La importaggll de ls factorestecnolgicns on
cesar telonte
stenciot f
importatel | storia
pace iaistoia
social y eo a inoue,
Concebial revada de
tna exteng cade por
Clarendon vera
sustancil itertado
que la historia del desarrollo tecnoldgico aparezca
estrechamente relacionada, en cada época, con su
perspectiva hist6rica general. Cronolégicamente el
texto esté dividido en tres partes: la primera (vol. 1)
abarca hasta 1750 —comienzo de la revolucién
industrial en Inglaterra—, la segunda (vols. 2 y 3)
continda la exposici6n hasta 1900 y la tercera (vols. 4
5} continda la exposicién hasta 1950. La decisién
de detenerse en esta fecha se explica por la falta de
perspectiva histérica sobre la repercusién de
desarrollos tecnolégicos posteriores, asi como por la
complejidad técnica de éstos.
El propésito de la obra es ofrecer una visidn sintética
del desarrollo de las ramas de la tecnologia que
cambiado el curso de la historia, sin omitir por
Oficios elernentales de menor repercusién social.
pretendido que el resultado fuera aceptable tant
el historiador y el tecndlogo como para el lector c|
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trevor williams
HISTORIA F:
TECNOLOGIA
desde 1900 hasta 1950 (1)
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iinHISTORIA DE LA TECNOLOGIA
SIGLO XXI
Volumen 4
DESDE 1900
HASTA 1950 (1)Kl
sigio v veintiune o editores, s.a. de c.v.
LEGICEN COVEN 140 MEX, BF
siglo veintiuno de espafia editores, s.a.
(CALLE PLAZA 5 25043 MADRID. ESPANA
porta de carlos palleiro
mer een en spat 1987
siglo xl de espana editres, 2,
1993
eadeee,
Se nt (ob sonl
ibe So. Golam)
mera econ en inglés, 1982
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one eonology 1900" 1980 \
derechos reservados conforme ala ley
Impreso y hecho en méxieo/prined and made in mexico
HISTORIA DE LA TECNOLOGIA
Siglo veintiuno
‘Volumen 4
DESDE 1900
HASTA 1950 (1)
por
TREVOR I. WILLIAMSJuan C. Navaseués Howard
DISENo DE La cuBIERTA
Santiago Monforte
El lector encontraré al final del quinto y altimo volumen de esta
‘obra una lista de las ilustraciones seleecionadas,
tico y un indice de nombres, correspondientes
"un indice tems
‘este volumen
‘@ aquel, cuya paginacion es correlativa e independiente a la
los tres primeros vollmenes de esta coleccion.
Indice
PREFACIO
INTRODUCCION
1. La educaciéa, 311. La organizacion industrial,
12“IIL La intervencign gubernamental, 18-—1V. La
innovacién, 27 4
LA NUEVA CONFIGURACION DE LAS FUENTES
DE ENERGIA
LOS COMBUSTIBLES FOSILES: EL CARBON, EL
GAS YEL PETROLEO,
1, El carbon, 45—IL El gas del alumbrado, 47 IHL
El gas natural, $1.—1V. El petréleo, 55
LA ENERGIA NATURAL
1. La energia soar, S9-—I. La energia de las mareas,
60 La energia hidréulica, 61-—IV. La energia
‘del viento (colica), 63—V. La energia gootermi
‘64—VI. Las limitaciones de las fuentes de energia.
natural, 66.
LA ENERGIA NUCLEAR
Primera parte. El contexto clentifico
Segunda parte. Ellogro tecnologico
1. 'La separaciin del =U, 83-—Il. Bl plutonio,
88.—I1T La fabricacion de la bomba, 92—IV. El de.
sarrollo de la pasguerra, 94
LA INDUSTRIA ELECTRICA,
1. La generacién de electricidad, 104—IL La trans-
Imision y la distibucion, 109-—TiL La uilizacign de
In electricidad, 114—1V. Las batertas, 121
*
a
4s
°
p
101LA NUEVA CONFIGURACION DE LA PRODUC.
CION PRIMARIA
LAAGRICULTURA; CON UNA SECCION SOBRE LA
PESCA Y LA CAZA DE BALLENAS.
1.La ganaderfa, 131 —IL. La agricultura, 139—II.La
pesca y la caza de ballenas, 148,
LA MINERIA,
I. Los minerales metilicos, 154—TI. La mineria del
carbén, 160—IL El petroleo, 166.
LOS METALES ¥ SU EXTRACCION
El ierro y el acero, 177—Il. Los metales no ferro-
806, 184,
LA INDUSTRIA QUIMICA
I. Los productos quimicos inorgénicos pesados, 198
“Il. Los productos quimleas organicos, 203,
MI, Los polimeros, 209-1V: El caucho sintetico, 215,
LA INDUSTRIA TEXTIL
1. La configuracion de la industria, 219,
bras naturales, 220—IL Las fibras art
224--IV. La industria de la confeccion, 28.
M. Las fi
ales,
EL MOTOR DE COMBUSTION INTERNA
1. El motor Otto, 233.—IL, El motor Digs, 241.
a turbina de gas, 247
LAS TURBINAS
1. La turbina hidréulica, 253—IL. La turbina de va:
por 255.
LA METALURGIA
1. La fundicion, 260—Il, La conformacién mecénica,
262—Ill. Las maquinas herramicnta, 266.—1V. El
‘montaje, 270-—V. La proteccion de los metales, 272,
LA CERAMICA Y EL VIDRIO
1, La Gerdmica, 280 —ML. El vidrio,285—IL.El vidrio
plano, 287 —1V. Los reeipientes, 289
124
BI
154
m7
193
219
233
252
259
280
Para Sylvia:
la paciencia recompensada.PREFACIO
En 1973 la Oxford University Press me invit6 a publi-
car dos nuevos volimenes (VI y VII) de A history of
technology, que abarcarian aproximadamente el perio-
do 1900-1950. En 1978, afio del quinto centenario de
esa Editorial, se publicaron estos dos volimenes, po-
niendo asf fin a un proyecto con el que se habia inicia-
do la obra en 1949. El primer volumen, publicado en
1954, cubria desde los albores de la civilizacién hasta
la caida de los imperios de la Antigiedad. El quinto,
que cerraba la historia de la tecnologia a finales del si-
glo XIX, aparecié en 1958. En ese punto se consideré
‘conveniente hacer una pausa y preparar una obra mas
reducida que cubriera en buena medida el mismo cam-
po pero estuviera destinada a introducir en el tema @
tun puiblico mas amplio: esto llevé a la publicacion en
1960 de A short history of technology *, que escribi jun-
tamente con el Dr. T. K. Derry.
El éxito de A short history, que desde entonces ha
sido publicada en edicién de bolsillo y traducida a va-
rias lenguas extranjeras, sugirié que la misma férmu-
la podria ser aceptable para los dos volimenes mas re-
cientes que cubren la primera mitad de este siglo. La
presente Historia de la tecnologia del siglo xx guarda,
ues, la misma relacién con los dos iltimos volime-
nes de la obra principal que la Short history original
con los cinco primeros. Aunque en su mayor parte cae
dentro de los limites de la obra mayor, y su informa-
cin sobre los hechos se basa ampliamente en ella, no
es un mero resumen de dicha obra. Esto habria sido
* Historia de a wenologi, vols. 1-3, Madrid, Siglo XX, 1977x Desde 1900 hasta 1950 (1)
imposible de cualquier modo, en parte por el grado de
‘compresiOn necesario y en parte porque el plan de la
‘obra mayor no se prestaba a tal tratamiento.
Este libro es, pues, una obra independiente destina-
da, dentro de un radio de accién bastante modesto, a
dar al lector general una vision amplia de la forma en
‘que se desarrollé la tecnologia en la primera mitad de
este siglo y una idea de los factores sociales, econémi-
‘cos y politicos que influyeron en ella. Sin suscribir in-
condicionalmente la doctrina de que la historia de la
ciencia y la tecnologia no tiene por qué preocuparse
demasiado de la atribucién a unos determinados indi-
viduos de los descubrimientos ¢ inventos —lo que de
hecho resulta a menudo muy dificil—, he dado técita-
‘mente por supuesto que a muchos lectores les intere-
sarian los inventos cuando éstos tuvieran un impacto
social discernible.
La planificacién de un libro de este tipo presenta
considerables dificultades, tanto por la amplia gama
de actividades a considerar como porque el periodo
que abarca —aunque relativamente breve en el senti-
do historico— fue una época de cambic excepcional-
‘mente répido, jalonado por dos guerras mundiales que
dieron a ciertas ramas de la tecnologia un estimulo po-
deroso pero un tanto artificial. Estos jalones no
sin embargo, de un tipo que parezca exigir una divi-
sin del libro en periodos cronologicos.
Tratar adecuadamente cada uno de los aspectos
principales de la tecnologia, sin repetirse en exceso, es
otro problema. Por poner un ejemplo al azar, la agri-
cultura exige la consideracion de temas tan diversos
como la quimica industrial, fuente de los fertilizantes
artificiales, los insecticidas y los herbicidas; el motor
de combustién interna, que ha provocado un cambio
practicamente total de los animales de tiro por los
tractores como fuente de fuerza motriz; el desarrollo
de la navegacién con buques frigorificos para exportar
la carne del ganado ovino y vacuno criado en las nue-
vvas v vastas zonas de pastos de Australasia y Sudamé-
rica; y el desarrollo del enlatado como proceso de con-
Prefacio x1
servacién a gran escala. Al mismo tiempo las indus-
trias de la quimica, la agricultura, la construccién na-
val y la alimentacién exigen claramente un estudio
para ellas solas. Si bien las remisiones de unas a otras
pueden reducir la repeticiOn, no pueden erradicarla.
De hecho, un cierto grado de repeticion no es una mala
cosa por cuanto recuerda al lector que las tecnologias
son sumamente interdependientes.
En teoria, este libro abarca la primera mitad de este
siglo, pero la fecha ha sido interpretada de forma bas-
tante eldstica, como en la obra principal. Algunos te-
mas son tratados de la forma mas sensata posible, re-
montandose hasta algo antes de 1900; otros habrian
concluido demasiado bruscamente si no se hubieran
extendido hasia un poco mas alla de 1950. Es dificil ex-
plicar los ordenadores, por ejemplo, sin hacer referen-
cia a las méquinas calculadoras mecanicas del siglo
XIX, y los lectores se habrian sentido sin duda decep-
‘cionados si no se hubiera hecho mencién de los vuelos
espaciales 0 de los inicios de la energia atomica.
En las ciencias, y en buena parte de la tecnologia de-
rivada de ellas, el cambio de siglo fue una especie de
linea divisoria. Hasta entonces los inmensos avances
de las ciencias fisicas habian sido en gran medida la
consecuencia natural de la Revolucién Cientifica del
siglo xvm. Esta se basé en una visién esencialmente
mecanicista del funcionamiento de la naturaleza y pro-
porcioné una técnica de descubrimiento que fue in-
‘mensamente fructifera durante mas de dos siglos. En
la segunda mitad del siglo xix, sin embargo, surgieron
toda una serie de nuevos fenémenos, principalmente
en el campo eléctrico, que no eran explicables en tér-
minos simples y generalmente comprensibles. En la
opinion pablica, la transicion esta estrechamente iden-
tificada con la tcorfa especial de la relatividad de Eins-
tein, publicada en 1905, pero en realidad reflejé un
cambio de direccion del pensamiento iniciado unos
treinta afios antes. Esta nueva Iinea de desarrollo tuvo
consecuencias tecnolégicas transcendentales, las mas
‘espectaculares de las cuales fueron la bomba atémicaxl Desde 1900 hasta 1950 (1)
y la energia nuclear. La exposicién de estos procesos
‘a un piblico muy amplio presenta dificultades mas
considerables que las que se encuentran al describir
los procesos derivados de la fisica de Newton, ya que
implican concepciones fundamentales que no’s6lo no
son por lo general familiares sino que ademas en algu-
nos casos parecen estar en desacuerdo con la experien-
cia cotidiana. Los aparatos electronicos, tales como la
' Ia television, tampoco resultan faciles de expli-
car a quienes no tienen los oportunos conocimientos
técnicos. En un libro de este tipo hay que hacer por
tanto necesariamente mas hincapié en lo que tales apa-
ratos hacen que en cémo lo hacen. Sin embargo, estos
problemas se reducen en cierta medida por la existen-
cia de una generacién nueva y cada vez mas amplia
de lectores a quienes les han ensefiado algo de cien-
cias, aunque no sea a un nivel avanzado, teniendo en
cuenta estos nuevos procesos.
La eleccién de lo que hay que incluir u omitir es ne-
cesariamente subjetiva. Al planificar el libro he trata-
do de asegurarme de que todos los principales proce~
sos fueran descritos y, al mismo tiempo, de que algu-
nos de los secundarios, aunque posiblemente no me-
ros interesantes, no fueran omitidos. Para muchos, las,
aplicaciones domésticas seran al menos tan atractivas
como la mineria del carbén o las turbinas. A aquellos
que deseen leer algo més sobre el tema, los capitulo
correspondientes de los voltimenes VI y VII de la His.
tory of technology les vendran por supuesto muy bien;
ademas, cada uno de los capitulos del presente libro
va seguido de una amplia bibliografia. La mayoria de
las obras enumeradas en ella proporcionara a su ve7,
otras referencias. Muchas de las ilustraciones apare-
cian ya en la obra original, pero se ha aprovechado la
ocasién para incluir algunas nuevas, mas apropiadas,
al presente tratamiento del tema
En su forma de publicacion, este libro es un tributo
al dominio de la tecnologia editorial que posee la Ox-
ford University Press desde 1478, Mi tecnologia perso-
Prefacio xan
nal se limita ain a dejar resbalar una pluma sobre un
papel, y estoy profundamente agradecido a la Sra.
‘Yvonne Rue por su paciencia al descifrar el resultado
¥y preparar el texto mecanografiado para la imprenta.
Oxford, marzo de 1980. ‘TREVOR I. WILLIAMS1, INTRODUCCION
La primera mitad del siglo xx fue en cierto sentido un.
periodo de traasicién en la civilizacién occidental.
Para bien o para mal, una economia esencialmente ru-
ral se habfa transformado en otra urbana, basada en
los procesos tecnolégicos traidos por la Revolucién in-
dustrial. El hecho de que éstos eran capaces de gene-
rar grandes riquezas era evidente, pero no habia una
conciencia lo bastante clara de que la industrializacion
_- trae consigo contrapartidas ademas de beneficios. Has-
ta fines del sigle xix, se habia hecho hincapié en la tec-
nologia: si se pudiera conseguir la apropiada, la pros-
peridad resultante seguramente bastaria para curar
los males de la sociedad. No se comprendfa lo suficien-
te que la industrializacion rapida crea problemas so-
ciales, econémicos y politicos que no pueden ser re-
sueltos por los métodos desapasionados que tan bien
habian servido para hacer avanzar la ciencia y Ia tec:
‘nologia. En el seno de la industria empezé a afirmarse
¥ el elemento humano: por un lado mediante el creci-
miento del movimiento sindical y por otro a través de
estudios formales sobre las técnicas de la direccion de
empresa. La gente empez6 a preguntarse si la tecnolo-
gia le Ilevaba realmente donde queria ir. Los sistemas
‘educativos del mundo occidental empezaron a adap-
tarse lentamente a las necesidades de la nueva socie-
dad en la que maduraba una generacién mas joven.
Los gobiernos fueron interviniendo de forma creciente
en los asuntos industriales, unas veces promoviendo
procesos que parecian de interés nacional y otras res-
Iringiendo aquéllos que parecian indeseables.
Estas reacciones un tanto tardias a las consecuen-
cas de los procesos del siglo xix se complicaron por el
hecho de que la propia tecnologia estaba entrando en
luna fase nueva. Hasta entonces se habia basado sobre
todo —aungue en modo alguno exclusivamente—en el2 Desde 1900 hasta 1950(I)
progreso de la ingenieria mecénica, pero una fuerza
nueva se estaba haciendo sentir antes de acabar el si
glo. Este factor nuevo era la electricidad. Por aquel en-
tonces no era un fenmeno recién descubierto, puesto
que ya era conocido por los fildsofos de los siglos xvit
y Xvitl, No obstante, seria correcto afirmar que, excep-
tuando la telegrafia, Ia electricidad tuvo poco impacto
social hasta la década de 1880, cuando empezaron a
aparecer en las ciudades mas importantes los prime-
10s sistemas piblicos de suministro. A partir de enton-
ces, la electricidad se hizo cada vez més importante
como nueva fuente de energia y, especialmente, de luz.
Y lo que es mas importante atin, la ciencia aliada de
la electrénica, entonces en su infancia, estaba destina-
da a provocar grandes cambios antes de mediados de
este siglo, La valvula termoiénica, de extrema impor-
tancia en la primera época de la radio, preparo el ca-
mino para el transistor y el microprocesador, ambos
de profundo significado en el desarrollo de los ordena-
dores y sistemas de control automatico. Ya en la dé-
‘cada de 1970, las consecuencias de la revolucién de los
microprocesadores se habia convertido en un asunto
de gran preocupacién para los gobiernos por todo el
mundo occidental.
‘As{ como cambié enormemente la naturaleza de la
tecnologia durante la primera mitad del siglo xx, tam-
bien cambié su distribucion geografica. En 1900, Gran
Bretana y Alemania eran todavia los centros mas im-
portantes de produccién industrial, pero a lo largo de
los siguientes cincuenta afios aparecieron competido-
res poderosos y triunfadores. Estados Unidos, por
ejemplo, no s6lo se aseguré una posicion dominante en
las industrias tradicionales, tales como el hierro y el
acero, sino que ademés senté las bases de industrias
compietamente nuevas, como la fabricacion de auto-
maviles y aeroplanos. Después de la Revolucion de
1918, Rusia se embarco en un programa de industria-
lizacién masiva para sostener el nuevo Estado socia-
lista, En 1961, habria de asombrar al mundo entero al
lograr el primer vuelo espacial tripulado. Japon, que
Introduccion 3
se habia desarrollado en un aislamiento casi completo,
con respecto al mundo occidental, no introdujo la in-
dustria moderna hasta la década de 1870, pero a par-
tir de entonces procedié a disipar las despectivas
creencias de que no era més que un imitador. A fina-
les del periodo que nos ocupa, ya se habia revelado de
forma decisiva como un innovador por excelencia, to-
mando la delantera en las nuevas y muy sofisticadas
industrias —basadas principalmente en la electronica,
la optica y la ingenieria de precisién— que se desarro-
Iaron después de la segunda guerra mundial. También
en la agricultura las tendencias que empezaron en el
siglo xIX continuaron en el Xx. Mejoras en los trans-
portes, avances en la maquinaria agricola, y mejores
métodos de conservacién fomentaron la produccién de
cereales y carne en los vastos espacios abiertos de Aus-
tralia, y América del Norte y del Sur.
Se pueden discernir varios factores que influyeron
en-estos grandes cambios en la naturaleza y la ubica-
cin de la industria. Entre los mas importantes estu-
vieron las instituciones educativas, las dos caras de la
industria —Ia direccién de la empresa y los trabajado-
-res— y los gobiernos. Distinguirlos no es dificil, pero
~~ evaluar su importancia relativa y desentrafar sus in-
teracciones, siempre fuertes y a veces violentas, es un
asunto harto distinto. Por comodidad, los trataremos
por separado, rero al mismo tiempo intentaremos se-
falar las miiltiples interrelaciones.
1. LAEDUCACION
A menudo se he seftalado que la Revolucién industrial
‘en Gran Bretafa fue iniciada y Ievada a cabo por hom-
bres de poca o ainguna educacion oficial, y desde lue-
go carentes de estudios universitarios. Se nos recuer-
da con menos frecuencia, sin embargo, que las univer-
sidades de aquellos tiempos, salvando las matemati-
‘cas, tenian poco que ofrecer a los nuevos pioneros, aun
fen el caso de que las hubiesen frecuentado. La ciencia4 Desde 1900 hasta 1950 (I)
se veia con suspicacia y la ingenieria se consideraba
algo por debajo de la dignidad de_un caballero; por
otro lado, una base firme en los clsicos tenia poca uti-
lidad-para las nuevas exigencias de la industria. No
fue sino en la segunda mitad del siglo x1x (1875) cuan-
do se cre6 en Cambridge una catedra de Mecanismos
Aplicados y Mecénica Aplicada; no hubo catedra de in-
genieria en Oxford hasta 1907. La tarea de proveer a
las necesidades de los fabricantes en los primeros afios
de este siglo se dej6 principalmente en manos de las
universidades civicas, en los nuevos centros de la in-
dustria y el comercio, tales como Liverpool y Manches-
ter. Incluso en éstas, sin embargo, el ambiente acadé-
mico era mas favorable a las ciencias puras que las
aplicadas: en el mundo universitario, y en el pais en
general, los ingenieros carecian del prestigio de sus co-
Tegas de las artes, La relacion entre los departamentos
académicos de ciencia aplicada y la industria era es-
casa. Tan sélo unas pocas catedras —tal como la cate-
dra Livesey de las Industrias del Gas de Hulla y el
Combustible en Leeds (1908)— estaban relacionadas
directamente con las necesidades de alguna industria
particular. Las ciencias puras recibieron un trato me-
jor, pero sus mejores graduados eran reacios a dedi-
carse a la industria. Aquellos que lo hicieron descu-
bricron que sus universidades habian hecho poco
prepararlos para los problemas practicos de la vida i
dustrial y sus patronos a menudo fueron incapaces ce
sacar de ellos mayor provecho. Incluso a mediados de
este siglo, los cientificos e ingenieros se quejaban de
que eran comodines mas que directivos.
En otras partes prevalecio una actitud més positiva
hacia la formacién vocacional en ciencia e ingenieria.
En Alemania, por ejemplo, las universidades antiguas
mostraron la misma clase de antipatia hacia la tecno-
logia que se manifestara en Gran Bretaia, pero esto
fue contrarrestado por la fundacién de instituciones
auténomas para la ensefanza superior de la tecnolo-
gia, las Technische Hochschulen. Estas tenian la cate-
goria de las universidades mas antiguas y concedian
Introduccion 5
‘us propios titulos. La primera universidad de este tipo
fue la Universitat Fridericiana en Karlsruhe (1825),
pero la mayoria de ellas se fundaron mucho mas tar-
de: la Universidad Técnica de Munich se fund6 en 1868
y la Technische Hochschule de Berlin en 1879. Era cos-
tumbre que los profesores mantuviesen fuertes lazos
con la industria. Ast, a comienzos del siglo Xx, la in-
dustria alemana tenia una fuente de graduados det