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UMBRALES DE LA PERCEPCION

13 de noviembre del 2007

SINOPSIS
La verdad es que no estamos mal equipados: los 5 sentidos con los que
venimos al mundo nos dan mucha agudeza y un rango enorme de sensibilidad
para percibir el entorno. Nuestros oídos registran el estruendo de un
lanzamiento espacial y son capaces de percibir a un mosquito zumbando en la
habitación El sentido del tacto nos permite “notar” la magnitud una bola de
bolos cayendo en nuestro pie y a la vez no nos deja indiferentes ante un
insecto de menos de un miligramo caminando por nuestro brazo. Hay gente
que disfruta comiendo chiles picantes, otras lenguas más sensibles son
capaces de diferenciar la presencia de aromas en la comida aún cuando solo
estén en niveles inferiores a una parte en un millón. También están los que
escriben 20 páginas del olor de un vino. Y nuestros ojos pueden registrar la
luminosidad de un día soleado en la playa a la vez que distinguen una cerilla
encendida a cientos de metros en plena oscuridad.

Pero antes de que nos sintamos especiales, empecemos con los “peros”. Hay
límites a lo que podemos percibir: sonidos tan bajos que no los distinguimos o
tan fuertes que dañan nuestros oídos; hay luces que no vemos pero que están
ahí: bien porque son muy flojitas, porque nuestros ojos no perciben su
frecuencia, o porque nos deslumbran como las largas del coche que se nos
cruza en la noche. Muchos de estos límites son superados por otros animales y
por la tecnología que creamos para superar las limitaciones de nuestros
sentidos. Los umbrales de la percepción son las puertas de la tecnología que
nos ayuda a percibir el mundo más como es que como nos ha ido bien hasta
ahora. Un mundo más rico en detalles y donde las cosas parecen “dejar de
tener sentido”, justo porque no son percibidas con los sentidos.

QUEREMOS EXPLICAR
Los sentidos funcionan en un rango: hay más ahí fuera de lo que podemos
percibir
Umbral de la vista: frecuencia e intensidad
Umbral del sonido: frecuencia e intensidad
Umbral del olfato
Umbral del gusto
Umbral del tacto

ÍTEMS PRINCIPALES

AQUÍ ALGO HUELE MAL


Un humano medio es capaz de reconocer aproximadamente 10.000 olores. Los
olores no son ondas como la luz o el sonido. Son moléculas que salen del
sobaco del apestoso del metro y se meten en nuestra nariz. Nuestro sentido del
olfato es bastante potente: si olemos una mofeta, en realidad nos está
entrando en la nariz 0,000.000.000.002 gramos de ese olor. Los perros tienen
200 millones de receptores olfativos, 20 veces más de lo que tenemos
nosotros. El cerebro de otros mamíferos y peces están mucho mejor
preparados para detectar olores que el nuestro. Los caballos pueden oler agua
en el desierto a muchos kilómetros, el salmón viaja miles de kilómetros por ríos
y mares orientado en parte por el rastro de olor que dejo al pasar por ahí hace
años. Los delfines o las ballenas en vez de tener dos agujeritos en la cara
como nosotros, tienen un agujero en la cabeza para respirar. Las polillas
macho localizan a las hembras a grande distancias con el olfato. Y los perros
de raza Bloodhound huelen mil veces mejor que los humanos.

Por la mañana el sentido del olfato lo tenemos aún dormido pero va mejorando
durante el día. El olfato de las mujeres es más agudo que el de los hombres. Y
varía según su ciclo menstrual: cuando está más fértil lo tiene más
desarrollado. Y a medida que crecemos el sentido del olfato empeora: los niños
huelen mejor que sus abuelos.

No hay dos personas que huelan un olor del mismo modo: una rosa no huele
igual para dos personas distintas. Ni siquiera es la misma rosa para una
persona en dos momentos distintos: nuestra habilidad para detectar olores
cambia según el día, dependiendo de cómo nos encontremos o si nos
entrenamos en sentir olores. Un experto en vinos tiene un olfato más fino que
un fumador de puros. Hambrientos, el sentido del olfato se agudiza. De hecho
el gusto esta totalmente influenciado por el olfato: el 80% de lo que sentimos
como gusto, en realidad nos llega por el olfato.

No hay dos personas que huelan igual. Como las huellas digitales, existen las
huellas olfativas. Los genes, la dieta, el estado de ánimo y de salud influyen en
nuestro olor corporal.

Los científicos han creado narices electrónicas que permiten hacer un


diagnóstico de un paciente oliéndole el aliento. También sirven, por ejemplo,
analizar la comida de una manera mucho más eficaz que el olfato humano.

Cada día olemos cientos de olores sin enterarnos. Vamos por ahí respirando y
constantemente nos entran moléculas que interaccionan con nuestros
receptores olfativos y a las que no hacemos caso a no ser que el olor nos irrite
o nos guste.

Los olores se recuerdan mejor que las imágenes. Recordamos un olor


agradable de la infancia o uno desagradable asociado a una vomitona. El olfato
se procesa en la parte del cerebro donde también se manejan las emociones y
por eso ir a casa de tu abuela puede ser un bonito paseo por la calle de la
memoria.

OÍDOS SORDOS
Normalmente percibimos el sonido con el sentido del oído. Pero solo hace falta
poner las manos en un altavoz para percibirlo con el sentido del tacto. Donde
no llega el oído llega el tacto: los sonidos más graves no los escuchamos pero
podemos sentirlos. A veces no oímos nada porque el sonido que nos llega es
demasiado agudo o demasiado grave. Otras veces porque es demasiado flojo
(Cómo? Cómo?!)…y otras, si es demasiado fuerte, puede doler (aaaaarrghh!)

UMBRAL DE FRECUENCIAS
Los humanos escuchamos frecuencias de entre 20Hz y
20.000Hz. Hz significa Hercio y es la unidad de medida de lo
grave (20Hz) o agudo (20.000Hz) que es una onda. Una onda
aguda es una vibración muy rápida, como en el mar picado
con muchas olas (un pitido). Una onda grave es una vibración más lenta, como
el mar de fondo, pocas olas pero muy grandes.

Pero no todo es tan simple. El umbral de percepción del sonido varía con la
edad, con el género, y con el trabajo que se realiza - los discjockey y los
operadores de martillo neumático deben ir con cuidado. Pasada la
adolescencia, la gente ya no escucha por encima de los 20.0000 y
progresivamente van perdiendo la habilidad de percibir altas frecuencias a
medida que envejecen.
De 18 a 24 se llega a los 16.000Hz y al pasar los 50 ya no consiguen distinguir
los sonidos más agudos que 11.000Hz. Una empresa ha creado un sonido de
móvil que supuestamente solo escuchan los adolescentes….especial para,
mandarse mensajitos en clase:
http://www.nytimes.com/2006/06/12/technology/12ring.html?ex=1180065600&e
n=e5b9f9cf9af68568&ei=5070 (el tono se puede bajar)

ULTRASONIDOS
Un sonido por encima de 20.000Hz se conoce como ultrasonido. Es tan agudo
que no lo escuchamos pero muchos animales funcionan por estos rangos sin
las complicaciones que se encuentran los humanos.
• Los murciélagos usan un radar de ultrasonidos para localizar a sus
presas. Llegan a escuchar frecuencias de 120.000Hz. Los delfines
llegan a 100.000Hz
• Los gatos perciben de 100 a 60.000Hz
• Los perros reaccionan a esos silbatos que nos parecen sordos pero que
en realidad emiten sonidos de entre 16.0000Hz y 22.000Hz.
• El sonar de delfines y ballenas usan ultrafrecuencias
• Varios peces detectan ultrasonidos, hay algunos que detectan hasta
180.000Hz
• Los cangrejos reconocen sonidos de 100 Hz. Pero no usan las orejas si
no unos pelos especiales.
INFRASONIDOS
Un sonido grave por debajo de 20Hz se llama infrasonido. Son ondas con
vibraciones lentas pero que consiguen viajar grandes distancias y superan
todos los obstáculos sin disiparse. Es una lástima que no las percibamos
porque podríamos comunicarnos a más distancia como hacen ballenas,
elefantes, hipopótamos, rinocerontes y jirafas. Además como los terremotos y
otros desastres naturales son vibraciones infrasónicas en la tierra, los animales
las perciben antes de que llegue el desastre. Parece que por eso los animales
anticiparon el Tsunami del 2004. Hay veces que no somos conscientes de
estas frecuencias tan graves pero inconscientemente nos afectan: en una peli
de miedo podrían poder infrasonidos para aumentar la ansiedad (Irreversible de
Gaspar Noé lo hace, pero no es para niños). Hay quien dice que las casas
encantadas son normales en todo menos en que tienen por alguna razón
infrasonidos que hacen que todo aquel que entre se cague vivo sin saber por
qué.

VOLUMEN
Cuando hablamos usamos frecuencias entre 200 y 8.000 Hz, (aunque hay cada
voz de pito por ahí….) Si tu abuela no te escucha lo más probable es que no
sea por la frecuencias si no la intensidad. Hay sonidos con más intensidad que
otros. Y esta se mide en decibelios. El susurro de las hojas es de 10 decibelios.
Una conversación normal tiene unos 65 decibelios. El metro llega a 100
decibelios. Y el máximo ante3s de que empiece a doler es de 120 decibelios.
Por debajo de 0 decibelios ya no oímos nada. Y por encima de 120 (un motor
de propulsión por ejemplo) el dolor se hace presente.
OJOS QUE NO VEN….
Si nuestros ojos tuvieran la resolución de un microscopio podríamos ver los
virus y las bacterias a simple vista. Pero no podemos, hay cosas pequeñas que
se nos escapan. Y si en vez de ojos tuviéramos telescopios de rayos X
veríamos las emisiones de los agujeros negros al mirar al cielo. Prefieres rayos
Gamma? Pues entonces las explosiones gigantescas de estrellas que suceden
una vez al día. Pero los poetas hablan de puntos blancos en la noche oscura
porque solo vemos una parte de la luz que hay ahí fuera. Las ondas de radio
nos las perdemos…..y casi mejor: te imaginas no ver la tele si no las ondas que
llegan al televisor? Nos perderíamos la luz del día pero veríamos las emisiones
de grandes estrellas en el centro de la Vía láctea. Hay un mundo extraño ahí
fuera que nuestros ojos no ven (ni nuestro corazón siente).

…COSAS PEQUEÑAS
Cuando vas al oculista, no hay demasiado problema para ver
las letras grandes. La cosa cambia cuando te va señalando
las letras más pequeñas. Los oftalmólogos hablan de una
visión 20-20 (en metros y no pies se dice 6-6) como la normal
del ojo humano. Un cartel como el de la foto (con el tamaño
correcto) se pone a 6 metros de distancia y se puede ver la
línea 8. A partir de ahí si nos alejamos o miramos la siguiente
línea, las cosas se nos confunden.
Si nos confundimos en la línea 5 (20/40), significa que no vemos tan bien:
podemos ver a 20 pies (6 metros) lo que una persona con visión normal puede
ver a 40 pies (12 metros). Por suerte la tecnología nos ha dado gafas.
No es posible ser superman, pero se puede llegar a tener una visión de 20/10
(6/3) y si tus ojos no lo consiguen, las lentes correctivas lo harán por ti.
ƒ Las águilas tienen una visión de 20/2, mucho mejor que lo máximo
humano. Su ojo mide 35mm mientras que el de los humanos es de
24mm
ƒ Los buitres pueden ver pequeños ratones a 4500 metros, el millón de
fotorreceptores por centímetro cuadrado que tiene en los ojos le ayudan.
Los halcones ven un objeto de 10cm a una distancia de 1.5km. S
ƒ Las mariposas pueden distinguir dos puntos separados 30 micrones,
mientras los humanos solo podemos ver separados dos puntos
separados 100 micrones.
ƒ La libélula tiene 30.000 lentes en los ojos. El de la mosca 3.000.

….EL PARPADEO
Cuando vamos al cine no nos damos cuenta que nos muestran fotografías en
movimiento…vemos imágenes en movimiento! Eso sucede porque 24
imágenes sucesivas por segundo se nos confunden en el cerebro. Un pulpo en
el cine lo tiene más difícil, para él los fotogramas deberían pasar a 70 por
segundo para ver la ilusión del 7º arte. La mosca cojonera solo vería fotos
individuales hasta que la peli se acelerara hasta mostrar 300 fotogramas por
segundo. Es una lástima que no hayan pulpos o moscas en las redacciones de
Cinemanía.

…LUCES NO VISIBLES
Algunos peces pueden ver las ondas infrarrojas. Tal vez
vean un rayo saliendo del mando a distancia desde la
pecera de tu casa. Los pingüinos, sin embargo pueden
ver los rayos ultravioleta, mejor que no entrenen una
sesión de UVA. Pero nosotros, esas luces y otras tantas
nos las perdemos Nunca sería de noche si viéramos las
microondas, y no por el aparato de la cocina, si no
porque el fulgor del Big Bang todavía se ve en estas frecuencias. Nuestros ojos
solo ven unas frecuencias determinadas, las conocemos como luz visible, de
450 a 750 terahercios. En vez de frecuencia también se puede medir en
longitud de onda: de 400 a 700 nanometros, aunque los que aprecian mejor
los colores ven de 380 a 780 nanometros. Este es el umbral de frecuencia para
el ojo humano. Los animales tienen habilidades diferentes: las abejas por
ejemplo pueden ver los rayos ultravioletas, cosa que les sirve para localizar el
néctar de las flores. Curiosamente las flores que a la luz visible tan bonitas son,
también lo tienen que ser en luz ultravioleta, porque ahí es donde pueden
triunfar con las abejas.
Los telescopios y detectores de los científicos son la tecnología que nos
permite ver las luces que no vemos. Hay telescopios que ven las ondas de
radio y otros que ven los rayos gamma. Con cada uno de ellos se ven
diferentes fenómenos del espacio.
Los humanos sí podemos percibir las frecuencias infrarrojas. Si Watson se
friega las manos y las acerca a Leo que está con los ojos cerrados, éste podrá
adivinar dónde pone Watson las manos por ele calor. Esos son “luces
infrarrojas” y nuestra piel es capaz de detectarlos.

FALTA DE TACTO
La vista está centrada en los ojos, el oído en las
orejas….pero el sentido del tacto no está limitado
a un órgano. El sentido del tacto está localizado
en todo el cuerpo bajo la piel en una capa llamada
dermis. La piel es el órgano más grande de
nuestro organismo y el órgano de mayor
sensibilidad táctil. El sentido del tacto no
solamente se encuentra en las manos, está
presente en toda la piel que cubre nuestro cuerpo: las zonas más sensibles
tienen mayor número de terminaciones nerviosas y mayor número de neuronas
destinadas a procesar esa información en el cerebro. Los dedos, los labios y la
lengua son los que más terminaciones nerviosas tienen. Si un objeto cualquiera
lo tocamos con el codo, con la rodilla…con lo que sea menos con la mano y
tratamos de identificar qué tipo de superficie tiene (rugosa, pegajosa,…) nos
costará más que con la mano. Por eso el Braile se lee con los dedos.

UN PINCHACITO….
Una manera de medir el umbral del tacto es pinchar con una aguja en dos
puntos cercanos en la piel. Primero los notamos como 2 pinchazos separados;
poco a poco los vamos juntando hasta que aún estando separados, los
notamos como solo un pinchazo. Ahí habremos superado el umbral de
percepción. Es como cuando miramos al panel del oculista y llegamos a las
letras que se nos presentan borrosas: es el límite.
Lo que sucede es que al principio activamos dos neuronas diferentes, una para
cada pinchazo. Al ir acercando llegará un momento en que los dos pinchazos
activen el mismo receptor y la misma neurona. Ahí el cerebro ya no sabrá
separar. Si hacemos la prueba en la yema de los dedos veremos que la
distancia entre agujas tiene que ser muy pequeña para que se confundan las
sensaciones. Unos pinchacitos en el culo se complican un poco más.

ANIMALITOS
El topo usa su nariz para cazar. Una nariz que contiene 100.000 fibras
nerviosas que llevan la información a su cerebro. Eso supone casi 6 veces lo
que tenemos los humanos en las manos. La agudeza táctil del topo es
impresionante. No podemos decir lo mismo de la vista.
Los animales que están activos por la noche, suelen tener un sentido del tacto
bien desarrollado. ¿Qué hacemos nosotros si no al caminar por una habitación
a oscuras? Ellos lo utilizan para buscar comida y comunicarse. Suerte que las
neveras tienen luz.
Los pelos de los gatos y de los ratones les sirven para reconocer su entorno
palpándolo.

QUÉ MAL GUSTO!


En promedio tenemos unas 10.000 pailas gustativas….y no solo en la lengua,
también se encuentran en las paredes de la boca. Los científicos han hecho
una estadística de cómo se relaciona ese número con lo bien que percibimos
los sabores. El promedio está en 184 papilas por centímetro cuadrado de
lengua. Pero los super catadores llegan a tener 425 papilas/cm2. Con 96
papilas /cm2 se quedan los malos catadores. Con la edad las papilas dejan de
regenerarse tan bien como la hacen cuando somos jóvenes. Es por eso que
con la edad perdemos sentido del gusto. Y en general, las chicas tienen más
pailas que los chicos.
Pero el gusto tiene un umbral muy claro. Te parece que hay miles de sabores
en el mundo, pero no: solo hay 5. Dulce, salado, amargo, ácido o agrio y el
umami (el sabor del glutamato monosódico que se encuentra en alimentos con
mucha proteína como la carne o los quesos) son los 5 sabores que nuestras
papilas gustativas nos permiten percibir. Todo el resto de matices de las
comidas nos llega por el olfato; solo hay que comer un plato sabroso estando
acatarrado para darse cuenta que el mundo de los sabores es mucho más
simple y restringido que el de los olores.

ANIMALES QUE SABOREAN


• Los insectos tienen un instinto del gusto muy desarrollado. Las antenas,
los pies y la boca les sirve para saborear lo que les rodea. Las
mariposas saborean con los pies, las abejas con las antenas, las
moscas usan unos 3000 pelillos en las piernas para descifrar los
sabores. El pulpo tiene receptores en los tentáculos. No le hace falta
moverse demasiado para probar lo que hay en su entorno.
• Los peces pueden percibir el sabor por las aletas además de por la
boca. Algunos llegan a tener 100.000 papilas, bastante más que los
10.000 humanos. Los cerdos con 15.000 también están por detrás, pero
nos ganan.
• Las jirafas tienen lenguas de 74 cm. La lengua de un camaleón puede
llegar a ser un 200% el largo de su cuerpo!. Algunos murciélagos
tampoco se quedan cortos: hasta 150%.
• Los gusanos de tierra tienen todo el cuerpo cubierto de receptores
químicos como los que tenemos en la lengua. Son lenguas andantes y
saborean la Tierra!

NO SABE A NADA
La ageusia es una enfermedad que impide a los que la sufren sentir cualquier
tipo de sabor. Es poco común, pero sí hay más gente que sufre Hypogeusia,
que les reduce la habilidad de percibir sabores. Igual de malo es sufrir
Parageusia, un término médico que indica la percepción constante de malos
sabores.
INFORMACIÓN ADICIONAL

EL UMBRAL DEL SEXTO SENTIDO


Hay gente que asegura tener un sexto sentido: saben cosas que otros no
saben. Muchos se ganan la vida adivinando el futuro, tirando las cartas o
leyendo la mente. Pero es raro que con semejantes capacidades trabajen en
programas nocturnos de televisiones locales. Nunca se ha visto un titular que
diga “Vidente gana la lotería”. Ese es el umbral del sexto sentido: es un
sinsentido.

LINKS DE INTERÉS
Tono de móvil solo para adolescentes:
http://www.nytimes.com/2006/06/12/technology/12ring.html?ex=1307764800&e
n=2b80d158770dccdf&ei=5088&partner=rssnyt&emc=rss

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