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1.

Inteligencia emocional y mindfulness

Podemos definir la IE (Inteligencia Emocional), como la capacidad o habilidad de las personas para

atender a sus propios sentimientos, discriminando qué siente, porqué lo siente, y cómo lo siente;

aspectos que le proporcionan las herramientas óptimas para su control y regulación.

Por otro lado, la conciencia o atención plena (Mindfulness), es definida como la atención mantenida

en el momento presente, del aquí y ahora, sin realizar juicios de valor, lo que permite al sujeto ser

más consciente de sus pensamientos automáticos y poder actuar de manera adecuada ante ellos.

Atención plena:
La atención plena, focaliza el momento presente, el momento en el que ocurren y surgen estos
pensamientos, sin reaccionar de manera automática o de la forma habitual, lo que permite que seas
dueño de lo que sientes y de cómo lo sientes, favoreciendo el desarrollo de habilidades que permiten
tener una vida plena y satisfactoria incluso en situaciones adversas.

A través de esta práctica es posible conseguir los siguientes logros y objetivos, que favorecen el

desarrollo de la concentración emocional:

Disminuir la actividad emocional, permitiéndonos detergernos un momento y pensar la mejor

respuesta ante la situación que se nos presente.

Afrontar los problemas personal y situaciones adversas de un modo adaptativo y racional.

Alcanzar una estabilidad emocional, que permita vivir con más ecuanimidad los diversos

problemas que acontezcan.

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Según exponen los autores Mayer y Salovey, la IE es una habilidad, cuto modelo identifica cuatro

grandes pilares que son:

Percepción y expresión emocional.

Facilitación emocional.

Comprensión emocional.

Regulación emocional.

Es importante destacar que la IE y las competencias emocionales se pueden adquirir a través de un

proceso de aprendizaje y práctica. Mindfulness es una técnica dirigida a la percepción y

determinación de nuestros sentimientos, permitiéndonos aprender a regularlos a través de distintas

técnicas mediativas.

En este tema, se desarrolla el concepto de inteligencia emocional, para comprender, con mayor

profundidad, el concepto y sus implicaciones en nuestra vida, además de las ventajas que supone en

el entrenamiento de este tipo de inteligencia para nuestro día a día.

1.1. Concepto de Inteligencia Emocional

La inteligencia emocional es la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos, y la

habilidad para manejarlos. El término fue popularizado por Daniel Goleman, con su célebre libro:

Emotional Intelligence, publicado en 1995. Goleman estima que la inteligencia emocional se puede

organizar en cinco capacidades: conocer las emociones y sentimientos propios, manejarlos,

reconocerlos, crear la propia motivación, y gestionar las relaciones.

Las características de la llamada inteligencia emocional son:

La capacidad de motivarnos a nosotros mismos.

Capacidad de perseverar en el empeño a pesar de las posibles frustraciones.

Controlar los impulsos.

Diferir las gratificaciones.

Regular nuestros propios estados de ánimo.

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[UDI031636] La inteligencia emocional

De evitar que la angustia interfiera con nuestras facultades racionales.

La capacidad de empatizar y confiar en los demás.

El uso más lejano de un concepto similar al de inteligencia emocional se remonta a Charles Darwin,

que indicó en sus trabajos la importancia de la expresión emocional para la supervivencia y la

adaptación.

Aunque las definiciones tradicionales de inteligencia hacen hincapié en los aspectos cognitivos, tales

como la memoria y la capacidad de resolver problemas, varios influyentes investigadores en el

ámbito del estudio de la inteligencia comienzan a reconocer la importancia de la ausencia de

aspectos cognitivos. Thorndike, en 1920, utilizó el término inteligencia social para describir la

habilidad de comprender y motivar a otras personas. David Wechsler en 1940, describe la influencia

de factores no intelectivos sobre el comportamiento inteligente, y sostiene, además, que nuestros

modelos de inteligencia no serán completos hasta que no puedan describir adecuadamente estos

factores.

En 1983, Howard Gardner, en su Teoría de las inteligencias múltiples(Frames of Mind: The

Theory of Multiple Intelligences) introdujo la idea de incluir tanto la inteligencia interpersonal (la

capacidad para comprender las intenciones, motivaciones y deseos de otras personas) y la

inteligencia intrapersonal (la capacidad para comprenderse uno mismo, apreciar los sentimientos,

temores y motivaciones propios). Para Gardner, los indicadores de inteligencia, como el CI, no

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explican plenamente la capacidad cognitiva. Por lo tanto, aunque los nombres dados al concepto han

variado, existe una creencia común de que las definiciones tradicionales de inteligencia no dan una

explicación exhaustiva de sus características.

La inteligencia emocional, se aprende e incrementa durante toda la vida. Se desarrolla a partir de

las experiencias, por lo cual nuestras habilidades en este sentido podrán continuar creciendo en el

transcurso de la madurez.

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2. Falsos mitos

La Inteligencia emocional no significa ser simpático . Por el contrario, en momentos determinados

puede requerir enfrentar sin rodeos a alguien para hacerle ver una verdad importante, aunque

molesta, que se haya estado evitando.

La inteligencia Emocional no significa dar rienda suelta a los sentimientos, sacando todo fuera .

Por el contrario significa manejar los sentimientos, expresarlos adecuadamente y con efectividad,

permitiendo que las personas trabajen sin roces en busca de un objetivo común.

Cuando más complejo es el trabajo, más necesaria es la inteligencia emocional, aunque sólo sea

porque la deficiencia en estas facultades puede dificultar la aplicación de la pericia técnica y el

intelecto que se tenga.

Una elevada inteligencia emocional, por sí sola, no garantiza que alguien haya aprendido las

aptitudes emocionales que interesan para el trabajo; significa sólo que tiene un excelente

potencial para adquirirlas.

Una persona puede ser sumamente empática, por ejemplo, pero no haber adquirido las habilidades

basadas en la empatía, que se traducen en la posibilidad de brindar un excelente servicio al cliente,

ser un docente de primer nivel o lograr que un grupo caracterizado por la diversidad trabaje en

equipo.

Para lograr un desempeño laboral excelente no basta con poseer una o dos aptitudes, sino dominar

una combinación de subaptitudes de cada Aptitud (poseer puntos fuertes en todas las aptitudes que

constituyen la inteligencia emocional).

En los peldaños inferiores de la complejidad laboral existe una proporción más o menos directa

entre las facultades cognitivas de una persona y su desempeño.

En conclusión, es necesario señalar que la inteligencia emocional determina nuestro potencial para

aprender las habilidades prácticas y la aptitud emocional muestra que proporción de ese potencial

hemos traducido a las facultades que aplicamos en el trabajo y, por qué no, a la vida.

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3. Teorías y Modelos

El concepto de inteligencia emocional y sus efectos beneficiosos en el ámbito educativo, familiar,

personal o laboral han sido difundidos por Goleman. Este autor creo una visión de la inteligencia

emocional desvirtuada y que, a pesar de tener sentido común, no tenía ningún tipo de soporte

científico.

En la actualidad existen diferentes acercamientos sobre la Inteligencia Emocional. El debate gira en

torno a la naturaleza teórica de la que parten los modelos y no tanto en las implicaciones del

concepto y su capacidad predictiva, ambas por otra parte, ya ampliamente demostradas.

Autores como Salovey y Mayer caracterizan su modelo teórico como un modelo de habilidad, frente

a los Bar-On o Goleman que los consideran modelos mixtos o de personalidad.

Para Mayer y Salovey, su modelo teórico concibe la Inteligencia Emocional (IE) como una

inteligencia genuina basada en el uso adaptativo de las emociones en nuestra cognición, de forma

que el individuo pueda resolver problemas y adaptarse eficazmente al ambiente. Además la IE se

evalúa mediante tareas de habilidad emocional, de igual manera que el Cociente Intelectual clásico

se evalúa mediante tareas cognitivas.

En cambio, los modelos mixtos se centran es rasgos de comportamiento estables y variables de

personalidad (empatía, asertividad, impulsividad, optimismo ), así como otras variables sin ninguna

constatación de su verdadero vínculo con la IE, y sus métodos de evaluación se centran en

cuestionarios, escalas e inventarios que proporcionan un índice auto-percibido.

Finalmente, Goleman establece una distinción más específica de los tres modelos, distingue el

modelo de Salovey y Mayer como un modelo de habilidad mental; la formulación de Bar-On como un

modelo dentro del contexto de personalidad, específicamente como un modelo de bienestar y, por

último, su propio modelo conceptualizado como una teoría de ejecución de competencias

emocionales aplicado al mundo laboral y empresarial.

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4. Habilidades que componen la IE

Tomando como modelo el de Mayer y Salovey (1997) se enumeran en orden ascendente una serie de

habilidades que integran el concepto de inteligencia emocional. Estas varían desde los

procesos psicológicos básicos, es decir, la percepción emocional, hasta los de mayor complejidad,

como son la regulación de los estados afectivos.

Bajo este modelo, los componentes de la inteligencia emocional que encontramos son:

Percepción, evaluación y expresión de las emociones

Esta habilidad se refiere al grado en que los individuos pueden identificar


convenientemente sus propias emociones, así como la percepción de los estados
emocionales en otras personas. Además nos permite identificar las emociones y
sensaciones que nos transmiten determinados objetos, colores y diseños a través del
sonido o la apariencia. También abarcaría la habilidad para expresar correctamente
nuestros sentimientos y las necesidades asociadas a los mismos, así como la habilidad
para discriminar entre expresiones emocionales honestas y deshonestas.

La emoción facilitadora del pensamiento

Hace referencia a cómo las emociones facilitan el pensamiento al dirigir la atención a la


información importante. Las emociones pueden ser una ayuda al facilitar la formación de
juicio y recuerdos respecto a emociones. Además, las variaciones emocionales cambian la
perspectiva, fomentando la consideración de múltiples puntos de vista. Los diferentes
estados emocionales favorecen acercamientos específicos a los problemas.

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Comprensión y análisis de las emociones-conocimiento emocional

Abarcaría la capacidad para designar las diferentes emociones y reconocer las relaciones
entre la palabra y el propio significado de la emoción, así como la habilidad para entender
las relaciones entre las emociones y las diferentes situaciones a las que obedecen. Además
incluye la habilidad para comprender las emociones complejas y/o sentimientos
simultáneos de amor y odio. Comprendería también, la habilidad para reconocer las
transiciones de unos estados emocionales a otros.

Regulación reflexiva de las emociones

Esta última habilidad incluiría la capacidad para estar abierto tanto a los estados
emocionales positivos como negativos, así como la habilidad para reflexionar sobre
emociones y determinar la utilidad de la información. Además abarcaría la capacidad para
regular emociones propias y ajenas, moderando las emociones negativas e intensificando
las positivas, sin reprimir ni exagerar la información que comunican.

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5. Aptitudes de la EI

La Inteligencia Emocional no es el triunfo de la cabeza sobre el corazón, es la intersección de ambos,

combinando afecto con cognición, emoción con inteligencia.

La Inteligencia Emocional está basada en cinco aptitudes básicas, divididas en personales y sociales.

Las actitudes son características de la personalidad o el conjunto de hábitos que llevan a un

desempeño superior o más efectivo.

La Inteligencia Emocional está basada en las siguientes aptitudes:

Autoconocimiento.

Autorregulación.

Motivación.

Empatía.

Habilidades sociales.

Se pueden dividir las tres primeras en aptitudes personales y las dos últimas en aptitudes sociales.

Por lo tanto, las aptitudes personales, son las que determinan el dominio de uno mismo. Y se

componen por:

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Autorregulación: se trata de manejar las emociones de modo que faciliten las tareas; ser

cuidadoso y demorar la gratificación en pos de los objetivos; recobrarse bien de las tensiones

emocionales. Dentro de la autorregulación existen cinco subaptitudes:

Autocontrol: manejo de las emociones y los impulsos perjudiciales.

Confiabilidad: mantenimiento de normas de honestidad e integridad.

Escrupulosidad: aceptar la responsabilidad del desempeño personal.

Adaptabilidad: flexibilidad para manejar el cambio.

Innovación: estar abierto y bien dispuesto para las ideas, los enfoques novedosos y la nueva

información.

Autoconocimiento: significa saber qué se siente en cada momento y utilizar esas preferencias

para orientar nuestra toma de decisiones; tener una idea realista de nuestras habilidades y una

sólida confianza basada en uno mismo. Dentro del autoconocimiento se encuentran tres

subaptitudes:

Conciencia emocional: reconocer las propias emociones y sus efectos.

Autoevaluación precisa: conocer las propias fuerzas y sus límites.

Confianza en uno mismo: la certeza sobre el propio valor y facultades.

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Motivación: significa utilizar nuestras preferencias más profundas para orientarnos y avanzar

hacia los objetivos, para tomar iniciativas y ser muy efectivos, y para perseverar frente a los

contratiempos y las frustraciones. Dentro de la motivación existen cuatro subaptitudes:

Afán de triunfo: esforzarse por mejorar o cumplir una norma de excelencia.

Compromiso: aliarse a las metas del grupo u organización.

Iniciativa: disposición para aprovechar las oportunidades.

Optimismo: tenacidad para buscar el objetivo, pese a los obstáculos y los reveses.

Por otro lado, existen otro tipo de aptitudes que determinan el manejo de las relaciones. Estas serán

las aptitudes sociales que están compuestas por:

Empatía: consiste en percibir lo que sienten los demás, ser capaces de ver las cosas desde su

perspectiva y cultivar la afinidad con una amplia diversidad de personas. Dentro de empatía

existen cinco subaptitudes:

Comprender a los demás: percibir los sentimientos y perspectivas ajenas e interesarse

activamente en su preocupación.

Ayudar a los demás a desarrollarse: es percibir las necesidades de desarrollo ajenas y fomentar

sus aptitudes.

Orientación hacia el servicio: es prever, reconocer y satisfacer las necesidades del cliente.

Aprovechar la diversidad: cultivar oportunidades a través de diferentes tipos de personas.

Conciencia Política: interpretar las corrientes emocionales de un grupo y sus relaciones de

poder.

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Habilidades Sociales: se trata de manejar bien las emociones en una relación e interpretar

adecuadamente las situaciones y las redes sociales; interactuar sin dificultar, utilizar estas

habilidades para persuadir y dirigir, negociar y resolver disputas, para la cooperación y el

trabajo en equipo. Dentro de las habilidades sociales existen ocho subaptitudes:

Influencia: aplicar tácticas efectivas para la persuasión.

Comunicación: ser capaz de escuchar abiertamente y transmitir mensajes claros y

convincentes.

Manejo de Conflictos: negociar y resolver los desacuerdos.

Liderazgo: inspirar y guiar a grupos e individuos.

Establecer vínculo: alimentar las relaciones instrumentales.

Colaboración y Cooperación: trabajar con otras personas para alcanzar metas compartidas.

Habilidades de equipo: crear sinergia grupal para alcanzar las metas colectivas.

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6. Abordaje de la IE

En la literatura actual se defienden principalmente dos procedimientos de abordaje en la

evaluación de la IE.

El primer grupo incluye los instrumentos clásicos de medidas, basados en cuestionarios y

autoinformes; el segundo grupo son las llamadas medidas de habilidad o de ejecución.

En el primero, los instrumentos normalmente están compuestos por enunciados verbales cortos en

los que la persona evalúa su IE mediante la estimación de sus propios niveles en determinadas

habilidades emocionales.

Por su parte, las medidas de habilidad o ejecución implican que la persona solucione o resuelva

determinados problemas emocionales y luego su respuesta sea comprobada con criterios de

puntuación predeterminados y objetivos.

Finalmente se está imponiendo una nueva forma de evaluación, complementaria a las otras dos. Se

trata de instrumentos basados en la observación externa, es decir, se solicita a los compañeros de

trabajo o al jefe que nos den su opinión y su valoración sobre cómo la persona es percibida por ellos.

De esta forma, nos proporciona información sobre la interacción del sujeto con el resto de personas

de su entorno, su manera de resolver los conflictos o bien su forma de afrontar las situaciones de

estrés.

Normalmente este método de evaluación suele ser complementario a los dos procedimientos

anteriores y sirve como medida para evitar problemas de deseabilidad social.

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7. Técnicas para potenciar la Inteligencia Emocional

A continuación se describen algunas de las técnicas utilizadas para el desarrollo, práctica y

potenciación de la inteligencia emocional, estas técnicas son:

Pensamientos positivos.

Imaginación/visualización.

Reestructuración cognitiva.

Resolución de problemas.

7.1. Pensamientos positivos

El entrenamiento autoinstruccional se emplea, sobre todo, para el tratamiento del estrés. Es una

técnica cognitiva muy útil para modificar las verbalizaciones o pensamientos que en ocasiones

realizamos ante una tarea o problema y que pueden autolimitarnos y hacernos sentir mal.

Estas verbalizaciones tienen la particularidad de actuar como instrucciones que nos damos a

nosotros mismos, pero no constituyen todo el lenguaje interno, sino sólo un tipo de cognición que

nos decimos a nosotros mismos cuando realizamos alguna actividad concreta (por ejemplo, voy a

ponerme a trabajar ).

Las autoinstrucciones influyen de manera clave en cómo nos sentimos y en cómo nos comportamos.

Generan sentimientos de bienestar y comportamientos adaptativos si se trata de autofrases positivas

y provocan malestar si, por el contrario, son autoinstrucciones negativas o desadaptativas.

El entrenamiento en autoinstrucciones persigue fomentar las actitudes de resolución de problemas y

la generación de autofrases más útiles y positivas. Sirve, en definitiva, para afrontar cualquier

situación problemática y estresante del mejor modo posible.

El entrenamiento en autoinstrucciones se desarrolla en torno a una serie de etapas:

Preparación para el estresor

Confrontación con el estresor.

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Momentos críticos.

Autorreforzamiento.

A lo largo del entrenamiento debemos ir detectando los signos de estrés y malestar y aplicar

determinadas autoinstrucciones positivas que nos ayuden a enfrentarnos a la situación eficazmente.

Algunas autofrases positivas que se pueden utilizar para evaluar los esfuerzos y autorreforzarnos

después del afrontamiento son:

Cada vez me enfrento mejor al estrés .

Lo he conseguido .

La próxima vez lo haré incluso mejor .

No ha sido tan malo como esperaba .

He dado al estrés más importancia de la que tenía .

No salió bien, pero no importa .

Puedo estar satisfecho de mis progresos .

7.2. Imaginación/visualización

Técnica de Imaginación:
La imaginación/visualización es una poderosa técnica probada para mejorar nuestra autoimagen y

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conseguir un mayor control de las emociones y el cuerpo.

Consiste, básicamente, en relajarse e imaginar vívidamente diferentes escenas de la forma más real

posible y con todos los detalles que uno pueda incorporar.

Las escenas visualizadas serán de un tipo u otro dependiendo de la finalidad con que se emplee la

técnica. Por lo general, es muy utilizada en el tratamiento del estrés y como método de

afrontamiento y potenciación de la autoestima.

Es la técnica de elección en el tratamiento de otros muchos problemas que conllevan la evitación de

situaciones y estímulos estresantes, como por ejemplo en la intervención del trastorno de estrés

postraumático (TEP). Por último, es también aplicable a aquellas situaciones que no es posible evitar

pero afrontarlas nos supone una cantidad excesiva o desproporcionada de malestar (por ejemplo,

una exposición oral durante una reunión).

El objetivo fundamental, en este caso, es superar la evitación y/o malestar a partir del afrontamiento

voluntario de tales situaciones. La clave está en permanecer experimentando en la imaginación las

situaciones que nos causan malestar tanto tiempo como sea necesario hasta que la ansiedad

desaparezca.

7.3. Reestructuración cognitiva

Las técnicas de reestructuración cognitiva enfatizan la importancia de analizar y modificar los

patrones de pensamiento desadaptativo y sustituirlos por patrones funcionales. La idea básica es

que no son los acontecimientos o situaciones las que directamente generan nuestras emociones o

determinan nuestro comportamiento, sino las interpretaciones que hacemos de esas situaciones.

Es decir, no nos sentimos mal porque tenemos muchas tareas, por ejemplo. El hecho en sí mismo, no

tiene por qué generar malestar; nos sentimos mal porque interpretamos ese hecho como negativo y

pensamos que no vamos a ser capaces de cumplir con todas las tareas, que no podemos soportar la

presión, etc.

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Estos pensamientos surgen a modo de diálogo interno y tienen tres características básicas:

Son empíricamente falsos. Es decir, no se basan en hechos y datos reales y comprobables.

Son disfuncionales ya que producen malestar.

Son automáticos. Están tan bien aprendidos que es muy difícil detectarlos y darnos cuenta de

cómo influyen en lo que hacemos y en lo que sentimos.

Los pensamientos disfuncionales surgen porque tenemos una serie de creencias que son

irracionales. Estas creencias siempre tienen un carácter evaluativo y, por eso, pueden generar

pensamientos de condenación, catastrofismo o intolerancia a la frustración, entre otros efectos.

A continuación, se recogen algunas de las creencias irracionales más comunes según Ellis, como

por ejemplo:

Debo ser querido y aceptado por todas las personas que considero importantes.

Debo ser siempre competente y hacer las cosas con la máxima perfección

Todas las personas deben tratarme con consideración y justicia y, si no loasen, son seres

despreciables y malos que merecen ser castigados severamente.

Debo sentirme siempre a gusto y es terrible y catastrófico si las cosas no salen como yo quiero.

La felicidad y la infelicidad están causadas por factores ajenos a mí y no puedo hacer nada para

controlar mis sentimientos.

Si algo malo puede ocurrir, debo estar preocupado o asustado por la posibilidad de que ocurra.

Es mejor evitar las dificultades y los problemas de la vida que hacerles frente.

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Es bueno depender de otras personas más fuertes y poderosas en quien apoyarme.

El pasado determina el presente. Si algo ha ocurrido alguna vez, volverá a ocurrir.

Debo asumir los problemas de los otros como míos propios y sufrir por ellos

Sólo existe una solución perfecta para cada problema, y es una desgracia si no lo consigo

El procedimiento propuesto por Goldfried y Goldfried (1979) tiene como objetivo enseñar a las

personas a pensar de forma más adaptativa y lógica. Se estructura en las siguientes fases:

Conocer de qué manera influyen las cogniciones en las emociones.

Reconocer la irracionalidad de algunas creencias y buscar pruebas convincentes, si las hubiera,

para sostener tales argumentos irracionales.

Analizar las diversas situaciones ansiógenas y registrar los pensamientos que resulten más

adaptativos en tales situaciones. La persona va imaginando las situaciones que le producen

ansiedad y, cuando aparece la tensión, reestructura cognitivamente la experiencia.

Algunas de las estrategias que se emplean para la reestructuración cognitiva son (Caballo, 1995):

Comprobación de la realidad

Se trata de describir de manera precisa la situación en función de los hechos reales.

Reatribución

Se trata de no explicar los hechos en función de un solo factor, no se trata de negar


nuestra responsabilidad en los hechos, sino de considerar también otras posibles causas y
factores implicados.

Refutación con respuestas racionales

Sustituir los pensamientos automáticos negativos por otros más racionales y funcionales.

Modificación de las suposiciones disfuncionales

Para modificar estas suposiciones, podemos plantearlas como si fueran hipótesis y discutir
sus ventajas y desventajas.

Descatastrofización

Para modificar estos pensamientos catastróficos podemos emplear la proyección en el

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tiempo, que consiste en imaginarse en la situación catastrófica.

7.4. Resolución de problemas

Las técnicas de resolución de problemas tienen como objetivo desarrollar las siguientes

habilidades:

Habilidad para identificar el origen del problema, esto es, las respuestas emocionales

negativas.

Habilidad para generar soluciones alternativas.

Habilidad para evaluar la mejor alternativa.

Habilidad para tomar decisiones y ponerlas en práctica.

Estos métodos se fundamentan en la búsqueda de soluciones eficaces para los problemas mediante:

la toma de perspectiva, la descomposición del problema en submetas y el análisis medios-fines.

En primer lugar, a través del distanciamiento y la toma de perspectiva podemos cambiar las

estrategias y aumentar las probabilidades de encontrar una solución aceptable. La toma de

perspectiva parte de la idea de que la causa del problema no es la situación en sí, sino la respuesta

inadecuada que damos a esa situación.

Por otro lado, la descomposición del problema consiste en diferenciar y priorizar los elementos

del problema y concretarlos en objetivos. Es decir, se debe identificar el objetivo general y

descomponerlo en subobjetivos específicos. Los objetivos generales, a menudo, suelen estar

relacionados con el bienestar personal más que con la situación objetiva. En estos casos, para

descomponer el problema hay que establecer submetas emocionales que realistas.

Finalmente, el análisis medios-fines consiste en buscar alternativas para alcanzar cada una de las

submetas es otro de los pasos clave para llegar a una solución óptima. El objetivo de esta fase es

generar diversas alternativas y sopesar las probabilidades de éxito de cada una.

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Glosario

Aptitud: Cualidad que hace que un objeto sea apropiado para un fin.

EUROINNOVA
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Recuerda

La Inteligencia Emocional es la capacidad o habilidad de las personas para atender a sus

propios sentimientos, discriminando qué siente, porquçe lo siente y cómo lo siente.

El Mindfulness es la atención mantenida en el momento presente, del aquí y ahora sin

realizar juicios de valor.

La Inteligencia Emocional esta basada en cinco aptitudes básica: autoconocimiento,

autorregulaciçon, motivación, empatía y habilidades sociales.

Las aptitudes personales son las que determinan el dominio de uno mismo.

Los instrumentos de medida utilizados en el abordaje de la evaluación de la IE, son los

cuestionarios y autoinformes (instrumentos clásicos), las medidas de habilidad o ejecución y la

observación externa.

El entrenamiento autoinstruccional se emplea modificar verbalizaciones o pensamientos

que en ocasiones realizamos ante una tarea o problema y que pueden autolimitarnos.

La imaginación consiste en relajarse e imaginar vividamente escenas diferentes de la forma

más real posible.

Las técnicas de reestructuración cognitiva enfatizan la importancia de analizar y modificar

los patrones de pensamiento desadpativo y sustituirlos por patrones funcionales.

Los pensamientos disfuncionales surgen porque tenemos una serie de creencias

irracionales.

Salovey y Mayer caracterizan la inteligencia emocional como un modelo de habilidad frente a

Bar-On o Goleman que los consideran modelos mixtos o de personalidad.

Según el modelo de Mayer y Salovey, las habilidades que integran la inteligencia emocional

son: la percepción, evaluación y expresión de las emociones, la emoción facilitadota del

pensamiento, la compresión y análisis de las emociones y la regulación reflexiva de las

emociones.

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Autoevaluación

1. Completa el espacio en blanco del siguiente enunciado: La ______________ es la


habilidad de comprender y motivar a otras personas .

Inteligencia emocional.

Inteligencia social.

Inteligencia múltiple.

2. ¿Cómo concibe la IE el modelo de habilidad de Mayer y Salovey?

Concibe la inteligencia emocional como una inteligencia basada en el uso adaptativo


de las emociones en nuestra cognición.

Concibe la inteligencia emocional como rasgos de comportamiento estables.

Se concibe como un modelo de habilidad mental, dentro del contexto de la


personalidad.

3. Indica si es verdadero o falso el siguiente enunciado: Las aptitudes son


características de la personalidad o el conjunto de hábitos que llevan a un
desempeño superior o más efectivo .

Verdadero.

Falso.

4. La capacidad para manejar las emociones y los impulsos perjudiciales, se

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conoce como:

Adaptabilidad.

Autoevaluación.

Autocontrol.

5. La observación externa; ¿a qué grupo de instrumentos de evaluación


pertenece?

Medidas de habilidad.

Instrumentos clásicos de medida.

Es una evaluación complementaria, por lo que no pertenece a ningún instrumento de


evaluación concreto.

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