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‘c isle INIDEF LA ETNOMUSICOLOGIA COMO CIENCIA Dra, Maria Ester Grebe Vicufla, Ph, D * 1. INTRODUCCION La problemética basica y vasto campo de accion de Ja etnomusicologia como ciencia derivan de su naturale- za interdisciplinaria, En efecto, convergen en la etnomu- sicologia por una parte la ciencia antropolégica y por otra la ciencia musical ( musicologia ) y disciplinas hu- manisticas. Es posible considerarla una ciencia siempre ‘que se verifique si cumple con ciertas condiciones nece satias. Como paso previo, serfa deseable examinar a fon- do sus otientaciones y aportes actuales en su triple di mensién teérica, metodolégica y técnica. Un trabajo de esta naturaleza rebasa los limites de esta breve exposi- cién debido a limitaciones prescritas de tiempo y espa- do. Por tanto, el objetivo principal del presente ensa- yo eritico es examinar las caracterfsticas generales de la etnomusicologia en su condiciOn de ciencia interdiscipli- naria. Con este fin, se procederd a definir los conceptos de ciencia y de etnomusicologia, para luego exaininar sus aspectos problemiticos y criticos en la perspectiva de sus otientaciones actuales. En este ensayo no se intenta estudiar la etnomusi- cologia de acuerdo a una perspectiva diacrénica de sus distintas etapas, corrientes, concepciones y praxis mas re presentativas. Ello conducirfa a un enfoque evolutivo de la etnomusicologia como historia. Nuestro estudio se centrard, més bien, en su problemdtica cientifica actual. 2, DEFINICION DE CIENCIA Si bien es cierto que el antiguo término latino scientia significaba conocimiento, el concepto modero de scientia denota un proceso de busqueda del conoci- ‘miento, “una bésqueda que nunca concluye ni nunca se satisface ” ( Singer 1966 XX: 144 ). Implica, por tanto, “un camino para alcanzar un fin propuesto de antemano, Protesore Titular dal Departamento de Antropiogia, Facultad de Filosoffa, Humanidades y EaucaciSn, Universidad ae Chile, Ex-rofesora de Etnomusicologia del Dopartamanta de Musics Facultad de Artes, Universigad de Chile, 26 como tal ” ( Ferrater Mora 1968 I: 197 ), el cual “ se contrapone a la suerte 0 al azar” puesto que “es ante to- do un orden manifestado en un conjunto de reglas ” (loc.cit, ), La definicién de ciencia propuesta por Pelto (1978:22 ) oftece un marco flexible para comprender el xasto alcance del concepto: “Esa estructura y proceso de descubrimiento y verificacién del conocimiento siste- mitico y confiable acerca de cualquier aspecto relativa- mente perdurable del universo, evado 2 cabo mediante las observaciones empiricas y el desarrollo de conceptos ¥ proposiciones para interrelacionar y explicar tales ob- servaciones ”. La ciencia incluye “ busqueda, especula- ci6n y descubrimiento, suma total de actividades que no puede ser codificada ni sistematizada con facilidad ” Cloc.cit. ). En las fases iniciales de un proceso de investigacién suelen intervenir Ia creatividad cientifica alimentada por el pensamiento productivo, Ia imaginaci6n, intuicion y motivacién. En cambio, durante sus fases de verificacion ‘metodoldgica impera el trabajo sistemtico basado en re- las ( loc.cit. ; cf. Beveridge 1950:72 - 75,Campbell 1957:15~37, Northrop 1959:1—18). Estas fases se ba- san en la aplicacién y mantencién de una serie de precep- tos, tales como: (a ) procedimientos sisteméticos, rigu- ros0s y consistentes; ( b ) datos confiables y reproduci- bels; y (©) resultados.ircunscritos, controlados y verifi- cables, apoyados por evidencias empiricas miltiples. No es posible comprender estos preceptos -condi- ciones o caracteristicas del proceso de investigaci6n- sin asociarlos a la comunidad cientiffca que los pone en pric tica, Sus realizaciones descansan en tradiciones basadas en paradigmas: “ ejemplos aceptados de praxis cienti- fica que incluyen ley, teorfa, aplicaci6n e instrumenta- cién, proporcionando modelos de los cuales surgen tra- diciones coherentes especificas de investigacién cienti- fica " (Kuhn.1970:10 ). Los paradigmas guian la inves- tigacién cientifica, Hacen crisis cuando se les somete a prueba o revisién critica, produciéndose transformacio- nes o debilitamientos que pueden provocar su abandono Gefinitivo y la gestacién de nuevos paradigmas cienti- ficos que reemplazan al anterior ( ibid.: 179-181 ). En suma, una de ta condiciones necesarias de la et- nomusicologia como ciencia reside en el manejo eficien- te de estos paradigmas. En estos modelos de investiga- cion convergen la teoria, el método y las iéenicas mol- deados por la tradicién de una escuela y por un pensa- miento cientifico suficientemente amplio y carente de dogmatismos 3, DEFINICION DE ETNOMUSICOLOGIA Las definiciones tempranas de etnomusicologia uti lizaron como ctiterio basico su objeto 0 universo de estu: M6, Caracas, Laidel, 196%: 26:30 a dio, en otras palabras, las categorfas musicales estudia- das: tradicional, popular y docta no-occidental (Rhodes 1956: 3-4, Nettl 1956: 1, Schneider 1957:1, Kunst 1959:1 ), No obstante, lo que define esencialmente la et- nomusicologia es. su calidad interdisciplinaria. Por esta raz6n, las definiciones vigentes se centran en la orienta- ci6n interdisciplinaria de sus procesos de investigacién. Ta etnomusicologia vincula la miisica al estudio del sis- tema sociocultural al cual pertenece. Este concepto vi- gente esta presente en las dos definiciones clisicas de et- nomusicologia: (1) “* el estudio de la miisica en sf misma y_ en el contexto de su sociedad ” ( Hood 1963:239 ): y (2) “el estudio de la imfsica en Ja cultura” ( Merriam 1960:109, 1964:7 ), Proponemos, a continuacion, una tercera definicion que deriva de las dos anteriores enmar- candolas en una concepcién humanista: (3) “ el estudio de la miisica en si misma y en su contexto sociocultural centrado en el hombre -misico creador, intérprete y/o teceptor—". ‘Obsérvese que las dos primeras definiciones omi- ten toda refeiencia al ser humano como actor principal del quehacer musical. Este hecho revela que ambas se han centrado en el estudio de la misica como objeto o -cosa. No obstante, sin la presencia del hombre no hay proceso creativo, interpretativo ni receptive; y sin di- chos procesos no hay producto musical alguno. Para comprender la misica centrada en el hombre, debemos: estudiarla multidimensionalmente superando Jas limita- ciones de lo meramente descriptivo, historiogrifico 0 analitico, Esta perspectiva permite redescubrir al hombre como protagonista del acontecer musical. Y abrir cami- nos para comprender la miisica en si misma y como parte del todo sociocultural, posibiliténdose una aproximacién humanista al fenémeno sonoro ( Grebe 1981:71 ). Asi- mismo, otorga a la etnomusicologia un rango auténtico de ciencia interdisciplinaria, 4. ASPECTOS PROBLEMATICOS 0 CRITICOS Una de las caracteristicas més notables de algunos destacados etnomusicélogos profesionales ha sido su va- lentia para formular criticas directas. Estas dejan entre- ver una dosis saludable de duda metédica y la presencia de una mentalidad cientifica. Al examinar publicaciones etnomusicolégicas de los iltimos 75 afios, Hood ( 1965 67) indica que ellas utilizaron prematuramente el méto- do comparativo basado en muestreos inadecuados y po: co representativos. Y que todo ello condujo a un conjun- to de errores desprendidos de suposiciones. “ Los auto- res tempranos gastaron mucho tiempo especulando acer ca de los orfgenes de la misica, la poligénesis versus Ja monogénesis, y las explicaciones tedricas de los sistemas de afinacién y escalas. Las culturas musicales se descri- bian y comparaban en sus caracteristicas més gruesas, sin tomar en cuenta el detalle musical que determinaba real- mente su identidad.”, . . lo cual... “ condujo a la com- paracién de dos culturas diferentes antes que ninguna de ellas hubiera sido comprendida. A veces, existié una preocupacién exclusiva por los materiales musicales, des- cuidando la funci6n y contexto social de la misica. A ve- ces, el ambiente social fué enfatizado en desmedro de la misica misma. . . En el extremo opuesto, las obras mas recientes se han Jimitado con mucha frecuencia al minu- cioso examen de detalles musicales ” (loc.it.; cf Grebe 1976: 14-15. Merriam ( 1969:228 ) agrega sus propias aprecia- ciones oriticas acerca de las dificultades de la fusion in- terdisciplinaria de la etnomusicologia que se bifurca en una etnomusicologia musicol6gica y otra antropoldgica. Esta division parece ser una consecuencia de los diferen- tes ambientes formativos, entrenamientos, experiencia y objetivos de los etnomusicélogos. En efecto, “ la musico- logia y la antropologfa no estn cortadas de la misma te: la; y el problema crucial de la etnomusicologia reside precisamente en esto” ( ibid.:219 ), “ La naturaleza dual de la etnomusicologia es claramente un hecho disciplina- rio, Sin embargo, la interrogante principal no es si el as- pecto antropolégico 0 musicolégico debe predominar, sino si existe algin modo de refundir a ambos,puesto que dicha fusion es claramente el objetivo de la etnomusi cologia y Ia piedra fundamental sobre 1a cual yace la validez de su contribucién ” ( Merriam 1964:17).El funcionalismo de Merriam lo hace buscar una solucién en el estudio de Ia miisica como comportamiento huma: no. Afirma que “la miisica no existe a no ser que algéin individuo 0 grupo de individuos la produzcan. . . Antes del comportamiento viene el concepto; pensamos lo que hacemos y, de acuerdo ® ello, moldeamos nuestro com- portamiento produciendo asi el sonido musical. .. (Este liltimo ) es generado a su vez por el concepto, es enj ciado tanto por el individdo como por otros miembros de su sociedad en base al éxito para enfrentar los crite- ios musicales de acuerdo a los principios aceptados por dicha sociedad” ( 1963:212). Aunque Blacking ( 1974:74 ) coincide, en lineas generales, con el enfoque de Merriam, su propia antropo- Jogia musical deriva hacia orientaciones mas especificas. “La etnomusicologia se inicié como musicologia compa- rada y sus profesionales tendian a provenir de la musica y musicologia mis que de la etnologia- En las dos & mas décadas, se ha brindado mayor atencién al estudio de la misica en 1a cultura... ; pero, a pesar de que el guidn divisorio de ‘etno—musicologia’ ha sido abandona- do, la investigacion y entrenamiento tienden ain a estar divididos tanto en dmbito de accién como en método. La implicancia es que a pesar de que la miisica es parte integral de la vida social, sus principios de organizacién tonal son, hasta cierto punto, arbitrarios y no influidos necesariamente por los patrones culturales " ( loc.it.). Este autor ( 1973:25 ) opina que los etnomusicélogos deberfan producir “ un anélisis cultural sistematico de la miisica que explique cémo un sistema musical es parte de otros sistemas de relaciones en el contexto de una cul tura. Niega que pueda estudiarse la mésica en si misma, recomendando proceder de acuerdo a los términos sefia lados por su sociedad y cultura, y por los seres humanos que la escuchan, crean y ejecutan (Ioc.ct. ). Puesto que “Ia miisica puede expresar actitudes sociales y procesos cognitivos, ella es util y efectiva sélo cuando es escucha- da por. . . personas que comparten o pueden compartir. las experiencias culturales e individuales de sus crea- dores ” (ibid:54 ). La misiea “ confirma lo que apare ce en Ja sociedad y cultura, sin agregar nada nuevo excepto patrones sonoros ” ( loccit ). Blacking sotiene que “el andlisis formal carece de significado a no ser que se inicie como un andlisis de la situaci6n_ social que gene- ra la misica” (ibid:71 ), Puesto que la rmisica constituye “un proceso relativamente esponténeo e inconciente, puede representar las operaciones de la mente humana trabajando sin. interferencias; por lo cual, la observacién de las estructuras musicales puede revelar alguno de los principios estructurales en los que se basa toda vida hu- mana” (ibid.: 115 ), Este autor coneluye que “un and- lisis sonoro no puede ser concebido aislado de su contex to social y cultural " (ibid.:98 ). Estos inquietantes conceptos han repercutido en tuna ampliacién de los horizontes e intereses de los etno: musio6logos, quienes han incursionado en una variada gama de orientaciones tedricas. Al comentar humorist camente estas orientaciones, List ( 1983:175,183 ) las denomina cultos, enumerando entre ellos al estructuralis- mo, semistica, cognicidn, interaccionismo simbélico, fe- nomenologia y teoria de la comunicacion:y aludiendo a preocupaciones recientes mds especificas por Ia identi- dad étnica y el “ eventalismo”, centrado en el estudio de eventos musicales. Este autor recomienda un retorno al empirismo de antafio, apovado en un sano escepticismo, y mayor rigor metodolégico; en un respeto por los clisi- cos unido a un rechazo al dogmatismo; y a una actitud critica frente a la base conceptual y proposiciones te6- ricas enunciadas por autoridades. Sin embargo. esta pre- Conizacién empitista de List se contrapone a la critica al empirismo temprano efectuada por Hood ( 1965:67 ), citada en un pérrafo precedente. Se cierra asi el circulo de nuestro andlisis, conduciéndonos inevitablemente a nuestro punto de partida. ; Significa esto que debemos recomenzar todo nuevamente, replanteando nuestra ar- umentaci6n 2. 5. REORIENTACION EPISTEMOLOGICA: LO ETICO ¥ LO EMICO En [a actualidad, tanto 1a musicologia como la et- nomusicologia se caracterizan por orientacién funda- mentalmente descriptiva, cimentada a menudo en el po- sitivismo l6gico. Por esta razén, el etnomusicdlogo suele utilizar sus propios modelos explicativos e interpretati vos para recolectar selectivamente y poner en érden sus datos empiricos. Muchas veces los marcos conceptuales y te6ricos han sido invadidos por la descripcién. O la descripcién ha sido manipulada de acuerdo a una tedria (Grebe 1981:52). Frente a esta disyuntiva epistemolégica, se perfilan dos proposiciones: el estudio de la miisica y su contexto sociocultural desde fuera, segiin el punto de vista del et- nomusicdlogo; y el estudio de la miisica y su contexto sociocultural desde el interior de su matriz sociocul- tural, segiin los puntos de vista del actor -misico creador, intérprete y/o recolector.. Ellas se asocian a dos orienta coexistentes en antropologia que reciben respectivamen- te las denominaciones de ético y émico, que derivan analogicamente de la Lingiistica Estructural ( Pike 1971; 233-248 ), Etico deriva de fonético -cémo suena y se representa el sonido del lenguaje~; y se aplica etno- musicolégicamente al criterio del investigador frente a una realidad musical ajena a le propia. Emico deriva de fonémico -qué significa el sonido del lenguaje~; y se aplica etnomusicolégicamente al criterio del actor frente 4 su propia realidad musical. ( Grebe 1983:21 ). Desde un punto de vista epistemolégico, ambas orientaciones ~étiea y émica- parecen ser antagonicas, Pero no son mu: tuamente exclusivas sino complementarias y ambas po- seen limitaciones ( Pike 1972: 239~240, Geertz 1977 480492), La validéz y reciprocidad de ambas orientaciones queda manifiesta al examinar los tres modelos posibles que pueden aplicarse a la descripcién y anélisis del fend. ‘meno sonoro: (1) el modelo ideacional (cognitivo o ‘re Presentativo ” ) del actor que refleja “ el modo cémo piensa el individuo que son las cosas ”, (2) el modelo conduetal (* operativo ” ) del actor que refleja “ el mo- do como. . . (61) responde o actiia en la practica ” (Caws 1974: 3 ); y (3) el modelo explicativo del etnomusi Jogo, que es producto de su propia construccién mental (ibid. :5 ), Es posible destindar sin dificultad estos tres modelos tanto en la fase de recoleccién como de anilisis ¢ interpretacion de los datos empiticos, Sin embargo, en la praxis de la investigacién etnomusicol6gica se han pro- ducido, con mucha frecuencia, cruzamientos, intersecc- ciones o invasiones reciprocas de estos modelos. En consecuencia, es conveniente y recomendable que el etnomusicélogo explicite y precise en sus trabajos publicados las orientaciones y modelos utilizados en el transcurso de su proceso de investigacién, dando a cono- cer sus estrategias de terreno, procedimientos analiticos y mbito en que se produce su interpretacién. Ello per- miitiria establecer distinciones cualitativas entre los datos que, de otra manera, serian considerados equivalentes sestando finura, precisién y rigor a la descripcién, andli- sis e interpretacion. En efecto, es posible categorizar junto con él actor las calidades de la informacién que él ha entregado sobre sus nociones y quehacer musical. En un nivel cognitivo, dicha informacién puede ser prescriptiva si da cuenta ‘c6mo piensa el actor que deberfa ser 0 haber sido un he- cho musical, produciéndose una versién normativa de és- te; 0 descriptiva si da cuenta cémo piensa el actor que es 0 fué en realidad un hecho musical, produciéndose, en este caso, una version derivada de la experiencia vivida, En un nivel conductual, el actor puede ser o haber sido un testigo activo del hecho musical, un testigo pasi- yo del mismo, o recibir informacién transmitida por los verdaderos testigos. Estas disticiones cualitativas ayudan 1 precisar los roles del actor y su relativa compenetracion con el hecho informado. Trabajando de este modo con varios actores se ob- tiene una red de variantes cuya validéz y ligitimidad de- pendera de Jos niveles de rapport alncanzados, de los marcos situaciones en que se da la informacion, de la na- turaleza selectiva de la memoria humana, de su capaci- dad para producir testimonios con o sin distorsi6n, y de otros factores. - _ SINTESIS Y DISCUSION En este breve ensayo critico se ha revisado, desde diversos puntos de Vista, la problerndtica central de la et- nomusicologia como ciencia, La definicién de ciencia ha contribuido 2 precisar las condiciones necesarias para el quehacer cientifico de la etnomusicologia. Y Ia defini- cién de etnomusicologia, enmarcada en una concepcion humanista del fendmeno sonoro, ha contribuido a sefia: lar los caminos més adecuados para estudiar al hombre y su quehacer musical. Por su parte, el andlisis de sus aspectos probleméticos o criticos sirvieron para detectar sus debilidades y propender un fortalecimiento de su base cientifica en su doble aspecto teérico y metodolo- ico. Es necesario insistir en la reciprocidad entre la teo- ria y el método etnomusicol6gico, Si bien es cierto que en el pasado muchas investigaciones se limitaron mera- mente a describir fenémenos musicales aplicando una metodologia adecuada, sabemos hoy dia que teoria y método poseen interdependencia y proceden por retroa- alimentacién continua. Si en apariencia la teoria esta au- sente, ella puede ser quizés f¥cilmente suplantada “ por una metafisica en boga, por otra ciencia o por accidentes personales 0 hist6ricos ” ( Kuhn 1970:17).En verdad, “ toda descripcién refleja una teoria 0, por lo menos, un sesgo, estemos 0 no concientes de ello ” ( Johnson 1978:16 ). Y toda investigacién se vincula a un corpus te6rico desarrollando “alguna estrategia implicita (0 con- junto de estrategias) que conecta las actividades de inves- tigacién cotidianas con amplios marcos teéricos ” ( Pelto 1978:251 ). Con frecuencia,la ciencia suele alimentarse de crea- tividad, que a su vez va acompatiada de pensamiento pro- ductivo, intuicion e imaginacion. Cada etapa de una in- vestigacién etnomusicol6gica se inspira en la concepcién inicial, Cada etapa se articula y se encadena ala siguien- te, requiriendo un. flujo coherente y consistente de no- ciones y acciones. Es necesario, por tanto, mantener el carieter unitario del proceso de investigacion, lo cual se hace posible cuando un solo etnomusicologo debidamen- te entrenado controla el proceso total desarrollando to- da sus fases con idoneidad y eficacia. En consecuencia, es conveniente entrenar multidi- mensionalmente al joven etnomusicélogo estimulando en 1 diversas capacidades, destrezas, habilidades y actitu- des: su capacidad te6rica y pensamiento creativo; su des. treza metodolégica y teérica, su rigor y precision; su ca- pacidad para establecer relaciones, articulando concep. tos, ideas y acciones; su habilidad para resolver y superar problemas, buscando soluciones factibles; su actitud de- dicada y perseverante, basada en una genuina vocacién y motivacién, etc. Si todo esto descansa en una formacién sélida en a ciencia antropolbgica y musical, respaldada por una posicién auténticamente humanista, entonces podremos emprender sin vacilaciones el estudio de la musica en si misma y en su contexto sociocultural cen- trado en el hombre. REFERENCIA CITADAS Beveridge, W.LB, The Art of Scientific Investiga- tion. New York, Vintage Books, 1950 Blacking, John. How Musical is Man ? Seattle, University of Washington Press, 1973. 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En el contexto histérico en el cual 1 escribi6, habia mucho material de soporte para soste- ner a la ciencia como un conocimiento sistemético y co- ‘mo-un-método que podria ser aplicado incluso a las ar- tes, ( Ver Musglestone 1983 ). La posicién * cientifica’” de Adler ha sido sibsecuentemente mantenida por es- tudiosos de las disciplinas de itmsicalogia y etnomusico- logia. A finales de la década del 40 Kinkeldy deser bi6 la musicologia como una ciencia, y la musicologia comparada ~precursora de la etnomusicologia ~ como

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