Professional Documents
Culture Documents
7, Viollet-Le-Ducy Primer estrato terrestre cristalizado? ol granitor. ias secuelas que se detivan de todo ello, que en st arte apun. por las secuelas tan abiertamente hacia la fica consinct Lo que varia, por con. seuiente,es una interpretacién de la naturaleza tamizada en unos siguiente, es und a _ i : | casos por a subjetividad romiintica o filtrada en ottos por el pris casos por la subj ma cientificista propio de las nuevas ciencias positivas, pero Ip decisivo es que tanto en los roménticos alemanes como en ¢| e a arquitecto fiancés la naturaleza permanece como referente de la Viollet-Le-Duc propone modelos extra s reglas légicas, de los ér- polables a la arquitectura a partir de Ia denes matemiticos mas simples a los mis complejos, de la logica inflexible que observamos en la propia naturaleza, en esta «mar- cha légica seguida en la creacién de nuestro planeta, sin ir mis le- joss. Argumentando desde la vida y Ia observacién, la naturaleza sno esti mal razonaday en su capacidad de «formar, y, como prueba de ello, describe y representa grificamente la geometria de algunas «formaciones geolégicas»: pirimides, rombos, romboi- des, romboedros simples y yuxtapuestos, como el «primer estrato terrestre cristalizado, el granito» [7] o las erupciones basilticas so- lidiffcadas, la corteza primitiva del globo que se ha originado por 1a yuxtaposicion de «cuerpos cristalizados». Sin abundar en la ¢. Mente se trataba de asuistica, he aqui su conclusin: «Sola- hacer comprender cémo el primer dato crea- dor del globo que habitamos { ’ -] procede siguiendo la aplicacién Pigurosa de un principio { jada Si seguimos todas las fases de la cre- imorginica y orpsns Banlca y orginica terrestre, reconocemos pronto, en sus 32| «mis variadas incluso aparentemente diversas, este onden sgico ave PAE de un principio, de una ley estableida a prio, je que 20 56 desea jams Esa este método al que todas sus orgs daben lest del ge lls paecen estar penetra, Des ; montalia hasta el cristal més menudo, desde el liquen hasta le de nuestros bosques, desde el pélipo hasta el hombre, ia ereacion terrestre posee el estilo, es deci, la armonia del el robli todo en perfecta entre el fo He aqui el ejemplo que nos es dado, que debemos seguir resultado y los medios empleados para obtener- sando,con la ayida de nuestra inteligencia pretendamos cream kin estas palabras se ponen al descubierto las raices pro- fandis del racionaismo constmctivo en arquitectara, ya que ésta toma como referente de su imitacién analégica el proceder o snétodo lbgico de una naturaleza que obedece a unas leyesfija- das a pri posiivista de k mos expresario en los términos kantianos ya invocados: mientras ori, sin desviaciones posibles, es decir, el determinismo las creaciones orgénicas e inorginicas. O si preferi- que para Jos roménticos alemanes las formaciones de la naturale- za son estético-finalistas en su libertad y remiten, por tanto, a finali- dades meramente formales, en Viollet-Le-Duc son esttio-teleoléigicas y responden por Ahora bien, para el francés, una vez alcanzada esta con- consiguiente a finalidades objetivo-internas. clusién sobre Ja naturaleza como modelo de la imitacién, la arquitectura de la Edad Media, abandonadas ya las tradiciones envilecidas de la Antigiiedad, posee ese sello, «pues, tal vez. mis que ninguna otra ella procede segin este orden lgico que en- trevemos en las obras de la naturaleza», Sin duda,al igual que pro- ponian los roméinticos, el paradigna es la construcci6n del mom- mento de la ciudad, esto es, la catedral. La superioridad atribuida a la arquitectura de la época medieval, que, no hari falta recordar, es sobre todo Ia gética, se desprende de las concepciones prece- dentes sobre la imitaci6n, pues se trata de «la escuela que, toman- do un partido absoluto, establece en primer lugar los fandamen- tos de su arte sobre las leyes de equilibrio no aplicadas hasta sobre la observa- entonces en la arquitectura, sobre Ja geometria, procede por via cin de los fendmenos naturales; que, por asi decir, de eistalizacién;{...] que {...] va a estudiar la flora de los campos 33- con un cuidado an e rnamentacion i ca extract una O1 minucioso Ps con un cul renece...""- Optic: tiv. Ie pert No deja de ser revelador que desde Ia Optica positivist y en la que la ciencia y las creaciones precy. 6 cxiv la logica constru aoe : dentes devienen auxilios irenunciables de lk naturaleza, a aig, le lisacién y la floion sigan siendo, en la estela de los FOMLnticog, los referentes de a imitacién analégica. Pero resulta todavia mp sugerente que en pleno apogro del anthisoricimmo, inmer arquitectura en la critica de Tos lenguajes Sgurativos y en Jy pie queda afanosa de unos nuevos principios de configuracign con el Funcionalismo, raparezcan, nada menos que en el seno guy Werkbund alemén, tanto el motivo de Is ctsalizacén come 4 paradigma medieval que se encarnaba en la catedral géicg Aunque, como buenos germanos, neutralizan la leery racionalista abusiva del gotico, su interpretacién positivist que habia predominado después deViollet-Le-Duc en el mito fi, cés, para evocar una vez mis el sueio goethiano-romintico dela catedral gotica, si no sobre el agua, si al menos sobre la ciudad 9 las cumbres borrascosas de las montaias rocosa. En este cambis de orientacién se deslizan tres corrientes del pensamiento estéti- co y la practica artistica que avanzan en paralelo hasta confluir en unos momentos decisivos. Me refiero en Primer lugar a la estéticg de la eproyeccién sentimental», que ejerceré una enorme influencia Sobre la historiografia artistica, a la cultura figuratioa cubo-expresion nista y a la Arquitectura de cristal, que desembocaré tras la Primera Guerra Mundial en el suefio de la catedral laica del futuro, Desde el Gltimo tercio del siglo xx la infin, que suele traducirse como empatia o proyeccién sentimental 2 una co- riente hegeménica en Alemania que culminé en obras enciclo- pédicas como la Estética (1903-1906) de Th. Lipps y el Sistema de Estética (1905-1914) de J. Volkelt. El denominador comin de sus diferentes versiones postulaba que el artista transfiere a los obje- tos exteriores su mundo interior, instaurando una mediacién simbélica entre ambos o, segiin otros, proyectando y penetrando emocionalmente en ellos. Poco importaba que en esta operacion los autores introdujeran diversos matices, pues solia ser entendida como proyeccién de los sentimientos humanos sobre los objeto, 34ya fuera en elsentido de una expresion de la personalidad de cada artista en otra Cost distinta, objeto 6 persona, o en cuanto sim- «mo evocative y asaciativo, boli En otras palabras, si bien sus interpretaciones se distinguen entre si por el sentido que otorgan a esa operacién simbélica, el papel que atribuyen a la fantasia creadora, en virtud del cardcter hedonistico, expresivo © comunicativo del arte, 0 en razon de la naturaleza de los sentimientos humanos 4 proyectar sobre los ob- jetos. convierte a ésta en una formula casi méagica para dilucidar Jos problemas estéticos, Mediante este proceder, relegan los mé- todos experimenta es y cientificos con e] fin de resaltar los as~ pectos psicolégicos de la emocién estética a partir de un enten= dimiento ampliado del arte como expresidn, que extrapolan a la historiografia y a las pricticas artisticas, Precisamente, en la drbita de la «proyeccién sentimental» se mueven las aportaciones de W, Wortinger en el ambito de la historia artistica, que ejercerin una notable influencia en el expresionismo, sobre todo entre los miembros del grupo El Ji- nete Azul. Como sabemos, en su obra Abstraktion und Einfithlung (1908) estos dos términos, inspirados respectivamente en las con- cepciones de A. Riegl recogidas en Problemas de estilo (1893) y en Los fundamentos de estética (1905) de'Th. Lipps, son elevados a im- pulos artfsticos bisicos, a polos de la sensibilidad y la voluntad artistica del hombre, Pero, mientras que la proyeccién sentimen- tal es vinculada a Ja belleza de lo orginico y lo expresivo, la abs- traccién trasluce la belleza de lo inorginico y lo negador de la vida, de lo ecristalino», si endo asociada de un modo explicito a «da ley cristalino-geométrica» o «ley inorginico-cristalinay’, Sin embargo, lo més apasionante para el asunto que me ocupa son las aspiraciones de Worringer de lograr una sintesis en tre ambos polos, en lo que denomina la eabstraccién expresivar, Una sintesis que tal vez vislumbrara en Jas pinturas del cezannis- mo coetineo 0 en las obras del cubismo analitico, pero, sobre todo, en el motivo romintico por antonomasia: «En la catedral gotica, empero, la materia no vive sino gracias a sus propias leyes mecénicas; pero estas leyes ~a pesar de su caracter fundamental, que es abstracto~, han cobrado vida, ¢s decir, han cobrado expre- 35ae aplica sw facultad de proyeecin Sentiment Ff I , ‘ yn, EL hom éstos ya no son para 1 abstraccion Mueyy aas vivientes’, sion, Hombre 3 . mecinicoss nto de fue sino wn ae sugerido A.W. Seblegel y Schinkel que acy {No habian s valor sn podia desempefar una fancion mediadora entre ly ye, alizaciOn caintcidosd aif 4 talizac Ja vida organic, anticipindose asi mediante la flora, ity metria y 18 VIC" Fr exrucurascrstalins 2 una nmediata simbionis eng de hs ¢ abstraccion geométrica y Ta proyeccibn sentimental? En eva yy esis, que encuentra historicamente su apOtecsis en el gotico, ope. ta equ, siguendo ah. Lipps; Worringer denomsina un ange, nismo estético». En virtud del mismo el impalso de «proyeceidy, sentimental abandona el circulo de To orgéinico que normale, te le es asignado vy se apodera de las formas abstractas, despojin, dolas de esta suerte, claro esté, de su valor abstractoy’. Pero, iho puede suceder al reves, es decir, que la abstraccin se incline hy cia lo orginico y se apodere de las formas expresivas? El cub, cexpresionisio impulsaria este doble proceso, Ciertamente, en esta lectura sutil de los impulsos artisticos Worringer aboga por una yuxtaposicién de Ja proyecciin sent. mental y la abstracci6n, la cual, a su vez, estimula una conviyen- cia renovada entre Jos valores mecinicos, la belleza cristalina de ly inorginico y la belleza de lo orginico, la emanada de la vida, Una hipotesis que se vera reforzada cuando, al analizar la ornamenta- , clon nérdica en La esencia del estilo gético (1911), Ja interprete | como una geometria transformada en vida, cual preludio de la ematemitica viviente que es la arquitectura gética’.A su vez po- cos afios después K, Scheffler, un critico en estrecho contacto con los pintores y los arquitectos expresionistas, se sentira seducido sobre todo por el «efecto» (la Wirkung de Goethe y los rominti- cos) del gético en cuanto categoria supratemporal. Vivificacién de lo inorginico e inerte donde los valores mecinicos y logicos de la construccién gética se transfiguran en ese movimiento vivo de fuerzas que, desde que el joven Goethe rindiera tributo en Estrasburgo [8] al maestro E. von Steinbach, dudoso cons tructor de la catedral de Estrasburgo, nos arrastra a los Ambitos oF curos del efecto, de la impresion 0 expresion de los sentimientos, s+ nénimos todos de las mismas aspiraciones en distintos tiempos. 364. Estrashurgo en Ia époce de Goethe (grabado), Problemas formales del gético, como se titulaba realmente el seundo ensayo de Worringer, destacaba los valores expresivos y supaldgicos de este estilo, ys en consonancia con un sentir Faendido en los circulos de las vanguardias alemanas,asumia im- plfcitamente como 1 lugar coméin esa especie de idealismo bas- Tulante entre I arquitectura clisica y a gética. Una polaridad que ‘e remonta a Schinkel y al clasicismo roméntico,atraviesa el pen- arquitect6nico del siglo XIX, gracias sobre todo a ese es~ pan casi perdido que es C. G.W. Boetticher’, desemboca en los « de Worringer y se acentiia poco después entre los arqui- samiento anilisi: ‘ectos al suscitarse en el Werkbund el debate sobre el clsicismo y dl goticismo. A veces se atribuye incluso un goticismo larvado alexpresionismo en general, considerado por algunos, particular- aente en sus versiones cubo-expresionistas, como voluntad gética, _ ste era el clima tedrico que se respiraba cuando la van- guardia expresionista retoma en a pintura y la arquitectura la me- tifora romantica del cristal, e, nspirandose en historiadores como | M,Dvordk y Worringer, encumbra el gético a una categoria su- |pratemporal, deshistorizada, que puede llegar a ser operativa y se- \dimentar en las nuevas representaciones artisticas de su época. La ctistalizacion, esa sintesis entre la abstraccién geométrica y la pro- yecci6n sentimental, se transfiguraba en el referente de las formas cristalinas que pueden ser plasmadas de un modo figurativo en Ja pintura 0 en las visiones del goticismo arquitecténico. Si Worrin- ger parecia sugerir los criterios de la representacién expresionis n arquitectura, sus ideas sobre la catedral gotica serén plasma- 37das tras ef conflicto bélico en las visiones de B. y Mi Cadena de cristal, En esta deriva se constata una tampon Jogica de los sistemas cristalinos simples 0 complejos, inte nay dos de un modo mis bien intuitivo, a Jas formas artificial TPety ectura. O, para ser mas pre ies dy CStadg, arquitect cristalino natural, llamado s6lido verdadero, al sélido aMorfo, « isos, asistimos al paso de] decir, al vidrio. 38yy o%, el cristal: Ja cultura figurativa gel cubo-expresionismo En 1913 Bruno Taut, principal animador de la arquitectura de cristal, afirmaba que «la plastica y la pintura se hallan en cami- nos puramente sintéticos y abstractos y por doquier se habla de la construccion de los cuadtos.A esta designacién le subyace una idea arquitecténica del cuadro; una idea que sin embargo no ha de ser tomada meramente de un modo comparativo, sino que corres- ponde a un pensamiento de la arquitectura en el sentido sencillo de Ja palabra. Se trata de una arquitectura secreta a través de estas obras que las une a todas. En un sentido parecido a como se llevs El edificio ideal de arquitec- a cabo en los tiempos del gético tra, que hoy representa ya el nuevo arte, debe manifestarse un dia en una obra construida visible. Es una necesidad que asi sucedan'. En estas palabras resuenan las primeras cadencias de la fir- tura unidad de las artes, pero, por atractiva que ésta sea, de la nue- va situacién importa resaltar dos aspectos. En primer lugar, llama Ia atencién el inusual protagonismo que un arquitecto otorga a Jas artes visuales, a las que califica de precursoras de un nuevo pensamiento arquitecténico en una diteccién sintética y abstrac- ta.La misma sobre la que venia insistiendo Worringer y en la que se ejercitaban algunos pintores del momento.A titulo personal, tal vez en esta inclinaci6n se traslucieran las dudas que unos afios an- tes le asaltaran ante la disyuntiva de dedicarse a Ja arquitectura 0 ala pintura y la circunstancia de que las pinturas coetineas de Kandinsky, en particular las Impresiones e Improvisaciones, se con- virtieran a sus ojos en modelos en los que debia inspirarse el arquitecto si deseaba actuar como un «artista libre». En segundo lugar, no es menos elocuente la alusién que desliza a lo que aconteciera en la época del gético. De este modo 39i), FESTE DES 9. P. Behrens, Fiesta def LEBENS UND ta vide 7 del arte. Una DER KUNST consideracién del teatro h ane como simbolo supremo BETRACHTUNG dela cultura, 1900. i OES THEATERS ALS HOOHSTEN KULTURGYMBOLS sorprendente al adoptar como guia 0 criterio vuna necesidad in. serior a la manera de Worringer y de Kandinsky en De fo esi. tual en el arte, B, Taut intentaba anudar los lazos entre aquel pasa. . Pero, Io intentaba no a través de una arquitectura que todavia no exis do lejano, el goticista, y su presente, el de la moderni si sino siguiendo la estela que estaba dejando una cultura ae en Ia que aparecian interpretados desde hacia algunos afios esos mismo motivos y en donde, en ocasiones, se lograban las prime- xs sintesis entre el nuevo goticismo y las metiforas cristainas, En efecto, las imagenes cristalinas se plasman, probable- mente por primera vez, en los poliedros regulares con los que el polifacético arquitecto P. Bebrens ilustra en la manera lineal del Jugendstil el ensayo de E. Diederichs dedicado a la colonia de artistas de Darmstadt: Fiesta de la vida y del arte. Una consideracién del teatro como simbolo supremo de la cultura (1900) [9]. En el fron- tispicio de la representaci6n, que se inspira en un pasaje del Za- ratustra nietzscheano, Jas dos caridtides portan sendos cristales ta- ados cual piedras preciosas que irradian las virtudes de un mundo todavia inexistente. Poco después, un pintor por enton- ces desconocido aunque posteriormente activo en el expresionis- mo visionario, W. A. Hablik, se anticipa con Edificio de cristal en paisaje montafioso (1903, col. Hablik, Itzehoe) [10]. En esta acuare- ‘a una arquitectura con reminiscencias de cimborrio y ojivas 86- 40Vo WAL Raitt itiyieto Ae eFiNtaL eh patnaye montamon, (aaa ticas brota a la manera woondntica del maciz acoy0, clevindose cobre el territorio como wn polies eristalito, Por diversos tes timonios, sabemos que st fascinacion por las formas naturales era tan intensa que se entregaba con (raion a fotografiar y colec~ ionar las piezas cristalinas que le deparaban sus pesquisas enentes en la naturaleza lejana Entre los precedtentes fi utativos que fluyen en paralelo a Jos impulos de la Binfihlung y la abstraveion geométrica y des- prozan el camino a las exploraciones cubo-expresionistas de la talina, destacan las imagenes de las arquitecturas que metafora cri plasman pintores como Van Gogh en la fees de Aluvers (1890) y Cézanne en la Casa y granja en Jas de Bouffan (1885-1887, Narod- ni Galerie, Praga), Mientras el ardiente holandés interpretaba al modo romintico la pequeia joya gotica como expresién de las emociones y reflejo de la subjetividad, como portadora de pasio~ de las de- nes transmitidas a trave! s de una exasperacion cromitic formaciones y las distorsiones intrafigurales que revelan una des- preocupacién goethiana por las amedidas» del gético, el recatado francés sometia la forma bien proporcionada de la arquitectura neoclasicista, que le servia de modelo, a las «descentraciones» y distorsiones de sus perspec muiltiples, desestabilizando la frontalidad de las fachadas y forzando una geometrizacion pris- mitica y cristalina en los volimene at> Posiblemente, Keon staria pensandd el Secreto pg, los tor B.Taut cuando aludfa-acloscaminos puramtente sintéticgy abstractos, asi como a Ia idea arquitect6nica del cuadno, ples py, turas tardias como Ia serie del Golfo de Marcella desde L'Byay,. (1891, The ‘Art Institute, Chicago) son ftutos maduros de Ui capacidad sintética tamizada por unas abstracciones visuales g lay aque la eectnica pictrica cast anquitectomica, & tasvasada yj geomet ocuta del pate natural yn gatos de a anit, tura. No obstante, La montaiia de Saint-Victoire vista desde Litays (1905-1906, Philadelphia Museum of Art) es la obra mas logrady en ia geometrizacion prismitica de los edificios, las weas y hag Ja vegetacién a través de las facetas, los segmentos y unos etvetog sorprendentes de transparencias «fenomenales» en su acepeidn, perceptive. ¥, sin la menor duds, cuando B, Taut invocabs ty anecesidad interion, oteaba como tel6n de fondo las e cubistas parisinas y las cubo-expresionistas que irrumpian co, erienciag vigor por esas mismas fechas en Alemania. Como es sabido, el impacto que suscitan en G, Braque y P. Picasso las acuarelas que Cézanne expone durante el mes de junio de 1907 y, todavia mis, ls pinturas que contemplan en ly retrospectiva que le dedica ese mismo afio el Salén de Otofi, estimula en ambos la transicién al cezannismo 0 «estilo protocu- bista», No en vano, en el Viaducto en L’Estague (inicios de 1908, Centre G, Pompidou, Paris) y en Casas en L'Estague (agosto de 1908, Kunstmuseum, Berna), de G. Braque, Ja estereometria de las casas y la alteracién de las perspectivas tomadas desde ngulos visuales distintos transforman las arquitecturas en cubos prismiti- cos entrelazados por los planos inclinados y el juego volumétrico de unos alzados y unas cubiertas cada vez mas abstractos; a su vez as formas cristalinas de las casas contrastan en cuanto entramado geométrico con las curvas irregulares de la vegetaci6n que las en- vuelve. En pleno apogeo del cubismo analitico, Braque, que en junio de 1909 se habia trasladado a la Roche-Guyon, un paraje pintoresco ubicado en un meandro del Sena que también habia cautivado a Cézanne afios atris, se sintié fascinado, tal como les sucediera a los roménticos con los vestigios de las fortalezas aban- 4211, Braque, EI castillo en La Roche-Guyon, 1919, 12. Picasso, Naturaleza muerta con botella de licor, 1909. donadas a orillas del ain, por unas ruinas medievales encumbra- das sobre las rocas y abrazadas por una frondosa vegetacién. In- terpretadas como motivo en la serie El castillo en La Rocke-Guyon (Moderna Museet, Estocolmo [11];Van Abbe Museum, Eindho- ven, y otras) su arquitectura queda reintegrada en Ia madre nata- raleza, mientras que las geometrias prisméticas y cristalinas de sus volimenes, configuradas por poligonos yuxtapuestos progresi- vamente desregularizados, se refractan en un espejo de transpa-q rencias que se asemejan a la formaci6n de los eristles, ay, cae i arquiteccura cristalizada, que se torna todavia mis abstracta y fg amentaria en las Fabrica de Ritinto on LEStaque (Ot0R0 de yyy, Centre G. Pompidou, Paris). , Algo similar destian los experimentos de Picasso cugy io and en el verano de 1909 se traslada a Horta y pinta obras tan Teno, ms bradas como La alberca (Col. Rockefeller, Nueva York) y Casas fa colina 0 Naturaleza muerta con botella de licor [12] ~Posiblemenge de anis~ (ambas en cl MoMA, Nueva York). En ese vecha la peculiar estructora del motivo real para transforms «, “ 5 Far - Sus volimenes en unos slidos mis geométricos y provocar tna 4 7 . 7 les. integracién figural que resalta las aristas y facctas crstalinag de unas arquitecturas arracimadas que se elevan altivas cual fortaleza, fasionadas con la agreste naturaleza rocosa. Ademis, es o recordar que hacia 1910 se propone traducir y editar, en 8 br apy. S casi Portung, colaborg. cién con G. Apolinaie, El Liceniado Vidrio, ls novela de Cy la de Cen. sans que vers sobre un joven comencido de gues cae, como el del viejo QFvig de I. Calvino, se metamodosen en cristal, Una inca que coincide, curosimente, en ewa fe crisalin en la que la estructura de us pinta rage de modo que parece vista a través de un diamant, y que se en obras mis tardias, como la Botella de ants del Mon, (1915, Detroit Institute of Arts), un motivo que, prolongs copa y nape tal vez sacudido Por las mismas afioranzas hispanicas, habia seducido el afo anterior J. Gris en La botella de anis del Mono (MNCARS, Madtid), Aun asumiendo el aislamiento intencionado de los funda. dores del cubismo en la escena parisina, las obras cezanianas y analiticas de este cubismo cristalino eran bastante mas conocidas en los circulos de la Escuela cubista de lo que suele creerse. En pat- ticular, aquellas, como las mencionadas, cuyos motives interpre- taban las formas arquitectonicas, No en vano L. Vauxcelles, resefiar en Gil Blas (14-11-1908) las mostradas por Braque en la galeria Kahnweiler, oftecia la conocida definicién canénica del cubismo: «Desprecia la forma, reduce todo, sitios, figuras y casa esquemas geométricos, a cubos»*; al mismo tiempo, en las tertu- lias celebradas en la residencia de la poetisa norteamericana Get- @rude Stein en la calle Fleurus, los reunidos podian contemplar le con Da pmateeticr , earn seeon13. R, Delaunay, Torres de ta catedral de Laon, 1912. colgadas en sus paredes las pinturas ejecutadas por Picasso duran- te el verano de 1909 en Horta de Ebro; sin olvidar que la Fabrica en Horta estuvo expuesta en la primavera de 1910 en la galeria Nétre-Dame-des-Champs de Paris. Mas en concreto, uno de los artistas emergentes, R. De- Jaunay, quedé cautivado por hs obras de Braque y Picasso que pudo contemplar en Ia galeria Kahnweiler durante a primavera de 1910 en compaiiia de EF Léger. En especial, se sentia atraido por el vuelco que suponia el abandono de la perspectiva central y las consecuencias potenciales que se desprendfan de la simultaneidad espacial de sus visiones. Pero, como se aprecia en las versiones de la Tne Eiffl y La ciudad, en este clima le seducfan més el orden visual contfictivo, la leyes dindmicas en disonancia, donde las ar- uitecturas se desintegran en facetas y se fiagmentan en sus for- mas geométricas, que la ficticia distribucién racional de Ja arqui- tectura y la ciudad. No obstante, si reparamos en su transicién del cezannismo a un balbuceante cubismo analitico, vemos que sentfa también fascinacién por figuras del viejo Paris, como delatan las versiones dedicadas al interior gético de la Iglesia de Saint-Séverin (1909-1910). De un modo atin més explicito, en las ‘Torres de la ca- tedral de Laon (1912, Musée National d'Art Moderne, Paris) [13], inspirada en Ja pintura cezaniana y el cubismo analitico, la catedral 45geen ex teasigtadn evs ei guataqineatny de plano ¥ Voltime je ve perfilan ayuilis arstas cristal. fres ponent izantes et lot Algo similar acuntecis con atts pantanes ¢ uubistas que jn terpretabans motives anidagos, cone be Catedral de Charts (ny, Landesonseurn, Hannener) de®, Cleves, La tastormacion gy, bista de uno de ho monmnentos \dticos ins venombrados 4, & de} Ja cate, Francia vinculaba la creatividad ded presente con ef Pasado, 1 dad Paedia, Ja imagen de mismo modo que, come en dral se alzaba altiva sobre Ja silueta de la ciudad, Pero Jo Mas sin tomitico ers que Gleizes no er4 of Gnice en formular esta ao ciaciin, pues lr eivindicacin del gbtien ve habia convert, un lugar comin entre los eubistas del grupo de Pate %Y Se ins. €stilOs varios como en los wo politics del pasado clita poricista cribia tanto en el clina yeneral de apropiscion de Gleizes resume ss poriciones en *Cubismo y ad, ensayo en el que rechava lo eatinon, ena ido por politicos na. cionalistas como Ch, Maurras y artistas conservadores como M, Denis, en beneficio del gético mdrdicor, axociado con a ideoly, sia antirrealista, anarcosindicalista, de la Liga Chica, que habtg sido fundada en 1911, La alabanza de las rales célticas y ta arqui- tectura goti como lo verdaderamente francés, como un retor- 0 a Tos eorigenes,implicaba para los chculos neosimbolsas y cubistas, que no disimulaban sus connivencias con la tradicin, una tactica de resistencia ante la avasalladora herencia latina que impulsaba con agresividad la Action Frangaise, Incluso, la ligazén del lan vital bergsoniano con el gético reaparece en La ciudad y el ro (1913), que simboliza ln continuidad temporal de los orige- es con Ja actualidad, encarnada en la ciudad del Sena’, La penetracién de la cultura cubista en Alemania sobre- viene gracias al conocimiento directo de Jas obras analiticas de Braque, Picasso y otros, pero, todavia més, por los éxitos que co- secha R, Delaunay en Jos cfrculos de la vanguardia tanto con las pinturas de su cubismo dindmico, del «periodo destructivor, como del cubismo érfico 0 periodo constructivo'. No en vano en 1912, mientras que La cindad 1.° 1 (1909, desaparecida) era expuesta en la galerfa Der Sturm y adquirida por el pintor Jawlensky, La ciudad n.° 3 (1911, 8, R. Guggenheim, Nueva York) 4614. R. Delaunay, La torre, 1911 (destruida en 1945) presente en abril del mismo afto en la 2* Exposicén del stv grupo Der SI ‘turm. Si esto acontecia en Berlin, en Munich, du- de septiembre de 1910, Braque y Picasso participa- rante el MS onjunta organizada por la galerfa Thann- fan en una muestra ¢ user, mostrando pinturas realizadas entre 1907 y 1909, y rien ese mismo af, junto a Le Fauconnier, en Ja 2 Exposi- jn dela Nueva Asociacion de Artistas. Mis sintomitica, si cabe, fue Ie inconporacion de R. Delaunay, al lado de Kandinsky, A. Macke y E Marc, con I lar), La ciudad n.°2 (1910, Paris, Centre G. Pompidou) y La torre (1911, antigua coleccién B, Koehler, destruida en 1945) [1 a la primera exposicién de Bl Jinete ‘Azul en la galeria ravo abierta desde el 18 de noviembre de las pinturas sobre Saint-Séverin n.° 1 (1909, col. partic ‘Thannhauser, que est jor alt de enero del afo siguiente. Asimismo, en Ia segunda ex- posicién del grupo, celebrada de febrero a abril de 1912, partici- paran Braque, Picasso y R. de la Fresnaye. Como corrobora la relevancia otorgada a La torre Eifel en 4 rgano de El Jinete Azul, este motivo, asumido como «cubis- ino prismiticos, deviene simbolo de la fe en el futuro y ejerce una acusada influencia sobre los diferentes grupos del arte alemin orientindolos hacia un expresionismo prismitico-cristalino o al cubo-futurista, En Der Sturm, bastaria mencionar el cambio ex- 4715. L. Meidner, ba casa de La esquina, 1913, 16, W. Kandinsky, Todos los Santos 1, Pintura sobre cristal, perimentado hacia 1913 por E. Heckel en una pintura t: Parente como Dia cristalino (1913, Staats Munich), En ella sintoniz: Marc, con el sentir de la an trans- galerie Moderner Kunst, acon las. visione paradisiacas de luz y la salvacién, con una armonia eds mica en la que el hombre, el agua, la tierra y el cielo se hasta confundirse: un desnudo femenino, fusionan casi tallado a cincel, queda impregnado por el azul acuoso y celeste, el verde de la flo. tay el amarillo-ocre de las rocas al borde del lago, mientras que el conjunto se halla tamizado por las transparencias de unas for- ‘mas prismaticas y cristalinas que se reflejan en las Iimpidas y sosegadas aguas. De un modo mis dramatico, Ludwig Meidner, fomando como motivo La casa de la esquina (1913, Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid) [15], plasma una vision prisméti- 48