You are on page 1of 3

Fundición a coquilla

MOLDEO EN COQUILLA
El moldeo en coquilla, método de fundición de piezas de aluminio
por gravedad, nos permite una notable optimización del
rendimiento de trabajo, por lo que resulta idóneo en la
consecución de producciones elevadas, medianas y cortas al
concedernos dos grandes ventajas: ahorro, pues utiliza un molde
de acero permanente denominado «coquilla» de mayor
durabilidad, rapidez y capacidad de repetición.

Las piezas resultantes de este proceso de fundición en


coquilla cuentan con una gran resistencia y un acabado
superficial excepcional, características que nos permiten gran
margen de maniobra.

 Piezas de tamaño medio con un rango de peso entre 100 gr y 40 kg.


 Máquinas coquilladoras hidráulicas verticales y horizontales para dar
solución a diferentes necesidades.
+}
Fundición a cera perdida
técnica de fundición a la cera perdida
La fundición a la cera perdida es una compleja técnica metalúrgica que permite gran
libertad en el diseño de las formas que se quieren crear. Fue utilizada en el mundo
prehispánico para crear objetos, principalmente ornamentales, que todavía hoy
impresionan por su diseño y la consumada aplicación de la técnica.

El trabajo de los metales

Los metales son apreciados por los humanos a causa de la gama de propiedades que
presentan, y que les proporcionan un valor simbólico, estético y práctico. La posibilidad de
dar forma a los objetos de metal a voluntad es, tal vez, su cualidad más importante. En
tiempos prehispánicos se utilizaron principalmente el cobre, puro o aleado con estaño,
arsénico o plomo, y el oro y sus aleaciones –por ejemplo, la tumbaga, que es una combinación
de oro, plata y cobre. Aún en la actualidad se emplean las dos maneras de trabajo básicas con
este material: a) Por martillado, tratando el metal como sólido y deformándolo a golpes hasta
alcanzar la forma deseada, por ejemplo, una lámina; en los metales trabajados más antiguos
de América se usó esta técnica. b) Por vaciado, utilizando el metal fundido en su forma
líquida.

En su Historia general de las cosas de Nueva España , fray Bernardino de Sahagún describe
a los artesanos que realizan esos trabajos de la siguiente forma (Sahagún, 1989, p. 576): “Los
oficiales que labran oro son de dos maneras: unos dellos se llaman martilladores o majadores,
porque éstos labran oro de martillo, majando el oro con piedras o con martillos para hacerlo
delgado como papel. Otros se llaman tlatlaliani, que quiere decir que ‘asientan el oro’, o
alguna cosa en el oro o en la plata. Éstos son

verdaderos oficiales, que por otro nombre se llaman tultécah”.

Para la segunda de tales técnicas se necesitan moldes que reciben el metal y en los cuales se
solidifica en la forma deseada. Los moldes pueden ser elaborados de diferentes materiales
(por ejemplo, piedra, arcilla, arena) y constar de una o varias partes. A lo largo del proceso
de elaboración los artesanos constantemente tienen que tomar decisiones respecto al empleo
de diferentes materiales y técnicas, y de esa manera crean el objeto final con las
características deseadas. Un caso especial, por su complejidad y versatilidad, es la fundición
a la cera perdida, técnica que se ha desarrollado en varios lugares del mundo. En América
parece haberse originado en Colombia, aproximadamente hacia 1000 a.C., pero todavía
faltan más investigaciones para establecer la fecha con seguridad. La técnica se difundió por
el continente, pasando posiblemente por Centroamérica, y por vía marítima desde las costas
de Sudamérica hasta llegar a tierras de lo que hoy es México, más de 1600 años después.
Especialmente la zona que hoy ocupa el estado de Oaxaca es reconocida por la cantidad y
calidad de objetos de oro y sus aleaciones elaborados por fundición a la cera perdida. En otras
zonas de Mesoamérica, particularmente el Occidente, la técnica fue también empleada, pero
en mayor grado con cobre y sus aleaciones. Los objetos de metal que se elaboraron en
Mesoamérica tenían una amplia gama de formas y funciones, pero en su gran mayoría se
utilizaron como ornamentos personales (por ejemplo, bezotes, cuentas y cascabeles) y como
objetos rituales (por ejemplo, figurillas). En las fuentes etnohistóricas se menciona que los
objetos eran de oro, pero en el contexto arqueológico las hay mayormente de cobre.

La fundición a la cera perdida

La complejidad de la técnica hace necesario el conocimiento profundo de los materiales


empleados y de sus propiedades. En el primer paso del proceso se elabora un modelo en cera
del objeto que se quiere crear (por eso algunos investigadores sugieren que el proceso
solamente se pudo haber desarrollado en regiones donde había abejas). A veces, para ahorrar
metal o para crear un objeto hueco, el modelo se forma alrededor de un núcleo, que según
el Códice Florentino se hacía de carbón vegetal y arcilla. El modelo de cera se envuelve a
continuación en una capa de arcilla que forma el molde, dejando una apertura para la entrada
del metal. Si no hay una conexión directa entre el núcleo y el molde, se recurre a pequeños
estaquillos o clavos de madera para inmovilizar el núcleo. Después de haberse secado por
completo, se calienta el molde para sacar la cera y quemar sus residuos. Dentro del molde,
alrededor del núcleo (si lo hay), se crea así un espacio que será aprovechado en el próximo
paso. En efecto, el molde es llenado entonces con el metal fundido, y después de un periodo
de enfriamiento se tiene que romper el molde para sacar el objeto. Eso significa que cada
pieza es única. Si se trata de objetos huecos abiertos (por ejemplo, cascabeles), hay que
romper el núcleo para extraerlo. Para introducir percutores en objetos huecos, pueden
incorporarse en el interior del núcleo al inicio del proceso. Al retirar el núcleo se libera el
percutor, el cual tiene que ser ligeramente más grande que la apertura del objeto para que no
se salga. Muchos de los objetos elaborados en metal muestran una superficie que semeja una
filigrana. Sin embargo, dichos objetos no están hechos con la técnica de la filigrana –con
alambres de metal soldados–, sino que son vaciados a la cera perdida para crear una filigrana
falsa. Para lograr este efecto, el núcleo del objeto por vaciar se envuelve en alambres o hilos
de cera.

You might also like