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Los derechos del imputado y de la víctima de un delito
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Los derechos del imputado y de la víctima de un delito
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Los derechos del imputado y de la víctima de un delito

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Con la reforma constitucional en procuración y administración de justicia de 2008, así como la reforma en materia de derechos humanos de 2011 se estructuró un nuevo sistema de derechos constitucionales para los intervinientes en el proceso penal. Esto genera nacientes cuestionamientos en torno al sistema ¿cómo se aplican los derechos del imputado y
LanguageEspañol
PublisherINACIPE
Release dateSep 1, 2021
ISBN9786075600321
Los derechos del imputado y de la víctima de un delito
Author

Bernardino Esparza Martínez

Bernardino Esparza Martínez Doctor en Derecho apto cum laude por la Universidad Complutense de Madrid, España. Maestro en Especialización en Derecho Constitucional y Ciencia Política por el Centro de Estudios Constitucionales del Ministerio de la Presidencia de España y especialista en Desarrollo de la Función Directiva por el Instituto Nacional de Administración Pública de España. Investigador Nivel II del Sistema Nacional de Investigadores (SNI). Profesor investigador del Instituto Nacional de Ciencias Penales y docente en la Universidad La Salle. Colaborador y comentarista especializado en temas jurídicos y políticos. Entre sus obras destacan: Dignidad y derechos; La Guardia Nacional: Manual de derechos humanos; Derechos del imputado y de la víctima de un delito, entre otros.

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    Los derechos del imputado y de la víctima de un delito - Bernardino Esparza Martínez

    imputadoBernardino Esparza Martínez

    Bernardino Esparza Martínez

    Doctor en Derecho apto cum laude por la Universidad Complutense de Madrid, España; maestro en Derecho Constitucional y Ciencia Política por el Centro de Estudios Constitucionales del Ministerio de la Presidencia de España; especialista en Desarrollo de la Función Directiva por el Instituto Nacional de Administración Pública de España; investigador Nivel II del Sistema Nacional de Investigadores (SNI); profesor-investigador del Instituto Nacional de Ciencias Penales (INACIPE) y de la Facultad de Derecho de la Universidad La Salle. Es colaborador y comentarista especializado en temas jurídicos y políticos en diversos medios de comunicación, entre otros en el Grupo Fórmula, Radio y Televisión. Entre sus libros más recientes se encuentran: La reparación del daño; Juego y poder: la política es un juego y la ley es poder; Derechos fundamentales, jurisprudencia constitucional penal; Delitos electorales 1812-2018 y Estado de Excepción, restricción o suspensión de derechos y garantías.

    COLECCIÓN NUEVO SISTEMA

    DIRECTORIO

    Alejandro Gertz Manero

    Fiscal General de la República

    y Presidente de la H. Junta de Gobierno del inacipe

    Gerardo Laveaga

    Director General del

    Instituto Nacional de Ciencias Penales

    Rafael Ruiz Mena

    Secretario General Académico

    Gabriela Alejandra Rosales Hernández

    Secretaria General de Extensión

    Alejandra Silva Carreras

    Directora de Publicaciones y Biblioteca

    Prefacio

    LOS DERECHOS DEL IMPUTADO Y DE LA VÍCTIMA DE UN DELITO.

    En el marco de las reformas constitucionales sobre la procuración y administración de justicia de 2008, así como la de derechos humanos y sus garantías de 2011, México transitó a una nueva época en el marco del derecho que se sustenta en la protección de los derechos humanos de sus ciudadanos. Entre las distintas modificaciones que se realizaron a la Constitución, estas dos reformas pretendieron fortalecer los mecanismos de protección de los derechos de los ciudadanos, a la par que a través del principio pro persona los ampliaron.

    Pero, ¿cómo se aplican tales derechos? ¿Cuáles son los criterios de interpretación de las personas que intervienen en los procesos penales? La presente investigación es un texto de consulta que busca dar respuesta a las preguntas anteriores por medio de un análisis sistemático de las distintas tesis y jurisprudencias de corte constitucional y penal que permiten entender la conceptualización de los derechos de las partes intervinentes en un procedimiento penal. Ello, a fin de entender cómo se aplican tales derechos y cómo se han empleado y evolucionado en el marco de las últimas reformas referidas en el párrafo anterior.

    En este sentido, el desarrollo de nuestra investigación se encuentra sustentado en el Plan Nacional de Gobierno 2013-2018, concretamente bajo el Plan Nacional de Gobierno 2013-2018 del gobierno de la República, en cuyo apartado denominado: México en Paz I.1. Diagnóstico: México demanda un pacto social más fuerte y con plena vigencia. I .2. Plan de acción: fortalecer al Estado y garantizar la paz, con el rubro de Seguridad pública, refiere que las consecuencias de la inseguridad y la violencia ha sido el aumento de las violaciones a los derechos humanos, que se cometen, en muchas ocasiones, por las autoridades encargadas de las acciones de seguridad. Por ello, la agenda de seguridad estará íntimamente ligada al respeto y garantía de los derechos humanos, pues únicamente mediante el respeto irrestricto de éstos se podrá mejorar la situación crítica que enfrenta nuestro país en estos ámbitos.¹

    También se sustenta en el apartado denominado Sistema de Justicia Penal, el cual apunta que:

    Para hacer frente a esta problemática, en junio de 2008 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Reforma Constitucional en materia de Seguridad y Justicia. Una de las finalidades de la reforma fue modernizar el sistema de justicia penal de manera integral, ajustándolo a los principios de un Estado democrático y a los instrumentos internacionales suscritos por México. La reforma al Sistema de Justicia transformará el desempeño de las policías, ministerios públicos, juzgadores, defensoría pública, abogados y de todos los involucrados en procurar e impartir justicia, así como en ejecutar las sanciones penales en beneficio de la sociedad. Sin embargo, hoy se registra un rezago en la implementación del nuevo sistema de justicia penal, debido a que, en su momento, se subordinó la asignación de recursos para la reforma de otros objetivos públicos. Aunado a ello, la insuficiente armonización legislativa, la falta de capacitación entre los operadores y el funcionamiento inercial de las instituciones constituyen obstáculos para la implementación del nuevo sistema.

    Así, en el marco de lo anterior, se advierte que la conformación del nuevo sistema de procuración de justicia penal, junto con la reforma constitucional en materia de derechos humanos y de sus garantías, fortalece el entramado de los derechos humanos de las víctimas u ofendidos y de los imputados a fin de garantizar el respeto de los intervinentes en el proceso penal.

    1. JUSTIFICACIÓN

    En tal sentido la justificación de nuestra investigación reside en la creación y tiempo de aplicación de la reforma constitucional del 18 de junio de 2008 y su plena vigencia en 2016, que regula el sistema procesal penal acusatorio, a fin de perfeccionar la debida protección de los derechos de la víctima, del ofendido y de la persona imputada.

    Para otorgar una apropiada procuración y administración de justicia se realizan modificaciones constitucionales a diez artículos (16, 17, 18, 19, 20, 21 y 22, 73, 115 y 123), y con ello cambia el sistema de justicia en tres rubros fundamentales: en establecer las bases para regular el sistema procesal penal acusatorio; en hacer modificaciones al sistema penitenciario; y, por último, en la modificación al sistema de seguridad pública.

    En ésta, resulta transcendental la reforma constitucional al artículo 20, porque establece un nuevo proceso penal acusatorio y oral que se rige por cinco principios: publicidad, contradicción, concentración, continuidad e inmediación. Asimismo, se instituyen los derechos de la víctima, del ofendido y de la persona imputada. En este sentido, en nuestra investigación surge el planteamiento de determinar si coexiste o no la problemática de la aplicación eficaz y efectiva de la justicia, con este nuevo esquema donde la legislación se modifica para otorgar en el Estado Derecho una adecuada protección jurídica en los derechos de la víctima u ofendido y la persona imputada.²

    Por tal circunstancia, y durante ocho años de su implementación y aplicación (2008-2016), es fundamental realizar esta investigación, en particular con el estudio del artículo 20 constitucional, para saber al dedillo cuáles han sido los avances jurídicos de la debida protección de los derechos humanos y fundamentales, primero introducidos al texto constitucional de 2008,³ y luego en 2011⁴ con la reforma constitucional relativa a los derechos humanos y sus garantías.

    De ahí se desprende que la importancia del presente texto estriba en que será posible observar los avances que se han conformado en materia de los derechos de la víctima u ofendido y del imputado a través de la jurisprudencia. Ello a fin de advertir cómo son interpretados los mismos.

    2. OBJETIVO

    Por ende, el objetivo consiste en indentificar dicha problemática que puede o no enfrentar el Estado de Derecho con los cambios y avances jurídicos de las reformas constiticionales de 2008 y 2011, así como mostrar los conceptos jurídicos que se han fomentado para proteger los derechos de la víctima o del ofendido y de la persona imputada, mediante los criterios jurisprudenciales emitidos mediante la interpretación realizada por el Poder Judicial de los preceptos constitucionales y sus leyes secundarias.

    Sin embargo, cabe advertir que durante el proceso de investigación, en particular con el análisis de los criterios jurisprudenciales, no solamente incorporamos al texto de la presente investigación las tesis jurisprudenciales que aluden a la reforma constitucional del 2008 y 2011, es decir, también se incluyen las tesis anteriores a dichas reformas, con el próposito de facilitar los conceptos jurídicos que sustentan, antes y después, la protección de los derechos del imputado, la víctima u ofendido, así como la aplicación de los mismos a través de su evolución en el marco jurídico mexicano.

    1 Vid. Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, en el DOF, 20/05/2013, México.

    2 Vid. Decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en Diario Oficial, miércoles 18 de junio de 2008 (Primera sección), p. 3, México.

    3 Después de las reformas constitucionales del sistema penal mexicano, promulgadas en el año 2008, la aplicación de la ley en materia penal en nuestro país ha entrado en una profunda etapa de positivas transformaciones. En materia de derechos humanos, derechos fudamentales y las garantías que surgen con dicha reforma y su interpretación jurisprundencial se puede consultar mi libro, Derechos fundamentales: jurisprudencia constitucional penal.

    4 Vid. Decreto por el que se modifica la denominación del Capítulo I del Título Primero y reforma diversos artículos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en Diario Oficial, viernes 10 de junio de 2011 (Primera sección), p.2, México.

    Introducción

    Este libro, concebido como texto de consulta, tiene la finalidad central de sistematizar los distintos criterios jurisprudenciales que la Corte ha emitido en torno a los derechos que le son propios a los sujetos intervinientes en los procesos penales. De las diversas clases impartidas, se identificó que si bien los alumnos en principio entienden las categorías constitucionales de las cuales emanan dichos derechos, estos no siempre saben cómo aplicarlos o cuáles son los criterios emitidos al momento de aplicar el derecho, al tiempo que muchas veces se les dificulta localizar tesis y jurisprudencias en los instrumentos que existen precisamente por la gran cantidad de información que hay y la conformación de los criterios de búsqueda.

    En tal sentido, este texto se centró justamente en el diseño de una metodología que permitió seleccionar aquellas tesis y jurispridencias expecíficas en materia penal que tratan la interpretación y aplicación de los derechos de las víctimas u ofendidos y los imputados. Para ello se descartaron aquellas tesis distintas a la materia penal y constitucional, se suprimieron aquellas que no definen la interpretación de los conceptos centrales y todas aquellas que a la fecha ya se encuentran superadas por otros criterios jurisprudenciales. A la par, a pesar de que en 2008 y 2011 se generaron dos paradigmas importantes en la evolución del derecho mexicano, se trabajó con tesis y jurisprudencias anteriores a dichas reformas que aún se hayan vigentes.

    Es importante apuntar que el texto está diseñado para que tanto el alumnado como el operador jurídico, como el legislador, puedan identificar de manera sencilla los preceptos jurídicos que requieran para su estudio, a través de la elaboración de la formulación preguntas al inicio de cada criterio y que son contestadas por medio de los criterios emitidos por el Poder Judicial. Ello, a fin de que se comprenda la interpretación relativa a la naturaleza del derecho de manera sistemática, sencilla y rápida.

    De ello, se desprende que la investigación se encuentra dividida en tres grandes capítulos, el primero supone un resumen en torno a los cuatro conceptos principales del derecho, el segundo condensa todos los criterios jurisprudenciales acerca de los derechos del imputado di-divido de acuerdo con las distintas fracciones del apartado B) de la Constitución, y el tercero, al igual que el anterior, analiza aquellos derechos consagrados en el apartado C) del mismo artículo 20, es decir, los derechos relativos a la víctima u ofendido.

    I. ESTRUCTURA DE LA INVESTIGACIÓN

    Así, tenemos que la estructura de la investigación está conformada en dos partes. La primera es una explicación en el rubro de Teoría del derecho, donde se formulan diversas preguntas. Para ello, a modo de introducción de derecho, se justifica por qué son los cuatro principales conceptos jurídicos del derecho. Luego, entonces se procede con las siguientes interrogantes: ¿qué es el derecho?; ¿cuáles son los conceptos jurídicos fundamentales del derecho?; ¿cuál es el concepto de derecho?; ¿qué es la norma?; ¿qué es la norma jurídica?; y ¿cuál es la clasificación de las normas jurídicas? Con estas preguntas, se procura saber en qué consisten los derechos de las personas, con el propósito de otorgar los elementos jurídicos de los derechos, sin duda de todas las personas, pero en particular —por razón de nuestra investigación— de las personas que se encuentren involucradas en el carácter de imputadas, de víctimas u ofendidas. Esto es así, sobre todo, porque además nuestro intéres apunta a que en el momento de hacer valer los derechos en este sentido, las personas los conozcan y resguarden adecuadamente.

    La segunda parte de la investigación constituye la interpretación al precepto 20 constitucional, mediante la pregunta: ¿cuál es la interpretación jurisprudencial de los derechos de la persona imputada, de la víctima u ofendido? En este sentido, la interpretación emite criterios en relación con los siguientes principios relativos a los derechos de las personas imputadas: presunción de inocencia; derecho a la no autoincriminación; derecho a ser informado; audiencia pública; derecho a ser juzgado en un plazo razonable; y defensa adecuada.

    Para la presente investigación se toman como base los siguientes derechos de la víctima o del ofendido: coadyuvar con el Ministerio Público; recibir atención médica y psicológica; a que se le repare el daño; derecho al resguardo de identidad; derecho a solicitar medidas cautelares; derecho a impugnar las omisiones del Ministerio Público.

    Así que la segunda parte se organiza de la siguiente manera.

    1. Sobre el análisis de las jurisprudencias

    Para el presente libro se realizó un análisis de las tesis y jurisprudencias sobre los derechos de la víctima y el imputado desde una perspectiva estrictamente constitucional y constitucional penal, a fin de restringir el estudio a los principios fundamentales consagrados en el artículo 20, apartados B (sobre los derechos del imputado y C (sobre los derechos de la víctima). En este sentido, se excluyeron todas aquellas tesis relativas a la materia civil, mercantil y laboral, entre otras.

    Para lo anterior, se analizaron los conceptos centrales de cada uno de los apartados antes referidos desde la quinta época hasta septiembre de 2016, a fin de advertir todos los criterios que existen en la materia, así como la ampliación de los mismos.

    Así, a continuación, se muestra cómo se seleccionaron las tesis y jurisprudencias que se utilizaron para el presente texto.

    a) Derechos del imputado

    Para seleccionar los criterios relativos a los derechos del imputado, se tomó cada una de las fracciones del artículo 20 constitucional, se buscó un principio fundamental de cada una de esas fracciones y se realizó una búsqueda de las tesis y jurisprudencias que contenían tal principio; a su vez, se descartaron aquellas que no trabajaban aquel principio como derecho del imputado. Lo anterior se realizó de la siguiente forma:

    I. A que se presuma su inocencia mientras no se declare su responsabilidad mediante sentencia emitida por el juez de la causa;

    Para obtener las tesis y jurisprudencias se tomó como concepto el término presunción de inocencia y se seleccionaron todas aquellas que advirtieron qué se entiende por el mismo desde el ámbito constitucional y penal.

    Sobre la segunda fracción:

    II. A declarar o a guardar silencio. Desde el momento de su detención se le harán saber los motivos de la misma y su derecho a guardar silencio, el cual no podrá ser utilizado en su perjuicio. Queda prohibida y será sancionada por la ley penal, toda incomunicación, intimidación o tortura. La confesión rendida sin la asistencia del defensor carecerá de todo valor probatorio;

    Se tomó como eje central de la búsqueda el principio de la no autoincriminación, mismo que refiere que el imputado no está obligado a declarar en su contra y puede guardar silencio si lo desea. Se tomó como base dicho derecho porque, como tal, éste engloba la posibilidad de declarar o a guardar silencio.

    Al respecto de la tercera fracción del apartado B del artículo 20, se refiere que:

    III. A que se le informe, tanto en el momento de su detención como en su comparecencia ante el Ministerio Público o el juez, los hechos que se le imputan y los derechos que le asisten. Tratándose de delincuencia organizada, la autoridad judicial podrá autorizar que se mantenga en reserva el nombre y datos del acusador. La ley establecerá beneficios a favor del inculpado, procesado o sentenciado que preste ayuda eficaz para la investigación y persecución de delitos en materia de delincuencia organizada;

    Se tomó como centro de la búsqueda el derecho a ser informado.

    A su vez, en lo que respecta a la fracción IV:

    IV. Se le recibirán los testigos y demás pruebas pertinentes que ofrezca, concediéndosele el tiempo que la ley estime necesario al efecto y auxiliándosele para obtener la comparecencia de las personas cuyo testimonio solicite, en los términos que señale la ley;

    Se partió del criterio de búsqueda para recibir pruebas y se seleccionaron aquellas tesis y jurisprudencias relativas al imputado y la posibilidad que tienen de ofrecer elementos para su defensa.

    Por lo que toca a la fracción V:

    V. Será juzgado en audiencia pública por un juez o tribunal. La publicidad sólo podrá restringirse en los casos de excepción que determine la ley, por razones de seguridad nacional, seguridad pública, protección de las víctimas, testigos y menores, cuando se ponga en riesgo la revelación de datos legalmente protegidos, o cuando el tribunal estime que existen razones fundadas para justificarlo. En delincuencia organizada, las actuaciones realizadas en la fase de investigación podrán tener valor probatorio, cuando no puedan ser reproducidas en juicio o exista riesgo para testigos o víctimas. Lo anterior sin perjuicio del derecho del inculpado de objetarlas o impugnarlas y aportar pruebas en contra;

    Se seleccionó el criterio audiencia pública y se descartaron todas aquellas tesis y jurisprudencias relativas a temas distintos a la materia penal, a la par que se dejaron aquellas relativas al principio de publicidad del proceso porque éste está directamente relacionado con el derecho del imputado.

    A su vez, la fracción VI, sobre la recepción de todos los medios para la defensa, y el VIII respecto de la defensa adecuada, se encuentran directamente relacionados con el principio de defensa adecuada, en tanto a que uno advierte la posibilidad de que el inculpado pueda aportar los elementos que permitan probar su inocencia y el otro, la obligatoriedad de contar con un abogado preparado. En tal sentido, ambos derechos son observados dentro de un mismo principio relativo a la defensa, por lo que se observaron en conjunto. Ello, en tanto a que la mayoría de las tesis y jurisprudencias también los refieren en conjunto.

    VII. Será juzgado antes de cuatro meses si se tratare de delitos cuya pena máxima no exceda de dos años de prisión, y antes de un año si la pena excediere de ese tiempo, salvo que solicite mayor plazo para su defensa; Para el anterior principio se tomó como frase ser juzgado en un plazo razonable, lo anterior porque como tal no se encuentran los plazos específicos del juicio.

    Finalmente, la fracción IX refiere que:

    IX. En ningún caso podrá prolongarse la prisión o detención, por falta de pago de honorarios de defensores o por cualquiera otra prestación de dinero, por causa de responsabilidad civil o algún otro motivo análogo. La prisión preventiva no podrá exceder del tiempo que como máximo de pena fije la ley al delito que motivare el proceso y en ningún caso será superior a dos años, salvo que su prolongación se deba al ejercicio del derecho de defensa del imputado. Si cumplido este término no se ha pro-nunciado sentencia, el imputado será puesto en libertad de inmediato mientras se sigue el proceso, sin que ello obste para imponer otras medidas cautelares. En toda pena de prisión que imponga una sentencia, se computará el tiempo de la detención.

    Para éste se tomó el principio de prisión preventiva como eje fundamental del derecho; se advirtieron los criterios que refieren cuándo se aplica y cómo debe ser utilizado en el marco del imputado.

    Asimismo, es importante referir que en el sistema acusatorio se modificó ese principio para que dejara de ser la regla y se convirtiera en la excepción, y en este sentido se descartaron aquellas jurisprudencias que observan el principio como una regla procesal.

    b) Derechos de la víctima y ofendido

    Sobre la selección de las tesis y jurisprudencia relativas a los derechos de la víctima, se advirtieron todas las fracciones del apartado C del artículo 20 constitucional, aunque es importante referir que no en todas se logra-ron encontrar criterios. En tal sentido, y en relación con aquellos que sí cuentan con tesis, se emplearon los siguientes aspectos de selección:¹

    II. Coadyuvar con el Ministerio Público a que se le reciban todos los datos o elementos de prueba con los que cuente, tanto en la investigación como en el proceso, a que se desahoguen las diligencias correspondientes, y a intervenir en el juicio e interponer los recursos en los términos que prevea la ley. Cuando el Ministerio Público considere que no es necesario el desahogo de la diligencia, deberá fundar y motivar su negativa; Para la fracción segunda del apartado C se tomó como base el criterio coadyuvar con el Ministerio Público, mismo que supone un derecho en el cual la víctima puede trabajar de forma activa con el Ministerio Público.

    III. Recibir, desde la comisión del delito, atención médica y psicológica de urgencia;

    En relación a esta fracción se advirtió recibir atención médica y psicológica; para lo anterior se descartaron aquellos que no aludían directamente a la víctima del delito, quien tiene el derecho de ser atendida por el Estado.

    IV. Que se le repare el daño. En los casos en que sea procedente, el Ministerio Público estará obligado a solicitar la reparación del daño, sin menoscabo de que la víctima u ofendido lo pueda solicitar directamente, y el juzgador no podrá absolver al sentenciado de dicha reparación si ha emitido una sentencia condenatoria. La ley fijará procedimientos ágiles para ejecutar las sentencias en materia de reparación del daño; Sobre la reparación del daño, es importante referir que constituyó uno de los criterios más difíciles de analizar, porque éste se utiliza en distintos ámbitos del derecho. Es un concepto que ha evolucionado a lo largo del tiempo y del cual se ha dicho mucho en diversos espacios distintos al derecho penal; sin embargo, para efectos del derecho de la víctima únicamente se tomaron los principios que hacen referencia al significado de la reparación del daño en materia penal y aquellos relacionados directamente con la víctima u ofendido.

    V. Al resguardo de su identidad y otros datos personales en los siguientes casos: cuando sean menores de edad; cuando se trate de delitos de violación, trata de personas, secuestro o delincuencia organizada; y cuando a juicio del juzgador sea necesario para su protección, salvaguardando en todo caso los derechos de la defensa. El Ministerio Público deberá garantizar la protección de víctimas, ofendidos, testigos y en general todos los sujetos que intervengan en el proceso. Los jueces deberán vigilar el buen cumplimiento de esta obligación;

    Para seleccionar las tesis y jurisprudencias de este principio se tomó el criterio resguardo de identidad y se acotó a los principios relativos a la víctima, razón por la cual se redujo en buena medida el número total de criterios emitidos por la Corte.

    VI. Solicitar las medidas cautelares y providencias necesarias para la protección y restitución de sus derechos, y VII. Impugnar ante autoridad judicial las omisiones del Ministerio Público en la investigación de los delitos, así como las resoluciones de reserva, no ejercicio, desistimiento de la acción penal o suspensión del procedimiento cuando no esté satisfecha la reparación del daño.

    En relación con esta fracción se utilizó como criterio de búsqueda solicitar medidas cautelares. Del total de principios encontrados se descartaron aquellos relativos a las solicitudes de dichas medidas realizadas por el Ministerio Público y se tomó como base aquella en la que la víctima u ofendido es quien realiza directamente tal solicitud.

    Lo anterior, porque el derecho de la víctima se deriva de la posibilidad que ésta tiene de pedir todas aquellas medidas que considera relevantes para su protección y no de la obligación que el Ministerio Público tiene de proteger a la víctima y al proceso, mediante el empleo de medidas. Es decir, existe una diferencia entre la obligación del Ministerio Público y el derecho de la víctima, el primero se deriva de una actividad inherente en la labor del funcionario público y el segundo de un derecho en donde la víctima puede opinar en calidad de parte en todas aquellas actuaciones derivadas del hecho constitutivo del delito.

    Así, se tomaron únicamente aquellas tesis que se derivan del derecho de la víctima y no de las que hacen alusión a la obligación del Ministerio Público.

    VII. Impugnar ante autoridad judicial las omisiones del Ministerio Público en la investigación de los delitos, así como las resoluciones de reserva, no ejercicio, desistimiento de la acción penal o suspensión del procedimiento cuando no esté satisfecha la reparación del daño.

    Finalmente, para este derecho se utilizó el concepto impugnar omisiones y se acotó la búsqueda a aquellas tesis y jurisprudencias que referían la impugnación de los actos realizados por el Ministerio Público durante la investigación del delito.

    Así, se hizo una selección sistemática de todos aquellos principios consagrados en el artículo 20, apartados B y C, de la Constitución a fin de contar con un número considerable de tesis y jurisprudencias (que inclusive se analizaron y se incluyeron en esta investigación aquellos criterios que fueron emitidos antes de 2008), que revelan los criterios que hasta el momento se han emitido en el derecho constitucional y penal mexicano.

    En resumen, nuestra investigación apunta a saber cuál es el avance jurídico del nuevo modelo de justicia constitucional de 2008, en la aplicación efectiva y eficaz de los derechos de la persona imputada, de la víctima y del ofendido. Sin embargo, por el mismo análisis de las tesis jurisprudenciales, no solamente bastó circunscribirse a su estudio a partir de la reforma constitucional del 2008 en materia de justicia penal, ya que se incluyeron tesis jurisprudenciales anteriores a dicha reforma, tal y como se muestra en esta investigación, con el interés de prestar atención a los conceptos jurídicos que han sido el fundamento para la protección de los derechos del imputado, de la víctima o del ofendido, antes y después de 2008.

    Por consiguiente, la composición del estudio de los criterios jurisprudenciales se basó en los siguientes derechos establecidos en los incisos B y C del artículo 20 constitucional. En ellos, se determinan los siguientes rubros: de los derechos de las personas imputadas y de los derechos de la víctima o del ofendido, de acuerdo al contenido del primer párrafo del citado artículo constitucional, esto es: El proceso penal será acusatorio y oral. Se regirá por los principios de publicidad, contradicción, concentración, continuidad e inmediación".

    De esta suerte, los derechos que emiten interpretación jurisprudencial, en cuanto a la persona imputada son: presunción de inocencia; a declarar o a guardar silencio; a que se le informe, tanto en el momento de su detención; a beneficios a favor del inculpado, procesado o sentenciado; a que se le reciban los testigos y demás pruebas pertinentes que ofrezca; a ser juzgado en audiencia pública por un juez o tribunal; derecho del inculpado de objetarlas o impugnarlas y aportar pruebas en contra; el derecho a una defensa adecuada; ningún caso podrá prolongarse la prisión o detención; y a que la prisión preventiva no exceda del tiempo que como máximo de pena fije la ley al delito.

    En cuanto a los derechos de la víctima o del ofendido son: recibir asesoría jurídica; coadyuvar con el Ministerio Público; reparación del daño; solicitar las medidas cautelares y providencias necesarias para la protección y restitución de sus derechos, e impugnar ante autoridad judicial las omisiones del Ministerio Público".

    Cabe advertir, en este sentido, del contendio de las tesis jurisprudenciales, que en cada una de ellas se resalta con negritas el concepto al que alude el tema. Se realiza de esta manera el propósito de disponer una mejor claridad al consultar el tema y el contenido de la tesis.

    Nuestra investigación se integra por tres capítulos: Capítulo Primero, denominado Derecho y norma, con el tema de Teoría del derecho, en el que se incorpora el subtema y preguntas de derecho y norma: La introducción a los conceptos jurídicos del derecho. ¿Qué es el derecho?; ¿qué es la norma jurídica?; ¿cuáles son los conceptos jurídicos fundamentales del derecho? El concepto de Derecho; ¿qué es la norma?; ¿qué es la norma jurídica?; y ¿cuál es la clasificación de las normas jurídicas? A estas preguntas se les responde mediante tres de los principales teóricos del derecho, en particular con Recaséns Siches, Eduardo García Máynez y Miguel Villoro Toranzo.

    El Capítulo Segundo, denominado Los derechos del imputado de acuerdo a los criterios jurisprudenciales, se clasifica con base en los derechos establecidos en el artículo 20 constitucional referentes a: presunción de inocencia; a la no autoincriminación; a ser informado; a la audiencia pública; a ofrecer pruebas para su defensa; a ser juzgado en un plazo razonable; a la defensa adecuada; y a la prisión preventiva.

    El Capítulo Tercero, denominado De los derechos de la víctima o del ofendido de acuerdo a los criterios jurisprudenciales, se clasifica con el artículo 20 constitucional referente a los derechos de la víctima o del ofendido; a coadyuvar con el Ministerio Público; a la reparación del daño; al resguardo de identidad; a solicitar medidas cautelares; y a impugnar las omisiones del Ministerio Público.

    En consecuencia, con la investigación aquí realizada, los elementos contribuyen con el Plan Nacional de Gobierno 2013-2018, y con la idea del Presidente Enrique Peña Nieto (dentro de las 13 propuestas realizadas el 1 de diciembre de 2012) en presentar la iniciativa de un solo Código Penal.

    Así, nuestro objetivo se conforma, pero también ocurre con la inclusión de otro propósito el cual dispone de dos aspectos relevantes: editar nuestra investigación en formato de libro por el Inacipe, y que esta investigación contribuya al estudio y práctica profesional de estudiantes de licenciatura, maestría y/o doctorado en derecho, y de los profesionales que ejercen la administración y procuración de justicia.

    1 A manera de acotación, no se refieren aquellos principios fundamentales de los cuales no se encontraron tesis y jurisprudencias.

    Capítulo Primero

    Capítulo 1

    I. La introducción a los conceptos jurídicos del derecho

    1.¿Qué es el derecho? a.El significado etimológico y sus tres acepciones b.El derecho objetivo, subjetivo y el valor de la justicia 2.¿Qué es la norma jurídica? 3.¿Cuáles son los conceptos jurídicos fundamentales del derecho? 4.¿Cuál es el concepto de Derecho? 5.¿Qué es la norma? 6.¿Qué es la norma jurídica? 7.¿Cuál es la clasificación de las normas jurídicas?

    Para el estudio de los derechos de la víctima, ofendido e imputado conviene en este rubro saber en qué consiste el derecho, sobre todo, para identificar cuáles son los derechos que se sustentan en el nuevo sistema jurídico mexicano, y en particular solventar su máxima protección para las personas involucradas en el contexto de una situación de ámbito penal, tal y como lo apunta el artículo 20 constitucional.

    En sí, primero resulta importante conceder dos tipos de conceptos al respecto; ¿Cuál es el concepto de derecho y los derechos de las personas? El concepto de derecho es un conjunto de normas jurídicas que se encargan de organizar la conducta de la sociedad. Y el concepto de los derechos de las personas es aquel que otorga la norma fundamental a las personas que se encuentran involucradas en un proceso de ámbito penal, tal y como lo refiere el texto constitucional de los derechos de la persona imputada, de la víctima o del ofendido.

    Ésta es una primera definición de dichos conceptos, la que nos permite analizar los cambios en la legislación mexicana. Si bien es cierto que el legislador reforma las leyes con el propósito de otorgar un debido respeto a los derechos y libertades de las personas, también lo es que, una vez implementada la norma jurídica, es aplicada por la autoridad de procuración y administración de justicia.

    En ambos casos, la creación y aplicación de la norma jurídica en defensa de los derechos de las personas es interpretada por las autoridades, y con ello se incrementan diversos criterios plasmados a través de las resoluciones judiciales. Esto es, por una parte que el legislador crea la norma jurídica, y por otra parte las autoridades la aplican, pero cuando esa norma jurídica no es precisa ni explícita, es decir que en algunos casos presentan lagunas jurídicas, entonces es necesaria su interpretación, empezando por la autoridad que en primera instancia conoce del asunto que le presentan las partes involucradas, y ante el error de la interpretación ocurre otra autoridad y es para proporcionar otra interpretación distinta. El cumplir las instancias procesales de la interpretación de la norma jurídica implica agotar cada una de sus etapas, hasta la que genera la última y definitiva resolución judicial.

    Si el derecho es un conjunto de normas jurídicas creadas por el legislador y esas normas las aplica y las interpreta la autoridad correspondiente, entonces sucede que los derechos avanzan. En la interpretación de la norma jurídica la autoridad judicial interviene con el propósito de dilucidar lo que pretendió establecer el legislador. Es este el aspecto que nos ocupa en la presente investigación, en particular respecto de la máxima protección de los derechos de las víctimas, ofendidos e inculpado. Esto es así por dos circunstancias fundamentales en el orden jurídico mexicano, es decir se modifica el texto constitucional con el propósito de otorgar una mejor protección jurídica y garantías a los derechos de las personas, tal como aconteció con la reforma constitucional del 2008 y la del 2011. La primera es por la implementación del sistema penal acusatorio; para agilizar la procuración e impartición de la justicia. Y la segunda es para otorgar la máxima protección de los derechos humanos y sus garantías; si los derechos humanos no están plasmados en el texto constitucional se tendrán que sustentar su protección en los tratados internacionales firmados por el Poder Ejecutivo, aprobados por el Senado, y decretada su publicación y vigencia en el Diario Oficial de la Federación.

    Por consiguiente, en este primer apartado nos referimos a la concepción de la disciplina del derecho, a través de las siguientes preguntas: ¿qué es el derecho? y, ¿qué son los derechos? Esto es así, ya que como lo sustentamos en nuestra investigación, es fundamental saber cuál es el avance jurídico del nuevo modelo de justicia penal y de derechos humanos y sus garantías en la protección de los derechos de la víctima, ofendido e inculpado, con el interés de vigorizar el orden jurídico en la protección de los derechos de las personas.

    Por ende, con base en el artículo 20 constitucional, promulgado con la reforma constitucional del 18 de junio de 2008 (y la reforma de 2011 para el resguardo de su identidad y otros datos personales de la víctima y ofendido) en materia de justicia penal, es el segundo apartado de esta investigación, en particular el estudio comprende los incisos B y C del citado artículo, sin perder de vista otros criterios jurisprudenciales emitidos antes de la reforma constitucional del 2008. Así, el contexto de este apartado incluye el análisis de los criterios jurisprudenciales emitidos por el Poder Judicial de México en el ámbito de los derechos de la persona imputada, de los derechos de la víctima u ofendido.

    Por tanto, el estudio de La problemática de la aplicación de la justicia en el Estado de Derecho: Los derechos de la víctima, del ofendido y persona imputada, contribuye como una aportación importante en el campo de la investigación y científica en materia del respeto y protección a los derechos humanos, sobre todo porque en el sistema jurídico mexicano las reformas a la legislación constantemente determinan su respeto y protección, y por ende, a menudo se efectúa su interpretación jurisdiccional que forma criterios jurídicos para su correcta salvaguarda.

    Los conceptos jurídicos fundamentales del derecho los hallamos en el derecho, en la norma jurídica, y en los hechos y actos jurídicos. Sin embargo, en este apartado no se trata de aludir su explicación, es decir, en el contexto de lo que implica toda la doctrina del derecho; por el contrario, sin más se procura llevar a cabo una mínima introducción al derecho, lo que permita resaltar los conceptos jurídicos principales del derecho, tales como derecho, norma, norma jurídica y clasificación de las normas, ya que con su estudio observamos la base jurídica de la protección de los derechos de las personas, en particular las referentes del propósito de nuestra investigación, esto es, al imputado, víctima y ofendido.

    1. ¿Qué es el derecho?

    a. El significado etimológico y sus tres acepciones

    Así tenemos que el significado etimológico de la palabra derecho proviene de la voz latina directus, que denota lo derecho, lo recto, lo rígido. No obstante, la palabra derecho puede tomarse en tres acepciones. Primero se designa el conjunto de normas o reglas que rigen la actividad humana en la sociedad, cuya inobservancia está sancionada, esto es el derecho objetivo. Segundo, se designa la palabra derecho a las facultades pertenecientes al individuo, un poder del individuo, esto es el derecho subjetivo. Y tercero, implica que el derecho es el equivalente a la justicia, esto es, como portador del valor justicia.¹

    b. El derecho objetivo, subjetivo y el valor de la justicia

    El derecho objetivo, subjetivo y el valor de la justicia es entonces tal y como lo conceptualiza Juan Palomar de Miguel,² como el conjunto de principios, reglas y preceptos a que están sometidas las relaciones humanas en toda sociedad civil, y a cuya observancia los individuos pueden ser obligados por la fuerza.

    En este tenor, afirmando en concreto que el derecho está integrado por un conjunto de normas jurídicas que regulan la conducta de la sociedad, y que en el contexto mexicano frecuentemente el legislador reforma la norma jurídica constitucional para normalizar dicha conducta y así ortorgar el máximo jurídico en la protección de los derechos.

    2. ¿Qué es la norma jurídica?

    Como lo precisa Juan Palomar de Miguel,³ la norma jurídica es la significación jurídica que como norma fundamental es la regla que se debe de seguir, es el precepto fundante de la validez y la unidad de todo orden normativo, y que es una significación lógica creada según ciertos procedimientos instituidos por una comunidad jurídica y que regula la conducta humana en un tiempo y lugar definidos prescribiendo a los individuos deberes y facultades y estableciendo sanciones coactivas en el caso de que dichos deberes sean cumplidos.

    Así, tal y como lo apunta Eduardo Vázquez Bote,⁴ la norma jurídica es considerada en su estructura lógica, que consta de dos elementos: El primero es la previsión general y abstracta, el juicio lógico referido a la hipó tesis de hechos clasificados conforme a tipos, técnicamente denominados supuestos de hecho. Y el segundo es la disposición correlativa, que atribuye a dicha previsión situaciones jurídicas correspondientes, esto es el efecto jurídico: el hecho jurídico y el efecto jurídico es la norma jurídica.

    3. ¿Cuáles son los conceptos jurídicos fundamentales del derecho?

    Si bien es cierto que el derecho se integra con un conjunto de normas jurídicas, también es cierto que se complementa, como parte de su estructura, con otros elementos medulares, y estos son los conceptos jurídicos fundamentales: la norma jurídica; los tipos de normas morales, religiosas, sociales y éticas; las fuentes del derecho reales, históricas y formales. Estas últimas se clasifican en legislación y su proceso legislativo, la costumbre, la jurisprudencia, la doctrina y los principios generales del derecho. Del mismo modo, el derecho se integra con los elementos del deber y el deber jurídico; los hechos y los actos jurídicos; y con los sujetos de derecho; persona física y personas morales o jurídicas (con estos sujetos de derecho se otorga el concepto jurídico de persona).

    En este tenor, para nuestra investigación es importante conferir las definiciones de los elementos del derecho, es decir los conceptos ju-rídicos fundamentales del derecho que nos conceden los profesores Luis Recaséns Siches (1903),⁵ Eduardo García Máynez (1908)⁶ y Miguel Villoro Toranzo (1922).⁷

    4. ¿Cuál es el concepto de Derecho?

    El concepto de derecho de acorde con nuestra de inición enunciada en párrafos anteriores es aquel conjunto de normas jurídicas que regulan la conducta del individuo, de las personas, en la sociedad. Es un concepto que nos dice que la sociedad debe estar organizada con base en normas jurídicas, es decir, con ordenamientos jurídicos creados por el legislador acorde a la misma realidad social en la que se encuentre la persona frente al Estado.

    No obstante, dicha de inición es quizá un tanto simple, partiendo del razonamiento de que son ineludibles las normas jurídicas en el derecho, esto es, son reglas sujetas al compartamiento del ser humano.

    Sin embargo, la palabra derecho va más alla de ello, antes de proporcionar una de inición, según lo estipula Recaséns Sieches,⁸ al señalar tres acepciones de la palabra derecho.

    La primera es cuando destaca que: algunas veces, y por ciertos autores, se ha llamado Derecho, solamente al Derecho justo, es decir, a las normas dotadas de una intrínsica validez ideal según los valores respectivos. La segunda es cuando subraya que: otras y por diversos pensadores se ha llamado derecho al conjunto de preceptos que son elaborados e impuestos por la comunidad política, es decir, por el Estado, independientemente de que sean justos o no justos. La tercera es cuando señala que: y, por in, otras veces han sido consideradas como jurídicas solamente las reglas que real y efectivamente rigen la vida de una colectividad en un momento dado de su historia, sea que provengan de los poderes legislativos, tengan su origen en la jurisprudencia o la costumbre, en suma, las normas que ha conseguido e icacia de hecho. Sin embargo, para Recaséns resulta que estas acepciones sean diferentes de la palabra Derecho, antes bien del indebido empleo unilateral de este vocablo. Indebido, porque propiamente Derecho, en el sentido estricto de esta palabra, lo están sólo el conjunto de normas dictadas o reconocidas por el Estado, que obtienen real eficacia, y que se encaminan a la realización de los principios valorativos de justicia.

    Así pues, con base en nuestra concepción del derecho, siendo un conjunto de normas jurídicas que organizan la conducta de la sociedad, estamos entonces acorde a lo que sostiene Recaséns,⁹ máxime cuando afirma que el Derecho es una obra humana con forma de normatividad impositiva inexorable, para satisfacer unas necesidades sociales, de acuerdo con las exigencias unos valores, Y que obtiene eficacia en la realidad colectiva. Por tanto, para Recaséns el derecho tiene tres dimensiones: de hecho, normativa y de valor, estimativa o axiológica.

    Por consiguiente, "la dimensión de hecho es aquélla que comprende los hechos humanos sociales en las que el Derecho se gesta y se produce; así como las conductas humanas reales en las cuales el derecho se cumple y se lleva a cabo". La dimensión normativa es aquella normatividad específica, caracterizada por unas notas propias, entre las cuales figura la de impostividad inexorable o coercitividad. La dimensión de valor, estimativa, o axiológica, es consistente en que sus normas, mediante las cuales se trata de satisfacer una serie de necesidades humanas, esto intenta hacerlo de acuerdo con las exigencias de unos valores, de la justicia y de los demás valores que ésta implica, entre los que figura en la autonomía de la persona, la seguridad, el bien común y otros.

    En concreto, el derecho es un conjunto de normas que son implementadas con base en hechos, creando la reglas de comportamiento de la persona en sociedad, y que al ser incumplidas se sanciona a la persona, siempre acorde con los valores, a la equidad e igualdad de las personas que conviven en una sociedad determinada, respetando, por ende, su persona, su seguridad y el bien común de la colectividad en la que se encuentra.

    Ahora, bien, para Eduardo García Máynez¹⁰ la palabra derecho dispone de otro tipo de acepciones. Las principales acepciones son las de derecho objetivo y subjetivo, el derecho vigente y el derecho natural. En este tipo de acepciones García Máynez sustenta cómo se esgrimen en el derecho, tema que no aludiremos en nuestra investigación, ya que además explica el cómo y el por qué del origen y su relación con cada una de ellas. Por el contrario, solamente nos interesa destacar el concepto, la definición de cada una de ellas. Tal y como lo indica con el derecho objetivo: el derecho, sentido objetivo, es un conjunto de normas. Trátese de preceptos imperativos-atributivos, es decir, de reglas que, además de imponer deberes, conceden facultades.

    Por lo que respecta al derecho subjetivo, "es una función del objetivo. Éste es la norma que permite o prohíbe; aquél, el permiso derivado de la norma. El derecho subjetivo no se concibe fuera del objetivo, pues siendo la posibilidad de hacer (o de omitir) lícitamente algo, supone lógicamente la existencia de la norma que imprime a la conducta facultada el sello positivo de la licitud".

    En cuanto al derecho vigente, para García Máynez es el conjunto de normas imperativo-atributivas que en una cierta época y en un país determinado la autoridad política declara obligatorias. Así, el derecho vigente está integrado tanto por las reglas de origen consuetudinario que el poder público reconoce, como por los preceptos que formula. La vigencia deriva siempre de supuestos, que cambian con las diversas legislaciones.

    Y sobre el derecho natural, García Máynez nos dice que suele darse esta denominación a un orden intrínsicamente justo, que existe al lado o por encima del positivismo. Son diferentes las aportaciones al estudio del derecho natural que Máynez refiere de acuerdo con los defensores del positivismo jurídico sólo existe el derecho que efectivamente se cumple en una determinada sociedad y en una cierta época. Mientras que los defensores del derecho natural se refieren a la vigencia y validez formal del mismo.

    No obstante, describe Máynez el concepto de derecho natural, que Sócrates¹¹ define de la manera siguiente: refiere las exigencias del derecho natural a la voluntad divina, y distingue la leyes escritas, o derecho humano, de las no escritas e inmutables, establecidas por la divinidad. En este sentido, es una definición que determina con claridad el siginifcado de cada derecho.

    Por su parte Miguel Villoro Toranzo¹² señala que la palabra derecho deriva del vocablo latino directum, que en su sentido figurado significa ‘lo que está conforme a la regla, a la ley, a la norma’. ‘Derecho’ es lo que no se decidía por un lado o por otro, lo que es recto, lo que se dirige. ‘Derecho’ se dice, en italiano, diritto; en portugués, direito; en rumano, dreptu. En otras lenguas, el sentido de ‘rectitud’ es todavía más explícito: en francés, se dice droit; en inglés, right; en alemán, Recht; en holandés , reght".

    En consecuencia, Villoro Toranzo¹³ determina que los sentidos en los que se usa la palabra derecho son cuatro: "1) derecho como facultad: el derecho del propietario a usar de su propiedad; 2) derecho como ciencia: estudiante de Derecho; 3) derecho como ideal, y; 4) derecho como norma o sistema de normas: el Derecho mexicano.

    A veces se usa la palabra ‘derecho’ incluyendo dos o más sentidos.

    Así, Derecho natural implica a la vez un orden de carácter ético y un sistema de normas".

    Los sentidos del uso de la palabra derecho, tal y como lo apunta Villoro Toranzo, además son identificados con dos tipos de derechos: con el derecho subjetivo y con el derecho objetivo. "El derecho como facultad recibe el nombre de ‘ derecho subjetivo’, para atender al sujeto que tiene la facultad o poder (el derecho), bajo la protección de usar y disponer de algo libremente con exclusión de los demás. En este sentido, el derecho subjetivo es entonces, por ejemplo, el derecho de propiedad, el derecho de la patria potestad, el derecho de legítima defensa, y/o los derechos de los trabajadores".

    Y el derecho objetivo es el derecho como norma o sistema de normas, ya que el derecho objetivo es considerado en sí mismo, como objeto de estudio, independientemente del o de los sujetos en que recae su imperio.

    Por su parte en cuanto a los dos últimos sentidos (derecho como ideal ético o moral de justicia y el derecho como norma o sistema de normas), para Villoro la ciencia del derecho tiene por objeto tanto el estudio de los derechos subjetivos como el de los objetivos; y el derecho como ilegal de justicia es ya un derecho objetivo, puesto que norma la conducta de los hombres en sus relaciones sociales.

    En definitiva, apunta Villoro Toranzo¹⁴ como definición de derecho: es un sistema racional de normas sociales de conducta, declaradas obligatorias por la autoridad, por considerarlas soluciones justas a los problemas surgidos de la realidad histórica.

    5. ¿Qué es la norma?

    Para Recasens Siches,¹⁵ el concepto de norma lo refiere a la distinción de dos tipos de preposiciones normativas, de la manera siguiente: a) preposiciones de forma normativa, cuyo contenido tiene su origen en una elaboración humana, la cual puede ser más o menos correcta, desde el punto de vista de un juicio valorativo; y b) preposiciones normativas que, además de normatividad material, es decir, normas cuyo contenido es la pura expresión de las exigencias o corolarios de un valor ideal puro. En tal sentido Recaséns señala que toda regla de derecho hecha por los humanos, esto es, toda regla de derecho positivo posee normatividad formal, ya que no enuncia fenómenos, realidades, antes bien prescribe determinadas conductas; pero, en cuanto a sus contenidos estén o no de acuerdo, o lo estén más o menos con las exigencias de la justicia y de los demás valores por ésta implicados, es decir, tales como son la dignidad de la persona, la libertad, la igualdad, el bienestar general, o bien, como es la seguridad, entre otros valores.

    Para García Maynez,¹⁶ la palabra norma tiende a usarse en dos sentidos: uno amplio y otro estricto. Esto es así, con el vocablo lato sensu, ya que se aplica a toda regla de comportamiento obligatoria o no. Por otro lado se refiere al vocabalo stricto sensu que corresponde a lo que impone deberes o confiere derechos. Por ende, menciona Maynez que las reglas prácticas que tienen un cumplimiento potestativo se les denomina reglas técnicas. Y a las reglas que tienen el carácter obligatorio, o bien son atributivas de facultades y se les nombra normas.

    Como tales, las normas son las que imponen deberes o conceden derechos.

    Para Villoro Toranzo¹⁷ la norma es un orden general, dada por quien tiene autoridad, para regular la conducta de otros. La norma es, por lo tanto, un fenómeno escencialmente social, ordenador y regulador de las conductas de los miembros de una sociedad de acuerdo con el proyecto social.

    6. ¿Qué es la norma jurídica?

    Las norma jurídica, tal y como lo referimos en párrafos anteriores de acuerdo con Juan Palomar de Miguel¹⁸ y Eduardo Vázquez Bote,¹⁹ respectivamente, es una norma fundamental, es una regla de validez, es la unidad del orden normativo, que regula la conducta humana con deberes, falcultades y sanciones coactivas. Así, la norma jurídica es general y abstracta, con hechos y supuestos de hecho y efectos jurídicos; por ende, la norma jurídica es un hecho y efecto jurídico.

    En este tenor, para Recasens, Maynez y Toranzo la norma jurídica es: Para Recaséns Siches,²⁰ las normas jurídicas imponen obligaciones especificamente jurídicas a determinadas personas; y atribuyen facultades o derechos subjetivos a otras personas. Por tanto, para Recaséns, las normas jurídicas depositadas en la Constitución, en las leyes, los reglamentos, las sentencias judiciales, son pedazos de vida objetivada, son objetivaciones de la vida humana, son objetos culturales. Sin embargo, señala Recaséns que las normas jurídicas son efectivamente observadas o cumplidas y en tanto que realmente impuestas por los órganos del poder político, entonces constituyen lo que se llama derecho vigente. De tal forma es un derecho vivo, es un derecho realizado, asimismo es un derecho que tiene efectividad práctica, como también es un derecho que es eficaz, y, en consecuencia, es complemento de una parte de la cultura viva o actual de un pueblo.

    Para Eduardo García Máynez,²¹ en el ámbito del concepto de norma jurídica se alude a la clasificación de las normas desde el punto de vista del sistema a que pertenecen, que todo precepto de derecho pertenece a un sistema normativo. Por tanto, ésta pertenencia depende de la posibilidad de referir directa o indirectamente la norma en cuestión a otra u otras de superior jerarquía y, en última instancia, a una norma suprema, denominada Constitución.

    Para Miguel Villoro Toranzo,²² tal como ya anteriormente lo anota en referencia a la definición de derecho, en la que señala que es un sistema de normas, el derecho se presenta como un conjunto de disposiciones de índole más diversa, entre otras, por ejemplo, las condiciones para que sea válido un contrato o el castigo ante una conducta antisocial. Por consiguiente, las normas no se presentan aisladas unas de otras, sino que están asociadas unas con otras en torno de un tema que es la Institución, y otras leyes y códigos que versan sobre varios temas, y por tanto, comprenden la materia de varias instituciones jurídicas. En el primer caso es, por ejemplo, la Ley Reglamentaria del artículo 27 constitucional en materia de aguas del subsuelo. Y en el segundo caso, por ejemplo, la Ley General de Población. En definitiva, la norma jurídica es el conjunto de normas de un sistema jurídico, al que también lo menciona como la(s) norma(s) es la institución.

    7. ¿Cuál es la clasificación de las normas jurídicas?

    En este tenor, para Recaséns, Máynez y Toranzo la clasificación de la norma jurídica es:

    Para Recaséns Siches,²³ son diez las formas en las que se clasifica a las normas jurídicas, y son: por sus respectivas fuentes; por su mayor o menor grado de generalidad o respectivamente de particularidad; según su respectiva jerarquía formal; por su materia; por su ámbito espacial de validez; desde el punto de vista de su ámbito temporal de validez; desde el punto de vista del ámbito personal de validez; por su cualidad; desde el punto de vista de la relación de éstas con la voluntad de los particulares; y por sus relaciones de complementación.

    Por consiguiente, el concepto de cada clasificación de las normas jurídicas es el siguiente:

    Por su mayor o menor grado de generalidad o respectivamente de particularidad: Recaséns menciona que son generales las leyes, y en grado menor las normas reglamentarias. Las normas particulares son aquellas que intervienen en un negocio jurídico, por ejemplo en un contrato, donde se establecen deberes y derechos de las partes que lo circunscriben. Asimismo, refiere a las normas individualizadas, tales como las sentencias judiciales y las resoluciones administrativas.

    Según su respectiva jerarquía formal: para Recaséns, de acuerdo con este tipo de jerarquía las normas tienen varios rangos, categorías diversas. La Constitución tiene un rango superior a la ley; la ley tiene un rango superior a los reglamentos; la Constitución, las leyes y los reglamentos tienen rangos superiores a las normas establecidas en los contratos; las normas individualizas (de la sentencia judicial y de la resolución administrativa) tienen una categoría formal inferior a las leyes y a los reglamentos. En concreto, el principio de conexión interna de un orden jurídico es una relación de fundamentación de validez de unas normas sobre la validez de otras.

    Por su materia: Recaséns alude que corresponde a las diferentes ramas del derecho público, privado y otras ramas jurídicas de rama intermedia. Así que las normas de derecho público son: constitucional, administrativo, penal, procesal e internacional.

    Las normas de derecho privado son: civil y mercantil. Las otras ramas jurídicas de rama intermedia son: derecho del trabajo; de derecho a la seguridad social; derecho agrario; derecho de la economía y derecho turístico.

    Por su ámbito espacial de validez: Recaséns indica que desde el punto de vista del campo espacial o territorial de validez, las normas jurídicas pueden ser clasificadas en generales y locales. Las generales son aquellas que tienen validez dentro el territorio del Estado. Las locales son aquellas que tienen validez sólo en una parte de dicho territorio. Por ejemplo en México, como Estado federal, las normas jurídicas pueden ser clasificadas en federales y locales. Son válidas en las diversas partes integrantes de la Federación, ya sea en la Ciudad de México, territorios federales y estados miembros o federados, y las municipales válidas por supuesto en el territorio del municipio.

    Desde el punto de vista de su ámbito temporal de validez: en este tipo de normas Recaséns cita a García Maynez, el cual se inspira en Hans Kelsen, quien las clasifica las normas jurídicas de validez temporal determinada e indeterminada. Las de validez determinada son aquellas cuyo ámbito temporal de validez formal se encuentra establecido de antemano, por ejemplo, lo que indica una ley al momento de su publicación, o bien la duración de su obligatoriedad. Por su parte, las normas de validez indeterminada son aquellas que pierden su obligatoriedad sólo al ser suprimidas, expresa o tácitamente.

    Desde el punto de vista del ámbito persona de validez: Recaséns apunta que este tipo de normas jurídicas se puede clasificar en generales, particulares e individualizadas. Las generales, cuando obliguen a todos quienes se encuentren en los supuestos previstos. Las particulares son aquellas que obliguen sólo a determinadas personas, vinculadas a un contrato o un negocio jurídico.

    Las individualizadas son aquellas que obliguen a unas personas singularmente determinadas de modo individual, tal como sucede con la sentencia judicial y/o resolución administrativa. En este contexto, la clasificación de las normas jurídicas va de mayor a menor generalidad de la manera siguiente: Constitución o Ley Fundamental; leyes; reglamentos; cláusulas de los negocios jurídicos (contratos, testamentos, entre otros); y las sentencias judiciales y resoluciones administrativas.

    Por su cualidad: Recaséns subraya como clasificación de la norma jurídica en este sentido a las normas prohibitivas, de determinados comportamientos, sean éstos de acción o de omisión; las normas preceptivas son aquellas que prescriben una determinada conducta, de acción o de omisión, y por preceptuarla, al mismo tiempo la permiten, esto es, la autorizan, porque toda persona tiene el derecho a cumplir con su propio deber jurídico; y las normas permisivas, las cuales atribuyen a una persona la facultad de hacer o admitir algo.

    Desde el punto de vista de la relación de éstas con la voluntad de los particulares: Recaséns destaca en este sentido dos tipos de clasificación de las normas jurídicas: taxativa y dispositiva (o supletiva). La norma taxativa, es aquella que manda o impera independientemente de la voluntad de los obligados, de modo que no es ilícito derogarla ni absolutamente ni relativamente, por el fin determinado que los sujetos se proponga alcanzar, ya que la realización de este fin está cabalmente dis-ciplinada por la norma misma. En tal sentido, las normas de interés público no pueden ser cambiadas por los pactos de los particulares. En cuanto a la norma dispositiva o supletiva, es aquella que vale sólo en cuanto no existe una voluntad diversa de las partes, manifestada del modo legítimo, por ejemplo, mediante un contrato. Así, este tipo de normas, presupone la carencia de alguna declaración de voluntad privada para regular la relación de que se trate, de tal modo son llamadas supletivas. Además, este tipo de normas, por su propia existencia, trae consigo el que las partes, al determinar una cierta relación jurídica, pueden establecer las normas por las que quieren que dicha relación sea regulada, asimismo otra es que las partes, al determinar una relación jurídica pueden eximirse de indicar

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