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2007-2010
José Ignacio Ponce López.1
Integrante del Colectivo
Estudiantes Movilizados (E.M.)
Todo este proceso se abre con las crisis orgánica de la U de Valpo el 2007. Sin
embargo, desde años antes se venían desarrollando las tendencias de largo plazo que lo
larvaron. Las condiciones materiales de la UV se venían precarizando -al igual que el
conjunto de todas las universidades públicas- por la política de separación del Estado de sus
Universidades, fortaleciendo el autofinanciamiento de ellas. Así, las Universidades
quedaron dependientes de la capacidad de pago de sus estudiantes, lo que en el caso de la
UV, fue equivalente a la vulnerabilidad económica de un gran porcentaje de estudiantes
provenientes de los tres quintiles más pobres. En esta lógica, la única vía para darle una
fatigada vida a las Universidades públicas se basa en un incremento indiscriminado de los
1
Estudiante tesista de la Carrera de Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales. Participante del C.EE. de esa
carrera en el período de fines del 2007 a fines del 2008. Integrante del Colectivo Estudiantes Movilizados
desde finales del 2007. Participante en todo el proceso de movilización desde el 2007 hasta hoy.
aranceles y en un alto grado de eficiencia de los recursos para poder desarrollarse,
cuestiones que tienen serios obstáculos reales.
Por otro lado, se articuló un equilibrio de poder interno feudal. Los espacios de
decisión de la Universidad se basaban en una serie de deberes entre el señor feudal en la
cima (el rector) y sus vasallos (administración central y decanos), pero cada cuál se dejaba
libre albedrío en sus pequeños feudos. En este marco, tanto el rector tenía su castillo (la
administración central) donde reinaba, como los otros señores lo hacían en sus feudos (las
facultades), teniendo cada uno capacidad de maniobra autónoma para satisfacer sus
intereses. De esta manera, el Rector tenía grandes potestades en las decisiones de orden
central y generales de la UV, pero debía ser cuidadoso en no pasar a llevar los intereses de
decanos y académicos.
Para satisfacer dichos intereses en el corto y largo plazo, se implementó una política
altamente expansiva (ampliación de las matrículas de las carreras y apertura de campus),
con una creciente deuda crediticia de la Universidad con el soporte de un alza de aranceles.
Estos últimos al no poder ser pagados por los estudiantes generó un círculo vicioso de
endeudamiento progresivo de la UV.
Sin perjuicio de ello, estos elementos no eran suficientes para el estallido de la crisis
orgánica. Hasta abril del 2007 todo parecía seguir un curso tradicional, más aún el Rector
Juan Riquelme había sido reelecto con alrededor de un 80% de la adhesión entre los
académicos con derecho a voto. Ahora bien, lo que entró en crisis en mayo del 2007 fue el
conformismo de que la universidad funcionaba correctamente. El cierre arbitrario de la
Universidad para el 21 de Mayo desató el descontento acumulado por el alza de aranceles
indiscriminado, la precaria infraestructura, arbitrariedades académicas, apertura de campus
sin sentido, asignaciones elevadas a los académicos con derecho a voto, etc. Eso fue lo que
develó el carácter descompuesto de la UV sobre las cuales se desarrolló la crisis y la batalla
política.
Las tendencias antes enunciadas articuladas (crisis de financiamiento, estructura de
poder despótica y visión del mal funcionamiento de la UV) fueron acompañadas de un
elemento que le dio dinamismo a la lucha estudiantil: la conducción política. Hasta el 2006
la FeUV estaba inmersa en una crisis orgánica y participativa, que trajo que ese año se
conformara una mesa interina. La conformación de esta por un representante de cada una
de las nueve facultades, hizo que todas las agrupaciones incidentes entre los estudiantes
participaran en la conducción de la organización, dándose un equilibrio y control del poder
entre ellas. Esto se vio reforzado con el traslado del poder de la Mesa Ejecutiva de la FeUV
al Consejo de Presidentes, donde todos los Centros de Estudiantes comenzaron a participar
activamente al calor de las movilizaciones. Asimismo, cada fuerza se percibió como
conductora del proceso en su momento inicial, aunque esto carecía de todo fundamento real
-como veremos más adelante. La estructuración de un petitorio amplio y convocante, con
temas de corto y largo plazo, era la manifestación de ese fenómeno, lo que se consolidaba
con la defensa irrestricta de todas las fuerzas políticas. Por ello, todas las fuerzas se
embarcaron en la empresa de desatar un conflicto contra la rectoría para dar solución al
petitorio. Ahora bien, el desarrollo de los acontecimientos demostrará que no todos le
podían dar la conducción al proceso desatado.
Estos fueron los aspectos sobre los que se desarrollo el movimiento estudiantil al
interior de la UV en el 2007. El elemento central que decidirá a favor de quien se resolvió
la crisis fue la capacidad de cohesión y unidad de las distintas estrategias que se fueron
desarrollando al calor del conflicto.
Sin embargo, el movimiento estudiantil había sufrido dos fenómenos que salían de
los parámetros tradicionales por los que se había movido y que bloqueaban la estrategia del
Rector. Por un lado, su conducción política se había trasladado desde la Mesa Ejecutiva de
la FeUV al Consejo de Presidentes, en el cual se articulaban todos los Centros de
Estudiantes de la Universidad. Esto alejo la conducción de las garras del rector,
impidiéndole el diálogo directo con el Consejo de Presidentes. Aún más, este proceso de
democratización de las decisiones estudiantiles, provocó que dada la legitimidad que iba
alcanzando al calor de la movilización la hegemonía del Consejo de Presidentes la tomará
el eje conformado por las Facultades de Humanidades y Arquitectura. Entre ambas se
desarrolló una división complementaria del trabajo, la primera se encargo de trazar e
implementar el plan estratégico que buscaba darle una salida política al conflicto, mientras
que la segunda le daba un giro a las formas de movilizaciones y de impacto de estas. Así
ambos espacios, le entregaban un dinamismo dirigido a la movilización estudiantil, que
impedía la estrategia de desgaste a la que apuntaba la rectoría. Todo ello, dejaba a
Riquelme sin la posibilidad de quebrar el movimiento desde dentro.
A su vez las otras fuerzas al interior del movimiento estudiantil, si bien en un primer
momento fueron motor de la movilización, la incapacidad de diseñar una estrategia política
que diera respuesta a la crisis las condujo a una disyuntiva: o sumaban a lo que hacía el eje
Humanidades-Arquitectura o a la estrategia de la rectoría. Las dudas hicieron tanto a
comunistas como concertacionistas que oscilaran entre ambas. En determinados momentos
trataron de conducir el proceso dándole un golpe de timón al eje Humanidades-Arquitectura
tratando de bajar la movilización, lo que retractaron producto del auge creciente que
adquiría el movimiento, evitando parecer fuerzas reaccionarias. Pero finalmente sus dudas
hicieron que se plegaran de facto al nuevo Eje conductor. Lo único que pudieron hacer fue
atrincherarse en las facultades de Derecho, Facea y Medicina, con el objeto de mantener
algún grado de incidencia en el proceso.
El segundo ciclo se dio en un nuevo contexto de choque de fuerzas. Por un lado, las
fuerzas estudiantiles y, por otro, la nueva conducción de los Decanos y Académicos bajo el
tutelaje de Aldo Valle y Ramiro Villar. Ahora el conflicto se expresará generalmente en
causes institucionales por medio del Consejo Académico Ampliado –órgano de
participación y decisión triestamental. El primer choque de fuerzas fue la designación del
Pro-rector quien llenaría el vacío de poder dejado por Riquelme, finalmente las fuerzas de
Valle pondrían a Patricia Acuña en el cargo, en desmedro del candidato estudiantil
Leonardo Jeffs.
Pero la gran batalla de esta etapa, se libro en 2008 por la elección del nuevo Rector.
Este fue el último hecho fuera de la “institucionalidad consensuada”. El nuevo año, se
iniciaba con la dirección estudiantil fáctica de la crisis del 2007 devenida en oficial, la mesa
ejecutiva de la FEUV era ocupada por la coordinadora de Estudiante Movilizados. Este
grupo estaba compuesto por el eje Arquitectura-Humanidades. Ellos habían trazado como
objetivo central que los estudiantes y funcionarios participaran en la elección del nuevo
Rector, dándole un carácter triestamental. La finalidad buscada por estos, era la
profundización de la democracia interna de la UV y la irradiación de los logros del
movimiento estudiantil a una dimensión nacional.
Si bien los estudiantes presionaron, a tal punto que la elección estuvo apunto de ser
pospuesta por la petición de los demás candidatos participantes, el círculo de poder
comandado por Valle, Villar y Cía. no dejaron pasar la oportunidad de ocupar la rectoría
finalmente. Con una sutil táctica en donde dejaban discursivamente todo en manos de la
voluntad de los mecanismos “democráticos” de la elección, pudieron asaltar la rectoría con
una mínima votación de la cantidad general de académicos. Eran ellos que desde el verano
del 2008 habían trazado la estrategia y atado todos los cabos sueltos que le permitirían
llegar al poder. Aunque si bien los estudiantes los acorralaron, la división misma en el seno
de estos, imposibilitaron generar una marea más alta que bloqueara la elección. Así, Aldo
Valle con una minúscula parte de los académicos de la UV era ungido como el nuevo
Rector de ella, con lo que el nuevo círculo de poder tomó su lugar legalmente.
Ahora la correlación de fuerzas estaba a favor de Valle y Cía. ante lo que la bola de
nieve comenzaba a aplastar a los estudiantes. Por ello, estos últimos buscaron darle salida al
resto de los elementos del petitorio: una respuestas al plan de normalización de la UV que
no afectara de sobremanera los intereses estudiantiles. Si bien se lograron avances en estos
aspectos, tanto democratizadores y materiales para los estudiantiles, no se puede negar que
ese años se constituyó en una derrota del movimiento, ya que frenó su impulsó y, aún más,
la dotó de un enorme desgaste difícil de ocultar para el año siguiente.
Lo que esbozamos anteriormente de manera breve, podría ser la primera etapa del
segundo ciclo de lucha. Por lo mismo existe una segunda fase que, creemos se extiende
hasta el presente, que es una fase de estabilización e institucionalización del conflicto y de
las distintas posiciones. Cada una se encuentra en un período de latencia y acumulación de
fuerza para enfrentar el momento clave de la definición de los EE.OO de la UV.
Por otro lado, a nivel estudiantil se ha dado una reconfiguración interna mucho más
dinámica. Acá, cabe puntualizar una serie de factores más estructurales que se manifestaron
el 2009:
1) El desgaste de la movilizaciones del 2007 y 2008, frenando cualquier tipo de
movilización extensa demasiado arriesgada y sin argumentos sentidos por los
estudiantes.
2) El recambio generacional que se produjo el 2008 y 2009 que no tenía la
experiencia universitaria de los estudiantes que protagonizar la movilización del
2007. Estos habían vivido el período más oscuro de la UV, que progresivamente
precarizaba las condiciones infraestructurales y en bajo un enorme
autoritarismo. En cambio la nueva generación sólo había conocido un periodo de
estabilización de la UV.
3) La institucionalización del conflicto trajo consigo una cultura política que
respeta los mecanismos triestamentales de decisión. Lo que barniza de un
carácter democrático el nuevo contexto de la UV.
Otro elemento que cabe destacar, es que el 2009 se articularon las dos posiciones
contrapuestas que se debatirán en el marco de los EEOO durante el 2010. Al interior de las
comisiones institucionalizadas aparecieron las propuestas de EEOO de los académicos de
Derecho y de los estudiantes. Por un lado, la primera busca recomponer la forma de
dominación institucional vigente en la legalidad, mostrando el carácter marcadamente
contra-reformista de este grupo. Por otro, los estudiantes buscan profundizar los aspectos
democráticos existentes de facto en la UV e institucionalizarlos. Sin embargo, el grupo
hegemónico comandado por Valle no ha tomado posición con respecto a esto, dado su
carácter marcadamente oscilante y oportunista.
Así, la lucha es nuevamente a dos bandos, pareciendo ser que para donde se
equilibre el puente articulador comandado por Valle, Villar y Cía.-y a todos a quienes
influye hacia “abajo” en la cadena jerárquica de la UV-, será el determinante de quien gane
esta batalla. Por ello, luego de tres años de arduas luchas, las cartas parecen estar en la
mesa, ahora cabe analizarlas y sacar una conclusión de ellas, teniendo una pregunta
transversalmente clave: ¿Qué hacer para profundizar la democratización en la UV?. Esa
debe ser la gran definición política al interior del Estudiantado de la UV hoy en día.
Una posición más avanzada que estas, es a la cual adscribimos. Esta busca
profundizar la democratización de la UV en lo práctico y en lo estatutario. Por un lado, se
pretende impulsar una serie de acciones que sigan materializando la democratización de la
Valpo, estableciendo mecanismos de participación triestamental en la designación de
autoridades unipersonales y órganos colegiados de participación desde las unidades
académicas básicas que se mantengan en el tiempo. Siendo demostración de la necesidad de
la democratización como en escollos a derribar por las fuerzas contra-reformistas.
Por otro, busca levantar una propuesta alternativa que establezca la democratización
de la UV en los EEOO. Esta debe pretender superar la “democracia” amorfa existente en la
Valpo, estableciendo la existencia de órganos colegiados en toda la universidad, la elección
de las autoridades unipersonales triestamentalmente, una estructura orgánica que esboce un
proyecto estratégico de la UV, además de reivindicar su financiamiento estatal. Esta se
debe hacer incentivando la unidad con la mayor cantidad de fuerzas proclives a estos
elementos, planteándose como una postura de la comunidad de la Valpo. Trabajar con la
mayoría de los académicos críticos al manejo de Valle y de los funcionarios que se han
visto precarizados en los últimos años, pero que además compartan la necesidad de una
Universidad cada vez más Democrática y realmente Estatal, deben ser la tarea central para
esta posición. Conjuntamente a ello, los estudiantes deben hacer gala de una actitud cada
vez más pujante y activa, que les permita concientizarse a si mismos y a los demás
estamentos, de la necesidad de más Democracia Triestamental y financiamiento estatal en
la UV.
En ese marco cobra aún, más vitalidad la necesidad de presentar una propuesta que
avance en la Democratización de la UV y en su transformación de ella en una verdadera
Universidad Pública. Por ello, todo dependerá del rol protagónico que puedan asumir las
fuerzas que apoyen esta postura en el referéndum, así creemos que el “realismo político”
ultra-pragmático que busca sacar buenos dividendo para una elección de FeUV, debe
quedar para otros momentos. Además, que el excluirse de este debate, sólo nos restará de
una discusión que se hará si participamos o no. Por ello, la tarea de las tareas es asumir las
banderas de la Democratización de la UV, que avance en una reforma Universitaria que
pueda irradiar hacia todo Chile, tal como sucediera en 1967 con Universidad Católica de
Valparaíso.