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Seminario Teológico Presbiteriano

Rev. José Manuel Ibáñez Guzmán


Santiago, Noviembre de 2008

Bautismo Infantil
Monografía

Autor: L. César Pino C.

Trabajo correspondiente al
ramo Teología Sistemática
impartido por el
Rev. João Petreceli da Silva

0
Índice

Introducción____________________________________________________________ 2

Capítulo 1: La Historia de la Doctrina del Bautismo_____________________________ 3

Capítulo 2: El Pacto______________________________________________________ 7

Capítulo 3: Bautismo Infantil_______________________________________________ 15

Conclusión_____________________________________________________________ 20

Bibliografía____________________________________________________________ 21

1
Introducción
¿Es correcto a la luz de las escrituras el bautizar a los niños? Esta pregunta es la que
irrumpe desde muchas visiones doctrinales y muchas denominaciones, incluyendo a la
Iglesia Católica Apostólica Romana, para consultar acerca de la validez de la aplicación de
aquel sacramento a los niños. Esto debido a que la comprensión del significado de este
sacramento, el qué es bautizar. Esto funda diferentes posturas que se han expresado de
diferentes maneras a lo largo de la historia, trayendo con esto diferentes interpretaciones
acerca de la realidad de este sacramento. Salvífico o no, necesariamente consciente, con
una fe previa, espiritual o sólo simbólico son algunas de las posturas que existen y se
afirman con respecto no sólo al bautismo infantil, sino al bautismo como tal. Y el objetivo
de este trabajo es determinar, a la luz de las escrituras, el rol de los niños dentro del
bautismo y el significado de éste para los niños, para concluir si es coherente y
correspondiente con lo que la palabra revelada nos dice.

Para lograr esto, según el autor, se debe ir a la fuente, el principio, la base bíblica –
histórica del bautismo, su origen, contexto en el cual se desarrolla, significado y
características para determinar su relación con sacramentos similares – entiéndase
Circuncisión, Santa Cena y Pascua – su lugar dentro de la doctrina del Pacto y su
significado para el Señor. Lo que dijeron Cristo, Pablo y lo que plantean las confesiones de
nuestra iglesia y de las demás iglesias reformadas. Todos estos aspectos serán de vital
ayuda y determinantes para concluir acerca de este aspecto, dogmático dentro de muchas
iglesias pero aún en discusión.

Y tocando ese último punto, en eso radica la necesidad de hablar respecto a este
tema, la compleja situación dogmática en cuanto a determinar rangos de edades, realidades,
visiones, pensamientos que glorifiquen a Dios, que sean netamente escriturales y que
hablen de una fidelidad y humildad de las iglesias para con la Biblia y para con Dios.

2
Capítulo 1: La Historia de la Doctrina del
Bautismo

3
El concepto de Bautismo no es una palabra que aparezca en la historia muy
posteriormente, sino que desde la iglesia primitiva estaba presente como un rito de
iniciación para los cristianos. Este posteriormente se fue desarrollando hasta llegar a ser el
concepto casi netamente cristiano que tenemos hoy, diferente de los demás ritos de
iniciación. Hay por lo tanto una evolución tanto en el sentido de la palabra Bautismo como
en el concepto que trae tras de ella para formar la idea actual.

En la historia del Cristianismo, se puede observar que el concepto de bautismo


como tal ya estaba presente en el común del pueblo del Nuevo Testamento. Citando el
evangelio de Mateo, encontramos en el capítulo 3, verso 1 lo siguiente:

“Cuando confesaban sus pecados, él los bautizaba en el río Jordán.”

Este texto, claramente da cuenta de que el concepto de bautismo era reconocido y


asimilado por el pueblo. De esta manera se observa que la inserción de este rito dentro de la
cultura judía viene de más atrás. Esto lleva a concluir que el Bautismo no es un rito original
de los judíos, sino que fue practicado por otras culturas milenarias que tuvieron influencia
sobre el pueblo escogido. Entre estos se encuentran principalmente los egipcios y los
babilónicos.

En Egipto este rito era parte de la iniciación en el culto de Isis, donde el iniciado
confesaba sus pecados delante de otros devotos para posteriormente ser bautizado en la
creencia que el baño ritual lo purificaba de sus faltas y lo enrolaba en las filas de la diosa
salvadora. Por su parte, en Babilonia se celebraba el año nuevo en el equinoccio 1 de la
primavera, donde se realizaba una fiesta llamada “Akitu”, en la cual se ofrecían entre otras
cosas sacrificios y purificaciones por medio de agua a su dios Marduk. Esto es sólo por
citar dos casos particulares, que se repetían a lo largo del año y durante sus cultos. De esta
manera al acontecer el histórico periodo del cautiverio de Egipto (Éxodo 1 – 14) y el
cautiverio Babilónico (2ª Crónicas 36) los que duraron cerca de 500 y 50 años
respectivamente. Durante este periodo probablemente hubo mestizaje entre autóctonos y
judíos, además de una aculturización de los segundos, lo que derivó en el comienzo del uso
de este ritual, en un principio pagano. De ahí que no se mencione en el Antiguo Testamento
como rito ministrado por los levitas o instaurado por Dios (pues no lo fue hasta que lo
instauró Cristo). Por lo tanto este concepto y ritual fue tomado por los judíos de otras
culturas que ya lo utilizaban. De hecho en nuestros días hay sectas que utilizan el bautismo
como símbolo ya sea de iniciación, debido a la influencia del cristianismo o como
purificación, debido a la influencia de otras culturas.

1
Se denomina equinoccio al momento del año en que los días son iguales a las noches, ocurre 2 veces por año
y es cuando ambos polos de la tierra están a igual distancia del sol.

4
De esta manera en la época de Juan y de Cristo ya era comprendido como parte de
la cultura el bautismo. Posteriormente fue instaurado por Cristo como el sacramento de
iniciación del cristianismo (detallado más adelante) lo que observa en Mateo 26.19:

“Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre
del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”

Ante esto y como era de esperarse, la Iglesia primitiva seguirá el mandato de Cristo
tomando este rito como señal de iniciación en el cristianismo para los nuevos discípulos
pasando a tomar el lugar de la circuncisión teniendo este concepto por un largo periodo que
comenzaría a cambiar en la patrística con la interpretación, incluso, salvífica de este
sacramento. Había aspectos como la validez del bautismo administrado por los herejes y
algunos como Tertuliano lo consideraron un mero trámite. En esta época también comienza
la discusión en cuanto al rol de los niños en el Bautismo tomando diferentes posturas los
padres de la Iglesia. Según Les Thompson, fundador y presidente de LOGOI los padres de
la iglesia tenían diferentes posturas con respecto a este punto2. Entre ellos Policarpo,
Ireneo, Hipólito y Cipriano estarían a favor y Tertuliano junto con Orígenes detractores.

Posteriormente, con los postulados de Agustín, quien estuvo a favor de la doctrina


del bautismo infantil, se comenzó a considerar como quizá mágico y a afirmarse que en los
niños era salvífico, por lo tanto quien fue bautizado estaba perdido, lo que disminuyó la
característica subjetiva de la doctrina. La doctrina católico-romana de que anulaba la culpa
del pecado original y todos los cometidos hasta el momento de este ganó terreno. Esto
postulaba 4 puntos:

a. Pone una marca imborrable de pertenencia del bautizado a la Iglesia.


b. Libra de la culpa del pecado original y los demás, dando libertad al hombre del
castigo eterno.
c. Opera una renovación espiritual por medio de una gracia santificante y las
virtudes de la fe, la esperanza y el amor.
d. Incorpora al bautizado dentro de la comunión de los santos y dentro de la iglesia
visible.

Esta doctrina fue la que dominó y se propagó por todo el periodo de la edad media
hasta la Reforma Protestante en el siglo XVI. Esto porque Lutero establece un cambio en la
comprensión del Bautismo, debido a que plantea la necesidad de la fe del creyente para su
efecto y dejó ver la idea de la gracia preveniente de Dios que hace que la fe opere en el
niño. Algunos incluso plantearon la idea de la existencia de fe en el niño. Posteriormente
Lutero afirmó que los niños son hijos del Pacto y por lo tanto son parte es la fe de los
padres la que valoriza el bautismo de ellos.

2
THOMPSON Les, El Bautismo y su Historia

5
Ya en nuestros días, en algunos círculos socinianos, anabaptistas y racionalistas se
considera como simplemente una confesión y profesión pública de la fe. Por su parte la
Iglesia Católica Apostólica Romana ha continuado con el concepto bautismal del
Medioevo, planteando la necesidad de este para vivir según la fe de la iglesia. Su necesidad
es básica no sólo para la salvación sino también para los otros sacramentos y debe ser
administrado a los niños para que estos sean salvos. Según el Catecismo de la iglesia
Católica, segunda parte, segunda sección, capítulo primero, artículo 1:

“El santo Bautismo es el fundamento de toda la vida cristiana, el pórtico de la vida en el


espíritu ("vitae spiritualis ianua") y la puerta que abre el acceso a los otros sacramentos.
Por el Bautismo somos liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios, llegamos
a ser miembros de Cristo y somos incorporados a la Iglesia y hechos partícipes de su
misión”

Este párrafo afirma la fe de la Iglesia y la necesidad fundamental de este sacramento


para la teología de la ICAR, dejando de lado la visión bíblica.

Por su parte, y pesar de que debiese ser un tema establecido, en las iglesias
protestantes aún no hay una unión en el pensamiento del significado del Bautismo
continuando con algunas divergencias planteadas ya sea en la patrística, la reforma o algún
otro periodo con respecto a la doctrina en general y a la doctrina en los niños, sobre todo en
estos últimos.

6
Capítulo II: El Pacto

7
1. El Pacto de Dios con el Hombre

La doctrina del Pacto es fundamental para comprender lo que significa el Bautismo


como sacramento, por lo tanto el estudio de esta temática comenzará con el estudio del
Pacto y sus características para establecer el lugar del bautismo y con eso sus características
y a quién debe ser aplicado.

Para determinar lo que significa el Pacto debemos delimitar el concepto de este.


Según la RAE Pacto es:

Concierto o tratado entre dos o más partes que se comprometen a cumplir lo estipulado.

Y este es justamente el sentido que tiene el Pacto Bíblico de Dios con el Hombre.
Sin embargo se hace necesario determinar una división dentro de la doctrina del Pacto que
es la del el Pacto de Obras y el Pacto de Gracia. El primero fue el establecido por Dios con
el hombre al crearlo, crear a la mujer y ponerlo en el huerto para que cuidase la tierra y la
llenase:

[Dios] le dio este mandato: «Puedes comer de todos los árboles del jardín, pero del árbol
del conocimiento del bien y del mal no deberás comer. El día que de él comas,
ciertamente morirás. Génesis 2.16-17

En este pasaje Dios pone un Pacto entre él y el hombre que debía ser cumplido por
los dos, el que sin embargo fue rechazado por el hombre y roto al pecar y comer del fruto
junto a su mujer (Gn. 3.6) En ese momento ese Pacto quedó abolido.

Por su parte, posterior a la caída del hombre, Dios lo condenó a la muerte espiritual,
lo que significa el estar separado de Dios, su creador, por cuanto éste no puede tolerar el
pecado, aunque sin embargo, en ese mismo instante Dios funda el que será llamado el Pacto
de Gracia (para algunos el Pacto de redención) en Génesis 3.15:

Pondré enemistad entre tú y la mujer, y entre tu simiente y la de ella; su simiente te


aplastará la cabeza, pero tú le morderás el talón.

En este preciso instante Dios establece la condenación para el hombre y su futura


redención del pecado que lo alejaba de su Creador y se transformaba en una dolorosa
existencia, con una voluntad vuelta hacia el mal (Rom. 1.21), lo que desencadena una serie
de comportamientos abominables a los ojos de Dios (Rom. 1.26-32) y lo peor de todo
muerte espiritual y una vida totalmente alejada de la fuente de la vida que es Dios (Rom.
3.23; 6.23a). Este Pacto tiene diferentes características que de serán tratadas a continuación.

8
1.1 Contenido del Pacto

Ya ha sido tratado el punto de que las partes contratantes de este Pacto son Dios y el
hombre, representado en Adán por lo tanto se pasará directamente al contenido del Pacto. Y
este no es otro que las promesas de Dios a sus escogidos, de ser su Dios y Padre celestial,
recuperando la relación perdida por el hombre con Él en el Edén, en gran parte. Además de
las promesas de salvación y vida eterna (Rom. 10.13), bendición durante su vida en la
tierra, y posterior glorificación (Ap. 21.2-5). La restauración de la voluntad del hombre,
poniendo en él un corazón de carne (Ez. 36-26) y restaurando su voluntad hacia el bien
(Rom. 7.19), poniendo en él deseo por dejar el pecado.

1.2 Características del Pacto


1.2.1 Se funda en la sola voluntad de Dios: Dios pudo haber determinado el
condenar a toda la humanidad en Adán y aplicar sanción judicial a todos
los hombres, pero determino por el solo consejo de su voluntad el
establecer este pacto de Gracia con el Hombre.
1.2.2 Es un pacto de Gracia: Dios por su gracia establece este pacto con el
hombre, poniendo un Mediador para hacer justicia en Él y
capacitándonos a vivir de acuerdo a ese pacto.
1.2.3 Es un pacto Trinitario: Se origina en el Padre, tiene fundamento
espiritual en el Hijo y se realiza en el Espíritu Santo (1 Cor. 1.1-14)
1.2.4 Es un pacto Eterno: Dios permanece fiel a su pacto por cuanto es
esencial en Él esa fidelidad (Gn. 17.19). En la Biblia se pueden observar
como Dios continúa su pacto con Abraham (Gn. 17.1-14), Isaac (Gn.
25.11), Jacob (28.13-15), Moisés (Éx. 6.2-8), David (Sal. 105.7) y
Salomón (1 Re. 8.22-23) en el AT y María (Lc. 1.50-55) y Zacarías (Lc.
1.72) en el NT, sólo por citar algunos textos.
1.2.5 Es un pacto particular: Dios lo establece solo con sus escogidos, su
pueblo en el AT, los que hasta nuestros días continúan recibiendo las
bendiciones materiales del pacto, y en el NT los que reciben a Cristo y
son elegidos para salvación (Rom. 5.19).
1.2.6 Es un pacto único: Si bien su forma de administración cambia, el pacto
es el mismo: su autor, su contenido, sus características, su mediador y
sus contratantes son los mismos.
1.2.7 Es un pacto gratuito: al ser un pacto establecido arbitrariamente y solo
por voluntad de Dios, el hombre no tiene parte en su elección y no puede
ofrecer nada para ser parte de ella, pues su vida solo deshonra a Dios por
lo tanto es gratuito e incondicional.

9
1.3 El rol de Cristo en el Pacto:

Dentro del Pacto, sin duda en una posición esencial para la existencia de éste en su
rol de Mediador. Este es Jesucristo, segunda persona de la Trinidad, el Hijo. Su posición
mediadora lo pone en la posición Cristo de Fiador. Un fiador es alguien que se compromete
a tomar el lugar de otro en términos judiciales, cumpliendo y satisfaciendo las demandas de
la ley con respecto a ellos. En ese sentido, Cristo tomó nuestro lugar y sufrió el castigo que
debía sufrir el hombre.

Por otro lado, como Representante y Fiador de su pueblo Cristo cumplió a plenitud
con la ley, si pecar durante toda su vida. Por lo tanto su la Justicia está cubierta, la
recompensa ganada y los creyentes no necesitan cumplir con toda ley para su salvación sino
que por gracia son hechos partícipes de ella.

La vida de Cristo, desde otro punto de vista cumple dos aspectos fundamentales
para el desarrollo de la comunión de los hombres con Dios. En su rol de mediador, Cristo
primero, lleva sobre si la ira justa de Dios expiando la culpa del pecado en los hombres
escogidos y por otro lado muestra a los hombres la realidad de cómo es y debe ser su
relación con Dios, sosteniéndolos, enseñándoles a servir a Dios de forma aceptable. De esta
manera en Jesús se hace real el pacto, se hace posible y se hace posible también la
redención y perdón de los hombres, para poder restablecer la vida a los pies de Dios, siendo
llamados hijos.

2. El Pacto y sus signos

Dios, al fijar de forma concreta su pacto con Abraham, determinó un signo visible,
un rito el cual sería la señal visible de la alianza que había hecho Dios con el hombre. En el
texto de Génesis 17, del versículo 10 al 14:

Y éste es el pacto que establezco contigo y con tu descendencia, y que todos deberán
cumplir: Todos los varones entre ustedes deberán ser circuncidados. Circuncidarán la
carne de su prepucio, y ésa será la señal del pacto entre nosotros. Todos los varones de
cada generación deberán ser circuncidados a los ocho días de nacidos, tanto los niños
nacidos en casa como los que hayan sido comprados por dinero a un extranjero y que, por
lo tanto, no sean de la estirpe de ustedes. Todos sin excepción, tanto el nacido en casa
como el que haya sido comprado por dinero, deberán ser circuncidados. De esta manera
mi pacto quedará como una marca indeleble en la carne de ustedes, como un pacto
perpetuo. Pero el varón incircunciso, al que no se le haya cortado la carne del prepucio,
será eliminado de su pueblo por quebrantar mi pacto.

En este texto, Dios establece su señal visible, que hará la diferencia entre los que
pertenecen y no pertenecen a su pacto y toma para sí a un pueblo, pues antes (versículo 2)
prometió a Abraham multiplicar su descendencia en gran manera. Cabe recalcar que el
hecho de que los hombres que vivieron antes de Abraham no fuesen circuncidados no

10
presenta un agravante para ellos por cuanto Dios no había establecido esa señal visible con
en aquel tiempo, aunque sí la salvación. Y es esta señal, esta circuncisión, la que será la
marca de los que están en el pacto, del pueblo adquirido por Dios para ser llamado su
pueblo. En este rito participaban no solamente los padres, sino todos los hombres según
dice la Escritura “tanto los niños nacidos en casa como los que hayan sido comprados por
dinero a un extranjero”. Se entiende que por una realidad cultural y fisiológica, las mujeres
quedan excluidas de este rito, mas no del pacto por cuanto son llamadas pueblo, junto con
los hombres.

El hecho de que este sacramento sea un rito de inicialización, que hace parte al
circuncidado de las bendiciones de estar en el pacto, las cuales eran espirituales como
materiales (Gn. 17.8), lo hace necesario de administrar a los niños para su inclusión en lo
ya mencionado. Esto, además de ser un mandato establecido explícitamente por Dios. De
esta manera, los niños formaban parte del pacto por la fe de sus padres y recibían estas
bendiciones por la misma.

Sin embargo y debido a la progresividad de la Revelación de Dios para con


nosotros, posteriormente se hallará otra señal visible, otro rito que debe conmemorarse y
que es establecido cuando Israel, ya como pueblo, cerca de 750 años después. Esta será la
Pascua.

La Pascua, históricamente aparece hacia el año 1250 a.C. y es determinada por


Dios, quien le da como mandato a Moisés y Aarón el comer un cordero y pintar el dintel de
sus casas pues era la noche en que Dios mataría a los primogénitos de los egipcios (Éx. 12).
Sin embargo Dios manda explícitamente que esto no solo sería esta vez sino que establece
esta fiesta de la Pascua como perpetua para el pueblo, la cual se realizaba todos los años
conmemorando cuando el Jehová los sacó del cautiverio egipcio para llevarles a la libertad.
De esta manera queda establecido el segundo sacramento y el último del Antiguo
testamento. Vale decir que los niños están explícitamente incluidos por Dios en este
sacramento pues en Éxodo 12, versículos 26 y 27, Jehová los menciona explícitamente
dando a entender su parte y rol dentro de este sacramento, lo que reafirma coherentemente
el hecho de que los niños están incluidos en el pacto.

Estos ritos que Dios establece con su pueblo tienen, la circuncisión un sentido de
inicialización, pues es realizada una sola vez y cuando un bebé está recién nacido (8 días) o
cuando un hombre entra en el pueblo de Dios y pasa a ser un judío por medio de la
circuncisión. El segundo, la Pascua, era la conmemoración y alimentación de lo que el
Señor hizo por su pueblo cuando los salvó del cautiverio y de la muerte, siendo este
cautiverio un tipo de Cristo. Sin embargo, estos serán reemplazados posteriormente por el
Bautismo y la Santa Cena, respectivamente. Su relación y similitud serán estudiadas
posteriormente.

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3. La realidad de los Sacramentos del Pacto

Por conveniencia, se asumirá que el Bautismo es el correcto reemplazo de la


circuncisión y que la Santa Cena es el correcto reemplazo de la Pascua, argumentando es
este párrafo que fueron instituidos por Cristo mismo, lo que les da autoridad (reiterando que
será tratado posteriormente). Según Pierre Marcel “Existe unanimidad en reconocer que, en
la economía neotestamentaria, el Bautismo y la Cena son sacramentos” 3, los cuales poseen
ciertas características: estas son (a) que como ya se mencionó son instituidos por Cristo, (b)
su uso es perpetuo, (c) ambos son signos y (d) sellos.

Con respecto a los dos últimos puntos, que sean signos hace referencia a que
representan ciertos aspectos: el Bautismo representa, figura y significa purificación; la Cena
por su parte, el alimento espiritual. Estos son visibles, pero su significado y representación
es invisible. Por otro lado el que sean sellos, apunta a la idea de que sirven para confirmar y
fortalecer la fe. De hecho Cristo mismo llevó el sello de Dios, mostrando su autenticidad,
protegiéndolo de la duda. De la misma manera acontece con los sacramentos. En la
circuncisión hay una confirmación de que Abraham ha obtenido justicia por la fe.

Además de esto encontramos que los sacramentos tienen relación con la palabra en
que en ambos el contenido es Cristo, pues la Escritura muestra todas las promesas de Dios
para con su pueblo las cuales se cumplen en Jesucristo y pueden ser cumplidas en el
hombre por medio de Cristo mismo. Por su parte, el Bautismo y la santa Cena son signos y
sellos de la gracia que opera en el hombre, de la fe, la conversión, todas las cuales vienen
por medio de Cristo, por lo cual su contenido final es Cristo. Por otro lado se puede afirmar
que ambos son medios de Gracia debido que aumentan fortalecen la obra de Dios en el
corazón de los hombres. Esto se ve reafirmado en lo que plantea el catecismo menor de
Westminster en su pregunta 88:

¿Cuáles son los medios externos y ordinarios por los cuales Cristo nos comunica los
beneficios de la redención? R. Los medios externos_ y ordinarios por los cuales Cristo
nos comunica los beneficios de la redención, son sus ordenanzas, y especialmente, la
palabra, los sacramentos y la oración; a todos los cuales hace él eficaces para la salvación
de los elegidos. Hc. 2:41 .42.4

Y se reafirma en el hecho de que se comprende la palabra y los sacramentos, ambos


como medios de gracia utilizados por el Señor para nuestro beneficio. Por otra parte:

Los sacramentos son señales y sellos santos del pacto de gracia, instituidos directamente
por Dios, para representar a Cristo y a sus beneficios y para confirmar nuestra
participación en él, y también para establecer una distinción visible entre aquellos que
pertenecen a la iglesia y el resto del mundo, y para obligarlos solamente al servicio de
Dios en Cristo, conforme a Su Palabra.5
3
MARCEL, Pierre. El Bautismo. Pág. 29
4
Catecismo Menor de Westminster, pregunta 88.
5
Confesión de Fe de Westminster, capítulo 27, artículo I

12
Este texto reafirma lo postulado anteriormente otorgando aquella similitud entre uno
y otro.

Por otro lado la eficacia de la aplicación de los sacramentos solo es real en cuanto a
los adultos si son recibidos por fe y por lo tanto los efectos santificantes y salvífico solo
operan en el individuo, por medio del Espíritu Santo, si en el prospecto, adulto, hay una fe
pre-existente.

4. Correlación de los sacramentos pactuales del Antiguo y Nuevo Testamentos.

Como se mencionó anteriormente los sacramentos neotestamentarios no son sino el


correcto reemplazo de los sacramentos veterotestamentarios, lo que ahora se procede a
explicar. En el siguiente cuadro comparativo pasaremos a demostrar las semejanzas que
avalan que este recambio es netamente bíblico y coherente con el plan de Dios:

Sacramentos Veterotestamentarios Sacramentos Neotestamentarios

Autor Dios, por medio del Padre Dios, por medio del Hijo

Uso La Circuncisión en cuanto se


El Bautismo en cuanto se convertían y
temporal agregaban al pueblo y la Pascua
la Cena Perpetuamente (Mt. 28.19; 1
perpetuamente (Gn. 17.12-13; Éx.
Co. 11.24)
12.14)

Significad Iniciación en el Pueblo y Iniciación en el cuerpo visible y


o Conmemoración de lo que Dios hizo Conmemoración de lo que Dios hizo
por ellos por ellos

Contenido Cristo Cristo

De esta forma, se pueden observar las claras similitudes entre unos y otros, en
cuanto a estos cuatro puntos fundamentales, donde se puede afirmar que el Bautismo
reemplaza a la Circuncisión y la Santa Cena a la Pascua. Los textos de 1 Co. 10.1-4, 5.7;
Rom. 4.11; Col. 2.11 son claros ejemplos de atribuciones de uno hacia el otro. El por qué
de este cambio radica en que la necesidad de derramamiento de sangre para la purificación
ya fue cumplida y por lo tanto ni la sangre del prepucio del niño o del hombre, ni la sangre
de un animal comido con hierbas amargas son necesarias para simbolizar el sacrificio de
Cristo, pues este ya fue cumplido y consumado (Jn. 19.30). Además el hecho de que Cristo
estableciese un nuevo pacto (1 Co. 11.25) significa no una descontinuación del anterior y el
establecimiento de uno nuevo, puesto que ya se habló del pacto eterno de Dios, sino que es
una nueva dispensación, un paso más adelante en la revelación progresiva de Dios.

13
Con este estudio, se puede concluir que tanto el Bautismo como la Cena no son un
nuevo pacto diferente al ya establecido en el Edén sino los nuevos sacramentos que no
dictan que la sangre ya ha sido derramada por Cristo, quien es el único y suficiente
Salvador quedando cumplida la ira de Dios por sobre sus escogidos, de manera que la
brutalidad de los dos antiguos sacramentos y su tipo de Cristo, en especial el de la Pascua
queda abolido, comprendiendo la unidad entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, la que se
deja ver en las palabras de Juan Calvino en su Institución:

Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo ordenado para la restauración de todas las
cosas (Gál.4.4), y se manifestó aquel Reconciliador de los hombres con Dios y, derribado
el muro que por tanto tiempo había tenido encerrada la misericordia de Dios dentro de las
fronteras de Israel, fue anunciada la paz a los más alejados, igual que a los que estaban
cerca, para que reconciliados todos con Dios, formasen un solo pueblo (Ef.2,14�18). Por
ello ya no hay distinción alguna entre griego y judío (Rom. 10, 12; Gál. 3,28), entre
circuncisión e incircuncisión (Gál. 6,15) "sino que Cristo es el todo, y en todos" (Col. 3,
11), al cual le son dados por herencia las naciones, y como posesión los confines de la
tierra, para que sin distinción alguna domine desde un mar hasta el otro y desde el río
hasta los confines de la tierra (Sal. 2,8; 72,8, etc.). 6

En este texto, Calvino deja entrever la unión inseparable que hay entre los dos
testamentos, siendo ambos parte de una misma historia, pacto y salvación cuya máxima
expresión es Cristo.

6
CALVINO, Juan, Institución de la Religión Cristiana, Libro II, Capítulo XI, Punto 11.

14
Capítulo III: El Bautismo Infantil

El bautismo Infantil como doctrina, ha sufrido una serie de ataques en cuanto a su validez
bíblica y si es correcto o no llevarlo a cabo. Muchos son los teólogos que han afirmado en
contra de esta doctrina por diferentes objeciones las cuales pasaremos a detallar y
contrarrestar a la luz de las escrituras.

15
1- La primera Objeción plantea que la circuncisión, predecesora del Bautismo, era
nada más una ordenanza carnal y estaba destinada a desaparecer: esto puesto que se
observaba que en la nueva dispensación neotestamentaria hay una transición desde
el bautismo carnal al Bautismo espiritual, lo que haría que cesara la práctica del
Bautismo con agua dejando y estableciendo sólo el Bautismo del Espíritu Santo. Sin
embargo no hay base para determinar la circuncisión como solamente carnal debido
a que esta fue independiente a la ley mosaica y al haber sido abolida la ley, debía
haber continuado su vigencia, la cual caducó sólo por mandato explícito de Dios.
Berkhof dice lo siguiente en su Teología Sistemática:

A la luz de la Biblia, la posición de que el bautismo está relacionado con el


reino, más bien que con la iglesia, es completamente insostenible y es, por tanto,
judaica más bien que cristiana. Las palabras mismas de la Institución condenan
este concepto, y así lo hace también el hecho de que en el nacimiento de la
Iglesia en el Nuevo Testamento, Pedro requiriera de aquellos que iban a ser
añadidos a ella fueran bautizados [N. del A.: haciendo referencia al texto de
Hechos 2].7

2- No hay mandato explícito ni ejemplo de Bautismo Infantil en el Nuevo Testamento:


Si bien esto es cierto, no desaprueba la validez del Bautismo Infantil. Esto debido a
que en el caso de la participación de la mujer en la Cena también la el Nuevo
Testamento guarda silencio, por citar un ejemplo y sin embargo se toma a favor de
la participación de ellas lo que es completamente correcto. Esto debido a que por
cerca de veinte siglos se estuvo inicializando a los niños en el Antiguo Testamento y
en el Nuevo no se afirma que se deba cesar esta práctica, aunque si establece el
Bautismo como la nueva dispensación. Además en Hechos 2.39 se reafirma que la
promesa del pacto, del único pacto es tanto para los adultos como para los hijos de
ellos, entre los que con seguridad había más de un niño. Además no existen
mandatos de cesar el Bautismo en niños, ni que estos presente fe al bautizarse.
3- La objeción más potente planteada es la que plantea que en el bautismo se necesita
de una fe activa del prospecto, en una profesión visible y creíble. Esto es correcto a
la luz de las escrituras (Mc. 16.16; Hc. 10.44-48; 16.14) y si fuese aplicable a todos
los individuos, los niños no debiesen ser bautizados. Sin embargo este mandato es
para los adultos que se convierten cuando tienen ya uso de su razón y precisan de
esa profesión pública para ser inicializados dentro de la iglesia visible. Sin embargo,
se observa que en el Antiguo Testamento y en la antigua dispensación ya se tomaba
en cuenta este aspecto por parte del pueblo judío, pues los adultos que se unían a la
iglesia visible eran circuncidados de adultos. Sin embargo en los niños nunca se
exigió fe para ser circuncidados por cuanto el rito debía ser aplicado con fe pero de
sus padres, para que entrase en el pacto y recibiese las bendiciones de ser parte del
pueblo de Dios, por mandato explícito del Padre. Sin embargo, el enfoque de la

7
BERKHOF, Louis, Teología Sistemática, Segunda Sección, Capítulo IV, Letra F, sub-letra b

16
Iglesia primitiva es netamente misionero, más que nacional, ante lo cual se
multiplican los casos en que un nuevo converso debía ser inicializado en la iglesia
visible, por lo cual debía recibir el sacramento de la inicialización, que una vez fue
la circuncisión y ahora es el Bautismo.

De esta manera las objeciones más contundentes con respecto al Bautismo infantil
han sido respondidas. Sin embargo y para la profundización de la claridad de que el
Bautismo infantil es bíblico y necesario se expondrán los siguientes argumentos:

1- Los hijos de creyentes nacen y son parte del Pacto:

Dios establece esto soberanamente con Abraham y hace a los hijos de él herederos
de este pacto, precediendo la fe del niño (Gn. 17.7), por lo tanto éste, sin necesidad de
manifestar activamente su fe a una cierta edad está dentro de los beneficiados por este pacto
y recibe las bendiciones que le corresponden a un hijo de esta alianza. Y como se ha
demostrado que el pacto es uno, orgánico, que no cambia en su esencia, sino solamente en
sus dispensaciones, es incoherente con la Escritura colocar a los hijos de los creyentes
aparte, negándoles el rito de la inicialización en la iglesia visible, lo que fue determinado
por Dios hace ya casi 4000 años. Y he aquí el gran fundamento de por qué el Bautismo
Infantil es bíblico y coherente, porque fue establecido por Dios para la eternidad no como
dispensación, sino como mandato suyo para hacer parte de su pacto, de su iglesia visible a
sus herederos. El quitarles ese privilegio y bendición es simplemente negar que, según
afirma Cristo mismo a sus apóstoles, cuando estos impedían que los niños se acercasen a él,
el reino de los cielos es de los niños y que debemos recibirlo como ellos. Y es en ese texto
donde se observa el amor de Dios por los niños:

Empezaron a llevarle niños a Jesús para que los tocara, pero los discípulos reprendían a
quienes los llevaban. Cuando Jesús se dio cuenta, se indignó y les dijo: «Dejen que los
niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de Dios es de quienes son como
ellos. Les aseguro que el que no reciba el reino de Dios como un niño, de ninguna manera
entrará en él.» Y después de abrazarlos, los bendecía poniendo las manos sobre ellos.

Jesús muestra como en el pacto estaban ellos considerados, imponiéndoles sus


manos, sabiendo que quizá ellos no comprendían el significado de lo que hacía, pero aún
así bendiciéndolos y posteriormente hablando que de los que son como ellos es el reino de
los cielos.

Dios no exige fe de los niños para incluirlos en su pacto. Eso es algo que nunca
hizo, ni aun en los inicios del pacto y es algo acerca de lo que el nuevo testamento calla,
por lo tanto está fuera de la lógica afirmar que por el cambio de dispensación, Dios exigirá
fe de los niños para aceptarlos dentro del Pacto.

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2- El Silencio del Nuevo Testamento

Si bien entre las objeciones del Bautismo Infantil está el silencio del antiguo
testamento, este aspecto puede utilizarse a favor de ambas posturas (y con mucha más
fuerza en el caso de estar a favor de aquella doctrina), debido al peso del argumento recién
presentado. Y es este silencio el que también permite decir que el Bautismo Infantil no ha
cesado debido a que no existe un mandato explícito de Dios en ese sentido. Al establecer su
Pacto con Abraham, Dios incluyó explícita y conscientemente a los niños en el pacto, pacto
establecido de forma perpetua (Gn. 17.7), pacto que no fue cambiado por Dios durante toda
la historia de Israel e incluso en la época posterior, los días de Cristo. Por lo tanto este
silencio hace alusión a un concepto tan arraigado en la mente, en el subconsciente, en el
corazón del pueblo judío, que no necesitaba ser mencionado nuevamente para establecer el
paidobautismo. Además se observan textos y pasajes bíblicos como el del carcelero (Hc.
16.31) el gentil que bautiza Pedro (Hc. 11) y Crispo (Hc. 18) donde si bien no se
mencionan niños, está la posibilidad cierta de que si hubieran en estas casas. Y como el
requisito para ser bautizado era creer en el Señor Jesús, con certeza, al creer, estos eran
bautizados con su familia, lo que muestra que el silencio favorece a la argumentación del
bautismo infantil.

Por lo tanto y por estos argumentos, se puede concluir que el Bautismo Infantil si es
bíblico, si es necesario, y si es bendecido por el Señor. Dios estableció su pacto tanto con
adultos como niños y este no ha cambiado, por lo tanto no se puede afirmar bajo ninguna
circunstancia que el aquel bautismo deba ser abolido.

Sin embargo no se puede concluir sin abarcar ciertos puntos fundamentales para la
correcta comprensión de esta doctrina:

El Bautismo como signo y sello no representa en sí mismo la salvación de nadie: El


bautismo administrado a cualquier persona es un medio de gracia, una señal de pertenencia
a la iglesia visible, un signo de pertenencia al pacto de Dios, pero sin embargo, este no
asegura la salvación de los bautizados. Un niño que sea bautizado no es necesariamente
salvo. Y un niño que no es bautizado no es necesariamente réprobo. Por esto se ha afirmado
que el bautismo infantil es una inicialización en el pacto. El niño, al crecer deberá hacer su
profesión de fe personal que sea la marca de su salvación. El bautismo sólo asegura que el
niño reciba las bendiciones materiales de Dios y sus cuidados pero no que reciba la
salvación, debido a que eso fue determinado inquebrantablemente por Dios en el decreto
eterno y no depende de una señal externa, sino que sólo de Cristo.

La responsabilidad de los Padres en el Bautismo de niños: no se debe olvidar que en


el bautismo de los niños si hay presente fe, y esta es la fe de los padres, que comprendiendo
el significado del sacramento lo hacen parte de su hijo para que esta sea inicializado en el
cuerpo visible y reciba las bendiciones pactuales establecidas por Dios. Es su

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responsabilidad el cuidar de su hijo, enseñarlo de acuerdo a las escrituras, para que cuando
grande no se aleje de él (Pv. 22.6) y si es escogido por Dios hará su confesión e irá al cielo
al morir para ser posteriormente glorificado.

La salvación de los niños depende única y exclusivamente de Dios: no podemos


tener certeza con respecto a un niño que muere antes de hacer uso de su razón de su
salvación, mas si fe, debido a que el Señor es quien obra en el corazón de él y si es parte de
sus escogidos, la obra de la regeneración será hecha aun sin notarlo sus padres, y será salvo
aunque no nazca, pues Dios es poderoso para obrar en el bebé. Para esto basta citar el caso
de Juan el Bautista en (Lc. 1.41)

Por otro lado, las conclusiones a las que se ha llegado son coherentes con los
símbolos y confesiones de nuestra iglesia:

¿Se ha de bautizar también a los niños? Respuesta: Naturalmente, porque están


comprendidos, como los adultos, en el pacto, y pertenecen a la iglesia de Dios…“

Catecismo de Heidelberg, Pregunta 74

Por tanto, sin rechazar tan grande liberalidad del Señor, presentémosle confiadamente
nuestras criaturas, a las cuales ha dado con su promesa entrada en la compañía de
aquellos que Él ha establecido como sus familiares y domésticos, que son la Iglesia
cristiana

Institución de Calvino, Libro IV, Capítulo XVI

¿A quiénes debe administrarse el Bautismo? R. El Bautismo no debe administrarse a


ninguno de los que están fuera de la iglesia visible y por lo tanto son extraños al pacto
de la promesa si no es hasta que profesen su fe en Cristo y obediencia a él; b) pero los
niños que descienden de padres de los cuales alguno de ellos haya profesado su fe en
Cristo y su obediencia a él, por este hecho están dentro del pacto y deben ser bautizados.

Catecismo Mayor de Westminster, pregunta 166

Estos textos no hacen más que reafirmar lo que se ha expuesto en este trabajo,
demostrando que es totalmente correcto el bautizar niños.

Conclusiones

Al desarrollar este trabajo se pudo llegar a la conclusión de forma certera de que el


bautismo de niños obedece a, no una tradición eclesiástica, o a la errónea fe en que el
bautismo puede salvar, como acontece con la ICAR, sino que se pudo establecer cómo ha
obrado Dios de manera Increíblemente coherente, de acuerdo a su esencia, sin excluir a los

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hijos de sus hijos de su pacto, el cual es eterno y inmutable. Y como se mencionó en el
desarrollo, es ese el único fundamento del bautismo infantil y el argumento de más peso
que refuta todos los presentados por los anabaptistas y quienes están en contra de esta
doctrina.

Y es un pecado, el estar en contra de esta doctrina, pues contradice la unión de las


escrituras y establece una brecha entre los dos testamentos, haciendo a Dios mentiroso, y
negando su soberanía, dejando ver la posibilidad de que se interprete el bautismo como una
salvación alternativa a la única existente, que es la que nos ofrece el Señor Jesucristo quien
murió en la cruz, no solo por los adultos, sino también por los niños.

Por otra parte, esta discusión abre la puerta y deja entrever como corolario obvio
que la Santa Cena debiese ser administrada a los niños y que es una tremenda incoherencia
el permitir una y negar la otra, demostrando así que nuestra iglesia Presbiteriana de Chile
no está de acuerdo con las escrituras, sino que se ha guiado por la tradición. Pido al Señor
que sea obrando en el corazón de los líderes y ancianos de nuestra iglesia para que este
tema sea discutido y establecido como corresponde.

Bibliografía

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Literatura Reformada, Risjwijk, 1968

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