Este documento presenta tres párrafos del filósofo Friedrich Nietzsche sobre la naturaleza aristocrática. En el primer párrafo, Nietzsche argumenta que toda elevación del ser humano ha sido obra de sociedades aristocráticas basadas en la jerarquía y la esclavitud. En el segundo párrafo, describe las características de una aristocracia saludable. En el tercer párrafo, afirma que la vida implica apropiación y dominio sobre lo débil, y que las sociedades deben actuar de la misma
Original Description:
seleccion de textos de Nietzsche y su antropologia
Este documento presenta tres párrafos del filósofo Friedrich Nietzsche sobre la naturaleza aristocrática. En el primer párrafo, Nietzsche argumenta que toda elevación del ser humano ha sido obra de sociedades aristocráticas basadas en la jerarquía y la esclavitud. En el segundo párrafo, describe las características de una aristocracia saludable. En el tercer párrafo, afirma que la vida implica apropiación y dominio sobre lo débil, y que las sociedades deben actuar de la misma
Este documento presenta tres párrafos del filósofo Friedrich Nietzsche sobre la naturaleza aristocrática. En el primer párrafo, Nietzsche argumenta que toda elevación del ser humano ha sido obra de sociedades aristocráticas basadas en la jerarquía y la esclavitud. En el segundo párrafo, describe las características de una aristocracia saludable. En el tercer párrafo, afirma que la vida implica apropiación y dominio sobre lo débil, y que las sociedades deben actuar de la misma
AUTOR: F. NIETZSCHE FUENTE: MS ALL DEL BIEN Y DEL MAL
Seccin novena: Qu es aristocrtico?
1. Toda elevacin del tipo
hombre ha sido hasta ahora obra de una sociedad aristocrticay as lo seguir siendo siempre: es sa una sociedad que cree en una larga escala de jerarqua y de diferencia de valor entre un hombre y otro hombre y que, en cierto sentido, necesita de la esclavitud. Sin es e pathos de la distancia que surge de la inveterada diferencia entre los estamentos, de la permanente mirada a lo lejos y hacia abajo dirigida por la clase dominante sobre los sbditos e instrumentos, y de su ejercitacin, asimismo permanente, en el obedec er y el mandar, en el mantener a los otros subyugados y distanciados, no podra surgir tampoco en modo alguno aquel otro pathos misterioso, aquel deseo de ampliar constantemente la distancia dentro del alma misma, la elaboracin de estados siempre ms elevados, ms raros, ms lejanos, ms amplios, ms abarcadores, en una palabra, justamente la elevacin del tipo hombre, la continua auto-superacin del hombre, para emplear en sentido sobremoral una frmula moral. Ciertamente: no es lcito entregarse a embustes humanitarios en lo referente a la historia de la gnesis de una sociedad aristocrtica (es decir, del presupuesto de aquella elevacin del tipo hombre): la verdad es dura. Digmonos sin miramientos de qu modo ha comenzado hasta ahora en la tierr a toda cultura superior! Hombres dotados de una naturaleza todava natural, brbaros en todos los sentidos terribles de esta palabra, hombres de presa poseedores todava de fuerzas de voluntad y de apetitos de poder intactos, lanzronse sobre razas ms db iles, ms civilizadas, ms pacficas, tal vez dedicadas al comercio o al pastoreo, o sobre viejas culturas marchitas, en las cuales cabalmente se extingua la ltima fuerza vital en brillantes fuegos artificiales de espritu y de corrupcin. La casta arist ocrtica ha sido siempre al comienzo la casta de los brbaros: su preponderancia no resida ante todo en la fuerza fsica, sino en la fuerza psquicaeran hombres ms enteros (lo cual significa tambin, en todos los niveles, bestias ms enteras). 2. [...] Lo esencial en una aristocracia buena y sana es [...] que no se sienta a s misma como funcin (ya de la realeza, ya de la comunidad), sino como sentido y como suprema justificacin de stas, que acepte, por lo tanto, con buena conciencia el sacrificio de un sinnmero de hombres, los cuales, por causa de ella, tienen que ser rebajados y disminuidos hasta convertirse en hombres incompletos, en esclavos, en instrumentos. Su creencia fundamental tiene que ser cabalmente la de que a la sociedad no le es lcito existir para s misma, sino slo como infraestructura y andamiaje, apoyndose sobre los cuales sea capaz una especie selecta de seres de elevarse hacia su tarea superior y, en general, hacia un ser superior... 3. [...] Abstenerse mutuamente de la ofensa, de l a violencia, de la explotacin: equiparar la voluntad de uno a la voluntad del otro: en un cierto sentido grosero esto puede llegar a ser una buena costumbre entre los individuos, cuando estn dadas las condiciones para ello (a saber, la semejanza efectiva entre sus cantidades de fuerza y entre sus criterios de valor, y su homogeneidad dentro de un solo cuerpo). Mas tan pronto como se quisiera extender ese principio e incluso considerarlo, en lo posible, como principio fundamental de la sociedad, tal principio se mostrara enseguida como lo que es: como voluntad de negacin de la vida, como principio de disolucin y de decadencia. Aqu resulta necesario pensar a fondo y con radicalidad y defenderse contra toda debilidad sentimental: la vida misma es esencial mente apropiacin, ofensa, avasallamiento de lo que es extrao y ms dbil, opresin, dureza, imposicin de formas propias, anexin y al menos, en el caso ms suave, explotacin , mas para qu emplear siempre esas palabras precisamente, a las cuales se l es ha impreso desde antiguo una intencin calumniosa? Tambin aquel cuerpo dentro del cual, como hemos supuesto antes, trtanse los individuos como igualesesto sucede en toda aristocracia sanadebe realizar, al enfrentarse a otros cuerpos, todo eso de lo cual se abstienen entre s los individuos que estn dentro de l, en el caso de que sea un cuerpo vivo y no un cuerpo moribundo: tendr que ser la encarnada voluntad de poder, querr crecer, extenderse, atraer a s, obtener preponderancia, no partiendo de una moralidad o inmoralidad cualquiera, sino porque vive, y porque la vida es cabalmente voluntad de poder.