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ERRORES QUE FRENAN

LA UNCIÓN
PASTOR BERNARDO STAMATEAS

OCHO ERRORES QUE COMETEN LOS MÚSICOS Y


DIRECTORES DE ADORACIÓN QUE FRENAN LA UNCIÓN

1. HABLAR, HABLAR Y HABLAR

Este primer error es cuando la gente que dirige la alabanza y la adoración se pone a hablar; se
ponen a presentar los coros: “Y ahora levanta tu mano”, “Y ahora dile al Señor”, “Y que lindo
cuando Cristo vino a nuestro corazón, porque cuando Cristo vino a nuestro corazón, nuestra
vida entera cambió…” y se ponen a hablar y a hablar...
Una vez estaba en una reunión y el que dirigía la alabanza dice: “Bueno, vamo’ a cantarle al
Señor, porque al que no le canta lo mando al peluquero que fui yo y le hace este corte asqueroso
que tengo, jejeje” y entonces, entre canción y canción, se ponía a hablar.
Vos tenés que saber que la gente que dirige adoración tiene que pasar desapercibida, o sea,
tiene que imponerse espiritualmente, marcar la atmósfera, pero tiene que pasar desapercibida
para poder conducir. Nadie tiene que hablar.

2. VENIR, TOCAR E IRSE

Hay gente que se enamora del instrumento: tocan el pianito, pero el día que le sacás el
pianito, no van más a la iglesia. Porque venía para tocar el pianito, venía para estar en el coro o
para dirigir. Se enamoraron del instrumento o del rol, en vez de enamorarse del Señor.
Hay músicos que vienen, por ejemplo, tocan y después que tocaron se ponen a charlar entre
ellos. Es como que dicen: “Ya terminé de hacer lo mío, así que cuando me vuelvan a llamar,
vuelvo a tocar.” O peor todavía: los músicos vienen, tocan y después se van todos al baño. Y
entonces se empiezan todos a mover, o les agarró sed o tienen fatiga crónica, etc.
Me acuerdo cuando estaba en Estados Unidos en cierta iglesia, los músicos estaban tocando y
alabando. Cuando termina la adoración, el pastor me presenta, yo predico, digo: “Bueno, ponete de pie
y le voy a pedir a los músicos que vengan. Vamos a adorar” y uno de abajo me hace señas de que no. Le
digo: “Si, si, vamos a adorar. Una música de adoración”, ¡pero se habían ido los músicos! Entonces
pasa el pastor y me dice: “No, pastor. Lo que pasa es que ellos se cansan y entonces se fueron”… O sea,
¡tocaron y se fueron! Y yo le dije al pastor cuando terminó: “Si fuese en mi iglesia, se van ¡pero no
vuelven más, hermano! Se van de verdad” Venir y tocar. Es decir, no son parte.
Otro ejemplo, los músicos tocan, pero cuando viene la parte de la ofrenda se hacen todos los
distraídos: “No, yo ofrendo con mis labios.” Porque piensan: “Yo vengo, toco o canto y me voy.”

3. EL SOLISTA

Alguna gente piensa que para llegar a dirigir tiene que pasar por el coro. O sea, el coro sería
un grado intermedio. Entonces van a los líderes y les dicen: “Yo ya estuve tres años en el coro, ya

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me toca el momento de dirigir”… Es como que todos quieren llegar a la plataforma porque
sienten que es el lugar especial. O peor todavía: algunos músicos “se la creen.” Le agarra el
“espíritu de solista” y entonces en vez de dirigir y conducir a la iglesia a la unción, se pone a hacer
de solista. Y la gente quiere adorar pero no puede porque este se pone en “estrella.” ¡Si querés
cantar solo andá a tu casa!
Por eso, es muy raro que en esta iglesia invitemos a un solista o a una banda a cantar, salvo
alguna excepción. A Doris Machin la invitamos nosotros al Luna Park porque es una adoradora.
Ella adora y lleva al pueblo a adorar. A mi entender, eso de los solistas, los cantantes, donde la
gente venía a ver un show, o donde la gente venía a escuchar una linda voz cantar, se murió. La
iglesia del futuro será la iglesia que adora, pueblos que adoran. La otra vez estaba viendo un
programa de televisión de una iglesia donde decian: “Y ahora… ¡nuestro pastor!”, y todos aplau-
diendo. Entonces pasaba el pastor. “Y ahora viene el coro de ‘La Piedrita de David’” y pasaban las
cuatro hermanas: “Él está aquí. Ouooho” Después pasó la esposa y también hizo un solo. Enton-
ces vos tenés iglesias que se arman en base a un programa y no a la unción. ¿Entendés la diferen-
cia? Cuando la gente viene a ver un programa, no viene a meterse en la unción, a entrar en la
presencia de Dios. Las iglesias del futuro y del presente son iglesias que no arman su culto en base
a un programa en que la gente viene y se sienta. ¿Por qué nosotros cuando predicamos te deci-
mos: “Levanta la mano, decile al de al lado, ponete de pie”? Porque queremos que vos seas parte.
¿Por qué la gente que dirige en esta iglesia no habla nada? Porque todos tenemos que adorar y
todos meternos en la unción.
Hace un tiempo vino un muchacho de otra iglesia y a la segunda vez que vino, dijo: “Acá en
esta iglesia nadie sabe adorar”, (porque él era ministro de adoración y se ve que “lo volaron” de su
iglesia y “aterrizó” acá). Entonces decía: “Acá nadie sabe adorar. Hay que enseñarle al pueblo a
adorar”… Vos tenés que cuidarte de la gente que dice: “Acá los demás no saben adorar, no enten-
dieron el mensaje, los demás no saben lo que es la visión”, etc. Porque la gente que descalifica a
otro, mañana te va a descalificar a vos.
Adoración no se enseña, adoración se experimenta. No necesitás un curso de adoración.

4. ADORACIÓN-EMOCIÓN

¡Qué fácil que es pasar de la unción de la adoración a la emoción. Porque a la gente le encanta
todo lo melancólico. Y cree que el que llora más es porque Dios lo está tocando más. A veces cae la
unción y hay mujeres que empiezan a los gritos ¡y se creen que eso son lenguas! Y vos buscás de donde
desenchufarla. “A la mujer le cayó la unción.” –“¡No! ¡Se le rayó la lengua!” Y hace así porque se lo
enseñaron de esa manera. Y siempre hay alguien que en vez de meterse en unción, se mete en emo-
ción. A algunos les agarra un poquito de histeria sólo para llamar la atención...
Por eso nos gustan todas las canciones tristes. Entonces se confunde adoración con emoción:
llorar, tristeza, etc.

5. ADORACIÓN COMO ALGO AISLADO DE MI VIDA

¿Cuántos alguna vez se sintieron en la adoración como muñequitos de torta? “Ahora


levanto el brazo, ahora las dos manos, ahora cierro los ojos.” Sólo falta alguien con la manijita
dandote cuerda.
Porque cuando los músicos o los que dirigen, vienen a la iglesia y no adoraron en sus casas,
no son adoradores. Porque unción corporal siempre se activa por unción privada. Cuando sos un
adorador y vas a la iglesia, no tenés que ponerte a orar ahí, vos ya tenés que venir a dirigir. Si vos
no tenés unción privada, podés tener la voz más linda, pero no vas a impartirle nada a nadie.

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La adoración corporal, o sea la unción que cae en el cuerpo de la iglesia, no sirve de nada si
cuando vos salís de la iglesia no activa tu unción o tu adoración privada. Es decir, adoración
privada y adoración corporal se retroalimentan mutuamente.
¿Cómo sabés que una persona entró en unción de adoración? Porque cuando viene a la
iglesia puede adorar al Señor porque ya adoró en su casa. Y cuando se va no está a los insultos en
la esquina, sino que lo que le pasó en la iglesia le activa su búsqueda privada del Señor.
La adoración se vuelve algo mecánico cuando no hay una adoración personal.

6. MEDIOCRIDAD

¿Qué significa mediocridad? Llegar tarde, empezar tarde.


Por ejemplo, yo fui al cine el otro día con Alejandra. Cuando llegamos, mirá esto que pode-
roso: la película empezaba a las ocho de la noche, estaba lleno…, nadie hablaba…, se apagó la
luz… y todos miraban la película. Y lo que más me impactó fue que cuando terminó la película…
¡la gente se fue! Yo dije: “La gloria del Señor está en este lugar.” Llegar a horario, quedarte callado
e irte cuando termina, es una cuestión de coherencia. Pero hay gente que viene a la iglesia y cree
que esta en el patio del fondo de la casa: “Pasame el pancho. ¡Pasame las galletitas!” Tienen a la
nena que no se queda quieta y ya rompió veinte sillas, ¿y vos te crees que la madre le dice algo?
No, se la tirá a los que cuidan a los chicos y les dice: “¡Hagan algo! ¡Yo quiero adorar al Señor!”,
pero saca los sándwiches ¡y come como si estuviera en la casa!
Entonces la mediocridad tiene que morir.

7. CREER QUE ADORACIÓN TIENE “FASES”

¿Escuchaste esto? Alabanza = festejo; adoración = entrar en la intimidad. Eso no es así.


Entonces la gente está: “Alabaré, alabaré”, pero de pronto el que dirige dice: “Ahora vamos a
adorarle”, y la gente dice: “¿Qué hicimos durante una hora entonces?”
–“Vamos a entrar en Su presencia”
–“¿Por qué? ¿Dónde estuvimos entrando entonces? Ah, ¿no era la presencia donde entramos?”
–“No, estuvimos en la puerta del patio.”
–“Ah, ¿ahora podemos entrar? Ah, perdón.”
Entonces según esta gente, si vos querés entrar a la presencia del Señor, tenés que esperar
hasta la adoración. Y vos decís: “¿Falta mucho para que entremos a la presencia? Porque yo nece-
sito entrar rápido ¿viste? ¡Pero hay justo cuarenta minutos de alabanza!”
¿O escuchaste el modelo del patio, del Lugar Santo y del Lugar Santísimo, el modelo del
templo? Y a vos te enseñaron: “¿Cómo entrás en el Lugar Santísimo? Primero por el patio y
así vas pasando.” Es decir, vos no podés entrar directamente. Tenés que entrar por el pasillo,
por el dormitorio… ¡Eso no es así! Vos podés entrar a la presencia cuando decidas hacerlo,
porque el velo se ha roto y no se necesita un programa para experimentar la unción del
Espíritu de Dios.
Nos inculcaron las fases. Después nos metieron toda la cultura judía. Vas a las iglesias y ves
a todas las chicas vestidas con cosas judías. Están con la pandereta porque la Biblia habla de la
pandereta. Pero la Biblia también habla de los carros, de los caballos y de los camellos. Habla del
son de bocina, ¡traigamos bocinas y estemos a los bocinazos entonces! Traigamos el salterio y el
arpa también…
Una vez fui a una iglesia de unos pastores amigos y decían: “Bueno vamos a adorar a Yeshúa
HaMashiaj, Elohim Adonai” ¡en América del Norte! Y cuando termina todo fuimos a comer les
dije: “¿Ustedes son mesiánicos?” “No”, responden. “¡Peor entonces!” Entendé que no estoy ha-

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blando mal del pueblo de Israel, sino de que Adoración no tiene cultura. Adoración es experimen-
tar la presencia de Señor aunque nosotros estemos sujetos a la cultura que tenemos.

8. ADORACIÓN ES CANTAR

Hay gente que cree que adoración es cantar, entonces terminamos de cantar y se ponen a
charlar. Pasa un pastor y pregunta: “¿Quiénes se van a bautizar?” y ellos están con el de al lado:
“Que lindo que está este congreso, ¿no?” O viene el mensaje y eso ya no es adoración. O sea,
suponen que adoración es cantar y adoración, en realidad, es una actitud que está en toda tu vida.
Toda tu vida puede ser adoración. Cada vez que algo tuyo levanta el nombre del Señor estás
adorando Su Nombre. Y vos tenés que ensanchar tu pensamiento de lo que crees que es adora-
ción. Porque la adoración que viene, las manifestaciones de adoración, van a ser con arte, con
teatro, con cine, con películas, con audiovisuales, con danza, etc. Es decir que viene un ensancha-
miento en las maneras de levantar el nombre del Señor como Jesucristo, el Rey Todopoderoso de
los cielos y de la tierra.

LA GENTE QUE NO TIENE AL SEÑOR


NO SABE QUÉ ES ADORACIÓN

La gente que no tiene el Espíritu Santo no sabe lo que es adoración, sabe lo que es música. La
música siempre es al alma. Cuando la gente viene por primera vez a la casa del Señor experimen-
ta adoración por primera vez. Nunca jamás experimentaron adoración, porque adoración nunca
es al alma, sino al espíritu.
O sea que el que viene por primera vez no entiende nada. Puede decir, almáticamente:
“¡Que linda música! ¡Que bien que tocan!,” pero la adoración la experimentamos solamente
en nuestro espíritu.
Vos no te preocupes por la persona que viene la primera vez. Porque cuando voz invitás a
alguien por primera vez, yo sé lo que te pasa por la cabeza: “Ojalá que entienda,” ¡pero no entien-
de nada! No sólo las lenguas que hablamos, no entiende nada. Porque todo lo del Reino de Dios
es sobrenatural y el espíritu se lo va a dar a conocer.

ADORACIÓN REVELA EL ESPÍRITU DE LA PERSONA

El primer indicador que tenés para ver cómo está espiritualmente la persona es adoración y
alabanza. Entonces hay gente, por ejemplo, que durante la adoración, se enojan.
Una vez vino un hombre a un casamiento que se hizo en la iglesia, cuando todavía eramos pocos,
que se enojo mucho por cómo adorabamos. Golpeaba y decía: “¡Qué vergüenza los bautistas que esto
y aquello!” Cuando terminó el casamiento (en ese entonces nosotros íbamos a las fiestas de la gente
que se casaba), fuimos a la fiesta. A este hombre, que era pariente del novio, lo pusieron en la misma
mesa que nosotros. Era un cristiano muy legalista. Y nos dice: “¡Esa pachanga, esa música! ¡Que
vergüenza! ¡Parece una bailanta la casa del Señor! ¡Haga algo!” Entonces yo lo miré y le dije: “Bueno,
bueno.” Al rato empiezan a pasar ese tema que dice “cachete con cachete, pechito con pechito y
ombligo con ombligo” ¡y el hombre se levanto y empezó a bailarlo! Y yo estaba sentado y pensé: “¡Que
sinvergüenza! ¡’Pechito con pechito’ la podía cantar, pero le molestaba que nosotros saltemos para el
Señor!” Porque Adoración revela lo que hay en tu espíritu.

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Hace un tiempo vino una persona y cuando estaba entrando, y abrieron la puerta, salió la
unción que venía de adentro, entonces le dijo a la persona que lo había invitado: “En cinco minu-
tos me tengo que ir, ¿ok?” Porque adoración revela cuando la gente tiene un espíritu de muerte.
¿Cuántas personas dicen que les duele la cabeza durante la adoración? Esa gente viene con un
espíritu de muerte. Y durante la adoración tienen un dolor insoportable de cabeza, pero si le ponés
cumbia villera no le duele nada. Pero le ponés “Te doy mi amor, te doy mi alabanza” y siente que
la cabeza le explota porque todos los demonios se le están manifestando. Porque adoración revela
el espíritu que está en vos.
Me han contado de gente que llega a la puerta y no puede entrar porque estaba la adoración.
Se quedaban en la puerta: “No, no, no. Yo ahí no entro.” Porque también te revela el legalismo.
Hay personas que en medio de la adoración están enojadas y dicen: “¡Qué vergüenza!,” pero
después, a escondidas, ven películas pornográficas y ahí están contentos. Pero cuando ven gente
adorando al Señor les molesta...
Hay mucha gente que viene por primera vez y, en medio de la adoración, está como indife-
rente. Todos están saltando y ellos de brazos cruzados. Le preguntás: “¿Te sentís bien?” –“Si,” te
dice. Adoración revela el espíritu que está dentro tuyo.
Pero hay gente que cuando viene en adoración, Dios le toca, le ministra. O empiezan a llorar
porque Dios los está limpiando. O quedan shockeados.

ADORACIÓN ES PARTE DE LA MISIÓN DE LA IGLESIA

Adoración no es: “Vamos a empezar la reunión, ¡de pie!,” se canta y se terminó. No. Esta
adoración, que los músicos activan, es la unción que ya está en la iglesia funcionando.
¿Y cuál es la unción de la misión? Porque toda adoración tiene que ver con la misión. La
misión es para qué está una iglesia. Nosotros estamos, como está cualquier iglesia, para traer un
avivamiento, para ganar multitudes para Cristo. Cuando eso está claro, la misión está clara en la
iglesia. Toda la adoración y la unción que Dios mueva, va a ser para activar esa misión. Pero
cuando una iglesia no sabe para qué está; o cree que está para abrir una reunión, terminar e irse
hasta la próxima semana, entonces la unción no se mueve. O sea que la unción está activada con
la misión de la iglesia, que es traer un avivamiento.
Nosotros pasamos un montón de fases: pasamos la fase donde adorábamos cinco o seis ho-
ras, hace unos ocho o nueve años atrás (claro, teníamos un solo culto). Arrancábamos a la maña-
na y estábamos hasta las cinco de la tarde.
Después entramos en la fase de las visiones: “Veo un ángel…” “Y yo al hermano…” “Y yo un
demonio…” “Veo que el presidente se muere…” “No, pero ahí viene uno y lo resucita…” “Y yo
veo que el que lo resucita se ahogó…” Y entonces era todo místico.
Luego entramos en la fase de guerra espiritual: “¡Diablo, suelta!” “¡Diablo, vete!”
- “Pastor, me duele acá”
- “¡Diablo, suéltalo!”
- “Me duele la mano. Se me duerme.”
- “¡Suelta espíritu de sueño!”
- “No me dormí encima de la mano.”
- “No me importa. ¡Suéltalo igual!”
Pero ya pasamos esas etapas. Por eso ahora no tenemos tantas horas de adoración, ¿sabés por
qué? Porque tenemos muchos cultos. En la iglesia acordamos que no haya canto profético, salvo
un mover especial del Señor. Porque nosotros tenemos muchas personas que vienen por primera
vez y, aunque no entienden nada, tampoco en necesario complicársela.

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Cuando hay una reunión organizada para el cuerpo de la iglesia, entonces sí: podemos hablar
en lenguas o hacer lo que querramos. Pero cuando tenés una reunión organizada bajo una mi-
sión, que es ganar la gente para Cristo, entonces la cosa funciona de otra manera.
Nosotros hemos estado en iglesias que tienen tres horas de adoración y sé en que fase están.
Yo les digo a los pastores: “Mirá, quiero ahorrarte años, que no pierdas años como nosotros. Saltá
todo eso. No hagas tantas horas de adoración ni de guerra espiritual.” En un país al que fui, la
pastora me decía: “Descubrimos los lugares altos, los lugares bajos, los principados, las potesta-
des.” Le dije: “Mirá, lee 6 Niveles de Guerra Espiritual y salteate todo esa etapa. Nosotros tam-
bién pasamos por eso.”
Eso no quiere decir que no hay que hacer guerra espiritual, pero hay que pasar las etapas
hasta que puedas llegar a la etapa de la conquista.
Lo más grande no es ser un apóstol o ser un pastor, lo más grande es ser un conquistador.
Cuando eso se te revela a tu espíritu, sabés para qué estás en la tierra. Porque ¿de qué nos sirve a
nosotros estar muchas horas adorando, decir: “¡Somos los leones de Juda!,”cantar: “Espíritu de
temor, ¡fuera!,” si salimos de la iglesia y el espíritu de temor nos está esperando en la esquina:
“¿Qué me decías vos?” –“¿Yo? Fue el de al lado el que te reprendió. ¡Yo no dije nada! Yo le dije: ‘No
lo eches, tampoco es tan malo el diablo. Yo no me meto con él, él no se mete conmigo’...”?

COMO ACCEDER A LA ZONA DE GRANDEZA


Hay una zona de grandeza, que es la zona de la gloria. Y Dios nos tiene que llevar a esa zona
y poder pisarla.
Nosotros hemos tapado con ayuno y oración nuestra acción. Entonces vos tenés gente que
dice: “Yo soy un hombre de oración,” y tiene tres agujeros en el zapato… A vos te dan ganas de
decirle: “No ores por mí, porque a vos mucho la oración no te funciona.” Y a vos todo lo de Dios
te tiene que funcionar.
Una vez un incrédulo me dijo: “Ustedes los evangelistas son todos locos. Porque yo la otra
vez fui y dijo el pastor: ‘¿Cuántos creen que tenemos un Dios que prospera?’ ‘Aleluya,’ gritaron
todos. ‘¿Cuántos necesitan prosperidad?’ Todos levantamos las manos. ‘¿Y cuántos creen que
tenemos un Dios que sana?’ ‘¡Amén!’ ‘¿Y cuántos necesitan sanidad?’ Todos levantaron las ma-
nos, menos yo. ‘¿Y cuántos creen que Dios restaura los matrimonios?’ ‘¡Amén!’ ‘¿Y cuántos tie-
nen los matrimonios deshechos?’ Todos levantaron la mano, menos yo. Entonces me fui y dije:
¡Estos son cristianos y están peor que yo!”
Pero Dios nos está llevando a las zonas de grandeza.

1. LO QUE ME LLEVARÁ A LA ZONA DE GRANDEZA NO ES MI CURRÍCULUM,


NO ES MI SABER, SINO MI CARÁCTER

Mi carácter me va a llevar a la zona de grandeza. Dice la Biblia en 2 Reyes 3:11-20 que se


juntaron tres ejércitos para pelear contra el ejército enemigo. Entonces llegaron al desierto,
tenían el ejército, tenían todo, pero no tenían agua, y sin agua no se podía ir a la batalla.
Entonces los tres ejércitos, varados en el desierto dijeron: “¿Qué hacemos? Llamemos al
profeta siervo de Elías.”
Lo que te va a llevar a la zona de grandeza no es tu currículum, no es tu grandeza, ni tu
belleza, sino tu carácter de siervo. Si vos querés entrar en las cosas grandes de Dios tenés que
tener un corazón de servicio. Tenés que tener un corazón de humildad, porque el que sirve es más
grande que el servido. Porque el servido recibe, pero el que sirve, da. Y el que da siempre es más
grande que el que recibe.

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Vos tenés gente que te dice: “Yo estudié en el Seminario, yo hice Alabanza y Adoración con
éste y aquel, y estudié acá, y eché demonios con Carlos Anacondia. Es más: tengo un demonio en
casa, aleluya…” “Y yo fui pastor” te dicen algunos. Y entonces se la creen. Pero lo que te hace
acceder a la zona de grandeza no es tu título, es tu carácter de servicio.

2. A LA ZONA DE GRANDEZA LLEGARÉ POR MIS MENTORES

Dijeron: “Llamemos a Eliseo, que servía a Elías, hijo de Safat.” Con quién te conectes, quién
es tu padre espiritual, quién es el que te forma, será la clave en los próximos años para que te
llamen a la zona de grandeza. La gente te llamará por tu carácter y por quién te ha formado, quién
te ha entrenado. Vos no podés servir a cualquiera, no podés ser hijo de cualquiera. Cuando Elías le
tiró el manto, Eliseo despidió a sus padres y se fue tras Elías. Porque no podés tener paternidad
nueva si primero no abandonaste la paternidad vieja.
La gente que te forma tiene que ser la gente que está delante tuyo, que ve un poco más lejos
que vos y que alcanzó el sueño que vos querés alcanzar.
La otra vez viene un hermano y me dice: “Pastor, yo quiero hacer un libro de poesía.” Y yo le dije:
“Viniste a la persona equivocada, porque yo de poesía no entiendo nada.”
- “¿Y qué hago?” me dice.
- “Busca a alguien que admires de poesías, pegáte a esa persona y que te enseñe.”
- “Y pero no tiene a Cristo, eso se lo dio el diablo.”
Le respondí: “No, no se lo dio el diablo.” Nosotros lo tapamos con “hizo un pacto con el diablo,
por eso tiene todo.” Nosotros tenemos un pacto con Dios, tendríamos que tener más que eso. No fue
el diablo quien se lo dio, fue sabiduría para llegar ahí. La marca de acceso hacia la zona de grandeza
serán tus mentores. Serás conocido por tu mentor.
Una vez yo estaba predicando esto en otra iglesia y cuando terminó la reunión, vino una
persona muy enojada y me dijo: “Usted es discriminador porque dice que no hay que juntarse con
cualquiera.” “Correcto, pero eso no me hace discriminador,” le respondí. Y me dice: “No, porque
usted predica que hay que juntarse con la gente de éxito.” “Sí, y te voy a dar un ejemplo para que
se te abra la cabeza: si vos querés aprender inglés, ¿vendrías a aprender conmigo? Nice to meet
you, nice to see you, good morning, good night. Eso es todo lo que sé de inglés. ¿Estudiarías inglés
conmigo?” “No,” me dice. “Ah, ¡discriminadora! No me discrimines.”
Entonces, si vos querés aprender, ¿con quién vas a ir a aprender? Con los mejores.
Una vez (y no estoy criticando gente, estoy hablando de ideas) estábamos en un país de
América del Norte con Alejandra y había un hermano, un líder, que decía: “Quiero invitarlos
porque he inaugurado el centro de liderazgo de avanzada. Y hemos comprado un edificio y quiero
que vengas a entrenarte.” Cuando terminó, el hombre habló tan bien, que me acerqué: “¿Y cómo
es el curso? ¿Es a distancia o cómo es?” “Oh, si. Tienes que venir. Te va a bendecir. Yo soy el
Director.” Y le digo: “Que tremendo. ¿Y cuántos líderes has formado en tu iglesia?” –“Somos
como quince. ¡Gloria!”… Enseñáme cómo experimentaste a Dios, cómo Dios te ama, pero no
me podés enseñar sobre liderazgo.
En otra ocasión, vino uno a la iglesia y me dio una tarjeta: “Pastor, quiero presentarme.”
Miro la tarjeta y decía: “Estratega en Crecimiento de Iglesias.” Y me interesó, entonces le
digo: “¿Y vos te congregás?”
- “Por supuesto.”
- “¿Y cuántos son en tu iglesia?”
- “20”…

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Vienen días en que Dios nos va a mostrar quiénes nos tienen que formar. Tenés que buscar
la gente correcta para conectarte, que sean tu padre espiritual y tu mentor para que vos puedas
hacer un avance.

3. HAY ALGO DURANTE LA ADORACIÓN QUE DEBO CAPTURAR

Fijate que lo llaman al profeta: “Profeta, ayudanos porque estamos mal.” Ahora, el profeta
llamó a un músico y el músico empezó a tocar, bajó la unción y le dio una palabra profética. ¿Por
qué Eliseo pidió un músico y no oró? ¿Por qué no dijo: “Vamos a orar: Señor, Dios de los ejérci-
tos…”? ¿O por qué no les profetizó, por qué llamó a un músico? Porque este hombre, que era de
los grandes, sabía que en adoración siempre hay algo que Dios te suelta y que vos tenés que
tomar. Y hay tres cosas básicas que se mueven en adoración y que vos tenés que tomar.
1. Intimidad: Hay momentos, donde en la adoración, cae la unción y vos tenés que capturar
intimidad. Entonces vos lo abrazás, lo besás, fuiste al cielo, caminaste con él, etc. Eso es intimidad.
2. Milagro: A veces, adoración te suelta un milagro. Pablo y Silas estaban presos en la cárcel
y se pusieron a adorar. Ahora imaginate: están adorando y de pronto se les aparece el Señor y les
dice: “Toca mis vestidos, huele mi perfume, mira mis ojos. Chau, hasta mañana...” “Pero Señor,
¡necesito que me saques de la cárcel!” Dice que vino un terremoto. Y vos necesitás un milagro de
sanidad, de prosperidad, para vos o tu familia, algo grande del Señor se te va a soltar en adoración
y alabanza. Por eso la gente que dice: “A mi me gusta el mensaje, por eso yo llego tarde, porque me
gusta escuchar la palabra,” pero justo tu milagro no estaba en la palabra, estaba en la unción de la
adoración. Pero a vos te enseñaron que lo más importante es la palabra: “Vamos a prepararnos
para la palabra.”
3. Estrategia: El músico empezó a adorar y el profeta les dijo: “Hagan pozos porque Dios le
va a mandar el agua y el agua no vendrá por lluvia. Y no solamente les va a dar el agua, sino que
van a destruir a todos los ejércitos, van a “reventarle” la economía y van a llevarse lo mejor.” Esa
estrategia vino por adoración.
Entonces, cuando adorás, tenés que saber lo que necesitás capturar. Si vos necesitas presen-
cia del Señor, vení y capturá la presencia que está para vos. Pero si vos necesitás un milagro no
busques por la presencia, buscá el milagro. Busca que el “terremoto” venga sobre tu familia.
Alaba y decile: “Señor, mientras te alabo, mientras te adoro, yo sé que vendrá un terremoto por-
que es lo que estoy necesitando y es lo que quiero capturar en tu presencia.” Porque adoración no
es todo para la presencia; también es para milagros y para estrategia.
Todas las visiones que hemos recibido, junto con Alejandra, para este ministerio, han venido
en adoración y alabanza. Todas: el nombre “Presencia de Dios,” el nombre del INDAP, el modelo
de las cuatro puertas, Volver a Empezar, los grupos de autoayuda, entrar a la televisión, todo vino
en adoración y alabanza.
Hay gente que dice todos los años: “Toque su manto, respiré su perfume,” pero nunca cap-
turan una palabra de estrategia para su próximo nivel.
Ahora, tampoco es todo adoración y capturar estrategia. Vos tenés que saber qué es lo que
Dios te va a soltar, pero también qué es lo que necesitás capturar.
¿Necesitás un milagro? Entonces en tu próxima adoración, tanto privada como corporal,
tenés que capturar ese milagro, no tengas vergüenza de pedírselo. Los que dicen que no hay que
buscar ningún milagro son los que no tienen ningún problema. Si vos tenés un familiar con una
enfermedad terminal, ¿para qué vas a adorar? ¿Para ver la presencia, para fortalecerte en tu espí-
ritu? Sí, pero necesitás un milagro antes que la presencia.
Y si vos tenés que tomar una decisión y no sabés cómo avanzar, lo que necesitás es una
palabra profética: “Padre, dame una estrategia, dame una idea, dame una visión, muéstramela,

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ERRORES QUE FRENAN LA UNCIÓN 9

no importa cómo, pero dame algo.” Y estás atento, porque puede venir en cualquier momento,
hasta quizás cuando hacemos pasar a los nuevos, ahí Dios te muestra una palabra, algo que vos
tenías que hacer.
Me acuerdo que en una reunión estamos en plena adoración y alabanza y empezamos a
hablar de los ángeles. Decíamos: “Padre, manda tus ángeles sobre los nuestros,” y en ese momen-
to, a esa precisa hora, estaban baleando a un miembro de la iglesia porque lo habían mandado a
matar y no lo mataron. Y yo le dije: “¿A qué hora pasó?” –“A tal hora.” “A esa misma hora,
precisamente, nosotros estábamos soltando ángeles para los nuestros y Dios te cuidó.”
INTIMIDAD-MILAGRO-ESTRATEGIA

QUIERO ALCANZAR MI SUEÑO PARA ALCANZAR SU SUEÑO


El único sueño que Dios tiene se llama “Avivamiento,” multitudes viniendo a Cristo. Todos
sanados, todos prosperados, todos libertados, naciones enteras y la tierra que adora a Jesucristo
como el Señor. Mega-iglesia, cosas grandes, milagros grandes, prosperidad grande, toda tu fami-
lia en Cristo. Las raíces y las estructuras de la ciudad cambiadas por el poder del Espíritu Santo,
los presidentes, los políticos, sirviendo al Señor y orando antes de tomar una decisión. Ese es el
sueño de Dios. Y todos tus sueños: estudiar, trabajar, tener un negocio, etc., lo querés alcanzar
porque tu sueño es para alcanzar su sueño. Porque si tu sueño no está ligado a su sueño no sirve.
Entonces tenemos cristianos que entraron en la política, ¿para qué? Para nada. Gente que
entró en la televisión, ¿para qué? Para nada, porque les da vergüenza decir que son cristianos. No
digo que anden con la Biblia tipo predicador. Que no hagan eso, hay que ser inteligente. Pero
cuando los confundan y les digan: “Ah, ustedes los evangélicos son como el pastor ese conocido,”
puedan decir: “No, no, no. Para un minuto. Yo creo en el Señor, soy cristiano y Dios está en mí y
puede estar en vos. Y lo que a mí me pasó es que me llenó de Su amor, etc.” Pero tenemos gente
que llegaron, cumplieron su sueño, pero no para cumplir el sueño de Dios. Pero cuando vos
tenés tu sueño ligado a su sueño, tu sueño te lo dará, porque la Biblia dice: “Deléitate en Su
sueño, en el sueño de Dios, y Él te dará los sueños de tu corazón.”
Hay gente que dice: “Yo fui llamado al pastorado o fui llamado a tal cosa y el llamado es
irrevocable.” No, no. En la Biblia hay sólo un llamado. Dice: “El llamado y los dones son irrevo-
cables.” Hay un llamado que es hacer discípulos de Cristo. Ese llamado es irrevocable. Pero todos
los otros “llamados” los podés perder si no los cuidás. Ser llamado a hacer discípulos con los dones
que Dios te da nunca se pierde. Pero todos los demás llamados: a pastorear, a conquistar, etc., se
pueden perder. Claro que se pueden perder. Esos pueden ser revocables si no los cuidás. Entonces
vos tenés que cuidar el sueño que Dios te dio.
¿Ser pastor es fácil o difícil? Y… hay gente que te la hace fácil y hay gente que te la hace difícil.
Porque cuando vos le hablás a alguien que no está “embarazado” de un sueño, es más difícil
predicarle a esa persona, porque no hay nada que le salte, no tiene nada. Entonces así cómo
vinieron se van. Están viendo la hora para ir a comer pizza, como pasa en muchas iglesias. Pero
cuando vos tenés un sueño, entonces recibís la palabra correcta para que tu “bebé” salte, tu sueño
se mueva y puedas decir: “Lo puedo lograr, Cristo me fortalece.”
Necesitás un sueño tan grande como el de Ana, la madre de Samuel, que no comas ni duer-
mas, y le digas: “Señor, dame mi sueño o me muero,” y pactes con el Señor. Y Dios va a venir y te
va a dar, no uno, sino que te lo va a dar multiplicado en el nombre del Señor.

IDEAS GRANDES VIENEN EN ESPÍRITUS Y MENTES GRANDES

¿Sabés lo que era en medio del desierto decirles: “Hagan pozos, que viene el agua”? ¡Se
estaban muriendo de sed! Y encima les dice: “Ah, y no es por lluvia.” Para recibir una palabra
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ERRORES QUE FRENAN LA UNCIÓN 10

así, primero vos tenés que tener la mente grande. Somos un ejército de gente sabia, podero-
sa, que tiene un Rey maravilloso.
Y si vos querés recibir ideas grandes, es necesario abrir tu mente, borrar todo lo que te ense-
ñaron. Porque lo bueno del ayer puede ser tu enemigo de hoy. El Moisés que te sacó de Egipto no
te sirve para meterte en la Tierra Prometida, hace falta que Josué venga a tu vida con una nueva
revelación. Hace falta que borres todo lo que te enseñaron, tus títulos, todo, lo tires y lo renun-
cies. Yo dije: “Señor, todo lo que estudié, todo lo que sé, todo, te lo entrego. Me sirvió hasta acá. Lo
que me sirvió y lo que no, todo, lo tiro. Hasta lo bueno, porque quiero lo mejor. Dame cosas
nuevas.” Y Dios me empezó a dar cosas nuevas. Lo mismo hice con todo lo nuevo que Dios me
dio: “Señor, yo lo dejo en tus manos. Quiero cosas nuevas, quiero avanzar.”
Entonces Eliseo les dijo: “Hagan pozos porque viene el agua y no será por lluvia.” ¿Sabés de
donde vino el agua? De arriba de la montaña. Porque los profetas sabían de clima. Los profetas,
como Débora, Elías y otros, caminaban por las montañas y ahí hay una enseñanza espiritual:
Dios te va a hablar cuando sepas el clima de Dios. Cuando sepas qué está haciendo Dios, cómo
Dios se está moviendo. Ese es el gran desafío. Cuando vayas a tu casa y sepas qué atmósfera
espiritual se está moviendo, cuál es la palabra que tenés que soltar. Cuándo tenés que hablar,
cuándo tenés que callar, cuándo tenés que irte, cómo tenés que ministrar en ese momento. Eso es
atmósfera, es clima. Dice la Biblia que Isacar era entendido en los tiempos. No iba a pelear, se
sentaba a ver la atmósfera y mandaba gente y le decía: “Esta es la atmósfera, hagan esto.”
El agua cayó de arriba de la montaña. Y cuando caía, caía en los pozos. Y el agua en la Biblia
es símbolo de revelación. O sea, lo que te va a traer la adoración es más revelación. Porque, ¿de
qué te sirve tener un sueño sin revelación? Es como no tener agua.
Hay personas que adoran, adoran y adoran, parecen grandes adoradores, pero cuando salen
de la iglesia se están matando con el marido. Y vos decía: “¿Qué le pasó?” Porque adoración no
trajo agua, no trajo revelación. Entonces Dios va a soltarte agua, va a derramarte ideas grandes.
No puedo pasar por el desierto sin revelación, no puedo ganar la batalla sin revelación, necesito
aprender más del Señor.
Ahora, dice que el agua cayó y los pozos que hicieron se llenaron de agua. Acá hay una
enseñanza poderosa: el ejercito enemigo miró desde arriba y como la tierra era roja y le pegaba el
sol, parecía sangre. Y dijeron: “Se mataron,” (porque así nos ven los incrédulos: “los cristianitos”,
“los aleluya”, “los tontitos”), entonces bajaron sin armas, y el pueblo de Dios los destruyó, porque
en el agua que Dios te da, los incrédulos ven sangre. Cuando soltás la revelación que vos tenés, el
incrédulo ve la sangre de Cristo.
Hay victoria en lo que Dios te enseña, hay victoria en su palabra, hay victoria en su Presen-
cia. Durante años, gente injusta ha venido a robarte, a sacarte lo tuyo. Pero vos vas a llenar tu
ámbito con el agua de la Palabra y cuando ellos vengan se llevarán una sorpresa: que la victoria
será tuya en el nombre del Señor.
¿Sabés que hizo el pueblo de Dios? Los destruyó, llegaron donde estaban, agarraron piedras y
empezaron a tirar piedras, y le taparon todos los campos con piedras, porque el que le destruía la
economía y la ecología al otro, ganaba la batalla.
Yo quiero decirte algo: Dios va a llenarte de piedras, de estrategias, para destruirle la ecología
al diablo, para destruir a la pobreza, para destruir a la enfermedad. Vas a llenar el campo de la
enfermedad, de la pobreza, de la miseria, con la Palabra, con las estrategias de Dios y el enemigo
quebrará delante tuyo.
Dice el pasaje que cortaron los mejores árboles. Decí: “Tendré abundancia de revelación,
quebraré la economía del enemigo y me llevaré lo mejor del diablo.” Se llevaron los mejores
árboles, lo mejor del mundo es para nosotros. Lo mejor te pertenece a vos. Y cuando leo esa
palabra, me imagino la cara de esos reyes: “Hagan estanques, vendrá el agua, no será por lluvia ni
viento, vendrá de arriba. Y destruirán al rey y a su ejército y talarán todo buen árbol, se lo llevarán.
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ERRORES QUE FRENAN LA UNCIÓN 11

Y echarán piedra.” Le dio toda la revelación. Con sólo una canción. A veces estamos cinco horas
de adoración y no nos pasa nada. Eliseo una canción, de una sola vez y ¡pum! Le cayó la estrategia.
Vienen días donde en poco tiempo con el Señor, recibiremos todo lo necesario para ganar
nuestra batalla. Vienen días de oraciones de diez segundos, de declaraciones de diez segundos, de
imposiciones de manos de diez segundos y veremos las batallas ganadas.
A la mañana siguiente, después que les dio la palabra, a la hora de la ofrenda, todo se lleno de
agua. ¿Sabés que es ofrenda? Adoración. ¿Cómo recibió la palabra Eliseo? Por adoración. ¿Y cuán-
do la palabra se cumplió? Cuando vino la hora de la adoración. Porque todo lo que empieza en
adoración, termina en adoración. Y todo lo que termina en adoración, te inaugura una etapa
nueva, que termina con otra adoración. Lo que Dios empezó en tu adoración lo va a cumplir en
la hora de tu próxima adoración. Y esta es la hora de tu adoración. Y en esta hora de adoración
Dios cumplirá algo que te prometió en la hora anterior de tu adoración. Y te lo dará, sea intimi-
dad, sea milagro o sea una estrategia.
No importa el desierto que está a mitad de tu camino, hay agua de Dios para darte abundancia.

Nota: Este mensaje fue dado en la apertura del 1º Congreso Internacional de Adoración y
Profecia, celebrado los días 22 y 23 de Julio del 2006.

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