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Vista... Valving oo... La joven parca ss... La durmiente ...... = Fragmentos del Narcismo El silfo v0.0... . La isla de Xiphos . Rumbos ........ Introduccién al método de Paul Valéry Jquepa de un hombre fo que hacen pensar su nombre y ys obras que hacen de ese nombre un signo de admira- joa, de odio o de indiferencia”. Con estas palabras co- inionza @ hablatnos de Leonardo da Vinci el hombre que zo del suo sinénimo de la més alta opinién intelectual que hubiera de encontrarse en Occidente durante Ja pri- neta mitad del siglo xx. Como tal, el nombre de Paul Valéry, no menos que sti obra, ha pasado por los més lyastos y fortuinsns avatares de la admiracién y de la eri itica, Mas nunca se ha disuelto en el limbo de la indife- rencia y desde que se cumplié el primer centenario de su inscimiento en 1971 ese nombre vuelve a brillar como lun signo seguro de la permanencia y la continuidad del spiritu, aun en estos tiempos que se empecinan en ne- srlo y sustituirlo. Si fuera preciso reducir su vida (0 su obra) a la fmula de una vocacién cuyo cumplimiento fue perse- sido inexorablemente hasta el fin, se podria decir que toda ella estuvo dedicada al minucioso estudio de si mis- mmo y al ejercicio puro de las facultades insospechadas de Ja inteligencia que stis observaciones le habian revelado. No resulta por eso facil y si tal vez ocioso oponer una xplicacién a la obra que en si constituye su explicacién 8 | 9 © el desciframiento de su sentido. Queda de Valéry detallada descripcién que nos dio de les posibilidades dy su inteligencia; los proyectos y las realizaciones se equi. libran en la balanza del intelecto. Como analizador de} s{ mismo Valéry no hace concesiones y nos Ileva al fonda) de la cuestién con el rigor més obstinado y estricto; comg poeta deposita en el otto platillo las luminosas cristali ciones del azar mental. Vida y obra se complementen, en la figura de la explicacién que nos da de si mismo en todo lo que escribid, que no fue poco, este pensador que| trataba con sorna a la filosofia, este escritor que descon, fiaba de la literatura, este poeta que meramente a titulg de ejercicios de una gimnasia mental gratuita dejé do; (...0 tres) de los més grandes poemas de la época| moderna, Simplificando —para emplear un gerundio resonante con el tema y la persona de que tratan estas lineas—: ly inteligencia, sinénimo del entendimiento y de la critica, es la entelequia de Ia filosoffa sistematica; representa Ig aspiracidn a entender, es decir a concebir o establecer lay relaciones entre las cosas que conforman el mundo como si todas fueran consecuentes entre ellas; el analista dis. cierne esas relaciones; el poeta las establece; el espiritu filos6fico las deduce; ef espiritu geométrico —para em plear la distincién pascaliana— intuye, ve, que la hipo tentisa represents la relaci6n matemética exacta entre los ca tetos, de la misma manera que entiende, porque lor principios de la mecinica que las rigen son los mismos, la circulacién de la sangre, el crecimiento del embrién o la estructura del esqueleto. | Este sentimiento, si como tal puede definirse el pro- yecto de la inteligencia, se refleja en Ie obra de Valéry 10 nicios, y cabel expresin de ello puede encon- eon sus primeros escritos, Introduccién al maétodo de nates wo da Vinci, 1894, y El sefior Teste, 1896, obras Leoner’“omplementan sutilmente, En le primera el autor Que yoe primero y analiza luego la misteriosa faculted por desfye ol hombre se convierte en un creador: 1a facultad te aoneretar sus visiones. Lo concibe como el realiza dor de una accién especifica dentro.de un proceso técnico der aminable. Desoree de le consumacién de Ia obra y inven que 1 aocién, el gosto o la idea que la generan, ainmés importantes que la obra misma, La segunda, Monsieur Teste, os a la vez una utopla de la inteligencia una f@bula abstracta, un cuento filoséfico y una na ¥ jién de aventuras, un experimento literario y una con jetura genial acerca de la extensidn de esa facultad domi- te del Espiritu, may agui es preciso que nos detengamos a tratar de de- finir, aunque sea en los términos de esta aproximacién tentitiva al pensamiento de Valéry, lo que este entiende por esprit, palabra que, junto con méthode, es una de les fnés empleadas en sus escritos, y en la que se resumen con inusitada agudeza los elementos que circulan entre fimo y otto polo de esa dialéctica que se funda en la opo- sicién entre el espiritu [ilosdfico y el espiritu de geome- fria de la que hemos hablado Iineas més arriba, Mientras al primero deduce los efectos de las relaciones. hipotét- cas, el segundo descubre la relacién en si. Valéry no es adicto a la hipétesis. Juzgaba la filosofia con el mismo criterio que aplicaba a todas las manifestaciones del espi- ritu, cualquiera que fuera su {ndole: un criterio ingenuo, pero armado con el agudisimo filo de la atencién suprema, y no es la més paradéjica de sus construsciones aquella desde sus i cet |) dia durante més de cincuenta afios, redactados entre ly en que analiza medianite la atenci6n 1a imposibilidad j herente al espiritu de fijar la atencion, es decit de ¢ turar Ja idea y detener el curso del pensamiento, ¢ forme a este esquema pareceria que le nocién de “eg Jo que piensa, pero lo que solo puede pensarse a mismo, lo que se cumple en la idea de si mismo yw consuma y consume, como en la metéfora egregia, on incandeseencia y en la soledad de st: propio holocausto, q La vida de Paul Valéry, también, es simplisima, Visiy desde afuera, es decir desde el tiempo en el que sus te minales son claramente visibles, no Presenta ninguno qd; esos accidentes que serfan previsibles en la vida de ug| momento del minuciosy estudio de su propio pensamiento, Sus Cahiers, tenidos a cuatro yy las siete dela mafiana, contienen las. retlexioney Y observaciones que Valéry hacia acerca de la cuestiéy que domina su vida intelectual desde la edad de veinte afios hasta su muerte: cudl es la naturaleze del pensa. miento, cémo funciona y, sobre todo, cuales son sus If. mites. Aunque Valéry era un autodidacta absoluto, se pro- yectan en la obra de este tenaz aprendiz de si mismo los nombres de dos grandes poctas: Edgar Allan Poe y Sté Phane Mallarmé. De Ia lectura temprana det primero, especialmente de su ensayo Eureka, habia obtenido Ve. léry algunas de las pautas invariables de su pensamiento; del trato con el segundo la preocupacisn central do os, Pensamiento, el lenguaje, La depurada preceptiva de Ma-| 12 é impregna delicadamente sus “ejercicios” Iricos, crea larme potables dc la poesia moderna, - cota] lenguaje es el medio de que dispone el espititu para se yette en la nade”. Esiz opinion de Valéry resume PO we on-ane ot priviemna del icngu je se plantea a tos wamienio. Es preciso “traducir” las ideas a let ou peipero ese proceso de traslacién destruye la idea na- Biel FSolo a yeces el poeta o el geémetra consiguen sion ria intacla, ‘Vista en su totalidad, 1a division més epmoral que podria aplicarse a la obia de Veléry sccia sence cue pusiera de un lado fos libros publicados que sary mayoria ditimen esta preccupacién en el orden de tr Soética, entendida ésta en el sentido que el_ propio ras le asigna: Ciencia del Arte, Del otro lado irfan los teridles contenidos en los Cahiers que hacen pensar sup nb quedé SrrBalizado ‘uno‘de sua: proyedtos smén gran Fioses, obsesivamente cnunciado y propucsto = a obra publica como cl fin del espiritu: un Arte do Pensar Ik Salvador Elizondo

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