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Oponiendose a la herejía

austriaca

Por Christopher Ferrara


Enero 2007

Oponiendose a la herejía austriaca Pag.1


Christopher Ferrara
Tengo el privilegio de presentar el artículo del Dr. Peter Chojnowski
"Corporación Cristiandad: La verdadera escuela de Salamanca", que
hábilmente expone cómo las enseñanzas de Santo Tomás de Aquino, y los
santos. Bernardino de Siena y Antonino de Florencia, y los últimos
escolásticos españoles sobre precios y salarios justos han sido
tergiversadas por los defensores de la llamada escuela austríaca de
economía.

El artículo del Dr. Chojnowski es un primer paso importante en el montaje de


una respuesta tradicional católica a las abultadas ambiciones de la escuela
austriaca, cuyos dos principales teólogos, los fallecidos pensadores judíos
liberales Ludwig von Mises y Murray Rothbard, escribieron las obras
fundacionales del movimiento de Austria: el enorme tomo de “La Acción
Humana” (1949) de Mises, y el igualmente voluminoso “Hombre, Economía
y Estado” (1962) de Rothbard. Estos dos libros componen el “Antiguo y el
Nuevo Testamento” de lo que hoy constituye un culto al radical "laissez faire”
social y económico, que, triste es decirlo, es reivindicado por un creciente
número de seguidores católicos.

El culto al laissez faire

No utilizo la expresión "ambiciones abultadas" o la palabra "culto" a la ligera.


El Mises Institute, fundado para predicar un evangelio social y económico de
la "libertad" al mundo, se jacta del éxito del movimiento en términos casi
mesiánicos. Tal es así que el Instituto, dirigido por un católico, Lew
Rockwell, declaró recientemente:

Hemos sido muy eficaces en la construcción de un movimiento


global para la libertad y su fundamento intelectual. Hoy en día los
austríacos y los libertarians forman un movimiento cohesionado en
todo el mundo, unidos en los principios, publicando tanto como
nunca antes, y enseñando a las multitudes por todos los medios
disponibles. Por esta razón, la Escuela Austríaca ha sido llamada el
más coherente y activo movimiento intelectual internacional desde
el Marxismo.1

El tributo del Mises Institute a Rothbard en el décimo aniversario de su


muerte tiene todo el sabor de la idolatría:

Y así, al querido Murray, nuestro amigo y mentor, el vicepresidente


del Instituto Mises, el sabio que nos dio la orientación y el caballero
que nos mostró cómo encontrar el gozo en hacer frente al enemigo
y avanzar en la verdad, el personal y los estudiosos del Instituto le
ofrecen este tributo, junto con los millones que se han adherido a
sus ideas. Que su obra siempre esté disponible para todos los que
se preocupan de aprender sobre la libertad y poner de su parte
para luchar por la piedra angular de la civilización misma. Que su
legado permanezca para siempre [!] y todos lleguemos a ser felices
guerreros por la causa de la libertad.2

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Christopher Ferrara
El cielo y la tierra puede pasar, pero las palabras de Rothbard no pasarán.

¿Qué clase de tomista es éste?

Rothbard se hizo amigo de cierto número de católicos prominentes durante


su vida, pero es evidente que no fue convertido por ninguno de ellos. Él
presumía de ser un "neo-tomista" debido a su peculiar concepto
secularizado de "derechos naturales", separados de cualquier don divino.
Rothbard (y otros austríacos), intentó conseguir la aprobación a su versión
de los derechos naturales como sancionada por los escolásticos españoles,
pero, por supuesto, ningún filósofo escolástico sostuvo jamás que pudieran
darse derechos naturales sin un divino Deudor para darles la fuerza de la ley
natural, que es la participación innata del hombre en la ley eterna. No puede
haber derechos sin un deudor, ni la ley sin un legislador. Y si no hay un
Creador divino, que dotó al hombre de un carácter estable, ¿qué sentido
tiene hablar de "naturaleza" humana y derechos "naturales" en primer lugar?
La “erudición” de Rothbard al atribuir a Santo Tomás y Suárez la
"independencia absoluta de la ley natural respecto a la cuestión de la
existencia de Dios .."3 no sólo fue mercancía averiada, sino además carente
de sentido a todas luces.4

La teoría del derecho natural de Rothbard se limitó a la (inexistente)


"propiedad" del propio cuerpo y la titularidad de la propiedad privada sujeta a
la primera apropiación de los recursos no utilizados.5 Dado que estos son
los dos únicos derechos naturales que Rothbard reconoce como
universalmente vinculantes, él (como el Mises utilitarista estricto) limita el
poder del gobierno a la protección de esos derechos solamente. Así, definió
la "libertad" como "la ausencia de invasión [su enfasis] por otro hombre de la
persona o propiedades de un hombre." 6

Sobre la base de sus conceptos de los derechos naturales y la libertad, cuya


desviación de la doctrina católica no necesita demostración, el "querido
Murray" promovió no sólo el derecho legal al aborto, sino también el derecho
a vender los propios hijos (es decir, a vender la propiedad de los derechos
de los padres) , o, si se prefiere, a dejar que los hijos se mueran de hambre.
Esta última "razón", escribió Rothbard, "nos permite resolver cuestiones tan
irritantes como: ¿debería permitir un padre que un bebé deforme llegue a
morir (por ejemplo, por desnutrición)? La respuesta es, por supuesto, sí ...." 7
Rothbard estaba en lo cierto, sin embargo, al afirmar que "en una sociedad
libertarian, la existencia de un mercado libre de bebés llevará hasta el
mínimo esa negligencia".8 Estos puntos de vista del "querido Murray" se
enuncian en su Ética de la Libertad, que el Sr. Rockwell promueve como
parte del "núcleo" y una de las diez "deberes" de la literatura “austriaca”.9

Liberación de los precios y los salarios de la moralidad

Para demostrar que los austríacos no han presentado correctamente la


enseñanza escolástica sobre el salario justo y el justo precio, el Dr.
Chojnowski ha hecho mucho más que construir un elemento puramente

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formal. Como él mismo señala, Mises (y, más aún, Rothbard) abogó por un
orden social que niega la cristiandad y cada enseñanza social, económica, y
moral de la Iglesia Católica, y también hace "inoperante" toda la moral
clásica y la tradición filosófica.

El Dr. Chojnowski se refiere aquí a una verdad fundamental de la existencia


humana, airmada por el hombre occidental desde la época de los filósofos
paganos hasta la de los grandes papas anti-liberales de los siglos XIX y
principios del XX, es decir, que el hombre está ordenado por su misma
naturaleza, a la vida en sociedad bajo un monarca común y un conjunto de
leyes, y que este acuerdo, llamado el Estado, es necesario no sólo para el
mantenimiento de la paz, sino también para el logro de la virtud, que
significa "llegar a ser tan semejantes a Dios como es posible para el hombre
llegar a serlo."10 Por ello el Papa León XIII declaró en Libertas, su encíclica
monumental sobre la naturaleza de la libertad humana:

Incluso los filósofos paganos reconocen claramente esta verdad,


sobre todo los que sostuviron que sólo el hombre sabio es libre, y
por el término «sabio» se entiende, como es bien sabido, el hombre
capacitado para vivir de acuerdo con su naturaleza, es decir , en la
justicia y virtud.11

El sistema misesiano-rothbardiano, yendo incluso más allá de los


revolucionarios franceses y la Declaración de los Derechos del Hombre,
rechaza totalmente esta concepción del Estado. Como Rothbard escribió en
ética de la libertad:

El gran defecto de la teoría del derecho natural -desde Platón y


Aristóteles a los tomistas en adelante hasta Leo Strauss y sus
seguidores en la actualidad-, es el haber sido profundamente
estatista y no individualista.

Es decir, toda la tradición occidental es un error y el "querido Murray" está


en la verdad. A raíz de Rothbard, muchos austriacos (si no la mayoría)
contemporáneos no sólo limitan el poder del Estado a la mera prevención de
la violencia y el robo (al estilo de Mises), sino que eliminarían por completo
el Estado a favor de un utópico "anarco-capitalismo" sistema político en que
se mantendría el orden social en su totalidad por las compañías de
seguros13 y otros organismos contractuales privados. En este sentido, el
erudito liberal Ralph Raico explica:

Los economistas austriacos contemporáneos, siguiendo los pasos


de Mises, por lo general han adoptado una forma más radical del
liberalismo. Al menos uno de ellos, Murray N. Rothbard ... ha ido
más lejos en su anti-estatismo. Y es en gran medida debido a la "a la
defensa y saber de Rothbard " que el Austrismo se asocia en la
mente de muchos con una defensa del libre mercado y la propiedad
privada hasta el punto de la abolición misma del Estado, y por lo
tanto del triunfo total de la sociedad civil ... .14

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Por lo tanto, marxistas y austriacos imaginan igualmente la desaparición del
Estado, aun cuando lleguen a su mundo soñado desde lados opuestos: el
uno por medio de la abolición de la propiedad privada y el otro por exaltarla
hasta el summum bonum de la política (aun cuando, como Rothbard
concedió, la "ética personal" podría tener un fin superior a la vista).

Visto en este contexto, el intento de los austríacos de remitirse a los


escolásticos españoles como proto-austríacos, empresa iniciada por
Rothbard, es muy comprensible. El objetivo es convencernos de que es
perfectamente católico creer que "el precio de mercado es el precio justo",
sin más investigación moral, y que esto es cierto siempre y en todas partes,
tanto en cuanto a salarios y materias primas. Por supuesto, aceptar esta
afirmación es rechazar la enseñanza de siete papas consecutivos, tanto pre-
como post-conciliares, que sostienen todo lo contrario sobre la cuestión de
salarios justos: León XIII, San Pío X, Pío XI, Pío XII, Juan XXIII, Pablo VI y
Juan Pablo II han insistido precisamente en el punto de que el salario de
mercado "y el salario justo no son moralmente equivalentes, y así el
empleador está obligado en justicia a pagar, siempre que las condiciones lo
permitan, el salario suficiente para la vida ordinaria de un trabajador
dependiente y su familia, sin importar lo que "el mercado" supuestamente
dicta. Como el Papa León declaró en la Rerum Novarum (§ 63):

… queda, sin embargo, latente siempre algo de justicia natural


superior y anterior a la libre voluntad de las partes contratantes, a
saber: que el salario no debe ser en manera alguna insuficiente para
alimentar a un obrero frugal y morigerado. Por tanto, si el obrero,
obligado por la necesidad o acosado por el miedo de un mal mayor,
acepta, aun no queriéndola, una condición más dura, porque la
imponen el patrono o el empresario, esto es ciertamente soportar
una violencia, contra la cual reclama la justicia.

Como los austríacos harían, los escolásticos españoles compartieron su


teoría de que los precios y los salarios se derivan de la suma total de las
evaluaciones de la utilidad subjetiva de las partes en el intercambio (es
decir, el valor que cada parte piensa que tiene el bien o servicio que se ha
adquirido o cedido, en términos de necesidades o deseos en su escala
personal de valores), más que por factores objetivos como el costo más una
ganancia razonable, lo que se necesita para mantener la propia posición en
la vida, o el valor intrínseco comúnmente estimado de un bien. Como el Dr.
Chojnowski muestra, sin embargo, los propios escritos de los austríacos
admiten (o al menos revelan inadvertidamente) que los escolásticos no
enseñaron esta visión absolutista. Más bien, como el renombrado
economista católico tradicional Heinrich Pesch, SJ, señaló en el tomo V de
su tratado enciclopédico de economía, Lehrbuch der Nationalókonomie, la
enseñanza escolástica sobre el precio supone una combinación de razones
«subjetivas» y « objetivas», ya que éstas ejercen una influencia decisiva en
la formación de los precios. Estos factores incluían no solo la utilidad
subjetiva, sino también "la capacidad cualitativa de los bienes para satisfacer
las necesidades humanas", el “trabajo y los costes involucrados en la

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producción y puesta a disposición" y, lo más perjudicial para la propuesta
Austriaca, "la general [objetiva] estimación del valor y el precio fijado
oficialmente" en consonancia con la práctica judicial común en la época
medieval de fijar los precios máximos por el príncipe, especialmente en lo
referido a las necesidades de la vida.15 De hecho, incluso en la cuestión de
los salarios, los escolásticos españoles se encontraban en acuerdo general
con el punto de vista que más tarde tendría el Papa, que en el mercado de
trabajo "la compulsión fue posible debido a la desventaja en el poder de
negociación del trabajador o del empresario" y que "la confabulación
asociada con el mercado de trabajo puede requerir un observador imparcial
para establecer el justo salario, debidamente reforzado por la regla
jurídica.”16 lo que no suena exactamente a música para los oídos austriacos.

¿Por qué la insistencia de los austriacos en una teoría de la utilidad


subjetiva exclusiva y del resultante "acuerdo libre" como el único criterio de
justicia en los precios y los salarios? ¿Por qué los austríacos defienden en
serio a Scrooge17 y la práctica de la manipulación de precios a los
consumidores desesperados en situaciones de emergencia,18 cuando la voz
de la conciencia moral de cada hombre razonable grita "indignante" y
"desleal"? La respuesta es que si no hay un estándar objetivo de un precio o
salario justo, y si el precio o salario es justo o -en todos los casos, siempre y
en todas partes-, simplemente el precio de mercado, entonces el mercado
se vuelve totalmente "auto-regulado" y por lo tanto inmune a la corrección
moral de sus abusos, ya sea desde la Iglesia o desde la autoridad pública.
Si el justo precio no es más que el precio de mercado, entonces,
convenientemente, el mercado no fallará nunca en alcanzar la justicia así
definida. Esto significa que la maravillosa capacidad de "autorregulación" del
mercado puede ser citada en favor de toda una "sociedad de libre mercado"
basada en "el principio del mercado," en la que la acción humana en general
se ve libre de cualquier tipo "externo" de norma jurídica impuesta por ley,
salvo lo que regula el intercambio económico, es decir, la ausencia de
violencia o robo. Como Rothbard sostuvo en un pasaje cargado de
significado:

Cada vez que un acto de intercambio libre y pacífico se produce, el


principio de mercado se pone en funcionamiento, cada vez que un
hombre coacciona a un intercambio por la amenaza de la violencia,
el principio hegemónico se ha puesto a trabajar. Todos los matices
de la sociedad son las mezclas de estos dos elementos primarios.
Cuanto más prevalece el principio del mercado en una sociedad, por
lo tanto, mayor será la libertad de la sociedad y su prosperidad.
Cuanto más abunda el principio hegemónico, mayor será el grado de
la esclavitud y la pobreza ... 19

La herejía austriaca.

El esfuerzo por "bautizar" lo que con razón ha sido llamado (en sentido
amplio, no en sentido canónico) "la herejía austriaca" sólo nos llevaría a una
forma "purificada" del mismo orden social condenado por todos los Papas
desde Pío VI hasta Pío XII. Como los católicos fieles comprenden, sin

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embargo, Murray Rothbard no tenía ni idea de lo que la significa la "libertad",
ni tiene autoridad alguna para enseñar al mundo acerca de la naturaleza de
la libertad social. La verdad sobre la libertad social se encuentra sólo en la
enseñanza del Magisterio, un solo párrafo de los cuales contiene más
sabiduría que todo el hinchado corpus de la filosofía política austriaca. Como
el Papa León imparte en Libertas Praestantissimum:

… hay que poner en la ley eterna de Dios la norma reguladora de la


libertad, no sólo de los particulares, sino también de la comunidad
social. Por consiguiente, en una sociedad humana, la verdadera
libertad no consiste en hacer el capricho personal de cada uno; esto
provocaría una extrema confusión y una perturbación, que acabarían
destruyendo al propio Estado; sino que consiste en que, por medio
de las leyes civiles, pueda cada cual fácilmente vivir según los
preceptos de la ley eterna .... Lo dicho acerca de la libertad de cada
individuo es fácilmente aplicable a los hombres unidos en sociedad
civil. Porque lo que en cada hombre hacen la razón y la ley natural,
esto mismo hace en los asociados la ley humana, promulgada para
el bien común de los ciudadanos.20

El Papa León aquí describe con maravillosa concisión el único concepto de


la libertad social a la que los católicos pueden adherirse. Tampoco nos
entretendremos con el argumento de algunos católicos austríacos, según los
cuales el concepto de de la libertad social de la Iglesia está desactualizado
hoy día, y que hay que conformarse con un compromiso oportuno con los
"hechos". Al hablar precisamente de este tipo de católico liberal, Pío XI
declaró:

Porque, ¿cuántos hay que profesan seguir las doctrinas católicas en


todo lo que se refiere a la autoridad en la sociedad civil y en el
respeto que se le ha de tener, o al derecho de propiedad, y a los
derechos y deberes de los obreros industriales y agrícolas, o a las
relaciones de los Estados entre sí, o entre patronos y obreros, o a
las relaciones de la Iglesia y el Estado, o a los derechos de la Santa
Sede y del Romano Pontífice y a los privilegios de los Obispos, o
finalmente a los mismos derechos de nuestro Creador, Redentor y
Señor Jesucristo sobre los hombres en particular y sobre los pueblos
todos? y sin embargo, esos mismos, en sus conversaciones, en sus
escritos y en toda su manera de proceder no se portan de otro modo
que si las enseñanzas y preceptos promulgados tantas veces por los
Sumos Pontífices, especialmente por León XIII, Pío X y Benedicto
XV, hubieran perdido su fuerza primitiva o hubieran caído en desuso.
En lo cual es preciso reconocer una especie de modernismo moral,
jurídico y social, que reprobamos con toda energía a una con aquel
modernismo dogmático..21

Oponiendose a la herejía austriaca Pag.7


Christopher Ferrara
Por último, podemos responder a estos modernistas sociales, que llaman a
un compromiso del ideal católico, citando contra ellos la exhortación del
propio Rothbard de no renunciar nunca a un idealismo "radical":

El economista del libre mercado FA Hayek, de ninguna manera un


extremista, ha escrito con elocuencia sobre la importancia vital de
mantener la ideología pura y "extrema" en alto, como un credo que
no debe ser nunca olvidado, para el éxito de la libertad. Hayek ha
escrito que uno de los grandes atractivos del socialismo ha sido
siempre la tensión continua en su meta "ideal", un ideal que
impregna, informa y orienta las acciones de todos aquellos que
luchan por alcanzarlo … Hayek destaca aquí una importante verdad,
y una razón importante para hacer hincapié en el objetivo final: la
emoción y el entusiasmo que un sistema lógico y coherente puede
inspire 22.

Los Católicos, ciertamente, pueden adherirse al sentimiento de Rothbard al


"sostener en alto " su propio "credo inolvidable " en relación con la
verdadera libertad. El credo católico de la libertad se encuentra en la
doctrina entregada a ellos, no por liberales pensadores judíos, sino por la
Iglesia que Dios encarnado, fundada para hacer discípulos de todas las
naciones. Sólo podemos agradecer al Dr. Chojnowski el estar en pie contra
de ellos, incluyendo a los católicos equivocados, que avanzarían otro ideal
de sociedad humana.

Oponiendose a la herejía austriaca Pag.8


Christopher Ferrara
1. "Mises Institute Supporters Summit: Radical Scholarship," http://_www.mises.org
/upcomingstory.asp?control=68.

2. "The Unstoppable Rothbard," Jan. 7, 2005.

3. Rothbard, Murray, The Ethics of Liberty (New York: New York University Press, 2002), p.4.

4. Como observó el P. Copleston, ciertamente Suarez enseñó que "Dios es, de hecho, el autor de la ley natural,
de la que es el Creador y El desea reunir a los hombres para obedecer los mandatos de la ley recta" History of
Political Philosophy, Vol. III, p.385. Sin la voluntad divina, la ley natural y los derechos naturales como tales no
pueden existir, lo que oblige al hombre a atender a los derechos naturales de los demás , ¿no está Dios para
imponer esa obligación? Los escolásticos postreros simplemente enfatizaban la bondad intrínseca de la ley
natural, contra el nominalismo, de Guillermo de Occam, quien sostuvo que la validez de la ley natural dependía
solamente del arbitrio de Dios, quien podría, si fuese su voluntad, convertir el asesinato en derecho natural.

5. Ethics of Liberty, p.43.

6. Idem., p.42.

7. Idem.

8. Idem

9. Vease ("Ten Must Haves") http:// www.mises.org/store/category.asp7Customer ID= 848567 &ACBSessionID=


euoZXmrhabgTmkMTw5DX&SID=2&Category JD=10; ("The Core") http://www.mises.org/ Study Guide
Display.asp?SubjID=116. Como todos los liberales doctrinarios, Rothbard permitió que el aborto y la hambruna
forzada de niños podría ser vista como moralmente errónea de acuerdo con una “ética personal”, pero insistió
en que el Estado no tiiene derecho a prohibir ese tipo de conductas.

10. Copleston, A History of Philosophy, Vol.1, p.218 (acerca de la definición de la búsquead de la virtud por
Platón).

11. Libertas Praestantissimum, §6.

12. Rothbard, Ethics of Liberty, p.21.

13. Vease, e.g. Hans Hermann Hoppe, [I]Democracy: The God that Failed (New Brunswick, NJ: Transaction
Publishers, 2004), p.247: " Existe un amplio acuerdo entre los liberales-libertarians como Molinari, Rothbard ...
,así como la mayoría de otros comentaristas sobre el asunto, que la defensa es una forma de seguro y que los
gastos de defensa representan una especie de prima de seguro ... los candidatos más probables para ofrecer
protección y servicios de defensa [en lugar de gobierno] son las agencias de seguros."

14. Ralph Raico, "The Austrian School and Classical Liberalism," at: mises.org/etexts/aus-trian liberalism.asp.

15. Heinrich Pesch on Solidarist Economics, Excerpts from the Lehrbuch der Nationalokonomie (Oxford:
University Press of America, 1998), p.218.

16. Idem., p.475.

17. Michael Levin, "In Defense of Scrooge," Dec. 18, 2000, at http://www.mises.org/ fullstory.aspx?control=573.

18. John R. Lott, Jr., "Especially During Disasters," http://www.lewrockwell.com/lott /Iott29.html. Lott,
aparentemente, no es un Austriaco formal, pero sus argumentos, publicados en este website austroliberal, son
típicos de esta escuela.

19. Murray Rothbard, Power and Market, Online Edition, p. 1363.

20. Libertas Praestantissimum, §10.

21. Ubi Arcano Dei, §§60-61.

Oponiendose a la herejía austriaca Pag.9


Christopher Ferrara

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