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Cuando el guerrero abandon el il, la mujer corri a donde estaba el giro e hizo
la misma operacin. En eso entr Dad, la hermana de Shang y le pregunt algo.
Cuando Oy fue a responder le salieron llamas de la boca. La hermana del orisha se
entusiasm y le pidi a Oy que le dijera el secreto.
Shang se dio cuenta que le haban tocado su giro misterioso y sali a buscarlas.
Al fin dio con ellas y comenz a recriminarlas.
Oy le contest:
Shang y Oy emprendieron una nueva batalla contra el dios de las forjas y los
metales, en la cual ste saldra derrotado, pues contra el rayo de Shang y la
centella de Oy le fue imposible vencer esta vez.
SHANG Y EL TAMBOR
Ogn y Ochosi deseaban hacer algo que los alegrara y pusiera a todos a bailar, que
produjera un sonido agradable, musical, para que llegara hasta el alma de cada
cual.
Por eso fueron a ver a Osain, en busca de que este les aconsejara cmo fabricar un
instrumento que produjera los sonidos que ellos deseaban.
Osain, que conoce todos los palos del monte, sus usos y propiedades, les indic que
deban cortar un cedro de regular tamao y luego ahuecarlo.
Cuando concluyeron el trabajo que les sugiriera Osain, Ogn mat un chivo y con el
cuero de este animal hizo los parches para el tambor.
Shang, que andaba por all cerca, atrado por los sonidos de aquel instrumento,
lleg hasta donde estaban reunidos y se qued maravillado con el invento.
Me dejan probar a m dijo con su voz fuerte, pero con cierto temor a que los
otros, que lo miraron desconfiados, se negaran.
Entonces el orisha del rayo y el trueno comenz a tocar el instrumento con tal
maestra que los presentes se pusieron a bailar y mucha gente acudi al llamado
del tambor.
Fue tanta la alegra de aquel gemilere improvisado por Shang que a Ogn y a
Ochosi se les olvid reclamarle el tambor y desde da Shang no lo solt nunca
ms.
Olofin mand buscar a Shang, pero este no quiso ir porque estaba en el gemilere
bailando.
Olofin, muy ofendido, se qued pensando. Das despus, sabiendo lo goloso que era
Shang, lo invit a almorzar y prepar akuk y frijoles negros con muchsimo
picante.
Fue en vano que, una y otra vez, la mujer quisiera cobrarle al marchante lo que
adeudaba. Todo se converta en evasivas de su parte.
Desde entonces Shang tuvo tambin su perro que como es pequeo se llama
Lube.