales no m ejoran la estabilidad soportada sólo por los caninos, por lo tanto cual­
oclusal de las arcadas será necesario reducir la quier contacto a nivel de prem olares y molares, ya
altura de las cúspides de soporte de la arcada sea en el lado de trabajo como en el lado de ba­
superior e inferior. lance, deberá ser eliminado.
El clínico podrá verificar que el control verti­ Las interferencias detectadas en el lado de tra­
cal en el segmento posterior es m uy importante bajo deben ser elim inadas creando facetas de des­
com o factor reductor de los desgastes en este sec­ gaste para evitar los contactos posteriores. En
tor. cambio las interferencias generadas en el lado de
Se trabaja sobre los m odelos superior e infe­ balance deben ser elim inadas tallando surcos.
rior con el articulador bloqueado en céntrica hasta Una correcta guía canina disminuye o evita
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240 Tercera fase

Transferencia a la boca de las referencias para el desgaste selectivo.

los desgastes en el lado de trabajo o en el lado de


balance. Efectos terapéuticos del ajuste oclusal
Por último realizarem os el control oclusal en
m ovimiento protrusivo con la finalidad de eva­ • M ejora las relaciones interoclusales.
luar la presencia de interferencias. La guía incisi­ • Devuelve y m antiene la estabilidad oclusal
va debe ser personalizada en función de las carac­ en relación céntrica, creando contactos bila­
terísticas oclusales del paciente, porque de su ca­ terales, sim ultáneos y uniformes.
lidad y cantidad, dependerá la disclusión del seg­ • Permite la funcionalidad del sistema neuro­
m ento posterior. Una guía incisiva de 2 m m o m uscular sin recu rrir a su capacidad de
m enos puede resultar insuficiente y requerir adaptación.
ajustes oclusales importantes para evitar las inter­ • Establece una relación oclusal a través de
ferencias en estos movim ientos. puntos de contacto y no de áreas o superficies.
Este trabajo realizado en el articulador le per­ • M ejora la dirección de las fuerzas oclusales
m itirá al clínico evaluar la m agnitud del ajuste haciéndolas m ás axiales en relación a cada
necesario para estabilizar el caso y le ofrecerá una pieza dentaria.
inform ación detallada del trabajo de la apara- • Disminuye los m ovim ientos de recidivas
tología y del alcance del control oclusal realizado postratam iento.
con ella. • Protege a los tejidos de soporte de fuerzas
Una vez confirm ada la viabilidad de los ajus­ traum áticas provocadas por los contactos pre­
tes en los m odelos, se deberán practicar los ajus­ m aturos y/o interferencias
tes necesarios en boca. Para ello se tom a como
referencia el m odelo superior ya desgastado y se Este tipo de ajuste oclusal está indicado en
repite la m aniobra en el paciente. todos aquellos casos cuya finalización se apro­
Los desgastes en la arcada inferior se hacen xim e a los objetivos planteados en la planifica­
del m ism o modo. ción porque las m aniobras m ecánicas no perm iten
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Fotos laterales de boca y control oclusal después de finalizado el desgaste selectivo.

por sí solas, aun en casos correctam ente tratados,


alcanzar todos los objetivos oclusales planteados
en la planificación.
Es im portante destacar que este procedim ien­
to no podrá resolver problem as que se hayan ge­
nerado por errores de diagnóstico, de planifica­
ción o de ejecución de las m aniobras m ecánicas y
como consecuencia de ellos, a la finalización del
tratam iento, los objetivos oclusales distan mucho
del ideal.
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242 Tercera fase

Montaje en RC de un paciente donde se ha realiza­


do un tratamiento de cuatro extracciones, al retirar
la aparatología fija.

Set-Up de los modelos para la construcción del


posicionador elástico.

Fotografías de boca después de seis meses de uso


del posicionador.

Después del uso del posicionador se realiza el


ajuste oclusal en modelos.
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244 Tercera fase
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C A P ÍT U L O

5
APARATOLOGÍA AUXILIAR

Introducción
Barra palatina
Quad helix
Expansor palatino o expansor de Arndt
Rotador de molares
Disyuntor
Máscara de tracción posteroanterior
Fuerza extraoral vertical
Pendulum de Hilgers
Arco lingual
Botón de Nance
Aparatología para la eliminación de hábitos
Preparación de modelos
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Aparatología Auxiliar

INTRODUCCIÓN carga que solo serán posibles de aplicar cuando


los arcos vestibulares tengan un calibre adecuado.

En este capítulo se describe la aparatología La utilización de elem entos auxiliares com o la

auxiliar su construcción, activación y funciones. barra palatina posibilita estas m aniobras desde el

Se hizo separadam ente de los capítulos dedicados inicio del tratam iento con el beneficio que im pli­

a las fases de tratam iento porque no toda la apara­ ca la reducción del tiem po total del mismo.

tología auxiliar puede ser utilizada durante ellas. Otras m aniobras com o la expansión transver­

Algunos de estos aparatos son de aplicación sal, csqueletal o dentoalveolar no son posibles de

exclusiva en estadios m ás tem pranos en el deno­ realizar con la aparatología preajustada. Para esto

minado “pretratam iento”, por ejem plo, máscara, es necesario la utilización de disyuntores, expan-

disyuntor, etc. Otros, que se utilizan conjunta­ sores palatinos o quad helix.

mente con la aparatología fija de arco recto,


pueden ser incluidos en m ás de una fase del B) Para la co rre c c ió n de anom alías en den­

tratam iento, por lo que sería im posible darles una tic ió n p rim aria y/o m ixta

ubicación en alguna de ellas.


La m áscara de tracción posteroanterior, la

Podemos definir entonces que la aparatología FEO vertical, el arco lingual y la aparatología

auxiliar tiene dos usos diferentes: para la corrección de hábitos de succión de pulgar
y de interposición lingual se utilizan casi exclusi­

A) Com o com plem ento de la aparatología vam ente en el pretratam iento y tienen como fina­

preajustada. lidad tratar problem as que serían difíciles o im ­

B) Para la corrección de anom alías en denti­ posibles de solucionar en la dentición perm anente

ción prim aria y/o mixta. o bien porque cuanto m ás precozm ente se actúe,
m ejores serán los resultados.
A) C om o com ple m e nto de la aparatología En esta etapa se utilizan con o sin el com ple­

preajustada m ento de la denom inada aparatología “2 x 4 ”, es


decir, brackcts y tubos en los dientes perm anentes

E xisten m aniobras com o la rotación y el de la dentición mixta.

torque de los m olares que pueden ser realizadas Debem os aclarar que los aparatos que nom ­

por la aparatología preajustada, pero la superficie bram os anteriorm ente com o com plem ento de la

radicular de esos dientes requieren niveles de aparatología preajustada, tam bién están indicados

247
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248 Aparatología auxiliar

para realizar m aniobras clín icas en el pre-


tratam iento.
En este capítulo se incluye tam bién una sec­
ción que se refiere a la preparación de los m ode­
los de trabajo, ya que estos son necesarios para
trabajar con casi toda la aparatología auxiliar, para
su construcción y/o adaptación.
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Aparatología auxiliar 249

Barra palatina

En la m ecánica ortodóncica con aparatología La adaptación y cem entado de las bandas fre­
preajustada, a la barra palatina le adjudicam os un cuentem ente suele producir distorsiones en los
rol m uy im portante al punto de que no concebi­ tubos palatinos. Como están dim ensionados para
mos el tratam iento con arco recto, sin la uti­ alojar los insertos de la barra con gran precisión,
lización de este elem ento auxiliar. estas distorsiones dificultan o impiden su inser­
ción, haciendo que el intento de colocar las barras
en los tubos, requiera presiones excesivas que
pueden ser traum áticas para el paciente. Por ello
es aconsejable, ya se trate de una barra preform a-
da o construida a m edida, realizar su adaptación
sobre el m odelo con las bandas en correcta posi­
ción. El procedim iento para la preparación del
m odelo de trabajo destinado a la construcción y/o
adaptación de la aparatología auxiliar está desa­
rrollado m ás adelante, en el presente capítulo.
Se construye la barra utilizando un trozo de
alam bre de acero inoxidable de .036” de 20 cm de
longitud.
Se puede construir plana y luego adaptarla en
Fig. 5.1 : Barras palatinas instaladas en prim er y
segundo molar. la boca del paciente o sobre m odelos, al igual que
las preform adas.
También pueden construirse contorneadas,
com o describirem os más adelante.
Construcción

Puede ser construida y adaptada en la boca del


paciente o sobre m odelo. También puede optarse
por la utilización de barras preform adas y su
adaptación, al igual que la anterior, puede hacerse
directam ente en boca o sobre modelo.
2 50 Aparatología auxiliar www.FreeLibros.me

C o n stru cció n de barra palatina plana

1- Con la pinza 139 de A ngle se construye una


om ega y equidistante de ella se realiza a cada
lado un doblez en 90° con la m edida indicada
para el caso (Fig. 5.2 A).
Este prim er doblez puede realizarse en el
mism o sentido de la omega, cuando se desea
que esta tenga una orientación hacia distal; o
en sentido contrario cuando se desee una
dirección hacia mesial.
B A
2- Con la m edida de la pinza de Atkinson se
hace un segundo doblez, tam bién en 90° como

y
indica la figura 5.2 B.

3- C on la pinza 139 se aproxim an los


extrem os hacia el doblez realizado anterior­
mente, hasta que logren una proxim idad tal
com o para ser presionados por la pinza de
Atkinson (Fig. 5.2 C y D).
\r A

4- Se doblan los extrem os hacia la omega


com o m uestra la figura 5.2 E.

5- Se cortan los rem anentes dejando aproxi­


m adam ente 3 mm en el extremo anterior de la
llave (Fig. 5.2 F).

F
A i

Fig. 5.2: Pasos para la construcción de una barra f


A
palatina plana.
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Aparatología auxiliar 251

C o n s tru c c ió n de barra p a la tin a c o n ­


torneada

Una vez realizada la om ega, se adapta la barra


al paladar, teniendo en cuenta que si ésta será
“alta” deberá quedar separada de la m ucosa
palatina l a 2 m m (Figs 5.3 y 5.7). Si se trata de
una barra “baja” esta separación deberá ser de 8 a
10 m m aproxim adam ente (Figs. 5.4 y 5.8).
A la altura de los tubos palatinos de las bandas
se realizan dos dobleces de 90° en la m ism a direc­ Fig. 5.4

ción o en sentido contrario a la om ega dependien­


do esto de la posición que deseam os darle a la
om ega (hacia mesial o hacia distal).
Con la pinza de Atkinson se m arca la medida
t j¡ 5
del inserto y se dobla el alam bre sobre sí mismo.
b V A
Este inserto debe sobresalir 2 m m aproxim ada­
m ente por distal del tubo palatino. t u i
Se com pleta la construcción con dos dobleces
en “L” que, cuando la barra esté instalada, deberán t— \J A
tener una dirección hacia gingival.
Si utilizam os barras preform adas, una vez
seleccionada la m edida, se realiza la adaptación
t— A/ — S
ya dcscripta. La figura 5.6 m uestra la barra lista Fig. 5.5: Barras palatinas preformadas en distintos
para instalar. tamaños.

Fig. 5.3 Fig. 5.6: Barra palatina adaptada y activada, prepa­


rada para instalar.
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252 Aparatología auxiliar

Fig. 5.7: Barra palatina alta. Fig. 5.8: Barra palatina baja.

Funciones

M ediante diferentes activaciones la barra pro­ se encuentran en m esiorrotación y aum entar la


duce un conjunto de fuerzas que se utilizan para resistencia del anclaje m olar al m ovim iento
mover los m olares en los tres planos del espacio. mesial.
Estos m ovim ientos se diferencian en: Debido a su anatom ía radicular, cuando los m o­
• Rotación lares superiores se desestabilizan, realizan en pri­
• Torque m er lugar un m ovim iento de rotación mesial y
• Inclinación m esio distal luego la m igración en ese sentido. Estos dos tipos
• Control vertical de m ovim ientos son generados por la presencia de
la raíz palatina que ofrece una mayor resistencia al
Esta última función obedece a su construc­ desplazam iento que las raíces vestibulares, más
ción, que puede ser adaptada a la bóveda palatina pequeñas.
o separada de ella. Esto le añade la posibilidad de Para corroborar la rotación mesial de los
actuar com o un elem ento que produce intrusión m olares superiores se realizan las siguientes
de los m olares, m ediante la presión que la lengua observaciones en el modelo: se traza una línea que
ejerce sobre ella durante la deglución. uniendo las cúspides distovestibular y mesiopala-
tina del prim er m olar superior se prolongue hasta
R otación la hcm iarcada opuesta.
Cuando el m olar tiene una rotación norm al, la
El efecto de rotación de la barra se utiliza para prolongación de la línea debe pasar por la ver­
recuperar la posición correcta de los m olares que tiente distal del canino opuesto (Fig. 5.9 A). En
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Aparatología auxiliar 253

Fig. 5.9: A) Primeros molares en correcta rotación mesial. La línea de puntos une las cúspides distovestibu-
lar y mesiopalatina, proyectándose a la altura del canino de la hemiarcada opuesta. B) Rotación mesial de
los molares. Ocupan mayor espacio en la arcada, y la línea que une ambas cúspides tiene una proyección
más distal.

los casos de rotación m esial lo hará a la altura de están en Clase I (Fig. 5.11).
prem olares, y en casos severos hasta en la zona de En estos casos, si am bos m olares están rota­
los m olares (Fig. 5.9 B). dos y se quiere recuperar la Clase I, es necesario
También se observan los espacios interdenta­ el trabajo con barra palatina en el segundo m olar
rios m esiales del prim er molar. Cuando exista y a continuación en el prim ero (Fig. 5.10). Al rotar
rotación m esial, este espacio se verá por palatino hacia distal el segundo, se generará un espacio por
m ucho m ás am plio que el vestibular, siendo prác­ m esial que será ocupado por el prim ero cuando
ticam ente iguales cuando la posición es correcta. sea trabajado con la barra palatina. Por mesial del
La rotación de los sectores posteriores hacia prim er m olar se generará un espacio mayor aún
m esial hace que estas piezas dentarias ocupen un que el producido por m esial del segundo, que dará
m ayor espacio en la arcada (Fig. 5.9), pudiendo lugar al efecto de “distalam icnto” en la obser­
ocasionar que una Clase 1 se transform e en una vación desde vestibular.
falsa Clase 11. En los casos de extracciones superiores, si
Esta situación, bastante frecuente, nos m ues­ m anipulam os la barra palatina de m anera de rotar
tra por vestibular una relación cúspide a cúspide distalm entc los m olares, tendrem os un elemento
desde los prim eros m olares hasta el canino, pero auxiliar de anclaje del segm ento posterior. Si los
si observam os los m odelos m ontados en arlicu- m olares se encuentran en una buena posición, es
lador, verem os que la cúspide m esiopalatina del decir sin ningún tipo de rotación, bastará con la
prim er m olar superior ocluye en la fosa central del colocación de una barra palatina pasiva que sea
prim er m olar inferior, que indica que los m olares capaz de conservar la posición de estas piezas y
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254 Aparatología auxiliar

Fig. 5.10: La corrección de las rotaciones mesiales de los molares permite ganar espacios en la arcada. Para
que esta ganancia sea efectiva, en los casos en que ambos molares están rotados habrá que trabajar en
primer lugar en los segundos molares y luego en los primeros.

aum entar su anclaje. El efecto se debe a que,


aunque esté pasiva, su rigidez im pide la rotación
mesial de los m olares y con ello inhibe ese prim er
paso de la pérdida de anclaje.

Habitualm ente, en el inicio del tratam iento


encontram os a los m olares con algún grado de
rotación m esial, lo que nos exigirá una m anipu­
lación de estas piezas en el sentido de la rotación
distal. La aparatología vestibular tiene esta infor­
m ación de rotación distal en los tubos de prim eros
y segundos m olares pero su expresión no se alcan­
za hasta bien avanzada la secuencia de arcos
vestibulares. Esta lógica dem ora en la expresión
* i
de la aparatología retarda la recuperación de espa­
cios, pone en riesgo la estabilidad del sector pos­
terior y provoca un retraso en la m anipulación de
los grupos dentarios.
Fig. 5.11: Molares rotados mesialmente. Desde
Si se hace esta m aniobra en prim eros y segun­
vestibular parece una relación de Clase II, sin
dos m olares sim ultáneam ente al inicio del trata- embargo por palatino se observa una Clase I molar.
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Aparatología auxiliar 255

m iento con barras palatinas, se gana m ucho tiem ­


po se crea una situación de m áxim o anclaje.
Estas barras se deben m antener en posición hasta
que el operador considere que ha finalizado la
necesidad de conservarlo.

M anipulación de la barra para obtener la rota­


ción distal

Para provocar el efecto de rotación distal de

B los m olares se deben m anipular las llaves de la


barra creando una divergencia entre las llaves y la
CI \ posición de los tubos palatinos.
Esta m anipulación debe ser realizada evitando
deform aciones parásitas en las llaves porque difi­
cultan su colocación en los tubos palatinos.
Ilabitualm ente se busca instalar una barra con
sus llaves paralelas entre sí. Cuando esta acti­
vación se exprese totalm ente, la rotación de los
m olares se habrá corregido (Fig. 5.12).

Fig. 5.12: Activación de rotación distal.


A) Se preparan las llaves paralelas entre sí.
B y C) Se comprueba la activación de ambos lados.
D) Al ser instalada, la tensión de la barra provocará
el movimiento de rotación molar.
E) La rotación distal del molar permite ganar espa­
cios en la arcada.
256 Aparatología auxiliar
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Es im portante que los tubos palatinos estén


ubicados en el centro de la banda m olar en senti­
do m esiodistal, así perm itirán una correcta expre­
sión de la actividad de la barra.
El grado de activación se m ide colocando un
extremo de la barra en un tubo palatino. El otro
extrem o debe quedar ligeram ente por distal del
tubo contrario (5 m m aproxim adam ente). N o se
debe hacer una activación mayor, debido al alto
nivel de carga del alambre.
En ocasiones, cuando la rotación mesial del
m olar es m uy m arcada, no se podrá instalar una
barra con las llaves paralelas porque significaría
una exagerada activación (Fig. 5.13 A y B). Para
corregir estas rotaciones son necesarias varias
pequeñas activaciones a lo largo de la prim era
fase, que pueden ser sim étricas o no dependiendo
de la posición de cada una de las piezas (Fig. 5.13
C y D).
La activación de rotación distal aum enta el
anclaje del m olar en sentido m esiodistal, y es uti­
lizada en aquellos casos de extracciones que así lo
requieran. Por esta capacidad de aum entar el an­
claje molar, en los casos de dentición mixta donde
se realizan extracciones seriadas cum ple funcio­
nes de m antenedor de espacios.
En casos de Clase II debidas a una rotación
mesial del m olar que serán tratadas sin extrac­
ciones, la rotación distal perm ite lograr la Clase I
molar.

Fig. 5.13: A y B) Cuando la rotación m esial e s muy


marcada, la instalación de la barra con las llaves
paralelas expresa una activación exagerada.
C y D) S e deberá modificar la dirección de las llaves
de m anera que dism inuya la activación. Se harán
su cesivas activaciones hasta instalar la barra con
las llaves totalmente paralelas.
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Aparatología auxiliar 257

Fig. 5.14: La correcta activación de rotación distal de la barra se verifica instalando una de sus llaves en el
tubo palatino correspondiente. Se considera que esta activación es adecuada cuando la llave del lado
opuesto se desplaza aproximadamente 5 mm hacia distal del tubo palatino.
Esta maniobra se debe realizar de ambos lados.

Fig. 5.16: La rotación del molar tendrá como fulcrum la raíz palatina desplazando hacia distal la cara vestibu­
lar. De esta manera se crea un espacio por mesial del molar rotado.
La magnitud de este espacio está en relación con el grado de rotación incial.
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258 Aparatología auxiliar

C ontrol del to rq u e A

En todo tratam iento de ortodoncia, el control


de los sectores posteriores es de gran im portancia
para obtener los objetivos planteados. Sin duda, el
control del torque de los segm entos posteriores es
la clave para garantizar un correcto asentam iento
de la oclusión. t

El torque que está incorporado en la apara­


tología vestibular no se m anifiesta hasta la uti­
lización de arcos sum am ente pesados. Estos, por
lo general se m antienen poco tiem po en boca y su
expresión suele ser insuficiente.

Lograr la expresión total de la inform ación de


la aparatología vestibular, im plicaría el uso de
arcos pesados por periodos de tiem po mayores
durante la fase de asentam iento de la oclusión.
Este trabajo suele crear dificultades, no por el
m anejo de la m ecánica, sino por la m otivación del
paciente que ya ha visto cum plidas sus aspira­
ciones de alineam iento hace ya m ucho tiem po (al
final de la prim era fase) y no com prende la
im portancia de estos procedim ientos finales.

Por esta razón se hace necesario abordar el


control del torque mucho antes, com enzando este
trabajo con las barras palatinas desde el inicio del
tratam iento com o se indicó para la rotación distal.
De esta m anera se com pletarán los torques de los
sectores posteriores antes que la de los sectores
Fig. 5.17: Cuando los molares tienen torque positi­
anteriores. vo los tubos palatinos están inclinados desde gingi­
val y palatino hacia oclusal y vestibular. Se crea una
divergencia entre las llaves de la barra, que son
Cuando sea necesaria la pérdida de anclaje de paralelas en sentido vertical y la inclinación de los
los m olares superiores, la m aniobra de control de tubos palatinos. Esto produce un efecto de torque
negativo, la elevación de las cúspides palatinas y
torque deberá realizarse una vez cum plido el
con ello, el control oclusal del sector posterior.
www.FreeLibros.me Aparatología auxiliar 259

objetivo anterior, porque el torque negativo pro­


duce un anclaje cortical que dificulta y a veces
impide el m ovim iento m esial de los molares.

M anipulación de la barra para control del tor­


que m olar

Para obtener un control del torque con la barra


palatina será necesaria la m anipulación de las
llaves en el sentido de la inclinación vestibulo-
palatina, creando una divergencia entre la posi­
ción de los tubos palatinos y la posición de las
llaves de la barra (Fig. 5.17).

Para m odificar la orientación de las llaves se


utiliza la pinza de Atkinson con el objeto de evi­
tar deform aciones que dificultarían su colocación.

El grado de activación se controla instalando


uno de los extrem os de la barra en el tubo palati­
no correspondiente. El extrem o opuesto debe
tener una posición hacia oclusal de aproxim a­
dam ente 5 a 10 m m con respecto al tubo donde
deberá insertarse (Fig. 5.18).

Esta activación puede o no ser simétrica;


depende de la situación de cada uno de los
m olares que servirán de anclaje al aparato. Es
im portante la observación frecuente y detenida de
la inclinación de sus caras oclusales, para definir
la necesidad de incorporar más torque o m odifi­
carlo.

Fig. 5.18: Control del torque de la barra.


Se instala una de las llaves en el tubo palatino co­ La m anipulación del torque afecta de manera
rrespondiente y se observa la ubicación vertical de significativa la posición de las cúspides palatinas
la llave opuesta.
Para que produzca un torque negativo adecuado, la que son las que soportan la oclusión. El torque
llave debe posicionarse 5 a 6 mm hacia oclusal del radiculovestibular eleva las cúspides palatinas
tubo palatino del molar del lado opuesto. Se deberá
haciendo un efecto de “ intrusión” que facilita un
verificar el torque de ambas llaves.
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Fig. 5.19: Control de la inclinación mesiodistal del molar. La llave de la barra debe tener la misma orientación
que el tubo palatino.

t
Fig. 5.20: Si se crea una divergencia entre la dirección de la llave y la del tubo, la inclinación del molar obe­
decerá a la de la llave de la barra. En este caso el molar se inclina hacia mesial, con descenso de sus cúspi­
des distales.

t
Fig. 5.21: La divergencia entre la llave de la barra y el tubo que crea una inclinación distal del molar, con
descenso de sus cúspides mesiales. Este movimiento puede ser necesario para recuperar la posición de un
molar que se ha inclinado hacia mesial por pérdida de anclaje.
www.FreeLibros.me Aparatoiogía auxiliar 261

correcto asentam iento de la oclusión. Disminuyen In clin a ció n m esiod istal


los contactos prem aturos, se evitan o m inim izan
los fulcrum y dism inuye la cantidad de desgaste Con la barra palatina tam bién es factible co­
selectivo necesario al finalizar el tratam iento. rregir pequeñas inclinaciones de los m olares en
sentido m esiodistal que se producen algunas
El torque es especialm ente im portante a nivel veces con la pérdida de anclaje. En la figura 5.21
del segundo molar, porque los contactos oelusales puede observarse la posición del inserto de la
prem aturos provocados por las cúspides palatinas, barra en relación al tubo palatino para lograr el
se m anifestarán en el sector anterior con más in­ efecto de inclinación distal.
tensidad cuanto m ás distales sean.

Fig. 5.22: Barra palatina con omega distal. El descenso de la omega es una activación que, por efecto de la
presión lingual, inclina el molar hacia distal.

Fig. 5.23: Barra palatina con omega mesial. El descenso de la omega es una activación que, por efecto de
la presión lingual, inclina el molar hacia mesial.
262 Aparatología auxiliar www.FreeLibros.me

Fig, 5.24: Barra palatina baja. La presión lingual controla cualquier componente de extrusión de cúspides
vestibulares que pueda producir el torque negativo de la barra.

Al igual que otras activaciones debe hacerse


gradualm ente con el fin de evitar fuerzas exage­
radas.
La activación de las om egas mesial o distal
observadas en las figuras 5.22 y 5.23 tam bién es
una m aniobra adecuada para corregir una incli­
nación m esiodistal del molar. La presión lingual
sobre la omega tiende a horizontalizarla y se
transm ite una activación a la llave de la barra que
inclina el m olar en el sentido deseado.
A veces esta inclinación es un efecto negativo
debido a la incorrecta m anipulación de la barra.
Puede ocurrir entonces que un m olar se incline
Fig. 5.25: Efecto de la barra palatina baja con desfavorablemente y se extruyan cúspides m esia­
torque negativo. Debido a la presión lingual el tor­
que negativo se expresa sólo con intrusión de las les o distales ocasionando contactos prematuros.
cúspides palatinas.
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Aparatología auxiliar 263

El c o n tro l ve rtica l del segm ento p o ste rio r

En los paciente dolicofaciales o en aquellos


m esofaciales con ram a m andibular corta, la insta­
lación de la aparatología y los m ovim ientos orto-
dóncicos iniciales, pueden generar contactos pre­
maturos en el sector posterior, capaces de alterar
la m agnitud del entrecruzam iento anterior, o
generar un fulcrum responsable de distracción
condi lar.
Este tipo de pacientes requiere control vertical
de los segm entos posteriores.
Con esa finalidad se utilizan barras palatinas
“bajas” . Son barras que se adaptan dejando una
separación de aproxim adam ente 8 mm con la bó­
veda palatina, con la finalidad de utilizar la pre­
sión lingual, que se produce durante la deglución
y ejerce una fuerza de intrusión sobre los m olares
en los cuales está anclada.
Fig. 5.26: Barra palatina baja y su impronta lingual.

Se puede adicionar un botón de resina sobre la


om ega de estas barras para crear una mayor super­
ficie de resistencia a la presión de la lengua, y
hacerlos m ás confortable para el paciente.

Al igual que lo m encionado cuando nos refe­ controla verticalm ente a estos dientes que, debido
rim os al torque, el trabajo con barras bajas es a las fuerzas que se aplican sobre ellos, pueden
especialm ente im portante tam bién a nivel del extruirse durante el tratam iento.
segundo molar, porque el efecto de la falta de con­ La barra palatina baja tam bién está indicada
trol vertical se m anifestará m ás en el sector ante­ para control vertical en dentición m ixta, donde se
rior cuanto m ás distal sea el contacto prematuro. com plem enta con fuerza extraoral alta para la
intrusión del prim er m olar con fines ortopédicos.
En pacientes dolicofaciales severos, además N os referim os con el térm ino ortopédico a la
de las activaciones necesarias en sentido mesio- m odificación del eje facial, en este caso cierre,
distal y de torque de acuerdo a los requerim ientos que ocurre com o consecuencia de la intrusión
del caso, será im prescindible el uso de barra m olar acom pañada de desgastes de piezas deci­
palatina baja en prim ero y segundo molar. Esto se duas. Este tem a está desarrollado m ás adelante, en
debe a que en este biotipo, la débil m usculatura no el presente capítulo.
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2 64 Aparatología auxiliar

Control clínico de la activación de una barra palatina:

A y B) Control de la rotación distal de ambos molares.


C) Observación para controlar el torque.
D) Barra palatina instalada.
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Quad Helix

La solución del problem a transversal es un


objetivo de la prim era fase.

En aquellos casos que presentan problemas


transversales de origen dentoalveolar cuyo abor­
daje terapéutico deba hacerse m anipulando la
arcada superior, las m aniobras de expansión
deberán iniciarse al com ienzo del tratam iento y
finalizar al térm ino de esta fase cuando aún están
instalados los arcos redondos. N o se debe iniciar
la secuencia de arcos rectangulares sin haber
com pletado la solución del problem a transversal
porque los m ovim ientos de expansión pueden
m odificar el torque de los m olares. Si estos
m ovim ientos se realizaran en la segunda fase, los
arcos vestibulares rectangulares transm itirían esa
m odificación del torque a toda la arcada provo­
cando un efecto indeseado. Para las m aniobras de
expansión, la aparatología auxiliar utilizada es el
quad helix y el expansor palatino o expansor de
Arndt.

Esta aparatología puede trabajar sim ultánea­


m ente con la aparatología vestibular de la prim era
fase y hace posible la corrección de estos proble­
m as durante su desarrollo. También se utiliza con
frecuencia en el pretratam iento en dentición pri­
m aria o m ixta con los m ism os objetivos y exce­
lentes resultados.

El quad helix es un aparato palatino construi­


do en alam bre de acero de .036”, que incorpora en
su diseño cuatro loops helicoidales a los que debe Fig. 5.27: Q uad helix. V ista o clusal y frontal.

su denom inación (Fig. 5.27).


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266 Aparatología auxiliar

Puede ser fijo, soldado a las bandas molares;


o removible, insertado en los tubos palatinos.
Estos dos m odelos pueden adquirirse preform a-
dos en diferentes tam años o construirse en labora­
torio sobre m odelos del paciente.

Construcción

Describirem os la construcción del quad hclix


soldado, que es el que utilizamos.
Se construye sobre modelo. Previam ente se
adaptan las bandas en los segundos m olares pri­
m arios o en los prim eros m olares perm anentes,
según el estadio de erupción de las piezas den­
tarias y se sigue el procedim iento desarrollado
más adelante com o “Preparación del m odelo de
trabajo” .
Se com ienza por los loops anteriores ubicados
a la altura de los caninos (Fig. 5.28 A), luego los
loops posteriores 5 m m por distal de las bandas
m olares y, por últim o, se adaptan los brazos la­
terales (Fig. 5.28 B), que a partir de los loops pos­
teriores siguen una dirección hacia oclusal y
afuera aproxim ándose a las bandas (Fig. 5.28 C y
D).
Luego se prolongan hacia adelante contor­
neando la cara palatina de los dientes del sector
lateral hasta el canino.

D
y \

m
rn
Fig. 5.28: Construcción del quad helix.
i t o j
v\
A) Loops anteriores.
B) Loops posteriores.
C) Adaptación de los brazos laterales (con doblez). V
D) Adaptación de los brazos laterales (sin doblez).
www.FreeLibros.me Aparatología auxiliar 267

A B C D

Fig. 5.29: Modificaciones del quad helix.

A) Quad helix con parrilla para succión de dedos.


B) Quad helix con parilla combinada.
C) Quad helix con parrilla para interposición lingual.
D) Quad helix con prolongaciones anteriores.

Con la introducción de algunas m odifica­ m ixta. Si eso fuera necesario, se coloca un


ciones puede utilizarse en el pretratam iento para quad helix con activación sólo a nivel molar,
otras funciones: pero una vez expandidos los brazos laterales
actuarán como tope controlando la expansión.
• Para la corrección de succión del pulgar o En los casos de dentición perm anente con
deglución atípica, se com bina con las parrillas aparatología vestibular instalada se podrá tra­
destinadas a corregir estos hábitos (Fig. 5.29 bajar con esta m odificación del quad helix
A, B y C). Estas m odificaciones, si bien porque los arcos vestibulares controlarán la
reducen su elasticidad y su capacidad para la m aniobra de expansión de los molares.
expansión porque impiden la construcción de
los loops anteriores, nos dan la posibilidad de
tratar el problem a transversal y el hábito
sim ultáneam ente.
• Para la corrección de m ordidas cruzadas
anteriores, se prolongan las ram as laterales
hacia la cara palatina de los incisivos (Fig.
5.29 D).
• Para lim itar su efecto sólo al giro del m olar
se construye sin las ram as laterales (Fig.
5.30). No es aconsejable el uso del quad helix
sin brazos laterales para realizar la expansión
de los m olares solam ente en la dentición Fig. 5.30: Q uad helix para rotación distal del molar.
268 Aparatología auxiliar www.FreeLibros.me

Activación

La prim era activación se realiza m anualm ente


antes de cementarlo.
Se expande aproxim adam ente 5 m m con la
precaución de que esta m aniobra m antenga para­
lelos los brazos laterales, es decir que la expan­
sión a nivel m olar y en el sector lateral sea de la
misma m agnitud (Fig. 5.31 A).
A las 4 sem anas se realiza el prim er control y
en ese m om ento se hace en el sector anterior una
activación intraoral con pinza de tres picos (Fig. B1
5.31 B l).
Esta activación provoca una expansión y ro­
tación mesial de los m olares (Fig. 5.31 B2).
Con la finalidad de evitar estos efectos, con la
m ism a pinza se hacen com pensaciones en los sec­
tores laterales (Fig. 5.31 C l).
Estas activaciones producen una rotación dis­
tal de los m olares logrando paralelism o en la
expansión (Fig. 5.31 C2).
Por lo general cuando son expandidos, las
coronas de los m olares se inclinan hacia vestibu­
lar, alterando el torque de estos dientes. C1
Dependiendo del torque que ellos presentaban
al inicio de la expansión, pueden ser necesarias
com pensaciones que devuelvan a estas piezas el
torque correcto (Fig. 5.32 A y B).
Con esta finalidad se hace una activación en el
sector anterior com o m uestra la figura 5.32 C y D.
Se deja transcurrir un período igual al ante­
rior. Si el caso requiere una nueva activación, es
conveniente retirar el aparato, reacondicionarlo
fuera de la boca, realizar la nueva activación y Fig. 5.31: Activaciones para expansión.

volverlo a instalar.
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B2

C2
270 Aparatología auxiliar www.FreeLibros.me

Fig. 5.32: Activación de torque.

No es aconsejable hacer otra activación intra- rales, se activan las prolongaciones anteriores de
oral porque el aparato puede sufrir distorsiones los brazos laterales con el objeto de provocar la
que no se pueden evaluar estando instalados. protrusión del grupo incisivo.
G eneralm ente las expansiones y las rotaciones
se obtienen en un plazo de 60 a 90 días. Se deja el Q u a d h e lix r e m o v ib le
aparato durante un período de aproxim adam ente
90 días más y se retira. La función y la activación de este aparato son
iguales a las del anterior. La diferencia reside en
Q u a d h e lix c o n p r o lo n g a c io n e s a n te r io r e s que este m odelo tiene en los extrem os posteriores
dos anclajes horizontales iguales a los de la barra
Está indicado cuando se necesita hacer expan­ palatina (Fig. 5.33). Estos anclajes se insertan en
sión lateral y anterior de la arcada (Fig. 5.29 D). los tubos palatinos de las bandas molares.
Sim ultáneam ente con las activaciones late­
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Su activación perm ite introducir movimientos


de torque y rotación (Fig. 5.34). Adem ás, su fácil
instalación y rem oción, perm ite la activación
fuera de la boca y el control de su magnitud y
dirección con m ás precisión y facilidad que la
anterior.
Se encuentra disponible en varios tam años y
tam bién puede ser construido sobre el m odelo del
paciente utilizando el m étodo anteriorm ente
descripto para el quad helix soldado.

Fig. 5.33: Quad helix removible.

Fig. 5.34: Adaptación sobre modelo de un quad helix removible. A) Comprobando expansión y torque. Las
llaves que se insertan en los tubos palatinos de las bandas permiten controlar el torque de los molares
durante la expansión de la misma manera que una barra palatina. B) Quad helix instalado en los tubos palati­
nos de los molares.

Fig. 5.35: Q uad helix rem ovible antes y después de la expansión.


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272 Aparatología auxiliar

Expansor palatino

Es un aparato prefabricado destinado a la co­


rrección de anom alías transversales dentoalveo-
lares, tam bién conocido como expansor de Arndt.
Está construido con dos barras palatinas de
alam bre de NiTi term oactivable que se unen en
sus extrem os a través de un conector de acero
inoxidable (Fig. 5.36). Cada conector relaciona
además otros dos com ponentes del aparato: los
brazos laterales y las llaves de anclaje. Estos dos
elem entos están construidos en acero.
Los brazos laterales son los que transm iten a
los dientes del sector lateral las fuerzas produci­
das por las barras de NiTi. Al ser de acero, su
estructura perm ite una serie de m anipulaciones
con la finalidad de adaptarlos a diferentes necesi­
dades.
Las llaves de anclaje, tam bién de acero, son el
elem ento de acople con los tubos palatinos de los
molares.
Este aparato se puede adaptar directam ente en
boca debido a las características del NiTi utiliza­
do para su construcción, que es term oactivable. Si
se desea hacer la adaptación sobre m odelos, se Fig. 5.36: Expansor palatino.

debe seguir el procedim iento descripto en este 1) Barras palatinas termoactivables.


capítulo com o “Preparación del m odelo de traba­ 2) Conector.
3) Llaves de anclaje.
jo ” . 4) Brazos laterales.
Provocando el enfriam iento de las barras
transversales, estas pierden totalm ente su nivel de
carga y hacen sum am ente fácil su inserción en los
anclajes palatinos. Esta m em oria elástica hace innecesaria cual­
La tem peratura bucal provoca la recuperación quier tipo de m anipulación en el sentido de la
de la tensión del NiTi y le devuelve la m em oria de expansión. Su activación depende del grado de
forma. com presión que sufran las barras palatinas.
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Aparatología auxiliar 273

Ventajas

1- No requiere ajustes por parte del paciente y


es de fácil control por parte del operador.
2- Puede ser program ado para realizar exacta­
m ente la expansión necesaria.
3- N o requiere ajustes frecuentes por parte del
operador.
4- Es m uy efectivo para realizar la expansión
de la arcada a nivel dentoalveolar.
5- Es tam bién m uy efectivo para la rotación
distal, el torque y el control vertical de los
molares.
6- Puede instalarse en prim eros y segundos Fig. 5.37: Medida del expansor palatino a utilizar.

m olares alternada o sim ultáneam ente.


7- Puede utilizarse como elem ento de anclaje.
8- Se instala directam ente y no requiere pro­
cedim ientos de laboratorio. Esto reduce costos
y ahorra tiempo.
9- Produce fuerzas ligeras, suaves y continuas. ciona el aparato. Explicarem os con un ejemplo
10- Su activación es muy controlada y elimina cóm o se procede.
el riesgo de la sobreexpansión. Suponiendo que la m edida transversal es de
11 - Durante la expansión m antiene el control 37 mm, se sum a a esta m edida 4 m m y se utiliza
del torque molar. en este caso un expansor de 4 1 mm.
Si la medida transversal fuera de 38 mm, al
Funciones adicionarle 4 tendríam os que seleccionar un
expansor de 42 mm; pero la m edida mayor más
1) E x p a n s ió n próxim a es de 4 1 mm lo cual es ligeram ente insu­
ficiente.
Selección del tam año apropiado: En este caso se puede agregar l a 2 mm al
El expansor se fabrica en ocho tam años que aparato m ediante un alicate de tres picos en la
van desde 26 m m hasta 47 mm, con una diferen­ om ega del arco distal.
cia de 3 m m entre cada uno de ellos. Sum ar m ás de 5 mm a la distancia entre am­
Generalm ente, las necesidades de expansión bos tubos puede provocar una exagerada incli­
son de 4 a 5 m m (2 a 2,5 mm por lado). nación de los m olares hacia vestibular y una
Se m ide con un compás de punta seca o un alteración del torque.
caliper la distancia entre am bos tubos palatinos. A Las figuras 5.38, 5.39 y 5.40 grafican la
esta m edida se suman 4 mm (Fig. 5.37) y se selec- expansión.
274 Aparatología auxiliar
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Fig. 5.38: Expansor con la medida correcta, vista oclusal y frontal.

Fig. 5.39: Al instalarlo, se comprimen los muelles de NiTi. Los brazos laterales no tienen una completa
adaptación a la arcada para dar lugar inicialmente a una rotación distal de los molares.

Fig. 5.40: Después de la rotación los brazos apoyan en los sectores laterales. Se produce la expansión con­
trolando el torque de los molares simultáneamente.
www.FreeLibros.me Aparatología auxiliar 275

2) R o ta c ió n d is ta l d e lo s m o la re s

En la m ayoría de los casos los m olares supe­


riores están, en mayor o m enor grado, rotados m e­
sialmente.
Las llaves de acople son paralelas entre si en
sentido m esiodistal. Esta característica perm ite
provocar una rotación distal sim ultáneam ente con
la expansión de los m olares (Fig. 5.41).
Cuando la alteración inicial de la rotación es
de gran m agnitud, se hace necesaria la m anipu­
lación de las llaves con la finalidad de provocar
activaciones graduales (Fig. 5.43). Esto obedece a
dos fines:
• No ejercer fuerzas excesivas en los molares.
• Evitar desplazam ientos exagerados de los
brazos laterales hacia la línea media, que difi­
cultan la tolerancia del paciente hacia este
aparato en las fases iniciales.

De todos m odos, com o estos brazos son de


acero, pueden adaptarse de acuerdo al caso en
posiciones que resulten m ás confortables.
También es posible m odificar la orientación
de las llaves cuando se desea hacer una rotación
unilateral.
Si desea realizar solam ente rotación de los
m olares, se cortan los brazos de acero y se utiliza
el expander com o un rotador. En este caso el
aparato no deberá tener activación de expansión,
es decir, su tam año debe ser igual a la distancia
entre am bos anclajes palatinos de los m olares.

Fig. 5.41: Verificación de la activación de rotación


distal. En este caso, con un aparato pasivo en el
sentido de la expansión.
276 Aparatología auxiliar
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A B

C D

Fig. 5.42: A) Segundos molares de forma triangular, con rotación mesial. Por su anatomía el tubo palatino
no refleja en su inclinación la rotación del molar. Un expansor con sus llaves paralelas no ejercerá ningún
efecto de rotación distal. B) Para hacer efectiva la rotación distal se activarán las llaves de manera que con-
vergan hacia distal. C) Verificación de la activación de rotación distal. D) Efecto conseguido.

Fig. 5.43: A) Cuando los molares tienen una excesiva rotación mesial, el expander con sus llaves paralelas
tiene una activación de rotación distal exagerada. B) Para disminuir esta activación se trabajan las llaves,
haciéndolas convergentes hacia mesial. C) Verificación de la activación de rotación distal al modificar las
llaves.
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3) T o rq u e r a d ic u lo v e s tib u la r d e lo s m o la re s

Las llaves de los extrem os de los brazos la­


terales tam bién son paralelas entre sí en sentido
ocluso gingival, por lo que son aptas para provo­
car un correcto torque de los m olares (Fig. 5.44).
Al igual que lo que sucede con las rotaciones,
algunos casos requerirán una activación gradual
del torque. Esta m anipulación se realiza con una
pinza 139 de Angle.
La activación de torque es sim ultánea con la
expansión, resultando así una m aniobra sum a­
m ente controlada.
Esta m aniobra de torque puede hacerse tam bién
en casos que no requieren expansión, cum pliendo
funciones sim ilares a la barra palatina.

4) C o n tr o l v e r tic a l

Las barras del expander ocupan parte del espacio


de la lengua y quedan expuestas a la presión de
ésta, por lo que es un aparato apto para el control
Fig. 5.44: Activación de torque negativo. Forma de
Vertical de los molares. verificarlo.
En los casos en que sólo se requiriera este efecto,
deberá elegirse un tam año igual a la distancia
entre los anclajes palatinos con el objeto de no
introducir expansiones innecesarias y será indis­
pensable que tenga una correcta activación de
torque negativo de m anera que las llaves tengan
una inclinación levem ente divergente hacia gingi­
val.
En com paración con el control vertical que realiza
una barra palatina con las m ism as características,
el palatal expander tiene la ventaja de que la doble
barra que contacta con la lengua aum enta su efec­
tividad.

Fig. 5.45: Control vertical con expansor palatino,


efectuado a través del torque negativo y la intrusión
por presión lingual.
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278 Aparatología auxiliar

5) C o n tr a c c ió n

Debido al control de torque que este aparato


ejerce en el m ovimiento trasversal de los m olares,
es útil para los casos que presentan una sobre-
expansión m olar con torque positivo (Fig. 5.46).
Se debe elegir un tam año m enor a la distancia
existente entre los anclajes con el objeto de lograr
una correcta posición transversal del molar, m an­
teniendo al m ism o tiem po el paralelism o de las
llaves de anclaje en sentido gíngivo-oclusal.

Fig. 5.46: Un expansor palatino de una medida


menor a la distancia entre los tubos es útil para dis­
Adaptación y cementado
minuir la distancia intermolar en los casos en que
estos presentan una excesiva inclinación hacia
Ya sea que se adapte directam ente en boca o vestibular.

sobre m odelo, es conveniente disponer de enfria­


dores para las barras de NiTi, para quitarles ten­
sión y poder m anipularlas con facilidad.
Durante la adaptación, los brazos de acero
inoxidable no deberán contactar con las caras
palatinas de los prem olares cuando se desea un
prim er efecto de rotación distal de los molares.
Cuando esta rotación se haya com pletado, los
brazos de acero contactarán espontáneam ente en
dichos sectores laterales.
En sentido vertical, debe tenerse la precaución
de que los brazos no queden m uy separados de la
mucosa ni la presionen produciendo isquemia. Lo
prim ero provocará m olestias a la lengua y lo
segundo lesionará la m ucosa y además dificultará
la expansión.
Se cem entan las bandas a los m olares con el
procedim iento habitual y luego se instala el
expansor, que ha sido enfriado inm ediatam ente
antes de su instalación. Fig. 5.47: E xpansor palatino instalado en boca.
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Debido a la com presión trasversal, inicial­ N o es conveniente el uso del aparato sin los
m ente este aparato se curva hacia la bóveda brazos laterales para expansiones de los molares
palatina, pero a m edida que se vaya realizando la en dentición m ixta porque se pueden producir
expansión desciende hacia oclusal. m ovim ientos sin control. Si fuera necesario
Esta prim era expansión se considera finaliza­ expandir sólo los prim eros m olares, los brazos la­
da cuando el aparato recupera su form a original. terales no contactarán incialm ente en los sectores
Si se requiere una expansión adicional se uti­ laterales pero si lo harán después de la expansión
liza el alicate de tres picos com o ya fue m en­ de los m olares, actuando de tope.
cionado y se m uestra en la figura 5.48. Se podrá utilizar el expansor sin los brazos la­
Es poco frecuente que se requiera la insta­ terales cuando haya que expandir m olares en
lación de un segundo expansor, de una m edida pacientes en dentición perm anente con arcos
mayor que el prim ero. Cuando las necesidades de vestibulares instalados, ya que estos controlan la
expansión sobrepasan los 4 ó 5 mm, probable­ expansión.
m ente el problem a sea de índole esqueletal y
requiera una disyunción ortopédica del m axilar
superior.

Fig. 5.48: Utilización de la pinza de tres picos para Fig. 5.49: Expansor palatino antes y después de la
aumentar la activación de expansión. expansión.
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280 Aparatología auxiliar

Rotador de molares

Es una variante del expansor palatino y, como


todos los aparatos construidos con m aterial super-
clástico, no requiere activaciones frecuentes y
acepta m ayores activaciones respondiendo con
fuerzas suaves sobre los m olares que le sirven de
anclaje.
J l/y \J Í S
Las llaves ubicadas en sus extrem os están con­ Fig. 5.50: Rotador de molares.

struidas en acero y por esto es posible hacer sobre 1) Barra palatina termoactivable.
ellos algunas m odificaciones para aum entar o dis­ 2) Conector.
3) Llave de anclaje.
m inuir su capacidad de rotación.

La adaptación y activación es sim ilar a la del


palatal expander, teniendo la precaución de no
introducir activación de expansión sobre los
m olares. Esto puede producir fuerzas sin control
en cuanto a la dirección. Se puede utilizar indis­
tintam ente en prim eros y segundos m olares.
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Disyuntor

L a expansión rápida del m axilar (disyunción)


se realiza con el objeto de aum entar su dimensión
transversal para co rreg ir m ordidas cruzadas
esqueletales, aumentando al m ism o tiem po la lon­
gitud de la arcada.
Se utilizan para ello expansores que producen
fuerzas transversales intensas sobre los sectores
alveolodentarios laterales de la arcada superior
Fig. 5.51). Debido a la m agnitud de estas fuerzas
no se produce m ovilización de las piezas dentarias
de anclaje y estas actúan directam ente abriendo la
sutura m ediopalatina y p o r transm isión de
fuerzas, estim ulando el entorno sutural del m axi­
lar superior.
Existen varios tipos de aparatos, pero en nues­
tra práctica clínica utilizamos:

1) Para dentición m ixta y perm anente:


• Expansor tipo Hyrax
2) Para dentición prim aria y m ixta temprana:
• D isyuntor de adhesión directa

Indicaciones
Fig. 5.51: Disyuntor
Se utiliza en pacientes en los que aún no ha
1)
finalizado el desarrollo del sistema sutural del 2 y 3) Conectores
m axilar para la corrección de m ordidas cruzadas 4) Elementos de retención: Bandas
posteriores de naturaleza esqueletal (Fig. 5.52).
Tam bién en algunos casos se observa
sim ultáneam ente la co rrección de m ordidas
cruzadas anteriores leves.
Flaas y otros dem ostraron el avance del punto A
en una m agnitud de 1 a 2 mm com o resultado de
la expansión rápida del maxilar.
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282 Aparatología auxiliar

Fig. 5.52: Mordidas cruzadas.


A) Mordida cruzada dentaria (molares con excesivo torque negativo). Se corrigen con expansiones den-
toalveolares superiores (quad helix, expansor palatino).
B) Mordida cruzada esqueletal (molares con torque positivo). Se indica la disyunción del maxilar superior.

En pacientes adultos, para solución de proble­


mas transversales de m axilar superior, se puede
utilizar la disyunción quirúrgica o la disyunción
asistida por cirugía.
Este procedim iento consiste en la creación de una
sutura m ediopalatina quirúrgica y la posterior uti­
lización de un expansor tipo Hyrax com o el que se
describirá mas adelante.

Efectos

Si bien la disyunción sólo puede utilizarse en


casos de m ordidas cruzadas esqueletales, son va­
rios los efectos favorables que produce:

Aumento en la longitud de la arcada superior:


La disyunción provoca la apertura de un
diastem a entre los incisivos centrales. Este Fig. 5.53: Efecto de la disyunción del maxilar supe­
diastem a se cierra luego de 2 a 4 sem anas de pro­ rior. La apertura de la sutura es mayor en la parte
anterior, producto de una leve rotación de la hemi-
ducido, debido a la acción de las fibras transep- maxila. El resultado proyecta el Punto A y los inci­
sivos levemente hacia vestibular.
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tales que conectan a los incisivos centrales y los


desplazan hacia la línea m edia, produciendo así A
un aumento del espacio disponible en la arcada.

Posibilita la corrección del torque de los


dientes posteriores:
En la figura 5.52 se observa la inclinación
axial que asum en los dientes posteriores en las
m ordidas cruzadas provocadas por la estrechez
del maxilar. Esta inclinación provoca un torque
positivo de las piezas y con ello el descenso de las
cúspides palatinas por debajo del plano oclusal.
Esto genera interferencias oclusales.
La expansión de las bases apicales m ediante la
disyunción, perm ite m ejorar posteriorm ente el
torque de los m olares m ediante la aparatología
vestibular y palatina (Fig. 5.56).

Efecto favorable sobre la respiración:


Este efecto es debido a la expansión del piso
de las fosas nasales que aum enta el volum en del
flujo de aire. Este fenóm eno se observa en la m a­
yoría de los pacientes que tienen dificultades de
esa índole, sin em bargo, debem os señalar que no
siem pre sucede porque hay m uchos casos en los
que la obstrucción de las vías superiores se debe a
varios factores asociados.

Favorece la corrección de la m ordida cruzada


anterior:
En pacientes con dentición prim aria o mixta
m ediante el uso com binado con m áscaras de trac­ ».
ción posteroanterior, la expansión rápida puede
provocar un ligero avance del Punto “A ” (Fig. Fig. 5.54: Vista oclusal de la disyunción.
5.53) y además actúa estim ulando el sistema
A) Disyuntor instalado.
sutural que rodea el m axilar por lo que m ejora la B) Con la activación se habrá creado un diastema
respuesta a la acción de la máscara. interincisivo que evidencia la separación de la sutu­
ra mediopalatina.
C) Posteriormente, se produce el cierre del diaste­
ma por efecto de las fibras transeptales.
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284 Aparatología auxiliar

Construcción y manejo del disyuntor


con bandas

1) Se adaptan las bandas al paciente y m e­


diante una im presión de transferencia se cons­
truye el m odelo de trabajo desarrollado más
adelante, en este capítulo.
Es im prescindible observar la inclinación de
los dientes donde van colocadas las bandas de
anclaje, con el objeto de evaluar el grado de
paralelism o. En algunos casos de denticiones
perm anentes, la dirección axial de los dientes
que servirán de anclaje tiene un grado de
alteración que no perm itirá la correcta inser­
ción del aparato (Fig. 5.57).
Ante esas situaciones es conveniente adaptar
bandas con cierta holgura para favorecer la
inserción del aparato. Adem ás, si al realizar la

Fig. 5.56: Vista frontal de la disyunción.

A) Disyuntor instalado.
B) Con la activación se abre la sutura mediopalati-
na y los molares se inclinan hacia vestibular.
Fig. 5.55: Combinación de efectos ortopédicos: C) Posteriormente, se recupera el torque de los mo­
Disyunción y máscara de tracción posteroanterior. lares.
Utilizar la máscara después de la disyunción poten­
cia el resultado ortopédico de avance del Punto A.
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prueba en boca no se logra una adaptación


perfecta, se indica instalar el aparato sin
cem entarlo y dejarlo en boca durante algunos
días hasta que se haya com pletado su asen­
tamiento.
2) Con una fresa redonda se quita el yeso ad­
yacente a la banda por vestibular y palatino en
cada una de las piezas de anclaje, con la fina­
lidad de crear cámaras de aire en esas dos
caras de la banda. Estas im pedirán que el calor
de la llama sea absorbido por el yeso y difi­
culte la aplicación o debilite la soldadura.
En la bóveda palatina se coloca cera con un
espesor de 3 a 5 m m con el objeto de posi-
cionar el tornillo separado de la mucosa. El
espesor de cera variará según la profundidad
de la bóveda. Debe tenerse en cuenta que el
tornillo debe estar posicionado a una altura
que le perm ita m antener una posición lo más
horizontal posible respecto de las bandas de
anclaje. Por supuesto que la tolerancia del pa­
ciente señalará los límites en esta ubicación
vertical.
Fig. 5.57: Diferente grado de inclinación de los
La elección del tornillo (tam año y magnitud
dientes donde se colocan las bandas de un disyun­
de expansión m áxim a), dependerá del diám e­ tor. Cuando la falta de paralelismo es mayor, se
tro transverso del m axilar superior y del grado deberán adaptar bandas más holgadas para permi­
tir la posterior inserción del aparato.
de expansión requerido. Se coloca el tornillo
sobre la cera, centrado en relación con la línea
m edia del modelo. Se miden sus cuatro barras,
se adaptan y se cortan.
Se construyen los refuerzos palatinos y
vestibulares en alam bre de acero redondo de
.040”.
Se fija el conjunto de tornillo y refuerzos con
pequeñas cantidades de yeso. Se lava el m o­
delo con agua caliente para retirar la cera.
Se suelda con soldadura de plata, se retira
cuidadosam ente del m odelo y se pule.
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Fig. 5.58 A : Disyuntor instalado en un paciente de 12 años donde se han realizado extracciones seriadas
superiores. Se utilizan como anclaje los primeros molares y caninos.

Fig. 5.58 B: Finalización de la disyunción. Se obseva el diastema interincisivo.

Fig. 5.58 C: Foto tomada 30 días después de la serie anterior. El diastema se ha cerrado casi por comple­
to.
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3 m eses y cuando es posible extendem os este


In s ta la c ió n periodo hasta 4 ó 5 m eses para perm itir la reosifi­
Para el cem entado deben utilizarse adhesivos cación de la sutura.
resistentes debido a que las fuerzas que genera el
aparato son pesadas y provocan m icro fisuras en el Disyuntores de adhesión directa
m aterial adhesivo. Se aconseja el uso de ionó- Tienen las m ism as indicaciones y efectos que
m cros vitreos que liberan flúor con el objeto de el aparato anteriorm ente descripto.
prevenir posibles descalcificaciones en el esmalte Se utiliza en dentición prim aria y tam bién en
de los dientes de anclaje, provocadas por micro- algunos casos en dentición m ixta tem prana (Fig.
filtración entre banda y superficie dental. 5.59).

A c tiv a c ió n d e l t o r n illo C o n s tr u c c ió n y m a n e jo c lín ic o


Es im prescindible conocer las especifica­ Se requieren dos m odelos. En uno de ellos se
ciones del tornillo que utilizam os porque el grado construye un m arco de alam bre de acero inoxi­
de apertura en cada activación es variable en las dable de 1 m m de diám etro. Este m arco contornea
diferentes m arcas com erciales. Por esta razón por vestibular y palatino los dientes posteriores, y
preferim os hablar de m agnitud de apertura diaria por distal el últim o m olar erupcionado. En las
en lugar de núm ero de activaciones diarias. denticiones prim arias, el prim er y segundo molar.
Aconsejam os una apertura diaria de 0,5 mm; En la dentición m ixta tem prana, adem ás del
es una m edida tolerada por el paciente que a su prim er y segundo m olar prim ario, se contornea
vez perm ite un buen ritmo de expansión. tam bién el prim er m olar perm anente.
No se puede dar una cifra estándar de expan­ La unión del alam bre se realiza con abundante
sión debido a que existen variaciones indivi­ soldadura para dar resistencia y evitar la fractura
duales. Es im prescindible realizar un estricto con­ durante el proceso de expansión.
trol clínico periódico que evite las expansiones Se coloca una pequeña cantidad de yeso en la
excesivas. Lo deseable es llegar hasta el límite en bóveda palatina para posicionar el tornillo. Debe
que las cúspides palatinas superiores contactan alinearse tom ando com o referencia su línea media
con las vestibulares inferiores. Sin dar cifras abso­ y la línea m edia del paladar a una distancia de 2 a
lutas podem os decir que en general es factible 4 m m de la mucosa.
realizar expansiones de hasta 10 a 12 mm. Una vez fraguado el yeso se retira el tornillo y
Una vez term inado el proceso de expansión se adaptan las cuatro extensiones de alam bre pre­
rápida se fija el tornillo en la posición alcanzada viam ente construidas, se sueldan al marco a la
m ediante la colocación de una ligadura de alam ­ altura de las caras palatinas de los primeros
bre colocada en las perforaciones del tornillo y se m olares prim arios y los prim eros m olares perm a­
aplica una pequeña porción de resina para evitar nentes.
m ovimientos. Se retira del m odelo, se pule y se coloca sobre
Una vez finalizada la expansión se m antiene el segundo m odelo para la construcción del acríli-
el aparato en boca durante un periodo m ínim o de co.
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288 Aparatología auxiliar

ciones que pueden producirse en los casos en que


se produzcan m icrofiltraciones.
Se debe aplicar el agente de enlace líquido
(primer) a la superficie interna del expansor con
la finalidad de aum entar la adhesión y se continúa
el proceso siguiendo cuidadosam ente las instruc-
cio-nes del fabricante para la m anipulación del
m aterial. Pueden utilizarse adhesivos fotocurables
o autocurables. Se presiona firm em ente y se reti­
ran los excesos.

Fig. 5.59: Disyuntor de adhesión directa.


R e m o c ió n
Como se trata de expansiones en dentición
prim aria o m ixta tem prana, existe la posibilidad
de que en el m om ento del retiro del aparato,
Se utiliza una m áquina para term om oldeado y
algunos dientes estén en estadio de exfoliación.
una lám ina acetato de 3 m m de espesor. Una vez
En estos casos se deberá colocar anestesia antes
ablandada se estam pa sobre el m arco de alambre.
de retirarlo porque es m uy frecuente que esos
M ientras la lám ina de acetato es sometida al
dientes, ya sin retención radicular, queden adheri­
calor, se debe aplicar una pequeña cantidad de
dos y se provoque su extracción.
acrílico autopolim erizable sobre el m arco de
Se utiliza una pinza para remover brackets, y
alam bre con el objeto de asegurar su adherencia y
en los casos que el aparato ofrezca una mayor
se realiza el estampado.
resistencia se recom ienda el corte del acrílico y
del metal con piedras de alta velocidad.
In s ta la c ió n
Se deja el aparato durante seis meses después
Se limpian los dientes con m aterial abrasivo,
de realizada la expansión. En caso de rotura o
se lavan, se secan cuidadosam ente y se procede al
descem entado en este periodo, se puede realizar
grabado de las superficies involucradas utilizando
una placa de contención removióle o un arco
una solución de ácido fosfórico, igual que en
palatino construido con alam bre de acero de .040”
cualquier procedim iento de adhesión directa,
soldado a bandas m olares, que contornee con pre­
teniendo en cuenta que el tiem po necesario para
cisión las cara palatinas de todos los dientes de la
grabar los dientes prim arios es de dos minutos (el
arcada.
doble del tiempo requerido para los perm anentes)
El grabado de las caras oclusales dificulta la
rem oción del aparato por la excesiva retención
que ejercen las fosas y fisuras por lo que algunos
clínicos no graban esa zona. Si bien sucede así,
nosotros aconsejam os grabar esas superficies con
el objeto de m inim izar el riesgo de descalcifica­
www.FreeLibros.me Aparatología auxiliar 289

Máscara de tracción posteroanterior

Introducción 4) El arco palatino se construye en contacto


con los cuellos dentarios.
La m áscara de tracción posteroanterior, m ás­ El arco vestibular debe estar separado de las
cara facial o m áscara de Dclaire es un aparato caras vestibulares de los dientes aproxim ada­
ortopédico que se utiliza en pacientes en creci­ mente 2 a 3 m m y a la altura del tercio gingi­
miento con m ordidas cruzadas anteriores. Con val de estas caras vestibulares.
ella es factible producir cam bios favorables en la
relación sagital m axilom andibular m ediante la Algunas veces se utiliza la m áscara inme­
utilización de fuerzas ortopédicas pesadas. diatamente después de realizada la disyunción del
Utilizamos la máscara m odificada por Petit m axilar superior. En esos casos se utiliza como
(Fig. 5.61), quien sustituyó el m arco de alam bre aparato intraoral el disyuntor que está instalado en
por un vástago central más rígido que une las dos boca.
superficies de anclaje, frontal y m entoniana dán­ Con esta finalidad el aparato se construye con
doles la posibilidad de deslizam iento en sentido dos ganchos vestibulares soldados a las bandas,
vertical. Esto perm ite la apertura y el cierre bucal que se utilizarán para la colocación de los elásti­
haciéndola m ás confortable que aquellas m ás­ cos.
caras rígidas que inmovilizan la m andíbula. Esa
condición aum enta la colaboración del paciente.
Partes que la integran:
• Aparato intrabucal
• Aparato extrabucal (máscara)

El aparato intrabucal consta de (Fig. 5.60):


1) Dos bandas cem entadas a los prim eros mo­
lares perm anentes o a los segundos m olares
prim arios superiores.
2) Dos arcos soldados a las bandas: un arco
vestibular de alam bre de acero 1,2 a 1,5 mm
de diám etro y un arco palatino de alam bre de
acero de 1,1 m m de diámetro.
3) A la altura del centro de la cara vestibular Fig. 5.60: Aparato intrabucal para máscara.
de los caninos se sueldan dos ganchos o se
1) Bandas.
construyen dos loops destinados a insertar los 2) Arco vestibular.
elásticos. 3) Arco palatino.
4) Ganchos soldados.
290 Aparatología auxiliar
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Com ponentes del aparato extrabucal:


1) Apoyo frontal
2) Bisagra para rotación
3) Tope del apoyo frontal
4) Vástago central
5) Soporte intermedio
6) Vástago horizontal para los elásticos
7) M entonera deslizante
8) Tope de la m entonera

Adaptación de la máscara

El uso correcto dependerá fundam entalm ente


de la colaboración del paciente y esto, a su vez, de
Fig. la motivación y de una correcta adaptación. Por
ello debe ser individualizada ya que hay variacio­
nes entre los pacientes.
Puede ser adaptada com o m áscara fija o diná­
mica.

Com o m áscara fija:


El apoyo frontal se coloca en el centro de la
frente y se fija el tornillo de la bisagra rotatoria.
Con la boca cerrada se coloca la m entonera en
posición fijando el tope de la m ism a exactamente
por encim a de ésta para m antener la longitud.
Se inmoviliza la m entonera entre los dos topes
ajustando el inferior.
Se corta el vástago central por debajo de la
m entonera para evitar posibles m olestias e irrita­
ciones.
Esta m áscara tiene el inconveniente de no per­
m itir los m ovim ientos de apertura y cierre.

Como máscara dinám ica:


Se fija el tornillo del apoyo frontal, y m ante­
niendo al paciente con la boca cerrada, se fija el
Fig. 5.62: Esquema del posicionamiento de la más­ tope superior de la mentonera.
cara en el perfil del paciente.
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Fig. 5.63: La máscara dinámica permite el movimiento de la mentonera sobre el vástago central. De esa
manera, el paciente podrá abrir y cerrar la boca durante su uso.

La m entonera puede posicionarse de dos m a­ riar de acuerdo a la dirección que querem os darle
neras: con la curvatura hacia abajo o con la cur­ a los elásticos.
vatura hacia arriba. M ucho se ha escrito sobre el efecto de la
La selección de la posición dependerá del dirección de los elásticos en la tracción del m axi­
paciente ya que debido a las diferencias m orfo­ lar superior, atribuyendo diferentes efectos rota­
lógicas del m entón algunos encontrarán mayor cionales con las diferentes direcciones de los mis­
com odidad con una posición y otros con otra. mos. No hemos podido constatar rotaciones signi­
Se le pide al paciente que realice una apertura ficativas del m axilar superior en un sentido u otro,
m áxim a no forzada y se fija el tope inferior. Este por lo que en nuestra experiencia, los elásticos
espacio entre am bos topes, perm ite el desliza­ deben llevar una dirección tal que perm itan que
m iento de la mentonera. pasen librem ente a través de la hendidura labial.
Esta m áscara perm ite la apertura bucal, su uso Se evitaran así presiones sobre los labios o irrita­
es m as cóm odo para el paciente y reduce las ciones de la m ucosa y comisura. La dirección
irritaciones de la piel del m entón (Fig. 5.63). aconsejable para lograr com odidad es hacia ade­
Se ajusta el soporte interm edio a la altura del lante y abajo, llevando una angulación de aproxi­
stom ion aproxim adam ente. Esta altura puede va­ m adam ente 20° con la horizontal (Fig. 5.64).
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292 Aparatología auxiliar

La fuerza de tracción está dada por la carga de


los elásticos. Como sabem os, un elástico produce
el total de su fuerza cuando su diám etro es exten­
dido tres veces. Com o el tam año y form a de las
arcadas es variable y con el objetivo de m antener
ese rango de extensión, a veces se hace necesario
m odificar la longitud de la tracción. Para ello se
invierte la posición del sujetador de elásticos
hacia atrás o hacia adelante del vástago central.

Fig. 5.64: Detalle de la instalación de los elásticos Indicaciones


en el vástago horizontal de la máscara y en los
loops de retención del aparato intrabucal.
Para corregir m ordidas cruzadas anteriores de
naturaleza esqueletal o dentoalveolar.
Estas anom alías de Clase III leves pueden
deberse a una retrusión del m axilar superior, a un
prognatism o o a am bas cosas a la vez.
Debe tenerse en cuenta que el efecto esquele­
tal de la m áscara es m ínim o. Se reduce a estim u­
lar levemente (2 a 3 mm) el Punto A y no ejerce
efecto alguno sobre el crecim iento m andibular,
por lo que su uso en aquellos pacientes con un
potencial de crecim iento m andibular exagerado
Fig. 5.65: Aparato intrabucal para disyunción y uso resultará insuficiente. No obstante, si tratam os
de máscara. El extremo anterior de los conectores precozm ente a estos pacientes se logra una m ejo­
vestibulares es un gancho destinado a la inserción
de los elásticos. ría en la relación sagital futura al im pedir que la
m ordida cruzada inhiba el desarrollo del proceso
dentoalveolar superior. Es por ello que, en nuestra
práctica clínica, aún cuando la predicción de cre­
cim iento rem anente nos indica un crecim iento
prognático, utilizam os la máscara.

El efecto clínico de la m áscara es la suma de


varios factores:
En pacientes cuya edad oscila entre los 5 y los
8 años, produce avance del m axilar superior.
Este efecto se potencia cuando se utiliza inm e­

Fig. 5.66: Vista oclusal del aparato intrabucal para diatam ente después de realizada una disyunción
disyunción y uso de máscara.
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Fig. 5.67: Paciente con máscara dinámica. Vista de frente y lateral, con boca cerrada y abierta.

rápida de esa estructura. Adem ás provoca pro­ tratam iento se aconsejan 600 o 800 g por lado.
trusión dentoalveolar superior y apertura del eje Se pueden increm entar dependiendo de la
facial. edad del paciente y la cantidad de corrección
Cuando el paciente tiene más de 8 años, su necesaria hasta 1200 g por lado aproxim ada­
efecto se lim ita a estos dos últimos. mente.

Contraindicaciones Tiempo de uso

Por su efecto de apertura del eje facial, está Este aparato requiere un uso de 10 a 12 horas
contraindicada en patrones de crecim iento verti­ diarias, especialm ente durante el sueño.
cal y en m ordidas abiertas esqueletales. Tampoco La m áscara dinám ica, que perm ite la apertura
se aconseja su uso en caso de prognatism os m an­ y el cierre de la boca, hace posible el uso durante
dibulares exagerados, sobre los cuales no ejerce algunas horas del día, aum entado su efectividad.
efecto alguno.

Fuerzas utilizadas

Se u tilizan fuerzas crecientes. A l in iciar el


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294 Aparatología auxiliar

Fuerza extraoral vertical

La fuerza extraoral vertical se utiliza en com ­


binación con la BTP baja en pacientes en etapa de
dentición m ixta con eje facial abierto, general­
m ente dolieofaciales. En estos casos, podrá
realizarse una eficaz m aniobra intrusiva en el sec­
tor posterior cuyo resultado será un cierre de la
m ordida y del eje facial. Esto perm ite m ejorar la
dirección de crecim iento para lograr así una m a­
yor proyección del mentón.
Es indispensable que el caso se halle en una
Fig. 5.68: Paciente con casquete para fuerza extra-
etapa de la dentición mixta en la que estén erup-
oral vertical.
cionados los cuatro prim eros m olares perm anen­
tes y estén presentes en la arcada los prim eros y
segundos m olares prim arios superiores e inferio­
res.
Estos casos perm iten realizar la intrusión de
los prim eros m olares superiores m ediante el si­
guiente procedimiento:
- Se cem entan bandas en los m olares superio­
res.
- Se instala una barra baja.
- Se coloca una fuerza extraoral de dirección
alta (vertical). Para ello se utiliza un arco de
Kloehn m odificado m ediante el corte de la
ram a externa a 1 cm por detrás de las com i­
suras labiales, y se les hace un loop para
enganchar los elásticos que, en el otro extre­
mo, se insertan en ganchos instalados en el
casquete (Fig. 5.69).
El casquete debe tener la form a que indica la
figura 5.68 con dos prolongaciones verticales que
descienden próxim os al borde externo del ojo y
llevan ganchos para los elásticos. Fig. 5.69: Arco de Kloehn con rama externa corta
para el uso de fuerza extraoral vertical.
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La presión de la lengua sobre la barra palatina


y la acción de los elásticos de la FEO, provocan la
intrusión de los m olares superiores (Fig. 5.70 A).
Com o consecuencia de esta intrusión se ge­
nera un espacio interoclusal entre los m olares
superiores e inferiores. Es necesario, por esto,
citar al paciente con frecuencia (cada 10 a 15 días)
para controlar el espacio de inoclusión creado
entre los prim eros m olares perm anentes supe­
riores y sus hom ólogos inferiores por el efecto
intrusivo de la fuerza extraoral y de la barra
palatina, y realizar desgastes oclusales en los pri­
m eros y segundos m olares deciduos superiores e
inferiores (Fig. 5.70 B). De esta m anera logramos
restablecer los contactos oclusales entre los pri­
m eros m olares perm anentes. Con ello evitamos la
extrusión de los prim eros m olares inferiores, que
al estar un período prolongado sin antagonista po­
drían extruirse.
Com o ya dijimos, los controles se realizan
cada 10 ó 15 días y los desgastes pueden ser ne­
cesarios algunas veces con esa frecuencia y en
otras ser más espaciados.
Durante los controles debe constatarse la
oclusión o inoclusión de los m olares con papel de
articular porque suelen generarse espacios intero-
clusales tan pequeños que no pueden ser obser­
vables a sim ple vista.

Fig. 5.70: Mecanismo de cierre del eje con fuerza


extraoral vertical.

A) Intrusión del molar superior.


B) Desgaste de piezas dentarias primarias para que
los primeros molares contacten nuevamente.
C) Efecto de las maniobras anteriores en el overbite
y el eje facial.
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296 Aparatología auxiliar

Para detectar su existencia se interpone un cam bio de los sectores laterales hasta que los pre­
papel de articular entre ambas caras oclusales. Se m olares entren en oclusión.
hace m order al paciente: si el papel no se retiene, En nuestra práctica, encontram os a este pro­
será necesario practicar desgastes en las caras cedim iento m uy eficaz. Se logran intrusiones de
oclusales de los m olares tem porarios hasta hasta aproxim adam ente 2 m m con lo que se puede
restablecer los contactos en los perm anentes. Este producir un cierre del eje facial de considerable
tratam iento se puede extender en la época del m agnitud (Fig. 5.70 C).

Fig. 5.71: Paciente en el que se está efectuando un


control vertical con barra palatina baja y fuerza
extraoral vertical.

A) Arco intraoral con cierre de seguridad de Hamill.


B) Relación del arco intraoral con los labios. Arco
extraoral de rama corta.
C) Barra palatina baja.
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Aparatología auxiliar 297

Penduluirs de Hilgers

La recuperación de espacios en el sector pos­


terior requiere algunas veces m ovim ientos de dis-
talam iento del m olar

Los aparatos destinados a esta m aniobra son


m uy poco efectivos porque en la mayoría de los
casos introducen m ovim ientos parásitos, de los
cuales el más frecuente e indeseable es la incli­
nación distal de los m olares con el consiguiente
descenso de las cúspides m esiales y la creación de
puntos de contactos prem aturos.

El pendulum de Hilgers es un aparato destina­


do a dichas m aniobras, que reúne algunas venta­
jas:
1) Es estético, cómodo y no requiere la cola­
boración del paciente.
2) Es de fácil control y activación.
3) Insum e poco tiempo de sillón.

Este aparato puede provocar pérdida de ancla­


je en el sector anterior y adem ás tiene el inconve­
niente de producir inclinaciones de los m olares
durante el m ovimiento de distalam iento. Para dis­
m inuir este últim o efecto se realizan activaciones
Fig. 5.72: Pendulum de Hilgers.
adicionales.
1- Botón de acrílico.
D e s c r ip c ió n 2- Elementos de retención.
3- Muelles pendulares

El aparato consta de varias partes (Fig. 5.72):


• Un botón de acrílico que se apoya en la parte
anterior del paladar.
Este botón debe tener la mayor extensión
posible, para lograr una superficie de apoyo
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298 Aparatología auxiliar

adecuada, teniendo la precaución de que su


contorno m antenga una distancia de aproxi­
m adam ente 5 mm del margen gingival para
evitar lesiones.
• Los elem entos de retención pueden ser ban­
das o barras de alam bre que se cem entan en
los prim eros o segundos prem olares, o en
algunos casos en segundos m olares prim arios.
• Los elem entos activos son m uelles construi­
dos en alam bre de TM A de calibre .032”, lla­
m ados tam bién m uelles pendulares. Estos
muelles se colocan en el centro del borde dis­
tal del botón de acrílico. Esta posición perm ite
un am plio m ovim iento “de péndulo” y una
fácil inserción en los anclajes molares.

Estos muelles constan de:


1) Un ansa de retención que sirve de anclaje
en el acrilico.
2) Un loop que les otorga elasticidad.
Fig. 5.73: Pendulum con bandas en primeros pre­
3) Un ansa con form a de om ega que perm ite molares como elemento de retención. Activación en
introducir variaciones dim ensionales y activa­ el momento de la instalación.

ciones.
4) Un anclaje term inal que se inserta en los
tubos palatinos soldados a las bandas de los
prim eros m olares, iguales a los utilizados para
la barra palatina.

Activación

Los resortes deben activarse antes del cem en­


tado (Fig. 5.73).
Dada la gran elasticidad del alam bre TM A, en
los casos que lo requieran, se pueden activar hasta
que queden prácticam ente paralelos entre sí.
En el m om ento de insertar los resortes en los
tubos, se debe observar que los insertos no ejerzan
fuerza de extrusión, expansión o compresión.
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Aparatología auxiliar 299

Fig. 5.74: A) Pendulum con los muelles distaladores activos. B) Muelles instalados. Observar la inclinación
del anclaje terminal. C) El distalamiento por oclusal y en una vista lateral, donde se observa la inclinación
distal del molar y el descenso de las cúspides mesiales.
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300 Aparatología auxiliar

El control deberá hacerse cada 3 ó 4 semanas.


Se retiran los resortes del tubo palatino y se obser­
va el grado de activación existente. Si fuera nece­
sario activarlos nuevam ente, se introduce un ali­
cate 139 en el helix, se lleva el resorte hacia la
línea media y se introduce nuevamente en los
tubos.
El muelle pendular provoca movim iento en
sentido distal y sim ultáneam ente tiende a crear
m ordida cruzada. Además, com o la fuerza es
derivada hacia la corona, los ápices quedan en una
posición mesial, produciéndose una inclinación
indeseable de los m olares (Fig. 5.74).
El primero de los m ovim ientos negativos se
puede contrarrestar activando las om egas del
m uelle introduciéndoles una ligera expansión.
Para contrarrestar la inclinación de la corona
se realizara en un segundo tiem po una activación,
abriendo la om ega com o indica la figura 5.75 A.
Esto m odifica la relación vertical entre el
anclaje de la banda y el inserto o loop de anclaje
del pendulum (Fig. 5.75 B), favoreciendo el
m ovimiento distal de la raíz y m ejorando la incli­
nación del m olar (Fig. 5.75 C). Esta activación
busca que el m olar realice un m ovim iento hacia
distal en paralelo.
Una vez que los m olares se han llevado a una
posición de sobrecorrección, se recom ienda hacer
una contención de 3 a 4 meses.

Fig. 5.75: Activación para corregir ia inclinación dis­


tal del molar. A) Se debe abrir la omega del muelle.
B) Esto crea una divergencia entre el anclaje termi­
nal y el tubo palatino. C) Esta divergencia tiende a
inclinar la raíz hacia distal. D) Al inclinar la raíz hacia
distal se habrá completado un movimiento de dis-
talización en paralelo.
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Fig. 5.76: Paciente con pérdida de espacio unilateral. Se recupera la posición del molar con barra palatina
primero y luego con un pendulum unilateral.
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302 Aparatología auxiliar

Arco lingual

Se construye en alam bre de acero de .036”.


Los extremos pueden estar soldados a las bandas
de los prim eros m olares o insertados en los tubos
linguales.
En el sector anterior, el arco contacta con los
cuellos dentarios y, a la altura de prem olares, pue­
de llevar un ansa en om ega destinada a la acti­
vación en sentido sagital (Fig. 5.77).
Este aparato auxiliar se utiliza en la arcada
dentaria inferior en el estadio de transición de la
dentición mixta a dentición perm anente o cuando
se han realizado extracciones seriadas que requie­
ren control de los espacios y estabilización de los
molares.
Está indicado tam bién en casos de pequeñas
faltas de espacio en los que no se harán extrac­
ciones y se planifica utilizar el espacio libre de
Nance para com pensar la discrepancia dentaria
(Fig. 5.78). Fig. 5.77: Arco lingual. Vista lateral y oclusal.

Fig. 5.78: Arco lingual instalado en una arcada inferior para la posterior utilización del espacio libre de Nance.
A) Con la presencia de los segundo molares temporarios.
B) Al erupcionar los premolares se observa una discrepancia positiva.
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Fig. 5.79: El arco lingual como estabilizador del molar inferior en los casos de intrusión en dentición mixta.

A) Instalación del arco utilitario con activación de tip-back.


B) Efecto del tip-back a nivel del molar y de los incisivos. El molar tiende a inclinarse hacia distal, elevando
sus cúspides mesiales.
C) La presión de la lengua sobre el arco lingual actúa inhibiendo el movimiento del molar, reduciendo dicho
efecto negativo.

El arco lingual estabiliza al prim er m olar infe­


rior im pidiendo su m esialización.
Tam bién está indicado en casos de dentición
m ixta en los que se em plea el arco utilitario para
la corrección de problem as verticales del sector
anterior para m inim izar el efecto de inclinación
distal de los m olares (Fig. 5.79).
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304 Aparatología auxiliar

Botón de Nance

Es un botón palatino de acrílico unido a los


prim eros m olares m ediante un arco de alam bre de
.036” ó .040” cuyos extrem os se sueldan en la ca­
ra palatina de las bandas (Fig. 5.80).

Si bien ha sido m uy utilizado para aum entar el


anclaje de los m olares en los casos de extrac­
ciones, hemos limitado su uso com o refuerzo de
anclaje en los casos de dentición mixta cuando se
emplea un arco utlilitario para intruir el sector
anterior.

El botón, m ediante la presión lingual que


recibe, controla el m ovim iento de inclinación dis­
tal del m olar (Fig. 5.82).

Para aum entar su efectividad es recom endable


que la superficie del botón sea lo más extensa
posible. Fig. 5.80: Botón de Nance. Vista lateral y oclusal.

El botón de Nance tam bién se puede cons­


truir removible, sobre un modelo de trabajo donde
se han adaptado las bandas molares. En este caso
se debe ensam blar el botón con am bas bandas
m olares y asegurarlo a los anclajes con cadena
elástica o ligadura de alam bre, form ando una uni­
dad entre aparato y bandas com o paso previo a la
cementación. Al ser rem ovible tiene la ventaja
que, después de finalizada la intrusión, se podrá
retirar de boca sin inutilizar las bandas para la
inserción de otro tipo de aparatología palatina que
se necesite en el transcurso del tratamiento.
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Aparatología auxiliar 305

Fig. 5.81: Paciente en dentición mixta donde se va a realizar intrusión de incisivos con arcos utilitarios supe­
rior e inferior. Para estabilizar los molares se instala, en la arcada superior, un botón de Nance removióle; y
en la arcada inferior, un arco lingual soldado.

Fig. 5.82:
c
A) El arco utilitario superior activado con tip-back
para intruir los incisivos tiene un efecto de incli­
nación distal del molar. Si en estos molares se ha
instalado un botón de Nance, dicho efecto tiende a
separar el botón de acrílico de la mucosa palatina.
La lengua en la deglución genera una fuerza en
sentido contrario.
B) La presión lingual impide el descenso del botón
de Nance y con ello, la inclinación distal del molar.
C) Al estabilizar el molar con el botón de Nance
impidiendo su inclinación distal, el tip-back del arco
utilitario se expresa sólo en el sector anterior, con la
intrusión de los incisivos.
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306 Aparatología auxiliar

Aparatología para la eliminación de hábitos

Para la corrección de los hábitos de succión de


pulgar e interposición lingual utilizam os apara­
tología fija, porque perm ite prescindir de la cola­
boración del paciente y de este modo aum enta su
efectividad.

Parrilla para succión de pulgar

Una vez transferidas las bandas m olares en


m odelo de yeso se construye en alam bre de acero
de .036” o tam bién de .040” de diámetro.
Este último calibre le otorga más rigidez al
aparato y evita distorsiones en pacientes poco
cuidadosos.
Consiste en un arco palatino que en su parte
anterior tiene 2 ó 3 barras transversales que serán
las que evitaran el contacto del pulgar con la
m ucosa palatina. Su extrem os posteriores se suel­ Fig. 5.83: Parrilla para succión del pulgar, en un
paciente en dentición primaria.
dan a las bandas de los segundos m olares prim ario
o de los prim eros m olares perm anentes (Fig.
5.83).
Antes de cem entarlo, debe observarse que no
provoque isquem ia en la m ucosa porque, como
estará instalado varios m eses, en las zonas isqué­
micas puede producirse una epitelización que
provocará una serie de m olestias al paciente.

Parrilla para interposición lingual

Al igual que el anterior se construye el alam ­


bre de .036”. Dada su mayor debilidad (no tiene
barras transversales en el sector anterior) tiene
mayor tendencia a la distorsión, por lo que en
Fig. 5.84: Parrilla para interposición lingual, en un
algunos casos es necesaria la construcción en paciente en dentición mixta.
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alam bres de .040” de diám etro (Fig. 5.84).


En el sector anterior tiene 3 ó 4 ansas vertica­
les. Estas ansas deben tener su extremo inferior
más bajo que el borde incisal de los incisivos su­
periores. Se debe construir sobre m odelos m onta­
dos en oclusor en una relación de m áxim a inter-
cuspidación, con el objeto de que la porción ante­
rior del arco y las ansas no interfieran con la
oclusión de los incisivos inferiores (Fig. 5.85).

Parrillas combinadas

En m uchos casos coexisten los dos hábitos Fig. 5.85: Las ansas de la parrilla para interposición
antes m encionados. Para ellos, se indica la cons­ lingual no deben interferir con la oclusión. Se cons­
truye buscando que se ubiquen inmediatamente por
trucción de parrillas que com binan las caracterís­
detrás de los incisivos inferiores, para no reducir el
ticas de las antes m encionadas (Fig. 5.86). hábitat de la lengua más de lo necesario.

Fig. 5.86: Mordida abierta en un paciente donde


coexistían el hábito de succión del pulgar y el de
deglución atípica.
Se instala una parrilla combinada que al inhibir
ambos hábitos permite la normal erupción de los
incisivos.
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308 Aparatología auxiliar

Preparación del modelo de trabajo

La construcción y adaptación de algunos apa­


ratos auxiliares se realiza sobre m odelos a los
cuales se transfieren previam ente las bandas de
anclaje.
D escribirem os a continuación un procedi­
m iento destinado a la construcción de un m odelo
de trabajo sobre el cual se han transferido bandas
previamente adaptadas en boca.
Este procedim iento perm ite la correcta colo­
cación de estos elem entos de anclaje y será uti­
Fig. 5.87
lizado para la construcción y/o adaptación de la
siguiente aparatología:
• Arco linguales o palatinos soldados.
• Parrillas para corregir hábitos de succión de
pulgar u otros dedos.
• Parrillas para corregir hábitos de interposi­
ción lingual.
• Parrillas com binadas para la corrección de
ambos hábitos.
• Arcos de anclaje para m áscara de tracción
póstero anterior.
• Disyuntores. Fig. 5.88
• Construcción y/o adaptación de quad helix o
palatal expanden
• Botón de Nance.
• Adaptación de barras palatinas.

Secuencia de la construcción:
1) Se adaptan las bandas sobre los dientes
escogidos para el anclaje (Fig. 5.87).
2) Se utilizan pequeñas cantidades de com ­
puesto de m odelar, con el objeto de lograr una
impresión, m ediante presión digital, de las
caras oclusales de los dientes em bandados y Fig. 5.89
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de todo el contorno del borde oclusal de las


bandas (Fig. 5.88).
3) Se hace una im presión en alginato
4) Al retirarla, el com puesto de m odelar uti­
lizado para la im presión de las caras oclusales
queda incluido en el alginato (Fig. 5.89).
5) Se retiran de boca cuidadosam ente las ban­
das y se posicionan apoyando correctam ente
su contorno oclusal en la impresión que éste
ha dejado en el com puesto de m odelar (Fig.
5.90).
6) Se realiza el vaciado, fijando previamente
las bandas a la im presión con pequeños trozos
de alam bres para que la vibración durante el
vaciado no provoque desplazam ientos (Fig.
5.91).
7) Se separa el m odelo de la impresión, se reti­
ran los alam bres de fijación y se lava, con el
objeto de m antener las superficies de las ban­
das libres de yeso (fig. 5.92).

Al m odelo con las bandas así preparado se lo


puede utilizar para realizar dos procedimientos:

A) Para construir los aparatos auxiliares sol­


dados.
B) Para adaptar barras palatinas, quad helix
rem ovibles y expansores palatinos.

A) Para c o n s tru ir aparatología a u xilia r s o l­


dada:

1) D eterm inar cuáles serán las superficies de


las bandas que deberán ser som etidas al calor
para el procedim iento de soldado.
2) Con una fresa se elim ina el yeso adyacente
a dichas superficies. El propósito de esto es
crear una cám ara de aire que impida que el
Fig. 5.92
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310 Aparatología auxiliar

calor se difunda hacia el m odelo en el m om en­ vierte a esta m aniobra en un procedim iento trau­
to de soldar, con la consiguiente pérdida de m ático para el paciente. Si la deform ación sufrida
calidad de la soldadura. por el anclaje de la banda es im portante, se hace
prácticam ente im posible la colocación del inserto.
B) Para adaptar aparatología a u x ilia r rem o- Por otra parte, todo esto aum enta considera­
vible: blem ente el tiem po de sillón.
Por ello, aconsejam os en estos casos la impre­
La adaptación de las bandas en boca provoca sión de transferencia que nos perm ita conform ar
generalm ente una ligera deform ación de los el anclaje sobre el m odelo y adaptar el aparato
anclajes palatinos y dificulta la inserción de los auxiliar sin utilizar tiem po de sillón y evitar el
extrem os de los aparatos auxiliares que aloja. traum a al paciente. A dem ás, sobre el m odelo, se
Esto genera el inconveniente de que, para visualizan con m ás detalles la adaptación y acti­
posicionar el inserto dentro del anclaje palatino se vación del m ism o (torque, rotación distal, expan­
debe aplicar una presión considerable que con­ sión, separación de la m ucosa, etc.).
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C A PÍT U LO

6
PRETRATAMIENTO

Introducción
Pretratamiento en dentición mixta
Pretratamiento en dentición primaria
Casos clínicos
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Pretratamiento

INTRODUCCIÓN
Si no estam os seguros de evitar con el
El tratam iento de ortodoncia debe ser enfoca­ tratam iento tem prano un tratam iento posterior en
do com o una rehabilitación del aparato estom a- dentición perm anente, ¿se ju stifica el costo de dos
tognático. En este contexto, la rehabilitación tratam ientos?
oclusal probablem ente sea el aspecto m ás im por­ Los pacientes en dentición prim aria y mixta
tante porque el tratam iento ortodóncico tiene presentan diversas anom alías ortodóncicas y
como objetivo fundam ental la corrección de las ortopédicas que involucran desde hábitos de suc­
posiciones dentarias. Esto provoca profundas m o­ ción digital y/o labial, deglución atípica etc., los
dificaciones de las relaciones interoclusales que que se observan desde m uy tem prana edad, hasta
a su vez influirán sobre las ATM y la m usculatu­ anom alías ortodóncicas verticales o sagitales con
ra. apiñam ientos y m alposiciones de todo tipo, pa­
Este enfoque plantea la necesidad de incluir sando por problem as de desarrollo esqueletal que
en el tratam iento todas las piezas dentarias, desde se hacen m ás evidentes en dentición m ixta tem ­
segundo m olar a segundo m olar, pero en la prác­ prana y m ás aún en la dentición m ixta tardía.
tica aproxim adam ente el 50% de las consultas ini­ Al tratam iento de estas anom alías lo designa­
ciales corresponden a pacientes cuyas edades m os con el nom bre de pretratam iento y lo defini­
oscilan entre los 5 y 10 años. m os como: “las maniobras ortodóncicas, orto­
pédicas o clínicas que s e realizan previam ente al
La situación planteada nos crea varios interro­ tratamiento en dentición perm anente y tienen
gantes: como objetivos:

¿Qué hacer con los pacientes que aún no • Elim inación de hábitos.
tienen erupcionada toda su dentadura definiti­ • M odificaciones esqueletales que serán más
va? dificultosas o imposibles de realizar en esta­
¿Esperam os que se com plete el cam bio de la dios más avanzados en los que el crecimiento
dentición? estará en fa se fin a l o habrá finalizado.
¿Cuál es la oportunidad para tratarla? • E vitar daños a los dientes y tejidos de
Si la tratam os en dentición prim aria o mixta, soporte.
¿evitarem os un tratam iento posterior? • Creación de espacios mediante extracciones
¿N o nos expondrem os a un tratam iento exce­ senadas, desgastes de dientes primarios, protru­
sivam ente largo? sión, expansión, cierre de diastemas incisivos, etc.

313
314 Pretratamiento
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• Creación de la guía anterior con una po si­ m iento activo, el paciente debe ser controlado con
ción cefalom étrica aceptable de los incisivos ” intervalos de 4 a 6 m eses y se observará la con­
tención de las m aniobras realizadas, la evolución
Este concepto de pretratam iento, no significa de la dentición y se evaluará y decidirá la necesi­
exclusivam ente actuar con algún tipo de apara­ dad de realizar el tratam iento en dentición perm a­
tología. El hecho de realizar extracciones de nente.
piezas prim arias para im pedir que los perm a­ Para poder determ inar la oportunidad del pre­
nentes erupcionen con apiñam ientos, de realizar tratam iento, se debe partir de un diagnóstico pre­
un tratam iento m ultidisciplinario para m ejorar la ciso, poder predecir el crecim iento facial del pa­
respiración, o de program ar extracciones seriadas ciente y conocer las posibilidades de la apara­
después de un correcto diagnóstico, se incluye en tología que utiliza y su m anejo. Con estas herra­
este concepto de pretratam iento. m ientas elaborará un pronóstico y podrá determ i­
Su oportunidad es un tem a sum am ente con­ nar el m om ento preciso para tratar este tipo de
trovertido en el cam po de la ortodoncia. pacientes.
Los detractores de los tratam ientos tem pranos El p ro nóstico y la oportunidad del pre­
sostienen que es m uy pequeño el núm ero de pa­ tratam iento entrañan una gran responsabilidad pa­
cientes que no requerirá otro tratam iento cuando ra el clínico, que sólo podrá proponérselo al
se com plete la dentición perm anente. paciente una vez que haya analizado si los resul­
O tros se refieren a la escasa colaboración del tados previstos justifican su intervención en este
paciente debido a su edad y a la excesiva duración estadio del desarrollo.
del tiem po total de tratam iento, porque m uchas Si el pronóstico previera que va a ser necesaria
veces com ienza éste en la dentición m ixta, y con­ la etapa de tratam iento en dentición perm anente
tinúa sin interrupción hasta la finalización en den­ aun interviniendo tem pranam ente, y el re-sultado
tición perm anente. final no será influido por el pretratam iento, es
En cuanto a la prim era objeción, indudable­ aconsejable esperar la erupción total de los per­
m ente el pretratam iento sólo en un pequeño por­ manentes.
centaje de los casos logra la corrección total. La La reacción inicial del paciente o de sus
mayoría requiere posteriorm ente un tratam iento padres -a veces de cierta alarm a frente a la apari­
en dentición perm anente, pero el pretratam iento ción de la anom alía- y el concepto generalizado
m ejora el terreno y crea condiciones que facilitan de que los problem as en el área salud deben tra­
el tratam iento posterior y las posibilidades de al­ tarse lo m ás precozm ente posible hacen que
canzar los objetivos finales. m uchos clínicos quieran resolver estos problem as
Con respecto a las objeciones acerca del tiem ­ en el m om ento en que se detectaron.
po total de tratam iento, que a veces com ienza en Si una vez que analizam os y evaluam os el
dentición m ixta y finaliza en dentición perm a­ caso decidim os esperar un tiem po para realizar el
nente, consideram os que la duración del tratam iento, se requerirá una correcta motivación
tratam iento tem prano no debe sobrepasar un de los padres del paciente cuya ansiedad casi
período de 12 m eses. Una vez finalizado el trata­ siem pre se hace evidente.
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Pretratamiento 315

En nuestra experiencia este es un tem a delica­ lím ite de cada uno.


do al que el clínico debe prestar m ucha atención Es m ás am plia la indicación de tratam iento en
porque puede constituirse en un factor negativo los pacientes de dentición m ixta que en los de
para la futura relación ortodoncista - paciente. dentición prim aria, por eso será el prim ero que
En cuanto a la segunda objeción al pre- desarrollem os.
tratam iento referente a la falta de colaboración del
paciente, creem os que no se puede generalizar y
por otra parte depende de la m otivación empleada
por el profesional para lograrla. Cabe destacar, en
este punto, que utilizam os aparatología fija, por lo
que la necesidad de colaboración se reduce al
m ínim o, es decir, al cuidado de la m ism a y a la
asistencia a los controles periódicos, eliminando
el factor “uso” del aparato en la gran m ayoría de
los casos. Son de nuestra elección aparatos fijos
para expansión y para control de hábitos; y para
m ovim ientos dentarios se instalarán brackets,
realizando la llam ada técnica “2 x 4” en referen­
cia a la utilización de dos bandas m olares y cuatro
brackets en incisivos para tratar la dentición
m ixta. Sólo en algunos casos se requerirá una
m ayor colaboración, y es en el uso de las fuerzas
exlraorales. Com o verem os m ás adelante, éstas se
limitan en nuestra práctica, al uso de la m áscara
de tracción posteroanterior para la corrección de
las m ordidas cruzadas anteriores, y de fuerza
extraoral alta en com binación con barra palatina
baja con el objetivo de cerrar la mordida.

Teniendo en cuenta los estadios del desarrollo,


podem os dividir el pretratam iento en:
• Pretratam iento en dentición primaria.
• Pretratam iento en dentición mixta.

Lógicam ente desde un punto de vista clínico


no existe esta división porque el proceso de tran­
sición de uno a otro es m uy dinám ico y se ensam ­
blan, y no se puede delim itar con precisión el
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316 Pretratamiento

PRETRATAMIENTO EN DENTICIÓN 1) Eliminación de hábitos


MIXTA
Los hábitos tienen una im portancia funda­
1) Elim inación de hábitos: m ental en la génesis de un sinnúm ero de m aloclu-
• Deglución atípica. siones.
• Succión digital. Como el grado de alteración que produce de­
• Interposición labial. penderá de la duración, intensidad, frecuencia y
biotipo del paciente, es im prescindible tratarlos en
2) Corrección de la estructura dentocsqueletal: el m om ento en que se detectan. A dem ás, su per­
• M ordidas cruzadas anteriores. sistencia hará estéril cualquier tratam iento correc­
• M ordidas cruzadas transversales. tivo que se intente.
• M ordida abierta esqueletal (control vertical).
D eglución atípica
3) M aniobras destinadas a la correcta erupción de
los dientes perm anentes: Llam ada tam bién interposición lingual, se
• Extracciones seriadas. produce cuando el patrón de deglución infantil
• Protrusión. persiste, no se ha m odificado o dicho de otro
• Recuperación de la inclinación y rotación m odo, no se produjo una m aduración neurom us­
distal de los molares. cular apropiada.
Consiste en la introducción y apoyo de la
4) Tratamiento de problem as dentarios: lengua entre am bos grupos incisivos en el m o­
• A piñam ientos severos que no fueron inter­ m ento de la deglución. Este m ecanism o alterado,
ceptados con extracciones seriadas. m uchas veces se presenta en niños con succión
• Protrusión dentoalveolar del sector anterosu- digital.
perior con riesgo de traum a. Existen estadios de transición entre dentición
• Retrusiones de los sectores anteriores con prim aria y m ixta en los que debido a la perdida
falta de espacios para la erupción de los cani­ del grupo incisivo se produce un espacio que per­
nos. m ite tem porariam ente la interposición lingual.
• Diastem as del sector anterior que dificultan Tienen una duración m uy breve, no producen
la erupción del resto de las piezas del grupo efectos adversos y no requieren tratam iento.
incisivo.
• Problemas dentarios verticales: La deglución atípica produce:
- M ordidas abiertas dentarias. • M ordida abierta anterior sim étrica.
- Sobremordidas. • Protrusión de los incisivos y aparición de
diastem as anteriores.
• Inhibición del crecim iento vertical de los
procesos alveolares.
www.FreeLibros.me Pretratamiento 317

• D isfunción m uscular y dificultades para el • D ificultades fonéticas y en el cierre labial.


cierre labial.
• Problema fonéticos. Tratamiento:
Consiste en la colocación de una aparatología
Estas anom alías no se m anifiestan cefalom é- fija, sim ple y pasiva (rejilla para succión digital)
tricam ente a nivel esqueletal, por lo que el diag­ que solo será un obstáculo para que el paciente
nóstico diferencial con las m ordidas abiertas es- apoye su dedo sobre el paladar duro.
queletales es sum am ente sencillo.
In te rp o sició n o su cció n labial
Tratamiento:
Fonoaudiológico: M ediante ejercicios el te­ G eneralm ente se presenta en pacientes con
rapeuta reeducará la dinám ica lingual. m arcado overjet. En este hábito, el labio inferior
Ortodóncico: con la utilización de aparatos se coloca por detrás de los incisivos superiores
m uy sim ples (rejillas para interposición lingual), m anteniendo o agravando esta situación.
se contiene la lengua para evitar la interposición y
lograr que en el cierre se apoye sobre el paladar Provoca:
duro. • Protrusion dentoalvcolar superior.
• Inclinaciones linguales de incisivos infe­
S u cción d ig ita l riores.
• Rctrusiones dentoalveolares inferiores.
Su etiología obedece a causas muy variadas • Com binación de ambos.
pero no es propósito de este capítulo hablar sobre • H ipertrofia del m úsculo m entoniano.
ella. Es llamada tam bién succión no nutritiva, es
un habito bastante frecuente en la infancia que Tratamiento:
interfiere en el normal desarrollo de los procesos En dentición prim aria utilizam os el lip bum-
dentoalveolarcs, estim ulándolo, inhibiéndolo o per. Es un aparto fijo y pasivo que posee dos escu­
m odificando su dirección, pudiendo provocar: detes de acrílico en el sector anterior que separan
• M ordidas abiertas anteriores o laterales, gen­ al labio inferior de los dientes anteriores evitando
eralm ente asim étricas, debido a las diferentes su posicionam iento junto a las caras palatinas de
posiciones del dedo durante la succión. los incisivos superiores.
• Protrusiones dentarias y diastem as anteriores En la dentición mixta adem ás del lip bum per
• Inhibición de la erupción de uno o varios utilizam os técnica “2 x 4” .
dientes. M ediante la colocación de brackcts en el sec­
• Inclinación lingual del sector anteroinferior. tor anterior y la acción de arcos de retrusión supe­
• Protrusión del reborde alveolar superior. rior y/o de protrusión inferior, según los reque­
• Aum ento de las posibilidades de traum a de rim ientos cefalom étricos del caso, se corrige el
los incisivos superiores debido a la protrusión overjet reduciendo el espacio para la interposición
e incom petencia labial. del labio inferior.
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318 Pretratamiento

• Avance del m axilar superior y del proceso


2) Corrección de la estructura dento- dentoalveolar.
esqueletal • Inclinación del plano oclusal en sentido ho­
rario.
A) M ordidas cruzadas anteriores • A pertura del eje facial debido al apoyo m en-
B) M ordidas cruzadas transversales toniano de la máscara.
C) M ordida abierta esqucletal

B) M ord ida s cruzadas tran sversa les


A) M ordidas cruzadas anterio res
Son alteraciones de la oclusión en el plano
Sabem os que el problem a de la m ordida transversal independientem ente de la relación
cruzada anterior puede deberse a una retrusión existente en los planos sagital y vertical.
del m axilar superior, a una protrusión de la m an­
díbula o a una com binación de ambas. S e clasifican en:
Sea cual fuere la causa en la dentición pri­ • M ordida cruzada funcional.
maria y/o m ixta debe intentarse una corrcción • M ordida cruzada dentoalveolar.
ortopédica. • M ordida cruzada esqucletal.
La aparatología indicada para estos casos es la • M ordida en tijera.
m áscara de tracción posteroanterior, (ver capítu­
lo 5) que tiene acción únicam ente sobre el m axi­ M ordidas cruzadas funcionales
lar superior y su proceso dentoalveolar. Este es un
hueso plano, de osificación intram em branosa y Son las que se producen cuando existe una
como tal su crecim iento responde a estím ulos fun­ interferencia oclusal que desplaza a la m andíbula
cionales y ortopédicos. Por lo tanto este trata­ hacia la izquierda o hacia la derecha en la última
m iento apunta siem pre a estim ular el crecim iento fase del cierre. Son, por lo tanto, m ordidas cru­
de este hueso. zadas unilaterales
No consideram os apropiado dirigir nuestra Para hacer el diagnóstico se m anipula la
terapia a la inhibición de crecim iento m andibular, m andíbula llevándola hacia relación céntrica y sin
debido a que ésta crece m ediante un m ecanism o oclusión dentaria. Si la m ordida cruzada es fun­
genético horm onal no influenciable por estím ulos cional, se produce el centrado de las lincas m e­
funcionales o aparatológicos. dias, desaparece la desviación del m entón y se
El avance del m axilar y su proceso dentoal­ pone de m anifiesto una relación transversal cúspi­
veolar se obtiene com o efecto de la fuerza ejerci­ de a cúspide o con oclusión inestable.
da por los elásticos sobre la aparatología intraoral. La m ecánica m andibular se ve alterada en los
pacientes con m ordidas cruzadas unilaterales fun­
Esta aparatología produce los siguientes efec­ cionales. En la apertura, el cóndilo del lado de la
tos: desviación sufre un m ovim iento de rotación y del
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Pretratamiento 319

otro un m ovim iento hacia abajo y adelante. servar en cualquier estadio del desarrollo.
Este m ecanism o puede inducir un crecim iento La alteración m ás frecuente es el déficit de
asim étrico de la m andíbula, por ello deben tra­ crecim iento del m axilar superior y los factores
tarse inm ediatam ente después de detectadas. etiológicos pueden ser hábitos de respiración
bucal, deglución atípica y succión del pulgar y
Tratamiento: sólo podrán ser tratadas con ortopedia si el pa­
A lgunas veces se corrigen elim inando la inter­ ciente tiene aún crecim iento rem anente; de lo
ferencia con desgastes oclusales o rem odclacio- contrario se corregirán m ediante disyunción qui­
nes coronarias de uno o m as dientes. En otros rúrgica o disyunción ortopédica asistida por ci­
casos es necesario el uso de algún aparato expan- rugía.
sor dentoalveolar.
Tratamiento:
M ordidas cruzadas dentoalveolares El tratam iento de estas m ordidas cruzadas se
hace por m edio de la expansion rápida del m axi­
Puede afectar a un diente o a un grupo de lar, y para ello se utilizan disyuntores
ellos.
En este tipo de m aloclusiones hay una alte­ M ordida en tijera
ración de la dirección de los ejes dentarios inferi­
ores y/o superiores. Es aquella en la que la cara palatina del pre­
En estos casos, las cúspides vestibulares de m olar o m olar superior contacta con la cara ves­
prem olares y/o m olares superiores ocluyen en la tibular de su hom ólogo inferior.
fosa de sus hom ólogos inferiores. Son m uy fre­ Generalm ente afecta a una sola pieza y puede
cuentes tanto en dentición prim aria com o en deberse a un problem a de erupción (desviación
m ixta y perm anente, y al igual que las anteriores del trayecto de erupción de las piezas inferiores
deben tratarse cuando se detecten. G eneralm ente hacia lingual o de las superiores hacia vestibular).
las m ordidas cruzadas dentoalveolares unilatera­ También pueden deberse a causas esqueleta­
les son funcionales. les, o iatrogénicas por exceso de activación de
algún aparato expansor.
Tratamiento:
Se utilizan expansores com o el quad helix o el Tratamiento:
expansor palatino. La corrección de este tipo de m ordida cruzada
sólo podrá hacerse cuando su etiología es den­
M ordidas cruzadas esqueletales toalveolar. Se utilizan expansores con activación
inversa, es decir, con fuerza de contracción, arcos
Se producen debido a alteraciones en las vestibulares y algunas veces con el complemento
dim ensiones transversales del m axilar y/o la de elásticos interm axilares cruzados.
m andíbula, debido a una alteración del crecim ien­
to en alguno de ellos o en am bos y se pueden ob­
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320 Pretratamiento

C) M ordida abierta esqueletal 3) Maniobras destinadas a la correcta


erupción de los dientes permanentes
A l tener alterado el patrón esqueletal, estas
anom alías tienden a agravarse con el crecim iento El motivo m ás frecuente de consulta es la falta
com o consecuencia del desplazam iento vectorial de espacios, que se pone de m anifiesto en la erup­
de las estructuras. ción por lingual de los incisivos inferiores, o su
Pueden ir acom pañadas de una deglución giroversión, que dará lugar a la instalación de un
atípica o de una disfunción lingual, sin embargo apiñam iento. O tras veces, esta falta de espacios
estos factores etiológicos son secundarios al pro­ no es tan evidente, porque se ha producido la
blema, que tiene un origen esqueletal. exfoliación espontánea de la pieza prim aria adya­
cente al problem a. A esto no lo detecta el paciente
Tratamiento: o sus padres, sino el profesional.
En estos pacientes se indica un tratam iento En realidad, el problem a de falta de espacios
ortopédico para control vertical posterior, con no puede ser interpretado de form a sim ple,
fuerza extraoral alta y barra palatina baja (ver ca­ porque habrá que tener en cuenta una serie de fac­
pítulo 5). tores que se dan durante el crecim iento y que inci­
Cuando se acom pañe de un problem a fun­ den en lo que, en un prim er m om ento, se plantea
cional, se tratará conjuntam ente la elim inación del com o el problem a de que dientes de un tam año
hábito. m enor serán reem plazados por otros que
Este tratam iento puede resultar insuficiente en requieren m ás espacio.
casos m uy severos, en especial en aquellos que
tengan un mal pronóstico de crecim iento. En La desproporción entre el tamaño d e los
ellos, se evaluará m ás adelante, en la etapa de den­ dientes prim arios con los perm anentes es de
tición perm anente, la posibilidad de algún tipo de aproxim adam ente de 7 mm en la arcada superior
com pensación dentaria, o la necesidad de un y de 5 a 6 mm en la inferior.
tratam iento ortodóncico quirúrgico.
Para com pensar este déficit y resolver espon­
táneam ente esta desproporción entre am bos m ate­
riales dentarios (prim ario y perm anente) existen
cuatro m ecanism o naturales que alivian este con­
flicto volumétrico:

I) Presencia de diastem as interincisivos


Son espacios com pensatorios al problem a del
mayor diám etro m esiodistal de los dientes perm a­
nentes, generados por el crecim iento transversal
durante el período de la dentición prim aria.
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Pretratamiento 321

Pueden ser de una m agnitud de hasta 3 a 4 m m en prim er m olar perm anente.


am bas arcadas. Cuando persiste el apiñam iento y los recursos
antes m encionados no son suficientes, el profe­
II) Crecim iento transversal durante el cambio de sional deberá planificar la form a de solucionarlo.
la dentición: Para ello será necesario en ese m om ento el estu­
La transición de dentición prim aria a m ixta se dio profundo del caso, con el análisis de la dis­
hace sim ultáneam ente con un crecim iento contin­ crepancia dentaria (según las Tablas de Moyers),
uado y gradual que ensancha el arco dentario. el estudio cefalóm etrico, el gnatológico y una
El sector anterior tiene un crecim iento que se observación clínica m inuciosa.
m anifiesta con m ayor intensidad en el m om ento
de la erupción de los incisivos laterales (aum ento C on estos elem entos se planificará la solución
de la distancia intercanina). del problem a de espacios con:
El crecim iento del sector posterior se m ani­ A) Extracciones seriadas.
fiesta en la erupción de prem olares y caninos m ás B) Protrusión (tratam iento sin extracciones).
hacia vestibular que los deciduos. C) Recuperación de la inclinación y rotación
distal de los m olares (tratam iento sin extrac­
III) Erupción labial de los incisivos perm anentes ciones).
M ediante este m ecanism o la arcada aum enta
su longitud creando espacios para la alineación A) E xtraccion es seriadas
incisal. Este cam bio puede dar lugar a un aum en­
to de 3 m m en la longitud de la arcada. La extracción terap éu tica consiste en la
exodoncia de ciertas piezas dentarias com o parte
IV) Espacio E o espacio de Nance del tratam iento. Este procedim iento es un progra­
La diferencia de diám etros m csiodistales entre ma ordenado de extracciones encam inado a inter­
el segundo m olar prim ario y el segundo prem olar ceptar tem pranam ente una m aloclusión que
es de aproxim adam ente 0,9 m m por cada lado en em pieza a m anifestarse clínicam ente con el api­
la arcada superior y de 1,7 a 2 m m por lado en la ñamiento.
inferior. Con esto se puede reducir el apiñam iento y las
En condiciones fisiológicas, este espacio es irregularidades que se producen durante la transi­
utilizado por los prim eros m olares perm anentes ción de la dentición prim aria a la permanente.
para m igrar hacia m esial y relacionarse en Clase I Permite la erupción de los dientes dentro del
con su antagonista. reborde alveolar sin que se desplacen bucal o lin­
En algunos casos, el ortodoncista puede uti­ gualmente.
lizar este espacio para solucionar total o parcial­ Es indispensable evitar la erupción ectópica
m ente la discrepancia negativa. que se produce generalm ente por vestibular y la
En este caso será necesaria la colocación de posible retención del canino con los efectos nega­
un arco lingual (arcada inferior) o barra palatina tivos que éste puede producir sobre la raíz del
(arcada superior) para evitar la m igración del incisivo lateral.
322 Pretratamiento www.FreeLibros.me

Este procedim iento puede realizarse con o sin puede esperar la exfoliación natural del prim er
aparatología ortodóncica instalada, esto depende­ m olar prim ario y cuando el prim er prem olar
rá del caso a tratar. se encuentre visible en la cavidad bucal, se
Las extracciones seriadas suelen facilitar y a tendrá que realizar la extracción correspon­
m enudo abreviar el tratam iento, pero por sí solas diente. Esto se observa frecuentem ente en la
no nos perm iten colocar a los dientes con buenos arcada dentaria superior.
torques c inclinaciones, ni cerrar el espacio resi­ • Cuando se observe que la erupción del cani­
dual por completo. no y el prim er prem olar se producirá de m a­
Es im portante aclarar que el tem a de extrac­ nera prácticam ente sim ultánea, es aconsejable
ciones seriadas está tratado extensam ente en la realizar la extracción del prim er m olar pri­
bibliografía ortodóncica. N o pretendem os desa­ m ario para acelerar la erupción del premolar,
rrollarlo aquí, sino solam ente destacarem os a m a­ que se extraerá en el m om ento de su aparición
nera de guía resum ida algunos aspectos que se en el m edio bucal. Esta situación es m ás fre­
deben tener en cuenta. cuente en la arcada inferior.
Este procedim iento com ienza en el periodo de • Se debe tener presente que la erupción del
la dentición m ixta tem prana, con la extracción de prem olar sólo se acelera si extraem os el m olar
los incisivos laterales deciduos para perm itir la prim ario cuando la pieza perm anente tiene la
correcta alineación de los centrales perm anentes m itad o las 2/3 parles de su raíz form ada. No
en erupción. Seguido a esto se deberán realizar las es aconsejable realizar la extracción del diente
extracciones de los caninos prim arios con el obje­ prim ario antes, no sólo porque no acelerará la
to de favorecer la correcta erupción y alineación erupción de la pieza perm anente, sino que al
de los incisivos laterales perm anentes. contrario, en m uchos casos se ha observado
Tras la extracción de los caninos tem porarios, una erupción m ás lenta del perm anente.
el problem a del apiñam iento suele quedar contro­ • En los casos en que el prim er prem olar erup-
lado durante un tiem po, pero el profesional deberá ciona después que el canino perm anente, se
planificar las extracciones restantes del prim er deberá extraer de inm ediato el prim er m olar
m olar prim ario y del prim er prem olar perm anente prim ario y en el m ism o acto quirúrgico se
para perm itir y guiar la erupción del canino per­ realiza la germ ectom ía del prim er prem olar
manente. para evitar la im pactación de esta pieza.
El m om ento m ás adecuado depende del orden
de erupción de los prim eros prem olares y caninos Es aconsejable evitar esta m aniobra, ya que
perm anentes. Es im portante observar la secuencia con la extracción del germ en se produce un
de erupción en las radiografías. déficit im portante de hueso alveolar, y es un acto
que entraña cierto traum a para el niño.
A partir de este análisis se determ inarán varias Si el caso requiere un cuidado especial del
situaciones: anclaje, se utilizará barra palatina en la arcada
• Si el prim er prem olar está m ás evolucionado superior y arco lingual en la inferior para contro­
en la erupción que el canino perm anente, se lar la posición del molar.
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Los dientes tienen tendencia a alinearse C) R ecuperación de la in clin a ció n y rotación


espontáneam ente, y cuando el caso no es trabaja­ distal de los m olares
do con aparatología ortodóncica suele producirse
algo de inclinación hacia lingual de los incisivos En am bas arcadas, los m olares pueden estar
inferiores y la sobrem ordida se acentúa a m enudo inclinados hacia m esial, produciendo un problem a
durante esta transición. Para m inim izar este efec­ de falta de espacio. Esto suele ocurrir por pérdida
to, se puede instalar un arco lingual inferior que o falta de integridad anatóm ica en m olares tem ­
actuaría com o un soporte para los incisivos. porarios. Si el diagnóstico indica que en dicha
El m anejo de extracciones seriadas es válido arcada no se realizarán extracciones, se deberá
para el m axilar superior e inferior. En las C lases 1 recuperar la inclinación norm al de los molares
se realizará en am bos m axilares y en las Clases II para que las piezas dentarias de los sectores la­
sólo en la arcada superior. terales erupcionen sin problem as de espacio.
Cabe aclarar que siem pre es conveniente hacer Esto podrá ser realizado con aparatología “2 x
las extracciones de am bos lados al m ism o tiem po 4 ”, siendo especialm ente útiles los arcos utilita­
para evitar desviaciones de la línea media. En los rios con tip-back que se instalarán en este caso sin
casos en que ella esté desviada, se hará prim ero la ningún refuerzo de anclaje del molar. Esto sólo se
extracción del lado contrario a la des-viación con podrá realizar si no está contraindicado el efecto
el objetivo de facilitar su centrado. intrusivo que traerá aparejado en los incisivos.
Una situación frecuente que se plantea en los En la arcada superior tam bién podrán uti­
casos de Clase II, es la necesidad de extracciones lizarse el péndulum de H ilgers y la barra palatina
superiores y de solución de alguna pequeña dis­ con las activaciones convenientes para el caso,
crepancia negativa inferior, ya sea porque hay com o fueron descriptas en el capítulo 5.
pequeños apiñam ientos o porque los incisivos Cuando existe una rotación mesial de los
están levemente protruidos. E sta discrepancia ne­ prim eros m olares superiores se establece una rela­
gativa hará recom endable la colocación de un arco ción de “falsa Clase II m olar” .
lingual inferior, que perm itirá m antener el prim er Si el caso presenta falta de espacios en la arca­
molar, aprovechar el espacio del E y consolidar la da superior solam ente, la rotación distal del m olar
Clase II m olar al no perm itir su m igra-ción mesial utilizando una barra palatina perm itirá recuperar
con el recam bio. Recordem os que el caso tratado la Clase I molar, para lograr que tam bién se pueda
con dos extracciones superiores fina-lizará con establecer una relación de Clase I en los sectores
una Clase II completa. laterales cuyas piezas se encuentran en erupción.
Si conjuntam ente el m olar inferior migra
B) P rotru sión hacia m esial cuando se produce la exfoliación del
segundo m olar prim ario, se habrán m ejorado aún
La protrusión del grupo incisivo es un proce­ m ás las condiciones para la Clase I.
dim iento que perm ite crear espacios para la co­
rrecta erupción de los caninos perm anentes. Será
tratada en el punto 4.
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3 24 Pretratamiento

Cuando la falta de espacios no fue debida­


4) Tratamiento de las anomalías orto- m ente tratada con las extracciones seriadas, se
dóncicas habrá creado un apiñam iento en los sectores ante­
riores.
Para el tratam iento de las anom alías ortodón- Si este apiñam iento es severo, requiere trata­
cicas utilizam os técnica “2 x 4” : bandas en los m iento en este estadio para no agravar el proble­
prim eros m olares y brackets en los incisivos, con m a periodontal.
el apoyo de aparatología auxiliar si fuera nece­ Se deberán extraer los caninos prim arios, lo
sario. que m ejorará espontáneam ente el apiñam iento, y
La secuencia de arcos de prim era y segunda al m ism o tiem po posib ilitará las m aniobras
fase es igual a la dcscripta para el tratam iento ortodóncicas destinadas a corregirlo y que, según
ortodóncico, pero por lo general no se requerirá las características del caso, se podrán com ple­
de los detalles de term inación correspondientes a m entar con una protrusión o retrusión para con­
la tercera fase. seguir una buena posición cefalom étrica de los
Su duración no debe ser m ayor de 12 m eses y incisivos.
deben tener objetivos m uy puntuales, que apun­
tarán a lograr el alineam iento de los incisivos en C o rrección de p ro tru s io n e s co n rie sg o de
posiciones cefalom étricas aceptables, con una traum a
adecuada guía anterior y el m ejoram iento de la
estética facial y del perfil. En estos casos se evalúa previam ente la
necesidad de extracciones de los caninos prim a­
L as m aniobras o rtodóncicas en el pre­ rios y del refuerzo del anclaje con barra palatina.
tratam iento están destinadas a: La retrusión de los incisivos se realiza con
arco DKL, pero habrá que tener en cuenta que las
• Corrección de apiñam ientos severos que condiciones de anclaje del sector anterior y poste­
pueden ocasionar daño periodontal futuro. rior son muy diferentes a las que se presentan en
• Corrección de protrusiones anterosuperiores la dentición perm anente.
con riesgo de traum a. El grupo dentario del sector anterior está
• Protrusión de incisivos y creación de espa­ cons-tituido solam ente por los cuatro incisivos, y
cios para la erupción de los caninos. el sector posterior sólo por el prim er molar. Esta
• Cierre de diastem as interincisivos. relación crea la necesidad de realizar activaciones
• Corrección de problem as verticales de los m uy suaves y de reforzar el anclaje del m olar
incisivos: superior en la gran m ayoría de los casos con barra
- M ordidas abiertas palatina.
- Sobrem ordidas Este tratam iento activo no debería durar m ás
de 12 m eses. Luego se coloca una contención de
C o rre cció n d e a p iñ a m ie n to s s e v e ro s tipo rem ovióle, realizando controles periódicos
cada 3 m eses para observar la evolución de la
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Pretratamiento 325

dentición y evaluar ei m om ento oportuno de las P roblem as d e n ta rio s verticales


extracciones de los prim eros prem olares. Estos
casos requieren un tratam iento posterior en denti­ M ordidas abiertas dentarias
ción perm anente.
Si la protrusión dentoalveolar superior c infe­ N os referim os a aquellas m ordidas abiertas
rior provoca una alteración estética, el proce­ sin com prom iso esqueletal, donde si existía algún
dim iento se realiza en am bas arcadas. hábito com o factor ctiológico ya ha sido tratado,
Estos tratam ientos están indicados solamente pero persiste aún una falta de entrecruzam iento
cuando su m agnitud es im portante no sólo para vertical.
prevenir el traum a en el sector anterosuperior, Es fundam ental estudiar el caso para decidir la
sino tam bién para m ejorar el cierre labial, la necesidad o no de extracciones, ya que la m ecáni­
estética y la fonética del niño. ca del tratam iento será m uy diferente. En el caso
en que no sean necesarias las extracciones, la
P ro tru sió n de los in c is iv o s para generar m ordida abierta se tratará con extrusiones de las
e spa cios para la eru p ció n de lo s caninos piezas anteriores. En los casos que requieran
extracciones el problem a vertical se puede solu­
Para su tratam iento se utilizan arcos de pro­ cionar por m ovim iento de retrusión.
trusión. cuando se ha llegado a arcos de calibre
.016” x .022”. Sobrem ordidas
Una vez realizada la protrusión deseada, en la
arcada inferior se aconseja la colocación de un El arco utilizado para realizar la intrusión inci­
arco lingual para su contención. En la arcada su­ siva es el arco utilitario (ver capítulo 3). En este
perior no es tan crítico porque la oclusión reali­ estadio del desarrollo, no es posible instalar arcos
zará la contención del grupo incisivo. seccionales como refuerzo del anclaje molar. Por
este motivo, con esta finalidad se utilizará el bo­
C ierre de diastem as in te rin c is iv o s tón de N ance en el m axilar superior y el arco lin­
gual en la arcada inferior (ver capítulo 5).
Cuando se observan diastem as entre los inci­ En algunos casos, la sobrem ordida impide la
sivos centrales perm anentes y falla de espacio colocación de los brackets en los incisivos inferi­
para la erupción de los laterales, es conveniente ores. En ellos, se instala sólo la aparatología supe­
cerrarlos. rior, y cuando la corrección del overbite lo per­
Cuando la causa de estos diastem as sea la m ite, se instala la aparatología inferior. En estos
inserción palatina del frenillo es aconsejable com ­ casos se aconseja la sobrecorrccción con el pro­
pletar el tratam iento ortodóncico con la fcnccto- pósito de controlar la recidiva.
m ía y el desbridam iento. En estos casos se acon­
seja m antener la aparatología hasta la erupción
com pleta de los incisivos laterales.
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326 Pretratamiento

Lógicamente, la oportunidad de tratamiento


PRETRATAMIENTO EN DENTICIÓN de cualquiera de estos problemas será inmejorable
PRIMARIA en el periodo de dentición primaria. La persisten­
cia de los hábitos, de las mordidas cruzadas o la
Si bien cronológicam ente el pretratam iento en presencia de un apiñamiento de los incisivos cau­
dentición prim aria se desarrolla antes que el prc- sará mayores efectos adversos cuanto más tiempo
tratam iento en dentición m ixta hem os abordado permanezcan sin tratarse.
este últim o previam ente porque, com o veremos, Se desarrollan a continuación una serie de
en dentición prim aria será factible realizar sólo pretratamientos a manera de ejem plo, en
algunas de las m aniobras que se indican para la pacientes con dentición primaria y mixta.
dentición mixta.

O bjetivo s:

En este estadio, las indicaciones de tratam ien­


to se limitan a:

1) Elim inación de hábitos:


• Deglución atípica.
• Succión digital.
• Interposición labial.

2) Corrección de la estructura dentoesqueletal:


• M ordidas cruzadas anteriores.
• M ordidas cruzadas transversales.

3) M aniobras destinadas a la correcta erup­


ción de los dientes perm anentes.

Por consiguiente, la aparatología a utilizar en


los pacientes en dentición prim aria se circuns­
cribe a:
• M antenedores de espacio.
• Parrillas para corrección de hábitos.
• Lip bumpers.
• A paratos de expansión.
• Disyuntores.
• M áscara de tracción posteroanterior.
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Pretratamiento 327

M .B.C . 5 añ os.

Serie 1: Paciente en dentición primaria con asimetría facial causada por el desplazamiento mandibular crea­
do por interferencias en la oclusión.
Serie 2: Se instala un quad helix con prolongaciones anteriores para corregir simultáneamente la mordida
cruzada anterior y lateral.
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328 Pretratamiento

R.V. 6 años.

Serie 1: Paciente de Clase III con escaso desarrollo transversal y anteroposterior del maxilar superior.
Serie 2: Se instala un disyuntor preparado para la posterior utilización de máscara de tracción posteroante-
rior.
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Serie 3: Cuando finaliza la disyunción, comienza el uso nocturno de una máscara dinámica.
Serie 4: Fotografías finales del pretratamiento.
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330 Pretratamiento

R.S. 7 añ os.

Serie 1: Paciente que presenta mordida cruzada unilateral por desviación funcional de la mandíbula y mor­
dida abierta anterior por hábito de interposición lingual en deglución. No hay discrepancias dentarias. En la
arcada superior se observa una marcada rotación mesial de los molares.
www.FreeLibros.me Pretratamiento 331

Serie 2: Expansión con quad helix combinado con parrilla anterior. Corrige la relación transversal y controla
el hábito.
Serie 3: Se finaliza la etapa de pretratamiento con aparatología “2 x 4”y barra palatina para rotar distalmente
los molares y consolidar la Clase I molar.
S erie 4: Fotografías finales del pretratamiento.
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332 Pretratamiento

Serie 5: Después de finalizado el pretratamiento, no se realiza en este caso ningún tipo de contención. La
erupción de los dientes permanentes de los sectores laterales se realiza normalmente, alcanzando una
buena oclusión, salvo en el sector de segundos premolares del lado derecho, donde la giroverslón del pre­
molar inferior crea algunas Interferencias. Fotografías previas al comienzo del tratamiento que realizará el
ajuste de la oclusión.
www.FreeLibros.me P retratamiento 333

Serie 1: Paciente respirador bucal con protrusión dentoalveolar superior. Se realizaron las extracciones de
caninos primarios para permitir la erupción de los incisivos laterales.
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334 Pretratamiento

Serie 2: Una vez realizado el diagnóstico se planifican dos extracciones superiores y se comienza el pre-
tratamlento con aparatología “2 x 4” para retruir los incisivos superiores.
Serie 3: Una vez corregido el overjet finaliza el pretratamiento, indicando la extracción de los primeros pre­
molares para perm itir la erupción de los caninos.
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Pretratamiento 335

Serie 4: Dieciocho meses después de finalizado el pretratamiento, se completa la erupción de todas las
piezas permanentes y el caso está en condiciones de iniciar la etapa de tratamiento.
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336 Pretratamiento

C .O . 5 añ os.

Serie 1: Paciente de 5 años que presenta falta de espacio para la erupción de los incisivos centrales infe­
riores.
Serie 2: Para evitar el apiñamiento, se realiza la extracción del los incisivos laterales inferiores primarios.
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Serie 3: Para lograr el espacio para la erupción de los incisivos laterales inferiores se extraen los caninos
primarios. La arcada superior no presenta problemas de espacio.
Serie 4: A los 9 años se realizan los estudios cefalométricos y se determina un plan de tratamiento sin extrac­
ciones. Se instala un arco lingual para utilizar el espacio libre de Nance en la solución de la discrepancia den­
taria.
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338 Pretratamiento

Serie 5: Una vez que finaliza la erupción de todas las piezas permanentes, comienza el tratamiento ortodón-
cico para corregir el overbite y el overjet, que se encuentran ligeramente aumentados.
Serie 6: Tratamiento con aparatología fija.
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Pretratamiento 339

Serie 7: Fotografías finales del tratamiento.


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340 Pretratamiento

Serie 1: Paciente que presenta mordida abierta anterior, donde se combinan el hábito de deglución atípica
con un patrón esqueletal de crecimiento vertical.
Serie 2: Se instala una fuerza extraoral alta y una barra palatina baja con parrilla anterior.
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Serie 3: Se realiza el control vertical con desgaste de las piezas temporarias del sector lateral.
Serie 4, 5 y 6: Una vez que se completa la erupción de todas las piezas permanentes se comienza el trata­
miento con cuatro extracciones, indicado para la corrección de su biprotrusión dentaria.
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342 Pretratamiento

Serie 7: Fotografías finales del tratam iento ortodóncico.


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C A PÍT U LO

7
CASOS CLÍNICOS
www.FreeLibros.me Casos clínicos 345

Paciente: J.P.E.
Edad: 14 años
M otivo de consulta: Falta de alineam iento dentario.
D escripción del caso: Clase I esqueletal y Clase TI dentaria, con apiñam iento marcado en la arcada infe­
rior y leve en la superior. Overbite y overjet aumentados. A rticulación tem porom andibular y m usculatu­
ra asintomáticas.
El caso fue reevaluado en RC por la m agnitud de los cam bios en la desprogram ación m andibular, después
del uso de una placa superior.
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346 Casos clínicos

Radiografía panorámica inicial.

Telerradiografía inicial en MIC. Cefalometria de Ricketts.

(-) (-)
f. jFftx
(-)| •. (♦> (+) ; | (-)
L- Z s4 Z .i
(+) (+)

DERECHA IZQUIERDA

X: ....t..3.5... mm. X: ....t..1. mm.

Z: ...+.Q;5 ... mm. Z: .........mm.


Montaje en articulador y registros de posición condilar después de la
desprogramación con placa.
Aumenta la magnitud de la Clase II de ambos lados, y por los valores
obtenidos en los registros se indica la conversión de la cefalometria a
RC.
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Conversión cefalométrica: en verde se observa el VTO a partir de la conversión (crecimiento a dos


desplazamiento mandibular con la conversión, y se años, tratamiento con dos extracciones superiores).
destacan los valores de la cefalometria que se han
modificado.

T I) Áreas de superposición entre con­


versión cefalom étrica (negro) y
VTO (rojo).

A p aratología instalada para el tratam iento.


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348 Casos clínicos

Montaje en articulador y registros de posición condilar que muestran la proximidad entre MIC y RC al finalizar
el tratamiento.
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Radiografía panorámica final.

Telerradiografía final Cefalometria de Ricketts final.

Areas de superposición entre con­


versión cefalométrica (considera­
do como trazado inicial - negro) y
trazado final (azul).
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350 Casos clínicos

Paciente: S.Q.
Edad: 13 años
M otivo de consulta: A piñam iento inferior.
Descripción del caso: Clase I esqueletal y dentaria, con apiñam iento inferior y leve aum ento del over-
jet. N o presenta sintom atología articular, pero la paciente m anifiesta sufrir cefaleas que se acentúan en
períodos de mayor estrés y dolor m uscular a la palpación.
El caso se reevalúa en RC por los cam bios obtenidos con la desprogramación.
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Radiografía panorámica inicial.

Telerradiografía inicial. Cefalometria de Ricketts.

(-) (-)

(-) (+ ) (+) • | (-)


'W z - :
(+ )

DERECHA IZQUIERDA

X: r.3. mm. X : .... mm.

Z: .t.3.5... mm. Z: + 3. mm.


Después de tres meses de uso de placa de estabilización mandibular
que mejora la sintomatología muscular, se observa una mordida abier­
ta anterior.
Los registros de posición condilar muestran un marcado desplazamien­
to de ambos cóndilos hacia abajo y atrás.
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Conversión cefalométrica: en rojo se observa el VTO a partir de la conversión (crecimiento a dos


desplazamiento mandibular con la conversión. La años, tratamiento con cuatro extracciones).
superposición de molares es indicativa de la mordi­
da abierta que presenta la paciente en la despro­
gramación.

Aparatología instalada para el tratamiento. Se realizan las extracciones de los segundos premolares para
favorecer la pérdida de anclaje.
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Montaje en articulador y registros de posición condilar que muestran la proximidad entre MIC y RC al finalizar
el tratamiento.
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Radiografía panorámica final.

Telerradiografía final. Cefalometria de Ricketts final.

Areas de superposición entre con­


versión cefalométrica (considera­
do como trazado inicial - negro) y
trazado final (azul).
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Paciente: S.V
Edad: 13 años
M otivo de consulta: A specto facial que ocasiona su biprotrusión dentaria.
D escripción del caso: Clase I esqueletal y dentaria, con m arcada biprotrusión. Overbite y overjet nor­
mal. Sin sintom atología articular ni muscular.
Se utiliza placa de estabilización m andibular y los cam bios obtenidos hacen necesaria la reevaluación del
caso en RC.
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Radiografía panorámica inicial.

Telerradiografía inicial. Cefalometria de Ricketts.

(-)
X
(-) < (+) (+) i (-)
(+) <+)

DERECHA IZQUIERDA

X : ..... .+..1......mm. X: 1*5.... mm.

Z: ....í.l.i*?.... mm. Z: t . .?. mm.


Montaje en articulador y registros de posición condilar tomados des­
pués del uso de una placa de estabilización mandibular durante 3 me-
ses.
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Casos clínicos 357

Conversión cefalométrica: en rojo se observa el VTO a partir de la conversión (crecimiento a dos


desplazamiento mandibular con la conversión. Se años, tratamiento con cuatro extracciones),
incluyen los valores que han variado respecto a la
cefalometría en MIC.

Áreas de superposición entre con­


versión cefalom étrica (negro) y
VTO (rojo).

Aparatología instalada para el tratamiento. Se realizan las extracciones de los cuatro primeros premolares.
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Fotografías al finalizar el tratamiento.

Montaje en articulador y registros de posición condilar (previos al uso de un posicionador gnatológico y ajuste
oclusal).
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Radiografía panorámica final.

Telerradiografía final. Cefalometria de Ricketts final.

Áreas de superposición entre con­


versión cefalométrica (considera­
do como trazado inicial - negro) y
trazado final (azul).
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