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CONCOLORCORVO EL LAZARILLO DE CIEGOS CAMINANTES DESDE BUENOS AIRES HASTA LIMA Con sus itinerarios, segan la mas puntual cbservacién, con algunas noticias utiles a los nuevos comerciantes que tratan en mulas y otras noticias. Sacado de las memorias que hizo don Antonio Carrié de la Vandera, en este dila- tado viaje y comisién que tuvo por la Corte para el arreglo de correos y estafetas, situacién y ajuste de postas, desde Montevideo. Por don Calixto Bustamante Carlos Inca, alias Concolorcorvo, natural del Cuzco, que acom- pafié al referido comisionado en dicho viaje y escribié. sus extractos. DON ALONSO CARRIO DE LA VANDERA, AUTOR DEL LAZARILLO DE CIEGOS CAMINANTES ©) Hallandose en Sevilla el marino don José de Espinosa y Tello, en e! aio 1790, recibié un oficio del capitan general de la Armada ordenandole se incorporara en Acapulco a la expedicién que las corbetas Descubierta y Atrevida levaban a cabo alrededor del mundo. Desde su salida de Cadiz nos ha dejado una relacién sobre todo de Jas tierras del interior de América, que visité (1). Al describirnos la ciudad de Montevideo hace una Iamada que transcribimos: «E! autor del Lazarillo, don Alonso Carrié, dice que en 1731 con poca diferencia dié prircipio don Bruno de Zabala a su fundacién...» (2). Tgualmente al describirnos a los «gauderios» inserta otra nota: «Noticia del libro de Carrié en Lazarillo de Ciegos, impreso en 1773» (3). fs la primera referencia que de tan discutido libro hemos encontrado. Dos consecuencias podemos sacar de esta cita: la una, que a finales del si- glo XVIII tenia la suficiente difusién como para que lo conociera y utilizara este marino; la otra, que no era problema la paternidad de la obra. Un siglo después, no s6lo se habia perdido gran parte de la edicién, y el libro era considerado como raro, sino que existia ya un problema: el de su autor. intentaremos en este estudio, y creemos poder conseguirlo, dejar sentado de una vez para siempre las incégnitas que el Lazarillo ha presentado. Pero busque- mos unos antecedentes de las personas que intervienen alrededor del libro. Incorporacién de los Correos a ta Corona (4) Reinando Carlos HI se decidié dar fin a la labor que habia comenzado Fe- V respecto a los servicios de Correos: su incorporacién definitiva « la Corona. lip () Ediciones Atlas agradece a don José J. Real Diaz Ja autorizacién para publicar este interesante est.dio que acaba de aparecer en el Anuario de Estudios Americanos, vol. XII. Sevilla, 1656, Igualmente manifiesta su agradecimiento a don José Antonio Calderén Quijano, director de dicha revista y de la Escuela de Estudios Hispano-Americanos de Sevilla. (D Viaje politico-cientifico alrededor del mando por las corbetas Descubierta y Atrevida al mando de los capitanes de navia D. José Bustamante y Guerra desde 1789 a 1794. Madrid. 1885. Publicado por Pedro de Novo y Colson. 2 edicién. (2) Ibidem, pag. 557. (3) Ibidem, pag. 561. Citado por Torre Revello en Historia de la nacién argentina, Levene, tomo IV. Buenos Aires, 1940. (4) Cfr. Alcdzar, Cayetano: Historia del Correo en América, Madrid, 1920. Verdegay y Fiscowich, Eduardo: Historia del Correo desde sus origenes hasta nuestros dias, Madrid. 1894. 246 JOSE J. REAL DIAZ El Correo Mayor de Indias que, desde su creacién en 1514, estaba vinculado como monopolio a Ja familia Carvajal, seguia presentando las maximas dificulta- des en cuanto que no era una cesién temporal, sino a perpetuidad. Nombrada la coriespondiente Junta de Incorporacién, se sefialé un comisionado, don Pedro Anionio de Cossio, el cual, después de una gestion de tres afios, consiguié del en- tonces propietario del cargo, don Fermin Francisco de Carvajal, conde de Cas- tillejo, su cestén a Ja Corona mediante una serie de beneficios econdmicos y’ hono- rificos, De acuerdo con éste se sefialé el 1 de julio de 1769 para el traspaso de los correos terrestres a la Corona. La politica centralizadora de los Borbones se manifestaba una vez mas. Se habia dado el primer paso para lograr una mayor eficiencia er. este servi- cio. El principal problema que se planted a la Corona respecto ai mejor fun- cicsamiento de los correos era la necesidad inmediata de una reforma a fondo. La familia Carvajal, debido a acuciantes problemas econémico: se habia visto obligada a arrendar gran niimero de postas y oficios. Estos nuevos poseedores, como es facil suponer, poco se habian preocupado de la eficacia del sistema, y si de su lucro personal, desatendiendo el ntimero y puntualidad de los correos, sin aumentarlos, segtin iban creciendo las necesidades. Bien comprendié esto el super- intendente de la Real Renta de Correos, marqués de Grimaldi. cargo éste reservado a los primeros ministros de Estado, que pensd en el nombramiento de un comi- sionado- visitador, el cual, mediante gestién personal, ayudaria al establecimiento de na eficaz red de correos. Recayé éste en don José Antonio de Pando, que se envontraba en Veracruz como administrador del Correo Maritimo, v que en la Peninsula ya habia desempefiado el cargo de administrador en Betanzos y Oren- se ‘5). Fué designado «por principal de Jos del virreynato del Peri y comisionado el arreglo de los de Santa Fee» (6), extendiéndosele el nombramiento el 5 de abrii de 1769, Desde Veracruz se dirigia a La Habana, de aqui a Cartagena y de ésts a Lima, pasando por Santa Fe. En Mompés contrajo una enfermedad de la que fué agravandose hasta Iegar a Bogotd, en donde tuvo que permanecer algin tiempo, hasta que, mejorado, pudo continuar su visita. Llegado a Lima el 21 de mave de 1772, se le reconocié oficialmente como administrador general de los Correos del Virreinato. Don Alonso Carrié de la Vandera (7) Al poco tiempo se pensé en nombrar un segundo comisionado, que reorgani- zane las postas desde Buenos Aires a Lima, pasando por Cérdoba. Tucumén, (5) Carta de Carrié a los Dircctores Generales en Madrid. Cuzco, 24 marzo 1773. A. G. I. Correos, leg. 116. (6) A. G. L, Correos, leg. 86. (7) AW. Bose debemos lo que hasta el presente se sabe de la figura de don Alonso Carrié y su visita, Aprovechando el material del Archivo General de la Nacién, Buenos Aires, ha vertido sus investigaciones sobre el tema en varios trabajos: Los origenes del correo terrestre en el Rio de la Plata (1707-69), Boletin de la Universidad de la Plata, 1934, nim. 6, pags. 93-112. ESTUDIO PRELIMINAR 2a7 Saita, Potosi, La Paz, el Cuzco, complementara la labor ya iniciada por don José Antonio de Pando en el Reino de Santa Fe. : Don Alonso Carrié de la Vandera, que a la sazén se encontraba en la Penin- sula, por haber venido «al cuidado de doscientos regulares de los expulsos» (8) y habia presentado un memoria) al contador de la Real Renta de Correos, don Mi- gucl de San Martin y Cueto. ofreciéndose voluntariamente para servir en cualquier omisién referente a correos, pidiendo a cambio el corregimiento de Guarochiri u vtro similar, fué propuesto por los administradores generales al marqués de Grimaldi, pues por «su inteligencia, justificado modo de pensar y hombria de bien, de que parece se carece bastante en aquellos dominios» (9), les parecia apto pare ccupar dicho cargo de visitador. Una vez estudiada la proposicién por el marqués de Grimaldi y pareciéndole bier la posible designacién, fué consultado don Alonso, el cual acepté la comisién. No obstante, no admitié Grimaldi la posibilidad de que, al término de la visita, se le diera el corregimiento de Guarochiri, como habia solicitado Carrié, pero si sefialé Ja posibilidad de que, en caso de crearse el cargo de tesorero © interventor en la Administracién de Lima. se le tuviera como candidato prefereate. Le fué extendido el titulo, al que acompafaron unas instrucciones particulares de los administradores generales, en Madrid el 12 de enero de 1771 (10). Era don Alonso natural de «Xijén principado de Asturias, reino de Espa- fia» (11), habiendo nacido hacia 1706 (12). De mozo pasé a América, donde se de sicé al comerci . Estuyo en Méjico y segiin propia referencia «yo lo he tragi- nado desde Vera Cruz hasta Chiguagua, en calidad de comerciante y en la de viaiero desde el mismo México hasta Guatemala» (13). De alli paso al virreinato Evolucién de! Correo en el Perti, Asociacién Filatélica de la Republica Argentina. Buenos Aires. 1945. Alonso Carrié de la Vandera, visitador de la Real Renta de Correos en el Rio de /a Plata, -72, Revista de Correos y Telégrafos, 1938, nim. 15-16. El Lazarillo de ciegos-caminantes y su problema histérico, La Plata, 1941 Sin pretender. por apartarse de nuestro tema, hacer uha biografia de don Alonso y menos aun historiar Ja visita. sefialaremos algunos datos que hemos ido encontrando, dando mayor extensién a aquellos que de wna manera directa influyeron en la génesis de! Lazarillo. Existe amplia documentacién sobre el tema en A. G. 1, Correos, Jeg. 1, 2. 3, 86, 116, 117, 185 (8) De los Directores Generales al Marqués de Grimefdi, 31-VIN-1770 y Diario de un jesuita desterrado desde Lima a Cédiz y desde este puerto a fa ciudad de Fer:ara, en Rela- ciones de viajes de los siglos XVII y XVIII, con Introduccion y notas de Vargas Ugarte. S. J. Biblioteca Histérica Peruana, tomo Y. Lima. 1947. (9) Oficios eruzados entre el marqnés de Grimaldi y los Administradores Generales, 31- ‘VII-1770; 5-IX- 11771. A. G. 1. Correos, 116. (10) Publicadas por W. Bose, filtima obra citada. pag. 235-244. Existen varias copias en A. G. I.. Correos, leg. 116. (11) De Jos autos formados a don Alonso Carrié por la publicacién de un manifiesto. Lima, 4-11-1778, A G. 1, Corregs, 116. (12) Hay una notable contradiccién en cuanto a la edad de don Alonso. En 1774 dice rayar en Jos sesenta alivs: carta de Carrié a Adm Grales, 21 meyo 1774, En cambio, en declaracién jurada hecha en 17; en la nota (1D. (13) Manifiesto que Carri intenté imprimir del que ya nos ocuparemos. Lima, 7-X-1777. ;; nos dice «de sesenta y dos afios mds 0 menos»; en los autos citados 248 JOSE J. REAL DIAZ del Pert, donde fué corregidor de las provincias de Chilques y Masques, vivi después en Lima, donde desposé con dofia Petronila Matute Cano y Melgarejo, de la que tuvo una hija, y viajé con bastante frecuencia por todo el continente sudamericano, visitando Buenos Aires en 1749. Pero volvamos otra vez a Expaiia, donde don Alonso preparaba su marcha a fin de cumplir la nueva mision. Concedido pasaje franco para él y dos escribanos, que se le asignaron, en et paquebote-correo el Tucumdn, se embarcé en La Corufia el 17 de febrero de 1771. Desde su salida de Espaiia, hasta la legada a Montevideo el 11 de mayo, fué re- dactando un diario néutico (14). Al dia siguiente de su arribada comenzé la visita de la Administracién de Montevideo, en donde se detuvo hasta el 11 de julio, en que pasé a Buenos Aires (15). Desde el 12 de julio que terminé la visita de la de la ciudad, se coupé don Alonso, entre otros asuntos concernientes al establecimiento de re- Administracién de Buenos Aires, hasta el 5 de noviembre que sali formas en los correos, a preparar su viaje. Como dato curioso sefialaremos alguno de Jos utensilios que conducia la caravana: un gran toldo para guarecerse de la lluvia y humedad, seis vasos de asta para agua, una mesa de campo, tres tabure- tes, seis cuchillos, ocho petacas para bastimentos, una escopeta buena y otra ordi- nar‘a, etc. El equipaje iria en tres carretas, que a la ver servirian para dormir en las noches que se caminaba, y el visitador y sus acompafiantes marcharfan en ocho caballos. Acompafiaban a don Alonso, ademas de los dos escribanos que la Corte le asigné—don Juan Moreno Monroy, al que subcomisioné para el arreglo de las estafetas desde Saladillo de Ruy Diaz hasta Chile, y don Francisco Monteiro de Pedrosa, al que también dié el encargo de recorrer la ruta de Tucle—, dos mozos chapetones y tres negros, de los cuales uno hacia el oficio «de barbero con preten- siones de cirujano», otro de cocinero y el tercero de ayudante. Como ya hemos indicado, e] 5 de noviembre de 1771 se ponia en marcha la comitiva. Desde Buenos Aires a Salta, donde se detuvo dieciocho dias, transcurrieron ciewto cincuenta y ocho jornadas. En esta ciudad quedaron los chapetones por en- fermedad, y es aqui también donde se abandonan las carretas, comenzando lo mas pencse del viaje a lomos de mulas, ocho de silla y siete de carga. Emprendido de nuevo el camino arribaron a Potosi. En esta ciadad perma- (14) En A. GL, Correos, 116, hemos encontrado el Extracto del viaje que hizo ta tragata nombrada el «Tucumén», Correo de S. M. desde la bahia de la Coruiia hasta el puerto de Montevideo. hecho por Cartié. En un pasaje del Lazarillo (pag. 288) se hace mencién dal diario ndutico en caestién. (Aqui y en las citas sucesivas de la obra, nos referimos a las paginas de la presente edicién.) (15) Por mo aportar nada nitevo de la visita de la Administracién de Montevideo y Buenos Aires nos limitamos a sefialayfa. Para mayor conocimiento cfr. W Bose. ob. cit.. pag. 241 sigs. Rectificamos, sin embargo, la fecha de egada a Buenos Aires, segin Cuenta juruda de gastos presentada en Madrid y fechada el 12 de junio de 1773. A. G. I, Correos, 116. oe Jos Pag py: saree de rs Ulanenma 4 deado- ‘i Momavtnen cena! 4% “apuate pt 6 vaw os ONS 7) I Cestern pase Tos Vit OP ittann, Olamendy, 5 ‘ Ay ton, v low of ents Pivace gue Ue. los on pamw.. tam gues new, beer panccirnes« ive comtunaour Cow jrtceored 4 hy ae tre * Aredte» ‘ABiin ( Beet antler + : ‘ te » Pe ae cle en Lager OF peracar Un Cla) Ha i 4 QO) 7 : ? ae Wester, Je Wp be % uaa, gue lod 77uehre <- y + io 7 Soe CV neqen, gan lenge 6% oe Ofera a Ine tmpottura’. icy fae : a Aa Yor! famde hos vide, que Sale tro ye Sia thy far. , . 7 CON Ay Core aactamhes Crm cetnge re 1 etter ay ”) : Sop esow, in. && Saw, noe ne ene vet poe pra rrvneibr: ae nm Soc oO. emnplamee, pore) fn) re penton L@ todo.t los Adoranaiy? ret. dO res waver * . By 5 " : Be be: sere, peace Tate rresmedees: a CU ata Crt Gon air ome iH . e i i: was: Berks ou Corny ltce ny. bs & fgstiued Arnagos “aewcartlande Preras fe oe Hadas eH ayes pena Cas ye A - Cae” w wove ae. ee, Me ie uisderemrsion Sou yf f a ven paccinon: de tegalars. waa. los dx penn oe losiganclo Beun o excedieren dejando de cumplir con su obligacién y lo dispuesto por érdenés e instrucciones haciendo todas las averiguaciones que convengan y fueren necesarias y les haga cargo de la culpa que resultare, recibiendo sus descargos y habiendo sentenciado, citada la parte, nos a remita cerrada y svllada a nues- Carrié el don Alfonso Carrién que, como miembro de la Audiencia, rita Palacio, V.. en su trabajo: Areche y Guirior.... Anuario de Estudios Americans. T. TIL, Sevilla, 1946, pagi na 21 (291). i (32) Copia del’ decreto del virrey dadé en ‘Lima’ a 4 de noviembre 1774. A. G. 1, Co- rreos, 116. id . 262 JOSE J. REAL DIAZ Mandaban las Reales Ordenanzas de Correos que el arca donde se guardaban los caudales en las Administraciones tuviera dos aves. Pronto comprobé don Alonso que en Lima no se tenia en cuenta dicha prevencién. Pando se negd a cumplirla, La primera disensién habia surgido. Consultada la Junta y el virrey, respondieron de no hacer novedad sobre el asunto. Nu se conformé don Alonso, y escribié a Madrid, de donde contestaron orde- nando se hicieran tres Ilaves: una para el administrador, otra para el oficial ma- yor y la tercera para el visitador. Recibio éste la suya el 5 de octubre de 1775. Ei 15 de enero de 1777, por decreto del virrey Guirior, sucesor de Amat, se nombraba a don Alonso para el cargo de contador-interventor de la Administra- cién de Lima, cesando en el mismo dia en su cargo de visitador. Habia sido el mismo don Alonso el que habia dado esta idea a los administradores generales: «Yo no pretendo que V. S. S. despojen a Pando sino de sus preocupa- ciones, quitandole del lado aquel mozo inquieto y caviloso (Felipe Por- cel) (33), y sujetandole a un interventor o contador de juicio y conoci- miento quien, con dos diestros oficiales de pluma como Mosteyro y Plaza y un tercero permanente en la estafeta, se gobernard el oficio y todos sus agregados, con prontitud, legalidad y sin confusiones (34). Solo le falté a don Alonso el poner su nombre al lado de interventor o contador. Desde este momento la actitud fiscalizadora de don Alonso se veria respaldada por su cargo. Don José Antonio escribiria desesperado a Madrid: «... ni quiere absolutamente que prevalezca otro dictamen que el suyo» (35). A partir de este momento, la estrella de don Alonso se empieza a eclipsar; son una serie de circunstancias las que, unidas, provocaron su apartamiento definitivo de la Renta de Correos. Ex Espafia ha caido Grimaldi, su protector. Floridablanca no se dejaria llevar en sus decisiones por la mds 0 menos simpatia hacia los protagonistas de este asunto. Pero lo que provocé definitivamente su caida fué la actuacién del mismo don Alonso. Decidié Carrié publicar un manifiesto con la intencién de..., quizd el titulo que le puso, informe mejor al lector de dicho fin que mis palabras: «Manifiesto que hace el contador de Correos de las verdaderas utilidades que ha tenido el Rey con Ja incorporacién de los Correos de Tierra de este virreynato y parte del de Santa Fee a la Corona. Para comprobante acom- (33) Don Felipe Porcel habfa venido desde Espafia en el Tucumén para seivir en la Ad- inistracién de Lima, Salis de Buenos Aires dias antes que don Alonso, tomando decisiones durante su ruta hacia Lima, on Jo referemte a las postas, que después dificultaron la actua- i6, Desde Cérdoha, el 12 de diciembre de 1771, se quejaba a Madrid el visitador de las intromisiones de Porcel, y tuvieron los Adm. Grales. que enviarle un severo oficio re- pitiéndole su cometido: oficial de la Administracién de Lima y no visitador. Desde estos momentos se convirtié en uno de sus mayores enemigos, formando parte de Ia camarilla de Pando. A. G. 1., Correos, 116. (34) De Carrié a Adm. Grales. Lima, 20 noviembre 1773. A. G. L, Correos, 116. (35) De Pando a Adm Grales, Lima, 20 de enero de 1778. A. G. L, Correos, 116. ESTUDIO PRELIMINAR 263 pafia los extractos de valores de jos afios de 1773, 74 y 75, sacados de los libros de esta Real Contaduria. Veritas odium parit, sed veritati nemo pres- criberit potest» (36). Atacaba duramente en él a Pando y sus colaboradores. Teniendo conocimiento por una delacién el administrador de las intenciones de Carrié, denuncié el caso. Presentése el alcalde ordinario don Felipe Sancho Davila, con el auxilio militar necesario y por decreto del virrey Guirior (37), en la imprenta de los Expésitos, y tras detener a los dependientes y encargado, confiscé todos los papeles que en ella se encontraban. Entre éstos aparecia mas © menos adelantado en su impresién el escrito de don Alonso. Dirigiése a continuacién, y también cumpliendo con lo ordenado por el virrey, a la calle del «Mascarén» (38), donde en la casa Hamada la «moruna» vivia don Alanso, con Ja pretension de detenerlo y confiscar también sus bienes y papeles. Recibié don Alonso la noticia enfermo en cama, por lo que no pudo ser Hevado a la prisién, y tuvo que asistir al embargo de sus bienes con el natural disgusto. Pocos dias después empezo el juicio. Se acusaba a don Alonso de haber intentado publicar una obra infamatoria contra el buen nombre de don José An- tonio Pando, y atentatoria contra los intereses de la Renta de Correos, y de haber intentado la publicacién de aquélla sin la licencia correspondiente. Contra lo pre- visinle el fiscal declaré a don Alonso inocente de las acusaciones, afirmando que no s4lo no era libelo ni escrito difamatorio el manifiesto en cuestién, sino que per el contrario Jo consideraba muy itil al servicio del Rey; y en cuanto a la licencia para la publicacién, apuntaba la idea de que siendo un bien para la Renta de Correos, era muy duro aplicar la ley taxativamente (39). No pensaron asi en Madrid, y Floridablanea, en el oficio dirigido a los direc- tores generales de la Real Renta de Correos, les decia: «Por este correo escribo al Virrey del Pert, que bien enterado por su carta del 10 de febrero y testimonio que acompaiia, de lo ocurrido con don Mlonso de Carrié; aunque la gravedad y circunstancia del caso me inducia a proponer al Rey la més seria providencia al dar a S. M. cuenta de todo: por compasién de la avanzada edad y achaques de aquel dependiente y atendiendo a la pena que ya ha sufrido por el arresto y demas resultas de la causa y al mérito que tenia contrahido en la Renta de Correos y ante riormente en otras comisiones: sélo he propuesto a S. M. su jubilacién al empleo de contador, con el sueldo que por él goza: que le prevenga el vi- rey se abstenga de producir piblica ni privadamente, especies ni recursos relativos a la renta y su manejo, y de mezclarse en nada concerniente a (36) A. G. L, Correos. 116. Existen dos copias, una enviada a Madrid por el mismo don Alonso para que pudicran juzgar de lo inofensivo, segin él, de tal manifiesto. (37) Decreto de} virrey, Lima, 8 octubre de 1777. A. G. L, Correos, 116. (38) Bueno, Cosme: Geografia del Pert: Virreinal. Edicién y estudio Valedrcel, Daniel. Lima, 1951, pag. 24. Esta calle estaba situada en el cuartel 3.°, barrio 8°, segin un censo del afio 1790, Cfr.: Las calles de Lima, Multatuli, Lima, 1945. (39) Copia de Ja letra de la vista fiscal presentada al Virrey an 24 de noviembre de 1777. A. GL. Correos, 116. 264 JOSE J. REAL DIAZ ella, quedando todas las‘disputas y desavenencias pasadas sepultadas en ef olvido: que el mismo virrey haga recoger y quemar privadamente los exem- plares del papel o manifiesto compuesto y dado a la imprenta por Carrié, como denigrativos al honor y conducta de los sujetos que indica y capaz de influir en el pitblico ideas opuestas a la buena fama y crédito del ma- nejo de la renta y sus intereses; y haviéndose conformado el Rey con lo propuesto por mi en todas sus partes: que proceda a cortar la causa en el estado en que se halla, y leve a efecto con don Alonso de Carrié lo ex- presado» (40). E] 26 de septiembre comunicaban los administradores en Madrid las érdenes del ministro a don Alonso, afiadiendo a las razones apuntadas por Floridablanca, que supiera corresponder a la gracia que le habia dispensado la piedad del Rey. Yon Alonso, viejo y achacoso, deshonrado \piblicamente por la prisién y el emlergo de sus bienes, escribiria a los administradores: «Me conformo con sus sabias disposiciones y ruego a Dios me dé con- formidad para tolerar un desaire tan notorio como el de abdicar un empleo en desgracia de mis superiores y verme precisado por injuria de los tiem- pos a ser gravoso a la Renta» (41). El «Lazarilloy a través de la bibliografia Llegado don Alonso a Lima, y mientras se desarrollaban los sucesos que ya hemos expuesto, empez6 a correr entre las gentes un curioso libro: El Lazarillo de ciegos caminantes (42). Narraba éste el viaje que afios antes hiciera el visitador Carrié. Como autor del libro aparecia don Calixto Bustamante Carlos Inca, y como fecha y lugar de impresi6n, Gijén, 1773. El libro ha venido a convertirse en una obra clasica de la literatura virreinal. A més de ser un tratado practico en que se describen las situaciones de las postas, tambos, estafetas, las leguas que las separan y mil consejos mas para el viajero (40) Oficio de Florideblanca a Adm. Grales. de Correos, San Wdefonso, 24 de septiem- bre de 1778. A. C. I, Correos, 116. (4) De Carrié a Adm. Grales., 23 mayo de 1779. A. G. L, Correos, 116. (42) EL LAZARILLO / DE CIEGOS, CAMINANTFS desde Buenos-Ayres hasta Lima / con sus Ttinerarios segtin la més pun- / tual observacién, con algunas noticias dtiles a los Nuevos Comercian- / tes que tratan en Mulas, y otras / Histéricas. SACADO. DE LAS MEMORIAS QUE / hizo Don Alonso Carrié de la Vandera en / este dilatado Viaje, y Comisién quk tubo / por la Corte para el arreglo de Cor / reos y Estafetas. Situacidn,y / ‘ajuste'de Postas, desde / Montevideo. / Por / DON CALIXTO BUSTAMANTE CARLOS / Inca, alias CONCOLORCORVO, Ne- tural ‘dal Cuzco, que acompaiié al referido ‘Comisio- / nado en dicho Viaje. y escribié sus. Extractos. / CON LICENCIA / en Gijén, en la Imprenta de la Rovada, afio / de 1773. # ESTUDIO PRELIMINAR 65 de la ruta Buenos Aires-Lima, esta salpicado de descripciones de: paisajes, ciuda- des. costumbres de los naturales e historia que hacen reir mas de una vez. Es el libro que Ievaria todo caminante de esta ruta Buenos Aires-Lima en su equipaje, pues a més de darle buenos consejos técnicos le serviria para olvidar un poco las asperezas e incomodidades del viaje. Para darnos idea del interés que la obra ha despertado entre los americanistas, nos ‘bastaria decir que en muchos aspectos es fuente indispensable para el historiador (43). Hagamos una pequefia historia de la bibliografia que hasta nuestras manos ha Uegado del Lazarillo (44), intentando sistematizar, dentro de lo posible, las noti- cias que sobre el libro se han dado; para lo cual podriamos dividir ol tiempo transcurrido desde su publicacién hasta nuestros dias en tres etapas. La primera, desde aquella hasta finales del XVIII, la segunda ocuparia la primera mitad del siglo XIX y la tercera alcanzaria hasta nuestros dias. En la primera entra de Ileno la referencia, que ya en otro lugar hemos sefia- Jado, del marino José de Espinosa. Esta, como tenemos dicho, nos da pie para creer que en ese momento no existe problema sobre la obra. En la conciencia de las gentes esta claro que don Alonso escribié el referido libro. Si a la segunda tuviéramos que bautizarla con un nombre, seria éste: el olvi- do. No sélo se pierde gran parte de la edicién, sino que se olvida todo lo referente ala figura de don Alonso y a la visita histérica que lo originé. Sera durante la tercera etapa cuando el Lazarillo vuelva a ser utilizado y estu- diado. Se intentara rehacer los hechos en que se basa y aclarar todo lo referente a los personajes que en él intervienen. Una doble divisién podriamos hacer de la hibliografia en esta ultima etapa: una, la de aquellos que sélo nos dan noticia de la existencia y del libro y a lo mas dudan del lugar de su impresién: otra, la de los que de una manera directa han investigado sobre las fuentes del libro, o sobre algin personaje relacionado con él, intentando demostrar histéricamente lo que el Lazarillo de una forma literaria nos relata. (13) La ntilizan entre otros nmchos: Céspedes, Guillermo: Lina y Buenos Aires... Annatio de Estulios Ameries~os, tomo II, Sevilla, 1946, Zapata Gollan, Agustin: Caminos de América, Buenos Aires, 1945 Felce, Emma: Antiguas ciudades de América, Buenos Aires, 1943 tasito Esteves. Remén, en Historia de la nacién argentina, de Levene. vol TV. Buenos Aires. 1940, Alvarez, Juan: Thidem. Agitado Bleye. Pedro: Manual de historia de tomo TIT, Madrid, 1956 6.4 ed (44) Hasta el presente conocemos Ias siguienies reimpresiones: Biblioteca de la Junta de Historia y Numismatica Americana, Buenos Aires. 1908. Notas bibliogréficas y biogrificas niano Legizamén. Coleccién de Literetura Peruana. Paris. 1938, tom» VI, edicién Espar in. por Mari y notas de Ventura Garcia Calderén. Coleccién Cisneros. Seleccién hecha vaJigndose de la reedicidn de la Biblioteca de la Junta de ‘Historia y Numismética Americana arriba citda, Madrid, 1943. Coleceién Austral, nim. 609. Buenos Aires, 1946, Nota preiiminar‘ de Antonio “Portnoy. Tenemos ademés noticias de que el ilustre profesor Marcet Bataillon prepara una edicién en ffancés, Asinrismo prepara una e precedida de um ampli esttidio biografico de-don Alonso el joven investigador peruano Victor Oitiz Vergara, al que" agtalecemos el- ha- bernos introdutido en este tema. 7 . 266 JOSE J. REAL DIAZ Entre Jos primeros podemos citar como muestra, amén de otros muchos (45), a Paz Soldan, que en su Biblioteca Peruana nos dice (46): «E] autor acompafié a don Alonso Carrié de la Vandera en al viaje que hizo éste para el arreglo de correos y postas por orden suprema, Aun- que esta obra apareve impresa en Gijén (Asturias), hay fundamento para creer que fué impresa en Lima.» Las posturas que adoptaran los investigadores en esta segunda divisin de la Ultima etapa serén muy diversas. Se pasar4 de afirmar la individualidad de ambos personajes a la identificacion en uno, don Alonso, de ambos, negandole la exis- tencia rea} al Inca, Segin una u otra opinién, Ja paternidad del Lazarillo pasaré de don Alonso a don Calixto, y cuando no, se intentara demostrar la intervencién mas 0 menos directa de los dos personajes en la confeccién del libro. A don Federico Mojardin cabe el honor de iniciar esta etapa. Prometiendo un estudio biografico de don Alonso que no legé a publicar, adelanté, en breve articulo (47), su opinién sobre el problema. Llega a la condlusién de que el autor del Lazarillo es Carrié y, como anticipo probatorio dice haber descubierto el ana- grama del visitador en el nombre de Calixto Bustamante Carlos Inca, lo que (45) Brunet, Jacques Charles: Manuel du libraire, Berlin, 1921, tomo [, pag. 1.426: Ouvrage ecrit par un indian de la race {des rincas et selon toute apparence ‘imprimé a Lima. Balliviam: Catdlogo del museo-biblioteca de Ultramar, pag. 32; «parece impresién de Lima». Field: Indian Bibliogr.. pag. 53. Gutiérrez: Biblioteca Americana, nim. 1.914. Leclerc, Ch.: Biblioteca Americana, Paris, 1878, pag. 441, nm. 1.770; pag. 491, mim. 1.878: «Ce curieux volume ecrit par un indian de la race des incas a probablemente été imprimé a Lima, bien qu'fl porte par lieu d’impression le nom d'une petite ville d’Espagne, dans le vicille Castille. L’auteur accompagna D. Alonso Carrio de la Vandera dans le voyage qu'il fit par ordre de la Cou d Espagne pour Je reglement de service des courriers, des estafettes et des postes dans le royaume du Perou.» Medina, José Toribio: La imprenta en Lima, tomo Ill, pags. 43-46, nim, 1.354. Santiago de Chile, 1905, Describe la obra, destacando algunos parrafos e inserta una interesante biblio- grafia que hemos recogido. Mendiburu, Manuel: Diccionario Histérico-Biogréfico del Peri, 2* edicién, tomo TIL, Lima, 1932, pag. 153. Atribuye a don Calixto hechos de don Alonso Carrié (el viaje en el «

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