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Resumen
Introducción
1884
nivel freático, Pies.
1882
Elevación del
1880
Demora
1878 25 horas
1876
1874
0.3
lluvia, pulg/hr.
Intensidad de
0.2
0.1
0
12/23 12/24 12/25 12/26 12/27 12/28 12/29 12/30 12/31 1/1 1/2
1998 1999
El agua producto de las lluvias se infiltra en el suelo y produce cambios en el estado de presiones
de poro. Estos cambios corresponden a una respuesta del sistema hidrogeológico del suelo a la
ocurrencia de las precipitaciones. La forma y tiempo de esta respuesta dependen de las
condiciones hidro-geológicas del sitio y/o del area circundante y a las características de los
eventos lluviosos. Esta respuesta hidrogeológica puede conducir a la activación de deslizamientos
de tierra. La ocurrencia de deslizamientos, su cantidad y su magnitud depende de la
susceptibilidad del terreno a los deslizamientos y de la intensidad tiempo y distribución del
evento de lluvias.
Cornforth (2005) presenta un caso instrumentado de aumento de nivel de agua freática con
intensidad de la lluvia (figura 1). El caso corresponde a un deslizamiento antiguo de un
conglomerado sobre un basalto. El piezómetro muestra una demora entre la precipitación y los
niveles freáticos. La demora entre los picos de la precipitación y el nivel de agua es de 25 horas
para este caso. La respuesta del terreno puede ser rápida o puede tomar varios días o semanas.
En los sistemas de respuesta rápida los niveles freáticos son difíciles de medir utilizando
piezómetros con medición en visitas periódicas debido a que los picos de los niveles de agua son
muy transitorios. La instrumentación mediante piezómetros en tiempo real permite estudiar a
detalle la respuesta hidrogeológica rápida. Sin embargo no es común la instrumentación en
tiempo real y pocos sitios en el mundo cuentan con instrumentación piezométrica automática.
Lan y otros (2003), reportan que la respuesta más rápida ocurre en taludes con espesores
residuales poco profundos y los taludes con perfil de meteorización más profundos tienen una
respuesta más lenta. En este proceso al inicio de la lluvia, la presión de poros es negativa y la
succión debida a la situación no saturada produce inicialmente un estado de estabilidad del talud.
Al continuar el proceso de lluvia y de infiltración se inicia un proceso de disminución de la
succión y aumento de la presión positiva con disminución de las condiciones de estabilidad y
llega un momento en el cual, el factor de seguridad puede ser inferior a uno y se produce un
deslizamiento. Cuando el perfil de meteorización es de mayor espesor el proceso toma un tiempo
mayor, debido al tiempo que se requiere para la disminución de las tensiones negativas y el
aumento de presiones positivas y se requiere una lluvia de mayor duración para producir un
deslizamiento.
En investigaciones realizadas por Lan y otros (2003), se encontraron tiempos de respuesta de 3 a
5 horas después del inicio de la lluvia para la ocurrencia de deslizamientos en suelos con
espesores de 1.1 a 1.5 metros. Para suelos con espesor de 3 metros el tiempo de respuesta fue de
8 horas. Por lo tanto el tiempo de respuesta generalmente aumenta con la profundidad del perfil
de suelo.
Al terminarse el evento de lluvias, la succión puede aumentar nuevamente y producirse un
efecto de auto-estabilización.
Los deslizamientos activos o que han tenido movimientos recientes son muy sensitivos a lluvias
aún de poca intensidad y la respuesta generalmente es inmediata. (Corominas, 2003). Cornforth
(2005) indica que generalmente las primeras tormentas de la temporada de lluvias tienen muy
poco efecto sobre la estabilidad de los taludes. Sin embargo, se debe tener en cuenta que si las
primeras lluvias son de gran intensidad y las condiciones hidrológicas del talud permiten una
respuesta rápida se pueden presentar deslizamientos.
Ejemplo: Vargas- Venezuela- 1999. La geología del cerro de Avila en Venezuela corresponde
a rocas suelos residuales de poco espesor y rocas de esquistos neises y serpentinitas. El perfil
subsuperficial es muy permeable y las pendientes del terreno son muy altas.
En diciembre de 1999 ocurrió un evento lluvioso extraordinario en el cual se midieron 1200 mm
en 15 días (Figura 2). De importancia las lluvias consecutivas de 120, 380.7 y 410.4 mm en los
últimos tres días del evento. Los deslizamientos y avalanchas ocurrieron durante dos días
consecutivos.
El resultado fue la ocurrencia de una gran cantidad de deslizamientos cuyo volumen total
deslizado se estima en aproximadamente 10 millones de metros cúbicos de suelo. La respuesta
hidro-geológica fue relativamente rápida.
450
400
410.4
350 380.7
Precipitacion (mm)
300
250
200
150
121.2
100 77.3 120
50
8 11.8
0 0 1.1 5 8.1 10.4 23.2 21.8
0 7.1
1 2 3 4 2.9
5 6 7 8 9
10 11 12 13 14 15
DICIEMBRE 1999 16 17
500
450
457
400
Precipitacion (mm)
350
300
250
200
150
120
100 75
50 32 41
19 57
0 10 4 41
0 0 0 7 10 32
23 0
24 25 26
27 28 29 30 1 2 3 4 5
SEPTIEMBRE 2005 6 7 8 9
OCTUBRE 2005
Ejemplo Girón- Santander 2005. Los suelos de la cuenca de la quebrada Angulito son
depósitos de abanico aluvial del Cuaternario, los cuales son relativamente permeables en
superficie pero poco permeables al profundizarse en el perfil. Estos suelos son muy dispersivos y
pierden prácticamente la totalidad de la cohesión en el momento de las lluvias.
En Febrero de 2005 un evento lluvioso relacionado con la interacción de un frente frío con la
zona de convergencia intertropical generó precipitaciones de 183 mm en 24 horas con una
precipitación acumulada de 390 mm en cinco días (Figura 4). Este evento fue un evento aislado
en medio de una temporada seca.
En este evento se generaron una gran cantidad de flujos y avalanchas. La respuesta de los suelos
se considera relativamente rápida. Aunque la precipitación precedente tuvo una gran
importancia, los deslizamientos se activaron durante un evento de gran magnitud.
200
180
182
160
Precipitacion (mm)
140
142.9
120
100
80
60
40 51
20
0 2.2 27.1
0 0 0
0 0 0 0 0 12.6
0 0 2.1
27 28 29 30 31 1 2 3 4 56
ENERO 2005 7 8 9 10 11 12
FEBRERO 2005
En la mayoría de los casos ocurre una acumulación de efectos. Si había ocurrido una lluvia
importante en los días inmediatamente anteriores en un talud de respuesta rápida, la respuesta
puede ser aún más rápida, debido a que el suelo se encuentra en un nivel de saturación mayor y se
requiere menos tiempo de lluvia para reinvertir el proceso de aumento a disminución de succión.
En general la lluvia antecedente puede causar un cambio en los valores de la succión y esto
facilita que se inicie un proceso de aumento de presiones de poro positivas.
Lan y otros (2003), reportan en investigaciones directas en campo que la lluvia antecedente
durante 10 días anteriores al deslizamiento disminuyeron los valores de succión en 10 a 25 Kpa
dependiendo de la permeabilidad del suelo para el caso de una granodiorita meteorizada, y esto
facilitó la respuesta rápida ante una lluvia de gran intensidad.
La amenaza de que ocurra un deslizamiento es mayor si se acumulan lluvias de 2, 3, 15 días o 30
días. El tiempo crítico de acumulación depende del sistema hidrogeológico y de la intensidad y
duración de las lluvias.
Vélez y otros (2006), reportan que el desencadamiento de un movimiento de suelo esta
relacionado con altas cantidades de lluvia acumulada de mediano plazo (15 días o mas). Lluvias.
Echeverry y Valencia (2004), indican para una cuenca en Medellín-Colombia que las lluvias
acumuladas en 15 días mayores de 110 mm propician condiciones de inestabilidad. Sin embargo,
lluvias de alta intensidad y corta duración pueden ocasionar deslizamientos, los cuales son
generalmente de poca profundidad.
Ejemplo Pajarito- Boyacá 2005 . Los suelos del area de Pajarito son lutitas meteorizadas con
perfiles de suelo residual variable de 3.0 a 10.0 metros de espesor.
En Octubre de 2005 se presentaron precipitaciones de 315 mm en dos días como parte de una
temporada de lluvias, con lluvias acumuladas de 10 días de 540 mm y de 15 días de 670 mm. El
resultado fue la ocurrencia de una gran cantidad de deslizamientos de espesor importante, los
cuales generaron avalanchas en una gran cantidad de cuencas. Los deslizamientos ocurrieron en
un evento con precipitación de 212 mm en 24 horas. El análisis de las precipitaciones muestra
que las lluvias acumuladas en los 15 o 30 días anteriores al evento tuvieron una influencia
determinante en la magnitud de los deslizamientos. La respuesta hidrológica está relacionada con
la lluvia acumulada.
120
100
103.8
Precipitacion (mm)
80
60 56.1
40
33
20
24.4 27.8
18.8
0 0 0 3.3
0 0
0 2.7
26 27 0 0 0 0.3
29 3028 1 2 3 4
NOVIEMBRE 2003 5 7 68 9 10 11 12
DICIEMBRE 2003
Jiao y otros (1999), reportan el deslizamiento ocurrido en septiembre 22 de 1983 en Hong Kong
relacionado con eventos lluviosos ocurridos hasta el 9 de septiembre. (Demora de 13 días). El
deslizamiento corresponde a una granodiorita meteorizada con un espesor de suelo residual de
más de 10 metros con un nivel freático semi-permanente.
Gómez (¿?) reporta el caso de la escarpa occidental de Bucaramanga con demora de hasta 2
meses entre el período de lluvia y la ocurrencia de deslizamientos.
Generalmente en los deslizamientos de respuesta hidrogeológica demorada existe un nivel
freático semipermanente o permanente y el mecanismo de falla está relacionado con el ascenso
de ese nivel freático.
La modelación de un deslizamiento con respuesta hidrológica demorada es muy compleja, debido
a que el área de influencia hidrogeológica es muy grande. La distancia del recorrido de agua
puede ser de muchos kilómetros y el conocimiento geológico a detalle puede ser muy difícil de
obtener. En este análisis se requiere tener en cuenta la geología de un área relativamente grande
arriba del talud.
Permeabilidad del suelo. Los suelos con diferentes propiedades hidráulicas tales como la
permeabilidad muestran comportamientos diferentes en respuesta al proceso de lluvias. Los
suelos muy permeables requieren de intensidades grandes de precipitación para su activación y en
los suelos poco permeables (Arcillosos) la duración de la lluvia es más determinante que la
intensidad.
Igualmente el tiempo de respuesta tiene relación con la permeabilidad del suelo. Curiosamente
suelos de muy alta permeabilidad tienen un tiempo de respuesta mayor que los suelos de baja
permeabilidad para intensidades de lluvia no muy altas. Si las intensidades de lluvia son muy
altas, el tiempo de respuesta del suelo de alta permeabilidad disminuye notoriamente. En los
suelos de baja permeabilidad el aumento de la intensidad de la lluvia puede no tener influencia
importante en el tiempo de respuesta.
En suelos de baja permeabilidad (Lan y otros, 2003), la capacidad de infiltración del talud se
alcanza rápidamente, lo cual produce una pérdida rápida de succión en espesores pequeños con
intensidades de lluvia relativamente modestas. Por lo tanto, un talud con suelo poco permeable
puede tener una respuesta más rápida que un suelo permeable si el espesor de suelo es pequeño y
un suelo poco permeable pero de profundidad grande va a tener una respuesta menos rápida que
un suelo permeable de espesor similar.
Magnitud de la anomalía climática. Las grandes catástrofes están relacionadas con eventos
lluviosos extraordinarios. Si el área está expuesta con relativa frecuencia a eventos de gran
magnitud, la ocurrencia de un fenómeno de gran intensidad no tiene los efectos catastróficos que
tendría un evento similar sobre un área donde el período de retorno de estos eventos es grande.
Entre mayor sea el período de retorno, la catástrofe tiende a ser de mayor magnitud.
Igualmente es muy importante tener en cuenta los niveles normales de precipitación. En las áreas
con precipitaciones promedio multianuales altas los eventos extraordinarios tienen un menor
efecto que en las zonas donde las precipitaciones promedio son bajas. Ejemplo de esta situación
son los eventos extraordinarios que ocurren en la costa de Venezuela y los problemas
relacionados con los fenómenos de El Niño en el Perú. En estos casos las precipitaciones
promedio multianuales son inferiores a 700 milímetros y en los eventos extraordinarios se
alcanzan en una semana precipitaciones superiores a la total anual promedio. Los fenómenos de
El Niño generan deslizamientos catastróficos en el Perú con períodos de retorno generalmente
inferiores a 10 años.
Generalmente las grandes catástrofes coinciden con deslizamientos de respuesta rápida.
A veces nos preguntamos porqué un evento metereológico produce hoy más deslizamientos y de
mayor magnitud cuando en el pasado un evento similar produjo efectos menores. Por ejemplo en
el huracán Mitch (1999) en el estado de Chiapas en México hubo menos efecto que en el huracán
Stan (2005), con un sistema de lluvias similar. El desarrollo vial y poblacional en el sur de
Chiapas ha sido muy grande en los últimos años y los procesos de ocupación y deforestación de
la tierra han sido muy fuertes en los últimos 5 años, relacionados con el flujo migratorio desde
Guatemala. La susceptibilidad a los deslizamientos es hoy mayor que hace 6 años. La diferencia
es aun más notoria en el caso de Vargas en Venezuela comparando los efectos de las lluvias de
1951 y de 1999. Otro ejemplo podría ser el del sector Bogotá-Villavicencio, después de la
construcción de la nueva vía y los túneles. Hoy un evento metereológico extraordinario genera
catástrofes que el mismo fenómeno no producía anteriormente.
En la respuesta hidrogeológica el aspecto de intervención antrópica es muy importante.
Los modelos físicos con base en software que combina elementos hidrogeológicos y geotécnicos
son una herramienta útil para determinar niveles de amenaza (Crostra y Frattini 2003), para
problemas locales de un determinado deslizamiento cuando la complejidad geológica no es muy
grande y la información existente es suficiente para la elaboración de un modelo. Por ejemplo los
modelos elaborados para la cañada Angulito (Suárez y Suárez 2006) permitieron obtener
resultados de predicción muy similares a los realmente ocurridos para un ambiente geológico y
geomorfológico muy sencillo de respuesta inmediata.
Marín Nieto (2003), indica que la complejidad geológica en las zonas tropicales es tal que impide
obtener una relación para predecir la ocurrencia de un deslizamiento en una determinada región
climática y geológica. La respuesta hidrogeológica depende del marco geológico y no existen
dos sitios geológicamente iguales.
Resumiendo, en el estado del arte actual el análisis estadístico es la mejor herramienta disponible
de predicción. “Lo que ocurrió en el pasado puede ocurrir en el futuro” y los modelos físicos son
una herramienta útil la cual requiere de niveles de investigación muy detallados.
Conclusiones
El análisis de una serie de casos de deslizamientos en las zonas tropicales demuestra que la
respuesta hidrogeológica que determina la ocurrencia de deslizamientos es rápida en formaciones
permeables de poco espesor. En las respuestas rápidas, la lluvia precedente tiene muy poca
influencia. A medida que aumenta el espesor de los suelos, la respuesta toma un mayor tiempo.
En algunos casos la lluvia precedente de 5 o de 15 días ha tenido una influencia determinante. En
formaciones con niveles freáticos permanentes la demora de la respuesta hidrogeológica puede
ser de varios meses después de los eventos lluviosos.
Referencias
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