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LOUIS COURAJOD LOS ORIGENES DEL ARTE GOTICO ARGOS BUENOS AIRES BIBLIOTECA ARGOS bw a aenzont — Jo Ln Renae foes Rone Bese ‘sh ontones be any coTmmQUE frie hte tot ‘alu or Hees we Os iy ia ohn 46 COURAIOD Y ELPROBLEMA DE LOS ORIGENES DEL ARTE GOTICO 1 Desde hace un siglo y medio ningin problema ha ‘apnsionada tanto a los arqueélogos e historiadores como et de los origenes del arte gésico. Franceses, tlemanes, ingleses, italianos, espafoles, no han eco: nomizado esfuerzo ni argucia doctrinal, sin que falta- ‘le polénisa, la frase enconad, Ia conclusion opre- surada 0 manifietamente interes, ta oculacion vo: luntarie 0 inolunteria, para probar la prioedad tem: poral o la mejor calidad de las obras de sus antepa- tados. ¥ lo mas curioro es que cada uno ha tenido su parte de ratén [No es el eno de teriar en la coniende cuando se scribe a tanta distancia del exenari hisérco, pero st de informar a los lectores de habla espaiiola que ‘no hayan recurrido, con afin de especialistas, a los’ ‘umerosos trabojos publicados sobre el tema en Ter- ‘eas extanjeres. : Para eta inciacén naa mejor que eas canteen: cian de Louis Conrad, promnciadas en lt ini racin de dos enrin sucess que dit en la Escuela Tel Lowrey no slo pr la sana pasion combativa qe sriman ius pigs inflanadas, sino también por Ua ‘Cecided de los puntos de vst sonidos eons, tigunes de los etles han so desarrolindosluexo, fon mayor acopo de informacn, pr eminent i toviadores conempordneos. Conersador det Museo del Laure y profesor dela ecnla enema, ete tase hisrialor del ate fra ee que maiden 1896, desputs de clacientny cinco ios de ada oena de invesiacin y de ace, dedicé ‘asa «es prolemas aprentencateindepndion- ss de srg el ae onic eo de tosorigenes del arte ronacentta yl dela nfun Sia conapiora del ialiniomo y el acadonismo en la formacisn del ate modern. Los tres, sia embargo, te vinealanetrechamente al dentar un int ten ncn le reearzcin de ls dvmila yno por exo smo wie expresin etn de la rac pare él (net fic yfronon atc que romana, et como {ede desstinar por nocivo todo apore prodefete de Yas cultures medterrineas eis Gis qu rata, lo que esrb Coursjo fu gran ted de monogafas sobre temas de invetgacion ‘ryucoligices pers labor cpdadernmenteinpatan tela que desrolé ona cule del Loure de dle forms numerosos diseipulos en el jervor de sus reivindicaciones ravales. Fruto de las cursos dicta- ‘los a partir de 1887 fué a obra que publiearon Hen- ty Lemonnier y André Michel en 1899, valiénlose de os apuantes propiosy de las notasdejadas por el mae 410, bajo el titulo de Legans profesées 8 Bzule dx Louvre, eaye primer tomo se refiere a los origenes ‘el arte rominico ¥ ético. “Por esa razén —ha es crito Camille Enlart— las ealidades del libro no son as del eurso: falta su fogoso entusiasmo, las cleras elocuentes del maestro, su verba familiar.” (1) Tales von las notas caracteristioas de estar conferencias que publicamos, homenaje en elcineuentenario de su muer- tw al autor que, quizés con mayores pasioncs que ra- zones, pero con sin igual perspicacia histrica, soto la tess probablemente mis legitima sobre las origenes del arte mertieval. 2 [No conviene aislar los fendmenos artisticosy tratar ste explicarls por el juego de fuersasesttions, ante todo porque étas no existen con el grado de puresa necesario para Homarlas ast, luego porque aquéllos no son sino aspectos de un fenémeno iinico: el de Ia sccidn y reaccién entre el hombre y 1a realidad. en'ta marcha hacia el lero de valores absolatos, (gy nese Ean, Mel ict Femi, tame, Menos todavia conviene aislar el fendmeno del arte medieval, ya que si en algin momento de ta historia ‘de Occidente esta la ereaciin intimamente unida @ los demés aspects vtales, sin que ni siguiera osaran desprenderse de éstos las voluntades estéicas, fué pre- clsamente en esos diez siglos que mediaron entre ta caida del Imperia Romano y el desperter del Hama Ha de comprenierse, pues, que el problema de tos “origenes del estile roménico y el gétie, incimamente tides a pesar de sus diferencias, no es otro que el de los origenes de In cultura ccidental, ya que el arte ub guia certera del hombre, con mayor razin que fa tiencia en épocas de milagreria y santidad, desde la poca de formacién del campesinado birbaro cris nicada hasta la épocebrillante de las libertades coma: rales y del triunfo del Papade . Con caracteres similares, pero también de manera sensiblemente diferente, se ha presentado el proble- ina en todos Los campos de la historia, tanto en la institucional, econémica, polite o juridiea, eomo en la lteraria o de las artes plésticns. En todos los pla- ros el historiadar adviert los mismos factores consti tuyentes: ef de la cultura romana dleclinante pero todavia poderosa asentada sobre le de Ins roxas pri mmitvas; el de Ia cultura de los pueblos germénicos invasores que se yustopuso ain anterior ¥ luego se fandis con elle; el porte de Tas culturas bicantina 12 Y cristianooriertales, por entonces faros del pense Iniento la aceién, el de la fecunda cultura hispano- smusulmana, Sie la historia econémica y social la diserimina idm de las origenes de la eultara occidental ocupé a muchos espirius dese los comiensos de la Edad Mo- dlerua, en la historia de la Tteratura y de las demas artes, quivis debido a fa injluencia de lw Iglesia eat liea, ortodoxamente romana en principio, fué tordia Ja aparicii del problema y se admitis més faclmente a pelagogia nevelisica Es l6gico que asi sucediera. El problema de las dos razas, galoromanos y germanos, preoeups desde Jemprana hora a los historiadores, hasta el puato de ser uno de los més viajos problemas histrices, tan viejo como la existencia de te historia misma —ha Aicho Alfons Dopsch (*)—, ante todo porque era por emis evidente el choque de inttuciones pertenecien- tes a.ambas y iuego por la derieaciinpolitien que tavo al transformarse la nobleza en compeona.de las tra Aiciones germénicas y la burguesia liberal de las ro: smanas (*). Faltaron, en cambio, fos monumentas el. ticos 0 germinicos en cantidad suficiente como para que se Ios esimara y se reconociera en ello el origen Iumilde de los estlos rominico ¥ gético; ademis, el nlhtng Dosen The Kemamic and See Foundts of i te “TEES Re itr ene 3 triunfo del latin y de las longuas romances derivadas dle hieieron pensar en ol prolominio de la fuersa de impulsién romana en la formacién de aguélos, y por otra parte, ni siquera habia nacido Ia argueolo ‘ia medieval, 3 Deste el siglo XV en lala y ef XVI en ol resto de Europa comensé « geutarse une cultura que hundia sus races en el suelo de Ta antigiedad helenoromana, Y¥ como ligica consecuencia se desestinaron las for: mas artistcas del periodo insermedio, elaboréndose los prineipios de un nuevo clasicismo medterréneo, Falté entonces hasta ol impotu de conocimiento, no digamos de explicocién de sus origenes, espocto @ la cultura medieval y tan silo se traté de justificar el abandono de lo que se consideraba inioe verdad por ol avance destructor dle los pueblos barbaros, Segura- mente fué en Halia donde erecé la idea huumanistion ide que la legada de los birberos produjo una cas ‘noje al descalabrar ei mundo romano, asi como la idea consiguiente de que el orte medieval habia sido producto de esa époea de oscuridad y latrocnio (*). Francia, que habia sido cuna probablement, 0 por lo menos tierra de fértil maduracién, del orte me- ‘ies, fue ta que adopts esos prinipios con mayor (Ch Aurons Dosa Op 2 4 esidin hasta recrear un nuevo clascismo, quizas més ‘uténticumente clsico que el italiano, como ha hecho notar Brinckmann ("). Con razén, pues, Menéades y Pelayo la acusé de ser el inico pais que habia obvi lao la tradicién medieval, “partiendo su historia y su literatura en dos mitades totalmente diversas” bajo la tirania de Boileau ("), y Camille Enlart destacé (que “durante cuatro siglos los monumentos medieva- les despertaron euando ms curiosidad, pero nunca simpatia” (*) No puede estrafar entonces que, merced a una pré- ica secular en la que colaboraron hombres de la tulle de Molitre, Fenelon, Montesquiew, Voltaire, Rousseau, en Francia, animados de uaa germanofobia similar a ta de tos humanists ialianas (*), se man- tuviese la teria de éstos y apareciese la cultura neo- lésiea como la expresién auténticn de la rasa, EL restigio irradiante de la corte de los Luises hizo el resto durante los sigs XVU y XVII para que en los demés paises de Europa, en algunos con evidente lesgano, se la acoptase como meta y coma norma. Entre éstos figuré Alemania, donde yaa fines del siglo de las luces Justus M@ser se empeté en demos tar la existencia de una autéuica cultura germiiniea Hida Eabareenn Bh Cat Fp of Fh dn lee Metie io, nsw de es ast oe Cette Bet i XE 0) GPRS Beane 3. sbasada en el ideal de la libre asociacin en pequcios cstados independientes, Es cierto que los arquitctos y maestros de albitile- via no habian olvidedo completamente ni el arte ni la nica medievales,y que hasta hubo un mocimiento en Jovor del gitco durante el siglo XVI, enondo ya Tos ‘oenedictinos de Seint-Maur empesaban a cepiary clas: ear documentos y carts ('), pero no es menos cier~ to que los descubrimientos de Pompeya y Hereulano, as como la tendencia nevclésioa que impuso la Revo- © lucién Francesa, volvieron a hundir en el alvide esas inentos de reestimacién Habo un pais, sin embargo, en ef que renacié el _austo por el gético, acaso porque nunca lo habia per- ido del todo: fué Inglaterra, patria del Gothic Revi= val, mientras en lala, donde habia sonado con ante- viorided la vo: de Gianbatista Vico amanda ta aten «idm sbre los primitivos, aparecieron los primeros tra bajos de timida revalorizecisn, y en Alemania so le: ‘santaron contra Winckelmann y su escuela nooelésica Hamann y Herder, Wackenroder y Schleiermacher, sin ‘olvidar al joven Goethe, eutor de un ensayo sobre la arqutectura gétiea a propésito de la Catedral dr Bs srasburgo, que fué un verdadero manifesto, ‘man et a lein Lamon pan, SE Cuando se disips la ofervescencia racionalista que produjo la Revolucién Francesa, la mis violente impatia por ef Medioevo se manifests en los espritus oménicos, y aunque ta reestimacién fué més bien ‘evaria (Chateaubriand, Mme, de Stiel, Walter Scott, Vitor Hugo) no dejé de tener inmediatas eon- secuencias en ef campo de ta incestigacién histrize, ‘niindose reién el esudio, todavia demasiado apa. onndo, de aquelta época, a la espera de que ta se- wna generacién roméntica, imbuida ya de postiis: ‘mo, realizara el estudio sistemétio. Entonces se vieron eparecer, tanto en Francia como ‘ee Alemania y en Inglaterra, a machos historiadores ‘empeiados en la reconquisa de la tradiciin perdida. "Yo no creo que los gormanos sientan menos que otras ‘naviones los méritos de sus antepasades haba dicho Herder—; ereo en ta Megada de un tiempo en que volveremos mas seriamente a sus obras, oprendiendo 1 estimar nuestro oro viejo” (*). ¥ algunos aos més trl decia Prosper de Barante: “El siglo de Luis XIV nos hia hecko olvidar que Francie tenia una gloria ‘mds antigua y mas solemne que lade ese siglo de ele sancia® (), (0) Cate nr 6. Posen, Hit « Hioraaes oslo Ti Gtide oe Mandan ¥ Pave, Op, ct 9. 3 y El momento de comprener exe psado legs pes, mas no inpatadosetemente por a inerés hire, ‘io tain por im eehemete dese de revndizn ‘ibn nacional. Para los frencees, porque la la r- mnie exigia glories me aguas le cae tes qu Te deference alate pra tes alemanes, porque el rncr deat por fas aces napledions fs desperté un snio amor + Ie paia “Sansus amor patting dat annum era ef ema de tos Monument Germanine Hisoree— que 2 ai feats en la imperion necesiad de proar na orig ala 7 sprite nn ees mls ingle porque no alo busabonemreiane Cnet dno pasa qu es ra propio —el de lnc tery es anglonjones— sno también porque lack fon por derronere dee tea gin it Hegaronoenfreaasls tvs dels francses por ine pare dels alommnes eiglses por ota Mienrs tos primero, dese los tempos de Carles Faniel ya true de es nvestigaiones de Filler Ravante, Augustin Thiery, Gust, Michelet yor que toi Ber Cr, hn trie tn pusedo pera conencrie min y mds de que Roma hebia sdo la educadora de Occidente, basa tue Fusel de Coulenges legs soener que Tas i fesiones germénins no aprtaron ni a sore nt tu, ni micas encepeionesreligioas, na Tena uct, ni un derecho patel, ni inticlnes que Winieran directamente de Germania", admitiendo tan slo la influencia de los francos en el establecimiento del feuatism (*), tos segundos Uegaban a conclusio. nies totalmente opuesas. le zaga del viejo Moser, os alemanes dieron amplitud « le toria de la libre ssociacién (Eichhorn, Bescler, Jakob Grimm) 0 se ‘pasieron a ella (von Sybel, Gaupp), pero todos es- ‘usioron mas © menos contetes en que los germenos no habian sido birbaros (Waits y Roth) y que Euro- ‘les debia algunas de sus insttuciones Jundamenta- les (*), en tanto que Kemble en Inglaterra, oponién- lose a Palgrave, todavia romanista,» después de aquél Stubbs, Freeman, Green, Pollock Maitland, reel ‘maron ta fuente teuténicn como le mis auténtica ie sw eultura (* 5 El interés por una época histériea se manifesta ‘ante todo.en el afin de coleccionar todo cuanto a ella se refiera. Un afio después del estallido revoluciona- vio de 1789 se echaron las bates de lo que legs ser con el tiempo el Musoo de los Monuunentos fren ests, obra de Alexandre Lenoir que el mismo Coura: jd se encargé de destacer en tres magnificos volime- 1) Ch. F Goves, On at, w 169/27, (2) GE Risone oreo Cp 13) Gh GR Goce n,m. BBD, 38980, 24/9, Ft |. Bn 1804 se fandé la Academia Jormads luego en Sociedad Nacional de lor Anticus tos de Francia, ef Masco Galoromano en 1881 y el Moco Chiny en 1843. Y despuds de la amorosa co: leccién comencaron los extudios arquedligices que iban a permitr ibrar ta batalla contra Quatremére de Quincy, el tedrico del nevelascismo y sus discipu los: ya en 1817 Emeric David se animé a reconocer 4 proclamar los méritos del arte francés dal Medioevo 5 pocos aos mds tarde lo hizo C. B. Seroux Agi court on sa Histoire de Part par Hes monuments, de pals sa décadence au IVe sigeejasqu’s son renourel Tement au XVle, augue sus ideas no se opertaban demasiado de la de Winchelmane,y Pailot de Mon. tabert exalts lon primitives italiano, en tanto que Rio publicaba strata Do Var ehten Fueron ensyos, sin duda, de na rehbiltacin que tardaba en llegar, poro que fusron jructiferos, aun (que mds no 108 para dsfonder los monumentos ane hasados de muerte Ast Ludovie Vitet,nombrao in pector de monumentos hstrcos en 1831, pedia pro- feccién para els, sguiéndole en la taren Mevimée, (qien forma parte luego, junto con aguél, Hugo, Le Présost, Lencir y Didron del Comité nombraio por Guisot para que e ocupara de las euetionesarquedé- seas ¥ del inwentario de los monumenias (*). (0, toe Conan Ame Ln om ral te Mae se tina eas Pe tet “an titec Aue ‘op eh 2 I referirse a esa Spoea de tantoos Courajod dirk después que habia sido “el periodo fabuloso de la varqueslogia”, durante el cual, en virtud de conven viones pedagdgieas derivadas de las tradiciones eldsi- 1s ¢ afirmaba que los estilos merovingioy earolingio Inabian sido brows espontineos del arte galoromano, Y origen a su ves de los esilos roménico y gtico, des. precidndose toda influencia no latina. No endaba ‘vrado aquél cuando escribta que esa hipétesis “esta: ‘ue inspirada por las sugestiones del elascismo, que tiowe necesided de hacer surgir el arte moderna del ‘romano para legitimar tos procedimientos del Renaci- Imiento, es decir, del supuesto retorna al punto de par- vide, ¥ para justficer ta romanizaciin continua de rmestro espiritw? (*), Prontamente Hegaron las hombres que permitieron superar esn etapa: Arcisse de Caumont con su Abs vidaine darchéologie feangaise, primer ensayo de lasifieaciin de los monumentos motievales, y Tales uicherat, ef ereador det mézodo de insetigacion ba- Sado en ef anaisis y comparacién de los manumentos ¥en la critica severa de lo textos relacionados con ellos, at mismo tiempo que Viollet-le-Duc iniciaba el ran movimiento de restauracién de Ine eatedrales y polacios de Francia y realizaban trabajos de inves. ‘igocin con sentido moeno y en diversas direcciones hombres como Charles Bayer, ef marqués de Vosiis, HL D'Arbois de Jubainville, Albert Lenoir, Adrien de Longpérier, Auguste Choisy, que tuvieron como ca: réeter comin el ie haber sabido desprenderse de tos prejucios neoelisicos de escuela. Y aunque no se puede afirmar que en los ensayos arqueoligicos de ‘enionces se haya manifestado una franca rehabiltar itn del elemento germénico, no cabe duda que los (guid a sus autores un sentimiento de tierna simpatia hhacia las primores rasas que poblaron el territorio nacional Hémtico sentimiento se advierte on los historiadaves de la literatura medieval que renecionaron contra el dogmatioma dle los antecesores, en especial contra Nisard, para quien no habia nada valioso fuera det “spirit cartesiano, la monarguta de Lais XIV, la tragedia de Recine, la preceptiva de Boileex”, como Ia dicho Menéndez ¥ Pelayo, es decir, fuera del neo- clasicismo del siglo XVII ('). Entre aquéllos se des. tacé Gaston Paris, que fué hasta su muere, en 1903, el amo de los extudios romanisias. Empezd por reco- rocer que el fondo de la naciin eraeltico y que 1a Galia fué después romanizade, hecho que implicé para él la perduracién después de las invasiones del latin como lengua del Estado y dela Iglesia, att como Ta formaciin do Tas lenguas romances derivadas de ‘equal y Ta introduccién del eristianismo pero no de de anotar que “los jrancos aportaron al medio de 2 poblociones no acostumbradas @ Ja dacilidad y a la Jolta de iniiation que entraia el hébito secular de ‘ina adminstracién poderosa, un individualizma y nn cspirtu de independencia que abrieron nuevas Juen- tesa la poesia”, todo lo cual signifies que “wna raza joven renovaba un mundo envejecido.” Sin decidirse, fempero, en favor de las tesis germanisas,aftrmé que “la epopeya francesa es el producto de la fusion del spirit germinico, en una forma roniaize, con la ‘ove civiliacién erstiana y sobre todo francesa.(*) He ahi, pues, el estado de los conocimientos hist vicos, arqueoligicos ¥ Titerarios en Francia cumndo Courajod inieié sus incostigaciones afines del siglo XI. De la primera fermentaciin del problema en Alemania no parece haber tendo noticia, ni tampoco ‘le lox trabajos de Ruskin en Inglaterra, we roménticn ‘como él, continuador de Wackenroder, a quien le interess el géticn sobre todo por razones mistcas y ‘morales que se le impusieron como resultado de su liberacién de los prejuicios necelésicos co 6 Tanto Conille Bnlart como Pierre Francastel con- sideran a Courajod un roméntico que combat los prejuicios neooléscos, ya debiltados, opunia el pri> 1) Gusmon Pans, La litre frie a epen ,T ring U8 23 mero, con demasiado ardor ¢ imaginacién, adoptando 4 menudo una posicién intolerante y dejéndose Uevar por las animesidades de su tiempo ("). “Hla sido el info terrible de su genevacidn —escribe Frencastel A través de él ce entreven las pasiones de la Francia ite los afiox 1890-1900, de donde solid, gracias a la extraordinaria irvadiaciin inernacional del Paris de preguerra —hatlo de ls alos 1905-1910— una «gran parte de las ideologias de los tiempos presents.” Y aungue considera éste que “las ideas de Courajod resultaron de una singular mescla de nacionalismo y tspirita reaccionario", no deja de reconacer su in portancia (). Lionello Venturi, en cambio, lo ubiea fn el grupo de los historiadores y arquedlogos que se \edicaron a realizar estudiostenicos, junto a Gatfried Semper, Violletla Duc, Auguste Choisy, Geors Dehio ye. Bezold ("). [No cabe duda de que en ln violencia do sus inl: raciones y en el tono polémico de sus ajirmaciones tibra un espiritu roméntize, pero en verdad fu Cow ‘ajod sobre todo un postivista, yoria de los hombres finiseeulares, en busca de constataciones directa, ton inteligentes como concienzuilas, para puntualisar el proceso milliple y complejo de fuer 4s que condujo a le constitucién del estilo gético. Si (0) 04, Cuamen Ease XL Pm, Prveae. ieee RUE Revamo ats fname erm 3 Gh mat Mesa, Mle 2 Eine At 256, ot agence meen Seema ee urbanas de origen popular. paratorias desde la época galoromana hasta el fin del reine 2s romana y latina, sin deseonocer empero el aporte le Ia planta basitical y de las formas esculpidas, com eluyendo que tanto “para lo arquitectura como para Ia esculeura, la fuente latina no era en tos dominios galas ni tnica, ni pura, desde tos iltimos tiempos erovingios 0 deule los primeros tiempos caroline ias” ("). Sobrestina en cambio la influencia del arte bisanina y el grecoorensal, que para él se hizo sere ir en Occidente desde que se abrié la sucesién del ‘mundo antiguo basta la Spoce de lox emperadores ‘alemanes: lo que se propags y gané el mundo e pertir del siglo WV —dieo— fui ol principio griego 9 orien. tal absorbidlo por la Roma proletaria y crstiana.(*) Ta idea fundamental de su doctrina es la de que los francos aportaren algunas formas origivales, gracias ‘las cuales los estilos artisticos del Medioovo se apar- taron definitivareente de la tradicidn oloromana y Itina, “Un reactive poteroso cambié de golpe ta naturaleza el meio en que el arte geloromano habia inido, Rse renctivo fué, en mi opinién, la introduce cin del elemento birbaro, que se wni6'e0tel clemento celta ¥ el gélico, y pasando por encime de le escuela Taina, tendiés ta mano 0 ta escuela neogriege.°(°) Y refuersa su ideo analizando la decoracién industrial de los Bérbaros estableciendo le existencia de wna farqutectura de madera, que habria sido el eslabin 26 ecesario para el arte roménien y el giticn. Fix rnalmente, apoyado en las investigaciones de Adrien de Longpérier no desconece ta parte de los drabes, indicando Tos puntos de contacto entre la arquitectura occidental y Ta arquitectura hispanomusulmana, 7 Tanto en Francia como en Bélgien vlona han pre: omiaado las tesisanigermaniaas en To que 20 del siglo. Henti Prerne, por ejemplo, considera que Ia jermanzacin del Imperi en su conjunto fad super- ical y que se conservaron tas insitaciones poten, lo mismo que la lengua y otras formes de calura, pinando qu ls reinesbirbarosnosSo fueron vor nos porgee la ciilzeciin de Ron les proporcions los cuadros pare formarse, sito porque quisieron ser romanos.(') ¥ Ferdinand Lot ha confirmado los conclasones de Fusel de Coulanges al ofirmar que ‘-oporte racial de lr fancos fu de los nds dies ‘en Gaia, sendo ervineoconslerar la eivilizocin fo. dal coma de'nspiracin esencialmentegerménien (*) Fn ol campo de ln eriten iteraria Ia polémica se fn enablado propésito dl orgen de Tas canciones te gesa. Ya en as ofirmaciones de Gaston Pars se habia sehalao Ya tenilencia « otorgar mayor infuen 19) Ginko por Faabcasre, Opts 113 ia al elemento germénico, pro ella se acentud cua. do Pio Rajra aseguré que la poesia narrativa de los frances actu como fermento sobre la masa galoro- ‘mana despertando las aptitudes expresvas de la raza ‘tlie, las cuales se menifesaron en las epopeyas Jrancesas ('). Contra esa doctrina, que se enscaha sin eecileciones hasta no hace muchos aos, se Fvants Toseph Bédier, quien consideré que no haba ninguna racin para creer en la exitencia de ese epopeya primitioa, » efirmé que las canciones de gesta navie- ron tarlfamene, durante los siglos XI y XI, pare responder al deseo de los clrigos de atraer a los peregrinos hacia los santuarios (*), de donde resul- teba la sustancia podtien como producto de a ter cera razawes decir de la francests y no de la germ nica, Clinamente, Gustave Cohen se ha inclinado en favor de las teorias de Gaston Paris y de Pio Rana, concediendo tan sélo, en apoyo de ta hipotesis de éiier, que posiblemenie tos monasterios de las grandes rutas de peregrinaciin imprinieron su sello ¥ modificaron a tenor de sus conveniencias el viejo material épico (*). : Como es lozico suponer y deaso con miyor evalen- cia que en otros planos cientfcos, las polémicas se han entablado tombién entre lox arqueélogos e hist- 8) Stans inate de eae mei 2/28 £2) Si i Mate 4 tre fa ed Cee a i ya vindores. Los franceses, eon rara wnanimidad, se han ‘naniestado en contra de las tesis de Courajod y afr ‘mado le importancia extraordinaria de la tradicién lozina en ta formacién de ls estils artistcos media vnles. Robert de Loseyrie, que fuera alumno de uickerat y a quien se debe la obra mis importante sobre el tema, considera que las observaciones de Courajod “son may sugestivas, pero a menudo teme- arias” ("), y en euanto @ los origenes del romnica Mice: “todo pareve probar que sobre ef fondo galo- romano, impregnado de influencias bisantinas lesuaturalizado por los progresos de la barbarie, comenzise a practizor en el siglo VIL un nuevo estilo Mle arguitcetura parecido al Lombardo, el coat fué termen de aquel estilo” (*). ¥ Camille Enlgr, disc. plo de oquél, no ha trapiado en afirmar que “la juente verdadera y onsi exclusiva de Ia civilisaciin mmodioval y de su ideal confesado fué la eivilisaciGn romana”, reconociendo solamente influencia del arte ‘hirbaro en la decoracién geométrien y fantistica ('). ‘Mayor fortuna ha tenido la doctrina de Conrajod centre los alemanes, ya que Pierre Francastel, con cvidente exageracién sin duda, ha sostenido que las leas de equél se encuentran en lé de éstos (*). Por 1°) we 2 Lama Aree rina o Foc 3 [tas Tl Eerie 0 Pave 3 lo menos es indudable la coincidenca de opiniones ast como ta ateriarided det histornder francis. tir de Georg Deo, quien vostro la privida de Francia en cierto dominios, pero tambien la neces dad de na concepcin més omplia de la nocion de eatl, no limiada al orden puramente jrmal sino amo comprensin expresiva del mismo, « través de les neesigacions de Clesven, Gal, Frans, Warrin se, 20 ha qurido probar que, si ben el sigema fonatruciv del gitco ve oignd desarrlls fuera de Germania, fob en tte donde’ madaré segin la concepcin espacial que le ex propie, “La mds ter 1 contadisiin en gue incuren is historideres ‘lomanes —ha dicho Fronoutel y con rain resulo del ofin de reivinicar smultneamente sus tials de foria ent farmacion del genio rorinicey del genio barbara, sn adverts que ls obras del arte romanico som preisomenteopuetas ala dt arte Bérbaro.(-) Detormadas esi las tsi de Conrajod en Alemenia, se han presado pore desarollos en modo alpine legtines; pero también reala indudable que tanto ‘nel romdnic como eno gic alemaes, «pes de los similiesepaentes con os etls frances, vibra tn alien mision un ours de indefini, sma i contenia pain, que los hace plenamente originales. El eminent Kioriador francés Henri Pociln he sowed en nuestros dias tn doctrina su, en lero 30 ‘moo, puede ser considerada como intermedia. No ‘esconoce el enorme aporte de los birbaros, pero ‘apres que el nivel inpuedo por ellos a la Europa ‘ecidewal era extremadamente bajo, de mado que el ‘erdadero Mediveeo comenss seg él a fines dl si slo X y comienzos del XI, euando se produjo ta reac ‘iin cour el germanismacaraingio, fo que dié como ‘esultad la consitucin de nna culture atin, cura wel roménicoy el gsio. “Alas patses del oeste que tienen su fochada sobre el Atintco se deben las cxperioncias que dieron al Medioevo, no silo gran sino también ou rice apitd para la vida ven ¥ esas experiencias se realizar conrariando la sen Jidad del mundo caroliagio.y del mundo germéni 02" (!) Los paises que contribuyeron a ese derpertar YJucron’a su manera de vor Noruege, Ins Islas Brite nicas, Galiay Expnio, pero coma éita se hallabe Invadida por fos musulmanes, Jud en terra francese Monde ehocaron el espirtu germinica y el atléntico Astras y Nestria— modelindose le experiencia vvcidental sobre el fondo mediterrineo. Admit, pues, los relaiones entre Normandtae Inglaterra que dieron frac fcundos en ta ereacén del gic, no desestina ot aporte de los drabes, pero considera wn error de la Ciencia alemana creer gue tl estilo es “la expres inds para dela ensofacibn de las ras germinices 0 ropirto de la neturaleza y lo divino? () 18) Ho Fouaoy, Atenas de, Suances Real 4 12) Hem Rost: Ope,

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