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Entre las mltiples acciones que pueden realizarse para ello, la observacin del
trabajo docente juega un papel de primer orden, pues permite caracterizar su
desempeo y por lo tanto propicia su desarrollo futuro al propio tiempo que
constituye una va fundamental para su atencin y estimulacin.
Por la funcin social que realizan los educadores estn sometidos constantemente
a una valoracin por todos los que reciben directa o indirectamente sus servicios.
Estas valoraciones y opiniones que se producen de forma espontnea sobre su
comportamiento o competencia, e independientemente de la voluntad de los
distintos factores que intervienen en el sistema escolar, pueden dar lugar a
situaciones de ambigedad, a contradicciones, a un alto nivel de subjetivismo y, en
ocasiones, pueden ser causa de decisiones inadecuadas y de insatisfaccin y
desmotivacin de los docentes.
Por esa razn se hace necesario un sistema que implique la observacin realizando
un proceso justo y racional y que permita valorar su desempeo con objetividad,
profundidad, e imparcialidad.
Para ello habr de considerarse tres interrogantes iniciales para llevar a cabo esa
actividad:
Para qu observar?
Qu observar?
Cmo?
Acerca de las inquietudes que suele despertar un proceso de este tipo los
profesores, en principio, se resisten a ser observados. Un planteamiento
apresurado, acompaado de un estado de desinformacin o una informacin
sesgada pueden disparar las especulaciones, creencias y suposiciones errneas,
interesadas o malintencionadas y provocar una oleada de protestas y resistencia
activa, tanto de ellos como sus organizaciones sindicales y profesionales, que
truncarn toda posibilidad de procesos tiles para la mejora.