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1 Jorge Raul Orellano

2 Jorge Raul Orellano


Universidad Nacional de Cuyo
Facultad de Filosofía y Letras
Carrera de Historia
Cátedra de Procesos Económicos Contemporáneos

ENDEUDAMIENTO
EXTERNO DE LA
ECONOMÍA
ARGENTINA:
1976 -198I

Jorge Raul Orellano


e-mail: Jo8318@yahoo.com.ar

Mendoza 2008

3 Jorge Raul Orellano


El presente trabajo forma parte del seminario de
investigación realizado en la Universidad Nacional
de Cuyo; Facultad de Filosofía y Letras; Carrera de
Historia, en la Cátedra de Procesos Económicos
Contemporáneos.

LA DEUDA EXTERNA. Endeudamiento externo


de la economía argentina: 1976 – 1981.

Jorge Raul Orellano


Registro de alumno 15.426

e-mail: jo8318@yahoo.com.ar
TE: 0261 4816568 / Cel. 0261 156675968

Titular de la Cátedra: Profesor Hugo Alberto Ruiz

Mendoza. Octubre de 2008

4 Jorge Raul Orellano


CONTENIDO

Introducción 6 Capítulo 3
Por qué un proyecto de investigación 6 Endeudamiento externo durante 1976 20
sobre la deuda externa – 1981
Martínez de hoz y su plan económico 21
Los objetivos y las medidas
medidas del plan 22
Por qué analizar el periodo de 1976-
1976- 8 económico
1981 en lo que se refiere a la deuda Objetivos 22
externa Medidas 23
El por qué del endeudamiento externo 24
Los capitales golondrinas 28
“la tablita” 29
Especulación financiera 31
Consecuencias del endeudamiento 33
externo
Incidencia en el desarrollo económico 34
Capítulo 1 del país
Reformulaciones en el sistema de 35
Algunas apreciaciones 10 pagos
conceptuales El papel de los grandes centros 37
financieros
Hacia la declaración del no pago de la 39
deuda

Capítulo 4
Consideraciones finales 44
Una deuda pendiente 48
Una lección por 50
aprender
Diferencia entre deuda “externa” y deuda 11
“pública”
“pública”
Qué es la deuda privada 12

Capítulo 2
Antecedentes inmediatos de la deuda 13
externa al periodo 1976 – 1981
La coyuntura internacional 13
Capitales extranjeros y petróleo 14
La crisis del petróleo. 15 Conclusión 56
Los capitales. 15
La deuda externa como fenómeno 16 Bibliografía 58
latinoamericano
Situación de la argentina en los setenta 17 Apéndice 59

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Introducción

Introducción

¿Porqué un proyecto de investigación sobre


la deuda externa?

Martínez de Hoz jura como Ministro de Economía


Felix Luna. De la serie de videos sobre Historia Argentina

Hasta no hace mucho tiempo la deuda externa ocupó un rol protagónico en toda
discusión política en América Latina. Incluso en este momento de la historia de nuestro
país la cuestión todavía trae cola, a pesar de que los acontecimientos políticos -
económicos, ya a mediados de este 2008 giran en torno al conflicto que enfrenta al
gobierno con el sector ‘del campo’. Estos sucesos con todas las implicancias en el
conjunto de la economía nacional parecen haber eclipsado el tema de la deuda externa.
Ya desde antes de que recrudeciera el conflicto con el sector del campo, algunos desde
el gobierno anunciaban con bombos y platillos que se habían cancelado al FMI el monto
total de la deuda externa. Incluso en uno de los discursos de la ‘presidenta’ esto fue
reivindicado como uno de los logros del gobierno (entiéndase por gobierno todo el
periodo en el cual el ‘matrimonio presidencial’ ha ocupado el poder ejecutivo de la
Nación). Ese ‘logro’ sería haber pagado ‘la deuda’ pendiente el Fondo Monetario

6 Jorge Raul Orellano


Internacional, situación “que tanto –se dijo- había angustiado a nuestro país”. Para quien
no toma los recaudos suficientes respecto al discurso que se estaba dando, parecería que
eso sonara a: “Este gobierno ha pagado la deuda externa”. Lo cual es una expresión
simplista que fácilmente puede hacer incurrir al ciudadano común (y no tan común) en
la falsa creencia de que SE HA PAGADO TOTALMENTE LA DEUDA EXTERNA.
Lo cual estrictamente hablando ES FALSO ya que lo que se ha pagado no es la Deuda
Externa sino tan solo una porción de ella que involucra al FMI. Evidentemente que
quienes mínimamente tienen conocimientos básicos de economía política saben
diferenciar muy bien y distinguir que no es lo mismo cancelar “la deuda externa” que
efectuar un pago al FMI. En otras palabras saben que lo que se quería decir era ‘para la
tribuna’ pero en nada condice con la realidad. Es curioso que hasta en el discurso
presidencial al que hacemos referencia incluso se tuviera cuidado en decir que lo que se
había pagado era al FMI (y no “la deuda externa”). Pero por supuesto, acorde con la
urgencia del momento, los medios no repararon en este detalle ínfimo sino en que la
‘presidenta’ se había referido “elípticamente” a sus adversarios ‘del campo’ con
palabras tales como “los que tienen riquezas tienen la responsabilidad de generar
puestos de trabajo”. Pero la deuda…

La “deuda externa” y su cuestión hoy (mediados del 2008) aparece tapada bajo
el aluvión vorágine de los vaivenes de la política actual caracterizada por
posicionamientos ‘duros’, discursos ‘virulentos’, denuncias y acusaciones de una y otra
parte, etc. Pero la deuda externa de la República Argentina AÚN NO SE HA PAGADO,
aún sigue siendo una cuestión pendiente, todavía es: ¡Deuda! En algún momento el
devenir histórico traerá a colación este hecho, se volverá a mirar “la deuda” como una
cuestión pendiente a la que todavía habrá que ver de que modo resolver –condición
necesaria si en realidad se desea el despegue económico de nuestro país- . Es en esos
momentos (puede que el tema surja en cualquier momento) en que los espíritus curiosos
y las mentes sedientas de conocimientos, aquellos que gustan de reflexionar el porqué
de las cosas querrán saber sobre “la deuda”, la deuda que significa para nuestro país una
espinilla (o un gran aguijón según se la vea) que molesta y que hay que sacar. Querrán
saber, conocer un poco más sobre este fenómeno que ha azotado a todos los países de
Latinoamérica y que se conoce como “la deuda externa”. Es precisamente por este
motivo que este humilde trabajo tiene por objeto proporcionar información específica

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que pueda ayudar a comprender mejor el tema del endeudamiento externo para todos
aquellos que gustan apreciar el fenómeno en su dimensión histórica. De la “deuda”
quizá se haya hablado mucho, pero en este caso abordaremos un periodo específico: la
etapa que va desde el año 1976 hasta el año 1981.

¿Por qué analizar el periodo de 1976-1981


en lo que se refiere a la deuda externa?
Durante dicho periodo el gobierno militar nombró
ministro de economía a José Alfredo Martínez de Hoz quien
en la presentación de su plan económico se propuso detener la
inflación y estimular la inversión extranjera. Sin embargo la
serie de medidas controversiales que adoptó llevaron al
José Alfredo Martínez de Hoz Estado a pedir préstamos externos para hacer frente al déficit
fiscal. El solicitar prestamos externos para cubrir el déficit estatal ya era algo común en
los diferentes gobiernos argentinos. Algunos estudios realizados como el que publicó la
revista Todo es Historia dirigida por Felix Luna hacían remontar la deuda externa
argentina a aquél famoso empréstito Baring & Broders’ (contraído por Bernadino
Rivadavia) llamando la atención a la manera escandalosa en que el mismo fue
cancelado. Sin embargo, volviendo a la época más reciente de los años setenta (hoy día
los autores que hablan de ‘setentismo’), es muy significativo el hecho de que si en 1975
la deuda externa del país era de 4.941 millones de dólares, en 1976 aumentó en casi un
50% y trepó a los 6.648 millones. Para 1978, éstos se habían transformado en 8.127
millones y en 1979 llegaban a 9.960 millones. Por supuesto que a estos créditos todavía
había que sumarle millones de dólares en concepto de interés. Es evidente entonces que
en este periodo el Estado pidió grandes préstamos a la banca internacional lo que
contribuyó a abultar el monto de la deuda externa. Este panorama hace que queramos
estudiar que fue lo que llevo a esa situación, así como a querer buscar respuestas a una
serie de interrogantes tales como: ¿fueron necesarios esos préstamos del exterior? ¿Se
pidieron con responsabilidad? ¿Hubo una política a largo plazo? Y con respecto al
incremento vertiginoso de la deuda nos preguntamos hasta que punto tuvo que ver en
ello la política económica desplegada durante el período en que Martínez de Hoz fue
ministro de economía así como las repercusiones a futuro si es que en realidad las hubo.

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Se podría haber analizado cualquier otro periodo de convulsión económica –que en
nuestro país ha habido varios-, pero creemos que la política económica implementada
en el periodo que nos acometemos a considerar significó de algún modo un ‘giro’ en
diversos aspectos y que repercutieron de manera directa en la evolución y desarrollo de
la deuda externa argentina. El presente trabajo tiene como objetivo demostrar cómo
afectó a nuestra deuda externa la política económica implementada en el periodo 1976-
1981.

Mundial de fútbol de 1978

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9 Jorge Raul Orellano


Algunas apreciaciones conceptuales

CAPÍTULO UNO

1-1 ALGUNAS APRECIACIONES


CONCEPTUALES
Se entiende por “deuda externa” al conjunto de pasivos financieros, es decir la
suma de compromisos de pago que tiene un país determinado –y en este caso concreto,
de nuestro país la República Argentina – hacia acreedores ‘externos’. Podríamos decir
entonces que la deuda externa es lo que nuestro país debe a otros países en el marco del
contexto internacional.
Esto es lo que entendemos por deuda externa en sentido amplio y genérico. Pero
tenemos que hacer una serie de distinciones para entender correctamente todo lo que
implica y está comprendido dentro de la noción de “deuda externa”; ya que por un lado
dentro de este concepto está incluida lo que ha dado en llamarse la “deuda pública”, y
por otra parte también tenemos como deuda externa de un país aquella que se llama
“deuda privada”.

La deuda externa no deja de crecer


Buenos Aires. Entre abril y junio, el Gobierno pagó intereses por 950 millones
de dólares y canceló vencimientos de la deuda por 2.885 millones. Aún así, el
endeudamiento público aumentó en 5.632 millones. ¿Alguien se equivocó al hacer las
cuentas? No, lo que pasó fue que, al mismo tiempo, la deuda pública creció por el
ajuste del CER y del tipo de cambio, la colocación de nuevos bonos y la capitalización
de intereses. Quizás por esta realidad y por la perspectiva de que la deuda va a seguir
subiendo, hace tiempo que no se habla del “desendeudamiento” de la Argentina.
Según las cifras difundidas por el Ministerio de Economía, la deuda pública a
junio de 2008 ascendió a 149.847,4 millones de dólares. Esta cifra no incluye la deuda
no presentada al canje (30.612 millones de dólares).
Fuente: diario Los Andes 24 de agosto de 2008-08-26

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1-1.1 DIFERENCIA ENTRE DEUDA
“EXTERNA” Y DEUDA “PÚBLICA”
El 40 % de lo que debe el Estado se lo deben a bonistas del interior. Por eso
cuando se habla de deuda pública no es solo la “deuda externa” sino que también abarca
la deuda que tiene el Estado Nocional con los particulares del país.
La deuda pública la podemos entender como aquella deuda que el Estado tiene
para con personas, empresas, o instituciones nacionales o extranjeras y que no forman
parte de la Administración Pública de dicho Estado. También se dice que es la deuda
contraída por el sector “publico” hacia el sector “privado”, de ahí la denominación de
“deuda pública”.
La razón de ser de la deuda pública deviene de la necesidad que tiene el Estado
de contar con recursos financieros para poder financiar sus actividades (cuando los
impuestos y otros recursos ordinarios no alcanzan). La deuda pública puede afectar
variables económicas (oferta monetaria, el tipo de interés) influyendo en el
funcionamiento real de la economía.
A su vez, según sea la nacionalidad del prestatario, la deuda pública será interna
o externa. La deuda pública interna es aquella que el Estado contrae hacia los nacionales
del país; mientras que, la deuda pública externa es contraída por el Estado hacia
extranjeros. Este tipo de deuda permite la adquisición de dinero sin recurrir al circulante
nacional, salvo en el momento en que esta deba ser amortizada.

En nuestro país, entre 1976 y 1979, el proceso de endeudamiento estuvo


protagonizado por el sector público, ya que el Estado pidió se endeudó con la banca
internacional para poder aumentar así las reservas en divisas. Para 1975 la deuda
externa pública era de 4.941 millones de dólares. Hacia 1976 se incrementa llegando a
los 6.648 millones de dólares. En 1978 la deuda pública había alcanzado los 8.127
millones de dólares, y finalmente para 1979 el endeudamiento externo del Estado llegó
a ser de 9.960 millones de dólares.
Habiendo hecho esta aclaración entre deuda externa y deuda pública, debemos
decir con respecto a la primera que en el caso de la Argentina, los grandes prestatarios
internacionales han sido el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

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1-1.2 ¿QUÉ ES LA DEUDA PRIVADA?
De acuerdo a las distinciones realizadas anteriormente, vamos a decir que la
deuda privada –en contrapartida con la deuda pública – es aquella que es contraída ya
no por el sector de la administración pública de un país, sino por el sector privado. Esta
deuda puede ser hacia el propio estado como hacia organismos del exterior.
Ahora bien, ¿Cuál es la relevancia de estas distinciones y qué tiene que ver la
deuda privada con nuestro análisis? Quizás si la deuda del sector privado de nuestro país
hubiera seguido siendo “deuda privada” entonces en lo que atañe a nuestro análisis de la
deuda externa no tendría relevancia, salvo en el caso –que veremos más adelante – de
“estatización” de la deuda privada por parte del Estado Nacional.

Efectuada esta apreciación conceptual, vamos a pasar al análisis de nuestro tema


en cuestión: La deuda externa argentina en relación con la política económica de
Martínez de Hoz. Pero primero veamos las condiciones que en el plano internacional
posibilitaron un aumento apreciable de la deuda durante la etapa Martínez de Hoz.

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12 Jorge Raul Orellano


Antecedentes inmediatos de la deuda externa al periodo 1976 - 1981

CAPÍTULO DOS

2 ANTECEDENTES INMEDIATOS DE
LA DEUDA EXTERNA AL PERIODO
1976 – 1981
2- 1. LA COYUNTURA
INTERNACIONAL

El nuevo gobierno contó con el visto bueno del gobierno norteamericano.

Durante los ’70 se evidenció una gran liquidez en los mercados financieros
mundiales, derivada del abultado déficit en la cuenta corriente norteamericana y los
saldos comerciales positivos de los países de la OPEP, que ampliaban aún más la
magnitud de los fondos prestables.

Los países subdesarrollados, y especialmente América Latina, comenzaron a


jugar un importante rol como tomadores de créditos para financiar sus déficit
comerciales (en muchos casos incrementados por el efecto de los nuevos precios del
petróleo), cubrir su necesidad de recursos para proseguir con las estrategias de
industrialización, solventar los gastos del Estado o desarrollar nuevas estrategias en
materia financiera.

13 Jorge Raul Orellano


También podemos señalar como un factor de tipo psicológico que se dio sobre
todo en los llamados países “subdesarrollados”: la conciencia de su propio retraso
tecnológico y el hecho de querer revertir esta situación. Precisamente el economista
Aldo Ferrer en su libro que trata sobre las etapas de la economía de nuestro país,
denomina a la última etapa como de Economía Industrial no Integrada donde según el
autor “El hecho principal que determina el carácter no integrado de la economía radica
en que su crecimiento y nivel de ocupación depende de los abastecimientos importados
debido al insuficiente desarrollo de las industrias de base” 1(cursivas propias). Como se
ve, se es conciente de la insuficiencia tecnológica, y es en la década del ’60 y ’70 que el
énfasis se pondrá desde lo intelectual en la necesidad de progreso y desarrollo
tecnológico. Ahora bien, para poder desarrollar una ‘industria de base’ se necesita
capital, y no hace falta ser muy perspicaces para darnos cuenta el atractivo que supuso
en ese momento recurrir al endeudamiento externo, ya que el endeudamiento externo de
por sí no es malo pues evita menoscabar el ahorro nacional y utiliza fondos externos que
‘en teoría’ servirían para realizar el despegue tecnológico necesario y que una vez
realizado el mismo reportaría beneficios económicos importantes como para hacer
frente al pago de ese endeudamiento.

2.1.1 CAPITALES EXTRANJEROS Y


PETRÓLEO
En el marco de esta coyuntura externa, se puede visualizar claramente un par de
circunstancias concretas que unidas con la política económica que llevó a cabo José
Alfredo Martínez de Hoz y que respondía a su particular modo de entender la economía,
van a ser los factores que van a favorecer el endeudamiento externo. Estas
circunstancias o hechos relevantes dentro del panorama internacional son la crisis del
petróleo y –derivado de esto – el exceso de capitales extranjeros que buscaban mercados
donde poder invertir. Rapoport señala que la crisis debido a la suba de los precios del
petróleo tuvieron amplias y trascendentes consecuencias para la economía mundial, ya
que “La duplicación de las reservas monetarias mundiales, resultado del aumento de la

1
FERRER, ALDO. La economía argentina. Las etapas de su desarrollo y problemas actuales. Buenos
Aires, Fondo de Cultura Económica. 1963. Pág. 12

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cantidad de dólares en circulación a principios de la década del ’70, paso a cubrir en los
años siguientes la mayor demanda internacional de liquidez producida por la inflación
mundial y la crisis petrolera”.2

LA CRISIS DEL PETROLEO.

La crisis del petróleo se inició en octubre de 1973, cuando a raíz del apoyo
brindado por Estados Unidos a Israel durante la guerra del Yom Kippur contra Siria y
Egipto. La Organización de los Países Exportadores de Petróleo Árabes anunció que no
exportarían más petróleo a los países que habían apoyado a Israel. Los miembros de la
OPEP lograron cuadruplicar el precio del petróleo mundial. El alza de los precios del
petróleo generaba reservas de enorme magnitud en los países de la Organización de
Países Exportadores de Petróleo (OPED), especialmente en los del mundo islámico. A
pesar de que la derrota en Vietnam había obligado a Nixon la retirada de las tropas en
1973, el dólar devaluado mantenía fortaleza política porque seguía siendo la moneda de
cambio en las transacciones petroleras, los llamados “petrodólares”. La acumulación de
dólares generada por la suba del petróleo en los países de la OPED, fue un factor que
hizo que se buscara dónde invertir.

LOS CAPITALES.

La segunda mitad de la década del ’70 se caracterizó por una gran liquidez en
los mercados financieros mundiales, derivada del abultado déficit en la cuenta corriente
norteamericana y los saldos comerciales positivos de los países de la OPEP, que
ampliaban aún más la magnitud de los fondos prestables. El espectacular
endeudamiento tuvo mucho que ver con la sobreabundancia de petrodólares en los
mercados financieros. A partir de 1973 se profundizaría la política de estímulo al
endeudamiento de los países periféricos cuando los petrodólares generados por las
extraordinarias subas en el precio del crudo inundaban las entidades financieras.3 Esto
impulsó a la banca internacional a ofrecer a los países en desarrollo, en especial de
América Latina, amplios préstamos con bajas tasas de interés. Pero además, debemos

2
RAPOPORT, MARIO. Historia política, económica y social de la Argentina (1880 – 2003). Buenos
Aires, Ariel. 2006. Págs. 727-728.
3
BONELLI, MARCELO. Un país en deuda. Buenos Aires. Sudamericana. 1998. Pág. 27

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sumarle a ello como un factor condicionante la recesión de los países centrales. Esta
recesión produjo que en dichos países no hubiera tomadores de crédito en sus mercados
internos y que bajase la tasa de interés. Ello fue un factor que impulsó a que los bancos
buscaran entonces colocar esos fondos en el exterior.

2.1.2 LA DEUDA EXTERNA COMO


FENÓMENO LATINOAMERICANO

Las coyunturas externas señaladas


anteriormente impactaron en toda América
Latina, ya que todo el conjunto evidenciaba la
misma condición de ‘subdesarrollo’ que en
nuestro país, debido a que Latinoamérica en
Pinochet y Videla
general había tenido un proceso histórico-
económico similar desde la época de la emancipación de España4. El proceso se había
acentuado con la “división de internacional del trabajo” en donde Latinoamérica debido
a sus particulares condiciones había asumido el papel de suministrador de materias
primas a los países ‘centrales’ y comprador a su vez de estos países de productos
manufacturados. Las Guerras mundiales hicieron ver la necesidad de la sustitución de
importaciones5, pero a pesar de ello y sobretodo debido a períodos de gran inestabilidad
política no se pudo llegar al nivel de desarrollo de las naciones de ‘primer mundo’.
De modo que para los ’70, los países subdesarrollados, y especialmente América
Latina, comenzaron a jugar un importante rol como tomadores de créditos para financiar
sus déficit comerciales (en muchos casos incrementados por el efecto de los nuevos
precios del petróleo), cubrir su necesidad de recursos para proseguir con las estrategias
de industrialización, solventar los gastos del Estado o desarrollar nuevas estrategias en
materia financiera6.

4
GUERRA, XAVIER. Modernidad e independencias: Ensayos sobre las revoluciones hispánicas.
México.1993. pág. 193
5
ROMERO, JOSÉ LUIS. Breve historia de la Argentina. Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires,
2000. pág 157
6
Revista Envío. Número 210. septiembre 1999. UCA. Managua, Nicaragua.

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En 1960, el conjunto de América latina debía 7.200 millones de dólares. En
1970, esa cifra pasó a 20.900 millones, es decir que en diez años se incrementó en un
290 %. Una década después, en 1980, el pasivo de la región, con la Argentina, Brasil, y
México acumulando el 80% del total, llegaba a los 243.000 millones. Un salto del
1.162% sobre 1970 y del 3.373% respecto de 1960.7
Pero a todo ello hay que agregar otro factor importante para comprender el
fenómeno de la deuda como un proceso común en toda Latinoamérica durante la década
de los ’70 y que tiene que ver con los bancos internacionales. En efecto, hubo una feroz
competencia de estos Bancos por participar de lo que Mario Rapoport llama “el
atractivo mercado que parecían ofrecer los países del tercer mundo”8. Este fuerte
endeudamiento tornó a América Latina vulnerable a los cambios en la coyuntura
económica y financiera mundial.

2.2 SITUACIÓN DE LA ARGENTINA


EN LOS SETENTA
A mediados de la década de los ’70 el terrorismo había alcanzado en la
Argentina un punto culminante dentro de un proceso iniciado varios años antes,
llegando a transformar a algunos movimientos políticos en organizaciones terroristas.
Estas organizaciones instalaron el miedo en la sociedad argentina de manera
indiscriminada. Las instituciones de la democracia trataron inútilmente de proteger a la
población ante sus desbordes.
Esta era la situación social. En cuanto a lo político, Lanusse había sido el último
de los presidentes de la Revolución Argentina (1966-1973). En 1973 se había llamado a
elecciones con el retorno del ‘peronismo’ al poder. Grupos armados causantes de
frecuentes atentados cuestionaban al ‘sistema’ (en línea con lo que ocurría en varios
lugares del mundo). Una vez muerto Perón le había sucedido su esposa en la
presidencia, pero era una presidencia “formal”9 ya que el poder real lo ejercía López
Rega que se desempeñaba como ministro de Bienestar Social. Es así que en este

7
BONELLI, MARCELO. Op. Cit. Pág. 26
8
RAPOPORT, MARIO. Op. Cit. Pág. 728.
9
GERCHUNOFF, PABLO; LLACH, LUCAS. El siclo de la ilusión y el desencanto. Un siglo de
políticas económicas argentinas. Buenos Aires. 1998. Pág, 336.

17 Jorge Raul Orellano


contexto el 4 de junio de 1975 el gobierno de Isabel Perón lanzó el programa económico
conocido como el rodrigazo. Mientras tanto, la violencia crecía hasta que el 24 de marzo
de 1976 se consumó el golpe militar dando inicio al llamado “proceso de reorganización
nacional” o –si se prefiere – “la dictadura militar”.

Durante el gobierno de Isabel se lanzó el plan conocido como el “rodrigazo”

Mientras que en el orden político los militares se habían propuesto resolver el


problema de la violencia generada por la guerrilla, en lo político la economía argentina
estaría en las manos de José Alfredo Martínez de Hoz. Según los objetivos que el
mismo ministro se impuso el 2 de abril de 1976 –momento en el que presenta a la
sociedad su plan económico – sus esfuerzos estarían orientados a, por un lado, combatir
la inflación; y por otra parte estimular la inversión extranjera para posibilitar el
desarrollo del país y el crecimiento económico de la Argentina. El marco que los ’70 le
proporcionó al flamante ministro fue que bajo el amparo del poder que proporcionaba la
estructura militar del gobierno de facto, Martínez de Hoz pudo llevar a cabo sus
medidas sin que pudiera oponérsele cualquier tipo de protesta o huelga sindical por estar
prohibido.
El programa económico de Martínez de Hoz con los militares es el inicio de un
nuevo modelo de orden socioeconómico que reemplazaría al peronista, caracterizado
como propio del Estado de bienestar. Si bien los diversos autores se focalizan en
diferentes aspectos cuando analizan la gestión de Martínez de Hoz, algo que se puede
vislumbrar claramente por parte de todos los autores consultados es que hubo un afán de
reforma o innovación o “de poner orden”10 (mas allá del resultado bueno o malo de la

10
Por ejemplo, Rapoport menciona que: “A partir del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 comenzó
a implementarse un conjunto de medidas que tuvieron un importante impacto en la esfera económica

18 Jorge Raul Orellano


gestión). Una prueba contundente de ello es el gran número de medidas, leyes y
decretos elaborados desde el ministerio de economía.11 Es por tal motivo que se señala
insistentemente que con Martínez de Hoz ocurre un cambio, un viraje, si se quiere un
quiebre del modelo económico (a pesar de la pretensión de que sería un continuador del
programa económico de Celestino Rodrigo12). Alejandro Vanoli en un artículo
publicado en Clarín13 dice que “en 1977 se inicia un cambio estructural orientado a
transformar radicalmente la economía del país en beneficio de sectores concentrados,
con base transnacional financiera”. Este cambio ‘estructural’ llevó al país al
endeudamiento externo durante 1976 a 1981.Veamos en qué magnitud.

El 24 de marzo de 1976 se consumó el golpe militar

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argentina, produciendo una ruptura de las características estructurales del funcionamiento de la economía
del país.”. RAPOPORT, MARIO. Op. Cit. Pág.788.
11
Un análisis detallado y pormenorizado de sus medidas –casi textual diríamos- se puede hallar en el
libro de Laura san Martino de Dormí: Argentina Contemporánea de Perón a Menem
12
BONELLI, MARCELO. Op. Cit. Pág. 24
13
02.04.2006 | www.Clarín.com /Económico

19 Jorge Raul Orellano


Endeudamiento externo durante 1976 – 1981

CAPÍTULO TRES

3 ENDEUDAMIENTO EXTERNO
DURANTE 1976 – 1981

40.000

30.000

20.000

10.000

1975 1976 1977 1978 1979 1980 1981

La deuda externa argentina era de 7.875 millones de dólares en 1975, y se


triplicó entre 1976 y 1981, años en que el ministerio de Economía fue dirigido por José
Alfredo Martínez de Hoz. Según Marcelo Bonelli, Martínez de Hoz multiplicaría la
deuda por un coeficiente de 5,5 llevando las obligaciones de 8.085 millones de dólares a
45.065 millones de dólares14. Nicolás Márques, en un libro que tiene como propósito
defender el accionar de la dictadura, dice: “Durante la gestión de Martínez de Hoz el
país se endeudó en veinte mil millones de dólares para financiar todo tipo de
emprendimiento dirigista y estatista, tales como Yacimientos Petrolíferos Fiscales, y por
subsidiar exportaciones que “consumían” más divisas que las que producían, el
Mercado Central, el Ente Binacional Yaciretá, el Polo Petroquímico Bahía Blanca, las

14
BONELLI, MARCELO. Op. Cit. Pág. 25

20 Jorge Raul Orellano


empresas estatales Altos Hornos Zapla, Yacimientos Carboníferos Fiscales, y
muchísimos otros”15.
El doctor José Alberto Deheza, en una causa judicial sobre la legitimidad de la
deuda externa, concluyó que entre 1978 y 1981, la deuda creció unos 27.586 millones
de dólares.
En materia económica, la otra cara del establecimiento de una dictadura que las
Fuerzas Armadas llamaron “Proceso de Reorganización Nacional”, fue la apertura
comercial y una profunda reforma financiera.

3.1 MARTÍNEZ DE HOZ Y SU PLAN


ECONÓMICO
Transcurrida una semana del pronunciamiento militar, de marzo del 76, el 2 de
abril de 1976 el flamante ministro de economía José Alfredo Martínez de Hoz expuso
su plan expuso su plan económico, denominado Programa de recuperación, saneamiento
y expansión de la economía argentina, el que fue aprobado por la junta militar.
El plan económico del 2 de abril descansaría sobre tres discursos16 del ministro
Martínez de Hoz: el del 2 de abril cuando anunció su programa; el del 20 de diciembre
de 1978, denominado Medidas de profundización y ajuste del plan económico en la
nueva etapa que se iniciará en 1979 y el del 10 de julio de 1980 llamado Una nueva
etapa en la aplicación del programa económico. Uno de los puntos del nuevo modelo
fue la reforma de la ley de entidades financieras, la liberalización de la cuenta capital,
una política monetaria restrictiva y la tablita cambiaria que generó un profundo retraso
cambiario. En este sentido el economista Alejandro Vanoli dice que las altas tasas de
interés en el marco de la estabilidad cambiaria crearon un proceso de ingreso de capital
financiero que facilita un boom de importaciones. A todo ello –señala el economista –

15
MÁRQUEZ Nicolás, La otra parte de la verdad, Gráfica MPS, 2004, Buenos Aires. Pág. 105
16
SAN MARTINO DE DROMI, LAURA.: Historia Argentina Contemporánea: de Perón a Menem.
Buenos Aires. 1996. Pág. 865

21 Jorge Raul Orellano


se le unió el creciente cortoplacismo financiero que afectó profundamente a la
inversión y al conjunto de los sectores productivos. El programa incluyó además el
aumento del gasto en armamentos y obras de infraestructura costosa y de baja
rentabilidad social todo lo cual provocó, en el marco de la desregulación financiera, un
crecimiento explosivo de la deuda externa pública y privada para financiar el creciente
déficit gemelo externo y fiscal17.

Portada del diario La Opinión anunciando el plan de Martínez de Hoz

3.1.1 LOS OBJETIVOS Y LAS MEDIDAS


DEL PLAN ECONÓMICO

OBJETIVOS:

José Alfredo Martínez de Hoz como Ministro de Economía en su discurso del 2


de abril de 1976, expuso los objetivos fundamentales de su plan de reformas que según
sus palabras tenían los siguientes como puntos centrales, donde se destacan tres
objetivos básicos:

17
VANOLI ALEJANDRO: La economía de Martínez de Hoz. En www.Clarin.com /Económico / 02-
04-2006.

22 Jorge Raul Orellano


- “1) lograr el saneamiento monetario y financiero indispensable, como base
para la modernización y expansión del aparato productivo del país, en todos sus
sectores, lo que garantizará un crecimiento no inflacionario de la economía; - 2) acelerar
la tasa de crecimiento económico; - 3) alcanzar una razonable distribución del ingreso,
preservando el nivel de los salarios, en la medida adecuada a la productividad de la
economía. Así como no puede haber distribución sin crecimiento, tampoco puede
admitirse el crecimiento sin distribución”.

MEDIDAS:

Podemos decir que las medidas de Martínez de Hoz comprendieron un amplio


abanico cubriendo diversas áreas lo que evidencia un afán de reforma como ya hemos
señalado anteriormente. La magnitud de estas reformas se comprende bien con la sola
mención de las áreas que toca. Siguiendo a Laura San Martino de Dromi estas reformas
se circunscribieron a: política presupuestaria, política cambiaria, política monetaria y
crediticia, política de comercio exterior y agropecuaria, política industrial, política
energética, política minera, política de inversiones extranjeras, y política de ingresos.
Todo es conjunto de medidas en estos campos evidenciaron al decir de Laura San
Martino de Dromi un “marcado rasgo liberal, la oposición a la intervención estatal en el
mercado y la libre determinación de las variables, de acuerdo con el libre juego de la
oferta y la demanda”18. Se buscaba resultados positivos en el corto plazo a través de la
implementación de una serie de políticas económicas que podemos mencionar ‘a vuelo
de pájaro’:19

Política presupuestaria. En este aspecto debían alcanzarse tres grandes


objetivos. En primer lugar reducir el gasto fiscal, a través de la racionalización de la
Administración central, la eliminación del déficit de las empresas estatales, la
reducción gradual y eliminación del aporte federal para cubrir los déficits de los
presupuestos provinciales y una reducción del plan de obras públicas.
En segundo lugar se proponía aumentar los ingresos o recursos del Estado y en tercer
lugar incrementar la inversión productiva. Para que ello fuera posible, entre otras cosas,
debía reestructurarse el sistema impositivo.

Política cambiaria. En este aspecto buscó eliminarse el mercado negro, y la tasa


oficial de cambios sobrevaluada, estableciendo un tipo de cambio oficial “único y
libre”.

18
SAN MARTINO DE DROMI, LAURA. Op. Cit. Pág. 870.
19
SAN MARTINO DE DROMI, LAURA. Ibidem. Pág. 867-868

23 Jorge Raul Orellano


En la plaza cambiaria se aplicarían de inmediato las siguientes medidas: 1)
mantenimiento del tipo oficial de cambio de ciento cuarenta pesos por dólar, solamente
para las importaciones de combustible y papel diario; 2) ampliación sustancial del
mercado libre; 3) transferencia al mercado libre de una parte creciente de las divisas de
las exportaciones e importaciones con vista a una paulatina liberalización, según lo
vayan aconsejando las circunstancias; 4) establecimiento de estímulos selectivos para
las exportaciones no tradicionales.

Política monetaria y crediticia. Respecto de la primera se eliminaría la emisión


monetaria a fin de que contribuyese a disminuir el déficit presupuestario. En lo que
concierne al sistema crediticio, se proponía otorgar tasas de interés positivas, con el
objeto de que el sector privado pudiese contar con las disponibilidades crediticias
necesarias para poder invertir y producir. Ello sería posible devolviendo al sistema
bancario y financiero su flexibilidad y eficiencia.
Martínez de Hoz aseguró, en este aspecto, que “una vez que hayamos logrado
poner en marcha el programa económico… lograremos, en un plazo no demasiado
largo, el apoyo financiero internacional indispensable para volver a contar con las
reservas e divisas necesarias para consolidar la posición del Banco Central en esta
materia y afrontar una política monetaria y de balanzas de pago normal y razonable que
se verá, asimismo, ayudada por la política de comercio exterior que adoptaremos. Sin
embargo, no deseo recurrir a pedir asistencia internacional en forma masiva sin antes
estar en plena marcha el presente programa económico”.

Comercio exterior. Se promocionarían las exportaciones tradicionales, como las


no tradicionales. La política de apertura de nuevos mercados debía continuar, siempre
que no se hiciese del comercio una herramienta para penetrar ideologías políticas
contrarias al sistema político-constitucional.
En el área latinoamericana era necesario revisar el Tratado de Montevideo,
procurando la revitalización de la ALALC. Se destacó, además, la importancia de la
colaboración del gobierno con el sector privado, en materia de apertura de nuevos
mercados.

Política agropecuaria. Para el desarrollo de este sector se habría de perseguir: 1)


el incremento de la producción y de la productividad; 2) el mejoramiento del nivel de
ingresos de la actividad rural; 3) la modernización de la empresa agraria; 4) la extensión
de las fronteras agropecuarias incorporando tierras improductivas y ociosas; 5) la
resolución de los problemas sociales que se presentan en algunas regiones del interior
por problemas de minifundio o por bajos ingresos per capita.
Respecto de la comercialización externa de carnes y granos, la misma debía estar
en manos del sector privado y de as cooperativas, aliviando a la vez al Estado de la
necesidad de financiar la comercialización de las cosechas.
La Junta Nacional de Carnes y la de Granos conservarían todas sus facultades de
control sobre los respectivos comercios.

Política industrial. En este sentido el programa económico enunciaba, entre


otras, las siguientes medidas: 1) afianzar la industria nacional y estimular su crecimiento
en términos de cantidad, claridad, eficiencia y rentabilidad; 2) promover las industrias
básicas con la finalidad de atender al mayor abastecimiento local posible de productos
críticos; 3) apoyar la integración y ampliación de las industrias consideradas de interés

24 Jorge Raul Orellano


nacional; 4) estimular especialmente a la industria que tenga posibilidades de
desenvolverse con una economicidad razonable, no sólo con respecto al mercado
interno, sino muy especialmente con relación a sus posibilidades de exportación, sea por
la disponibilidad o por el costo de las materias o de la mano de obra; 5) facilitar el
proceso de capitalización industrial mediante reformas a la política fiscal y crediticia
otorgando, especialmente, estímulos a la descentralización y a la promoción regional o
sectorial; 6) rehabilitar el mercado interno de capital como fuente genuina de
capitalización de las empresas; 7) agilizar el mecanismo de promoción industrial; 8)
procurar el mayor aprovechamiento de los recursos naturales, el equilibrio regional y la
preservación ambiental, etc.

Política energética. Los objetivos en esta materia eran: 1) provisión de un


adecuado suministro eléctrico; 2) incremento urgente de la producción petrolera para
logar el autoabastecimiento en el más breve plazo; 3) conservación de la energía y (p.
869) racionalización del consumo; 4) sustitución a largo plazo de algunos combustibles
fósiles por la utilización de fuentes de energía renovables y prácticamente
imperecederas.

Política Minera. Se señalaba que la estructura de la minería moderna tiene por


fundamento la exploración de yacimientos minerales de baja ley, diseminados en
grandes extensiones y a considerables profundidades. Su descubrimiento y explotación
era factible sólo mediante la participación de grandes empresas con organización,
capital y tecnología adecuadas. Paralelamente, habría de incentivar a a pequeña y
mediana minería a través de instrumentos crediticios y fiscales adecuados.

Política de inversiones extranjeras. La participación directa de capitales


extranjeros era fundamental, ya que contribuiría a acelerar la tasa de crecimiento. Era
necesario dictar una nueva legislación que restringiese las áreas prohibidas a las
inversiones extranjeras.

Política de ingresos. La política de ingresos representaba para el gobierno la


“pieza clave” para la contención de la inflación. Se dejaría sin efecto el régimen e
libertad de los mismos. Además, se suprimirían las negociaciones salariales entre
sindicatos y empresas. Los sueldos serían incrementados por decisión gubernamental,
en base al crecimiento del costo de la vida.
El Estado ya no fijaba los precios, pero fijaría periódicamente el aumento que
deberían tener los salarios, teniendo en cuenta la elevación del costo de vida.

3.1.2 EL POR QUÉ DEL


ENDEUDAMIENTO EXTERNO

Para entender el fenómeno del endeudamiento externo debemos tener en cuenta


tanto el marco financiero internacional al que ya hemos aludido previamente (capital

25 Jorge Raul Orellano


externo, petrodólares, gran liquidez de los mercados) como al carácter de la política
económica que implementó Martínez de Hoz. Ya hemos mencionado que la misma era
de carácter eminentemente liberal, con libre mercado y mínima intervención del Estado.
Pero este libre mercado y mínima intervención estatal tiene que ver con la exención de
trabas para los productos importados y con las industrias. Se entendía que de este modo
la libre competencia “modernizaría” la industria nacional y se haría “competente” al
valerse por sí misma pero sin ayuda estatal. Precisamente uno de los objetivos del
ministro era modernizar la industria nacional (el otro era eliminar la inflación). Para ello
se dispuso reducir la emisión monetaria, bajar impuestos a las importaciones y decretar
la libertad de movimientos para los capitales financieros internacionales.

En estas medidas estaría una de las claves para entender el por qué del
endeudamiento externo. Si se reducía la emisión monetaria, en las condiciones en que se
encontraba la Nación en ese momento, donde no había capital y donde tampoco se había
generado una cultura del ahorro (imposibilitadas por las coyunturas económicas
inestables), el Estado Argentino no iba a poder evitar caer en déficit. Por lo cual en esa
circunstancia la única alternativa viable era el endeudamiento externo ya que no había
de dónde conseguir dinero si en realidad se quería parar la inflación no emitiendo más
billetes. Tampoco se podía echar mano al aumento de tarifas en los servicios públicos
pues esta era otra medida considerada necesaria para combatir la inflación. Por lo que
las empresas prestatarias de los servicios públicos no vieron otra alternativa que pedir
prestado al exterior (ya hablaremos de la estatización de la deuda privada).

En cuanto a la “modernización” de las industrias nacionales, éstas al no poder


competir con los productos importados, se vieron obligadas a pedir préstamos para
poder salvarse de la quiebra. El resultado para la
industria nacional es que lejos de hacerlas
competitivas y modernas terminaron
desapareciendo incapaces de hacer frente a los
productos del exterior que entraban a mansalva
gracias a la baja de los impuestos aduaneros (era
la época del clásico “made in….”). La libre
entrada y salida de capitales financieros dio origen a la especulación y a que muchos
vinieran al país con la esperanza de ganar mucho dinero en poco tiempo. Este sería un

26 Jorge Raul Orellano


dinero que en vez de resultar en inversión en el país como se pensaba solo era un capital
de paso que venía, recogía su ganancia, y se iba, razón por la cual se lo llamó “capital
golondrina”.

Propaganda de la televisión con el slogan de “ahora se puede elegir”

Por esta razón es que el Estado tampoco podía contar con ese dinero para poder
reactivar la economía. En suma, se hizo inexorable el endeudamiento externo. Algo que
en su momento se vio como razonable dado las atractivas condiciones internacionales
que a nivel mundial se presentaba en los ’70 para el endeudamiento. Y es en este punto
que nos queremos detener para realizar una reflexión: se podría decir que la Argentina –
como todos los países subdesarrollados de Latinoamérica – estábamos condenados al
endeudamiento externo. Pues si todas estas razones de política interna que hemos
mencionados no se hubieran dado, es decir que si el plan económico no estuviera
basado en la dependencia de los préstamos del exterior, aún así ¿cómo podría la
Argentina haber escapado al camino que en conjunto siguió toda Latinoamérica?. En
este trabajo no queremos entrar en el campo de la Historia especulativa de ‘qué hubiera
pasado si…’, pero creemos que la Argentina lo mismo hubiera entrado por inercia dado
las condiciones imperantes en el contexto internacional. Quizás la magnitud del
endeudamiento no hubiera sido la misma, pero insistimos: el fenómeno de la deuda
externa se dio en toda Latinoamérica. Baste señalar como un ejemplo anecdótico, la
postura del Perú con su presidente Alan García de decretar unilateralmente el no pago
de la deuda externa Cuando el tema de la deuda externa llegó a ser un mal endémico en
la región.

27 Jorge Raul Orellano


En resumidas cuentas podemos decir que en el caso argentino durante el periodo
que va de 1976 a 1981, se adoptó intencionalmente una política económica que impulsó
al país a endeudarse con el extranjero.

3.1.3 LOS CAPITALES GOLONDRINAS


Sobre este punto ya hemos adelantado algo en el apartado anterior. El plan de
Martínez de Hoz implicaba poder atraer a los inversores extranjeros. Pero la Argentina
no era un país confiable debido a su inflación. Por lo que para poder atraer al capital
extranjero se empezaron a pagar altas tasas de interés superiores a las de los países
desarrollados, de modo que el colocar dinero en los bancos fuera ‘rentable’ para los
inversores extranjeros. Pero este capital no se volcó para el fomento de la producción ni
para la innovación tecnológica necesaria. Ya que resultaba más rentable colocar el
dinero en el banco y luego retirarlo más las ganancias originadas por las altas tasas de
interés, para luego o retornarlo a su país de origen, o volver a colocarlo en los bancos
para seguir ganando dinero con los intereses con lo que se producía un círculo vicioso
que obstaculizaba la inversión productiva y que muy bien recibió el nombre de
“bicicleta financiera”.
Pero la expresión de que estos capitales eran “golondrinas” alude al hecho de
que eran capitales que no estaban para quedarse e invertir en el país, sino contrario a
eso, habían venido para obtener un beneficio monetario y luego retornar a su lugar de
origen.
Ya que la reforma financiara de Martínez de Hoz buscaba atraer capitales
extranjeros, al liberalizarse la tasa de interés pulularon bancos y financieras. El Estado
argentino a su vez se comprometió a garantizar depósitos en bancos privados. A raíz de
estas condiciones surgió una “bicicleta financiera”.
Ya habíamos mencionado al analizar los capitales extranjeros y el petróleo,
cómo es que había capitales extranjeros que a causa de los “petrodólares” y de cierta
recesión que había en los países centrales buscaban mercados en condiciones favorables
donde invertir. Y es aquí, (después de haber visto que la política de Martínez de Hoz
generaron altas tasas de interés), donde debemos agregar un factor más que aceleró el

28 Jorge Raul Orellano


fenómeno de la deuda externa: las altas tasas de interés que nuestro país ofrecía20. A
estos capitales les convenía “invertir” en Argentina que pagaba mucho más por el
dinero depositado en los bancos, y no hacerlo en sus países donde la tasa de interés era
baja21. Pero la política de Martínez de Hoz hizo más tentador esta posibilidad al
garantizar los depósitos bancarios22 (como ya lo hemos mencionado), pero también por
permitir el libre flujo de capitales desde y hacia el exterior. De modo que los capitales
extranjeros aprovecharon esta circunstancia para depositar en los Bancos Argentinos,
recoger ganancias y volver a remitirlo hacia sus países de origen. Es decir; el capital
venía pero no para quedarse. Eran capitales “golondrinas” que después de venir al país
‘alzaban vuelo’. Quizá ello se debió a que el objetivo primario de combatir la inflación
resultó en un completo fracaso. Pero también la avalancha de medidas y rectificaciones
hechas desde la política económica argentina hicieron evidente una falta de reglas de
juego claras. Evidentemente, la Argentina no era un país para ser tenido en serio, para
invertir de verdad en la producción. Solo representó una oportunidad pasajera de
obtener ganancias rápidas.

3.1.4 “LA TABLITA”

Cuando Martínez de Hoz se hizo cargo de la cartera económica en marzo de


1976, se fijó una lista de prioridades para hacer cargo a una situación que Gerchunoff y
Llach califican de “dramática”23. En efecto; la situación que se presentaba era la de una
“incipiente hiperinflación” amén de los retrasos en los pagos externos. Preocupaba ante
todo detener la escalada de los precios. Para ello se liberaron los precios y se fue
ajustando el tipo de cambio a la inflación. Los salarios fueron congelados (con la
inflación retrocedieron un 40%) con el fin de que ‘evolucionaran’ con los aumentos de
precios. Debido a la disminución del consumo que vino a raíz de las medidas adoptadas,
se logró superávit comercial. Pero simultáneamente un préstamo del FMI permitía
cumplir con las obligaciones más urgentes. Al principio se logró cierta estabilidad.

20
Hasta llegó a ofrecerse el 14% de interés mensual en un plazo fijo.
21
RAPOPORT, MARIO. Op. Cit. Pág. 810.
22
Mario Rapoport dice: “…los préstamos hacia la Argentina ocuparon un lugar importante en la cartera
de la banca internacional, sólo superado en América Latina por el Brasil y México”. RAPOPORT,
MARIO. Ibidem. Pág. 811
23
GERCHUNOFF, PABLO. LLACH, LUCAS. Op. Cit. Pág. 357.

29 Jorge Raul Orellano


Pero a partir de 1977 las cosas se fueron complicando. La inflación se ubicaba
en un 140% anual. El alza de precios se combatía con la reducción arancelaria.
Seguidamente se dio curso a la reforma financiera de 1977: liberación de tasas de
interés y la “desnacionalización” de los depósitos. Con este mecanismo ahora los
bancos podían prestar según lo que pudieran captar como depósitos24. Entre 1977 y
1980 el número de bancos aumentó de 119 a 219. Los depósitos a plazo pasaron del
5,9% en 1976 al 16,5% en el año 1980.

La crítica que se le hace a este ‘espíritu liberal’ de la reforma financiera es su


propia contradicción derivada de su ‘nada liberal’ medida de garantizar los depósitos25.
Un agravante de esto fue la falta de supervisión sobre las entidades bancarias. Es así que
los bancos competían por captar fondos con altas tasas de interés. Pero también
prestaban a altas tasas. Las empresas ‘en apuros’ tomaban esos créditos caros. Además
el sistema posibilitaba que las instituciones incurrieran en los “autopréstamos” a
empresas vinculadas ante la garantía estatal sobre los depósitos. Es decir, que las
empresas al ser vinculadas se prestaban a si mismas y no pagaban el préstamo o
negaban haberlo pagado, apostando a que el Estado finalmente pondría el dinero. El
sistema hizo crisis a partir de la liquidación del BIR (Banco Interamericano de
Desarrollo). Finalmente el Banco Central terminó haciéndose cargo en 1980 de unas 60
instituciones.
En lo que respecta a la lucha contra la inflación, para no
emitir –como ya se ha mencionado- se recurrió al
expediente del crédito externo. el gobierno intervenía
comprando y vendiendo dólares; pero no podía obtener
el valor deseado de la divisa y a la vez manejar la oferta
monetaria ya que dependía del comportamiento de la
gente. Para subsanar este inconveniente el 20 de
diciembre se anunció un cronograma (la tablita) por el
que se fijaba el valor del dólar durante 8 meses a partir

24
GERCHUNOFF-LLACH. Ibidem. Pág. 359.
25
A pesar de que cuando el gobierno de Menem tuvo logros económicos espectaculares -a raíz de sus
medidas ‘Neoliberales’- , Martínez de Hoz, pretendió que sus medidas “en las grandes líneas, en las
grandes bases” eran las mismas a las del gobierno de Menem. En el mismo reportaje decía:
“…evidentemente en distintos períodos históricos, la instrumentación es distinta, las circunstancias son
diversas” quizás en un intento de justificar su fracaso económico. Entrevista REPRODUCIDA en el
programa Pasado Presente bajo la conducción de Felipe Piña. Canal 7 de Buenos Aires.
www.youtube.com

30 Jorge Raul Orellano


del principio de 1979. Gerchunoff y LLach explican que: “Se preveía una reducción
gradual en la tasa de aumento del tipo de cambio, de 5% mensual en enero a 3,7% en
agosto”26.
En 1979 hubo una expansión económica, pero el plan antiinflacionario falló en
su cometido: durante el primer año de la tablita la inflación se mantuvo alta. Con la
tablita al ser el aumento del dólar
menor al de los precios, se iba
acumulando un atraso cambiario con
incidencia negativa en la balanza
comercial que había sido positiva entre
1976 y 1979. La Argentina se convirtió
en país ‘caro’. Hacia 1980 la situación
fue empeorando. La crisis bancaria
hizo que el Banco Central tuviera que
desprenderse de las reservas
acumuladas en los años anteriores. Hacia fines de 1980 una corrida contra el peso
provocó una devaluación de 10% que acabó con “la tablita”27. La pérdida de las
reservas acumuladas fue de alrededor de 5000 millones de dólares (más de la mitad).
Al final del gobierno de Videla la “tablita” se abandonaba. Una economía
inflacionaria, endeudada y recesiva, era lo que quedaba para los sucesores de Martínez
de Hoz.

3.1.5 ESPECULACIÓN FINANCIERA

El cambio estructural de la economía –y del cual ya hemos argumentado anteriormente-


permitió la especulación financiera28. La reforma financiera de 1977 liberalizaba por

26
GERCHUNOFF Y LLACH. Op. Cit. Pág. 364.
27
GERCHUNOFF. LLACH. Ibidem. Pág. 367.
28
Mario Rapoport dice: “La hegemonía del sector financiero alentó las prácticas especulativas. Entre ellas
cabe mencionar dos ejemplos. El primero se basaba en el aprovechamiento del diferencial de tasas de
interés, interna y externa: “el mecanismo utilizado era muy simple: se introducían dólares prestados por
bancos extranjeros, se los pasaba a pesos, se realizaban ganancias por la tasa de interés nominal interna
mucho mayor que el costo del crédito, fijado por la tasa de interés externa y el ritmo de devaluación,
después se reconvertían los pesos a dólares, se los sacaba del país y depositaba en un banco extranjero, y
se obtenía un nuevo crédito en dólares de ese banco con la garantía del depósito; y así se repetía la
operación”. El otro mecanismo importante fue el del seguro de cambio, establecido por el Banco Central

31 Jorge Raul Orellano


completo los movimientos de capitales de todo tipo con el exterior, y decretaba una
profunda apertura comercial. A ello se le sumaba un contexto social ‘enrarecido’ para
los argentinos (hacemos referencia a lo económico). Entre 1980 y 1981, la apertura
comercial y el retraso cambiario desencadenaron demanda de importaciones y viajes al
exterior29, con la consiguiente debacle que provocaba la fuga de capitales debido a la
importación de tecnología con el consiguiente déficit en la balanza de pagos30. El
historiador José Luís Romero describe la situación de especulación que se daba en
nuestro país: “El Estado renunció a regular la actividad financiera […] y proliferaron las
entidades financieras privadas, lanzadas [a la especulación] […]. Mientras muchas de
las actividades básicas languidecían y numerosas empresas quebraban, la actividad
financiera especulativa y los contratos con el Estado permitieron la formación de
poderosos grupos económicos…”31. Son varios los analistas que hablan de negocios
poco transparentes. Dadas las dificultades para el acceso al crédito interno, la necesidad
de financiamiento se orientó hacia la banca internacional. Fue así que se consiguieron
aumentar las divisas en casi 10.000 millones de dólares. Según Aldo Ferrer, la
manipulación de las reservas condujo a “un negocio formidable” para la mediación de
las entidades financieras, en cambio para el Estado significó por sus elevados intereses
un déficit de 500 millones de dólares32. Y pensar que se decía que sería el paso “de una
economía de especulación a una de producción”. Gerchunoff y Llachs son tajantes al
decir que se trató de un programa que “ni remotamente” pudo acercarse a lo que se
había propuesto.

Entre 1980 y 1981, la apertura comercial y el retraso cambiario desencadenaron


demanda de importaciones y viajes al exterior33, con la consiguiente debacle que

en junio de 1981, cubriendo el repago de créditos externos privados de hasta dieciocho meses: “no
obstante la prima del 2% mensual que debía pagarse y la fórmula de indexación aplicada, este seguro
significó un subsidio que fue ampliamente utilizado por el sector privado, incluso mediante la práctica del
autopréstamo””. RAPOPORT, MARIO. Op. Cit. Pág. 813-814.
29
Un símbolo emblemático de lo que estaba aconteciendo quedó muy bien reflejado en la película Plata
dulce producida por Fernando Ayala. Cuenta las peripecias de dos argentinos en un contexto en el que la
especulación era más rentable que la inversión productiva.
30
RAPOPORT, MARIO. Ibidem. Pág. 811.
31
ROMERO, JOSÉ LUIS. Op. Cit. Pág.
32
FERRER, ALDO. Cómo se fabricó la deuda externa argentina. En MINIAN, ISAAC.
Transnacionalización y periferia semiindustrializada. México, 1983.
33
Un símbolo emblemático de lo que estaba aconteciendo quedó muy bien reflejado en la película Plata
dulce producida por Fernando Ayala. Cuenta las peripecias de dos argentinos en un contexto en el que la
especulación era más rentable que la inversión productiva.

32 Jorge Raul Orellano


provocaba la fuga de capitales debido a la importación de tecnología con el consiguiente
déficit en la balanza de pagos34. Podemos mencionar junto a la especulación financiera
(propias de las entidades financieras) una especulación ‘económica’ que tuvo como
protagonista al ciudadano común que podía viajar al exterior y “sacar ventaja”
comprando más barato un producto en el exterior debido a la sobreevaluación a la que
se vio sometido del peso. Esta también era una manera particular de ‘especular’, es decir
de sacar ventaja. Y todo ello podríamos decir hasta con la complicidad de la publicidad
oficial que (con el ‘sano’ objetivo de estimular la competencia) incitaba a escoger ahora
no entre un solo producto, sino entre varios. Por supuesto, todo el mundo compraba los
productos “made in…”35.

3.2 CONSECUENCIAS DEL


ENDEUDAMIENTO EXTERNO
Como hemos visto a lo largo de este trabajo, en 1977 se da inicio a un cambio
estructural tendiente a producir una transformación radical de la economía del país. En
palabras del propio ministro “se abre un nuevo capítulo en la historia económica
argentina”. Pero los resultados finales distaron
mucho de lo planeado. El capítulo que abrió
Martínez de Hoz significó la puesta en marcha de
una economía en beneficio de sectores
concentrados, con base transnacional financiera
según advierte el economista Aldo Vanoli36.
Puntales de su plan económico fueron la reforma de la ley de entidades financieras, la
liberalización de la cuenta capital, una política monetaria restrictiva y la tablita
cambiaria que provocó un retraso cambiario. Dice Aldo Vanoli que: “Las altas tasas de
interés en el marco de la estabilidad cambiaria crean un proceso de ingreso de capital
financiero que facilita un boom de importaciones. Todo ello unido al creciente
cortoplacismo financiero impactó negativamente en la inversión y en gran parte de los

34
RAPOPORT, MARIO. Op. Cit. Pág. 811.
35
Una de estas publicidades que se pasaba por televisión decía: “Antes la competencia era insuficiente.
Teníamos productos buenos. Pero muchas veces el consumidor debía conformarse con lo que había sin
poder comparar. Ahora tiene para elegir; además de los productos nacionales, los importados”.
36
VANOLI, ALDO. Op. Cit.

33 Jorge Raul Orellano


sectores productivos”. El plan incluyó además un aumento del gasto en armamentos y
faraónicas obras de infraestructura37 Todo ello provoca, en el marco de la desregulación
financiera, un crecimiento explosivo de la deuda externa pública y privada para
financiar el creciente déficit externo y fiscal. Estas medidas respondían a combatir un
enemigo que el mismo Martínez de Hoz había identificado: “El intervencionismo
estatizante y agobiante”. Pero ya hemos señalado que este plan adolecía de
contradicciones. Nicolás Marques en su libro La otra parte de la verdad descubre que
lejos del postulado liberal, el periodo de Martínez de Hoz incurrió en estatizaciones (y
la ya mencionada iniciativa estatal de obras públicas). La otra participación significativa
del Estado fue indudablemente el tema que nos aboca: la espectacular evolución de la
deuda externa38. Veamos como esto incidió en el desarrollo económico del país.

3.2.1 INCIDENCIA EN EL DESRROLLO


ECONÓMICO DEL PAÍS
Se ha mencionado muchas veces por parte de quienes se ocupan de la política
económica de Martínez de Hoz que las consecuencias fueron desastrosas para la
industria nacional. Si tenemos en cuenta la evolución del plan económico que ya hemos
descrito, podemos llegar a la misma conclusión con tan solo un simple análisis lógico.
La industria nacional no pudo competir ante la avalancha de productos internacionales
que inundó a nuestro país. Sin ningún tipo de protección (“intervencionismo estatal”
para Martínez de Hoz) la industria nacional estaba sentenciada a la ruina. También, las
empresas no tan poderosas se vieron obligadas a pedir crédito a altas tasas de interés
para poder competir con los productos extranjeros. El endeudamiento fue inevitable.
Las costosas obras públicas llevadas a cabo por el gobierno, así como los preparativos
para el mundial de fútbol y el armamentismo bélico del ejército, significaron gastos
inútiles en un contexto económico de crisis como el que se vivía. También vimos que
para cubrir el déficit, el gobierno militar recurrió al endeudamiento externo. El

37
MARQUEZ, NICOLAS. Op. Cit. Pág. 105.
38
Alberto G. Müller en la introducción de su libro Un quiebre olvidado. La política económica de
Martínez de Hoz; señala que la deuda externa “introducirá restricciones simultáneamente fiscales y
cambiarias de tal magnitud, que subordinarán cualquier otro eventual objetivo de las políticas
económicas”. MÜLLER; ALBERTO G.: Un quiebre olvidado. La política económica de Martínez de
Hoz. En www.aaep.org.ar (versión digital en formato pdf).

34 Jorge Raul Orellano


resultado, (quizás el más condicionante) que a nuestro modo de ver produjo el
endeudamiento externo fue que a la larga terminaría restringiendo el accionar de los
gobiernos ulteriores. En efecto; contraer una deuda significa tomar prestado un dinero
que luego se tiene que devolver. Es una cuestión básica. Pero también, otra cuestión
básica es que quienes prestan no lo hacen gratis. Esperan recibir su dinero con interés.
Había que devolver ese dinero más sus intereses. El resultado para la Argentina fue que
ante la magnitud de las cifras que implica la deuda externa, el país ha estado sometido a
un pago constante y permanente de los “servicios de la deuda” en menoscabo de las
posibilidades de desarrollo real. Podemos hacer uno suposición sencilla para entender el
punto: si yo tengo diez y tengo que apartar tres (o lo que sea), eso significa que no tengo
la totalidad, y por lo tanto no puedo disponer de una cantidad mayor para destinarla al
fin que me hubiere propuesto. Siendo el monto de la deuda externa argentina una
cantidad significativa, esto condiciona severamente las posibilidades de desarrollo y
crecimiento económico de nuestro país limitando la inversión productiva, los créditos, y
las ayudas necesarias para tal fin. Los gobiernos que sucedieron a Videla – Martínez de
Hoz se vieron urgidos en el pago de la deuda (o mejor dicho de los ‘intereses’ de la
deuda); y para afrontar dichos pagos tuvieron que volver a pedir prestado para pagar la
deuda (el colmo del colmo en economía). Con esta limitación para volver a crecer, se le
suma los problemas que el plan de Martínez dejó: inflación galopante, desempleo,
entidades y fábricas quebradas, una industria nacional casi nula. En ese estado de cosas
se debió plantear otra salida –por lo menos en lo que respecta al pago de la deuda
externa- .

3.2.2 REFORMULACIONES EN EL
SISTEMA DE PAGOS
Con el advenimiento de la democracia
en 1983, el gobierno del doctor Raúl Ricardo
Alfonsín tuvo que enfrentarse a una dura
realidad económica. La situación empeoraría
hasta desembocar en una hiperinflación y la
entrega anticipada del poder. Nada mejor que
rescatar ese momento histórico para

35 Jorge Raul Orellano


ejemplificar la aplicación de lo que hemos señalado en el apartado anterior: la visita
constante de los emisarios del Fondo Monetario Internacional para exigir el
cumplimiento del pago de la deuda y exigir el cumplimiento de políticas financieras que
garantizaran ese pago. El FMI llego a ser casi un sinónimo de deuda externa y se lo
identificaba con ella39. El drama era trágico, ya que el FMI encarnó ante los argentinos
lo deshumanizado de una deuda que se tornó inexorablemente en una deuda “odiosa”.
El rechazo al FMI y al ‘servicio’ que comportaba el pago de la deuda quedó muy bien
reflejado en el significativo apoyo que en su momento tuvieron los trece ‘paros
generales’ que la Confederación General del Trabajo decreto contra el gobierno radical.
Y es que su secretario general Saúl Ubaldini, una de las banderas que enarbolaba en su
lucha sindical era contra el FMI y el pago de la deuda externa. La puja era Alfonsín –
Ubaldini40. Este fenómeno interesante y digno de ser analizado en profundidad por
algún estudioso de la Psicología Social, no se podría explicar si no se tiene en cuenta el
rechazo que empezó a generar en muchos argentinos la deuda. Y acá queremos hacer un
paréntesis y aclarar algo: no es que se estuviera rechazando un compromiso asumido o
una deuda contraída. No era un “prestame y no te devuelvo” lo que rondaba en la mente
de muchos, sino la sensación a estafa a fraude ya que se había pedido prestado dinero
pero en vez de estar mejor el país estaba fundido. El quid de la cuestión era ¿qué se hizo
con la plata? Obviamente hubo dilapidación y el dinero fue malgastado. Muchos hablan
de “fraude” y “negociados”, o de “deudas inexistentes”. Precisamente a esto era el
disgusto de un público descontento con los vaivenes a que había llevado la política de
Martínez de Hoz y el endeudamiento externo. Aclarado esto, vamos a decir que con y a
partir del gobierno de Alfonsín, ya se alzaron voces cuestionando el carácter ilegítimo
de la deuda. Algunos abogaban por el no pago de la deuda. En aquella época algunos
veían con buenos ojos la actitud del presidente del Perú Alan García41, y hasta se

39
Las personas del común y sin competencia en temas económicos llegaban a creer que la deuda externa
era sólo con el Fondo Monetario Internacional.
40
En cierto momento el secretario general de la CGT llegó a ser la persona que más presencia tuvo en los
medios gráficos de la Argentina.
41
El presidente del Perú Alan García había adoptado unilateralmente la decisión limitar el pago de la
deuda externa al 10% de las exportaciones del país. En un discurso pronunciado en 1985 ante la
Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas decía: “…comprobaremos que la situación de
la deuda, se hace insostenible para nuestra economía. Y cabe preguntarse; ¿qué respuesta se le dio al
problema de la deuda en estos años?: En primer lugar pedir nuevos créditos para pagar deudas anteriores;
aceptando intereses y comisiones mayores para terminar más endeudados que al comienzo. Las leyes
antimonopolio de los Estados Unidos fueron violadas por los Bancos que se asociaron en sindicatos para
evitar la libre competencia en la colocación de crédito (…) En segundo lugar; se aceptaron las dañinas
condiciones del Fondo Monetario Internacional orientando la economía de nuestros países al pago de la
deuda (…) entonces la consigna final, es la austeridad fiscal…”.

36 Jorge Raul Orellano


anhelaba una posición similar para América Latina donde el proceso de endeudamiento
había seguido características más o menos similares.

Sede del FMI


3.2.3. EL PAPEL DE
LOS GRANDES
CENTROS
FINANCIEROS

Cuando empezamos a desarrollar este trabajo vimos cuáles eran los antecedentes
inmediatos del endeudamiento externo ocurrido durante la época del proceso
(concretamente en la gestión de Martínez de Hoz que es la que nos ocupa). Entonces
habíamos mencionado como coyuntura internacional la crisis del petróleo y lo que ella
había generado: los petrodólares. Por supuesto que también tuvo que ver en todo esto la
situación de Estados Unidos que había salido de la guerra de Vietnam; la situación
latinoamericana, la concepción desarrollista de los sesenta, que condujeron de una u otra
manera a la existencia de capitales buscando dónde ser colocados con un margen
redituable de ganancias; es decir que había liquidez y América latina era el foco hacia
donde apuntaron esos capitales42. Pero también a ello se podría agregar factores
ideológicos y sociales que ocurrieron a partir de la encíclica Rerum Novarum dando
origen al movimiento de sacerdotes del tercer mundo que abogaban por un cambio en
las condiciones injustas en las relaciones entre trabajadores y empleadores que generaba
el modelo capitalista. Desde la Iglesia se insinúa que es lícita la oposición a la injusticia
social. Así se van a organizar el movimiento de sacerdotes del tercer mundo con el
sacerdote Mujica a la cabeza, quienes van a abogar por un cambio a través de medios no
violentos. Pero esto también generará los grupos armados que desde la clandestinidad y
la violencia van a querer llevar a cabo la revolución. Así surgieron en nuestro país los
diversos grupos guerrilleros43 que actuaron en los ’70. Sin duda que sin la presencia de

42
Diferente es lo que ocurre en la actualidad con la crisis de Estados Unidos donde con la aprobación del
congreso se salió al salvataje del sistema a fin de inyectar dinero al mercado y asegurar cierta estabilidad
financiera.
43
“Terroristas” para Nicolás Márquez.

37 Jorge Raul Orellano


este último factor ideológico-social tal vez no hubiera sido posible el golpe militar de
marzo de 1976 que haría posible el acceso al poder de Martínez de Hoz.
Todos estos factores, dijimos, son los antecedentes al proceso de endeudamiento
que se verificará en el periodo de 1976-198144 que estamos analizando. Pero de ese
‘marco internacional’ mencionado habrán de surgir los ‘grandes prestamistas’ que harán
posible nuestro gran endeudamiento45. Hablamos de grandes volúmenes de dinero que
fueron canalizados por los bancos extranjeros46, por el Fondo Monetario Internacional,
y por el Banco Mundial (del cual Argentina forma parte).

El Fondo Monetario Internacional (FMI): el International Monetary Fund, fue


creado en 1945 como un organismo que tendría como objetivos promover estabilidad
económica, el comercio y la reducción de la pobreza en el orden internacional. Este
organismo fue concebido como tal en 1944 durante una convención de la Organización
de Naciones Unidas (ONU) en Bretton Woods, New Hampshire, en Estados Unidos.
Por lo tanto es uno de los organismos de las Naciones Unidas. Debido a esta finalidad
que la entidad tuvo en sus inicios es que los países que han tenido problemas en su
balanza comercial han recurrido al Fondo con el objetivo de conseguir financiamiento
internacional. Por supuesto que este financiamiento está supeditado a “un plan de
estabilización” que muchas veces ha tenido connotaciones negativas47. Desde ya, que a
nadie escapa las críticas agudas que este organismo ha recibido por parte de casi la
totalidad de economistas e historiadores que se ocupan de analizar el papel que el Fondo
Monetario Internacional ha cumplido en el endeudamiento externo del periodo que
hemos analizado48. Todas estas críticas en torno a las condiciones en que fue gestada la
deuda externa argentina han hecho surgir - en las últimas décadas previas al
Kirchnerismo - una serie de planteamientos que ponen en tela de juicio el pago de la
deuda externa. Se ha propuesto así desde un “congelamiento” de la deuda, hasta el no

44
Al finalizar 1981, nuestra deuda externa era de más de 31000 millones de dólares.
45
No sería tener una visión completa del proceso si sólo se achaca el endeudamiento externo a quienes
condujeron los destinos del país (Martínez de Hoz-Videla) por el mero hecho de endeudarse. También es
digno rescatar que no habría ‘deuda’ si no hubiera alguien dispuesto a prestar en las condiciones en que se
hizo.
46
También responsables de recibir dinero proveniente de la ‘bicicleta financiera’. Entre 1978 y 1981, los
giros al exterior injustificados sumaron un total de 38528 millones de dólares.
47
De ahí que sea común el uso del término “recetas” para hacer referencias a las condiciones que
establece el FMI para el otorgamiento de un crédito.
48
Por ejemplo Marcelo Bonelli cuando comienza a desarrollar el tema de deuda externa durante la época
de la dictadura militar coloca este título: “La Argentina y su imposible relación con el FMI”. BONELLI,
MARCELO. Op. Cit. Pág. 24.

38 Jorge Raul Orellano


pago debido a diversas razones (fraude, ilegitimidad, declaración unilateral de no pago,
teoría de la deuda ilegítima, teoría de la deuda odiosa).

3.2.4 HACIA LA DECLARACIÓN DEL


NO PAGO DE LADEUDA

Después de siete años de lo que hoy llaman “plan neoliberal”, el gobierno de la


dictadura dejó una deuda externa de 45.000 millones de dólares. De esta deuda, casi la
mitad es deuda privada. 23.000 millones de dólares son de bancos extranjeros radicados
en el país49, bancos nacionales, multinacionales50, grupos empresarios nacionales51. Ya
hemos considerado anteriormente la responsabilidad que la gestión de Martínez de Hoz
tuvo en este proceso. Pero fue durante la gestión posterior del Ministro Roberto Áleman
en que ocurrió la estatización de la deuda privada52.

Entre los argumentos


que postulan el no pago de
la deuda externa y las
razones por las cuales no
debe hacerse se encuentra la
“Teoría de la deuda odiosa”.
Para entender su argumento
reproducimos una entrevista
al Doctor Salvador D. Losada, ex – juez de la Nación. A continuación transcribimos en
su mayor parte este reportaje, por considerar que el mismo no tiene desperdicio, y que
además presenta serios argumentos jurídicos y de casuística de derecho internacional:

49
Entre esos bancos se pueden mencionar al Citibank, el First Boston, el Chase Manhattan, el Bank of
America, el Banco de Londres, el Banco Español, el Banco Francés, el Deutsche Bank, etc.
50
Entre ellas se encuentran Esso, Fiat, IBM, Swift, Pirelli, Ford, Mercedes Benz,etc.
51
Perez Companc, Bulgheroni-Bridas, Techint, Fortabat, Pescarmona, etc.
52
En la actualidad son no pocos quienes le atribuyen esta medida a Domingo Felipe Cavallo quien estuvo
un breve tiempo al frente del Banco Central. En este trabajo se prefiere “tomar con pinzas” estas
aseveraciones por considerar que responden a una visión tendenciosa y parcialista de la realidad que se
realiza desde ciertos medios más bien vinculados a la ideología política que gobierna desde el poder.
Poner en tela de juicio estas aseveraciones se justifica ya que Cavallo no era el ministro de economía sino
un funcionario de menor jerarquía y que tuvo un paso fugaz como funcionario del gobierno militar.

39 Jorge Raul Orellano


“Hay una deuda externa en la que los bancos le deben a la Argentina, es una
deuda inversa en cierto modo porque las casas matrices tienen que hacerse cargo de los
depósitos bancarios. Eso está en la jurisprudencia argentina desde 1971, en el famoso
caso Swift - Deltec, donde se resolvió que la casa matriz era responsable por las deudas
de sus filiales. Y es una estafa que el Estado tenga que hacerse cargo de las deudas del
sector privado.

Periodista – ¿Y el caso de nuestra deuda externa?

Losada – La deuda está plagada de ilegitimidades.


Primeramente hay una ilegitimidad de fondo. Es ilegítimo pagarles a los bancos cuando
hay 18 millones de pobres y 9 millones de indigentes. Hay una prioridad humana.
Segundo; hay usura. La usura está probada tanto que si se hubiera aplicado una tasa de
interés normal, la deuda externa se hubiera terminado de pagar en 1988.

Periodista – ¿Pero cómo fue la estafa?

Losada – Hubo préstamos de las casas matrices a las filiales que eran movimientos
‘intra-compañía’, esos préstamos eran considerados deuda externa cuando en realidad
eran movimientos dentro de la misma empresa. Se compraban dólares, esos dólares se
los depositaban en una cuenta en los Estados Unidos, con la garantía de esa cuenta
daban otro préstamo que entraba al país; se compraban dólares… y así se lucraba
indefinidamente y así se lucraba indefinidamente con la tasa de interés, es lo que se
llamó la ‘bicicleta financiera’ con lo que se hicieron fortunas, y precisamente, los
grandes beneficiarios fueron los grupos económicos que son los mismos de siempre.
(…)

Se vuelve absolutamente pertinente una cosa que los norteamericanos inventaron hacia
1898, con la ocupación de Cuba. En ese momento había Bancos españoles que le habían
prestado a la autoridad colonial cubana. Y los norteamericanos dijeron: ‘si el pueblo de
Cuba no ha sido beneficiado por estos préstamos no hay deuda’. En 1923 cuando un
banco británico The Royal Bank of Canada, le prestó a un tiranuelo de Costa Rica que
se llamaba Tinoco, una suma que estos utilizaron para sí mismos. El Royal Bank of

40 Jorge Raul Orellano


Canada pretendió que Costa Rica le pagara. Y se produjo un pleito y el árbitro resultó
ser un ex-presidente de los Estados Unidos: El presidente William Taft. El presidente
Taft resolvió el litigio diciendo: ‘Hay deuda. Pero hay una deuda privada y no una
deuda pública. Porque no hay deuda pública sino hay <<un público>>’, el ‘público’
como destinatario, como beneficiario. Son actos que de ningún modo han beneficiado al
público, más bien todo lo contrario; han hecho que la persona que compra en un
supermercado y paga el IVA, resulte quien paga finalmente estas deudas privadas de
grandes empresas, de grandes compañías, o de gente en todo caso muy rica. No cabe
duda de que la deuda privada irregularmente estatizada, (…)

Periodista – ¿Cómo se llama esa teoría doctor?

Losada – Se llama “Teoría de la Deuda Odiosa”. Una directora do Fondo monetario


internacional Karen Lissakers, representando a los Estados Unidos dijo: ‘Si aplicáramos
las teoría de la deuda odiosa, toda la deuda del tercer mundo se caería’”53.

COMO hemos visto el primer argumento que se presenta aquí versa sobre la
ilegitimidad de la deuda en base a una resolución de la justicia argentina del año 1971
según la cual las casa matrices deben hacerse cargo de la deuda de sus filiales. Este
argumento queda debilitado ante el hecho de la estatización de la deuda del sector
privado. Vale decir que si en base a cierta jurisprudencia había razones para no pagar la
deuda de filiales de bancos con sede en el exterior, este argumento se derrumba ante el
hecho consumado de la estatización de la deuda (bien o mal se trata de una decisión
política). Se remata este argumento con una sentencia: que el Estado no debe hacerse
cargo de las deudas del sector privado. De nuevo la falencia está en que se trata de (si el
Estado así lo resuelve) ‘una decisión política’54. El Estado no lo tiene prohibido y si
quiere lo puede hacer. Aunque por supuesto el Estado afrontará las consecuencias de sus
decisiones políticas.
El segundo argumento se basa en razones humanitarias. En otras palabras se
aduce que no hay que pagar porque hay muchos pobres. Por más fuerte quesea el
53
Dr. Salvador D. Losada. Ex – juez de la Nación. Entrevista que constituye un extracto de un
documental de Pino Solanaz que versa sobre la ilegitimidad de la deuda. En: “ilegitimidad de la deuda
externa” www.youtube.com
54
Un ejemplo ilustrador de este hecho es el reciente salvataje a favor del sector privado en que ha
incurrido la economía estadounidense ante la crisis que están afrontando. Se trata de una decisión tomada
en el pleno corazón del modelo liberal donde “supuestamente” el Estado no interviene a favor del sector
privado. Pero si lo ha hecho por una razón política: dar estabilidad al sistema. Se trata por lo tanto de una
decisión política.

41 Jorge Raul Orellano


argumento, lo cierto es que el sistema financiero (e internacional) no hace caso de
cuestiones morales. Simplemente a las condiciones de injusticia las deja pasar55. El
tercer argumento fue que la deuda externa fue generada en condiciones fraudulentas, y
este argumento está vinculado al último y que nos parece más interesante: la Teoría de
la Deuda Odiosa.

La teoría de la deuda odiosa es un engendro (como muy bien se señala en la


entrevista) de los Estados Unidos y que fue funcional – como todo lo que hace Estados
Unidos en el orden externo – a las condiciones históricas por las que atravesaba los
Estados Unidos que habían invadido Cuba. El caso de Costa Rica simplemente fue la
aplicación en un caso diferente de esa doctrina formulada por el país del norte. Sin
embargo nos parece interesante el concepto de “deuda pública” diferenciándolo del de
“deuda privada”. Al inicio de este trabajo, no por nada hicimos una serie de distinciones
entre deuda pública y deuda privada. Estas distinciones nos han servido no solo para
entender lo que significó la estatización de la deuda privada que pasó a engrosar la
deuda externa, sino también nos sirve para entender esta noción fallada en laudo arbitral
por el presidente William Taft (un presidente Estadounidense). La noción de “deuda
publica” en este marco, adquiere un matiz diferente hasta el que ahora veníamos
analizando. En efecto, se introduce una idea novedosa, y es la de que si la deuda no
benefició al sector público, (es decir al público, a la gente en general), entonces no es
“deuda pública” sino una deuda privada. El argumento de por sí se acerca a
características de índole moral, y por lo tanto nos parece débil (no porque el argumento
no sea valedero sino porque en el orden externo no se tienen en cuenta cuestiones
morales o de ética internacional). Pero el hecho de que en realidad este argumento se
trata de una defensa de lo que Estados Unidos hizo en Cuba (para no pagar a los bancos
de España), o sea de algo aplicado por la máxima potencia del planeta, reviste un
carácter interesante y lo dota de fuerza. Los Estados Unidos no pueden crear reglas para
aplicarlas cuando sus intereses están afectados y descartarlas cuando no les conviene.
La fuerza de este argumento no reside en que si está bien o mal, sino en que Estados
Unidos lo hizo valer para en una coyuntura histórica y por lo tanto es aplicable

55
¿Quién hizo algo cuando Estados Unidos se apoderó de un país para usufructuar su petróleo; o cuando
arrojó bombas atómicas, etc.? Lo que si se observa es que cuando las naciones unidas intervienen en un
país para cambiar una situación de ‘injusticia’ es porque en ello están involucrado fuertemente los
intereses norteamericanos. Por ejemplo el TIAR funcionó cuando los misiles en Cuba ya que afectaba a
Estados Unidos. Pero el TIAR no funcionó cuando el caso de Malvinas porque Estados Unidos era el
aliado de la potencia externa al continente (Inglaterra).

42 Jorge Raul Orellano


perfectamente para la deuda externa contraída por la Argentina en el período que hemos
analizado de 1976 a 1981. De lo contrario si las reglas creadas en el orden internacional
resultan exentas para la principal potencia de la tierra, entonces por lógica analogía
también resulta exenta para los demás países. En lo que toca a la deuda externa, esto
significaría el no pago de la deuda.

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43 Jorge Raul Orellano


Consideraciones finales

CAPÍTULO CUATRO

4. CONSIDERACIONES FINALES
Müller siguiendo una línea que intenta relacionar Martínez de Hoz-dictadura con
Cavallo-Menem, repite un libreto al que se han adherido muchos y que responde a
pautas publicitarias (o más bien, los ‘caballitos de batalla’) del poder político de turno y
que todavía tiene que gobernar hasta
el 2011. No compartimos la opinión
de Müller de que las reformas
emprendidas en los noventa
reconocen un antecedente en la
gestión de Martínez de Hoz. Las
diferencias son las contradicciones
internas del plan de Martínez de Hoz
que se han mencionado en este
trabajo. Pero además la comunión ideológica con un “modelo económico” no significa
ni implica que en la práctica se actúe igual o que se tenga capacidad para desenvolverse
competentemente ante una situación de crisis. Para quienes intentan vincular a Martínez
de Hoz con Cavallo, qué mejor que poner como ejemplo de esa distancia que hay entre
uno y otro al mismo Cavallo; quién al igual que Martínez de Hoz encontró una situación
difícil. Cavallo supo revertir la inflación. Martínez de Hoz no. Cavallo fue coherente a
sus postulados. Martínez de Hoz con su accionar desmentía lo que declaraba ante los
micrófonos56. El enfoque de Cavallo respondía a un plan a largo plazo57 con un objetivo
específico de política económica. Martínez de Hoz improvisaba sobre la marcha.

56
Martínez de Hoz declaró a las cámaras de televisión que con su gestión se “daba vuelta una página” del
intervencionismo estatal para dar paso a “la liberación de las fuerzas productivas”.
57
A tal punto se había planificado a largo plazo que cuando Cavallo es obligado a abandonar el ministerio
de economía a raíz de su distanciamiento con Menem llegó a decir que la economía “tenía activado el
piloto económico”. Es decir; Cavallo ya había trazado un plan, y más allá de quien llegara a ocupar la
cartera económica, confiaba en que si se seguía, la economía marcharía sin grandes sobresaltos.
El acceso al poder de Cavallo durante el gobierno de De la Rua, tuvo circunstancias un poco diferentes,
ya que vino llamado de emergencia adentrada la crisis de ese gobierno. La medida que tanto se reprocha a
Cavallo del “corralito” fue una medida transitoria con un objetivo específico de política económica. Fue
Duhalde quien la mantuvo convirtiéndose en palabras del propio Cavallo en un “corralón”. Pero la
opinión pública terminó adjudicando la confiscación de sus ahorros a Cavallo.

44 Jorge Raul Orellano


Ambos tenían la cabeza llena de teorías económicas compartiendo una forma liberal de
la economía. Pero fue Cavallo quien las pudo implementar con más acierto. Martínez de
Hoz no pudo (o no supo). Esto no quiere decir que quien escribe comparta lo que hizo
Cavallo o que no halle fallas en la gestión del ministro mediterráneo. Pero si se advierte
que a los hechos económicos que venimos analizando desde la política se les da un
tratamiento particular a fin de ser usado por el poder de turno con propósitos
ideológico-electorales. Este libreto que se quiere inculcar a la sociedad, tiene por
objetivo la anulación o destrucción del rival por medio de vincular nombres e
instituciones con hechos funestos (o que se presentan como tales) de nuestra historia. En
la tarea de recopilación de material para este trabajo son muchos los que desde el
periodismo, sociólogos, ciertos filósofos repiten la misma historia que se enseña desde
la tribuna electoral. Debo aclarar que en estos momentos son los más. Y son los que sin
ser historiadores intentan establecer mitos en historia semejantes a los que nos
enseñaron en la escuela primaria. Entonces se repite cosas como “Martínez de Hoz
inició las privatizaciones58 y Cavallo las continuó”. O esta que es una de las que más
resuena: “Cavallo estatizó la deuda privada” aludiendo a su paso de cuarenta días por el
Banco Central durante el gobierno militar. Pero el discurso hablado o escrito no va solo.
Sino que es acompañado de la imagen visual con el propósito de transmitir un
significado que resulta distorsionado de la realidad con propósitos ideológicos-
electorales. Por ejemplo una de las entrevistas que utilicé para este trabajo era un
reportaje televisivo que se le hizo a Martínez de Hoz durante la época de las reformas de
los ’90. Pero el programa era actual y con un nuevo formato cargado de intencionalidad
política. Mientras Martínez de Hoz afirmaba que en líneas generales su plan económico
era igual al de las reformas que se estaban llevando a cabo, se sacaba la imagen del

58
Nicolás Márquez en su libro La otra parte de la verdad niega que con los militares se iniciaran
privatizaciones, sino que, contrario a eso pone ejemplo de intervenciones estatista durante el Proceso de
Reorganización Militar. MÁRQUEZ, NICOLAS. Op. Cit.

45 Jorge Raul Orellano


reportaje del ex ministro de la dictadura militar para mostrar imágenes de la asunción de
Menem y Cavallo. La intencionalidad manifiesta en este caso era relacionar a Martínez
de Hoz con Menem y Cavallo. En otras palabras se quería decir que son los mismos.
Pero ya he señalado que no es así59. Basta señalar como ejemplo los resultados
espectaculares que en lo económico tuvieron durante una buena parte de su gobierno
Menem y Cavallo. Algo reconocido incluso por acérrimos detractores del gobierno de
Menem60. Pero no es el propósito de este trabajo analizar la etapa del gobierno
menemista ni la gestión de Cavallo sino tan solo para marcar y establecer diferencias
que los funcionales al poder de turno ocultan o tergiversan.

El tema de la deuda externa que se contrajo durante el gobierno militar, tuvo una
espectacular resonancia en el ámbito del periodismo y de las lucha políticas por las que
atravesó nuestra patria. También durante el tiempo que ha demandado la realización de
este trabajo, he sido testigo de la manipulación por medio de la representación visual del
tema de la dictadura militar.
Las imágenes mostradas en los
medios son más que elocuentes;
se reproducen las imágenes de
los setentas donde se les
recuerda visualmente a los
argentinos lo que fue la
“pesadilla militar”. Desfilan las
imágenes de los militares
reprimiendo, requisando,
desfilando con sus tanques por
las calles. Una de las imágenes más emblemáticas es la de la asunción de la Junta
Militar después del golpe militar del 24 de marzo de 1976. Pero la manipulación que se
hace de estos ‘archivos históricos’ es asociarlas con…. Se trata de vincular el horror por
el que vivimos los argentinos con otros personajes o procesos que se pretenden mostrar

59
No es lo mismo un gobierno democrático que una dictadura totalitaria. No hubo similitud ideológica ni
tampoco económica (en vista de resultados económicos que a renglón seguido se comentan).
60
Uno de los que no simpatiza con Menem es el periodista Fernando Iglesias. En su libro Kirchner & Yo.
Por qué no soy kirchnerista en la página 48, hablando del “corrupto gobierno de Menem” decía: “…nadie
que no sea un fánatico puede ignorar los avances que el país realizó en la década en que Menem lo
gobernó, entre ellos el más rápido y sostenido crecimiento económico en mucho tiempo; el aumento
exponencial de la inversión extranjera no solo especulativa; una modernización del aparato productivo sin
precedentes en el país desde inicio de siglo…”.

46 Jorge Raul Orellano


igualmente de horrorosos. Quizás mostrar documentales con escenas militares de los
setenta con escenas de declaraciones del entonces ministro de economía Martínez de
Hoz, puedan ser representativos del periodo de la dictadura militar autodenominada
como “el Proceso”. Pero hay que advertir que el terrorismo de Estado, la desaparición
de personas, o incluso el hecho sangriento que puede significar un golpe de Estado,
nada tiene que ver con una gestión administrativa, en este caso de índole económica. No
es lo mismo matar ilícitamente (porque el Estado tiene los medios en determinadas
circunstancias para matar lícitamente) que tratar de encauzar un proceso económico.
Incluso las denuncias de supuesto fraude o corrupción en que puede haber incurrido
Martínez de Hoz, constituyen hechos de naturaleza totalmente diferente y por
consiguiente de una gravedad diferente que lo que supuso el terrorismo de Estado. Pero
pareciera ser con la combinación de imágenes terror militar-Martínez de Hoz no tienen
por finalidad sólo representar una época, sino más bien tienden a transmitir la idea de
que “son lo mismo”. Con esta lógica sería lo mismo, Videla que Martínez de Hoz. Pero
como a estos dos personajes se le añaden adversarios políticos del gobierno que hoy
está en el poder, entonces se trata de asociarlos también a lo malo. Es muy llamativo un
video de Pigna sobre la conquista al desierto donde se vinculan esos ‘militares’ con
imágenes de la Sociedad Rural en aquella época. La remisión al presente es clara: se
trata de vincular y por lo tanto decir que la actual Sociedad Rural está vinculada a los
militares “genocidas de indios”. De hecho cuando en este año 2008 sufrimos el
conflicto del campo la acusación se hizo directamente desde el gobierno, acusando de
“golpistas”, aliados de los militares a la Sociedad Rural, como si las cosas no hubieran
cambiado desde 1860 al 2008, y como si aquella sociedad rural de grandes
terratenientes fuera la misma Sociedad Rural del 2008. Al investigar y buscar material
para este trabajo se aprecia que del proceso económico en tiempo de la dictadura, y más
concretamente de la figura de Martínez de Hoz, se hace uso y abuso. Internet es un
ejemplo más que elocuente de lo que estamos señalando. Nuestro trabajo se ha remitido
al periodo que va desde 1976 a 1981, pero no podemos acallar que en el presente se usa
con motivos ideológicos-electoralistas a los militares de esa época y al propio Martínez
de Hoz. Pareciera que para los que están en el poder político todo lo relacionado aunque
sea mínimamente con los militares es un delito de “lesa humanidad”. En este contexto
no sería extraño que Martínez de Hoz apareciera ante las cámaras de “la televisión

47 Jorge Raul Orellano


pública” juzgado por “lesa humanidad”61 solo por haber sido “ministro” del gobierno
militar. Si esto es así ¡qué les espera a miles de argentinos que ocuparon cargos durante
la dictadura! Nos encontraríamos (si es que no lo estamos) ante una caza de brujas.
Pareciera que para el gobierno actual que tiene nuestro país, todo el que se atreve a
cuestionarle es un “golpista”. Su lógica consiste en demonizar a sus posibles adversarios
si es posible relacionándolos con Videla-Martínez de Hoz. Esta revisión parcial
“setentista” de la realidad peca de ser pobre en sus objetivos, por tener meros fines
egoístas. Sin duda que se podría rescatar ese pasado pero no para derribar enemigos sino
para comprender, y para realizar gestos de valor y grandeza a fin de solucionar los
problemas que como país tenemos. La época en que Martínez de Hoz fue ministro de
economía es una oportunidad para analizar cómo reaccionamos como país, para corregir
errores, o para tomar decisiones propias de los grandes estadistas que tienen la
capacidad de anticiparse al futuro y evitar los males. Sí es un buen periodo que
podemos aprovechar los argentinos. Sería una lección por aprender.

4.1. UNA DEUDA PENDIENTE

Pero antes de considerar cual es la lección que nos queda por aprender, no
podemos concluir este trabajo sobre la deuda externa sin hacer referencia a la situación
actual de la deuda externa que tenemos los argentinos. Cuando se bosquejó este trabajo
se señala que la deuda externa argentina implicaba una serie de acreedores y no un solo
acreedor. Ya habíamos señalado que el Fondo Monetario Internacional no era el único
acreedor de la deuda externa de nuestro país. También entre los acreedores estaban el
Banco Mundial, el Club de París, los bonistas que no entraron al Canje. Sin embargo la
situación ha ido cambiando vertiginosamente a lo largo de este año. Como un hecho
destacable se halla el acuerdo a que el gobierno ha llegado con el club de París para
cancelar la deuda que el Estado tenía con esos Bancos. Una medida “generosa” del
presente gobierno que se suma a la ya tomada de pagar con los recursos del tesoro
nacional la deuda que se tenía con el Fondo Monetario Internacional. Estas medidas
según los medios han sido “populares” ya que contarían al momento de ser tomadas con

61
De hecho Martínez de Hoz afronta varias causas judiciales por fraude.

48 Jorge Raul Orellano


el visto bueno de una buena parte de la población argentina. Sin embargo, una crítica
que hizo el periodista Fernando Iglesias62, con motivo del pago al Fondo Monetario
Internacional por parte del gobierno “Kirchnerista”, era algo relacionado con el “doble
discurso” que esto suponía. Esto debido a que por un lado se criticaba al Fondo
Monetario Internacional por habernos “dictado” a los argentinos lo que teníamos que
hacer. La paradoja está en el pago que se le hace al Fondo: se paga “sin chistar” todo. Se
paga ‘calladamente’ aceptando la deuda, una deuda dudable en vista de la teoría de la
‘deuda odiosa’ que habíamos analizado. Es decir que se hace todo lo contrario de lo que
se declama en la tribuna. Cabe preguntarse si no se habrá incurrido en el mismo error
con el pago al Club de París. Otra medida tiene que ver con los bonistas que poseían
títulos de la deuda externa, ya que el gobierno solo había reconocido el pago de aquellos
que habían entrando al “Canje” ignorando olímpicamente a los demás. En los últimos
tiempos el gobierno ha anunciado que iba a cancelar esa deuda con los bonistas que no
habían entrado al Canje pagando con fondos de la reserva del tesoro nacional. A todo
esto en septiembre se ha desencadenado la crisis financiera de los bancos hipotecarios
en los Estados Unidos con repercusiones a nivel mundial que se refleja por ahora en una
caída estrepitosa de las bolsas mundiales. Entonces de acuerdo a la nueva coyuntura
planteada surge el planteamiento de la conveniencia o no de los pagos anunciados
teniendo en cuenta que están involucrados fondos del tesoro nacional y que la crisis
mundial tiene como característica la falta de liquidez. Estados Unidos y Europa inyectan
dinero en sus mercados, pues el dinero es algo que falta. Estados Unidos va en salvataje
de los grandes Bancos hipotecarios a punto de quebrar. En algunos países se
“nacionalizan” bancos. Las bolsas de Valores de distintos lugares del mundo están
registrando una importante caída. Ante esto surge la inquietud: ¿será conveniente los
pagos de la deuda anunciado por el gobierno argentino? El diario Ámbito Financiero del
9 de octubre de 2008 anuncia en sus primeras páginas que al gobierno argentino “le
llueven consejos” que tienen que ver con no vaciar las reservas del tesoro ante la crisis
que se avecina. El tiempo nos dirá que es lo que ocurrirá. Pero podemos concluir que
aunque efectivamente se termine pagando la deuda externa y no recurriendo al
endeudamiento externo, el pago que se ha hecho no ha sido en las mejores condiciones
en vista en como se dio el proceso de endeudamiento externo y la culpa que han tenido
los bancos extranjeros en incurrir en el generamiento de una deuda odiosa. Los pagos

62
IGLESIAS, FERNANDO. Kirchner & Yo. Por qué no soy Kirchnerista. Buenos Aires. Sudamericana.
2007. pág. 105 – 108.

49 Jorge Raul Orellano


anunciados y el que se ha hecho al Fondo Monetario revisten el carácter de oportunismo
político a fin de captar el apoyo popular en vista de la repulsión que en el común de la
gente genera la “deuda” y el “FMI”. Pagar calladamente sin discutir una deuda injusta
no es la mejor manera de hacerlo y significa la falta de comprensión del proceso que ha
llevado a su gestación en condiciones cuestionables. El cambio de las circunstancias
internacionales incluso puede tornar peligroso, ante la falta de liquidez, el pagar con las
reservas del Banco Central. El dinero más que nunca se ha convertido en algo valioso y
algo que atesorar. Esto es lo que no se ha hecho durante la gestión de Martínez de Hoz y
del gobierno militar, pues se permitió que la bicicleta financiera fugara divisas al
exterior. Hoy más que nunca es necesario tomar buenas decisiones y aprovechar los
procesos históricos como el que hemos analizado para no cometer los mismos errores.
Muchas veces se ha dicho que un error sirve para no volverlo a cometer. Esa es la deuda
‘pendiente’ y que parece que como argentinos no hemos saldado. El endeudamiento
externo durante la política económica de la Argentina durante los años 1976 a 1981 nos
debe servir para aprender a mirar más allá de un presente inmediato, para comprender
procesos y saber tomar decisiones con miras a un futuro mejor para nuestro pueblo sin
importar el precio o costo político que tengamos que pagar con ello. La deuda externa
de los años ’70 nos deja una lección por aprender.

4.2. UNA LECCIÓN POR


APRENDER

PONERSE a la altura de las circunstancias en los momentos más difíciles. Ese es el


desafío. Y es por eso que admiramos a quienes frente a todo obstáculo han podido salir
adelante. No por nada resuenan los nombres de Aníbal, de Alejandro magno, de José de
San Martín. Aunque sean personajes de la historia de las grandes campañas militares,
supieron conducir a sus hombres por el camino que los llevaría a la victoria. Ello no
hubiera sido posible si no hubieran tenido la cualidad de pararse y hacer frente a la

50 Jorge Raul Orellano


adversidad. Ese hacer frente a la adversidad es propio de los momentos difíciles. El
endeudamiento externo durante la política económica de la Argentina en el período
1976-1981 se llevó a cabo en un momento difícil para nuestro país. Pero no solo nuestro
país sino todos los países llamados del ‘tercer mundo’ afrontaron condiciones similares.
La Argentina afrontaba un periodo de hiperinflación con el rodrigazo. Con el golpe
militar sin duda hubo una intención de cambiar la situación económica del país como lo
evidencia los ‘cambios’ introducidos por las innumerables reformas financieras
implementadas por Martínez de Hoz. Pero era difícil avizorar el panorama completo de
la situación como lo podemos tener nosotros hoy y comprender todo lo que estaba
implicado en el proceso de endeudamiento externo (quizá algo similar nos ocurra hoy
con la crisis financiera que está padeciendo los Estados Unidos). Indudablemente que
los que estuvieron en el poder no tuvieron la capacidad de ver (o no quisieron ver) cómo
se estaba introduciendo al país en un endeudamiento injusto que condicionaría
severamente la capacidad de desarrollo del país. Las consecuencias del endeudamiento
externo se hicieron mas evidentes en los años subsiguientes. En particular, desde los
años ’80 algunos empezaron a comprender que la deuda externa y sobre todos los
servicios que su pago demandaba implicaba de un modo u otro someterse a los dictados
del Fondo Monetario Internacional, que era el organismo que tenía a cargo la
refinanciación de la deuda con los países latinoamericanos. Los países no podían pagar
a costa de la postergación económica de sus respectivas economías. El resultado era que
quedaban tan asfixiados que debían de conseguir y solicitar al fondo nuevos préstamos.
Lo paradójico del caso es que los países seguían endeudándose para cumplir con el
servicio de la deuda. Ello significaba que los países se veían obligados a aceptar las
condiciones o “recetas” (llamadas ‘cartas de intención’) para que el Fondo Monetario y
el Banco Mundial otorguen a cada país un nuevo préstamo. Se trataba de una especie
de colonialismo económico ya que las economías de América Latina estaban
concentradas en el pago a sus acreedores, es decir los países ricos. Sin embargo
Latinoamérica en su mayoría agachó la cabeza – y eso incluye a nuestro país – y
aceptó los condicionamientos externos permitiendo que se socave nuestra soberanía
económica63. Sin embargo, utilizando como metáfora el título del famoso sermón de

63
Juan Domingo Perón ya había advertido la dependencia de la República Argentina con el capital
extranjero, sobre todo el capital inglés. Es por ello que el 9 de julio de 1949 declaró la “independencia
económica”. Con este hecho se quería mostrar que hasta entonces, si bien nos habíamos declarado
“independientes”, esa independencia sólo era de orden político pero no económico. Con la declaración de

51 Jorge Raul Orellano


Fray Ovando de Montesinos64, hubo una voz que clamó en el desierto, porque lo hizo en
forma unilateral y aislada. Más que clamor fue una denuncia contundente y valerosa que
dejó al descubierto no solo el flagelo que representaba el pago de la deuda externa sino
también las condiciones irregulares de su origen en los años ’70. Esta denuncia incluía
una crítica acerba al papel que cumplía el Fondo Monetario Internacional en el
tratamiento de la deuda. Esta voz solitaria, “en el desierto”, no provino de la república
Argentina sino del Perú a través de su presidente Alan García. Por supuesto que
denunciar nos parece muy fácil a quienes hoy vivimos en el 2008, una época ‘de la
denuncia’. Pero no fue así para el presidente del Perú Alan García allá en 1985. En
primer lugar se trataba de una denuncia que provenía de la más encumbrada autoridad
de un país; ni más ni menos que el presidente “de un país pobre”, como así mismo se
calificó Alan García. En segundo lugar, el contexto en el cual fue realizada fue en el
seno de la Asamblea de la Organización de las Naciones Unidas el más alto nivel en el
orden internacional, y en un momento en que los demás países buscaban acordar con el
FMI. Pero Alan García no se queda en la mera denuncia, sino que se va a la acción:
decide unilateralmente no destinar al
pago de la deuda más que un dólar de
cada diez dólares que el Perú recaudara
en su balanza comercial. Y sumado a
esto se adelanta a su tiempo (en un
momento en que no existía el
MERCOSUR ni el Mercado Común
Europeo), para que Latinoamérica se
uniera en una acción conjunta contra el
Fondo y contra el pago de la Deuda Externa. Pero su acción quedó como un mero
incidente (inspirador quizá) aislado y sin trascendencia al no encontrar eco en el resto de
los países latinoamericanos. Es como él mismo dijo: “Ciento sesenta años de vida
independiente en América Latina nos ha mostrado que el desarrollo aislado de cada país
es un modelo condenado al fracaso, y sin embargo nos empeñamos en la soledad.”

la “Independencia económica” se suponía que a partir de 1949 ya dejaríamos de estar sometidos


económicamente al extranjero.
64
Pronunciado en el siglo XVI en la isla de La Española con motivo del maltrato de los conquistadores
hacia los indígenas. En aquel momento los frailes dominicos salieron en defensa de los aborígenes
maltratados. Montesinos tituló a su sermón Una voz que clama en el desierto en alusión a Juan el
Bautista. Empezó diciendo: “Yo soy la voz que clama en el desierto de esta isla…”. HANKE, LEWIS.
Pág. 33-37.

52 Jorge Raul Orellano


El planteo del Perú se hizo en soledad. Sin duda que la voz del presidente Alan
García fue “una voz que clamó en el desierto”. Montesinos quería establecer un paralelo
entre su sermón en 1516 y la tarea que había realizado Juan el Bautista. Quizá sea digno
recordar que Juan el Bautista era una figura que no solo preparó la venida del Mesías
sino que además denunciaba a aquellos que querían escapar del castigo divino65. Alan
García esperaba precisamente que a su accionar ‘viniera’ un accionar conjunto de los
países de América Latina y del Tercer Mundo que ‘salvara’ del flagelo que implicaba el
servicio de la deuda66. Pero también el planteo de Alan García fue una ‘denuncia’ al
papel del Fondo en el tratamiento de la deuda. Un papel que solo había servido para
beneficiar a los países más ricos y “al país más poderoso de la tierra”: los Estados
Unidos. Decía el presidente del Perú ante la Asamblea de la ONU: “Además nosotros
decimos que el fondo monetario no tiene autoridad moral para hacer la pedagogía de la
austeridad en nuestro país, porque en la década de los años setenta, cuando era necesario
colocar petrodólares en crédito a los países pobres, el Fondo Monetario alentó el
endeudamiento. En esos años fue cómplice y promotor del dispendio de las inversiones
improductivas, fue cómplice del crecimiento desmesurado de la administración pública.
Además el Fondo Monetario Internacional solo exige austeridad a los países pobres
favoreciendo al país más poderoso de la tierra. Desde que en 1971 se declaró la
inconvertibilidad del dólar, Estados Unidos es el único país que puede emitir liquidez
indefinidamente para cubrir su propio déficit. ¿Qué papel ha cumplido entonces el
Fondo Monetario Internacional para ajustar la economía norteamericana?”. Se trata de
un planteo inteligente, bien argumentado, difícil de cuestionar, que menciona una serie
de consideraciones irrefutables expresado de un modo conciso y contundente. Distinto
fue el comportamiento de nuestro país en los ’80 para afrontar el problema de la deuda,
quizá más preocupado por consolidar el retorno de la democracia que de consolidar la
economía.

65
“Cuando alcanzó a ver a muchos fariseos y saduceos que venían al bautismo, les dijo: ‘Prole de
víboras…’”. S. Mateo III. 7.
66
“Creemos que el objetivo tiene que ser la unión de los deudores y el cambio radical de la situación para
eso necesitamos concordar posiciones con los países del Asia y del África, y concertar la acción de la
América Latina (…) Invocamos unión al movimiento no alineado, unión a los países de América Latina.
La unión en este tema es una prueba concreta del no alineamiento porque el diálogo político será no
solamente para tratar de la deuda, sino para replantear el orden económico internacional y así la deuda
que es nuestra debilidad será el instrumento de nuestra fuerza y el impulso de nuestra unión. Ese es el
gran camino; la unión”. Alan García. Discurso a la ONU. 1985.

53 Jorge Raul Orellano


Muchas son las consideraciones finales que se pueden hacer de este trabajo. Pero
no queremos quedarnos en el mero dato sino que queremos extraer conclusiones que
sirvan que realmente sean útiles. Son muchos los trabajos de procesos económicos o
históricos llenos de datos y muy bien documentados con innumerables citas, tablas,
cuadros, gráficos, etc. pero solo se quedan en eso y no aportan nada relevante que haga
a la comprensión del hecho histórico – económico y que implique asumir una postura ya
sea buena o mala.
Podemos extraer muchas conclusiones, pero una de la que más impacta lejos de
caer en el critiquismo de los funcionarios propios y en ese mito de que siempre lo de
afuera es mejor, es señalar que el proceso de endeudamiento estudiado se ha dado en
condiciones más o menos similares en toda Latino América. Y decimos bien
‘Latinoamérica’ porque no está incluido el principal beneficiario de los organismos
internacionales: los Estados Unidos ‘de Norteamérica’ (no de América). Si para algo se
ha visto que sirven los organismos internacionales –salvo el caso de contadas
excepciones- es para ser funcional a los países ricos, sobre todo a los Estados Unidos,
el país que ha sido y sigue siendo a pesar de la crisis que vive actualmente el país más
poderoso de la tierra. Por una parte esta es una de las lecciones que tenemos por
aprender: saber con quien estamos tratando y cómo es el funcionamiento de las reglas
de juego.
Pero por otro lado también debemos saber ‘clamar’ cuando es el momento
apropiado y crear las condiciones para que ese clamor sea escuchado. Hablamos de la
posición unilateral del Perú con Alan García. y aunque es un suceso posterior al periodo
que hemos estudiado no podemos dejarlo al margen porque forma parte de la historia de
la deuda externa. Pero también forma parte de la lección que tenemos que aprender.
La lección por aprender es saber escuchar. No actuar aisladamente ni
autoritariamente. En el caso del ex ministro Martínez de Hoz, debido a la particular
circunstancia histórica que le tocó vivir; (una dictadura acostumbraba a imponer, y que
hacía oídos sordos a quien no estuviera en sintonía con sus ideales), en ese marco, no
era dable esperar que el ministro de economía saliera a pedir opinión. Por el contrario;
todavía podemos oír sus palabras cuando ya es ministro nombrado por el gobierno de
Videla diciendo: “Se abre señores, un nuevo capítulo en la historia económica
Argentina”. Sus palabras son duras. Diríamos que suenan a autoritarias. No están
pidiendo permiso, sino que están imponiendo. Son palabras que tienen el tono de una
orden militar. También hay como un gesto de repugnancia hacia lo que seguidamente

54 Jorge Raul Orellano


critica: “el estatismo agobiante”. Es un convencido de sus convicciones y de que tiene
una misión que cumplir67 (es la misma convicción que tienen lo que llevan a cabo el
golpe militar de marzo del ’76). En cambio; ¡Qué diferentes suenan sus palabras cuando
Martínez de Hoz es entrevistado durante la gestión democrática!68 El tono duro
desaparece como por milagro. Sus palabras –cuando quiere asemejar su gestión a la de
Cavallo – suenan más suaves, hasta más amigables. Incluso su expresión facial cambia,
pues ya no se le ve ese gesto duro en su rostro sino que hasta podría decirse que esboza
una sonrisa. Sin embargo el momento de ser amigable y de dialogar era precisamente
cuando asumió como ministro. Pero por el contrario, se actuó como lo señalan todos los
críticos de Martínez de Hoz, con las manos libres, sin ninguna oposición, y sin que se
permitiera ninguna queja. El resultado de tal modo de actuar es creer que la realidad es
el espejismo que uno mismo se hace. Obviamente Martínez de Hoz y su grupo de
asesores (si es que lo tenía) no evaluaron bien las consecuencias de sus medidas por no
tener la capacidad de prever a largo plazo. El proceso de endeudamiento fue perjudicial.
Pero no hubo voz que se pudiera levantar en contra. Nadie clamó en el desierto y por
eso sufrimos las consecuencias. Pero ahora las circunstancias son diferentes, la
obligación es escuchar y saber oír. El endeudamiento externo que sufrió nuestro país es
el resultado de que se actuó solo y por separado. Diríamos que la lección es saber
consultar. Pero no la consulta vana para salvar apariencias, sino con el propósito de
consensuar. Para que finalmente la Argentina pueda elaborar un modelo económico
sustentable a largo plazo y atendiendo al bienestar general. Pero hacerlo consultando
entre todos. Si somos capaces de lograr nuestra propia unión quizá podamos lograr la de
toda Latinoamérica y así hacer valer nuestra voz ante los poderosos de la tierra.

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67
Prueba de esta ‘misión’ es que hay todo un programa de reformas económicas en todas las órdenes,
enumeradas en este trabajo cuando hablamos de las medidas de Martínez de Hoz.
68
Ya analizamos este reportaje cuando…

55 Jorge Raul Orellano


Conclusión

Al considerar el periodo económico que va de 1976-1981 y contextualizarlo con un


antes y un después se va observando claramente que las medidas económicas de José
Martínez de Hoz tienen una relación directa con el endeudamiento externo. En efecto se
observa que la reestructuración económica que se da a mediados de 1977 en virtud de
las medidas de Martínez de Hoz significaron un abandono de la industria viéndose el
mercado interno desplazado en el orden de prioridades por actividades de índole
especulativas alentadas por la “tablita” y que consolidó a ciertos grupos beneficiados
por el endeudamiento externo. Ello debido a una reforma financiera que ante todo
buscaba atraer capitales extranjeros. La eliminación de controles y la liberación de la
tasa de interés fueron medidas tendientes a ello. Como resultado proliferaron bancos y
financieras y el Estado se configuró en garantía de depósitos en entidades privadas.
Estas condiciones favorecieron la fiebre especulativas ante la que las empresas
productivas del país no pudieron hacer frente. Entonces la economía se concentró en
bancos que tomaban empresas como parte de créditos ‘incobrables’.
Consiguientemente el objetivo de combatir la inflación no se cumplió. Todo ello nos
hace presuponer una política financiera errática que no tuvo en cuenta el desarrollo ni
la industria nacional, por el contrario la industria nacional se vio profundamente
afectada y lesionada en sus intereses a favor de lo que se llamó la “patria financiera”.
Para colmo de desaciertos, en marzo de 1980 el Estado asumió los pasivos de los
bancos quebrados para evitar un retiro generalizado de los depósitos en dichos bancos.
A todo ello debemos sumar que el proceso de desindustrialización tuvo como corolario
una fuerte caída de la producción aumentando el desempleo. ¿A que intereses se
privilegiaba? ¿Para quiénes se gobernaba? ¿Primó la vista apuntada solo a oscuros
intereses? ¿Qué pasaba realmente por la cabeza de quienes en ese momento eran los
responsables del rumbo económico del país? Resulta difícil no plantearse estos
interrogantes cuando se observa la cadena de consecuencias en ocasiones trágicas que
derivaron de la política económica que se implemento con el advenimiento del gobierno

56 Jorge Raul Orellano


de facto. Preguntas que sin duda se seguirán planteando, estudiadas, miradas desde
nuevos enfoques; pero a las que este trabajo ha tenido por objeto brindar una
contribución aunque sea mínima. Lo que sin duda es un hecho es que hubo en el
gobierno de turno la voluntad de recurrir a un fuerte endeudamiento externo y que a
ese endeudamiento se llego en virtud de la concepción que se tenía sobre la manera de
llevar a cabo la política económica. Política económica que evidentemente no estuvo
encuadrada en un marco de una política de Estado que tuviera en cuenta el largo
plazo.

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57 Jorge Raul Orellano


Bibliografía

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FERRER, ALDO. Cómo se fabricó la deuda externa argentina. En MINIAN,
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desencanto. Un siglo de políticas económicas argentinas. Buenos Aires, 1998.
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las revoluciones hispánicas. México.1993
IGLESIAS, FERNANDO A.: Kirchner & Yo: Por qué no soy kirchnerista. Buenos
Aires, Sudamericana. 2007
LUNA, FELIX: Historia Argentina. En serie de capítulos en videos VHS
LYNCH, JOHN: Historia de la Argentina. Barcelona, Planeta. 2002
MÁRQUEZ, NICOLÁS: La otra parte de la verdad. Buenos Aires, Gráfica MPS.
2004
MÜLLER; ALBERTO G.: Un quiebre olvidado. La política económica de Martínez
de Hoz. En www.aaep.org.ar (versión digital en formato pdf).
PIGNA, F.: Historia argentina. Procesos socioeconómicos políticos y culturales. En
capítulos en Videos VHS nros 3, 4, 9, 10.
POTASH, ROBERT. El ejército y la Política Argentina 1962 -1973. Buenos Aires.
Ed. De Belgrano, 1983.
RAPOPORT, MARIO Y OTROS. Historia económica, política y social de la
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Revista Envío. Número 210. septiembre 1999. UCA. Managua, Nicaragua
ROMERO, JOSÉ LUIS. Breve historia de la Argentina. Fondo de Cultura
Económica, Buenos Aires, 2000.
SAN MARTINO DE DROMI, LAURA.: Historia Argentina Contemporánea: de
Perón a Menem. Buenos Aires. 1996
VANOLI, ALEJANDRO: La economía de Martínez de Hoz. En www.Clarin.com
/Económico / 02-04-2006.

Sitios Web
www.aaep.org.ar
www.ambitoweb.com
www.Clarín.com
www.youtube.com

Las ilustraciones del presente trabajo, a menos que se indiquen lo contrario, son capturas (frames) de la serie de Videos de Historia
Argentina de Felix Luna.
El diseño de la portada es propio.

58 Jorge Raul Orellano


Apéndice
Trascripción de una parte del mensaje del presidente del Perú ante la Asamblea de
las Naciones Unidas en relación al tratamiento de la Deuda Externa. (1985).69

“Comprobaremos que la situación de la deuda, se hace insostenible para nuestra


economía. Y cabe preguntarse ¿qué respuesta se le dio al problema de la deuda en estos
años?:
En primer lugar pedir nuevos créditos para pagar deudas anteriores aceptando intereses
y comisiones mayores para terminar más endeudados que el comienzo. Las leyes
antimonopolios de los Estados Unidos fueron violadas por los bancos que se asociaron
en sindicatos para evitar la libre competencia en la colocación de crédito. Asimismo
fueron violadas las leyes federales del crédito, pues los bancos renegociaron con los
países sabiendo que estaban quebrados solo para asegurar el pago de los intereses
renunciando a la amortización del principal que es el capital de sus ahorristas.

En segundo lugar y como condición para ese carrusel financiero se aceptaron las
dañinas condiciones del Fondo Monetario Internacional orientando la economía de
nuestros países al pago de la deuda. La carta de intención que expresa
esas condiciones, son en realidad cartas de sumisión colonial a la
injusticia económica imperante. Mientras los países más ricos
cierran sus fronteras nosotros debemos abrirlas destruyendo
nuestra industria y endeudándonos para seguir
comprando a la industria extranjera. Como segunda
recetas de las cartas de intención nos exigen devaluar la moneda para mantener la
competitividad externa de nuestros productos. Eso en otras palabras es aumentar la
cantidad de trabajo que debemos invertir en el pago de la deuda.

La tercera receta señala que la tasa de interés interna debe asociarse a la devaluación
impulsándose así la inflación en un permanente círculo vicioso de desempleo y parálisis
productiva. El Fondo Monetario Internacional explica estos resultados como productos
de los gastos del Estado y de su participación en la economía y entonces la consigna
final es la austeridad fiscal. Las inversiones y gastos sociales deben recortarse para
garantizar de esa manera el servicio puntual de la deuda externa.

69
Se puede encontrar este discurso de Alan García en www.youtube.com

59 Jorge Raul Orellano


Esas son las cartas de intención aplicadas en los últimos años para el empobrecimiento
de nuestros pueblos, y que más que cartas de intención, son ‘cartas de sumisión’ –como
he dicho – a la injusticia. Además nosotros decimos que el fondo monetario no tiene
autoridad moral para hacer la pedagogía de la austeridad en nuestro país, porque en la
década de los años setenta, cuando era necesario colocar petrodólares en crédito a los
países pobres, el Fondo Monetario alentó el endeudamiento. En esos años fue cómplice
y promotor del dispendio de las inversiones improductivas, fue cómplice del
crecimiento desmesurado de la administración pública. Además el Fondo Monetario
Internacional solo exige austeridad a los países pobres favoreciendo al país más
poderoso de la tierra. Desde que en 1971 se declaró la inconvertibilidad del dólar,
Estados Unidos es el único país que puede emitir liquidez indefinidamente para cubrir
su propio déficit. ¿Qué papel ha cumplido entonces el Fondo Monetario Internacional
para ajustar la economía norteamericana?

Anuncio como presidente del Perú que en la próxima reunión del Fondo Monetario
Internacional en Seúl, exigiremos decisiones sobre la reforma del sistema monetario y el
reparto de la liquidez mundial en forma más justa. De lo contrario no nos interesa ni
conviene pertenecer a un organismo que sirve al beneficio de un solo país. Por esto
reiteramos que el Fondo Monetario no será intermediario entre nosotros y entre nuestros
acreedores. En el diálogo con los acreedores no aceptamos como condición la hipoteca
de nuestra soberanía económica ni la imposición de condiciones de política interna
firmando cartas de intención con instrumentos negativos para nuestros pueblos. Reitero
ante el mundo que mi responsabilidad como gobernante es para con el pueblo peruano
que es para mi el primer acreedor, y que el gobierno peruano ha sido elegido por el
pueblo y no por un círculo financiero para satisfacer sus apetitos. En conclusión
afirmamos que en las actuales condiciones por su origen injusto y por los medios en que
se ha visto incrementada la deuda externa no podrá ser satisfecha por ninguno de
nuestros países porque el esfuerzo de servirla puntualmente ahogaría en miseria y
violencia nuestra democracia. La alternativa es entonces dramática: o deuda; o
democracia. O deuda, o democracia. Esa es la encrucijada de la América Latina actual.
Esa es la encrucijada del mundo pobre y debemos decidirnos ya por un camino.

60 Jorge Raul Orellano


Creemos que el objetivo tiene que ser la unión de los deudores y el cambio radical de la
situación para eso necesitamos concordar posiciones con los países del Asia y del
África, y concertar la acción de la América Latina. Ciento sesenta años de vida
independiente en América Latina nos ha mostrado que el desarrollo aislado de cada país
es un modelo condenado al fracaso, y sin embargo nos empeñamos en la soledad.
Recordando el título de la más grande novela, nuestros países viven ciento sesenta años
de soledad. Exportadores primarios, compradores de fábricas, deudores, vivimos
aislados porque los cantos de sirena del Fondo y de los Bancos llaman a uno y a otro a
soluciones individuales que solo son esperanzas pasajeras o cartas de intención de
inmediato incumplidas.

Invocamos unión al movimiento no alineado, unión a los países de América Latina. La


unión en este tema es una prueba concreta del no alineamiento porque el diálogo
político será no solamente para tratar de la deuda, sino para replantear el orden
económico internacional y así la deuda que es nuestra debilidad será el instrumento de
nuestra fuerza y el impulso de nuestra unión. Ese es el gran camino; la unión. Pero hasta
entonces el Perú no puede esperar la sucesión de reuniones sin resultados concretos. No
caeremos en el círculo vicioso de esperar la unión del futuro y hasta entonces no hacer
nada. No caeremos en la espera pasiva. Esperaremos activamente no solo proponiendo
el maximalismo de la audacia lejana, sino comprometiéndonos en la lucha concreta. Por
eso hemos tomado una decisión que sostendremos: el Perú solo asignará a la deuda uno
de cada diez dólares; la décima parte de lo que le paguen por su trabajo y por sus
exportaciones. Esta es una decisión responsable y revolucionaria porque es la decisión
de un país pobre importador de alimentos e insumos industriales cuya deuda es con los
bancos occidentales y que ha sufrido y sufre la presión del Fondo Monetario. Nuestra
responsabilidad en esta decisión es afrontar sus consecuencias. No tenemos relaciones
privilegiadas con ninguna potencia porque no combatimos una dependencia como
instrumento de otra hegemonía. En el futuro si nos unimos salen otras soluciones…”

Alan García.

61 Jorge Raul Orellano


LA GESTIÓN DE MARTÍNEZ DE HOZ: ALGUNOS INDICADORES RELEVANTES70

Año Tasa de PBI Ind / Saldo Salario Inflación - Déficit Deuda


crecimiento PBI (2) Balanza real Tasa fiscal/PBI pública
del PBI (1) comercial (4) anual (%) (6) (7)
(3) (5)

1976-81 0.9% 29.4 540.6 62.0 193% -6.35 20,024.0

1976 0.0% 33.2 883.1 66.5 444% -9.42 5,189.0


1977 6.4% 31.2 1490.4 53.7 176% -3.7 6,043.7
1978 -3.2% 29.1 2565.8 57.0 176% -4.9 8,357.7
1979 7.0% 28.4 1109.8 61.3 160% -4.84 9,960.3
1980 1.5% 25.3 -2519.2 69.6 101% -5.51 14,459.0
1981 -6.7% s/d -286.6 64.2 105% -9.71 20,024.0

(1) Fuente: Cepal 20.


(2) Fuente: Cepal 28, en Australes a costo de factores (corrientes).
(3) Fuente: Cepal 20, en millones de dólares a precios corrientes. El período 1955-1963
corresponde,
en realidad, a 1958-1963.
(4) Fuente: INDEC. Indice base 100 = 1969. Corresponde al nivel general de las remuneraciones
(5) Fuente: INDEC, Indice de precios al consumidor.
(6) Fuente: Gerchunoff y Llach (1998), superávit del sector público como porcentaje del PBI.
(7) Fuente: Cepal 20, en millones de dólares. Valores calculados en base al monto de la deuda al fin
de cada año.

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70
MÜLLER; ALBERTO G. Op. Cit. Pág. 4

62 Jorge Raul Orellano

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