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Discernir y acompaiiar en actitud teologal de misericordia Reflexiones sobre la exhortaci6n apostélica Amoris Laetitia (AL)' por Juan Carlos Scannone $.1.* Resumen El articulo comienza tratando del discernimienta de espiritus seytin la espi- ritualidad ignaciana -importante para comprender al Papa Francisco-, oponiéndo- lo tanto a una ¢asuistica ahistorica, univoca y abstracta, como a una relativista equivoca “ética de la situacién”. Para explicarla, se recurre al “kéryma existe cial”, que Bergoglio -cn sus apuntes de doctorado- toma de Romano Guardini, y se lo ilumina a la luz del pensamiento aristotélico-tomista y de distintas filosofias conteimporaneas. Luego. lo dicho se aplica al discernimiente espiritual en concie cia del que habla AL. cuando ésta trata de las asi llamadas “situaciones irregulare: enespecial la de los divorciados vueltos a casar. Finalmente el articulo se refie momento eclesial de! discemimiento y del acompafiamiento de dichas personas. Palabras clave: discemimiento, misericordia, acompafiar, To discern and to accompany in theological attitude of mercy Thoughts about apostolic exhortation Amoris Laetitia (AL) Abstract The article starts by treating of the discernment of spirits according to the ighatian spirituality -important to understand Pope Franeiseo-, apposing so much 10 a anhistorical casuistry, univocal and abstract, since(as.like) to a relativist and equivocal “ethics of the situation”. Keywords: Discernment, mercy, to accompany " Doctor en Filosofia (Universidad de Munich, Alemania - 1967). Profesor emérito de las Facultades de Filosofia y Teologia de San Miguel. jescannone@ébotmail.com "Texto de la exposicién del autor cn una Jornada sobre Ja exhortacién AL, en el Insti- 116 de octubre de 2016. Strawata 72 (2016) 1-12 - Seannone Introduecién El lema que eligié Bergoglio para su escudo episcopal, que conserva Iuega camo Papa, es: miserande aique eligendo, en.el cual se hace referencia no slo ala miscricordia de Dios, sino también a su eleccion singular, personifica- day personalizante de Bergoglio mismo, pero también de cada uno de nosotros. El amor miserieordioso del Padre ama a su Hijo -en la terminologia de Romano Guardini- como a “e/ conereto viviente” y, en Crista, nos ama si gularmente a ada uno y cada una como “cencretos vivientes”, en nuestra propia unicidad Tepetible. Recordemos que Bergoglio habia elegida como nieleo de su tesis doctoral en teologia sobre Guardini, la obra de éste titulada: La aposie idn polar Enscvo para una filosofia del concreto viviente,” pensando, en primer lugar, en Cristo, pero también en cada persona humana, en cuanto singular y unica. El “concreto viviente” de Guardini corresponde al “universal concreto” de Maur ce Blondel (muy distinto del hegeliano) o al que el filasofo argentino Mario Casalla denomina “universal situado”,” cuya universalidad es verdadera, pero ho abstracta, sine concreta, viviente, situada y a@naldgica segiin los tiempos histéricos, los espacios culturales y las singularidades personales. De ahi que a tal tipo de universalidad y singularidad no le corresponda n moral- una Hera casuistica univoca y ahistdrica, pero lampoco una moral equivoca y relativista “de situacidn”, sino un cuidadoso discernimienta espi ritual personal como el que propone la exhortacién Amaris laeritia, acompa- flado por un discernimiento pastoral eclesial que lo confirme, a fin de encon- trar la Voluntad del Padre, segtin Cristo como tiltimo criteria, ala luz y por la piritu Santo, Pues el Seftor Jests y el Espiritu son también en la Juerza del B: prictica del discemnimiento personal y eelesial, las dos manos del Padre. En la historia cada vez singular y mica de los “coneretos vivientes” que somos * Cf Romano Guardini, Der Gegensai, Versuche 2u einer Philosophie des Lebendiy: Aonkreten, Mainz, Grinewald, 1985" utilize el titulo de la Gltima versién italiane Lopposizione polare. Saguio per una filosofia del concreto viveme, Roma, La Civ Catiolica-Corriere della Sera, 2014, porque la waduccion de “Der Gegensaiz” par “La opesicidn potar™ me parece la mas adccuada para las lenguas romances, Me refiero, respectivamente, a: b ‘idinéraire philasophigne de Maurice Blondel. Pro~ as recuetitis par Frédéric Lefebvre, Paris, Spes, 1938; y a: Mario Casalla, “Filosofia y sultura nacional en Ja sitwacién latinoamericana contemporassea”, en: Osvaldo Ardiles (et al}, Hacia una flesofic de ta tiberacién tetinoumericanc, Buenos Aires, Bonum, 1973, 38-52. Imerpreto cl universal situado coma analdgice, ver mi libro: Relividm y nuevo pensamiento, Hacia wna filasofia de la reifgién pera nuestro tiempa desde América Laie na, Bateelona-México D.F., Anthropos-AM (lztapalapa), 2005, cap. 7; también Hans Urs von Balthasar habla de anslogia cuando se refiere a las vocaciones y misiones singu- lares personalizantes de cada uno; cf, su Theadremarik, vol. 2: Die Personen des Spiels, Die Personen ia Christes, Finsiedeln, Johannes V., 1978, pp.256 5, ate Discernir y acompaiar en actitud teologal de misericordia 3 los humanos, es Cristo -como lo propone el Evangelie-, el altimo criterio objetivo del discernimicnto y el Espiritu, su mas intimo motor subjetivo. En la primera parte de mi exposician trataré del discernimiento perso- |, inspirdndome en la espiritualidad ignaciana, de Ia cual se alimenta el pa Francisco, Y, en la segunda, del discernimiento eclesial que debe acompafiarla. Segiin mi estimacién, Francisco gobierna la Iglesia guiindose en gran parte por el diseerimiento, como yo me senti gobernado por él de ese modo, cuando era mi Provincial y mi Rector, en la Argentina, El discernimiento personal iE. Kérygina existencial y discernimiento ignaciano Entre las notas que tomaba para su tesis doctoral, Bergoglio trascribe y comenta un suefio que Guardini tuvo y narra.’ Cuenta que, en sueflos se le revelé que, al nacer, se nos da a cada hombre y mujer una palabra propia 0 una especie de consigna (en aleman: Passivor), que es al mismo tiempo un don (Gabe) y una tarea (4ifgabe), una seguridad y un riesgo. De modo que todo lo que nos acacce cn el trascurso de la vida es o deberia ser la tradue- cidn, el esclarecimiento, Ia realizacién y cl cumplimiento de esa palabra viva. Esta se da a todos y cada uno en su circunstaneia cada vez distinta como guia de camino y principio de discernimiento, de modo que nos puede guiar en nuestro buscar y encontrar la Voluntad actual de Dios. No solo nos orienta en el escoger nuestra vocacién particular y nuestra misién en la vida, sino que tambicn puede hacerlo en eventuales asi lamadas “situaciones irregulares™. Pues no se trata de una aplicacién silogistica estdtiea, abstracta y atemporal de prineipios generales, sino de un procedimiento espiritual histérice, dind- mico, contextuado y abierto, Conforme a mi interpretacion, esa consigna o palabra-anuncio significa Ja eleccién, voeacién y misién singular de cada uno, el Hamada de Dios que es como nuestro nombre propio -que El gratuitamente nos otorga-, v que, segiin Guardini, seri Ja base de Ja palabra que nos dira el ju: En sus apuntes de doctorado Bergoglio la denomina “kérvema e: tencial”,* aun anterior al kérrgma evangeélico, ya que éste se enraiza en aquél, como la redencidén en la creacin. Toda la vida es respuesta positiva o negativa a ese llamado primordial que cada persona humana siente en si, siendo afectada por él en su corazén inteligente, a saber, en su intimidad mis intima, Por lo tanto, la vida se entreteje de encuentros, desen- cuentros y re-encuentros con esa pa que nos canvoca. Los enewen- sto Juez en el iltimo dia ‘CE Diego J. FARES, “Prefazione. L’arte di guardare i] mondo”, en la obra citada en la nota 1, pp. VIILs. * Ver el Prefacio men Sirowmata 72 (2016) 1-12 fonado en la nota anterior, pp. X-X1 a Seannone tros y ré-encuentros manifiestan nuestra con-senaneia o con-cordancia vital con ella, en cambio las di-sonancias son signo a bien de la btisqueda del encuentro todavia no realizado, o bien del des-encuentro. San Ignacio afirma que, quien va de bien en mejor, absorbe suavemente el llamado divino como la esponja Ia gota de agua, y no la rechaza agudamente como la piedra, Pues bien, segiin uma metitora auditiva se hablard de consonancia y disonancia alectivas, y, en el lenguaje espiritual ignaciano, respeetivamente, de consola- cién y desolacion, Para comprender el conocimiento sapiencial de la voluntad de Dias que asi se logra, nos puede ayudar lo que, en otros contextos dice el Papa Franciseo, refiriéndose a “la connaturalidad afectiva que da el amor” " (Evan gelii Gaudin [EG] 125), o a que “Dios dota a la totalidad de los fieles de un instinto de ia fe -el sensus fidei- que los ayuda a diseernir lo que viene real- mente de Dios, La presencia del Espiritu otorga a los eristianos una cierta connaturalidad con las realidades divinas y una sabiduria que les permite captarlas intuitivamente, aunque no tengan el instrumental adecuado para expresarlas con precisién™ (EG 119). En ambos textos el Santo Padre alude explicitamente al conocimiento per connatuatitatem ensefado por Santo ‘Tomas al tratar del don de sabiduria. No se trata de una mera emotividad, ino del corazon en un sentido pasealiano, del riyinds de Platén, segin lo interpreta Paul Ricoeur," de un sentir imeligente y sabio, Tal deseripeién de Bergoglio interpretando a Guardini me recuerda - en cuanto soy un estudioso de la filosofia-, la fenomenologia del llamada y ka respuesta en la fenomenologia francesa contempordnea, es decir, en Emma nuel Lévinas, Ricoeur, Jean-Louis Chrétien, hasta cierto punto en Michel Hen- ty y, sobre todo, en Jean-Lue Marion, con su reduccién fenomenoldgica a la pura forma del Namado como donacién la mas originaria,’ de lo que no trata- ré ahora. Pero, por otro lado, como jesuita, wrespondiente discer- nimiento de espiritus.* * Sobre ¢l conocimiento por cannaturalidad en Santo Tomés, entre atros textos, vi ST ILI, q 45, a2, ¢; Ricoeur la relaciona con el corazén y con el siynds de Platon, en su obra: Fiaitude et culpabilité I: b ‘homme faillible, Paris, Aubier, 1960, 7 Sobre todo me reficro a: Jean-Luc Marion, Réduction et donation. Recherches sur Husserl, Heidewger et la phénoménotogte, Pari, PUF, 1989, pp. 272-302; y at id., Etart oun Essai d'une phénoménologie de ta donation, pirtafos 28 y 29. "CE. IGNACIO DE LOYOLA, “Tres tiempos para hacer sana y buena eleceién en cada uno dellos”, y las reglas de discernimiento de espititus, en: id., Hercicios espirinales, respectivamente: n° 175-188 y n° 313-336, Ver mis trabajos: Discernimiente filosofico de le-acctin v pasidn histdriews. Planteo para el muudo giobal desde Ameérice Latina, Baree- lona-México DF, Anthropo: ‘Universidad Iberoamericana, 200%; y “Church and Spiritual Discernment in a Secular Age anda Global World”, de prSxinia publicacion en lay Aetes del Congreso: Renewing the Church in a Secular Age. Holisiie Dialogue and Kenotic Vision, Pontificia Universita Gregoriana, 4-3 March, 2015. Discernir y acompafiar en actitud teologal de misericordia 5 Seglin mi parecer, lo que Bergoglio Ilamé entonces “kerygma existen- cial” (iransfigurade por el evangélico) es la vivencia misma del primer tiempo de eleccién. Implica que nos dejemos mover sin dilaciones por la Llamada de Dios, coma Mateo, o como Pablo en Damaseo, muriendo al “propio amor, que- rere interés”, para convertirnos al Sefior, resucitando asi a una Vida nueva. De ahi que cl segundo tiempo de eleceién, que diseieme por consolaciones y deso- aviones, lo hace a partir de las consonancias y disonancias con respecto a dicho kérvema vivido en la fe queopera por la caridad, Pues el ritmo de consolaciones y desolaciones va disefiando -para quien discierne- una orientacidn y un itinera- rio hacia la respuesta lo mas licl posible al Hamado de Dios en cada momento. Tanto Karl Rahner como el tedlogo y obispo jesuita uruguayo Daniel Gil -con lenguajes diferentes- interpretaban asi el segundo tiempo de eleceién ignaciano en su relacién con el primero, Pues las consolaciones nos hacen concordar con lo que el Seftor quiere para nosotros aqui y ahora, y Tas desolaciones nos aler- tam acerea de una posible diseordancia.” Por ultimo, el tercer tiempo de cleecién se mueve en tiempo tranquilo, sin consolaciones y desolaciones, Opera con la razén iluminada por la fe, ya sea sopesando delante de Dios las razones en pro y en contra de tal decisidn, decidiendo coma Io haria en el momento definitive de la muerte, o del juicio final, etc., recurriendo finalmente a la confirmacién divina med ante la paz y armonia interior, gracias a la consonancia con lo que Bergeglio deno- mina Kérvaa existencial, esclarecido y transfigurado por el kérynre evangeli- eo, Segiin mi parecer, la razén opera entonces en forma no casuistica sino analdgiea, Su uso corresponderia a lo que hoy el filésofa dominico mexicano Mauricio Beuchot y su escuela denominan “hermenéutica analogica” Cualquiera sea el tiempo de eleccidn, los tres suponen, para no auto- engafiarse, la indiferencia ignaciana, que consiste en la preferencia amorosa de la Voluntad de Dias con respecto a la propia, liberada de las “afecciones desor- denadas”, Ya Aristoteles ensefiaba que, en cuestiones pricticas de ética y poli- tica, el actuar sabio y prudente presupone un apetite recto, || Y, modernamente, los denominadas por Ricoeur “maestros de la sospecha” (Marx, Freud, Nietzsche) nos alertan contra las ilusiones bajo especie de bien y una posible mala fe,"" debidasa la falta de rectitud afectiva, ° CE K, RAINER, “Die Logik der existenticllen Erkenntnis bei Ignatius von Loyola”, en: id,, Das Dynamisehe Freiburg, Herder, 1988, 74-148; Daniel Gil, Le couvolacion sir conse precedente, Estudio hermendulico sobre fos n° 330, 341 y 336 de los Ejercicios Espirituales de Ser Ignacia de Loyola y ses ales Comentaristes, RomieMontevideo, CIS, 1971, "Cf M.BEuCHOT, Tratade de hermenémica analigica, México D.F., lav: ‘OR ARISTOTELES, Evhica Nicomachea Libro VI, cap. 2 ' Entre otros eseritos de Ricoeur, ver: “La critique de la religion”, Bulfetin dir Centre Protestant 16 (1964), 5-16. Streamate 72 (2016) 1-12 1997, s Scannone Por ello el tedlogo jesuita canadiense Bernard Lonergan prescribe -aun ‘a cl ejercicia de la ciencia teolégica- la conversién afectiva como corona- cion y reaseguro de la conversién ética y como integrante de la conversion religiosa cristiana al “estado dindmice de estar enamorado (being ia lovey” de Dios, quien nos amé primero, 3 " Pues bien, ese proceder ignaciano, que puede parecer obvio en la elec- cidn del estado de vida o en decisiones. importantes que afectan la wi convivencia y la mision, el Papa nos exhorta a que lo apliquemos -tanto per- sonal como pastoralmente- en todos los casos, aun los mas dificiles y, preci: samente, en los mis difieiles, ya que a éstos no se los soluciona por la mer aplicacién silogistica de una norma, sino que se refieren a sittaciones que acontecen en medio de limites, condicionamientos y comtingencias historicas -psicolégicas, culturales, sociales, y aun biolégicas (ef. AL 308; 301-301)- que piden discernimiento. 1.2, “Acompaiar, dis ernir e integrar ta fragilidad” El capitulo 8° de AL eva ese titulo, No es el central de la exhorta- cién, ni el mas importante, pero es el que ano pocos causa el mayor desaso- siego. Pues en él se pramueve el camino del discernimiento que nace de la misericordia ante la fragilidad humana, y se sigue reconociendo, con el Con cilio Vaticano I, ¢l valor objetivo de la conciencia subjetiva,'" Con respecto a lo primero, Francisco, ya en EG 209-216, y en toda la enciclica LS, nos recomendaba “cuidar la fragilidad” en actitud teologal de mnisericordia, porque ésta implica amor de caridad con termura al que es frigil y a quien sufre. Fn AL se trata ante todo de Ja fiapilidad de las “familias heridas” (AL 305), signo de nuestro tiempo. Estas demandan uma respuesta actualizada de la Iglesia en cuanto misericardioso “hospital de campafia” (EG, AL 291) segiin el Corazon de Cristo, En ella deben aunarse ln compa- sian amorosa de madre con las exigencias de la verdad y la justieia Por otro lado, el capitulo 8°, en linea con Ia Constitueién Ganeitan et 16, recanoce -segtin la ensefianza tradicional- la dignidad de la coneiencia moral como ultimo criterio de moralidad de facto. Pastoralmente hay que saber respetarla, y no pretender sustituirla, aunque formindola. Pues la con- ciencia, aunque sea subjetiva, hace parte de Ja realidad factica y la objetivi- dad histérica, Por ello la exhortacién asevera que “la coneiencia de las per- “Cf. Bernard LONERGAN, “Natural Rights and Historical Mindness”, en: Frederick Crowe (ed.), 4 Third Collection. Papers by Bernard JF. Lonergan Sih. New York London, Paulist Press, 1985, 161-183. “Entre otros comentarios sobre Al mento", Vita Pastas twarioni irregolari»” ef, el dossier: “Amoris jactitia. 1 «liseemi- le 7 (2016), 33-50; alli ver especialmente: Miguel 4 pp. 44-47, Discernir y acompafiar en actitud teologal de misericordia 7 sonas debe ser mejor incorporada en la praxis de la Iglesia en situaciones que no realizan objetivamente nuestra concepeidn del matrimonio” (AL 303), De ahi la necesidad de un discernimiento tanto personal como eclesial. Pues de ninguna manera se trata de cambiar la doctrina sobre la casti- dad prematrimonial a la indisolubilidad del matrimonio cristiano, sino de recomprender sus consecuencias, ante todo con respecto al que se ha llamado “estado de pecado”. Pues se ha de reconocer que, aunque éste se dé objeti vamente, ello no implica de forma autor ‘a, que quicnes lo viven estén privados siempre de la gracia de Dios. Por consiguiente el Papa afirma; “un juicio negativo sobre una situacién objetiva no implica un juicio sobre la imputabilidad o la culpabilidad de Ja persona involucrada” (AL 302). Y, un poco mis adelante dice: “A causa de los condicionamientos o factores ate- nuanles, ¢s posible que, en medio de una situacién objetiva de pecado -que no sea subjetivamente culpable o no lo sea en grado pleno- se pueda vivir en gracia de Dios, se pueda amar y también se pueda crecer en la vida de gracia y caridad, recibiendo para ello la ayuda de la Iglesia” (AL 305), incluides Jos Sacramentos (ver ibid., nota 351), Por ello la Iglesia puede cambiar su mandato disciplinar de negar en esos casos la absolucién y la comunién, sin cambiar su docu ino apli- dola a cada situacién singular con un discernimiente personal y eclesial sein la caridad discreta. Pues reconace que uniones de hecho, meramentie civiles o de divorciados vueltos a casar pueden realizar el ideal cristiano “al menos de modo pareial y andlogo” y “participar de su vida [de la Iglesia], de modo incompleto" (AL 291). Asimismo “no deja de valorar los elementos constructives en aquellas situacianes que todavia no corresponden @ ya no corresponden a su ensefianza sobre el matrimonio” (AL 292), asi cama tam- bin “aquellos siznos de amor que de alguna manera reflejan el amor de Dios" (AL 294), que en entonces se dan. En la exhortacidn se recuerdan los limites y condicionamientas de dis- linto tipo (biograficos, psicalégicos, sociales, culturales...) de la libertad, y las circunstaneias atenuantes, ya aludidas (cf. AL 301-302; 308}, Entre otras, se enumeran: “una gran dificultad para comprender «las valores inherentes a la norma” (AL 301); la gradualidad, no de la ley (ef. AL 300), sino tanta de la maduracién psicologica humana como del itinerario oreyente y espiritual de cada uno (cf. AL 295}; la distincién entve el bien ideal y el bien posible en cada aqui y ahora de las personas (cf. AL 308); la enseftanza de Santo Toms sobre la cada vez mayor indeterminacién de fo mas particular con respect a una norma general (cf AL 304); los casos de convencimiento de la nulidad de un primer matrimonio sin poder probarla juridicamente; la persuasién que no se puede “volver atras sin sentir en conciencia que se cae en nuevas cul- pas” (AL 298, cf. AL 301); la prevalencia del “bien de la prole” (AL 298, nota 329) y de “la educacién cristiana de las hijos, que deben ser considera- Seramate 72 (2016) L- 8 Scannone das los mis importantes” (AL 299). Estons puede ser un motivo suficiente- Mente serio para “no poder cumplir la obligacién de una separ “convivir «como hermanos»” (AL 298, con nota 329), etc Todo ello y la infinidad de situaciones posibles impide poder dar “una hueve normativa genera] de tipo candnica” (AL 300), puesto que “en su formu- lacién no puede abarcar absolutamente todas las situaciones particulares” (AL 304), De ahi la opcidn por el discernimicnto pastoralmente acompaiiado, capaz de llegar areconocer que, una determinada solucién discemida, “por ahora es la respuesta generosa que se puede ofrecer a Dios, y descubrir con cierta seguri- dad moral que esa es la entrega que Dios mismo est rcelamando en medio de los limites, aunque todavia no sea plenamente el ideal objetivo” (AL 303), Claro que no se exeluye la posibilidad del auto-engaiio, Por ello la ne- idad del acompafiamiento eclesial y la conveniencia de escuchar a los estros espirituales en sus consejos y reglas de discernimiento, ante todo, sobre la necesidad de wna verdadera conversion ética y religiosa ereyente. Estas incluyen siempre una conversion afectiva para buscar y encontrar la auténticn Voluntad de Dios en la opeién por ef mayor bien posible en una determinada cireunstancia existencial ¢ histérica, es decir, en un determinado aqui y ahora, dinamicamente abicrto a nuevos pasos de crecimiento espiri- tual. Revordemos la ya mencionada exigencia aristotélica del apetito recto para toda decisién prictica prudente, y la superacién ignaciana de las “afec= ciones desordenadas” para hacer una buena eleceion, reconociendo que esa farea de conversién es gradual hasta lo posible tm los limites de cada momento, ¥ que debe perdurar durante toda la vida. 2. El discernimiento ecl ial y pastoral 2.1, Su necesiceid Pero la Iglesia no deja a las personas solas en esas situacianes, libra- das a su mera conciencia, sino que las acompafia camo madre y maestra, sin pretender sustituirlas cn su responsabilidad cristiana libre ante Dios, Ante todo lo hace formandolas e informandolas, dindoles asimismo testimonio de la misericordia divina y permaneciendlo “atenta al bien que el Espiritu derra- ma en medio de la fragilidad", como “una Madre que al mismo tiempo que expresa claramente su cnsehanza objetiva, «no renuneia al bien posible, aun- que corra el riesgo de mancharse con el barre del camino" (AL 308), Toda la exhortacion del Papa forma parte de esa formacion de las conciencias, aunque ni el Sinodo ni él mismo propongan una “nueva normativa general” (AL 300}. A tales ensedanzas del magisterio universal de la Iglesia se agre- gan las orientaciones pastorales del respective obispo, de las que Francisco habla explicitamente (ibid), Diseernir y acompaiiar en actitud teologal de misericordia 9 Pero, sobre todo, se trata del acompaitamiento pastoral de los presbite- ros en la direeeién espiritual y/o en la confesion; pues la exhortacién se refie- rea “la conversacién con el sacerdote, en el fuero interno” (AL 300), Ello implica que también éste debe no sélo acompaiar al penitente que discierne, de alguna manera sintiendo en simpatia lo que éste siente, sino también dis- cerniende los sentires de su propio corazén, en actitud teologal de misericor- dia, caridad pastoral e indiferencia ante la Voluntad de Dios que ¢l fiel acom- pafiado busea ala luz de la fe. El pastor es el representante de Cristo y de la Igle- sia ante lo eonciencia del creyente que sinceramente desea discernir, de mado que en su acompafiamiento espiritual hace presente el discernimiento eclesial. Con tado, el Santo Padre no se limita sélo a recurtir a los sucerdates, ya que ‘invit[a] a los figles que estin viviendo situaciones complejas, a que se acer- quen con confianza a conversar con sus paslores © con laicos que viven entre- aados al Sefiar" (AL 312), ya que éstos también son Iglesia. | Papa describe eémo se corresponden las actitudes requeridas tanto de la persona involuerada como de su pastor acompafante, divienda: “Cunn- do se encuentra una persona responsable y disereta, que no pretende poner sus desees por encima del bien comin de Ja Iglesia, con un pastor que sabe reeonacer la seriedad del asunto que tiene entre manos, s¢ evita el riesgo de que un determinado discemimiento lleve a pensar que la Iglesia sostiene une doble moral (AL 300), Y asf se logra -agrego yo- un discernimiento perso- nal y eclesial responsable delante del Seftor y de la Iglesia, ya que en esos asumtos “no existen «reectas sencillasy” (AL 298), Francisco recanoce que, al respecto “dos logicas recorren toda Ia his- toria de la Iglesia: marginar y reintegrar” (AL 296), sienda asi que solo esta iltima responde a la légiea del Evangelio y al infinito amor compasivo de Dios, Por consiguiente, “«hay que evitar los juicios que no toman en cuenta Ja complejidad de las situaciones, y hay que estar atentos al modo en que las personan viven y sufren a causa de su condicionn™ (AL 296). de esa actitud pastoral evangélica siempre, pero sobre complicados, puede ser iluminada por dos de las co- s- La importancii todo en esas casos mia ies de la filasofia contemporanea. En primer lugar, la fenomenologia tencial nos ensefia a valorar la actitud fundamental o temple fundamental de animo, en su valor antolégico y de conocimiento de la verdad. Pienso, por ejemplo, en la disposicion de anime de Ia serenidad (Gefassenheit), que Hei- degger aprendid del Maestro Eckhard, actitud de apertura que no se impone ala realidad sino que la deja ser lo que es, fin de que ésta se manifieste como es," y puede compararse con la indiferencia ignaciana. Algo semejante se podria decir de la virtud de misericordia como temple de animo cristiano fiindamental " Aludo a: Martin Hemeccer, Gelasserheit, Pfullingen, Neske, 1982. Stramate 72 (2016) 1-12 Scannone Por su parte, la filosofia analitica del lenguaje ordinario esclarece la im- portaneia de la actitud basica -en nuestro contexto, de comprensién hacia el otro o de condena-, que el acompaf pastoral toma hacia quien discierne, al dialogar con él. Pues, para dicha filosoffa el momento pragmatico del lenguaje forma parte de su contenido semintico.'* Es decir, como lo expresa Ricocuren forma més sencilla: el modo y la actitud cémo algo se dice -en nuestro caso, el lenguaje pastoral-, forma parte del significado, es decir, forma parte de fo que se dice, a saber, del mensaje que el pastor comunica a su interlocutor.’ De ahi I misericordiosa et el didlogo. Por lo contrario, quienes siguen la légica no evangélica de la marginacién y la exclusion, pueden estar afirmando algo cuya formulae’ quizas sin pretender- lo-, un mensaje concretamente contrario al espiritu del Evangelio, Por ello el Papa, con su lenguaje sencillo, pero profundo, invita a los pastores a no emitir juicios dur tar Los juicios que no tienen en "(AL 296): a que éstas no sean “catalogadas © eneerradas en afirmaciones demasiado rigidas sin di lugar a un adecuado discernii controladores la Iglesia en una aduana, en lugar de “la easa paterna donde hay lugar para cada uno con su vida a cuestas” (AL 310); y ano adoptar “una fria moral de escritorio al hablar sobre los temas mas delicados” (AL. 312). Asimismo k recuerda a los pastores que “es mezquino detenerse sélo a considerar si el obrar de una persona responde 0 no a una ley © norma general, porque eso no basta para discernir y asegurar una plena fidelidad a Dios en la existencia conereta de un ser humano” (AL 304). “Por ello -dice- un pastor no puede senti alisfech indo leyes morales a quienes viven en situacio- i fueran rocas que se lanzan sobre la vida de | personas” (AL 305), pues entonves se trataria de “corazones cerrados que suelen esconderse aun detris de las ensefianzas de la Iglesia «para sentarse en In cfitedra de Moisés y juzgar, a veces con superioridad y super‘i casos dificiles y las familias heridas»” (AL 305). Por lo contrari nos dice a los pastores que “no pademos olvidar que «la misericordia no es sélo el obrar del Padre, sino que ella se convierte en el eriterio para saber quicnes son realmente sus verdaderos hijos. Asi entonces estamos llamados vivir de misericordia, porque « nosotros, en primer lugar se nos ha apl cgundo Ludwig Wittgenstein, John Austin, John obra citads en la nota 2, cap, 7, pp. 211-222. "CEP. RIcoruR, "Le modéle du (exte; l'action sensée en: id, Dirt ‘ aeuitiqnie UI, Diseemir y acompafiar en actitud teologal de misericon u misericordiws" (AL 310). Eso se aplica en primer lugar a los pastores, segiin cllema de Bergoglio: “miserando atque eligendo 2.2. Directivas précticas Un elemento imprescindible de dicho acompafiamiento pastoral es el cuidadoso examen realizado con la mencionada mirada de misericordia y con fidelidad a las orientaciones de la [glesia-. de la situacién concreta, tanto objeti- va como subjetiva, su ia, sus circunstancias y condicionamientos, los eventuales atenuantes y agri “identificando] [-en la persona y su situa- cién- elementos que favorezean la evangelizacién y el crecimiento humano y espiritual” (AL 293), entre otras: e] deseo sincero del sacramento, el arrepen- timiento, la fidelidad a la nueva pareja, cl amor y euidado de los hijos, ete. Asi es como el Santo Padre nos enseiia a distinguir las situaciones que son el punto de partida del eamino de discernimiento, como lo hace él mismo en AL 298 con respecto a divoreiados vuellos a casar. es como distingue tre otros. “el caso de una segunda union consolidada en el tiempo, con nuevos hijos, con probada fidelidad, entrega generosa, compromiso cristiano, conocimiento de la irregularidad de Ja situacion y gran dificullad para volver atts sin sentir en conciencia que 1 nuevas culpas” (ibid. ). Por ello es que Francisco avonseja: “en ese proceso seré util hacer un examen de coneiencia, a través de momentos de reflexidn y arrepentimiento” (AL 300). Y, enseguida enumera va s ado vuelto a casa han comportado con sus hijos cuando {a unién conyugal entré en crisis; si hubo intentos de reconciliacion; como es la situacién del cényuge abandonado: qué consecuent : va relac sobre el resto de la Famili: comunidad de los fieles™ Otro elemento importante a tener en cuenta es lo ya dicho sobre el tt- nerario espivitval, su eventual gradualidad, el bien posible en cada circun: lancia y momento -porque ab Jmpossibile nemo tenerur-, el hecho que “«un pequeiio paso, en medio de grandes limites humanos, puede ser nis agrads ble a Dios que la vida exteriormente correcta de quien transcurre sus dias sin enfrentar importantes difieultades »" (AL 305). Como cada caso es singular ¥ no puede formularse una regla general que les abarque a todos, no es posible construir una casuistica del discerni miento, sino tener en cuenta su espiritu, el temple de animo con el que hay haciéndolo “en temor y temblor” pero con confianza en la ayuda y ia de Dios, -que no Ia niega a nadic-, y can fidel ensefianza de AL. “Jestis espera” -nos dice el Papa- que pastores aceptemos “de verdad entrar en contacto con La existencia con- creta de los otros y conozcames la fuerza de la ternura., Cuando fo haceme: la vida siempre se nos complica maravillosamente” (AL 308). Pero el frut aia 72 (2016) 1-12 Scannone pastoral sera “la alegria del Evangelio”, tanto para el fel concernido como para su pastor, Ante tal “complicacion maravillosa” de la vida de éste -sea director espiritual o confesor-, ademas de todo el material que nos ofrece la Exhorta- cidn apostélica y las eventuales orientaciones del propio obispo, lo sostiene la tradicion de discernimiento espiritual en la Iglesia desde sus comicnzos, que convendra tener en cuenta, Ademis, asi como no se deja sola a la con- cieneia, sino que el pastor la acompafa sin sustituirla, de un modo andlogo, éste, en su acompafiamiento pastoral, no permanece “un sujeto aislado, auto- rreferencial, desconcctade de su pertenencia y funcidn eclesial” (p. 49), sino que, por el contrario, representa a la Iglesia ante el dirigido espiritual o peni- lente. En ese contexto hoy hay autores que recurren a la sinodalidad de la Iglesia, pensamiento caro para Franciseo,'® Y recuerdan que “syn-‘odds”, janifica un canine [hecho ] cow [otros]. De ahi se deriva la conveniencia de que las distintas Conferencias episcopales, orientadas por la Exhortacién Apostdlica del Papa, y los distintos presbiterins, bajo la guia del respectivo Ohispo, aiinen criterios de discernimiento, sin recaer por ello en una casuisti- univocista. Pues se trataria de erfrerios, no de deducciones silogisticas. ‘stos han de aplicarse en cada caso con discernimiento singular segan una hermenéutica abierta y analdgica, en actitud de fidelidad a la verdad, el amor, la justicia y la misericordia, a fin de “buscar y encontrar” asi, en cada caso, aqui y ahora, la Voluntad de Dios.. Articulo revibide en marzo de 2016, Aprobado por el Consejo Editor en junio de 2016, ‘En el dossier citado en la nota 13, ver el trabajo de Dario Vita soggelti del dise cemimento: la Chiesa”. pp. 48-50,

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