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La nia se ha dormido, su sueo como casi todas las noches no es profundo, negras tormentas

remueven con lluvia y hojas el recuerdo de lo que suea, las tormentas las hemos provocado
nosotros, no deseamos que vea aun, no est preparada, tememos su reaccin, la conocemos
suele ser impredecible, hubo una poca en que nuestra hermosa nia no soaba, un eterno
desierto de tonos grises metlicos se extenda mientras su alma volaba en silencioso recorrido
sus dominios, todo era calma, sin embargo en algn momento todo empez a cambiar su
reino recibira visitantes, un dia algo la asusto, lo sabemos porque ese dia apareci un rio de
color purpura, mal o buen presagio nadie lo iba saber, pues aun nadie exista, el rio y su sonido
se llevaron la calma, la nia no se atrevi a tocarlo, solo se quedaba all quieta en la orilla
intentado or algo ms que el ruido y un dia asi fue y esto fue lo que escucho

.preguntamos si le causo horror


escuchar tales cosas, la nia intento sonrer, nos consolaba su fortalece, nosotros hubiramos
dormido llorando y llorando hubiramos despertado, la nia nos enseo a escuchar

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