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Discurso de la Doctora MARILINA HOTTON

ASESORA de la H. CAMARA DE DIPUTADOS DE LA NACIÓN

Buenos Aires, 09 de Junio de 2010

LA FALACIA DE LA IGUALDAD

Señora Presidente

Agradezco profundamente la invitación de la Comisión de Legislación General


del Senado de la Nación que me distingue.

Permítame en primer lugar entonces, expresar mis respetos a los juristas que
me han precedido.

He tenido el honor- y la responsabilidad- de ser convocada para ilustrar a esta


asamblea sobre los vicios formales que, a mi criterio y en base a la cuidadosa
investigación realizada comprometen severamente, la lógica interna y aspectos
formales relevantes del PROYECTO DE LEY DE LEGALIZACIÓN DE LAS
UNIONES DE PERSONAS DEL MISMO SEXO.

Corresponde decir desde un comienzo que las urgencias políticas en la


Cámara Baja , de la que soy Asesora legislativa en cuestiones de Familia,
facilitaron que no se diera el suficiente estudio que un tema de semejante
envergadura exige, razón de más para expresar mis reflexiones y dudas en
éste ámbito tan plural.

Por lo tanto quiero señalar una vez más a los Senadores y Senadoras que este
proyecto nació viciado.

Viciado por lo apresurado.

Viciado por la intolerancia,

Viciado por la falta de debate serio sobre sus implicancias jurídicas (amén de
las culturales, sociológicas y políticas)

Viciado por la ausencia de un análisis cuidadoso y completo del Código Civil


(instrumento vital de la convivencia ciudadana), que, entiendo requiere de los
señores Legisladores y legisladoras de la Cámara Alta una ponderación por
demás mesurada.

Con honestidad intelectual quisiera alertarlos de que este Proyecto- como ha


llegado a esta Cámara- no debe ni puede aprobarse por cuanto adolece de
vicios estructurales que no podrán ser subsanables y lejos de igualar derechos
como se declama culmina despojando derechos básicos y, como lo veremos,
creando nuevas y serias desigualdades.
Es por eso que me inclino por titular mi exposición llamándola

LA FALACIA DE LA IGUALDAD.

Seis grupos de personas verán afectados sus derechos de aprobarse este


proyecto de ley, razón suficiente –entiendo- para que el Senado de la Nación
meritúe cuidadosa y seriamente estos distintos elementos que pasaré a
exponer.

PRIMERAS AFECTADAS

Es interesante y “agraviante” señalar que las primeras personas cuyos


derechos afectaría, de sancionarse este proyecto son “las mujeres”!

La aseveración tiene sustento.

Sucede que, en todos los artículos que se pretenden modificar donde se


mencionaba nuestro género en tanto madres o esposas, nos han transformado
en padres y contrayentes.

Se suprimió el vocablo madre y se sustituyó el vocablo esposa por


contrayente.

Me dirán, sólo estamos modificando terminología, no Sres. y Sras. Es


mucho más que eso, ¿o acaso no nos han empujado a un debate que se
refiere, básicamente a la terminología?

No nos están pidiendo –so pena de violar “derechos humanos- llamar


“matrimonio” a lo que obviamente no lo es.

Pues bien, para darles un “derecho terminológico” para que quienes


pretenden ser incluidos en el Código Civil en la figura del matrimonio, puedan
ser contrayentes o padres, nuestros nombres en tanto esposas o madres
desaparecen, nos transformamos todos en seres asexuados y neutros.
Nos borraron de un plumazo y nadie, absolutamente nadie lo advirtió, ¿porque
no nos defendieron nuestras diputadas feministas que votaron a favor del
Proyecto? ¿Mujeres, están dispuestas a ser borradas del Código Civil?

Hasta en lo político tiene significación: “El icono de “las madres de plaza de


mayo” pierde sentido…Con la adecuación terminológica que, más que derecho
parece capricho- a futuro debieran ser “padres o contrayentes de plaza de
mayo”. Madres, en la ley no existirían más.

Que harían sin nosotras madres.

Nosotras los hemos parido a todos y a todas y por “las angustias de pocos…las
madres, las que alumbraron, se apagan borrándonos del Código Civil.

Sucede, que la inclusión o no inclusión de un término en la ley, define la


importancia, la especificidad, el realce del sujeto. Así, por ejemplo, desde que
se dictó la Ley 26061, que se refiere a minoridad toda la terminología respecto
a ellos debió modificarse por niña, niño y adolescente en vez del vocablo
“menores” y, es interesante el recuerdo de que aún seguimos trabajando en
ello, readecuando las leyes para que todas y todos los niños puedan tener
normas jurídicas que los contengan a todos y todas, niño, niña y adolescente
de manera “explícita”

Ahora bien pareciera que los redactores del Proyecto tomaron un “buscador” y
apretaron el botón suprimir cada vez que el Código indicara madre o esposa.

Tan errada fue la decisión que por ejemplo no advirtieron que a veces las
mujeres aparecemos en el Código con otra denominación.

Por ejemplo me refiero al término viuda. En el artículo 3576 bis existe el


derecho sucesorio de la nuera viuda sin hijos, que hereda a sus suegros por
ser viuda y no tener descendencia.

Este artículo no fue considerado por los legisladores modificantes y como no


aparece el término madre que como dije “se excluyen de la ley”, nadie lo revisó.

Es interesante que al no analizarlo, en el contexto de la reforma que se


propone a esta Honorable Senado, los derechos que genera se tornarían de
imposible cumplimiento ya que en un matrimonio de dos mujeres habría que
definir previamente cual tendrá la categoría de “nuera”, su indefinición haría
que este derecho sucesorio recaiga en ambas cónyuges en una clara
desigualdad respecto a las mujeres casadas en forma heterosexual.

Existen, va de suyo, otras numerosas desigualdades en este proyecto respecto


a las mujeres heterosexuales casadas.

El tema no es menor y me refiero al apellido.

En efecto hoy las mujeres heterosexuales casadas no pueden darles su


apellido a sus hijos, ni su familia tendrá su apellido salvo que hagan una
petición especial. La ley lo autoriza pero con un pedido adicional. Si ello no se
produce, la mujer casada que parió un hijo no tiene derecho a darle su apellido.

Resulta sorprendente que, en el caso de “matrimonio entre mujeres” ellas si


tendrán plena libertad para elegir el apellido de sus hijos y, en su caso, de la
familia que quieran formar (adopción o inseminación mediante)

Si se pretende modificar al Código Civil lo mínimo que es dable esperar es un


mas que cuidadoso examen de toda la normativa (coherencia interna del texto)
evitando afectar los derechos de los otros, violando claramente el derecho de
cada uno.

El proyecto a estudio viola los derechos de terceros, de raigambre


constitucional.
Regresando al tema de los vocablos y términos quiero manifestar que no hay
discriminación- como se agravian sus impulsores- cuando nos oponemos a
que pueda llamarse “Matrimonio” a una unión entre personas del mismo
sexo, pues para que merezca el reconocimiento del Estado debe tener virtud
procreativa.

Esta distinción no la hace el legislador.

Para quienes creemos en Dios, como es mi caso y, presumo, la convicción


íntima de quienes al darnos la Constitución invocaron a Dios, fuente de toda
razón y Justicia, la distinción transciende las bancas, toda banca.

Y si la fe se ha perdido o nunca la tuvimos, la Naturaleza, sabia o “caprichosa”


así lo ha querido.

Somos “distintos” en tanto la unión de un hombre y una mujer pueden generar


vida…

Es que en un matrimonio –como hoy lo entiende el mundo (es cierto hay


algunas excepciones, menos de diez y ninguna, como países en este
continente)- hay una matriz y una virtud procreadora. No importa que el
matrimonio heterosexual pueda o quiera procrear, es un hecho contingente, lo
esencial es que esa unión implica la posibilidad- virtud- de ser generadora de
vida.

Y, por favor, entre tanto, a quienes tenemos matriz y podemos engendrar…no


nos manden al “DELETED” en la Ley Civil de los Argentinos.

Les reitero a nuestros Senadores y a nuestras Senadores defiendan los


derechos de todos y todas

SEGUNDOS AFECTADOS

En este mismo orden de ideas, el segundo grupo de personas perjudicadas por


este proyecto de modificación del Código Civil es el de los hombres
heterosexuales casados.

También sufrirán desigualdad de derechos en comparación con los hombres


casados homosexuales.

El artículo 206 del Código Civil, que en este caso fue revisado por los
redactores de la modificación del Código, mantuvieron la primera parte del
segundo párrafo de dicho artículo expresándose en el mismo que, en caso de
separación o divorcio, los padres heterosexuales que tengan hijos menores de
cinco años no obtienen la tenencia de aquellos, sino que queda en manos de la
madre, salvo causas graves.

El proyecto enviado por Diputados incluye en el artículo a los homosexuales


quienes podrán obtener dicha tenencia en uno de ellos, en una clara
discriminación y desigualdad sobre los padres heterosexuales.
Y que sabio ha sido Velez Sarsfield, no tuvo dudas en la necesidad de una
madre para la crianza de un niño menor de cinco años. Entonces reitero,
además de la clara desigualdad respecto de los padres heterosexuales en
cuanto a la tenencia de sus hijos menores de cinco años en caso de
divorcio, tiramos por la borda la teoría de que la madre es necesaria para
la crianza de un niño menor de cinco años.

Les pregunto a Uds. ¿que hacemos con esta teoría, que hacemos con la
Doctrina, la Jurisprudencia y los fallos que con la ayuda de especialistas
psicólogos hasta hoy deciden por la permanencia del menor con su madre, con
aquellos fallos que indican que la maternidad es absolutamente necesaria para
un menor de cinco años? ¿Es todo mentira? hagamos borrón y cuenta nueva y
digamos ahora que todo aquello no fue válido y que dos hombres pueden
cuidar a un niño pequeño sin afectar su identidad.

¿Qué hacemos con la Doctrina, la Jurisprudencia y los fallos que con la ayuda
de especialistas psicólogos hasta hoy deciden que el régimen de visitas por
parte del padre es absolutamente necesario y que el mantenimiento de la
relación paterna es vital para el normal crecimiento de los niños? ¿Es todo
mentira? hagamos borrón y cuenta nueva y digamos ahora que todo aquello no
fue válido y que dos mujeres pueden cuidar a un niño pequeño sin afectar su
identidad.

Ustedes saben porque, señores Legisladores, los que los antecedieron –libres
de las presiones del momento- pensaron en el niño. Pensaron que era mejor
que estuviera con su madre pero era necesario que mantuviera la imagen
del padre y ello para forjar su identidad. Nadie puede dudar en que la
identidad biológica de un niño o niña, sólo puede darse con un hombre y
una mujer.

Fue llamativo- ante este hecho incontestable - que aquellos diputados y


diputadas que tanto defienden el derecho a la identidad biológica hayan
votado a favor de este proyecto olvidándose de una de sus causas mas
importantes.

TERCEROS AFECTADOS

Se infiere del Proyecto que hay un tercer grupo lesionado por sus normas ya
que, no sólo sufrirán desigualdades como individuos las mujeres y los
hombres heterosexuales casados como lo hemos expuesta con anterioridad
sino que también los afectara en su calidad de matrimonio constituido
conforme a derecho.

Los terceros afectados serán pues los matrimonios heterosexuales ya que


conforme al articulado propuesto quedarán es un “segundo” lugar respecto al
pretendido “matrimonio homosexual”

Como lo expuse anteriormente el claro apresuramiento para dictar este


proyecto implicó también que nadie revisara el artículo 315 del Código Civil,
que en lo referente a la adopción expresa que los matrimonios que quieran
adoptar deberán esperar tres años para hacerlo o demostrar su
imposibilidad para procrear.

Con el Proyecto que hoy tiene media sanción, el matrimonio homosexual,


quedaría en capacidad de salir del registro civil y ese mismo día inscribirse en
el Registro de adoptantes, por una clara razón, en tanto matrimonio no pueden
procrear, salvo que una de las contrayentes sea inseminadas o los hombres
alquilen vientres (pero ese es otro tema del que no corresponde ocuparse
aquí). Lo cierto es que, al no tener que demostrar –como se les exige a los
matrimonios heterosexuales que aspiran a una adopción- una imposibilidad
para procrear quedan en mejor situación de quienes potencialmente pueden
engendrar naturalmente vida.

Como quedó redactado el instituto, las carpetas de los pretendidamente


llamados “matrimonios homosexuales” provenientes del Registro Único de
Aspirantes a Guarda estarán primero en el despacho del Juez, delante de
muchos otros matrimonios heterosexuales que después de años de intentar
prohijar se presentarán ante la justicia.

Y aquí, con su venia, quiero hacer un alto y alertar respecto al tema de la


adopción, porque quienes son homosexuales, se indignan (y agravian) cuando
se comenta el instituto aduciendo que este proyecto en nada modifica sus
derechos sobre el particular ya que ellos ya pueden, según la legislación
vigente, adoptar en forma monoparental.

Esto no es así.

Veamos con criterio realista y desde la praxis judicial un ejemplo de la situación


como se da hoy.

Hoy, ante la llegada de un niño en estado de adoptabilidad al despacho de un


Juez o Jueza, que posee numerosas carpetas de pretendientes a guarda
preadoptiva, tendrá –en nuestra hipótesis- pretendientes monoparentales y
matrimoniales. Ese Magistrado tiene absoluta libertad y podrá decidir otorgar el
niño o la niña en adopción al matrimonio, pues las razones son obvias y, salvo
excepciones así proceden. Las adopciones monoparentales podrán
otorgarse en casos especiales, pero nadie duda que el Interés superior
del niño nos persuade de la pertinencia de la decisión matrimonial pues
dota al menor de una doble protección, contención y afecto.

Ahora bien, si este proyecto que hoy debatimos fuera aprobado, ese mismo
Juez o Jueza, tendrá carpetas de pretendientes matrimoniales homosexuales
(que, por lo que argumentábamos, llegarían antes) y de heterosexuales. Nos
preguntamos entonces en este caso, ¿cual va a ser el fundamento del Juez
o Jueza para elegir un papá y una mamá en vez de dos lesbianas, o dos
Gays o un transexual y un bisexual? Compadezco al magistrado o
magistrada que decida por la opción heterosexual, pues padecerá de
numerosas denuncias ante el INADI por discriminación.

CUARTOS AFECTADOS
Y aunque parezca sobredimensionado el argumento, de aprobarse este
proyecto de ley, un cuarto grupo de personas resultarían menoscabadas en sus
derechos. Me refiero a los BISEXUALES, ¿o acaso este proyecto les permite
casarse con sus dos amores? ¿Será el siguiente paso a dar? Algunos
legisladores ya lo propusieron. Obra en las actas y registros de los debates.
Podrán adoptar (el proyecto los incluye) pero no se ha previsto su matrimonio

QUINTOS AFECTADOS

Los niños y niñas son el quinto grupo claramente agraviado con este Proyecto
porque como lo expusimos previamente, las carpetas para adoptar de los
“Matrimonios homosexuales, gays, lesbianas, bisexuales y transexuales”
llegarán primero y serán merecedores de pleno derecho a la adopción en tanto
“matrimonio”…

Obviamente –y en lo formal es correcto que así sea- ningún Juez o Jueza


podrá hacer distinción alguna no obstante que en su fuero íntimo piense o
sienta que para quienes han perdido a sus padres lo mejor sería un papá y una
mamá.

Por ello, repito, que ningún Juez o Jueza podrá hacer la distinción o
tomar la decisión correcta de elegir un papá y una mamá para el niño,
porque perderá su cargo en pocos meses.

Entonces el instituto de la adopción se transformará en el proveedor de hijos


de los matrimonios de un solo sexo, que naturalmente no pueden lograrlo.

Pregunto ¿Los legisladores que votaron afirmativamente esta Ley leyeron


la Convención de los derechos del niño? Que pasa con el fundamento de
raigambre constitucional que expresa que toda decisión legislativa y judicial
deberá velar y decidir siempre por el “Interés superior del niño”? ¿Donde
dejamos su derecho a la identidad, su derecho a crecer en una familia de
padre y madre y su derecho a ser oídos conforme la Ley 26061? ¿Quien
puede oírlos? ¿Quién será su voz ya que, carecen de recursos para un
spot publicitario?

SEXTOS AFECTADOS

Aunque pese decirlo, el último grupo de personas perjudicado con esta


pretendida modificación es la ciudadanía en su conjunto que en su derecho
Soberano, jamás fue consultada, ni ha votado, ni se le ha propuesto en
plataformas partidarias o políticas respecto de esto tan sensible como lo que
hoy nos convoca.

MAS DEFECTOS FORMALES

Señores legisladores y Señoras legisladoras, debo ser reiterativa e INSISTIR


sobre los defectos no advertidos por nuestros diputadas y diputados al votar
este proyecto que sano es recordar, no fue por la “abrumadora mayoría” como
se suele señalar en los medios, en especial los audiovisuales.
Quisiera que los legisladores de la Cámara Alta se tomen el tiempo de analizar
los 4051 artículos del Código Civil. Por eso sólo quiero mencionar los otros
defectos formales que contienen esta modificación que ocurren o por haberse
olvidado de modificarlos conforme al nuevo criterio de familia que se pretende o
que con una modificación torna imposible sus efectos.

Así en los artículos dedicados a la presunción de paternidad, los


vinculados al parentesco y consanguinidad y los relacionados con los
hermanos bilaterales.

La sola mención al Art 360 del Código Civil que distingue entre hermanos
bilaterales y unilaterales señalando “… Son hermanos bilaterales los que
proceden del mismo padre y de la misma madre. Son hermanos unilaterales
los que proceden del mismo padre, pero de madres diversas, o de la misma
madre pero de padres diversos” es prueba de los “apuros” La redacción ahora
propuesta lee: “son hijos bilaterales los que resultan de los mismos padres”.
Como, hasta ahora es imposible que dos padres puedan generar vida debemos
–estamos obligados a pensar- que aquí se uso “padres” en sentido genérico
y, si así se procedió carece de sentido el distingo.

Confusión

Parece que todo el proyecto a examen es confuso.

Por eso es que, con mi mayor respeto me permito pedirles, el ejercicio de una
actitud que se condiga con los antecedentes del Honorable Senado de la
Nación.

Ello implica una responsable revisión formal del Proyecto, despojado de todo
argumento de conciencia personal lo que permitirá dotar a la República, a la
sociedad argentina, de una Ley posible. Una ley aplicable, que no deje de
lado los derechos de todos y de todas.

Quiero FINALMENTE aprovechar este momento para agradecer a los 109


diputados que votaron en contra de este Proyecto de modificación del Código
Civil, no fueron sólo uno o dos diputados, fueron 109 legisladores y legisladoras
que sensibilizados por la importancia del tema le dieron el tiempo y el esfuerzo
de estudio que merecía la propuesta de un cambio de una de nuestras leyes
fundamentales y que defendieron la familia, una de las bases mas importantes
de nuestra Nación y que hoy todavía nos distingue en todo el mundo.

Que en este bicentenario defendamos los derechos de todos y todas, que


no dictemos leyes para otorgarle nuevos derechos a un pequeño sector
en detrimento de todos y todas, que no eliminen a las madres y esposas de
las leyes nacionales, que no se apruebe una ley tan defectuosa que parece un
Cambalache. Como me gustaría, como lo hizo uno de los primeros
exponentes, terminar recitando “Cambalache”, pero la importancia del tema
y el ámbito de esta discusión, no lo amerita.

Muchas gracias.

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