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Seor Jess, fue tu gran sueo y tu splica tan sentida, que seamos uno como el
Padre y T lo son; y que nuestra unidad se consumara en esa unidad.
Con los doce apstoles formaste una familia itinerante. Con ellos fuiste el Maestro
sincero y veraz, exigente y comprensivo y, sobre todo, muy paciente. Igual que en una
familia, los alertaste ante los peligros, los estimulaste ante las dificultades, celebraste
sus xitos, les lavaste los pies, les serviste en la mesa. Nos diste primero el ejemplo y,
despus, nos dejaste el precepto: mense como Yo les he amado.
Seor Jesucristo, danos la gracia del amor fraterno: que una corriente sensible, clida
y profunda corra en nuestras relaciones personales; que nos comprendamos y nos
perdonemos, nos estimulemos y nos celebremos como hijos de una misma madre.
Que en nuestro camino seamos abiertos, leales, sinceros y afectuosos y as crezca la
confianza como un rbol frondoso que cubra con su sombra, a todos los hermanos de
esta comunidad. As nuestra comunidad ser como una casa levantada sobre roca,
ser una seal proftica de esperanza, pues ese fue tu gran deseo. Amn.
LA GRACIA DE DIALOGAR
Seor Jesucristo, te alabamos y te glorificamos por la hermosura de este don que nos
has concedido se llama dilogo. Es como un hijo predilecto de Dios porque es la
corriente de Amor que bulle incesantemente en el seno de la Santsima Trinidad. El
dilogo desata nudos fuertes, disipa las suspicacias, abre las puertas trancadas,
soluciona los conflictos, engrandece la persona y es vnculo de unidad y madre de la
verdadera fraternidad.
Seor Jess, manso y humilde de corazn, haz mi corazn semejante al tuyo. Desde
lo ms escondido de mi ser sale este deseo insaciable de ser el dios de mi vida y de la
de los otros buscando dominio, dependencia, aprobacin y prestigio. Mi corazn est
amasado de delirios de grandeza y deseos de omnipotencia humana. Necesito
salvacin, Seor. Misericordia, Dios mo.
Seor Jesucristo, dame la gracia de que mi corazn sea paciente y bondadoso. Cristo
Jess, manso y humilde de corazn, haz mi corazn semejante al tuyo. Amn.
LA GRACIA DE RESPETARNOS