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JUSTICA ABETAL PERSPECTIVAS ALTERNATIVAS DEL MOVIMIENTO PARA LA JUSTICIA AMBIENTAL LA EPIDEMIOLOGIA POPULAR Y LA LUCHA POR UNA COMUNIDAD SANA' Patrick Novoiny* INTRODUCCION Entre los movimientos sociales mas im- Portantes de las tiltimas décadas se encuen- "EL autor quicte agradecer la ayuda de People ‘Against Hazardous Landfill Sites en Valparaiso, India- ‘a, a la hora de focalizar muchos de los trabajos diseu- {dos en este articulo. Linda King de la Environmental ‘Health Network en Chesapeake, Virginia, ha puesto ma- teriales muy valiosos acerca del movimiento para la jus- ticia medioambiental al alcance del autor. Dr. Nancy Krieger del Kaiser Foundation Research Institute en tra el movimiento para un medio ambiente y un lugar de trabajo sano. Este movimien- 10 critica los puntos de vista que predomi- nan en la salud piblica y ha formulado Oakland, California ha sido tan amable de informar acerca de su invesigacin sobre salud y epidemiologia social. * Esudiante de dociorado dela Universidad de Wis- consin (Madison). Este articulo fue publicado en inglés en CNS, 5 (2), 1994, Esta traduccion ha sido algo abreviada. Ecologia Politica - 15 cenfoques alternativos para la salud, basados- cen las experiencias y perspectivas de las y los, trabajadores. Grupos que reivindican la sa- lud femenina, como el Boston Women's Health Collective y el National Black Wo- men’s Health Project en Atlanta, han con- seguido una revisiOn critica del estado de salud y del bienestar de sus respectivas co- munidades y han buscado nuevas perspecti- vas para ellas. ‘Mas recientemente, el movimiento para la Justicia Ambiental ha llamado Ia atencion sobre las desigualdades raciales y sociales de la contaminacién. Se estima que en los Es- tados Unidos unos 40 millones de personas, de las cuales muchas son de color, de clase obrera y de escasos ingresos, viven cerca de depésitos de desechos peligrosos. Las luchas por la justicia medioambiental estén agru- pando a defensores de los derechos labora- les y de arrendamiento, a activistas religiosos ce interreligiosos, a lideres de los derechos ci- viles, ciudadanos y ecologistas, alrededor de los problemas interrelacionados de los dese- chos t6xicos y peligrosos, 1a contaminacién del agua y del aire, la polucién industrial y ta seguridad en el lugar de trabajo. Con es- ta atencién renovada a desigualdades en la salud ambiental y laboral, nace el campo de la epidemiologia popular? Gunto a los es- fuerzos de los activistas del movimiento pa- a fa justicia ambiental) para cuestionar la epidemiologia tradicional y crear enfoques alternatives —fortalecedores— para la salud ‘comunal. E] movimiento para la justicia ambiental estd llamando la atencidn sobre la inciden- cia desproporcionada de trastornos ambien- tales y de salud en comunidades obreras de ingresos bajos, sobre todo negras, latinas, asidticas y con otras personas de color. En- fermedades neurolégicas, trastornos repro- 2 Phil Brown, «Popular Epidemiology: Community response to Toxic Waste-Induced Disease in Woburn, Massachusetts», Science, Technology and Human Va- ues, 12, 1987; Phit Brown and Edwin J, Mikkelsen, ‘No Safe Place: Toxic Weste, Leukemia and Commu nity Action, University of California Press, Berkeley, 1990. 3 Penny Newman, «Cancer Clusters Among Chil- dren: The Implications of McFarland», Journal of Pes- teide Reform, 9, 1989, pp. 10-13. 4 Beverly Hendrix Wright, «The Effects of Occupa- 46 - Ecologia Politica 44 4 ductivos y problemas respiratorios suelen ser especialmente elevados en comunidades que ‘cuentan con instalaciones peligrosas para el medio ambiente. Defensores de la salud ve- inal, por ejemplo, han documentado | cidencia pronunciada de leucemia infantil, defectos cardiacos y abortos en comunida- des obreras situadas cerca de depdsitos de desechos peligrosos.? El uso inadecuado de pesticidas en hogares y apartamentos pobres, y en viviendas de propiedad publica, a me- nudo es la causa de trastornos reproducti- vos y de salud en mujeres pobres. Los riesgos a la salud de contaminantes en el medio am- biente y en el lugar de trabajo son responsa- bles del aumento de la incidencia de cancer, asma y leucemia en las comunidades traba- jadoras pobres y color.! Muchos de los ‘efectos de los agentes contaminantes indus- triales sobre la salud no han sido ensayados y evaluados a fondo. Samuel Epstein escri- bbe que sélo el 10% de los productos quimi- cos industriales presentes en los lugares de trabajo han sido probados adecuadamente para verificar si son cancerigenos 0 no.* Los efectos biolégicos acumulativos de la ex- posicién a sustancias quimicas en el lugar del trabajo industrial précticamente no se ha in- vestigado. Segiin Stephen Lester de la Citi- zen’s Clearinghouse for Hazardous Wastes, cientificos y epidemidlogos «de hecho saben muy poco acerca de los efectos que tiene so- bre la salud la exposicién a combinaciones de sustancias quimicas en concentraciones bajas.»6 El efecto acumulativo de sustan- cias quimicas sobre la salud publica es par- ticularmente marcado.en zonas de cultivo, debido al uso extendido de pesticidas, her- bicidas y otros compuestos fabricados, que son peligrosos para la salud de los agricul- tores y sus familias, la mayoria de ellos gen- te de color. tional injury, Illness and Desease on Health Status of Black Americans: A Reviews, en Bunyan Briant y Paul ‘Mohai (eds.), Rare and the Incidence of Environmen- tal Hazards: A Time for Discourse, Weswiew Press, Boulder, 1992. 5. Epstein, «Evaluation of the National Cancer Program and Proposed Reforms», International Jour- ‘nal of Health Services, 23, 1993, pp. 31-32. ‘Stephen Lester, «Lessons We've Learned», Ever- yone's Backyard, 4, 1986, p. 8. LA EPIDEMIOLOGIA POPULAR Y LA. «CIENCIA DEL PUEBLO» EN EL MOVI- MIENTO PARA LA JUSTICIA AM- BIENTAL La epidemiologia tradicional y los enfo- ques convencionales de la salud comunal fre- cuentemente oscurecen Ja importancia de los factores fisiolégicos y sociolégicos en los trastornos de la salud. El trabajo de la epi- demiologia tradicional y las perspectivas convencionales de,la salud publica general- mente ignoran lo que en Los Angeles, La- bor/Community Strategy Center, llama las categortas silenciadas de clase, género y ra- zaen la salud ambiental y laboral, especial- mente importantes dada la cambiante composicién social demogréfica de la clase obrera.” La investigacién epidemioldgica a menudo ignora los riesgos desproporciona- dos de la exposicién, asumidos por perso- nas de color de clase obrera y con sueldos bajos, sobre todo mujeres.* Gran parte de la investigacién en el campo de la epidemio- logia tradicional se limita a informes gene- rales sobre la incidencia de trastornos de la’ salud, sin tener en cuenta la concentracién desigual de salud y trastornos fisiolégicos en determinadas localidades. La incidencia de leucemia y cncer en adultos es mds elevada en muchas localida- des y se manifiesta en proporciones mucho més altas de lo pronosticado por la investi- gacién epidemiologica general. En algunas comunidades a lo largo del rio Mississippi, por ejemplo, la incidencia de la mortalidad- or céncer sobrepasa el indice nacional en més del 200 %.° En muchas regiones las 7 Bric Mann y el Labor/Community Watchdog Or- ganizing Committee, «Class, Race and Gender: The ‘Unspoken Categories of Public Health», en Z.A.’s Ler- ‘hal Air: New Strategies Jor Policy, Organizing and Ac- ton, Labor/Community Strategy Center, Van Nuys, 1991; Nancy Krieger, Diane Rowiey, Allen A. Herman, Byllye Avery y Mona T. Phillips, «Racism, Sexism and ‘Social Class: Implications for Studies of Health, Disease and Well-Being», estudio encargado, presentado en la conferencia «Preterm Delivery Among Black Women: ‘The Symposium on the Public Health Service Office of Minority Health, Atlanta, Georgia, 2-5 de diciembre, 1991; Vicente Navarro, «Class and Race: Life and Death Situations», Monthly Review, 43, 1991, pp. 4-5. victimas de Ia contaminacién por desechos téxicos y peligrosos son trabajadores o gen- te que vive en barrios obreros. Debido a las Jimitaciones de los enfoques convencionales dela epidemiologia y de la salud publica, na- ce el campo de la epidemiologia popular, Junto a las luchas locales del movimiento pa- 1a Ia justicia ambiental. La imposibilidad de distinguir entre los efectos fisiologicos, psicologicos y sociales +de los riesgos ambientales, es fundamental para los esfuerzos de los defensores de la co- munidad y los profesionales de la salud, a la hora de desarrollar una epidemiologia po- pular que critica ¢ interviene en el discurso de la salud epidemiol6gica y publica. Eso no s muy diferente en otros movimientos de sa- lud popular. Defensores de la comunidad y profesionales de la salud estén intentando desarrollar nuevas maneras de generar, ellos mismos, recursos cientificos, epidemioldgi- cos y de salud. La epidemiologia popular cuestiona el in- dividualismo descontextualizado de la epi- demiologia tradicional, al lamar la atencién sobre las relaciones que hay entre los luga- res de trabajo y las comunidades en las cua- les la salud de la gente corre peligro. «matematicas intimidadoras de la regresion multiple que dominan en la investigacién de la salud piblica»"® pueden llevar a resulta- dos ambiguos y engafosos, sin una investi- gacién histérica y sociolégica de la incidencia de los trastornos de la salud. En la epidemio- logia y los enfoques tradicionales de la sa- lud pablica, segiin Nancy Krieger y Mary Bassett «las técnicas analiticas existentes no pueden aplicarse a fenémenos, como.las re- # Mana, op. cit., p. 31; Wendy Chavkin (ed.), Dou- ‘le Exposure: Women's Health Hezards on the Job and ar Home, Monthly Review Press, Nueva York, 1984; Marsha Lillie-Blanton, Rose Marie Martinez, Andrea Kidd Taylor y Betty Garman Robinson, «Latina and ‘African-American Women: Continuing Disparities in Health», International Journal of Health Services, 1993, op. cit. Pat Costner y Joe Thornton, We All Live Down. ‘Stream: The Mississipp| River and the National Toxics Crisis, Greenpeace, Washington, diciembre, 1989. 1 Nancy Krieger y Mary Bassett, «The Health of Black Folk: Disease, Class and Ideology in Science», ‘Monthly Review, 1986, p. 84. Ecologia Politica - 17 eee mle Be oe eR a AA laciones entre las clases o la opresién racial, que no se pueden expresar [en] nimeros.«!! El trabajo de la epidemiologia popular sabe que los trastornos de la salud son a la vez fisiolégicos y socioldégicos. Segin Richard Levins, los trastornos de la salud «estan es- tructurados de maneras diferentes en los dis- + tintos habitats del trabajo, de la casa y de ta escuela y varian segin género, clase so cial y raza.» - "La epidemiologia popular suele combinar- 1a investigaci6n sociodemografica e histéri- acon estudios sobre la salud comunal, pa- ra documentar el impacto de los peligros industriales y ambientales en la salud en es- tas comunidades. Una de las estrategias mas eficaces de la epidemiologia popular, en la que confian ecologistas y profesionales de la salud, es el informe de salud comunal, utili- zado por los propios ciudadanos para docu- mentar los problemas ambientales de sus vecindarios. Los informes vecinales de salud son estudios realizados por los propios ciu- dadanos sobre los sintomas y las concentra- ciones de los trastornos de salud, sospechosos de estar relacionados con peli- ‘gros ambientales de la comunidad o del Iu- gar de trabajo. Un informe de salud ‘comunal eficiente llama la atencién publica a concentraciones elevadas de trastornos de salud. También se utiliza para presionar al gobierno, a las autoridades de salud publi- ca y a la industria privada para que no ig- noren las preocupaciones de los vecinos por su salud. Los grupos de activistas han ad- quirido mucha experiencia en la realizacién de informes de salud en el vecindario. Se uti- lizan para demostrar la existencia de abor- tos esponténeos, céncer y otros problemas de salud en las comunidades, en muchas de las cuales, la epidemiotogia popular es el re- sultado de la investigacién de mesa de coci- ‘na, que puede incluir informes de salud caseros realizados en casa, muestreos inde- pendientes y pruebas de laboratorio, infor- 1 id. ' Richard Levins, «Toward the Renewal of Scien- cen, Rethinking Marxism, 3, 1990, p. 117, 1 Lin Nelson, «The Place of Women in Poltuted Places», en Irene Diamond y Gloria Feman Orenstein (eds), Reweaving the World: The Emergence of Eco- 18 - Ecologia Poltica mes bibliogrdficos extensos y Ia identifica- cién de los posibles agentes contami- nantes.'? El aspecto mas especial de este tipo de in- forme comunaL. de salud es su capacidad de formular los peligros ambientales y de salud de una manera comprensible para los pro- pios vecinos. «Suscitar cuestiones ambien- tales en términos de la salud personal,» segin Ken Geiser, «ha demostrado ser un es- timulo potente para la accién social, sobre todo silos riesgos para la salud son identifi- cables y estén a la mano.»" La epidemio- logia popular forma parte de una estrategia ‘eficaz para la movilizacién politica de las co- munidades, seftalando la relacién que hay entre trastornos de salud debidos al medio ambiente, el trabajo y el lugar de residencia, algo que la epidemiologia tradicional y la in- vestigacién de la salud publica probablemen- te no revelarian. El informe comunal de salud puede ser di- ficil de realizar. Personas destacadas de! mo- vimiento para la justicia ambiental, como Lois Marie Gibbs del Citizen's Clearinghou- se for Hazardous Wastes, aconsejan a los ac- tivistas que sopesen cuidadosamente los costes de estos estudios', que normalmen- te se realizan a lo largo de varios aflos, a me- nudo junto a luchas comunales contra instalaciones peligrosas. Frecuentemente ciu- dadanos y vecinos tienen que batallar con compafiias privadas y funcionarios del go- bierno local, estatal y federal para que se in- forme con precisién sobre los riesgos para da salud en que incurren sus comunidades. Las compafiias y agencias gubernamentales que ocasionan riesgos ambientales para la sa- lud a menudo intentan negar los problemas cexistentes y no quieren asumir su responsa- bilidad. Un estudio realizado en mayo de 1992 por la Environmental Health Network yel National Toxics Campaign Fund (Incon- clusive By Design: Waste, Fraud and Abuse in Federal Environmental Health Research) feminism, Sierra Club Books, San Francisco, 1990, p. 183 2 Ken Get, Tox Ties an Css Pole, Rex ical America, 17, 1983, p- 46. 45 Lois Marie Gibbs, «Health Surveys: Think Befo- re You Count», Everybody's Backyard, 3, 1986, pp. 2-3. = eae cee documenta exhaustivamente la manera c6- mo instituciones gubernamentales para la sa- Jud y representantes de la industria han engafiado a los ciudadanos con respecto a Jos efectos que algunas sustancias peligrosas tienen para la salud. La epidemiologia po- ular y los informes comunales de salud por Jo tanto son fundamentales a la hora de de- finir los sintomas de los trastornos de salud en lugares de trabajo y comunidades, para ciudadanos comprensiblemente desconfia- dos de la industria privada y los estudios y las politicas gubernamentales. La ‘epidemiologia popular frecuente- mente tiene un impacto transformador y emancipatorio sobre los individuos. La pér- dida de responsabilidades publicas a raiz de las formas dominantes de! discurso cientifi- co y tecnolégico se puede invertir al menos parcialmente por medio de la epidemiologia popular. Los ciudadanos involucrados en la ‘epidemiologia popular y en informes comu- nales de salud, realizados junto a esfuerzos para la organizacién politica de la comuni- dad «llegan a una mejor comprensién de los roles destructivos, tanto de las compafiias como del gobierno, en Ia degradacién de! medio ambiente.'S Segiin Will Collette y Lois Marie Gibbs de la Citizen’s Clearhou- se for Hazardous Wastes, la epidemiologia popular o ciencia def pueblo, «le devuelve ala gente un sentido de confianza en su pro- io sentido'comiin.»!” Muchos activistas del movimiento para la justicia ambiental que se dedican a la epidemiologia popular llega- ron aconfiar en si mismos y a estar bien in- formados sobre la complejidad de la investigacién cientifica, epidemioldpica y medigambiental.!* La cpidemiologa popular no se puede separar de las estrategias para conseguir una comunidad sana y mds poder politico. «Et reconocimiento de lo que es una cuestién de salud,» segin Richard Levins, «no se resuel- ve por medio de un método cientifico, sino % Brown y Mikkelsen, op. cit., p. xvi. 7 Will Collette y Lois Marie Gibbs, Experts: 4° User's Guide, Citizen's Clearinghouse for Hazardous Wastes, Arlington, 1985, p. 19. Giovanna Di Chiro, «Defining Environmental Justice: Women’s Voices and Grassroots Politics», So- en el conflicto social.»'? El compromiso de Jos activistas de la comunidad con la epide- miologia popular se ha ampliado para incluir Ia critica de la politica puiblica, el discurso cientifico € incluso de la propia epistemolo- ia epidemioldgica, médica y sanitaria. Se- gin piensa Linda King de la Environmental Health Network, chemos comenzado a cam- biar la ciencia de la epidemiologia.»® A través de su militancia en el movimiento pa- ra la justicia ambiental, las personas norma- les de las comunidades afectadas desarrollan una epidemiologia del sentido comin, Lin- da King, una activista veterana del movi- ‘miento para la justicia ambiental y directora de la Environmental Health Network esta en Ja vanguardia de la epidemiologia popular y la lucha por una comunidad sana. Segin King, los activistas de la comunidad recono- ccen que «el sentido comiin es nuestra mejor arma.»?! Los estudios epidemiolégicos tra- dicionales, los procedimientos médicos pa- ra el diagnéstico y el tratamiento de enfermedades que pueden ser mortales y la investigacién de la salud piblica a menudo ‘som incapaces de reconocer las relaciones con broblemas ambientales quel propia pobla- cién sabe que existen. En una manifesiacion de activists all do de una incineradora en Gary, Indiana, una mujer del vecindario hablé conmovedo- ramente de los efectos de las emisiones de una incineradora que estaba a menos de una manzana de su casa. La mujer afirmaba que algunos cdnceres de pecho y agentes conta- minantes son latentes durante treinta anos. Preguntaba si los encargados de la com- pafia estarian en la comunidad dentro de treinta afios, cuando ella- y -sus vecinos ‘comenzarian a ver afectada su salud. Al re- ferirse a los estudios sobre la salud llevados ‘a cabo por la compatiia incineradora, la mu- jer argumentaba que «no lo podemos de- mostrar, pero nuestros cuerpos lo saben y Jos cuerpos de nuestros hijos también lo sa- cialist Review, 22, 1992. 9 Levins, op. cit, p. 116. 29 Linda King, Environmental Health Network, en- ‘revista con la autora, Chesapeake, Virginia, 19 de ma 0, 1993. 2 pid, Ecologia Poltica - 19 ben.»®? Esta voluntad para enfrentarse a los informes de salud de la industria y de las ins- tituciones gubernamentales y de basarse en l sentido comuin para comprender la salud publica es una parte importante de la lucha Por una comunidad sana y de las energias que han moldeado el trabajo de la epidemio- logia popular La informacién comprensible y bien do- cumentada es una parte fundamental de las luchas ambientales de muchas comunidades. ‘Sin embargo, segin Bob Hall, «muchos gru- os no se dan cuenta de que la informacién n si no ganard la batalla.»® La realizacién de estudios interminables puede frustrar las reclamaciones inmediatas de responsabilida- des de las autoridades. ‘Aunque muchos ciudadanos se han infor- mado por medio de la epidemiologia popu- lar y han cuestionado los resultados de los ‘expertos cientificos, dades esto todavia es impensable. Los cam- pesinos pobres, sobre todo negros, y trabajadores rurales sin documentacién, su- fren en una proporcién muy elevada las con- secuencias de la contaminacién del medio ambiente, sin embargo la movilizacién de es- tos grupos esta gravemente obstaculizada y la historia demuestra que son dificiles de mo- vilizar politicamente. «Las comunidades cu- ya salud esté més amenazada por la contaminacién del medio ambiente,» segin un panfleto del Environmental Health Net- work en Virginia, «en su mayoria viven en zonas rurales, [y] est4n desfavorecidos poli- ticamente por su raza, género y posicién eco- némica.» Ademés los activistas de la comunidad suelen ser acosados, intimidados y amenazados, ademds de sentir la frustra- cidn y el activistas. Sin embargo, en los tltimos aflos los activistas que intentan detener la conta- minacién del medio ambiente se han visto apoyados por el establecimiento de coordi- nadoras nacionales y regionales (mas que locales). Comemarios de los participantes, Protesia en em- plazamientos tOxicns de Gary, Chicago del Este y Ham- mond, Indiana, 5 de junio, 1993. 20- Ecologia Politica incontables comuni- - lamiento que es tipica entre los” 3. LA SALUD DE LA COMUNIDAD Y GRUPOS MAS QUE LOCALES EN EL MOVIMIENTO PARA LA JUSTICIA AMBIENTAL La Citizen's Clearinghouse for Hazardous Wastes, la Environmental Research Founda- tion y la National Toxics Campaign ofrecen asesoramiento cientifico y técnico para la ‘epidemiologia popular y los informes de sa- lud comunitaria. También dan asesoramien- to cientifico que se enfrenta a la investigacién experta tealizada por institu- clones gubernamentales y la industria priva- da, La Citizen’s Clearinghouse, por ejemplo, ofrece asistencia y asesoramiento técnico, re- visa informes técnicos detallados y las eva- Iuaciones de la contaminacién de depésitos de desechos téxicos, realiza talleres educati- vos y suministra informacién acerca de em- presas y tecnologias privadas amas de 7.500 grupos comunales de todo el pais que «se en- frentan a problemas técnicos en su lucha me- dioambiental local.» La Clearinghouse publica la revista Environmental Health Monthly para grupos comunales y profesio- nales de la salud, que incluye estudios y ar- ticulos detallados sobre los efectos que tiene la exposicion a sustancias quimicas y t6xi- cas sobre la salud. También edita una serie de publicaciones y tiene recursos para defen- sores de la salud comunal y el director cien- tifico de la Clearinghouse, Stephen Lester, escribe una columna mensual en Everyones’s Backyard. El National Toxics Campaign Fund, antes de que se disolviera en abril de 1993, mantuvo un Laboratorio Medioam- biental del Ciudadano, que hacia muestreos fidedignos y asequibles para comunidades que estaban amenazadas por la contamina- cién del medio ambiente. Ese laboratorio pa- ra grupos ecologistas vecinales era el laboratorio mds grande y completo para el muestreo en comunidades afectadas por la contaminacién téxica y peligrosa, y varios activistas del movimiento para la justicia am- 21 Bob Hall (cd.), Environmental Politics: Lessons Jrom the Grassroots, Institute for Southern Studies, Durham, 1988, p. 6. biental se han mostrado preocupados, por- que la disolucién de esa Campaiia ha supues- to la pérdida de este recurso para los defensores de una comunidad sana. Coor- dinadoras ambientales regionales y estatales, mds que locales, como People Against Ha- zardous Landfill Sites en’el noroeste de In- diana y la Louisiana Environmental Action ‘Network, mantienen recursos y archivos con informes comunitarios de salud investiga- cin epidemiolégica popular a disposicién de Jos activistas vecinales. Entre las actividades ‘més importantes de las coordinadoras regio- rales y nacionales estén la instruccién de los médicos locales con respecto a los problemas de salud ocasionados por el trabajo y la con- taminacién del medio ambiente, La Environmental Health Network en Chesapeake, Virginia, es la coordinadora més innovadora y puntera en la lucha por “un medio ambiente limpio y la conciencia- cién de la comunidad. La Health Network se dedica a organizar y a capacitar a médi- cos y profesionales sanitarios en las comu- nidades que tienen problemas de salud graves por la contaminacién. De hecho es la tinica organizacién ecolégica dentro del mo- vimiento para la justicia ambiental cuyo objetivo principal es fortalecer a las comu- nidades afectadas por la exposicién a dese- cchos téxicos. La Health Network tiene redes, servicios educacionales y comunales exterio- res a disposicién de grupos ecolégicos y defensores de la salud, médicos de cabece- ta, individuos con enfermedades provocadas Por sustancias quimicas y obreros heridos. «Creamos un puente,» dice un panfleto de la Health Network, «entre el paciente y el médico, las comunidades y el gobierno, gru- pos de base popular y la ciencia de la medi- cina ambiental, y ademés entre trabajadores heridos y los sistemas de indemnizaciones.» Su programa general incluye la preparacién de ecologistas para establecer registros de sa- lud comunitaria, que después se utilizan para reconocer los sintomas de las enferme- dades de cémunidades en las cuales, en el lu- ‘gar del trabajo y en las viviendas, hay una ™ Sanford Lewis, Brian Keating y Dick Russell, ‘conclusive By Design: Waste, Fraud ond Abuse in Fe- deral Environmental Health Research, Environmental exposicion a productos quimicos peligrosos y desechos téxicos en muy bajas concentra- ciones. La Health Network ayuda a comu- nidades expuestas a sustancias téxicas a establecer estos registros para documentar cualquier cambio en cl estado de salud y la incidencia de trastornos fisiolégicos en in- dividuos expuestos, asi como problemas de salud en comunidades muy afectadas. La Environmental Health Network ha lanzado un programa pionero de registros de salud comunal como una alternativa a la evalua- cidn cuantitativa de los riesgos y los estudios de la epidemiologia convencional. El proyecto mds importante de la Network su investigacién de las agencias federales de la salud, incluyendo a los Centros para el Control de Enfermedades y la Agencia de Sustancias Téxicas y el Registro de Enfer- medades. En asociacién con el National To- xics Campaign Fund en Boston, la Health Network ha documentado que las agencias federales suelen llevar a cabo estudios epi- demiolégicos acerca de los efectos sobre la salud publica de sustancias téxicas y peligro sas que son inconcluyentes por la manera en que se han disenado. Estos estudios incon- cluyentes «han sido utilizados por contami- nadores y funcionarios de! gobierno para hacer creer a los ciudadanos locales que no es necesario tomar mds medidas para evitar la exposicién a sustancias toxicas.»™ El es- tudio de la Health Network y el Toxics Cam- paign Fund demostraron que las agencias federales para la salud tienen poco contacto con las poblaciones y las comunidades estu- diadas; utilizan técnicas para medir la salud ambiental en las cuales se confia histérica- ‘exposicién peligrosa sufrida por las comu- nidades, y métodos cuantitativos y esta- disticos para evaluar la contaminacién del medio ambiente que son rofalmente inade- ‘cuados para los problemas de desechos té- xicos; contratan a investigadores cientificos de los cuales se sabe que no creen en la rela- cidn entre sustancias téxicas y las enferme- dades; y no investigan a fondo aspectos ‘Health Network and National Toxics Campaign Fund, Boston, 1992, p. i.” Ecologia Politica - 21 »_ kh BR BRR 444 como las enfermedades respiratorias y los trastornos reproductivos. 4, LA EPIDEMIOLOGIA POPULAR Y LAS «CATEGORIAS SILENCIOSAS» DE RAZA, ETNIA, SEXO, Y CLASE SO- CIAL EN LA SALUD El movimiento para la justicia ambiental esté uniendo a vecinos, trabajadores y sin- dicalistas, profesionales de la salud y ecolo- sistas en In lucha por lugares de trabajo seguros, comunidades saludables, igualdad social y justicia medioambiental. La epide- miologia popular y los activistas de la salud vecinal estén amando la atencién a los pe- ligros del lugar de trabajo para la salud y el medio ambiente,y al contexto social de los trastornos fisioldgicos. Estén relacionando los efectos que productos quimicos y proce- sos industriales tienen para la salud de los trabajadores con la salud de las comunida- des. Estudian los riesgos en el trabajo y en. 1 medio ambiente, en el contexto de un sis- tema politico y econémico que amenaza la salud y el bienestar, tanto de los trabajado- res como de los vecinos de la comunidad. El trabajo del movimiento para la justicia me- dioambiental a favor de una comunidad sa- ludable, por lo tanto, puede muy bien establecer vinculos con el movimiento obre- ro, por ejemplo con la United Farm Wor- kers, el Farm Labor Organizing Committee y los Oil, Chemical and Atomic Workers, con Ia finalidad de extender la lucha por la epidemiologia popular y una comunidad sa- na, «El poder del movimiento obrero legiti- ma y da fundamento a cuestiones de salud vecinal, » segin Ken Geiser, «y las luchas por la salud vecinal ensanchan las perspectivas del derecho laboral para que defienda todos las cuestiones relacionadas con la calidad de vida de las personas que trabajan.? Este movimiento no se da cuenta de lo que signi- fica el hecho de que trabajadores y vecinos 35 Geiser, op. cit.. p. 50. 2 Mana, op. cit., pp. 33-34. 2 Wright, op. cit. % United Church of Christ Commission for Racial Justice, Toxic Wastes and Race in the United States: Ecologia Politica - 22 de la comunidad compartan los mismos in- tereses a la hora de atacar el trato negligen- te de la industria de la salud piblica y del medio ambiente. No hace falta repetir que el trabajo de la epidemiotogia popular y el esfuerzo realiza- do para defender ta salud de la comunidad son una parte significativa del movimiento para la justicia ambiental organizado por americanos negras, latinos, asidticos y otra gente de color, que son los grupos que estén expuestos en una proporcién muy alta a pe- ligros para la salud y a la contaminacién del: medio ambiente. El plomo amenaza la.sa- ud de casi ocho millones de nifios en los cen tros de las ciudades, en su mayorla negros © latinos, que configuran el 90% de las vic- timas del envenenamiento por plomo de Es- tados Unidos.” Sobre todo las mujeres negras sufren gran cantidad de trastornos fi- siolégicos y reproductivos. El nivel de mo- néxido de carbono y agentes cancerfgenos en Ja sangre de mujeres y hombres negros es mucho més alto.2” Tres negros y latinos de cada cinco viven en comunidades con uno © més depésitos incontrolados de desechos t6xicos.% El lado sur de Chicago, habitado. predomindntemente por negros, tiene la con- centracién més alta de depdsitos de desechos, t6xicos del pais y las personas de color de ciudades como Detroit, Milwaukee y East St. Louis han sido muy afectadas por el efecto de residuos téxicos en la salud. Ademds los negros de clase obrera tradicionalmente tie- nen profesiones y lugares de trabajo en 10s cuales la incidencia de las exposiciones peli- grosas es mayor. Por lo tanto para las per- sonas de color !a labor de la epidemiologia popular por la salud vecinal es imprescindi- ‘ble para las luchas por la justicia social y am- biental, y para los intentos de replantear el tema de la salud como una cuestién de inte- és politico y comunal, La lucha por la justicia ambiental y la sa- Jud de la comunidad no se puede separar de Ja lucha politica por una atencién médica ac- cesible.” La labor de los activistas comuna- A National Report on the Racial and Sacioecono- ‘mie Charactersties of Communities With Hazardous Waste Sites, United Church of Christ, Nueva York, 1987. 29 Linda King, «Poverty and Race: Environmental » del movimiento para la ji les y los profesionales de la salud para desa- rrollar una epidemiologia popular esté rela- cionada con el cierre de centros médicos en comunidades urbanas, que atendian sobre todo a los econémicamente débiles y a per- sonas de color. La epidemiologia popular también evidencia los reglamentos inadecua- dos del gobierno federat para regular la pro- teccién del medio ambiente y la‘aplicacién defectuosa de las leyes para residuos téxicos, que se ha descuidado terriblemente en las co- munidades pobres y de color. A pesar de la revalorizacién de la administracién Clin- ton de las regulaciones para la proteccién del ‘medio ambiente y de la politica para residuos t6xicos, si no existiera el activismo comunat del movimiento para la justicia medioam- biental, las desigualdades raciales en la apli- cacién de las leyes federales para residuos t6xicos probablemente seguirdn existiendo. Cuando la administracién Clinton se invo- lucra en el extendido debate de la reforma de la atencién médica publica, los activistas ambiental de- ben mantener su compromiso con una agen- da radical de fortalecimiento politico y cambio social, una agenda que reconoce el ‘imperativo de transformar la definicién con- yencional de salud. Segin Richard Levins, Ja salud «es una cuestién que va mas alld de Ja medicina 0 de la atencién médica.n™ El trabajo de los activistas comunales y los pro- fesionales de la salud en la epidemiologia po- ular deberfa ocupar el primer lugar en una agenda que ve la salud en términos de la re- laci6n entre el individuo, el lugar de trabajo y lacomunidad, y tiene en cuenta la inciden- cia de raza, etnia, sexo y clase social. EI movimiento para la justicia social esta en una posicién inigualable para intervenir en el debate nacional sobre la reforma de la sanidad publica. El estudio de la Environ- ‘Health Research and Health Caren, LEAN News, 5, 1992. 2° Fred Strasser, Anthony Paanita, Joseph Phalon y Mare Desmond (eds.), Unequal Protection: The Ras ‘lal Divide in Environmental Law, informe especial su- plemeniario, The National Law Journal, 21 de mental Health Network y de! National To- xics Campaign Fund sobre la investigacion federal de la contaminacién del medio am- biente concluye que un programa de aten- cin médica publica es «la tinica manera practic para eliminar parte de las injusti- cias sufridas en’ comunidades expuesias a sustancias téxicas.» El hecho de que los residuos peligrosos y la contaminacion industrial tienden a concentrarse despropor- cionadamente en comunidades econémica- mente debiles, de clase obrera y minoritarias, que no tienen un seguro de salud o acceso a la atencién médica normal, agrava un «ci- clo de mala satud y problemas econémicos ‘que se crean por la falta de un enfoque sen- sato y justo de la atencién médica en Esta- dos Unidos.»*? Cambios de largo alcance ena politica ambiental nacional con respec- ta la contaminacién industrial y la preven- cién de la produccién de residuos téxicos, * la aplicacién de estatutos federales para la regulacién del medio ambiente y una refor- ‘ma total de la atencién médica, es lo que se necesita para paliar la desigualdad funda- mental que ha sido cuestionada por el mo- vimiento para Ja justicia ambiental. El mencionado estudio de la Health Network y Toxics Campaign Fund rectama un siste- ‘ma nacional para prevenit la contaminacién, reformas en la ley de indemnizaci6n e inca- pacidad laboral del trabajador y la amplia- cién de la seguridad social sanitaria por medio de una corporacién nacional de sa- fud ambiental, que suplementaria al servicio local de atencién médica en comunidades con graves problemas ambientales, Estas rei- vindicaciones son de mds largo alcance que ninguna de las iniciativas de reforma toma- Gis en consideracin por Ia administracién Clinton*. 2 Lewis, Keating y Ruts, op. cit, p. $0. * Fracasads en 1994, al oponerse ellas el Congreso y Senado (N. del E.) Ecologia Politica - 23

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