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LA DESTRUCCION DEL ESTADO DE DERECHO 1970-1973 EDUARDO SOTO KLOss Profesor Titular de Derecho Administrative IVAN AROSTICA MALDONADO Profesor Asistente de Derecho Administrativo Facultad de Derecho - Universidad de Chile SUMARIO I. El avasallamiento del Poder Judicial. II. El Gobierno de la Unidad Popular y la Contraloria General de la Reptiblica. INTRODUCCION Cuando se comprende el marxismo en sus fundamentos mas intimos y se advierte que el materialismo dialéctico que lo anima lleva inelu- diblemente al conflicto social y a la lucha de clases con su mesianismo del proletariado, resulta que un marxista en el poder 0 una coalicién 0 concerta- cién de partidos marxistas en el gobierno hara todo lo posible por concretar sus ideas tratando de aplastar a la burguesfa, que segiin esa ideologia, es la representante de la clase explotadora, considerada irremisiblemente como enemigo irreconciliable, a quien hay que vencer y reducir y, finalmente, climinar, y, por ende, necesitara para ello del poder total, tinica manera de llevar a efecto su ideologia y transformar al hombre purificandolo de todas las alineaciones que lo circundan. La lucha de clases —ntcleo central del marxismo— y el odio acerbo a todo aquel que se opone a sus designios, mueve necesaria- mente al marxista al enfrentamiento con las personas que no piensan como él, a su vilipendio e incluso a la agresi6n fisica, y a su eliminaci6n si resulta necesario para sus designios de apoderarse del poder y del poder total. Instalado en el gobierno por una eleccién de dudosa constitu- cionalidad y donde la transparencia de los registros electorales no resisti Revista de Derecho Pablico vol, 1993 (N" 53/54) 37 os después— un anilisis en profundidad', la coalici6n marxista desde el inicio de su gestion y en cumplimiento de un plan trazado con detalle, comenz6 su batalla por el poder total, tratando de concretar su programa haciendo caso omiso no sélo de la institucionalidad vigente desde décadas, sino de los derechos y libertades ciudadanas, Sabiéndose minoria, comprendié claramente que slo la vio- lencia podia hacer posible llegar a su destino de absorcion del poder total, comenzando con hacer violencia a todos los mecanismos juridicos existentes, sacandolos de su érbita y forzando sus engranajes hasta reventarlos, ya que el abuso de un instrumento termina fatalmente destruyendo el cuerpo del que €s parte. Consciente de no contar con el Congreso Nacional —ya que ganada la eleccién presidencial de 1970 con sélo un 36,2% del electorado, sdlo alcanzaria al 43% en marzo de 1973, a través del falseamiento de los registros clectorales, como se comprobaba en julio de ese afio— evité la via legislativa para iniciar su ataque a la institucionalidad por la via administrativa, pensando que no tendria obstaculo. No contaba el gobierno marxista con que el fraude a la ley siempre ha sido repudiado en nuestro pais y que ¢l abusar del derecho con clara y abierta desfachatez —como lo hacian sus personeros més relevantes— no s6lo origind la reaccién de los otros érganos estatales afectados, puesto que eran sobrepasados en sus atribuciones, sino sobre todo de la ciudadania entera, que veia sus libertades a diario amenazadas, lo que nunca antes habia ocurrido en nuestra historia republicana. éComo se dio este ataque a la intitucionalidad y, en especial, como se fue plasmando desde el gobierno marxista esa rebeli6n en contra del derecho vigente y de la juridicidad, hasta provocar su quiebre y la rebelién esta vez del propio cuerpo politico, de la propia ciudadania, ante la tirania en que aquél ya se habia transformado? I ELAVASALLAMIENTO DEL PODER JUDICIAL 1. Ya apenas mes y medio de asumido el gobierno marxista, el senador democratacristiano Narciso Irureta (22.12.1970) denunciaba en el 'Vid. Informe del Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Catélica de Chile, junio de 1978, en A. Pinochet U., El dia decisivo (2* ed.). Santiago. Ed. Andrés Bello, 1980, pp. 185-192. 58 Congreso, a través de un discurso —verdadera pieza clave para revelar la escalada inconstitucional que desde el inicio comenzara en contra de la institucionalidad dicho gobierno— ciertos hechos que luego serjan el pan de cada dia de los mil dias que van desde el 4.11.70 al 11.9.73. Mostraba el referido senador en ocho puntos como a apenas 48 dias de asumido el poder aparecfan signos reveladores de extremo peligro para la convivencia democratica, hechos negativos que contrariando el espiri- tu de la Constitucién egaban a tal punto “que grandes sectores de nuestra poblacién estan siendo sacudidos por el temor de que esos hechos sefialen el comienzo de una escalada antidemocratica”. En el punto siete decia este profético discurso: “Estamos presenciando una camparia claramente encaminada a destruir la independencia del Poder Judicial por medio de criticas y afirmaciones que no persiguen modificar por la via legal las deficiencias de nuestra justicia, sino amedrentar a nuestros magistrados en el cumplimiento de sus deberes”. Y a venglon seguido el punto ocho agregaba: “Por dltimo, la existencia de grupos arma- dos, que pueden delinquir sin temor a la accién de la autoridad”, ya que pertenecientes a partidos gobernantes era s6lo otro medio de accién para amedrentar y ejercer violencia en contra de opositores a sus designios totali- tarios, finalmente en contra de toda la ciudadanfa, como después se verfa”, No debe olvidarse que en Io referente a la justicia, lo que propugnaba la coalicién marxista era modificar lo que llamaba ‘justicia de clases” (N® 38 de las “Primeras cuarenta medidas del gobierno popular”) por “la justicia del proletariado”, es decir la justicia segtm las directivas de 1a concertacién de partidos marxistas, como lo propugna esta ideologia, para aplastar asi toda resistencia a los designios totalitarios que la animan; justicia clasista a la que se referia desde hacia tiempo —como critica planificada para destruir la confianza de la ciudadania en los Tribunales de Justicia— uno de los cabecillas de esa ideologia®. Y nada menos que respecto del Poder Judicial se planteaba “la instancia de un Tribunal Supremo cuyos componentes sean designados por Ia Asamblea del Pueblo sin otra limitacion que la que emane de la natural idoncidad de sus miembros”, organo que “generaré libremente los poderes internos, unipersonales 0 colegiados del sistema judicial”, y es que “para el 2Ver La lucha por la juridicidad en Chile (3 vols.). Ed. del Pacifico. Santiago de Chile. 1974, pp. 101-108, las citas en p. 104. 3 Mensaje N° 187 (Marzo-Abril 1970), pp. 108-118; Ia réplica en El Mercurio de 29, 30 y 31.5.70, pp. 3, respectivamente. 59 gobierno popular una nueva concepcién de la magistratura reemplazara a la actual individualista y burguesa”, la ‘justicia popular” en un “Estado Popu- lar” LA. Dentro de esa perspectiva marxista de “justicia popular” el primer embate en contra del Poder Judicial fue el proyecto de creacion y establecimiento de los “Tribunales Vecinales o Populares”, que yaa comienzos de enero de 1971 se presentaba al Congreso y que debié ser retirado ante las criticas y objeciones de toda indole que se le formularan desde todos los sectores no adictos al marxismo, esto es el 74% de la ciudadania. En efecto, estos organismos eran concebidos como tribunales colegiados de seis miembros, tres titulares y tres suplentes (art. 5°), integrados por los vecinos del distrito —lugar del tribunal— es decir no letrados; elegidos por votacién popular por los propios vecinos mayores de 18 afios (sin que fuera necesario para el elector saber leer o escribir), y por sorteo entre las diez mas altas mayorias salia su presidente designado por el gobernador del departamento (funcionario de la confianza exclusiva del Presidente de la Repiiblica) de una quina elaborada por el Juez de Letras del departamento “previa consulta a los organismos laborales o de base del territorio jurisdiccio- nal mencionados” (art. 11), Tribunales Auténomos, cuya instalacion o distri- bucién de competencia se dejaba al arbitrio del Presidente de la Reptiblica (art. 1), carecian de toda referencia, relacién o dependencia del Poder Judicial, es decir, se los concebia como independientes y auténomos, forma- dos con miembros iletrados, conociendo en tica instancia y con una inter- venci6n relevante del Presidente de la Repiiblica y del Gobernador, agente de su exclusiva confianza y dependiente directo del intendente, agente natural y directo de aquél; su duracion en el cargo seria temporal (dos afios, reelegidos por una sola vez: art. 7°); irresponsables en sus funciones gratuitas (salvo que hubiera mala fe), su expiracion quedaba entregada a la calificacién de la ocurrencia y procedencia de la causal legal por parte del gobernador respec- tivo (art. 212). E] 25.1.1971 emitia la directiva nacional del Partido Democra- Gonzalo Martner, Bl gobierno del Presidente Salvador Allende 1970-1973. Una evaluacién. Ed. LAR. Santiago de Chile. 1988, pp. 73-74; lo confirma el mensaje presiden- cial del 21 de mayo de 1971, p. 688 N® 2 “Participacién del mismo pueblo en la administracién de justicia”, en la que se refiere a la proposicin de “Tribunales Vecina- les”, elegidos y constituidos por vecinos para resolver ellos mismos sus conflictos mas inmediatos. ta Cristiano una declaracién haciendo ver la inconstitucionalidad del referido proyecto y su atentado al Estado de Derecho. Vale la pena recordar su texto: “L. El proyecto de Tribunales Vecinales atenta contra el principio del Estado de Derecho. El proyecto del Ejecutivo atenta contra el espiritu de las garantias constitucio- nales recientemente promulgadas que correspondieron a un acuerdo entre el PDC, la Unidad Popular y el Presidente Allende personalmente. El proyecto representa un atentado contra el principio del Estado de Derecho, cuyo man- tenimiento constituyé la esencia de las garantfas constitucionales. En efecto, la mesa directiva considera que es esencial de un Estado de Derecho la existencia de un Poder Judicial jerarquicamente estructurado ¢ inde- pendiente. El proyecto propuesto es el de crear tribunales vecinales desvinculados de dicho Poder del Estado, especialmente en lo que se refiere a su nombra- miento y, en la practica, respecto a sus responsabilidades disciplinarias. II. Inconstitucionalidad de! proyecto. En primer lugar el proyecto es inconstitucional porque el funcionamiento de los tibunales vecinales queda entregado a la dictacién por el Presidente de la Repiiblica de un reglamento organico. Ello implica la delegacién de facultades en materia judicial que viola lo dispuesto en la reforma constitucional aprobaca en 1970, En segundo lugar, el proyecto, al permitir que los miembros de los tribunales vecinales, puedan ser removidos en juicio breve y sumario por los dos tercios de los vecinos electores, viola las disposiciones constitucionales que dan. ala Corte Suprema la superintendencia exclusiva sobre esta materia. El proyec- to atenta a principios fundamentales en materia de responsabilidad de los jueces consagrados en la Constitucién Politica del Estado. IIL, Falta de garantias en cuanto al cardcter y nombramiento de los jueces. EI proyecto entrega el conocimiento de complejas cuestiones legales a tribunales no letrados, que no retinen garantias de independencia ni imparcé lidad en su designacion. En efecto, dos de los jueces de los tribunales vecinales son designados por eleccién popular sin que se especifique como se Hevara a efecto esta eleccién ni qué autoridad la calificara. Ademas, el presidente del tribunal es designado por el Ejecutivo de una quina formada por los jueces de letras entre personas que deberdn reunir tal niimero de requisitos discrimin: tories que hacen posible un ici manejo politico del sistema. Por otra parte, al establecer el proyecto que el desempefo del cargo de juez del tribunal vecinal sera gratuito, se abre la puerta para que en el hecho dichos cargos sean desempeitados por activistas politicos de determinadas colectividades partidistas. En efecto, por el volumen de trabajo que tendrian estos tribunales, el cargo de juez exigiria, en la practica, dedicacién exclusiva. 61 IV. Falta de garantias en el procedimiento. EI proyecto atenta contra principios fundamentales de procedimiento y omite ciertas reglas basicas necesarias en el orden juridico de un Estado de Derecho. Entre estos vicios podemos destacar lo siguiente: a) No hay ninguna regla especifica que sefiale que estos jueces deban fallar con arreglo de derecho; b) El proyecto se caracteriza por la ausencia de todo procedimiento para juzgar los asuntos entregados a la competencia de los tribunales vecinales. ©) Los poderes discrecionales de los tribunales vecinales son amplisimos ya que se extienden al conocimiento de los conflictos que se promueyan “contra el orden social, juridico © econémico de Jos vecinos”, formula vaga y extrema- damente peligrosa en cuanto a su posible aprovechamiento politico; d) Se entrega a estos tribunales vecinales, que no son letrados, una compe- tencia en timica instancia de cardcter vastisimo en materia civil, penal, mercan- til, de la ley de alcoholes, de numerosas ordenanzas y reglamentos administra- tivos. Por otra parte, el recurso de queja se reglamenta de manera tal que resulta improcedente en la inmensa mayoria de los casos. Debemos sefialar que el hecho de que Jos miembros del tribunal vecinal carezcan de toda capacidad técnica en materia juridica, inhabilita a estos jueces para adininistrar justicia en forma equitativa. ©) Para su funcionamiento los tribunales vecinales contarian con asesoria juridica que seria proporcionada directamente por el Ejecutivo a través del Ministerio de Justicia, lo que acentuaria atin més su falta de independencia. ) En materia de sanciones, ademis de las penas de caracter criminal cuando ellas procedan, los tribunales vecinales estan autorizados para imponer diversas medidas como amonestaciones piiblicas, clausuras y multas que son acumula- bles y constituyen por lo tanto, un grave riesgo en cuanto a la equidad de las medidas aplicadas”. Y la sefialada declaracién terminaba expresando: “E] pro- yecto del Ejecutivo sobre creacién de tribunales vecinales, tiende, aparente- mente, a satisfacer necesidades, pero en los términos en que esta redactado y los errores de concepcién que presenta son tales, que en el hecho su aproba- cién agravaria la situaci6n actual y representaria graves peligros de tipo politico para los sectores populares a los que pretende servir. Ademés, lejos de servir como instrumento de pacificacién social se convertiria en el motivo de rencilla y odiosidades entre los vecinos, sembrando la desconfianza, el chisme y la delacién de unos contra otros. Por las razones anteriormente seiialadas, estimamos que el proyecto de tibu- nales vecinales en el texto enviado por el Ejecutivo es inaceptable”. La propia Corte Suprema por medio de su Presidente tuvo ocasion de referirse al citado proyecto de tribunales vecinales, en su discurso FEL texto en La Lucha por la juridicidad, cit., tomo I, pp. 185-188. 62 de inauguracién del afio judicial de 1971. Dijo el Magistrado Supremo al respecto. “En estos tiempos nuevos, se ha criticado la independencia del Poder Judicial en raz6n de la forma en que se genera. Yel remedio que se ha insinuado para desarraigar el mal que se dice, consiste en la intervenci6n del Poder Ejecutivo en el nombramiento de los jueces, manifestado en un proyecto de ley que crea Jos Tribunales Vecinales. Interviene, segtin el proyecto, el elector en la generacién de los jueces. Este primer sintoma del sistema que se tratarfa de aplicar posteriormente a la designacién de la Suprema Gorte, esta siendo latamenta analizado por los juristas y, como es natural en Chile, también por los profanos. Aquellos emitie- ron st opinién a través del Colegio de Abogados. Un grupo numeroso de profanos lo elogian sin reservas, porque ven en la nueva organizacién el acercamiento de la justicia a las clases que aparecen con menos medios econé- micos para que ellas mismas la ejerzan. Si es necesario que la medicina y la justicia se ejerzan de tal modo que aprovechen a los mas, no lo es, sin embargo, que sean los legos quien reempla- cen a médicos y abogados. La eleccin undnime no transformarian al profano en técnico. Ysi es cierto que existen jueces no letrados de subdelegacién y distrito cno seria pernicioso generalizar el mal asi como lo seria oficializar la actuacién de quienes carecen de titulo profesional, olvidando que existen numerosos y completos estudios y proyectos destinados a mejorar y hacer mas rapido, sencilla y efectiva esta justicia de menor cuantia? La eleccin popular seria realmente una mejor garantia de la independencia de Ia judicatura? Los vecinos electores no ejerceran —admitimoslo— influjo alguno sobre los jueces no letrados. Pero los vecinos no electores de los jueces gpor qué han de ejercer —como se dice que ejercen— influencia de clase sobre la judicatura letrada, si la designa- cin emana del propio Poder Judicial y del ciudadano més altamente colocado det pais, cuya respetabilidad lo ponen a cubierto de toda sospecha de interven- cidn en las resoluciones de los jueces a quienes design: Yademis de todo eso, cuenta la propia estimacion de los magistrados frente a as eventuales influencias de clase, posicién politica, social o econdmica. Son hombres que comprenden la importancia de su tarea y la trascendencia que tendria el desmedro de su rectitud la admisin de influjos ajenos al derecho. Las doctrinas que han regido el mundo hasta hoy pueden ser cambiadas para buscar el progreso integral del hombre, pero las nuevas no tienen el monopolio de la moralidad, ni de fa entereza, ni son las tinicas capaces de concebir profunda y eficazmente la ciencia del derecho. 63

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